VI ENCUENTRO NACIONAL DE DOCENTES UNIVERSITARIOS CATÓLICOS “UNIVERSIDAD Y NACIÓN: CONSTRUIR EN LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA AMISTAD SOCIAL” ÁREA 3: EL QUEHACER CIENTÍFICO La investigación científica al servicio de la Nación, con particular referencia al Derecho y Ciencias Sociales AB. DIEGO ROBLEDO Becario Doctoral tipo I del CONICET. Alumno de la Carrera de Doctorado en Derecho y Cs.Ss., de Maestría Derecho y Argumentación (ambas UNC) y de Maestría en Derecho Procesal (UNR). Estudiante de Postgrado de Intercambio de la Universidad de Massachussets –Umass Civic Initiative 2011- gracias a la Comisión Fulbright Argentina. Ex Becario de la República de Corea. Investigador en la Secretaría de Ciencia y Técnica SeCyT-Derecho/UNC y del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas CICyT/ UNLaR, del Centro de Perfeccionamiento Ricardo C. Núñez del P. Judicial de Córdoba. Coord. de Convocatorias y Becas de la Revista Electrónica Cordobesa de Derecho Internacional Público de la Fac. de Derecho y Cs. Sociales de UNC. Adscripto en la Cátedra “A” de Filosofía del Derecho y Cátedra “A” de Teoría General del Proceso, ambas de la Fac. de Derecho y Cs. Sociales de UNC. [email protected] -UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA RIOJA, 2-4 DE SEPTIEMBRE DE 2011ABSTRACT: El propósito de esta ponencia es reflexionar a modo de ensayo sobre la investigación científica, con particular referencia a las investigaciones jurídicas y sociales, al servicio de la Nación. Esta ponencia se estructura en cinco reflexiones: 1) el “servicio” como enseñaba Madre Teresa de Calcuta es fruto del amor; 2) Pensar a las personas, es decir, la relación entre comunidad y científicos, revalorizando el trabajo de la investigación para reconocer la dignidad de la persona que se realiza en su trabajo; 3) Que en un país Federal como el nuestro no es lo mismo hacer ciencia en la metrópolis que en la periferia –Interior del país-, y estas distintas realidades deben ser valoradas con justicia; 4) La formación en investigación científica que se hace en las Universidades (con particular referencia a Cs. Jurídicas y Sociales). 5) La pasión por la verdad, ciencia y conciencia, razón y corazón. INTRODUCCIÓN Las Universidades son por excelencia el lugar de formación pero también generan información. Es de formación, cuando enseña; mientras que es de información, cuando asume su rol a través de las investigaciones científicas. Hay un ida y vuelta permanente entre estas dos acciones, formar e informar, enseñar e investigar, sobre las cuales no nos explayaremos en esta ponencia; no obstante, es preciso señalar que la investigación científica coadyuva a la permanente actualización docente, para brindar en su cátedra información actual a los destinatarios. Más aún, también es de gran utilidad cuando las investigaciones alcanzan una transferencia en la realidad y se transforman en una política, norma, forman conciencias, informan sobre la base sólida de la ciencia, al ciudadano o a quien debe tomar una decisión. 1. UTILIDAD Y SERVICIO Una investigación útil, es una investigación que sirve1 y tomando las palabras que inspiran esta comisión “la investigación científica al servicio de la Nación” requiere, en mi opinión, reflexionar sobre el alcance de la palabra “servicio”. Respecto de la palabra “servicio” Martínez Crespo, piensa que “[e]l servir ya poco cuenta, todos pretendemos ser servidos. El servidor es mal visto y hasta despreciado; sólo valen los que tienen, los que pueden acceder a la cultura del consumo, los que disponen de medios económicos, los poderosos” (1995:22-23). El psicólogo Erich Fromm ha precisado que se ha confundido los verbos SER y TENER2, de esta manera “parece que tener es una función normal de la vida: para vivir, debemos tener cosas. Además, debemos tenerlas para gozarlas. Es una cultura cuya meta suprema es tener (cada vez más) [ya que ] más soy, cuanto más tengo [y ] si el individuo no tiene nada, no es nadie” (1980:25-33). Como afirman en Brasil, “Quando mais se avança na escuridão da noite, mais próximo está o clarão da madrugada” ( traducción propia: cuando más avanza la oscuridad de la noche, más próximo está el claro de la madrugada, en base a POZZOLI, L. 2006:110). Podemos ver la noche, el crepúsculo o el amanecer según nuestras percepciones, cómo miramos al mundo. Por ello, propongo comenzar reflexionando a partir de dos frases que provienen de la India –CALCUTA-. En primer lugar, las palabras de Madre Teresa de Calcuta quien nos recordaba con una gran sabiduría que: ”El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz” (el Marta Juliá y Patricia Scarponetti sostienen que “[e]s importante pensar para qué se hace algo como una investigación, cómo se está pensando, más allá de “sentir” que un tema nos motiva, torna imprescindible confrontar a cada paso, lo que uno está pensando y cómo lo está pensando. Porque sino corremos el riesgo de pensar nuestras realidades como universales, atemporales” (2006:14). No estamos de acuerdo con las autoras, pues además de investigaciones situadas, puede en el ámbito de ciencias sociales y jurídicas, enfocarse investigaciones desde un enfoque lógico o filosófico, del cual puede predicarse cierta universalidad y atemporalidad al margen del contexto de donde surgen las ideas. Desde esta perspectiva, una visión tan cerrada de la investigación científica que aspira al casuismo, reniega de la verdad absoluta. 2 Desde un sentido teológico y filosófico Gabriel Marcel ha escrito “Être et avoir” (Ser y tener) escrito en 1935; desde una perspectiva constructivista del materialismo de la ciencia moderna, Balthasar Staehelin escribió “Haben und Sein”. 1 2 resaltado es nuestro)3. 2) El filósofo y premio Novel de Literatura, Sir Rabindranath Tagore (1861-1941) quien decía “Me dormí y vi que la vida era ALEGRÍA. Desperté y vi que la vida era SERVICIO. Serví y ahí encontré la ALEGRÍA”. Quisiera proponer ambos pensamientos como pensamientos guía respecto de esta palabra: SERVICIO. 2. LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA: PERSONAS, ACCIONES Y PROCESOS En primer término, podemos decir que “[l]a investigación científica –sostenía Hilda Eva Chamorro Greca de Prado– es una tarea técnica que requiere un prolongado adiestramiento y experiencia” (1991:57). Más aún podemos distinguir el proceso del producto y así diferenciar el proceso de investigación, del producto, que es la explicación científica. A su vez, se debe tener en cuenta, como decía Juan Samaja que una cosa es lo que la ciencia es y otra lo que la ciencia hace. Es que el siglo XX se ha detenido más sobre la segunda pregunta que sobre la primera, en este sentido, ha llegado a coincidir la Epistemología con la Metodología (2004:15). Respecto a los métodos que empleamos, diremos que la metodología es un quehacer, está abierta, se construye día a día, sirve para producir y validar el conocimiento. “Es un gerundio y no un participio: un faciendum y no un factum” como decía Ortega y Gasset4, es un haciendo y no algo hecho (1962:37). Desde nuestra perspectiva el método es, como en el mito griego del Minotauro, el hilo de Ariadna. La versión más extendida del mito, relata que este ser con cuerpo de hombre y cabeza de toro vivía en un laberinto mandado a construir por el Rey Minos y al cual sólo la hija del Rey, Ariadna podía entrar. Relata el poeta Ovidio que en Atenas fue asesinado el hijo varón del Rey Minos y a cambio de la paz, pidió que cada nueve años Atenas enviara siete jóvenes y siete doncellas para ser entregadas como sacrificio al Minotauro. Teseo, un joven valiente y tenaz, decidido a liberar de tal pacto a Atenas, ofreció entrar al laberinto y acabar con el Minotauro. Cuando Teseo decide entrar al laberinto, Ariadna decide ayudarlo entregándole un ovillo de hilo, para que lo ate en la entrada del laberinto y sirva de guía para que no se pierda al salir. Desde nuestro punto vista, Ariadna representa la Verdad y ROBLEDO, Diego (2008) “Las Fraternidades religiosa e interreligiosa hacia una convivencia ecuménica. In Memoriam Madre Teresa de Calcuta (1997-2007)” investigación que formó parte del Programa de Investigación sobre “La fraternidad de las ciencias humanas, sociales y jurídicas”, dirigido por el Prof. Dr. Antonio María Baggio, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (Italia), y codirigido por el Prof. Ab. Ángel Esteban Villagra (UNCArgentina). 4 ORTEGA y GASSET, José La Historia como Sistema, Revista de Occidente, Madrid, 4°ed.,1962, p. 37. 3 3 Teseo es como un investigador, valiente y tenaz, el ama a Ariadna como un investigador científico ama la Verdad. El laberinto y el Minotauro representan los obstáculos que debe recorrer el investigador durante el proceso y aquél hilo que entrega Ariadna a Teseo es el método para que no se pierda. Respecto de este quehacer, Juliá ha sostenido junto a Scarponetti que “[e]l proceso de investigación es una dinámica cuyo ritmo depende de nuestro instar” (2006:10). En otras palabras es un haciendo a instancia de parte (como decimos en el mundo jurídico los procesalistas, respecto de la Teoría de las Cargas Dinámicas del Proceso Judicial). El medio o circunstancia de la que hablaba Ortega y Gasset también es relevante en la investigación científica. En este sentido, “[c]uando se estudia la participación que alguien ha realizado a la cultura, sobre todo en una época diferente de la que se escribe, es muy conveniente enfocar previamente la situación social y las ideas imperantes en la época del protagonista. Esto contribuye a facilitar la comprensión de sus realizaciones a los lectores. De otro modo, los juicios pueden pecar de parcialidad ya que todos los humanos somos deudores de nuestra época. […] Esto no significa negar la originalidad de cada autor y la posibilidad de llegar a la verdad, sino la de admitir que las investigaciones están en cierta medida condicionadas por los problemas, esperanzas, deseos y conocimientos de la época en la que viven y trabajan”(CASTIGLIONE, 2002:70). De esa frase, quisiera destacar elementos humanos y sociales. Por un lado a los científicos, que son un rostro humano del proceso de investigación, pero además a las instituciones que le brindan un marco más general o particular, según sean ellos pertenecientes, adherentes, o investigadores independientes. Aún, en el caso de investigadores 4 independientes de las instituciones, podría decirse que en su independencia forman su propio marco institucional (ellos funcionan como su propia y persona institución). Por el otro, la comunidad –tanto la comunidad científica como la comunidad general- condiciona las investigaciones, pues incluso, podría decirse que el científico utiliza las herramientas al alcance de un tiempo y espacio determinado, por ejemplo no podría haberse usado para la investigación científica el telescopio si no se hubiera antes inventado los cristales con aumento; o así también, el lenguaje, que tiene o no en su “diccionario social” un concepto o no (por ejemplo, puede ser que en algunas comunidades más habituadas al uso de computadoras, se emplee términos propios de las comunicaciones de internet que en otra comunidad que no está influenciada por las nuevas tecnologías de esa manera). Vale señalar que de uno u otro sentido –comunidad científica o comunidad en términos generales- es la comunidad el destinatario de los avances. Porque escribimos sobre lo que ya han escrito con puño y letra quienes nos precedieron, “en el texto del mundo somos caracteres y lectores a un tiempo” como decía Goëthe en Textum Mundi. Al investigar, interpretamos la realidad, y luego nuestras letras serán interpretadas por los demás. . Sobre este punto vale reflexionar cómo la Sociedad valora a la investigación científica. Luis Moisset de Espanés señaló que “[e]s un preconcepto muy difundido en algunos sectores, que niegan el carácter de ciencia a las investigaciones que se realizan en el terreno de lo social, y por ende en el campo de las ciencias jurídicas, que es una de las ciencias sociales. Desprecian así la tarea del investigador social, que es mucho más ardua, pues debe superar esa mera situación fáctica, y procurar establecer las conductas que deben ser, y la correlación que existe entre el “ser” y el “deber ser””(2008:73). Desde otro sentido reflexionaremos en un el próximo apartado sobre las circunstancias en las que hacemos ciencia. 3. HACER CIENCIA EN UN DISEÑO FEDERAL: CIENCIA Y PERIFERIA. Haciendo una lectura desde la Sociología de la Ciencia, es decir aquella que tuvo por Padre al religioso Robert Merton, y que en su versión clásica estudia el carácter y validez universal de la ciencia, y a partir de su versión crítica –introducida por Lewis Pyensonaspira a comprender “la difusión de las corrientes principales de ciertas disciplinas [… propone un ] análisis de las relaciones que se establecen entre las metrópolis productoras de conocimientos y las sociedades más atrasadas que funcionan como “receptoras” de esos conocimientos” como explica Pablo Kreimer (2000:188). A la luz de esta noción, vale 5 reflexionar cómo se da el conocimiento en un país FEDERAL, como ha sido diseñado constitucionalmente Argentina, de la cual la educación no es ajena a este diseño. Hay relaciones, desde este enfoque sociológico en lo que se puede denominar “centro” y la “periferia”. Kreimer explica que Hebe Vessuri fue uno de los primeros en trabajar con este enfoque en América Latina, y quiso explicar la “naturaleza periférica” del conocimiento científico y de la manifestación del contexto sociocultural sobre aquél, distinguiendo un nivel de los conceptos científicos, otro de los temas y otro de las instituciones (Kreimer 2000:192). Marcos Cueto, historiador peruano, propuso distinguir dos conceptos: ciencia periférica y ciencia en la periferia. La segunda expresión “resulta más apropiada, puesto que hablar de una ciencia periférica implica que la ciencia de los países [estados, provincias, ciudades, etc.] es marginal al acervo de conocimiento en términos de recursos, número de investigadores y en la calidad de los temas estudiados. Por el contrario, propone los términos de “ciencia periférica” y, sobre todo, de “excelencia científica en la periferia” para resaltar que el trabajo científico en estos países [estados, provincias, ciudades, etc.] tiene sus propias reglas, que deben ser entendidas no como síntomas de atraso o modernidad, sino como parte de su propia cultura y de las interacciones con la ciencia [de metrópolis]” (KREIMER, 2000:193). De estos conceptos es valioso reflexionar en clave federal, ¿dónde se producen las teorías y doctrinas en nuestra región? ¿dónde en se hace ciencia en nuestro país?, ¿dónde surge jurisprudencia o políticas novedosas?, ¿quién es el centro, la metrópolis y quiénes están en la periferia? ¿cuánto cuesta -lejos de la metrópolis- adquirir nuevos materiales (por ejemplo, nuevos libros especializados), incorporar nuevas tecnologías o bien difundir los resultados de una investigación publicando o viajando para compartir con la comunidad científica dichos avances y resultados? Y valorar, los esfuerzos que se hace en el interior del país, de desarrollar proyectos de investigación conforme a los cánones de las instituciones evaluadoras federales. 4. LOS INVESTIGADORES SOCIALES Y JURÍDICOS Juan Samaja enseñaba que la investigación científica “es realizada por seres muy concretos y singulares: los científicos”, en este sentido decía “la investigación científica es eso que hacen los científicos cuando investigan científicamente (2004:23); sin embargo a esta conceptualización general, aclaraba “puede presentarse también, como un modo particular del proceso entre el científico y sus creencias, Un proceso en que el científico 6 regula (por así decirlo) de manera particular su “metabolismo” con su medio cultural. Pone en movimiento sus representaciones y conceptos y los confronta de manera crítica con las representaciones y conceptos imperantes en la sociedad. Por medio de esta confrontación, transforma a su vez sus propias representaciones y conceptos. Desarrolla ideas que, por así decirlo, dormitaban en su propio espíritu y asume un control creciente explicito sobre esas imágenes y conceptos. Descubre y expone respuestas a cuestiones que el cree relevantes o que le formulaban en su medio académico, y que exponen en cuestión de sus creencias básicas” (2004:24). Creo que es valioso asumir que los investigadores sociales y jurídicos son investigadores científicos. Reconocerles esa calidad es reconocer la dignidad de su trabajo. Y a su vez, reconocer su trabajo es reconocer su dignidad como personas, ya que “el trabajo permite al hombre realizarse como persona digna”. No menos importante, es reconocer que los investigadores no son meros observadores – ajenos y distantes de la realidad- pese a la objetividad perseguida al hacer ciencia, sino que también son actores, son personas, integran la comunidad y operan en ella. “Operadores jurídicos” dice catedrática española iusfilósofa Milagros Otero Parga que este es un término que deriva del latín “operator-oris” significa el que hace, el que opera, pero al combinarse con el adjetivo calificativo “jurídico”, señala que “operador jurídico es toda persona o entidad que realiza cualquier tipo de acción relativa al derecho y deseablemente ajustada a él” (2006:7). SER PARTE del Sistema socio-cultural-económico-político-jurídico debe implicar la RESPONSABILIDAD en la medida de la participación. PARTICIPAR evoca el COMPROMISO que conlleva. 5. LA FORMACIÓN DE LOS INVESTIGADORES: LA INCLUSIÓN DE LA PRÁCTICA PROFESIONAL DE INVESTIGADOR JURÍDICO Y SOCIAL EN LA FORMACIÓN DE PREGRADO COMO ASIGNATURA5 Bernardo A. Houssay, prestigiosísimo científico Nobel argentino, fue el impulsor y primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) –creado en 1958- escribió en 1950: “El adelanto científico depende de la existencia de investigadores de larga y cuidadosa formación. Éstos no se improvisan ni se consiguen con decretos o dinero; sino por una formación metódica, larga y delicada, como el cultivo 5 Abandono el plural de modestia para compartir en este Encuentro mi experiencia. 7 de una planta preciosa. Se necesita la semilla, el terreno, el ambiente, la nutrición y los cuidados adecuados. La buena semilla consiste en seleccionar a los jóvenes más aptos para la investigación e instruirlos especialmente. […] No puede improvisarse ni la investigación científica ni los investigadores “full-time”. El problema del desarrollo científico y técnico de un país consiste en: a) descubrir las vocaciones y capacidades auténticas; b) formar los hombres de ciencia no por simple transmisión de conocimientos adquiridos, sino preparándolos para adquirirlos durante toda la vida, mediante investigaciones personales realizadas por medios científicos correctos; c) ayudar a la formación de investigadores por medios adecuados y eficaces; d) utilizarlos debidamente en la investigación científica pura y aplicada, cuidando que no se malogren. […] Para impartir una debida educación procura sumergir a los estudiantes en una atmósfera de actividad intelectual, asociándolos con personas mayores o más capaces para despertar su interés y desarrollar su capacidad de instruirse y formarse. [… E]l problema científico se resuelve formando jóvenes investigadores por medio de un plan adecuado, estableciendo un escalafón, para su carrera con ascensos selectivos y luego dándoles medios de trabajo en un ambiente digno, libre y estimulante” (1960:10-13). Estas palabras inspiran esta reflexión. En lo personal, tuve el honor de ser parte de la primera práctica profesional de investigación jurídica y social en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba en el año 2009. A diferencia de otras posibilidades que otorgan los distintos planes de las carreras en ciencias jurídicas y sociales, este tipo de práctica profesional forma parte de la currícula de estudios como una asignatura que debe uno aprobar para obtener el título de abogado –en mi caso-. El alma de esta práctica profesional orientada a la investigación científica, aspira a desarrollar una de las competencias profesionales del abogado6: el investigador. Valoro de manera positiva que exista en el marco de la Práctica Profesional III, una modalidad de investigación; reconociendo a través de ello una nueva competencia profesional del abogado-jurista, la de investigador como categoría profesional. En el marco 6 La investigación, así como la docencia, forman parte de las competencias profesionales de un abogado. Cfr. BARRIONUEVO D. (2009:131 y ss). Distinta es la visión que se presentaba en el curso de Introducción a los Estudios de la Carrera de Abogacía en los manuales de 1993 que expresamente decía “Además de litigar, desempeñarse en la función judicial, docencia u otra actividad, el abogado puede dedicar parte de su tiempo en tareas de investigación. Estas podrán ser a nivel teórico o bien dirigirse a aspectos concretos de su actividad” Cfr. AA.VV. El qué y el cómo de la Abogacía, una introducción a sus estudios –Roque Ernesto Fosco coordinador-, Ed. Advocatus, Córdoba, 1993, p.277. En 1993, destacamos que decía “parte de su tiempo” ya que hoy hay profesionales que se dedican tiempo completo a la investigación; incluso, la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (C.O.N.E.A.U.) incentiva a los docentes a realizar actividades de investigación, ello se constata en las fichas de acreditación para la categorización docente. http://www.coneau.gov.ar/ 8 de nuestra formación universitaria es importante reconocerlo ya que la enseñanza del derecho, no contempla en su currícula, asignaturas relativas a la investigación, salvo entre las materias opcionales, lo cual es un gran avance. Así merece también destacarse a su vez la actividad de formación extracurricular que se realiza a través del CIJS a los estudiantes. Pienso que es natural al hombre el sentido de la curiosidad, y de ahí se desprende una condición de investigador innata. Por ello, la historia de la humanidad también es una historia de descubrimientos, invenciones, combinaciones y copia. No reconocer esa condición en la formación pre-profesional, es ir en contra de la historia de la humanidad misma, es el olvido de pensar que el abogado al plantear una demanda, plantea una hipótesis y su fundamentación (con su marco teórico y legal), el juez aplica el método histórico para reconstruir los hechos y a través de la inductiva y los principios lógicos, dictar sentencia (también fundado y con marco teórico y legal). Es más, para vivir en sociedad hemos elegido que el Estado ofrezca un método de resolución de conflictos, el proceso. El abogado en otras áreas o campos laborales, aplica la planificación, la distinción entre objetivos general y específicos. Como se observa, hay muchos elementos de la investigación aplicados al campo profesional de la abogacía. Fernando Martínez Paz sostenía que “los ejes de la investigación jurídica son las relaciones y la interdependencia del derecho y de la vida social. O dicho en otras palabras, el derecho vivo”(2003:81). Esto me lleva a reflexionar que esta práctica ha sido en muchos sentidos un acercamiento al derecho vivo, al mundo jurídico en su dinámica y complejidad. Muchas veces la lectura es como mirar a través de la cerradura de una puerta, nuestra mirada es parcial; o como ver televisión, vemos lo que nos muestran. En cambio, cuando nosotros somos los operadores jurídicos que vivimos, y actuamos cual protagonistas y no como público-espectador, las dimensiones cambian, y debemos mirar en todas las direcciones, avanzando a un camino interdisciplinario. Vale la pena a su vez valorar la interdisciplinariedad7 de esta investigación, ya que no sólo participan operadores jurídicos sino también personas que provienen de otras PLOVANICH, María Cristina “La necesidad de formación interdisciplinaria para los abogados: aporte para la reflexión desde la clínica jurídica” en Anuario X, 2007, Centro de Investigaciones Jurídicas ySociales de la Facultad de Derecho y Cs. Sociales de Córdoba, Córdoba, Ed. Advocatus, 2008, pp. 417 yss. MARTÍNEZ PAZ, Fernando y CARRERA, Daniel P. El Mundo Jurídico Multidimensional Ed. Advocatus, Córdoba (RA), Agosto de 1996, p. 16. Recordamos que Fernando Martínez Paz hizo hincapié en la necesidad de reconocer el carácter multidimensional del fenómeno jurídico, y por ello propone un modelo jurídico de tal característica, como una nueva mirada de ver el Derecho. Así, la interdisciplinariedad es un pilar fundamental. En el mismo sentido puede verse MARTINEZ PAZ, Fernando La Construcción del Mundo Jurídico Multidimensional, Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Córdoba (RA), Ed. Advocatus, Ediciones de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba Volumen XXXVI, Julio de 2003, p. 89. También Ileana Guerrero afirma que “Introducir la cultura de trabajo interdisciplinario 7 9 disciplinas para sumar y no para restar; esto rompe con los abordajes fragmentados frecuentes. En esta investigación se acercaron miradas sociológicas, psicológicas, jurídicas, éticas, políticas, filosóficas, antropológicas, culturales, económicas, culturales, que bien pueden resumirse si decimos que todas ellas son, al fin y al cabo, HUMANAS. Chamorro Greca de Prado sostuvo en ocasión de celebrarse el Bicentenario de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales que la prioridad de las universidades argentinas es la ubicación futura del egresado más que su nivel de conocimientos, “éstos cada vez más se alejan de los necesarios para generar recursos humanos para la investigación, ya que las nociones que se imparten se definen en función de su aplicabilidad ocupacional. Por lo tanto, no se forman cuadros intelectuales con orientaciones científicas y técnicas. Pareciera que al egresado universitario le es más fácil abrirse camino en el mercado de trabajo si acredita poseer una carrera, independiente de la calidad de los estudios realizados”(1991:53). En aquél entonces se ponía de resalto la necesidad de un cambio de currícula tanto a nivel de pre como de post grado “para que se acreciente la capacidad analítica y reflexiva, lo que necesariamente implica el nexo entre la formación teórica y la participación en actividades de búsqueda, de observación, fueren mayores que las actuales. Habría que pensar en nuevas estrategias de articulación entre la formación conceptual y las actividades de experimentación en todas las áreas que las permiten”(Ibidem:54 -el resaltado nos pertenece). Siguiendo a Chamorro entiendo que hay (al menos) dos sistemas de orientaciones para la formación en investigación: a) Vía didáctica: Chamorro lo define como un sistema formal de orientación personal. La relación que se da es Docente-Alumno. “Los aprendizajes se dan en relación a materias que integran el plan de la carrera y se amplían sus fuentes de conocimientos, investigando sobre determinados temas empleando para ello los conocimientos adquiridos en materias relacionadas a la metodología y técnicas de investigación, que abarcan uno o dos cursos” (1991:55). requiere de un esfuerzo constante para poder sortear los obstáculos que se presentan en la práctica” en GUERRERO, Ileana “La experiencia de la Capacitación interdisciplinaria a pasantes y meritorios del Poder Judicial de Córdoba” en Capacitación Judicial como herramienta de transformación institucional [publicación en conmemoración del XXX Aniversario del Centro de Estudios Judiciales del Chaco, correspondiente al XI Congreso Nacional y I Internacional “La capacitación como herramienta de transformación institucional”, organizado por el Superior Tribunal de Justicia del Chaco y la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, realizado los días 27,28 y 29 de Septiembre de 2007, Resistencia, Chaco, Argentina, 2007], Librería de La Paz, Chaco (RA), 2009. 10 En pocas Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales, hay asignaturas orientadas a la investigación (son pocas las que la tienen8); no obstante, podemos decir que está presente en: *Tutorías de Investigación del Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales, curso por el cual se instruye a los alumnos para aprender a formular un proyecto de investigación;; *Asignaturas Opcionales como son Redacción de textos científicos orientados a la investigación jurídica, a través de este curso se enseña al alumno cómo redactar una monografía y textos científicos. b) Vía práctica: Es un sistema artesanal de orientación personal, según Chamorro. La relación que se da es Maestro-Aprendiz, ya que quien tiene experiencia guía a quien se inicia y no la tiene. “Los aprendices empiezan con las tareas más tediosas: realización de encuestas, recuento de datos, el uso mecánico de la computadora, que son trabajos técnicos que no implican el conocimiento de marcos de referencia teóricos y de principios metodológicos básicos que los lleven gradualmente a ser investigadores independientes, de ser capaces por sí mismos de resolver problemas o de iniciar o dirigir, en su caso, a aprendices noveles” (CHAMORRO 1991:55). Puede tomarse como ejemplo:: *Becas de Pregrado de Investigación del Centro de Investigaciones; *Ayudantía en Investigación 9 en el CIJS10; *Práctica Profesional III -orientada a la investigación jurídica-. Al señalar que ambas vías de orientación son personales, lo que Chamorro dice en otras palabras, es que no son institucionales, ya que las investigaciones no responden a una política científica común, sino que los equipos de investigación dependen del conocimiento y disposiciones del docente o del maestro para la elección del tema y para la orientación 8 Por ejemplo la Universidad Nacional de Río Cuarto tiene en el segundo cuatrimestre de sexto año la asignatura “Metodología de Investigación”. Y en el Perfil del egresado, entre otros aspectos, señala “Diseñar, dirigir, ejecutar y evaluar proyectos de investigación básica y aplicada que permitan la construcción y avance del conocimiento jurídico y el mejoramiento de los campos de aplicación del Derecho” (Cfr. http://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_abogacia.htm ) . Por otro lado, vale destacar que aquella universidad distingue otro título en su oferta educativa: “Profesorado en Ciencias Jurídicas” que también está compuesto en su mayoría por asignaturas de investigación (Cfr. http://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_prof_ciencias_juridicas.htm#perfil ). Al tener un tronco común entre los dos títulos, la Universidad les ofrece a los abogados egresados aplicar a las equivalencias y cursar un año más compuesto de las materias pedagógicas y de investigación. 9 Si bien la normativa universitaria actual equipara al “Ayudante en Investigación” con el “Ayudante de Alumnos”, son esencialmente distintas: *en cuanto a la finalidad: el ayudante en investigación se forma en investigación mientras que el ayudante alumno se forma en la actividad docente; * en cuanto al destinatario de la ayuda: el ayudante en investigación colabora con un director o equipo de investigación, mientras que el ayudante de alumnos, como su nombre lo indica debería colaborar al proceso educativo –enseñanza-aprendizaje- realizando tareas encargadas por el docente a cargo para que los alumnos aprehendan algún aspecto de la asignatura; * en cuanto al tiempo: el ayudante en investigación colabora anualmente, mientras que las ayudantías de alumnos duran un semestres; * en cuanto al lugar: el ayud. en investigación realiza sus actividades en el marco del CIJS y el ayud. de alumnos en el aula de la Facultad. 10 Vale notar que actualmente no existe en el CIJS la categoría de “Asistente en Investigación” para el egresado. 11 teórica y metodológica, ello produce que existan en distintas unidades académicas investigaciones semejantes. Juan Carlos Agulla, observa que “[e]l impulso de la expansión de la cultura tecnológica y el desarrollo de las sociedades del conocimiento, sin embargo, reclaman, además y fundamentalmente, la promoción, el desarrollo y la concentración en la investigación científica, ya que se trata de un reclamo de excelencia de la globalización. Desgraciadamente, las universidades argentinas, […] si bien hablan mucho de la importancia social de la investigación y de las necesidades de excelencia, no han profundizado lo suficiente sobre las características y las necesidades de esta actividad, tan decisiva y definitoria de la universidad científica, para la expansión de la cultura tecnológica y su expansión planetaria”(2000:50). Así sentencia, “para lograr esta inserción en ese proceso mundial de desarrollo del conocimiento científico, se requiere básicamente una formación profesional del investigador muy especial y una institucionalización de la investigación bien definida; se trata de una nueva profesión: la de “investigador profesional”, y de un nuevo ordenamiento institucional de la investigación científica: la de los “Centros de Estudios Avanzados”. Una profesión que hay que formar como a un profesional más, pero con algunas características, que no se logran como se pretende superficialmente, con estudiar epistemología o metodología y técnicas de investigación, temas siempre discutibles y no siempre muy correctos por sus implicancias ideológicas, sino haciendo investigaciones bajo el control y dirección de un investigador formado: un maestro en un centro de excelencia con vocacionales aprendices (un taller)” (AGULLA: 2000:51). En este sentido también Piñero afirma que “es necesario inculcar en el estudiante el hábito de la investigación como forma de abordar la comprensión de la realidad en todos los niveles; eso significa que sería importante que en la práctica de su carrera, y en su vida diaria, tuviera como entrenamiento identificar un problema, elegir un método para estudiar, diagnosticar y/o solucionar el problema utilizando los conocimientos existentes o proponiendo nuevos, y arribar a una conclusión. Todo en el marco de una actitud abierta y creativa, que incluso lo lleve a rever los pasos seguidos, rectificando sus errores, indagando sobre sus dudas o ratificando lo propuesto”(2009:35). Rosa Angélica del Valle Ávila Paz de Robledo enseña que la “Declaración Mundial de Educación Superior para el Siglo XXI: Visión y Acción” de UNESCO recomienda que “puede ser necesario reformular los planes de estudio y utilizar métodos nuevos y adecuados que permitan superar el mero dominio cognitivo de las disciplinas; se debería facilitar el acceso a nuevos planteamientos pedagógicos y 12 didácticos y fomentarlos para propiciar la adquisición de conocimientos prácticos, competencias y aptitudes para la comunicación, el análisis creativo y crítico, la reflexión independiente y el trabajo en equipo en contextos multiculturales, en los que la creatividad exige combinar el saber teórico y práctico tradicional o local con la ciencia y la tecnología de vanguardia. Esta reestructuración de los planes de estudio debería tomar en consideración las cuestiones relacionadas con las diferencias entre hombres y mujeres, así como el contexto cultural, histórico y económico, propio de cada país”11. 6. Reflexión final: En este trabajo hemos presentado una serie de reflexiones de las cuales recapitulamos: la Amistad Social nos invita a pensar en la relación que hay entre la comunidad y los científicos: la necesaria revalorización del trabajo de todos los investigadores científicos, y en ese reconocimiento, se reconoce también la dignidad de su trabajo. Sentirse y formar parte de la comunidad, participar, es más que “ser un observador tras una lupa de cristal o una vidriera, ajeno y objetivo al mirar la realidad social”, ya que esa PARTICIPACIÓN, evoca como enseña nuestra querida Maestra Rosa Angélica del Valle Avila Paz de Robledo el COMPROMISO y la responsabilidad que conlleva. La Justicia, nos pone de cara al desafío de hacer ciencia en un país federal como el nuestro, en el que hay una metrópolis y periferias, Buenos Aires y el Interior. Hacer Ciencia en la periferia, en el interior del país, es hablar de justicia desde que la realidad nos muestra que no es igual pese a tener constitucionalmente un diseño de un FEDERALISMO EDUCATIVO, observamos los sacrificios que se hace en el Interior del país para adquirir nuevos materiales, publicar y difundir sus ideas, desarrollar investigaciones que responden a un contexto, a una cultura, y deben valorarse en cuanto tales. Ambos, Amistad Social y Justicia nos llevan a la necesidad de pensar, repensar y hacer la formación de investigadores científicos en el contexto universitario del cual somos parte. Y pincelando un cierre a estas reflexiones, en la introducción del libro La pasión por la Verdad de Edith Stein decía: “[c]uando se habla de “filosofía” o se dice de alguien que es UNESCO “Declaración Mundial de Educación Superior para el Siglo XXI: Visión y Acción” de fecha 9 de Octubre de 1998, con motivo de la celebración de Conferencia Mundial de Educación Superior en París –Francia- los días 5 a 9 de Octubre, en AVILA PAZ DE ROBLEDO, Rosa Angélica del Valle “La Capacitación Judicial en Métodos de Resolución de Conflictos bajo la modalidad de Diplomatura y Expertación” en Capacitación Judicial XI Congreso Nacional y I Internacional “La capacitación como herramienta de transformación institucional”, 27,28 y 29 de Septiembre de 2007, Resistencia, Chaco, Argentina, 2009, p.4. 11 13 un “filósofo” se asocia involuntariamente a ello una serie de complejos argumentales por demás complicados y hasta ininteligibles. Las personas, hombres y mujeres, que los representan, parecen provenir de un mundo de teorías y principios abstractos, que poco tiene que ver con acontecimientos de la vida cotidiana. Los verdaderos filósofos y la filosofía misma tienen, sin embargo, muy poco que ver con esa opinión lamentablemente demasiado extendida. Sin duda alguna, la filosofía es una “ciencia” y como tal no es inmediatamente accesible al que se interesa por ella; por otra parte, sin embargo, la filosofía es una “pasión” que asume a la persona no sólo en su intelectualidad, sino también en su corazón y se lanza constantemente a la búsqueda de la Verdad. Precisamente aquí se encuentra el centro de toda filosofía y de cada filósofo o filósofa: en la búsqueda insaciable de la Verdad” (BEJAS, A en STEIN, Edith 1994:9. El resaltado es nuestro). Palabras apropiadísimas que ilustran nuestros pensamientos. El Amor, es el elemento que no puede faltar en esta ecuación. Desde que enfatizamos el carácter de servicio de la investigación, no puede ser sino fruto del amor, como enseñaba Madre Teresa de Calcuta. Fruto de ese servicio es la alegría como decía Tagoré. Es hacer ciencia, conciencia, sin aislar la verdad al campo de la razón sino reivindicando el corazón. Bibliografía AA.VV. El qué y el cómo de la Abogacía, una introducción a sus estudios –Roque Ernesto Fosco coordinador-, Ed. Advocatus, Córdoba, 1993. AGULLA, Juan Carlos “La Educación, Política de Estado. La Universidad argentina y la Investigación Científica” – miembro de número de la Academia Nacional de Educación- en La Educación, Política de Estado, publicación conjunta de las Academias Nacionales de Educación, de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba y de Ciencias, Ed. Advocatus, Córdoba (RA), Abril 2000. 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