ASPECTOS SOCIALES DE LA REGIÓN ANCASH SEMANA 38 – 4º SEC Con el marco excepcional de las cumbres nevadas de la cordillera tropical más alta del mundo, la Cordillera Blanca, dominadas por el majestuoso nevado Huascarán y 95 picos que sobrepasan los 5 000 metros sobre el nivel del mar, el hombre de Ancash ha sabido imponer su presencia a lo largo de la historia, asentando las huellas pioneras de una gran civilización andina. Culturas como Sechín, en la costa, Chavín y Huari, en la sierra, son los hitos históricos a partir de los cuales se definirá, en el imaginario colectivo, una serie de reciprocidades entre el hombre y la naturaleza, que marcará el devenir del Perú precolombino. Pero los atractivos de Ancash, “La Suiza de América”, no sólo remiten a su gran pasado histórico, sino también a las inmensas posibilidades del turismo convencional, de aventura y ecológico en uno de los espacios naturales más importantes del planeta: el Parque Nacional Huascarán, declarado patrimonio natural de la humanidad por la UNESCO, donde se muestra, para el asombro y deleite de los visitantes del mundo entero, un inimaginable abanico de parajes con singulares especies de flora y fauna. El nombre de este departamento deriva posiblemente de la palabra quechua ancas, que significa “azul”, en alusión al intenso color del cielo andino que contrasta con el blanco de las cumbres de la Cordillera Blanca. Son justamente estos dos relieves de la Cordillera de los Andes, Blanca y Negra, los ejes vertebrales de la geografía del departamento, que comprende regiones de costa, sierra y cordillera. Entre estas dos impresionantes cordilleras, se encuentra el callejón de Huaylas, surcado por el río Santa. Este río, uno de los más caudalosos de la costa peruana, forma el cañón del Pato al atravesar la Cordillera Blanca para ir a desembocar al Océano Pacífico. En la Cordillera Blanca se encuentra la montaña más alta del Perú, el Huascarán, que, como el resto de la Cordillera de los Andes, continúa en un lento proceso de elevación. Las condiciones climáticas varían bastante a lo largo del departamento, desde la sequedad de la costa hasta la abundante pluviosidad de las estribaciones orientales de la cordillera. En los valles interandinos el clima es mayormente seco y templado. El clima en Ancash es variado. En la costa es templado, con alta humedad atmosférica y lluvias escasas que se incrementan a medida que se avanza en altitud, salvo en épocas en que se produce con intensidad el Fenómeno del Niño, que puede originar precipitaciones de intensidad variable. En los Andes, el clima varía según la altitud: del templado cálido al templado, o al templado frío o al frío (clima subpolar andino), que corresponden a los distintos pisos altitudinales. Lo mismo ocurre con la temperatura y la sequedad de la atmósfera. Pero en términos generales, es templado y seco en los pisos medios de las vertientes oriental y occidental de los Andes y el Callejón de Huaylas, frío y seco en las punas y altas mesetas, y cálido y húmedo en la parte oriental del valle formado por el río Marañón. La época de lluvias es de enero a marzo. Las variaciones térmicas entre día y noche, sol y sombra, mañana y tarde, en el mediodía, se incrementan con la altitud. En cambio, las temperaturas máximas y mínimas van disminuyendo con la elevación sobre el nivel del mar, hasta ser constantemente bajo cero en los nevados. Las precipitaciones son líquidas hasta los 4 000 metros aproximadamente. A mayor altitud, se inician las precipitaciones sólidas en forma de nieve. La Cordillera Blanca Es la cordillera tropical más alta y bella del mundo. Tiene una extensión de 180 kilómetros entre la laguna Conococha (al sur) y la zona de Huallanca (al norte). Su área glaciar es de 720 km2, con 27 nevados que sobrepasan los 6 000 metros de altitud, como el Huascarán (6 768 metros) y casi un centenar que sobrepasan los 5 000 metros, como la Pirámide del Alpamayo (5 947 metros), el nevado más bello del mundo (seguido del K2 y el Fitz Roy), según el Concurso Mundial de Belleza Escénica, realizado en Munich en 1996. La cumbre norte del Huascarán o Matashraju, sobre la ciudad de Yungay, fue coronada por primera vez en 1932 por una expedición austrogermana (Kinzl, Bernard, Borchers, Hein, Hoerlin y Schnaider). La cumbre sur, la más alta, fue coronada el 4 de agosto de 1953 por los hermanos Apolonio, Pedro y Guido Yanac, Fortunato y Felipe Mautino y Macario Ángeles, del Club Andinista Cordillera Blanca. Sin embargo, el desprendimiento de enormes bloques de hielo de las paredes del Huascarán ha causado la destrucción de pueblos enteros del Callejón de Huaylas en varias oportunidades, como la tragedia de Yungay y Ranrahirca, que fueron sepultados en 1970. La Cordillera Negra Situada al oeste de la Cordillera Blanca y del Callejón de Huaylas, está conformada geológicamente por rocas de naturaleza volcánica y laderas de uso agrícola. Sus principales altitudes son: Rocarre (5 187 m), Cancahua (5 102 m), Rumicruz (5 020 m), Cerro Rico (5 014 m) y Huancapeti (4 968 m). Presenta cumbres menores de 5 000 metros de altura que carecen de glaciares. La Cordillera Blanca, al este, se yergue majestuosa y cubierta de nieve y hielo a lo largo de sus 180 kilómetros de extensión, con 27 picos que sobrepasan los 6 000 metros sobre el nivel del mar, como el nevado Huascarán (6 768 metros), el más alto del Perú, y 95 picos que sobrepasan los 5 000 metros, como el Alpamayo (5 947 metros), la montaña más hermosa del mundo. Asimismo, hay más de 600 hermosas lagunas de origen glaciar, como Llanganuco (al pie del Huascarán), Parón, Churup y Jatuncocha. Las montañas más altas de Ancash son: Huascarán (6 768 m), Huascarán Sur (6 655 m), Huandoy Centro (6 395 m), Chopilcalqui (6 354 m) Siulá Grande (6 344 m), Santa Cruz (6 259 m), Sarapo (6 127 m), Hualcán (6 122 m), Chacraraju (6 112 m), Jirishanca (6 094 m), Pucahirca (6 046 m), Alpamayo (5 957 m) y Pastoruri (5 240 m). La Cordillera Huayhuash Situada al sur de la Cordillera Blanca, colindante con los departamentos de Lima y Huánuco, esta cadena montañosa tiene una extensión de 30 kilómetros de largo y presenta nevados de gran belleza como el Yerupajá, Jirishanca, Siulá, Carnicero y Trapecio, además de docenas de lagos como Carhuacocha, Jahuacocha y Mitucocha. Esta cordillera tiene características himalayenses y seis picos que sobrepasan los 6 000 metros sobre el nivel del mar. Su acceso principal es por la ciudad de Chiquián, ubicada a 2 horas de la ciudad de Huaraz. Es una zona ideal para realizar turismo de aventura, principalmente trekking y andinismo. La zona costera de Ancash comprende las provincias de Santa, Casma y Huarmey, ubicadas en la costa central peruana sobre una superficie de 10 174,44 km2 y con altitudes que van desde 0 metros hasta mil metros sobre el nivel del mar. En la provincia de Santa se encuentra el puerto pesquero de Chimbote, el mayor del país, que concentra parte importante de la actividad pesquera nacional, además de las principales fábricas de transformación de aceite, harina y conservas de pescado. Otra industria de grandes proporciones es la planta siderúrgica. Estas provincias comparten características ambientales y culturales más o menos homogéneas que encajan perfectamente en lo que se denomina una región ambiental; es decir, un ámbito geográfico en el que las relaciones entre el ambiente y las formas de satisfacción de las necesidades humanas son similares. Esta región es atravesada por los ríos Santa, Lacramarca y Nepeña, en la provincia de Santa; por los ríos Casma, Sechín y Grande, en la provincia de Casma; y por los ríos Huarmey y Culebras, en la provincia de Huarmey. Todos ellos forman sus respectivas cuencas. Su suelo es predominantemente de tipo eólico, con 3 514 hectáreas cultivables en Casma, 14 089 en Huarmey y 28 165 en Santa. Actualmente se está desarrollando el Proyecto de Irrigación Chimbote-Nepeña-Casma (Chinecas), el cual pretende incorporar unas 23 mil hectáreas de pampas eriazas a la agricultura. La superficie insular del departamento está compuesta por varias islas: Blanca, Santa A, Santa B, Islote Santa, La Viuda, Ferrol, Tortuga, Isla A, Isla B, Peñas Blancas, Cornejo, Patillos, Grita Lobos, Erizo, Manache y Corcovado. La flora y la fauna, en el departamento de Ancash, son muy variadas. Esta diversidad se origina en las diferentes condiciones climáticas y ecológicas que se producen a lo largo del departamento, debido a la influencia de factores como la altura. Resaltan las distintas especies de árboles, como el huarango y el algarrobo en la costa y el molle, la tara, el capulí, la queñua y el quishuar en la sierra. Igualmente, destaca la puya Raimondi, bromeliácea propia de la puna cordillerana, y la preciosa orquídea Wakanku. Lamentablemente, la sobreexplotación de los bosques costeños y serranos ha llevado a su depredación, alterando los delicados ecosistemas del departamento. La fauna es también variada, pero destacan por su abundancia las especies marinas como la anchoveta, el jurel y el atún. En tierra, las especies animales varían según el hábitat en que habitan. En la costa se encuentran gran diversidad de aves marinas que se alimentan de la gran riqueza ictiológica del Pacífico. En la sierra, hay una mayor biodiversidad con especies como la vizcacha, el elusivo oso de anteojos y la vicuña. El departamento de Ancash fue creado por reglamento provisional del 12 de febrero de 1821, con el nombre de Huaylas, y tuvo bajo su jurisdicción las provincias de Cajatambo, Huamalíes y Huánuco. Sus límites se fueron modificando en los decretos de 1835 y 1836, y, por un decreto promulgado el 28 de febrero de 1839, su nombre se cambió al de Ancash, por orden del entonces presidente mariscal Agustín Gamarra. El nombra deriva, al parecer, del antiguo poblado de Ancash cerca al cual se libró la batalla de Yungay. Esta acción significó la derrota decisiva del mariscal Andrés de Santa Cruz, presidente de la Confederación Peruano Boliviana, y la disgregación de esta unidad política. En el bando vencedor se encontraba un ejército peruano - chileno en el cual Gamarra era uno de los principales caudillos. En la actualidad, la capital del departamento es la ciudad de Huaraz y está dividido en 20 provincias y 161 distritos. El departamento de Ancash corresponde a lo que históricamente fue el corregimiento de Huaylas. Sin embargo, durante el gobierno colonial existió un pueblo con dicha denominación; pero fue destruido en el siglo XVIII por un cataclismo. El nombre de este departamento tendría su origen en la palabra quechua ancas, que significa azul; al parecer, el nombre se debe al intenso color del cielo andino en épocas de sequía y que contrasta con el blanco de las cumbres nevadas de la Cordillera Blanca. A la llegada de los españoles la región era controlada por los incas quienes habían incorporado al Tahuantinsuyo a las diversas etnias locales. Del período virreinal no quedan mayores restos en el departamento de Ancash, debido a la escasa importancia de los asentamientos coloniales y a los sucesivos terremotos que se han encargado de destruir el resto. La independencia constituyó un período de efervescencia en Ancash, en particular durante el período en que Bolívar estuvo en el Perú, pues entonces Ancash se convirtió en una importante base de operaciones y aprovisionamiento para el ejército libertador. Durante la República, la región fue testigo del fin de la Confederación Perú — Boliviana en la batalla de Yungay y de la rebelión de Atusparia en 1885. Ya en el siglo XX, el episodio más famoso de la vida departamental fue el devastador terremoto de 1970 en el que desapareció el poblado de Yungay, sepultado por un alud de piedras y lodo. Chavín: Entre los años 400 y 600 a.C. floreció en esta zona la denominada cultura Chavín y destacó por sus cerámicas y esculturas en piedra. La importancia de esta cultura no sólo se encuentra en su antigüedad, sino en que marca el inicio de una síntesis de los anteriores procesos culturales dispersos en otros lugares del territorio andino y amazónico. El nombre Chavín provendría de la palabra quechua chaupín que significa centro o sede. Sus habitantes resistieron fuertemente a los incas cuando decidieron ampliar sus dominios; sin embargo, los pobladores del valle de Santa fueron anexados al Tahuantinsuyo en tiempos del inca Pachacútec. El patrimonio arqueológico y arquitectónico de Chavín está compuesto por monumentales construcciones de piedra, varias series de galerías interiores, templos y plazas, grabados y cabezas clavas que denotan una elevada técnica, un alto sentido estético y una profunda visión ordenadora del mundo. Los restos se ubican a 3 180 metros sobre el nivel del mar, en la parte oriental de la Cordillera Blanca, entre los ríos Wacheksa y Mosna. Recuay: La cultura Recuay se desarrolló principalmente en el Callejón de Huaylas entre los años 300 y 600 d.C.; al parecer logró una significativa expansión ya que su influencia también aparece en las cabeceras de los valles de Huarmey, Casma, Nepeña, Lacramarca y bajo Santa. El nombre de “Recuay” fue propuesto por el coleccionista José Mariano Macedo en 1881. Desde 1919, diversos investigadores como Julio C. Tello, Benett, G. Vescelius, H. Amat, Toribio Mejía Xesspe y Rafael Larco Hoyle, investigaron las zonas de Aija, Catac, Copa, Carhuaz y Huaraz; que representan lo que hoy es conocido como el núcleo de la cultura Recuay. Recuay fue una cultura de base agrícola, que se distingue por su fina alfarería hecha a base de caolín ( en tres estilos: Aija, Huaraz y Huántar), sus estructuras líticas con representaciones naturalistas de seres humanos y animales, y sus cámaras funerarias de piedra. Cuenta con diversos asentamientos ubicados primordialmente en el Callejón de Huaylas. Destaca el de “Pashas”, asentamiento ubicado en Cabana, ocupa un área de 27 hectáreas y sobre la base de su disposición espacial, los investigadores han planteado la organización política y social de todo Recuay, comprendida en esencia por pequeños curacazgos con características similares. El terremoto de 1970: A las 3:24 de la tarde del 31 de mayo de 1970 tuvo lugar un terremoto de 8° en la escala de Richter que sacudió todo el Callejón de Huaylas, trayendo abajo las edificaciones de adobe. Este sismo originó que una de las paredes del Huascarán se agrietara y se precipitara, arrastrando a su paso enormes bloques de hielo, inmensas rocas, lodo y agua. Este aluvión de 60 metros de alto sepultó, casi en su totalidad, las ciudades de Yungay y Ranrahirca. En Ancash los muertos y desaparecidos superaron las 35 mil personas y a nivel nacional llegaron a 66 mil. Hubo 150 mil heridos. Sin embargo, a pesar de la magnitud de los daños, los pueblos afectados se recuperaron y hasta superaron su antiguo desenvolvimiento. Huaraz fue totalmente reconstruida; la antigua Yungay se convirtió en camposanto y la nueva ciudad se mudó un par de kilómetros al norte; Ranrahirca fue borrada del mapa. Actualmente Ancash ofrece la imagen de un pueblo tesonero y constructivo. Sus nuevas ciudades, su economía y sus acogedores servicios turísticos muestran la laboriosidad de sus habitantes. La riqueza folclórica del Callejón de Huaylas es el reflejo de la construcción de una antigua visión del mundo y de sus relaciones. Es muy famosa la vestimenta de las pallas de Corongo, que danzaban en las festividades religiosas. El departamento de Ancash, por su variedad geográfica y costumbres, tiene un rico y variado folclor que se presenta sobre todo en las festividades patronales. Entre estas danzas destacan: Sacsayhuamán, Huanquillas, Antihuanquillas, Pollas, Negritos y Atahualpa. La chuscada ancashina es alegre y bailable, se combina con el pasacalle, la marinera y el triste. Muchas danzas tienen expresiones de la vida incaica y virreinal; otras representan la guerra y la conquista. Ancash se caracteriza también por su variada y rica gastronomía, en la que destacan platos típicos como el aka cashqui (sopa de cuy), picante de cuy, llunca cashqui (sopa de trigo), puchero, tojosh api (mazamorra de maíz fermentado), cebiche de chocho, entre otros. Además se ofrece una gran variedad de platos nacionales e internacionales. Entre las bebidas típicas se encuentran la chicha de jora, el shura cahuita (chicha de aguardiente), el néctar de melocotón (“mata gato”) y el calientito (caliche). Otros platos populares son el charqui de chancho, cuchicanca (chancho asado al horno), tamales, janca charqui, llunca con gallina, pecan caldo, pachamanca y chicharrón con mote. Complementando esta variedad de platos tradicionales se encuentran el queso mantecoso, quesillo, jamón, la mantequilla, miel de abeja, el manjar blanco de Caraz, dulce de sidras, membrillo, las humitas y la chicha de maní; además, hay diversidad de frutas: capulí, lúcuma, granadilla, chirimoya, guayaba y tuna.