QUE REFORMA EL ARTÍCULO 22 DE LA LEY PARA EL

Anuncio
QUE REFORMA EL ARTÍCULO 22 DE LA LEY PARA EL DESARROLLO DE LA
COMPETITIVIDAD DE LA MICRO, PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA, A CARGO
DEL DIPUTADO JORGE ANTONIO KAHWAGI MACARI, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO DE NUEVA ALIANZA
Jorge Antonio Kahwagi Macari, diputado federal a la LXI Legislatura del Congreso de la
Unión, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Nueva Alianza, con fundamento en
los artículos 71, fracción II, 72 y 78, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 116, 122 y 127 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados
Unidos Mexicanos, y 55, fracción II, 56, 60, 63, 64, 176 y 179 del Reglamento para el
Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y demás
disposiciones jurídicas aplicables, presenta ante esta honorable soberanía iniciativa con
proyecto de decreto por el que se adiciona una fracción II, recorriéndose las subsecuentes,
del artículo 22 de la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y
Mediana Empresa, al tenor de la siguiente
Exposición de Motivos
El desarrollo regional es un proceso orientado a la transformación y organización de los
espacios y territorios. Como concepto, el desarrollo regional tiene atribuciones que definen
un campo de interacción en las dimensiones más importantes del desarrollo, por lo que
refiere cambios cualitativos en los planos económico, social, político, ambiental,
tecnológico y territorial. En la práctica se asocia a la organización productiva y el progreso
técnico; las tareas de gobernabilidad y gestión; la preservación del ambiente y la
organización territorial de la sociedad que habita al interior de las mismas. El desarrollo
regional incorpora principios de equidad y participación y se reconoce las vertientes del
desarrollo en un sentido integral.
El desarrollo regional opera mediante el diseño de políticas públicas expresadas en planes y
programas que en cierto sentido orientan la organización del territorio y los procesos
económicos de las regiones. En el caso de México hemos tenido diversas experiencias de
desarrollo regional que han privilegiado el enfoque sectorial del desarrollo y han dado lugar
a ciertos desequilibrios entre las regiones del país.
En fechas recientes la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE)
dio a conocer un estudio donde revisa la situación que guarda la innovación regional en
México, y que en parte explica y hace pronunciamientos sobre el estancamiento de la
productividad y competitividad de todo el país.
Entre las conclusiones a las que llegó ese organismo, anotadas en el documento Revisiones
de la innovación regional: 15 estados mexicanos (OCDE, 2009),1 se puntualiza que en el
país no existe un enfoque coordinado de políticas para el desarrollo regional. Además de
que los esfuerzos actuales encaminados al desarrollo de las comunidades se han centrado en
la pobreza o en infraestructura, más que en la competitividad regional.
Otra de las observaciones referidas es que 41 por ciento del PIB del país se concentra en
sólo 10 por ciento de sus regiones, aclarando que el fuerte desempeño de una región puede
1
tener externalidades positivas en una región vecina; aunque en el caso opuesto también
pueden tener consecuencias negativas.
El apoyo a la capacidad de transferencia de conocimientos y absorción innovativa por parte
de las pequeñas y medianas empresas, a fin de aumentar la productividad en México, es
otro de los aspectos que trata el estudio, señalando que la propia OCDE ha subrayado en
informes anteriores los retos, aún no atendidos, en torno a los sistemas de innovación
regional, aclarando que en vista del tamaño e importancia del Fondo Pyme, podría apartarse
una cantidad para un mayor seguimiento y evaluación de esos indicadores.
Actualmente, advierte el documento, la política nacional en la materia reconoce cada vez
más la importancia de los sistemas de innovación regional, donde se requiere mayor
participación de los estados para fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación.
Los hechos indican que se siguen registrando importantes disparidades socioeconómicas
entre las regiones de nuestro país. Los estados más ricos en México tienen un producto
interno bruto (PIB)per cápita similar a naciones como Corea o Polonia, mientras los más
pobres están en niveles como Irak.
El Distrito Federal y Nuevo León son las entidades con mayor PIB per cápita. Si el PIB
local se repartiera entre los habitantes del DF, cada persona habría generado 20 mil 49
dólares, en promedio, durante los años pasados en la Ciudad de México. Esto es más del
doble del PIB per cápita nacional, cuyo promedio se ubicó en los 8 mil 455 dólares, y
también representa más de cinco veces en comparación con el PIB per cápita generado en
el estado más pobre del país, Oaxaca, que se ubicó en 3 mil 601 dólares.
La cohesión económica y social debe ser uno de los objetivos prioritarios de México, ya
que el fomento de la misma favorecerá un desarrollo armonioso, equilibrado y perdurable
de las actividades económicas, creando empleo y contribuyendo a la protección del medio
ambiente así como a la eliminación de desigualdades, por tanto promoviendo igualdad no
sólo entre las regiones que comprenden nuestro país, sino entre los mexicanos.
En el ámbito nacional se pueden desarrollar políticas con una mayor colaboración de las
diversas regiones, de modo que puedan comprenderse las posibles consecuencias de las
mismas, propiciando políticas a nivel nacional con enfoques espaciales explícitos, como las
políticas que fomentan el desarrollo de sistemas regionales de innovación.
La competitividad regional no es dominio de ninguna secretaría y requiere de coordinación
a lo largo del gobierno federal. Existe un gran número de componentes para hacer exitosos
los sistemas de innovación regional, tales como infraestructura, instituciones educativas,
empresas fuertes e innovadoras no solamente grandes empresas, sino también Pymes
fuertes, pero es claro que la competitividad regional requiere de mayor atención en el
ámbito federal.
Los estados necesitan incentivos financieros para hacer la transición de "hecho a creado en
México", en este sentido, los fondo federales no necesariamente requieren dinero adicional,
sino de una reorientación del gasto en programas existentes, siempre y cuando los objetivos
2
sean similares. Además requiere de flexibilidad para diferentes tipos de regiones para
promover políticas activas en los estados, alineando cofinaciamientos de los sectores
regionales, locales y privados.
Es imperativo centrarse en regiones geográficas (estados o municipios vecinos) y en
regiones temáticas (grupos de estados o municipios que compartan un problema común),
para establecer una colaboración regional flexible, solucionando problemas
socioeconómicos importantes y aumentando potencialmente el tamaño promedio de los
proyectos financiados, al tiempo reduciendo los costos de transacción y ofreciendo mejores
incentivos a los participantes de los proyectos.
Tanto en el ámbito nacional como el regional deben trabajar conjuntamente hacia esta meta
común que es mejorar el desempeño de la innovación en México y el crecimiento
económico en todas las zonas. En México, los enfoques de continuidad, cooperación y de
innovación entre sectores requieren el fomento tanto federal como estatal.
Se debe replantear la capacidad de conducción política y económica del país hacia las
ciudades y regiones; estás últimas con mayores rezagos económicos deben contar con un
nivel mínimo de desarrollo en educación, salud e infraestructura para atraer elevados flujos
de inversión doméstica y extranjera.
En México no existen políticas públicas explícitas tendientes a elevar la competitividad
desde un punto de vista integral y a largo plazo, debemos favorecer regiones que generen
actividad económica a partir de la creación y comercialización de nuevos conocimientos.
Hoy nuestras entidades federativas y sus respectivas regiones deben estar en situación de
competencia para atraer actividades económicas, empleo e infraestructura. Sin embargo, no
todos los territorios están implicados en este proceso de competencia sobre bases iguales, lo
que implica ineficacias y desigualdad regional, es decir, se carece de una política con
enfoque territorial integral, lo que no permite generar una adecuada competencia entre las
economías regionales.
Por las consideraciones expuestas y fundadas, en mi calidad de integrante del Grupo
Parlamentario Nueva Alianza, someto a consideración de esta soberanía la siguiente
iniciativa con proyecto de
Decreto por el que se adiciona una fracción II al artículo 22 de la Ley para el
Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa
Artículo Único. Se adiciona una fracción II, recorriéndose las subsecuentes, del artículo 22
de la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana
Empresa, para quedar como sigue:
Artículo 22. ...
I. ...
3
II. Fomentar acciones de desarrollo económico que permitan promover la
integración regional y sectorial de las Mipymes, a fin de impulsar en estas una
expansión y diversificación en zonas menos desarrolladas, fortaleciendo
simultáneamente a aquellas establecidas en territorios de mayor desarrollo
económico, estimulando en general un crecimiento regional equilibrado.
III. a XI. ...
Artículo Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario
Oficial de la Federación.
Nota
1. http://www.oecd.org/docurnent/30/0,3343,en_33873108_33873610_42581534_1_1_1_1,00.html
Dado en Palacio Legislativo de San Lázaro, a 20 de octubre de 2009.
Diputado Jorge Antonio Kahwagi Macari (rúbrica)
4
Descargar