Audiencias ciudadanas por la verdad En la etapa actual, en Colombia se han venido abriendo algunos caminos para avanzar en el esclarecimiento de los crímenes contra la humanidad perpetrados durante décadas. Tales posibilidades han aparecido, en buena parte, gracias al esfuerzo de las comunidades que han soportado el peso de la violencia, las asociaciones de víctimas, las organizaciones de derechos humanos y los movimientos sociales. Un proceso de dilucidación de la verdad histórica no debe quedar circunscrito a los mecanismos formales que propone una institucionalización que ha estado estrechamente ligada a la emergencia y al desarrollo del paramilitarismo. Son la sociedad civil y las comunidades víctimas de la violencia quienes deben ser los protagonistas de los procesos de esclarecimiento, que requieren ser, ante todo, procesos de democratización y participación política. Desde esta perspectiva, ha venido construyéndose la iniciativa de las audiencias ciudadanas por la verdad. Fruto de un proceso de coordinación entre distintos sectores sociales, asociaciones de víctimas, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, organizaciones de derechos humanos y sectores políticos de oposición con asiento en el Congreso de Colombia, preocupados por la grave situación de Derechos Humanos que afronta el país, se viene construyendo una estrategia de denuncia e incidencia política que tiene como objetivo la búsqueda de verdad, justicia y reparación frente a los crímenes de lesa humanidad de los que ha sido víctima el pueblo colombiano. A mediados del año 2006, la oficina del senador Alexander López Maya convocó a distintos sectores sociales y organizaciones de Derechos Humanos, con el fin de construir una agenda común que recogiera las iniciativas, intereses y acumulados construidos por el movimiento de derechos humanos en el país. Esta iniciativa cobra importancia en momentos en que el gobierno colombiano desarrolla un proceso de negociación con los grupos paramilitares, para el cual se ha creado un marco jurídico que garantiza la impunidad de sus crímenes. A petición del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, el senador Alexander López, perteneciente a la bancada parlamentaria del Polo Democrático Alternativo, solicitó que la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República sesionara en Audiencia pública en el municipio de San Onofre, Sucre, el 27 de noviembre de 2006. Esta solicitud fue realizada a partir de un proceso de acompañamiento que diferentes organizaciones de derechos humanos pertenecientes al Movimiento Nacional de Víctimas realizan en el departamento de Sucre, proceso que permitió la creación del capítulo Sucre del mismo, lo que a su vez facilitó el conocimiento y documentación de los graves episodios de violación a los derechos humanos que se presentaron en el municipio de San Onofre, en donde durante los años 1999 a 2005 ocurrieron graves hechos que dejaron más de 3000 victimas. Hombres armados hicieron presencia en este territorio en el año 1999 bajo la figura de las Cooperativas de Seguridad Convivir, seis meses después se convirtieron en grupos de adscritos a las Autodefensas Unidas de Colombia al mando de Rodrigo Antonio Mercado Pelufo “Alias Cadena”, miles de personas fueron desplazadas, torturadas, asesinadas y desaparecidas por este grupo que actuaba con absoluta libertad en el municipio debido a que contaba con la aquiescencia de las autoridades civiles administrativas y de policía. En Marzo de 2006, el actual senador de la República, Gustavo Petro denuncia la aparición de fosas comunes en San Onofre y estalla el escándalo público sobre la opresión paramilitar de estas regiones de la Costa Atlántica colombiana, convertidas en corredores del narcotráfico y centros de exterminio y de control absoluto del poder local por parte del emergente poder mafioso. Meses antes una exitosa campaña de la Infantería de Marina en la jurisdicción del Golfo de Morrosquillo liderada por el oficial de la armada, Coronel Rafael Colón, logra contener la operación de muerte de Rodrigo Cadena en la finca El Palmar, ubicada en la zona rural de San Onofre, base paramilitar en la que fueron ejecutadas más de 600 personas reportadas, de un gran total de más de 3000 personas que presuntamente fueron ejecutadas en este municipio, durante el periodo 1996 al 2004. De la misma manera, a mediados del 2004 la población del corregimiento Libertad, zona rural del municipio San Onofre, en un ejemplo de resistencia civil, se levantó contra el operativo paramilitar que reinaba en su territorio hasta expulsar el último reducto de este ejército comandado por alias Cadena. Esta dinámica es refrendada por la campaña electoral, que muestra al candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo, Carlos Gaviria Díaz con importantes resultados electorales en zonas de control paramilitar como Barranquilla, Magdalena y Sincelejo. Lo cual implicó un cambio significativo pero desigual en la correlación de fuerzas en la Costa Atlántica, con un guarismo final de más de 2.600 millones de votos a nivel nacional, generando un nuevo medio favorable a la discusión en el nuevo periodo de Gobierno. Este proceso en el cual se interactúa con la degradación progresiva del régimen político, configura la mayor crisis política del establecimiento y de la administración del presidente Uribe en todo el periodo. La articulación de este conjunto de esfuerzos tanto de las comunidades de base, como de las organizaciones sociales y la opinión publica independiente debe conducir a una estrategia global de respuesta que se ha venido configurando a partir de los siguientes elementos; 1. Construir autoridad política y ética, en la lucha contra la impunidad, por la verdad, justicia y reparación, como un activo político, que sea capaz de convocar amplias respuestas ciudadanas y sociales al régimen del terror. 2. Acompañar desde distintos escenarios los procesos de construcción de Movimiento de Víctimas en las áreas de conflicto, siendo articuladores del cobro histórico y político de la crisis institucional. 3. Ser constructor de un proceso de verdad y esclarecimiento de cara a la tarea de forjar una opinión pública nacional que sea capaz de enfrentar la crisis del régimen político paramilitar. 4. Generar un proceso de reactivación de la institucionalidad desplomada bajo la conspiración del proyecto paramilitar en todos los niveles. Lograr acompañar procesos de activación de respuestas judiciales, de control constitucional del orden público, de interlocución con la fuerza pública a distintos niveles en la tarea de construcción de procesos de seguridad ciudadana. 5. Motivar y acompañar el papel que debe jugar la Fiscalía General de la Nación y el Ministerio Público en el desarrollo de su tarea investigadora y de reestablecimiento del Estado social de Derecho y de resarcimiento a la sociedad en su conjunto, afectada por los hechos de violencia. 6. Abrir espacios de denuncia y acompañamiento a las víctimas de la violencia política desde escenarios de Estado como el Congreso de Colombia y la Rama Judicial, alternos a la política gubernamental expresada a través de la ley de Justicia y Paz y La Comisión Nacional de Reconciliación. Siendo el desafío principal visibilizar y acompañar los enormes esfuerzos que hace la sociedad, las organizaciones sociales, el movimiento popular, los medios de comunicación por enfrentar el proyecto del terror y la conspiración paramilitar. Asumiendo desde distintos escenarios, la tarea de construir un discurso público que canalice las energías y pulsaciones éticas y políticas del país que intentan sobreponerse a estos largos años de sitio criminal de la sociedad. De la misma manera, el liderazgo de las víctimas del terror debe ser capaz de asumirse como el centro de la política, que a su vez, construye el nuevo tinglado de lo que algunos llaman el “posconflicto”. Escenario, que se visualiza como el cobro social al desplome del régimen político, en la medida en que este se produzca, (aunque este cobro en las actuales circunstancias y en el inmediato futuro, no implique una negociación a fondo del conflicto de la sociedad colombiana). En el marco de estas opciones y a través de diversos procesos de resistencia, las comunidades en Sucre reclamaron la intervención de diferentes instituciones del Estado colombiano y lograron que a finales del año 2005 el poder paramilitar se retirara de San Onofre, sin embargo, los miles de crímenes ocurridos continúan en la impunidad y las comunidades, que actualmente desarrollan un proceso de reconstrucción de su tejido social, exigen verdad, justicia y reparación frente a estos crímenes. A la Audiencia Pública realizada por la Comisión de Derechos Humanos del Senado el 27 de Noviembre en este municipio, asistieron más de dos mil personas. En ella, los pobladores denunciaron ante los miembros de la Comisión las graves violaciones de las que han sido victimas y de las que fueron autores miembros de grupos paramilitares así como funcionarios pertenecientes a todos los niveles del poder público local y regional, este proceso de denuncia tuvo una importante difusión a través de medios nacionales e internacionales de comunicación, lo que generó una presión política que influyó en el desarrollo de investigaciones contra autoridades locales, regionales y nacionales. La vicepresidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Senado en cabeza del Senador Alexander López, las organizaciones de Derechos Humanos que acompañaron el proceso y el Movimiento Nacional de Victimas, formalizaron denuncias penales y disciplinarias a partir de la información aportada por la comunidad en la Audiencia y se ha asumido el compromiso de hacer seguimiento al desarrollo de las mismas, así como de mantener el acompañamiento a esta comunidad, que por su parte ha iniciado un proceso de organización que tiene como objetivo la reivindicación de sus derechos. A partir de esta experiencia, otras comunidades, organizaciones de Derechos Humanos y agrupaciones de víctimas han manifestado su interés en que se desarrollen audiencias de este tipo en su territorio, es el caso de Antioquia, Putumayo y Valle del Cauca, lugares en los que el accionar paramilitar a causado graves perjuicios a las comunidades y en donde la connivencia entre los grupos paramilitares y algunos miembros de la diferentes ramas del poder público está en proceso de generar graves niveles de impunidad. Para la realización de la Audiencia Pública de San Onofre, se gestionaron recursos de cooperación internacional, obteniendo el importante apoyo de las agencias Misereor, Alemania, Cordaid, Holanda y Oxfam, Bélgica, el presupuesto construido contempló rubros para la movilización de los asistentes a la audiencia; la difusión del evento a través de actividades publicitarias; el registro fílmico del evento, que fue transmitido en diferido por el canal del Congreso de la República; la publicación del informe; la creación de un fondo que garantice niveles iniciales de protección para los líderes que participan activamente de la planeación y convocatoria a la audiencia; actividades posteriores de acompañamiento a la comunidad y seguimiento a la situación regional; implementación de acciones jurídicas de carácter internacional y participación de invitados internacionales a la audiencia. Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado