La ciudad y la práctica social urbana. (Adolfo Concina. "La práctica social social urbana. Multidimensionalidad de la ciudad") 2 > "La ciudad, tal como la encontramos en la historia, es el punto de concentración máxima de poderío y de la cultura de la comunidad. Es el lugar donde los rayos luminosos, pero divergentes, de la vida, se unen formando un haz más eficiente y más rico en significado social. La ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada; en ella se encuentran el templo, el mercado, el palacio de justicia, y la academia del conocimiento. Aquí, en la ciudad, los beneficios de la civilización son múltiples y variados; es aquí, donde la experiencia humana se transforma en signos visibles, símbolos, normas de conducta y sistemas de orden"1 ... > La ciudad, desde el punto de vista urbanístico, es considerada como un hecho ó fenómeno, comprendido solo a través del estudio del hombre y sus comportamientos referidos a la complejidad total de sus actividades desarrolladas, las que se localizan en el suelo urbano, funcionando en un espacio-tiempo, sólo determinables a partir de un enfoque específico. 3 > Entonces, el "hecho urbano", es el espacio-tiempo donde el hombre desarrolla su vida social, acumulando y produciendo experiencias dentro de una sociedad urbana, dentro de un entorno urbano que lo rodea, integrando su personalidad al mismo. Asimilamos y producimos cultura, al tiempo que somos producto de ella. Transformamos, asimilamos, y nos amoldamos, en menor o mayor medida, al conjunto de sistema de valores, normas, pautas de comportamiento, relaciones sociales, institucionales y materiales que se manifiestan dentro de la ciudad. Toda esa integridad constituye la "cultura urbana", la cual no puede ser escindida de la "práctica social urbana", del permanente "hacer" en la ciudad. > La práctica social urbana es una causa-consecuencia de la cultura urbana; se deriva de dicha cultura urbana, la cual se expresa (o manifiesta) en una acción social, una práctica de la sociedad urbana que conforma la dinámica del espacio- tiempo urbano. La práctica social se expresa en un aspecto de "forma", y en otro aspecto de "dimensión", en ambos casos se manifiesta de manera "abstracta" y de manera "concreta". > Podemos decir que la práctica social urbana es la forma en que se pone de manifiesto determinada cultura urbana: es el "como" de dicha cultura, la cual condiciona y, a su vez, es condicionada por la práctica. Una no puede existir sin la otra, son "causa y consecuencia". Expresión productiva en función de la sociedad. Gestos significativos, tanto grupales como individuales, que poseen una carga ideológica determinada, como también conductas, comportamientos, hábitos que influyen en el uso del espacio urbano. > No existe cultura sin estructura social que la posibilite, y dicha estructura social es producto de la cultura. 1 Lewis Mumford "La cultura de las ciudades". Ed. Emece, Buenos Aires, 1968. 4 > La ciudad es el espacio artificial, histórico, en el cual la sociedad urbana convive, interrelacionándose en lo concreto (la "civis") y en lo abstracto (la "urbis"). La ciudad surge como la estructura espacial material, concreta, construída, por un lado; y como el producto de los sistemas funcionales generadores de su arquitectura (actividad social, económica, política, administrativa, etc.) por el otro. "Civis" y "urbis" se relacionan permanentemente, manifestándose en una acción conjunta, é influyendo una sobre la otra. Constituyen la doble dimensión esencial de los hechos urbanos. La ciudad construída influye sobre el marco socio cultural y viceversa. El espacio urbano se desarrolla como una dualidad, donde el objeto de estudio no se refiere sólo a lo formal ó a lo existencial, sino al proceso de relación entre estas dos dimensiones, que en última instancia es lo que lo constituye como una totalidad. > Debe quedar bien claro que el hecho urbano no es una suma de aspectos ó elementos, sino una unidad indisoluble del "todo", que debe ser entendida como un "sistema complejo", lo cual implica dinamismo: estudiar procesos en movimiento donde las partes del hecho urbano son interactuantes y su conocimiento estructural permite llegar a la concepción totalizadora de la realidad urbana. El hombre no percibe la realidad "tal cual es", el hombre no se estanca en una forma absoluta, estática, sino que capta totalidades complejas cuyos componentes están totalmente integrados, a pesar de estar en continuo cambio. La multidimensionalidad de la ciudad. 5 > Por lo dicho hasta ahora, puede evidenciarse otra cualidad del "hecho urbano": su multidimensionalidad. > Cuando hablamos de dimensión no hacemos referencia al tamaño, sino a las propiedades esenciales del fenómeno en estudio. La dimensión es un factor de carácter cualitativo, y no cuantitativo. Esta cualidad del fenómeno urbano se expresa en la interrelación de los factores de todo el sistema, que se desarrolla en el espacio y en el tiempo. 6-8 > Son factores las expresiones particulares que cada dimensión contiene para hacerse legible dentro de un campo específico; y campo específico de la dimensión es que define el área de estudio, de análisis de lo social, lo económico, lo político, lo físico, lo funcional. Estas dimensiones se expresan tanto en el terreno abstracto como en el concreto. Lo social. Su campo específico es el dado por el sistema social y las relaciones que en él se desarrollan. En la ciudad las expresiones de esta dimensión son factores de ordenación social (integración o desintegración, clases sociales, etc.) que se manifiestan a través de la existencia de una estructura social por una parte, en lo abstracto, y en las distintas ordenaciones espaciales del hábitat (diferentes áreas residenciales, por ejemplo), en la forma como expresión de ese sistema complejo, en lo concreto. La sociedad no es un agregado de individuos, no es un conjunto mecánico de fenómenos sociales separados, sino un sistema social íntegro, cada uno de cuyos componentes no debe ser considerado en sí, aislado, sino sólo en relación con los demás fenómenos sociales; cada uno de ellos desempeña un papel determinado y específico en el funcionamiento y desarrollo de la sociedad. Lo social comprende lo referente a la vida de las personas, a la actividad de los grupos sociales, su vinculación al régimen económico y político, conformando un sistema de fenómenos y relaciones sociales que se concreta en el espacio-tiempo urbano, como algo unitario, dependiente uno del otro. La dimensión social entendida como el proceso de la relación hombre-realidad urbana, a través del hombre como componente fundamental del sistema social con sus distintos niveles de relación, constituyendo instituciones sociales (grupo familiar, comunidad, colectividad, etc.), conformando estructuras sociales en sus sistemas de relaciones. Estas estructuras sociales están sujetas a la "presencia" de la ciudad en tanto fenómeno colectivo, definiendo la relación hombre-sociedad y con ello su modo de integración y organización. El análisis se centra entonces en qué, quiénes, y cómo son los que concretan esa "presencia" de la ciudad (agentes públicos, grupos de poder, simples habitantes a través de mecanismos de participación, etc.), con qué intención lo hacen, y en qué medida subyace su "participación" en la conformación de las estructuras de la sociedad. Lo económico. Su expresión dentro del fenómeno urbano está dada en las caracterizaciones de la ciudad como concentración y definición de pautas de consumo en lo abstracto, y como centro de producción, consumo e intercambio, en lo concreto. La dimensión económica estructura un sistema productivo, distributivo y de consumo de bienes materiales y servicios inserto en el contexto urbano. El tipo de economía es definido por el conjunto de las relaciones de producción, que constituyen una de las variables que componen la base (estructura) del régimen social. La definición de los factores de producción y el lugar que cada uno ocupa en la estructura es esencialmente política y define el carácter del sistema. La articulación de estos factores de producción (trabajo, recursos y capital) en el desarrollo de las actividades productivas de bienes y servicios que en su conjunto constituyen el aparato productivo. Desarrollado en el espacio-tiempo urbano, el sistema económico es dinámico, siempre condicionado y condicionando las tendencias del desarrollo urbano, la evolución tecnológica, la dotación de factores productivos, la situación social, la política económica, etc. Lo político. Su campo específico está determinado por la organización de las formas de gobierno y/o administración. Tiene su expresión en las relaciones del orden jerárquico administrativo entre los distintos poderes. Entre nosotros, el modelo "centro-periferia", modelo económico-político, es la concreción de estos sistemas "metropolitanos", donde la estructura jerárquica del poder ejerce la subordinación en forma encadenada de los centros menores a los mayores, en lo abstracto; y como centro decisional y de gestión, urbano y regional, a través de las instituciones y sus "instrumentos", en lo concreto. Este sistema está determinado por la organización de las formas de gobierno, poder y participación, es una variable estratégica en el análisis de los procesos de conformación urbana, en tanto define la estructura decisional. Las acciones llevadas a cabo por este sistema se caracterizan, en función de su trascendencia, por ser determinantes o condicionantes en su proyección sobre las distintas dimensiones de la ciudad. Lo físico-espacial. Está delimitado su campo específico: la expresión de lo tangible de la ciudad en su forma completa, en lo concreto, sus expresiones son las plazas y calles, que estructuran el espacio que organiza la vida de la colectividad, la arquitectura, la infraestructura, la ciudad toda; los gustos formales, las tendencias del hábitat en su tipología, en lo abstracto. Lo funcional. Su campo está determinado por la mecánica operativa de la ciudad. Implica la interrelación de todas las dimensiones actuando. Tiene sus expresiones en las localizaciones del trabajo, áreas residenciales, áreas recreativas, en su total interrelación e interdependencia, en el campo de lo concreto; y en las formas de vida que posibilita, en las posibilidades de crecimiento y de cambio, en el plano abstracto. En esta dimensión se resumen, en cierto modo, los requerimientos posibilitantes del hombre-sociedad para habitar o producir. La ciudad considerada como producto, como objeto cultural, quizás el más significativo (conjuntamente con el lenguaje la realización más rica y compleja de la cultura del hombre, según Lewis Mumford2), porque en él se desarrolla la vida, la caracterización que alcanza el medio físico-espacial por la distribución e interpretación de los diferentes tipos de actividades en el espacio-tiempo urbano, multidimensional, y dinámico. 2 Sociólogo y urbanista estadounidense. Autor de diversos estudios y ensayos sobre la historia urbana y la influencia de las utopías y la tecnología sobre la vida humana. Autor de Historia de las utopías (1922), La cultura de las ciudades (1928), Técnica y civilización (1934), Arte y técnica (1954), La ciudad en la historia (1961), El mito de la máquina (1967-1970). Autor también de Momentos de mi vida (1982), libro de memorias. Ciudad como Totalidad. 9 > "Entender que la ciudad se construye a sí misma y que la decisión (técnico- política) de intervenir sobre la ciudad implica una actitud que está más cerca de la interpretación que de la imposición, conduce a una postura totalmente distinta..." La afirmación aquí citada interesa, en tanto que nos introduce, sintéticamente, en la problemática decisiva de la gestión urbanística y, al mismo tiempo, permite iniciar esta reflexión apuntando hacia las tres componentes básicas que se incluyen en la comprensión del significado de "una postura totalmente distinta": a/ una "teoría de la ciudad" como interpretación y definición de las leyes y reglas de su proceso de formación. b/ una "técnica de intervención" como instrumental de la gestión urbana, aplicada a la construcción y transformación de la ciudad. c/ la adopción del "análisis" como método operativo de relación entre la producción de teoría (o de interpretación del fenómeno) y la práctica transformadora. "Esta interdependencia entre los factores que definen la teoría científica urbanística... presupone la adecuación tanto de su correcta concepción a la naturaleza específica del campo de su realización, la ciudad, como a esta misma realización" En función de estas consideraciones introductorias, > Pretendemos ubicar y exponer un primer nivel comprensivo (teórico) del fenómeno urbano como "totalidad" y, por lo tanto, de su real complejidad, de su multidimensionalidad, en síntesis de su "totalidad concreta" y, al mismo tiempo, recuperar la dimensión arquitectónica de la ciudad como "dato" decisivo en la conformación de un conocimiento científico de los hechos urbanos. > "Así pues, para nosotros la ciudad, en un sentido amplio, por abarcar "casi" todo lo real, es decir, una totalidad que engloba un mayoritario campo de realidad, precisa ser concebida como proceso unitario de realización y de reproducción espiritual de aquella, lo que en términos más precisos se expresa como totalidad concreta" > En este punto es preciso hacer una referencia aclaratoria al concepto expuesto de "totalidad concreta", como noción necesaria y previa al análisis e interpretación de la complejidad urbana. Frente a un sentido de la "totalidad" que se expresa en la abstracción de las partes como elemento o factores independientes, con abstracción del proceso unitario en el que se han formado conjuntamente, aislados de la estructura de la que forman parte, y a la abstracción inversa a la anterior, la abstracción de la esencia como realidad aparte, fuera de sus propiedades y de la diversidad de los fenómenos, la abstracción de lo universal como existente más allá de lo particular, la "totalidad concreta" se debe entender como la unidad, o síntesis dialéctica de los dos significados expuestos anteriormente. 10 > La "totalidad concreta implica y comprende la totalidad de las partes o elementos y de sus relaciones, pero al mismo tiempo la estructura y el principio unificador que hace aparecer a todos estos elementos múltiples y diversos, no como un mero agregado de elementos yuxtapuestos, sino como un todo organizado. El todo a su vez, no puede presentarse como algo preexistente a las partes, autónomo, como algo que tuviera realidad fuera de las partes. La totalidad concreta es el resultado de la integración de las partes, se constituye o llega a ser y es constantemente recreada en virtud de las relaciones y de la interacción de todas las partes o miembros que la integran. > El dinamismo de las partes que se mueven por sí mismas o interactúan cada una conforme con su propia realidad específica, es lo que constituye la vitalidad y el contenido del todo. El todo sin las partes no es nada o es una mera abstracción vacía e inerte. Pero a su vez las partes no son lo que son sino en virtud de su interacción, de sus relaciones mutuas y de su función con respecto a la totalidad". > A partir de estas afirmaciones, se nos hace posible introducirnos analíticamente en la consideración del fenómeno urbano y en la "ciudad como totalidad", objeto particular y específico de las reflexiones. > Para el desarrollo inicial del tema, un planteamiento metodológicamente correcto podría ser la consideración fenomenológica de la ciudad, que como "modo de percepción" expusiese la globalidad del hecho urbano en su conjunto. Para ello nada más fácil que hundirnos en la multiplicidad de la vida urbana de una cualquiera de nuestras grandes ciudades, de incorporarnos vitalmente a su intenso torbellino, y con ojo crítico intentar percatarnos de cada detalle, de cada parte de las visiones parciales, esquemáticas; en suma de cuantas perspectivas cotidianas locales, globales, parciales y específicas podamos abarcar. 11 > En este punto, sin embargo, parece fundamental poder distinguir en el concepto unitario de la multidimensionalidad urbana dos "momentos", o enfoques, de la complejidad; por una parte, lo que podríamos denominar la existencia de lo urbano, donde se registra la relación entre la presencia objetiva de los espacios urbanos definidos ("el espacio construido") y la actividad humana que se desenvuelve en dichos espacios o "recintos"; por otra parte, el reconocimiento del proceso de formación y construcción de la ciudad, donde se deberá establecer una relación análoga entre la dinámica (y la permanencia) de la componente física y la actividad o "gestión" de la totalidad de las prácticas urbanas, que en su dimensión social construyen ciudad. > Esta distinción resultará de singular importancia cuando posteriormente podamos considerar, a su vez, la diferenciación entre el conocimiento de la ciudad y las intervenciones transformadoras. 12 > Por lo expuesto surge con claridad que el fenómeno urbano es un fenómeno complejo, contradictorio, y multitudinario, tanto en su composición como en la presencia de sus agentes activos de transformación. Esta conclusión resulta decisiva poder asumir, como urbanistas, aquella "postura totalmente distinta", que se citara al comienzo de este trabajo y cuyo significado estamos intentando aclarar a partir de las fundamentaciones expuestas. La construcción de una política urbanística es sin duda un proceso en el cual intervienen numerosos sujetos (o fuerzas), cada uno de los cuales ha asumido identidad en la historia pasada y es por esto que el estudio de los sistemas que producen decisiones aparecen como parte fundamental del área. > Sin embargo, a los efectos comprensivos e interpretativos, también parece posible sintetizar esta complejidad (sin que ello suponga simplificación del fenómeno considerado), en una dualidad que expresa la doble dimensión esencial de los hechos urbanos: Tradicionalmente, las voces latinas "urbis y civitas" han sintetizado admirablemente la doble dimensión esencial de los hechos urbanos, esto es, su dimensión física y construída, y su dimensión política y social. > El análisis y desarrollo de esta relación constituye entonces el campo fundamental del conocimiento del fenómeno urbano y define, en consecuencia, la especificidad de la "ciencia urbana". Sin embargo, esta especificidad se tiñe inevitablemente de la misma complejidad intrínseca del objeto de su estudio: la ciudad. > La consideración de la ciudad como "totalidad concreta" ( y por ello forzosamente multidimensional y polifacética) es una concepción de la realidad urbana que pretende ser omnicomprensiva, sin que quede ningún aspecto o variable fuera de consideración. La tematización de la ciudad en sus aspectos más esenciales, realizada a través de su sectorización específica, y por lo tanto de su desenvolvimiento disciplinario, tanto teórico como práctico, ha de ser sólo como una primera fase del método de estudio. La segunda fase será la integración, el proceso dialéctico, que considera el movimiento de todos los aspectos y problemas, de todas las relaciones interdisciplinarias y de todas las especificidades; en suma, de todos los hechos y contradicciones... Por otro lado, la indagación sobre la naturaleza de los hechos urbanos (que no es más que otra forma de preguntar: qué es la ciudad?), planteada en términos de discernimiento esencial y profundo, exige una angulación filosófica para ser contestada adecuadamente, puesto que el conocimiento de la realidad urbana, (que en nuestros días constituye uno de los sectores mayoritarios de la realidad humana, debido al acelerado proceso de la urbanización del hombre) de su estructura, sólo puede ser comprendida cabalmente a través de su consideración global y unitaria, como totalidad, función en que sólo la filosofía, como actividad específica que la desarrolla en términos de tema propio y como integradora de las aportaciones tematizadas de las ciencias específicas, puede dar respuestas satisfactorias". > Los Párrafos anteriores, nos permiten formular las siguientes consideraciones: 13 > a/ el indudable carácter "interdisciplinario" que asume el método de la "ciencia urbana". > La interdisciplinariedad presupone antes que nada que se tome en serio la partícula "Inter." que compone su nombre y que indica interacción, interdependencia e interfecundación mutua de las diversas disciplinas. Para que esto se realice, es preciso, antes que nada, que se constituya un verdadero "equipo de trabajo" compuesto por especialistas de diversas disciplinas que se integran para realizar un trabajo en común". > Sin embargo, es fundamental reiterar que esta integración (entendida como síntesis del diálogo de las aproximaciones específicas) sólo es posible si cada especialidad, en su nivel autónomo, ha desarrollado una "teoría particular" del fenómeno considerado, hecho que en la dimensión arquitectónica adquiere una decisiva importancia, como veremos más adelante. > b/ La "ciencia urbana" como necesidad y como posibilidad. > Es indudable que la pretensión de una "ciencia urbana" como "consideración de la ciudad como totalidad concreta..." como una "concepción de la realidad urbana que pretende ser omnicomprensiva, sin que quede ningún aspecto o variable fuera de su consideración..." adquiere, por una parte, una innegable importancia, dada la estrecha relación que se debe reconocer entre "el conocer y el intervenir", más aún "en el sentido de que a algunos modos de conocer" a la ciudad pueden corresponder ciertos "modos de intervenir" en la ciudad". Pero por otra parte, también es innegable que en la actual instancia de los estudios sobre la ciudad, se nos presenta una "ciencia" (urbana) que, aparte de sus singularidades metodológicas y, en su realidad, epistemológicas (aspecto vinculado a una cuestión más general como es el escaso desarrollo teórico del presunto campo epistemológico de un programa interdisciplinario), se expresa más como una posibilidad, casi como un "horizonte hermeneútico" al que se tiende, aunque no se tenga la certeza de poder alcanzar. Lo indudable, no obstante las relatividades expuestas, es que el valor trascendente de la intencionalidad apuntada, radica en la posibilidad de poner en desarrollo un proceso teórico-práctico cuyas consecuencias deben resultar decisivas en el avance hacia un conocimiento científico del fenómeno urbano y a sus consecuentes "modos de intervenir" en la transformación de la ciudad. > c/ La dimensión arquitectónica de la ciudad como medio de conocimiento de la realidad urbana. > Hablando de arquitectura, no debemos referirnos sólo a su conjunto y a la imagen visible de la ciudad, sino más bien a la arquitectura como construcción; a la construcción de la ciudad en el tiempo. > Pienso que este punto de vista puede constituir el tipo de análisis más global acerca de la ciudad. Esta se remite al dato último y definitivo de la vida de la colectividad, la creación del ambiente en el cual ésta vive. > Mas, puesto que da forma concreta a la sociedad y puesto que está íntimamente relacionada con ésta y con la naturaleza, la arquitectura es diferente y tiene una originalidad con respecto a todo otro arte o ciencia. En un punto anterior hemos insinuado el carácter decisivo que asumía la dimensión arquitectónica en la integración de las distintas "teorías particulares" que cada especialidad puede desarrollar en la interpretación del fenómeno urbano. El texto aquí citado, nos introduce en la clave de la función que la lectura arquitectónica de la ciudad ejerce en el conocimiento de la compleja realidad urbana. En primer lugar, parece necesario reiterar que esta cualidad intrínseca se refiere no tanto a la dimensión artística tradicional, con que podríamos asociar la idea de arquitectura, sino a esa otra condición de la arquitectura (y por lo tanto de la ciudad) como "hecho construído". > Respecto de la caracterización de la ciudad como "construcción", cabe precisar que se entiende por tal a la estructura física urbana, y que ésta es asumida en el presente trabajo como "forma concreta" de una sociedad, como dato último de una compleja elaboración. > Ahora bien, la complejidad de esa elaboración radica precisamente, en la no linealidad de las determinaciones entre las estructuras sociales y las estructuras espaciales... Así entendida la compleja elaboración social que produce, como dato último, la estructura física urbana; ésta surge perfilada con rasgos de relativa autonomía respecto a la estructura social y gobernada, por lo tanto, por leyes propias; todo lo cual se constituye en el fundamento de un enfoque disciplinario autónomo para el estudio de la ciudad. 14 > Cabría agregar a lo expuesto, la necesaria aceptación, a su vez, de la ciudad como "objeto-sujeto", "producto-productor" de la existencia humana social que la habita, en sus múltiples actividades específicas, como forma de completar la interpretación de aquella "compleja elaboración". Como consecuencia, parecería que esta perspectiva, en relación con la idea de conformación interdisciplinaria antes desarrollada, no se correspondería estrictamente con las vinculaciones claramente horizontalizadas que se establecen entre los campos de conocimiento, según los fundamentos del trabajo interdisciplinario. Más bien, sin descartar la posibilidad y la necesidad de establecer ciertas construcciones teóricas basadas en la necesidad de "integración funcional" de los conocimientos parcelarios sobre la ciudad, "para la elaboración de las grandes síntesis que sean capaces de integrar los resultados analíticos de los avances logrados en las diversas áreas del conocimiento", la presencia de lo económico y lo social, con sus múltiples aspectos y manifestaciones surgiría a partir del "dato" arquitectónico de la ciudad, como primera y, a su vez, última verificación del complejo proceso de producción de la ciudad. Es a partir de esta condición, que puede entenderse cabalmente el papel, fundamental e insustituible, que adquiere "lo arquitectónico" como modo de acceso a lo "real urbano". "El gran acierto del planteamiento... consiste en que, en la búsqueda de una fundamentación de la ciencia urbana, a partir de la dimensión arquitectónica de la ciudad, a la par que descubre la autonomía de los hechos urbanos en su aspecto de realidad construida, valora adecuadamente la trascendencia de la política, la economía o lo social como variables esenciales de lo urbano". > Como conclusión, parece interesante prolongar, aunque sintéticamente, el análisis de la "ciencia urbana" en lo referente a su relación con el "urbanismo", entendido éste como disciplina encargada específicamente de desarrollar los modos de intervención en la ciudad, en relación a su vez con el conjunto de las prácticas sociales que también, a su modo, hacen ciudad. En este sentido se afirmaría que el conocimiento de la ciudad (como "ciencia") equivale a una "teoria de arquitectura" en el otro campo disciplinario; la "urbanística" a una "teoría de la proyectación" (arquitectónica) y finalmente el "urbanismo" en sí, a la acción específica de la proyectación de la arquitectura. > La necesidad de esta relación entre una "ciencia urbana" (como conocimiento abarcativo de la ciudad) y el "urbanismo" (como práctica de intervención en la ciudad), queda indisolublemente ligada a aquel sentido indicado de que "a algunos modos de conocer la ciudad pueden corresponder ciertos modos de intervenir en la ciudad". > La pretensión de un conocimiento científico de la realidad urbana (entendida como "totalidad concreta") no se fundamenta solamente en el valor de dicho conocimiento en sí mismo sino en el hecho de que dicho conocimiento pueda permitir la definición de "modos" de intervención apropiados a la realidad que se intenta transformar.