Reflexiones para el siglo XXI, en el marco del Evento de Alto Nivel

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Reflexiones para el siglo XXI, en el marco del Evento de Alto Nivel de la ONU sobre
Juventudes, NY, Julio 2011.
¿Qué vamos a hacer en un planeta de 7,000 millones de personas?
“Jóvenes son un bono o una bomba de tiempo”
San Salvador, 21 de julio de 2011
Por César Neftalí Artiga Cartagena. Director Ejecutivo de la Asociación Nueva
Vida Pro-Niñez y Juventud en representación de SIGLO XXIII: Paz Sustentable y
Grupo “Sin Cuenta” (G50).
Las proyecciones reveladas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
en el último informe presentado el 11 de julio, en el contexto del Día Mundial de la
Población, de que para el 31 de octubre de 2011 la población mundial en el planeta
alcanzará los 7 mil millones de personas son preocupantes, aún más si tomamos en
cuenta que 3 mil millones de esas personas serán menores de 25 años.
UNFPA destaca los desafíos y los retos que enfrentarán todas las naciones para atender
las necesidades de ese número de habitantes "si no quieren aumentar en miles de millones
sus niveles de empobrecimiento y exclusión".
Se calcula que para el 2015 El Salvador contará con un millón 341,083 personas entre 15
y 24 años de edad, por lo que tendría que centrar la atención en el llamado “bono
demográfico” que representa una oportunidad si es atendido como es debido, tanto en la
inversión como en la generación de experiencias de desarrollo.
“Las presiones para satisfacer la demanda de servicios de educación media y superior, así
como la demanda de cuidados de la salud y de empleo que ejerce este sector de la
población se reducirán progresivamente y de manera sensible a partir de 2015, por lo que
es ahora cuando más se necesita asignar prioridad en el gasto público a la juventud”, dijo
Elena Zúñiga, representante de UNFPA en El Salvador.
El crecimiento poblacional salvadoreño no es significativo desde 1975, cuando se
contaba con cuatro millones de habitantes, esto debido a alta tasa de migración, donde la
mayoría de inmigrantes eran menores de 24 años.
Actualmente, la mitad de las personas de 18 años de edad deja de estudiar y el 56% de los
hombres de esa edad ya forman parte de la población económicamente activa. A la edad
de 24 años, el 74% de las mujeres ya han estado embarazadas.
En una entrevista realizada a Leonor Calderón, representante de UNFPA en Guatemala,
señala que las pocas oportunidades de educación e inserción laboral para jóvenes
provocan la reflexión de si los jóvenes son un bono o una bomba de tiempo. Al mismo
tiempo considera que si la población productiva tiene las condiciones para
participar en la generación de la riqueza, es un bono demográfico, porque ello se
convierte en réditos para el Estado, pero si no las tiene se vuelve una bomba de
tiempo, por lo cual exhorta a trazar estrategias en este sentido.
El bono demográfico significa que hay una gran cantidad de población joven, la
mayor que nunca antes ha existido, en edad productiva. Esta edad productiva es un
bono, porque si es bien utilizada es una garantía de que gran cantidad de quienes
trabajan aportan, tributan, y estamos hablando de una sociedad que da estabilidad,
desarrollo y oportunidades.
Si la sociedad brinda las condiciones necesarias para que esa población pueda
insertarse a la vida laboral, generar riqueza y producir, estamos hablando de una
oportunidad de mejorar las perspectivas, pero si no lo brinda estamos hablando de
una auténtica bomba de tiempo.
Este año en el cual se culmina el Año Internacional de la Juventud, la voz y participación
de las juventudes se vuelve trascendental, ya que estas recibirán este mundo con las
herencias de las generaciones anteriores y son las que van a vivir con los aciertos o
desaciertos de las decisiones que los adultos históricamente han tomado. Las juventudes
presentes heredan un mundo en caos y envuelto en crisis económica, financiera,
ambiental, alimentaria y social,que destaca particularmente la violencia extrema, que
castiga enormemente a este segmento de población en los países de América Latina. Y
en este contexto, El Salvador es uno de los países más violentos de la región, con tasas
de homicidios altísimas, con victimas menores de 25 años, y estudiantes asesinados por
la lucha de territorios y por el reclutamiento y utilización de los mismos para actividades
delictivas por parte del crimen organizado y el narcotráfico. Aqui en El Salvador, ya casi
llegamos a los 100 estudiantes asesinados/as en lo que va del 2011.
En nuestro pais y la region, la bomba esta en activo, y con los costosos programas que se
tienen en mente para trabajar la violencia y las juventudes, no nos parece que se
encontraran ni la vida, ni la paz, ni la convivencia social. La falta de participacion de las
juventudes en la creacion de politicas y organismos de estado y gobierno, para atender a
las juventudes, no resultara en el cultivo del bono demografico, y por tanto en el buen y
bien vivir para ellas, ni para la sociedad en general.
Ante todo lo antes mencionado, se vuelve vital el propiciar el protagonismo de las
juventudes como sujetos de su propio desarrollo, incorporándose en las instancias
tomadoras de decisión con participación real y efectiva en la formulación de políticas
públicas y de Estado, que de forma consecuente logren invertir de forma decidida y
proactiva en este tan dichoso “bono demográfico”. Es esta inversion que brinda una gran
oportunidad de construir una sociedad para las generaciones presentes y futuras que les
garantice gozar de un verdadero desarrollo. Es en respuesta a el llamado de Monseñor
Oscar Arnulfo Romero, a ser solidari@s, ala opción preferencial por los/las
empobrecid@s y a las diferentes formas y expresiones de vida en el planeta, que nos dara
la justicia y la paz ahora y hacia el futuro.
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