Imperialismo y Colonialismo

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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN.1
2. CONCEPTUALIZACIÓN2
3. COLONIALISMO3
3.1 CAUSAS DEL COLONIALISMO
3.2 COLONIALISMO EN AMÉRICA
3.3 IMPERIOS
3.4 ENFRENTAMIENTO ENTRE PAÍSES COLONIZADOS
3.5 CONSECUENCIAS DE LA COLONIZACIÓN
4. IMPERIALISMO.11
4.1 FACTORES QUE DESARROLLARON EL IMPERIALISMO
5. DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. PRIMEROS PROCESOS.17
COLONIZADORES DE ESPAÑA
5.1 VIAJES DE CRISTÓBAL COLÓN
6. FELIPE II30
6.1 INTRODUCCIÓN
6.2 SU IMPERIO, SUS COLONIAS Y SUS BATALLAS
7. PROCESOS DE DESCOLONIZACIÓN E INDEPENDENCIA47
7.1 EL FINAL DEL IMPERIO ESPAÑOL EN AMÉRICA
7.2 INDEPENDENCIA PARA LAS COLONIAS
7.3 CONSECUENCIAS DE LA DESCOLONIZACIÓN
7.4 LISTADO CRONOLÓGICO DE LA INDEPENDENCIA
DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS EN AMÉRICA
8. LA GUERRA DE MARRUECOS57
8.1 CAMPAÑA DE IFNI−SAHARA
1
8.2 OPERACIONES EN EL SAHARA ESPAÑOL
8.3 LA INDEPENDENCIA DE LA ZONA SUR DEL PROTECTORADO
DE MARRUECOS
9. EL MUNDO HOY63
9.1 LA GLOBALIZACIÓN, EL NUEVO COLONIALISMO
10. CONCLUSIONES.69
11. BIBLIOGRAFÍA69
1. INTRODUCCIÓN. FORMACIÓN DE LOS IMPERIOS COLONIALES. CONCEPTO DE
NEOCOLONIALISMO
Con las expediciones de Cristóbal Colón, Vasco da Gama, Magallanes y otros muchos navegantes, las
potencias ibéricas se aseguraron el dominio del tráfico marítimo, del comercio con ultramar y de los puntos
estratégicos. Siguiendo su ejemplo, las demás naciones europeas se lanzaron a la conquista de nuevas tierras,
países con gran tradición marítima como Inglaterra, Francia y Países Bajos, que llegaron a formar grandes
imperios.
La revolución Industrial, que se inició y consolidó en estos últimos países, favoreció dicha expansión. Los
motivos ideológicos no tardaron en justificar las razones económicas: cada nación recurrió a su historia, exaltó
su misión civilizadora y pretendió realizar una cruzada moderna contra religiones y creencias que con
frecuencia conocía muy mal y cuyas raíces históricas subestimaba.
En la segunda mitad del siglo XIX las potencias europeas se lanzaron a la ocupación de otros continentes en
busca de materias primas para sus industrias y mercados donde pudieran colocar sus productos sin trabas
aduaneras. El arroz, el trigo, los minerales del Congo, Indochina e Insulandia, impulsaron a los gobiernos
europeos a la conquista de colonias y a la formación de una red de comunicaciones para poder explotarlas.
Así se formaron los imperios coloniales. Este periodo tiene su fase clásica entre 1870 y 1914, y se denominó
era del imperialismo. Treinta millones de europeos habían emigrado. Pero los auténticos beneficiados fueron
los accionistas de los grandes negocios, organizados en Cámaras de Comercio e Industria. Se llega a afirmar
que las colonias británicas, por ejemplo, eran un gigantesco servicio de beneficencia para las clases altas. En
1914, el imperialismo absorbía el 90% de África, el 99% de Oceanía y el 56% de Asia. El 60% de las tierras
emergidas y el 65% de la población mundial dependen de Europa.
Tras la segunda guerra mundial, surgieron los sentimientos nacionalistas en procura de la independencia y el
aspecto del mundo cambió. Hoy en día todavía existen territorios que dependen de otros, pero la forma de
dominio más común es el llamado Neocolonialismo. Este término indica la dependencia económica de los
países pobres hacia las naciones desarrolladas.
2. CONCEPTUALIZACIÓN
Por el influjo de teorías y propaganda marxista, existe en la actualidad cierta confusión en el uso de los
términos colonización e imperialismo. El imperio de una potencia es, según una versión muy difundida, el
conjunto de sus colonias, sin embargo, en la antigüedad clásica, colonias e imperios diferían profundamente,
tanto en extensión como en naturaleza. La colonia antigua era un fenómeno análogo a la diseminación de las
plantas o a la multiplicación por segmentación de los animales inferiores. Las disensiones políticas o el afán
de independencia en nuevas tierras provocaron una serie de nuevas agrupaciones. La colonia era, pues, ante
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todo, emigración. Pero emigración con un carácter político preciso: la creación de un estado diferente al del
país de origen, pero unido a este por creencias generadoras de alianzas en caso de peligro. El imperio tenía
una dinámica distinta; Imperator en latín es general, imperium es el mando. El imperio no tiene una base
demográfica, sino militar; no es la emigración, sino la conquista. Es un fenómeno de expansión que conduce a
la absorción total del pueblo sometido. El imperio es, entonces, una amalgama, un equilibrio, según el poder
respectivo de dominador y dominado. Es al mismo tiempo un factor de unidad, de pacificación, circulación,
cambios y, por consiguiente, de civilización y progresos.
El imperialismo en el sentido moderno se aplica a la intención de un país que aspira a imponer su influencia
política, cultural y económica en otros territorios situados más allá de sus propias fronteras.
En conclusión, aunque las voces imperialismo y colonialismo tienen un significado similar y pueden usarse
indistintamente en algunas ocasiones, conviene establecer ciertas diferencias entre ellas; el colonialismo
implica un control político oficial que supone la anexión territorial y la pérdida de soberanía del país
colonizado. El imperialismo tiene un sentido más amplio que remite al control o influencia ejercido sobre otra
región, sea o no de forma oficial y directa, e independientemente de que afecte al terreno económico o
político.
Entonces puede hablarse de colonialismo cuando un pueblo o gobierno extiende su soberanía y establece un
control político sobre otro territorio como fuente de riqueza y poder. Esta relación concluye cuando el pueblo
subyugado alcanza su soberanía o se incorpora a la estructura política de la metrópoli en igualdad de
condiciones.
Las relaciones comerciales han cambiado considerablemente a lo largo de la historia. Algunas colonias han
sido densamente pobladas, mientras que apenas ha llegado población nueva a otras. Algunas han sido
sometidas a un control riguroso, mientras que en otras se ha realizado un control somero y extraoficial. Unas
se han fundado en ultramar, mientras otras se han establecido en territorios adyacentes.
El colonialismo de la época moderna comenzó a mediados del siglo XV y puede dividirse en dos fases: la
primera abarca desde 1415 hasta 1800 aproximadamente, y la segunda desde 1800 hasta la segunda guerra
mundial.
El colonialismo, como ya hemos observado, puede ser analizado desde diversas aristas históricas, pero en el
presente informe, como lo hacen muchos eruditos, lo entenderemos como el proceso histórico ocurrido entre
los siglos XVI y XX, mediante el cual Europa se expande a otros continentes conquistando territorios y
fijando colonias en ellos, proceso que traería consecuencias de sentido comercial, político e ideológico.
3. COLONIALISMO
El colonialismo moderno de Europa comenzó en el siglo XV y puede dividirse en dos fases: la primera
transcurre desde 1415 hasta 1800 aproximadamente, y la segunda se prolongó casi desde entonces hasta la
segunda guerra mundial. En la primera etapa, España y Portugal se expanden por las indias, en la segunda,
Gran Bretaña tomó la iniciativa en la expansión al mundo.
3.1 CAUSAS DEL COLONIALISMO
Los factores por los cuales es causado el colonialismo son de cuatro tipos:
• Económicas:
1.1. Búsqueda de mercados: La competencia por la obtención de mercados para los excedentes de
producción es el factor decisivo de la expansión imperialista, según la teoría de Charles A. Julien. El punto de
3
partida sería la crisis de 1873, y el período deflacionista subsiguiente; acentuado por el viraje proteccionista
iniciado por la mayor parte de países industrializados, excepto en Gran Bretaña. En realidad existe un
paralelismo entre expansión colonial y proteccionismo. Por el contrario, el mantenimiento de la política
librecambista británica también se explica en parte por la expansión imperialista, tras el cierre de los mercados
europeos a los productos británicos tras la oleada proteccionista.
1.2. Obtención de materias primas: La búsqueda de materias primas no suscitaba, al menos en los orígenes
de la expansión colonial, el mismo interés. Sólo en algunos casos constituyeron un estímulo importante.
1.3. Inversión de capitales: La relación entre inversión de capitales y expansión imperialista fue formulada
por Lenin en su obra "Imperialismo, fase superior del capitalismo" (1917). Según la explicación marxista,
cuando el capitalismo alcanza el estado "monopolístico", las oligarquías financieras utilizan la colonización
como instrumento para la inversión de capitales. Su finalidad no sería obtener mercados o materias primas,
sino también y sobretodo, territorios donde exportar capitales y mantener un alto grado de rentabilidad de
éstos en un momento en que la tendencia deflacionista de los precios en los países industrializados había
significado una sensible disminución de los beneficios del capitalismo financiero. La inversión de capital se
orientaba en los países colonizados o de economía dependiente hacia sectores que requerían escasa dotación
técnica y mano de obra no cualificada (minería, plantaciones agrícolas, etc...), frecuentemente en forma de
contratos de préstamo, de manera que se obligaba al país deudor a invertir ese capital en las compras de bienes
de equipo o mercancías en el país acreedor. Como consecuencia, conforme se establecían mayores lazos
financieros, mayor era el grado de dependencia.
1.4. Factores demográficos y sociales: Junto a la búsqueda de mercados e inversión de sus capitales,
considerados tradicionalmente como los factores esenciales de la expansión colonial, aparecen otros de raíz
socioeconómica. Algunos historiadores han resaltado la incidencia de la presión demográfica europea en la
expansión colonial. Hasta 1914, más de treinta millones de europeos emigraron a ultramar. Aunque hay que
tener en cuenta que la emigración se dirigió preferentemente hacia Estados Unidos y que si exceptuamos el
caso británico, el colonialismo fue impulsado por países sin excedente demográfico
Además, el colonialismo tuvo efectos beneficiosos desde el punto de vista social: contribuyó a paliar las fases
de recesión económica y el paro; atenuando considerablemente las tensiones sociales. Por otro lado, el
aumento del nivel de renta del proletariado provocó una disminución de la plusvalía de los capitales e incitaba
la inversión de capital en las colonias, donde los niveles salariales eran mucho menores.
2. Políticas
2.1. La política de poder a que conduce el nacionalismo, encuentra un sólido apoyo en el imperialismo.
Inglaterra está insatisfecha, pero ve surgir competidores. Francia, perdidas Alsacia y Lorena, procura
compensaciones en otros continentes. Rusia, detenida en Occidente desde su fracaso en la guerra de Crimea,
se orienta hacia el Sur y el Este. Italia y Alemania, recién unificadas, pugnan por ponerse a nivel de los
grandes Estados en el reparto del mundo. Principalmente la segunda, respondiendo a las exigencias
económicas de un pujante desarrollo industrial, apela a una ideología nacionalista de larga data para cimentar
el "pangermanismo", cuyo contenido resume Guillermo II en 1907: "El pueblo alemán, unido en un espíritu
de concordia patriótica, será el bloque de granito sobre el que Dios nuestro Señor podrá edificar y rematar la
obra civilizadora que él se propone en el mundo". Esta ideología conduce a la exaltación de la guerra como
medio de ampliar el ámbito de influencia geográfica de la nación alemana. Todos estos factores hacen que los
países europeos desarrollen una política de prestigio, por la cual ninguna quiere quedarse atrás en el reparto
del mundo y todas buscan puntos de apoyo estratégicos, en una época en que la navegación a vapor exige
zonas de abastecimiento de carbón alrededor del mundo; a su vez, la conquista de una colonia suscita la
necesidad de otras que la protejan, por razones de seguridad.
2.2. Y por último dominar las rutas marítimas comerciales, y para ello hacia falta disponer de puertos
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estratégicos, entre otras cosas para que los barcos repostaran, por ejemplo la ruta de la India tenía varios
puertos en Gibraltar, Malta, Suez, etc.
• Sociodemocráticas
3.1. En Europa existía un exceso de población, y a causa de la falta de trabajo podían causar un malestar
social.
3.2. La burguesía industrial también tomó parte en el asunto, al colonizar tierras tendrían más espacio para sus
industrias.
• El clero también se vio obligado a participar, y viajó a las nuevas tierras con una misión evangelizadora.
• Y por último también fueron los nuevos funcionarios, para tomar más soltura y subir un escalafón.
4. Ideológicas
4.1. La primera y la principal es que según el hombre blanco la raza dominante era la suya, por lo tanto se
veían obligados a dejar clara su supremacía.
• Luego existían impulsos por conquistar nuevas tierras y nuevas culturas.
• También les movía un espíritu de la aventura.
4.4. Y por último sus religiones, tanto la cristiana como la protestante debería ser extendida por todo el mundo
actual.
3.2 COLONIALISMO EN AMÉRICA
América, descubierta en 1492, estuvo presente durante los dos períodos de colonialismo moderno. Sus costas
fueron recorridas y luego conquistadas por marinos y comerciantes portugueses y españoles primero, luego
por holandeses, y finalmente por franceses e ingleses.
Mientras Portugal obtuvo la región oriental de Brasil, España conquistó México, Centro y Sudamérica.
Holanda dominó las Antillas holandesas, Guayana holandesa (Surinam) y otras pequeñas islas del caribe.
Inglaterra se hizo de los EE.UU., Canadá, Guayana inglesa (Guyana), Jamaica, Honduras inglesas (Belice),
las islas Falkland (Malvinas) y otras islas del caribe. Francia poseía Haití y Guayana Francesa. Cuando
EE.UU. se unió al colonialismo, compró Alaska a Rusia y conquistó la zona del canal de Panamá y Filipinas,
tomó como protectorados Cuba y Haití, y como estado libre asociado Puerto Rico.
Mientras los dos primeros países tuvieron tendencia a crear asentamientos mixtos que absorbieran las
poblaciones indígenas de sus territorios, los británicos y franceses se inclinaron por la fundación de colonias
puras, eliminando y desplazando a sus anteriores habitantes.
Algunas características de la colonia española son:
Las Indias, o territorios de Hispanoamérica, siempre fueron consideradas como propiedad personal de la
colonia de Castilla. Por esa razón los monarcas establecieron una serie de normas que regularon, desde un
comienzo, la colonización de dichos lugares.
Para la administración de América se crearon diversos organismos dependientes del rey: la Casa de
Contratación (Sevilla, 1503; regulación y vigilancia del comercio entre España y las colonias, control de
emigración, investigación geográfica y desarrollo de instrumentos de navegación y náuticos), Consejo de
Indias (1524, presidente y cinco consejeros; asesoramiento en todas las materias sobre América).
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Los monarcas eran seguidos en orden de importancia por los virreyes, representantes del rey en el Virreinato.
Éstos hasta 1917 eran dos: Nueva España (México hasta Panamá) y Perú (desde Panamá inclusive, al sur).
Entonces se creó el virreinato de Nueva Granada (Colombia, Venezuela y Ecuador). En 1576 se creó el de La
Plata o de Bs. As. (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia). Los virreinatos estaban divididos en
Gobernaciones, a cargo de un gobernador asesorado por la Real Audiencia, organismo encargado de
administrar justicia y velar en temas políticos y administrativos. Estaba ubicado en las ciudades más
importantes y estaba constituido por un presidente, oidores y fiscales.
Las gobernaciones se dividían en corregimientos a cargo de corregidores.
El comercio que se desarrolló desde 1524 entre América y España fue de carácter monopólico. Desde un
comienzo la corona estableció un riguroso control sobre las rutas comerciales, con el fin de evitar la fuga de
metales preciosos, escasos, y cuya posesión era índice de poderío. Los galeones que anualmente salían de
Sevilla, atracaban en puertos como La Habana, Veracruz, Portobelo y Cartagena, en donde se organizaban
ferias a las cuales asistían productores de todas partes. Los chilenos y peruanos organizaban anualmente una
flota hacia Panamá para vender sus productos.
El monopólico sistema no se pudo mantener hasta el final, ya que durante el siglo XVII una serie de
fenómenos económicos demostró que no era eficaz. España no pudo mantener las necesidades de sus colonias
en productos manufacturados, por lo que debió permitir la intervención de otras potencias. Por otra parte, el
contrabando se desarrollaba como consecuencia de los altos impuestos y la complicidad de los funcionarios.
En 1740 se abolió el sistema de flotas, y en 1778 se adoptó el libre comercio. Para ello se habilitaron trece
puertos de la península, Mallorca y Canarias, y veinticuatro de América.
Desde el punto de vista poblacional, Hispanoamérica presentaba un mosaico étnico; españoles, criollos,
mestizos, indios y africanos conformaban los 15.000.000 de personas a fines de la colonia.
Con relación a la cultura, tanto españoles como portugueses al conquistar o fundar una ciudad, establecían
instituciones europeas, entre ellas las educativas. En la colonia existieron 22 universidades con 4 facultades
cada una; derecho, teología, medicina y artes. También existieron escuelas, colegios y seminarios. En las
zonas rurales se enseñaban artes y oficios. El interés artístico se centró en crónicas, destacándose poetas y
dramaturgos como Alonso de Ercilla Zúñiga y Garcilaso de la Vega. La arquitectura, escultura y pintura
dejaron sus huellas hasta nuestros días, desarrollándose estilos de moda en Europa (especialmente el barroco).
Los más antiguos imperios coloniales europeos entraron en declive a comienzos de siglo XVIII, la mayoría de
colonias portuguesas, españolas y francesas alcanzaron la independencia durante o luego de la Guerras
Napoleónicas. Por otro lado, los holandeses perdieron gran parte de su modesto imperio en el Nuevo Mundo y
tuvieron que acostumbrarse a comerciar ilícitamente con las colonias de otras potencias. Los ingleses también
perdieron gran parte de sus antiguas posesiones de los EE.UU., pero Inglaterra siguió siendo una gran
potencia colonial.
Durante la segunda etapa, el colonialismo estuvo presente en países pobres y pequeños del Caribe, en donde
Holanda, Inglaterra, Francia y Estados Unidos formaron colonias.
3.3 IMPERIOS
Una vez vistas la definición, causas, y características del colonialismo, conoceremos la síntesis de cada uno
de los países imperialistas.
3.31 Imperios Español y Portugués
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La expansión colonial europea se inició en el siglo XV con los descubrimientos de portugueses y españoles
y sus posteriores conquistas en América, África, Asia y Oceanía.
Portugal conquistó la plaza norteafricana de Ceuta, en 1415; descubrió después las islas atlánticas de
Madeira, Azores y Cabo Verde, y estableció a lo largo del siglo numerosos asentamientos en la costa
occidental africana.
Los portugueses, que disfrutaban de estabilidad política, poseían experiencia marítima y contaban con una
posición geográfica favorable, fueron los primeros europeos que doblaron el cabo de Buena Esperanza
para llegar hasta el sur y este de Asia en el siglo XV. Portugal, interesada principalmente en dominar el
comercio de especias, estableció factorías y fuertes a lo largo de la costa, en lugar de colonias.
El monopolio comercial portugués se vio seriamente amenazado por los ingleses y holandeses a fines del
siglo XVI.
España, que había comenzado a disputar a Portugal los puertos septentrionales en inicio de la segunda mitad
del siglo, sucedió pronto a aquel país como principal potencia marítima. Esto ocurrió cuando el navegante
genovés Cristóbal Colón descubrió el continente americano terminando el siglo XV.
España pudo entonces colonizar casi la totalidad del continente, mientras Portugal se repartía en Asia y
África.
Pero luego de la emancipación de las naciones en este tiempo bajo dominio ibérico, ambas potencias entraron
al siglo XX con varias zonas sobre las cuales tenían control. Ya poseían experiencia en la materia, e incluso
algunos territorios ya habían estado bajo su mandato.
La lista de dominios de estas potencias en el segundo período colonial es:
ESPAÑA:
África: Guinea, parte de Marruecos y del Sahara Oriental. Algunas islas del Atlántico.
PORTUGAL:
África: Angola, Mozambique y parte de Guinea.
Asia: El puerto de Macao en China.
Oceanía: Pequeñas islas y archipiélagos.
3.4 ENFRENTAMIENTOS ENTRE PAÍSES COLONIZADORES
El formidable desarrollo económico alcanzado por las grandes potencias occidentales las llevó a
establecer su dominación sobre otros continentes, y a rivalizar a la vez entre sí.
Las pugnas internacionales en Europa originaron una competencia por apoderarse de puntos
estratégicos. Preocupaba, preferentemente, controlar los pasos entre los continentes. Las
desembocaduras de las arterias fluviales y los archipiélagos ubicados en medio de los océanos.
Posteriormente, los canales interoceánicos artificiales; Suez y Panamá fueron puntos claves.
La primera oleada colonizadora, que se inicia en 1876, tiene sus figuras en el inglés Disraeli, el francés
Ferry y el rey belga Leopoldo II.
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Las primeras fricciones territoriales hacen ver la necesidad de una regulación internacional de la
expansión colonial. La Conferencia de Berlín de 1885 decide que sólo la ocupación efectiva, y no
únicamente la instalación en la costa, otorga derecho a la posesión de un territorio; esta decisión acelera
la carrera colonizadora con la entrada de Alemania, Italia y países no europeos.
Esta Conferencia también soluciona problemas limítrofes en los territorios africanos, como en el caso de El
Congo, y señala lugares de colonización para países como Alemania e Italia.
Las guerras entre los países también fueron un factor preocupante para las potencias coloniales. Las ansias de
poder y riqueza llevó a los enfrentamientos a muchos países.
3.5 CONSECUENCIAS DE LA COLONIZACIÓN
Los países colonizados sufrieron notables cambios. En África, por ejemplo, se construyen puertos con
modernas instalaciones, lo que hace variar notablemente la geografía; luego, son las regiones interiores a las
que se accede por medio del ferrocarril. Se establece un nuevo esquema de comunicaciones.
Por otra parte, las colonias optaron por producir un cultivo básico: caucho en Indochina; cacao en Nigeria;
café en Tanganika, etc. La producción en general aumentó y el intercambio comercial mostró incrementos
notables. Las colonias compran productos a la metrópoli. La economía de mercado suscita la necesidad del
papel moneda, con lo que la economía de mercado se yuxtapone a la de subsistencia anterior.
El intercambio entre las colonias y la metrópolis genera variaciones demográficas importantes: a la vez que se
diezma la población como producto de la transmisión de enfermedades provenientes de los europeos, se logra
detener la mortalidad derivada de las enfermedades tropicales. Esto, sumado a un crecimiento sostenido de la
natalidad permite aumentar la población.
Un análisis del aspecto social permite concluir que la vida urbana rompió las estructuras tribales. Una
burguesía de comerciantes y funcionarios se instaló en los niveles más altos de la sociedad. En los campos, el
cambio se produjo por la introducción de nuevas plantas, la extensión de la agricultura comercial y el papel
moneda.
En el ámbito intelectual, la participación de misioneros, la creación de escuelas y la difusión de periódicos
permitieron disminuir el analfabetismo. Sin embargo, se produjo la aculturación, es decir, la pérdida de
identidad nacionalista propia la colonia.
Aunque los aportes positivos son considerables, la colonización presenta una mayor cantidad de aspectos
negativos para las colonias: civilizaciones antiguas fueron destruidas, sus lenguas desplazadas, la
industrialización prohibida; en muchas partes hubo segregación racial y discriminación en los empleos y en
los barrios. Por el contrario, las metrópolis instalaron sus excedentes demográficos, vendieron bien sus
productos industriales y obtuvieron materias primas a bajos precios, aunque estas sólo fuesen aportadas en un
porcentaje por las colonias. En suma, la colonización permitió que se consolidara la segunda fase de la
revolución industrial, la del capitalismo financiero.
África fue el continente del reparto colonial. Aquí las consecuencias a largo plazo fueron nefastas porque las
fronteras políticas imperiales no se superpusieron al mapa étnico y dejaron un legado de odios
4. IMPERIALISMO
Pocas cuestiones han suscitado tantas polémicas como el imperialismo. Se le ha considerado como una
política cuya finalidad es la creación, organización y mantenimiento de un Imperio. En este sentido el
imperialismo se remontaría a los primeros tiempos de la historia. También se ha visto como el dominio de un
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pueblo sobre otro de distinta raza y cultura, con diversos fines, bien religiosos (España) o de libertad de
conciencia (religiones diversas en América del Norte), aunque predominando en todo caso los motivos
económicos y comerciales. Pero especialmente se ha discutido sobre el imperialismo del siglo XIX. Son
numerosas las justificaciones doctrinales que sobre el imperialismo se han elaborado. Los argumentos más
universalmente utilizados han sido la natural y necesaria expansión demográfica, territorial y cultural de un
pueblo dinámico; y los beneficios de todo orden, recursos técnicos, económicos y culturales que la
colonización reporta al pueblo sometido.
La proyección de Europa y el impacto que produjo constituyen un fenómeno clave de la historia
contemporánea. El continente desborda de población, capitales y técnicas, que lleva a otros pueblos,
transformando y subordinándolos, al tiempo que se provocan cambios en las metrópolis. ¿Cuál es el motor de
esta europeización del mundo, formación de imperios coloniales por parte de las potencias? Existen dos
grandes grupos de teorías; los que sostienen la primacía absoluta de los factores económicos y el que
considera que los motivos estos son de menor importancia que las razones políticas.
La interpretación económica supone la necesidad de invertir los capitales sobrantes, según la opinión del
norteamericano Connant (1898), del inglés Hobson (1902) y, más tarde, de los pensadores marxistas,
principalmente Lenin. Entre estas teorías tiene más aceptación la que no lo atribuye exclusivamente a la
inversión de capitales en el extranjero, sino también la necesidad de mercados y materias primas. Se deduce
que la causa fundamental de la expansión fue la revolución industrial, que desde 1878 dejó de ser monopolio
de Inglaterra, desarrollándose la industria moderna a un ritmo prodigioso en Alemania, Estados Unidos,
Francia y Japón. Algunos autores han entendido el colonialismo no tanto como un campo de inversión sino
más bien como una competencia por los mercados; es la interpretación de Charles−André Julien, basado en
Jules Ferry.
Otros autores, entre los que figuran Winslow, Schumpeter, Aron, etc.; interpretan el imperialismo como un
fenómeno más político que económico. Por lo menos demuestran que la razón política, ligada al deseo de
poder, se diferencia de la económica, unida a la voluntad de riqueza. El hecho de la colonización les da en
gran parte razón, ya que a los estados imperialistas, además de los intereses económicos, les han guiado otros,
como los estratégico−militares, culturales, religiosos (labor de los misioneros católicos y protestantes) y de
proselitismo político (U.R.S.S.).
Otros historiadores como William Langer han precisado la fuerza de otros factores. Han subrayado que
Gladstone vio al principio en las colonias una carga. Raymond Aron cree que los estados buscan
alternativamente gloria, poder, expansión territorial y misionerismo religioso, y critica la tesis de Lenin,
demostrando que Francia puso más capitales en el extranjero que en sus colonias.
Veamos ahora el caso de cada una de las potencias: Francia tiene el factor económico, pero acompañado de
búsqueda de prestigio tras la derrota de 1870 ante los ingleses. Inglaterra se debe casi absolutamente a factores
económicos, aunque también a los geográficos. España, Portugal y el resto de los europeos se deben en
algunos casos a glorias pasadas (siglo de oro español, imperio romano, conquista de vikingos daneses en el
norte del Atlántico, colonialismo del siglo XV, XVI, XVII, XVIII y comienzos del XIX en América y las
costas asiáticas y africanas por parte de España, Portugal y Holanda), ansias de poder luego de la estabilidad
interna (Alemania, Italia), pero principalmente factores económicos. Los últimos estados imperialistas
(Estados Unidos y Japón), han desarrollado sus economías, industrias y tecnología, y es también el económico
su móvil.
Entre los detractores del imperialismo se encuentran los representantes de la escuela británica clásica, Adam
Smith y David Ricardo. Ellos pusieron de manifiesto que la colonización sólo beneficia a grupos minoritarios
de los territorios dominados, nunca al pueblo. Fue sin embargo Lenin el principal crítico del imperialismo
moderno. En Imperializm, kak noveishi etap kapitalizma (1917, El imperialismo, estado del capitalismo) el
máximo dirigente de la revolución soviética criticó la fusión del capitalismo industrial y del bancario a la
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aparición de oligarquías financieras nacionales que habían supeditado a los propios intereses generales del
Estado. En su necesidad de encontrar nuevos mercados para su expansión, los imperialistas habían culminado
su repartición colonial en el mundo. Sin embargo, la competencia entre los mismos y las contradicciones
inherentes a esta fase del capitalismo acabarían creando las condiciones objetivas para la aparición de la
sociedad socialista.
El colonialismo ha llegado a suscitar un intenso debate moral y político en nuestra época, especialmente a
partir de la Segunda Guerra Mundial. Pese a que algunos estados han justificado la creación de imperios
coloniales en el pasado, muchas antiguas colonias han definido el colonialismo como un sistema de
explotación que las potencias más fuertes realizan a las más débiles y que ocasionaba una situación de atraso
económico, así como conflictos raciales y culturales en las zonas colonizadas.
Al contrario de lo sucedido con el imperialismo, no se ha elaborado sobre el neoimperialismo una teoría
legitimadora que pudiera sustentarla, pues sólo trae beneficios a los países ricos en desmedro de los pobres,
impidiéndoles su desarrollo.
4.1 FACTORES QUE DESARROLLARON EL IMPERIALISMO
A) 1450−1800
Se pueden señalar factores de tres tipos; socioeconómicos, ideológicos y científicos.
1.− Factores socioeconómicos: Se advierte un aumento notable en la población de la Europa en el siglo XV
debido al fin de guerras medievales y pestes. Se hace necesaria entonces una expansión económica, centrada
en la búsqueda de materias primas para la artesanía europea. Se crea la necesidad de dinero, metales
preciosos para acuñar moneda, por lo que los metales se buscan fuera de Europa, ya que las minas de ese
continente estaban prácticamente agotadas. Otro motivo económico es la demanda de especias; luego del
control turco en el Mediterráneo, Portugal se ve obligada a buscar otra vía a las Indias.
2.− Factores ideológicos: Es importante en el movimiento, la sed de aventuras del hombre renacentista,
estimulada por los textos de Marco Polo. Existía también un afán de enriquecimiento; metales, especias y
otros. No hay que olvidar tampoco el espíritu de cruzada que provenía de la edad media.
3.− Factores científicos: Fueron necesarios los estudios geográficos desde la Geografía de Ptolomeo, como
Imago Mundi de Pierre d'Ally. La deducción de este libro es la redondez de la Tierra. Entonces se hicieron
numerosos viajes para demostrarlo (Colón, Magallanes, Drake, los cuales circunnavegaron la Tierra).
4.− Factores técnicos: Fue importante el desarrollo de la cartografía (portulanos y cartas marinas) y la
navegación (astrolabio y brújula). También se perfeccionaron las naves, creándose la nao y la carabela,
embarcaciones apropiadas para la navegación transoceánica.
B) 1800− siglo XX
Se pueden señalar cuatro tipos de causas o factores: demográficos, económicos, políticos, y culturales e
ideológicos.
1.− Crecimiento de la población europea: Provoca una fuerte presión demográfica, sin otra salida que la
emigración a otros continentes. Millones de europeos abandonan sus patrias desde comienzos del siglo XIX
hasta 1930, plazo que podría reducirse a 1850−1914; se trata de las migraciones más intensas de la historia.
En el año 1880 se alcanza la cifra de 500.000 anual, en 1887, los 800.000; es un proceso cada vez más
acusado, en el que incide el progreso del transporte (el desarrollo de los viajes en los barcos a vapor) y los
fenómenos psicológicos de imitación; América se convierte en un señuelo, en una palabra prometedora de
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dinero rápido. En los puertos se señala la presencia de esta marea humana; las Compañías Transatlánticas
hacen sus negocios con la afluencia de pasajeros.
Este flujo migratorio también es estimulado por los países de recepción, cuyas rutas establecidas por la
identidad lingüística de las naciones de emigración e inmigración.
2.− Los factores económicos: Han sido sobrevalorados, pero no pueden subestimarse. La revolución
industrial hace necesaria la búsqueda de campos de inversión para sus capitales; se construye la red de
ferrocarriles, se modernizan los puertos, se efectúan préstamos a los gobiernos para iniciar el desarrollo, son
los aspectos financieros de la colonización. La crisis económica de 1873 y el descenso de los precios, inclina
a las potencias al proteccionismo, con lo que se suscita la necesidad de encontrar nuevos mercados no
protegidos por barreras aduaneras; expansión colonial y proteccionismo suelen aparecer juntos. La
búsqueda de materias primas para la industria contribuye a al aparición de europeos en minas y
plantaciones; los belgas encuentran en el Congo enormes riquezas mineras, los franceses se abastecen de
seda en el Extremo Oriente, los ingleses buscan algodón egipcio, los holandeses hacen de Insulandia un
imperio de industrias de extracción.
3.− Razones ideológicas: Se aducen con frecuencia, evocando la historia: Gran Bretaña habla de su misión
civilizadora, Italia recuerda nostálgicamente el imperio romano, España, el siglo de oro. Los misioneros
católicos y protestantes se sienten llamados por la urgencia de la evangelización de los pueblos atrasados;
escritos e intelectuales hablan de la misión civilizadora de los blancos, que llevan a otros continentes su
instrucción, higiene, mejor calidad de vida, la matemática europea, el estilo de la arquitectura, la ingeniería
y los hospitales europeos.
3.1.− Razones étnicas: Poetas como Rudyard elogian la grandeza británica y consideran como ineludible la
misión del hombre blanco en orden a civilizar a africanos, oceánicos, asiáticos e incluso sudamericanos. No
en vano surgieron algunas doctrinas racistas pancaucásicas, como la del Conde de Gabineau o Joseph
Chamberlain. Sostenían la superioridad de la raza blanca, y por tanto el destino de las otras razas a soportar
el gobierno, la explotación y la instrucción de las metrópolis europeas.
4.− Sed de aventura: Fue otro factor que contribuyó al colonialismo. Los exploradores europeos se internan
en los continentes, en una demostración de curiosidad que novelistas como Verne captan en sus novelas. Este
movimiento no se apreciaba desde la primera etapa del colonialismo, siglos atrás. Sigue sus mismas
características ideológicas de expansión, pero con métodos más modernos.
5.− Los factores políticos: Prestigio, es muy claro en la expansión francesa, inspirada en el deseo de olvidar
la derrota de 1870 ante Prusia. Las preocupaciones estratégicas delimitan las líneas marítimas y están
siempre presente en el reparto de África. Para España la derrota de 1898 significó el interés en África. La
navegación a vapor exige depósitos de carbón en el mundo, donde puedan avituallarse las flotas. Política y
estrategia van de la mano; un imperio es una red de comunicaciones con múltiples puntos de apoyo, cada
conquista exige una nueva, y en ocasiones son los mismos colonos quienes las impulsan; Nueva Zelanda
presiona sobre Londres por la adquisición de las islas vecinas, y los franceses de Argelia inducen la
conquista del sur de Marruecos.
Otro factor importante es el nacionalismo, fenómeno que se encuentra en esta época en pleno apogeo. Se cree
que una nación no es poderosa a menos que posea colonias, ya que un gran pueblo tiene una misión que
cumplir en el mundo. Los ingleses hablan de la superioridad sajona, los franceses alegan que renunciar a la
expansión fuera de Europa equivale a abdicar el rango de gran potencia.
5. DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. PRIMEROS PROCESOS COLONIZADORES DE ESPAÑA
5.1 VIAJES DE CRISTÓBAL COLÓN
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5.11 PRIMER VIAJE: la localización de un Nuevo Mundo (1492−1493)
Puerto de Palos
El primer viaje de Cristóbal Colón por el Atlántico rumbo al oeste, zarpó el 3 de agosto de 1492 desde el
puerto de Palos. Los preparativos habían sido arduos y habían tomado mucho tiempo. Conseguir las
embarcaciones y la tripulación resultó muy difícil, pues Colón era un desconocido para la gente de mar de la
zona.
De las tres naves que harían el viaje, dos fueron entregadas a Colón en Palos, en virtud de un castigo que
pesaba sobre el puerto y que, por Real Provisión, obligaba a sus autoridades a cederlas. La tercera, en tanto,
fue arrendada a Juan de la Cosa con fondos adquiridos de prestamistas. Así, Colón pudo contar con dos
carabelas, la Pinta y la Niña, y una nao de mayor tonelaje, la Santa María. La pequeñez de esta expedición
queda de manifiesto, si consideramos que para escoltar a la infanta doña Juana (hija de los Reyes Católicos)
en su viaje matrimonial a los Países Bajos, la corona fletó 130 buques con 25 mil soldados a bordo.
Por intermedio de los frailes de La Rábida, el Almirante conoció a los prestigiados marinos del clan Pinzón de
Palos y a los del Niño de Moguer. Éstos resultaron decisivos a la hora de reunir a los noventa hombres que se
requerían para tripular los barcos y el avituallamiento necesario para tan larga expedición. "En la tarde del 2
de agosto embarcaron las tripulaciones. Al día siguiente, bien temprano, comulgó Colón y se embarcó en
seguida. En el nombre de Jesús dio orden de levar anclas y largar los aparejos. Faltaba media hora para la
salida del sol, y los gallos de Palos no cantaban aún". (Björn Landström).
Islas Canarias
El 9 de agosto de 1492, la flotilla al mando de Colón llegó al archipiélago de las Canarias. La detención fue
más larga de lo previsto por el Almirante, ya que en el trayecto desde Palos a la Pinta se le había averiado el
timón y la Niña no navegaba a la velocidad necesaria, debido a un velamen poco apropiado. Hubo que dotar a
la Pinta de un nuevo timón y calafatear su casco, mientras a la Niña se le colocó un aparejo redondo de velas
cuadradas (en reemplazo de las velas latinas) y se le agregó un mástil. También se cargaron víveres frescos,
leña y agua.
Toda la operación tardó casi un mes. Por fin, el sábado 8 de septiembre los barcos zarparon hacia lo
desconocido. A partir de este día, Colón comenzó a dar cuenta de su periplo en un diario, legado a la
posteridad gracias a la trascripción que hiciera posteriormente el padre fray Bartolomé de Las Casas. Respecto
a este día dice así: "Tres horas de noche, sábado, comenzó a ventar nor.−este, y tomó su vía y camino al oeste;
tuvo mucha mar por proa, que le estorbaba el camino y andaría aquel día nueve leguas [aproximadamente 50
kilómetros], con su noche". El viaje de localización había comenzado.
Un día a bordo de la Santa María
Mar Oceanía, 1492, a bordo de la Santa María− Hemos accedido al diario de viaje de un tripulante de la Santa
María.
Al son de cantinelas de este estilo comienza nuestra rutina diaria en la nave capitana a la que llamamos "La
Gallega". Después de las primeras oraciones, antes del alba, las cubiertas ya están bien fregadas con agua
salada y duras escobas. Comienza el ajetreo de maniobrar las velas para aprovechar del mejor modo los
vientos, que a veces son esquivos. Nuestras conversaciones se hacen en una jerga náutica que se aplica a todo,
y es para iniciados. Con "saca la cebadera" se pide una caja de conservas, "pon la mesana" es la orden para
comer que da un oficial; "daca el pañol" para pedir una servilleta.
La gran fuente de diversión son los "jardines". Sentados en los asientos perforados colocados a proa y a popa,
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los simples marineros, los oficiales y el mismísimo Almirante, rendimos a diario nuestro homenaje a los
cielos y a los vientos, recibiendo muchas veces el frío azote de una ola en partes muy sensibles de nuestra
anatomía. En los "jardines" toda majestad se pierde. Allí somos todos iguales.
A las once de la mañana, se sirve la única comida caliente del día: un plato de anchoas o sardinas o un guiso
de garbanzos o lentejas y a veces carne salada y galleta marinera.
Con buen tiempo, después de haber limpiado y pulido todo, quien no está de guardia, conversa con sus
compañeros, pesca, o trata de lavar su ropa con agua salada. Al caer la noche somos llamados para las
oraciones. Allí entonamos, mal que bien, el "Salve Regina". Se apaga el fogón y comienzan las guardias de la
noche. El silencio se apodera de la nave. De tanto en tanto, se quiebra con los llamados del grumete de
guardia: "¡...Ah de proa, alerta, buena guardia!". Mañana será lo mismo.
En medio del Atlántico
Llevaban poco más de un mes en alta mar sin divisar tierra en ninguna parte. El miércoles 10 de octubre, el
descontento aumentaba entre la tripulación. La preocupación por el regreso crecía, sobre todo al no haber
vientos que permitieran volver a España. En la Santa María se sucedían las peticiones a Colón para dar la
vuelta. Ante su impavidez, las peticiones se transformaron en amenazas. Tuvo que intervenir Martín Alonso
Pinzón, quien logró calmar los ánimos con la promesa de regresar si no se hallaba tierra en el corto plazo.
Pero en realidad, sólo Colón sabía cuán lejos estaban de casa y que el retorno era difícil.
Es más, el Almirante llevaba dos registros de las distancias recorridas día a día. Este día 10, por ejemplo,
Colón comunicó a sus hombres que habían navegado 44 leguas [unos 245 kilómetros], cuando en realidad el
trayecto de ese día habían sido 59 leguas [casi 329 kilómetros], la mayor distancia recorrida en un día de
navegación durante toda la travesía. El objeto de esta doble cuenta era no asustar en demasía a la tripulación,
táctica que estuvo a punto de fracasar aquel 10 de octubre. En un clima tenso prosiguió el viaje.
Isla de Guanahaní (San Salvador)
En la noche del 11 de octubre de 1492, la desesperación de los marinos españoles se transformó en esperanza.
¡Tierra! ¡Tierra!, gritaba sin cesar un hombre apostado en la cofa del palo mayor. Todos corrieron a cubierta a
mirar hacia el horizonte y contemplaron la silueta de una tierra baja y verde. Por la mañana del 12 de octubre,
Colón, ataviado con sus mejores ropas y portando el estandarte real, encabezó la comitiva que se acercó a la
orilla de una playa de arenas blancas. Era la isla de Guanahaní, bautizada inmediatamente como San Salvador
por parte de los recién llegados.
Sorprendidos, los habitantes de aquella isla, pertenecientes a la cultura de los taínos, observaban el
acercamiento del bote que transportaba a los extraños seres que para ellos eran los españoles. Al desembarcar,
Colón y los taínos intercambiaron gestos y objetos. Fue un primer encuentro pacífico y amistoso, tal como
consta en el diario del Almirante. Pero lamentablemente, esta situación no se prolongaría por mucho tiempo.
Isla La Española
Tras recorrer algunas islas del archipiélago de las Bahamas, Colón y sus hombres arribaron a la actual Haití,
isla que bautizaron con el nombre de La Española. Allí fueron amablemente recibidos por Guacanagarí, el
cacique de la zona, y encontraron pequeñas cantidades del ansiado oro. El día 23 de diciembre la Santa María
y la Niña se encontraban recorriendo la costa norte de la isla. De repente se sintió un remezón en la nave
capitana y ésta comenzó a balancearse peligrosamente. Había encallado en un arrecife y no hubo forma de
salvarla. El agua inundó el casco y la Santa María se tuvo que dar por perdida.
"¡Singular día de Navidad! Se lo pasaron descargando la Santa María con la ayuda de la gente de
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Guacanagarí. De tiempo en tiempo, el cacique enviaba a uno de sus parientes para consolar al Almirante. Pero
a los europeos más que la simpatía de los indígenas les confortó el oro que se encontraba cada vez más. Colón
se convenció bien pronto de que el naufragio de la Santa María era una señal de la Providencia, que quería
hacerle fundar un establecimiento cerca del oro de Cipango. ¡Los hombres que el dejara allí recogerían oro
bastante para que los Reyes Católicos liberasen el Santo Sepulcro antes de tres años! Así fue como fundó la
Navidad, primer establecimiento español del Nuevo Mundo". (Charles Verlinden y Florentino Pérez−Embid).
De regreso en el océano Atlántico
En el mes de enero de 1493 la Pinta y la Niña levaron anclas y enfilaron rumbo a Europa. Pero las peripecias
de este primer viaje colombino aún no terminarían. El jueves 14 de febrero, cuando faltaba poco para llegar a
las Azores, una violenta tormenta hizo que las dos carabelas perdieran el contacto. La Pinta, comandada por
Martín Alonso Pinzón, se alejó para siempre y Colón nunca más volvería a ver a quien había sido su mano
derecha. Pinzón, en vez de intentar reunirse con el Almirante en las Azores, continuó su periplo por el océano,
movido por la ambición de llegar primero a España con las noticias de su descubrimiento. Sin embargo, el
destino quiso otra cosa. Pinzón arribó al puerto de Bayona (Galicia) y luego se dirigió a Palos, adelantándose
a Colón. A pesar de ello, la corte real le negó una audiencia y, a los pocos días, Pinzón falleció a causa de una
desconocida enfermedad.
La Niña, mientras tanto, salvó con muchas dificultades la tormenta. Colón incluso llegó a temer lo peor y
lanzó un pergamino con el relato de su viaje al mar, con la esperanza de que quien lo hallase, lo hiciera llegar
a los reyes. Por fortuna, el reducido grupo pudo continuar su viaje hacia las Azores, donde repusieron sus
fuerzas.
Barcelona
Después de haber arribado a la península (marzo de 1493), Colón fue a descansar dos semanas a la Rábida.
Allí esperó su audiencia en la corte. El relato de Björn Landström, sobre el recibimiento de Colón por parte de
los Reyes Católicos en Barcelona, es muy ilustrativo respecto a lo que sucedió: "Se engalanó la ciudad como
para una fiesta, y cuando el Almirante y su séquito llegaron a las afueras, lo recibieron altos cortesanos. Al
penetrar en el salón del trono se levantaron los soberanos, y cuando Colón quiso arrodillarse y besarles la
mano, le hicieron que se levantara y sentara en una silla cerca de ellos. Colón fue el único al que se le permitió
permanecer sentado en su presencia.
Entonces les hizo el relato del viaje y de las islas con su fresca vegetación y sus habitantes desnudos... Les
presentó a los indios casi desnudos, quienes rezaron el Ave María y se santiguaron. Sus hombres traían jaulas
con cacatúas, grandes ratas indias y pequeños perros que no podían ladrar. Abrieron barriles con extraños
pescados en salazón y arcas con algodón, áloe, especias y pieles de grandes iguanas. Les mostraron arcos,
flechas y porras, y el Almirante les habló de los caribes devoradores de carne humana o caníbales, y de las
sirenas frente a Monte Christi, pero aseguró que no había visto ninguno de los monstruos que los cosmógrafos
creían existentes en las islas al fin de la tierra. Luego les mostró el oro: coronas de oro, grandes máscaras
decoradas con oro, ornamentos de oro batido, pepitas de oro, polvo de oro. Los soberanos se arrodillaron, y
con ellos todos los presentes, dando gracias a Dios que había puesto estas cosas en sus manos. El coro cantó
un Te Deum, y las crónicas dicen que todos los ojos se llenaron con lágrimas de indescriptible alegría".
Colón vivió su momento de mayor esplendor y gozó durante este tiempo de todo el favor real. Los reyes se
mostraban contentos con su hazaña, alegría que aumentó tras la dictadura de las bulas de donación por parte
del papa Alejandro VI.
5.12 EL SEGUNDO VIAJE: comienza la colonización del Nuevo Mundo (1493−1496)
Cádiz
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Las noticias traídas por Colón al regreso de su primer viaje despertaron un gran interés en la corte y entre la
gente de mar. De pronto, todo el mundo quería embarcarse a las Indias, ya fuera por espíritu guerrero tras el
término de la guerra contra los moros, por la codicia del oro que se presumía abundante o por afanes
evangelizadores.
De toda la gente que concurrió se seleccionaron entre 1.200 y 1.500 personas para acompañar a Colón en esta
segunda expedición. Entre los viajeros iban Diego Colón, hermano menor del Almirante; Pedro Margarit,
amigo personal del rey Fernando; los futuros conquistadores Alonso de Ojeda, Juan Ponce de León, Diego de
Velásquez y Juan de la Cosa; el médico sevillano Diego Alvarez Chanca y Michel de Cúneo, quienes
registraron las peripecias del viaje en pintorescas relaciones; y religiosos como Bernardo Boyl (antiguo
secretario del rey) y Ramón Pané, considerado posteriormente el primer etnógrafo de los nativos americanos.
El 25 de septiembre de 1493, una hora antes del amanecer, una imponente flota compuesta por 14 carabelas y
3 naos, bien provistas de víveres, pertrechos, armas, mercaderías, semillas y animales, zarpó del puerto de
Cádiz rumbo a las Indias. Iban con la intención de quedarse e iniciar la explotación de las tierras recién
descubiertas.
En el Atlántico, pasadas las islas Canarias
El 13 de octubre, la flota dejó atrás la última de las islas Canarias, la del Hierro. Desde ella Colón se lanzó al
vasto océano tomando un rumbo sudoeste muy distinto al utilizado en el primer viaje. Por este camino, pese a
que tuvo que afrontar breves temporales, la marcha se hizo más rápida. En tan solo 19 jornadas y batiendo su
propia marca transatlántica, a principios de noviembre de 1493 la flota llegó al extremo meridional de las
Pequeñas Antillas, a una isla bautizada como Dominica porque era domingo.
Isla Guadalupe en las Pequeñas Antillas
Antes de arribar a La Española, donde Colón había dejado una pequeña guarnición en el fuerte Navidad, la
flota se fue deteniendo en algunas islas. En Guadalupe los viajeros conocieron algunas costumbres de los
nativos caribes: "Diez hombres [al mando de Diego Márquez] se internaron con propósito de pillaje y pronto
se extraviaron. Como al día siguiente aún no regresaban, Colón envió cuatro partidas de cincuenta hombres
cada una a buscarlos, «con trompetas, cuernos y linternas, y a pesar de todo no los podían hallar, y hubo
momentos en que temimos más por los doscientos que por los primeros. Pero plugo a Dios que los doscientos
regresaran muy cansados y hambrientos. Creímos −agrega Cúneo− que el grupo de Diego Márquez había sido
comido por los dichos caribes que acostumbraban a hacerlo.» La expedición de socorro encontró pruebas
abundantes de estas costumbres desagradables de los caribes que originaron una nueva palabra −cannibal− en
los idiomas europeos. En la chozas abandonadas por los guerreros, que huyeron cobardemente, encontraron
trozos de carne humana y articulaciones, tibias preparadas para transformarse en flechas, muchachos arawaks
[taínos] castrados a los que engordaban para destinarlos a la parrilla y muchachas cautivas que se dedicaban a
la producción de niños, a quienes los caribes consideraban como un sabroso manjar. La expedición de rescate
trajo de vuelta a unos veinte de estos cautivos y otros se dirigieron a la costa y se entregaron
voluntariamente... Al igual que la repugnancia por las costumbres de los caribes, los españoles debieron
admirar sus mantas de algodón «tan bien tejidas que no deben nada a los de nuestra patria» y sus vasijas de
barro. Pero no se encontraron ni vestigios de oro". Fuente: Samuel Eliot Morison, El Almirante de la Mar
Océano. Vida de Cristóbal Colón, Ed.F.C.E., México, 1991, págs.542−543.
Isla de La Española
En La Española, los europeos hallaron totalmente destruido el fuerte Navidad y muerta su dotación. En vista
de aquello, Colón resolvió abandonar esa zona y ordenó la fundación del primer poblado hispano del Nuevo
Mundo: la Isabela en la costa norte de la misma isla. La elección del lugar resultó ser no muy afortunada, pues
muy pronto se multiplicaron las enfermedades entre los expedicionarios y escaseó el alimento. Por otra parte,
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se efectuaron varias incursiones hacia el interior en busca del ansiado oro, pero se encontró muy poco. Las
ilusiones forjadas por muchos se iban desvaneciendo y el entusiasmo de la partida se tornaba en nostalgia por
volver a la península. Sobre todo los funcionarios reales se quejaban de los rigores del clima y se lamentaban
de su incómoda situación, lo cual motivó a Colón a despachar doce buques de regreso a España el 2 de febrero
de 1494. Esta flota llevaba, además, 30.000 ducados de oro, falsas especias, sesenta papagayos y veintiséis
indios, de los cuales tres eran caribes caníbales.
España
En ausencia de Colón la corona española había tenido que negociar con Portugal el dominio en las aguas y
tierras recién descubiertas. Aún no estaba claro quien poseía mayores derechos sobre el posteriormente
denominado Nuevo Mundo y fue necesario llegar a un acuerdo que pusiera fin a las controversias
hispano−lusitanas. De esa manera, mientras en La Española se erigía el primer poblado europeo, en
Tordesillas ambas coronas firmaron un tratado que dejó en manos de España los territorios hallados por
Cristóbal Colón.
Por su parte, en el mes de marzo de 1496, Colón decidió regresar a la península, alarmado por los informes
negativos que habían realizado personeros descontentos con su gestión como gobernador de los nuevos
dominios. Las relaciones del padre Boyl y otros, acusaban al Almirante de nepotismo y de no saber mantener
el orden y la convivencia en la isla. Dejando a su hermano Bartolomé a cargo de La Española, Colón retornó a
España con dos naves, una de ellas −la India− construida en el Nuevo Mundo. Arribó a Cádiz en junio y se
preparó para enfrentar a los reyes, cuyo ánimo presumía muy indignado por las denuncias contra su persona.
Sin embargo, los Reyes Católicos escucharon los descargos de Colón y le confirmaron sus privilegios y
títulos. Tras dos años de espera, el infatigable Almirante consiguió los barcos y pertrechos necesarios para
emprender una tercera expedición al Nuevo Mundo.
5.13 EL TERCER VIAJE: una amargura (1498−1500)
Sanlúcar de Barrameda
El tercer viaje de Cristóbal Colón zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 30 de mayo de 1498 y estaba compuesto
por seis navíos, tripulados por 226 hombres. Al mismo tiempo, una serie de expediciones privadas partirían
ese mismo año rumbo a las Indias, tras ser autorizadas por los Reyes Católicos, quienes habían otorgado
capitulaciones reales a algunos navegantes. De esa manera, se desconocieron los privilegios concedidos
originalmente a Colón y se iniciaron los denominados "viajes menores", comandados por personajes como
Vicente Yáñez Pinzón, Alonso de Ojeda, Américo Vespucio, Juan de la Cosa y Pero Alonso Niño.
Cabo Verde
Una vez que arribó a las islas Canarias la flota de Colón se dividió: tres barcos enfilaron directamente hacia
La Española, mientras los restantes tres, al mando del Almirante, se dirigieron al sudoeste hasta las islas de
Cabo Verde. El propósito de este nuevo rumbo era cruzar la línea del Ecuador y alcanzar la tierra firme (actual
costa venezolana) que se había avistado durante las exploraciones del viaje anterior. Avanzar por la ruta
escogida fue muy dificultoso, debido a la falta de vientos característica de esta zona tropical. Recién el 31 de
julio de 1498, la isla de Trinidad apareció en el horizonte. La costa de Venezuela estaba cerca.
Golfo de Paria
Llegado al litoral venezolano, Colón atravesó el golfo de Paria y se impresionó por la suavidad del clima y la
gran corriente de agua dulce que indicaba la presencia del imponente río Orinoco. Pensó que estaba cerca del
paraíso terrenal, lo cual plasmó entusiasmado en su relación de este tercer viaje. Pero no había llegado al
paraíso, sino que al continente americano.
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"«Yo creo que éste es un gran continente, desconocido hasta hoy, pues de él desemboca una gran cantidad de
agua dulce, y por otra parte Estras dice en su libro que sobre la tierra hay seis partes de tierra firme por una de
agua». Espíritu medieval y moderno, evidentemente, pues [colón] junta las Escrituras con la observación. Pero
él no saca de eso la conclusión lógica de que no está en las Indias asiáticas, ni cerca del Cipango [Japón] ni
del Cathay [China]. Por el contrario, piensa que aquel continente nuevo está cerquísima de la China, y que lo
que ahora hay que encontrar es el paso, muy próximo, que conduzca a las islas de las especias, que no pueden
estar lejos. Como se ve, la importancia real de su descubrimiento permanecerá siempre oculta para él, que si
bien es un hombre moderno por su audacia en las empresas y por la precisión en las observaciones, su espíritu
no será jamás bastante libre para arrancarle de la rutina medieval sacada de sus lecturas". (Verlinden y
Pérez−Embid).
La Española
Después de recorrer el golfo de Paria, Colón tomó rumbo a La Española. Allí las cosas no marchaban bien
para su familia y sus intereses. Un grupo de pobladores, encabezado por el Alcalde Mayor Francisco Roldán,
se había rebelado contra la autoridad de Bartolomé Colón y se había replegado al interior de la isla. Ante la
gravedad de los hechos, el Almirante recién llegado resolvió negociar con los alzados, cediendo a sus
pretensiones de contar con indígenas para su servicio personal. Por otra parte, el poco oro encontrado hasta
entonces no satisfacía en nada las expectativas creadas por Colón.
La complicada situación en la isla no tardó en llegar a oídos de los reyes. Abundaban las quejas contra la
forma en que los Colón manejaban los asuntos administrativos y en vez de aportar dinero a las arcas reales, la
isla sólo demandaba gastos. En virtud de esto, se envió al Juez Pesquisador Francisco de Bobadilla, quien
arribó a Santo Domingo, el nuevo enclave español en esta isla, el 23 de agosto de 1500. El funcionario
procedió a detener a Cristóbal, Bartolomé y Diego Colón y los embarcó encadenados a España en el mes de
octubre. La estrella del Almirante comenzaba a apagarse.
5.14 EL CUARTO VIAJE: una aventura (1502−1504)
Cádiz
A los 51 años de edad, Cristóbal Colón emprendió su cuarto y último viaje a las Indias, zarpando del puerto de
Cádiz el 11 de mayo de 1502. Sus instrucciones eran las de descubrir más tierras y buscar un paso a las
codiciadas islas de las especias. Por otra parte, a raíz de los problemas sufridos en La Española, se le prohibió
detenerse en aquella isla. Es más, la corona despojó a Colón de sus facultades administrativas y envió a
Nicolás de Ovando como nuevo gobernador de la colonia española. De hecho, una vez llegado a las Antillas,
Ovando no permitió el desembarco de Colón en Santo Domingo, donde pretendía cambiar uno de sus buques
por otro de mejores condiciones marineras.
Centroamérica
En su afán de encontrar el paso naval hacia las islas de la especiería, Colón y sus cuatro naves recorrieron el
litoral centroamericano entre agosto de 1502 y mayo de 1503. La aventura comenzó en el golfo de Honduras,
para continuar frente al litoral de las actuales Nicaragua, Costa Rica y Panamá en condiciones muy difíciles
para la tripulación. El intenso calor, la humedad y las fuertes lluvias descompusieron los alimentos, dañaron
los cascos de las embarcaciones y bajaron la moral de los hombres. En vista de esta situación, el Almirante
decidió hacer un paréntesis en su búsqueda con la idea de aprovechar de reunir oro que se decía abundaba en
una región denominada Veragua. La ruta hacia Veragua se convirtió en otra pesadilla por el hambre y la furia
de los elementos. A duras penas, la expedición arribó al estuario de un gran río que los nativos llamaban
Yebra y los cristianos bautizaron como Belén. La bondad de estos parajes motivó la fundación del primer
poblado hispano en el continente americano −Santa María de Belén− el día 6 de enero de 1503. Sin embargo,
la hostilidad de los indígenas de la zona obligó a los españoles a abandonar este primer intento por establecer
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una colonia permanente en Centroamérica. Dos de los cuatro navíos se perdieron durante este período.
Jamaica
En mayo de 1503, Colón y sus hombres desembarcaron en la isla de Jamaica. Allí, las dos naves que les
quedaban tuvieron que ser abandonadas en la playa con sus cascos inservibles. "Grande es la desesperación de
todos. Situados a cuarenta leguas de La Española, nadie conoce su paradero. El almirante sufre altas fiebres y
dolorosos episodios de gota. Pero, apoyado por su incansable hermano [Bartolomé], se sobrepone a los males
y da instrucciones para montar un establecimiento apto para una estancia indefinida. Ordena que se amarren
entre sí los restos de los dos navíos acondicionados para convertirlos en fortín protegido por el foso de agua
que les separa de la cercana playa. Nadie debe abandonarlo, según sus instrucciones, salvo con ocasión de las
partidas exploradoras que se preparen. Y éstas van saliendo ordenadamente para establecer contacto con los
poblados indígenas y concertar con ellos operaciones de trueque que permiten obtener medios de subsistencia.
Asegurada la supervivencia, comienza a buscarse una salida de la isla. Sin recursos para construir naves con
capacidad suficiente, tampoco existen esperanzas de que circulen por las proximidades barcos españoles. Pero
en medio de tal desolación,... Diego Méndez ofrece una posibilidad de escape. En sus andanzas por el interior
de la isla consigue la amistad de varios caciques y logra que uno de éstos le venda una amplia canoa capaz
para ocho remeros. Con ella se ofrece a llegar hasta La Española". (Fuente: Eduardo de Fuentes Gómez de
Salazar, Estrategias de la implantación en América, Ed.Mapfre, Madrid, 1992, págs.112−113)
En el Atlántico, poco antes de llegar a España
Tras ser rescatados de Jamaica, donde Colón y su gente habían permanecido alrededor de un año, en
septiembre de 1504 el navegante genovés abandonó definitivamente el escenario principal de sus gestas. A su
regreso a España, Colón emprendió una vez más la lucha para reclamar de la corona el cumplimiento de lo
pactado en las Capitulaciones de Santa Fe de 1492. No obstante, en noviembre del año 1504 falleció Isabel la
Católica, lo cual significó la pérdida del principal apoyo de Colón en la corte. En medio de esta situación el
estado de salud del Almirante empeoró, al tiempo que sus peticiones de que se respetasen sus derechos sobre
las tierras descubiertas continuaron siendo ignoradas por los monarcas. El 19 de mayo de 1506, la muerte
sorprendió a Cristóbal Colón en Valladolid. Así, el más grande de los navegantes de su época dejó de existir
sin saber que había descubierto un continente desconocido para los europeos del siglo XV.
6. FELIPE II
6.1 INTRODUCCIÓN
Con la separación de las coronas imperial y española hubiera sido lógico esperar que España abandonase
muchas de esas empresas exteriores que tan poco provecho le traían. El nuevo rey era y se sentía español, y en
él culmina la política nacionalista de los Reyes Católicos al dedicar su vida entera, con alto sentido del deber,
al doble objetivo de afirmar el poder real y defender la fe católica. Pero mientras que aquellos se preocuparon
principalmente de la reconstrucción interna, el reinado de Felipe sigue dominado por los problemas y las
guerras exteriores. A ello le forzó su firme aspiración de preservar la obra de su padre y servir los mismos
ideales. Por ello España asume sola ahora el papel de primera potencia imperial y defensora del catolicismo
frente a los países protestantes.
FOTOGRAFÍA DE FELPE II
Siguiendo las instrucciones paternas de no confiar en nadie más que en si mismo, Felipe asume completo
control personal del gobierno, perfeccionando el poder absoluto del Estado con un aparato burocrático del que
él es cabeza suprema. La figura del REY, fuente de toda autoridad y todo honor, alcanza con él su máximo
prestigio, como personificación del gran Imperio español. Ahora se crea por primera vez una capital fija en
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Madrid (1561), como centro geográfico y administrativo de la Península. Ahora también empieza a usarse el
titulo de Majestad, ante cuya presencia el pueblo se siente deslumbrado con reverencia casi religiosa. No es
temor a un rey despótico, sino profundo respeto y lealtad a una autoridad todopoderosa, símbolo de la justicia
severa que había liquidado la anarquía feudal y creado una nación unida y fuerte. Esa veneración popular de
los monarcas se mantendrá por tres siglos (sin un solo atentado contra ellos), y será la principal base de
cohesión del Imperio cuando éste es demasiado débil para sostenerse por las armas. Sin embargo, Felipe
tampoco introdujo cambios importantes en el sistema de gobierno. El poder real se impone de hecho, pero sin
alterar la estructura autonómica de los distintos reinos. No hay todavía centralización ni uniformidad de
instituciones como habrá en el siglo XVIII con los Borbones, lo que prueba la fuerza que aún conservaba la
tradición localista a pesar de la presión unificadora de la monarquía.
Es indudable que la personalidad de Felipe II tuvo una influencia decisiva en los destinos de España en este
momento culminante de su poderío. Tan odiado por sus adversarios políticos y religiosos como admirado por
los españoles de su época y los partidarios del autoritarismo católico después, en realidad no fue ni << el
demonio del Mediodía>>, como le llamó la reina Elizabeth de Inglaterra, ni un <<santo>> como dijo Santa
Teresa de Ávila, sino un buen burócrata, reservado y austero, aficionado al arte y a las ciencias. Su alto
sentido de justicia lo mismo le hace revisar escrupulosamente las sentencias de los jueces que exterminar sin
vacilación al culpable una vez convencido de su delito o de su peligro para el Estado, sin atender a
consideraciones personales. Su mayor defecto político fue la manía de controlar personalmente los vastos
negocios del Imperio en sus menores detalles y emplear la procrastinación como medio normal de resolver los
problemas del Estado, demorándolos por considerar que <<el tiempo ayuda a hacer justicia>>. La
administración española se convierte en un régimen de papeleo, cuya proverbial lentitud, motivada por el
deseo de ser justo, hizo corriente en el extranjero la frase <<que venga la muerte de España>>. Era el sistema
propio de un rey más aficionado a la pluma que a la espada, quien a diferencia de su padre, no tomó parte en
batalla alguna.
En defensa de la fe y del Imperio. Sin embargo, el reinado de Felipe II fue una serie continua de guerras que
arruinaron el Tesoro e hicieron aparecer al rey como el agresor número uno de Europa. Paradoja explicable
por el otro aspecto de su personalidad: la ferviente religiosidad que le hizo convertirse en campeón del
catolicismo contra protestantes e infieles. Todas sus guerras tienen, en efecto, un signo religioso, junto a otros
motivos políticos. Y si tuvo conflictos con Roma, fue porque ésta se alió con algún rival de Espafla. Como
católico, Felipe defiende siempre a la Iglesia, pero como rey no se somete nunca al Papado, y hasta llega a
crear un consejo especial presidido por el arzobispo de Toledo para sustituir al Papa cuando estaban rotas las
relaciones diplomáticas.
La preocupación de defender el catolicismo contra la herejía que amenazaba extenderse a sus dominios fue la
nota característica de su política. A ella subordina los intereses materiales del país, porque según declara con
firmeza <<antes perderé todos mis estados y cien vidas que tuviere que ser señor de herejes>>. Su
idiosincrasia personal, el temor a condenarse si no cumplía su deber de católico, contribuyó más que nada a
arruinar a España en largas y fútiles guerras europeas.
Dentro de España se exterminan rápidamente los brotes del protestantismo que habían empezado a aparecer
incluso entre la nobleza y el clero. Se prohíbe a los españoles el estudio en las universidades extranjeras para
evitar posibles contagios heréticos y aumenta notablemente el número de libros incluidos en el Index librorum
prohibitorum (Índice de libros prohibidos) o índice expurgatorio. La Inquisición acta más intensamente,
incluso contra religiosos tan ilustres como el erudito y poeta Fray Luis de León, encarcelado varios años por
acusaciones infundadas. Se imponen tales restricciones a los moriscos que éstos se sublevan en Granada, y
tras una dura guerra de tres años son deportados en masa al interior del país, hasta su expulsión final en 1609.
Fuera de España, la guerra contra los turcos para acabar con su amenaza constante a la navegación del
Mediterráneo, a las costas de España y sus posesiones en Italia y África, siguió siendo la única en que el
interés nacional coincidía con la cruzada religiosa. La acción aislada de España contra la piratería musulmana
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no bastaba mientras no fuese destruida la fuerza naval de Turquía, suprema entonces por su disciplina y
eficiencia técnica. Por fin se forma la liga con Venecia y el Papado para la defensa de Occidente, en la que
Felipe II tiene un papel preponderante, dando el mando de la escuadra a su hermano Don Juan de Austria y
asumiendo la mitad del coste de la empresa. El resultado fue la victoria naval de Lepanto (1571), la primera
de importancia que la cristiandad alcanzaba contra el Imperio otomano. Pero aunque se logró detener el
avance del Islam, tampoco esa victoria acabó con el peligro turco en el Mediterráneo por la falta de
solidaridad entre los aliados para proseguir la ofensiva. Felipe ha de aceptar una paz precaria con el Sultán, y
España sigue amenazada como antes por la piratería musulmana. Esta paz con el turco representaba el
abandono definitivo de la cruzada anti−musulmana iniciada ocho siglos antes, y no por falta de fervor
religioso sino por una impotencia militar que anuncia ya el comienzo de la decadencia bajo la fachada
imponente del Imperio español.
Esa debilitación se hace evidente en la guerra de Flandes, donde Felipe sacrificó cuantos recursos tenia para
impedir que el contagio protestante llegara a las posesiones españolas. Aunque estaba dispuesto a hacer
concesiones políticas para satisfacer las aspiraciones autonómicas de los Países Bajos, se mantuvo inflexible
en la cuestión religiosa. La rebelión protestante provoca una dura represión (1561), tratando a los flamencos
no sólo como herejes sino como traidores al rey, y por tanto con toda la severidad exterminadora que entonces
se consideraba justificada por la razón de Estado. Pero el terror no acabó con la rebeldía, y las guerras de
Flandes siguieron por treinta años agotando los recursos de España hasta el punto de provocar motines de los
soldados por falta de paga. Al fin Felipe no pudo impedir la independencia de Holanda, pero si logró
conservar el sur de Flandes, contribuyendo así a la creación de Bélgica, como nación católica.
El mismo resultado negativo tuvo la empresa naval contra Inglaterra, con el fracaso de la Armada Invencible
(1588), cuyo propósito era esencialmente defensivo: cortar la ayuda de Elizabeth a los rebeldes flamencos y
proteger el comercio de Indias contra la piratería inglesa. Con esta derrota España pierde definitivamente el
control marítimo y el monopolio colonial, que será compartido con las dos nuevas potencias rivales, Inglaterra
y Holanda. El fracaso de esta empresa revela uno de los graves defectos que tuvo el gobierno personalista de
Felipe II, quien la ordenó contra la opinión de sus principales consejeros militares, encargando del mando a un
general, el duque de Medina Sidonia, que no tenia experiencia naval alguna y que trató en vano de evitar el
nombramiento. Convencido de la justicia de su causa, Felipe confiaba más en la ayuda de Dios que en la
competencia de sus subordinados para el éxito.
La contribución más positiva de la política exterior de Felipe II fue la anexión de Portugal (1580),
completando por vez primera la unidad peninsular rota por la invasión árabe. Fue una anexión legal, resultado
de los enlaces dinásticos hechos por los Reyes Católicos. Felipe era el pretendiente con mejor derecho al trono
vacante de Portugal y así lo reconocieron las Cortes portuguesas. Aunque el espíritu nacionalista típico de la
época se alzó contra el rey extranjero, y Felipe tuvo que defender su derecho por la fuerza, Portugal fue
tratado con tolerancia y respeto para sus instituciones (aquí no había problema religioso), convirtiéndose en un
reino más, dentro del sistema federativo de Estados autónomos bajo la Corona común. España no obtuvo
beneficio material de la unión; al contrario, se comprometió a defender las colonias y la flota de Portugal
contra los ataques enemigos. La principal consecuencia fue la expansión del Brasil hacia el interior al
desaparecer la barrera que separaba esta colonia portuguesa de los territorios españoles. La unión subsistió
mientras duró el respeto a la autonomía local, pero acabó para siempre en (1640), cuando el gobierno español
trató de extender a Portugal el régimen centralista de Castilla e imponerle cargas fiscales.
En conjunto puede decirse que la política de Felipe II tuvo éxito en su objetivo religioso, que fue la defensa
del catolicismo frente a la expansión protestante, pudiéndosele atribuir a él más que a nadie su subsistencia en
el mundo latino. Mas el resultado político de las guerras que sostuvo fue negativo para España, cuyos enormes
esfuerzos la arruinaron sin liberarla de sus enemigos tradicionales − los franceses y los turcos−, y le crearon
dos nuevos−los holandeses y los ingleses− que la privarán del monopolio colonial.
6.2 SU IMPERIO, SUS CONQUISTAS Y SUS BATALLAS
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Sus preceptores fueron elegidos por su padre, quien a los doce años le entregaba, en su ausencia, el cargo de
Gobernador de Castilla (1539); pero, será diez años después cuando Felipe entre de lleno en el mundo de la
política de Estado, tema que había aprendido directamente de su padre.
Felipe hereda de su padre los territorios siguientes:
• La Corona de Castilla (incluyendo su extensión americana).
• La Corona de Aragón.
• Las grandes Islas del Mediterráneo.
• Nápoles y Sicilia.
• Puntos de la costa toscana.
• Presidios de la casta africana.
• Países Bajos.
• Franco Condado.
Los puntos débiles de su Imperio
La diversidad de los pueblos que regía y la falta de conexión creada por la dificultad de las comunicaciones le
acarrearán continuos problemas. En la Península Ibérica, se vive un clima de guerra continua dada la cantidad
de fronteras a defender.
Con la abdicación de su padre, la paz europea ha empezado a crearse, pero el nuevo rey de Francia, Enrique
II, se alía con el papado para la excomunión del rey de España cosa que llega a hacerse, pero que la
intervención del Duque de Alba paraliza.
Tras este hecho, Felipe va ganando terreno político aunque económicamente su Imperio esté cada vez más
debilitado, debido a las deudas heredadas del reinado de su padre.
Francia y España pactan la paz (Cateau−Cambresis 1559) ya que la guerra no era más que un enorme gasto
para ambas partes.
Tras la paz, Felipe quiere la reapertura del Concilio de Trento, idea nacida bajo Carlos, pero a la que el
Papado y el Imperio se niegan ya, que presuponen una preeminencia española en él. El Concilio finalmente se
reanuda bajo control ideológico y numérico español: es el Concilio de la Contrarreforma.
Frentes de acción de Felipe II.
Mediterráneo
Ante la amenaza turca se crea la Liga Santa, que derrota a los turcos en Lepanto (1571)
Atlántica
Las incursiones inglesas en el Atlántico merman el comercio hispano americano, base de la existencia del
poderío hispano. Para ello se creará una Gran Armada que intentará acabar con el problema)
Interior
Las nuevas circunstancias abren viejas heridas sociales. En Las Alpujarras (Granada) la minoría morisca se
subleva. Juan de Austria será el encargado de sofocar la revuelta. (1568−71).
Religiosos
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El Calvinismo hace prosélitos en PPBB.
Países Bajos
Las actuaciones encaminadas a reducir la resistencia resultan desmedidas y crean mayores problemas. El
problema acabará en 1598 con la renuncia a la soberanía.
Portugal
Su doble ascendente portugués hace que recaiga sobre él este reino (1581).
La armada Invencible
Ya Carlos V soñó con la creación de un bloque de poder al Norte de Europa, y tal fue la finalidad del
matrimonio de Felipe con la reina inglesa María Tudor; pero, la muerte de la reina sin descendencia dio al
traste con estas expectativas. Con la nueva monarca (Isabel), Inglaterra se convierte en una amenaza para la
Monarquía Católica, al patrocinar a los corsarios y apoyar a los insurrectos flamencos. Se esgrime también la
causa católica contra el anglicanismo protector de los luteranos y calvinistas; y el propio papado apremia a
Felipe para que, como máximo monarca de la cristiandad, intervenga como vengador del asesinato de María
Estuardo.
Felipe veía tres estrategias:
1. Acción simultánea flota− ejército.
2. Reunir un ejército cerca del Canal y mandar un señuelo a otro puerto distinto del elegido.
3. Dirigir un ataque−reclamo contra Irlanda e invadir por el otro flanco.
4. Ataque sorpresa.
Felipe encargaba al Marqués de Santa Cruz un plan, y éste se decide por la tercera vía. El ataque se iniciaría
el verano del 1587 y partirían desde Lisboa dos flotas: la de Santa Cruz y la de Medina Sidónia. Santa Cruz
reflexiona y no ve rentable la acción si no hay aliados o si alguien supiera de los preparativos. Medina Sidónia
modifica los planes de Santa Cruz, por la que el rey se encuentra con dos posibles planes. Conociendo el
personalismo con que Felipe II llevaba a cabo sus acciones no extraña el doble juego del monarca con Santa
Cruz y Medina Sidónia: a ambos parece prometer escoger su plan, cuando en verdad tiene otro: montar la
Armada en Lisboa con el pretexto internacional de controlar los PPBB, salir hacia Flandes (donde recogería al
ejército del Duque de Parma) e invadir Inglaterra entrando por Londres (Támesis). Se conjugan así todas las
posibilidades. Inglaterra se teme algo, pero las continuas aseveraciones de que la Armada no va contra
Inglaterra y la desunión del Consejo de Isabel, que parece optar por un "Wait and see", dan ventaja al que
actúa (Felipe) frente al que se defiende (Isabel). El monstruo burocrática español se pone lentamente en
marcha: los pasos son demasiado lentos para una acción sorpresa, los preparativos no se coordinan, los
efectivos se sublevan, las comunicaciones son lentísimas y la burocracia, junto con el deseo de Felipe de estar
al frente de cada decisión que hay que tomar, lo entorpece todo (el 24 de Octubre de 1585 Felipe declara estar
dispuesto para la invasión. La Armada zarpa el 30 de mayo de 1588.
El resultado de la acción es un fracaso achacable a varios factores:
• Lo obsoleto de la táctica bélica diseñada.
• Las continuas demoras.
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• La versatilidad de la flota inglesa.
• El desconocimiento geográfico de la zona (corrientes)
FELIPE II Y LA DEFENSA DEL CATOLICISMO
Felipe II sube al trono en un momento de máxima tensión. El concilio de Trento ya no trata de reconciliar a
católicos y protestantes, sino de sentar las bases de una ortodoxia relevada. Los teólogos españoles juegan en
el, un papel de primer plano. En toda Europa los progresos de la herejía provocando conflictos y guerras
civiles. España se siente obligada a defender a sus aliados de la casa de Austria. De esta manera, España se
convierte en la defensora del catolicismo frente al protestantismo.
Se identifica a España con la defensa de la fe, y así todo avance del protestantismo se interpreta como una
derrota de España, lo mismo que todo un proceso de herejía como una victoria.
Lepanto:
Felipe II emprendió la última cruzada de la cristiandad. Los turcos hacen más fuerte su presión sobre los años
1560−1570 sobre el mediterráneo. Túnez y Chipre caen en poder. Las tres potencias más interesadas son
España, Venecia y Roma, y se ponen de acuerdo y realizan una triple alianza que se va a denominar la santa
liga en 1571. Las fuerzas navales y militares, bajo el mando de Don Juan de Austria se encuentran en Lepanto
con la armadura turca en 1571, y termina con la victoria de la santa liga. 1571 es una fecha importante porque
significa el fin de la dominación turca en el mediterráneo occidental. El poderío turco sigue en pie, pero ya no
representa la amenaza constante que había sido hasta entonces.
Guerras de Flandes:
Flandes fue, a partir de 1566 el mayor problema que tuvo España que afrontar en la segunda mitad del siglo
XVI, y que condicionó, en gran medida, los aspectos de su política exterior. En esta lucha, van íntimamente
ligadas las dos características de Europa de este siglo. Las inquietudes religiosas y el crecimiento de las ideas
racionales. Flandes era posesión patrimonial de la casa de Borgoña. Tenía tres millones de habitantes y
conocía una propiedad económica, debida a su riqueza agrícola, sus talleres textiles y sus actividades
comerciales en el Puerto de Amberes. Al abandonar aquellas tierras para regresar a España en 1559, Felipe II
las deja encomendadas a su hermana Margarita, a quien asesoraba un consejo dominado por Granada, que no
era natural de países bajos.
La nobleza local, encabezada por el conde de Egmon y el príncipe de Orange, disgustados por aquella
organización administrativa, en el que veía un peligro para sus privilegios y autonomía pidieron la marcha de
Canberra. Felipe II acabó por aceptarla.
Saqueo en Flandes. Así recreó el pintor Sebastián Vrancx una de las frecuentes disputas de los tercios
españoles en los Países Bajos.
Pero no accedió a otros puntos como la libertad exigida por los calvinistas que estaban preocupados por la
determinación de Felipe II de hacer cumplir los decretos del concilio de Trento y combatir la herejía.
Parte de la pequeña nobleza flamenca, y de la burguesía mercantil, adictas al comunismo, se agruparon en
1565 en una especie de liga llamada por sus adversarios liga de mendigos. Entre la oposición calvinista y el
descontento nobiliario, había un punto en común: el recelo ante la política de Felipe II, considerado
demasiado intransigente.
En 1566 estallaron incidentes en varias ciudades, que pronto degeneraron en tumultos, en las que fueron
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saqueadas varias iglesia y destruidos varios altares e imágenes sagradas. La oposición se convierte en
insurrección. La reacción de Felipe II al recibir tales noticias es enérgica. Envió al duque de Alba para sofocar
la rebelión. El duque procedió con mano dura y creó el tribunal de los tumultos para castigar a los
revolucionarios. Las dos primeras víctimas fueron dos grandes magnantes flamencos (duque de Egmon y
duque de Horn) en 1568. Desde entonces la insurrección se agravó y pronto adquirió el aspecto de una guerra
cuyo mando asumió en el mando rebelde a Guillermo de Orange. Este buscó contra España la alianza de los
príncipes protestantes de Alemania, Inglaterra y Francia. Con los recursos obtenidos creo una flota de piratas
denominados los mendigos del mar que en 1572 consiguieron apoderarse de varias posiciones clave, entre
ellas el Puerto de Flesinga (a la entrada de Amberes) y obtienen éxitos importantes de su lucha, y Guillermo
de Orange se hace fuerte en la provincia del Norte. Se intentó llegar a un acuerdo con los rebeldes, pero no se
consigue y la guerra tiene un carácter violente y cruel. Se consigue una pequeña suspensión de armas y
durante esta, la estrategia de España y sus aliados es jugar con las rivalidades religiosas y regionales. Se
consigue que las provincias del sur firmen un acuerdo en 1579. Frente a eso, los protestantes constituyeron la
unión de las provincias del norte. Así, los países bajos quedaron divididos en dos territorios:
−el norte protestante
−el sur sometido a una influencia española.
La insurrección estalló en el sur, pero acabó por imponerse en el norte, donde el calvinismo era muy
minoritario. Entre las provincias del norte, que se constituyeron en provincias unidas independientes, no
existía unidad lingüística ni intereses económicos comunes ni idénticas estructuras sociales. Parece que la
rebelión reunió a descontentos de muy diversa procedencia: nobles católicos resentidos, calvinistas,
mercaderes,... El príncipe Guillermo supo hasta su muerte en 1584 federar bajo su mando y su autoridad
aquellas múltiples rebeliones que España se empeño en sofocar son resultado.
Se calcula que España gastó en las guerras de Flandes casi el doble de lo que recibió de las Indias en las
famosas remesas o tesoros americanos, pero la guerra de Flandes también tuvo otra consecuencia: la de
envolver a España en una serie de conflictos con Francia e Inglaterra.
La armada invencible
Anteriormente explicada
Relaciones de España e Inglaterra
Las relaciones entre España e Inglaterra pasan por tres fases distintas durante el reinado de Felipe II.
En la primera, la más breve, Felipe, a raíz de su casamiento con María Tudor en 1554 es rey consorte de
Inglaterra. Se pensaba en una progresiva restauración del catolicismo en aquella nación. Fue entonces cuando
Carlos I abdica y deja a su hijo la herencia de Flandes. La presencia de una nación amiga al otro lado del
estrecho constituye una garantía para los países bajos.
En 1558, esto cambia porque María muere sin descendencia y pasa la corona a manos de Isabel que decidida
partidaria de la reforma protestante abre en 1558 un periodo de hostilidad entre las dos naciones. Felipe II
ayudó de una manera disimulada a los súbditos católicos de Isabel y ésta a su vez presta ayuda a los rebeldes
flamencos. En el mar, piratas ingleses, pagados por la reina Isabel, hace comercio ilícito con las colonias
españolas en el caribe. Ataca a los barcos españoles y consigue grandes botines, incluso por orden de Isabel se
atacan y saquean nuevas ciudades españolas como Cartagena. Todos estos roces no llevan a la guerra hasta
que Isabel presta apoyo financiero a los rebeldes flamenco. Es esto lo que decide a Felipe II a declarar la
guerra contra Inglaterra, en la que pierde en continuos enfrentamientos en el mar y acaba con el fracaso de la
armada invencible.
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Intervención en la política francesa
La cuestión religiosa y el problema flamenco provocaron fuertes tensiones entre España y Francia. En
Francia, hugonotes y católicos luchan por el poder. Los católicos contaron siempre con la ayuda de España,
mientras que los hugonotes son adorados por los rebeldes flamencos. Las alianzas entre España y los católicos
franceses se rompen al morir Enrique III. Como futuro rey se tenía en perspectiva a Enrique de Navarra o
Enrique de Borbón.
Para subir al trono Enrique de Borbón, protestante, se convierte al catolicismo y este hecho pone fin a los
conflictos entre las dos naciones.
TECNOLOGÍA IMPERIAL
INTRODUCCIÓN
Al contrario que México y Perú, Chile carece de grandes monumentos precolombinos. Solo algunas ruinas de
carácter secundario permanecen. Por ello, no fue sino hasta el establecimiento del Imperio Español y del
denominado Reino de Chile que las construcciones monumentales comenzaron a hacer su aparición en las
remotas tierras del Sur del Mundo.
Y que construcciones fueron estas sino magníficos castillos que traen a la memoria tiempos idos de piratas y
de imperios, de galeones y de oro. Tiempos violentos en los cuales la espada y el cañón definían las
innumerables escaramuzas por el dominio de tierras, de tesoros y del mundo.
Escuchando la historia del Imperio Español desde el punto de vista anglosajón, sus antiguos enemigos, da la
impresión que esté hubiera sido débil. Que se hubiera subyugado fácilmente a los designios de sus enemigos.
En fin, que fue un total fracaso. Nada más lejos de la verdad, después de todo, son cientos de millones de
personas en decenas de países de todo el mundo que tienen su acerbo étnico y cultural enraizados. Es más, en
cierto sentido el Imperio Español fue quizás el más exitoso de todos, pues logró expandir la cultura hispánica
a muchos rincones del planeta donde todavía florece.
No fue fácil para la corona española mantener sus dominios de ultramar. De partida estuvo enfrascada durante
siglos en guerras continuas con sus rivales occidentales tanto en Europa como en toda América, desde la parte
meridional de Estados Unidos hasta el Cabo de Hornos. Sin olvidar sus territorios en Filipinas, sus luchas en
el norte de África y otros lugares del mundo. Estas luchas tuvieron sus orígenes tanto en factores económicos
como religiosos, estos últimos debido a que España se instituyó en la fuerza militar tras la Iglesia Católica.
ESTRATEGIAS Y ESQUEMAS REALIZADOS POR LOS CIENTÍFICOS DE LA ÉPOCA
Estas continuas luchas en diferentes frentes exigían grandes gastos los cuales se financiaban en parte con los
tesoros de Filipinas, México y Perú y por otra parte con endeudamiento lo cual provocó, a la larga, la ruina del
Imperio Español. Otro factor a tomar en cuenta fue el gran impacto en la población hispana de las guerras y la
emigración a América, lo que produjo graves trastornos demográficos en el país.
Al fin, cansada de luchar, España perdió sus colonias en América y Asia y fue humillada militarmente por las
nuevas potencias que se apoderaban del mundo. Y sin embargo, durante tres siglos fue capaz de mantener
para sí la mayor parte del Nuevo Mundo.
Los metales preciosos de Perú y Bolivia eran una fuente muy importante de financiamiento del Imperio
Español. El oro y plata de esas regiones servía para comprar la seda en Manila, los esclavos en África y para
pagar los ejércitos de Europa así como los productos europeos que se distribuían a las colonias. Bajo ningún
punto el Imperio podía permitirse la pérdida de tal fuente de riquezas.
Los piratas, como Francis Drake, cruzaban el estrecho de Magallanes y aparecían en la costa austral de Chile.
Estos actuaban contra las poblaciones más indefensas de las costas del Pacifico entre México y Chile y
esporádicamente atacaban poblados y mataban civiles para luego retomar sus correrías por el Pacífico.
Actuaban de esa manera porque sus fuerzas eran muy poco numerosas como para intentar tomar los territorios
en forma definitiva.
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Estaban, no olvidemos, demasiado lejos de las bases de Europa como para entablar batalla en forma directa.
En el Atlántico los piratas lograron establecer puntos estratégicos en lugares como Jamaica y otros lugares de
las Indias Occidentales. Desde esos lugares lograban infligir daños al comercio Español con Europa. En el
Pacífico, sin embargo, los piratas carecían de enclaves desde donde lanzar sus ataques.
De los lugares del Pacífico más adecuados para establecer bases sólidas estaban Chiloé y Valdivia en la Costa
de Chile. Esta última fue defendida con esmero por el Imperio Español y sus fuertes todavía evocan los
tiempos idos de aventureros e Imperios perdidos. De hecho Chile fue siempre un quebradero de cabeza y
fuente de gastos para el Imperio Español ya que tuvo que mantener en forma permanente fuertes contingentes
militares en el territorio con el fin de proteger las costas de las potencias enemigas europeas y para mantener a
raya las sublevaciones indígenas de los indómitos Mapuches.
TECNOLOGÍA DE LA ÉPOCA: Los Ingenieros Militares Españoles
Casi todos los elementos empleados en su construcción fueron fabricados en sitio. Desde la piedra y la
argamasa hasta las cureñas de los cañones. Toda la obra de ingeniería y construcción de los fuertes hispanos
estaba dirigida por los ingenieros militares españoles que a partir del siglo XVIII pasaron a constituir el
cuerpo de Ingenieros del Rey.
España, si bien atrasada en investigación científica básica, no lo estaba en ingeniería militar. El desafío de la
colonización americana y las necesidades tantos civiles como militares que ellas demandaban, así como
también la permanente lucha contra sus enemigos Europeos, hicieron que la tecnología militar fuera estudiada
científicamente en España.
El arte de diseñar las estructuras de piedra, llamado estereotomía, era establecido en numerosas publicaciones
de la época. De la misma manera se describían las proporciones precisas para construir fuertes, para fundir
cañones y dispararlos, como así también cada una de las tecnologías civiles y militares de la época. Todo se
realizaba con el auxilio de planos de gran destreza técnica y habilidad artística. Además se recurría al auxilio
de la matemática geométrica y algebraica de la época, adaptada al arte bélico.
En 1583 el Emperador Felipe II funda en Madrid la Academia de Matemáticas bajo cuyo alero destacarían los
mas grandes genios de la teoría militar de su tiempo, tales como: Cristóbal de Rojas (1555−1614), autor de la
Teoría y Práctica de la Fortificación, considerado como el más insigne ingeniero militar de la época;
Bernardino de Mendoza, autor de Teoría y Práctica de la Guerra (1595) que fuera traducida al alemán,
francés, italiano e inglés; y el matemático Pedro Ambrosio de Onderiz, quien tradujo al castellano La
Perspectiva Especularía de Euclides y quien redactó un tratado llamado Uso de Globos. En América los
Ingenieros Militares realizaron muchas obras, algunas realmente espectaculares. Destacan entre ellas los
acueductos mexicanos de Zempoala, Querétano y Xalpa, las presas de contrafuerte y muchas otras. Incluso
estudiaron el desarrollo de canales interoceánicos en Nicaragua y en Panamá, siglos antes que tal idea fuera
finalmente realizada.
FÁBRICAS REALES DE VALDIVIA
Para la fundición de los elementos metálicos, del ladrillo y la teja así como también para la fabricación de
cureñas, puertas y otros elementos en madera, se necesitaba la instalación de maestranzas, denominadas
Fabricas Reales. La más importante fueron las instaladas en la isla Valenzuela frente a Valdivia. En ellas se
preparaban todo tipo de materiales que no solo se consumían localmente sino que también se llevaban a otros
lugares del virreinato.
Los fuertes eran construidos en piedra bien trabajada pero también en ladrillo y cal. Esta última provenía de la
zona central que aún hoy se denomina Calera y que en ese tiempo estaba a cargo de los Jesuitas.
BALAS Y CAÑONES
Muchos de los cañones de Valdivia provenían directamente de España o bien de Perú, pero ya en épocas
tempranas en Santiago se fundían piezas de menor calibre. Son curiosos los casos de partidas completas de
cañones que fueron rechazados por problemas en la calidad del material pero, no obstante, la habilidad de los
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artesanos mejoró con el tiempo. Parte del parque era producido en forma local mientras que otro se traía de la
capital del Virreinato.
PROYECTOS DE ARMAS
Tanto en Niebla como en Corral se aprecian unos pequeños hornos instalados a muy poca distancia de los
cañones. Estos tenían el propósito de calentar las balas al rojo, técnica curiosa por su temible efectividad sobre
los navíos de madera de esa época; esta se conoció como la bala roja. Esta consistía en fundir la bala de cañón
al rojo vivo antes de ser disparada contra el enemigo.
ASTILLEROS DE VALDIVIA
No todos los navíos del Imperio Español fueron construidos en la península ibérica. Muchos de ellos fueron
armados directamente en terreno en las colonias. Es el caso de los famosos galeones de Manila, que hacían el
transito desde Filipinas hasta Acapulco − México. En Sudamérica también se construyeron barcos y en Chile
los principales astilleros se ubicaron en Chiloé, secundados por los de Valdivia.
7. PROCESOS DE DESCOLONIZACIÓN E INDEPENDENCIA
Podemos empezar definiendo la descolonización como un proceso histórico por el cuál los pueblos sometidos
al colonialismo, a lo largo de todo el siglo XIX, querían la independencia política. Este largo proceso ha
afectado a más de la mitad de la superficie de la tierra y casi a la mitad de los diferentes seres humanos que
habitaban la misma.
Entre los años 1945 y 1966 accedieron a la independencia 54 países; todos ellos pertenecientes a la geografía
del Tercer Mundo, es decir a toda la región más desfavorecida en cuanto a bienes económicos y sociales de
todo el mundo, donde abunda el hambre la pobreza y el analfabetismo.
Los factores que determinan el proceso de la descolonización son los siguientes:
• El primer factor a considerar es el diferente ritmo de expansión demográfica. El proceso inverso de la
descolonización del siglo XX se produce tras la revolución demográfica de los países atrasados, al
reducirse la mortalidad sin que en compensación se produjese un descenso similar de sus índices de
natalidad.
A principios del siglo XX Europa contaba con unos 400 millones de habitantes y a mediados de siglo la
cantidad aumentó hasta 600 millones, señalándose un ritmo de crecimiento que es tan sólo la mitad del
mundo, mientras la población de Tercer Mundo aumenta, a un ritmo superior a la media mundial.
• Otro de los factores fue el Nacionalismo, que fue la gran fuerza que impulsa a la independencia de los
otros continentes del siglo XX. Los diferentes pueblos de África y Asia son conscientes de su retraso
material, también de sus diferencias culturales y de sus tradiciones. De esta manera surge un
nacionalismo Modernista, que con la imitación de Europa procura la rapidez de su progreso, un
nacionalismo, el cual pone en primer plano el fortalecimiento de costumbres, las creencias en algo y
las lenguas propias.
• Las Iglesias y las Sociedades Internacionales; en la década de los 50 ciertos obispos sostenían El
derecho de los pueblos a gobernarse por si mismos. En 1927 se fundó en la ciudad de Bruselas la liga
contra el imperialismo y la Sociedad de Naciones que defiende a los pueblos no europeos en situación
difícil o sometida.
• La actitud de las grandes potencias; Lenin acusaba al capitalismo de la explotación de los pueblos
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atrasados. En Estados Unidos, Wilson se expresaba en contra del colonialismo y Roosevelt mantenía
esa postura en sus mensajes y en las conferencias internacionales. Occidente ejerció una influencia
estimulante, incluso las potencias coloniales, ya que los estudios de líderes de las colonias en las
universidades europeas que muestran que la pobreza y el atraso no son el resultado de decisiones
divinas, sino consecuencia de la organización social y de conquistas mentales.
• La coyuntura internacional; es la propicia a la desaparición de la hegemonía europea. En la 1ª Guerra
Mundial los pueblos coloniales aportaban hombres o bien materias primas a la metrópolis, con el
choque entre las naciones que africanos y asiáticos consideraban superiores. Por otra parte en la
post−guerra en vez de compensar la ayuda de las colonias durante el conflicto, las potencias europeas
solo piensan en olvidarse de sus problemas mediante una intensificación de la explotación colonial.
7.1 EL FINAL DEL IMPERIO ESPAÑOL EN AMÉRICA.
Las colonias fueron leales a España durante casi 300 años. Esta lealtad era resultado de una cultura
compartida, así también como las instituciones, incluso la religión, y no el resultado del poder militar. España
ejercía estricto control sobre las colonias desde Madrid y durante el siglo XVIII ejerció una implacable
presión impositiva sobre las mismas. Los colonos comenzaron a desear comerciar libremente con el resto del
mundo y se resintieron por dicha política impositiva ya que les imposibilitaba competir en igualdad de
condiciones. Sorprendentemente sin embargo no hubo signos reales de revolución hasta el 1800. Las colonias
no rompieron con España debido a que sorpresivamente encontrasen que las reglas eran intolerables después
de casi 300 años. Lo que en realidad sucedió fue que accidentalmente y durante 6 años desde 1808, la
conexión entre España y América se rompió debido a la ocupación napoleónica y a la abdicación del rey
Carlos IV en favor de José Bonaparte. Las colonias se negaron a aceptarlo y reconocieron a Fernando VII
como soberano y comenzaron a formar sus propios comités, llamados juntas, para tomar sus propias
decisiones. Este período les dio sus primeras experiencias en el autogobierno y desembocó en el desarrollo del
sentimiento nacional a favor de sus propios intereses.
7.2 INDEPENDENCIA PARA LAS COLONIAS
En 1814 el rey Fernando VII restauró la monarquía en España, e intentó también reinstalar la autoridad
española sobre las colonias, lo que lo hizo muy impopular.
Como resultado, emergieron en Argentina varios grupos de rebeldes que rehusaron aceptar el retorno de la
monarquía; esta revolución se expandió a Chile, Perú. España no tuvo suficiente poder naval y militar para
controlar a las provincias rebeldes e Inglaterra rehusó participar en una alianza internacional en 1817.
Simón Bolívar emergió como líder revolucionario en Venezuela y le dio la independencia en 1821, así como
también a Nueva Granada.
Durante este período México se mantuvo leal a la Corona, pero se unió al movimiento revolucionario en 1825,
lo que a su vez aceleró la declaración de la independencia de Honduras, Nicaragua, San Salvador y Costa
Rica.
Todos ellos rehusaron formar una alianza y se mantuvieron como estados individuales. Las provincias unidas
del Rió de la Plata se fragmentaron aún más con la declaración de independencia por parte de Bolivia,
Colombia y Ecuador hacia el 1830. España había perdido para esta época casi la totalidad de sus colonias
americanas, y sólo mantenía algunas de las islas del Caribe.
LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA
Aquí se encuentra explicada la descolonización de las principales colonias españolas en América.
Causas de la independencia americana.
• Pérdida de la flota española en 1805 en la batalla de Trafalgar.
28
• Proclamación de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano en la Revolución
Francesa.
• Malestar general de los criollos, por no tener los mismos derechos que los nacidos en España.
• Imposibilidad práctica de comerciar con la península española, lo que trae como consecuencia el
comercio de contrabando con EE.UU.
• Creación de las Juntas de Defensa para intentar autogobernarse y si hay problemas, independizarse.
• Cierta colaboración de Inglaterra, que protege a los rebeldes americanos.
• Intento de emular el proceso de independencia de los Estados Unidos.
• Deseos de suprimir el centralismo de Madrid.
• No haber puesto en práctica la idea de Godoy, que consistía en poner a un gobernador, amigo o
familiar del rey, a cargo de los territorios conquistados por España.
• Actuación de sociedades secretas, masónicas, que trataban asuntos mal vistos por el poder y
propagaban ideas para formar el sustrato independentista.
• Universidades más adelantadas en Hispanoamérica que en la península, aunque a ellas acudieran sólo
los criollos con poder económico. Las órdenes religiosas eran las encargadas de dirigir estas
universidades.
• Planificación de reformas agrarias que no se llegaron a realizar por la gran extensión de las fincas,
imposibles de concentrar.
• Personajes importantes y determinantes como Simón Bolívar, Sucre, San Martín, Hidalgo y Morelos.
Argentina
En 1810 se crea una Junta de Defensa, que se autonombra la única que manda en el poder y que desplaza a las
demás autoridades legalmente constituidas.
En 1811 desembarca en Argentina San Martín, procedente de la península, y se dedica a extender las ideas
separatistas, pero no es encarcelado por estar la Junta de acuerdo con él.
En le Congreso de Tucumán, en 1813 se decide una reunión y se llega a un acuerdo, que no será ratificado
hasta el 1817, cuando Argentina se declara independiente.
Venezuela y Colombia
El personaje clave es Simón Bolívar, independentista, influenciado tanto como la declaración de los derechos
de EE.UU. como por la de la Revolución Francesa.
Entre 1811 y 1815 actúa en Venezuela y Colombia, pero no se produce ningún enfrentamiento bélico.
En 1815 tiene que huir a Jamaica, posesión inglesa, donde éstos lo protegen, pero Bolívar sigue teniendo sus
contactos en América. En 1819 vuelve a Venezuela, y se produce una batalla que él ya tenia preparada, la
batalla de Boyacá. En ella Venezuela se declara independiente.
29
En 1819, en un sistema de votación un tanto especial, Bolívar es nombrado rey de esa zona.
En 1822, se produce la batalla de Pichincha, donde a manos de Sucre, Ecuador se independiza.
En 1822, también, en la batalla de Carabobo, se independiza Colombia.
La idea de Bolívar era unir estos 3 estados en la llamada Gran Colombia, formando una especie de Estados
Unidos del Sur.
Chile
San Martín pasa de Argentina a Chile y el ejército español intenta detenerlo. Debido a esto se produce la
batalla de Chacabuco y Chile se independiza. Los españoles tienen que huir.
Perú
San Martín deja Chile y en 1821 llega al Perú. Simón Bolívar y San Martín se reconcilian en la entrevista de
Guayaquil. San Martín se marcha a Inglaterra.
Los países independizados empiezan a tener problemas entre ellos y mientras, España, prepara un gran
ejército. Perú consigue independizarse y quedan pocos españoles.
México
En 1810 se revela el cura Hidalgo y clama por la igualdad entre lo indígenas de América y los criollos. Es
fusilado.
En 1815, otro cura, Morelos, se revela por la misma causa y también es fusilado.
En 1821, Itúrbide (criollo), propone el Plan de Iguala, el cual consiste en que lo españoles y los criollos de
México tuvieran los mismos derechos, que México se quedase independiente y que formase un Estado
Católico. Este plan es aceptado y en 1822 Itúrbide se nombra emperador, siendo destituido en 1823 y
proclamándose la Constitución Republicana de 1824. México se divide al caer Itúrbide y Simón Bolívar
intenta unificar todo de nuevo en el congreso de Panamá, en 1826, pero fracasa.
Las Bahamas
Esta colonia obtuvo su total independencia en 1973, e impuso una república y manteniéndose en el poder el
mismo primer ministro.
Belice
Era una colonia británica que antes se denominaba Honduras Británicas, obtuvo su independencia en 1981.
Guyana
Era una colonia británica que en 1976 obtuvo su independencia dentro de la Commonwelth.
Surinam
Era una colonia holandesa que en 1950 implantó el sufragio universal y la colonia contó con un régimen
parlamentarista. 4 años después, aunque todavía pertenecía a Holanda obtuvo una constitución y una
30
autonomía interna.
El 26 de noviembre de 1975 obtuvo su independencia.
Jamaica
Estaba bajo el dominio británico que en agosto de 1962 se convertiría en un estado independiente bajo la
corona inglesa.
Independencia de las islas de las Antillas:
Son unas islas situadas en el Mar del Caribe que obtuvieron la independencia entre 1962 hasta 1981, son las
siguientes:
Barbados
Las Barbados pertenecían a Gran Bretaña desde 1670. Desde 1961 la colonia se autogobierna y en 1966
alcanzó la independencia.
Granada
Esta isla pasó a depender de Gran Bretaña en el año 1783. En 1944 obtuvo su total independencia de la
metrópolis.
Trinidad y Tobago
Eran unas islas que estaban bajo el dominio Británico. En 1958 Entró a formar parte de la federación de las
indias occidentales, de la que se separó en 1962, año en el que alcanzó su independencia dentro de la
Commonwelth.
Antigua y Barbuda
Estas islas obtuvieron la plena independencia el 1 de noviembre de 1981.
Dominica
Era una colonia francesa que consiguió su independencia en 1978, instaurándose un gobierno republicano con
Fred Degazón al frente.
Saint Kitts Nevis
Era una colonia Británica que accedió a la independencia en 1983.
Santa Lucia
Es una isla de las pequeñas Antillas que desde febrero de 1978 constituyen un estado independiente en el seno
de la Commonwelth.
San Vicente y las Granadinas
Estas islas que pertenecían al dominio francés obtuvieron la plena independencia a finales de la década de los
70, concretamente en 1979.
31
7.3 CONSECUENCIAS DE LA DESCOLONIZACIÓN
Con la descolonización de los países de Asia y África no se han solucionado sus respectivos problemas. En el
Neocolonialismo supone un sistema de relaciones entre los diferentes países en los cuales se establecen una
dependencia económica y por tanto también política y socialmente con respecto uno del otro. Esto se
generalizó a partir del proceso de la descolonización y se extendió a las antiguas potencias coloniales y a otros
muchos más países que supieron aprovechar muy bien la situación.
En los años 50 un francés acuñó la expresión `Tercer Mundo' refiriéndose así de este modo a un conjunto de
países que tienen mas o menos las mismas características en cuanto a nivel de pobreza, miseria y
analfabetismo y es a partir de este momento cuando empezaron a nacer este tipo de países.
Muy relacionado con el concepto de Tercer Mundo se haya el de subdesarrollo. Como dijo un delegado de Sri
Lanka en un foro internacional un país subdesarrollado no se puede identificar con nada pero todo el mundo
sabe sus características y todo lo relacionado con él. Alguien dijo una serie de indicadores del subdesarrollo
entre los cuales destacan:
−Gran número de agricultores con baja productividad.
−Un gran número de recursos naturales infrautilizados.
−Insuficiencia alimenticia.
−Poca industrialización.
−Situación Económica preocupante.
−Desigualdades sociales.
−Gran número de desempleos, subempleos y de trabajo infantil.
−Grave deficiencias de la población.
−Lento crecimiento de los recursos de los que disponía las poblaciones.
El subdesarrollo es uno de los grandes problemas estructurales de los piases afroasiáticos políticamente
independientes. Dentro del Tercer existen diferencias, por un lado los piases productores de petróleo y por
otro los piases en vías de desarrollo.
7.4 LISTADO CRONOLÓGICO DE LA INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS EN
AMÉRICA
(1776−1983)
Independencias de:
4−7−1776: Estados Unidos.
1−1−1804: Haití.
20−7−1810: Bolivia.
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16−9−1810: México.
18−9−1810: Chile.
14−5−1811: Paraguay.
5−7−1811: Venezuela.
9−7−1816: Argentina.
28−7−1821: Perú.
15−9−1821: Costa Rica.
Guatemala.
24−3−1822: Ecuador.
7−9−1822: Brasil.
25−8−1828: Uruguay.
6−8−1835: Bolivia.
30−4−1838: Nicaragua.
5−11−1838: Honduras.
30−1−1841: El Salvador.
27−2−1844: Rep. Dominicana.
1−7−1867: Canadá.
20−5−1902: Cuba.
3−11−1903: Panamá.
6−8−1962. Jamaica.
31−8−1962: Trinidad y Tobago.
26−5−1966: Guyana.
30−11−1966: Barbados.
10−7−1973: Bahamas.
7−2−1974: Granada.
22−7−1975: Santo Tomé y Príncipe.
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25−11−1975: Suriname.
3−11−1978: Domínica.
22−2−1979: Santa Lucía.
27−10−1979: San Vicente y las Granadinas.
21−9−1981: Belice.
1−11−1981: Antigua y Barbuda
19−9−1983: San Cristóbal y Nieves.
8. LA GUERRA DE MARRUECOS
Una agitación creciente producida entre España y Marruecos, obliga a que el 10 de enero se entrevisten el
Alto Comisario Rafael García Valiño y el Residente francés Dubois en Larache. El Rif se ha vuelto a agitar
una vez más y en la vertiente francesa se registra una auténtica guerra de guerrillas del Ejército de Liberación
Marroquí. El 14 de enero de 1956, en una nota oficial, el gobierno español se declara presto a facilitar el
autogobierno a su zona de Protectorado. La agitación es creciente y no faltan las declaraciones alarmistas. El
20 de marzo el partido nacionalista marroquí Istiqlal hace una declaración pidiendo la independencia abso
Mohamed V
En marzo, Francia concede unilateralmente la independencia a Marruecos. Una vez más, desde que a
principios de siglo iniciaron su acción en ese país, la política de ambas naciones no discurre por los mismos
cauces y ambas prescinden la una de la otra a la hora de decidir. El resultado, como siempre, será nefasto.
El 6 de marzo, Mohamed V entra en Rabat y en la zona española se producen disturbios. Hay luchas entre
facciones marroquíes. Los partidarios de Mohamed V persiguen sangrientamente a los del destituido Ben
Arafa. En Tetuán se produce una manifestación frente a la Alta Comisaría como veinte años antes, pero esta
vez las fuerzas españolas tienen que disparar para defenderse y hay muertos y heridos. El gobierno facilita una
sobria nota oficial sobre los incidentes. Abd−el−Jalaq Torres −viejo dirigente nacionalista tetuaní, que luego
será embajador en Madrid− tiene que huir de Tetuán a Tánger, pasando por el histórico desfiladero del
Fondak. En el Rif las kábilas se inquietan y hay alguna venganza entre ellas; incluso algún pesquero español
es tiroteado y tiene bajas entre la tripulación. Por un momento se llega a temer algún levantamiento del tipo de
los de treintaitantos años antes. El 17 de marzo el Jalifa de Tetuán −el príncipe Amador de España− visita el
palacio de El Pardo.
El 21 de marzo se anunció la visita de Mohamed V a Madrid y se adelantaba una fórmula de cooperación
libre; los franceses, a su vez, utilizaban el eufemismo de interdependencia; en abril empezó a hablarse
públicamente de independencia y evacuación de la Zona Norte del Protectorado.
El 5 de abril llegó el sultán a Madrid, iniciándose en seguida unas tensas negociaciones para la independencia
total. A las 6 de la madrugada del día 7 se firmó la declaración conjunta y después se realizó la despedida del
monarca cherifiano en Barajas. El 11 de abril, en una ceremonia conjunta, se suprimió la delimitación que
separaba ambas zonas. El 1 de agosto se celebró el traspaso de servicios; la representación de España en
Marruecos pasó del Alto Comisario al embajador en Rabat; el primer embajador español fue el Sr. Alcover y
el embajador en Madrid Abd−el−Jalaq Torres, hijo del famoso bajá de Tetuán. El 6 de agosto cesó el teniente
general Rafael García Valiño. El 19 de septiembre, por un decreto, la Dirección General de Marruecos y
Colonias pasa a denominarse de Plazas y Provincias Africanas. A finales de año, Inglaterra renuncia a los
34
privilegios que sus súbditos tenían en Tetuán y otras zonas por el tratado de 1856. En febrero de 1957 se
produce una nueva visita de Mohamed V y nuevos acuerdos sobre la deuda y la moneda española. En la
ex−zona la moneda empezó a ser retirada.
El 11 de marzo de 1961 se registraría una nueva crisis hispano−marroquí por el secuestro de unos técnicos
petrolíferos. El 31 de agosto concluyó la evacuación de las fuerzas españolas en Marruecos. El repliegue se
hizo sobre Ceuta y Melilla. En el acto de la devolución de los técnicos secuestrados, el 21 de marzo en el
palacio real de Rabat, Hassan 11 reivindicó Sahara, Río de Oro, Ceuta, Melilla e Ifni. El 7 de febrero se
produce la presentación de las cartas credenciales por Manuel Aznar, nuevo embajador de España, iniciándose
un período de lenta relajación de la tensión. El 11 de febrero de 1965 Franco y Hassan 11 participan en una
cacería y en las conversaciones celebradas se habla del Sahara y Mauritania, entre otras cuestiones. Se adopta
la política de dejar que el tiempo vaya madurando los problemas y lograr así una pacificación de los espíritus
que posibilite una solución.
8.1 CAMPAÑA DE IFNI−SAHARA, 1957−1958
A mediados de agosto de 1957 Marruecos solicitó la entrega de Ifni por España. Según la argumentación de Si
Bekkai −jefe del gobierno marroquí− al derogarse el tratado hispano−francés de 17 de noviembre de 1912,
había caducado la concesión española de Ifni. La diplomacia española sustentaba otros puntos de vista y
recordaba que su soberanía venía reconocida en otros tratados anteriores. Marruecos se había comprometido
por el Acuerdo de Rabat, firmado el 28 de mayo de 1956, a asumir las consecuencias de los tratados firmados
por Francia. El 15 de septiembre, Castiella hizo un viaje a Tánger entregando una amplia respuesta y
ofreciendo someter el problema al arbitraje del Tribunal Internacional de La Haya.
LA BATALLA DE TETUÁN
Una nota del Ministerio del Ejército informó que en la noche del 22 al 23 de noviembre, ya en la madrugada
del sábado, se había producido una infiltración de grupos irregulares que, en número de unos 2.500, mandados
por el dirigente del Istiqlal, Ben Ham, habían atacado diversos destacamentos aislados, cortado las líneas
telefónicas y rodeado la guarnición de Sidi Ifui. En esta primera jornada las bajas españolas son de 5 muertos
y 34 heridos; las del enemigo −contenido por la reacción española− se calculan en un centenar.
El origen de aquellas bandas fue objeto de duras polémicas; el autodenominado Ejército de Liberación
Marroquí portaba armas de las entregadas por Francia y España para el Ejército Real. Sus miembros
procedían en parte del ejército regular y en su mayoría del Ejército de Liberación, que había luchado contra
los franceses, especialmente en la zona situada al sur de la cordillera rifeña y al norte de Fez, a fines de 1955
(Aknul, Tizi Uzli y Bured). El 3 de julio de 1956 se había celebrado en Nador un acto en el que parte del
ejército de liberación se integró en el Ejército Real, pero quedaron núcleos que no lo hicieron.
Con la perspectiva que da el tiempo, en el fondo de este asunto bien pudiera encontrarse el deseo del gobierno
de Rabat de quitarse de encima unos incómodos huéspedes que podían poner en peligro su interior. El
gobierno habría decidido canalizar su belicosidad enviándolo a los territorios del sur y de paso apoyaron sus
reivindicaciones territoriales; matar dos pájaros de un tiro se llama esta figura. Los últimos restos del Ejército
de Liberación no integrados en la legalidad serían exterminados en los últimos 60 por Ufkir y su policía.
Los grupos armados operaban también en el vecino Sahara Francés y en Mauritania. La capital de estos
grupos se situaba en la ciudad de Goulimine y entre su heterogéneo armamento se encontraron también armas
soviéticas. La guarnición española resistió bien el ataque y los 10.000 habitantes de la capital en ningún
momento llegaron a correr peligro. Inmediatamente empezaron a fluir refuerzos; el Miguel de Cervantes
desembarca un batallón expedicionario del Regimiento Soria. El 29 de noviembre son lanzados 75
paracaidistas de refuerzo sobre el fuerte de Tiulin y en la mañana del 30 limpian los alrededores. La escuadra
se había concentrado frente a Sidi Ifni y junto con la aviación bombardean fuertemente las concentraciones
35
enemigas. Se llega a reunir a unos 8.000 hombres, principalmente legionarios y paracaidistas. España solicita
de Mohamed V que controle estas bandas irregulares. Algún periódico informa de la intervención comunista y
una nota oficial los califica de bandoleros del desierto.
El 3 de diciembre se restablece la normalidad en Arbaa el Mesti; el valor de las fuerzas españolas y la carencia
de material pesado por los invasores inclinan la balanza a favor de España. Se libera la posición de Telate de
los Isbuias, donde la guarnición había resistido heroicamente. Una columna rescata a un destacamento de
paracaidistas que se retiraba combatiendo, habiendo fallecido el teniente Ortiz de Zárate y 4 soldados más. El
5 de diciembre se libera Tiuagsá y en el combate muere otro teniente paracaidista, Polanco. El 9 de diciembre,
con la liberación de la posición del zoco El T'Zanin, se da por concluida la primera fase de las operaciones;
sólo quedan pequeños grupos dispersos que atacan esporádicamente las patrullas españolas. En uno de estos
combates murió el alférez de milicias universitarias Francisco Rojas Navarrete, considerado como el primer
oficial de I.P.S. caído en acción de guerra. El 11 de diciembre una nota oficial facilitaba las bajas habidas
hasta aquel momento: 62 muertos y 125 heridos; junto a los jóvenes voluntarios figuraba algún veterano de las
luchas de África, de la campaña de Asturias de 1934, de la guerra civil y la División Azul. El 10 de enero fue
nombrado gobernador general de Ifni el general Gómez Zamalloa.
8.2 OPERACIONES EN EL SAHARA ESPAÑOL
El Sahara, como Ifni, se había visto afectado a partir de 1955 por algún incidente armado, asesinatos de
indígenas aislados, tiroteo de alguna patrulla, muerte de algún aflús de kábila, etc. En marzo de 1956,
coincidiendo con la sacudida general, se registraron diversos incidentes y en una manifestación en
Villacisneros las luchas entre clanes tribales produjeron unos 20 muertos y un centenar de heridos.
El 3 de diciembre de 1957 se pudo comprobar la agresión al faro de Cabo Bojador, con la desaparición de 7
personas. También fue atacado el convoy de Villa Bens al Aaiun y, en la lucha que se produjo, la escolta tuvo
2 muertos y 5 heridos. Fue nombrado gobernador del Sahara el general Héctor Vázquez. El 3 de enero de
1958 se registró un fuerte combate en el Aargub. En la noche del 12 al 13 de enero fueron tiroteados los
puestos de la línea exterior del Aaiun. Por la mañana salió una agrupación del Tercio y en Edchera entró en
contacto con una importante fuerza enemiga, produciéndose un durísimo combate; al enemigo se le
recogieron 241 muertos e importante armamento; las fuerzas españolas sufrieron 20 muertos y 40 heridos.
Siguieron las operaciones de persecución de núcleos irregulares en Ifni y Sahara. A principios de febrero
murió en Tingum en un combate el teniente Carranza, hijo del subsecretario del Ministerio del Ejército.
El 10 de febrero se inició una amplia operación de limpieza al mando del capitán general de Canarias,
Teniente general López Varela. En la acción colaboraron fuerzas terrestres y aéreas de España y Francia. Algo
tarde ya, ambas naciones habían decidido volver a colaborar y, como siempre que lo hacen, los resultados
fueron óptimos. La intervención de la aviación francesa en estas campañas fue fundamental. El objetivo de la
operación combinada fue empujar a los rebeldes hacia el sur de Seguia el Hamra.
La operación se inicia el 21 de febrero y dura hasta mediados de marzo, constituyendo un triunfo total. Las
fuerzas españolas sufren unos 6 muertos y 30 heridos, pero las bajas del enemigo son incalculables. Después
de marzo de 1958 no se vuelven a registrar operaciones importantes, por lo que la campaña puede darse por
finalizada. Las bajas de estos cuatro meses de operaciones se han calculado en unos 100 muertos y 500
heridos.
El 6 de marzo de 1959, en un acto realizado en el Palacio Real de Rabat, el rey Mohamed V devolvió a
España 40 prisioneros de estos combates, entre los que se encontraba alguno de los supervivientes del Faro de
Cabo Bojador.
Las desmedidas ambiciones territoriales del joven Marruecos acabarían por desacreditar sus peticiones sobre
los territorios del Sahara, que de hecho nunca le han pertenecido. Fueron especialmente criticadas sus
36
ambiciones sobre el Tinduf y Mauritania. En los años posteriores y como fruto de esta política expansiva se
produciría algún incidente en los territorios españoles del A.O.E. Poco a poco, sin embargo, el asunto iría
quedando relegado a un tema de la prensa marroquí más ultra.
8.3 LA INDEPENDENCIA DE LA ZONA SUR DEL PROTECTORADO DE MARRUECOS
La independencia de la zona sur del Protectorado sirvió para que mucha gente se enterase de su existencia.
Desde que el 29 de junio de 1916 Bens ocupó Cabo Juby, estableciendo la Zona Sur, su historia se había
confundido con la de los otros territorios del África Occidental Española: Río de Oro, Sakiet el Hamra, Cabo
Juby e Ifui. Solamente el incidente de diciembre de 1933 en una unidad indígena merece la atención. Tenía
este territorio 25.600 Km. cuadrados y unos 6.000 habitantes. Su capital era Villa Bens. En realidad los
sultanes de Fez nunca habían controlado formalmente el territorio al sur de Agadir y su soberanía había sido
más teórica que otra cosa. Recordemos que era al Sultán Azul a quien Francia y España arrebataron estos
territorios. Marruecos los reclamó y se vieron envueltos en los movimientos de las partidas guerrilleras que en
noviembre de 1957 atacaron Ifni y el Sahara. Un convoy de Villa Bens al Aaiun fue tiroteado, pero pronto
quedó todo el espacio libre de enemigos. Se celebraron conversaciones sobre el futuro de la posesión entre
españoles y marroquíes y el 2 de abril de 1958, en Cintra, Castiella y Balafrej firmaron el acuerdo por el que
se entregaba a Marruecos la zona sur del Protectorado.
La transmisión de poderes tuvo lugar el día 10 de abril de 1958, en un ambiente más bien frío. No faltó algún
incidente. La prensa marroquí, en pleno hervor reivindicativo, realizó diversas acusaciones contra las fuerzas
españolas. Así concluyeron sin pena ni gloria 32 años de presencia de España en este rincón africano, cuya
única justificación hubiera sido servir de puente entre Río de Oro y la posesión de Ifni, si nuestra política de
principios de siglo no hubiera sido tan débil y titubeante ante las presiones francesas y el miedo a abrir otro
frente de lucha.
9. EL MUNDO HOY
Desde que comenzó la era de los descubrimientos, en el siglo XV, Europa se adueñó de los mares, los
mercados y oficinas comerciales en las costas de los continentes. A la hegemonía económica siguió luego una
de carácter político. En nombre de las teorías de superioridad por las cuales Europa civilizó al mundo,
numerosos pueblos quedaron reducidos a la esclavitud y varias civilizaciones fueron destruidas. Si embargo,
tras al segunda guerra mundial surgieron los nacionalismos en búsqueda de la independencia y el aspecto del
mundo cambió. La descolonización marca el final de hegemonía europea.
Sin embargo, en su larga marcha hacia su verdadera independencia estas naciones independientes tratan de
reencontrar su propia identidad y cultura, y desempeñarán un papel cada día más importante en el concierto de
las naciones.
Pero a fines de siglo aún existen territorios no autónomos, algunos de los cuales están en vías de encontrar la
independencia de sus metrópolis.
La lista de territorios aún colonizados en 1999 era:
Australia: pequeñas islas de Oceanía.
Nueva Zelanda: pequeñas islas de Oceanía (Cook, De la Unión).
Estados Unidos: pequeñas islas de Oceanía (Estados Federados de Micronesia, Samoa).
Francia: pequeñas islas de Oceanía (Polinesia, Wallis, Nueva Caledonia), del Índico (Tromelin), de África
(De la Reunión, Mayotte) y del Caribe (San Martín).
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Inglaterra: pequeñas islas de Oceanía (Espóradas, Malden, Starbuck, Vostok, Flint), del Índico (Agalega,
Chagos, Almirantes), de África (Ascensión, Santa Elena), del Atlántico (Falkland, Georgias del Sur,
Bermudas, Sandwich) y del Caribe (Caimán, Turks, Vírgenes, Anguila). Peñón de Gibraltar.
Portugal: Macao, pequeñas islas africanas (Azores, Madeira).
China: Hong Kong, Taiwán.
India: pequeñas islas del Índico (Andamán, Nicobar).
Dinamarca: Groenlandia y pequeñas islas del Atlántico (Faeroes).
9.1 LA GLOBALIZACIÓN: EL NUEVO COLONIALISMO
La globalización es la política que defienden las multinacionales y que sus peones, los dirigentes políticos,
defienden a capa y espada. Básicamente consiste en abrir la veda para las corporaciones para instaurarse en
cualquier parte del mundo y, supuestamente, generar una riqueza que saque de la pobreza a los países del
Tercer Mundo. Sin embargo, hay verdades ocultas tras la humanitaria máscara de la globalización. Por mucho
que perdonen deudas (por otro lado más que pagadas) a los países en vías de desarrollo, no nos pueden ocultar
que la riqueza no llegará a todos. Es más, la riqueza no llegará salvo a manos de los de siempre.
Con la globalización de la economía, el lema de los liberales, el laissez faire, laissez passer (dejad hacer, dejad
pasar), se convertirá en la máxima del mundo futuro. Las empresas, meras industrias volantes, pasarán de un
país a otro. Crearán puestos de trabajo, pero en cuanto las condiciones económicas se hagan desfavorables en
ese país, simplemente desmantelarán sus empresas y volarán a otro país pobre. Serán entonces creadoras de
precariedad, de inestabilidad económica y se alimentarán, como nunca, de la pobreza que engendran. De
hecho, estas cosas se pueden observar incluso en España. Durante casi medio siglo, España ha sido un país de
dictadura y por lo tanto, deprimido económicamente. Después de la muerte de Franco, la política capitalista
imperante en el mundo occidental se abrió hueco, y por lo tanto, se enriqueció la economía del país. Muchas
firmas extranjeras colocaron fábricas en España, beneficiándose de los bajos salarios que debían pagar a los
trabajadores en comparación con los de otros países industrializados. Sin embargo, dado que España ha
alcanzado un moderado nivel económico, las empresas extranjeras están empezando a desmontar sus fábricas
de España y trasladándose a otros países (por ejemplo, los de Europa oriental, hundidos tras años de guerras).
Realmente a lo que asistimos es a un tipo nuevo de colonización. Los liberales, la burguesía más vanguardista
y poderosa, se han valido del Estado como han querido a lo largo de siglos. Después de la abolición del
Antiguo Régimen y del reconocimiento de sus reivindicaciones, han adquirido un papel predominante en la
política de cada país. A pesar de que defendían en su mayoría una igualdad de derechos y de los individuos
ante la ley, realmente era un pacto trucado, pues una vez impuesto no comenzaban todos desde cero. Ellos se
valieron de esta teoría contractual y de la democracia que inventaron para oprimir con todo el capital del que
disponían. Los obreros, los campesinos y todos aquellos por debajo del estrato de la alta burguesía solo se
podían conformar con sobrevivir y mejorar en raras ocasiones. Los movimientos y organizaciones obreras
plantaron cara y pidieron mas justicia y en ocasiones, se les concedían mejoras para evitar que la insostenible
situación del proletariado desembocara en una situación de sedición. Tras la Segunda Guerra Mundial, los
estados, instados por su clase burguesa buscaron nuevos mercados donde vender sus productos y de donde
extraer materias primas a un coste razonable. Del mismo modo que los países del medievo y del Renacimiento
buscaron colonias en las nuevas tierras para expandir sus imperios, los burgueses buscaron expandir el
colonialismo, pues era una eficaz fuente de riqueza; aunque al coste de la opresión de otros.
La burguesía, como se ha tratado de explicar arriba, pretende un nuevo enriquecimiento propio. Realmente,
los burgueses defienden a su Estado solo como defensor de las ideas políticas que han impuesto. Han creado
opresivas leyes de mercado y levantado ejércitos y policías capaces de defender sus intereses al precio que
sea. Ésta es la verdadera cara de los estados capitalistas democráticos. Toda la democracia sólo es un juego en
el cual se escudan para mantener intactos sus intereses y defenderse contra las agresiones de aquellos
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(incluidos los revolucionarios) que pretendan cambiar la situación. Valiéndose de todo su poder (político,
económico y propagandístico) mueven los gobiernos como les interesan. Ahora lo que se busca es el estado de
sumo capitalismo, capitalismo para todos.
Tras la crisis del Keynesianismo (modelo económico aplicado en la segunda mitad del siglo XX, hasta la
crisis del petróleo del 73, de forma general), ha surgido un nuevo liberalismo que afirma que el origen de los
males de la política capitalista estriba en la falta de libertad. Para ellos, el estado está demasiado inmiscuido
en la gestión y pasa de ser, como les gustaría, mero árbitro entre las empresas. En cierto modo, han
conseguido parte de lo que querían. Los estados occidentales privatizan cada vez más empresas (perdiendo así
poder como gestor de la vida laboral del país) y permiten un cada vez más voraz y fiero capitalismo, en el cual
los únicos que salen ganando son las grandes empresas. Los pequeños comerciantes desaparecen al no poder
competir con las grandes superficies, que compran al por mayor y los obreros se deben conformar con los
salarios, míseros, que pagan empresas con capital extranjero, pues en las huelgas los que más pierden son
ellos. Con un poder cada vez mayor en la actividad política, han llegado a un punto en el cual exigen la
apertura total de las fronteras y un libre comercio que arruinará a los comerciantes artesanales, a las pequeñas
industrias y fábricas y a los obreros y campesinos de todo el mundo. Los hombres y mujeres de todo el mundo
se verán obligados a trabajar en fábricas de las multinacionales y serán incapaces de oponerse a la poderosa
política de mercado. El mercado mundial se unificará bajo la bandera del liberalismo frenético de la burguesía
de los estados industrializados del primer mundo (con EE.UU. a la cabeza). Si los estados buscaron una vez
ampliar sus fronteras, actualmente, las empresas (verdaderos motores de la política occidental), buscan lo
mismo.
Este nuevo colonialismo que nos presentan el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros
cuerpos de la maquina del capitalismo se llama globalización. Si los políticos gobiernan para las
megacorporaciones (como en EE.UU., donde no se acepta el protocolo de Kyoto porque las mismas empresas
que inundan el cielo de gases con efecto invernadero son las que pagaron la campaña de G. W. Bush), las que
gobiernan son las megacorporaciones. El dinero se va concentrando cada vez en menos (y más poderosas
manos), de modo que algún día los Estados, de seguir así, habrán desaparecido como tal. Su papel será
absorbido por las grandes y poderosas empresas que se habrán creado en un mundo de libre comercio
absoluto. Los pobres serán todavía más pobres y los ricos serán infinitamente más ricos. El Estado, como tal,
solo pervivirá en la medida que sea un instrumento de defensa y legitimación de las empresas.
La esencia de todo sistema colonial estriba en la división de la población en dos grupos: el colonizador o
dominante y el colonizado o dominado. La riqueza huye de las manos de los obreros para concentrase en las
manos de las multinacionales, para las que trabajamos o a las que compramos sus productos. La firma de las
multinacionales está allí donde podamos mirar y esto será solo el principio de lo que nos espera si se lleva a
cabo la denominada globalización. Si la burguesía y sus empresas acaban de ponernos el yugo, difícilmente
encontraremos solución al problema.
10. CONCLUSIONES
El colonialismo es el periodo de la Historia que abarca desde el siglo XV hasta el siglo XX. Se caracteriza por
la ocupación y explotación de un territorio por parte de una potencia dominante. Posee dos etapas: la primera
transcurre entre 1400 y 1800 y está definida por los descubrimientos geográficos de la Península Ibérica en los
otros continentes. La segunda comprende de 1800 a la segunda guerra mundial. En este periodo, la principal
potencia colonialista es Inglaterra, seguida de Francia, Portugal, España, Bélgica, Estados Unidos, Japón,
Rusia, Dinamarca y China, entre otros.
Los principales factores del proceso de colonización fueron la explosión demográfica, la Revolución
Industrial y sus consecuencias, y otras causas ideológicas, políticas y económicas. De hecho, no fue inusual
encontrar potencias que sólo ocuparon territorios costeros en los cuales instalaron factorías destinadas al
comercio y no poblaron las zonas interiores, sino hasta cuando vieron sus nuevos dominios amenazados por
otra potencia.
Por otra parte, cabe consignar que, producto de disputas por determinadas zonas de interés, los países
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colonizadores tuvieron que realizar encuentros y someter sus diferencias a determinadas instancias arbitrales,
debiendo luego firmar tratados y acuerdos que resolvieron tales controversias, con lo cual se fue delineando y
delimitando el mapa político de cada época y, principalmente, se adoptaron como válidos los criterios bajo los
cuales se actuaría en el futuro.
Las potencias dominantes ejercieron una clara influencia en la cultura dominada, lo que trajo por
consecuencias una aculturación de los territorios colonizados, un intercambio comercial claramente positivo
para la potencia y la instauración de las bases de desarrollo actual de las ex colonias. En el aspecto social, se
puede observar el nacimiento de la burguesía formada por comerciantes y funcionarios en los territorios
ocupados.
A partir del siglo XX, la mayoría de las colonias comenzó su proceso de independencia. Actualmente
pequeñas islas y archipiélagos no poseen soberanía y dependen de otros Estados. Sin embargo, la forma de
dependencia más común es la del llamado neocolonialismo, que presenta una marcada diferencia económica
entre los países pobres y las potencias, hecho que se acentúa el dominio de la potencia sobre el Estado
independiente, al intervenir directamente en su desarrollo mediante la exigencia de determinadas medidas para
otorgar créditos, la fijación de tasas de interés elevadas y la venta de productos manufacturados por la
adquisición de materias primas.
11. BIBLIOGRAFÍA
Para realizar este trabajo me he ayudado de los siguientes lugares de Internet:
http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/historia/histdeltiempo/
mexicana/colonia/c_coloni.htm
http://www.iespana.es/oaca/Globalizacionycolonialismo.htm
http://hipatia.uc3m.es/~nogales/MAS/MAStext07.html
http://www.el−mundo.es/2001/12/23/cultura/1086582.html
Buscador Google (www.google.com)
Icarito, la enciclopedia Virtual (www.icarito.cl)
Buscador Altavista (www.altavista.com)
Enciclopedia Microsoft Encarta 2003 y vínculos web sugeridos en esta misma
http://www.educar.org/guardiolapage2/
http://www.educar.org/guardiolapage2/Austrias1.htm
http://lahaine.topcities.com/Espana/reconcentracion.htm
Aparte de esto he buscado información en los siguientes libros:
Benjamín Pilar y otros; Horizonte 2: Historia y Geografía. Editorial Vicens Vives/Andrés Bello. Barcelona,
España, 1995.
Diccionario Ilustrado de la Lengua Española. Editorial Sopena S.A. Barcelona, España, 1994.
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Enciclopedia Monitor. Tomos 4 y 9. Salvat S.A. de Ediciones. Pamplona, España, 1965−1968.
Orozco, Clemente. Nueva Enciclopedia Larousse, Planeta. Barcelona. 1981.
Valencia 190, Publicacions de la Universitat Jaume I, Imprimeix la diputació, 2001.
Historia de España, tomo IV, Salvat Editores.
Nueva Historia Universal, ed. Marín S.A. Volumen V.
Gran enciclopedia de España y América, ed. Espasa Calpe, Tomo IV
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