TEMA 2: LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: ALANDALUS 2.1. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: LA CONQUISTA MUSULMANA Y PUEBLOS INVASORES A partir del 711 ciframos en la Península el sometimiento de la Spania visigoda por parte del Islam, religión fundada por Mahoma un siglo antes y que pronto lograría expandirse por el Próximo Oriente, el Mediterráneo oriental y el Nte. de África. Su paso a la Península se produjo precisamente desde África a través del Estrecho de Gibraltar. Entre los musulmanes llegados las élites dirigentes eran sobre todo árabes (fundamentalmente Omeyas), mientras que el grueso de las tropas lo componían los bereberes, pueblo de tradición ganadera. Los enfrentamientos étnicos entre árabes y bereberes fueron una constante, llegando incluso al desencadenamiento de una guerra civil (739-741) entre ambos. No obstante, dichos conflictos no impidieron el desarrollo de una conquista organizada desde Kairuán (Túnez) por el wali Musa, que supo aprovechar las disputas internas de los visigodos y someter a su rey Rodrigo. A continuación, los musulmanes de dirigieron a Toledo con la intención de controlar rápidamente la totalidad del Estado. En apenas 4 años, entre el 711-715, se conquistan todos los puntos claves de la Península a través de la imposición militar o mediante pactos con la población local en los que se respetaba el autogobierno y las prácticas religiosas indígenas a cambio del pago de un tributo. El avance musulmán fue detenido en Poitiers en el 732 por los francos de Carlos Martel, centrándose a partir de entonces en la ordenación del territorio peninsular, que bajo la denominación musulmana es conocido como AlAndalus. 2.2. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: EL EMIRATO Y EL CALIFATO DE CÓRDOBA Entendiendo por Al-Andalus el territorio peninsular sometido por los musulmanes desde el 711, podemos hablar de 3 etapas de gobierno: 1.Época de los walíes (711-56): dependientes del califato de Damasco dirigido por los Omeyas, familia árabe que en el 750 es asesinada a manos del clan de los Abasidas, los cuales trasladan el califato islámico a Bagdad. 2.Emirato de Córdoba: En el marco andalusí situamos la presencia de un superviviente omeya, Abderramán I, que en el 756 se proclama en Córdoba emir independiente del califato abasida. Para consolidar su poder tuvo que combatir los ataques de los propios musulmanes, si bien no logrará someter los pequeños reinos cristianos del norte. Abderramán murió en el 788 estableciendo un sistema sucesorio en el que destacarán los emires Hisham I, Al-Hakam I y Abderramán II, preocupados fundamentalmente por reforzar el papel del Estado mejorando el sistema recaudatorio y la emisión de moneda. Empero, a partir del 879, la crisis del emirato era patente, desarrollándose diferentes revueltas locales en las que participan nuevos grupos (muladíes, mozárabes). Frente a estos, los emires omeyas optaron por fortalecer su poder militar reclutando mercenarios eslavos. 3.Califato de Córdoba: En esta situación de inestabilidad, el emir Abderramán III se proclamó califa de Córdoba en el año 929. A nivel interno Abderramán III se propuso restaurar la unidad del Estado islámico, mientras que en el ámbito exterior, al autoproclamarse califa, afirmaba su independencia frente a los otros dos califatos de la época, el citado abasida y el fatimí o chiíta establecido desde el 910 en Kairuán. Para el 976 el califato omeya de Córdoba será controlado por un hayib, Almanzor, que da paso a la dinastía amirí hasta el 1009. Finalmente el califato toca a su fin oficialmente en el 1031, fecha a la siguen los llamados reinos de taifas. 2.3. LA CRISIS DEL SIGLO XI: LOS REINOS DE TAIFAS Dentro del territorio peninsular controlado por los musulmanes, AlAndalus, constatamos cómo a la muerte de Al-Hakam II (976) los califas de Córdoba se mantuvieron en el poder de forma simbólica, tomando el poder efectivo una especie de valido (hayib) conocido como Almanzor. Este dio paso a la dinastía amirí, que gobierna el califato cordobés entre el 976-1009. A principios del s.XI el califato comienza a ser escenario de toda una serie de conflictos civiles que conducen a su extinción oficial en el 1031. Se inicia entonces la etapa de los reinos de taifas (banderías o facciones en las que se divide la Península) en la que distinguimos 3 fases: a) primeras taifas (s.XI): en función de quién ejerciera su control podemos aludir a las de los andalusíes locales (marcas fronterizas, Sevilla, Córdoba); las creadas por los recién llegados bereberes en torno al estrecho de Gibraltar y las dirigidas por eslavos en la zona de Levante. En general estas primeras taifas gozaron de un importante desarrollo cultural, artístico y científico, aunque padecieron una destacada debilidad político-militar. De hecho la mayoría desapareció por la conquista de otras taifas (Ej: Córdoba sometida por Sevilla) o por ocupación de los reinos cristianos (Ej: Toledo por Alfonso VI, Valencia por el Cid) a los que pagaban parias. b) segundas taifas (s.XII): situadas concretamente entre la caída del imperio almorávide y la instauración de los almohades (1145-47), que someten fundamentalmente las levantinas. c) terceras taifas (s.XIII): situadas entre el final del califato almohade en Navas de Tolosa (1212) y la fundación del reino nazarí de Granada (1237). Fueron sometidas a lo largo del s. XIII por reyes de Castilla y Aragón (Murcia, Valencia, Niebla). 2.4. LA CRISIS DEL SIGLO XI: LOS IMPERIOS NORTEAFRICANOS Dentro del territorio peninsular controlado por los musulmanes, AlAndalus, constatamos cómo tras la extinción oficial del califato de Córdoba (1031), se inicia una etapa de descomposición peninsular en reinos de taifas sobre la que tratarán de imponerse una serie de imperios norteafricanos: -ALMORÁVIDES: pueblo bereber al que el reyezuelo de la taifa de Sevilla solicitó ayuda frente al avance cristiano. Habían constituido un imperio en el Nte de África, fundando Marrakech y conquistando Ceuta. Desembarcan en la Península y conquistan todos los reinos de taifas entre 1090-1110. Se presentaron como los restauradores del Islam tradicional, practicaban la yihad y la fiscalidad primitiva islámica. Su caída se produjo en un contexto de descontento popular por su elevada presión fiscal, su excesivo celo en el cumplimiento de la ortodoxia islámica, la pérdida de territorios a manos de los cristianos (Zaragoza) y el ataque de otro pueblo bereber, los almohades. -ALMOHADES: entre 1145-1147 situamos en Al-Andalus el desmoronamiento del imperio almorávide, la aparición de las segundas taifas y la llegada de los almohades, pueblo bereber aún más ortodoxo que los almorávides. Su líder, Abd-al-Mumin, fue proclamado califa, algo que los almorávides no se habían atrevido a hacer. Entre 1146-1171 someten a los almorávides y a las taifas peninsulares, especialmente las levantinas, estableciendo su capital en Sevilla, donde dejan obras como la Giralda y la Torre del Oro. Al igual que sus predecesores no podrán contener los avances cristianos, siendo derrotados en Navas de Tolosa (1212). -BENIMERINES: también bereberes, formaron un Estado en torno a Marrakech. Llegaron a ocupar Ceuta y entraron en la península, pero fueron derrotados por los cristianos en la batalla del río Salado (1340). 2.5. AL-ANDALUS: LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL Entendemos por Al-Andalus el territorio peninsular dominado por los musulmanes entre 711-1492. Durante este período y en lo que a la organización económico-social andalusí se refiere, observaremos la fusión de elementos árabe-islámicos, rasgos cristiano-latinos y las peculiaridades indígenas. Desglosando un poco más este panorama podemos hablar de su: -Economía basada en la agricultura, sobre la que los musulmanes incorporaron innovaciones en materia de regadío (acequias, norias...) que permitieron ampliar las superficies de cultivos de regadío, aumentar la productividad y la densidad de población. Asimismo, los musulmanes introdujeron nuevos cultivos (arroz, cítricos...) que completaron la tríada mediterránea (trigo-vid-olivo). En materia ganadera destacó el ovino y en el terreno minero se revitalizaron minas como las de Almadén (mercurio). -Alto grado de urbanización, cumpliendo las ciudades musulmanas una triple función: la coordinación administrativa, política y judicial; el intercambio de productos dentro de una economía basada en la moneda (dirham de plata, dinar de oro) y la recaudación de impuestos. Generalmente todas presentaban una morfología en la que destaca una zona central amurallada (medina), una mezquita principal (aljama) y el mercado (zoco). Destacaron Sevilla y Córdoba, con más de 50.000 habitantes. -Diversidad étnica y religiosa, donde destacan los musulmanes, a su vez divididos en: árabes (élite minoritaria), bereberes del Nte de África que componían el grueso del ejército y cristianos convertidos al Islam (muladíes). También fueron numerosos los cristianos y los judíos, tolerados pero considerados inferiores. Era común encontrar a cristianos que vivieron entre musulmanes (mozárabes), a musulmanes que vivieron entre cristianos (mudéjares) y a los que una vez expulsados permanecieron en la Península convirtiéndose al cristianismo (moriscos). 2.6. AL-ANDALUS: EL PENSAMIENTO Y LAS LETRAS Entendemos por Al-Andalus el territorio peninsular dominado por los musulmanes entre 711-1492. En lo que a vida intelectual y artística se refiere, hablamos de un marco que gozó de enorme prestigio tanto en el mundo islámico como en la Europa medieval cristiana. La ciencia, la literatura y el arte andalusí toman como modelo y lengua de expresión el árabe, si bien sus intelectuales también se dejarán influir por la culturas persa y grecorromana. A medida que se desarrolló, la cultura andalusí adquirió una originalidad importante, en particular en el período de las taifas (ss.XI-XIII), con los reyezuelos ejerciendo labores de mecenazgo dentro de un clima de competitividad y libertad intelectual perjudicado por las invasiones norteafricanas y cristianas. Podemos establecer toda una nómina de eruditos andalusíes en diversas esferas: *Ibn Abd Rabbihi (ss.IX-X), cordobés que representa la literatura califal y nos deja obras como El collar único. *Ibn Hazm (s.XI), con tratados literarios de amor como El collar de la paloma. *Ibn Zaydun (s.XI), que destacaría en el terreno de la lírica, el género más apreciado por los árabes y a la que contribuirán con la moaxaja y el zéjel. *Al-Idrisi (s.XII), célebre geógrafo que nos deja El libro de Roger. *Avempace, Maimónides y Averroes (s.XII), que destacaron como filósofos. *Ibn Arabi (ss.XII-XIII), místico que destacó en el pensamiento religioso. *Ibn Jaldun (s.XIV), el más prestigioso historiador árabe. 2.7. LA ARQUITECTURA MUSULMANA EN ESPAÑA: PALACIOS Y MEZQUITAS Entendemos por Al-Andalus el territorio peninsular dominado por los musulmanes entre 711-1492. En lo estrictamente artístico encontramos un arte andalusí con rasgos originales que gozó de enorme prestigio tanto en el mundo islámico como en la Europa medieval cristiana. Se trata de un arte bastante abstracto, peculiaridad motivada por la prohibición de representar imágenes humanas y en el que son comunes la caligrafía, los dibujos geométricos, los motivos vegetales y animales. Las manifestaciones artísticas más desarrolladas fueron las artes decorativas y la arquitectura: Arquitectura religiosa: destacaron sobre todo las mezquitas, en especial la de Córdoba, iniciada por el omeya Abderramán I (s.VIII) y concluida por Almanzor (s.X). Morfológicamente esta presentaba dos partes iguales: un patio al aire libre y la sala de oraciones (haram) dividida en naves. Dentro de la misma destacan sobre todo los arcos de herradura dispuestos en dovelas blancas y rojas. Al-Hakam II realizó un nuevo mihrab con arcos lobulados y mosaicos y más tarde los cristianos le adosaron la catedral y convirtieron el alminar en campanario. De la etapa almohade se conservan restos de la mezquita de Sevilla (s.XII) y su alminar (La Giralda). *Arquitectura civil: donde resaltaremos la ciudad palatina de Medina Azahara construida por Abderramán III, hoy prácticamente en ruinas. De época taifal es el palacio de la Aljafería en Zaragoza (ss.XI-XIII) y de tiempos almohades la Torre del Oro. Pero, sin duda, el ejemplo más notable lo constituye el palacio-alcazaba de Granada (La Alhambra) de época nazarí (ss.XIII-XV). Se trata de un complejo sobrio externamente y opulento en su interior, con materiales austeros, que integra perfectamente lo natural con lo artificial. También en Granada, a escasos metros de la Alhambra, encontramos el palacio y los jardines del Generalife. Extensión: 1950 palabras; 199 líneas.