luces y sombras de la nueva reglamentación para las rentas

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LUCES Y SOMBRAS DE LA NUEVA REGLAMENTACIÓN PARA LAS
RENTAS VITALICIAS PREVISIONALES. ¿QUÉ CONVIENE ELEGIR?
por Carlos José María Facal
1. Introducción
Las Superintendencias de Seguros de la Nación (SSN) y de Administradoras de Fondos
de Jubilaciones y Pensiones (SAFJP) aprobaron, mediante Resolución General Conjunta
Nº 32.275 (SSN) y N° 008-2007 (SAFJP), un nuevo “Reglamento de Reconocimiento de
Rentabilidad Excedente” para operar en el Seguro de Renta Vitalicia Previsional y en las
rentas derivadas de la Ley Nº 24.557.
Este reglamente es de carácter obligatorio para todas las compañías de seguro de retiro
que operan en este tipo de seguros, y rige para todas las cotizaciones que hayan sido
emitidas desde el 01 de Diciembre de 2007.
En los “considerandos” de la norma se destacan los objetivos que la inspiraron:
a. Garantizar la libertad de los beneficiarios instituidos por las Leyes N° 24.241 y Nº
24.557, para seleccionar la compañía con la cual se contrate el seguro de retiro
previsto en dichas normas.
b. Dotar de un marco de transparencia a la comercialización del seguro ofreciendo, a
quienes estuvieran interesados en su adquisición, información completa y
comparable entre las ofertas de las distintas compañías.
Desde hace un tiempo veníamos criticando la poca transparencia que existía en la oferta y
venta de los seguros de renta vitalicia previsional 1. La medida adoptada es un paso en la
dirección correcta, aunque a mi gusto aún insuficiente, ya quedan otras cuestiones sin
resolverse adecuadamente.
Repasaremos brevemente los cambios e incluiremos un comentario sobre la otra
posibilidad de percepción de los beneficios previsionales, el “retiro programado”intentando hacer consideraciones de índole práctica que guíen la elección de los no
especialistas en la materia.
2. La Renta Vitalicia Previsional (RVP)
La renta vitalicia previsional, conforme la llama la Ley 24.241, es una de las modalidades
de percepción de los beneficios previstos por el Sistema Integrado de Jubilaciones y
Pensiones (SIJP), disponible para aquellos afiliados que cotizan a una AFJP.
1
Facal, Carlos José María. El Seguro de Vida en la Argentina. Capítulo XIII. Punto VII, página 335 y
especialmente el punto VIII. Ed. Lexis Nexis Argentina S.A. Buenos Aires, Julio de 2007.
Desde el punto de vista de su naturaleza jurídica, es un seguro de retiro contratado a
prima única con los fondos acumulados en la cuenta individual2. Por consiguiente, sólo
puede ser adquirido de una compañía de seguros de retiro, únicas autorizadas en la ley
argentina a toma coberturas de supervivencia (Artículo 177, Ley 24.241).
Recordemos que el SIJP acuerda prestaciones a raíz de la muerte del trabajador afiliado
en actividad, por la muerte del trabajador en estado de invalidez transitoria, al trabajador
declarado portador de una invalidez permanente y a quien se jubile en forma ordinaria,
anticipada o postergada.
La Ley 24.557 (LRT) dispone que el cobro de las prestaciones dinerarias por muerte del
empleado, incapacidad laboral permanente total e incapacidad laboral permanente parcial
superior al 50%, producidas como consecuencia de un accidente laboral o de una
enfermedad profesional, sea a través de una renta vitalicia -que denomina “renta
periódica”. Si bien distintos fallos admitieron que los damnificados pudieran percibir el
importe de esas prestaciones dinerarias en un solo pago, evitando la constitución de una
renta, la ley únicamente contempla como alternativa, si los causantes estaban afiliados al
régimen de capitalización, la percepción de esos beneficios a través de un retiro
programado.
La regulación de este instituto es muy importante por ser vehículo de cobro de beneficios
de la seguridad social. No se trata de seguros voluntarios, sino de seguros que son el
vehículo legal que tiene cualquier ciudadano, común y corriente, para percibir los
beneficios que le han sido acordados y que por ende forman parte de la seguridad social y
no, meramente, en el derecho privado contractual, donde prima la autonomía de la
voluntad. La seguridad social –debemos recordar- asiste en los casos de ocurrencia de las
llamadas contingencias sociales3.
3. El ajuste mínimo prometido a las RVP.
La legislación argentina no permite que se pacten rentas ajustadas por inflación, como es
el caso chileno. Tampoco existen instrumentos financieros que ajusten por inflación y la
ley 23.918, modificada por la ley 25.561, en sus artículos 7º y 10º, prohíbe todo tipo de
estipulación indexatoria.
A partir de la Resolución Conjunta SSN 28.714 y SAFJP 6/2002, se suspendió la
contratación de RVP en moneda extranjera. Finalmente, por Resolución Conjunta SSN
2
Facal, Carlos José María, op. y loc. citados en la nota anterior, página 333.
3 Payá (h), Fernando H. - Martín Yáñez, María T. RÉGIMEN DE JUBILACIONES Y PENSIONES. 2006,
LexisNexis - Abeledo-Perrot. Nos dicen que, en el campo de la seguridad social el término "riesgos" se
sustituye por el de "contingencias sociales", las cuales implican una carga que debe ser soportada por toda
la comunidad social en protección de sus integrantes. Nos recuerdan que la OIT ha clasificado dichas
contingencias de la siguiente manera: 1) Físicas: enfermedad, invalidez, vejez, maternidad, accidente y
muerte; 2) Económicas: desempleo; 3) Sociales: familia numerosa. Lexis Nº 2515/001094
30.170/2004 y SAFJP 30/2004, se prohibió toda contratación que no fuese en moneda
nacional4.
Las RVP se calculan con un interés técnico del 4% anual5. Mensualmente, reciben un
ajuste mínimo mediante la aplicación de la llamada “tasa testigo”, que establece la
Superintendencia de Seguros de la Nación. La “tasa testigo” incluye la “tasa técnica” y
no puede ser menor que ésta. En otras palabras, el valor absoluto de la renta en pesos, en
ningún caso podrá disminuir, aunque las inversiones del asegurador se derrumben y no
alcancen a esa “rentabilidad supuesta implícita” del 4% anual.
La SSN ha definido la “tasa testigo”, en su Circular 230 del 23/06/2006, como el
promedio mensual de los valores diarios de las tasas de interés correspondientes a las
colocaciones a plazo fijo en pesos, por un plazo de hasta cincuenta y nueve días, por
montos de $100.000 a $ 499.000, que figuran en el Boletín Estadístico del Banco Central
de la República Argentina, Tasa de Interés por Depósitos, multiplicada por un coeficiente
de corrección de 0,90. Se dispuso, además, que con fin de facilitar la operatoria de la
liquidación mensual de beneficios, el cálculo será determinado desde el 16 del mes
anterior hasta el 15 del mes en que se aplica la tasa. La tasa testigo, para enero de 2008,
fue fijada en 0,75 %, equivalente al 9,38 % anual.
El ajuste mínimo está pensado para que, quienes han elegido la RVP como modalidad de
percepción de sus beneficios previsionales, selección que es irrevocable, no se
perjudiquen por las malas decisiones, en materia de inversión, que la compañía adopte.
Por el contrario, la tasa testigo no está pensada para mantener el poder adquisitivo de la
prestación previsional. Cuando las políticas gubernamentales fuerzan tasas pasivas
negativas respecto de la inflación, para incentivar el consumo o la actividad económica, y
sobre todo cuando la inflación se espiraliza6, una ajuste por tasa testigo es marcadamente
insuficiente y no logra mantener el poder adquisitivo de la RVP.
4 Es de hacer notar que, en el principio del sistema, la contratación en moneda extranjera fue la forma más
elegida por los selectores de RVP, quienes de esa manera buscaban la posibilidad de eludir el riesgo de
fluctuación del peso y asegurarse un ingreso en moneda dura. Claro que sus expectativas se vieron
frustradas cuando se dispuso la pesificación compulsiva de las obligaciones, y las compañías pagaron las
rentas en pesos. Este capítulo todavía no ha sido cerrado ya que, si bien la jurisprudencia, casi
unánimemente, decretó que no corresponde la pesificación a las RVP, está pendiente el pronunciamiento de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Como sostuvimos en la obra de nuestra autoría, ya citada, páginas 342 y siguientes, la acción para solicitar
la “redolarización” de una RVP “pesificada” es imprescriptible (art. 14, inc. g, ley 24.241). Conforme:
2007-06-27, Juzg. Nac. Seg. Soc. Nº 8, confirmado por la Sala II, Cam. Fed. Seg. Soc. en los autos
“Embrici, Galileo Humberto y otros c/ Met Life Seguros de Retiro S.A. s/ amparos y sumarísimos”
(inédito).
5
Esto significa, en la práctica, que se ha calculado cuánto dinero tiene que reunirse para comprar un peso
de renta, considerando que cada año el asegurador obtendrá este rendimiento sobre el dinero inicial. A
mayor tasa de interés la cantidad de dinero que precisa reunirse para comprar cada unidad de renta será
menor.
6
Lógicamente que quienes están en el régimen público de reparto sufren el mismo deterioro, o aún peor, si
sus haberes previsionales no son incrementados para poder mantener su poder adquisitivo. Ninguno de los
subsistemas, por sí mismo, garantizan el poder adquisitivo del haber previsional. Algunas personas
entienden que tienen mejores chances de alcanzarlo a través de aumentos que dispone el Gobierno de turno,
4. La rentabilidad excedente
Si el ajuste mínimo es probable que sea insuficiente, es capital comprender cuál será el
rendimiento adicional que nos ofrecen las distintas aseguradoras que venden RVP.
Las compañías de seguro de retiro solamente competirán, de aquí en más, ofreciendo un
ajuste adicional por sobre los mínimos garantizados. La norma bajo examen establece
parámetros para el cálculo de esta eventual rentabilidad acrecida.
La compañía tiene la obligación de invertir los fondos acumulados provenientes de la
operatoria de RVP y de rentas derivadas de la LRT en los activos que la normativa
autoriza, en forma diferenciada de los que provienen de los seguros de retiro voluntarios.
El ajuste de la reserva matemática, y en consecuencia de los valores de la Renta Vitalicia
a percibir, en ningún caso será inferior al que resulte de la aplicación de la tasa testigo
mensual, de la cual ya hemos hablado.
La rentabilidad excedente se concederá a partir del primer aniversario de la póliza, en
forma mensual.
Para cada póliza se irá formando un “fondo de excedentes” con el fin de compensar
fluctuaciones de rentabilidad que pudieran producirse cada mes. En otras palabras,
desaparecen los “fondos de fluctuación financieros” y los “fondos de fluctuación
actuariales” y los llamados “fondos de herencia” que hasta el momento pululaban entre
los distintos productos de las aseguradoras, difíciles de comparar entre sí, y ahora sólo
existirá un “fondo de excedentes” que, en todas las compañías, tendrá el mismo
funcionamiento.
Cada mes, la aseguradora de retiro, tomará la rentabilidad bruta obtenida por la inversión
de los fondos, deducirá los gastos y el rendimiento mínimo garantizado (tasa testigo) y
aplicará al remanente el porcentaje de reconocimiento de rentabilidad excedente indicado
en la póliza.
Lógicamente que el saldo del “fondo de excedentes” podrá ser positivo (si la rentabilidad
bruta alcanzada en el mes es superior al 0,89% -según la tasa testigo de enero de 2008 y
la de gastos que más adelante explicaremos-) o negativa (si la rentabilidad bruta del mes
no alcanza dicha marca). En este último caso, no afectará ninguno de los derechos
garantizados de la póliza, esto es, la renta seguirá siendo la pactada inicialmente
incrementada por la tasa testigo, neta de la tasa técnica.
El “fondo de excedentes”, con sus positivos y negativos de cada mes, se irá acumulando
durante toda la vida del contrato. La normativa permite que, ante un cambio de las tablas
y entonces prefieren al régimen público de reparto, otros prefieren tener parte de sus ingresos jubilatorios
evolucionando al compás de los rendimientos de las inversiones, y entonces habrán de elegir el sistema de
capitalización.
de mortalidad y/o de tasa de interés técnica7, la entidad utilice el fondo de excedentes
positivo al momento del cambio8.
En ningún caso se podrá participar o reconocer a los rentistas un rendimiento bruto que
importe una rentabilidad mayor que la obtenida por la compañía por la inversión de los
fondos acumulados disponibles de la operatoria de RVP. Esta norma replica las
disposiciones que vienen desde el origen del seguro de retiro en la Argentina. Apuntan a
evitar que una compañía comprometa su solvencia otorgando ajustes que, a su vez, no ha
alcanzado. Recordemos que estas prestaciones tienen garantía estatal y al Estado le
interesa cuidar, especialmente, la solvencia del sector.
El porcentaje de rentabilidad adicional que las aseguradoras participarán a los rentistas
dejará de ser caprichoso y variable de póliza a póliza, según la mayor o menor presión
que ejerciera el candidato o el intermediario, o el mayor o menor apetito del asegurador
por obtener el negocio. La norma prevé que las compañías informen a la SSN el
porcentaje de reconocimiento de rentabilidad excedente “que utilizará con carácter
general y uniforme para cotizar a los beneficiarios/derechohabientes que lo soliciten”.
Este porcentaje no podrá ser modificado para esa póliza, en el futuro.
La compañía podrá variarlo para los nuevos contratos, pero la modificación del
porcentaje deberá ser comunicado a la SSN con anterioridad. En la página de Internet del
organismo9 cualquier ciudadano puede ver cuál es el porcentaje que las compañías hoy
ofrecen y que va desde un 60% al 90%. La SSN publicará también, en forma mensual,
cuál fue la rentabilidad bruta obtenida por cada entidad.
La participación de las utilidades se reconocerá mediante incrementos mensuales en la
renta garantizada, a partir del primer año de vigencia de la póliza de RVP. Para ello, se
tomará una doceava parte del “fondo de excedentes”, siempre que fuere positivo, y se
incorporará ese monto, definitivamente, a la reserva matemática. En realidad lo que se
hará es “comprar”, cada mes, automáticamente, una renta adicional con la doceava parte
7
La tabla de mortalidad actualmente utilizada es la Group Annuity Mortality (GAM) 1971. Es una tabla
elaborada en los Estados Unidos, que recoge la experiencia de mortalidad de quienes adquirieron rentas
vitalicias en aquel país hace 37 años. Evidentemente se trata de una tabla vieja y desactualizada y es
probable que, en la medida que se acumulen excedentes en los “fondos” las propias aseguradoras presionen
para cambiarla. Las tablas más modernas, como es obvio, reflejan los aumentos en la expectativa de vida de
la población, observados en los últimas décadas. Mayor expectativa de vida importa un precio mayor por
cada peso de renta, o dicho de otra manera, con la misma plata podremos comprar una renta inferior a la
que podemos comprar ahora.
8
Si la compañía de seguros de retiro, porque lo permite o porque lo impone la normativa, cambia la tabla
de valuación de rentas por una que contemple una supervivencia mayor, automáticamente tiene que
aumentar la llamada “reserva matemática de pasivos”. Esta reserva es una provisión equivalente al valor
actual estimado de todos los pagos futuros que se deberán hacer a los rentistas por el contrato. Es un
cálculo prospectivo, actuarial –porque el actuario tendrá que calcular la expectativa de supervivencia de
cada rentista. Si el “fondo” fuere negativo o insuficiente, las aseguradoras tendrán que aportar capital
adicional para poder cubrir el incremento de este pasivo.
9
http://www.ssn.gov.ar//Storage/rentavitalicia/SRVP_RRRT.pdf , para las 13 entidades que toman rentas
provenientes del SIJP y de la LRT y http://www.ssn.gov.ar//Storage/rentavitalicia/SRVP.pdf , donde están
las anteriores más otras dos entidades que se limitan a las rentas originadas en el SIJP.
del saldo positivo del fondo. El resto del “fondo de excedentes”, o todo si fuere negativo,
continuará acumulándose. Recordemos que, en ningún caso, se verán afectados, ni el
monto de la renta ni tampoco su ajuste por la tasa testigo.
5. Los gastos deducibles.
En cuanto a los gastos deducibles, debemos recordar que el total del monto ahorrado en la
AFJP, el eventual capital técnico necesario –en caso de fallecimiento o invalidez del
afiliado, y el aporte adicional que debió hacer la ART –si el trabajador quedó inválido o
falleció a consecuencia de accidente de trabajo o enfermedad profesional- se aplica, sin
deducciones de ninguna especie10, a la constitución de la renta.
De allí que las aseguradoras sólo puedan resarcirse de los gastos operativos detrayendo
dinero de la rentabilidad excedente de los fondos.
La nueva reglamentación dispone que la compañía de seguros de retiro sólo pueda
percibir, como gastos de administración, una suma de dinero equivalente al 1,65% anual,
calculado sobre la reserva matemática correspondiente a cada asegurado. ¿Cómo opera
esto en la práctica? Cada mes se calcula el 0,14% de la reserva matemática de inicio del
mes, y ese monto se deduce del rendimiento bruto obtenido por la inversión de la reserva
matemática. Pero recordemos, una vez más, que en ningún caso se podría vulnerar el
ajuste mínimo, de manera que este reconocimiento de gastos sólo operará en caso de
haberse superado tal rendimiento.
6. La prohibición de los llamados “adelantos a la viuda” y de otros beneficios.
Ahora, ¿qué sentido tiene?
El artículo 12 viene a terminar, con una práctica muy extendida en el mercado: los
llamados adelanto en efectivo, “a la viuda”. No es que sólo se dieran adelantos en los
casos de “viudas”, sino en realidad era una práctica extendida en la contratación de los
distintos tipos de RVP. Pero, como inicialmente la venta de RVP era a los beneficiarios
de una pensión por fallecimiento, la mayoría mujeres, tomó ese nombre.
La norma actual dice que las compañías de Seguros de Retiro “no podrán otorgar, por si o
por intermedio de terceros, ningún beneficio adicional distinto al previsto en la presente
Resolución como complementario a la Renta Vitalicia Previsional y a las rentas derivadas
de la Ley Nº 24.557 cuya reglamentación se detalla en el Visto. Esta disposición será
también de aplicación a cualquier persona o agente que intermedie en la celebración de
contratos de seguro estipulados en la presente resolución”.
10
Salvo el impuesto a los sellos, si corresponde a la jurisdicción y la tasa de SSN.
¿En qué consistían estas prácticas? En el otorgamiento de beneficios adicionales tales
como dinero en efectivo, seguros de vida o accidentes personales, préstamos en efectivo,
coberturas de salud, etc.
¿Cuál era el problema que observábamos en tales prácticas?
En realidad el “adelanto en efectivo” o cualquiera de los otros beneficios, significaba
reconocer una mayor utilidad que la tasa de ajuste mínimo, antes de obtenerla. Por lo
tanto se estaba violando la norma que impedía reconocer una rentabilidad bruta superior a
la realmente alcanzada. Desde este punto de vista, como las compañías que lo ofrecían
hacían un reconocimiento puntual al inicio, sin repetición, e inmediatamente debían
constituir la reserva matemática como si ese pago no hubiese sido hecho, en realidad no
había perjuicio para terceros. El beneficio se costeaba, inicialmente, con su propio dinero.
Pero la contrapartida de este “beneficio” consistía en pactar una rentabilidad excedente
futura muy baja y con fórmulas tan abstrusas y opacas, que los interesados no eran
demasiado concientes de ello. Por otro lado, nadie podía asegurar que las prestaciones
fueran equivalentes y que el rentista no estuviere “vendiendo su primogenitura por un
plato de lentejas”. Nótese que la renta era en pesos nominales, con ajuste mínimo por tasa
de interés y por toda la vida del rentista. ¿Cómo saber que el “adelanto” no sería pan para
hoy y hambre para mañana?
Pero habiéndose ahora introducido normas uniformes de funcionamiento del fondo de
excedentes, y dispuesto que el porcentaje de rentabilidad adicional será uniforme para
todos los contratos que cotice la aseguradora, publicándose en Internet cuáles son los
porcentajes de rentabilidad que cada una de las empresas pagan, y siendo que se
publicará la rentabilidad mensual bruta que cada empresa irá obteniendo, ¿por qué
prohibir que las empresas usen su propio dinero para beneficiar a la gente?
Esta norma parece más inspirada en la presión de las compañías, en el afán de no verse
forzadas a competir demasiado, que por una necesidad de protección a la gente. Llega
tarde y no favorece a los trabajadores y sus derechohabientes que se verán privados de la
posibilidad de acrecentar sus réditos.
La norma hubiese eliminado lo que estaba mal y dejado en pie lo que no podía, con más
transparencia, sino beneficiar a la gente.
7. ¿Renta vitalicia previsional o retiro programado?
a. Un breve repaso de conceptos
La RVP es una modalidad de percepción de los beneficios previsionales otorgada por una
compañía aseguradora. El titular de la RVP obtendrá el derecho a percibir una
mensualidad en forma vitalicia y, a partir de su fallecimiento, tal derecho pasará –
únicamente- a los “derechohabientes” considerados tales por la ley (cónyuge, conviviente
de distinto sexo de más de cinco años de antigüedad, o de dos años de antigüedad si
hubiere descendencia común, e hijos menores de 18 años), y que lo sobrevivan.
El retiro programado (RP) es otra modalidad de percepción de los beneficios
previsionales, en la que una AFJP permite a su afiliado jubilado, que retire un monto
mensual de su “cuenta individual de capitalización”. Ese monto no es superior al de la
renta vitalicia que podría haber adquirido en cada uno de esos momentos. El derecho de
retirar fondos va agotando, progresivamente, la cuenta.
Desde un punto de vista previsional, la renta vitalicia otorga una protección integral dado
que su extinción sólo se produce con el fallecimiento del titular y el de la totalidad de sus
derecho habientes. Contrariamente, el retiro programado se extingue con el agotamiento
de los fondos. En realidad, esto no ocurre literalmente, porque aunque la supervivencia
del beneficiario del RP sea larga, el importe del RP será recalculado cada año, y si bien
sufrirá una baja considerable luego de superados los ochenta años de edad, no llegará a
agotarse totalmente.
La adquisición de una renta vitalicia previsional asegura un precio. Si hubiera
modificaciones de los precios de las rentas, lo cual en algún momento de los próximos
años va a ocurrir, la diferencia deberá ser absorbida por la aseguradora o en todo caso,
con el excedente positivo –aún no asignado- del “fondo de excedentes”. En el retiro
programado, la AFJP calcula el valor de la extracción que puede efectuarse, en cada año
calendario, utilizando el costo de la renta vitalicia vigente en el momento del cálculo, o
sea que el “valor del retiro”, va a disminuir cuando aumente el costo de la RVP.
En el retiro programado, si al fallecimiento de todos los beneficiarios queda saldo en la
cuenta, el saldo integra la sucesión del causante. Por consiguiente el titular podría dejarlo
a herederos designados en el testamento. Esto es importante en el caso de personas que
no tienen derechohabientes de los designados por la ley 24.241 y quisieran favorecer a
otras personas (hijos mayores de edad, convivientes con menos de cinco años de
convivencia y sin descendencia común, parejas homosexuales, hermanos, sobrinos, etc).
b. Análisis financiero y del rendimiento de los fondos.
En la RVP, como acabamos de ver, el haber se ajustará mensualmente en función del
resultado de la inversión de los activos de la aseguradora y existe un rendimiento mínimo
garantizado. La aseguradora retiene una parte de los rendimientos excedentes en concepto
de su remuneración por administrar los fondos y hace una deducción mensual por gastos
administrativos, siempre y cuando la tasa bruta obtenida por la colocación de los fondos
supere la tasa testigo.
En el RP, en cambio, el haber se ajusta mensualmente en función del resultado de la
inversión de activos que administra la AFJP. Contrariamente a lo que sucede en la RVP
no existe un rendimiento mínimo garantizado11 y en consecuencia, si baja el valor del
fondo, el haber previsional se verá reducido. El valor del fondo suele bajar cuando los
mercados financieros están afectados por una baja generalizada en sus cotizaciones.
La AFJP está obligada a ajustar los fondos con el 100% de la rentabilidad obtenida y no
cobra comisiones sobre el rendimiento financiero. Ninguna AFJP del mercado argentino
deduce gastos operativos, aunque podrían hacerlo. De manera que cuando los activos
financieros suben las prestaciones recogen todo el impacto positivo.
Esta cuestión no es menor cuando nos enfrentamos a escenarios de inflación creciente.
Como la compañía de seguros de retiro se queda, como vimos, con un porcentaje de la
rentabilidad excedente sobre la tasa garantizada que oscila entre el 10% y el 40% (ya que
otorgan desde el 60% al 90% de rentabilidad excedente), si los rendimientos en pesos
suben, acercándose a la tasa de inflación, las RVP se verán muy erosionadas. A mayor
inflación mayor negocio para el asegurador y peor para el rentista.
Es probable que, en ese escenario, los RP ofrezcan mejor cobertura a quienes
permanezcan en el mismo.
También debería atenderse al riesgo de liquidez. Una compañía aseguradora que deja de
comercializar rentas deja de recibir liquidez y sólo contará con su stock de inversiones
para responder a sus compromisos periódicos.
Las AFJP reciben recaudaciones mensualmente, por lo que siempre tienen una porción
líquida de sus fondos. La experiencia de los últimos años arroja mejores resultados
financieros y consecuentemente, mayores ajustes de los haberes, en los RP administrados
por las AFJP que en las RVP otorgadas por las compañías aseguradoras.
De cualquier manera cuando, como ahora, hay crisis financieras globales o locales,
disminuye el valor de los fondos de jubilaciones, aunque más no fuere por un cierto
período de tiempo. En estas circunstancias, se mantiene el valor nominal de la RVP y
baja el valor nominal del RP.
c. El riesgo de insolvencia.
La SSN vela por la solvencia de las aseguradoras, y tiene facultades para liquidar a
aquellas compañías que no cumplan con sus exigencias. Adicionalmente el Estado
Nacional garantiza el pago de hasta cinco veces el valor de la máxima PBU (algo más de
$ 1000), en caso de liquidación de una compañía de seguros de retiro.
11
Lo único que se garantiza es que el rendimiento mensual no inferior a la rentabilidad mínima del sistema.
Se define como rentabilidad mínima del sistema al setenta por ciento (70 %) de la rentabilidad promedio
del sistema, o a la rentabilidad promedio del sistema menos dos (2) puntos porcentuales, de ambas la que
fuese menor. Los requisitos de rentabilidad mínima no serán de aplicación a las administradoras que
cuenten con menos de doce (12) meses de funcionamiento.
Por su parte, la SAFJP monitorea periódicamente, y con un alto nivel de detalle, la
situación patrimonial de cada AFJP. Eventualmente podría intervenirla, quitarle la
administración de fondos y colocarlos bajo el cuidado de otra AFJP. Pero la AFJP no es
propietaria de los fondos, sino administradora de ellos y no accede a los mismos porque
los fondos están depositados en bancos de custodia fuera de su alcance. Desde este punto
de vista, el esquema de protección en el sistema de AFJP, es más sólido que el de las
compañías de seguros.
d. La posibilidad de cambio.
Quien elige una RVP hace una elección irrevocable. Ya no podrá volver a RP ni tampoco
podrá cambiar de aseguradora. Por eso la selección de la compañía aseguradora es un
proceso de central importancia para obtener tranquilidad en el largo plazo. Pero quien
eligió una aseguradora, ponderando sus antecedentes y pergaminos, no está exento de que
sea la aseguradora quien decida abandonar el negocio y ceder su cartera de seguros a un
operador distinto, sin que uno pueda oponerse a ello12.
Contrariamente, quien se mantiene en el retiro programado puede cambiar de AFJP hasta
dos veces por año calendario, con su sola decisión.
e. Conclusión:
En síntesis habrá que ver cada caso concreto, cada personalidad, grupo familiar,
circunstancia, etc. En nuestro país no existen, todavía, profesionales independientes que,
honorarios de por medio, ayuden a las personas que lo requieran a planificar su etapa
pasiva considerando, en forma integral, su situación patrimonial y previsional. No es el
caso de los productores de seguros que venden RVP que perciben sus comisiones de las
compañías y que, como cualquier vendedor, tienen sus intereses asociados al éxito de la
venta, y por ello su consejo no necesariamente puede ser lo mejor para el interesado.
Mientras esos profesionales, “estrategas y asesores patrimoniales, previsionales y de
seguros”, surgen en el mercado, podemos resumir algunos de los criterios precedentes
como siguen:
a)
Si el objetivo central a privilegiar es no correr riesgos, ni financieros ni de
supervivencia, la opción lógica es la RVP, cuidándose muy especialmente el proceso de
selección de la compañía. Se puede obtener menor crecimiento de la prestación pero
siempre habrá un piso garantizado que no disminuirá. Como la renta se vende en pesos y
12
Previnter Retiro (de la afamada aseguradora AIG) fue vendida a Orígenes Retiro (por entonces del Banco
de la Provincia de Buenos Aires, y del Banco Santander). Recientemente se anunció la venta de Orígenes
Retiro al grupo holandés ING. Hartford Retiro, del grupo estadounidense ITT Hartford, fue vendida a un
grupo local y la compañía cambió el nombre y pasó a llamarse Oversafe S.A. Hay otras transacciones ya
perfeccionadas y aprobadas y otras más que se están negociando y que aún no han sido hechas públicas.
no hay indexación posible ni alternativas para contratarla en moneda extranjera, en
economías inflacionarias podría perderse frente a la alternativa del RP.
b)
Si uno está dispuesto a correr algunos riesgos financieros y de supervivencia, la
alternativa más conveniente parece ser el RP, puesto que da mayor posibilidad de
crecimiento, no tiene costo de administración de inversiones, permite movilidad entre los
operadores, etc. Al menos hasta una edad cercana a los setenta años.
c)
Si el jubilado no elige, queda en RP y podrá optar por la renta vitalicia más
adelante. Si elige RVP no puede volver a RP ni cambiar de compañía de seguros.
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