CONFABULANDO Rosalino F. Guillén Cordero Hannah Arendt: (1906-1975) La vida del espíritu Hannah Arendt [La igualdad es siempre la principal causa de las revoluciones. La muchedumbre aspira siempre a la igualdad absoluta; la clase distinguida quiere la absoluta desigualdad: la ambición de unos, la envidia de otros, ocasiona las discordias civiles. Las injurias, el envilecimiento y la avaricia de los gobernantes, de un lado; de otro, la cólera, la ira, la envidia, la ambición y el odio de los gobernados, hacen que todo poder se trastorne y se convierta, primero en demagogia y luego en despotismo.] [El cumplimiento y observancia severa de las leyes, la prudencia, la sabiduría, la templanza, el uso moderado y hábil de los poderes, es el medio mejor de conservación de los gobiernos.] La Política. Aristóteles. (Ed. Edivisión. México, 2000) Mientras que en el verano de 1940 Francia era ocupada en sus tres cuartas partes por los alemanes durante la segunda guerra mundial, Hannah Arendt, filósofa y una de las pensadoras más originales y controvertidas de origen alemán (Hanover 1906), se establecía en Nueva York nuevamente exiliada, pues al primer país había llegado bajo esa situación en 1933 procedente de Alemania. Más tarde, en 1951 adoptaría la nacionalidad norteamericana, influenciando en gran medida en el pensamiento social y político de la segunda mitad del siglo XX. Fue, además, una contundente analista de los Hannah Arendt más importantes acontecimientos históricos de su tiempo. En 1924 va a estudiar a Marburgo y conoce personalmente a Martín Heidegger. Esta relación tiene una repercusión en la filosofía de Arendt, que reacciona frente a un Heidegger cuyo pensamiento está dominado-encaminado hacia la muerte y la deshumanización, en contraparte, Arendt tematizará con los años el concepto de natalidad y su pensamiento sería considerado, por unos, como un canto a la vida. Su tesis doctoral titulada Der Liebesbegriff bei Augustin (El concepto de amor en San Agustín), deja entrever su pensamiento a favor de los valores y sentimientos del hombre. Martín Heidegger El inicio de la relación de amistad con Karls Jaspers (Oldenburg, 23 de febrero de 1883-Basilea, 27 de febrero de 1969), psicólogo y filósofo existencialista alemán, que duraría el resto de su vida, coincidió con el matrimonio entre Arendt y Gunther Anders (pseudónimo de Gunther Stern). Después de la guerra, Arendt fue profesora en las universidades de California, Chicago, Columbia y Princeton, ocupando, a la vez, altos cargos en organizaciones judías. Sus obras más célebres son The Origins of Totalitarianism (El origen del totalitarismo,1951), Eichmann in Jerusalem (Eichmann en Jerusalem, 1963), y las más filosóficas por especulativas son Karls Jaspers The human condition (La condición humana, 1958) y The life of the mind (La vida del Espíritu, 1978), siendo ésta su última obra publicada y editada post-mortem por su albacea literaria Mary McCarthy, traducida al español por Fina Birulés y Carmen Corral (Paidós, 2002), obra que comenzó siendo una serie de conferencias preparadas para las Gifford Lectures, fundadas en 1885 por Adam Gifford, un notable juez y jurista escocés, “con el propósito de crear en cada una de las cuatro ciudades, Edimburgo, Glasgow, Aberdeen y St. Andrews [...] una cátedra [...] de Teología Natural, en el más amplio sentido del término”, (citado por McCarthy). La vida del espíritu Arendt menciona que fueron dos razones bastantes diferentes entre sí las que la ADOLF EICHMANN EL PADRE DEL HOLOCAUSTO impulsaron a escribir sobre las actividades del espíritu, terreno inseguro Adolf Eichmann nació en la ciudad de Solingen en el para quien prefirió montarse en la base año 1906. Integrado en la formación de las SS -policía de la ciencia y en la teoría política: secreta nazi (Gestapo)-, cuerpo de élite del Reich y primero, el proceso de Eichmann en ejecutor de algunas de las acciones más señaladas de Jerusalem y, segundo, los problemas la política de exterminio organizada por los nazis, morales surgidos de la experiencia llegaría a ostentar durante la guerra el rango de coronel. Eichmann se destacó como uno de los concreta que iban contra la sabiduría de principales colaboradores de Himmler en las tareas de los siglos. deportación y asesinato de centenares de miles de En efecto, Hanna Arendt no perdona al judíos en los campos de concentración de las zonas tribunal israelí que juzgó a Eichmann en ocupadas de la Europa oriental. Tras el hundimiento Jerusalén, ella se pregunta por qué de Alemania consiguió huir a América del Sur, al igual Auschwitz era tan horrible, en qué el que tantos otros jerarcas nazis, para instalarse bajo horror de los campos de exterminio se falsa identidad en Argentina. En el mes de mayo de 1960, fue secuestrado en Argentina por los servicios distinguía de todos los demás horrores de secretos israelíes, que habían encontrado su pista y la historia. Como escribe en su libro querían evitar una nueva huída del que representaba “Eichmann en Jerusalem”, esos para su pueblo algunos de los más oscuros momentos crímenes “eran diferentes, política y de su historia. Trasladado a Israel, el juicio al que fue jurídicamente, respecto a los que les sometido en Jerusalén -abril de 1961- alcanzó un enorme eco internacional. Eichmann fue acusado en él habían precedido”. Un tanto, más adelante, le inquieta de haber cometido crímenes contra la humanidad en general y contra el pueblo judío en particular. sobremanera por esa singularidad del Condenado a muerte, fue ahorcado de forma caso que como ningún otro existió en la inmediata. Eichmann fue uno de los escasos historia de la humanidad, cuyo responsables del masivo exterminio realizado en la desconocimiento, en su opinión, llevó al Europa ocupada que pudo ser hallado y juzgado. fracaso al tribunal de Jerusalén. Un tribunal como éste, tan ocupado en juzgar los crímenes contra el pueblo estaba en condiciones de distinguir entre “crímenes de guerra” (matar civiles, ejecutar rehenes, etc.) y “actos inhumanos” (expulsar y aniquilar poblaciones enteras), desglosando este último concepto en dos apartados: por un lado, estarían esos actos inhumanos cuyo móvil pudiera tener una finalidad política o económica reconocible (expulsar a un grupo humano para colonizarlo con gente aria) y, por otro, esos “crímenes contra la humanidad” cuyo móvil o finalidad eran hasta entonces desconocido. En este último aspecto, el Tribunal Israelí se quedó corto o no quiso distinguir sobre ello. Lo que se le escapó –dice Arendtfue reconocer, y a la postre tipificar, una nueva modalidad del crimen: el exterminio de grupos étnicos, ya sean gitanos o judíos, como algo más que un atentado al pueblo gitano o judío: es un crimen contra la humanidad [...de suerte que el orden internacional y la humanidad entera quedaban gravemente tocadas y amenazadas…]. En su justificación, Arendt distingue entre tres tipos de conductas: 1) por un lado, encontramos el crimen establecido en Las Leyes de Nurenberg (1935), en ese caso la nación alemana, utilizando un derecho internacional, declaró minoría nacional a los judíos y luego, esa misma nación, no respeta los derechos y garantías reconocidos por la Convención de Ginebra para esas minorías, considerándose esta violación a la norma jurídica como del ámbito nacional, dado que ya gravitan en esa esfera los derechos y libertades nacionales a nivel interno; 2) otro tipo de criminalidad es la que representa la política oficial de 1938 en virtud de la cual se aprueba la “emigración forzada” o la expulsión pura y simple de los judíos alemanes. Ahí podemos hablar de un crimen contra la comunidad de naciones, pues la medida del Estado nazi afecta inmediatamente a las naciones vecinas. Estas dos formas de crímenes ya eran conocidas: eran una práctica en diferentes países de Europa, África y Asia y, 3) la diferencia se produce cuando el régimen nazi declara que no pretende expulsar a los judíos de su territorio sino hacerlos desaparecer de la faz de la tierra: [...es entonces cuando aparece un nuevo crimen, el crimen contra la humanidad, en el sentido de “crimen contra el status del ser humano, contra la esencia misma de la humanidad”...]. El hecho que haya habido que inventar un nombre para designar a ese crimen -crimen contra la humanidad- denota su singularidad. Así pues, Eichmann –parafraseando a Arendt- [...en el contexto del tribunal israelí y del proceso carcelario supo desenvolverse tan bien como lo había hecho durante el régimen nazi pero, ante situaciones carentes de este tipo de rutina, estaba indefenso y su lenguaje estereotipado producía en la tribuna, como evidentemente también debió hacerlo en su vida oficial, una suerte de comedia macabra...], y concluye “…porque los estereotipos, las frases hechas, la adhesión a lo convencional, los códigos de conducta estandarizados cumplen la función socialmente reconocida de protegernos frente a la realidad, es decir, frente a los requerimientos que sobre nuestra atención pensante ejercen los acontecimientos y hechos en virtud de su existencia...”. La facultad de juzgar, de distinguir entre lo bueno de lo malo, ¿dependen de nuestra facultad de pensar? –se pregunta Arendt- Visto desde otro enfoque, la actividad de pensar en sí misma, ¿puede ser una actividad de tal naturaleza que se encuentre entre las <condiciones> que llevan a los seres humanos a evitar el mal o, incluso, los <condicionan> frente a él? Estas inquietudes la llevan al concepto de la “banalidad del mal”, en tanto que y entonces Hannah Arendt busca la respuesta a sus interrogantes, al problema del mal y no conforme con la respuesta que da a ello la ética o la moral, va más allá sobre la cuestión de <qué es pensar>. Por ello, Hannah Arendt, en su obra La vida del Espíritu, toca temas como el ser y la apariencia, en donde esta última posee la doble función de ocultar algo interno y mostrar algo superficial. Ella retoma el pensamiento de Kant quien sobre el tiempo y el espacio escribiría, en su Crítica de la Razón Pura, que no tienen existencia objetiva; solo son formas de la sensibilidad. Kant concluye, por tanto, que no podemos conocer la <<cosa en sí>> o <<noumeno>>, sólo sabemos que existe un mundo de apariencias o <<fenómenos>>. Allí es donde, Hannah Arendt, enlaza su pensamiento con el filósofo de Könisberg, pues señala que a pesar que sólo se puede conocer lo que aparece, lo que es dado a la experiencia en la forma de <<me parece>>; sin embargo, hay pensamientos que <<son>> como Dios, la libertad y la Immanuel Kant inmortalidad; la razón no puede evitar pensar estos conceptos, los cuales son del máximo interés para los hombres y la vida del espíritu. Otra de las actividades del espíritu es el pensamiento y, aunque Arendt se pregunta: ¿dónde estamos cuando pensamos? Ella misma señala que este planteamiento es erróneo porque la actividad de pensar no corresponde a las formas de tiempo y espacio de la que habla Kant, más bien se trata que el pensamiento está <<en ningún lugar>>. Las otras dos actividades son la voluntad y el juicio. De la primera se desprende el problema de la libertad, concepto que surgió posterior a la era cristiana y en donde, desde este enfoque estrictamente, la dificultad estriba en cómo reconciliar la fe en un Dios todopoderoso y omniscente con las exigencias de la voluntad libre. No obstante aquí, la libertad no la considera como la facultad de elegir o como la libertad política, sino que se refiere, más bien, aquella voluntad que es la delegada de la razón, en donde ésta es su órgano ejecutivo (Kant). En tanto que, para Arendt el juicio no está en la moral, o sea, las normas en que estriba la bondad o la maldad, sino que esta cuestión será resuelta por la misma razón. [email protected] Martín Heidegger (Messkirch, Baden, 26 de septiembre de 1889-26 de mayo de 1976) Filósofo alemán, el más característico del existencialismo doctrinario. Después de estudiar Teología con los jesuitas, decide dedicarse a los estudios filosóficos; ingresa en la Universidad de Friburgo y se gradúa con Rickert. En 1916 realiza una tesis titulada «Doctrina de las categorías y de la significación de Duns Scoto», obra que le valió un puesto en la Universidad de Friburgo, como profesor de Filosofía, en la Facultad de Teología Católica. Ya antes de ser profesor, Heidegger conoció a Husserl, de cuya obra trataría en uno de sus principales trabajos: «Sein und Zeit» («Ser y Tiempo»), que escribiría en sólo seis meses. En 1923 se trasladó a Marburgo, donde estuvo impartiendo clases hasta 1929, año en que volvió a Friburgo a ocupar la cátedra de Husserl, que Romano Guardini, compañero suyo durante sus años de estudiante, no aceptó por no considerarse un filósofo profesional, como él mismo diría. Durante el mandato de Hitler, y tras un discutidísimo discurso muy influido por las ideas políticas en aquel tiempo vigentes en Alemania, fue nombrado rector de la Universidad de Friburgo. Durante la Segunda Contienda Mundial fue movilizado como soldado de retaguardia. Al fin de ésta, es desposeído de su cátedra, por considerársele colaborador del nazismo. Posteriormente fue rehabilitado por un curso, tras el cual se jubiló. Cuando fue catedrático en Friburgo nunca quiso dejar esta Universidad, aunque le fueron ofrecidas numerosas cátedras en las Universidades más importantes. La influencia de Kierkegaard en Heidegger, sobre todo al principio de su obra, es muy importante. Su conocimiento de los filósofos clásicos es extraordinario, entre estos destaca Aristóteles, del que hace una interpretación muy peculiar. También influyeron sobre él Kant, sobre el que realizaría un importante trabajo; Lutero y San Agustín. Heidegger, a medio camino entre Nietzsche y Kierkegaard, el primer filósofo moderno que definió la angustia, que utilizó la Fenomenología de Husserl, con el que sería coeditor de «Jahrbuch für Philosophie und Philosophie Forschung», ha sido uno de los más importantes filósofos contemporáneos. Otras obras son: «Kant y el problema de la Metafísica» (1929), «¿Qué es Metafísica?» (1929), «Carta sobre el humanismo» (1946), «Sendas perdidas» (1950), «El principio de la razón» (1956), «Nietzsche» (1961), «Tesis de Kant sobre el ser» (1963) y «La técnica y la teoría» (1963).