Tema 4: La Baja Edad Media. La crisis de los siglos XIV y XV 4.1. Organización política e instituciones en la Baja Edad Media. El reino de Castilla Durante la Baja Edad Media, los reyes intentarán fortalecer su poder frente a los nobles. Para ello se producirán reformas e irán apareciendo diferentes instituciones que permitirán, al final del siglo XV, la existencia de una monarquía autoritaria. 1.- Las cortes: aparecerán ya en los siglos XII y XIII en Castilla, Navarra y la Corona de Aragón. Formadas por representantes del clero, la nobleza y las ciudades, las convocaba el rey cuando tenía que consultar sobre asuntos relevantes y, sobre todo, para aprobar impuestos o pedir subsidios. Pero durante los siglos XIV y XV, las cortes se irán subordinando la autoridad cada vez mayor del monarca. 2.- Consejo Real: formado por personas formadas de las más altas clases nobiliarias y eclesiásticas. Estaban en la corte, junto al monarca, para asesorar al rey en sus decisiones, y obteniendo de la corona importantes cargos y privilegios. 3.- Audiencia o Chancillería Real: era el órgano supremo de justicia, sólo supeditado al rey y con competencias en todo el reino; con sede desde el siglo XV en Valladolid, capital del reino. Antes de crear esta institución fue necesario unificar en Castilla las muy diversas leyes que había en los diferentes territorios. Alfonso X lo intentará con el Libro de las Leyes o Partidas (s.XIII), y Alfonso XI con el Ordenamiento de Alcalá (1348) 4.- Contadurías: eran organismos de recaudación fiscal, con el fin de que el rey dispusiese de más fondos para llevar su autoridad a todo el territorio. Ahora se crearán nuevos impuestos: alcabala (sobre el comercio), servicio y montazgo (por uso de cañadas y montes por el ganado), diezmo de los puertos. Impuestos sólo pagados por las clases populares. 5.- En los concejos: los reyes intentarán también controlar los concejos, o primeros ayuntamientos, de las ciudades. Estas estaban gobernadas por un regimiento, formado por los regidores, personas de la nobleza y alta burguesía local, elegidos ahora por el rey; además del corregidor, o representante del rey en los principales municipios. 4.2. Organización política e instituciones en la Baja Edad Media: la Corona de Aragón Aragón, durante la Baja Edad Media, era una confederación de territorios: Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares. Cada uno con sus instituciones y leyes propias. Las principales instituciones eran: - Las Cortes: fue una asamblea de control del poder real y defensa de los intereses de nobleza, clero y alta burguesía. Este control era posible por la existencia de un pacto. El pactismo se origina en el siglo XIII cuando el rey Pedro III el Grande pide ayuda militar y económica a la nobleza para enfrentarse a Francia y al Papa. A cambio Pedro III concedía el Privilegio General (1283) por el que se comprometía a convocar periódicamente a las cortes y solicitar su consentimiento en los asuntos importantes. - Los virreinatos: territorios donde no residía el rey y ejercía la máxima autoridad un virrey, frecuentemente de la familia real. Estos virreyes solían estar en Cataluña, Valencia y Baleares. - Las Diputaciones: comisiones que se creaban en las cortes para organizar y controlar los subsidios que el rey pedía. Estas comisiones se convirtieron en permanentes y fueron adquiriendo competencias políticas. En Cataluña se llamó Generalitat, en Aragón la Diputación del Reino de Aragón y en Valencia, la Diputación del Reino de Valencia . - El Justicia: cargo específico del Reino de Aragón, desempeñado por un noble elegido por las cortes, su función era defender los fueros del reino frente a posibles pretensiones autoritarias del Rey. - Los municipios: están gobernados por las siguientes instituciones a) Una asamblea (Consejo Municipal, Consell de Cent): con representantes de nobleza, clero y burguesía, con función de asesorar a los concejales. b) Unos concejales, con funciones ejecutivas: encargados de las distintas tareas de gobierno. c) Un delegado del Rey: sin autoridad para bloquear procesos de gobierno municipal. 4.3. La Baja Edad Media: crisis demográfica, económica y política Los siglos XIV y XV fueron de hambres, pestes, guerras y conflictos sociales. a) Crisis agraria (1ª mitad s. XIV): debido sucesivos ciclos de malas cosechas en toda Europa por las malas condiciones meteorológicas. Esto desencadenó una crisis de subsistencias, que llevó al hambre, la enfermedad y la muerte. b) Crisis demográfica: en 1348 la peste negra llegaba a la Península con efectos desastrosos, sobre todo con la población más humilde y hambrienta. Hubo ciudades donde de 1/3 a la mitad murió y muchos lugares se desploblaron por el miedo a la enfermedad. c) Crisis sociales: La pérdida de población y de mano de obra hizo que los precios de las subsistencias se dispararan. Los nobles vieron disminuir sus rentas por las pérdidas demográficas y respondieron endureciendo las condiciones del campesinado. La situación llevó a fuertes conflictos sociales: - En el campo, los campesinos se rebelaron contra sus señores (hermandiños en Galicia y payeses de remensa en Cataluña). - En las ciudades, enfrentamientos entre bandos nobiliarios para controlar el poder de los municipios. - Pogroms contra los judíos: odiados por los cristianos por su prosperidad económica, los ataques antisemitas en Castilla, Levante y Cataluña causaron la muerte de buen número de ellos. d) Crisis políticas, que terminarán en guerras civiles: surgirán por las aspiraciones de nobleza y clero de conseguir mayor poder en sus señoríos frente a los reyes. - En Castilla (1366-1399): la guerra fue entre el rey Pedro I, partidario del autoritarismo, y su hermanastro Enrique de Trastámara, que liderará una rebelión contra el rey apoyado por los nobles. Pedro I será asesinado y su hermanastro se convertirá en rey (Enrique II de Trastámara), comenzando una nueva dinastía en Castilla. - En Navarra (1451-1461): se disputan el trono Juan II de Aragón, que aspiraba a la unión de Aragón y Navarra, y su hijo Carlos, que quería la independencia de Navarra. Juan se convertirá en rey de Navarra, aunque a su muerte el trono lo heredará su hija Leonor y Navarra se independizará de nuevo de Aragón. - En Cataluña (1462-1472): enfrentamiento entre el rey Juan II de Aragón de carácter absolutista, y las clases altas, con intenciones de obtener mayor independencia del monarca. La revuelta terminaba con la rendición de Barcelona. Se firmaba la Capitulación de Pedralves, donde el rey se comprometía a respetar sus fueros. 4.4. La Baja Edad Media: La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo Los territorios de la Corona de Aragón, salvo Aragón, estaban completamente abiertos al Mediterráneo. Eso llevó a que desde finales del siglo XIII, los reyes iniciaran una política de expansión por este mar. Se incorporaron a la corona los territorios de Sicilia, Cerdeña, el reino de Nápoles, y los territorios de Atenas y Neopatria. Esta expansión territorial supondrá el desarrollo de un activo comercio, en el que Cataluña y su principal puerto, Barcelona, se beneficiarán en la exportación de textiles y metales, e importación de cereales, pieles y especias desde el norte de África, Siria y Bizancio. Pero la crisis del siglo XV en Cataluña (conflictos políticos y sociales), llevará a que Barcelona sea sustituido por Valencia como principal puerto de mediterráneo. No obstante, a partir de la 2ª mitad del siglo XV, el avance turco y la caída de Constantinopla (1453) aceleraron la decadencia del comercio mediterráneo mientras surgían las nuevas rutas atlánticas. 4.5. Las rutas atlánticas: castellanos y portugueses durante al Baja Edad Media. Las Islas Canarias Durante los siglos XIV y XV, castellanos y portugueses se vuelcan en abrir rutas de comercio en el Atlántico. Los avances técnicos y científicos de la navegación (portulanos, brújula y astrolabio) permitieron la aventura. Por el Atlántico norte Castilla exporta materias primas (lana castellana y hierro vasco) a través del puerto de Santander y sobre todo Bilbao. A cambio importa textiles, herramientas, armas, así como productos de lujo de Londres, Flandes o Francia. Por el Atlántico Sur, tras reconquistar el SW peninsular, se creó una ruta comercial para llegar al norte de África y conseguir oro, marfil y esclavos y entrar en el Mediterráneo hasta conectar con el oriente. Desde el SW peninsular se plantea la ocupación de Canarias. Allí vivía una población indígena, los guanches, que habían llegado algunos siglos antes de Cristo desde el norte de África. Así que, a principios del siglo XV, una expedición al mando del normando Jean de Betancourt, se apodera de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro. Pero a partir de 1475, los Reyes Católicos planifican la conquista de las restantes islas (Gran Canaria, Tenerife y La Palma) y su colonización. Portugal fue el gran rival de Castilla, lo que les llevó a firmar en 1479 el tratado de Alcasovas-Toledo, que delimitaría las áreas de conquista. Con el rey portugués Juan I y su hijo Don Enrique el Navegante, la marina portuguesa inició su expansión atlántica. Así, se conquistaron puntos estratégicos del norte de África (Tánger, Ceuta) los archipiélagos de Madeira y Azores . Su exploración continuó por la costa africana llegando al Golfo de Guinea y en 1488 Bartolomé Díaz llegaba al cabo de Buena Esperanza, dirigiéndose en las siguientes décadas hacia el Índico y la India.