Soatá Boyacá, a 12º del Arquero año LXIII de la N.E. 05 de Diciembre de 2011 REFLEXIONES DE UN GELONG Nº 18 “…Vivir completamente la Enseñanza Crística, es entrar directamente en la vía de la Realización Espiritual” (1) “Cualquiera que oye estas palabras, y las hace le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña” San Mateo VII,24 ¿QUE SOMOS? Somos un alma, expresada en un cuerpo, mediante la obra de lamente, animados, integrados y direccionados por el espíritu, en pos de lo SAGRADO que hay en cada uno de nosotros, mediado por la consciencia. Vale la pena aclarar que el término alma en este contexto no tiene una connotación religiosa, aquí hace referencia a los diferentes estados de ánimo: alegría, gozo, júbilo, satisfacción, depresión, tristeza, desánimo, ira, enfado, cólera, etc., y el término espíritu se refiere a la energía vital, esa fuerza universal, que además de animar a la materia, integra cada una de las partes de nuestro ser y a nosotros con todo lo creado. En síntesis somos cuerpo, alma, mente, espíritu, consciencia y SER. Al igual que en todo el universo, existe aquí un orden jerárquico que va desde el cuerpo como la expresión mas densa, hasta el espíritu que es la parte mas sublime de la individualidad, y por encima de este, el SER, la Esencia, lo SAGRADO. Cuerpo, alma, mente y espíritu constituyen lo humano y el SER es la Esencia de la Divinidad que mora en todas las manifestaciones de la creación; el SER, es , ha sido y siempre será, es lo Trascendente, lo humano es la presencia, mutable y cambiante. La cita con la cual se da inicio ha estas reflexiones, la asumo como una invitación que nos hace el Sublime Maestre a alcanzar la realización espiritual por una vía directa. El sublime Maestre nos enseña que Realizar es comprender por expansión de la consciencia; comprender, es entender, es alcanzar, es penetrar y la consciencia es la que hace que el espíritu vaya al encuentro con el SER para lograr integrar al SER y a lo humano. La vida es una sucesión de interminables experiencias, que al ser interpretadas con nuestra mente generan diversos estados de ánimo los cuales se expresan en el cuerpo, esa sumatoria de experiencias son las que al final van a determinar nuestro estado de consciencia. En el proceso Iniciático no vamos en busca de un mayor estado de consciencia, la consciencia la vamos construyendo a partir de la experiencia, de nuestras vivencias, por ello solía decir el Sublime Hermano Mayor que el Sendero Iniciático es individual. La Realización espiritual que nos pide alcanzar el Sublime Maestre implica un trabajo continuo y consciente sobre nuestras estructuras física, emocional y mental, realizando la Enseñanza Crística a través de la práctica del Yoghismo, proceso que conlleva un trabajo sobre si mismo para conseguir transformar nuestras limitantes en posibilidades que permitan el acrecentamiento de la consciencia y una aproximación hacia nuestro SER a fin de “ser con la providencia de Dios: LUZ, MOVIMIENTO, CREACION” y este proceso requiere mucha disciplina, prudencia, sensatez y buen juicio. En el año de 1973, época en la cual ingresé a la Escuela de Yamines no había en Bogotá esta proliferación de literatura y librerías esotéricas con las que contamos hoy en día, uno de los pocos sitios donde conseguíamos material de estudio con un fundamento iniciático era la librería de la Fraternidad Rosacruz Antigua, dirigida en ese entonces por el maestro Israel Rojas, allí me regalaron entonces una hermosa poesía del sacerdote dominico Savonarola, la cual quiero compartir con todos para que sea motivo de reflexión y que cada uno saque sus propias conclusiones. DIOS Por Savonarola Dicen que no comprendo tu existencia que el fuego de réprobos me quema; que mi lengua sin cesar blasfema y que no entiendo la palabra Dios. Dicen que no te busco ni te imploro, ni tus grandezas infinitas veo; dicen que tengo el corazón de ateo y que mi labio te maldice ¡NO! El universo es el augusto Templo donde te encuentra absorta la mirada, el sol es una lámpara colgada que derrama su luz sobre tu altar. Allí te adoro yo, porque tu nombre entre los astros fulgurantes brilla: y en espíritu doblo la rodilla, Adorando en silencio tu bondad. El aire que la atmósfera embalsama, la savia que los seres acrecienta y el fuego que los mundos alimenta, Tu excelso nombre proclamado están. Eres la voluntad inquebrantable, el Bien Eterno, la Virtud Potente; de la verdad inagotable fuente, porque eres el Amor Universal. En su mezquina estupidez el hombre se forja un Dios, indigno de alabanza, ebrio de odio, cólera y venganza, terrible y sanguinario como él. Otras veces se finge, en su locura, un Dios afeminado que se esconde, que a la voz del creyente no responde si en su altar no hay encajes no oropel. ¡Eso no es Dios! El Dios en quien yo creo tener no puede el interés del oro el Dios verdad, el Dios a quien yo adoro no cambia sus verdades por metal. Su Espíritu Gigante no se oculta en el recinto estrecho de un sagrario, el Universo entero es su Santuario; porque es la Providencia Universal. Interna voz, inagotable fuente, Fecunda Luz, Vivificante Esencia, la base de tu Templo es la Consciencia, y tu Gran Sacerdote es el Amor. Yo se que existe, Inmutable, Grande; yo en tus bondades infinitas creo, porque en la tierra y en los cielos veo resplandecer esta palabra: ¡DIOS! Sigamos Adelante, unidos como las ramas de una Ceiba frondosa, haciendo del Servicio algo tan natural como respirar y algo tal vital como el aire. Gelong, Euclides José Hernández Gamarra. 1. RAYNAUD DE LA FERRIERE, Serge. Los Grandes Mensajes (1958).Cuarto mensaje, La Señal Divina. Pág.310, Ed. GFU Todas las referencias Bíblicas son tomadas de la SANTA BIBLIA, Reina Valera, Revisión 1909.