Icaco o ciruela de algodón

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EL ICACO (Chrysobalanus icaco)
El icaco, hicaco, jicaco o ciruela de algodón es una fruta tropical que pertenece a la familia de las
Chrysobalanáceas. Esta planta es originaria de las regiones costeras que van desde el sur de Florida hasta el
norte de América del Sur y del à frica Tropical; actualmente está difundida en regiones similares de todo
el mundo. El icaco se caracteriza por ser un arbusto de tres a cuatro metros de altura, muy ramificado, de
aspecto achaparrado. Sus hojas son simples, de color verde brillante en la cara superior, alternas, coriáceas,
glabras, enterizas, elÃ−pticas, redondeadas u oboavadas, de tres a doce centÃ−metros de largo y de dos a
cinco centÃ−metros de ancho, ápice redondo u obtuso y base redonda. Tiene un pecÃ−olo muy corto con
flores pequeñas, de color blanco a blanco cremoso, axilares y agrupadas en cimas de tres a diez flores. El
fruto, o sea el icaco, es una drupa rosada o purpúrea, globosa u ovoide, de 2,5 centÃ−metros de largo, de
pulpa gruesa y blanca, ligeramente dulce. Sus semillas son de 2,4 centÃ−metros de largo, con costillas
longitudinales. Las flores y los frutos se dan todo el año.
En francés esta planta se llama Icacier, Icaque, Icaquier, Prune Colon, Prunier coton…
Esta planta se propaga por semilla o por estaca, aunque su crecimiento es muy lento. El icaco se cosecha a
mano, pero como la pulpa no es tan jugosa, resiste bien el transporte sin dañarse.
El icaco se cultiva por sus frutos comestibles y como planta ornamental. Los frutos se consumen
relativamente poco en su estado natural por ser insÃ−pidos y astringentes, pero son muy apreciados y
sabrosos en forma de dulce en almÃ−bar. Su sabor aumenta si antes de hervirlos se abren las cubiertas de las
semillas para que el preparado reciba el sabor de la almendra o semilla propiamente dicha. Cuando el fruto
está bien cocido, la semilla se ablanda lo cual permite abrirla y comer la almendra que es muy agradable.
Dulce de icaco.
La noche antes de la preparación se enjuagan los icacos -medio kilo, aproximadamente. Con un cuchillo fino
se les hace, en el extremo superior, un corte superficial en cruz. Se colocan en un recipiente que no sea de
aluminio, con agua suficiente para que los cubra, y se agrega el jugo de dos limones. Al dÃ−a siguiente,
después de haberles escurrido el agua cuidadosamente, se les retira la piel y se colocan en la olla donde se
van a preparar, junto a una taza de azúcar y agua que los cubra nuevamente. Se llevan al fuego, se dejan
hervir y, lentamente, se cocinan hasta que el almÃ−bar tenga la consistencia de una jalea y los icacos estén
blandos. A mitad de cocción se agrega el jugo de otro limón, que servirá para que el dulce obtenga el
color morado que lo caracteriza.
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