Iberos

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La España de los Iberos
Las últimas teorías consideran que los Íberos llegaron a la Península Ibérica desde el Norte de África,
asentándose fundamentalmente en la costa mediterránea y al sur, donde crearon diversas culturas de las que
aún hoy se conservan restos arqueológicos de gran importancia. Entre ellas destaca la que relatos griegos
llamaron de turdetanos o túrdulos y cuya ciudad fue Tartessos. Hoy está considerada como una tribu ibérica,
que fundó un importante reino de gran cultura en el valle del Guadalquivir, al sur de España. Sobre el año
1.200 a.C. tribus celtas entraron en la península por el Norte, se establecieron en gran parte de su territorio
alentándose y mezclándose con los íberos. Parece ser que las montañas en que vivía el pueblo vasco nunca
fueron penetradas por ningún tipo de invasión, por lo que se considera el origen de esta población incierto, y
de seguro muy antiguo, como su lengua, barajándose la posibilidad de que se tratase de una población
pre−ibérica.
Las sucesivas llegadas de fenicios, griegos y cartagineses, aportaron rasgos fundamentales a la cultura ibérica.
Los iberos organizaban el territorio de manera similar a los griegos fenicios y cartagineses, aunque las formas
de gobierno eran diferentes según la zona donde se encontraban.
En la Península, la mayoría de los territorios eran territorios−estado, divididos en los oppida, o ciudades
forticadas, que eran el centro económico y de poder más importante. Gobernados dependiendo del territorio
por reyes, príncipes o caudillos, por un personaje electo que se apoyaba en una asamblea de notables, o por
ultimo los gobernados por un consejo de ancianos. Los poblados de menor tamaño también estaban
fortificados y varios de ellos dependían de un oppidum. Además estaba el caserío, este ya ubicado en zonas
agrarias y compuesto por 10−25 construcciones aisladas, q dependían del poblado más cercano, estaban
controladas por numerosas atalayas o torres de vigilancia.
Heroicos guerreros y hábiles artesanos, los iberos representan un conjunto de pueblos con la cultura mas
avanzada de la península iberia durante el primer milenio de nuestra era. Su importancia cultural esta presente
en nuestra sociedad.
Urbanismo
Los poblados se asentaban normalmente en lugares altos, fácilmente defendibles desde donde tenían el control
visual de un amplio territorio. Una de las clasificaciones de asentamientos iberos se basa en la orografía el
terreno y en el tipo de fortificación empleada.
El hábitat
En la estancia principal de la casa, la vida transcurría entre actividades diurnas (molienda, tejido, manufactura
de alimentos) y las largas charlas nocturnas junto al fuego. La casa era de tamaño reducido y normalmente
adosadas. Un zócalo de piedra sostenía las paredes de adobe, siendo los suelos de lo mismo o de tierra
apisonada y el techo de vigas de madera sobre la que sostenía un entramado vegetal cubierto con una capa de
arcilla. La estancia principal se complementaba en ocasiones con almacenes adosados o con un piso superior.
Ofrenda Fundacional
Al construir una vivienda se sacrificaban animales y sus restos se depositaban bajo los cimientos de la misma.
Esta ofrenda o sacrificio fundacional era una invocación a la fortuna y salud de los habitantes.
Organización militar
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No poseían un ejército organizado, eran especialistas en la lucha de guerrillas. Los conflictos eran presentes.
En el sur, el monarca se encargaba de reclutar y dirigir los ejércitos en la que tenían un lugar destacado las
elites aristocráticas. En el nordeste, el consejo de ancianos cedía el mando durante el periodo bélico a un
caudillo con experiencia militar que generalmente reclutaba a sus guerreros entre los campesinos.
Armas y artilugios
• Lanza: Arma principal de ataque, larga y pesada. Se utilizaba para el combate cuerpo a cuerpo.
• Escudo: Acostumbrada a ser circular (coetra) de tablas de madera recubiertas con cuero, decorado con
bronce repujado en forma radial y un umbo central en el mismo material.
• Casco: Era de cuero con nervaduras de metal y rematados por un penacho. A partir del S.III se usaron
también otros cascos derivados de cartaginenses más austeros y realizados tanto en cuero como en
metal.
• Disco−coraza: Una de las defensas más empleadas, se trata de un disco pectoral de bronce a veces
repujado y decorado, sobre una base de cuero sujetado por correas.
• Puñal: Puñales y espadas cortas de frontón o antenas afiladas con hoja ancha y recta, como las
características falcatas.
• Grebas: Espinilleras (protegían desde la rodilla hasta el tobillo).
Con el paso del tiempo las armas fueron evolucionando aunque utilizaban lo mismo mas desarrollado, de
metal, mas pequeño y ligero e introdujeron el uso de la jabalina, construida totalmente de hierro con un ataque
de dos metros de longitud que a corta distancia podían perforar un escudo
Metalurgia
Los iberos son una cultura de la edad del hierro peninsular, por lo que trabajaron este metal, cuya tecnología
aportaron los fenicios, es una de las características distintivas respecto a épocas anteriores.
Atizaban la forja para convertir el hierro, el bronce, el oro y la plata en armas, herramientas agrícolas, exvotos
y joyas
Industria Textil
La elaboración de tejidos, lana y lino fue una de las actividades domésticas más importantes. Se hilaba con
ayuda de un huso y se tejía con un telar de bastidor (o de cintura en el caso de piezas pequeñas). El tejido
manufacturado se teñía con tintes de origen animal o vegetal. El esparto (originario de la Península) también
era muy utilizado para confeccionar cestos, estera, cuerdas, sandalias o redes. Las mujeres vestían túnicas
largas en algunas ocasiones decoradas con cenefas. Iban descalzas o con zapatillas de tela fina. Los hombres
utilizaban las túnicas cortas ceñidas con un cinturón y manto cruzado y calzaban botas de cuero, albarcas y
sandalias abiertas.
Cerámica
El uso del torno propició la aparición de formas y decoraciones propias de la cultura ibera. Una vez extraída,
la arcilla se trituraba y decantaba para depurarlo. La forma se obtenía con un tormo de madera que constaba
de dos plataformas giratorias unidas por un eje. La cocción se efectuaba en hornos de cúpula y doble cámara.
Estos hornos estaban construidos con adobes bajo un grueso enlucido de barro, tenían planta ovalada, sección
en cúpula con orificio de tipo en lo alto y la boca de alimentación en un apéndice respecto a la planta. El
interior representaba una doble cámara (un avance respecto a épocas anteriores) de modo que el lugar
destinado a la cámara de cocción quedaba separado de la fuente de calor o cámara de combustión por una
rejilla.
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Mercado
El aceite de oliva, el vino y la salmuela eran productos muy apreciados y su comercio se extendió por todo el
mediterráneo. Estos productos refinados se transportaban en diferentes tipos de ánforas. Las salazones de
pescado se elaboraban inicialmente en la colonia fenicia de Gader (Cádiz). Poco después, se produjeron en
toda la costa de la actual Andalucía.
Construcción
Algunas construcciones ibéricas destacan por su mayor tamaño, una arquitectura más compleja con pórticos o
columnizados, patios y la utilización de mosaicos.
La agricultura
Era la base de la subsistencia de los pueblos iberos.
En la rotación de cultivos y avances introducidos por los fenicios y griegos (arado de hierro) desarrollaron
esta actividad e hicieron crecer demográficamente ala población.
Las principales especies cultivadas eran los cereales (trigo, cebada, centeno), también el olivo, la vid, las
leguminosas, y las frutas.
La explotación de los bosques y la recolección complementaban esta actividad aportando madera, miel o
bellotas.
Economía
Se basaba además de lo que hemos visto fundamentalmente en la agricultura y la ganadería.
El pastoreo de ovejas y cabras ayudaba a paliar el hambre durante las malas cosechas. La actividad estaba
basada más en el pastoreo, que en la cría en establos. El caballo era un símbolo de estatus social. La caza
permitía la obtención de carne y pieles de animales que abundasen en un paisaje mas arbolado que el actual, la
pesca era frecuente sobre todo el atún y la caballa.
La moneda
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Las monedas que circulaban por la zona ibérica a partir del s. III a.C. son testimonios de una producción
propia, evolucionada con respecto a etapas anteriores, cuando se copiaban e incluso se falsificaban el sistema
griego y cartaginés. Las primeras monedas aparecen en la colonia griega Emporian, y siguen el modelo de
Massalia. A finales del s V a.C. ya se acuñaban algunas copias de moneas griegas en Cataluña y levante, que
se extienden a toda la costa ibérica, donde en cierto puntos se adopta el sistema de Cartago. Desde el s. III
hasta el I a.C. momento en el que se impone totalmente la moneda de los vencedores, las cecas indígenas
producen piezas con iconografía y escritura propia q conviven con las romanas y cartaginesas.
Algunos tipos de monedas son:
Escritura
A pesar de los numerosos restos con inscripciones recuperados, el significado de las lenguas ibéricas continúa
siendo una incógnita. Los iberos conocieron la escritura a través de los griegos y fenicios creando dos tipos de
alfabetos propios, el meridional y el oriental.
El meridional surge del área tartésica y siendo indescifrable, sabemos que se escribía de derecha a izquierda.
El oriental o levantino es original del sureste, conocemos el significado de sus letras aunque no el idioma en el
que están escritos, por lo que puede ser descifrado pero no comprendido.
Podemos observar este alfabeto:
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Artilugios que utilizaban
Haciendo referencia a la fertilidad de la naturaleza utilizaban el Kalathos o sombrero de copa, una cerámica
autóctona cuya decoración hace referencia a la fertilidad de las tierras en las que el elemento humano podía
merecer el tratamiento del antepasado míticopor proporcionados de la fecundidad (en la Pág. 3 Fig. del centro)
• Legon de hierro:
Utilizado en la limpieza del terreno para el riego y trabajos de albañilería.
• Arado de tipo dental o mediterráneo con reja de hierro.
Herramienta que revolucionó la agricultura, al poseer reja de hierro permitió el cultivo de superficies duras o
pedregosas
Curiosidades
• Entretenimiento infantil
Los niños que aun no habían sido sometidos a ritos de iniciación eran enterrados bajo el pavimento de las
casas. Estas inhumaciones constituían la única excepción a la cremación, el rito mas utilizado por los iberos.
• El molino
La moliende era una de las actividades domesticas. Era habitual tener un molino manual en casa. En este caso
se denomina narquiforme por la forma de barca de la piedra durmiente, sobre la que se colocaba el cereal,
generalmente trigo.
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• Ofrenda
En ocasiones se depositaban huevos en las pareces de la casa como una ofrenda que invocaba a la fecundidad
en la vivienda
Actividades productivas
El trabajo del campo y el cuidado de los rebaños eran actividades primordiales pues aseguraban el sustento
diario de los pueblos iberos.
Otras ocupaciones cotidianas a las que se destinaba gran parte de su tiempo eran la elaboración de alimentos
(aceite, vino, salazones) y la producción artesanal (tejido,)
Las necrópolis
Estaban situadas cerca de los poblados y fueron utilizadas durante mucho tiempo únicamente por las clases
dominantes.
En le nordeste acostumbraban a ser campos donde se depositaban la urna cineraria y el ajuar del difunto en
fosos o cajas de losas que se cubrían con un túmulo o montículo de piedras.
En el sur y sudeste son mas extensas y con varios tipos de sepulcros: hoyos, túmulos escalonados, cámaras
funerarias
Armas y ritos
• Ritual funerario
El ritual funerario característico de los iberos fue la cremación y posterior deposición en tumbas de las cenizas
y del ajuar.
Después de velar el cuerpo del difunto en las viviendas, éste era transportado en procesión hasta el lugar de la
cremación donde, vestido y con algunas de sus pertenencias, era depositado sobre una piedra que ardía
durante varias horas. Los restos no incinerados se sometían a un lavado y se depositaban en una urna.
Durante el banquete funerario se sacrificaban animales y se depositaban en la tumba parte de los alimentos.
Junto a la urna funeraria se colocaban objetos a modo de ajuar. Finalmente se cerraba la tumba y se
señalizaban exteriormente.
Armas y ritos durante la edad del hierro
El estudio del armamento antiguo tiene numerosas facetas. Entre ellas está la tecnológica (las armas como
expresión de una depurada tecnología metalúrgica), la funcional (las armas como instrumentos de guerra,
cuyo diseño implica una asociación a tácticas guerreras determinadas), la social (el arma como expresión
tangible de los privilegios de determinados grupos que poseen el derecho de llevarlas), la iconográfica (el
estudio de la simbología y significado de las decoraciones en las armas), etc.
Una de las facetas más interesantes del estudio de las armas el de sus implicaciones rituales. En primer
lugar, por los contextos arqueológicos en que suelen aparecer (en necrópolis como ajuares funerarios, o en
santuarios como ofrendas), pero también por otras asociaciones simbólicas no tan evidentes a primera vista.
Armas y ritual: las necrópolis.
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En el caso de la Península Ibérica, ni en el ámbito ibérico ni en el celtibérico son frecuentes las armas en
santuarios, pero en cambio forman parte principal de los ajuares funerarios a partir del s. V a.C. En este
sentido, las armas participan del contexto fuertemente ritualizado de las necrópolis, y debe analizarse la razón
por la que se inutilizan las armas, doblándolas o quebrando su filo. Igualmente, cabe estudiar la asociación de
los ajuares con armas a grupos de riqueza, aparición de armas en tumbas infantiles y, quizá, en las femeninas,
etc...
Armas y protección simbólica: los rituales apotropaicos.
Determinadas armas, especialmente las defensivas, tenían en el mundo ibérico un carácter protector,
derivado de su función en la batalla.
Armas y ritos de bebida.
Armas, rituales sociales de comensalidad y bebida, y lazos sociales entre los guerreros, fueron en el
Mediterráneo Antiguo elementos profundamente asociados.
Armas, ritos y la imagen ibérica.
En la Cultura Ibérica las armas frecuentemente aparecen representadas en pintura cerámica, escultura, etc.
Muchas veces estas representaciones pueden reflejar un contenido ritual como danzas sagradas en armas, o
ritos sacrificiales en honor de un príncipe difunto (combates gladiatorios, etc.).
Armas y ritos de sacrificio.
Parece probable que determinadas armas tuvieran en la Iberia prerromana un significado ritual propio,
independiente de su función guerrera, que haría mucho más rico su significado.
ALGO DE LO QUE TODAVIA NOS QUEDA:
Dama de Baza
Escultura del siglo IV a.C., una de las mejores muestras del Arte Ibérico. Está realizada en piedra caliza
grisácea y representa a una mujer sentada en un trono.
Dentro de la iconografía ibérica, la dama de Baza no es un ejemplo aislado, pero su buena conservación y las
especiales circunstancias de su hallazgo han hecho posible relacionar con ella otras piezas hasta ahora
dispersas y faltas de explicación.
Los paralelos que este tipo de tallas presentan en todo el Mediterráneo nos llevan a interpretar a la Dama de
Baza como una "diosa sentada", cuyo nombre ignoramos dentro de la iconografía ibérica, pero que debió
cumplir un papel en el mundo indígena semejante al de Deméter o Perséfone en otras áreas. Se trataba de una
divinidad protectora de la vida, que desde la niñez guardaba al individuo y que continuaba su labor después de
la muerte, aunque su figura no pertenecía propiamente al mundo de la ultratumba.
Fue descubierta el 22 de julio de 1971 en unas excavaciones realizadas en el cerro de Cepero en la localidad
de Baza (Granada). Todo parece indicar que era el enterramiento de un guerrero, según se deduce de las armas
y utensilios que aparecieron al pie de la estatua.
Esta obra, por sus características y por su relación con la Dama del Cerro de los Santos y con la de Elche, es
un buen ejemplo del arte ibérico, que recoge las influencias del Mediterráneo oriental y
Helénicas.
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La superficie de la piedra ha sido estucada y pintada totalmente en colores azul, rojo, marrón y negro,
aglutinados con yeso. El trono tiene largas alas en el respaldo y está horadado en su lado derecho para recibir
las cenizas del difunto. Sus patas delanteras son garras de animal.
La figura femenina presenta un rostro de facciones algo toscas, apreciándose su pelo negro peinado con dos
grandes ondas laterales, por debajo del tocado. Éste consiste en una cofia o tiara que cubre parcialmente las
orejas y que está decorado sobre la frente con tres bandas, siendo quizá la última una diadema. Los
pendientes, de gran tamaño, debían de ser huecos, y penden directamente desde el lóbulo de la oreja.
Cuatro gargantillas cubren el cuello, dando paso a un collar formado por cuentas discoidales o en forma de
tonel, del que penden cinco colgantes.
Un segundo collar sigue al primero, con tres piezas de forma acorazonada. El adorno personal se
complementa con numerosos anillos en los dedos y varias ajorcas en cada muñeca.
En cuanto al traje, la figura va cubierta desde la cabeza a los pies por un manto abierto por delante que forma
pliegues bien conseguidos, aunque convencionales, en los laterales de la cabeza y sobre el cuerpo.
Una túnica azul con una cenefa inferior constituye el vestido, bajo el que se aprecian dos sayas más, apoyada
la segunda sobre los zapatos, que dejan adivinar la forma de los pies, apoyados sobre un resalte.
La figura sostiene cuidadosamente en su mano izquierda un pichón pintado de azul con el ojo indicado
mediante un círculo negro.
TRABAJO IBEROS
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