Cimarrones en la costa: A propósito de un libro interesante. Por Elsi Angulo (Gaby Márquez) He leído con atención el libro Moros en la costa. Vivencia afrocolombiana en la cultura colectiva, editorial Docentes Editores, (1999) del escritor colombiano Alberto Angulo. Este importante texto no es una de esas publicaciones aplaudidas por la publicidad, ni proclamada como una revelación literaria por los críticos e intelectuales etnocentristas, pero me siento privilegiada de haber podido disfrutar de su lectura. Como mujer negra me identifico completamente con la temática y las concepciones del autor, el cual se muestra como un hombre comprometido con la noble y justa causa afro colombiana, sentida desde su corazón, convirtiéndolo en un valeroso cimarrón digno de todo mi respeto y aprecio. Tanto la reseña histórica del hombre negro que contiene el libro, así como aquellos capítulos que se refieren a la presencia de la herencia negro africana en la cultura colombiana, constituyen una fuente de información de excepcional valor. El escritor demuestra como la recreación de la historia de las mujeres y hombres negros es una manera privilegiada de comprender las variantes de las relaciones sociales en las que se ha desenvuelto la humanidad. Al tiempo que permite hacer una aproximación a los desafíos presentes y futuros que deben afrontar las comunidades negras en la sociedad contemporánea - seres marginados por la confusión histórica creada por quienes los humillaron a lo largo de la historia. El pasado se recuerda para que la sociedad colombiana, aquella de origen chibcha, muisca, etc., reconozca que existió y aun existe el racismo. Solo así podremos avanzar sobre la base del compromiso de no repetir los hechos vergonzosos del pasado y del presente. Cuando los seres humanos o las naciones reconocen sus errores, empiezan a salir del primitivismo y la barbarie. Los capítulos que hablan sobre la relación social y cultural del hombre negro y el fútbol tienen un valor especial. Seguramente los aportes del escritor han logrado que los latigazos verbales de los más populares periodistas deportivos colombianos hacia los atletas negros no sigan pasando inadvertidos. Sin duda, después de la aparición del libro “Moros en la costa”, son muchos más los ciudadanos de bien que no desean seguir siendo cómplices de semejantes atropellos. En efecto, el autor demuestra que las agresiones verbales de naturaleza racista que hacen los “doctores” del periodismo deportivo son registradas continuamente en los escritos, los programas de radio y televisión de las más importantes empresas de comunicación y los muestran como verdaderos verdugos de las mujeres negras y de los hombres negros que con su condición física, inteligencia, espiritualidad y talento le dan alegría a todo un país. El hecho es que los espacios deportivos de empresas como RCN, Caracol, El Tiempo, Semana, Diario Deportivo, etc., están atiborrados de mensajes implícitos o explícitos que promueven y refuerzan el racismo. Este fenómeno no puede continuar impune y se hace necesario que el conjunto de la sociedad colombiana y especialmente la comunidad afro colombiana trabaje para que cada día haya más personas y organizaciones nacionales e internacionales como la ONU, que expresen su condena moral y legal, a quienes en lugar de ser ejemplo de tolerancia, respeto y convivencia, promueven la discriminación y la humillación hacia los sectores marginales de la sociedad particularmente hacia las comunidades negras e indígenas. Hay que confiar que si la ley no los condena, lo hará la historia, cuando se reconozca la gallardía y la dignidad con que los afro colombianos han logrado superar la discriminación, la estigmatización, la crueldad, el irrespeto y la invisibilidad estatal y social. “Moros en la costa: Vivencia afro colombiana en la cultura colectiva”, es un libro que destaca especialmente el hecho de que las mujeres y los hombres negros mantuvieron relaciones vigorosas e indestructibles con el mundo espiritual y que estas perviven en el imaginario colectivo y en la practica cotidiana de las comunidades afro colombianas. Justamente esa condición cultural les permitió y les permitirá superar la infamia, haciéndolos superiores y comprometiéndolos culturalmente con su entorno. En consecuencia, si hay algo de lo cual el hombre afro colombiano debería sentirse avergonzado, es de no luchar decididamente contra el blanqueamiento mental y la indignidad. Por otra parte es de destacar la gran capacidad del autor para recopilar canciones populares con sentimiento cimarrón, así como el valioso glosario que el libro aporta y que permite entender palabras de clara resonancia africana tales como elegua, nañingo, Carabalí, etc., y de la relación de estos términos o conceptos con la realidad actual. De ese modo se comprende que el “Palomo” Usuriaga fue realmente un verdadero Nañingo Carabalí o que el “Tino” Asprilla es un Orisha. El mensaje de Alberto Angulo es crudo, autentico y ante todo inmensamente valioso porque contribuye desde su intelectualidad y espiritualidad a que los afro colombianos despierten y se unan para construir las bases sociales sólidas de una paz verdadera. El libro “Moros en la costa” debería estar en las bibliotecas de todos los colegios del país para que el conjunto de la sociedad colombiana, es decir, los descendiente de los Chibchas, los Emberas, los Taironas, Los Quillacingas, Pastos, Iscuandés, Tumas, Telembíes, etc .- entiendan que los afros no somos victimas irredentas que pretendemos beneficios inmerecidos, sino que debemos ser tratados con igualdad y respeto. Sin duda, el futuro se vislumbra victorioso, lleno de esperanza y honor como recompensa a la lucha espiritual y amorosa que hace incansablemente cada uno de los afro-colombianos. Un futuro del que se enorgullecerán los antepasados y nuestros hijos, nietos y toda la descendencia. En la construcción de ese mañana mejor los aportes intelectuales y espirituales que hace Alberto Angulo en su libro “Moros en la costa” juegan un papel preponderante. Felicitaciones a mi paisano tumaqueño y hermano espiritual Alberto Angulo. Que los dioses nuestros, los africanos, lo bendigan siempre y pa’ lante. Los cimarrones como él, le permiten a la comunidad afro colombiana seguir en su sendero de vida digna. Espero un nuevo libro. Hay que seguir escribiendo, mal o bien, pero en la lucha porque su compromiso es con sus ideales y con su gente. Mil felicitaciones y abrazos cimarrones para Alberto Angulo. Elsi Angulo (Gaby Márquez) Canadá, Julio 17,2008