asesoria agrario subrayado

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DEFINICIONES DE DERECHO AGRARIO Y OTROS CONCEPTOS AFINES
DIVERSAS DEFINICIONES DE DERECHO AGRARIO.
Para el Maestro Lucio Mendieta y Núñez, dice que:
"Es el conjunto de normas, leyes, reglamentos y disposiciones en general, doctrina
y jurisprudencia que se refieren a la propiedad rústica y a las explotaciones de
carácter agrícola".
Para la Dr. Martha Chávez Padrón, sostiene que:
"Es el conjunto de normas, (teóricas y prácticas) que se refieren a lo típicamente
jurídico, enfocado hacia el cultivo del campo, y al sistema normativo que regula
todo lo relativo a la organización territorial rústica y a las explotaciones que
determine como agrícolas, ganaderas y forestales".
Para el Dr., Eduardo García Máynez,
"Es la rama del Derecho que contiene las normas reguladoras de las relaciones
jurídicas concernientes a la agricultura.”
El derecho agrario mexicano es un conjunto de normas que se dirigen a un
determinado grupo social, protegiéndolo al traducir la suma de sus
patrimonios, económicamente negativos por lo pobre, en una fuerza jurídica
capaz de oponerse a las de un interés patrimonialmente positivo; por ende,
estas normas rigen todas las relaciones jurídicas que surgen a consecuencia
de la organización y explotación de la propiedad ejidal, de la pequeña
propiedad y de las comunidades agrarias.
Para Antonio luna,
es la “rama que se ocupa del orden jurídico regulados de los problemas de la
tenencia de la tierra las diversas formas de propiedad y la actividad agraria que
rige las relaciones de los sujetos que intervienen en las mismas”
CONTENIDO DEL DERECHO AGRARIO MEXICANO.
El derecho agrario pertenece al derecho social que se coloca entre el
derecho público y derecho privado.
El contenido del derecho agrario mexicano lo forman sus normas jurídicas
vigentes que regulan la propiedad rustica, incluyendo toda institución que se
relacione con este concepto y a su explotación, teniendo en cuenta su
planificación agraria, debe incluirse la agricultura, ganadería, silvicultura y
actividades que permiten al campesino el aprovechamiento de todos sus
recursos, y aquellas que coadyuvan a que dichas actividades den mejores
resultados como son las referentes a los aprovechamientos hidráulicos,
créditos y sociedades agrícolas, educación rural y agrícola, vías de
comunicación rural, seguros agrícolas, seguro social en el campo, higiene y
salubridad rural, industrialización agrícola, derecho laboral rural, contratos y
concesiones rurales, etc. Hasta la organización productiva con todos los
aspectos que esto implica.
CONCEPTOS AFINES.
El derecho agrario:
“Es una rama Derecho Social, que consiste en un conjunto de normas jurídicas
que van a regular todas las relaciones derivadas del campo.
“Es aquel que regulan la actividad que se refieren a las actividades agrícolas”.
“El derecho agrario es el conjunto de normas jurídicas que lo integran, conforman
un apartado especial, autónomo, con relación a otras ramas del derecho.”
El derecho agrario tiene como finalidad garantizar los intereses de los individuos y
de la colectividad; asegurar la función social de la propiedad; lograr la justa
distribución de la riqueza territorial en beneficio de quienes la trabajan y alcanzar
la justicia social, el bien común y la seguridad jurídica.
Se considera al derecho agrario como neutral por cuanto que pretende
necesariamente. La justicia social y la armonía entre las distintas clases y núcleos
de la sociedad.
“Es el orden jurídico que rige las relaciones sociales y económicas que surgen de
los sujetos que intervienen en la actividad agraria. regulador de los problemas de
la tenencia de la tierra, las diversas formas de propiedad y la actividad agraria que
rige las relaciones de los sujetos que intervienen en las mismas.”
LO AGRARIO.
Lo agrario viene de la palabra latina ager campo; en este sentido el más amplio, el
derecho agrario se define como: el conjunto de normas que rigen las relaciones
jurídicas, cuyo objeto es la tierra, tanto como propiedad rural, como fuente
económica de carácter agrícola.
Si el ser humano quiere convertir la tierra en una fuente económica, necesita
cultivarla y es aquí, donde se analizan las diversas actividades para ver si todo
cultivo o explotación de la tierra rural son actividades regidas por el derecho
agrario mexicano. Veamos las siguientes actividades:
Actividades que se consideran agrícolas:
a).- La agricultura; quedan incluidas dentro de este sector todas las explotaciones
conexas (la horticultura, fruticultura, floricultura, desarrollo, estudio y producción de
nuevas semillas, etc.). Ley Federal de Reforma Agraria de 1971 articulo 220 y 223.
b).- La ganadería; (ganado mayor: bovino, equino, asnal y mular; ganado menor:
ovino, caprino y porcino) forma parte de las tres actividades fundamentales que
rige el derecho agrario, se pueden incluir otras actividades similares como son la
avicultura, el cultivo de crías domesticas, etc. Ley Federal de Reforma Agraria de
1971 articulo 224,225 y 138.
c).-La silvicultura; pertenece al ejido forestal, también tiene actividades forestales
conexas como la reforestación, conservación de suelos, etc. Ley Federal de
Reforma Agraria de 1971 articulo 224, 225 y 138.
Actividades económicas-agrícolas auxiliares:
1.- Los aprovechamientos hidráulicos; el agua es condición primordial.
2.- El crédito rural y sociedades o unidades de producción; cooperativismo
agrícola.
3.- La educación rural y agrícola; condiciona el aprovechamiento de la tierra rural.
Ley de Educación Agrícola del 31 de diciembre de 1945.
4.- La colonización; se relaciono con la adecuada distribución probatoria en el
campo. Ley Federal de Reforma Agraria de 1971 articulo 224.
5.- Las vías de comunicación rural; coordinar actividades relacionadas con la
distribución de los productos agrícolas. Ley Federal de Reforma Agraria de 1971
artículos 228, 148 y 176.
6.- Los seguros agrícolas.
7.- Las relaciones jurídicas de los trabajadores del campo y el seguro social rural;
intenta cubrir casi la totalidad de protección que necesita el campesino (riesgos y
accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y no profesionales, vejez,
invalidez, cesantía y muerte). Reglamento para el seguro social obligatorio de los
trabajadores del campo vigente.
8.- Los contratos agrícolas.
9.- la higiene y salubridad rural; Ley de sanidad fitopecuaria y los programas de la
Secretaria de Salud.
10.- el extensionismo rural; comprende temas que van desde las practicas y
técnicas de la agricultura hasta los programas de mejoramiento de las
comunidades rurales y de los agricultores. Ley Federal de Reforma Agraria de
1971 artículos 148, 149, 153 y 189.
11.- La industrialización agrícola; abarca industrializar productos, elevar su nivel
económico y convertir a la industria en su consumidor.
12.- La planificación agraria.- a través de ella se coordinan los aspectos técnicos y
de producción agrícola nacional. Ley de planeación del 30 de diciembre de 1982,
D.O.F., del 5 de enero de 1983.
13.- La comercialización de productos ejidales; Ley Federal de Reforma Agraria de
1971 artículos 171,175,176 y 177.
14.- La maquinización del campo; Ley Federal de Reforma Agraria de 1971
artículos 150 y 152.
15.- La organización de los campesinos, ejidatarios y pequeños propietarios;
pudieron asociarse en sociedades, uniones y cooperativas. Ley Federal de
Reforma Agraria de 1971 artículos 128,144,147,150,152,162,188 y 185.
Actividades que no se consideran agrícolas:
a).- La simple recolección de frutos silvestres; no implica un aprovechamiento
técnico ni actividad habitual.
b).- La caza; las sociedades modernas no requieren de ella como medio cotidiano
para proveerse de carne, sino que esta se abastece de una ganadería sedentaria,
organizada y reglamentada.
c).- La pesca; el elemento del cual se obtienen sus productos es el agua el cual es
distinto y casi opuesto a la tierra, en consecuencia su regulación jurídica es
distinta y pertenece a otras subrama jurídica, el derecho marítimo. Fue en la Ley
Federal de Reforma Agraria de 1971 que la pesca efectuada en ejidos se
reglamento en los artículos 144 y 145.
d).- La minería; sus productos se obtienen normalmente de subsuelo y pertenecen
por lo mismo a otra subrama del derecho, el derecho minero. La Ley Federal de
Reforma Agraria de 1971 en sus artículos 144 y 185 establece que, si los
ejidatarios no podían explotar directamente dichos recursos por carece de capital,
podían trabajarlos en asociación en participación supervisado por la Secretaria de
la Reforma Agraria.
e).- El aprovechamiento de hidrocarburos; no pertenece al derecho agrario y tiene
su legislación, que es la Ley de Petróleo, su reglamento y decretos
complementarios.
f).- El turismo; no se considera una actividad campesina, sin embargo el articulo
144 de la Ley Federal de la Reforma Agraria de 1971, cuando las condiciones lo
permitieron los campesinos ejercieron esa actividad para explotar sus recursos en
asociación en participación o fideicomisos ejidales.
LO AGRICOLA.
La palabra agricultura esta estrechamente vinculada a lo agrario, viene de las
palabras latinas “ager” campo y “colo” cultivar; pero hoy significa, no la forma
rudimentaria de cultivo, sino el aprovechamiento sistemático y organizado del
campo. Dentro de ese aprovechamiento se encuentran diversas actividades que
no en todos los países se incluyen dentro de la definición actual del derecho
agrario.
La agricultura como cultivo directo de la tierra para obtener productos vegetales de
la misma, constituye la típica actividad regida por nuestro derecho agrario; dentro
de este sector, quedan incluidas todas las explotaciones conexas, como son la
horticultura, fruticultura, floricultura, desarrollo, estudio y producción de nuevas
semillas, etc.
POLÍTICA AGRARIA
. LA TENENCIA DE LA TIERRA EN MÉXICO
La tenencia de la tierra tiene una gran carga social en México, que parte de la
herencia del feudalismo, donde la tierra además de ser un factor de producción
indispensable para las actividades de producción agropecuaria, era un signo de
prestigio. Uno de los cambios importantes en la tenencia de la tierra
que trajo consigo la Revolución Mexicana de 1910, fue la Ley de la
Reforma Agraria, promulgada el 6 de enero de 1915, que promovió la
redistribución de los latifundios entre individuos que en menor escala podrían
explotarla
ECONOMÍA POLITICA DE LA REFORMA AGRARIA
La política económica de la Revolución descansaba en dos postulados
fundamentales: (1) La entrega de la tierra a cada mexicano adulto, por
restitución, dotación o colonización de los terrenos nacionales. (2) La
aceptación implícita de que la agricultura constituía la ocupación más importante y
la base de la riqueza del país. El primer postulado se basaba en la confianza
de que había en el país una extensión de tierra “inagotable”. No se contempló el
crecimiento de la población ni se previó ningún horizonte de agotamiento del
recurso. Con relación al segundo postulado, se tenía en mente a la agricultura de
subsistencia, ya que tanto la agricultura de las comunidades como la del
latifundio eran tecnológicamente atrasadas. Se puso énfasis en la
simple redistribución de la tierra, sólo como carácter restitutivo, sin mirar al futuro
para crear una nueva sociedad.
EL EJIDO
Hasta 1993 se designaba como ejido a la extensión total de la tierra que ha recibido un
núcleo de población a g r i c u l t o r a , q u e t u v i e r a p o r l o m e n o s 6 m e s e s d e
fundado, para que la exploten directamente con las limitaciones
y modalidades que señalaba el Código Agrario . El ejido era por
p r i n c i p i o i n a l i e n a b l e , inembargable, intransmisible, imprescriptible e indivisible.
LA PEQUEÑA PROPIEDAD:
(1) 100 ha de riego o humedad de primera; (2) 200 ha de temporal o
de agostadero susceptibles de cultivo; (3) 400 ha de agostadero
de buena calidad; (4) 800 ha de monte o de a g o s t a d e r o e n
terrenos áridos; (5) 150 ha de algodón con riego; (6)
3 0 0 h a d e f r u t a l e s o c u l t i v o s d e plantación; (7) las necesarias
para mantener 500 cabezas de ganado mayor o su equivalente en ganado
menor según la capacidad forrajera de los terrenos (índice de agostadero)
LA REDISTRIBUCIÓN DE LA TIERRAEL MINIFUNDIO
A consecuencia de la falta de previsión del crecimiento de la población, así
como de la evolución
económica d e p a í s , l a r e d i s t r i b u c i ó n d e l a
tierra trajo como consecuencia una fragmentación cada vez
m a y o r (minifundismo), o cultivo de parcelas tan pequeñas que son insuficientes
para permitir un nivel adecuado de producción de ingresos a los ejidatarios .
Según el Código Agrario vigente en 1971, las tierr as de cultivo
deberían ser suficientes para dotar a cada ejidatario con 10 ha de
riego o humedad, o en su caso 20 ha de temporal como mínimo. El tamaño
de las parcelas repartidas es de 29.3 ha, sólo 22% (6.5 has) era laborable, ya sea
de riego (5.4 ha), o de riego humedad (1.1 ha).
El minifundio explica la debilidad del campo mexicano:
a) E s t a n c a m i e n t o
económico,
b)
baja
productividad
y
c)
empobrecimiento campesino.
b) E n M é x i c o 6 d e c a d a 1 0 c a m p e s i n o s m e x i c a n o s c u l t i v a n
menos de 5 ha.
E l m i n i f u n d i o e s u n a d e l a s manifestaciones más evidentes del
conjunto de obstáculos institucionales y/o económicos que impide el uso
racional y el aprovechamiento eficiente de los recursos necesarios para la
actividad agropecuaria. La mayoría de los productores no puede
disponer de recursos suficientes, oportunos y accesibles para
aumentar su producción, su productividad y sus ganancias.
Aunque el minifundio es por lo regular un fenómeno de la
propiedad ejidal, también afecta a la propiedad privada, en donde la
desigualdad en la distribución de la tierra poco se ha modificado. 67% de
los predios privados tenían el 1.07 de la superficie total, por otra parte,
el 1%de esos predios posee el 75% de la propiedad privada. El 77% de
predios menores de 10 ha abarca el 10% de la tierra de labor no ejidal y el
4.1% de los predios incluye el 63% de la tierra de labor mayores de 50 ha.
La unidad de producción en promedio tiene una superficie de 24.5 ha. En
puebla sólo 4.76 ha y el Estado de México 2.9 ha.
LAS REFORMAS AL MARCO JURÍDICO (ARTÍCULO 27 DE LA CONSTITUCIÓN
Las reformas fueron parte de un paquete que el gobierno
p r e s e n t ó c o m o M o d e r n i z a c i ó n d e l S e c t o r Agropecuario y Forestal
1988-1994 que contemplaba cinco líneas de acción: 1. Desarrollo rural integral. 2.
Adecuación del marco jurídico . 3. Canalización selectiva de recursos
a productores de bajos ingresos. 4. Apoyos compatibles con estabilidad
macroeconómica e integración gradual de la economía. 5. Reducción de
REFORMA AGRARIA.
En el permanente proceso de cambios que ha vivido la nación Mexicana, la
reforma agraria ha evolucionado continuamente, a través de la actualización de
sus instituciones jurídicas y administrativas.
Sus objetivos estuvieron orientados: A la acción de restitución de tierras, al reparto
agrario mediante la dotación, se instituyó la dotación colectiva, ideó la figura de las
colonias agrícolas y ganaderas, y la ampliación de los ejidos y el reconocimiento y
titulación de bienes comunales, así como la creación de nuevos centros de
población ejidal.
El proceso de la reforma se inició con la Ley Agraria del 6 de enero de 1915,
emitida por Carranza en Veracruz, la cual ordenó la restitución de tierras arrebatas
a raíz de la legislación de julio de 1856 y estipuló la dotación para aquellos
pueblos que carecieran de ella.
Asimismo, estipuló la creación de la Comisión Nacional Agraria por cada estado o
territorio de la federación, y de los comités particulares ejecutivos que en cada
entidad federativa se considerasen necesarios.
Los postulados de la Ley reformista de 1915, se incorporaron más tarde en él
artículo 27 de la Constitución Mexicana de 1917, que consagra como principio
fundamental el dominio original del Estado sobre las tierras y aguas de la Nación y
la facultad del mismo para regular la distribución y aprovechamiento de tales
recursos, reconoció la propiedad comunal, la restitución de tierras a las
comunidades que hubiesen sido despojadas.
La expropiación con fines de restitución y dotación respetaría únicamente las
propiedades legalmente establecidas que no excedieran de 50 hectáreas de
tierras de primera calidad.
Se responsabilizó a los estados y territorios de la República para fijar la extensión
máxima de tierra de que puede ser dueño un solo individuo o sociedad legalmente
constituida y a fraccionar los excedentes que serían adquiridos por el Estado,
mediante el pago con bonos que constituirían la deuda agraria.
Dejando así establecidas las bases legales para una profunda Reforma Agraria.
En los años que van de 1920 a 1934 se consideró al ejido como una forma
transitoria que deberían culminar en la formación y consolidación de una pequeña
propiedad, se inició la formación de diversas instituciones con las que se pretendió
hacer de la reforma agraria un proceso integral y proveer a los nuevos propietarios
con la infraestructura necesaria, se creó la Comisión Nacional de Irrigación y el
Banco Nacional de Crédito Agrícola.
A pesar de las reparticiones de las tierras comprendidas en este periodo, no
pusieron fin al latifundio como unidad central del sistema de producción agrícola.
En 1934 se efectuaron diversas reformas jurídicas: se modificó el Art. 27 de la
constitución, para señalar las afectaciones de tierra se realizaron respetando la
pequeña propiedad agrícola en explotación; se creó el Departamento Agrario, en
sustitución de la Comisión Nacional Agraria, y se instituyeron las Comisiones
Agrarias Mixtas en cada entidad federativa, en las cuales tendrían participación las
organizaciones campesinas.
A partir de este año se inició un cambio radical de la estructura de la tenencia de
la tierra, el ejido fue concebido como el eje principal para emprender una
transformación de fondo, se efectuó el mayor reparto agrario hasta entonces,
afectando las haciendas de las zonas de agricultura más prósperas del país.
Durante los años de 1930 a 1966 la producción agrícola de México creció más
rápidamente que su población, contribuyendo significativamente al desarrollo
general del país. El crecimiento sostenido de la agricultura se basó tanto en el
reparto agrario cardenista como en la fuerte inversión pública destinada a este
sector.
A partir de 1966 el proceso de urbanización que experimentó el país modificó los
hábitos de consumo alimenticio y, con ello, la demanda de algunos productos
agrícolas.
Para la década de 1970 se presentó una gran confluencia de distintas fuerzas
campesinas en demanda de tierra: avecindados e hijos de ejidatarios buscaron la
ampliación de los ejidos o nuevas dotaciones; jornaleros y trabajadores rurales
migrantes, demandaban la afectación de latifundios simulados, y las comunidades
indígenas persistían en rescatar tierras que poseyeron ancestralmente.
Para final de los esta década la situación del campo era crítica, el medio rural
presentaba serios atrasos frente al urbano, tanto económicamente, como en la
dotación de servicios con que contaba, los ingresos de la población y en todos los
indicadores del bienestar social, familiar y personal.
A partir del año 1980, la profundización de la crisis económica general del país
agravó la incapacidad del Estado para destinar recursos públicos a este sector, el
cual había sido enteramente de la inversión pública.
El 1 de noviembre de 1991 el Presidente Salinas envió un proyecto de reformas
del Art. 27 de la Constitución, la cual fue efectuada el 6 de enero de 1992, que iba
a proponer:
Promover la justicia y la libertad en el campo
Proteger el ejido.
Que los campesinos fueran sujetos y no objetos del cambio.
Revertir el minifundio e impedir el regreso del latifundio.
Capitalización del campo, dando certidumbre a la tenencia de la tierra.
Rapidez jurídica para resolver rezagos agrarios, creándose tribunales agrarios que
hagan pronta y expedita la justicia.
Comprometer recursos presupuéstales a crecientes al campo, para evitar la
migración masiva a las grandes ciudades, generando empleos en el medio rural.
Se crea el seguro ejidatario.
Se creará el fondo para empresas de solidaridad.
Resolver la cartera vencida con el Banrural y aumentar los financiamientos al
campo.
Esta reforma estuvo seguida por la promulgación de la Ley Agraria y la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios.
La Ley Agraria determinó la creación de la Procuraduría Agraria, como organismo
público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonios propios, y la
transformación del Registro Agrario Nacional, en un órgano desconcentrado de la
Secretaria de la Reforma Agraria.
Y a través de la Ley Orgánica se crearon los Tribunales Agrarios, como órganos
federales con plena jurisdicción y anatomía, para dictar sus fallos en materia
agraria en todo el territorio nacional.
PROBLEMA AGRARIO.
Con la caída de Tenochtitlán, la Corona española adoptó diversas medidas
tendientes a organizar la vida política, económica y social de ese nuevo y enorme
territorio.
Al efecto, el Consejo Real de las Indias emitió diversas disposiciones para
promover el mejoramiento espiritual y material de los indios; sin embargo, de
manera paralela también autorizó la creación de otras instituciones.
En la época colonial los españoles experimentaron varias formas para hacer del
campo un eje económico y productivo: la encomienda, cuyo propósito era
modificar las costumbres de los naturales y obtener tributos y tierras, las
composiciones, los mayorazgos y la hacienda principalmente.Y a través de la
Conquista se hizo privada la tierra, introduciendo a ella nuevos cultivos, y la
ganadería.
En la Nueva España la propiedad agraria se clasificó en tres grupos: la propiedad
privada de los españoles, la propiedad de los pueblos indios y la propiedad
eclesiástica.
Origen de los Latifundios
Los tres siglos de dominación española se caracterizaron por el despojo de la
propiedad, la explotación y engaño de los indígenas, y la concentración de la tierra
en manos de los peninsulares.
La propiedad comunal de los indios fue objeto de un permanente y sistemático
despojo por parte de los conquistadores y colonizadores; al principio mediante las
donaciones
y
repartimientos;
después
a
través
de
las
adjudicaciones,
confirmaciones, composiciones, acciones de compraventa, remates y la
usurpación violenta.
La consolidación de la hacienda como una unidad productiva eficiente se logró a
partir de la creación de un sistema que permitió atraer, fijar y reponer de manera
sistemática los trabajadores a su servicio.
Pero el espíritu señorial en los hacendados se fortalecía, quienes querían mostrar
a familiares, amigos y socios la extensión de sus tierras y el control que ejercían
sobre los cientos o miles de peones a su servicio.
Para el siglo XIX la atención al campo y su desarrollo quedaron relegados,
surgiendo grandes y poderosos latifundistas quienes explotaban a los campesinos
y trabajadores.
El Inicio de la Revolución
El movimiento reformista agrario que se inicia en México con la Revolución de
1910 encauzada por Don Francisco Madero, Emiliano Zapata y Venustiano
Carranza, así como de Pancho Villa, cada uno con sus propias modalidades y a su
manera, puede considerarse como la reforma agraria precursora de las otras que
varias décadas después se llevaran a cabo en los países de Hispanoamérica, por
gobiernos de derecho o institucionales, con mayor o menor intensidad, duración y
efectividad.
A partir de este año la concentración de la riqueza y de la propiedad y la violencia
de los órganos de represión del Estado, abrieron cause de las demandas para
moderar la desigualdad, recuperar las tierras expropiadas injusta e ilegalmente a
las comunidades, elevar los salarios de los obreros y mejorar en general las
condiciones de vida de la población, a raíz de la dictadura de Porfirio Díaz.
Y es así como las exigencias de la sociedad se concretó en planes y leyes que
tuvieron un carácter agrario.
La mayoría de los campesinos se levantaron en armas, con el Plan de San Luis
Potosí, en el cual estaba mencionado la promesa de devolvérseles a éstos las
tierras que les fueron despojadas. Pero aunque el levantamiento triunfó, no se
cumplieron las promesas agrarias, generando inconformidad entre diversos líderes
y caudillos.
Y el mejor logro obtenido de la revolución triunfante fue el enfrentar y quebrantar el
latifundio a ultranza representado por la hacienda que constreñía al campesino y
lo mantenía sometido a los designios del hacendado.
Instituciones coloniales, como la Encomienda, la Composición y la Confirmación,
propiciaron la concentración de la propiedad de muchas tierras en manos de
pocos. Esto iba cada vez más en detrimento de la disponibilidad de parcelas
familiares o las de uso comunal como los Ejidos.
El Ejido, es la piedra angular de la concepción reformista agraria Mexicana,
constituye una propiedad colectiva, titulada por el núcleo campesino y comprende
tierras de cultivo, tierras urbanas y tierras propiamente comunales.
Con la frustrada intención de recuperar tierras cuya posesión se prohibía a las
corporaciones religiosas y civiles, y adjudicarlas entre los arrendatarios de las
mismas, en 1856 se expidió la llamada Ley de desamortización, permitiéndose el
denuncio de esas tierras a cambio de una octava parte de su valor.
Sin embargo, como muchos campesinos no se atrevían a usar este derecho por
una especie de temor reverencial, los terratenientes sí lo hicieron y agrandaron así
el latifundio a expensas de los pequeños y numerosos usufructuarios.
Para 1875 se expidió una Ley de Colonización que permitió compensar con la
tercera parte del deslinde de tierras baldías, a compañías organizadas para tal
efecto.
TEMA 2
EL DERECHO AGRARIO MEXICANO COMO UN DERECHO SOCIAL
Lucio Mendieta y Núñez sostiene que el derecho agrario es el conjunto de normas,
leyes, reglamentos y disposiciones en general, que se refieren a la propiedad
rustica y a las explotaciones de carácter agrícola. Mario Ruiz Massieu afirma que
es el conjunto de normas jurídicas que regulan la actividad en el campo, derivada
de la tenencia y explotación de la tierra, con el fin primordial de obtener el bien de
la comunidad. Martha Chávez Padrón proporciona la siguiente definición, parte del
sistema Jurídico que regula la organización territorial rústica, todo lo relacionado
con las explotaciones y aprovechamientos que este sistema considera como
agrícolas, ganaderos y forestales y algunos otros aprovechamientos colaterales y
la mejor forma de llevarlos a cabo, este concepto es el que mas se acerca a la
realidad.
El carácter prevalentemente publico y privado del Derecho agrario depende de
cada país. Este tema ha variado en cuanto se objetiviza, con los antecedentes
históricos, las características etno-sociológicas y las necesidades de cada pueblo
en las distintas épocas por las que este haya atravesado. La clasificación de las
normas agrarias varían conforme al país en que se hace, en nuestro país estos
preceptos generalmente se les clasifico entre las normas de carácter público.
El derecho agrario no puede ser clasificado uniformemente en todos los países, ni
aun cuando estos pertenezcan al mismo sistema jurídico, y es que el tipo de
propiedad, la división y aprovechamiento agrícolas, etc. Establecidos por los
sistemas jurídicos singulares difieren de un país a otro conforme las
peculiaridades reales que apuntan las características topográficas, raciales,
históricas, políticas y sociales de cada nación. Cada país ha resuelto sus
problemas rurales de diferentes maneras: y así, sus normas agrarias resultaron
diferentes y con distinto contenido. Por lo cual, la clasificación de las normas
difiere sensiblemente de acuerdo con las características especiales que contienen,
al medio que rigen y de la forma de la cual se revistieron.
Desde los tiempos romanos el derecho ser dividió en dos sectores dentro de los
cuales se fueron clasificando todas las otras ramas jurídicas:
DERECHO PUBLICO
* Salvador Pugliatti, clasifica las normas de derecho público aquellas que tienden
a garantizar la realización de un interés colectivo secundario estatal, propio del
Estado.
* Para Coviello, el derecho público existe si el sujeto activo o el pasivo, o el uno y
el otro de una relación jurídica es una persona que ejerce en tal ocasión ius
imperii.
* Roberto de Ruggiero, afirma que el criterio más completo descansa en el doble
elemento de sujeto y fin de la norma, por lo cual, derecho público es el conjunto de
normas que regulan la organización y la actividad del Estado y de los demás entes
políticos
que
disciplinan
las
relaciones
entre
los
ciudadanos
y
estas
organizaciones.
DERECHO PRIVADO
Según Pugliatti, las normas de derecho privado las que tienen a garantizar la
realización de un interés secundario no estatal, o sea, individual.
* Coviello declara que si el sujeto carece de ius imperii, el derecho es privado.
* Derecho privado, lo conceptualiza Roberto de Ruggiero como el conjunto de
normas que regulan las relaciones de los particulares entre sí o las relaciones de
éstos con el Estado o las demás susodichas congregaciones con tal que éstas no
ejerzan en la relación funciones de poder político.
TEORÍA TRADICIONAL
Algunos juristas, como Hauriou sostienen la idea de una separación absoluta entre
el Derecho Público y el Privado, es decir, son partidarios de la teoría clásica, pero
llevada a un extremo rigorista. Históricamente, esta postura fue la primera en
prevalecer, pero ya en nuestros días no sólo pierde partidarios, sino pocos se
atreven a defenderla en sus términos tan absolutistas. Esta tendencia se funda en
todos los problemas de clasificación de la teoría tradicional aún no ha resuelto y
menos cuando se refiere a ramas jurídicas que tienen puntos de conexión con el
Derecho Público y Privado. Esta es la razón por la cual la clasificación dual del
Derecho en sus dos grandes ramas se ha desvirtuado.
Otros autores sostienen la clásica división dual, pero con menos rigor en sus
afirmaciones. Por ejemplo Duguit afirma que el derecho público aplica a una
persona soberana y el derecho privado a las personas no soberaneas. Sobra
comentar que este criterio no es absoluto, perfecto ni mucho menos acorde con la
realidad.
Radbruch, también entre los defensores no extremistas de la teoría clásica, afirma
que si hay un deber que tiene su fundamento en el mandato de otras personas
pertenece regularmente al Derecho Público. Las relaciones jurídicas entre
gobernantes y súbditos son objeto del derecho público. Pero si el deber se refiere
a las relaciones jurídicas entre personas jurídicamente equiparadas pertenecerán
al Derecho Privado aún cuando se trate de relaciones entre individuo y Estado.
CLASIFICACIÓN MODERNA
La clasificación de las normas agrarias varían de acuerdo al derecho positivo al
cual se refiera en particular.
El derecho agrario mexicano es un conjunto de normas que se dirigen a un grupo
campesino protegiendo sus intereses mediante una fuerza económica-jurídica: por
ende, estas normas rigen todas las relaciones jurídicas que surgen a
consecuencia de la organización de la propiedad ejidal, comunera y particular y su
explotación.
El derecho agrario mexicano es tan extenso, variado y complejo que de acuerdo
con el dualismo tradicional no puede afirmarse que pertenece al Derecho Público,
pues encontramos más de derecho privado que se opondrían a tal clasificación.
Este derecho, se coloca en un punto intermedio que penetra en ocasiones el
Derecho Público, en otras el privado, y en otras objetiviza lo típicamente social, en
nuestro país el derecho agrario favorece la aparición de una nueva rama
fundamental, el Derecho Social, que se coloca entre el Público y el Privado.
Se concluye que el derecho social es una nueva rama fundamental del Derecho
que impuso la realidad del siglo XX y comprende nuevas subramas jurídicas que
nacieron de transformaciones sociales, en consecuencia estas se agrupan bajo
aquella y demuestran no solo su existencia sociológica mediante la presencia del
grupo social de que se trate, sino también comprueba su existencia jurídica en
aquellas normas constitucionales y reglamentarias que establecen la personalidad
colectiva de dichos grupos. En consecuencia, el derecho agrario es en nuestro
país, una subrama del Derecho Social.
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICO-SOCIAL DE 1917
De la misma manera que a Francia se le debe la primera Declaración de los
derechos del individuo, en el ámbito constitucional, así también a México se debe
que, por primera vez, en el mundo se hubiese establecido el Derecho Social en
materia agraria, laboral y Educativa en una constitución política. La resultante de
haber impuesto el Derecho Social por el Congreso Constituyente de la
Constitución de 1917, se traduce en haber establecido la novedosa idea
democrática de que algunos gobernados -principalmente la clase acomodada y
dominante-, en ciertos supuestos y bajo ciertos límites, dejan de ejercer
particularmente, ad libitum, las libertades derivadas de los principios privados de la
libertad en las contrataciones (en materia laboral) y la disposición absoluta o
ilimitada de la propiedad (rama agraria) como garantías individuales. Asi es como
estas prerrogativas dejan de entenderse dogmáticamente, para quedar sujetas a
ciertas situaciones que dictan el interés público y en beneficio colectivo,
preferentemente de las mayorías desvalidas.
En esta constitución se crearon las garantías sociales en contraposición -como
complemento- de las tradicionales garantías individuales. Tales garantías sociales
se pueden encontrar en el artículo 27, en relación a los derechos agrarios, ejidales
y comunes, en el articulo 123 en lo que respecta a los derechos de los
trabajadores
El artículo 27 afirmaba el dominio original de la nación sobre las tierras y aguas
comprendidas en su territorio, su derecho a transferir ese dominio en propiedad
privada y a imponer a la propiedad las modalidades convenientes según lo pidiera
la utilidad pública. Este artículo también sentó las bases de la reforma agraria y
devolvió a la nación la propiedad del subsuelo y de sus riquezas. El artículo 27 de
la Constitución de 1917 fue la bandera agrarista de la revolución, hasta que fue
reformado por el presidente Carlos Salinas de Gortari (6 de enero de 1992), que
dio por concluida la reforma agraria.
La constitución suele dividirse en dogmática y orgánica.
La parte dogmática que son los derechos fundamentales del gobernado, solo
comprende el capitulo primero, el de las garantías individuales.
Así mismo, esta parte dogmática: las garantías individuales, están divididas en
cuatro grandes grupos:

garantías de igualdad

garantías de libertad

garantías de propiedad

garantías de seguridad jurídica
La Constitución Mexicana vigente está conformada por dos partes: la dogmática (o
material) y la orgánica (o formal).
En la primera, quedan consignadas las Garantías Individuales y se reconocen
derechos y libertades sociales (del artículo 1 al 29):
* Derecho a la Libertad, aboliendo la esclavitud y otorgando Libertad a cualquier
individuo dentro del Territorio Nacional.
* Derecho a la libre expresión, asociación y tránsito, libertades esenciales de la
nación mexicana.
* Derecho a la educación, siendo ésta otorgada por el Estado de manera laica y
gratuita.
* Derecho a la posesión de armas de fuego para seguridad y legítima defensa.
* Derecho de huelga y organización de los trabajadores en sindicatos.
* Derecho a la libre profesión de cultos.
* Jornada máxima de 8 horas de trabajo.
* Derecho al trabajo digno y socialmente útil
La parte orgánica (del artículo 30 al 136) corresponde a la división de los Poderes
de la Unión y el funcionamiento fundamental de las instituciones del Estado,
estableciendo:
* Una forma de gobierno mexicano como una república federal, representativa y
popular.
* Que los Poderes de la Unión están divididos en Ejecutivo (Presidencia de la
República), Legislativo (Honorable Congreso de la Unión) y Judicial (Suprema
Corte de Justicia de la Nación).
* Que la reelección del presidente queda prohibida.
* La creación del Municipio libre,
* La reforma agraria.
t1.- Goce de todo individuo de las garantías que otorga la Constitución art. 1º.
2.- Prohibición de la esclavitud (Art. 1o)
3.- Igualdad de derechos sin distinción de sexos
(Art. 4)
DERECHO
4.- Prohibición de títulos de nobleza, prerrogativas y honores
DE
hereditarios (Art. 12)
IGUALDAD
5.- Prohibición de fueros (Art. 13)
6.- Prohibición de ser sometidos a proceso con apoyo a
leyes privativas o a través de tribunales especiales (Art. 13)
Garantías de la persona
humana
1.-Libertad de
Libertades físicas planeación
familar (Art. 4)
2.- Libertad de trabajo (Art. 5)
3.- Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, si no
es por resolución judicial (Art. 5)
4.- Nulidad de los pactos contra la dignidad humana (Art. 5)
5.- Posesión de armas en el domicilio para la seguridad y
legitima
defensa, la ley establece condiciones para la portación de
armas (Art. 10)
6.- Libertad de locomoción interna y externa del país (Art.
11)
Libertades de espiritu
1.- Libertad de pensamiento
(Art. 6)
2.- Derecho a la información (Art. 6)
3.- Libertad de imprenta (Art. 7)
4.- Libertad de creencia (Art. 24)
5.- Libertad de cultos (Art. 24)
6.- Libertad de intimidad (inviolabilidad
de la correspondencia y del domicilio,
Art. 16)
1.- Reunión con fin político (Art. 9)
2.- Manifestación pública para presentar a la autoridad petición o una protesta
(Art. 9)
3.- Prohibición de extradición de reos políticos (Art. 15)
4.- Libertad de creencia (Art. 24)
5.- Libertad de cultos (Art.
1.- La libertad de asociación y de reunión (Art. 9)
1.- Derechos de petición (Art. 8)
2.- A toda petición, la autoridad contestará por acuerdo
escrito, fundando y motivando (Art. 8)
3.- Irretroactividad de las ley (Art. 14)
4.- Privación de derechos sólo mediante juicio seguido
con las formalidades del proceso (Art. 14)
5.- Principio de legalidad (Art. 14)
6.- Prohibición de aplicar la analogía y la mayoría de la
razón en los juicios penales (Art. 14)
7.- Principio de autoridad competente (Art.
16)
8.- Mandamiento judicial escrito, fundado y motivado,
para poder ser molestado en la persona,
familia, domicilio, papeles o posesiones (Art. 16)
9.- Detención solo con orden judicial (Art. 16)
10.- Abolición de prisión por deudas de carácter
puramente civil (Art. 17)
11.- Prohibido hacerse justicia por mano
propia (Art. 17)
12.- Expedita y eficaz administración de justicia
(Art. 17)
13.- Prisión preventiva solo por delitos que tengan
pena corporal (Art. 18)
14.- Garantías del auto de formal prisión
(Art. 19)
15.- Garantías del acusado en todo proceso
criminal (Art. 20)
16.- Solo el ministerio público y la policía
competente pueden seguir los delitos (Art. 21)
17.- Prohibición de penas infamantes y
trascendentes (Art. 22)
18.- Nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito (Art. 23)
19.- Los juicios criminales no pueden tener mas de
tres instancias (Art. 23)
LA PARTE ORGÁNICA DE LA CONSTITUCIÓN
La Parte Orgánica -también denominada parte formal- de nuestra constitución,
están en los artículos que regulan el capítulo geográfico, la forma de gobierno, la
división de poderes, la distribución de facultades entre los órganos federales y
locales, la supremacía de la Constitución y finalmente su inviolabilidad. Abarca del
artículo 30 al 136.
EL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL
CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
(Reforma Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 04 de Mayo de 2009)
Constitución Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 05 de Febrero de
1917
Artículo 27
La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del
territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y
tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo
la propiedad privada. Las expropiaciones sólo podrán hacerse por causa de
utilidad pública y mediante indemnización. La nación tendrá en todo tiempo el
derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés
público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los
elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una
distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el
desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la
población rural y urbana. En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias
para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones,
usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras
públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y
crecimiento de los centros de población; para preservar y restaurar el equilibrio
ecológico; para el fraccionamiento de los latifundios; para disponer, en los
términos de la ley reglamentaria, la organización y explotación colectiva de los
ejidos y comunidades; para el desarrollo de la pequeña propiedad rural; para el
fomento de la agricultura, de la ganadería, de la silvicultura y de las demás
actividades económicas en el medio rural, y para evitar la destrucción de los
elementos naturales y los daños que la propiedad pueda sufrir en perjuicio de la
sociedad. Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos
naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de
todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos,
constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los
terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides
utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y
las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados
de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos
subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de
ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y
todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado
sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el Derecho
Internacional. Son propiedad de la Nación las aguas de los mares territoriales en
la extensión y términos que fije el Derecho Internacional; las aguas marinas
interiores; las de las lagunas y esteros que se comuniquen permanentemente o
intermitentemente con el mar; la de los lagos interiores de formación natural que
estén ligados directamente a corrientes constantes; las de los ríos y sus afluentes
directos o indirectos, desde el punto del cauce en que se inicien las primeras
aguas permanentes, intermitentes o torrenciales, hasta su desembocadura en el
mar, lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional; las de las corrientes
constantes o intermitentes y sus afluentes directos o indirectos, cuando el cauce
de aquéllas en toda su extensión o en parte de ellas, sirva de límite al territorio
nacional o a dos entidades federativas, o cuando pase de una entidad federativa a
otra o cruce la línea divisoria de la República; las de los lagos, lagunas o esteros
cuyos vasos, zonas o riberas, estén cruzadas por líneas divisorias de dos o más
entidades o entre la República y un país vecino, o cuando el límite de las riberas
sirva de lindero entre dos entidades federativas o a la República con un país
vecino; las de los manantiales que broten en las playas, zonas marítimas, cauces,
vasos o riberas de los lagos, lagunas o esteros de propiedad nacional, y las que
se extraigan de las minas; y los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes
interiores en la extensión que fija la ley. Las aguas del subsuelo pueden ser
libremente alumbradas mediante obras artificiales y apropiarse por el dueño del
terreno,
pero
cuando
lo
exija
el
interés
público
o
se
afecten
otros
aprovechamientos; el Ejecutivo Federal podrá reglamentar su extracción y
utilización y aún establecer zonas vedadas, al igual que para las demás aguas de
propiedad nacional. Cualesquiera otras aguas no incluidas en la enumeración
anterior, se considerarán como parte integrante de la propiedad de los terrenos
por los que corran o en los que se encuentren sus depósitos, pero si se localizaren
en dos o más predios, el aprovechamiento de estas aguas se considerará de
utilidad pública, y quedará sujeto a las disposiciones que dicten los Estados. En
los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es
inalienable e imprescriptible y la explotación, el uso o el aprovechamiento de los
recursos de que se trata, por los particulares o por sociedades constituidas
conforme a las leyes mexicanas, no podrá realizarse sino mediante concesiones,
otorgadas por el Ejecutivo Federal, de acuerdo con las reglas y condiciones que
establezcan las leyes. Las normas legales relativas a obras o trabajos de
explotación de los minerales y substancias a que se refiere el párrafo cuarto,
regularán la ejecución y comprobación de los que se efectúen o deban efectuarse
a partir de su vigencia, independientemente de la fecha de otorgamiento de las
concesiones, y su inobservancia dará lugar a la cancelación de éstas. El Gobierno
Federal tiene la facultad de establecer reservas nacionales y suprimirlas. Las
declaratorias correspondientes se harán por el Ejecutivo en los casos y
condiciones que las leyes prevean. Tratándose del petróleo y de los carburos de
hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se
otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan
otorgado y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los
términos
que
señale
la
Ley
Reglamentaria
respectiva.
Corresponde
exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer
energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta
materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará
los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines. Corresponde
también a la Nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la
generación de energía nuclear y la regulación de sus aplicaciones en otros
propósitos. El uso de la energía nuclear sólo podrá tener fines pacíficos. La Nación
ejerce en una zona económica exclusiva situada fuera del mar territorial y
adyacente a éste, los derechos de soberanía y las jurisdicciones que determinen
las leyes del Congreso. La zona económica exclusiva se extenderá a doscientas
millas náuticas, medidas a partir de la línea de base desde la cual se mide el mar
territorial. En aquellos casos en que esa extensión produzca superposición con las
zonas económicas exclusivas de otros Estados, la delimitación de las respectivas
zonas se hará en la medida en que resulte necesario, mediante acuerdo con estos
Estados. La capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la Nación,
se regirá por las siguientes prescripciones:
I.- Sólo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades
mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus
accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas. El
Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que
convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse como nacionales
respecto de dichos bienes y en no invocar, por lo mismo, la protección de sus
gobiernos por lo que se refiere a aquéllos; bajo la pena, en caso de faltar al
convenio, de perder en beneficio de la Nación, los bienes que hubieren adquirido
en virtud de lo mismo. En una faja de cien kilómetros a lo largo de las fronteras y
de cincuenta en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el
dominio directo sobre tierras y aguas. El Estado, de acuerdo con los intereses
públicos internos y los principios de reciprocidad, podrá, a juicio de la
Secretaría de Relaciones, conceder autorización a los Estados extranjeros para
que adquieran, en el lugar permanente de la residencia de los Poderes Federales,
la propiedad privada de bienes inmuebles necesarios para el servicio directo de
sus embajadas o legaciones,
II.- Las asociaciones religiosas que se constituyan en los términos del artículo 130
y su ley reglamentaria tendrán capacidad para adquirir, poseer o administrar,
exclusivamente, los bienes que sean indispensables para su objeto, con los
requisitos y limitaciones que establezca la ley reglamentaria;
III.- Las instituciones de beneficencia, pública o privada, que tengan por objeto el
auxilio de los necesitados, la investigación científica, la difusión de la enseñanza,
la ayuda recíproca de los asociados, o cualquier otro objeto lícito, no podrán
adquirir más bienes raíces que los indispensables para su objeto, inmediata o
directamente destinados a él, con sujeción a lo que determine la ley reglamentaria;
IV.- Las sociedades mercantiles por acciones podrán ser propietarias de terrenos
rústicos pero únicamente en la extensión que sea necesaria para el cumplimiento
de su objeto.
En ningún caso las sociedades de esta clase podrán tener en propiedad tierras
dedicadas a actividades agrícolas, ganaderas o forestales en mayor extensión que
la respectiva equivalente a veinticinco veces los límites señalados en la fracción
XV de este artículo. La ley reglamentaria regulará la estructura de capital y el
número mínimo de socios de estas sociedades, a efecto de que las tierras
propiedad de la sociedad no excedan en relación con cada socio los límites de la
pequeña propiedad. En este caso, toda propiedad accionaria individual,
correspondiente a terrenos rústicos, será acumulable para efectos de cómputo.
Asimismo, la ley señalará las condiciones para la participación extranjera en
dichas sociedades.
La propia ley establecerá los medios de registro y control necesarios para el
cumplimiento de lo dispuesto por esta fracción;
V.- Los bancos debidamente autorizados, conforme a las leyes de instituciones de
crédito, podrán tener capitales impuestos, sobre propiedades urbanas y rústicas
de acuerdo con las prescripciones de dichas leyes, pero no podrán tener en
propiedad o en administración más bienes raíces que los enteramente necesarios
para su objeto directo.
VI.- Los estados y el Distrito Federal, lo mismo que los municipios de toda la
República, tendrán plena capacidad para adquirir y poseer todos los bienes raíces
necesarios para los servicios públicos. Las leyes de la Federación y de los
Estados en sus respectivas jurisdicciones, determinarán los casos en que sea de
utilidad pública la ocupación de la propiedad privada, y de acuerdo con dichas
leyes la autoridad administrativa hará la declaración correspondiente. El precio
que se fijará como indemnización a la cosa expropiada, se basará en la cantidad
que como valor fiscal de ella figure en las oficinas catastrales o recaudadoras, ya
sea que este valor haya sido manifestado por el propietario o simplemente
aceptado por él de un modo tácito por haber pagado sus contribuciones con esta
base. El exceso de valor o el demérito que haya tenido la propiedad particular por
las mejoras o deterioros ocurridos con posterioridad a la fecha de la asignación del
valor fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y resolución
judicial. Esto mismo se observará cuando se trate de objetos cuyo valor no esté
fijado en las oficinas rentísticas. El ejercicio de las acciones que corresponden a la
Nación, por virtud de las disposiciones del presente artículo, se hará efectivo por el
procedimiento judicial; pero dentro de este procedimiento y por orden de los
tribunales correspondientes, que se dictará en el plazo máximo de un mes, las
autoridades
administrativas
procederán
desde
luego
a
la
ocupación,
administración, remate o venta de las tierras o aguas de que se trate y todas sus
accesiones, sin que en ningún caso pueda revocarse lo hecho por las mismas
autoridades antes de que se dicte sentencia ejecutoriada.
VII.- Se reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población ejidales y
comunales y se protege su propiedad sobre la tierra, tanto para el asentamiento
humano como para actividades productivas. La ley protegerá la integridad de las
tierras de los grupos indígenas. La ley, considerando el respeto y fortalecimiento
de la vida comunitaria de los ejidos y comunidades, protegerá la tierra para el
asentamiento humano y regulará el aprovechamiento de tierras, bosques y aguas
de uso común y la provisión de acciones de fomento necesarias para elevar el
nivel de vida de sus pobladores. La ley, con respeto a la voluntad de los ejidatarios
y comuneros para adoptar las condiciones que más les convengan en el
aprovechamiento de sus recursos productivos, regulará el ejercicio de los
derechos de los comuneros sobre la tierra y de cada ejidatario sobre su parcela.
Asimismo establecerá los procedimientos por los cuales ejidatarios y comuneros
podrán asociarse entre sí, con el Estado o con terceros y otorgar el uso de sus
tierras; y, tratándose de ejidatarios, transmitir sus derechos parcelarios entre los
miembros
del
núcleo
de
población;
igualmente
fijará
los
requisitos
y
procedimientos conforme a los cuales la asamblea ejidal otorgará al ejidatario el
dominio sobre su parcela.
En caso de enajenación de parcelas se respetará el derecho de preferencia que
prevea la ley.
Dentro de un mismo núcleo de población, ningún ejidatario podrá ser titular de
más tierra que la equivalente al 5% del total de las tierras ejidales. En todo caso, la
titularidad de tierras en favor de un solo ejidatario deberá ajustarse a los límites
señalados en la fracción XV. La asamblea general es el órgano supremo del
núcleo de población ejidal o comunal, con la organización y funciones que la ley
señale. El comisariado ejidal o de bienes comunales, electo democráticamente en
los términos de la ley, es el órgano de representación del núcleo y el responsable
de ejecutar las resoluciones de la asamblea. La restitución de tierras, bosques y
aguas a los núcleos de población se hará en los términos de la ley reglamentaria;
VIII.- Se declaran nulas:
a) Todas las enajenaciones de tierras, aguas y montes pertenecientes a los
pueblos, rancherías, congregaciones o comunidades, hechas por los jefes
políticos, Gobernadores de los Estados, o cualquiera otra autoridad local en
contravención a lo dispuesto en la Ley de 25 de junio de 1856 y demás leyes y
disposiciones relativas;
b) Todas las concesiones, composiciones o ventas de tierras, aguas y montes,
hechas por las Secretarías de Fomento, Hacienda o cualquiera otra autoridad
federal, desde el día primero de diciembre de 1876, hasta la fecha, con las cuales
se hayan invadido y ocupado ilegalmente los ejidos, terrenos de común
repartimiento o cualquiera otra clase, pertenecientes a los pueblos, rancherías,
congregaciones o comunidades y núcleos de población.
c) Todas las diligencias de apeo o deslinde, transacciones, enajenaciones o
remates practicados durante el período de tiempo a que se refiere la fracción
anterior, por compañías, jueces u otras autoridades de los Estados o de la
Federación, con los cuales se hayan invadido u ocupado ilegalmente tierras,
aguas y montes de los ejidos, terrenos de común repartimiento, o de cualquiera
otra clase, pertenecientes a núcleos de población. Quedan exceptuadas de la
nulidad anterior, únicamente las tierras que hubieren sido tituladas en los
repartimientos hechos con apego a la Ley de 25 de junio de 1856 y poseídas en
nombre propio a título de dominio por más de diez años, cuando su superficie no
exceda de cincuenta hectáreas.
IX.- La división o reparto que se hubiere hecho con apariencia de legítima entre los
vecinos de algún núcleo de población y en la que haya habido error o vicio, podrá
ser nulificada cuando así lo soliciten las tres cuartas partes de los vecinos que
estén en posesión de una cuarta parte de los terrenos, materia de la división, o
una cuarta parte de los mismos vecinos cuando estén en posesión de las tres
cuartas partes de los terrenos.
X.- (Se deroga)
XI.- (Se deroga)
XII.- (Se deroga)
XIII.- (Se deroga)
XIV.- (Se deroga)
XV.- En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los latifundios.
Se considera pequeña propiedad agrícola la que no exceda por individuo de cien
hectáreas de riego o humedad de primera o sus equivalentes en otras clases de
tierras.
Para los efectos de la equivalencia se computará una hectárea de riego por dos de
temporal, por cuatro de agostadero de buena calidad y por ocho de bosque, monte
o agostadero en terrenos áridos. Se considerará, asimismo, como pequeña
propiedad, la superficie que no exceda por individuo de ciento cincuenta hectáreas
cuando las tierras se dediquen al cultivo de algodón, si reciben riego; y de
trescientas, cuando se destinen al cultivo del plátano, caña de azúcar, café,
henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agave, nopal o árboles
frutales.
Se considerará pequeña propiedad ganadera la que no exceda por individuo la
superficie necesaria para mantener hasta quinientas cabezas de ganado mayor o
su equivalente en ganado menor, en los términos que fije la ley, de acuerdo con la
capacidad forrajera de los terrenos. Cuando debido a obras de riego, drenaje o
cualesquiera otras ejecutadas por los dueños o poseedores de una pequeña
propiedad se hubiese mejorado la calidad de sus tierras, seguirá siendo
considerada como pequeña propiedad, aún cuando, en virtud de la mejoría
obtenida, se rebasen los máximos señalados por esta fracción, siempre que se
reúnan los requisitos que fije la ley. Cuando dentro de una pequeña propiedad
ganadera se realicen mejoras en sus tierras y éstas se destinen a usos agrícolas,
la superficie utilizada para este fin no podrá exceder, según el caso, los límites a
que se refieren los párrafos segundo y tercero de esta fracción que correspondan
a la calidad que hubieren tenido dichas tierras antes de la mejora;
XVI.- (Se deroga)
XVII.- El Congreso de la Unión y las legislaturas de los estados, en sus
respectivas jurisdicciones, expedirán leyes que establezcan los procedimientos
para el fraccionamiento y enajenación de las extensiones que llegaren a exceder
los límites señalados en las fracciones IV y XV de este artículo.
El excedente deberá ser fraccionado y enajenado por el propietario dentro del
plazo de un año contado a partir de la notificación correspondiente. Si transcurrido
el plazo el excedente no se ha enajenado, la venta deberá hacerse mediante
pública almoneda. En igualdad de condiciones, se respetará el derecho de
preferencia que prevea la ley reglamentaria. Las leyes locales organizarán el
patrimonio de familia, determinando los bienes que deben constituirlo, sobre la
base de que será inalienable y no estará sujeto a embargo ni a gravamen ninguno;
XVIII.- Se declaran revisables todos los contratos y concesiones hechos por los
Gobiernos anteriores desde el año 1876, que hayan traído por consecuencia el
acaparamiento de tierras, aguas y riquezas naturales de la Nación, por una sola
persona o sociedad, y se faculta al Ejecutivo de la Unión para declararlos nulos
cuando impliquen perjuicios graves para el interés público;
XIX.- Con base en esta Constitución, el Estado dispondrá las medidas para la
expedita y honesta impartición de la justicia agraria, con objeto de garantizar la
seguridad jurídica en la tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña
propiedad, y apoyará la asesoría legal de los campesinos. Son de jurisdicción
federal todas las cuestiones que por límites de terrenos ejidales y comunales,
cualquiera que sea el origen de éstos, se hallen pendientes o se susciten entre
dos o más núcleos de población; así como las relacionadas con la tenencia de la
tierra de los ejidos y comunidades. Para estos efectos y, en general, para la
administración de justicia agraria, la ley instituirá tribunales dotados de autonomía
y plena jurisdicción, integrados por magistrados propuestos por el Ejecutivo
Federal y designados por la Cámara de Senadores o, en los recesos de ésta, por
la Comisión Permanente.
La ley establecerá un órgano para la procuración de justicia agraria, y
XX.- El Estado promoverá las condiciones para el desarrollo rural integral, con el
propósito de generar empleo y garantizar a la población campesina el bienestar y
su participación e incorporación en el desarrollo nacional, y fomentará la actividad
agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra, con obras de
infraestructura, insumos, créditos, servicios de capacitación y asistencia técnica.
Asimismo expedirá la legislación reglamentaria para planear y organizar la
producción agropecuaria, su industrialización y comercialización, considerándolas
de interés público.
TEMA 3
DISPOSICIONES QUE GENERARON EL NACIMIENTO DEL SISTEMA SOCIAL
AGRARIO MEXICANO
PLAN DE AYALA DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1911.
Emiliano Zapata defendiendo el agrarismo con el Plan de Ayala se levantó en
contra de Francisco I. Madero acusándolo de traición.
Una revolución significa el rompimiento de un régimen jurídico anterior, el plan de
San Luis no alcanzó pleno carácter revolucionario porque sostuvo en su artículo
primero, la continuidad del sistema legal anterior a 1910; no así el Plan de Ayala
del 28 de noviembre de 1911, que en su parte medular los campesinos pidieron
tribunales especiales para el tratamiento de los problemas agrarios, esto implicó
una Legislación especializada, modificando no solo el derecho substantivo, sino el
derecho procesal, proponiendo el establecimiento del derecho social, simbolizando
una verdadera revolución.
El Plan de Ayala se sintetiza a tres postulados agrarios: a) la restitución de los
ejidos, b) fraccionamiento de latifundios y c) confiscación de propiedad de quienes
se opusieran a la realización del Plan de Ayala.
DISCURSO DE LUIS CABRERA DEL 3 DE DICIEMBRE DE 1912.
Debido a la rebelión suriana encabezada por el general Zapata, La XXVI
Legislatura pensó que si antes había quedado en manifiesto su pensamiento
revolucionario con respecto a la cuestión obrera, era conveniente que ahora le
tocara el turno al problema agrario.
El día 3 de diciembre de 1912 el Licenciado cabrera inicio la asamblea con un
proyecto en el cual declaró: 1.- Es de utilidad pública nacional la reconstitución y
dotación de los ejidos para los pueblos, 2.- proceder a expropiar los terrenos
necesarios para reconstruir los ejidos de los pueblos que los hayan perdido. Entre
otras cosas determinó al hacendismo como la “presión económica de la
competencia ventajosa que la gran propiedad rural ejerce sobre la pequeña, a la
sombra de la desigualdad en el impuesto y de una multitud de privilegios que goza
aquella en lo económico y en lo político, estimó que el gobierno debe hacer un
esfuerzo para fomentar la creación de la pequeña propiedad agraria. Es necesario
resolver otro problema agrario de mucha mayor importancia que consiste en
libertar a los pueblos de la opresión económica y política que sobre ellos ejercen
las haciendas entre cuyos linderos se encuentran como prisionero los poblados de
propietarios·”.
ADICIONES AL PLAN DE GUADALUPE DEL 12 DE DICIEMBRE DE 1914.
El Plan de Guadalupe se proclamó el 26 de marzo de 1913, en Coahuila por don
Venustiano Carranza y sus seguidores, recién asesinado Madero y estando en la
Presidencia el general Victoriano Huerta; pero originalmente su contenido se
concreto a siete artículos mediante los cuales se desconocía el gobierno de
Victoriano Huerta y se señaló que el triunfo del ejército constitucionalista
encabezado por Venustiano Carranza, se encargaría interinamente del poder
ejecutivo hasta que se convocara a elecciones constitucionales.
La revolución continuo impulsada por un motivo político, mientras en el sur los
zapatistas seguían insistiendo en la causa agrarista. Después del triunfo de
Carranza, Obregón, Villa y Zapata se convoco a una convención de jefes
revolucionarios, que se celebró en Aguascalientes, nombrando Presidente
provisional al General Eulalio Gutiérrez el 6 de noviembre de 1914, las fuerzas
revolucionarias se dividieron por motivos políticos por un lado Carranza y Obregón
y por el otro Villa y Zapata, pero en todas ellas quedó la convicción firme de atacar
el problema agrario.
Carranza salió para Veracruz y ahí es donde expidió las Adicciones al plan de
Guadalupe el 12 de diciembre de 1914, el artículo 2º. de dichas adicciones facultó
al jefe de la revolución para que “expida y ponga en vigor durante la lucha, todas
las leyes, disposiciones y medidas encaminadas a satisfacer las necesidades
económicas, sociales y políticas del país, también concretó que se dictarían Leyes
Agrarias que favorezcan la formación de la pequeña propiedad, disolviendo los
latifundios y restituyendo a los pueblos las tierras de que fueron injustamente
privados, mejorando la condición del peón rural”.
El caudillo Obregón se enfrentó a Villa, uno defendiendo el plan de Guadalupe,
sus adicciones y el otro las resoluciones de la convención de Aguascalientes; en la
lucha cayo Villa y su tendencia política; pero de la lucha salió nuevamente la
causa agrarista, que como fruto del compromiso contraído por Carranza en las
adicciones del Plan de Guadalupe, se dio la primera Ley Agraria del país el 6 de
enero de 1915; antes, se intentó la conciliación del agrarismo zapatista y del
agrarismo carrancista, sin llegar a resultados favorables.
DECRETO DEL 6 DE ENERO DE 1915.
Con fundamento en las adiciones al Plan de Guadalupe, don Luis Cabrera formuló
un proyecto de ley, el cual es conocido como el decreto del 6 de enero de 1915.
Esta ley presentó en sus consideraciones un resumen del problema agrario de
1856, concretó que el despojo de terrenos comunales “se hizó por enajenaciones,
concesiones, composiciones o ventas concertadas con los ministros de fomento y
hacienda, a pretexto de deslindes para favorecer a los que hacían denuncios de
excedencia o demasías y las campañas deslindadoras.
El régimen de propiedad del ejido creado por esta ley, se diferencia del ejido
colonial se alude a las modalidades que podrá imponerse a la propiedad en virtud
de su función social.
Esta ley, no se refiere al ejido colonial, sino que llama ejido a lo que en la época
colonial se denominaba tierras de repartimiento.
Art. 1º. Se declaran nulas; las enajenaciones de tierras comunales hechas por
Jefes políticos contra los mandatos de la ley de 25 de junio de 1876, las
concesiones, composiciones y ventas hechas ilegalmente por autoridades
federales desde el 1º. De diciembre de 1876, apeos y deslindes si se invadieron
ilegalmente tierras comunales.
Art. 2º. Si los vecinos querían se nulificaria una división y reparto, siempre y
cuando dos terceras partes estuvieran de acuerdo.
Art. 3º. Podrán obtener que se les dote del terreno suficiente para construirlo.
Art. 4º. Se crearon la Comisión Nacional Agraria, la comisión local agraria y los
comités ejecutivos en cada estado.
Gonzales Roa calificó esta ley de “Imperfecta, inadecuada para algunas regiones
del país, pero dio el primer paso en reconocer de una manera oficial el problema
agrario”. La revolución esta llamada a combatir el latifundismo en sus múltiples
aspectos; primero, modificar las condiciones que han hecho en México la
formación de enormes posesiones, segundo, procurar la restitución de las
propiedades comunales y de los ejidos de los pueblos y tercero, evitar que la
intromisión de extranjeros dificulte que la cuestión agraria sea resuelta por el
gobierno nacional.
El 19 de enero de 1916 se expidió la resolución presidencial dándoles carácter
federal a todas las cuestiones ejidales, solo de ese modo los estados se vieron
obligados a no alterar la ley de 1915 cuya realización no pudo ser perfecta en
medio de tan azarosa lucha.
Lo importante de este decreto es que al triunfar Venustiano Carranza fue la
primera Ley Agraria del país, punto inicial de la Reforma Agraria y realidad
concreta para el campesinado en México que había luchado por obtener un
pedazo de tierra y del cual vivir.
ARTÍCULO 27 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS DE 1917.
El nuevo concepto de propiedad con función social, sujeta a las modalidades que
dicte el interés público, hizo posible que en 1917 la nación recuperara
definitivamente y reafirmara su propiedad originaria no solo como un derecho sino
acaso más como una obligación de conservar y regular el adecuado uso de sus
recursos naturales, obligando a que este estableciera las formas jurídicas para
evitar el acaparamiento inmoderado o indolente aprovechamiento de las tierras;
así se hace posible la redistribución de la tierra rustica, quedando en manos de
muchos, en pequeñas parcelas, que cultivaran personalmente en consecuencia el
latifundio se proscribió y la mediana propiedad se vio sujeta a una vida transitoria,
las extensiones de propiedad se limitaron, en tanto que se garantizó individual y
socialmente la existencia de la pequeña propiedad y del ejido; la afectación de
tierras por causa de utilidad social se fundó y estas se empezaron a repartir
gratuitamente a los núcleos de población necesitados que no tenían tierras. Este
sistema duró vigente hasta 1992.
El artículo 27 constitucional rigió así con su mismo concepto de propiedad, que es
uno solo con modalidades y no varios conceptos, tanto a la propiedad, como al
ejido, tanto a la propiedad rural, como a la propiedad urbana. De esta manera el
artículo 27 constitucional derivan: las propiedades particulares que se rigen por los
códigos civiles de cada entidad Federativa, la propiedad de la nación y la
propiedad social de las comunidades agrarias y de los ejidos.
TEMA 4
PRINCIPALES REFORMAS Y ADICIONES DE 1992 AL ARTÍCULO 27
CONSTITUCIONAL
EXPOSICION DE MOTIVOS DE 1991
Iniciativa de reformas de 1992 al artículo 27 constitucional. CC. Secretarios de la
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Presentes, (Extracto).
El campo es el ámbito de la nación donde el cambio es más apremiante y más
significativo para el futuro del país. De él surgieron las luchas agrarias que
marcaron nuestra historia y contribuyeron a definir los objetivos nacionales. Hoy el
campo exige una nueva respuesta para dar oportunidades de bienestar y los
modos de vida campesina y fortalecer a nuestra nación.
Quienes menos tienen exigen con mas vigor la transformación. El cambio
adquiere, con ello, un sentido de justicia como su dirección principal. Es parte de
nuestro nacionalismo. La decisión de cambiar para responder a las necesidades y
demandas del país esta tomada, es nuestra. Nuestras respuestas atienden a los
retos actuales, el campo de hoy nos exige una nueva actitud, y una nueva
mentalidad. Requiere una respuesta nacionalista, renovadora de las rutinas que
efectivamente impulse la producción, la iniciativa y la creatividad de los
campesinos.
El camino recorrido en la transformación del campo
1.- La experiencia de nuestra historia
El sistema agrario se conforma, durante la etapa colonial de nuestra historia, por la
asimilación de la propiedad indígena al marco jurídico español. Antes del contacto
con los europeos, la gran diversidad de magnificas civilizaciones se traducía en
variedad de formas de control y acceso a la tierra. Se diferenciaban las tierras de
las comunidades, las públicas y las entregadas en usufructo a los señores como
prebendas derivadas del linaje o de la distinción en la guerra. La corona transmitió
la propiedad de la tierra a los individuos por distintos mecanismos: el más
frecuente fue la merced o gracia. La propiedad comunal se otorgo a los
asentamientos, a los pueblos y villas fundadas por los colonizadores.
2.- La conformación de la gran propiedad
Las leyes de indias ordenaron que las tierras entregadas a los españoles no se
extendieran a costa de las poseídas por los indígenas, pero no establecieron un
procedimiento para garantizarlo. Las quejas por abusos y despojos de tierras y
aguas fueron frecuentes. En la Nueva España, se opto por asimilar desde 1567, a
la comunidad indígena con las tierras comunales de los “pobladores españoles”,
estableciendo un fundo legal de alrededor de cien hectáreas. En principio dentro
de las comunidades indígenas se reconocían cuatro áreas diferentes: el poblado,
el ejido de uso común, la tierra de propios y árbitros para el pago de tributo y
gastos de la comunidad y finalmente, la parcialidad o común repartimiento para las
parcelas que sustentaron a sus integrantes.
La dualidad entre el minifundio y latifundio se asentó desde entonces en la historia
del país. No se logro frenar el establecimiento de mayorazgos, que vinculaban las
propiedades de un solo dueño e impedían su fragmentación entre los herederos.
Tampoco se pudo evitar que la iglesia adquiriera una gran base territorial, a través
de la hipoteca, la donación y la herencia. Se conformo un sector terrateniente y
latifundista cerrado, que genero inequidad. En este marco nació la hacienda,
forma posteriormente dominante de la propiedad.
Al final del siglo XVIII, aparecieron expresiones de descontento de los precursores
de la Independencia. También los indígenas reclamaron justicia contra el despojo
y la desigualdad, contra la pobreza y la subordinación, que en casos extremos se
manifestaron como rebeliones. Al anhelo de libertad se sumaron, entre otras
razones, la desigualdad en la estructura agraria que desembocaría en la lucha de
la Independencia. Así lo señalan las proclamas y decretos de los insurgentes, en
especial los de Hidalgo y Morelos, que ordenan que se entregue las tierras a los
indios y se les exima de tributo y deudas. Durante la primera mitad del siglo XIX y
en la prolongada guerra civil, la atención a las demandas agrarias paso a segundo
termino frente a la urgencia política de crear y consolidar un Estado soberano.
3.- La reforma en la mitad del siglo XIX
A partir de 1850 emergió el problema agrario y adquirió estatuto de prioridad
nacional. Su detonador fueron los bienes de “manos muertas”, la propiedad
eclesiástica. La Ley Lerdo de 1856, elevada a rango de constitucional de 1857,
estableció la propiedad particular de los individuos como la modalidad general de
la tenencia de la tierra y ordeno la venta o desamortización de los bienes de
corporaciones civiles y religiosas. Las comunidades indígenas fueron incluidas en
esa clasificación. Conforme a la ley los indígenas usufructuarios de una parcela la
recibirían como pequeña propiedad. Solo quedaron exceptuados los ejidos
indivisibles. Se desamortizaron los bienes del clero, también se acentuó la
distancia entre minifundio y latifundio.
Frente al malestar creciente en el campo mexicano destaco la pasividad
legislativa. Entre 1880 y 1910 solo se expidieron dos ordenamientos: el Decreto
sobre Colonización y Compañías Deslindadoras en 1883 y la Ley sobre la
Ocupación y Enajenación de Terrenos Baldíos de 1893, ambos sobre el mismo
tema. El problema agrario se consideraba legalmente resuelto, sin embargo, se
frustraban las aspiraciones de libertad y justicia de los campesinos. Se estaba
gestando la gran movilización agraria de nuestra revolución.
4.- El sello agrario de la Revolución
Existía entre los pueblos y las haciendas un ambiente de tensión constante y de
abuso por parte de los hacendados. Los campesinos podían ser privados del
acceso a la tierra que cultivaban como parceleros por una decisión unilateral de
los hacendados. Primeramente se rubrico el Plan de Ayala y luego la Ley Agraria
de los zapatistas expedida en octubre de 1915.
Con el reclamo de justicia, de restitución, la resistencia al acaparamiento y al
abuso, la aguda conciencia de desigualdad y la defensa de lo propio, los pueblos
campesinos se incorporaron a la Revolución Mexicana para restaurar la justicia y
la razón. Ese fue el origen y propósito del articulo 27 constitucional, sin precedente
en la historia mundial.
El articulo 27 estableció la propiedad originaria de la nación y la facultad de la
misma de imponer modalidades a la propiedad y regular el aprovechamiento de
los recursos naturales para una distribución equitativa de la riqueza publica y para
cuidar de su conservación. Ordeno la restitución de las tierras a los pueblos,
incorporando la ley del 6 de enero de 1915. A partir de este principio se inicio el
proceso de nuestra reforma agraria, gesta de magnitud y alcances extraordinarios.
En su inicio la reforma agraria atendió a los desposeídos con la entrega de la
tierra. En apenas 20 años a partir de 1917, la mitad de la tierra considerada arable
paso a manos de los campesinos, se doto de 26 mil ejidos. La mitad del territorio
nacional esta en sus manos. La pequeña propiedad también se trasformo en ese
proceso y obtuvo garantías para su permanencia. En la década de los años veinte
Se estableció la parcela individual inalienable y transferible solo por herencia. Mas
tarde, se formo el casco urbano dentro de la porción común del ejido. Se
conformaron asi tres areas básicas dentro del ejido con funciones diversas y
derechos específicos y diferenciados: el área común, la parcelada y el centro de
población.
El reparto agrario ha sido sin duda uno de los procesos sociales mas vinculados
con nuestro nacionalismo, Dio prosperidad a la patria y justicia a los campesinos.
Ese extraordinario cambio es y seguirá siendo motivo de orgullo en nuestra
historia. Pero hoy, debemos emprender nuevos cambios.
Necesitamos cambiar, tenemos hoy una diferente realidad demográfica,
económica y de vida social en el campo, que la misma Reforma Agraria contribuyo
a formar y que reclama nuevas respuestas para lograr los mismos fines
nacionalistas.
La
presente
iniciativa
esta
inscrita
en
la
gran
corriente
histórica….responde a las demandas de los campesinos de hoy y a las exigencias
de una sociedad fortalecida, plural y movilizada para la transformación.
LAS NUEVAS REALIDADES DEMANDAN UNA REFORMA DE FONDO
Las características demográficas y económicas de nuestro país han cambiado
radicalmente, la proporción de habitantes en el campo ha permanecido alta en
relación con su participación en el producto. La fuerza que trabaja en el campo,
alrededor de la cuarta parte del país, genera menos del diez por ciento del
producto nacional. En el minifundio se presentan estancamiento y deterioro
técnico que se traducen en producción insuficiente, baja productividad, relaciones
de intercambio desfavorables y niveles de vida inaceptables, por ello, la mayoría
de los productores y trabajadores rurales viven en condiciones de pobreza. Es por
ello, que la disponibilidad de financiamiento y las posibilidades de asociación son
fundamentales, al igual que los procesos de comercialización y transformación
competitivos y eficientes. La realidad nos muestra que cada vez es más frecuente
encontrar en el campo practicas de usufructo parcelario y de renta, de
asociaciones y mediería, inclusive de venta de tierras ejidales que se llevan al
margen de la ley. El débil avance de la productividad afecta no solo al ingreso de
los productores rurales, sino también a los consumidores y a las finanzas publicas.
Ha provocado que una parte importante y creciente de los alimentos esenciales
que consume el pueblo mexicano tuvieran que adquirirse fuera de nuestras
fronteras. En el medio rural se ha manifestado una exigencia para emprender una
reforma a fondo del marco jurídico para conducir el esfuerzo de los mexicanos en
el campo, para hacer que impere la justicia y se pueda responder a las nuevas
realidades económicas y sociales. La visión y el talento de los constituyentes nos
ha dotado de una dirección precisa para propiciar cambio y crecimiento, procurar
justicia y combatir la pobreza.
Propuesta de la reforma al articulo 27 constitucional
Permanece estable la propiedad originaria de la nación y somete las formas de
propiedad y uso al interés público. La propiedad originaria de la nación sobre las
tierras y aguas es norma esencial de los mexicanos. Se mantienen en el texto
original del art. 27: el primer párrafo, párrafos del tercero al octavo y el párrafo
segundo y fracción VI parcialmente. Permanecen las obligaciones del Estado de
impartir justicia expedita y de promover el desarrollo rural integral, fracciones XIX y
XX.
1.- Objetivos de la reforma: justicia y libertad
Ampliar la justicia y libertad son los objetivos de esta iniciativa, busca promover
cambios que alienten una mayor participación de los productores del campo en la
vida nacional, otorgar mayor certidumbre en la tenencia y en la producción para
ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios; ofrecer los mecanismos y las
formas de asociación que estimulen una mayor inversión y capitalización de los
predios rurales, que eleven la producción y productividad y abran un horizonte
mas amplio de bienestar campesino. Debemos fortalecer la vida comunitaria de
los asentamientos humanos, precisar los derechos de ejidatarios y comuneros.
2.- Lineamientos y modificaciones
a) Dar certidumbre jurídica al campo
Ya no hay tierras disponibles para satisfacer la demanda incrementada por la
dinámica demográfica, no se localizan tierras afectables para atender solicitudes.
En resoluciones recientes se especifica que la tierra entregada no es apta para su
aprovechamiento agropecuario. Culmino el reparto de la tierra que estableció el
art. 27 en 1917.
Al no haber tierras nuevas, tenemos que revertir el creciente minifundio y
fraccionamiento en la tenencia de la tierra.
Por eso, propongo, derogar las fracciones X, XI, XII, XIII, XIV, y XVI en su totalidad
y la fracción XV y el párrafo tercero parcialmente. Se propone que la fracción XVII
se mantenga, exclusivamente, el caso del fraccionamiento de predios que
excedan a la pequeña propiedad.
Los legítimos derechos de todas las formas de tenencia de la tierra deben quedar
plenamente establecidos y documentados, la claridad de los títulos agrarios es un
instrumento de impartición de justicia, cuya procuración presidio desde su origen
el espíritu del art. 27 de nuestra constitución. Para la procuración de la justicia
agraria, se propone establecer en la fracción VII, tribunales federales agrarios.
b) Capitalizar el campo
Para reactivar la producción y establecer de manera sostenida su crecimiento son
necesarios cambios que atraigan y faciliten la inversión en el campo. La pequeña
propiedad se preserva y ratifica no sin darle paso a las asociaciones que permitan
su capitalización y aprovechamiento de mayores escalas de producción. Se
conservan los aprovechamientos familiares y las unidades productivas del
ranchero individual. Con el fin del reparto agrario, los certificados de
inafectabilidad, necesarios para acreditar la existencia de la pequeña propiedad,
ya no lo serán. Se modifica el texto ultimo del párrafo de la fracción XV.
Nuevas formas de asociación, necesitamos más inversión, pública y privada,
mayor flujo tecnológico para el campo y que estos se sumen al esfuerzo de los
campesinos.
No
mas
propiedad
individual
de
enormes
extensiones
e
improductivas. Los límites de la pequeña propiedad son garantías socialmente
acordadas para la equidad. Se reafirma esa decisión histórica. Para lograr los
cambios que promueven la capitalización del campo, esta iniciativa propone la
reforma de las fracciones IV y VI del art. 27 constitucional, eliminando asi las
prohibiciones de las sociedades mercantiles y estableciendo criterios generales
que deben satisfacer. Tambien se suprime la fracción VI la prohibición genérica a
las corporaciones civiles de poseer, tener en propiedad o administrar bienes
raíces.
c) Proteger y fortalecer la vida ejidal y comunal
En esta reforma se propone reafirmar las formas de tenencias de la tierra
derivadas de la gesta agraria de los mexicanos y adecuarlas a las nuevas
realidades del país. Su base productiva debe ser fuente de bienestar para el
campesino y de prosperidad para la nación. Por ello se eleva a nivel constitucional
el reconocimiento y la protección al ejido y la comunidad. La reforma a la fracción
VII, distingue entre la base territorial del asentamiento humano, sustento de una
cultura de vida comunitaria y la tierra para las actividades productivas del núcleo
ejidal y comunal en el ámbito parcelario. También reconoce la plena capacidad de
los ejidatarios de decidir las formas que deben adoptar y los vínculos que deseen
establecer entre ellos para aprovechar su territorio. Los poseedores de parcelas
podrán constituirse en asociaciones, otorgar su uso a terceros o mantener las
mismas condiciones presentes. Nadie queda obligado a optar por alguna de las
alternativas. La reforma reconoce la plena capacidad legal del ejidatario y también
sus responsabilidades.
IV.- Carácter integral de la transformación del campo
Se enmarcan acciones mediante las cuales aseguraremos que el tránsito hacia
una vida campesina libre, más productiva y justa se consolide. Que el flujo de
capital hacia la producción agropecuaria y la organización eficiente de la
producción constituyen también objetivos centrales de la modernización del
campo. El cambio estructural que ha vivido nuestra economía permitirá al
productor tener acceso a insumos competitivos y de alta calidad. El bienestar rural
es condición escencial, a través de nuestro programa nacional de solidaridad
hemos construido y rehabilitado cerca de veinte mil espacios educativos del medio
rural. El propósito de fortalecer estas acciones es para tejer una autentica red de
protección social a los campesinos de menos ingresos y productividad. Buscamos
proteger los legítimos intereses de los campesinos. Es un deber de justicia. La
iniciativa propone las adecuaciones a la configuración constitucional de nuestro
sistema de tenencia de la tierra, conforme a la realidad que vivimos. La intención
es, mas justicia, justicia social. Elevar el bienestar de los productores y aumentar
la producción del campo deben ahora recibir la expresión concreta.
ANALISIS DEL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL REFORMADO EN 1992
En enero de 1992 el congreso de la Unión aprobó la iniciativa enviada por el
ejecutivo para reformar el artículo 27° constitucional. Los objetivos de dicha
reforma según consta en la solicitud del ejecutivo eran:
Proporcionar seguridad jurídica en la tenencia de la tierra.
Capitalizar el campo.
Crear condiciones favorables para que los campesinos no sólo se beneficien con
la posesión de sus tierras, sino de su propiedad y explotación, mejorando sus
condiciones de vida y contribuyendo a elevar la producción de productos
agropecuarios.
Los cambios más significativos que arrojó la reforma en cuestión son: en
respuesta a la búsqueda de seguridad jurídica a los propietarios de tierra se
determinó concluir el reparto agrario; para capitalizar el campo la nueva ley
reglamentaria del artículo 27 aprobada en febrero de 1992, contempla la
asociación entre ejidatarios e inversionistas privados, además otorgó a los ejidos,
si la asamblea así lo determinaba, la facultad de enajenar las tierras ante
instituciones de crédito para la obtención de recursos económicos, bajo
mecanismos legales que ofrecieran seguridad jurídica a los campesinos. Además
se entregaron títulos de propiedad definitiva a los ejidatarios y se promovió la
asociación entre ellos para ampliar la superficie cultivable, dado que era
incosteable mecanizar predios individuales menores a diez hectáreas.
INTRODUCCION DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES EN ACTIVIDADES
AGRARIAS, FRACCION IV
Con el propósito de lograr la capitalización del campo, se modifico la fracción IV,
regulando la adquisición de terrenos rustico por parte de las sociedades
mercantiles por acciones, si bien se permite a las sociedades por acciones
participar en la propiedad y en la producción rural, el nuevo texto constitucional
tiene especial cuidado de evitar latifundios encubiertos, por lo que establece el
límite máximo de tierras que pueden tener las sociedades, quedando también los
socios a límites de pequeña propiedad. La propuesta cita:
MODIFICACION DE DERECHOS DE EJIDATARIOS Y COMUNEROS EN LA
FRACCION VII
Esta modificación a la fracción VII incluye las disposiciones que protegen y
fortalecen la vida comunitaria de los ejidos y comunidades, reconoce la plena
capacidad de los ejidatarios de decidir las formas que deben adoptar y vínculos
que deseen establecer entre ellos para aprovechar su territorio. También se fija el
reconocimiento de la ley a los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas. Se
protege, asimismo, la integridad territorial de las comunidades indígenas. El texto
de esta fracción funda la nueva etapa de la reforma agraria mexicana. En el se
establece la distinción entre la base territorial del asentamiento humano y la tierra
para las actividades productivas del núcleo ejidal y comunal en el ámbito
parcelario. En esta misma fracción se mantiene la jurisdicción federal en todas las
cuestiones de límites de terrenos comunales y ejidales, creando los tribunales de
justicia agraria dotados de autonomía y plena jurisdicción.
La propuesta presentada el 7 de noviembre de 1991 ante el H. Congreso de la
Unión por el Presidente Carlos Salinas de Gortari de reforma a la fracción VII, fue:
Decreto aprobado, el 3 de enero de 1992, por el H. Congreso de la unión:
“ … VII. SE RECONOCE LA PERSONALIDAD JURIDICA DE LOS NUCLEOS DE
POBLACION EJIDALES Y COMUNALES Y SE PROTEGE SU PROPIEDAD SOBRE LA
TIERRA, TANTO PARA EL ASENTAMIENTO HUMANO COMO PARA ACTIVIDADES
PRODUCTIVAS.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LA LEY PROTEGERA LA INTEGRIDAD DE LAS TIERRAS DE LOS GRUPOS
INDIGENAS.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LA LEY, CONSIDERANDO EL RESPETO Y FORTALECIMIENTO DE LA VIDA
COMUNITARIA DE LOS EJIDOS Y COMUNIDADES, PROTEGERA LA TIERRA PARA EL
ASENTAMIENTO HUMANO Y REGULARA EL APROVECHAMIENTO DE TIERRAS,
BOSQUES Y AGUAS DE USO COMUN Y LA PROVISION DE ACCIONES DE FOMENTO
NECESARIAS PARA ELEVAR EL NIVEL DE VIDA DE SUS POBLADORES.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LA LEY, CON RESPETO A LA VOLUNTAD DE LOS EJIDATARIOS Y COMUNEROS
PARA ADOPTAR LAS CONDICIONES QUE MAS LES CONVENGAN EN EL
APROVECHAMIENTO DE SUS RECURSOS PRODUCTIVOS, REGULARA EL
EJERCICIO DE LOS DERECHOS DE LOS COMUNEROS SOBRE LA TIERRA Y DE
CADA EJIDATARIO SOBRE SU PARCELA. ASIMISMO ESTABLECERA LOS
PROCEDIMIENTOS POR LOS CUALES EJIDATARIOS Y COMUNEROS PODRAN
ASOCIARSE ENTRE SI, CON EL ESTADO O CON TERCEROS Y OTORGAR EL USO
DE SUS TIERRAS; Y, TRATANDOSE DE EJIDATARIOS, TRANSMITIR SUS DERECHOS
PARCELARIOS ENTRE LOS MIEMBROS DEL NUCLEO DE POBLACION; IGUALMENTE
FIJARA LOS REQUISITOS Y PROCEDIMIENTOS CONFORME A LOS CUALES LA
ASAMBLEA EJIDAL OTORGARA AL EJIDATARIO EL DOMINIO SOBRE SU PARCELA.
EN CASO DE ENAJENACION DE PARCELAS SE RESPETARA EL DERECHO DE
PREFERENCIA
QUE
PREVEA
LA
LEY.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
DENTRO DE UN MISMO NUCLEO DE POBLACION, NINGUN EJIDATARIO PODRA SER
TITULAR DE MAS TIERRA QUE LA EQUIVALENTE AL 5% DEL TOTAL DE LAS
TIERRAS EJIDALES. EN TODO CASO, LA TITULARIDAD DE TIERRAS EN FAVOR DE
UN SOLO EJIDATARIO DEBERA AJUSTARSE A LOS LIMITES SEÑALADOS EN LA
FRACCION
XV.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LA ASAMBLEA GENERAL ES EL ORGANO SUPREMO DEL NUCLEO DE POBLACION
EJIDAL O COMUNAL, CON LA ORGANIZACION Y FUNCIONES QUE LA LEY SEÑALE.
EL
COMISARIADO
EJIDAL
O
DE
BIENES
COMUNALES,
ELECTO
DEMOCRATICAMENTE EN LOS TERMINOS DE LA LEY, ES EL ORGANO DE
REPRESENTACION DEL NUCLEO Y EL RESPONSABLE DE EJECUTAR LAS
RESOLUCIONES
DE
LA
ASAMBLEA.
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LA RESTITUCION DE TIERRAS, BOSQUES Y AGUAS A LOS NUCLEOS DE
POBLACION SE HARA EN LOS TERMINOS DE LA LEY REGLAMENTARIA;
(REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992) “
LA TERMINACION DE REPARTO AGRARIO CON LAS DEROGACIONES DE
LAS FRACCIONES X, XI, XII, Y XIII DE DICHO PRECEPTO
La derogación de las fracciones X, XI XI, XIII, XIV, XVI y la derogación del primer
párrafo de la fracción XV. Se hace en razón de que estos ordenamientos preveían
lo relacionado a las solicitudes de dotación y distribución de tierras y agua; a los
órganos competentes que fueron creados para cumplir con el reparto agrario, sus
facultades y obligaciones, los procedimientos para aplicar las leyes secundarias,
así como el derecho a indemnización que tenían los pequeños propietarios
afectados y lo relativo a la responsabilidad en que podían incurrir las comisiones
mixtas por irregularidades realizadas y tal derogación se justifica, ya que en
nuestra realidad el reparto agrario es imposible de continuar y al no existir tierras
que repartir, es necesario fomentar nuevas formas de producción y rentabilidad
para la gente del campo.
ALGUNAS
MODIFICACIONES
A
LA
PEQUEÑA PROPIEDAD
EN
LA
FRACCION XV DEL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL
En esta fracción, el texto autorizado manifiesta expresamente la prohibición de los
latifundios en los Estados Unidos Mexicanos, modificando también los limites de la
pequeña propiedad. En el primer párrafo de dicha fracción se suprime la frase “en
explotación”, esta supresión se justifica porque es congruente con la modificaron
del párrafo tercero, en el que se cambio el concepto de “pequeña propiedad
agrícola en explotación” por el de “pequeña propiedad rural”.
También se encuentra procedente la inclusión del termino “bosque” en el segundo
párrafo de esta misma fracción, junto a la de “monte o agostadero en terrenos
áridos”. Con lo que se define claramente la pequeña propiedad forestal,
propiciando así el establecimiento de plantaciones industriales o regeneradoras
modernas que requieran de extensiones suficientes para ser rentables. Asimismo,
procede que en el ultimo párrafo se suprima la expresión “a la que se le haya
expedido certificado de inefectabilidad”, en virtud de que con la derogación de la
fracción XIV ya no se expedirán certificados de inafectabilidad.
La propuesta realizada fue:
XV. EN LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS QUEDAN PROHIBIDOS LOS
LATIFUNDIOS.
SE CONSIDERA PEQUEÑA PROPIEDAD AGRICOLA LA QUE NO EXCEDA POR
INDIVIDUO DE CIEN HECTAREAS DE RIEGO O HUMEDAD DE PRIMERA O SUS
EQUIVALENTES EN OTRAS CLASES DE TIERRAS.
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
PARA LOS EFECTOS DE LA EQUIVALENCIA SE COMPUTARA UNA HECTAREA DE
RIEGO POR DOS DE TEMPORAL, POR CUATRO DE AGOSTADERO DE BUENA
CALIDAD Y POR OCHO DE BOSQUE, MONTE O AGOSTADERO EN TERRENOS
ARIDOS.
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
SE CONSIDERARA, ASIMISMO, COMO PEQUEÑA PROPIEDAD, LA SUPERFICIE QUE
NO EXCEDA POR INDIVIDUO DE CIENTO CINCUENTA HECTAREAS CUANDO LAS
TIERRAS SE DEDIQUEN AL CULTIVO DE ALGODON, SI RECIBEN RIEGO; Y DE
TRESCIENTAS, CUANDO SE DESTINEN AL CULTIVO DEL PLATANO, CAÑA DE
AZUCAR, CAFE, HENEQUEN, HULE, PALMA, VID, OLIVO, QUINA, VAINILLA, CACAO,
AGAVE, NOPAL O ARBOLES FRUTALES.
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
SE CONSIDERARA PEQUEÑA PROPIEDAD GANADERA LA QUE NO EXCEDA POR
INDIVIDUO LA SUPERFICIE NECESARIA PARA MANTENER HASTA QUINIENTAS
CABEZAS DE GANADO MAYOR O SU EQUIVALENTE EN GANADO MENOR, EN LOS
TERMINOS QUE FIJE LA LEY, DE ACUERDO CON LA CAPACIDAD FORRAJERA DE
LOS TERRENOS.
NUEVO PROCEDIMIENTO PARA LA REDUCCION DE EXCEDENTES DE
TIERRA DE LOS PROPIETARIOS (FRACCION XVII DEL ARTÍCULO 27
CONSTITUCIONAL
En la fracción XVII se mantiene, exclusivamente, el caso del fraccionamiento de
predios que excedan a la pequeña propiedad, se obliga al propietario a enajenar el
excedente en un plazo de dos años y que de no cumplirse con lo ordenado, se
procederá a la venta mediante pública almoneda (Venta pública de bienes
muebles con licitación y puja). La razón de esto contempla los casos en que aun
existan predios que excedan los límites de la pequeña propiedad.
Propuesta:
ASI QUEDO LA REFORMA:
XVII. EL CONGRESO DE LA UNION Y LAS LEGISLATURAS DE LOS ESTADOS, EN
SUS RESPECTIVAS JURISDICCIONES, EXPEDIRAN LEYES QUE ESTABLEZCAN LOS
PROCEDIMIENTOS PARA EL FRACCIONAMIENTO Y ENAJENACION DE LAS
EXTENSIONES QUE LLEGAREN A EXCEDER LOS LIMITES SEÑALADOS EN LAS
FRACCIONES IV Y XV DE ESTE ARTICULO.
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
EL EXCEDENTE DEBERA SER FRACCIONADO Y ENAJENADO POR EL PROPIETARIO
DENTRO DEL PLAZO DE UN AÑO CONTADO A PARTIR DE LA NOTIFICACION
CORRESPONDIENTE. SI TRANSCURRIDO EL PLAZO EL EXCEDENTE NO SE HA
ENAJENADO, LA VENTA DEBERA HACERSE MEDIANTE PUBLICA ALMONEDA. EN
IGUALDAD DE CONDICIONES, SE RESPETARA EL DERECHO DE PREFERENCIA
QUE PREVEA LA LEY REGLAMENTARIA.
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
LAS LEYES LOCALES ORGANIZARAN EL PATRIMONIO DE FAMILIA, DETERMINANDO
LOS BIENES QUE DEBEN CONSTITUIRLO, SOBRE LA BASE DE QUE SERA
INALIENABLE Y NO ESTARA SUJETO A EMBARGO NI A GRAVAMEN NINGUNO;
(REFORMADA MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACION EL 06 DE ENERO DE 1992)
CAPITULO v ELEJIDO EN MEXICO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA INSTITUCIÓN.
El ejido es una institución que se genero en México prehispánico cuando la tribu
mexica se asentó en Tenochtitlan y la tierra de ese islote se dividió originalmente
en cuatro calpullis, cuya propiedad correspondió a cada uno de los cuatro grandes
clanes familiares, recogidos por un calputeteo o dios familiar: esos núcleos de
población estaban gobernados por un calpullete o chinancalli, cabeza o pariente
mayor, quien repartía las tierras en parcelas familiares llamadas calpulli, a cada
cabeza d familia residente del barrio, manejando un concepto de propiedad con
función
social, pues el titular del calpulli debía trabajarlo
personal y
constantemente, siendo amonestado si dejaba de cultivar su parcela en un año y
suspendiendo definitivamente en sus derechos si la abandonaba mas de dos
años.
No fue hasta el México colonial que esta práctica pareció desaparecer y fue
reemplazada por el sistema de encomiendas, mismo que fue abolido en la
Constitución de 1917 bajo la promesa de restablecer el sistema de ejidos, lo cual
no sucedió hasta la presidencia de Lázaro Cárdenas en 1934. El propósito de
restablecer el sistema de ejidos era regresar tierras al pueblo por ser ellos quienes
las explotaban, tratando con ello de acabar con los grandes latifundios existentes
hasta antes del inicio de la Revolución Mexicana.
El Artículo 27 es uno de los fundamentos de la Constitución de 1917; éste en su
primer párrafo expresa: "La propiedad de la tierra y aguas comprendidas dentro de
los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual
ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares,
constituyendo la propiedad privada".
La teoría de la propiedad de la tierra como función social y fin del Estado encontró
su mejor expresión en el Artículo 27 constitucional. Con toda su complejidad
define la propiedad, la restringe, establece su modalidad, el procedimiento y sus
reglamentaciones para modificarla, invoca el principio de expropiación y la causa
de utilidad pública; todo ello a través de los atributos del Estado, mismos que
configuran las formas de propiedad y los fines de la reforma agraria.
El resultado de estas formas de propiedad, una vez atacado el latifundio, fue una
estructura compuesta principalmente por tres elementos: la propiedad pública, la
social: ejidal y comunal, y la pequeña propiedad.
En cuanto a la propiedad pública, cuando el Artículo 27 señala que los bienes son
de la Nación no sólo indica que existe un dominio del Estado sobre todos ellos
sino que tiene y existe una propiedad pública igual a la que tienen los propietarios
privados; aún más protegida ya que sobre estos bienes el dominio de la Nación es
inalienable, los particulares no pueden adquirir sobre ellos derechos reales.
Con la propiedad ejidal y comunal, se buscó dar respuesta al problema agrario,
cuya caracterización principal estaba en la dicotomía —producto de la Conquista y
la Colonia— de individuos sin tierra, sin derechos y sin trabajo por un lado, y de
grandes latifundistas por otro, y se concretaría con la reforma agraria cuyos
objetivos fueron:
1. Restituir la tierra a aquellos núcleos de población que habían sido despojados
por los grandes latifundios y las haciendas.
2. La distribución gratuita de tierra a poblaciones que carecían de ella, en la forma
de dotación llamada ejido.
3. Crear con ello una nueva estructura de tenencia que reemplazara el antiguo
sistema latifundista y permitiera un crecimiento agrícola acelerado.
También se destacó el respeto a la propiedad comunal de los pueblos,
especialmente las comunidades indígenas, a quienes se autorizó para disfrutar en
común las tierras, bosques y aguas que les pertenecieran.
Esto, a grandes rasgos, fue el programa agrario delineado en la Constitución de
1917, dejando muchos aspectos para reglamentos e interpretaciones posteriores.
En este sentido, el programa fue tomando forma solo, paulatinamente —aunque
siempre dentro del marco general establecido en 1917— y cambió con frecuencia
de dirección y de ritmo en la práctica.
Así, desde 1917 se han venido creando ejidos casi ininterrumpidamente, pero la
función económica atribuida a éstos ha cambiado de forma gradual; primero se les
consideró como fuentes de ingresos complementarios a los salarios ganados en
las grandes fincas (periodo comprendido por el modelo primario exportador
principalmente en los años veinte), luego como pequeñas fincas de subsistencia
para los grupos rurales más atrasados (durante los años treinta, en la gran
depresión, el ejido se encontraba inactivo y sin apoyo gubernamental).
Posteriormente se le asignó durante los años cuarenta, un papel primordial en la
producción agrícola y, con la reforma de 1992, finalmente tiene objetivos
productivos semejantes a los del sector agrícola privado.
La organización interna más apropiada para el ejido siguió un trayecto paralelo, en
función del papel que le tocó desempeñar dentro de la estructura agrícola general
del país y de las tendencias predominantes en cada época. Por lo tanto, en este
marco institucional debe situarse la creación de la mayoría de los ejidos colectivos.
Ahora bien, no todos los ejidos de la República fueron dotados con la misma
cantidad y calidad de recursos. Muchos factores intervinieron en esta
diferenciación que, en parte, es responsable de las variaciones en la eficiencia
económica y el funcionamiento institucional de los mismos.
En primer lugar, juegan un papel los diferentes recursos naturales en las diversas
regiones del país (los ejidos del norte con promedios de dotación de 20
hectáreas); en segundo, la densidad demográfica de cada zona (los ejidos del
centro del país con promedio de dotación de entre tres y cuatro hectáreas) y su
relación con la estructura de tenencia en la época del reparto agrario; y en tercer
lugar, el proceso mismo de la distribución, caracterizado en sus distintas etapas
por aspectos particulares de tipo jurídico, técnico, político e ideológico, que se han
manifestado en la modificación paulatina de la unidad mínima de dotación ejidal.
En consecuencia, el sector ejidal no constituye un sistema de tenencia
homogéneo en lo que a cantidad y calidad de sus recursos se refiere. Entre el
Artículo 27 original y el reformado en 1992 hubo al menos trece decretos con
sendas enmiendas, mismas que reflejan los diversos énfasis del régimen en vigor.
CONCEPTOS DEL EJIDO MEXICANO DESDE 1920, HASTA 1991.
Historicamente, antes de la legislación agraria de la Revolución de 1910 el ejido
fue la extensión de tierra ubicada a las salida de los pueblos. éste era el
significado que tradicionalmente se le daba en México, antes de la reforma
agraria.
La primera ley de ejidos del 30 de diciembre de 1920, en su articulo 13, definió al
ejido como “ la tierra dotada a los pueblos”.
De hecho, en la terminología corriente, el concepto ejido se refiere a la comunidad
de campesinos que han recibido tierras de esta forma (ejidatarios) y el conjunto de
tierras que les corresponden. Su patrimonio está formado por tierras de cultivo
(área parcelada), otras para satisfacer necesidades colectivas (uso común) y otra
más para urbanizar y poblar (fundo legal), principalmente.
Otras definiciones:
“El ejido es la persona moral que habiendo recibido un patrimonio rustico a travez
del reparto agrario, esta sujeta a un regimen protector especial”
"Es una sociedad de interés social, integrada por campesinos mexicanos por
nacimiento, con un patrimonio social constituido por las tierras, bosques y aguas
que el Estado les entrega gratuitamente en propiedad inalienable, intransmisible,
inembargable e imprescriptible; sujeto su aprovechamiento y explotación a las
modalidades establecidas en la ley, bajo la orientación de la cooperación y la
democracia económica y que tiene por objeto la explotación y el aprovechamiento
integral de sus recursos naturales y humanos mediante el Estado en cuanta a la
organización de su administración interna, basada en el trabajo personal de sus
socios en su propio beneficio” Jurista Mario Ruiz Massieu.
CARACTERISTICAS QUE TENÍA EL EJIDO HASTA 1991 (ARTÍCULO 52, LEY
FEDERAL DE LA REFORMA AGRARIA).
Desde 1915 a 1992 el régimen de propiedad ejidal fue inalienable, imprescriptible,
inembargable, intransmisible e inajenable, en función de la protección social que
se le otorgo en los campesinos necesitados que obtenían tierras ejidales y que
frecuentemente eran personas de baja capacidad educativa que los hacia
vulnerables en sus derechos.
L.F.R.A. 1971 ARTICULO 52.- Los derechos que sobre bienes agrarios adquieren
los núcleos de población serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e
intransmisibles y por tanto, no podrán en ningún caso ni en forma alguna
enajenarse, cederse, transmitirse, arrendarse, hipotecarse o gravarse, en todo o
en parte. Serán inexistentes las operaciones, actos o contratos que se hayan
ejecutado o que se pretenden llevar a cabo en contravención de este precepto.
Las tierras cultivables que de acuerdo con la Ley puedan ser objeto de
adjudicación individual entre los miembros del ejido, en ningún momento dejarán
de ser propiedad del núcleo de población ejidal. El aprovechamiento individual,
cuando exista, terminará al resolverse, de acuerdo con la Ley, que la explotación
debe ser colectiva en beneficio de todos los integrantes del ejido y renacerá
cuando ésta termine.
Las unidades de dotación y solares que hayan pertenecido a ejidatarios y resulten
vacantes por ausencia de heredero o sucesor legal, quedarán a disposición del
núcleo de población correspondiente.
Este artículo es aplicable a los bienes que pertenecen a los núcleos de población
que de hecho o por derecho guarden el estado comunal.
BIENES DEL EJIDO
Sobre la extensión dotada podían constituirse los siguientes bienes:
a).- Unidades individuales de dotación o parcelas.- su superficie minima era de
diez hectáreas, su explotación podría ser agrícola, ganadera o forestal.
b).- zona urbana ejidal.- normalmente existía desde antes de la solicitud de tierras
de un poblado establecido, por lo menos, seis meses antes de la fecha de la
solicitud, cuya superficie se declaraba zona urbana ejidal. Si este no era el caso,
entonces se seleccionaba una porción de tierra que no sirviera para labores
agrícolas, a fin de construir sobre ella, la citada zona.
c).- parcela escolar.- esta institución se creo legalmente a partir de la circular 48
del 1o. de septiembre de 1921, de tal manera que formo parte de la mayoría de las
resoluciones presidenciales rotatorias.
d).- unidad agrícola industrial para la mujer.- por resolución presidencial rotatoria
se adscribió una parcela de la mejores tierras colindantes con la zona urbana,
para constituir en ella la unidad agrícola industrial para las mujeres mayores de 16
años que no fueran ejidatarias, para favorecer el establecimiento de granjas
agropecuarias o industrias rurales. Se previo el establecimiento de esta unidad
aun en ejidos anteriores de 1971.
e).- tierras de agostadero para usos comunes.-si después de haberse constituido
todos los bienes ejidales mencionados anteriormente, todavía había tierras
disponibles, estas se destinaban a los agostaderos de uso común.
f).-casas y anexos al solar.-cuando los campesinos solicitantes ocupaba casas y
anexos ubicados en tierras que legalmente resultaban afectables, dichos bienes
también se incluían entre los dotados. Tal fue el caso de los cascos y cercas de
fincas que fueron afectados.
g).- aguas .- se distinguieron dos casos: cuando la dotación era exclusiva de
aguas; y cuando las tierras dotadas contaban con aguajes o que al ser afectadas
eran tierras irrigadas.
EL NUEVO CONCEPTO DEL EJIDO CON LAS REFORMAS DE 1992.
El concepto ejido se refiere a la comunidad de campesinos (ejidatarios) que han
recibido tierras y el conjunto de tierras que les corresponden. Su patrimonio está
formado por tierras de cultivo (área parcelada), otras para satisfacer necesidades
colectivas (uso común) y otra más para urbanizar y poblar (fundo legal),
principalmente.
no todos los ejidos de la República fueron dotados con la misma cantidad y
calidad de recursos. Muchos factores intervinieron en esta diferenciación que, en
parte, es responsable de las variaciones en la eficiencia económica y el
funcionamiento institucional de los mismos.
En primer lugar, juegan un papel los diferentes recursos naturales en las diversas
regiones del país (los ejidos del norte con promedios de dotación de 20
hectáreas); en segundo, la densidad demográfica de cada zona (los ejidos del
centro del país con promedio de dotación de entre tres y cuatro hectáreas) y su
relación con la estructura de tenencia en la época del reparto agrario; y en tercer
lugar, el proceso mismo de la distribución, caracterizado en sus distintas etapas
por aspectos particulares de tipo jurídico, técnico, político e ideológico, que se han
manifestado en la modificación paulatina de la unidad mínima de dotación ejidal.
LA PERSONALIDAD JURÍDICA DEL EJIDO.
El ejido es una institución de personalidad y patrimonio propios, está reconocido
como sujeto de derecho y tiene capacidad de goce y de ejercicio para celebrar
actos jurídicos con terceros con el conjunto de sus bienes muebles e inmuebles en
virtud de tener capacidad para adquirirlos y administrarlos, todo ello de
conformidad con el artículo 9 de la Ley Agraria y de la fracción VII, del artículo 27
constitucional.
Con esas bases los ejidos pueden formar: uniones de ejidos y comunidades,
asociaciones rurales de interés colectivo y sociedades de producción rural
(artículos 108 al 113 de la Ley Agraria de 1992).
LOS ÓRGANOS DEL EJIDO.
La legislación correspondiente contempla como autoridades u órganos de los
núcleos agrarios a la Asamblea, el Comisariado Ejidal o de Bienes Comunales y el
Consejo de Vigilancia. pero el órgano supremo será la asamblea.
Asamblea; es el órgano supremo del núcleo agrario y en ella participan todos los
ejidatarios o comuneros.
Comisariado Ejidal o de Bienes Comunales; órgano encargado de la ejecución de
los acuerdos de la Asamblea, así como de la representación y la gestión
administrativa. Está constituido por un presidente, un secretario y un tesorero.
Consejo de Vigilancia; órgano encargado de vigilar que los actos del Comisariado
se ajusten a los aspectos legales, lo dispuesto por el reglamento interno y a los
acuerdos de la Asamblea; también revisa las cuentas y operaciones del
Comisariado. Está integrado por un presidente y dos secretarios, o bien por un
presidente, un secretario y un tesorero.
EL PATRIMONIO EJIDAL.
Los ejidos se constituyeron hasta antes de 1992 con y sobre las tierras que
resultaron legalmente afectables, según el caso de cada expediente de afectación
y que también variaron de conformidad con el ordenamiento legal aplicable
durante todos los años de la reforma agraria desde 1915 hasta 1992, y sobre la
extensión dotada podían constituirse Unidades Individuales de Dotación o Parcela,
cuya superficie mínima era de diez hectáreas conforme al Artículo 27
constitucional, fracción X, ya derogada en 1992. Su explotación podía ser agrícola;
ganadera o forestal.
De acuerdo a lo expresado en el párrafo anterior, se formaban unidades de
dotación o parcelas cuando con las tierras dotadas, por su calidad, podían
constituirse unidades de explotación que garantizaran económicamente la
subsistencia de los ejidatarios, ya que de lo contrario las tierras se incorporaban al
uso colectivo, para aprovechamientos forestales o de otro tipo.
Las tierras que se destinaban a unidades de dotación o parcelas constituían el
bien principal del ejido y el apoyo económico del mismo. Las unidades de dotación
o parcelas se constituían por resolución presidencial y sólo podían aumentarse
cuando con fundamento en estudios técnicos se desahogara un procedimiento
denominado de apertura de tierras, de agostadero para uso común, al cultivo.
La Ley Agraria de 1992 en sus disposiciones generales sobre las tierras ejidales
dispuso que el destino de las tierras se dividen en:
a).-Tierras para el asentamiento humano.
b).-Tierras de uso común.
c).-Tierras parceladas.
De acuerdo al orden fijado, se observa, que a partir de esta Ley Agraria de 1992,
el objetivo principal de las tierras ejidales ya no lo fue el cultivo de la tierra, sino el
de usos urbanos. Debido a este cambio tan importante, la Ley Agraria de 1992,
agrandó la figura jurídica del avecindado (artículo 13).
Las unidades de dotación o parcelas participaron hasta 1992 de la naturaleza
jurídica del ejido, de ser inembargables, imprescriptibles, inalienables e
intrasmisibles; de tal manera que cualquier venta o posesión de extraños o
avecindados sobre las mismas, no surtían ningún efecto jurídico, ni alteraban el
régimen ejidal a que estaban sujetas. Si una persona no ejidataria, efectuaba una
supuesta compra de un bien ejidal, dicho bien seguía perteneciendo al ejido, ya
que las normas vigentes en ese entonces, disponían, que serían inexistentes las
operaciones, actos o contratos, que se ejecutaran en contravención a los
preceptos que determinaban la naturaleza jurídica de los bienes ejidales.
TIERRAS PARA EL ASENTAMIENTO HUMANO.
Conforme al artículo 63 de la Ley Agraria, las tierras destinadas al asentamiento
humano corresponden al área necesaria para el desarrollo de la vida comunitaria
del núcleo agrario y están constituidas por los terrenos en que se ubique la zona
de urbanización y su fundo legal.
TIERRAS DE USO COMÚN.
Tierras de Uso Común; según lo establecido en el artículo 73 de la Ley Agraria,
constituyen el sustento económico de la vida en comunidad del núcleo agrario y
están conformadas por aquellas tierras que no hubieren sido reservadas por la
Asamblea para el asentamiento del núcleo de población, ni sean tierras
parceladas.
En relación a las llamadas tierras de uso común, que normalmente lo son los
agostaderos pastos y montes de uso común, el artículo 75 de la Ley Agraria de
1992, dispone que el núcleo de población ejidal, podrá trasmitir el dominio de
tierras de uso común a sociedades mercantiles o civiles.
De las normas contenidas en la Ley Agraria de 92, se puede inferir, que a partir de
su vigencia las tierras ejidales de cultivo, de uso común y de su zona urbana, ya
no son en la realidad, ni inalienables, ni imprescriptibles, ni inembargables, ni
intrasmisibles, como eran antes. La naturaleza jurídica y legal de los bienes
ejidales cambió totalmente, de forma indirecta.
TIERRAS PARCELADAS.
Tierras Parceladas; son los terrenos que han sido fraccionados y repartidos entre
sus miembros y que se pueden explotar en forma individual, en grupo o
colectivamente. Corresponde a los ejidatarios o comuneros el derecho de
aprovechamiento, uso y usufructo de ellos.
Respecto de las tierras cultivables donde se constituyeron las parcelas o unidades
individuales de dotación, según se explote el ejido en sistema individual o
colectivo, respectivamente, la Ley Agraria de 92 en su artículo 80 permite:
-Que los ejidatarios puedan enajenar sus derechos parcelarios a otros ejidatarios o
avecindados del mismo núcleo de población.
-Que los ejidatarios puedan a su vez adoptar el dominio pleno sobre dichas
parcelas (artículo 81 de la Ley Agraria de 1992).
-Que los ejidatarios, puedan aprovechar su parcela directamente.
-Que los ejidatarios puedan conceder a otros ejidatarios o terceros su uso o
usufructo, mediante aparcería, mediaría, asociación, arrendamiento o cualquier
otro acto jurídico no prohibido por la ley, sin necesidad de autorización de la
asamblea o de cualquier autoridad.
-Que los ejidatarios puedan aportar sus derechos de usufructo a la formación de
sociedades tanto mercantiles, como civiles (artículo 79 de la Ley Agraria de
1992).
TIERRAS DE ZONAS URBANAS.
Son los terrenos de un ejido que se encuentren ubicados en el área de crecimiento
de un centro de población, beneficiándose la población ejidal de la urbanización de
sus tierras. sujetándose a las leyes, reglamentos y planes vigentes en materia de
asentamientos humanos.
REQUISITOS PARA LA FORMACIÓN DE NUEVOS EJIDOS.
Los artículos del 90 al 92 señalaron los requisitos para constituir un nuevo ejido a
partir de 1992. Se requiere que un grupo de veinte o mas personas aporten tierras
y un reglamento interno que consten en escritura publica; al registrarse dicha
escritura en el registro agrario nacional, quedara constituido el nuevo ejido
EJIDATARIOS, AVECINDADOS Y POSESIONARIOS.
Son ejidatarios los hombres y las mujeres titulares de derechos ejidales,
corresponde a los ejidatarios el derecho de uso y disfrute sobre sus parcelas, los
derechos que el reglamento interno de cada ejido les otorgue sobre las demás
tierras ejidales y los demás que legalmente les correspondan, para poder adquirir
la calidad de ejidatario se requiere:
I. Ser mexicano mayor de edad o de cualquier edad si tiene familia a su cargo o se
trate de heredero de ejidatario; y
II. Ser avecindado del ejido correspondiente, excepto cuando se trate de un
heredero, o cumplir con los requisitos que establezca cada ejido en su reglamento
interno.
Los avecindados, son aquellos mexicanos mayores de edad que han residido por
un año o mas en las tierras del núcleo de población ejidal y que han sido
reconocidos como tales por la asamblea ejidal o el tribunal agrario competente.
Los avecindados gozan de los derechos que la ley agraria les confiere.
Los posesionarios son las personas que tienen en posesión parcelas ejidales y
que pueden estar o no reconocidas como ejidatarios. Pueden adquirir la titularidad
de los derechos sobre la parcela por el reconocimiento que haga la asamblea o
por prescripción positiva.
El posesionario podría definirse, entonces, como el sujeto que posee determinada
superficie de un ejido o comunidad, efecto para el cual ha mediado la autorización
de la asamblea general, pero cuyo reconocimiento no implica la obtención de
todos los derechos propios de un ejidatario o comunero, sino únicamente el
derecho de usufructo de la parcela o zona de uso común que posee.
TEMA 6
LA COMUNIDAD
ANTECEDENTES HISTORICOS DEL CALPULLI
Las tierras del islote donde se asento Tenochtitlan, se dividieron en cuatro grandes
barrios; Cuepopan, Moyotlan, Zoquiapan y Atzacoalco. Entre los aztecas
solamente el señor (Tzin) podía disponer de la tierra como propietario y ejercer la
plena in re potestas (derecho de usar, del fruto y de disponer de una cosa). El
señor podía dejar las tierras para si, llamándose entonces Tlatocalli (tlatota,
mandar; calli, casa) o la repartía entre los principales (pipiltzin) siguiendo como
regla general sus costumbres, pero estas tierras podían volver a poder del señor
cuando este lo desase. Los tipos de propiedad que emanaban de la voluntad del
señor son:
ro escribió que eran posesiones antiguas de los pipiltzin,
transmitidas de padres a hijos o concedidas por el rey en galardón de servicios
hechos a la corona”. Estas tierras al igual que las demás, a excepción del calpulli,
las trabajaban gentes del pueblo que no eran duenas de ellas.
estaban destindas a sufragar los gastos del culto.
tiempo de guerra, las cuales se llamaban milchimalli o cacalomilli según la especie
de viveres que daban.
del pueblo y Clavijero escribió que el altepetlalli, “esto es, de los comunes de las
ciudades, se dividían en tantas partes cuantos eran los barros de aquella
población y cada barrio poseía su parte con entera exclusión e independencia de
los otros”. Esta institución tuvo perfiles similares a la que los españoles llamaron
Propios.
su génesis nominativa lo indica (calli, casa; pulli,
agrupación), era una parcela de tierra que se le asignaba a un jefe de familia para
el sostenimiento de esta, siempre que perteneciera a un barrio o agrupación de
casas, aunque muy al principio el requisito mas que de residencia era de
parentesco entre las gentes del mismo barrio. En tenochtitlan había 20 barrios o
calpulli, a cada barrio se le daba determinada cantidad de tierras para que la
dividieran en parcelas o calpullec (plural de calpulli) y le diera una parcela a cada
cabeza de familia de las que residían en ese barrio; los cabezas o parientes
mayores de cada barrio (chinancalli) eran quienes distribuían los calpullec.
El calpulli fue una especie de pequeña propiedad que tenía una función social que
cumplir. La propiedad de las tierras del calpulli era comunal y pertenecía al barrio
o calpulli al cual había sido asignado; pero el usufructo (el uso y el fruto
solamente) del calpulli era privado y lo gozaba quien lo estaba cultivando; por lo
anterior no es de extrañarnos no podía enajenarse, pero si dejarse en herencia.
Los requisitos para que una persona obtuviera un calpulli y no fuera molestado en
el goce del mismo, consistía en ser residente del barrio de que se tratara y
continuara viviendo en el mientras se deseara seguir conservando el calpulli, pero
además y esto era fundamental, la tierra debía cultivarse sin interrupción, pues si
se dejaba de cultivar un ciclo agrícola, el jefe de familia que detentara el calpulli
era llamado y amonestado por el jefe del barrio o calputlalli y si el amonestado
reincidía de tal manera que el calpulli dejara de cultivarse durante dos ciclos
agrícolas, el jefe de familia perdia el calpulli y este se le asignaba otra familia que
quisiera cultivarlo; en caso de que hubiera conflicto y que se dudara de la equidad
de la resolución del jefe de un barrio, este llevaba el asunto al tribunal
correspondiente para que resolviera el caso.
El Capulli constituía el núcleo inicial de la organización social. En el se
concentraba un grupo de familia que poseía en común la tierra, con la obligación
de trabajarla y defenderla.
Cada capulli tenia su tótem propio sus templos y arsenales, y se hallaban
gobernado por un Consejo cuyos miembros eran elegidos por los jefes de las
distintas familias que integraban el clan. Este consejo designaba a su ves dos
funcionarios: Un civil (Calpolec) y otro militar (ahacacautin) en quienes se hallaba
el delegado el mando. Cada capulli era como un pequeño “estado” con
organización social propia. Calpulli es singular y calpulleque es plural. Estos
calpulleque o barrios o linajes, unos eran mayores que otros, según los antiguos
conquistadores y pobladores los repartieron entre si a cada linaje, y son para si y
para sus descendientes; y si alguna casa se acaba, o acaba muriendo todo
quedan las tierras al común del calpulli, otorgándose posteriormente a quien las ha
menester del mismo barrio.
Los aztecas tenían sus leyes agrarias para regir esa maravillosa institución
llamada calpulli y que en nuestra legislación de 1915 a 1992 se conservaran
aquellas normas que rigieron la perdida definitiva de un calpulli y el requisito de
residencia para darle parcela a alguien. Cada calpulli tenia sus propias
autoridades; un jefe o calpulleque, que se encargaba de la subsistencia de la
comunidad; un sacerdote, un tesorero, un consejo de ancianos, y un pintor de
libros, que guardaba los registros con información sobre quiénes poseían tierras,
el monto de los tributos que debían entregar y la historia del grupo. Para
administra a los calpulli, el jefe supremo nombraba un teteucin encargado de
cobrar los tributos.
El Capulli, nació en la cultura azteca y constituía el núcleo el núcleo inicial de la
organización social. En el se concentraba un grupo de familia que poseía en
común la tierra, con la obligación de trabajarla y defenderla.
Cada capulli tenia su tótem propio sus templos y arsenales, y se hallaban
gobernado por un Consejo cuyos miembros eran elegidos por los jefes de las
distintas familias que integraban el clan. Este consejo designaba a su ves dos
funcionarios: Un civil (Calpolec) y otro militar (ahacacautin) en quienes se hallaba
el delegado el mando. Cada capulli era como un pequeño “estado” con
organización social propia.
Trascendental fue que los aztecas tuvieran un problema agrario respecto de los
pueblos sojuzgados y que no lo hubieran resuelto con el sentido social con que
trazaron el calpulli, porque esa fue una de las causas fundamentales de la caída
de su imperio.
Los españoles en la época colonial ocuparon al principio, por lógica necesidad, las
ciudades y pueblos aborígenes, apoderándose de tierras que ya habían tenido
dueño, que estaban cultivadas o por lo menos que se encontraban situadas en
zonas pobladas; fue en fechas posteriores a la conquista cuando ellos y sus
descendientes, que formaron las castas de los peninsulares y los criollos, se
aventuraron a colonizar en territorio no poblados utilizando para ello el sistema de
las capitulaciones; esto explica que aun cuando legalmente se reconoció y
protegió al propietario indígena, en realidad las leyes no se cumplieron. En un
principio la Corona Espanola trato a través de la legislación indiana, de poblar la
Nueva España creando los repartimientos de tierras y de hombres, de que la
Nueva España produjera suficientes granos para su consumo imponiendo la
obligación de sembrar inmediatamente las tierras mercedadas, de lograr la rápida
reproducción del ganado a través de la dehesa en los pueblos de fundación
española y de la creación del ejido indígena, de proteger la propiedad individual y
colectiva del aborigen y de proteger al indígena de la explotación que ilegalmente
le hacía objeto el español y con frecuencia se violaron las referentes al aborigen.
Habia una injusta distribución territorial, una pésima distribución poblatoria, una
diferencia de trato y tributo para los españoles y las demás castas de América,
flata de educación agrícola y rural para los nucleos mayoritarios de aborígenes,
lastres institucionales como la Hermandad de la Mesta, el Mayorazgo, la
Inquisicion, la Acordada, los tributos, la presunción de infamia de indios y castas,
los terrenos de obvenciones (pagos que se daban por parte de las cosechas), el
diezmo eclesiástico, las primicias, etc. y la explotación agrícola que peso sobre el
indígena ni compensación económica ni evolutiva. Se acumularon capitales de
mucha consideración en manos de los conquistadores y se estableció la
desigualdad de fortunas y con ello la esclavitud y la aristocracia. Así fue como la
propiedad privada de los indígenas se conservo muy poco, a pesar de que
losReyes Españoles de quienes derivo la propiedad privada en la Nueva España
la reconocieron a favor de los aborígenes, se dictaron varias leyes protegiendo la
propiedad del indígena y como ejemplo son:

Ley XVI, titulo XII, libro IV del 27 de febrero de 1531,

Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias, tomo II pag. 43 que
estableció la confirmación de las tierras, a fin de que estas no se dieran en
perjuicio de indios.

Ley del 31 de mayo de 1535, que previno que se les devolvieran a los
indios las tierras que se les hubieran quitado

Ley del 14 de mayo de 1546, que dicto el Emperador don Carlos mediante
la cual se dispuso que los encomenderos no sucedieran en las tierras vacantes
por muerte de los indígenas que tuvieran bajo su encomienda.

Ley del 10 de mayo de 1554, don Carlos dispuso que el encomendero
debía defender la hacienda del indio

Ley IX, titulo III, libro VI del 19 de febrero de 1560 dictada por Felipe II
mediante la cual los indígenas solo podrían vender sus tierras cuando el Juez
odrinario les diera licencia para afectuar la venta

Ley del 6 de abril de 1588 de Felipe II que ordeno el reparto de las tierras,
pero sin agravio de indios y en caso contrario, ordeno que se les devolvieran

Ley IX, titulo XII, libro IV de las leyes de indias fechada el 11 de junio de
1954, en el mismo sentido a la anterior.
Estas leyes nos hacen ver que durante la colonia el indígena continuo legalmente
siendo propietario mediante el reconocimiento que de sus propiedades hicieron los
Gobernantes Españoles; pero la realidad fue otra, lo cual quiere decir que las
leyes no se cumplieron. La mayoría de la población de la Nueva España, indígena
o de castas, estaba desposeída de tierras, pues las pocas que tenían eran
insuficientes para satisfacer sus necesidades y no eran de tipo privado, todavía
tenían tributos a su cargo y sin embargo, eran los que labraban los campos sin ser
dueños de los mismos y sin tener una retribución justa que sirviera para resolver
sus problemas económicos.
Junto con los conquistadores vinieron los frailes pues así lo disponían los Reyes
Españoles a través de los descubrimientos de las leyes de indias que ordenaba:
pacificar, poblar y propagar y defender la fe católica en la nueva España.
No obstante las leyes prohibicionistas dictadas por España en el sentido que el
clero no debía tener en su poder excesiva cantidad de bienes inmuebles, desde un
principio el clero comenzó a adquirir propiedades en la Nueva España, del tipo
individual, sin límite en su extensión y sin estar afecta a su finalidad específica de
propagación de la fe. En un principio la iglesia solo adquirió por vía de la merced y
para construir iglesias y monasterios en las tierras destinadas a tal efecto, pero
después los españoles siguiendo su ideología religiosa, violando las leyes,
cedieron o vendieron tierras al clero, las cuales, por el tipo de institución de que se
trataba, se amortizaron en sus manos, sin moverse, con las consecuentes
repercusiones económicas para la Corona Española. Por esa situación, se celebro
un Concordato con la Santa Sede en el ano de 1737 para que las propiedades de
la iglesia perdieran sus exenciones y pagaran impuestos. El 11 de diciembre de
1799 el Obispo de Michoacán don Manuel Abad y Queipo dirigió un escrito al Rey
en el cual se refería a la situación imperante en Valladolid de Michoacán, en el que
señaló que:”las tierras, mal divididas desde el principio, se acumularon en pocas
manos….. recayeron en los conquistadores y sus descendientes y en empleados y
comerciantes….resulto y resulta todavía de este sistema de cosas un pueblo
dividió en dos clases, de indios y de castas… circunscritos en el circulo que forma
un radio de seiscientas varas que señala la Ley de los pueblos, no tienen
propiedad individual”.
El reconocimiento jurídico de la comunidad se ubica en el artículo 2 de nuestra
constitución, señala:
La Nación Mexicana es única e indivisible.
La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en
sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que
habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que
conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o
parte de ellas.
La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para
determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas.
Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una
unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen
autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.
El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un
marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional. El
reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las
constituciones y leyes de las entidades federativas, las que deberán tomar en
cuenta, además de los principios generales establecidos en los párrafos anteriores
de este artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.
A. Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las
comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la
autonomía para:
I. Decidir sus formas internas de convivencia y organización social, económica,
política y cultural.
II. Aplicar sus propios sistemas normativos en la regulación y solución de sus
conflictos internos, sujetándose a los principios generales de esta Constitución,
respetando las garantías individuales, los derechos humanos y, de manera
relevante, la dignidad e integridad de las mujeres. La ley establecerá los casos y
procedimientos de validación por los jueces o tribunales correspondientes.
III. Elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y prácticas tradicionales, a
las autoridades o representantes para el ejercicio de sus formas propias de
gobierno interno, garantizando la participación de las mujeres en condiciones de
equidad frente a los varones, en un marco que respete el pacto federal y la
soberanía de los estados.
IV. Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que
constituyan su cultura e identidad.
V. Conservar y mejorar el hábitat y preservar la integridad de sus tierras en los
términos establecidos en esta Constitución.
VI. Acceder, con respeto a las formas y modalidades de propiedad y tenencia de la
tierra establecidas en esta Constitución y a las leyes de la materia, así como a los
derechos adquiridos por terceros o por integrantes de la comunidad, al uso y
disfrute preferente de los recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan
las comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas estratégicas, en
términos de esta Constitución. Para estos efectos las comunidades podrán
asociarse en términos de ley.
VII. Elegir, en los municipios con población indígena, representantes ante los
ayuntamientos.
Las constituciones y leyes de las entidades federativas reconocerán y regularán
estos derechos en los municipios, con el propósito de fortalecer la participación y
representación política de conformidad con sus tradiciones y normas internas.
VIII. Acceder plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese derecho,
en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o
colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidades
culturales respetando los preceptos de esta Constitución. Los indígenas tienen en
todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan
conocimiento de su lengua y cultura.
Las constituciones y leyes de las entidades federativas establecerán las
características de libre determinación y autonomía que mejor expresen las
situaciones y aspiraciones de los pueblos indígenas en cada entidad, así como las
normas para el reconocimiento de las comunidades indígenas como entidades de
interés público.
B. La Federación, los Estados y los Municipios, para promover la igualdad de
oportunidades de los indígenas y eliminar cualquier práctica discriminatoria,
establecerán las instituciones y determinarán las políticas necesarias para
garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas y el desarrollo integral de
sus pueblos y comunidades, las cuales deberán ser diseñadas y operadas
conjuntamente con ellos.
Para abatir las carencias y rezagos que afectan a los pueblos y comunidades
indígenas, dichas autoridades, tienen la obligación de:
I. Impulsar el desarrollo regional de las zonas indígenas con el propósito de
fortalecer las economías locales y mejorar las condiciones de vida de sus pueblos,
mediante acciones coordinadas entre los tres órdenes de gobierno, con la
participación de las comunidades. Las autoridades municipales determinarán
equitativamente
las
asignaciones
presupuestales
que
las
comunidades
administrarán directamente para fines específicos.
II. Garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, favoreciendo la educación
bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la
capacitación productiva y la educación media superior y superior. Establecer un
sistema de becas para los estudiantes indígenas en todos los niveles. Definir y
desarrollar programas educativos de contenido regional que reconozcan la
herencia cultural de sus pueblos, de acuerdo con las leyes de la materia y en
consulta con las comunidades indígenas. Impulsar el respeto y conocimiento de
las diversas culturas existentes en la nación.
III. Asegurar el acceso efectivo a los servicios de salud mediante la ampliación de
la cobertura del sistema nacional, aprovechando debidamente la medicina
tradicional, así como apoyar la nutrición de los indígenas mediante programas de
alimentación, en especial para la población infantil.
IV. Mejorar las condiciones de las comunidades indígenas y de sus espacios para
la convivencia y recreación, mediante acciones que faciliten el acceso al
financiamiento público y privado para la construcción y mejoramiento de vivienda,
así como ampliar la cobertura de los servicios sociales básicos.
V. Propiciar la incorporación de las mujeres indígenas al desarrollo, mediante el
apoyo a los proyectos productivos, la protección de su salud, el otorgamiento de
estímulos para favorecer su educación y su participación en la toma de decisiones
relacionadas con la vida comunitaria.
VI. Extender la red de comunicaciones que permita la integración de las
comunidades, mediante la construcción y ampliación de vías de comunicación y
telecomunicación. Establecer condiciones para que los pueblos y las comunidades
indígenas puedan adquirir, operar y administrar medios de comunicación, en los
términos que las leyes de la materia determinen.
VII. Apoyar las actividades productivas y el desarrollo sustentable de las
comunidades indígenas mediante acciones que permitan alcanzar la suficiencia de
sus ingresos económicos, la aplicación de estímulos para las inversiones públicas
y privadas que propicien la creación de empleos, la incorporación de tecnologías
para incrementar su propia capacidad productiva, así como para asegurar el
acceso equitativo a los sistemas de abasto y comercialización.
VIII. Establecer políticas sociales para proteger a los migrantes de los pueblos
indígenas, tanto en el territorio nacional como en el extranjero, mediante acciones
para garantizar los derechos laborales de los jornaleros agrícolas; mejorar las
condiciones de salud de las mujeres; apoyar con programas especiales de
educación y nutrición a niños y jóvenes de familias migrantes; velar por el respeto
de sus derechos humanos y promover la difusión de sus culturas.
IX. Consultar a los pueblos indígenas en la elaboración del Plan Nacional de
Desarrollo y de los estatales y municipales y, en su caso, incorporar las
recomendaciones y propuestas que realicen.
Para garantizar el cumplimiento de las obligaciones señaladas en este apartado, la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, las legislaturas de las entidades
federativas y los ayuntamientos, en el ámbito de sus respectivas competencias,
establecerán las partidas específicas destinadas al cumplimiento de estas
obligaciones en los presupuestos de egresos que aprueben, así como las formas y
procedimientos para que las comunidades participen en el ejercicio y vigilancia de
las mismas.
Sin perjuicio de los derechos aquí establecidos a favor de los indígenas, sus
comunidades y pueblos, toda comunidad equiparable a aquéllos tendrá en lo
conducente los mismos derechos tal y como lo establezca la ley.
De igual manera, otro fundamento jurídico de las comunidades indígenas en
México, lo encontramos en la fracción VIl del artículo 27 Constitucional que
reconoce personalidad jurídica tanto a los núcleos de población ejidal como
comunal, su derecho a la propiedad de tierras tanto para los de asentamiento
humano como para las actividades productivas.
La propiedad de las tierras pertenecientes a las comunidades indígenas, existe
aún antes de que existiera México, y los sujetos que las integran, son los
pobladores de la comunidad. La propiedad es de tipo comunal y cada miembro del
poblado tiene derecho a trabajar una porción de la tierra o a participar en
explotación colectiva, si todos o algún grupo en especial cultiva una misma
especie vegetal. Como contrapartida los titulares de derechos agrarios tienen
obligación de contribuir al pago de contribuciones prediales y obras prioritarias
para el asentamiento humano.
TEMA 7
LA PEQUEÑA PROPIEDAD INDIVIDUAL
TIPOS DE PEQUEÑA PROPIEDAD EN MÉXICO.
I. Tierras agrícolas: los suelos utilizados para el cultivo de vegetales.
II. Tierras ganaderas: los suelos utilizados para la reproducción y cría de animales
mediante el uso de su vegetación, sea ésta natural o inducida.
III. Tierras forestales: los suelos utilizados para el manejo productivo de bosques o
selvas.
AGRÍCOLA.
En principio, tanto el artículo 27 constitucional, en su fracción XV, como el 117 de
la Ley Agraria, establecen una dicotómica división de la pequeña propiedad
agrícola, en cultivos genéricos y cultivos específicos. Son cultivos específicos, el
algodón, plátano, caña de azúcar, café, henequén, hule, palma, vid, olivo, quina,
vainilla, cacao, agave, nopal o árboles frutales. Por exclusión, son cultivos
genéricos cualquier otro que sea diferente a los que han sido consignados, Maíz,
trigo, hortalizas, etc. En cultivos genéricos, una persona física, puede ser
propietaria de una superficie de 100 Has, de tierras de riego, o 200 de temporal o
400 de agostadero de buena calidad, u 800 de monte o agostadero en terrenos
áridos, aquí es conveniente aclarar las diferencias que existen entre las diversas
calidades de tierra, así:
- Tierras de riego: Son aquéllas que poseen humedad permanente, y no depende
de la lluvia para su irrigación, pues esta se consigue a través de aguas
provenientes de presas, ríos, pozos, lagunas, etc.
- Tierras de temporal: Son aquéllas cuya humedad, está sujeta a los ciclos
pluviométricos de la región, en el entendido de que estos son constantes, vg. La
parte sur de Tamaulipas, en la cual las épocas de luvia y estiaj están
perfectamente definidas. La época de lluvias, abarca desde mayo a noviembre. y
el estiaje los meses restantes.
- Tierras de agostadero de buena calidad: Igual que las tierras de temporal, su
humedad depende de las lluvias, sólo que en estas regiones los ciclos
pluviométricos, no se encuentran tan definidos como en las tierras de temporal ya
que puede haber años o temporadas en qUe las lluvias no caen o caen
irregularmente.
- Tierras de monte o agostadero en terrenos áridos: En los terrenos de monte,
puede llover mucho, sólo que por su grado de pendiente o inclinación, hacen difícil
la posible la práctica de la agricultura. En tanto que las tierras de agostadero en
terrenos áridos, son regiones en las que casi nunca llueve.
GANADERÍA.
El artículo 116, fracción II, de la Ley Agraria, reputa como tierras ganaderas, los
suelos utilizados para la reproducción y cría de animales mediante el uso de su
vegetación, sea esta natural o inducida. El artículo 120 de la Ley en consulta,
considera pequeña propiedad ganadera la superficie de tierras que de acuerdo
con el coeficiente de agostadero de la región de que se trate, no exceda a la
necesaria para mantener hasta 500 cabezas de ganado mayor conforme a las
equivalencias que determine y publique la Secretaría de Agricultura, Ganadería
Desarrollo Rural Pesca y Alimentación. El coeficiente de agostadero, es la
superficie de terreno que se requiere para alimentar una cabeza de ganado mayor
o su equivalente en ganado menor, atendiendo los factores topográficos,
climatológicos y pluviométricos que determinen la capacidad forrajera de cada
región.
FORESTAL.
El artículo 116 frac. III, de la Ley Agraria, define este tipo de tierra corno los suelos
utilizados para el manejo productivo de bosques o selvas, en tanto que el artículo
119 de la misma Ley, considera que la pequeña propiedad forestal no debe
exceder
de
800
has.,
sea
cual
fuere
la
calidad
de
las
tierras.
La explotación agropecuaria y forestal en nuestro país, puede ser llevada a cabo
por personas físicas y por personas morales de tal suerte que cualquier sociedad
mercantil o civil, puede tener entre sus objetivos actividades de carácter
agropecuario o forestal (artículo 125 LA.)
LÍMITES A LA PEQUEÑA PROPIEDAD INDIVIDUAL.
Agrícola:
I. 100 hectáreas si se destina a cultivos distintos a los señalados en las fracciones
II y III
II. 150 hectáreas si se destina al cultivo de algodón;
III. 300 hectáreas si se destina al cultivo de plátano, caña de azúcar, café,
henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agave, nopal o árboles
frutales.
Ganadera: Se considera pequeña propiedad ganadera la superficie de tierras
ganaderas que, de acuerdo con el coeficiente de agostadero ponderado de la
región de que se trate no exceda de la necesaria para mantener hasta quinientas
cabezas de ganado mayor o su equivalente en ganado menor, conforme a las
equivalencias que determine y publique la Secretaría de Agricultura y Recursos
Hidráulicos.
Forestal: Se considera pequeña propiedad forestal la superficie de tierras
forestales de cualquier clase que no exceda de 800 hectáreas.
POR LA CALIDAD DE LAS TIERRAS.
Cuando debido a obras de riego, drenaje o cualesquiera otras ejecutadas por los
dueños o poseedores de una pequeña propiedad se hubiese mejorado la calidad
de sus tierras, seguirá siendo considerada como pequeña propiedad, aun cuando,
en virtud de la mejoría obtenida, se rebasen los máximos y se reúnan los
requisitos que señala la Ley.
POR LA CLASES DE CULTIVOS.
Por la importancia económica que revisten ciertos tipos de cultivo, el articulo 27
constitucional y el 117 de la Ley Agraria, se permite ser propietario de una mayor
superficie de tierra en los casos siguientes:
- 150 hectáreas, si se destinan al cultivo de algodón.
- 300 hectáreas, si se destinan al cultivo de plátano, caña de azúcar, café,
henequén, hule, palma, vid, olivo, quina, vainilla, cacao, agave, nopal o árboles
frutales
POR LA SUPERFICIE NECESARIA PARA MANTENER EL GANADO.
El coeficiente de agostadero por regiones que determine la Secretaría de
Agricultura y Recursos Hidráulicos se hará mediante estudios técnicos de campo
tomando en cuenta la superficie que se requiere para alimentar una cabeza de
ganado mayor o su equivalente en ganado menor, atendiendo los factores
topográficos, climatológicos y pluviométricos que determinen la capacidad
forrajera de la tierra de cada región.
ENAJENACIÓN DE EXCEDENTES Y ORDEN DE PREFERENCIA.
La fracción XVII del artículo 27 constitucional, establece que los excedentes
establecidos para la pequeña propiedad de personas físicas o morales deberá de
ser fraccionado y enajenado por el propietario dentro del plazo de un año contado
a partir de la notificación correspondiente. Si transcurrido el plazo el excedente no
se ha enajenado, la venta deberá hacerse mediante pública almoneda.
1.- Los núcleos de población colindantes.
II.- Los Municipios en que se localicen los excedentes.
III.- Las Entidades Federativas en que se localicen los excedentes.
IV.- La Federación.
y.- Los demás oferentes.
PROHIBICIÓN DE LATIFUNDIOS.
Artículo 115 Ley Agraria.- Para los efectos del párrafo tercero y la fracción XV
del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se
consideran latifundios las superficies de tierras agrícolas, ganaderas o forestales
que, siendo propiedad de un solo individuo, excedan los límites de la pequeña
propiedad. En los estados unidos mexicanos quedan prohibidos los latifundios.
TEMA 8
LAS SOCIEDADES MERCANTILES EN ACTIVIDADES AGRARIAS
SOCIEDADES CIVILES Y MERCANTILES
Tradicionalmente, los doctrinarios del derecho hacen una dicotómica división del
Contrato de Sociedad y así, diferencian las sociedades civiles y las sociedades
mercantiles, afirman que a las primeras las regulan los Códigos Civiles Locales en
tanto que a las segundas las regula la Ley General de Sociedades Mercantiles y la
Ley General de Sociedades Cooperativas. La nota característica que distingue a
ambas categorías, es el lucro, pues mientras en las sociedades civiles su finalidad
es la realización de un fin común de carácter preponderantemente económico,
pero que no constituye una especulación comercial, en los segundos, la esencia
de su existencia, estriba precisamente en la especulación y en la obtención de un
lucro ad-infinitum.
La sociedad mercantil se puede definir de la siguiente manera: “es sociedad
mercantil la que existe bajo una denominación o razón social, mediante el acuerdo
de voluntades de un grupo de personas llamadas socios, que unen sus esfuerzos
y capitales para la realización de un fin común de carácter económico con
propósito de lucro”.
SOCIEDADES CIVILES
Estas son reguladas por la legislación civil de cada entidad federativa.
SOCIEDADES MERCANTILES
El marco normativo de este tipo de personas morales, es la Ley General de
Sociedades Mercantiles, articulo 1º, contempla las siguientes figuras asociativas:
Ley General de Sociedades Mercantiles
Artículo 1
Esta Ley reconoce las siguientes especies de sociedades mercantiles:
I. Sociedad en nombre colectivo;
II. Sociedad en comandita simple;
III. Sociedad de responsabilidad limitada;
IV. Sociedad anónima;
V. Sociedad en comandita por acciones, y
VI. Sociedad cooperativa.
Cualquiera de las sociedades a que se refieren las fracciones I a V de este artículo
podrán constituirse como sociedad de capital variable, observándose entonces las
disposiciones del Capítulo VIII de esta Ley.
A diferencia de las personas físicas, las sociedades mercantiles o civiles, pueden
ser propietarias de tierras agrícolas, ganaderas o forestales hasta el equivalente a
25 veces los límites de la pequeña propiedad individual y deben cumplir con los
siguientes requisitos:
I- Deberán participar en la sociedad, por lo menos tantos individuos como veces
rebasen las tierras de la sociedad los límites de la pequeña propiedad individual.
Al efecto se tomará en cuenta la participación de cada individuo, ya sea
directamente o a través de otra sociedad.
II.- Su objeto social deberá limitarse a la producción, transformación o
comercialización de productos agrícolas, ganaderos o forestales y a los demás
actos accesorios necesarios para el cumplimiento de dicho objeto.
II.- Su capital social deberá distinguir una serie especial de acciones o partes
sociales, identificada con la letra “T” la que será equivalente al capital aportado en
tierras agrícolas, ganaderas o forestales o al destinado a la adquisición de las
mismas, de acuerdo con el valor de las tierras al momento de su aportación o
adquisición (artículo 126 LA.)
Ley Agraria
Artículo 126
Las sociedades mercantiles o civiles no podrán tener en propiedad tierras
agrícolas, ganaderas o forestales en mayor extensión que la equivalente a
veinticinco veces los límites de la pequeña propiedad individual y deberán cumplir
con los siguientes requisitos:
I. Deberán participar en la sociedad, por lo menos, tantos individuos como veces
rebasen las tierras de la sociedad los límites de la pequeña propiedad individual.
Al efecto, se tomará en cuenta la participación de cada individuo, ya sea
directamente o a través de otra sociedad;
II.
Su objeto social deberá limitarse a la producción, transformación o
comercialización de productos agrícolas, ganaderos o forestales y a los demás
actos accesorios necesarios para el cumplimiento de dicho objeto;
III. Su capital social deberá distinguir una serie especial de acciones o partes
sociales identificada con la letra T, la que será equivalente al capital aportado en
tierras agrícolas, ganaderas o forestales o al destinado a la adquisición de las
mismas, de acuerdo con el valor de las tierras al momento de su aportación o
adquisición.
PROCESO CONSTITUTIVO
El proceso constitutivo de una Sociedad Mercantil, podemos resumirlo en los
siguientes pasos:
ión de la sociedad, ante la Secretaría de
Relaciones Exteriores.
definitivo.
social
Comercio.
PERMISOS QUE OTORGA LA SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES
Los permisos que otorga la Secretaría de Relaciones Exteriores para la
constitución de Sociedades Mercantiles, con apoyo al Decreto de 29 de junio de
1944, a la Ley Orgánica de la fracción 1 del Artículo 27 Constitucional y en su
Reglamento, pueden ser de tres clases:
Sociedad con cláusula de exclusión de extranjeros:
Que autoriza el Artículo 8o. del Reglamento citado, que lleva la siguiente
estipulación:
“Ninguna personal extranjera física o moral podrá tener participación social alguna
o ser propietaria de acciones de la sociedad. Si por algún motivo alguna de las
personas mencionadas anteriormente, por cualquier motivo o evento llegare a
adquirir una participación social o a ser propietario de una o más acciones,
contraviniendo así lo establecido en el párrafo anterior, se conviene desde ahora
en que dicha adquisición será nula y por tanto cancelada y sin ningún valor la
participación social de que se trata y los títulos que la representen teniéndose por
reducido el capital social en una cantidad igual al valor de la participación
cancelada”.
Este tipo de Sociedad Mercantil no necesita permiso de la Secretaría de
Relaciones Exteriores para celebrar contratos con cualquiera dependencia del
Gobierno, pudiendo sus acciones ser al portador.
Sociedad con el 51% obligatorio de socios mexicanos:
Esta sociedad se considera mexicana para los efectos de normas de la Comisión
Nacional de Inversiones Extranjeras, debiéndose insertar en la Escritura
Constitutiva la siguiente estipulación:
“Todo extranjero, que en el acto de la constitución o en cualquier tiempo ulterior,
adquiera un interés o participación social en la Sociedad, se considerará por ese
simple hecho como mexicano respecto de uno y otra, y se entenderá que conviene
en no invocar la protección de su gobierno, bajo la pena, en caso de faltar a su
convenio, de perder dicho interés o participación social en beneficio de la Nación
Mexicana”.
Además de lo anterior, se hará constar, que el capital social deberá estar suscritos
por mexicanos en un 51% y el 49% restante, podrá ser adquirido por personas
físicas, morales o unidades económicas extranjeras, o por empresas mexicanas
en que participe mayoritariamente el capital extranjero, siempre que no tenga
cualquier facultad de determinar el manejo de esta sociedad. Cuando el capital
esté representado por títulos al portador no podrán ser adquiridos por extranjeros
sin la probación previa de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras y en
este caso, se convertirán en nominativos.
Sociedad con cláusula de libre admisión de extranjeros:
Que autoriza el Artículo 2o. del Reglamento citado anteriormente”.
Estas Sociedades Mexicanas, deberán insertar en la Escritura Constitutiva la
misma estipulación vista en el punto II, es decir, “Todo extranjero, que en el acto
de la constitución o que en cualquier tiempo ulterior, adquiera un interés o
participación social en la sociedad, se considerará por ese simple hecho…..”.
REQUISITOS PARA LA CONSTITUCION DE UNA SOCIEDAD MERCANTIL
Ley General de Sociedades Mercantiles
Artículo 89
Para proceder a la constitución de una sociedad anónima se requiere:
I. Que haya dos socios como mínimo, y que cada uno de ellos suscriba una acción
por lo menos;
(DOF 28 de Julio de 2006)
II. Que el capital social no sea menor de cincuenta mil pesos y que esté
íntegramente suscrito;
III. Que se exhiba en dinero en efectivo, cuando menos el veinte por ciento del
valor de cada acción pagadera en numerario, y
IV. Que se exhiba íntegramente el valor de cada acción que haya de pagarse, en
todo o en parte, con bienes distintos del numerario.
Ley General de Sociedades Mercantiles
Artículo 6
La escritura constitutiva de una sociedad deberá contener:
I. Los nombres, nacionalidad y domicilio de las personas físicas o morales que
constituyan la sociedad;
II. El objeto de la sociedad;
III. Su razón social o denominación;
IV. Su duración;
V. El importe del capital social;
VI. La expresión de lo que cada socio aporte en dinero o en otros bienes; el valor
atribuído a éstos y el criterio seguido para su valorización.
Cuando el capital sea variable, así se expresará indicándose el mínimo que se fije;
VII. El domicilio de la sociedad;
VIII. La manera conforme a la cual haya de administrarse la sociedad y las
facultades de los administradores;
IX. El nombramiento de los administradores y la designación de los que han de
llevar la firma social;
X. La manera de hacer la distribución de las utilidades y pérdidas entre los
miembros de la sociedad;
XI. El importe del fondo de reserva;
XII. Los casos en que la sociedad haya de disolverse anticipadamente, y
XIII. Las bases para practicar la liquidación de la sociedad y el modo de proceder
a la elección de los liquidadores, cuando no hayan sido designados
anticipadamente.
Todos los requisitos a que se refiere este artículo y las demás reglas que se
establezcan en la escritura sobre organización y funcionamiento de la sociedad
constituirán los estatutos de la misma.
SOCIEDADES PREVISTAS POR LA LEY AGRARIA.
Como una medida para fomentar la productividad en el sector agropecuario, con
gobierno federal implementó desde la promulgación de la Ley General de Crédito
Rural el 27 de diciembre de 1975, una serie de figuras asociativas, diseñadas
específicamente para apoyar al sector campesino, en esta ley se crearon un
nuevo tipo de sociedades que por su ámbito de aplicación se les conoció como
“sociedades rurales”, estas fueron las siguientes
-. Unión de Ejidos y Comunidades
-. Sociedades de Producción Rural
- Unión de Sociedades de Producción Rural
- Asociación Rural de Interés Colectivo
La Ley General de Crédito Rural, fue abrogada al expedirse la actual Ley Agraria,
en los términos del artículo segundo transitorio, sin embargo las sociedades antes
enumeradas siguieron existiendo, siendo reguladas actualmente por la nueva
legislación agraria. A este tipo de sociedades hay que añadir la Sociedad de
Solidaridad Social, regida por la ley del mismo nombre y por supuesto el ejido
mismo y la comunidad, regidas ambas por la Ley Agraria Un análisis estrictamente
legal, nos conduciría a afirmar que estas sociedades caen dentro del ámbito de las
sociedades mercantiles por encuadrar en la hipótesis normativa de la fracción
XXIII del artículo 75 del Código de Comercio, que establece como acto de
comercio “XXIII La enajenación que el propietario o el cultivador hagan de los
productos de su finca o de su cultivo; sin embargo por el conocimiento personal de
los miembros de estas sociedades, me inclino a pensar que están ubicadas en un
lugar intermedio entre las civiles y las mercantiles y que tal vez valdría la pena
incluirlas en un tipo de organizaciones de carácter social, Junto con la Ley de
Sociedades de Solidaridad Social, publicada en el Diario Oficial de la Federación
el 27 de mayo de 1976 A continuación en una gráfica y en forma por demás
sintética, pasamos al análisis de las Sociedades Rurales que la Ley Agraria y la
ley de Sociedades de Solidaridad Social contienen y de sus principales notas
distintivas:
TEMA 9
LAS SOCIEDADES RURALES
LAS UNIONES RURALES.
Los ejidos podrán constituir uniones, cuyo objeto comprenderá la coordinación de
actividades productivas, asistencia mutua, comercialización u otras no prohibidas
por la Ley.
Un mismo ejido, si así lo desea, podrá formar, al mismo tiempo, parte de dos o
más uniones de ejidos.
Para constituir una unión de ejidos se requerirá la resolución de la asamblea de
cada uno de los núcleos participantes, la elección de sus delegados y la
determinación de las facultades de éstos. El acta constitutiva que contenga los
estatutos de la unión, deberá otorgarse ante fedatario público e inscribirse en el
Registro Agrario Nacional, a partir de lo cual la unión tendrá personalidad jurídica.
Las uniones de ejidos podrán establecer empresas especializadas que apoyen el
cumplimiento de su objeto y les permita acceder de manera óptima a la integración
de su cadena productiva. Los ejidos y comunidades, de igual forma podrán
establecer empresas para el aprovechamiento de sus recursos naturales o de
cualquier índole, así como la prestación de servicios. En ellas podrán participar
ejidatarios, grupos de mujeres campesinas organizadas, hijos de ejidatarios,
comuneros, avecindados y pequeños productores.
Las empresas a que se refieren los dos párrafos anteriores podrán adoptar
cualquiera de las formas asociativas previstas por la ley.
El órgano supremo será la asamblea general que se integrará con dos
representantes de cada una de las asambleas de los ejidos o de las comunidades
miembros de la unión y dos representantes designados de entre los miembros del
comisariado y el consejo de vigilancia de los mismos.
La dirección de la unión estará a cargo de un Consejo de Administración
nombrado por la asamblea general; estará formado por un Presidente, un
Secretario, un Tesorero y los vocales, previstos en los estatutos, propietarios y sus
respectivos suplentes, y tendrán la representación de la unión ante terceros. Para
este efecto se requerirá la firma mancomunada de por lo menos dos de los
miembros de dicho consejo.
La vigilancia de la unión estará a cargo de un Consejo de Vigilancia nombrado por
la asamblea general e integrado por un Presidente, un Secretario y un Vocal,
propietarios con sus respectivos suplentes.
Los miembros de la unión que integren los Consejos de Administración y de
Vigilancia durarán en sus funciones tres años y sus facultades y responsabilidades
se deberán consignar en los estatutos de la unión. (Articulo 108 y 109 de la ley
agraria)
EMPRESAS EJIDALES Y COMUNALES.
Los ejidos y comunidades, podrán establecer empresas para el aprovechamiento
de sus recursos naturales o de cualquier índole, así como la prestación de
servicios. En ellas podrán participar ejidatarios, grupos de mujeres campesinas
organizadas,
hijos
de
ejidatarios,
comuneros,
avecindados
y
pequeños
productores.
Las empresas a que se refieren los dos párrafos anteriores podrán adoptar
cualquiera de las formas asociativas previstas por la ley.
ASOCIACIONES RURALES DE INTERÉS COLECTIVO.
Las Asociaciones Rurales de Interés Colectivo podrán constituirse por dos o más
de las siguientes personas: ejidos, comunidades, uniones de ejidos o
comunidades, sociedades de producción rural, o uniones de sociedades de
producción rural.
Su objeto será la integración de los recursos humanos, naturales, técnicos y
financieros para el establecimiento de industrias, aprovechamientos, sistemas de
comercialización
y
cualesquiera
otras
actividades
económicas;
tendrán
personalidad jurídica propia a partir de su inscripción en el Registro Agrario
Nacional, y cuando se integren con Sociedades de Producción Rural o con
uniones de éstas, se inscribirán además en los Registros Públicos de Crédito
Rural o de Comercio.
Son aplicables a las Asociaciones Rurales de Interés Colectivo, en lo conducente,
lo previsto en los artículos 108 y 109 de la ley agraria.
SOCIEDADES DE PRODUCCIÓN RURAL.
Los productores rurales podrán constituir sociedades de producción rural. Dichas
sociedades tendrán personalidad jurídica, debiendo constituirse con un mínimo de
dos socios.
La razón social se formará libremente y al emplearse irá seguida de las palabras
"Sociedad de Producción Rural" o de su abreviatura "SPR" así como del régimen
de responsabilidad que hubiere adoptado, ya sea ilimitada, limitada o
suplementada.
Las de responsabilidad ilimitada son aquéllas en que cada uno de sus socios
responde por sí, de todas las obligaciones sociales de manera solidaria; las de
responsabilidad limitada son aquéllas en que los socios responden de las
obligaciones hasta por el monto de sus aportaciones al capital social, y las de
responsabilidad suplementada son aquéllas en las que sus socios, además del
pago de su aportación al capital social, responden de todas las obligaciones
sociales subsidiariamente, hasta por una cantidad determinada en el pacto social y
que será su suplemento, el cual en ningún caso será menor de dos tantos de su
mencionada aportación.
La constitución y administración de la sociedad se sujetará en lo conducente a lo
establecido en los artículos 108 y 109 de la ley agraria. El acta constitutiva se
inscribirá en el Registro Público de Crédito Rural o en el Público de Comercio.
Los derechos de los socios de la sociedad serán transmisibles con el
consentimiento de la asamblea. Cuando la sociedad tenga obligaciones con
alguna institución financiera se requerirá además la autorización de ésta.
La contabilidad de la sociedad será llevada por la persona propuesta por la junta de
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