Los Contratos de Aparcería y Medianería

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LOS MODERNOS CONTRATOS DE APARCERIA Y MEDIANERIA
Román J. Duque Corredor
1. La ausencia de una regulación legal en la legislación venezolana y lo
conveniente de su regulación para promover formas asociativas para
modernizar la agricultura
El Decreto con fuerza de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, publicado en
la Gaceta Oficial Nº 37.323 del 13 de noviembre de 2001, y reformado por
Ley publicada en dicha Gaceta Nº %.771 Extraordinario del 18 de mayo de
2005, derogó en su totalidad la Ley de Reforma Agraria (Disposición
Derogatoria Primera) y dejó sin regulación, entre otros contratos agrarios,
a los contratos de tenencia para la explotación de la tierra. Sin embargo, el
Decreto Ley mencionado reconoce a los arrendatarios y medianeros el
derecho a permanecer en las tierras denunciadas señaladas como ociosas o
incultas o sometidas a expropiación. Es decir, da por supuesto la existencia
de estos contratos sin atender a sus aspectos fundamentales como son los
derechos y obligaciones de las partes, principalmente de los arrendatarios y
medianeros respecto de la introducción de mejoras, el plazo de duración de
los contratos, su prórroga y los motivos de extinción que dan lugar a su
resolución y terminación. A nuestro entender se trata de los contratos
tradicionales de arrendamiento y aparcería, que considera a la tierra como
un factor de renta y no como base para la constitución o consolidación de
una empresa agraria mediante la asociación de la
tierra,
el capital,
tecnología , servicios y otros bienes productivos.
En otro orden de ideas, la vigente Constitución, en su artículo 305, postula
como política para el sector rural la agricultura sustentable, es decir,
aquella que de manera permanente permita una actividad agraria
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compatible con la protección de los recursos naturales renovables y que
garantice el progreso económico de los agricultores y la seguridad
agroalimentaria de la Nación. Esa agricultura sustentable es la base del
desarrollo rural sostenible que para ese sector promueve la actual
Constitución. En otras palabras, el fomento de una actividad agraria a
largo plazo que permita la compatibilidad del crecimiento económico con
el bienestar social y con la defensa y conservación del ambiente. Por ello,
el constituyente no sólo señala al Estado el cometido de llevar a cabo
medidas de transformación de las tierras incultas u ociosas en unidades
económicas productivas como la eliminación de los latifundios o el tributo
sobre las tierras improductivas, sino también otras medidas de desarrollo
rural, como la promoción y fomento de la producción nacional, y las de
orden financiero, comercial, tecnológico e infraestructura. En verdad, las
medidas de tenencia por sí solas son insuficientes para conseguir el
objetivo que aspira el constituyente para el sector rural. Efectivamente, en
el artículo 306 de la Constitución se le señala al Estado la obligación de
promover las condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito
de generar empleo y garantizar a la población rural un adecuado bienestar y
su incorporación al desarrollo nacional, para lo cual deberá fomentar la
actividad agrícola y el uso óptimo de la tierra, créditos, servicios y
asistencia técnica. En otras palabras, que a la par de medidas de afectación
y de distribución de las tierras, que únicamente se refieren a las tierras que
el Estado adquiera o que les pertenezcan, la Constitución exige que se
contemplen medidas para la modernización de la agricultura del sector
privado como un medio para lograr el desarrollo integral de todo el sector
rural. Es decir, la Constitución se inscribe dentro de esa orientación de la
agricultura sustentable como base del desarrollo rural, que aparte de la
redistribución equitativa de la tierra tiene como propósito promover
inversiones en el campo, y uno de esos medios es la regulación de un
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régimen contractual que permita la asociación o coparticipación de los
dueños de las tierras y de quienes puedan aportar conocimientos, bienes,
servicios
o capitales para organizar o poner en funcionamiento
explotaciones agrarias modernas y eficientes. De este modo se aspira a
convertir, principalmente a las explotaciones familiares, pequeñas y
medianas, en modernas empresas agrarias para que cumplan con su función
productiva de alimentos y de materias primas y que puedan diversificarse y
producir conforme a las demandas sociales. En definitiva, las finalidades
de ese régimen, como s e ha demostrado en la Unión Europea, y en los
Países del Río de La Plata, son las de modernizar las explotaciones
agrarias mediante su reestructuración productiva, con la promoción de la
asociación entre la tierra, el capital y la tecnología, para que eleven su
capacidad productiva en los mercados y la diversificación de sus
actividades, y para hacer compatible la actividad agraria con la protección
del ambiente y respetar los procesos ecológicos.
2. El asociativismo como instrumento del desarrollo rural
Uno de los medios de modernización de la agricultura consiste en
promover y proteger formas asociativas y particulares que permitan que la
propiedad de la tierra garantice la producción agrícola nacional, como se
señala en el artículo 307 de la Constitución vigente, que, además, ha de ser
privilegiada y desarrollada. Esa modernización comprende, entre otras
medidas, la actualización de las formas contractuales de producción
agropecuaria, para que las actividades productivas primarias de
autoconsumo, de ciclo cerrado y de escasa tecnología, evolucionen hacia
sistemas de relaciones económicas dinámicas, multifuncionales, con una
orientación hacia el mercado, adaptando sus producciones a la demanda y a
la planificación democrática y participativa agroalimentaria del país. Por
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ello,
se busca atraer inversiones en el sector rural,
mediante
tendencia, en la regulación de los contratos agrarios,
una
hacia el
asociativismo, la colaboración y coparticipación de las partes en los
riesgos
en
una actividad estrechamente dependiente del medio
natural y del carácter incierto de los ciclos biológicos, como lo es la
actividad productiva agraria,
cuyos productos, además, presentan una
oferta rígida y poco adaptable a la demanda. Ello, además, facilita el
acceso al crédito de las empresas pequeñas y medianas.
Dentro de esa
tendencia, que se percibe en los artículos 305 a 307 de la Constitución,
en concordancia con su artículo 299,
se inscribe la orientación de las
legislaciones que persiguen fomentar relaciones económicas y diferentes
operaciones
entre los sectores productivos y los de transformación y
comercialización de los productos
agropecuarios, y
favorecer la
transparencia del mercado y la concurrencia en el mismo.
Con la modernización de las formas contractuales de la
agricultura,
aparte de proteger al cultivador y la productor directo y a la empresa
agraria, se abandona la concepción tradicional del contrato agrario que
sólo tiene
en cuenta su objeto, es decir, el fundo rústico, sin
importarle su finalidad productiva.
En la nueva concepción de estos
contratos se atiende más a la actividad productiva que a la titularidad
de los bienes. Es
organización,
decir, los usos y
constitución y
el empleo de los bienes y su
funcionamiento,
procurando la
profesionalización de esa actividad. Desde este punto de vista,
al
identificarse la agricultura con la actividad de producción, ya el objeto
de los contratos no es el fundo rústico, sino el complejo de actos y de
relaciones dirigidos a garantizar la organización y permanencia de esa
actividad.
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2. La nueva concepción de los contratos de tenencia y su
constitucionalidad.
Modernamente se regulan los contratos de tenencia para la organización
o constitución de explotaciones o empresas agrarias, como se ha hecho
en la Unión Europea, cuyo objeto si bien es la cesión del uso o goce de
un predio
rural, su
finalidad
no es propiamente la
renta
o
contraprestación sino la de explotarlo mediante una empresa agraria,
para lo cual resulta determinante la participación de ambas o varias
partes en los riesgos propios de la explotación,
y en la dirección de la
empresa. Tal concepción aleja, por ejemplo la aparcería asociativa de la
aparcería tradicional, en la cual, como un simple contrato de cambio,
el dueño de la tierra se conforma con la renta de la tierra, sin participar
en la dirección de la explotación y sin asumir ningún riesgo .
Por el
contrario modernamente, los contratos de tenencia y dentro de ellos las
aparcerías son los convenios mediante los cuales una parte cede o concede
el uso y goce de un predio rural para su explotación, a cambio de una
contraprestación variable o con el objeto de repartirse sus frutos y en cuya
explotación coparticipan ambas partes o ambas partes. Dichos contratos
caben dentro del principio agrario constitucional de la promoción de
formas asociativas particulares para los agricultores a que se contrae el
artículo 307 de la Constitución, y se adecuan al derecho de disposición
y disfrute de la propiedad que se garantiza en el artículo 115 de la
Constitución y dentro la libertad de contratación que se garantiza dentro
de la libertad económica que se reconoce en el artículo 299 de la misma
Constitución y conforme el principio de la autonomía de la voluntad que
se inscribe en la garantía del libre desenvolvimiento de su personalidad
que el artículo 20 constitucional reconoce a toda persona.
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3. La nueva concepción de las aparcerías. Aspectos generales.
Dentro de
esa
concepción de contratos para la organización o
constitución de empresas agrarias se
modifican
modernamente
contratos de aparcería tradicionales para convertirlos en
los
contratos
asociativos de participación. En efecto, l a aparcería tradicional no es
sino un contrato de cesión de uso de la tierra a cambio de la entrega
de un porcentaje de los productos,
sin tener en cuenta los aportes
efectuados por las partes y sin que el cedente asuma riesgo alguno. En
la legislación moderna se concibe la aparcería como un contrato para la
constitución y funcionamiento de explotaciones o empresas agrarias. La
nueva consideración de la aparcería toma en cuenta, por el contrario, la
fijación del
porcentaje evitando la arbitrariedad para
que
guarden
relación con las aportaciones de las partes. En otras palabras, no puede
ser cualquier porcentaje sino el que guarde proporción con los aportes
del aparcero propietario y del aparcero asociado. Así se tiene cuidado en
definir con precisión la aparcería de medianeria, regulándose los derechos
y obligaciones de cada parte, tanto en las aparcerías agrícolas como en
las pecuarias, para evitar la
especulación del concedente en perjuicio
del aparcero asociado y para asegurar la coparticipación en la dirección
y en los riesgos de la explotación, así como la equitativa repartición de
los frutos y los gastos,
durante la ejecución del contrato o a su
terminación. Se atiende también a la duración de las aparcerías para
proteger la estabilidad del aparcero asociado, estableciendo términos
legales mínimos, renovaciones y subrogaciones. Por otra parte, se
distinguen la aparcería pecuaria simple de la aparcería pecuaria parciaria,
según que los aportes de ganado sea o no de una sola de las partes.
También se aclara lo relativo a la propiedad del ganado aportado que
la conserva el concedente o ambas partes, si la aparcería es parciaria.
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Finalmente, se establecen de manera taxativa los motivos de terminación
del contrato, para evitar los desalojos intempestivos del aparcero asociado.
Se ha avanzado en algunas legislaciones agrarias, como la argentina,
regulándose el contrato de aparcería de producción de leche, que en
otros países ha contribuido a la promoción de la producción y de la
agroindustria lecheras, que se caracteriza por la asociación del dueño de
las instalaciones y de animales y los productores para la producción
lechera. Su objeto consiste en la entrega de animales y de instalaciones al
productor o explotador para producir y comercializar leche. Por participar
del género de las aparcerías pecuarias se rige también por las normas
generales contempladas para el contrato de aparcería. Igualmente, se
regula lo atinente a su plazo , la comercialización de los productos, las
obligaciones específicas de las partes , los motivos de extinción , las
indemnizaciones en casos de incumplimientos, y la desocupación de
la vivienda por el productor.
En algunas regiones del país se celebran contratos de “préstamos de
pastos”, entre el dueño de los pastos y los ganaderos para que éstos
pasten su ganado, a cambio de un precio por cabeza de animal y por un
plazo
variable. Estos contratos son los denominados en la doctrina
agrarista “contratos de pastaje o pasturaje”, que no pueden asimilares a los
contratos de parecería pecuaria porque carecen de base asociativa o d e
participación. Este contrato se rige fundamentalmente por los usos y
costumbres locales, por lo que las éstas suplen las normas contenidas en la
ley. En estos contratos tiene jerarquía la costumbre, por lo que en su
interpretación y ejecución habrá que atenerse a las reglas de aplicación
de la costumbre. Las costumbres, conforme al artículo 7° del Código
Civil, suplen el silencio de la ley, o de las partes, cuando las prácticas que
las constituyen son uniformes, públicas, reiteradas durante un espacio
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suficiente de tiempo y ejecutadas en el territorio nacional o localmente y no
resulten contrarias a la Ley, al orden público y las buenas costumbres.
Salvo que la costumbre constituya un hecho notorio, en esto caso, quien
solicite su aplicación debe probar su existencia ante el juez de mérito. El
juez para apreciar la costumbre puede fundar su decisión en los
conocimientos de hecho que se encuentren comprendidos en la experiencia
común o en máximas de experiencia. Finalmente, en las legislaciones que
han regulado estos contratos exigen que consten por escrito y en forma
auténtica.
4. Aspectos particulares de los contratos tipos de aparcerías agrarias.
Según la más reciente doctrina y legislación comparada, estos contratos
presentan características totalmente diferente a la tradicional aparcería,
que constituía principalmente un contrato renta o de prestación y pago
d e servicios. En las legislaciones que siguen la nueva orientación de los
contratos asociativos o parciarios,
en el contrato de aparcería una de las
partes, llamada aparcero propietario, entrega a otra, denominada aparcero
asociado, animales, o un predio o fundo rural con o sin plantaciones,
sembrados, animales, maquinarias, herramientas o enseres de trabajo para
organizar o para continuar una explotación agropecuaria, con el objeto de
repartirse los frutos y los gastos de la explotación, en base a un esquema
de distribución de aportes, gastos y
ganancias.
La aparcería es de
medianería cuando el aparcero propietario se obliga a aportar un predio o
fundo rural para que el aparcero asociado lo destine a la explotación
agropecuaria, contribuyendo ambos en forma equivalente con el capital
necesario y con los gastos de explotación, y con igualdad de facultades en
la dirección y administración de la explotación o empresa agraria, y con el
objeto de repartirse los frutos también iguales. En las aparcerías agrícolas
el porcentaje de distribución de los frutos que las partes convengan
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repartirse deberá guardar proporción con los aportes que las mismas
realicen para la explotación. El porcentaje sólo será revisable cuando por
cualquier causa extraña se produzca un desequilibrio en la proporcionalidad
de los aportes. En caso de desacuerdo el Juez competente decide. La
perdida de los frutos por caso fortuito o de fuerza mayor es soportada por
las partes en la misma proporción establecida para el reparto de aquéllas.
El aparcero propietario asume las siguientes obligaciones:
1)
Contribuir con un porcentaje o con el cincuenta por ciento (50%) de
los gastos que se requieran para erradicar las malezas y las plagas, si el
predio las tuviera al tiempo de la celebración del contrato.
2)
Contribuir con un porcentaje o con el cincuenta por ciento (50%) de
los gastos que demande la realización de una agricultura sostenible
3)
Contribuir con el porcentaje pactado de los gastos de explotación.
Mientras que el aparcero asociado corre con las siguientes obligaciones:
1) Llevar a cabo personalmente o junto con el aparcero propietario la
dirección y administración de la explotación.
2) Dar a la casa de habitación y a los bienes comprendidos en el contrato
el destino convenido.
3) Realizar la explotación con sujeción a las normas conservacionistas y
de protección del ambiente.
4) Practicar una agricultura sostenible resguardando la diversidad
biológica.
5) Contribuir con el porcentaje pactado o con el cincuenta por ciento
(50%) de los gastos que demande la explotación.
6) Participar al aparcero propietario con la debida anticipación la fecha en
que comenzará la percepción de los frutos y separación de los productos a
dividir, no pudiendo disponer de los mismos hasta tanto se proceda a su
separación.
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7) Mantener el predio libre de plagas y malezas si lo ocupó en esas
condiciones y contribuir con el porcentaje pactado o con el cincuenta por
ciento (50%) de los gastos que requiera la erradicación de las mismas, si
éstas existieran al momento de la celebración del contrato.
8) Rendir cuentas del resultado de la explotación, si se le ha delegado la
administración.
Respecto de los plazos, son aplicables a los contratos de aparcería agrícola
las reglas de los contratos sucesivos, con relación a la continuación de la
explotación al vencimiento del término legal o pactado del contrato, y
sobre la prohibición de los subcontratos o cesiones del contrato, y sobre la
forma obligatoria escrita del contrato.
5. La aparcería pecuaria y sus tipos.
En las legislaciones modernas, la aparcería es pecuaria cuando las partes
se asocian mediante aporte recíprocos para la crianza y explotación de
ganado y para el ejercicio de las actividades conexas, a fin de distribuirse
los gastos y el aumento del precio del ganado y de los otros productos y
utilidades que de él se deriven. El aumento puede consistir tanto en las
crías que se hayan producido como en el mayor valor que el ganado tenga
al término del contrato.
La aparcería pecuaria puede ser simple o
parciaria. En la simple el ganado es aportado solo por el concedente o
propietario para que el aparcero asociado los críe. Y en la parciaria el
aporte del ganado lo realizan ambas partes. La estimación del ganado al
celebrarse el contrato no transfiere la propiedad al aparcero asociado. La
estimación debe indicar la cantidad, la raza, el sexo, el peso y la edad del
ganado y el respectivo precio en el mercado. La estimación servirá de base
para determinar lo que tiene derecho a tomar el aparcero propietario o
concedente al final de la terminación del contrato. Si en el contrato no se
establece término, la aparcería pecuaria tiene una duración mínima de tres
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(3) años. Al vencimiento del plazo, el contrato no cesa de pleno derecho y
la parte que no quiera renovarlo debe dar aviso al menos seis (6) meses
antes del vencimiento o en el término mayor fijado por la convención o por
los usos o costumbres del lugar. Si no se ha dado aviso, el contrato se
entiende renovado de año en año.
La dirección de la explotación o
empresa corresponde al aparcero asociado, o ambas partes; y debe
realizarse según las reglas de la buena técnica de la crianza del ganado. La
selección de los trabajadores subordinados extraños a la familia del
aparcero asociado, debe efectuarse con el conocimiento del aparcero
concedente o propietario.
El aparcero asociado debe prestar el trabajo
necesario para la custodia y crianza del ganado entregado por el aparcero
concedente, para la elaboración de los productos y para el transporte hasta
los lugares de depósito ordinario, El aparcero asociado debe usar la
diligencia del buen ganadero. El aparcero asociado no responde del ganado
que pruebe que ha perecido por causas que no le sean imputables a él, pero
debe rendir cuenta del despojos recuperable.
En la aparcería pecuaria
estipulada por un tiempo no inferior a tres (3) años, cuando durante la
primera mitad del periodo contractual pereciera la mayor parte del ganado,
inicialmente aportado por causas no imputables al aparcero asociado, éste
puede solicitar su reemplazo con otras cabezas de valor igual a aquél que
los animales perecidos tenían al inicio del contrato, teniendo en cuenta el
número, la raza, la calidad, el sexo, el peso y la edad.
concedente o propietario no cumple con pagar el
Si el aparcero
reintegro, el aparcero
asociado puede considerar resuelto de pleno derecho el contrato.
Si la
propiedad o el goce del ganado dado en aparcería es transferido a otros, el
contrato no se extingue, y si la transferencia comprende la mayor parte del
ganado, el aparcero asociado puede en el término de un mes desde que
haya obtenido conocimiento de ella, considerar resuelto el contrato con
efecto a la finalización del año en curso.
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Los aumentos, los productos, las utilidades y los gastos se dividen entre las
partes de acuerdo a la proporción establecida en el convenio o en los usos.
Es nulo el pacto por el cual el aparcero asociado debe soportar las perdidas
en una proporción mayor que las ganancias. A la terminación del contrato
las partes deben proceder a una nueva estimación del ganado. El aparcero
concedente retira, de acuerdo con el contrato, un conjunto de cabezas igual
a las que haya aportado, de acuerdo al número, a la raza, al sexo, al peso, a
la calidad y a la edad que corresponda, el resto se divide de acuerdo a lo
establecido en el encabezamiento de este artículo. Si no existen cabezas
suficientes para igualar la estimación inicial, el aparcero concedente toma
la que queda. La aparcería pecuaria no se disuelve por la muerte del
aparcero concedente. En caso de muerte, incapacidad o imposibilidad física
de uno de los aparceros, los herederos pueden continuar con el contrato,
previa notificación formal a la otra parte dentro de los treinta (30) días
siguientes, salvo que opten por su terminación. La falta de notificación se
entiende como que los herederos optaron por poner fin al contrato. Las
cosecha pendientes, en todo caso, pertenecen a los aparceros o a sus
herederos, según el caso de muerte o de incapacidad o imposibilidad física
En la aparcería pecuaria parciaria el ganado es aportado por ambas partes
en la proporción convenida. En la aparcería estipulada por un tiempo no
inferior a tres (3) años, cuando durante la primera mitad del período
contractual pereciere por causa no imputable al aparcero asociado, la mayor
parte del ganado inicialmente aportado, y los contratantes no se acuerdan
sobre el reintegro del mismo, cada uno de ellos tiene derecho a considerar
resuelto el contrato. Salvo convención en contrario la resolución del
contrato tiene efectos al fin del año en curso. El ganado restante debe ser
dividido entre las partes en proporciones equitativas. El aparcero
concedente retira, de acuerdo con el contrato, un conjunto de cabezas igual
a las que haya aportado, de acuerdo al número, a la raza, al sexo, al peso, a
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la calidad y a la edad que corresponda, el resto se divide de acuerdo a lo
pactado.
Si no existen cabezas suficientes para igualar la estimación
inicial, el aparcero concedente toma la que queda
Para estos contratos se prevén como disposiciones comunes los siguientes
casos de extinción:
1)
El vencimiento del término legal o del término pactado, si éste fuere
mayor.
2) La muerte, incapacidad o imposibilidad física del aparcero asociado.
No obstante, en este supuesto, podrá continuarse el contrato por sus
herederos, descendientes, ascendientes, cónyuge o colaterales hasta el
segundo grado de consanguinidad, en el orden sucesorio, siempre que
hayan participado en forma directa en la explotación, previa
notificación al aparcero propietario o concedente en un plazo de treinta
(30) días.
El contrato no terminará por la muerte del aparcero
propietario o concedente, salvo que el aparcero asociado opte por su
resolución. Tampoco se terminará el contrato en los casos de
enajenación del predio.
3) Por resolución en el caso de incumplimiento de las obligaciones que
la ley o el contrato pusieran a cargo del arrendatario.
4) Por resolución del contrato en los casos de abandono injustificado de
la explotación por el aparcero asociado, o por incumplimiento en la
entrega de la parte de los frutos que correspondan al aparcero
concedente o propietario.
En estos casos puede pedirse el desalojo del predio y la restitución de las
cosas objeto del contrato, de negarse la autorización de desalojo por la
autoridad competente continuará el contrato hasta por un plazo máximo
improrrogable de tres (3) años. En casos de ocurrir durante ese período
forzoso un nuevo motivo de desalojo el propietario concedente puede
acudir directamente a desalojar al aparcero.
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Un tipo de aparcería pecuaria son las aparcerías participativas de
producción de leche, que es un contrato de participación entre el
propietario de la explotación y la persona que la tiene a su cargo, y se rige
por las normas del contrato de aparcería, en cuanto sean aplicables. En el
contrato de aparcería de producción de leche, una
parte llamada
concedente, propietaria o poseedora a cualquier título de un predio y
ganado, o de instalaciones destinadas a la producción de leche, y otra parte,
llamada productor, que lleva a cabo la explotación, con o sin aportes de
equipos, maquinarias o enseres propios de la explotación, convienen en
producir leche de origen animal, cualquiera fuera la raza del ganado mayor
o menor del que se obtenga, y en distribuirse entre ellas la producción en
el porcentaje pactado en el contrato. En cuanto a su plazo el contrato de
aparcería de producción de leche se rige por lo dispuesto en las mismas
reglas de la aparcería pecuaria en general. La leche obtenida de la
explotación será comercializada donde el propietario concedente disponga,
debiéndose en todos los casos garantizar al productor el precio que la
industria láctea pague por la misma, incluidos los porcentajes que
correspondan de acuerdo con las normas vigentes para la calificación de al
leche. El propietario concedente deberá entregar al productor una copia de
la liquidación que se le otorgue por quien comercialice el producto. El
productor tiene derecho al control del análisis, volumen, peso, valor de
producción y precio.
. Son obligaciones del propietario concedente:
1) Facilitar al productor o explotador y a su familia vivienda adecuada en
condiciones de habitabilidad e higiene.
2) Facilitar habitación higiénica y adecuada a los trabajadores.
3) Construir y mantener instalaciones de ordeño.
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4) Construir y mantener las instalaciones necesarias para refrescar la
leche.
5) Entregar al productor o explotador copias de las liquidaciones de la
comercialización de la leche.
Son obligaciones del productor o explotador:
1) Residir en el predio y dirigir personalmente la explotación de acuerdo a
una buena técnica ganadera.
2) Cuidar
los
animales,
instalaciones,
mejoras,
herramientas
y
maquinarias de trabajo que se le confían para la explotación
3) Cumplir con las leyes laborales con relación al personal a su cargo.
4) Mantener en condiciones de higiene las instalaciones e implementos de
ordeño y los del predio.
5)
Cumplir con las instrucciones que le importa el productor concedente
para incorporara nuevas técnicas a la explotación pecuaria.
El contrato de aparcería de producción de leche se extingue:
a) Por vencimiento del plazo, siendo aplicable lo dispuesto para los
contratos de tracto sucesivo respecto de la prórroga (en el artículo 62.)
b) Por muerte, incapacidad, imposibilidad física del productor,(siendo
aplicable lo dispuesto en el artículo 70, Numeral 2)
c) Por resolución del contrato por incumplimiento de las partes de las
disposiciones de la presente Ley y del contrato.
En caso del incumplimiento del propietario concedente, éste deberá
abonar al explotador o productor la indemnización pactada o equivalente
al cincuenta por ciento (50%) del promedio mensual de lo percibido por
éste en los últimos doce (12) meses, multiplicado por cada año o fracción
mayor de seis (6) meses, si tuviera una antigüedad mayor de un (1) año.
Deberá pagar igualmente las indemnizaciones de los trabajadores
contratados por el explotador, como intermediario, de acuerdo con las leyes
laborales. Si el contrato se resuelve por incumplimiento del explotador,
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éste no tiene derecho a la indemnización señalada anteriormente.
Si el
contrato se rescinde, sin causa, por el propietario concedente, éste deberá
abonar al explotador o productor,
una indemnización igual a la señalada
para el caso de resolución por incumpliendo del propietario concedente. Si
fuere por decisión del explotador éste debe dar aviso con una anticipación
mínima de un mes al propietario concedente. Si no diere el aviso deberá
abonar al propietario concedente una indemnización pactada o igual al
promedio de lo obtenido durante los últimos doce (12) meses, o al término
de la explotación, si fuere menor de un (1) año. En los casos de extinción
del contrato de acuerdo con lo expuesto, el explotador debe entregar de
inmediato al propietario concedente el predio o las instalaciones, mejoras,
maquinarias y útiles de trabajo. La vivienda deberá desocuparla el
explotador dentro del termino de un (1) mes después de notificada la
resolución del contrato, y en caso contrario, el propietario puede solicitar su
desocupación mediante el procedimiento previsto en las leyes.
Algunas legislaciones legislan en particular sobre el contrato de pastaje o
pasturaje, y consideran que existe cuando el propietario concedente de los
pastos, sin entregar la tenencia del predio, le concede a otro, llamado
ganadero, el derecho de hacer pastar su ganado mediante el pago de un
precio en dinero por cabeza de animal y por un plazo determinado que
puede ser diario, mensual y hasta anual.
El ganadero debe limitarse a
hacer pastar los animales y a suministrarle la bebida necesaria sin poder
realizar ningún acto de utilización o explotación del fundo. Podrá entrar a
los potreros en que se encuentran los animales para proveer a su cuidado,
encerramiento y la bebida del ganado.
El dueño del ganado sólo podrá
exigir el cuidado o custodia de los animales si así lo ha consentido
expresamente el propietario de los pastos. Sin embargo, se presume que
existe esta obligación si éste habita en el predio con el personal encargado
de atender el ganado, y de darles de beber y de cambiarlos de potrero
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cuando sea necesario.
La persona que tiene a su cargo la custodia del
ganado, de conformidad con lo anterior, es responsable de los daños y
perjuicios que los animales puedan causar a terceros estando el predio
debidamente cerrado. El propietario del predio se obliga a mantenerlo en
condiciones para el destino convenido en el contrato y a mantener los
sembrados en buenas condiciones El propietario del predio no es
responsable por la muerte o desaparición de los animales que pasten en el
predio por causas naturales o por cualquier otras causas que no le sean
imputables. Cualquiera de las partes puede resolver el contrato, dando
aviso previo a la contraparte con quince (15) días anticipación. En este
supuesto el dueño del ganado está obligado a retirarlo dentro de los quince
(15) días siguientes al aviso de resolución. Caso contrario el propietario
del predio está facultado para hacerlo por cuenta del dueño del ganado.
6. Comentarios finales acerca de la naturaleza de los modernos
contratos de aparcería.
En verdad que estos contratos, salvo el de pastaje o pastoreo, no pueden
ser considerados contratos de rentas de tierras o de pagos de cuotas por
servicios o de comisiones, puesto que su objeto es constituir u organizar
una explotación o empresa agraria, es decir, de cultivo, de cría o de
alimentación de ganados de las partes. Luego la actividad a mi juicio es
una actividad agraria de producción primaria.
Pero tampoco no llegan
ciertamente a constutir contratos de sociedades,
porque forman una
empresa agraria sin firma social. Tampoco es una comandita porque los
participantes son responsables de las perdidas en proporción a sus aportes.
No hay un patrimonio social. Por ejemplo, en el caso de las aparcerías
pecuarias parciarias, cada uno de los aparceros conserva la propiedad de
sus ganados. En estos contratos, el objeto es constituir u organizar una
empresa agraria y de dividir con ese objeto las ganancias y los gastos,
cuando concluyan las operaciones de comercialización de la producción;
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por eso uno de los derechos principales de las partes consiste en obtener
cuenta de los
bienes o fondos que han
aportado y de las pérdidas y
ganancias y a participar paritariamente en ellas.
Parece, pues, que se
acercan a las llamadas “ asociaciones en participación”, que son aquellas
en que una parte da una o más personas participación en las utilidades o
perdidas de una o más operaciones o de todas las de su explotación. Sin
embrago, a diferencia de estas asociaciones, los aparceros si conservan la
propiedad de los bienes aportados.
Aspectos todos estos que habrá que
tenerse en cuenta a los efectos contables y fiscales, si los agricultores
productores llegan a celebrar estos contratos, en base a sus
y
derechos
individuales y garantías constitucionales de disfrute de sus propiedades, de
libre contratación , de asociación y de autonomía de su voluntad que les
asegura la vigente Constitución.
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