VALORES PARA LA LIBERTAD INTERIOR Dalai Lama 1 Apego al pasado. Base de percepciones equivocadas. Cuando hablo con gente joven, me siento rejuvenecer yo también. Las personas de mi edad y yo pertenecemos a una generación del siglo XX que, quizás a causa de eso, mantiene algunos conceptos del pasado, en medio de una realidad que cambia constantemente. Entonces, suele suceder que, cuando enfrentamos circunstancias que han cambiado, existe una brecha entre nuestra percepción –que aún está atada a conceptos del pasado– y la realidad misma. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 8. 2 Propósito de la vida: felicidad. Su base es la paz interna. Creo que el propósito de nuestra vida es encontrar la felicidad, y que todos los seres tenemos, como parte de nuestra constitución y en forma natural, las condiciones para encontrar la felicidad y desarrollarla. Pero para que estos elementos de nuestra constitución capaces de desarrollar la felicidad funcionen correctamente, necesitamos un estado de paz. Cuando hay perturbaciones, estas condiciones naturales se desequilibran; la paz es la base a partir de la cual esos elementos encuentran su propio equilibrio. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 10. 3 Sabiduría y compasión. Desarrollo de las dos propuestas. Tenemos que aspirar, entonces, a que la inteligencia humana se encuentre acompañada por la calidez de nuestro corazón, para que de esa forma podamos utilizar su potencial de una manera constructiva, positiva. Y para tener calidez en nuestro corazón tenemos que abrigar un sentimiento de preocupación por el bienestar de los demás, un sentimiento de cuidado y responsabilidad hacia los otros individuos y hacia la comunidad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 14. 4 Mentes perturbadas por. Miedos y expectativas. La razón por la cual nuestras mentes están perturbadas es porque están dominadas por la expectativa y el temor; a causa de eso tenemos más miedos, nos es difícil confiar en los demás y generamos nuevas turbulencias en nuestra mente que nos impiden encontrar un estado de felicidad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 15. 5 Enseñanza budista: compasión. Mente de paz y calma. …las enseñanzas budistas: si nosotros, cambiando nuestra manera de percibir las cosas, desarrollamos correctamente nuestro estado mental, podremos transformar cualquier adversidad y cualquier situación desfavorable, en algo positivo. De esa manera podremos transitar el mundo y nuestra propia existencia sin herirnos. Las cualidades fundamentales que producen esos efectos deseados dentro de nuestra mente son el amor y la compasión. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 16. 6 Responsabilidades de un budista. Ser pacíficos y buena educación. Para cada uno de nosotros, hay dos aspectos que son de nuestra propia responsabilidad. El primero es que tenemos que llevar una vida más pacífica, imbuida de más compasión hacia los demás, y con una visión más global de los problemas. La segunda responsabilidad consiste en mirar hacia el futuro, pensar en las generaciones que nos siguen, las que están creciendo ahora, y encontrar la manera de incorporar dentro de su formación cualidades humanas fundamentales como el amor y la compasión. Éstas son nuestras dos responsabilidades primordiales, tareas que nos corresponde a nosotros llevara acabo. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 19-20. 7 Camino intermedio budista. Entre la esclavitud y el individualismo. Debemos encontrar un camino intermedio donde se goce de la libertad que se ha logrado, pero, al mismo tiempo, en el que cada uno –no por imposición ajena sino voluntariamente– desarrolle un sentido de responsabilidad y de preocupación por el bienestar de los demás. Es algo que debe suceder en total libertad, sin ningún tipo de imposición; y, para evitar los dos extremos mencionados, lo más importante es la compasión. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 22. 8 Compasión beneficia a uno mismo. Crear fortaleza y bienestar. Cuando sentimos compasión por alguien que está sufriendo, ese sentimiento no es placentero, pero a través de él desarrollamos una preocupación por el bienestar del otro ser y la voluntad y la energía para ayudarlo; de tal manera podemos sobrellevar esa situación no placentera y transformarla en un coraje interno, en una mezcla de fuerza y entusiasmo. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 23. 9 Compasión natural de la mente. Es algo natural. También en muchos animales vemos un afecto tan profundo por sus crías que a menudo la madre está dispuesta a sacrificar su propia vida por defenderlos. Ese sentimiento de afecto mutuo entre la cría y la madre existe en la gran mayoría de los animales, y es totalmente natural; no surge a partir de la religión ni de normas de gobierno, sino que es algo espontáneo, automático y genuino, lo cual está indicando que es una parte integral de nuestro ser. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 25. 10 Mente y paz interna. La tecnología no ayuda. La tecnología nos ha ayudado a lograr más confort y a disminuir el dolor físico. Sin embargo, hasta ahora no ha surgido ninguna tecnología que pueda proporcionar paz a nuestra mente. Por el contrario, cuando tenemos emociones destructivas, sucede que la tecnología, en lugar de contribuir a nuestra paz mental, sirve como herramienta para incrementar esas emociones. Aunque las dolencias físicas son algo penoso y desagradable, lo que nos trae mayor agitación y tensión en nuestra vida cotidiana es lo que sucede en nuestra mente. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 29. 11 Mente y cuerpo. Estados de dolor y paz. Cuando experimentamos malestar o dolor corporal, si nuestra mente tiene paz y tranquilidad, podemos dominar el problema físico y sobreponernos a él. Pero si nuestra mente está perturbada y con problemas, por más comodidad que tengamos a nivel físico, ésta no será suficiente para superar nuestras perturbaciones mentales. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 30. 12 Los tres senderos y cuatro escuelas. Definiciones concretas. Los tres yanas son los diferentes senderos indicados por buda para alcanzar la iluminación. Ellos son el hinayana, el mahayana y el vajrayana. El sendero del hinayana prioriza la liberación personal, en tanto que el mahayana enfatiza el amor y la compasión hacia todos los seres y advoca la búsqueda de la liberación para poder beneficiar a todos ellos. El vajrayana comparte esta motivación altruista, pero se diferencia por la variedad y la eficacia de sus métodos. La cuatro escuelas filosóficas son: Vaibashika, Sautantrika, Chittamatra y Madhyamika. Una de las diferencias principales entre ellas radica en la definición y el alcance del concepto de vacuidad, la ausencia de realidad inherente en los fenómenos. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 33. 13 Religiones según beneficios. Dios y otros temas. Por lo tanto, tampoco tiene sentido decir que una religión es mejor que las otras, porque todo depende del beneficio que esa tradición espiritual les provea a cierto tipo de personas. Para algunas personas el concepto de un Dios creador es muy poderoso. Por consiguiente, para esas personas una religión teísta es la más adecuada. Aunque mi conocimiento de las religiones teístas es muy limitado, entiendo que en algunas de ellas, como por ejemplo el cristianismo, el concepto de la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– es sumamente adecuado para ciertas personas. Para otras personas, como los musulmanes, el concepto de alá, un solo Dios, es más apropiado y efectivo. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 34. 14 Necesidad de religiones. Debido a disposiciones mentales. Dadas, pues, las distintas disposiciones mentales de los individuos, hay tradiciones que se adecuan en mayor o menor grado a las características de cada uno. De manera que es necesario que existan diversas religiones, para dar respuesta a la diversidad de los individuos. Por eso me parece importante lograr armonía entre las distintas tradiciones religiosas; es una responsabilidad compartida por todos, que tendría un gran efecto favorable. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 38. 15 Espacio de espejo entre pensamientos. Meditación budista de cognición. Al meditar, es importante reconocer el tipo de cognición que existe en el momento en que un pensamiento pasado ha cesado y antes de que surja el pensamiento siguiente. En ese espacio entre dos pensamientos hay una cognición lúcida y clara; esa claridad de la cognición, cuando se logra extenderla, resulta en una experiencia similar a percibir todo como si se tratara de un reflejo en un espejo. Todo lo que aparentemente existe en el exterior se refleja en ese espejo, y la experiencia misma tiene también la calidad de un reflejo en un espejo; se trata de una forma de cognición que es importante reconocer a través de la práctica de meditación budista. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 42. 16 Budismo y creador. No es ateísmo. Hay quienes dicen que el budismo es ateísmo, y yo quisiera precisar el significado de esa palabra. Se me ha dicho que es una palabra que proviene del latín, y significa anti-dios. Si ese es al caso, no corresponde considerar al budismo como ateísta, ya que en esta doctrina el énfasis está puesto en la ley de la causalidad –causa y efecto–, y el tema del Creador simplemente no se menciona, lo que no es razón suficiente para considerar que se trate de una posición antagónica a la creencia en un dios. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 47. 17 Países budistas. Tradición pali y sánscrito. …sendas tradiciones: la del pali y la del sánscrito. La tradición del pali es la que se propagó más bien en Tailandia, Birmania, Sri Lanka, Camboya, parte de Vietnam y tal vez Laos. La tradición sánscrita es la que floreció en China, Tíbet, Vietnam, Japón, Corea y Mongolia. En Mongolia incluyo también a una comunidad budista llamada Tuba, que está integrada por gente de origen turco que pertenecía a la Unión Soviética. La tradición Pali es la base, la fundación de toda la enseñanza del buda, el Buddhadharma. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 48. 18 Ver erróneamente la realidad. Exagerar y negar atributo. Dentro de los cinco puntos de vista hay dos erróneos: la exageración y la negación. La exageración consiste en ver en la naturaleza de las cosas atributos que ésta no tiene. La negación es lo contrario: negar atributos que la realidad posee. Sobreestimar la realidad es el punto de vista de la exageración, y subestimarla el de la negación. Ambos deben abandonarse. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 50. 19 Cognición válida. Base del budismo. El budismo se basa en la comprensión correcta, que surge de la eliminación del desconocimiento y la comprensión errónea. Esta comprensión correcta es lo que se conoce como cognición válida, la que se considera un respaldo de toda la práctica. En los textos fundamentales, se dice que aquello que se debe alcanzar –sea un renacimiento superior o la liberación– es el resultado de la cognición válida. En otras palabras, el fruto que se debe lograr, tanto en lo inmediato como en la perspectiva final, se alcanza a través del entrenamiento de la mente basado en la cognición válida. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 50. 20 Enseñanzas del buda. Evidentes, semi-ocultos y ocultos. Lo mismo sucede con las enseñanzas budistas. Buda enseñó temas que están ocultos a nuestra comprensión, pero también enseñó temas cuya validez es comprobable en forma evidente, y otros semiocultos, como la vacuidad o la impermanencia sutil, cuya corroboración puede resultar del análisis por medio de razonamientos lógicos. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 52. 21 Domar la mente. Base de la práctica budista. …es claro que deberíamos comenzar por domar la mente, ya que si hemos desarrollado en nuestra mente amor, compasión y las demás virtudes, ella naturalmente experimentará paz y bienestar; todas las acciones físicas, verbales y mentales realizadas por esa mente serán positivas, y las negatividades no tendrán lugar. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 54. 22 Disposiciones mentales. Preferencias por objetos. Por “disposiciones mentales” entendemos una cierta aspiración provocada en la persona por determinado objeto. Aquí no se trata de un análisis para verificar las cualidades de ese objeto, ni tampoco de procurar llegar a una conclusión definitiva acerca de la naturaleza de ese objeto, sino más bien de una actitud de administración, de apertura, de aspiración hacia ese objeto. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 55. 23 Teoría del no-yo. Los cinco agregados - skandhas. Como el budismo rechaza la existencia de un yo singular, independiente y permanente, es importante analizar de qué modo se llega a esta conclusión. Nuestra persona está constituida por cinco conjuntos físico-mentales, llamados en sánscrito skandhas: forma, sensaciones o sentimientos, evaluación, impulso y conciencia. Estos cinco skandhas son la base a partir de la cual surge el yo, el ego. Desde este punto de vista vemos que el yo no puede ser singular, ya que tiene una base constituida por cinco componentes. Por otra parte, estos cinco skandhas están cambiando de instante en instante; dado que no son permanentes, el yo que surge sobre la base de ellos tampoco puede ser permanente. Por último, tampoco es independiente, ya que, puesto que surge de los skandhas, necesariamente depende de ellos; en otras palabras, el yo no es una entidad surgida por sí misma. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 56-57. 24 Budismo y primera causa. Lógica de la permanencia. Ésta tiene que haber tenido una causa, que a su vez tiene que haber tenido otra, y así sucesivamente, hacia el pasado, en pos de una primera causa. Esa primera causa, necesariamente, debería haberse originado por sí misma, ya que por ser la primera, no puede provenir de una anterior. Pero si algo se hubiese originado por sí solo, puesto que lo habría hecho independientemente de cualquier otro factor, debería asimismo seguir existiendo en idéntica forma hasta ahora: seguiría existiendo permanentemente, y debería poder ser verificado a través de la experiencia. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 58. 25 Vacuidad y visión madhyamika. No existencia independiente. Éste es el punto de vista del madhyamika, por el cual se llega a la conclusión de que no hay ningún fenómeno compuesto de partes que tenga una existencia real e inherente, independiente de cualquier otro factor. Ésa es la forma en que el madhyamika examina la naturaleza de la realidad. Ahora bien, así como al hablar del ego vimos que, debido a que éste surge de ciertas condiciones, no puede ser una entidad independiente, lo mismo sucede con todas las cosas. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 60. 26 Vacuidad = no autoexistencia. Punto de vista del camino medio. Todas las cosas, entonces, dependen de causas y condiciones, y su naturaleza absoluta es vacía. ¿Vacía de qué? De auto-existencia, o de existencia real e independiente, de una existencia que les sea inherente. Percibir la realidad de esta manera refleja por lo tanto el punto de vista del camino medio --madhyamika--: dado que las cosas surgen a partir de otros factores, están vacías de realidad intrínseca; pero al mismo tiempo les estamos asignando cierta existencia, puesto que si carecieran de cualquier forma de existencia no tendría ningún sentido detenerse a considerar si tienen existencia independiente o dependiente de otros factores; simplemente serían inexistentes. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 61. 27 Tipos de conciencia. Relación con el cerebro. De acuerdo con el budismo, la conciencia humana, la conciencia burda, está ciertamente muy relacionada con el cerebro. Sin embargo, existe un factor muy sutil de la conciencia, la lucidez natural, que es independiente del cerebro; es autónoma y no depende del cerebro. Para el budismo, también existe ese tipo de cognición sumamente sutil, independiente del cerebro. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 65. 28 Cuatro Nobles Verdades. De acuerdo a base/ sendero/ resultados. Con respecto a la base, identificó las Cuatro Nobles Verdades cuando dijo: “Ésta es la verdad del sufrimiento, ésta es la verdad del origen del sufrimiento, ésta es la verdad de la cesación del sufrimiento, y ésta es la verdad del sendero que lleva a esa cesación”. Luego, Buda explicó que es necesario conocer el sufrimiento, eliminar su origen, lograr su cesación y practicar el sendero, y de esa manera estableció la función de las Cuatro Verdades, que es lo que constituye el sendero. Y al indicar aquello que resulta de conocer el sufrimiento, eliminar su origen, lograr su cesación y practicar el sendero, estableció el fruto de las Cuatro Verdades. Así presentó el sistema de las Cuatro Verdades en relación con estos tres estadios: la base, el sendero y el fruto. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 68. 29 Causas del sufrimiento. Emociones negativas y karma. El sufrimiento es algo que cambia, y eso indica que tiene necesariamente una causa. ¿cuál es esa causa? Eso es lo que explica la segunda Noble Verdad, la del origen del sufrimiento, que especifica dos causas: las emociones aflictivas y el karma, las acciones. Así se explica el sufrimiento en términos de causa y efecto. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 69. 30 La cognición válida es estable. La percepción errónea no estable. En cambio, en el caso del daltónico, si éste tomara una medicina que lo curase de su afección temporaria, finalmente la vería blanca; su percepción de que la flor es azul no se mantendría. Es decir que concebir o percibir algo tal como es en realidad constituye una cognición válida y estable. En cambio, una percepción que está distorsionada por la confusión, por más fuerte que resulte en lo inmediato, a la larga es inestable porque carece de sustento. Ahora bien, la ira, la envidia y el orgullo provienen de una percepción distorsionada. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 70. 31 Desconocimiento y falsa percepción. Base de visiones erróneas. ¿En qué consiste una percepción distorsionada? Cuando se desconoce el estado natural del objeto, a partir de eso surge un concepto que le adjudica características inexistentes; eso es una proyección mental. Debido al desconocimiento de la naturaleza del objeto se origina el concepto que distorsiona la percepción. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 71. 32 Cognición errónea. Dos tipos: relativa y absoluta. Por esta razón, en el budismo se considera que la cognición errónea relativa a todas las cosas que existen perdurará hasta que alcancemos la omnisciencia de la budeidad. Su eliminación se concreta al alcanzar el fruto final del camino. Pero la ignorancia (o la cognición errónea) de la realidad absoluta –el “tal cual es” – es aún más importante, ya que si no percibimos la realidad absoluta de las cosas, no podremos conocerlas a todas. Es decir que lo principal a eliminar es la cognición errónea absoluta, de las cosas tal cual son. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 72. 33 Apego y aversión. Se basan en el yo. Sin referencia al yo, no ocurren ni el apego ni el rechazo. Es decir, primero se establece la concepción del yo; y luego, sobre la base de esa fijación, se origina la atracción o el rechazo por un objeto, según nos resulte deseable o no. La percepción de la existencia de un yo está relacionada con una cognición errónea de la realidad absoluta, el “tal cual es”, y a partir de ese error respondemos ante los objetos con atracción o rechazo, lo que constituye una cognición equivocada de las cosas que existen. Esta cognición errónea conduce a algo perjudicial: las aflicciones, llamadas klesha en el pensamiento antiguo de la India. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 72. 34 Fijación del ego-yo. El karma por aflicciones. El karma está supeditado a las aflicciones, las cuales surgen de la cognición errónea. Ésta, a su vez, surge de la fijación en el ego –la fijación egoica–, que es una construcción conceptual. En un análisis más minucioso, la fijación egoica recibe el nombre de fijación en la existencia del yo –o en la identidad intrínseca– del individuo, y ésta se convierte en la base de la fijación en la identidad intrínseca de los fenómenos. ¿Cómo es esto? Una vez que pensamos con el concepto “yo”, todo lo que surja en esa mente estará afectado por la fijación egoica. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 73. 35 El yo negado por el budismo. Es el yo independiente e inherente. En la concepción de un yo independiente, éste sería como el amo, y el cuerpo y la mente – los skandhas– como el súbdito; decimos “mi cuerpo”, “mi mente”, reflejando la noción de que el yo es el dueño del cuerpo y de la mente. Ahora bien, si el amo surgiera de entre los skandhas o dependiera de los skandhas, no tendría la posición de amo. Para que sea el amo, no puede depender de los súbditos sino que debe ser autónomo. Por lo tanto, la noción del yo como amo sólo surge si se lo considera independiente de los skandhas; la existencia de ese yo independiente es lo que el budismo niega. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 74-75. 36 Realidad y percepción de ella: flor. La vacuidad como realidad. Si a una flor se la percibe como azul o como blanca, para decidir cuál de estas dos percepciones es correcta debemos determinar cómo es la flor, ya que determinar cuál es la percepción correcta o errada depende de la realidad de la flor y no del modo en que se la percibe. Luego de haber investigado la flor, podremos decidir si realmente es azul o blanca. Por lo tanto, para definir en qué sentido nuestra percepción de la realidad está errada, primero tenemos que entender cómo es la realidad misma, en otras palabras, qué es lo que en el budismo se entiende por “vacuidad” . Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 76. 37 Sufrimiento y sabiduría. Caminos de liberación. Las aflicciones son concepciones erróneas cuya base es la ignorancia. Cuando surge el antídoto para eliminar la ignorancia, es decir, la sabiduría que conoce la vacuidad, gradualmente va disminuyendo la fijación en la realidad concreta de las cosas –la reificación– y con ello las demás aflicciones. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 77. 38 Comprender la vacuidad. Con base a los tres entrenamientos. Para obtener el conocimiento que percibe la inexistencia de identidad, es decir, la verdad del sendero, es necesario aplicar lo que se conoce como los Tres Entrenamientos: ética, meditación y conocimiento. En el caso del conocimiento, aunque existen conocimientos de diversos tipos, aquí se trata de aquel que percibe la no-identidad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 78. 39 Sabiduría trascendente. Requiere de compasión. A la sabiduría que conoce la realidad absoluta se la llama prajñaparamita o sabiduría (prajña) trascendente (paramita). ¿Es suficiente tener la vivencia de la vacuidad, el estado absoluto, para que ese conocimiento sea la prajñaparamita? No es así, tener una vivencia manifiesta de la vacuidad no basta para que se considere a eso sabiduría trascendente. Para que la sabiduría sea “trascendente” (paramita), es necesario que la vivencia de la vacuidad esté imbuida del bodhichitta, la actitud altruista hacia la iluminación. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 79. 40 Base del Dzogchen. Nada de las Cuatro Nobles Verdades. ¿Cuál es el fruto de adoptar y abandonar aquello que en las Cuatro Verdades se indica adoptar y abandonar? El resultado de conocer el sufrimiento es que no hay nada que conocer. El resultado de eliminar el origen es que no hay nada que eliminar. El resultado de lograr la cesación es que no hay nada que lograr. El resultado de practicar el camino es que no hay nada que practicar. Así explicado, esto equivale a recorrer las Cuatro Verdades en forma inversa y llegar al fruto… Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 80. 41 Mente de aflicciones negativas. Base de la mente perturbada. En el budismo se dice que hay algo que afecta a la mente para que se vuelva negativa, y a su vez torne al individuo, en quien reside esa mente, una persona negativa. Ese elemento es lo que se denomina emociones aflictivas. Si pudiéramos eliminar esas aflicciones que tornan la mente indisciplinada, lograríamos domarla, ya que la mente en sí misma no lo es. Por lo tanto, para lograr que la mente deje de ser negativa, tenemos que eliminar las aflicciones. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 81. 42 Los cuatro sellos de la realidad. Base del budismo. En general todas las escuelas budistas, al referirse directamente a la enseñanza particular de las Cuatro Verdades, mencionan la impermanencia, el sufrimiento, la vacuidad y la ausencia de identidad. En el Avatamsaka Sutra, Buda explica los “Cuatro sellos de la visión que representan las palabras de los budas”: todo lo compuesto es impermanente, todo lo contaminado es sufrimiento, todos los fenómenos son vacuos y carentes de identidad, y el nirvana es la paz. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 82. 43 Vacuidad y liberación. Ignorancia origina las aflicciones. ¿Por qué algo que nace de una causa no ha nacido por su propia naturaleza? Porque surge en dependencia de esa causa y, por lo tanto, está vacío de una existencia independiente, vacío de autoexistencia. Al meditar y vivenciar ese vacío se llega al conocimiento de la vacuidad. Cuando se conoce la vacuidad, esa realización es el único antídoto que puede erradicar la cognición equivocada de la realidad (la ignorancia que origina todas las emociones aflictivas). Si se conoce la vacuidad de esa manera, uno escapa a las garras de las emociones aflictivas y, al haberlas eliminado, logra la libertad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 83. 44 Volúmenes de las enseñanzas budistas. En el Tíbet y en China. La versión en tibetano de las palabras de Buda está contenida en cien tomos, y es probable que la versión china abarque aún más. Los comentarios sobre las palabras de Buda, entre los cuales se cuentan principalmente los de Nagarjuna y Aryadeva, suman 225 tomos. En ellos se encuentran, desde la perspectiva de los métodos, los sistemas de los tres yanas o vehículos; hasta la perspectiva de la sabiduría, las cuatro escuelas filosóficas. O sea que en total hay unos 300 volúmenes. El budismo tibetano proviene de la tradición Nalanda, y en Tíbet se toman estos textos como la base para el estudio del budismo. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 85. 45 Budismo tibetano. Historia - Atisha. El budismo ingresó al Tíbet en el siglo VII, pero fue en el siglo VIII, con la llegada del Maestro Shantarakshita, que se introdujo la escuela del camino medio, Madhyamika, y el estudio de la lógica. Su discípulo Kamalashil, un gran erudito, lo siguió después de un tiempo y llegó también a ese país. Durante los siglos VIII al X, el budismo y las instituciones monásticas fueron perseguidos, sufriendo una gran destrucción. El resurgimiento comenzó en el siglo X, con la llegada del gran erudito de la India llamado Dipankara Shri Jñana, quien fue seguido por muchos otros maestros. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 86. 46 Proceso de la iluminación. Vacuidad y compasión. El antídoto real contra las emociones aflictivas es la mente que vivencia directamente la vacuidad. Lo que se extingue son las aflicciones. Y lo que surge son las cualidades resultantes de hallarse libre de las aflicciones que han sido eliminadas. Para lograr una mente que se dedique a alcanzar la iluminación, es necesario que ella experimente el renunciamiento. Si se lo plantea en relación con las Cuatro Verdades, puede decirse que es necesario lograr las dos últimas para alcanzar la iluminación. La determinación de dedicarse a beneficiar a los demás seres proviene principalmente de la compasión. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 87. 47 Entrenar la compasión. Práctica de la meditación budista. El intenso estado mental de la compasión surge por la fuerza del entrenamiento. Cuando se reflexiona una y otra vez acerca de las razones en las que se basa la compasión, a través de la familiaridad que surge de tales consideraciones, una persona logra un sentimiento de cercanía y empatía con el prójimo. Es decir que, aunque se la considere una emoción, la compasión sólo se desarrolla a través del entrenamiento. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 88. 48 Textos clásicos de compasión. Como un sistema de entrenamiento. Para lograr la compasión, existen dos métodos: uno se basa en el análisis lógico y el otro, en la práctica de percibir a todos los seres como nuestra propia madre, recordar el amor recibido de ella y retribuir ese amor. Este texto corresponde al primer sistema, el del análisis, y sus fuentes principales son El Camino del Bodhisattva, de Santideva, y La Guirnalda Preciosa del Camino Medio y El Desarrollo del Bodhichitta, de Nagarjuna Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 88. 49 Romper con el samsara. Por medio de la vacuidad. A este círculo de la existencia condicionada por la ignorancia y el sufrimiento, llamado samsara, no se lo puede cortar simplemente aspirando a no sufrir. Tampoco se lo puede cortar aspirando a no generar más karma; eso no es suficiente. Es necesario cortar la raíz – la ignorancia fundamental– con el conocimiento de la vacuidad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 92. 50 Vacuidad según Nagarjuna. Definición básica. Es por eso que el maestro Nagarjuna dice en su tratado Fundamentos del Camino Medio que hay que saber que todo lo que se origina dependientemente es vacuo. Es decir, todos los fenómenos que se originan de manera dependiente, y que son meramente una designación dependiente, están vacíos de realidad intrínseca y, por ende, son esencialmente vacuidad. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 93. 51 Causalidad e interdependencia. Hipótesis del budismo. Todos los fenómenos se originan por la obra de una causa y, en consecuencia, su existencia depende o se basa en esa causa. Esto es lo que se quiere decir cuando se afirma que tienen una originación dependiente. Otra manera de entenderlo es observar que, dado que todas la cosas cambian y que ese cambio ocurre por obra de una causa, las cosas dependen o surgen a partir de una causa. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 96. 52 Impermanencia del instante. Causa-efecto u origen-cesación. ¿Pero qué es lo que da lugar a ese cambio instantáneo? Debido a que ésa es su naturaleza, la causa del cambio se encuentra dentro de cada instante: de cada instante se destruye por su propia naturaleza. La noción de “origen” indica que algo surge, y la de “cesación”, que algo se destruye; por lo tanto, cuando consideramos el origen y la cesación de un instante, el origen en sí mismo incluye la naturaleza de la cesación. Vemos que, también en este caso, el efecto (la destrucción) depende de una causa (el origen). Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 98. 53 Cuatro Nobles Verdades y causa-efecto. Base del sufrimiento y felicidad. Si pudiéramos eliminar la causa del sufrimiento, junto con esa eliminación encontraríamos una felicidad duradera, y si esto fuera posible, sería algo que vale la pena conseguir. Como vale la pena, como es necesario que lo hagamos, tenemos que preguntarnos si existe un método para lograrlo. Y Buda confirma que lo hay. A esto se refiere la vedad de la cesación (liberarse del sufrimiento), y la del sendero (el método que lleva a la cesación). Así, vemos que las dos primeras verdades son causa y efecto del sufrimiento, mientras que las dos segundas son causa y efecto de la felicidad. En ambos casos se presentan de manera invertida: primero se indica el efecto, y luego la causa. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 99-100. 54 Los doce eslabones. Rueda del samsara. En síntesis, la cadena está formada por (1) ignorancia, (2) formación kármica, (3) conciencia, (4) nombre y forma, (5) esferas sensoriales, (6) contacto, (7) sensación, (8) deseo, (9) apropiación, (10) existencia y (11) nacimiento. Luego del nacimiento vienen los sufrimientos de envejecimiento y muerte, el duodécimo eslabón, que sólo pueden ocurrir si ha habido un nacimiento. Y a partir del nacimiento, ocurre el cambio del cuerpo hacia la vejez; y la interrupción de la continuidad del cuerpo, en la muerte. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 103. 55 Los doce eslabones y. Las Cuatro Nobles Verdades. Es decir que, de los doce eslabones, el primero (ignorancia), el octavo (deseo) y el noveno (apropiación, que implica apego) son lo que se conoce como aflicciones. El segundo (formación kármica) y el décimo (existencia) corresponden al karma. Estos dos grupos de eslabones constituyen el origen del sufrimiento, la segunda verdad. Y todos los demás, los siete eslabones restantes, corresponden a la primera verdad del sufrimiento. Como vemos, los doce eslabones cubren las dos primeras verdades: la del sufrimiento y la del origen del sufrimiento. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 103. 56 Romper el ciclo de doce eslabones. Por vía de eliminar ignorancia. ¿Qué debemos hacer para interrumpir esta rueda? Esta rueda tiene un punto débil: la ignorancia, que se manifiesta como una cognición errónea de las cosas. Como la ignorancia es la causa principal, y de ella surge la cognición errónea, una vez que la ignorancia ha tenido lugar se van generando las causas y efectos que constituyen la rueda de la originación dependiente. Si queremos parar una rueda que está girando, probablemente no podamos hacerlo simplemente con nuestras manos. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 104. 57 Romper los doce eslabones. Superar la ignorancia = vacuidad. ¿Cómo ocurre la cesación del sufrimiento? Solamente puede ocurrir si interrumpimos la “rueda de la existencia”. Y esta interrupción no puede ocurrir si no eliminamos la ignorancia que le da origen. En consecuencia, la cesación del sufrimiento consiste en la eliminación de la ignorancia. Esta es la tercera verdad. Necesitamos un método que nos lleve a la eliminación de la ignorancia, y ese método es la vivencia de lo que se llama vacuidad, que es la verdadera naturaleza de todos los fenómenos y de toda la existencia. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 106. 58 Base de la renuncia. Superar la ignorancia - karma. Una vez que se ha entendido que la ignorancia es la causa de toda la cadena y, por ende, de nuestro sufrimiento, a la consiguiente determinación de eliminar la ignorancia se la llama renunciamiento. Con la decisión de eliminar las emociones aflictivas, comenzamos por adoptar una disciplina que nos lleve a abstenernos de las conductas físicas y verbales originadas por esas aflicciones. En esto consiste el entrenamiento en la ética. Valores para la libertad interior. Dalai Lama. Grupo Editorial Lumen, Argentina, 2011. Pág. 107. 59