I like Jazz Retrato de Billie Holiday Interpretación de Harlem

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Exposición
EL SIGLO DEL JAZZ
Ignoto
I like Jazz
Carl Van Vechtel
Retrato de Billie Holiday
Winold Reiss
Interpretación de Harlem Jazz
22.07.09 – 18.10.09
Rueda de prensa: 21 de julio, a las 12 h
Inauguración: 21 de julio, a las 19 h
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona presenta, del 22 de julio
al 18 de octubre de 2009, la exposición «El siglo del jazz», comisariada
por el filósofo y crítico de arte Daniel Soutif.
El jazz constituye, junto con el cine y el rock, uno de los acontecimientos
artísticos más importantes del siglo XX. Esta música híbrida, que apareció
durante los primeros años del siglo pasado, lo ha atravesado marcando
cada aspecto de la cultura mundial con sus sonidos y sus ritmos.
«El siglo del jazz» presenta de manera cronológica las relaciones entre el
jazz y las artes a lo largo del siglo XX. Nos muestra de qué manera el
sonido del jazz ha matizado todas las artes, de la pintura a la fotografía, del
cine a la literatura, sin olvidar el grafismo o los dibujos animados.
La exposición se articula cronológicamente en torno a una línea del tiempo a
lo largo de la que se abren un gran número de pequeñas exposiciones
autónomas que evidencian las relaciones del jazz con las otras disciplinas
artísticas y explican así la historia del siglo siguiendo la huella de este hilo
conductor musical.
SECCIONES DE LA EXPOSICIÓN
1. ANTES DE 1917
Poner una fecha concreta al nacimiento del jazz es evidentemente imposible. El año
1917 se considera, sin embargo, una fecha crucial por la conjunción de dos hechos
decisivos. En febrero, la Original Dixieland Jazz Band, una orquesta formada por
músicos blancos, grabaron el primer disco con la palabra Jazz (o más exactamente
Jass) en la etiqueta. En noviembre, el ejército americano cerraba Storyville, el
barrio chino de Nueva Orleans cuyos famosos prostíbulos habían contratado a un
gran número de músicos; la gran mayoría de estos decidieron emigrar hacia el
norte de Estados Unidos, concretamente a Chicago y Nueva York. Sin embargo, no
hay que dejar de lado las múltiples señales anteriores –mistrels, gospel, coon songs,
cake-walk, ragtime–, preludio del fenómeno musical que se estaba preparando para
transformar el siglo y que inspiró, antes de esta fecha, a muchos artistas.
2. LA ERA DEL JAZZ EN AMÉRICA 1917-1930
La Primera Guerra Mundial fue seguida en Estados Unidos por una sorprendente
moda por la música de jazz, aclamada en 1922 en Tales of the Jazz Age de Francis
Scott Fitzgerald. Esta moda fue tal que la expresión lanzada por el escritor –era
del jazz– ha sido repetida incesantemente para designar no sólo a la música que se
convirtió en su banda sonora sino a toda una época, incluso a una generación –los
«hijos del jazz».
De esta era del jazz, además de las maravillosas ilustraciones que decoraban las
partituras de los éxitos musicales, son testigo diversas fotografías de Man Ray
(concretamente la titulada Jazz de 1919) y muchas otras obras de artistas
americanos, como James Blanding Sloan, o de artistas que vivían en Estados
Unidos como Miguel Covarrubias y Jan Matulka.
3. HARLEM RENAISSANCE 1917-1936
Mientras que la América blanca vivía su era del jazz, la América afroamericana
accedía por primera vez en la historia a un auténtico reconocimiento cultural con el
movimiento que, más tarde, sería bautizado como Harlem Renaissance. Si el jazz
de un Louis Amstrong o de un Duke Ellington constituyó ciertamente uno de los
aspectos más importantes de esta efervescencia creativa, la música no fue en
absoluto la única vertiente creativa. Detrás de figuras de primer orden como el
escritor Langston Hugues o el pintor Aaron Douglas, un gran número de artistas
produjeron un prolífico conjunto de obras maestras, tanto literarias como visuales,
que encontraron en la música uno de sus temas predilectos. En este movimiento,
esencialmente negro, artistas blancos como Winold Reiss o Carl van Vechten
desempeñaron, así mismo, un papel importante.
4. AÑOS LOCOS EN EUROPA 1917-1930
Los Harlem Hellfighters, la orquestra militar de James Reese Europe, tuvieron,
durante la Primera Guerra Mundial, el privilegio de mostrar los nuevos ritmos
sincopados a los europeos. Una vez terminadas las hostilidades, el virus del jazz
contagió rápidamente todos los aspectos de la cultura del viejo continente. La
llegada a París en 1925 de la Revue Nègre, con Josephine Baker, coronó la
invasión de este Tumulte Noir, como lo bautizó la famosa obra de Paul Colin.
Desde Jean Cocteau hasta Paul Morand, Michel Leiris o Georges Bataille, es
difícil contar a los escritores que se inspiraron de una manera u otra por esta marea
viva. Y de Kees van Dongen a Pablo Picasso o George Grosz, el fenómeno fue
igualmente sensible en el ámbito de las artes plásticas.
5. LA ERA DEL SWING 1930-1939
A la era del jazz le sigue la moda del swing y de las grandes orquestras, negras con
Duke Ellington y Count Basie, o blancas como las dirigidas por Benny
Goodman, Tommy Dorsey o Glenn Miller, que hicieron bailar a las masas
durante los explosivos años treinta.
Con la aparición del cine sonoro, muchas comedias musicales son testigo de esta
nueva moda y de su seductor ritmo sincopado que inspiró también a numerosos
artistas. En Estados Unidos, el modernista Stuart Davis y el regionalista Thomas
Hart Benton comparten, a pesar de ser antagonistas, el mismo interés por la
música. En Europa, Frantisek Kupka dedica diversos cuadros a este jazz que los
especialistas como Charles Delaunay cualifican de «hot» para diferenciarlo de sus
derivados más empalagosos. A finales de esta década se produce un hecho que
será determinante para el futuro: Alex Steinweiss, un joven diseñador gráfico
todavía desconocido, crea para Columbia la primera carátula de disco...
6. TIEMPO DE GUERRA 1939-1945
La Segunda Guerra Mundial marca de una manera dramática la cultura occidental.
Mientras que, gracias a los V-Discos producidos por el ejército americano la música
acompaña a los soldados en el campo de batalla, el cataclismo no frena las
repercusiones del jazz en los otros ámbitos artísticos. Piet Mondrian, recién
llegado a Nueva York, descubre el boogie-woogie, que determina de una forma
esencial sus últimas obras. Respecto a la danza, William H. Johnson introduce el
jitterbug, el baile más de moda. Al mismo tiempo, en París, los zazous,
probablemente bautizados con este nombre por un título de Cab Calloway,
resaltan por su atuendo extravagante –zoot suit– que manifiesta irónicamente su
oposición, indudablemente un poco arriesgada, a los invasores. El jazz goza en
Francia de una gran popularidad que explica el interés que demuestran por esta
música Jean Dubuffet o Henri Matisse. Con las tijeras en la mano, este último
recorta papeles de colores para componer Jazz, su famosa obra.
7. BEBOP 1945-1960
Con el bebop, aparecido a finales de la guerra, el jazz, a su vez, se moderniza,
mientras que respecto a la pintura, el expresionismo abstracto comienza a tomar
fuerza. Algunos de sus protagonistas, concretamente Jackson Pollock, encuentran
una inspiración muy directa con la música de jazz, que escuchan continuamente.
Con el microsurco aparece un nuevo ámbito artístico, el que ofrecen las carátulas
de los discos. De David Stone a Andy Warhol, de Josef Albers a Marvin Israel,
de Burt Goldblatt a Reid Miles, decenas de grafistas, conocidos o anónimos,
buscan seducir a los melómanos con un formato rigurosamente delimitado: 30 x 30
cm. El cine, finalmente, tampoco escapa del contagio por parte del jazz moderno.
Ascenseur pour l’échafaud de Louis Malle o La Notte de Michelangelo Antonioni
son algunos ejemplos de películas que recurren a esta música.
JAZZ-ART EN BARCELONA
Mientras, en la Barcelona de principios de los años cincuenta, en torno a un
resurgido Hot Club-Club 49, se agrupan los artistas más activos y relevantes
del momento para ofrecer una de las páginas más interesantes de esta
conexión jazz-artes. En los “Salones de jazz” de esta época encontramos obras
de Tàpies, Tharrats, Ponç o Guinovart, entre muchos otros.
8. EL JAZZ DE LA COSTA OESTE 1953-1961
La biblia de la historia del jazz quiso que el bebop fuera negro y de Nueva York,
mientras que el estilo típico de la costa oeste, al alcance de los estudios de
Hollywood, fuera blanco, refinado y tan fresco –cool– que algunos no dudarían en
tachar de acaramelado. En realidad, a pesar de una meteorología más favorable y
una gran sutileza, el jazz de la costa oeste gozó de una gran personalidad y fuerza.
Sin embargo, el grafismo típico de los sellos discográficos refleja claramente el
contrate de las dos costas americanas. Grandes letras geométricas y retratos en
primer plano de músicos negros en el Este, playas soleadas y guapas rubias
revoloteando al lado del mar en el Oeste... Estas imágenes de vacaciones no nos
deben hacer olvidar, sin embargo, que la California de aquella época fue también
uno de los lugares privilegiados de la unión entre el jazz y la poesía de la conocida
Generación Beat.
9. LA REVOLUCIÓN FREE 1960-1980
En 1960, Ornette Coleman graba Free Jazz. Este disco, con un título que escondía
un doble sentido –«Liberad el jazz» y «Jazz libre»– y una carátula con una
reproducción de White Light de Jackson Pollock, marca unas nuevas reglas del
juego: después del período moderno, se abre el de la vanguardia libertaria... A esta
revolución free, contemporánea a los movimientos de liberación de los negros –
Black Power, Black Muslims, Black Panthers– responden, en el campo de las artes
plásticas, las obras de artistas reconocidos o nuevos: Romare Bearden, en plena
madurez, Bob Thomson, estrella que se apagó demasiado pronto, o incluso, en
Europa, el inglés Alan Davie. Entre los múltiples efectos de este cambio radical, no
hay que olvidar Appunti per un’Orestiade africana, el sorprendente montaje de la
película de Pier Paolo Pasolini en la cual éste invita a que las improvisaciones
libres de Gato Barbieri se reencuentren con Esquilo y África.
10. CONTEMPORÁNEOS 1980-2002
Aunque no es siempre evidente, la presencia del jazz en la escena de las artes, que
dejan de ser modernas y que a partir de ahora son contemporáneas, no se puede
desestimar. Son testigo de ello las obras impregnadas de Black Music de JeanMichel Basquiat o las de su predecesor Robert Colescott. De una manera muy
diferente, los videos creados por Christian Marclay o Lorna Simpson confirman
asimismo esta presencia, igual que la admirable fotografía del prólogo de Invisible
Man –la gran novela de Ralph Ellison–, que ha inspirado al artista canadiense Jeff
Wall. Finalmente, el trencito azul que ha creado el mítico artista afroamericano
David Hammons, que circula sin pararse por un paisaje de montañas de carbón y
de tapas de pianos de cola, ofrece a la exposición su conclusión: si el siglo XX, el
siglo del jazz, ha realmente terminado, el tren de la música que lo ha acompañado
sigue estando en movimiento.
INFORMACIÓN GENERAL
«El siglo del jazz» es una coproducción del Museo di Arte Moderna di Trento e
Rovereto (MART), del Musée du Quai Branly de París y del Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona (CCCB).
Fechas
CCCB - Del 22 de julio al 18 de octubre de 2009
Musée du Quai Branly de París - Del 17 de mayo al 28 de junio de 2009
MART – Del 15 de noviembre de 2008 al 15 de febrero de 2009
Horarios
De martes a domingo y festivos: de 11 a 20 h. Jueves de 11 a 22 h
Cerrado: lunes no festivos
Precios
Entrada: 4,50 €
Entrada reducida los miércoles no festivos y para jubilados y estudiantes: 3,40 €
Entrada libre: menores de 16 años, parados, Amigos del CCCB, jueves de 20 a 22 h y
domingos de 15 h a 20 h
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Mònica Muñoz – Irene Ruiz – Lucía Calvo
Montalegre, 5 – 08001 Barcelona 93 306 41 23/ 93 306 41 43
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