Comercio Justo: el valor del pequeño productor El comercio justo se propone como una forma alternativa de organización de la economía, que pretende que cada trabajador reciba su justa retribución por sus tareas realizadas. Pero la propuesta del Comercio Justo es mucho más que eso. Para Dolores Bulit, encargada de Prensa de la Red Argentina de Comercio Justo, “es una forma de comercio alternativa que pone el foco en los productores y sus condiciones de vida. Propone el pago de un precio justo, a través de una forma de comercialización que valoriza sus productos, promueve la sustentabilidad de la actividad, respeta los valores culturales de la comunidad productora y promueve el desarrollo social”. Asimismo, Bulit sostiene que los objetivos del Comercio Justo son los siguientes: Generar oportunidades para productores marginados y en desventaja frente al comercio tradicional. Es una estrategia para aliviar la pobreza y promover el desarrollo sustentable. Implicar un manejo transparente y respetuoso de las relaciones comerciales. Promover la independencia de los productores y apoyar el desarrollo de sus herramientas de comercialización y acceso a nuevos mercados. Asegurar el pago de un precio justo a los productores, fijado por medio del consenso y el diálogo con los productores. No se trata de cubrir solamente los costos, sino también de promover la producción social y ambientalmente responsable. Se asegura un pago a tiempo y, preferentemente, el acceso a la prefinanciación. Impulsar la igualdad de género a través del principio de igual pago por igual trabajo para hombres y mujeres. Asegurar unas condiciones de trabajo seguras y dignas y rechazar el trabajo infantil. Promover las prácticas de producción sustentables y responsables para proteger el medio ambiente. En tanto, Ozonalia, el programa de UNICEF-Comité Español para el fomento del consumo responsable y comercio justo, agrega a dichos criterios la reducción de la cadena de intermediarios, el pago por adelantado de la mercancía de hasta un 60% y la inversión de los beneficios en el desarrollo de la comunidad. Por otra parte, para Miguel Rodríguez, de la Cooperativa Paraná y militante del Movimiento Agrario de Misiones, que produce y distribuye la yerba mate Titraijú, sostiene que el Comercio Justo se propone como otra economía, opuesta en muchos sentidos al capitalismo. Por último, Zulema Alba, de la Asociación Civil Tendiendo Puentes, define al comercio justo como “un sistema de comercio, libre, directo, transparente y honesto, en el sentido de relación no especulativa, de mercado no lucrativo, que, a través de agentes sin fines de lucro, facilitan el comercio entre los países del norte -donde se halla principalmente el consumo- y los del sur, donde encontramos productores empobrecidos o en vías de empobrecimiento”. Una historia del Comercio Justo Según Dolores Bulit, las primeras formas de organizaciones de Comercio Alternativo fueron creadas en Estados Unidos a finales de los años cuarenta, y el movimiento llegó a Europa en los años cincuenta a través de Oxfam-Reino Unido. Puntualmente, Bulit afirma que “el término Comercio Justo aparece por primera vez en foros políticos mundiales en la conferencia de la UNCTAD de Ginebra, en 1964, cuando se pretendía dar mayor importancia al establecimiento de las relaciones comerciales igualitarias entre los países del Sur y del Norte bajo el lema "Comercio, No Ayuda (Trade No Aid)". La primera tienda de Comercio Justo se abrió en abril de 1969, en el pueblo holandés de Breukelen, y luego de esta apertura, el movimiento de tiendas logró un crecimiento de tal magnitud que en sólo 2 años llegaron a ser 120 los comercios de este tipo en los países bajos. Más adelante, en los años ochenta, el movimiento de Comercio Justo realizó campañas de promoción y sensibilización para que los consumidores tomaran conciencia del tema, y se presentaron mejoras en la calidad de los productos y en el desarrollo de nuevos artículos como mezclas de café, tipos de té, miel, azúcar, cacao, y nueces, entre otros. Finalmente, durante los años ochenta y noventa nacieron las organizaciones europeas IFAT, EFTA, FLO y NEWS, encargadas de la promoción, control y relaciones públicas del Comercio Justo, y actualmente, además de los mencionados países de Europa, existen operaciones del Comercio Justo en Australia, Canadá, Estados Unidos y Japón. Según la revista Tercer Sector, hay 250 tiendas de productos solidarios en 18 países, y en Estados Unidos hay una serie de mercaderías con el sello de “comercio justo” que se venden en 20 mil tiendas. El Comercio Justo en Argentina La crisis del 2001 en nuestro país provocó –entre otras cosas- una movilización de los sectores populares y medios en torno a la creación de nuevas manifestaciones sociales y económicas tales como las fábricas recuperadas, las asambleas barriales y formas alternativas de comerciar, como una manera de hacer frente al deterioro del poder adquisitivo de la gente. En ese contexto, en el año 2003 se fueron produciendo distintos hechos que marcaron el inicio del Comercio Justo en Argentina. En primer lugar – según Tercer Sector- el 28 de noviembre de 2003 se reunieron productores y ONGs para impulsar nuevas formas de encarar las relaciones comerciales y estimular la economía solidaria. En diciembre, Gestión de Proyectos Sociales (GPS), Hecho en Buenos Aires y la cooperativa La Asamblearia (ver nota relacionada) lanzaron una “canasta navideña” de distintos alimentos producidos por microemprendimientos y fábricas recuperadas. Luego, en el 2004 la cooperativa italiana Chico Mendes gestionó la compra de artesanías indígenas de la Asociación Arte y Esperanza, que luego fueron distribuidas para su venta en Milán, y finalmente del 4 al 6 de junio de ese año se realizó en Buenos Aires el Foro de Economía Solidaria, donde quedó conformada la Red Argentina de Comercio Justo (RACJ), con la adhesión de 25 organizaciones de todo el país que ya se encontraban trabajando en la construcción de otro tipo de relaciones comerciales. La Red Argentina de Comercio Justo Actualmente, cerca de treinta entidades forman parte de la RACJ, entre las que se pueden mencionar: Mercado Social Solidario, Yerba Mate Titrayjú, Fundación Silataj, Arte y Esperanza, La Asamblearia, Artesanía Argentinas, Fundación Gran Chaco, Surcos Patagónicos, Fundación Ecuménica de Cuyo, Red Argentina de Comercio Comunitario, Asociación Tendiendo Puentes, Fundación Jóvenes del Sur, Centro de Comercio Solidario de la Obra Kolping y Centro Ecuménico Poriajhu. Todos estos nodos están distribuidos por distintos lugares del país, tales como Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Río Negro, Mendoza, La Pampa, Santa Fe y Misiones. Asimismo, también forman parte de la Red las ferias francas situadas en varias de las provincias mencionadas. Dolores Bulit, además de representar a la red Argentina de Comercio Justo forma parte de la misma desde la Fundación Silataj, y enumera cuáles son los objetivos inmediatos de la RACJ: 1. El Comercio Justo forma parte de la llamada Economía Social y Solidaria. La Red se propone crear fuentes de trabajo alternativas y no paliativas para resolver el problema de inserción comercial de los pequeños productores en los mercados tradicionales y en los nuevos. 2. Desarrollar un mercado interno y externo para los productos argentinos de Comercio Justo. 3. Consensuar una política de precios, especialmente en familias de productos afines 4. Intercambiar información 5. Generar una identidad única para los fines de comunicación y educación de la comunidad, respetando la identidad individual de cada organización y sin perjuicio de sus propias actividades. 6. Obtener el apoyo estatal y promover el reconocimiento oficial del CJ Los productores que quieran formar parte de la RACJ deben obedecer a los siguientes criterios fundamentales: Participación activa de todos en las decisiones. Forma jurídica democrática. Transparencia en la información y distribución de los ingresos. Asegurar unas condiciones de trabajo justas y dignas Igual ingreso por igual trabajo para las mujeres No a la explotación infantil (Se hace la salvedad para ciertas culturas en las cuales los niños forman parte natural de las actividades económicas, siempre que no esté en riesgo su salud e integridad) Cuidado del medio ambiente. Actividades sustentables: reposición de materias primas y no aplicar subsidios a la comercialización Respetar y fomentar los valores culturales y comunitarios propios En tanto, para las organizaciones intermedias los criterios son los siguientes: Privilegiar el apoyo a productores marginados o con poco acceso a la comercialización Mantener reducida al mínimo la cadena de intermediarios entre productor y consumidor de modo de asegurarle una ganancia mayor al primero Pagar un precio justo a los productores, al contado o en plazos razonables para ambas partes y previamente acordados Asesorar a los productores en materia de calidad, desarrollo de nuevos productos y mercados. Difundir y promover el Comercio Justo con todos los medios a su alcance Ser abiertos y transparentes en su estructura y actividades, dándoles difusión dentro de la Red Comprometerse con el crecimiento y el mejoramiento de las condiciones de vida de los productores, tanto en los aspectos materiales como culturales. El papel del consumidor Generalmente, en el comercio capitalista convencional, la variable más importante con la que se maneja el consumidor es el precio del producto. Y muchas veces, el mejor precio no es el precio más justo. En cambio, el Comercio Justo –sostiene Bulit“responde a la necesidad de mejorar las condiciones de vida y el desarrollo económico y social de los productores, principales eslabones de la cadena comercial”. En ese sentido, “ofrece condiciones comerciales más equitativas y disminuye los intermediarios asegurando mayores ingresos a los productores, disminuyendo de ese modo la necesidad de emigración a los conglomerados urbanos en condiciones de marginalidad”. Pero todo esto no se puede dar si el consumidor no compra este tipo de productos. Es así que se habla del “consumo responsable y solidario”. Para Miguel Rodríguez, productor misionero que comercializa la Yerba Titrayjú (apócope de “Tierra, Trabajo y Justicia”) el consumo responsable y solidario consiste en una relación personal que se establece entre productor y consumidor: “cada producto que entregamos es una charla, un ir y venir de experiencias de la ciudad al campo y del campo a la ciudad”, sostiene Rodríguez, y dice que “tenemos la obligación de decir: si vos consumís este otro tipo de yerba, hay otro compañero que se está muriendo del otro lado de la piola”. Para Dolores Bulit, “una vez que la gente conoce los objetivos del Comercio Justo y localiza el lugar que vende sus productos, mantiene una alta fidelidad”. En tanto, Zulema Alba, de la Asociación Civil Tendiendo Puentes, afirma que “los consumidores a los que nos hemos acercado comprenden el sentido de nuestro trabajo”. De todas formas, Bulit sostiene que “el consumo responsable es la clave para el crecimiento del Comercio Justo, ya que si las personas entienden que al comprar productos del Comercio Justo pueden cambiar la forma de vida de las comunidades marginadas por el comercio tradicional, van a apoyarlo sin dudas”. Tierra, Trabajo y Justicia La yerba mate Titrayjú es producida por la Cooperativa Río Paraná, que forma parte del Movimiento Agrario de Misiones, una organización con 33 años de vida comprometida con la lucha por revertir la injusta situación que viven los productores yerbateros en esa provincia. La cooperativa cuenta con un local de venta al público en el barrio porteño de Boedo, en el cual comercializa no sólo la yerba Titrayjú, sino otros productos de las ferias francas de Misiones –que son más de veinte y que han mejorado la calidad de vida de 2.500 familias- de Fecoagro, una organización que nuclea 25 cooperativas de la provincia de San Juan, y también de asambleas barriales y fábricas recuperadas. La situación del mercado de la yerba a nivel nacional, es una de las muestras más crudas de la necesidad de implementar políticas del Comercio Justo. Este mercado representa el PBI más alto de Misiones, y –según Rodríguez- es presa de “las grandes empresas oligopólicas de la provincia que manejan el mercado de la yerba mate condenando al pequeño productor a la marginación y a la exclusión”. En el año noventa, el productor de yerba mate recibía 20 centavos por cada kilo de hoja verde, y en el 2002 le pagaban sólo 2 centavos. A todo esto, el mercado de la yerba mate significó un ingreso de 180 millones de pesos: “esos 180 millones se esfumaron en la cadena de comercialización”, sentencia Rodríguez. Asimismo, la yerba movió más de 972 millones de pesos en el 2004, muy por encima de los 564 millones generados en el 2002. Sin embargo, ese crecimiento no fue parejo en los distintos eslabones de la cadena, ya que mientras para la industria el incremento fue del 29,7%, el rubro impuestos subió un 87%. Para Rodríguez, por cada kilo de hoja verde (con tres kilos de hoja verde se hace un kilo de yerba) tendría que pagarse al productor 38 centavos. Por ley se estaría pagando 31 centavos, pero eso no es así: “al pequeño productor le hacen firmar por ese precio pero le pagan tal vez un 15% de ese valor”, afirma. Asimismo, en estos momentos el precio de la yerba está teniendo muchísima exposición mediática por los costos de la canasta básica. En ese contexto, el Subsecretario de Agricultura, Ganadería y Forestación de la Nación, Javier de Urquiza, mantuvo una reunión con productores yerbateros de esa provincia, quienes le solicitaron subir el precio a 40 centavos la hoja verde. El ministro respondió que no tendría problemas en apoyar esa suba siempre y cuando no incida sobre el precio de góndola. “Estamos en medio de una disputa mediática por los precios –sostiene Rodríguez- cuando nosotros sostenemos que el kilo de yerba al publico tiene que costar 4,20 pesos, para asegurarnos que por cada kilo de yerba que se vende, al pequeño productor le llegue 1,30 pesos. ¿Cómo se puede entender entonces que en algunas cadenas de supermercados haya marcas de yerba que cuesten 1,69 pesos el kilo?”. En este marco es claro que la propuesta del Comercio Justo significa otro sistema alternativo tendiente a revertir los desequilibrios en la distribución del ingreso, atendiendo más a la realidad del pequeño productor que a los intereses económicos de las cadenas de distribución y los grandes capitales que concentran la actividad, ya que –como sostiene Rodríguez- “hay 4 molinos que manejan el 80% del mercado de yerba mate y que producen distintas marcas”. Entonces, detrás del tema de los precios hay otra realidad que hay que aprender a mirar: “cuando hablamos del pequeño productor hay que hablar de 13.000 familias pequeño-productoras de yerba mate, 40.000 tareferos (quienes cosechan la yerba), y 24.000 pibes subexplotados por sus propios padres, que desde los 5 años van a cosechar yerba”, señala Rodríguez. Tendiendo Puentes Tendiendo Puentes es una Asociación Civil sin fines de lucro que comenzó sus actividades en el año 2002 en la ciudad de La Plata y que nació a raíz de una conexión con la organización italiana Amigos de Argentina, con la cual se realizaron diversas actividades de ayuda humanitaria., solidaridad, cooperación y comercio justo. Esta organización comenzó a comercializar -desde el año 2003- artesanías tobas y wichis exportándolas a Italia, a Amigos de Argentina, donde eran vendidas a los socios de esa organización. “En este momento, Amigos de Argentina, tiene una tienda en Montichiari BS, la Tienda Algarrobo, de Mercato Justo, siendo la primera tienda ítalo-argentina que se abrió en Italia”, sostiene Zulema Alba, responsable de la Asociación Tendiendo Puentes. Desde ese momento, la organización comenzó a enviar a Italia mercadería artesanal de pueblos originarios, de microempresarios de Bariloche, del Mercado Solidario de Rosario, artesanos de La Plata y San Juan. Zulema Alba afirma que “es nuestro objetivo, comenzar a relacionarnos con todas las importadoras y Tiendas del mundo, para permitir dar otra oportunidad de trabajo a los más desprotegidos en la cadena de comercialización”. La Asociación Tendiendo Puentes busca favorecer el desarrollo generalizado de las poblaciones en estado de vulnerabilidad, sirviendo como medio idóneo para la difusión de las distintas problemáticas de calidad de vida que presentan las mismas, sean estas urbanas, rurales o aborígenes. Para el logro de tales fines, pretende generalizar la concientización sobre la economía solidaria y promover el comercio justo y equitativo. “Nuestro objetivo no es sólo comercializar, sino promover, organizar, divulgar y concretar en los hechos, que nazcan y se desarrollen pequeños grupos de formas organizadas de economía solidaria, que produzcan y también exporten en la medida de lo posible”, afirma Alba. Perspectivas La evolución del Comercio Justo en nuestro país depende en gran medida –como señalara Bulit- del crecimiento del consumo responsable. Pero también hacen falta medidas políticas concretas para alentar este tipo de desarrollos. Para la representante de la RAJC, el estado argentino podría tener un rol fundamental en el crecimiento del Comercio Justo a través de las siguientes acciones: Promover una política de impuestos a la exportación acordes a las necesidades del Comercio Justo Transformarse en comprador de productos de Comercio Justo Apoyar el Comercio Justo argentino con campañas de difusión masivas y locales. El tema de la difusión es una de las cuestiones principales, por eso resulta imprescindible dar a conocer este tipo de iniciativas. Para Miguel Rodríguez, de Titrayjú, la idea es más ambiciosa: “queremos construir un sistema distinto, no queremos solamente luchar por un Comercio Justo por el sólo hecho de exportar yerba, creemos en los proyectos locales, en los mercados que están construyendo estas alternativas”. Como toda construcción nueva que surge de las bases, empieza por lo local, por las pequeñas comunidades de productores; pero ahora es tiempo de que desde lo global, desde las políticas de estado, reciban el apoyo necesario para que todos –los individuos y no el capital concentrado- puedan gozar de los beneficios de la actividad económica. NOTAS RELACIONADAS La empresa red: la unión hace la fuerza (Edición Nº 4 – Junio 2004) Más información: Ozonalia es el programa del UNICEF - Comité Español para el fomento del consumo responsable y comercio justo “El fenómeno del Comercio Justo en Argentina” – Revista Tercer Sector Nº 47 – Octubre de 2004 – Fundación Del Viso Agradecemos especialmente al periodista Alejandro Cánepa por la información brindada Guía de compras de Comercio Custo (RACJ)