Empatía (en español)

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Empatía (en español)
Carl R. Rogers es fundador del Enfoque Centrado en la Persona y fue defensor de
la tesis de que la empatía proporcionada por el psicoterapeuta al cliente es una de las
maneras más poderosas, a pesar de su naturaleza sutil, para promover cambios de
personalidad y, consecuentemente, en los comportamientos. Primeramente, Rogers
descubrió, en su práctica como psicoterapeuta, que el oír atentamente ya era un factor
aislado de ayuda significativa al Cliente. Comprendió también que cuando el sicoterapeuta
le decía al cliente cuales sentimientos y emociones percibía en él, la efectividad de la
terapia aumentaba. A ese procedimiento le llamó reflexión de sentimiento y, juntamente
con sus alumnos, descubrió que el estar atento a los sentimientos del cliente y reflejarlos
podía transformar una conversación superficial en un autoanálisis profundo realizado por el
propio cliente. Sin embargo, posteriormente, Rogers descubrió que no era ni el acto de
escuchar ni tampoco la reflexión de sentimientos que ayudaban al cliente, sino la empatía
que estaba embutida en ellas. Entonces él postuló que la reflexión de sentimiento no era
una técnica o un tipo de terapia y si una particularidad que podría estar englobada en algo
mayor como una relación interpersonal empática con el cliente. Él comprendió que no es
exactamente la reflexión de sentimientos la que ayuda a los clientes, sino la empatía que
debe estar embutida en este tipo de reflexión. La reflexión de sentimientos es una forma
auxiliar de demostrar empatía que solamente ayuda al cliente cuando existe empatía
autentica del sicoterapeuta en relación a su cliente.
¿En qué consiste esa empatía y como proporciona ayuda al cliente? Voy a
arriesgarme en una tentativa de dar una respuesta simplificada a lo que pueda ser eso: es
un fenómeno humano de consideración por otro ser humano cuando uno busca
comprender al otro a partir del punto de vista del otro, aceptando sus comportamientos sin
criticas ni juicio de valor y también buscando la vivencia y comprensión de sus
sentimientos y emociones como si fuese el mismo. Para responder a la segunda parte de
la pregunta, vamos a considerar lo que Rogers llamó de flujo psicofisiológico. Esto sería el
conjunto en movimiento de las sensaciones corpóreas y vivencias psíquicas que
experimentamos continuamente en todos los momentos de la vida. En la mayor parte del
tiempo, no tenemos conciencia completa de como este flujo de sensaciones y vivencias
está corriendo dentro de nosotros y, consecuentemente, no encontramos significaciones
precisas para las sensaciones. Siendo así, en la psicoterapia, la empatía permite al
psicoterapeuta aproximarse tanto de su cliente hasta el punto de él (el psicoterapeuta)
intente encontrar o descubrir significaciones que su cliente acepte como auténticamente
suyas. Cuando son encontrados los significados para los flujos sensoriales y vivenciales,
estos evolucionan y se aproximan de la conciencia, lo cual permite la comprensión y la
aceptación y a partir de entonces, cambios de personalidad y, consecuentemente, cambios
en los comportamientos podrán ocurrir. Ese proceso se produce en el cliente por la
desalienación en relación a sentimientos reprimidos, por el significación consciente de
vivencias, por la aceptación y valorización de sí mismo así como se es, por el no
juzgamiento, aceptación incondicional y confirmación de la existencia de identidad por el
otro (en este caso, el psicoterapeuta). El cliente se ve entonces, delante de aspectos
personales que antes no eran reconocidos como siendo de el mismo. Estos aspectos son
ahora aceptados por el incentivo del psicoterapeuta que los acepta con naturalidad. La
incorporación de esos aspectos lleva forzosamente al cliente a reelaborar su auto
concepto. Una vez que el concepto de sí es actualizado, la personalidad es reconfigurada
y los comportamientos se modifican para la adecuación con la personalidad reconfigurada.
Queda entonces evidente, que la empatía desempeña un papel clave en el proceso
de cambio en el cliente en terapia. Es la empatía la que posibilita al terapeuta buscar y
eventualmente, encontrar significaciones expresivas para el cliente. Es exactamente a
partir de ese punto que se abre la posibilidad para la evolución de la condición del cliente.
Sin la empatía, el psicoterapeuta no sería capaz de tener sentimientos próximos a los del
cliente, podría apenas intentar comprender al cliente a través de la intelectualización de su
condición y por teorías psicológicas. Entretanto, esa comprensión, mismo que acertada y
apoyada por teorías psicológicas, alejarían al cliente de un proceso de cambio, en la
medida en que él mismo no acataría algo que no puede ser reconocido y comprendido por
él mismo. De otra forma, la empatía puede desbloquear vivencias que, cuando son
experimentadas a nivel visceral y correctamente simbolizadas y nominadas, proveen
cambios en la personalidad y consecuentemente, en los comportamientos. De esta forma,
concluimos que la empatía desempeña un papel fundamental en la apertura del cliente
para descubrimientos internos y cambios y, por lo tanto, es esencial, pues como una llave,
abre
una
cerradura
en
el
proceso
terapéutico.
* Traducido por Ruben Cesar Ramirez (Paraguay)
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