QUE REFORMA EL ARTÍCULO 73 DE LA LEY GENERAL DE

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QUE REFORMA EL ARTÍCULO 73 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, SUSCRITA
POR LAS DIPUTADAS BERTHA YOLANDA RODRÍGUEZ RAMÍREZ Y MARTHA
ROCÍO PARTIDA GUZMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PRI
Las suscritas, Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez y Martha Rocío Partida Guzmán,
integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en la LX
Legislatura de la Cámara de Diputados del honorable Congreso de la Unión, con
fundamento en lo establecido en los artículos 71, fracción II, y 72 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 55 y 56 del Reglamento para el Gobierno
Interior del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, someten a consideración de esta
asamblea iniciativa con proyecto de decreto por el que se adicionan diversas disposiciones
de la Ley General de Salud al tenor de la presente
Exposición de Motivos
La salud y el derecho a preservarla es una condición fundamental para el desarrollo y
bienestar de todo ser humano. Por ello, uno de los aspectos más importantes para el pleno
desarrollo de las personas, tanto a nivel individual y como parte integrante y activa de la
sociedad, es contar también con una buena salud mental, que es uno de sus aspectos más
importantes, pero también menos considerados en los estudios y en las políticas. En
México, el estrés, las adicciones, la esquizofrenia, la demencia senil, el retraso mental
severo, la enfermedad depresiva y los trastornos de ansiedad son, entre otras, las principales
enfermedades que afectan no sólo la vida y productividad del individuo, sino también la de
su familia. Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental se conceptualiza
como "el estado de bienestar que permite a los individuos realizar sus habilidades, afrontar
el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y fructífera, y hacer una
contribución significativa a sus comunidades".
Los problemas de salud mental entre la población general han cobrado una importancia
creciente, reconociéndose como una preocupación de salud pública, ya que afectan en
distinta magnitud y gravedad a los diferentes grupos sociales de acuerdo con su sexo, edad
y nivel socioeconómico. No obstante lo anterior, y a pesar de ser comunes, en muchos
casos las enfermedades mentales no llegan a ser diagnosticadas por los médicos. Los
médicos identifican a menos de la mitad de aquellas personas que reúnen los criterios
necesarios para que les sea diagnosticado un trastorno psicológico.
Las personas que viven en pobreza extrema, los desempleados, las personas con bajos
niveles de instrucción, los que han sido victimas de algún tipo de violencia, los migrantes y
refugiados, los indígenas, las mujeres, hombres, niños y ancianos maltratados o
abandonados, personas que presenten alguna discapacidad o quienes padecen enfermedades
crónicas, son quienes mayormente viven bajo el riesgo de sufrir enfermedades mentales.
En este orden de ideas, las mujeres como factor importante de cohesión en todas las esferas
de la sociedad, debido a la gran cantidad de funciones que han de desempeñar en ésta,
corren un mayor riesgo de padecer problemas mentales que el resto de los miembros de su
comunidad. Las mujeres han de asumir la gran responsabilidad que entraña el hecho de ser
esposas, madres y cuidadoras de los demás. Constituyen una parte cada vez más esencial de
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la población activa. De hecho, entre un cuarto y un tercio de los hogares a nivel mundial
cuentan con ellas como principal fuente de ingresos.
Los factores de riesgo específicos del género que influyen en los trastornos mentales
comunes que afectan de manera desproporcionada a las mujeres incluyen la violencia de
género, las carencias socioeconómicas, el salario bajo y la desigualdad en los ingresos, la
condición y rango social bajo o subordinado y la continua responsabilidad del cuidado de
otros. El alto grado de violencia sexual al que las mujeres están expuestas y la
correspondiente tasa elevada de estrés postraumático que aparece tras sufrir esta violencia
convierte a las mujeres en el mayor grupo de personas afectadas por este trastorno.
En muchos grupos de población subatendidos, las mujeres tienen considerables necesidades
en lo relativo a la salud mental. Sin embargo, hasta hace pocos años, la concepción de la
salud mental de la mujer había sido muy limitada, al igual que los intentos de protegerla y
promoverla. Cuando se han tratado asuntos referentes a la salud de la mujer, las actividades
se han centrado principalmente en cuestiones relacionadas con la reproducción, tales como
la planificación de la familia y la procreación, pero apenas se ha prestado atención a la
salud mental.
La depresión no sólo es el problema de salud mental más común en las mujeres sino que
además puede ser más persistente en las mujeres que en los hombres. La depresión unipolar
que, según las predicciones, será la segunda causa de carga de discapacidad mundial en
2020, es dos veces más común entre las mujeres. La primera Encuesta Nacional de
Psiquiatría realizada en México en 2000, en la que se evidenció la existencia de alrededor
de 11 millones de mexicanas con cuadros depresivos, afectivos o de ansiedad, mientras que
en el caso de los varones las cifras alcanzan los siete millones, deteriorando con ello su
calidad de vida.
De conformidad con cifras de la Organización Mundial de la Salud, en el ámbito mundial,
450 millones de personas padecen depresión y en México entre 15 y 20 por ciento de los
habitantes está en riesgo de padecerla. Las ciudades representan un mayor factor de riesgo
entre sus habitantes, de padecer trastornos depresivos.
El Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey presentan la prevalencia más elevada de
trastornos mentales como la depresión grave, la depresión leve y el trastorno bipolar,
registrándose 10 por ciento respecto a los otros estados del país. Le siguen los estados del
norte de México como Chihuahua, Durango, Nuevo León y Tamaulipas con 9 por ciento,
mientras que los del sudeste, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán, reportan 6 por ciento. Casi
18 millones de mexicanos han sufrido algún padecimiento depresivo, afectivo o de
ansiedad que ha alterado su desempeño en el trabajo, en sus estudios, en sus relaciones
personales y se ha trastornado su sueño y su alimentación, deteriorando con ello su calidad
de vida.
En general, la prevalencia de los problemas de salud mental de hombres y mujeres es
similar, aunque ambos sufren distintos tipos de desórdenes. En particular, las mujeres
tienen más probabilidades de ser víctimas de depresión, ansiedad y de trastornos
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alimenticios. En cambio, los hombres tienen más problemas de alcoholismo y consumo de
sustancias, así como trastornos de la personalidad que incluyen violencia.
Lo anterior hace necesaria la creación de políticas públicas para atender la salud mental en
las mujeres. Para ello es fundamental la sensibilidad de las autoridades para abordar esta
problemática que en países como Estados Unidos de América y muy en especial en la
Unión Europea está siendo observada y atendida; no obstante, en los países con una cultura
más machista el problema es mayor. Hay que tener en cuenta que en los países
desarrollados, las mujeres tienen una buena representación, pero esto no ocurre en todos los
lugares; de hecho, 70 por ciento de los mil 200 millones de personas sin recursos que hay
en el mundo son mujeres.
Con la iniciativa que sometemos a consideración de esta honorable asamblea se propone
adicionar un nuevo texto en la fracción IV del artículo 73 de la Ley General de Salud, a
efecto de proponer que la Secretaría de Salud, las instituciones de salud y los gobiernos de
las entidades federativas, en coordinación con las autoridades competentes en cada materia,
fomenten y apoyen la operación del Programa Nacional de Salud Mental para las Mujeres,
el cual estará a cargo de la Secretaría de Salud y se coordinará para su operación con las
instituciones de salud de las entidades federativas y el Distrito Federal en el ámbito de sus
respectivas jurisdicciones.
Dicho programa tendrá entre sus objetivos identificar las situaciones específicas que viven
las mujeres y establecer lineamientos para la prevención, atención y erradicación de su
problemática en materia psicológica y psiquiátrica, tomando en consideración los factores
biopsicosociales que directamente les afectan, otorgar la atención adecuada y oportuna para
que las mujeres reduzcan las consecuencias de las problemáticas que específicamente les
afectan, a través de la toma de decisiones conscientes y responsables, incluir en la atención
el involucramiento de la familia, personas afines y otros especialistas que contribuyan en el
abordaje de sus problemáticas y contribuir a partir de las capacidades propias de las
mujeres a desarrollar sus potencialidades y apoyarlas en la búsqueda de soluciones de sus
problemáticas.
Para efecto de dar cumplimiento a las reformas propuestas, se otorga en los artículos
transitorios un plazo de noventa días a la Secretaría de Salud para la elaboración del
Programa Nacional de Salud Mental para las Mujeres. Asimismo, los recursos económicos
para la operación del programa deberán ser incluidos en el Presupuesto de Egresos de la
Federación para 2010.
Por lo antes expuesto y fundado, nos permitimos someter a consideración de esta soberanía
la siguiente iniciativa con proyecto de
Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Salud
Único. Se adiciona un nuevo texto en la fracción IV, pasando el texto vigente de la actual a
ser la nueva fracción V del artículo 73 de la Ley General de Salud para quedar como sigue:
Artículo 73. …
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I. a III. …
IV. La operación del Programa Nacional de Salud Mental para las Mujeres, el
cual estará a cargo de la Secretaría de Salud y se coordinará para su operación
con las instituciones de salud de los entidades federativas y del Distrito Federal,
en el ámbito de sus respectivas jurisdicciones.
Dicho programa tendrá entre sus objetivos
a) Identificar las situaciones específicas que viven las mujeres y establecer
lineamientos para la prevención, atención y erradicación de su problemática en
materia psicológica y psiquiátrica, tomando en consideración los factores
biopsicosociales que directamente les afectan;
b) Otorgar la atención adecuada y oportuna para que las mujeres reduzcan las
consecuencias de las problemáticas que específicamente les afectan, a través de
la toma de decisiones conscientes y responsables.
c) Incluir en la atención el involucramiento de la familia, personas afines y
otros especialistas que contribuyan en el abordaje de sus problemáticas.
d) Contribuir a partir de las capacidades propias de las mujeres a desarrollar
sus potencialidades y apoyarlas en la búsqueda de soluciones de sus
problemáticas.
V. …
Artículos Transitorios
Primero. El presente decreto entrará en vigor a los ciento ochenta días posteriores a su
publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Segundo. La Secretaría de Salud contará con un plazo de noventa días para la elaboración
del Programa Nacional de Salud Mental para las Mujeres
Tercero. Los recursos económicos para la operación del Programa Nacional de Salud
Mental para las Mujeres deberán ser incluidos en el Presupuesto de Egresos de la
Federación para 2010.
Cuarto. Remítase a la Cámara de Senadores para sus efectos constitucionales.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 16 de abril de 2009.
Diputadas: Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez, Martha Rocío Partida Guzmán (rúbricas).
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