Una fotografía de la conducción en organizaciones sin fines de lucro: El papel de las juntas directivas de las ONG en Centroamérica Resultados de una encuesta realizada a 55 Organizaciones No Gubernamentales (ONG) Edición 2000 Investigadores Principales Recolección de datos y análisis: Javier Morales Valverde Katrina M. Rojas Angélica Alarcón Isabel de la Maza Javier Salinas Kathleen Daffan Shirley Ellis Equipo editorial: Ximena del Río Eliot Greenspan María Sáenz Financiamiento otorgado por la Fundación W. K. Kellogg AGRADECIMIENTOS Queremos reconocer la colaboración recibida por parte de los representantes de 55 organizaciones que generosamente cedieron tiempo para conversar acerca del papel de su junta directiva y otras instancias de su gobierno. Varios colegas de Acceso en la región aportaron su valiosa ayuda para identificar a las organizaciones que podrían formar parte de nuestra muestra de estudio. Apreciamos los contactos y recomendaciones de Giselle Rodríguez y Jesús Cisneros de la Oficina Mesoamericana de la Unión Mundial para la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), Bruce Moffat de The Nature Conservancy y Paula Antezana y Cecilia Dobles del Centro para la Participación Organizada de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano. Paula y Cecilia nos dieron, además, recomendaciones para el diseño del cuestionario. Juliana Martínez de Acceso nos proporcionó ayuda invaluable para el análisis y la presentación de los resultados de la encuesta. Expresamos nuestro agradecimiento al National Center for Nonprofit Boards (NCNB) por brindarnos guía y asistencia técnica en el desarrollo de esta encuesta. Acceso y el NCNB tienen una alianza en la que se comparten ideas, preocupaciones, materiales y capacitación para reforzar los servicios de fortalecimiento de juntas y la sensibilización acerca de la conducción de las organizaciones sin fines de lucro en Centroamérica. Finalmente, queremos agradecer a la Fundación W.K. Kellogg, la organización que ha financiado este informe, como parte de un proyecto para fortalecer la conducción de las organizaciones de la sociedad civil en Centroamérica. INTRODUCCION En los años ‘70 y ‘80, surgieron las organizaciones no gubernamentales (ONG), las cuales comenzaron a florecer en Centroamérica. Estas organizaciones han contribuido a la solución de problemas socioeconómicos de la región. “En sus múltiples áreas de actividad, dichas organizaciones lograron llenar los espacios vacíos entre los gobiernos y la población.”[1] Además, han sido capaces de “transferir conocimientos y poder a los sectores con más necesidad de mejorar su calidad de vida”[2], ayudando de esta manera a fortalecer los procesos de democratización. Como en otras partes del mundo, las ONG funcionan en un ambiente de cambio constante promovido por factores económicos, políticos, tecnológicos, sociales y organizativos. Es importante resaltar por lo menos dos de los factores externos que han afectado la dinámica organizativa. Acuerdos de paz y democratización.Los países que han pasado los últimos veinticinco años en conflictos violentos ahora luchan por reconstruir sus economías, gobiernos y relaciones sociales. Este contexto de paz y la democratización ha traído oportunidades y retos para las organizaciones de la sociedad civil. En algunos países han surgido nuevos foros para la participación ciudadana, los cuales necesitan de una mayor capacidad de estas organizaciones para proponer y negociar políticas alternativas y, posteriormente, monitorear su implementación. Los procesos de paz también han modificado la naturaleza de la oposición. Por ejemplo, en Guatemala y El Salvador, los partidos de oposición — y las ONG asociadas a ellos — son ahora legalmente reconocidos. La estrategia y estructura que utilizaron mientras mantenían operaciones clandestinas está cambiando lentamente. Dichas organizaciones están reevaluando la forma en que pueden establecer alianzas y negociar los términos de compromiso con el gobierno y las agencias internacionales, siendo consistentes con su ideología. Cooperación extranjera. El financiamiento de fuentes bilaterales, multilaterales y privadas ha sido una fuerza de cambio para muchas organizaciones en nuestra región. En la década pasada, muchas agencias de financiamiento han redirigido sus fondos a otras áreas del mundo. Al mismo tiempo, hay un creciente interés en apoyar la “institucionalización” de la paz y la democracia, lo que a menudo ha tenido como resultado una preferencia por canalizar la ayuda, en forma directa, a través de gobiernos locales y nacionales. Como resultado, las fuentes de financiamiento para las ONG se han reducido en forma evidente. Perennemente, la cooperación extranjera ha jugado un papel significativo en establecer la agenda de los problemas de desarrollo que se financian poniendo ciertos temas más “de moda” que otros. Recientemente, las agencias de cooperación han presionado a las ONG para evaluar el impacto y demostrar los resultados de su trabajo. Estos factores, junto con otros, han conducido a las ONG a un proceso de auto reflexión. Las organizaciones están reevaluando su misión, definiendo elementos de sus estrategias de sostenibilidad y redefiniendo los papeles que jugarán en las políticas públicas y en la sociedad en general. Como resultado, muchas de ellas están preocupadas por sus bases de legitimidad, las características de sus miembros y personal y por las relaciones con otros actores. [3] En este contexto, ¿qué lugar ocupan las juntas directivas de las ONG? ¿Son en realidad un componente importante en los esfuerzos organizativos para cumplir con estos retos? En Acceso, creemos que las juntas directivas y otras entidades de gobierno tienen el potencial de jugar un papel relevante y, de hecho, un papel estratégico para guiar a la organización a través de los retos y cambios que enfrentan. Los tres ejemplos siguientes ilustran maneras en que la existencia y el trabajo efectivo de una junta directiva pueden ser más estratégicos en este contexto. Estas instancias de conducción en una organización pueden: Ofrecer una perspectiva y visión externas que puede resultar útil al abordar asuntos críticos para la organización. Por ejemplo, su aporte puede ser crucial en el desarrollo de estrategias para llegar a ser financieramente más sostenibles o en la definición del papel de la organización para influir en políticas públicas. Facilitar una evaluación externa, menos sesgada, del impacto y desempeño de la organización. Las juntas pueden tomar el liderazgo al promover una cultura organizativa de autoevaluación y mejoramiento, que incluya monitoreo y evaluación en diferentes niveles. Construir credibilidad, especialmente cuando involucran a actores clave en la dirección y supervisión de la organización. Para desarrollar herramientas y metodologías que puedan fortalecer realmente a las ONG centroamericanas y a sus juntas directivas, Acceso propuso un estudio que proporcione una foto inicial de: Los papeles que actualmente juegan las juntas directivas en estas organizaciones. Algunas de las limitaciones y potenciales para el trabajo de la junta directiva. A partir de esta foto, esperamos contribuir a una base de conocimiento que guíe el desarrollo de servicios y materiales en esta área. Algunas definiciones Definimos la Junta Directiva como la instancia colectiva que tiene la responsabilidad de orientar y regir a una organización y que constituye, usualmente por delegación de una asamblea, su espacio de máxima autoridad. Utilizamos los términos gobierno y conducción (governance) de una organización para describir estructura y funciones que implican: Tener y ejercer autoridad que nos ha sido otorgada por alguien (membresía, el estado). Ser responsable por la conducta general de la organización y rendir cuentas de ésta a la sociedad. Guiar a la organización por el camino más estratégico. METODOLOGIA Desarrollamos una encuesta de manera que nos proporcionara una “fotografía instantánea” de las características actuales de la conducción o gobierno de las organizaciones sin fines de lucro en la región centroamericana. Diseñamos una entrevista estructurada para recoger información general acerca de la existencia, papel actual, limitaciones y potencial de las juntas directivas. Nuestra muestra consistió en 55 ONG en seis países de Centroamérica. El grupo más grande de organizaciones es de Guatemala, el cual representa el 23% de la muestra (Gráfico 1). Realizamos entrevistas en persona con una persona representante de cada organización. Recolectamos los datos en 1999. En siete de las organizaciones que participaron en la encuesta, realizamos consultas adicionales para explorar diferentes percepciones acerca del papel de la junta y su relación con otros asuntos institucionales. Este grupo fue seleccionado, utilizando dos criterios fundamentales: El interés de la organización en cuanto a los problemas identificados en la encuesta y La diversidad dentro del grupo, en términos del tipo de organización, área temática y la actual estructura organizativa. Estas consultas se realizaron con miembros de las Juntas Directivas, personal y beneficiarios de las organizaciones. Varios de estos análisis más profundos sirvieron para iniciar, posteriormente, un proceso de fortalecimiento de las juntas de un subconjunto de organizaciones. Dada la naturaleza de la muestra, es necesario hacer algunas observaciones aclaratorias: Las organizaciones encuestadas no eran una muestra regional ponderada. Al considerar nuestros resultados, es importante notar que en el 55% de las organizaciones, la persona que respondió la encuesta fue el director o la directora ejecutiva o integrante del personal pagado con el mayor rango de autoridad y responsabilidad. En el 39% de las organizaciones, la persona que respondió fue otro miembro o miembra del personal, y solo en el 6% de los casos, la persona que respondió fue el o la presidente de la junta (Gráfico 2)[4]. Cuando presentamos estadísticas, siempre nos referimos a las organizaciones participantes en la encuesta y no estamos generalizando al resto de las ONG. Solo generalizamos en la “Introducción” y en la sección “Consideraciones finales acerca del desarrollo de juntas en la región”. RESULTADOS Características de las organizaciones entrevistadas El sector de las ONG en Centroamérica presenta una gran diversidad. Para esta investigación, escogimos a las organizaciones de manera que la muestra fuera lo más heterogénea posible y representara muchas facetas del espectro de este sector, en particular en términos de tamaño, misión y área geográfica. Sin embargo, no es una muestra representativa en relación con estos aspectos. Esta sección proporciona un panorama de las características básicas de las organizaciones y de las personas que participaron en la encuesta.[5] Misión y alcance institucional Las misiones institucionales de estas organizaciones comprenden una gran gama de temas, que son importantes para el progreso de Centroamérica (Gráfico 3). Algunas de las organizaciones tienen como meta una población en riesgo específica, tales como comunidades indígenas, niños, mujeres o personas con discapacidades. Otras tienen como meta mejoras en ciertos aspectos de la calidad de vida, tales como vivienda, comunicaciones, agricultura, salud, medio ambiente, o el apoyo a las microempresas, el desarrollo local, y la democratización. La encuesta fue llevada a cabo en las ONG que tenían como meta cada una de las categorías mencionadas anteriormente, e incluso otras. La mayoría de ellas trabajan en el nivel nacional (80% del total de las organizaciones), muchas de ellas combinan programas para poblaciones rurales y urbanas (alrededor de un 50% de la muestra). Tamaño, edad y composición de las organizaciones Las organizaciones en este estudio varían en tamaño de 0 a 240 empleadas y empleados de tiempo completo.[6] La media del tamaño de personal de tiempo completo es de 27.9 y la mediana es de 15.5. Las dos organizaciones más nuevas tienen sólo dos años de existencia. La más antigua funciona desde hace 39 años. La edad promedio de las organizaciones es de 12 años y la mediana es de 10 años. La composición por género de las organizaciones se ilustra en el Gráfico 4. El número de mujeres en este conjunto de datos puede ser algo sesgado, ya que en la muestra quedaron representadas varias organizaciones de sólo mujeres aunque no necesariamente sea representativo del sector. Estatus legal La mayoría de las organizaciones consultadas (alrededor del 67%) están registradas legalmente como Asociaciones, definidas en términos generales como un grupo de personas que se organizan para lograr una meta común de interés público y compartir un conjunto de características (estipuladas en la legislación nacional de cada país). La segunda forma más importante de incorporación legal es la Fundación (cerca del 25%), establecida por una persona fundadora que asigna fondos para invertir en áreas de interés público. (La cantidad de esta dotación inicial está estipulada en la legislación nacional). El 8% restante de la muestra tiene algún otro estatus de organización sin fines de lucro. Fuentes de financiamiento y alianzas institucionales Las ONG en Centroamérica consiguen financiamiento de una variedad de fuentes nacionales e internacionales, que incluyen empresas, fundaciones de financiamiento privado, gobiernos e ingresos autogenerados. Las fuentes de financiamiento más comunes para las ONG en este estudio son entidades no gubernamentales internacionales y la segunda fuente más común son gobiernos extranjeros, a través de sus programas de ayuda bilateral. Aunque la venta de servicios no es la fuente principal de financiamiento de ninguna organización en este estudio, un tercio de las ONG que participaron indicaron que la venta de servicios es la segunda fuente más importante de ingresos (Gráfico 5)[7]. Las ONG encuestadas también mantienen una amplia gama de vínculos institucionales. De hecho, se han desarrollado y establecido los siguientes tipos de alianzas en más del 60 por ciento de las organizaciones encuestadas. con otras ONG con organizaciones de base con asociaciones de ONG y con entidades gubernamentales. Un número más pequeño de organizaciones también mantiene alianzas con universidades, el sector privado y otros. El estado actual de las juntas directivas de organizaciones sin fines de lucro En esta sección se presentan las características de la estructura de la organización y su junta directiva. Elementos básicos de la composición y estructura ¿Son las Juntas parte de la estructura actual de la organización? Cincuenta y una, de las cincuenta y cinco organizaciones entrevistadas en nuestro estudio, tienen una junta directiva. Más de la mitad de las personas participantes en la encuesta dijeron que la junta directiva es la entidad de toma de decisiones más importante en su organización, seguida por la asamblea general (Gráfico 6)[8]. Las otras entidades mencionadas, en algunos casos, fueron la dirección ejecutiva, un grupo de coordinadores de programas (equipo de administración de más alto rango) o todo el personal de la organización. Las organizaciones que no poseen una junta dicen que ésto se debe a uno de tres motivos: que esta entidad simplemente no es necesaria, que la cuestionan porque es un requisito “formal” o que la asamblea toma las decisiones principales en su organización. ¿De qué tamaño son las juntas directivas? La junta directiva más pequeña es de tres integrantes y la más grande es de 11 integrantes. El tamaño promedio de junta directiva de la muestra es de siete miembros y miembras. [9] ¿Qué características tiene la composición de la junta? Este estudio explora las relaciones personales y profesionales entre los miembros de la junta y la organización.[10]En la población en estudio, la gran mayoría de las juntas directivas incluye gente que no trabaja para la organización (90%). Cuarenta por ciento de las organizaciones poseen representantes de beneficiarias(os) de la organización en sus juntas, y cerca de un tercio de estas juntas todavía incluyen a los fundadoras(es) de la organización. Es importante notar que el 70% de estas juntas directivas incluyen miembras y miembros que también son personal asalariado de la organización. Este hallazgo destaca la necesidad de reflexión acerca de la “visión externa y no sesgada” que una junta puede aportar a los asuntos organizativos. Como lo expresó una persona participante, “como parte del personal, somos los que mejor conocemos la organización, ¿por qué no podemos ser parte de la junta?” Muchos miembros y miembras de las juntas consideradas en este estudio tienen un vínculo personal muy estrecho con la organización. Puede ser que hayan sido parte del personal asalariado, como se mencionó anteriormente, o que tengan lazos de parentesco o amistad con miembros(as) claves de la organización, tales como la o el director ejecutivo o la persona fundadora. Además, la investigación muestra que un número significativo de mujeres participa en las organizaciones, ya sea como personal de programas o administración (63%). Sin embargo, su participación es menor en las instancias de toma de decisiones (44%). Las organizaciones expresaron otras preocupaciones acerca de la composición de sus juntas, especialmente las dificultades involucradas al poseer un grupo heterogéneo (diferentes formaciones, niveles educativos, visiones, etc.) involucrado en la conducción de la organización. Estas preocupaciones fueron expresadas en su mayoría por aquellas ONG que poseen algunos representantes de su población meta o beneficiaria en la junta. Finalmente, al evaluar los elementos de la composición, es importante recordar que la mayoría de las juntas en esta muestra son elegidas por una asamblea general, lo que significa que el análisis de la composición debería comenzar en esa instancia. ¿Cuál es la política de la junta en cuanto a los límites de los períodos? En la mayoría de las ONG encuestadas, la asamblea general de la organización elige a la junta directiva. En el 60% de las organizaciones, las y los miembros de la junta pueden ser reelegidos sin haber un límite para el número de períodos, consecutivos o no, en que puedan servir en la junta. Responsabilidades de la junta y expectativas organizativas ¿Cuáles son las principales responsabilidades asignadas a la Junta? ¿Cómo se comunica la junta con el resto de la organización? En la mayoría de los casos, participantes en el estudio coinciden en las estrategias principales utilizadas para mantener la comunicación entre la junta directiva y el resto de la organización. Sesenta y cinco por ciento de las ONG dijeron que la comunicación se realiza principalmente a través del Director o la Directora Ejecutiva. Casi un cuarenta por ciento de las juntas se conecta con sus organizaciones a través de reuniones generales, y cerca del quince por ciento publica un informe de reuniones de junta directiva, que es compartido con el personal. ¿Cumplen las Juntas con las expectativas de la organización? Los y las participantes de las entrevistas (en su mayoría directoras o directores ejecutivos) calificaron el desempeño de la junta entre pobre y regular con respecto a las responsabilidades y tareas que se espera que las juntas asuman, generalmente. Las juntas en el estudio recibieron una calificación general de 2.79, en una escala que va de 1 (muy malo) a 5 (muy bueno). A cada participante se le solicitó utilizar esta escala para calificar hasta qué punto su junta directiva realizaba en forma exitosa una lista de doce responsabilidades específicas. Los resultados completos de esta calificación se detallan en la Tabla 1. Algunos hallazgos interesantes incluyen: Las responsabilidades que recibieron la calificación más positiva son la contribución de la junta en el mejoramiento de las redes de contactos de la organización y su participación en la definición de la misión y principales objetivos de la organización. Las responsabilidades, que a menudo se asocian con el papel de la junta en la supervisión financiera, recibieron una calificación regular. Por ejemplo, el papel de la junta en asegurar el uso apropiado de los fondos recibió una calificación de 2.96. Claramente, las juntas no han cumplido con las expectativas de las organizaciones en el área de evaluación. Recibieron bajas calificaciones en sus esfuerzos por monitorear el avance y evaluar los resultados del trabajo de la organización, así como evaluar su propio trabajo como junta directiva y el desempeño del director o la directora ejecutiva, o integrante de mayor rango del personal. Tabla 1 Responsabilidad de la junta directiva Calificación recibida Contribuir a las relaciones entre la organización y otras instancias importantes (beneficiarios(as), entidades gubernamentales, otras organizaciones, etc.) Participar en la definición y revisión de la misión y principales objetivos de la organización Mediar en caso de conflictos de interés entre miembros y miembras de la organización Apoyar procesos de planificación de la organización Asegurar el uso apropiado de los recursos financieros Monitorear y evaluar el trabajo de la organización y sus resultados Apoyar la gestión de recursos Evaluar su propio papel como junta y dar seguimiento con respecto a sus acuerdos Definir con claridad las tareas de cada persona integrante de la junta Participar en la definición de los programas de la organización Escoger y contratar al director o directora ejecutiva Evaluar el trabajo de las y los principales funcionarios(as) (incluyendo la directora o el director ejecutivo) 3.47 3.27 3.07 2.96 2.96 2.78 2.73 2.65 2.55 2.53 2.44 2.11 También se les solicitó, a las personas participantes, que identificaran las responsabilidades que pensaran que la junta directiva debería asumir, aunque en la práctica su junta no las realizara. En la Tabla 2 se muestra las respuestas más comunes e indica el porcentaje de la población en estudio que mencionó cada responsabilidad. Tabla 2 Porcentaje de Responsabilidades que la junta directiva debería asumir y no lo organizaciones hace en la actualidad que cita esta responsabilidad Aclarar el papel y funcionamiento de la Junta Directiva 25.5% Apoyar y definir el rumbo estratégico de la organización 23.6% Representar y promover la organización 16.4% Dar seguimiento y evaluar el trabajo de la organización 14.5% Apoyar con aspectos financieros 14.5% Aconsejar y apoyar al equipo en general 12.7% Definir programas y políticas generales 10.9% La Junta ya cumple las tareas deseadas 7.3% No se aplica 1.8% No respondieron 25.5% Obstáculos para desarrollar una junta efectiva Existe una serie de obstáculos para el desarrollo de una junta más efectiva. No resulta sorprendente que exista consenso en cuanto a la falta de tiempo que tienen miembros y miembras para invertir en el trabajo de la junta. Más de la mitad de las organizaciones mencionaron este tipo de dificultad (56%). Otros factores frecuentemente mencionados incluyen la falta de claridad acerca del papel de la junta y las responsabilidades de miembros(as) individuales, problemas con la composición de la junta o su funcionamiento, falta de interés y motivación y falta de conocimiento acerca de la organización. Cuando se les pidió dar recomendaciones de cómo la junta podría resolver estas dificultades, más del 30% de las personas participantes cito las tres áreas siguientes: Ampliar el conocimiento acerca del papel y responsabilidades de la junta. Hacer cambios en la manera en que la junta funciona. Hacer cambios en la composición de la junta. Principales contribuciones de la junta a la organización A pesar del énfasis hecho, hasta el momento, en el incumplimiento parcial de las responsabilidades de la junta directiva, las personas entrevistadas también fueron capaces de mencionar formas específicas en las que la junta ha contribuido y ha agregado valor a la organización. La tabla número 3 destaca muchas de esas contribuciones. Hemos incluido incluso aquellas contribuciones que sólo fueron mencionadas por unas pocas organizaciones, para así mostrar las diferentes ventajas que una junta directiva ofrece actualmente a las ONG de Centroamérica. TABLA 3 Principal contribución de la junta directiva Reflexión acerca de la orientación estratégica de la organización Prestigio y credibilidad para la organización Lineamientos sobre aspectos programáticos Continuidad y sostenibilidad de la organización Consejo y apoyo para el personal Buenos contactos Aporte voluntario al trabajo de la organización Creación de políticas generales Cumplimiento con la misión de la organización Apoyo con la gestión de fondos Selección, apoyo y/o seguimiento a la dirección ejecutiva Un fuerte compromiso personal Cumplimiento con la normativa legal Integración de perspectivas específicas Supervisión financiera Evaluación de políticas generales No se aplica No respondieron Porcentaje de organizaciones que cita esta contribución 38.2% 29.1% 20.0% 14.5% 14.5% 12.7% 10.9% 10.9% 10.9% 10.9% 10.9% 9.1% 9.1% 7.3% 5.5% 5.5% 3.6% 3.6% CONSIDERACIONES FINALES ACERCA DEL DESARROLLO DE JUNTAS EN LA REGION Las asambleas generales y juntas que gobiernan una organización pueden ser un componente clave en el liderazgo organizativo; tienen la autoridad teórica y legal y la responsabilidad de proporcionar una dirección apropiada para la organización. Sin embargo, en muchos casos la junta no surge a partir de las necesidades de la organización misma. Es un requisito que frecuentemente se vincula a la legislación de cada país. Como tal, puede ser percibido como una imposición externa para las ONG. Entonces, no resulta sorprendente que la gente del sector cuestione la existencia misma de esta entidad. Existen dos problemas centrales que contribuyen a esta posición. Algunos participantes criticaron la utilización de una “receta” estructural para todas las organizaciones. La figura de la junta directiva se percibe como parte de una estructura jerárquica y vertical. Como una organización expresó, “esta es una organización que busca estimular el liderazgo, y no suprimirlo, al imponer un sistema vertical. En esta organización, el poder se ejerce por consenso colectivo.” Para algunas organizaciones, la existencia de una junta directiva significa también el tener que lidiar con la amenaza de un posible control externo. Cuando una junta está compuesta por personas voluntarias externas a la organización, las y los fundadores e integrantes del personal deben compartir información y poder para así facilitar la toma de decisiones de gente que está “fuera” de la operación diaria de la organización. Además, existe a menudo un grupo de personas aún más grande que cree que no hay necesidad de cambiar la manera en que la organización funciona en la actualidad. “Hemos funcionado bastante bien sin la presencia de una junta, ¿por qué tenemos que cambiar ahora?” Un marco de referencia para el fortalecimiento y desarrollo de juntas Las organizaciones que tienden a ser escépticas acerca del papel de la junta necesitan un enfoque diferente para fortalecer su estructura y conducción. En estos casos, la meta es promover la toma de conciencia acerca de los beneficios de tener una junta que pueda ayudar a lidiar con los retos actuales que enfrenta el sector de las ONG y a estimular un proceso de reflexión acerca de los papeles y responsabilidades de las instancias actuales de la organización. Otro subconjunto de organizaciones está comenzando a interesarse en el papel de las juntas. Este grupo percibe que la junta es importante para el desarrollo organizativo, pero que algo necesita cambiarse para que juegue un papel más estratégico y efectivo. Cuando se trabaja con las organizaciones de la región sobre su estructura de gobierno y conducción, es importante considerar lo siguiente: La conducción es una responsabilidad compartida La junta directiva no es la única entidad involucrada en la conducción. Es crucial considerar a la junta como parte de una estructura de gobierno, que también incluye a la asamblea general, la dirección ejecutiva e incluso otros y otras integrantes del personal. Renovación de la junta Generalmente las juntas son elegidas por una Asamblea, por ejemplo; no son entidades que eligen ellas mismas a sus futuros o nuevos miembros y miembras. Además, integrantes de la junta pueden ser reelegidos(as) y generalmente no existe un límite para el número de períodos o años consecutivos en que pueden servir en la junta. Personal en las juntas A menudo, funcionarias o funcionarios de la organización forman parte de la junta directiva. Esta realidad sugiere que un componente clave del fortalecimiento y desarrollo de juntas es una evaluación de las ventajas y desventajas de tener una junta compuesta exclusivamente por integrantes del personal, una junta que sea una mezcla de personas voluntarias y personal asalariado, o una junta que esté compuesta en su totalidad por personas voluntarias. Las organizaciones que están en diversos momentos de desarrollo pueden tener percepciones y evaluaciones muy diferentes acerca de la deseabilidad de estos diferentes tipos de juntas. Es importante analizar la necesidad de una perspectiva y visión externas en cuanto a los asuntos estratégicos de la organización. Si la junta directiva no proporciona esta visión externa (ya que, por ejemplo, es una junta compuesta sólo por miembros(as) del personal), puede ser útil contar con grupos asesores u otras entidades para llenar esta necesidad. Liderazgo y transiciones En la mayoría de las ONG, la junta directiva y el personal gerencial de mayor rango, en particular la dirección ejecutiva, están encargados de facilitar y guiar el desarrollo de la organización. Sin embargo, existe muy poco énfasis en la renovación y motivación de ese liderazgo. Es común encontrar que las y los fundadores de la organización tengan el puesto de dirección ejecutiva, y que lo hayan tenido por muchos años. Relativamente, se han dado pocas transiciones ejecutivas en el sector, incluso en organizaciones que se fundaron hace más de una década. Al asegurarse de que se considere el proceso y el momento de las transiciones ejecutivas, la junta puede ayudar a mejorar la sostenibilidad institucional. Además, la existencia de juntas fuertes con papeles y responsabilidades claramente definidos puede ayudar a distribuir y equilibrar el poder en una organización. Es una instancia colectiva que puede realizar ciertas verificaciones que limiten el poder de cualquier persona individual, incluyendo el director o la directora ejecutiva. En Centroamérica, hacen falta herramientas y oportunidades que ayuden a desarrollar juntas más estratégicas que jueguen un papel clave en cumplir con los retos de la organización. En los próximos años, el Programa de Fortalecimiento de Juntas Directivas de Acceso se enfocará en abordar estas necesidades. Una manera de comenzar a cerrar esta brecha es sistematizar, analizar y diseminar las experiencias de nuestra región. Otra estrategia importante es aprender de las experiencias de las organizaciones sin fines de lucro de otros países. BIBLIOGRAFIA CITADA López Marco Antonio. En Pobreza Urbana y Desarrollo: desarrollo institucional II Las respo(FOCONG, 1994), citado en CEGESTI y Fundación Arias, El autofinanciamiento y la cooperación empresarial como mecanismo de sostenibilidad en Costa Rica, San José, 1994. Martínez Nogueira, Roberto. “La reconversión de las ONG frente al nuevo escenario de financiamiento” Pobreza urbana y desarrollo: Desarrollo institucional de organizaciones no gubernamentales de promoción y desarrollo. No. 7, Argentina 1994. [1]López, Marco Antonio. 1994, p. 7. [2]IBID, p. 7. [3]Martínez Nogueira, Roberto. 1994, p. 2. [4]Los porcentajes en esta sección se basan en una muestra de N=55 organizaciones que respondieron las preguntas. [5] A no ser que se indique otra cifra, los porcentajes en esta sección se basan en la muestra de N=55 organizaciones. [6]El mínimo es posible puesto que un pequeño número de estas organizaciones están conformadas en su totalidad por voluntarias(os). [7]Los porcentajes en este gráfico se basan en una muestra de N=54 organizaciones. [8]Los porcentajes presentados en este gráfico se basan en una muestra de N=54 . [9]Estos datos están basados en una muestra de N=50 organizaciones. [10] A partir de esta sección, los porcentajes están basados en N=51, el número de organizaciones que poseen una junta directiva y que respondieron estas preguntas.