Caracas, 24 de Julio de 2002 Universidad Simón Bolívar Profesora: Marta de la Vega Csa−213 E n éste artículo escrito por Miriam Kornblith, se pretende explicar y caracterizar el llamado exepcionalismo venezolano, cómo funcionó durante tres décadas, porqué a partir de 1989 nuestro sistema fracasó y el país se sumergió en una severa crisis socio−política y luego cuáles han sido las transformaciones que ha sufrido y las perspectivas de los retos a corto y mediano plazo que se le plantean a la democracia venezolana, sus condiciones y posibilidades. A su vez, el texto busca responder las interrogantes sobre los determinantes de la crisis del sistema político venezolano, las lecciones que podemos sacar de los logros y deficiencias de los 35 años de régimen democrático en el país y las condiciones que son necesarias para garantizar la estabilidad y legitimidad de la democracia en Venezuela. E l artículo básicamente comienza por establecer el marco bajo el cual se inició y se dio la máxima expresión de la crisis venezolana, ésta sección titulada LOS SEGUNDOS GOBIERNOS DE CARLOS ANDRÉS PÉREZ Y RAFAEL CALDERA, nos habla sobre el dramático quinquenio 1989−1993, durante el cual se llevaron a cabo 1 una gran cantidad de eventos críticos o especiales que son enunciados cronológicamente en el artículo. • 1989: El severo programa de ajuste económico. • 27−28 de febrero de 1989: El estallido social. • 1989 y 1992: Primeras elecciones directas para alcaldes y gobernadores y el Cambio de reglas electorales. • Febrero y noviembre de 1992: 2 intentos de golpe de Estado. • 1992: Intento de reforma general de la Constitución. • 20 de mayo de 1993: Suspención de las funciones del presidente Pérez por parte de la Corte Suprema de Justicia y posterior enjuiciamiento. Presidencia Provisional de Ramón José Velázquez. • Diciembre de 1993: Ruptura de la dinámica bipartidista y altos índices de abstención en las elecciones nacionales. • 1994−1995: Caldera enfrentó dificultades económicas (Crisis financiera: Las sucesivas quiebras e intervenciones bancarias). • Junio 1994: Cierre del mercado cambiario y establecimiento de un régimen de control de precios y cambios diferenciales. Suspención de las garantías constitucionales lo cual causó enfrentamientos en el congreso. Finalmente las dificultades económicas llevaron al gobierno de Caldera a aceptar las tan criticadas (por él mismo) condiciones del Fondo Monetario Internacional. De éste segmento se concluye que las graves situaciones y dificultades vividas recaen por un lado sobre las decisiones adoptadas por el liderazgo de estos lapsos y también a la sucesiva gestación con anterioridad de la crisis desde las modificaciones de las condiciones básicas de sustentación del orden democrático establecido en 1958. E l artículo dentro de la sección titulada LA CRISIS DEL MODELO SOCIOPOLÍTICO continua indicando que la crisis del modelo rentista se inició en los años 80, donde el deterioro de las expectativas de bienestar colectivo; y la pérdida de legitimidad y confianza en las principales organizaciones partidistas y de otro tipo, junto con las decisiones de los gobiernos anteriormente mencionadas generaron desajustes severos e hicieron imposible el estable orden democrático venezolano. R EGLAS DEJUEGO, ACTORES Y PROCESOS DEL SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO en este segmento del artículo se presentan algunos rasgos generales del sistema político propuestos en los años 40 y ratificadas en 1958 con algunas modificaciones, el cual funcionó desde 1958 hasta 1989. La mayor parte de este proyecto sociopolítico de largo alcance quedó plasmado en la constitución de 1961 y se manejó bajo los siguiente principios: • Centralidad del Estado: Fue la idea que modeló a la sociedad venezolana y definió los principales rasgos de nuestro desarrollo socio económico. La renta petrolera era el factor dinamizador de la economía. Se organizó un Estado central, interventor, regulador, proteccionista y una continua fuente de subsidios, lo cual al final lo señaló como único responsable del desastre y el sector privado poseía un papel subsidiario. • Pluralismo Político: Consagrado en la constitución de 1947, existió la ampliación y respeto de los derechos políticos de los ciudadanos y de manera crucial las garantías a las reglas de funcionamiento de los partidos políticos (Canales legítimos de agregación y representación de intereses societales, además de ser agentes privilegiados de mediación entre el estado y la Sociedad). Se garantizó la plena vigencia de la competencia político − electoral. T ambién se consolidó un arreglo al modelo democrático (El Sistema Populista de Conciliación de Elites) que: 2 • Se basó en el reconocimiento de la existencia de una pluralidad de intereses sociales, económicos y políticos. • Dependía de la presencia y adecuada interacción de tres factores fundamentales que hicieron posible la conciliación de sectores heterogéneos y dio paso a un complejo estilo de negociación y acomodación de intereses, estos factores eran: 2.1: La abundancia relativa de recursos económicos provenientes de la renta petrolera. 2.2: La capacidad de las organizaciones políticas (partidos y grupos de presión) y de su liderazgo para agregar, canalizar y representar esas demandas ante el Estado y de este modo atender a las demandas de dichos grupos y sectores heterogéneos asegurando la confianza de los representados en los mecanismos de la democracia. 2.3: Un niel relativamente bajo y relativa simplicidad de tales demandas. • Sustituyó o complementó la regla de la mayoría como criterio absoluto para la toma de decisiones por la regla de la unanimidad, a fin de incluir los intereses de los sectores minoritarios pero poderosos, con capacidad de vetar decisiones o amenazar la estabilidad del sistema. N o obstante, aunque la estabilidad política, el consenso interelites, la aproximación pragmática a las decisiones políticas y la confianza de la población fueron los principales modelos de éste modelo, la crisis fiscal, la desigualdad socioeconómica, el centralismo, el clientelismo, la partidización de instituciones y decisiones, la ineficiencia en el uso de los recursos, la corrupción administrativa también resultaron como consecuencia de la operación de éste modelo. L o que constituye la segunda parte del artículo denominada CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO examina la crisis que se centra en las limitaciones del Sistema Populista de Conciliación de Elites y a su vez se subdivide en: Crisis del Modelo Rentista: En esta parte del artículo, se explica como se dio la crisis del modelo que dominó el rumbo del país, el capitalismo rentista, que dependió directamente de la dinámica y explotación de la industria petrolera y fue el eje de la economía (fuente de renta internacional para el Estado) y de la sociedad como actividad productiva (Incorpora trabajo, tecnologías, equipos y maquinarias, genera empleos y demanda bienes y servicios producidos por el país). Dentro de dicho sistema contábamos con un Estado que poseía dotes liberales (orden interno, justicia, soberanía nacional) e igualmente características del estado de bienestar (Educación, salud e inversión en infraestructura). Representó un Estado hiperactivo, realizando actividades poco usuales (Productos lácteos, gerencia de hoteles, líneas aéreas, etc.) que finalmente sólo llego a ser una fuente de ineficiencia y corrupción al igual que la administración descentralizada. Los mecanismos que el Estado utilizó para transmitir la renta petrolera, sin mediar las consideraciones de las prioridades, costos y oportunidades, al conjunto de la sociedad y para incidir en el modelado de la misma fueron: La distribución del ingreso fiscal a través del gasto público (Sueldos y salarios o gasto corriente), la inversión pública, préstamos, subsidios que financiaron costosos compromisos o lastres políticos, sociales y económicos para el desempeño de la función pública, sobrevaluación del Bolívar (Adquisición de insumos y bienes, Industrialización) y finalmente bajos impuesto internos. La administración descentralizada se amoldó a la tarea de satisfacer diversos intereses socioeconómicos e incluir sectores específicos en la formulación de la política pública, creando un sistema semicorporativo de 3 toma de decisiones, un sistema rígido que siempre seguía la rutina de buscar dispositivos de consulta multilateral (C.T.V., Fedecámaras y funcionarios del gobierno central) para formular políticas públicas. Sin embargo, luego de la nacionalización del petróleo se verificó un progresivo predominio de la dimensión rentística que produjo el colapso de la misma en los años 80 como fuente exclusiva de sostén del crecimiento económico, debido a la inestabilidad y tendencia al decrecimiento de los precios en el mercado petrolero, también el incremento y complejización de los compromisos económicos y sociales del Estado venezolano y el crecimiento de la población y de sus necesidades. Todo esto produjo que una reducción en las capacidades del estado para atender diversas demandas sociales y para expandirse hacia nuevos ámbitos. Las consecuencias de dicha dinámica económica, sociopolítica, cultural e institucional en el país han sido profundas, contradictorias, variadas y han tocado a toda la sociedad venezolana; desde el amoldamiento del Estado al método a incluir significativamente consideraciones de eficiencia y productividad en la asignación de los recursos. A su vez, de parte de éste modelo vemos que existió una continua y creciente limitación proveniente del principio de distribución de la riqueza y no en su creación que aunque transmitió a la sociedad niveles aceptables o altos y constantes de bienestar y desarrollo socioeconómico al bajar la renta petrolera la incapacidad del estado para atender las demandas de los diversos sectores sociales modificaron los supuestos del modelo sociopolítico, y en consecuencia, las reglas que lo rigen y las relaciones entre los actores. La sociedad venezolana se encuentra obligada a aceptar las ganancias de unos como las pérdidas de otros o simplemente repartir las pérdidas, lo cual hace cada vez más difícil asegurar la armonía social y política a través del ingreso petrolero y la mediación del Estado. Desde el último gobierno del Presidente Pérez y a raíz de la crisis del modelo rentista se ha puesto en lenta y conflictiva marcha una serie procesos de reestructuración del sector público en todos los ámbitos, este programa busca redefinir nuevos lineamientos, prioridades, mecanismos y reglas de acción estatal al formular políticas públicas. Crisis del Modelo Socioeconómico y de las expectativas sociales: Este segmento plantea que inicialmente la democracia en Venezuela se dio en una situación de precariedad institucional y de carencia de prácticas y hábitos pluralistas, por eso gran parte de su apoyo se desarrolló en forma de mecanismos utilitarios de integración al régimen político como fórmula para generara respaldo al mismo y crecimiento socioeconómico a la población, generándose así una cerrada correspondencia entre la democracia política y el bienestar social y económico. Se argumentaba que al democratizar los canales de acceso al Estado se democratizarían las políticas económicas y sociales a través de abundantes recursos fiscales, además se pensaba que en la medida que la democracia fuera capaz de demostrar su superioridad al generar mayor riqueza social y bienestar a la población sería preferido y más confiable ante opciones autoritarias. No obstante éste carácter utilitario debería transformarse una vez demostradas las ventajas de la democracia. El Estado desempeñó un gran papel en el diseño y puesta en práctica de políticas sociales que antes de buscar la eficiencia en el uso de los recursos buscaba generar adhesión al modelo socioeconómico, su legitimidad, actores y procesos claves. A su vez las políticas sociales aunque ofrecidas en el ámbito desigual en magnitud, cobertura y calidad, y manteniendo las brechas entre los sectores hicieron que se elevaran los niveles de vida y socioeconómicos de los grupos más pobres. Se generaron modificaciones de status en sentido positivo y ampliaciones de las expectativas acerca de la potencialidad del modelo socioeconómico y su marcha hacia el bienestar colectivo. Sin embargo al combinarse la reducción en los recursos fiscales, ajustes en el mercado, ineficiencias en el uso de voluminosos recursos y el uso de la política social a favor sólo de y gremios en los años 80 hizo que durante los años 90 derivaran en estancamientos y/o decrecimientos en los principales indicadores socioeconómicos y sociobiológicos (Pobreza) fundamentales de la población. Finalmente se demostraron las fragilidades y limitaciones de los mecanismos y modelos utilizados por el Estado para transmitir y asegurar eficazmente recursos a la sociedad y niveles adecuados de bienestar al pueblo y luego la vulnerabilidad del vínculo entre las condiciones socioeconómicas y la integración sociopolítica. 4 En fin, aún cuándo el declive se hizo evidente durante los años 80, los gobiernos de la época no emprendieron programas serios y sistemáticos de ajuste económico, y la población seguía respaldando y confiando en la democracia y sus principales gestores (AD y COPEI). Sin embargo, cuándo el presidente Pérez planteó el programa de ajuste y sus modificaciones a la política social, el deterioro acumulado en las condiciones de vida de la población gestó una poderosa desafección respecto a la democracia, provocando los estallidos sociales e intentos de golpe de estado que ya conocemos, lo cual fue una gran señal de peligro para la estabilidad democrática. En conclusión aunque las relaciones entre la economía y la política no son lineales ni inmediatas, estas existen y se encuentran estrechamente unidas de modo que lo que afecta a una afecta a la otra por eso el decaimiento económico afecta tan seriamente la creencia democrática de una nación. Crisis del de representación y de legitimidad: Se trata de una situación en que las viejas organizaciones e instituciones han perdido su arraigo popular, su atractivo ideológico, su capacidad para satisfacer las necesidades de la población y especialmente su credibilidad y confianza. El funcionamiento de la democracia hiper organizada en Venezuela se dio a través del sistema de partidos (A.D. y C.O.P.E.I.) y también estuvo conformado por un número de organizaciones confiables (Fedecámaras, C.T.V., La iglesia, las Fuerzas Armadas y otras organizaciones sociales o gremiales), se caracterizó por su habilidad para agregar, canalizar y representar los intereses de diversos sectores de la población, al tiempo que se convirtió en los principales canales de vinculación entre el Estado y la sociedad, en los agentes de socialización de la población en los valores y prácticas democráticas, en las agencias de reclutamiento de funcionarios y autoridades públicas, y en las organizaciones de articulación y representación de intereses sociales. Sin embargo, el grado predominante que alcanzó éste sistema al intervenir en las decisiones estatales y sus degeneraciones (partidocracia, corrupción, pragmatismo, clientelismo, etc.), lograron un caso extremo de monopolización partidista de las funciones de representación y participación en la política que terminó por constreñir a la sociedad civil venezolana, la disciplina partidista limitó la capacidad de los elegidos para responder directamente a las demandas del electorado y oligopolizó el juego político. Finalmente, al proliferar los escándalos por hechos de corrupción administrativa donde se involucraban ampliamente los miembros de los partidos, junto a la crisis económica que se presentó en los años 80 hizo que la población cuestionara la capacidad e idoneidad de los partidos políticos como gestores públicos, aún luego de la formación del COPRE para subsanar algunas de las deficiencias señaladas, los esfuerzos reformistas no fueron suficientemente contundentes como para convencer a la población de las bondades de sistema de partidos vigente, ni de las innovaciones puestas en marcha. Éste fenómeno se puede comprobar en los resultados de las diversas encuestas de opinión sobre los partidos y en el comportamiento electoral con los altos porcentajes de abstención en las distintas elecciones que se realizaron el país durante los años 90. El debilitamiento de la dinámica bipartidista ha promovido el surgimiento y crecimiento de otras opciones partidistas (Causa R, Convergencia, MÁS), la redefinición de las relaciones inter e intra partidistas, el surgimiento de diferentes formas de agrupación dentro de la sociedad, ha generado nuevas fuentes para la creación del liderazgo político y grupos de presión, ha provocado una gran volatilidad en el electorado y cambios recurrentes en sus preferencias, así como la inclusión de actores no partidistas en el juego político y electoral (Artistas, dirigentes vecinales, etc.) que vienen a constituir novedades que generan importantes efectos en el sistema. Hoy en día el sistema político y electoral venezolano se ha complejizado en una importante medida, se han operado cambios substanciales en las preferencias sociopolíticas de la población, y en las reglas que definen la participación político−electoral. Por último, es importante mencionar que acompañando ésta crisis se ha visto una revalorización de los principios autócratas y personalistas además de la alineación de los sectores más pobre del pueblo hacia demostraciones violentas y anómicas. Crisis en los mecanismos de generación de consenso y canalización del conflicto: Ante la pérdida de eficacia de las reglas y mecanismos anteriormente explicados, y condiciones sociopolíticas y socioeconómicas adversas, la estabilidad democrática, asegurada por la capacidad del sistema para canalizar los conflictos de diversa índole y generar consensos a través de mecanismos formales e informales que permitían la coexistencia relativamente armoniosa de una multiplicidad de intereses, se ha evidenciado en dificultades para 5 lograr la conciliación entre intereses en la toma de decisiones obligatorias para el conjunto de la sociedad. Luego ante la ausencia de reglas claras y de árbitros confiables (Poder judicial minusválido, vicioso, mediatizado, influenciado y limitado), ha surgido una proliferación del enfrentamiento interelites, la expresión del antagonismo socioeconómico fuera de los marcos organizacionales establecidos. Por otro lado, la capacidad del liderazgo nacional de generar (Empresarial, sindical, militar y cultural) consensos sustantivos y de largo alcance fue deteriorándose, se observó la pérdida de vigencia del consenso como método para generar acuerdos y decisiones válidas para el conjunto de la sociedad; y la complejidad de los aspectos sustantivos implicados en la formulación de acuerdos. Por el contrario el consenso tomó un carácter de intercambio utilitario, ocasional y de corto plazo, orientados a satisfacer intereses puntuales de las partes. En la actualidad se revelan las dificultades actuales para formular acuerdos significativos, sobre todo en lo que se refiere a la formulación de nuevas reglas de juego para el conjunto de la sociedad y estrategias económicas que fijarían rumbos viables y eficaces. F inalmente el último segmento de éste artículo se titula BALANCE Y CONCLUSIONES que nos plantea el hecho de que el cúmulo de transformaciones vividas en el sistema político venezolano durante las últimas 2 décadas nos ha servido para madurar y crecer hacia una búsqueda de un orden más pluralista y equitativo. También se ha podido evidenciar que a pesar de los avatares sufridos por el pueblo venezolano, todavía una amplia mayoría soporta y prefiere el régimen democrático. Hoy en día los retos que se le plantean a la democracia venezolana reequilibrio y reconstrucción de su orden. 6