Ciclo de Seminarios 2008 Maestría en Producción Vegetal Nivel de P Bray en el suelo: ¿Puede predecirse a partir del balance de P? Divito, Guillermo A. En los sistemas productivos, el manejo de la nutrición fosfatada se basa en determinar la capacidad que tiene un suelo de abastecer a los cultivos con este elemento. Con este objetivo, determinar el fósforo (P) disponible para el crecimiento y desarrollo vegetal bajo distintas condiciones de suelo y clima, se han desarrollado numerosos test que utilizan una amplia gama de extractantes químicos (Fixen & Grove, 1990). En la región pampeana argentina, que presenta en la actualidad una gran proporción de su superficie con deficiencias de P (Sainz Rozas & Echeverría, 2008), se ha adoptado la metodología propuesta por Bray & Kurtz 1 (1945) como un test de rutina para el diagnóstico de la fertilización con P. La misma se basa en la extracción del nutriente, mediante el uso de NH4F (0,03 M) y HCl (0,025 M), a partir de una muestra tomada en el horizonte superficial del suelo (en general los primeros 20 cm). De este modo, a partir de la correlación entre el nivel de P Bray y la producción de los cultivos se han establecido umbrales de suficiencia que indican el nivel por encima del cual el aporte de P externo no genera incrementos en el rendimiento. Además, para suelos con una disponibilidad de P menor que el umbral se han determinado estrategias de fertilización basadas en criterios de reconstrucción y mantenimiento del nivel del nutriente (Echeverría & García 1998). Lo antedicho, pone de manifiesto la importancia de conocer cual es la disponibilidad de P Bray para poder utilizarla como herramienta para la toma de decisiones en los planteos productivos. Además, íntimamente relacionado con el conocimiento del nivel actual de P, surge la necesidad de estimar las variaciones que el mismo sufrirá como consecuencia un determinado balance del nutriente en el suelo. Dicho balance puede definirse como la diferencia entre las entradas de P al sistema y las salidas, explicadas en su mayoría por la fertilización y la exportación en productos de cosecha respectivamente. En este sentido, al ser numerosos los factores que afectan la dinámica del elemento en el ambiente edáfico, es que se torna complejo predecir los cambios del nivel de P extractable. El contenido de óxidos de hierro y aluminio, calcio y la cantidad y tipo de arcillas marcan en gran medida el destino del nutriente en el suelo, es decir si el mismo se localiza en formas disponibles para los cultivos o no (Cox, 1994). De este modo, suelos con distintas características en cuanto a sus constituyentes responderán de diferente modo ante un mismo balance de P. Ciclo de Seminarios 2008 Maestría en Producción Vegetal Además, para un suelo en particular, se requiere un mayor aporte de P para mantener altos niveles de P Bray que para conservar un bajo nivel (Rubio et al, 2007). Trabajos realizados sobre suelos del orden Hapludol reflejan que se requirió aportar 33 kg de P ha-1 para mantener un nivel de P Bray de 75 mg kg-1 y 16 kg ha-1 para mantener 18 mg kg-1 (Webb et al, 1992) . El mayor requerimiento de P a altos niveles de P Bray puede deberse a la ocurrencia en mayor proporción de reacciones que vuelven al elemento no disponible para los cultivos (Mc Collum, 1991). Por otra parte, el patrón de absorción de P por parte del cultivo es mucho más homogéneo en el perfil de suelo que el de distribución del fertilizante aplicado (en especial cuando la misma se realiza en la línea de siembra), lo que genera que para que la determinación de P Bray refleje las consecuencias del balance se deba poner especial cuidado en las técnicas de muestreo de suelo. A pesar de las numerosas consideraciones, se han realizado trabajos que muestran la posibilidad de estimar la dinámica del P Bray según el balance del nutriente en el suelo. Para la región sur de la provincia de Santa Fe Ciampitti et al. (2008) reportaron que, según los cultivos que integraron la rotación, por cada 7,4 y 10,3 kg P ha-1 de balance positivo acumulado a lo largo de 3 años se lograron incrementos de 1 mg kg-1 de P Bray. Estos valores son similares a los hallados por Berardo & Gratone (2000) para el sudeste de la provincia de Buenos Aires. En síntesis, se plantea analizar los siguientes aspectos referidos al balance de P en el suelo y su efecto sobre el P Bray: El P aplicado al suelo interacciona con los constituyentes del mismo determinando que sólo una proporción del mismo sea cuantificable por la metodología Bray I. Dicha interacción depende del nivel de P en el suelo. La aplicación de fertilizantes no es homogénea en el suelo, lo que dificulta que el efecto de la misma se refleje en una posterior determinación de la disponibilidad de P. En general, son pocos los trabajos que analizan en profundidad el efecto del balance sobre el P extractable. Son más los modelos basados en determinar la dosis de P necesaria para alcanzar el nivel umbral. Los balances que solo consideren aportes vía fertilización y salidas vía productos de cosecha no servirían como predictores en suelos con elevado movimiento de P en superficie o profundidad. Ciclo de Seminarios 2008 Maestría en Producción Vegetal Bibliografía: Berardo, A. & F.D. Grattone. 2000. Fertilización fosfatada requerida para alcanzar niveles objetivos de P-Bray en un argiudol. Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, 17, Mar del Plata, 11-14 de Abril 2000. AACS. Mar del Plata, Buenos Aires. Bray, R.H.,& Kurtz, L., 1945. Determination of total, organic, and available forms of phosphorus in soils. Soil Sci. 59, 39–45. Ciampitti I.A., García F.O., Rubio G. y L.E. Picone. 2008. Fósforo en rotaciones agrícolas de la región pampeana central: I. Dinámica del P extractable. XXI Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. Mayo 2008, Potrero de los Funes, San Luis, Argentina. Cox F.R. 1994. Predicting Increases in Extractable Phosphorus from Fertilizing Soils of Varying Clay Content. Soil Sci. Soc. Am. J. 58:1249-1253 Echeverría H.E. & F.O. García. 1998. Guía para la fertilización fosfatada de trigo, maíz, girasol y soja. Boletin Técnico Nº149. Est. Exp. Agrop. INTA Balcarce. 16 p. Fixen, P.E., Grove, I.A., 1990. Testing soils for phosphorus. In: Westerman, R.L. (Ed.), Soil Testing and Plant Analysis. SSSA, Inc., Madison, WI, pp. 141–180. Mc Collum, R.E. 1991. Buildup and decline in soil phosphorus: 30-year trends on a Typic Umbrabuult. Agron. J. 83:77–85. Rubio G, Gutiérrez Boem F.H., & Cabello M.J. 2004. ¿Cuanto fósforo hay que aplicar para alcanzar el umbral crítico de fósforo disponible en el suelo? I. Cálculo a partir de propiedades básicas del suelo. Inpofos. Informaciones Agronómicas del Cono Sur 23: 5-8 pp. Sainz Rozas H.R. & H.E. Echeverría. 2008. Relevamiento de la concentración de fósforo asimilable en suelos agrícolas de la región pampeana y extrapampeana. Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, 13 al 16 de mayo de 2008 Potrero de los Funes (SL), Argentina Webb, J.R., A.P. Mallarino, & A.M. Blackmer. 1992. Effects of residual and annually applied phosphorus on soil test values and yields of corn and soybean. J. Prod. Agric. 5:148–152.