HISTORIA MEDIEVAL UNIVERSAL TEMA1: EL FIN DEL MUNDO ANTIGUO

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HISTORIA MEDIEVAL UNIVERSAL
TEMA1: EL FIN DEL MUNDO ANTIGUO.
Existen dos maneras de explicar el fin del mundo antiguo. En primer lugar, está la explicación tradicional, que
dice que el mundo feudal empieza cuando el esclavismo es sustituido por relaciones feudales. ¿Qué son las
relaciones feudales?. Se producen cuando hay un dueño de la tierra y hay un inquilino que paga renta. Esto
sucede desde el siglo III hasta el XVIII−XIX. Supone el paso de una mano de obra esclava a una mano de
obra feudal (que paga renta).
En el imperio romano tiene mucho más importancia la producción agrícola que las ciudades. Antes de la crisis
del siglo III existen grandes haciendas esclavistas y también pequeños propietarios. Ambos están sometidos a
una tributación que se pagaba al estado. Esta tributación se recogía en las ciudades del imperio, aunque
finalmente ese estado centralizado se encontraba en Roma. Sin embargo, estaba diversificado en ciudades.
Este es el modelo antiguo, basado en el trabajo esclavo, que también influye en la ciudad porque el 90% de la
artesanía también se llevaba a cabo mediante el trabajo esclavo.
Este modelo entra en crisis porque la mano de obra esclava empieza a escasear a partir de que el imperio
romano detiene sus conquistas. La mano de obra esclava sube de precio, así que ya no será rentable comprar
esclavos, sino que es más rentable darle a cada uno una parcela, que la trabaje y que le de una parte de lo que
saca. Se les llama servi casati.
Como las conquistas se paran, la tributación sube. Esto se traduce en un aumento de la presión fiscal sobre las
ciudades, pero sólo a los hombres libres, no a los esclavos ni a los servi casati. Así, empezará un proceso por
el cual el pequeño propietario pasará a ser un colono, cuando entregue su tierra a un poderoso a cambio de que
éste le pague su tributación. Queda así como un colono pagando una renta a su señor.
Para muchos autores, siempre que se pagan rentas, existe un sistema feudal.
Así, las grandes haciendas del Imperio Romano (modo esclavista) desde el siglo III se dividirían en tres partes
en el modo feudal: una parte trabajaba por esclavos, otra parte trabajaba por servi casati y otra por colonos.
Los servi casati y los colonos pagan renta, pero los colonos son jurídicamente libres.
En segundo lugar, está la explicación de la crisis como una competencia de modos de producción. A finales
del siglo III compiten dos modos de producción en el mundo romano: en primer lugar, el modo esclavista,
donde se paga una tributación al estado, que es público, y donde los que trabajan las tierras son esclavos en las
grandes haciendas o pequeños propietarios.
En segundo lugar, está el modo feudal, donde la tributación se le paga al señor, que es privado, y donde las
tierras las trabajan colonos y servi casati.
Esta competencia sólo se produce en la estructura socioeconómica.
Todas las sociedades producen excedentes, que normalmente se los apropia alguien. En el sistema antiguo, el
excedente se lo queda el estado a través de la tributación, y en el feudal, se lo queda el señor.
A finales del siglo III existe un sistema tributario que todo el excedente a través de la tributación y el estado lo
gasta en ejército, administración... Pero ahora existirá un agujero: la renta que pasa al señor a través de la
renta que le pagan los colonos, con lo cual, el estado percibirá menos, porque el colono que paga renta a un
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señor, no la paga al estado.
La tributación del estado romano se dividía en un 95% sobre la producción agrícola, y un 5% sobre las
actividades comerciales. Esta tributación el estado romano la gastaba en ejército, administración central y
Provincial, en abastecer las principales ciudades del imperio (Roma y Constantinopla), en obras públicas y en
programas de juegos.
En el siglo III empieza a subir la tributación, que cuando ya fue excesiva, hizo que los que tenían que pagar
optasen por la evasión. Una forma de evasión fue lo que hicieron los colonos. También se podía huir, por
tanto, se dan legislaciones imperiales para intentar sujetar a la gente en su estatus. Por ejemplo, las nuevas
leyes dirán que la tierra se vende con esclavos, también se intenta que los colonos queden ligados a la tierra
igual que los esclavos y se harán censos de qué tierra hay para pequeños y grandes propietarios. Algunas de
estas medidas, por ejemplo la primera, también le interesaban al señor. Estas leyes se hacen para que el estado
cobre la tributación.
Al mismo tiempo, a partir del 370, se generaliza el pago del tributo a través de los señores si los agricultores
no poseían ninguna tierra independientemente.
Los impuestos se cobrarán a través de curiales o decuriones (senados locales), a los cuales el estado los hará
responsables con sus propias fortunas del cobro de los impuestos locales.
A partir de este momento, los terratenientes van acumulando tierras por el fenómeno del colonato. Los
grandes señores nunca habían sido tan ricos como ahora. Pero cuanta más tierras tenían, más impuestos tenían
que pagar. Pero resulta que muchos de estos grandes señores eran también los encargados de recoger la
tributación, pero como grandes terratenientes su interés era intentar evadir impuestos. Así que existía una
especie de doble moral. Ganó la segunda actitud. Así, el estado, que era tributario, dejó de cobrar estos
impuestos.
Todo esto sucedió en el marco de las invasiones germánicas. Aprovechando esta circunstancia, estos señores
quedaron como grandes propietarios en el marco de los estados germánicos. Pero este estado también era
tributario, ya que ellos copiaron lo que vieron e intentaron seguir este modelo tributario.
Las ventajas de estos estados germánico consistían en que eran más toscos y no se andaban con miramientos a
la hora de cobrar los impuestos y, sobre todo, que los estados germánicos no gastaban en administración ni en
ejército. La administración de los germánicos no era nada elaborada y la partida dedicada al ejército no era
importante porque ellos mismos lo formaban. Además no se pagaban con dinero, sino con tierras.
Aunque los estados germánicos hubieran querido continuar con el mismo sistema que Roma, como gastaban
menos, la gente vivía mejor porque se pagaban muchos menos impuestos. A partir del año 700 en Europa no
se paga tributación.
El estado se mantiene desde el punto de vista ideológico porque se mantiene la ciudad, aunque ésta sufre una
crisis y pierde importancia. ¿Por qué se mantienen las ciudades?. En primer lugar, porque los obispos se
mantuvieron en las ciudades, donde seguían existiendo funciones administrativas. La aristocracia a veces se
mantuvo en las ciudades, si a veces no.
Cuando se mantuvo, la ciudad mantiene más o menos la misma importancia. Esto ocurrió en las zonas más
romanizadas, como el sur de la Galia, Italia y España. Por el contrario, si la aristocracia se ruraliza, la ciudad
pierde importancia, como en el norte de la Galia y en Britania.
También se mantiene la concepción del estado, una entidad que protege el bien público.
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Como conclusión, el modo de producción feudal no es, como se había venido diciendo, una síntesis entre el
modo antiguo y el modo germánico, sino que el modo de producción feudal coexistía en el mundo romano
antes de que vinieran los germanos, aunque como sistema secundario.
La hipótesis que lanza Chris Wickham es que el resultado fue que los pequeños campesinos salen ganando de
esta crisis del estado romano, ya que estaban sometidos a una tributación y ahora lo estarán a una renta menor
que esta tributación. El señor también gana porque no paga tributación y gana renta.
La crisis del comercio fue explicada por Henri Pirenne relacionándola con la llegada de los árabes al
mediterráneo. Esta crisis realmente se explica como una consecuencia de la crisis del estado: como el estado
es el que se encarga del comercio (barcos, ciudades, infraestructuras), cuando éste entra en crisis, también lo
hace el comercio.
A partir de los siglos VII y VIII el comercio pasa al mar del norte, creándose emporia, grandes centros del
comercio como Londres, Domburg, Dorestad...Esto ocurre como consecuencia de la presencia de piratería
musulmana en el mediterráneo y porque el poder económico se traslada al norte de la Galia, donde aparecerá
una clase muy poderosa de grandes propietarios.
TEMA 3: LOS GERMANOS
En los siglos III y II a.C. los germanos se encuentran en el curso inferior y medio del Rhin y hasta las orillas
del Vístula y el norte de la península escandinava. Las noticias que tenemos de ellos provienen de la obra de
Julio César del siglo I a.C. La Guerra de las Galias y de la obra de Tácito de los siglos I y II d.C. La
Germania.
En el siglo I a.C. los germanos vivían fundamentalmente del pastoreo. No tenían ganado nómada porque no lo
necesitaban, ya que en las zonas donde estaban establecidos llovía mucho. También vivían de la caza. Su
alimentación estaba compuesta básicamente de carne, queso y leche. También conocían la agricultura, pero
tenía un papel secundario en su economía. Conocían el trigo, la cebada, la avena y el lino.
En el s. I a.C. entre los germanos era desconocida la propiedad privada de la tierra. Cada año, los jefes de las
tribus se reunían y establecían qué zonas iban a ser taladas (mediante el sistema de tala y quema). Después,
dividían los lotes de tierra entregándolos a cada clan. El grupo familiar entero trabajaba el lote de tierra y la
cosecha era común. Así era difícil que un individuo se apropiara de bienes y terminara teniendo poder
económico que quisiera transformar en poder político.
Existía ganado que podía ser de apropiación privada ya que era resultado del botín de guerra. También había
clanes que poseían el ganado en común.
Por tanto, las diferencias económicas y sociales en el siglo I a.C. eran muy escasas entre los germanos.
No existía una institución que tuviera el poder de mando fuera de la Asamblea General de guerreros. Como
nadie tenía el poder económico, nadie tenía el poder político, que era desempeñado por la Asamblea General
de guerreros. Los jefes de las tribus no eran permanentes y tenían funciones muy concretas, como la
distribución de tierras entre todas las tribus y la mediación en disputas entre miembros de la tribu.
No existía un consejo central de jefes permanente, sólo en tiempos de guerra.
Esta situación cambia entre el siglo I y II d.C. En estos siglos se advierte un debilitamiento de los clanes y
unas diferencias sociales y económicas en el seno de la tribu. Tácito dice que la tierra ya no se entregaba a los
clanes, sino a los individuos según su clase. Por tanto, ya existían diferencias y los guerreros más ricos
recibían más que los pobres.
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¿Cómo se produce la desigualdad entre los germanos?. Thompson intenta dar respuesta a esta pregunta en un
estudio de los años 70 llamado The Early Germans, basado en el estudio del análisis de dos autores: César,
para el siglo I a.C., y Tácito para los siglos I y II d.C.
Cada tribu está formada por clanes. A finales del siglo I d.C. el clan empieza a perder el carácter básico que
tenía antes. Al ser la tierra entregada individualmente ya no todo el clan la trabajaba en común ni la cosecha
era común. El clan era la unidad básica, social y económica. En tiempos de Tácito deja de serlo y la unidad
social tiende a una familia más reducida porque las diferencias que existe en el seno del clan tenderán a minar
su unidad.
En época de Tácito existe un comercio creciente, sobre todo en los pueblos próximos al limes romano, entre
romanos y germanos. En él, los jefes germanos consiguen cada vez más artículos de lujo de los romanos que
no iban destinados a uso comunitario, sino personal, como armas, monedas, vino, metal, vidrio... que se
convirtieron en elementos prestigiadores.
¿Cómo es posible que los jefes germanos tuvieran capacidad para comprar estos productos de lujo?. Algunos
de ellos habían guardado denarios romanos sirviendo en el ejército de Roma. No los usaban como moneda,
sino como un bien en sí mismo. Existían dos tipos de bienes que tendían a ser de propiedad privada entre los
germanos: el ganado y los esclavos, porque ambos dependían del valor del guerrero. Al tener la ocasión de
comercial en el limes, los pueblos cercanos aumentaron la frecuencia de las guerras para obtener más botín.
No existía aún la propiedad privada de la tierra porque la agricultura era itinerante. Cada año la tierra iba
cambiando, así que era muy difícil el desarrollo del concepto de propiedad privada.
En época de Tácito aparecen unas instituciones que no existían en época de César:
El consejo de jefes. Ahora existe tanto en época de guerra como de paz. Está formada por los princeps, que
eran los hombres con una noble cuna o aquellos cuyos padres habían rendido importantes servicios al pueblo.
En la práctica, estaba formado por los más ricos y poderosos. Parecía una institución democrática, pero no era
así, ya que para rendir un importante servicio había que tener armas adecuadas y, por lo tanto, dinero. La
función del consejo de jefes era presentar al pueblo los asuntos sobre los que éste tenía que debatir. No tiene
poder ejecutivo.
El dux o jefe militar, con competencias estrictamente militares. Era un cargo electivo y era muy raro entre los
germanos que sólo hubiera un dux.
El Rex. Es un cargo electivo, pero al contrario que el dux, el rex es elegido dentro de un clan del que
previamente se ha dicho que es una estirpe regia. No tiene el poder coercitivo, sino que tiene funciones
religiosas, de representación del pueblo y sobre todo la de aconsejar a los guerreros en la batalla, aunque no
tenía poder de mando.
Que los cargos sean electivos quiere decir que hay electores y éstos son la Asamblea General de guerreros, a
la que pertenecían todos los guerreros excepto aquellos que habían arrojado su escudo en la batalla. Es la que
tiene el poder de mando. Se reunía en los bosques en las noches de luna llena para opinar sobre las propuestas
que había hecho el consejo de jefes. Sus decisiones son irrevocables.
Era poco frecuente entre los germanos el asesinato de un jefe, lo que se hacía era expulsarlo.
El poder ejecutivo lo tenía la Asamblea General de guerreros, aunque en el siglo I a.C. no la coartaba ninguna
institución. En época de Tácito la coarta el consejo de jefes.
En época de Tácito aparece una nueva institución que tenderá a quitar el poder político a la Asamblea General
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de guerreros: es el comitatus, hombre con un carisma tal que se convierte en una especie de jefe de una banda
de guerreros. Se trata de un grupo de hombres unidos por unos lazos tan fuerte de amistad que darían su vida
por su jefe de comitatus. En época de César no era permanente. Cada uno de sus miembros no pertenecía
necesariamente al mismo clan. Cuando volvían de una razzia cada uno a su clan, lo hacían más ricos, lo que
provocaba tensiones dentro del clan.
En Tácito el comitatus es permanente. Esta formado por los más ricos de la tribu ya que sólo los más ricos se
podían permitir dejar sus actividades agrícolas para dedicarse únicamente a la guerra. Como hemos dicho,
podían estar formados por hombres de distintos pueblos. Esto va a dar lugar a la nobleza tribal, cuya tierra es
cultivada por otros, dedicándose ellos a la guerra.
Al entrar en el siglo IV la Asamblea General cada vez tendrá un papel menos relevante.
LA EVOLUCIÓN DE LOS VISIGODOS
Según Casiodoro en el siglo V y VI y según Jordanes en el VI, los godos eran originarios de una isla de
Suecia llamada Gotland. Tácito y Plinio en el siglo I d.C. los sitúan en la orilla meridional del mar báltico.
En el año 230 están ubicados en las costas noroccidentales del Mar Negro.
Se van a dividir entre ostrogodos y visigodos. Los ostrogodos se sitúan en una región cuyo centro es el río
Dnieper, separados de los visigodos por el río Dniester. Los visigodos ocupan el espacio entre el río Dniester
y el Danubio.
La palabra ostrogodo proviene de la palabra greutingi, que significa godos brillantes, y la palabra visigodo
proviene de tervingi, que significa godos sabios.
Los visigodos en esta zona empezaron muy pronto los contactos con los romanos. En el año 238, Gordiano III
realiza una incursión en la Tracia, al sur del Danubio, y por ello en el año 271 el emperador Aureliano les
concede la Dacia, inmediatamente al norte del Danubio. Se quedan un siglo y se van romanizando.
En el año 371 entran en contacto con los hunos, lo cual supone un desplazamiento de los pueblos de la zona.
Así, los visigodos intentan precipitarse en el interior del imperio romano, pidiendo asilo en él.
Los ostrogodos remontan el Danubio por la orilla izquierda y al mando de Atanarico se establecen entre los
Cárpatos y Moldavia, quedando como satélites de los hunos y teniendo su centro en Panonia.
En el año 378 los visigodos derrotan al ejército romano en Adrianópolis que estaba al mando del emperador
Valente. El emperador Teodosio en el año 382 les concede un foedus por el cual pueden instalarse en la región
de Mesia, que como estaba arrasada por las guerras no les convence y se quedan errando por la península
balcánica.
En el 395 entran en Constantinopla y el imperio decide concederles la región de Iliria, donde Alarico será jefe
del ejército. En el año 401 Alarico llega a Italia y en el 410 saquea Roma, lo cual tendrá un gran impacto en el
mundo romano.
A Alarico le sucede Ataúlfo, que era prorromano. Desde el norte de Italia va hacia la Galia, toma Narbona,
Burdeos y Toulouse, penetrando en la Tarraconense.
Es aessinado en el 415 en Barcelona y su sucesor, Walia, intenta pasar a África por Gibraltar, pero fracasa y
en el 416 firma un foedus por el que los visigodos se convierten en los guardianes de Hispania. En el 418 se
instalan en Aquitania.
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En todo este recorrido, los visigodos van cambiando su forma de vida.
En el siglo III, en la actual Ucrania, entran en contacto con los eslavos y los desplazan a la zona nororiental.
Estos eslavos orientales van a desarrollar la llamada cultura de Kiev. Los germanos de la zona del mar negro
también desarrollan una cultura, más evolucionada que la de Kiev, llamada cultura de Cernjaxov.
Estos germanos van a someter a los eslavos de la cultura de Kiev, pero esto no significa que vayan a
explotarlos o organizar su trabajo, sino que sólo significa el cobro de un tributo y la prestación militar por
parte del pueblo sometido.
Del contacto entre los godos y los eslavos surge una consecuencia para estos últimos: la precipitación hacia la
jefatura. Si antes tenían jefes sólo en tiempos de guerra, ahora serán permanentes. En las excavaciones se han
encontrado armas más sofisticadas.
Fuentes como Amiano Marcelino y Prisco de Panion hablan de los godos como pueblos fundamentalmente
agrícolas. Esto es sorprendente porque ocupan una zona de estepas donde habitualmente lo que había
predominado era la ganadería.
Se trata de una agricultura itinerante, de la que se sabe poco.
Parece ser en este tiempo ya existían desigualdades sociales, existiendo unos godos ricos que tenían a otros
godos trabajando para ellos.
Utilizaban el alfabeto rúnico, con un sentido mágico o de protección, no para comunicarse. No era un alfabeto
literario, porque éste es creado por primera vez por Ulfila, un obispo godo que utiliza el alfabeto rúnico,
sirviéndose de 18 letras del alfabeto griego, cinco del rúnico, una del latín y otra con valor q.
Ya existe una diferenciación social del trabajo (división del trabajo), donde los orfebres son muy importantes.
El último acto tribal de los godos tienen lugar poco antes del año 378 cuando, estando en las orillas del
Danubio, son empujados por los hunos a entrar en el imperio romano, pero éste les impide el paso,
provocando una situación de extrema necesidad a los godos. Esto les hace jurar convertirse en enemigos de
Roma para siempre. Pero su jefe Fritigerno se dio cuenta de que para ellos era más beneficioso llegar a un
acuerdo con los romanos, y se dispuso actuar en este sentido de forma secreta ya que su pueblo no estaba de
acuerdo.
Como sabemos, en el 378 se llegó a la batalla de Adrianópolis, tras la cual las tensiones entre los visigodos
fueron sacadas a la luz por Teodosio, que trató a los jefes de las tribus con una gran generosidad. Estos jefes,
viéndose tratados así por el emperador, pensaron en aliarse con los romanos, pero el pueblo era hostil al
imperio.
Estas diferencias entre los godos se acentuaron una vez dentro del imperio. Cuando en el 382 se asentaron en
Mesia, las tierras que se les entregaron, no se repartieron igualitariamente. Además, cuando los romanos
pagan un subsidio en grano y se procedía a su reparto, el consejo de jefes de los visigodos se quedaba con
más.
De esto resulta que los jefes visigodos que se suceden entre el 395 y el 418 no tienen una actitud unánime
respecto al imperio romano. Por ejemplo, en Alarico, aparece la idea de que los godos y los romanos deberían
vivir juntos en relaciones amistosas pero luchando por conseguir tierras propias.
Su sucesor, Ataúlfo, al principio era enemigo de los romanos, pero con el tiempo cambió, y su intención era
restaurar el imperio romano hasta las alturas del pasado. Esto provocó un gran alejamiento entre él y el
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pueblo, ya que quería asimilar su pueblo al romano.
En el 414 se casó con una princesa romana y a su hijo le puso de nombre Teodosio, lo cual fue interpretado
como una tradición, y fue asesinado en Barcelona en el 415. La misma suerte corre su sucesor Sigerico por
motivos similares.
A éste le sucedió Walia. En el asentamiento en Aquitania del 418 se acentuaron aún más las diferencias entre
los godos. Por este foedus, cada optimate godo recibía dos tercios de las tierras cultivables de las villae
romanas y la mitad de los pastos y bosques del estado. Esto es conocido como la hospitalitas. Estos acuerdos
se llevan a cabo entre los terratenientes romanos y los optimates godos, que quedan casi equiparados a los
primeros.
A la muerte de Walia le sucede Teodorico I entre el 418 y el 451. Tiene una posición muy cautelosa ante los
romanos. Muere el 451 en la batalla de los campos catalónicos en la región de Troyes en Champaña contra
Atila, batalla tenga que había luchado como federado romano.
Le sucede su hijo Torismundo entre 451 y el 453. En el 452 atacó a los Alanos de Tolosa y los venció,
dirigiéndose después a Arlés para anexionarse el valle del Ródano. Es asesinado en el 453 porque ponía en
peligro la paz con Roma y los tratados de la hospitalitas.
Le sucede Teodorico II entre el 453 y el 466. Se pone al servicio de Roma para combatir a los bagaudas
hispanos y eliminar el peligro suevo.
Fue asesinado por su hermano Eurico, que le sucedió entre el 466 y el 484. Tenían ideas diferentes y rompe el
pacto del 418. Declara independiente el reino visigodo de Tolosa en el 475.
Le sucede Alarico II que gobierna entre el 484 y el 507, año de la batalla de Vouillé contra los francos al
mando de Clodoveo, que derrotan a los visigodos. Poco después, los visigodos pasan a la península ibérica.
Al mismo tiempo que cambian las condiciones socioeconómicas de los godos, y aumenta la diferencia de
clases, también cambian sus creencias religiosas. Conforme aumentan las diferencias sociales y económicas se
experimenta un aumento de la progresión de la conversión al cristianismo.
Así, en el año 341 ya existía una serie de seguidores cristianos en Gotia, donde Ulfila entró como obispo. Allí
comenzó entre el año 347 y el 348 una persecución contra los cristianos. Ulfila a la cabeza de un grupo de
cristianos salía de allí y fue acogido en el imperio por Constancio II, que les cedió tierras en Nicópolis.
La segunda persecución contra los godos cristianos tuvo lugar en el año 369 y fue llevada a cabo por
Atanarico y otros jefes tribales durante tres oleadas. En una de ellas, Sabas, un godo cristiano fue martirizado.
No sabemos las causas de la primera de las persecuciones, pero sí las razones que motivaron la segunda. Los
optimates perseguían a los cristianos por dos razones: por abandonar la religión tribal y porque los cristianos
honraban al emperador Constancio II y le dedicaban un día en el calendario. Pero la explicación que ofrece
Thomsom es que los godos que se cristianizaron eran sólo godos pobres, lo cual nos indica que la sociedad
tribal se encontraba en crisis.
¿Por qué existe influencia romana en Gotia a través del cristianismo?. La razón es que el sistema tribal ya
estaba en decadencia y el antiguo igualitarismo se había roto. La decadencia de la religión tribal y el
desarrollo de influencia romana en Gotia son síntomas del colapso del tribalismo. Si la organización tribal se
encontrara en su apogeo, no hubiera existido esta influencia romana. La persecución a los cristianos fue
planeada y apoyada por los optimates, mientras que el pueblo no mostró entusiasmo alguno.
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Excepto los Rugios ningún pueblo antes del 476 se convirtió. Casi todos los pueblos que entran en el imperio
se convirtieron una generación después de hacerlo. La conversión es llevada a cabo por misioneros godos que
nunca habían tenido éxito cuando los germanos se encontraban al norte del Danubio.
Los factores que desencadenan esta conversión son, en primer lugar, la decadencia del sistema y la religión
tribal y, en segundo lugar, que los optimates, una vez en el imperio, se convierten en terratenientes y buscan
asimilarse a las clases dirigentes romanas mediante la cristianización. Pero ¿por qué se convirtieron al
arrianismo en lugar de al catolicismo?. La diferencia entre ambos ya es conocida por Ulfila cuando inició las
conversiones. La explicación que ofrece Thomsom es que en el arrianismo la Trinidad estaba jerarquizada: el
espíritu santo dependía del hijo, el hijo dependía del padre y el padre estaba la cabeza. Esta es una imagen que
reflejaba más las condiciones sociales de los godos.
La segunda explicación es que si los visigodos en Imperio Romano hubieran aceptado el catolicismo no
hubieran podido evitar ser absorbidos por la organización universal de la iglesia durante el reinado de
Teodosio. El arrianismo no estaba centralizado en una organización, sino que estaba formado por iglesias
independientes. Así, un pueblo sometido al arrianismo podía preservar su identidad social dentro del Imperio
Romano.
LOS HUNOS
Son originarios de la Mongolia septentrional, de la región del lago Baïkal, de donde salen desde principios del
siglo II a.C., dirigiéndose hacia el oeste. Se instalan en las estepas de los Urales en el 175 d.C.
En las fuentes se les conoce como Hiong−nou. Eran esencialmente nómadas, y se desplazaban con sus hatos
de caballos, bueyes y corderos. La ganadería es la base de su alimentación. Se vestían con pieles y sus casas
también se hacían con pieles. Su técnica fundamental de armamento es el caballo y el arquero. Su táctica
consistía en atraer a sus enemigos a la soledad de la estepa o el desierto y esperar a que estuviesen agotados
por el hambre para matarlos con los arcos.
Hacia el 371 entran en contacto con los godos del norte del mar negro. Los ostrogodos estaban situados entre
los Cárpatos y Moldavia. Tras el choque con los hunos quedan como sus satélites, instalándose ellos en la
Panonia. Hacen que los visigodos tengan que pedir ayuda al imperio romano. En el 390 ocupa una parte de la
Panonia.
Como consecuencia de la presión de los hunos, en el 405, una considerable masa de bárbaros (sobre todo
godos) franqueó el Danubio para lanzarse sobre Italia, al mando de su jefe Radagaiso. Fueron parados en el
405 en Fiesole por el general romano Estilicón.
En el 406 otra masa de bárbaros, sobre todo vándalos, suevos (germanos) y alanos (caucásicos) avanzan en
dirección al Rhin, aprovechando una noche en la que está helado para cruzarlo, entrando en Bélgica y en la
Galia, devastándola.
En el año 412 tiene lugar una embajada que realiza Olimpiodoro de Tebas a los hunos, la cual nos permite
conocer la organización de éstos.
Primitivamente, los hunos viajaban enclaves de 50 hombres, en un estadio primitivo. En el 412 Olimpiodoro
nos dice que los hunos estaban gobernados por tres hermanos: Rouas, Oktar y Monduic, el padre de Atila.
Thompson nos dice que en su estadio primitivo los hunos viajaban en clanes de 50 hombres porque si
estuvieran más agrupados competirían por los pastos. En este estadio difícilmente se puede dar una jefatura
única y centralizada para todos: cada grupo tiene su jefe. Pero Olimpiodoro ya nos habla de que estaban
gobernados por tres hermanos. Se trata de un estado de confederación tribal.
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A la muerte de Rouas y sus hermanos, los hijos de Monduik (Atila y Bleda) gobernaron entre los hunos. En el
año 445 Atila se convierte en el único rey de los hunos, asesinando a su hermano.
En una primera fase, Atila dirige sus empresas contra el imperio romano de oriente. El occidental es entonces
amigo, porque está controlado por el general Aecio, general romano que pasó su infancia y su juventud entre
los hunos, a los que les cede una parte de la Panonia Occidental.
Así, cada año, los hunos y sus satélites (ostrogodos, gépidos, rugios, hérulos y esciros) entraban en los
Balcanes y devastaban las grandes ciudades.
Hacia el año 450 Atila cambia de política y empieza a sentirse atraído por occidente. Entre los hechos que
influyen en esta atracción, está el enfriamiento de sus relaciones con Aecio, ya que éste aumenta su poder.
En el 449 Atila había acogido a Eudoxio, jefe de los bagaudas galos (campesinos libres de tributo y control).
Éste le informó de las debilidades del imperio romano. Además, un clan franco se dirige a Atila para que
hiciera triunfar a un pretendiente suyo como rey.
Finalmente, Honoria, hermana del emperador Valentiniano III, furiosa contra su hermano, le ofrece la mano a
Atila.
Este cambio de actitud de Atila, por tanto, no es el arrebato irreflexivo de un bárbaro, sino el resultado de una
preparación diplomática bien informada.
En el 451 tiene lugar la batalla de los campos catalónicos en Troyes en la Champaña francesa entre los hunos
y un ejército de germánicos federados del imperio romano. En esta batalla muere Teodorico I. Atila es
derrotado y los hunos se retiran a la Panonia.
En el 452 Atila parte contra Italia. Su intención era llegar a Roma, pero lo para el Papa León I. A Atila le
ofrecen a Honoria y un tributo. Pero Atila regresa a oriente porque Marciano está atacando el Danubio. Atila
muere en el 453.
Sus hijos, Ellac y Ernac, se disputan entonces la sucesión, pero los hunos desaparecen del mapa político tras la
muerte de Atila. Después de muerto Ellac, su hermano aparece en una lista de reyes búlgaros.
Sobre su organización social existen dos teorías fundamentales. En primer lugar, está la de Thompson. Hasta
el último cuarto del siglo IV, los hunos eran fundamentalmente una civilización de pastores. Normalmente
iban en grupos de 50 hombres en busca de pastos. Así era muy difícil que pudiera existir una centralización de
tipo monárquico. En tiempos de guerra tenían jefes militares cuyo poder dependía de sus proezas personales,
en tiempos de paz se producía una dispersión de clanes en busca de pastos. Pero tras el 375 se produce un
cambio, que tiene lugar cuando los hunos vencen a los godos en el mar negro. La sumisión de una población
agrícola como los godos les permitió reunir más fuerzas militares y acometer empresas cada vez más
importantes.
Thompson dice que entonces los hunos se convertirán en una clase explotadora de poblaciones agrícolas
sedentarias dispersas en inmensos territorios. Cuanto mayor es su expansión militar, más débiles serán los
hunos para controlar estos territorios. Así, los pueblos sometidos pudieron sacudirse su yugo en un momento
determinado.
Harmatta basa su estudio en un relato de Prisco de Panion, que realiza una embajada a los hunos en el 449. A
partir del relato de esta embajada, Harmatta realiza un análisis de la sociedad de los hunos poco antes de su
disolución. En este año, el estado huno estaba gobernado por Atila, un soberano que gozaba de poderes
ilimitados y cuya posiciones radicalmente diferente a la de los primeros jefes hunos, ya que los actos de Atila
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no están controlados por consejo alguno. Se había elevado por encima de la aristocracia tribal salvando los
obstáculos que los jefes anteriores habían encontrado en su clan.
Atila y su hermano habían heredado el poder de sus tíos, siguiendo la tradición, pero Atila asesinó a su
hermano porque no estaba dispuesto a aceptar estas tradiciones y a compartir el poder.
En Bizancio notaron el cambio que suponía Atila como jefe de los hunos, porque el término que Prisco utiliza
para describirle no es jefe, sino monarca absoluto: utiliza la palabra basileus, la misma que se emplea para
designar al emperador bizantino.
La estructura social de los hunos queda reflejada en el banquete que ofrecen a esta embajada. Atila aparece
seguido por los miembros de su familia y los huéspedes se colocan según su rango: en primer lugar, Atila; en
segundo lugar, los miembros de su familia, que se sitúan por delante del más importante de los logades, la
aristocracia huna, que son los que tienen derecho a escoger en el botín inmediatamente después de Atila. Son
dueños de varias poblaciones y tienen ganado a título privado. Prisco los vio diferentes: observó que vestían
con hebillas de oro, con correas de colores en las botas... vestían al modo iranio, como los Sármatas.
Además de a Atila, su familia y a los logades, el texto también se refiere a los barbaroi, el pueblo. Dentro de
estos barbaroi, Harmatta cree que se engloban tanto la baja clase social como los pueblos sometidos.
Thompson decía que la sociedad y la economía de los hunos sufrió un cambio en el 375 a partir del contacto
con los godos. Harmatta dice que no cree posible que los hunos abandonaran la cría del ganado, por varias
razones. En primer lugar, su fuerza militar residía en la caballería, y renunciar a la caballería hubiera
significado la desaparición del soporte material del ejército. Además, utilizaban a los caballos como moneda
de cambio y como botín de guerra.
Harmatta cree que en la época de Prisco la ganadería no era ya el único recurso económico de los hunos. Se
basa en lo siguiente: en primer lugar, Prisco no menciona lo que era el alimento característico de los nómadas,
el qumiz, leche fermentada de yegua.
Por el contrario, parece que el alimento habitual de los hunos era el mijo, y dos bebidas, el medos y el kames,
elaborado con cebada. Se podría pensar que este mijo y esta cebada no proceden de los hunos, sino de los
pueblos sedentarios bajo su control. En este caso, si los cereales proceden de los pueblos sedentarios
sometidos, sorprende que el principal producto fuera el mijo, y no el trigo candeal de los celtas y los germanos
cultivaban desde hacía tiempo. Por otra parte, la producción de mijo es característica de los pueblos que han
abandonado el ganado y son semi nómadas. El principal alimento de los sármatas, también semi nómadas, era
la harina de mijo con leche de yegua o sangre de caballo. También estas bebidas aparecen entre los búlgaros
semi nómadas del Volga medio. Por tanto es posible relacionar el hecho de que el alimento principal de los
hunos sea el mijo con el estado de sedentarización parcial en el que se encuentran y una forma de agricultura
primitiva.
LOS FRANCOS
Se encuentran residiendo en torno al Rhin iban a aprovechar la debilidad del Imperio Romano para irse
introduciendo la Galia. La palabra franco proviene de una raíz germánica que significa intrépido.
Se trata de una confederación tribal formada por varios pueblos, que se consideraron para resistir mejor a
otros enemigos.
Se dividen en dos subgrupos: en primer lugar, están los salios, que se encuentran al oeste, entre la
desembocadura del Rhin y el río Somme. Avanzan poco a poco hacia el sur; no se trata de una invasión ni de
una conquista al mando de un jefe único, sino que avanzan en forma de pequeños grupos al mando cada uno
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de un jefe. En el año 475 habían ocupado los centros de Tournai (donde se asienta el padre de Clodoveo,
Childerico) y Cambrai (donde se asienta un tío de Clodoveo llamado Ragnacario).
En segundo lugar, están los francos ripuarios, también llamados renanos o francos orientales. En el año 450 se
encuentran ocupando una zona entre la orilla izquierda del Rhin, el este del río Mosa y el valle inferior del
Mosela, siendo los principales centros las ciudades de Tréveris y Colonia.
Ambos francos no eran los únicos que vivían en la Galia. Por ejemplo, en el momento en que llegan, ocupan
la Galia los alamanes, que se habían infiltrado desde el este de la selva negra en la Galia oriental y ocuparon la
región de Alsacia.
Los visigodos se encontraban desde el año 418 en Aquitania, al suroeste de la Galia. Los burgundios se
encontraban en el Ródano superior entre los Alpes y el río Jura. Desde el 443 se van desplazando hasta el
curso superior del Loira.
También existe una pequeña zona de dominación romana entre el Somme y el Loira. Se trataba del reino de
Siagrio y tenía su capital en Soissons. A la península armoricana, conocida como Bretaña, se habían
desplazado los bretones desde el 450. En el 450 los anglos, yutos y sajones invadieron Gran Bretaña y los
celtas se desplazaron hasta la Bretaña.
Los unificadores de todos estos pueblos fueron Clodoveo, Sicambrio y Salio. Clodoveo conquista en el 486 el
reino de Siagrio con capital en Soissons. En el 490 conquista la región entre el Sena y el Loira, si bien se
resisten los bretones. Entre el 491 y el 492 ataca a los turingios que se encontraban desde principios del siglo
V instalados entre el Elba y el Maine.
En el 493 concluye un pacto de no agresión con los burgundios y se casa con Clotilde, una princesa burgundia
católica. En el 506 derrota en Tolbiac a los alamanes.
En el primer cuarto del siglo VI se realiza la fusión entre los francos salios y los renanos. Previamente
Clodoveo había asesinado a algunos de sus jefes, y también a algunos jefes salios como por ejemplo a su tío
Ragnacario y a Ricar y Ricomer de le Mans.
Teniendo tranquilas las fronteras orientales, en el 507 se dirige contra el reino visigodo y derrota a Alarico II
en la batalla de Vouillé.
El año 508 es el del apogeo del reino de Clodoveo. La principal fuente con la que contamos para su estudio es
la historia de los francos realizada por Gregorio de Tours, que muere a finales del siglo VI. En esta historia de
los reyes francos cuenta que este momento culminante del reinado de Clodoveo está marcado por dos
ceremonias, de las cuales, de una de ellas se duda de su veracidad.
La ceremonia de Tours, por la cual tras las guerras contra los alamanes y los visigodos Clodoveo había sido
reconocido por el emperador oriental Anastasio como cónsul y Augusto. Clodoveo se vistió con una túnica
púrpura y una diadema y desfiló entregando oro y plata a los que iban por las calles. Se trataba de una
ceremonia de estilo muy romano.
En Reims tiene lugar la ceremonia del bautismo de Clodoveo. Se ignora la fecha pero parece quedespués de
ganar la batalla contra los alamanes fue bautizado por san Remigio, y con él se bautizaron al menos 3000
guerreros de su séquito. Esto simboliza que fue un bautismo colectivo de adhesión del pueblo franco a la fe
cristiana. Pero la Arqueología demuestra que en un yacimiento de Colonia del siglo VI, de un total de 149
sepulturas francas, sólo había una cristiana.
Clodoveo muere en el 511 y fue inhumado en la basílica de los santos apóstoles de París, que se convierte en
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la capital del reino. Sus sucesores serían inhumados en basílicas junto a las tumbas de los santos para
procurarse el beneficio y la intercesión de éstos. Se trata del signo más visible de la cristianización ya que es
una ruptura total con la tradición franca, en la que los jefes eran inhumados en medio de los guerreros y en las
metrópolis a las afueras de las aglomeraciones.
A su muerte, Clodoveo dividió el reino entre sus hijos. Thierry I (511−533) recibe una parte del reino con
capital en Reims. Clodomiro (511−524) recibe un territorio con capital en Orleans. Childeberto (511−558)
recibe una parte del reino con capital en París y, por último, Clotario (511−561) recibe una parte del reino con
capital en Soissons.
En el 537, aprovechando una guerra entre los ostrogodos y Justiniano, los francos incorporaron la Provenza, y
entre el 534 y el 548 obtuvieron la sumisión de los alamanes, los turingios y los bávaros. En el noroeste se
encontraban los sajones, entre el Rhin y el Elba, y los frisones se encontraban en las costas del Mar del Norte.
Éstos sí conservan su independencia.
Los siguientes repartos del regnum francorum permiten que se configuren cuatro regiones fundamentales:
Austrasia, Neustria, Borgoña y Aquitania. La actividad política tiene lugar sobre todo en las regiones del norte
(las dos primeras). Sólo de una manera excepcional se consigue alguna vez la reunificación, por ejemplo, en la
época de Dagoberto I, que muere en el año 639.
Tanto la costumbre germánica de dividir el estado entre los herederos, la inexistencia de un derecho de
primogenitura, como el hecho de que el rey para mantenerse en el poder tuviera que conceder tierras a los
nobles, dio lugar a un reinado muy débil por parte de los Merovingios, de manera que, desde comienzos del
siglo VI, la dinastía merovingia se encuentre en manos de la aristocracia.
Así, por ejemplo, a principios del siglo VI, los mayordomos de palacio no sólo tienen una función doméstica,
sino que son los encargados de la administración de los dominios fiscales: las antiguas tierras públicas del
estado romano.
Así, surge una dinastía de mayordomos que culminará con Carlomagno. Esta dinastía se forma a partir del
obispo Arnulfo de Metz y Pipino de Landen, mayordomo del palacio de Austrasia, cuyos descendientes van a
dar lugar al mayordomo Pipino de Heristal, que en el 687 unifica las tres mayordomías de las principales
regiones de la Galia (las tres primeras).
A Pipino le sucede Carlos Martel, que muere en el 741. Le sucede Pipino III el breve, que muere en el 768 y
que accede de mayordomo a rey. Le sucede su hijo Carlomagno.
La principal figura de esta época merovingia es el rey, que tiene la función fundamental de conseguir botín, ya
que éste le asegura el bienestar de su pueblo así como la fidelidad de los grandes. Estos grandes reciben el
nombre de Leudes. Se trata de una realeza guerrera. Otra función del rey es ser el juez supremo, pero tiene
que delegar en el conde la función de hacer justicia.
En estas fechas no está ya limitado por ningún consejo de jefes y la corona pertenece por derecho hereditario a
los representantes de la dinastía que se hacían descender de un epónimo llamado Meroveo, que tenía como
característica principal que tenía la fuerza en el cabello.
En cuanto a la administración, existe una administración central y una administración local. La central estaba
formada por los miembros del palacio. En ella, los servicios domésticos de la corte tenían al mismo tiempo
funciones públicas. Así, el mayordomo no sólo era quien atendía la mesa, sino quien administraba los
dominios fiscales del rey.
También estaba el senescal o jefe de la guerra, el botellero (que también administraba dominios fiscales), el
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chambelán o camarero, encargado de la cámara del rey y del tesoro público que guardaba debajo de la cama,
el condestable...
Además, el rey tenía una guardia que se llamaba truste o antustriones.
La administración central reside fundamentalmente en el palacio, que es itinerante por dos razones: en primer
lugar, porque económicamente el rey necesita aprovechar lo que producen sus dominios fiscales, así como
recoger las rentas de los diferentes dominios fiscales. En segundo lugar, porque en esta época no hay lugar
para nociones abstractas de poder: si el rey no se hace presente, no es respetado. Por tanto, el rey tiene que ir
por el reino recogiendo juramentos de fidelidad que le dan los grandes.
También existe una administración local. Cuando el rey no está presente está representado por el conde, que
preside una circunscripción de época tardo romana llamada pagus, de tipo rural. La función de los condes
también consiste en convocar el ejército, puesto que cada año el rey sale a hacer sus campañas de guerra.
También deben recoger impuestos, cobrar multas y hacer justicia donde el rey no puede personalmente.
Entonces, se convoca el mallus o tribunal itinerante compuesto por el conde y unos hombres elegidos por él:
son los boni homes o rachimbourgs. En las circunscripciones más pequeñas se encuentran los vizcondes, y en
las muy pequeños, los centenarios. Junto al conde, se encuentra el duque en las regiones poco controladas
políticamente o recién incorporadas al reino y que tienen una entidad étnica concreta.
A la inversa que en la antigüedad, se comenzaba la carrera en la corte para terminar en la provincia. Desde el
614 el rey debió aceptar que los condes fueron reclutados en las regiones que debían administrar.
Otra figura importante es la del obispo, que residía en las antiguas ciudades episcopales de época romana. Era
elegido por el pueblo y por los sacerdotes de su diócesis y esta elección era confirmada por el arzobispo junto
con otros obispos.
Desde el siglo VI, sin embargo, los Reyes tienen la costumbre intervenir en las elecciones episcopales y de
imponer sus candidatos, así los obispos serían agentes del rey.
Otra institución de los francos es la justicia. Aparece el nuevo concepto de la justicia germana: en el derecho
romano el principio esencial era el de las penas aflictivas, que causaban sufrimiento o molestia, como por
ejemplo la pérdida de libertad. Pero en el derecho germánico, el principio esencial era el pago de acuerdo con
el delito cometido y la categoría de la víctima. También estaba aceptada venganza, llamada faida, pero tiende
a ser sustituido por un pago.
En época merovingia este pago era reconocido por el conde en su tribunal o Mallus. El nombre del pago era
wergeld, que iba a parar un tercio al sueldo del conde, un tercio al rey y un tercio a la familia de la víctima.
La manera de hacer esta justicia era a través de los juicios de Dios u ordalías. No se partía del principio de que
había que demostrar la culpabilidad, sino de que el acusado era culpable y tenía que demostrar su inocencia
mediante dos sistemas: en primer lugar, los conjurados, amigos o parientes que juraban a favor del acusado. El
segundo lugar, a través de los juicios de Dios en los que, por ejemplo, había que poner en la mano en agua
hirviendo y no quemarse para demostrar que se era inocente. El wergeld dependía de la categoría social, del
sexo y de la edad.
El servicio militar era una obligación de todos los hombres libres. Debían equiparse ellos mismos, y correr
con los gastos y el mantenimiento. Estaban protegidos por una triple finanza: cuando alguien mataba a un
hombre que hacía el servicio militar, la familia recibía tres veces más como recompensa que si no estuviera
haciendo el servicio militar. Con el tiempo, el servicio militar se aristocratiza.
Otra institución era el tesoro público, que se identificaba con el tesoro privado del rey, que se guardaba en su
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habitación. En la medida en que la tributación va disminuyendo, la realeza no vive tanto de los tributos como
de la fortuna territorial: son los dominios fiscales, las enormes extensiones de tierras que había sido públicas
en tiempos romanos. Pero aún existían algunos impuestos como los peajes sobre mercancías, los derechos
reales sobre la acuñación de moneda, la justicia, el derecho de albergue para el rey y sus agentes...
El tesoro real consta de los productos obtenidos en el botín y de los dominios fiscales.
La sociedad franca estaba constituida por una aristocracia resultado de la fusión de la aristocracia galo romana
y de la aristocracia franca. La aristocracia galo romana era la aristocracia terrateniente que sobrevivió a la
caída del imperio romano. Esta clase senatorial, a pesar de la caída del imperio romano, mantiene su prestigio
durante la época merovingia. Aún a principios del siglo VIII se invoca como símbolo de prestigio la
pertenencia a una familia galo romana o senatorial. Muchas de estas familias se apropian de las sedes
episcopales convirtiéndolas en centros de poder personal.
A partir del siglo VI los Reyes Merovingios eligen dentro de estas familias algunos de los principales cargos
de la administración, como condes y obispos.
La aristocracia franca o germánica es dueña de grandes latifundios locales, pero no por el sistema que utilizan
otros pueblos germánicos (hospitalitas), ellos utilizan un sistema llamado manumise o presura, que consiste en
tomar la tierra libre. Ambas aristocracias no se oponen, sino que tiene lugar una fusión de intereses. Se
transforman en una aristocracia de funciones.
En cuanto a la sociedad y economía de los francos, en primer lugar, existen campesinos propietarios. Cuando
son pequeños propietarios tienen una tierra llamada alodio (tierra en propiedad). Un conjunto de pequeños
propietarios con alodios forman una villa o vicus.
Junto a los alodios existen otras zonas de aprovechamiento común, pastos y bosques.
También se van formando una aristocracia franca y una aristocracia romana con una gran propiedad
estructurada de esta manera:
La mitad de la tierra o más recibe el nombre de reserva del señor y es explotada por mano de obra esclava.
La otra parte es dada en renta a un campesino: se llama tierra mansionaria, mansos o tenencias. Los mansos o
tenencias son cultivadas por servi casati o por colonos (jurídicamente libres).
Hacia el siglo VI aparece por primera vez la palabra riga para designar unas prestaciones de trabajo gratuito
que los dueños de las tenencias tienen que hacer obligatoria y gratuitamente en la reserva. En época medieval
se llamará corvea.
El comercio por el mediterráneo entre el declive sobre todo entre los siglos V y VI porque se trataba de un
comercio vinculado al estado. Hacia el siglo VII el comercio por el mediterráneo es muy escaso y reducido
sólo a productos de lujo. Este eje comercial se desplaza partir del siglo VII hacia el Mar del Norte
coincidiendo con que se forman grandes latifundios en el norte de la Galia.
Aparece en centros de gran importancia como los puertos de Quentovic y Domburg, que permiten el comercio
con Inglaterra. Dorestad permite el comercio con la península escandinava.
LOS OSTROGODOS
Son satélites de los hunos próximos a Panonia. En el 453 muere Atila y los hunos se dispersan. Entonces, los
ostrogodos intentan aproximarse al imperio. En el 455 su rey Valamed firma un foedus por el que se le
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concede la región del lago Balaton en Panonia. Un hermano de Valamed, Tindimer, tuvo un hijo (Teodorico el
grande) con una mujer no goda, católica. Este sobrino del rey por un foedus en el 461 fue enviado como rehén
a Constantinopla. Allí se educa desde los 8 a los 17 años. Esta educación hace de él un rey muy distinto a los
germanos que hemos visto. Vuelve con su familia y Tindimer ya había sucedido a Valamed. Padre e hijo
atacan el imperio llegando hasta Adrianópolis. En el 473 León I les ofrece un foedus por el que se
acantonarían en Macedonia con un título de Magister militum o jefe del ejército para Teodorico. No quedan
contentos y empiezan a presionar sobre Constantinopla. Desde el 476 Italia estaba en manos de Odoacro que
depuso al último emperador romano de occidente, Rómulo Augústulo.
En el 489 los ostrogodos entran en Italia y en el 493 Teodorico hace asesinar a Odoacro. Teodorico crea una
obra que no tiene más duración que su propio reinado. Consiste en gobernar a ostrogodos y romanos bajo dos
administraciones diferentes. Para mantener una cohesión entre ostrogodos y asegurar la defensa del reino,
Teodorico acantona a los godos en la llanura del Po, en Venecia y en la salida de los valles alpinos. No había
ostrogodos por debajo de la región de Toscana.
Se establecen en el campo bajo el régimen de hospitalitas, ocupando un tercio de tierras de los propietarios
italianos, según consta en una carta de Liborio, prefecto del pretorio y en la obra de Casiodoro.
El ejército partir de este momento es de composición exclusivamente germánica y sólo ellos tienen el derecho
a llevar armas.
La administración por la que se rigen isla de los condes godos que ejercen poderes jurídicos y militares, y los
saiones, agentes del rey para misiones concretas. Tenían su propio derecho germánico que Teodorico se
encarga de recopilar. Para aislarse más se sitúan en núcleos concretos de las ciudades. Este aislamiento viene
marcado por el arrianismo. Por su titulación, Teodorico era un rey para los súbditos ostrogodos y una especie
de generalísimo y gobernador de Italia para los romanos.
Dejó funcionar la administración romana. Se conserva la antigua magistratura romana, el senado y la ley que
desde el 370 prohibía todo matrimonio entre bárbaros y romanos.
Teodorico intenta convertirse en el jefe del occidente bárbaro realizando una política de expansión territorial,
extendiendo su protectorado sobre Dalmacia e incorporando la ciudad de Sirmium, ampliando el reino de los
ostrogodos hasta el Danubio.
Tiende a ganar aliados por el matrimonio: se casa con una hermana de Clodoveo, casa a uno de sus hijas con
el burgundio Segismundo, a otra hija con el visigodo Alarico II y a otra con el vándalo Trasamundo. Así
quiere tener un papel rector en el mundo bárbaro.
Entre el 508 y 509 ocupa la Provenza, donde estaba el importante puerto de Marsella.
Teodorico muere en el 526 y deja como sucesor a su nieto Atalarico, pero debido a su minoría de edad su
madre tiene que actuar como regente.
A partir del 536 intervienen los bizantinos en Italia al mando del general Belisario. Esta intervención no es un
caso aislado, sino el resultado de la política de expansión de Justiniano en un intento de recomponer el
imperio romano. Justiniano se enfrenta a los vándalos en el norte de África en el 534 y ocupa la Hispania
visigoda entre el 554 y el 629. La guerra en Italia dura entre 20 y 25 años y en ella los italianos no fueron
especialmente favorables a los bizantinos. Para esta guerra con Italia los bizantinos se sirvieron de soldados
persas y lombardos. Los ostrogodos son deportados a oriente, llegando el final de su reino con la ocupación en
el 568 de Italia por los lombardos.
LOS ANGLOSAJONES
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Alrededor del siglo V Britania va a ser ocupado por unos pueblos germánicos: los anglos, yutos y sajones.
Estos pueblos provenían del continente europeo. Los yutos procedían del norte de la península de Jutlandia en
Dinamarca. Los anglos procedían de la parte sur de Dinamarca, de la región de Anguel y de más al sur de
Dinamarca (Holstein−Wesser) procedían los sajones. Algunos frisones situados en las islas frisonas
participaron en esta invasión. Estas invasiones ocurren en un espacio de tiempo tan amplio que resulta difícil
ponerles fecha.
En la segunda mitad del siglo IV parece que muchos de estos pueblos actuaron como federados del Imperio
Romano para defender Britania de los pictos y escotos ese encontraban en Escocia e Irlanda.
La crisis que sufre el imperio romano hace que estos federados se vayan independizando. Así, en las
excavaciones en Britania se advierte que los denarios con los que se les pagaba no son posteriores al reinado
de Honorio. Por tanto, parece que tras el siglo V estos pueblos eran independientes.
Cuando los romanos perdieron el litoral de Dinamarca ante el avance franco, el cordón umbilical que unía a
Britania con el imperio se rompe definitivamente.
En el 429 tiene lugar una visita de san Germán de Anxerre para luchar contra el pelagianismo, una doctrina
según la cual el hombre no tiene el pecado original. En esta visita, san Germán describió que había ciudades
que debían conservar sus decuriones o aristocracia local y un cierto número de obispos. Sin embargo, la
estructura romana superviviente era muy débil.
Entre el 440 y el 444 san Germán volvió a visitar Britania y observó que la descomposición se encontraba
mucho más avanzada. La organización en ciudades propia del mundo romano dio paso a jefaturas tribales
celtas y algunos romanos que las imitaban.
Las oleadas de anglos, yutos y sajones empezaron a aumentar durante el siglo V, siendo su momento de
mayor apogeo el año 500. Estos invasores germanos se convirtieron en agricultores, mientras que los celtas y
los bretones se dedicaban a la ganadería.
Como consecuencia de la invasión de anglos, yutos y sajones, los indígenas bretones se van a desplazar hacia
el occidente de la isla y además van a emigrar hacia la península de Bretaña.
Conocemos la constitución de estos pueblos a través de Beda el venerable que escribe una historia eclesiástica
de Inglaterra entre el siglo VI y el VIII. Dice que existe una heptarquía, pero en realidad se cree se formaron
entre 16 y 18 reinos. Esta fragmentación Wickham la explica porque la Britania era la provincia menos
romanizada del imperio.
Tres de los reinos tienen una actividad política más destacada: Wessex al sur, Mercia en el centro y
Northumbria al norte del río Humber.
El primer rey anglosajón que se convierte es Edelberto de Kent que en el 560 se casó con una princesa franca
hija de Cariberto que se convirtió a finales del siglo VI y a principios del siglo VII hace redactar un código de
leyes similar a otros códigos germanos, basado también en el sistema del wergeld.
La sociedad anglosajona era desigual: existían hombres libres de una categoría inferior llamados laets.
Existían agricultores libres que podían tener una propiedad agrícola y otros hombres dependiendo de ellos.
Estos hombres que dependían de ellos se llamaban Ceorls. También existe una aristocracia terrateniente
llamada eorls. El rey se acompañaba de los leodes u hombres libres.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN LA ALTA EDAD MEDIA
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En época tardo romana aparecen síntomas de una vida económica compleja y sofisticada, por ejemplo, a nivel
de cultura material. Existen iglesias muy ricas e inmensas y una gran fluidez en las exportaciones. El sistema
fiscal es vasto y complejo y además existen grandes fortunas senatoriales.
Sin embargo, en época alto medieval la vida económica entra en regresión. La cultura material es
enormemente pobre: aparecen habitualmente edificios de madera y casi no se construye con piedra. El
intercambio de largo alcance por el mediterráneo es poco habitual y el sistema fiscal entra en crisis. La
aristocracia alto medieval es mucho menos rica que la aristocracia senatorial de época tardo romana.
En el paso del mundo tardo antiguo al medieval existen sin embargo elementos de continuidad,
fundamentalmente en la economía rural. En época romana el campesinado suponía el 90% de la población y
en época alto medieval, el 95%.
En época romana y en época alto medieval se produce una agricultura extensiva, normalmente de año y vez.
La crisis del mundo antiguo ha sido un objeto de debate historiográfico muy importante. En él, existen
principalmente tres posturas:
La que considera la invasión como la causa de la crisis. Tras la invasión, la economía debió empezar desde
cero porque no quedó nada.
La postura de Dopsch, que considera que existe una continuidad entre la economía tardo antigua y alto
medieval.
La de Henri Pirenne, que considera que existen elementos de continuidad sobre todo en la utilización del
mediterráneo, que dura hasta el siglo VII−VIII. La interrupción del comercio por el mediterráneo tiene lugar
con la llegada de los árabes. A partir de los siglos VII y VIII el eje económico ya no estará en el mediterráneo,
sino en el Mar del Norte.
El imperio romano tenía una estructura económica de base agrícola, la cual estaba construida en torno a una
red de unas 2000 ciudades teóricamente autónomas donde se recogía la tributación. En las ciudades existían
actividades industriales, artesanales y comerciales, pero no representaban la fuente principal de su
prosperidad, que era el campo y la recogida de tributación de territorios próximos. En estas ciudades existen
élites locales o decuriones encargados del gobierno ciudadano. Normalmente eran terratenientes que vivían en
la ciudad.
Desde el punto de vista urbano y material la ciudad tardo antigua ocupa un espacio enorme y tiene un estilo
común desde la Britania hasta Siria: un foro, templos y edificios administrativos en torno a él: teatro,
anfiteatro, termas y tras el s. IV, la catedral.
Desde el s. II estas ciudades tienen dificultades económicas. A partir del siglo IV la realización de obras
públicas no se debe al estado, sino fundamentalmente al patrocinio de las élites locales. En época tardo
antigua los curiales protestaban por tener que garantizar las tasas al estado, porque si no conseguían recoger la
tributación, la tienen que garantizar con su propia fortuna personal. Estas protestas no indican un declive del
urbanismo, pero sí manifiestan una crisis de la relación que ligaba al estado con las aristocracias locales.
Normalmente, esta tributación que recogía cada ciudad se recogía localmente, pero a veces la tributación
estaba destinada a otros lugares: por ejemplo, frecuentemente se recogía grano de provincias ricas como
África, Sicilia y Egipto y era dirigido hacia provincias septentrionales y orientales que lo gastaban en el
ejército que defendía sus fronteras.
Lo característico del funcionamiento del imperio romano y su tributación era la facilidad de intercambio que
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existía en todo el mediterráneo y en todas las provincias del imperio romano. Estos intercambios eran llevados
a cabo por el estado, pero paralelamente a esta función se desarrolla también un comercio. El tema de la
actividad comercial en el imperio romano ha sido muy discutido. A finales del siglo XIX Max Weber y Karl
Bücher señalaban que en una sociedad que es fundamentalmente agrícola y con un estado muy potente, habría
existido una marginación de la iniciativa comercial.
Entre los 60 y los 80 Finley y Jones señalan la escasa importancia de la actividad comercial en el imperio
romano.
Sin embargo, estudios actuales llevados a cabo por Andrea Carandini y Clementina Panelli dan una imagen
diferente. Su trabajo muestra que existe una distribución de cerámica en sigilata roja que provenía de África y
en menor medida de Focea y se encontraba muy difundida entre los siglos III y VI en todo el mediterráneo.
Según estos autores la distribución de las cerámicas no podía haber sido llevada a cabo por el estado porque se
trata de una cerámica de mesa y lo que es probable es que los mercaderes que la vendieran utilizaran las
infraestructuras del estado para hacerlas llegar a los distintos puertos en que han sido encontradas. Por tanto,
el sistema de recogida de tributos del estado romano facilitaba el comercio privado.
La invasión germánica provoca una crisis política y fiscal. En primer lugar, rompen la unidad mediterránea
que había existido en épocas anteriores y ponen fin al sistema fiscal descrito. Así, una vez que los germanos
se instalan en las provincias occidentales del imperio, los ciudadanos romanos no pagaban ya tributación al
estado, sino los invasores. Por otro lado, las nuevas élites germanas intentaban conservar el sistema fiscal todo
lo que podían. Pero el sistema fiscal que impusieron los bárbaros era mucho menos fuerte que el de época
romana. La principal partida de gastos era el ejército, pero en las provincias invadidas por los germanos ya no
se mantiene el ejército con la tributación: el ejército germano prefirió recibir tierras, por tanto no se
necesitaban tasas para mantenerlo.
Además, los terratenientes romanos prefirieron dar parte de sus tierras para que se instalasen los germanos
antes que pagar tributación (sistema de la hospitalitas).
El sistema fiscal era, por tanto, menos oneroso que en época romana porque las dos principales partidas de
gastos eran el ejército, que ya no se mantendrá con tributación, y la administración, que pasa a ser
enormemente rudimentaria. No obstante, la crisis del mundo antiguo se manifiesta en varios aspectos, como
por ejemplo, el declive de la ciudad. Roma sufre una caída demográfica enorme. En el año 400 aún había
500.000 habitantes y tras la instalación de los reinos germánicos, la población descenderá en un 90%,
llegando a tener entre 25.000 y 40.000 habitantes. Aun así, Roma será la ciudad más grande del occidente alto
medieval. Las redes urbanas quedan de pie a pesar de la crisis, transformándose normalmente en sedes
episcopales. Las fuentes literarias testimonian el abandono en los siglos V y VI de las ciudades por parte de
las élites locales. La Arqueología muestra el empobrecimiento de los centros urbanos, especialmente tras el
año 500. Esta crisis de la ciudad occidental contrasta con la prosperidad de algunas ciudades del imperio
romano de oriente, como Constantinopla y ciudades de la provincia de Siria.
A pesar de esta crisis, las ciudades más ricas del imperio romano de occidente sobreviven a un nivel más bajo,
pero sobreviven, sobre todo en Italia y la Galia: Nápoles, Luca, Rávena, Verona, Brescia, Milán, Marsella,
Ginebra, Lyon, París y Colonia. Se mantuvieron porque dependían menos del sostenimiento del estado.
Dependían sobre todo de la prosperidad de la aristocracia local, y ésta dependía del mantenimiento de la
economía agraria.
La economía agraria se mantiene mientras existe crisis en la ciudad, el comercio y la tributación. Se ha
abandonado la idea de que la crisis del mundo antiguo es la crisis del sistema esclavista. Actualmente se
coincide en que el modo de producción esclavista ya ha desaparecido al menos en el s. II d.d.C. como sistema
económico dominante. Pero los esclavos no desaparecen al inicio de la edad media: éstos trabajan en tierras y
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pagan un censo por ellas, organizan su propia producción, son los servi casati. El sistema de producción
esclavista había existido en el alto imperio fundamentalmente en Italia central. Lo más seguro es que el
sistema de cultivo basado en los arrendatarios hubiera caracterizado desde siempre a la mayor parte de la
Galia, África y, desde el s. II d.d.C., a Italia. Los arrendatarios se llaman colonos, si son hombres libres, o
servi casati. La crisis del mundo antiguo es la crisis del estado tributario.
Tanto en el sistema agrícola tardo antiguo como en el alto medieval la figura fundamental es el colono, que
aparece ligado a la tierra por leyes imperiales, igual que los pequeños propietarios campesinos para que no
pudieran evadir el pago de tasas. Su calidad de vida no les hacía muy diferente de los servi casati. Trabajaban
en una gran propiedad pagando una renta, no directamente al propietario muchas veces, sino al conductor, que
también solía ser un arrendatario.
Esta gran propiedad no es homogénea en todo el occidente medieval. En Italia las grandes propiedades están
muy fragmentadas y dispersas. Las grandes propiedades están formadas entre 10 y 100 parcelas. Pero en la
Galia septentrional y central los documentos entre el siglo VI y IX testimonian la presencia de una propiedad
terrateniente homogénea y concentrada. Esta propiedad tampoco es un modelo único en la Galia, ya que en la
Provenza también existe una gran fragmentación y dispersión de la propiedad.
La primera vez que encontramos propiedades bipartitas es en la Galia merovingia. Suponían la existencia de
una tierra dominicata o reserva (que el señor explota directamente) y de una tierra mansionaria, dividida en
mansos o tenencias en los que trabajaban colonos y servi casati.
Sólo excepcionalmente hay antes del 750 referencias muy vagas a que los tenentes tuvieran que hacer
servicios en tierras del señor aparte de pagar renta. Es la riga o corvea: una prestación de trabajo gratuito y
obligatorio.
Parece que el señor explotaba su reserva con grupos de esclavos. A partir del 750 la forma más habitual de
explotar la reserva era a través de las corveas. Los esclavos se dedicaban a las tareas domésticas en la curtis
del señor. Este es el sistema curtense, regime dominicale classique o Manorial system. A partir del 750 la gran
propiedad va a ser mucho más grande. La reserva ocupará un porcentaje de tierra −.
Gracias a estudios de Latouche y Verhulst (1950−1970) sabemos que el modelo curtense o carolingio,
considerado hasta entonces como el sistema agrícola medieval por excelencia, tenía una difusión bastante
limitada en el espacio y en el tiempo. Es el sistema típico de la Galia entre el Loira y el Rhin, también en
Inglaterra e Italia del norte, pero no existe en la Italia meridional ni en la Provenza.
Por tanto, la agricultura es un elemento de continuidad entre el mundo tardo antiguo y el alto medieval. Sin
embargo, aparece un nuevo elemento en el mundo rural: las propiedades bipartitas del mundo Merovingio, de
las que antes hemos hablado.
En cuanto a la implicación del propietario sus tierras, en el mundo tardo antiguo los propietarios rara vez
intervienen en sus propiedades de manera directa, limitándose a requerir determinados productos en lugar de
otros. Esto ocurre porque los terratenientes normalmente vivían en la ciudad. Este requerimiento indica que
había una posibilidad de comercialización de los productos agrarios, sobre todo aceite, vino y cereal.
Los mercados del tardo antiguo animaban algunas producciones destinadas al comercio. Pero a partir de la
crisis del mundo antiguo la producción agrícola empieza a orientarse al autoabastecimiento.
A partir del 750 con el desarrollo del sistema curtense, dominio carolingio o régimen dominical comienza a
existir una mayor intervención patronal en la propiedad. Pero esta intervención es doble: en primer lugar, con
un objetivo comercial, porque el señor tiene la posibilidad de llevar al mercado determinados productos; y en
segundo lugar, con un objetivo coercitivo, de presionar al campesino que hasta ahora era económicamente
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dependiente, pero no jurídicamente.
En la alta edad media respecto al mundo tardo antiguo va a haber una disminución de la producción agrícola y
un aumento de las tierras de pastos o incultas, y esta contracción de la producción agrícola se explica mejor
por una disminución de la presión demográfica que porque los germanos tuvieran vocación pastoril.
De esta situación se deriva que el campesinado durante la alta edad media comiera más carne que en épocas
precedentes o sucesivas. Además, los bosques son públicos, no son de nadie.
Este declive demográfico de la alta edad media se para en torno al año 700 y comienza incluso una inversión
de la tendencia ya que en el siglo IX empieza a aumentar la población.
En cuanto a las relaciones sociales en el campo, existen campesinos libres, pero no sabemos en qué número.
Parece posible que éstos sacaran más beneficio de la caída del imperio romano que otros grupos sociales. De
momento, no tenían que pagar y aún la aristocracia no había podido sustituir al estado. La aristocracia no
desarrolla mecanismos suficientes para exigir al campesinado el excedente de antes exigía el estado.
Sin embargo, la aristocracia no sale ganando de forma inmediata. Es posible que la pobreza de la cultura
material de la alta edad media no sea un signo de pobreza de la sociedad en general, sino de las élites que
financiaban la producción artesanal y los edificios más costosos. La aristocracia senatorial tenía grandes
propiedades llamadas villae o fundus y su riqueza provenía de la recogida de tributos. La aristocracia alto
medieval ya no va a disponer de este último tipo de ingresos.
Durante la alta edad media la aristocracia va desarrollando los mecanismos para apropiarse de cada vez más
excedente campesino.
La importancia del campesino libreen época alto medieval debía ser muy grande porque la legislación de los
reinos germanos entre los siglos VI y VII es rica en detalles en cuanto a las normas que debían aplicársele. En
principio, los campesinos libres e independientes no tenían un señor que se interpusiese entre ellos y el rey.
En esta sociedad, la diferencia fundamental está entre los hombres libres y los hombres esclavos, aunque
siendo esclavo se pudiera ser también servi casati. Los hombres libres podían ser aristócratas o campesinos
que fueran libres o colonos.
En épocas posteriores, la diferencia fundamental va a estar entre señores y campesinos, aunque siendo
campesino se puede ser libre, colono o servi casati. Esto es un síntoma de la aristocratización de la sociedad.
El concepto de señor no estaba muy definido en época alto medieval. Se podía utilizar la palabra nobilis, que
podía significar alguien importante localmente, alguien aristócrata o simplemente noble de espíritu. También
se utiliza el término potentiores para hablar de la clase aristocrática. Sin embargo, no tiene un significado
político concreto. Se trata de sujetos que tienen un estatus aristocrático, algo muy ambiguo: que vestían bien,
que comían más carne, que guiaban a los ejércitos y que estaban estrechamente asociados con el rey, pero no
tenían poderes específicos locales o jurídicos especialmente asociados a su posición social.
Antes del 750 el poder de uno de estos nobilis o potentiores se ejercitaba sobre sus arrendatarios y sobre su
séquito militar, al que estaba ligado por juramentos de fidelidad y asignaciones de tierra.
Tras el 750, a partir de época carolingia, esta situación cambia y el campesinado cada vez va a ser más
dependiente del señor.
LA CIUDAD ALTO MEDIEVAL.
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Las civitatis se van a mantener en el mundo alto medieval pero fundamentalmente como sedes episcopales.
Incluso en la Inglaterra anglosajona, cuando se convierte al cristianismo en el siglo VII, se fundaron
episcopados en las ciudades romanas que ya estaban prácticamente desiertas.
También estas civitatis se habían convertido algunas veces en centros de los condados medievales. Otras
veces, no era así: la sede del condado estaba en el pagus. Pero la ciudad medieval como centro económico y
urbano verdadero, con concentración demográfica, con una actividad económica diferente a la del campo y
como sede del gobierno no existía en todas partes durante la alta edad media. Algunas ciudades que se habían
mantenido como sedes episcopales eran en realidad espacios vacíos con unas pocas ruinas, por ejemplo la
ciudad de Tours se había reducido a dos complejos religiosos: la catedral y, fuera de los muros de la ciudad, la
basílica de san Martín de Tours.
Durante mucho tiempo, los historiadores han dado a conocer que en este periodo no era posible ninguna forma
de continuidad con el mundo romano, porque tras la caída del imperio romano no existía ninguna actividad
comercial. Este punto de vista puede ser puesto en duda porque existe un nivel de actividad comercial
importante en los emporia, fundamentalmente del mar del norte.
A nivel de lo que era la ciudad de Roma la actividad económica disminuye notablemente. El mantenimiento
de la actividad económica en las ciudades romanas dependía de si los grandes propietarios de tierras las
habían elegido o no como residencia. Si las elegían, estas ciudades mantienen su actividad económica porque
los productos agrarios seguirían llegando a la ciudad, se producirían intercambios, los mercaderes y los
artesanos se agruparían en la ciudad...
Pero las élites locales no siempre permanecen en la ciudad. Durante el imperio romano estos terratenientes
residían en la ciudad, que era donde se recogía tributación. Pero con la crisis del imperio algunos volvieron al
campo, así, por ejemplo, a mediados del siglo V Sidonio Apolinar se lamenta de que en la Galia central
muchos terratenientes hayan abandonado la ciudad. Casiodoro en el siglo VI, refiriéndose a Calabria, se
lamenta de que ha existido un abandono de la ciudad.
Sabemos que en la Galia septentrional el rey y los aristócratas de época merovingia y carolingia residían
normalmente en el campo, aunque ciudades como París parecen haber conservado sus caracteres urbanos.
En las zonas más romanizadas como la Galia meridional e Italia las ciudades en las que se mantienen las élites
locales son más numerosas. En la Galia meridional existen documentos de los primeros años del siglo IX que
atestiguan la existencia de vida urbana en la desembocadura del Ródano así como presencia de propietarios
terratenientes urbanos. Los arqueólogos han demostrado que Marsella es un puerto activo hasta el año 700. En
Italia, los reyes lombardos tenían su sede en Pavía. Las narraciones políticas de Paulo Diácono en el s. VII
están siempre ambientadas en la ciudad. Algunos documentos del siglo VIII referidos a la ciudad de Lucca
muestran que muchos grandes propietarios terratenientes y artesanos residían en los centros urbanos. En Italia
además se conserva en muchas ciudades la tradición romana de planta cuadrangular cruzada por dos ejes con
el foro en el centro. También en Italia cuando en el siglo VIII se empiezan a reconstruir iglesias, estos
edificios aparecen en la ciudad. Por ejemplo, en la ciudad de Lucca, entre el 700 y el 900 aparecen 57 nuevos
edificios de culto. Todo ello son señales que testimonian una continuidad de la vida urbana.
Esta imagen de continuidad urbana se mantiene para los historiadores que utilizaban fuentes escritas, porque
estas fuentes están escritas por autores que se fijan en la ciudad, no en el campo. También existe una
tendencia general a que la continuidad de la ciudad se da más en las zonas más romanizadas.
Esta imagen de continuidad se da hasta los años 80, porque la Arqueología medieval no se desarrolla hasta
entonces. En los 80 esta imagen cambia y los arqueólogos urbanos no mantienen tan claramente la
supervivencia de la ciudad durante la época alto medieval. Por ejemplo, Broggiolo, que excavó en Brescia, ha
encontrado zonas de asentamiento romanas abandonadas que han sido sustituidas por tierras de cultivo.
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También se demostró en diversas excavaciones que las pavimentaciones de las calles se veían interrumpidas y
sustituidas por elementos más pobres, lo que indica una ausencia regular de suministros.
En otras ciudades del norte de Italia aparecen habitaciones de madera en las zonas monumentales de la ciudad.
Esto ocurre en Milán, Brescia, Ferrara y Bolonia.
A veces se han encontrado hábitats de piedra y de ladrillo, que eran materiales de reutilización. En general, las
casas construidas con materiales de reutilización son de un solo ambiente y de una sola planta, lo que indica
pobreza constructiva.
Por tanto, por lo que muestra la Arqueología, se puede hablar de una crisis del urbanismo en época alto
medieval.
En los 90 se han intentado conciliar los dos puntos de vista. Así, los estudiosos se muestran más de acuerdo en
que, aunque sea a un nivel inferior, existe una cierta continuidad en las ciudades italianas. Fundamentalmente,
lo que existe en época alto medieval es un cambio en la topografía de la ciudad. En la ciudad romana, el foco
fundamental es el foro y en el período cristiano, el centro político pasa al entorno de la catedral o al palacio de
los duques, Reyes y condes.
A partir de mediados del siglo VIII es posible encontrar signos visibles de un Renacimiento urbano. Aparecen
algunas estructuras monumentales más ambiciosas. Por ejemplo, unas recientes excavaciones en Roma sacan
a la luz en el siglo IX dos edificios urbanos en el área del foro con dos plantas y un pórtico construidos en
piedra reutilizada. También en Verona son frecuentes los edificios de piedra reutilizada y en Nápoles en el
siglo X se documentan edificios de tres plantas.
Posiblemente, el extraordinario Renacimiento urbano en Italia tras el año 1000 es debido a la supervivencia de
formas de vida urbana durante la alta edad media. Esta supervivencia urbana parece más significativa en Italia
que en otros lugares.
LOS INTERCAMBIOS.
La opinión de Pirenne según la cual el comercio al inicio del medievo fue destruido en torno al año 700 por
los árabes hoy es inaceptable, en parte porque el comercio del que habla Pirenne era el comercio de los bienes
de lujo, y este comercio continuó sin interrupciones gracias incluso a los propios árabes. Así lo testimonia la
fundación y expansión de Venecia.
El movimiento de mercancías de lujo está potenciando por la existencia de redes de relaciones no comerciales,
por ejemplo las embajadas que comunicaban a francos y bizantinos. Pero los bienes de lujo siempre son
marginales dentro de un sistema económico.
Estudios arqueológicos recientes han sacado a la luz la existencia de bienes de nivel medio en los
intercambios por el mediterráneo. Estudios de cerámica en distintas partes del mediterráneo muestran que la
unidad comercial del mediterráneo, estrechamente ligada al estado romano, estaba en un fuerte declive en los
siglos V y VI y se disuelve en el siglo VII antes de la llegada de los árabes.
Las redes comerciales de larga distancia no experimentan una reactivación hasta la expansión de comerciantes
pisanos, genoveses y venecianos en el siglo XI. Antes del siglo XI lo que queda en el mediterráneo es un
comercio interregional como los intercambios por vía terrestre que unían a la ciudad con su territorio. Pirenne
sostenía que el eje de la actividad económica había pasado del mediterráneo al Mar del Norte tras el 700, pero
él retenía el desarrollo de los intercambios en el Mar del Norte hasta el período postcarolingio. Los emporia
que empiezan a resurgir a partir del 750 son, en Inglaterra, Ipswick, Londra y Hanvic; en la Galia Quentovic,
Domburg y Dorestad; en Dinamarca Ribe y Hedeby y en Suecia, Birka.
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EL CRISTIANISMO
LAS IDEAS HEBREAS DEL REINO DE DIOS.
Según la concepción hebrea, Dios es el gobernante del mundo natural al que ha constituido y ordenado
mediante la creación. Pero Dios también es el gobernante del mundo político, porque es quien pone y quita
Reyes. Se trata de la concepción cósmica.
Por otra parte, está la concepción política. El pueblo hebreo es una comunidad político−religiosa gobernada
por Dios mismo. El hombre ha tratado siempre de eludir el hecho de estar sometido a otro hombre, y la
primera de las soluciones para este hecho esto la teocracia. Este acto político de que la comunidad hebrea está
gobernada por Dios tiene lugar en el acto sacro del Sinaí, cuando Moisés toma las tablas de la ley de Dios. De
esta forma, Israel significa señoreado por Dios, y en este sentido la relación del pueblo de Israel con Dios no
es natural como la de otros pueblos, sino el resultado de un acto histórico voluntario.
En la medida en la que el pueblo cumpla la ley de Dios, gozará de su protección y, si deja de cumplirla,
recibirá un castigo.
El pueblo hebreo cree creer que está bajo el gobierno de Dios y no bajo el de los hombres. Este gobierno de
Dios sobre el pueblo de Israel se desarrolla en tres fases:
1200 a.C.−1000 a.C.. Dios gobierna a través del gobierno de los jueces, que eran unos caudillos carismáticos
en los que se hacía presente el espíritu de Dios.
Dios gobierna a través del gobierno de los Reyes. La monarquía es establecida por Dios mismo y los Reyes
tienen un carácter sagrado en cuanto que son ungidos por Dios a través de los sacerdotes por el santo óleo. El
poder del rey está limitado por la autoridad de los profetas, aquellos hombres a quien se revelaba la palabra de
Dios. Por tanto, el gobierno de los Reyes estaba compartido con una autoridad igualmente carismática, la de
los profetas, siempre en oposición con todo lo que significara dar preeminencia a los intereses políticos antes
que a los religiosos.
En el 463 a.C. Israel cae ante los romanos y este fracaso es interpretado como el castigo a un régimen que
atendía más a intereses políticos inmediatos que a la voluntad de Dios. Ahora se inaugurará la tercera fase:
La esperanza mesiánica del reino. Israel espera la llegada del mesías que restablezca el vínculo con Dios. Este
reino vendría por obra inmediata de Dios o a través de un intermediario, en figura de príncipe de la casa de
David, de ungido del señor, de siervo de Yahvé o de hijo de hombre. Se esperaba que este nuevo reino fuera
instaurado mediante una revuelta armada.
La sociedad hebrea estaba dividida en tres grupos sociales:
Los saduceos. Encarnaban los intereses de las clases jerárquicas sacerdotales y de las capas nobiliarias de la
sociedad que colaboraban con el poder romano. Tienen ideas próximas al helenismo y buscaban la simbiosis
política con las clases dominantes del imperio.
Los fariseos. Se convierten en los directores espirituales de las masas. Se trata de una clase media con una
formación intelectual y una sincera convicción religiosa. Se oponen al predominio social, político y
económico de los saduceos y coinciden con los zelotas en un sentimiento de odio a Roma.
Los zelotas. Son hostiles al pago de tributación a los romanos por su estricta fidelidad al principio teocrático
de Israel. La soberanía absoluta de Yahvé impedía el reconocimiento de una soberanía extraña implícita en la
tributación.
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Los saduceos tenían cada vez menos poder comparados con los fariseos y los zelotas. Las masas populares,
cuanto más infelices eran, más se aferraban al mesianismo. Tenían un ansia de lucha que faltaba en los
propietarios y en los intelectuales fariseos.
A diferencia de lo habitual en los demás pobres del mundo antiguo, que carecían de una ideología diferente,
en Israel las masas populares disponían del cauce de la gran ideología teocrática nacionalista. No sólo
buscaban la lucha nacional, sino la revolución social de las clases oprimidas contra los poderosos. Así, el
contenido de la revolución política y social de los zelotas era evidente, y en este ambiente es en el que se
inserta e identifica Jesús. El Jesús anterior a san Pablo cree en un reino de Dios que está próximo y anuncia su
llegada a los judíos esperando que su advenimiento sellará un nuevo pacto entre Dios y su pueblo. De entre
los obstáculos que encuentra para la llegada del nuevo reino, Jesús se enfrentó, sobre todo, con los saduceos, y
también con Roma.
Pero frente a este Jesús zelota, nos encontramos con el Cristo Paulino. Así, a este deseo de cambiar el orden
vigente, se opone una tradición tardía que acoge una ética social de resignación pacifista, interiorizante,
universalista y que son las comunidades cristianas antes y sobre todo después del 70 d.d.C.
La revolución que predicó san Pablo era espiritualista y ultra terrena. El mundo natural es metafísicamente
malo en cuanto que está sometido a potencias demoníacas. Relega la urgencia de la liberación a la espera de
un segundo mundo. Aportaba al estado romano una nueva legitimación.
El cristianismo esperado en Palestina como un movimiento revolucionario que aspiraba a derrocar el poder
establecido se convierte en una ideología que consagra el orden vigente. Pero, ¿cómo se produce este
cambio?.
García Pelayo dice que ya en el nuevo testamento existen varios ejemplos que muestran que el reino de Dios
no es de este mundo. El reino de Dios se manifiesta en la tierra como la comunidad de los cristianos. Así, la
iglesia es la encarnación del reino de Cristo. Su rey es Cristo, su espíritu, el espíritu santo y su ley, la ley
evangélica. Su pueblo son todos los que viven bajo la fe de Cristo. Es un reino radicalmente diferente de los
reinos de la tierra, pero no necesariamente en oposición a éstos. Estos reinos terrenales no sólo tienen derecho
a la existencia, sino que además poseen un origen divino. Pero el origen divino de los reinos terrenales no
significaba que fueron divinos. El poder político, ya que es establecido por Dios, debe ser obedecido en sus
distintos grados, pero no adorado ni venerado. Es un poder querido por Dios para dar orden externo el mundo.
La dialéctica entre ambos reinos está clara en el episodio del denario. Se trataba de ver si era lícito o no pagar
tributo al César. Negarse al pago era rebelarse.
El cristiano es ciudadano de ambos reinos y tiene que cumplir sus deberes ante el reino de Dios y ante la
sociedad terrenal.
Si para san Pablo está clara la diferencia entre los dos reinos, el imperio romano, sin embargo, se considera a
sí mismo una institución política y religiosa al mismo tiempo. En esto aparece una oposición entre el
cristianismo y el imperio romano, en tanto que el imperio romano no representa sólo un orden político, sino
que se considera una entidad religiosa. La prueba de esto es que el emperador es el hijo de Dios, la casa
imperial es la domus divina y el propio emperador se considera Dios mismo, el salvador que trae la paz a los
pueblos destrozados por las guerras y el benefactor que trae bienes sin fin al imperio. Pero la imagen sagrada
del emperador era también una imagen política en la medida en la que el emperador sacralizado representaba
la fuerza y la unidad del imperio. Roma siempre había sido flexible en materia de religión, pero no lo era en
materia política y esto explicaría las persecuciones a los cristianos. El hecho de que el emperador fuera un
dios no era algo tanto religioso como político. Es decir, el emperador es más emperador si es Dios.
Este enfrentamiento entre cristianos y Roma se diluye cuando se proclama en el año 313 el edicto de Milán y
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Constantino autoriza la libertad de culto. En el 380 Teodosio declara al cristianismo como religión oficial del
imperio. El cristianismo no sólo reconoce el derecho del poder político a existir sino que también afirma el
origen divino del cargo imperial.
En el seno del cristianismo se desarrollarán a partir de ahora dos tendencias. En primer lugar, la que considera
al imperio romano como un estado satánico y, en segundo lugar, la tendencia dominante, que afirma que el
imperio romano es una institución política legítima y además perfecta en su género si renunciaba a su
sacralidad pagana. Si los poderes políticos habían sido creados por Dios para que los hombres vivieran en paz,
Roma es la que mejor ha llevado a cabo esta política.
En el 380 comienza un proceso de unificación que desembocará en la identificación del imperio romano con
el imperio cristiano.
El primero se desarrolla una visión providencialista del imperio (el imperio es querido por Dios) es Eusebio
de Cesarea, que afirma que el emperador es la imagen del rey celeste cuyo reino se ha de realizar en la tierra.
Así, el emperador es el vicario de Dios.
De esta forma, ya no es que los poderes políticos hayan sido ordenados por Dios, sino que un poder concreto,
el del imperio romano, se vincula al orden divino. A partir de estas fechas tiene lugar una fusión entre los
símbolos de la iglesia y del imperio.
La visión providencialista hace coincidir la venida de Cristo con el reinado de Augusto. El hecho de que el
final del reino judío coincidiera con la plenitud del Imperio Romano, quería decir que Cristo no había venido
sólo a dirigirse a los judíos, sino a la totalidad del imperio.
Gracias a este establecimiento providencial del imperio, habían podido ampliar su obra los discípulos de
Cristo sin tener que deambular por distintos países. Según San Jerónimo, después de Cristo surgió de Roma
un solo imperio que abrió a los apóstoles el camino del mundo.
Según Paulo Orosio todo ha transcurrido según un plan divino. Dios mismo decidió el nacimiento del Imperio
Romano haciéndolo surgir de una nación oscura y pobre a la que dio el dominio del mundo, la hizo prosperar
y decidió confiar el poder a un solo emperador justamente en el momento en el que se manifestó Dios. El
imperio romano significa la preparación histórica para la venida del cristianismo. Lo demás se trata de una
serie de milagrosas coincidencias. En el año 722 de la fundación de Roma, el 6 de enero Octavio entraba
vencedor de oriente en la ciudad y recibía el título de Augusto. Esto ocurre precisamente el día de la Epifanía,
el 6 de enero, el día de la manifestación del sacramento del señor. Igualmente, en el año primero de nuestra
era, Augusto mandó a hacer un censo coincidiendo con el nacimiento de Cristo. Esto significa que Cristo
quiso enrolarse como un hombre entre todos los demás y que quiso ser ciudadano romano. Para él (Paulo
Orosio) existe una equivalencia entre ser cristiano y ser romano.
San Agustín está en oposición a todo lo que signifique poner la teología al servicio de los intereses políticos.
También está en contra de las pretensiones de sacralización del Imperio Romano. Ciertamente, admite que el
imperio romano es querido por Dios, pero advierte de que se redujo a los pueblos a la paz a través de crueles
guerras. Mejor hubiera sido lograr la paz por la vía de la piedad.
Para San Agustín no es la iglesia la que tiene que integrarse en el orden del imperio, sino que el orden político
debe integrarse en la sociedad cristiana. En su obra De Civitate Dei va a enunciar que existen dos ciudades,
una terrena, que es obra de los hombres y que por tanto tiene una naturaleza corrompida, ya que el hombre es
naturalmente malo, y otra ciudad celestial que tiene su reflejo en la tierra en la iglesia.
Mientras la sociedad propiamente terrena está en un proceso continuo de creación y de destrucción por las
guerras y las luchas políticas, la iglesia representa la estabilidad y la permanencia como corresponde a su
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vinculación con el orden intemporal.
Para San Agustín el estado es consecuencia del pecado, de la naturaleza corrompida del hombre y es algo que
como el hombre mismo lleva el sello del pecado original. Pero así como el pecado original puede ser
perdonado por la gracia divina a través del bautismo, el estado puede perder su naturaleza corrompida
incorporándose a la iglesia.
Para San Agustín no existe necesariamente una oposición entre el estado y la iglesia, sino la posibilidad de
integración de la sociedad y el orden político en la iglesia.
A partir de las teorías de San Agustín se desarrolló el agustinismo político, caracterizado por lo que
Arquillière definió como la progresiva eliminación del derecho natural del estado, es decir, la destrucción del
estado como una realidad autónoma y anterior a la propia iglesia. El estado no tiene sentido que exista sino es
dentro de la iglesia como un órgano de ésta. Para ello fue necesario políticamente el hundimiento del imperio
romano para que le iglesia iniciara la construcción de ese gran edificio doctrinal acerca del poder. El poder de
Roma socavado por las invasiones germánicas dejaba la sociedad política a merced de la iglesia.
La iglesia aprovecha este momento y construye un edificio teórico que la que erigía en la salvadora del mundo
y que por tanto la situaba en una posición completamente favorable.
Dentro de estas teorías podemos situar a León el Grande. Afirma que él tiene la plenitudo potestatis frente al
emperador. Esta idea contó con la oposición de Constantinopla.
Por su parte, Ambrosio de Milán va a decir que el emperador está dentro de la iglesia, pero no es superior a
ella.
El Papa Gelasio (492−496) llega más lejos diciendo que no le corresponde al emperador enseñar, sino
aprender, porque lo que es cristiano y lo que no lo es sólo podían decirlo los que tenían la cualificación
docente en la iglesia, es decir, el Papa.
Para Gelasio, en una sociedad cristiana todo tiene una dimensión religiosa, por tanto, el emperador, incluso en
su quehacer temporal debe ser guiado por el sacerdocio.
Para Gelasio, mientras el poder civil goza de la potestas, el Papa disfruta de la autoritas, siendo la primera la
capacidad de ejecutar lo que la autoritas ha establecido.
Gelasio reconoce que el emperador recibe su poder directamente de Dios, pero lo que recibe es un préstamo
(beneficium) del que atañe al Pontífice rendir cuentas de cómo lo ha administrado el emperador. Así, le da una
función mediadora al sacerdote incluso en asuntos temporales y dice que todo emperador católico tiene por
madre a la iglesia y por padre al Papa. En el siglo V es cuando empieza a hacerse usual la palabra Papa.
Gelasio convierte el argumento de la procedencia divina del poder imperial en un argumento sobre el que se
establece el control del emperador. Gelasio dice que aunque el Papa y el emperador tengan funciones
separadas, el Papa tiene que dar cuentas de cómo desarrolla el emperador su función.
Así quedaba abierta la posibilidad a una derivación del Papa hacia un poder secular. Para ello sólo es
necesario que el oficio pontifical quedara definido como vicario de Cristo.
En el Dictatus Papae de 1075 el Papa se declara aún vicarius petri, pero dice que como dirigente supremo de
la iglesia universal puede nombrar y deponer no sólo a los obispos, sino incluso a Reyes, puesto que éstos, al
recibir el poder de Dios, son dignatarios de él y por tanto, de la iglesia.
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Este paso de ser vicarius petri a ser vicarius christi es preparado teóricamente por Gregorio VII, formulado
explícitamente por Bernardo de Claraval en el siglo XII y llevado a cabo por Inocencio III entre mediados del
siglo XII y principios del XIII.
Isidoro de Sevilla completa la ideología de Gelasio. Para él, la iglesia es el cuerpo de Cristo del cual el
príncipe es únicamente un brazo. La función del príncipe es la de apoyar la palabra del sacerdote mediante el
terror. El miedo pasa a ser una ideología connatural al orden cristiano.
En Bizancio, por el contrario, Justiniano encarna los valores del Cesaropapismo: el emperador desempeñan las
funciones de rex y de sacerdos. Así, Justiniano no sólo legisla sobre fe, sino también sobre las funciones y la
estructura del sacerdocio.
Gregorio I protestó enérgicamente por las pretensiones de Bizancio reiterando que el principado sobre el
pueblo de Dios pertenecía sólo a la iglesia romana, pero jamás pensó en repudiar de derecho a la soberanía
imperial. Para ello habría que esperar hasta la mitad del siglo VIII cuando se desarrolle en Bizancio la herejía
iconoclasta y el Papa, ante el peligro del avance de los lombardos se oriente a buscar ayuda en la monarquía
franca. Esto tiene lugar en tiempos de Esteban II. Habiéndose dado en Bizancio la herejía iconoclasta por la
cual Dios no puede ser representado en imágenes y ante el peligro lombardo, Esteban II busca ayuda entre los
francos, porque el emperador no le hace caso. El último rey Merovingio había sido Childerico III y el poder lo
estaban ejerciendo los mayordomos del palacio de Austrasia, deseosos de ganar una legitimidad. Depusieron a
este rey y Pipino espera que Esteban II lo unja como rey. Esta unión del papado y de los mayordomos francos
con Esteban II se lleva a cabo cuando, tras una serie de viajes, consolida su alianza con Pipino III el breve en
la convención de Ponthion en el 754. En esta convención, Pipino promete al Papa la restitución de todas las
propiedades robadas a la sede católica. El Papa proclama a Pipino como rey y Patricio de Roma y a su hijo
Carlomagno lo hará emperador. Esta promesa se cumplió por primera vez en el 756 con el tratado de Pavía.
Es la famosa donación de Pipino a la iglesia romana en la que se incluye Rávena, la Pentápolis (Rímini,
Pesaro, Fano, Senigallia y Ancona), así como los distritos desde Comachio hasta Ancona, Jessi y Gubio y el
ducado de Roma. Se trata de la creación de los estados pontificios.
Para crear estos estados pontificios no bastó la voluntad de Pipino ni la de Esteban II. Así, Esteban II había
urdido lo que se conoce como la donatio constantini, una falsificación que se inventa Esteban II apoyándose
en una leyenda, la leyenda de San Silvestre, del siglo V. A su vez, esta leyenda se apoya en unos
acontecimientos en el siglo IV entre el emperador Constantino y el Papa Silvestre. Según esta falsificación
Constantino otorgó a la iglesia romana el privilegio de la primacía sobre todas las demás iglesias del orbe
romano y se postró ante el Papa, postrando su corona a sus pies, entregándole todas sus insignias, atributos y
territorios el imperio romano de occidente. Silvestre rehusó ceñir la corona imperial pero aceptó la residencia
imperial con todas las provincias, convirtiéndose el Papa en rex y sacerdos. Que se niegue a usar la corona, no
significa que renuncie a reclamarla con posterioridad. Esto es muy importante.
¿Cómo el Papa se convierte en Papa?
Existen en la cristiandad diferentes sedes apostólicas (Roma, Alejandría, Antioquía, Jerusalén y
Constantinopla) con un rango superior a las metrópolis, donde residían los obispos metropolitanos y que las
ciudades donde residían los obispos.
Para que los obispos de Roma se convirtieran en papas se necesita elaborar la teoría del principatus que tiene
como idea principal convertir al Papa en el heredero de San Pedro (vicarius petri). Para ello se tomó el texto
del nuevo testamento Mateo 16−18−19. Este texto otorga cierta preeminencia a San Pedro. De acuerdo con
este pasaje se entendía la fundación de la iglesia como el cuerpo de todos los fieles, tanto clérigos como
laicos, un cuerpo o comunidad a la que se entraba por el bautismo. Se entendía también que era necesario el
establecimiento de un gobierno sobre ese cuerpo.
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La primera vez que se utiliza la palabra Papa aplicada al obispo de Roma es en el 385. A finales del siglo V
León I denominó al Papa indignus heres beati Petri, que significaba que el Papa era un indigno sucesor de
Pedro.
Esto significaba que la sucesión de San Pedro en los obispos de Roma no tenía nada que ver con sus
características personales sino que una cosa era la institución del papado y otra la persona.
Durante los seis primeros siglos ningún texto patrístico proclama la existencia legal de la autoridad Pontificia.
Así, por ejemplo, san Basilio en el siglo IV acusa al obispo de Roma por pretender ser Papa de orgullo,
pretensión y casi de herejía. San Cipriano dice que todos los apóstoles han recibido un poder igual y que si
Cristo había empezado por San Pedro fue para establecer y salvaguardar la unidad de la iglesia. San Jerónimo
cree que todos los obispos son sucesores de los apóstoles.
Tampoco los concilios ni los sínodos dejan claro que el lugar preferente en la iglesia lo ocupe el obispo de
Roma. Así, de los siglos IV al VI no era el obispo de Roma quien se pronunciaba sobre los asuntos de la
cristiandad ni siquiera en debates dogmáticos. Eran los concilios y los sínodos que, además, ni siquiera él
convocaba, a excepción de la Italia peninsular donde era metropolitano.
Por el contrario, la teoría del principatus tuvo un gran apoyo de la filosofía neoplatónica, sobre todo del
obispo de Atenas Pseudo Dionisio el Aeropagita en el siglo V. Para él, el orden consistía en una dependencia
del rango inferior del inmediatamente superior, y así existía un orden celestial en el que Dios es el principius
unitatis del que dependen otros elementos inferiores como arcángeles, ángeles... Esta jerarquía tendría su
reflejo en el orden terrenal donde el Papa sería el principius unitatis y de él dependerían otros elementos de
rango inferior: emperador, Reyes, obispos...
Finalmente, a lo largo de la edad media confluirían varias causas para que el obispo de Roma reclamara la
primacía de la jurisdicción sobre la iglesia universal y convertirse en Papa. La primera causa es que ya existía
una primacía honorífica de la sede romana que significaba que el obispo de Roma actuaba muchas veces
como árbitro en los problemas de la iglesia. La segunda causa es que no existía un poder político del imperio
romano de occidente desde el 476 con la caída oficial del imperio romano de occidente. Al permanecer el
Papa en la antigua capital del imperio romano de occidente se convierte en heredero de su poder. La tercera
causa es que Roma es la única ciudad apostólica de occidente. Por último, la cuarta causa es que se construye
la teoría del principatus apoyada por la filosofía neoplatónica.
EL MONACATO.
En principio, es una huida del mundo, de la ciudad, del imperio romano...
La palabra monje viene del griego monos, que significa solo. Es aplicable a los monjes porque en principio
van a ser anacoretas o eremitas, individuos que viven en soledad. También practican el ascetismo para
purificarse. Poco a poco se va convirtiendo en un movimiento más organizado: es el movimiento cenobítico o
de los cenobitas: monjes que viven en comunidad.
En la iglesia cristiana los monjes aparecen como un grupo reconocible a finales del siglo III. En otras
religiones habían existido con anterioridad personas viviendo en soledad entregadas a la religión entre los
budistas y también en una secta judía llamada los esenianos.
Los orígenes del monacato cristiano se remontan a San Antonio, que vivió en el bajo Egipto entre el 251 y el
356. Fue uno de los que después de escuchar las palabras del evangelio se retiró a vivir solo en oración
dedicándose también al trabajo manual. Pronto tuvo un gran número de imitadores.
Esta retirada del mundo que llevan a cabo los primeros monjes hay que entenderla como una reacción contra
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la iglesia institucional que después de la conversión de Constantino en el 337 pasa de ser una secta perseguida
a convertirse en una institución próxima a los centros de poder político.
La edad de oro de la vida eremítica egipcia tiene lugar entre el 330 y el 440. Uno de los primeros monjes de
vida comunitaria fue San Pancomio, que vivió entre el 286 y el 346. La regla queda San Pancomio a sus
monjes está basada en la castidad, la pobreza y la obediencia. Organiza esta primera comunidad en el alto
Egipto en Tabennesi.
La vida monástica se extiende por Palestina y Siria. En Palestina Hilarión (291−371) llevó una vida eremítica
en Gaza durante casi 50 años.
La vida monástica más característica de Siria era la de los monjes estacionarios. Estos monjes vivían
encadenados a una roca al aire libre, en cavernas o subidos en columnas como san Simeón el viejo o el estilita
(en griego stilos significa columna). San Simeón pasó 30 años encima de una columna.
Otros monjes de este tipo en Siria son los dendritas, porque vivían en árboles. Otros no dormían y otros,
llamados pastores, vivían a la intemperie, caminaban a cuatro patas y comían hierba.
Esta vida monacal llegó también a Asia menor a través de san Basilio que creó un monasterio en Annesi. Con
san Basilio la vida monástica estuvo más organizada: trabajo, meditación y oración. Al contrario de occidente,
Egipto y Siria éstos están más integrados en la ciudad.
El monacato se extiende también por el imperio romano occidental y así san Atanasio, amigo y biógrafo de
San Antonio lo extendió a Tréveris y Roma entre el 335 y el 346.
Este movimiento se expandió también por la orilla septentrional del mediterráneo, concretamente en las islas
Lerins y en Marsella gracias a Juan Casiano. San Martín de Tours, antepasado de Gregorio, fundó monasterios
en la Galia, el primero en Ligné, cerca de Poitiers y el segundo en Marmoutiers, en el Loira.
LOS MONJES OCCIDENTALES.
El monacato más desarrollado en occidente tiene lugar en las zonas menos cristianizadas de Europa. Los
primeros fueron los monjes irlandeses. Se atribuye a san Patricio, un aristócrata romano Bretón la
cristianización de Irlanda entre el 432 y el 446 tras haber sido capturado por unos piratas escotos.
Irlanda entonces era una sociedad tribal celta donde no había llegado la cristianización y, dada la ausencia de
ciudades en un país que nunca había sido romanizado, el tipo de cristianismo que se desarrolló no fue a partir
de los obispados, sino que la expresión del cristianismo en Irlanda se lleva a cabo a través del monasterio.
Muy pronto en Irlanda existieron usos monásticos muy distintos a los del continente europeo, con una
tendencia hacia la mortificación del cuerpo con frecuentes ayunos a pan y agua, rezos con los brazos en cruz,
golpes...
Los monjes irlandeses también estaban tonsurados de una manera diferente a la del continente, con una
especie de calvicie de oreja a oreja con un mechón en la frente en forma de media luna.
La Pascua se celebraba en fechas distintas a las del continente. También existía una tendencia pronunciada a
la vida eremítica, aislada, de manera que los monjes irlandeses peregrinaron hacia distintas partes de Europa
en fechas muy tempranas.
Por ejemplo, en el siglo IX, con las invasiones vikingas a occidente, los vikingos encontraron monjes
irlandeses en las islas Feroe. En el año 860, cuando los vikingos colonizaron Islandia, encontraron monjes que
vivían en soledad y aparecen campanillas y cruces en estratos arqueológicos anteriores a la invasión vikinga.
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Estos monjes salían de Irlanda en unas barcas llamadas currash. Este exilio voluntario también lo llevan a
cabo en occidente. El iniciador de este movimiento es San Columba, que vivió entre el 521 y el 597. Fue
apóstol de Escocia occidental y fundó allí el monasterio de Iona.
De todos los peregrinos irlandeses el más importante es San Columbano el joven. Vivió entre el 540 y el 615.
Abandonó su Irlanda natal e inició una labor de evangelización a través del Rhin y los Alpes. En el noroeste
francés fundó el monasterio de Luxemil y en Italia el de Bobbio.
A pesar de tener Inglaterra tan cerca, ésta no fue evangelizada por monjes irlandeses. Se atribuye la segunda
evangelización de Inglaterra a una misión que Gregorio Magno envió en el 597 con un grupo de monjes entre
los que se encontraba Agustín, luego obispo de Canterbury. El objetivo era la conversión de los anglos, yutos
y sajones que había sido descuidada por parte de los monjes celtas. De esta conversión da cuenta Beda el
venerable, un monje de la abadía de Jarrow en el primer tercio del siglo VIII. Lo que hicieron fue conseguir la
conversión del rey Edelberto de Kent y la fundación de sedes episcopales en Canterbury, Londres y
Rochester. En el 664 tiene lugar en la conversión oficial de Inglaterra. A iniciativa del rey Oswy de
Northumbria y de Wilfrido de Ripon se celebró un sínodo en Withby en el 664. En ese sínodo se trataba de
decidir entre las normas célticas o las normas romanas para la liturgia. Ganaron las romanas y las célticas
resistieron aún como una especie de nacionalismo durante el primer tercio del siglo VIII. Unos años más
tarde, Benito de Biscop fundaba las abadías benedictinas en el 674 en Wermouth y en el 685 en Jarrow, de
donde salió Beda el venerable.
En el continente europeo surge una orden monástica con un gran éxito en edad media: es la de san Benito de
Nursia, que vivió entre el 480 y el 549. Al contrario que la regla de san Columbano, muy estricta, ésta era
mucho más flexible: se basaba en el trabajo corporal, en el trabajo intelectual y en la oración. Además, al
contrario de la regla de san Columbano, el gobierno de la comunidad monástica corresponde al abad. La regla
de san Benito se extiende sobre todo bajo los reinados de Carlomagno y de su hijo Luis el Piadoso gracias a
un monje benedictino, san Benito deAmiano que muere en el 821.
LA LABOR EVANGELIZADORA DE LOS MONJES ANGLOSAJONES.
Los anglosajones, tras la misión que encargó Gregorio Magno a Agustín, permanecen siempre unidos a la
iglesia de Roma, tanto los monasterios, que van a ser de la orden benedictina, como las sedes episcopales. Una
muestra de esta unión es que se fundan muchas iglesias inglesas bajo la advocación de San Pedro y san Pablo
como también bajo la de El Salvador. Pero la iglesia anglosajona no está dirigida desde Roma, sino que por el
contrario la iglesia anglosajona era una institución propia. Su organización episcopal estaba formada de
acuerdo con un ordenamiento estatal. Como en toda la alta edad media los obispos eran nombrados por el rey.
Además, existen también, igual que en el continente, tanto monasterios como iglesias privadas. Cualquier
noble podía crear una iglesia y nombrar a sacerdotes u obispos.
Después el que la conversión de Inglaterra fuera completada por Wilfrido de York, su discípulo Willibrod
lleva la predicación al continente. Cuando abandonó Inglaterra en el 690 se puso bajo la protección de los
francos. La situación le era favorable en aquel momento. Pipino II de Heristal acababa de someter a los
frisones hasta la línea del Rhin. Para Willibrod era evidente que la iglesia frisona debía ser de observancia
romana y, por ello, consigue del Papa Sergio I que le encomendara la misión de la evangelización de los
frisones. Sergio I le da un nombre romano, Clemente, y su consentimiento para que cree una provincia
eclesiástica en el 695 en Utrecht. Pero los frisones escapan de nuevo al control franco y se hizo difícil el
mantenimiento de un obispado en Utrecht. Entonces, se intentó desarrollar el monacato para que los frisones
volvieran al cristianismo. El primer monasterio se funda en Echternach en el 698, en el actual Luxemburgo.
Aquí fue enterrado Willibrod, pero si éste fue el apóstol de Frisia, el de la Germania por antonomasia es
Winfryd, conocido también como San Bonifacio. Entró a los cinco años en una abadía del sur de Inglaterra.
Nació entre el 673 y el 680 y pasó por primera vez al continente en el 716. Fue un intento infructuoso y tuvo
que regresar a Inglaterra. Dos años más tarde vuelve a salir de su país natal y se dirige a Roma para obtener
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permiso del Papa Gregorio II de predicar el evangelio al este del Rhin en el 719. Primero estuvo en Frisia,
trabajando con Willibrod y en el 721 fue a la región de Hesse y Turingia. Llamado por Gregorio II es
consagrado obispo misionero de la Germania y del este del Rhin, pero es un obispo sin sede episcopal.
En el 723 crea el monasterio de Fritzlar. Del año 725 al 735 recorre Turingia y funda varios monasterios,
primero el de Ohrruf y después va fundando sedes monásticas donde colocará sus colaboradores. A Sturm lo
sitúa en Fulda, a su sobrino Lioba lo sitúa en Bischofsheim. A su colaborador Teclo lo situó en Ochsenfurt y a
Wunnibald y Walpurgis los sitúa en Heidemhein.
Su obra fue tan extraordinaria que en el 732 Gregorio III lo nombra arzobispo con el encargo de nombrar
nuevos obispos en los territorios evangelizados. En Baviera bajo el duque Odilón crea cuatro obispados en
Passau, Ratisbona, Freising y Salzburgo. Este último va a ser un centro misionero de evangelización para los
eslavos de Carintia, Moravia y Bohemia. En esa época Bonifacio dio a la región de Hesse y Turingia sus
capitales religiosas que van a ser Würaburg, Erfurt y Eichstat.
En el 745 Colonia se erige en sede metropolitana de Austrasia, pero son Bonifacio no ocupa esa sede, sino la
de Maguncia. Marchó luego a Frisia para conseguir nuevas conversiones y fue asesinado por los frisones en el
754. A pesar de esta inmensa labor evangelizadora quedan muchos pueblos en Europa occidental que aún no
son cristianos, por ejemplo, los vikingos. Escandinavia no se cristianiza hasta el 960, cuando el monarca danés
Harold Diente Azul se convierte.
Entre los eslavos en Moravia la obra de evangelización comienza a partir del 863 con los misioneros Cirilo y
Metodio, ambos griegos.
En occidente habrá que esperar en Polonia al 965 cuando Mieszko I de Polonia se convierta en 1973 para que
el rey Geza de Hungría bautice a su hijo como Esteban.
En Rusia, Vladimir el Santo se convierte en los últimos años del siglo X.
LOS PIPÍNIDAS
Como sabemos, aunque se mantiene la idea de estado como bien público hasta el siglo XI, los Reyes
Merovingios tienen que entregar tierras para lograr la fidelidad de los grandes. A esto se une la inexistencia
del mayorazgo. Todo esto hace que los Reyes Merovingios se debiliten mucho. Vivían de los dominios
fiscales, las antiguas tierras públicas del estado romano. Conforme tienen que entregar tierras, se empobrecen
y los grandes se enriquecen, sobre todo los de Austrasia, donde se forma una aristocracia muy poderosa, con
funciones públicas y privadas: son los mayordomos del palacio de Austrasia. De aquí surgen los Pipínidas,
una rama dinástica nueva. Vienen de Pipino de Landen y de Arnulfo de Metz.
En las primeras décadas del siglo VIII se comienza a vislumbrar un reagrupamiento político nuevo en
occidente. Pipino de Hersital, mayordomo de Austrasia consigue imponerse en distintas zonas del regnum
francorum. En el 687 tras una victoria sobre los Neustrios, consigue restablecer la unidad de los reinos
francos, cada uno bajo distintos Reyes Merovingios, reuniendo Neustria, Borgoña y Austrasia. Sin embargo,
su poder era sólo personal, no legal, y no duró mucho. Pronto Neustria se hizo independiente, Provenza pasa a
ser un estado autónomo, la Borgoña también, los vascones y bretones se convierten en insumisos y Aquitania
no está sometida.
En lo que era la antigua Germania tuvo algunos éxitos: los frisones retroceden hasta el norte del Rhin y los
alamanes también son sometidos.
Al morir, en el 714, le sucede su hijo bastardo Carlos Martel, que se hace con el poder en la Galia
septentrional. En el sur tiene el problema árabe y el problema de la independencia de Aquitania, Borgoña y
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Provenza. En el 725 los árabes ocupan la Septimania e hicieron una razzia contra Borgoña. Prosiguen sus
ataques contra el duque de Aquitania, que pide ayuda a Carlos Martel que aprovecha para someter Aquitania y
expulsar a los árabes en el 732 en Poitiers.
En el sudeste de la Galia somete la ciudad de Lyon en el 733 y la Provenza entre el 736 y el 739.
En cuanto a la Germania, una serie de campañas le permiten lanzar a los sajones más allá del Rhin. Los
bávaros son sometidos en dos campañas: en el 725 y en el 728. Los frisones son vencidos entre el 733 y el 734
y su territorio es anexionado al obispado de Utrecht.
En el 730 invade el país de los alamanes y, al mismo tiempo que realiza todas estas campañas, inicia un
proceso de evangelización. Entre los alamanes tiene éxito el monje san Pirmin, un aquitano que funda una
abadía en una isla del lago Constanza. También inician su actividad misionera los monjes anglosajones
Willibrod y san Bonifacio.
En el 741 muere Carlos Martel y antes de morir divide el reino entre sus hijos: Carloman recibe Austrasia,
Turingia y Alamania. Pipino el breve recibe Neustria, Borgoña y Provenza.
Para evitar conflictos se nombra en el 743 a un rey merovingio que va a ser Childerico III, porque desde el
737 el trono estaba libre. Ya en las capitulares del 742 y el 743 los hermanos Carloman y Pipino actúan como
soberanos y se les menciona ya con el título de duques y príncipes de los francos. En el 747 Carloman
renuncia a las tierras que tenía y queda como único dueño real Pipino III el breve.
Las relaciones del papado con la monarquía franca y con los mayordomos de Austrasia eran antiguas. En
época de Carlos Martel Gregorio III lo llama en el 739 para pedirle ayuda contra el avance Lombardo. Carlos
Martel ignora la llamada del Papa porque en aquel momento la alianza lombarda le era muy útil para frenar
una invasión musulmana en Provenza.
Su hijo Pipino el breve (741−768) tenía el proyecto de sustituir legalmente a Childerico III. En el 750 Pipino
envió una embajada al Papa Zacarías compuesta por varios abades y un obispo con una pregunta: ¿quién es
lícito que sea el rey: quien ostenta el poder sólo de nombre o quién lo tiene de hecho?. Zacarías necesita
apoyo, está ansioso por establecer una alianza con los francos que le permitiera librarse de los lombardos y del
Cesaropapismo bizantino.
Ante esta embajada el Papa responde que es más lícito llamar rey al que detenta la totalidad del poder porque
puede mantener el orden público. Así, Pipino fue aclamado por los grandes en una asamblea en Soissons en el
751. A este acto se une un acto nuevo, el de la unción. Bonifacio mismo u otro obispo en su presencia
ungieron a Pipino y a su mujer Bertrade en una ceremonia que hasta entonces sólo se practicaba entre los
visigodos.
Un texto de la cláusula de la unción de Pipino añade que junto a esta aclamación y unción el obispo dio
además una bendición a la reina y la excomunión para los que no reconocieran a la nueva dinastía. Toda la
familia Pipínida aparecía ahora como particularmente elegida por Dios. Nunca ningún rey merovingio había
sido revestido de esta dignidad cristiana. Su misión sería conducir a los fieles a la salvación.
En el 753 el avance lombardo llega a Roma donde Astulfo exigía el pago de un tributo por cabeza de
habitante. Esteban II pidió ayuda a una embajada bizantina que no le hizo caso. Entonces, se volvió al nuevo
rey de los francos Pipino III. En el 753 el Papa y los enviados francos tomaban la ruta de los Alpes,
franqueaban el puerto de Grand Saint−Bernard y eran acogidos en nombre del rey en Valais.
Se iniciaron entonces nuevas negociaciones entre Pipino y el Papa. Finalizaron en el 754 con una renovación
de la sacralidad de Pipino y con la promesa por parte del soberano de intervenir en Italia y restaurar el
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patrimonio de San Pedro.
El Papa hace a Pipino y a sus dos hijos patricios romanos, así ligaba la suerte de esta dinastía a la persona del
Pontífice. En el 754 una expedición a Italia logra la rendición del rey lombardo Astulfo que promete restituir
al Papa Rávena, la Pentápolis y el resto de los territorios prometidos por Pipino. Pero cuando Pipino partió al
regnum francorum Astulfo no se las entrega.
En el 756 Pipino renueva esta expedición y se encarga de vigilar la ejecución del tratado. Encarga al abad
Fulrad que visite las ciudades rendidas, que reciba sus llaves y que las deposite solemnemente en la tumba de
San Pedro. Con este gesto nacen los estados pontificios.
La unción de San Bonifacio a Pipino era un gesto nuevo que rompía con una tradición franca que limitaba la
elección del rey a los miembros de la familia merovingia. El gesto de san Bonifacio al verter los santos óleos
sobre Pipino tenía como resultado convertir al carolingio en elegido de Dios a la vez que en elegido del
pueblo. Así se renovaban los tiempos bíblicos y la consagración adquiría a los ojos de los contemporáneos el
valor que tenía en el antiguo testamento. Si el alcance de este rito olvidado podía no ser comprendido por la
masa de los francos, no sucedía lo mismo respecto al selecto grupo clerical alimentado con la lectura de los
libros santos. Igual que Saúl y David en la antigüedad Pipino era el ungido del señor y como ellos se convertía
en su mandatario. De Dios recibía la investidura que significaba un verdadero sacerdocio.
Si en ninguna de las actas que se conservan del reinado de Pipino no se utiliza la fórmula rey por la gracia de
Dios sí se ve que en tales documentos aparece el espíritu de esta fórmula.
CARLOMAGNO
Pipino divide el reino entre sus dos hijos: para Carlos el noreste de Austrasia, Neustria y la fachada marítima
de Aquitania y para Carloman la Aquitania interior, la Borgoña, Provenza, Septimania, Alsacia, Alamania y la
parte de Austrasia que no es de Carlos.
En el 771 muere Carloman y Carlos, en lugar de preservar los derechos de sus sobrinos, se puso
inmediatamente a tomar posesión de lo de su hermano, con lo cual consigue la unidad del reino.
La viuda de Carloman se refugia en la corte lombarda. Carlomagno también rompe sus relaciones con los
lombardos devolviendo a la princesa Desireé.
Carlomagno inicia unas campañas anuales en torno al regnum francorum. En el 769 Aquitania aprovecha la
partición de la provincia entre Carlos y Carloman para sublevarse bajo la dirección del duque Hunaud. Una
campaña del rey carolingio le obliga a refugiarse en Gascuña. Desde el 781 Carlomagno hace que Aquitania
sea un reino secundario en manos de su hijo Luis el piadoso.
La Bretaña nunca pudo ser conquistada. Tenía unas leyes, lengua e instituciones propias. Como no puede
someterla, Carlomagno crea una marca que separa la Bretaña del regnum francorum. En ella designa a uno de
los condes de la región. Uno de ellos es Roland, que muere en el 778 en las batallas de Roncsvalles.
En el 789 designa a su hijo Carlos el joven como gobernador de los territorios al oeste del Loira y el Sena,
siendo la Bretaña una dependencia de estos territorios. En los últimos años del siglo VIII recurre a nombrar a
otro conde, el conde Gui. Otras campañas se dirigen hacia España y en el 778, después de escuchar la petición
de ayuda del walí de Barcelona, que estaba entonces en conflicto con el emir de Córdoba, decide intervenir en
la península. Entra en Pamplona, recibe la sumisión de los vascones, pero no llega a Zaragoza. La sustitución
del walí que le pidió ayuda y la aproximación del emir de Córdoba le hacen volver. A su regreso sufre una
derrota al atravesar Roncesvalles.
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Posteriormente, negociaciones con jefes musulmanes permiten que la influencia franca se extienda al sur de
los Pirineos sin llegar al valle del Ebro. Así, en el 806 somete Pamplona (Navarra en el 813), Gerona en el
785, Barcelona en el 803 y Tarragona en el 808. Tortosa queda como la plaza más avanzada del islam. Estos
territorios conforman la marca hispánica y son divididos en condados.
Otras actuaciones importantes tienen lugar en Italia, donde Desiderio quería un proyecto de unidad italiana en
su provecho donde este lombardo intervenía en designaciones papales y no respetaba los estados pontificios.
En el 774 Carlomagno interviene tomando Pavía después de lo cual obtiene el título de rex francorum et
longobardorum. Una vez sometida Italia Carlomagno amplía la promesa de Pipino a los estados pontificios en
aproximadamente unos 3/4 de Italia. A pesar de esta aparente sumisión italiana, el ducado de Espoleto
escapará su control, el de Benavento, que había sido prometido al Papa, es de hecho independiente llevando
este duque una compleja relación entre el Papa, Carlomagno y las autoridades bizantinas. En el noroeste
italiano el arzobispo de Rávena pretende ser también independiente.
Esta situación tan compleja obliga a Carlomagno a intervenir. En el 776 establece su autoridad sobre Friun.
Entre el 786 y el 787 somete al duque de Espoleto. En el 788 somete al duque de Benavento.
Para reforzar su autoridad nombra a su hijo Pipino rey de Italia. A la muerte de Pipino en el 810 quedó con el
control su hijo Bernardo.
Sin embargo, los reyes lombardos siguieron con sus ordenanzas propias para su reino. Los estados pontificios
también están sometidos a Carlomagno, de manera que éste intervenía en los estados pontificios vigilando las
elecciones pontificias y aprobando la elección de los arzobispos de Rávena. El único que escapa de este
control es el duque de Benavento, ligado a Bizancio. Sicilia, el ducado de Calabria e Istra también están
ligados a Bizancio.
Las conquistas carolingias se llevaban a cabo convocando a la gente libre. En el mes de marzo era cuando se
convocaba al ejército. Esto se observa en el calendario, ya que a este mes se le representaba con un caballero.
La región más conflictiva para Carlomagno será la de Sajonia, que se convertirá mediante el método de la
pena de muerte. La primera campaña tiene lugar en el 772, cuando se conquistó Eresburg, se destruyó uno de
los ídolos paganos y se llegó al río Wesser. Pero al año siguiente, al ver que los francos no estaban, los sajones
vuelven a Hesse y destruyen la Iglesia de Fritzlar. Los francos vuelven contra los sajones y éstos deben
bautizarse en Paderborn. Se crea una marca entre la región del Hesse y el río Lipe.
En el 778 se rebelan los sajones y vuelven a ser sometidos en el 785. Deben capitular mediante unas
capitulaciones muy duras. En Sajonia se impone la cultura franca y la religión católica bajo pena de muerte.
Los sajones no podían reunirse excepto para recibir el bautismo o al ser convocados por los condes francos.
Esta situación se mantiene hasta el 793, cuando ven que pueden reducir a los francos. En el 797 Carlomagno
logra mantener bajo su poder Sajonia, excepto Wihmode y Nordeloingia.
Estas capitulaciones extremas son abolidas, cambiando la pena de muerte por una serie de multas parecidas al
wergeld. Sin embargo, los sajones del norte quedan rebeldes, con lo cual se llevan a cabo medidas como la
deportación masiva de sajones en la Galia, repoblándose esta zona con gente del sur del Elba, con muchos
clérigos.
También están los eslavos obodritas de Frisia septentrional, la región entre la desembocadura del Wesser y la
región de Zuiderzee. Estaban convertidos, pero eran reticentes a la presión franca. En el 794 se rebelan, al
igual que los sajones, pero su fracaso les obliga a someterse a los frisones.
Baviera estaba sometida por los merovingios y los pipínidas. En el siglo VIII el duque Tasilón había prestado
juramento a Pipino III. Después de su evangelización y de la organización de la iglesia bávara por San
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Bonifacio, a causa del obispado de Salzburgo, se había convertido en un importante foco de conversión de
otras zonas. Seguían teniendo sus leyes y duques nacionales, pero seguían siendo contrarios a la mezcla.
Tasilón se libra de la tutela franca y decide expandirse hacia el sur, hacia Carinthia. Se casó con una hija del
rey lombardo, con lo cual, en el 777, Carlomagno decide invadir Baviera. Pero Tasilón quiere seguir con su
independencia, por tanto, es depuesto e internado en un monasterio con su mujer e hijos. En el concilio de
Frankfurt Carlomagno renuncia a Baviera y manda a un prefecto cuñado suyo y nombra a un obispo para los
bávaros.
A partir de ahora, los francos entran en contacto con otros pueblos nuevos, ya que ahora es el momento de las
segundas invasiones germánicas. También aparecen los mongoles, que se establecen en Panonia.
Carlomagno marchó contra los ávaros, con lo que se encontró con un pueblo estepario, con muchas riquezas.
El pueblo se somete a Carlomagno en el 805. Como sufrían mucha presión de otras zonas, obtienen permiso
para ir al sur del Danubio. Lindarán con los pueblos eslavos. Una parte quedará incorporada en un ducado o al
reino franco por parte de Baviera. Pero Carlomagno no se preocupó de conquistarlos o cristianizarlos. No
podrá incorporar a los búlgaros, muchos de los cuales quedarán paganizados. También tendrán contacto con
germanos septentrionales, también llamados vikingos o normandos.
Los suecos harán presión en la parte norte del imperio. Habían ayudado a los sajones y atacado a los eslavos
obodritas. Carlomagno tiene que hacer la marca de los lombardos para defenderse. El rey danés, Gottfrid hace
una empalizada de madera para defenderse de los francos. Entre el 810 y el 813 daneses y francos firman un
acuerdo para poner fin al conflicto de las fronteras.
Entre el 799 y el 800 una flotilla de vikingos desembarcó en Aquitania y atacó el país. Esta razzia fue
continuada en el 810, con un ataque a Frisia. En esta situación, Carlomagno organiza una serie de defensas
para las costas atlánticas y hace flotas para Gante y Boulogne.
Carlomagno incorpora y unifica a todo lo que podemos llamar cristiandad, excepto la zona de Inglaterra.
Hispania estaba ocupada por los árabes y había muchas zonas dominadas por los bizantinos, que seguían la
herejía iconoclasta.
Antes de la fecha de la coronación, los intelectuales del entorno de Carlomagno consideraban que el Papa era
un servidor espiritual del príncipe y que éste tenía el poder político y religioso. Los clérigos pontificios
estimaban que ambos poderes (papado e imperio) provenían de San Pedro, con lo que el poder político de
Carlomagno provenía del Papa. En Italia, en abril del 799, León III había sido encarcelado, pero se escapa y
se refugia con los francos. Se entablan aquí las bases del imperio. Como el Papa era el dueño de los Estados
Pontificios, quería mantener este poder temporal y quería que este poder estuviera corroborado por otro poder
aún mayor.
En Bizancio, tras un golpe de estado, el trono fue ocupado por una mujer, Irene, que no dudó en sacarle los
ojos a su hijo. Vivía bajo una herejía declarada en el 787 en Nicea. Se trataba de la herejía iconoclasta. Se
trataba de la hostilidad hacia las imágenes. Se debe a la influencia de los judíos y de los musulmanes. Este
movimiento, en época de León III, fue llamado como una renovación de la idolatría. Esto hace que se separen
Roma y Constantinopla. Bajo el poder de Constantino V siguió este movimiento.
Los amigos de las imágenes defendía la idea de que la imagen representaba a la cosa representada. Se trataba
de la iconodulia, la adoración de las imágenes.
Carlomagno rechaza ambos movimientos en el 794 en el concilio de Frankfurt. En esta época, ambas partes
pensaban en restituir la imagen del emperador. Por tanto, en la Navidad del 800 Carlomagno fue coronado en
Roma. Tuvo que arrodillarse ante la tumba de San Pedro y el Papa lo coronó.
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En el orden habitual en Bizancio, la aclamación por parte del pueblo y del ejército era anterior a la ceremonia
de la coronación, pero aquí se hace al revés. En primer lugar, en la tradición oriental, tenía lugar esta
aclamación por parte del pueblo y el ejército. En segundo lugar, tenía lugar la coronación por parte del obispo
o patriarca. Por último, tenía lugar la adoración o prokinesys. Si la aclamación tenía lugar en primer lugar,
esto quería decir que el emperador era elegido por el pueblo y el ejército. Pero con la ceremonia tal como la
había celebrado el Papa, se daba a entender que el poder procedía de Dios y que era dado por su
intermediario: el Papa. Ésta era una idea contraria a la que Carlomagno tenía del Imperio: prefería una
autocoronación; quería ser superior al Papa. En Bizancio, por tanto, el poder era ascendente y, en Occidente,
descendente.
Parece que Carlomagno salió furioso de esta ceremonia y, poco antes de su muerte, corona a su hijo mediante
una ceremonia laica.
Durante los 14 años que siguieron a la coronación, Carlomagno intentó fortalecer el papel del Imperio. Piensa
que la Iglesia y el Imperio son una misma cosa. Por tanto, intenta llevar a cabo empresas religiosas: realiza
concilios, legisla sobre el dogma...Eginardo, su biógrafo, negó que Carlomagno saliera enfadado de la
ceremonia de la coronación, pero existe una serie de annales que nos dicen cosas contradicotrias.
Para entender la posible indignación de Carlomagno, partimos del estudio de los análisis que realizan Halphen
por una parte y Arquillière por otra. Halphen analiza en primer lugar los annales regni francorum y el liber
pontificalis. En ninguno de los dos se percibe el más mínimo signo de improvisación. Nada indica que la
ceremonia no fuese minuciosamente preparada ni que Carlomagno fuese sorprendido por la coronación. Por
otro lado, en los annales laureshamenses se da noticia de que el 23 de diciembre hubo una asamblea en la que
se dio a Carlomagno dos razones para que aceptara el Imperio: en primer lugar, que estaba en posesión de una
ciudad imperial, Roma y, en segundo lugar, que el Imperio se encontraba vacante porque lo ocupaba una
mujer, Irene, en Bizancio.
Sin embargo, en los annales maximiani se introduce una frase que dice nesciente domno Carolo, que quiere
decir sin saberlo Carlomagno. Esta misma opinión de sorpresa es recogida también por su biógrafo Eginardo.
La explicación que da Halphen es que la coronación era un acontecimiento político e ideológico de primera
magnitud. Hasta el 25 de diciembre del 800 sólo había existido un Imperio. Incluso en el caso en que había
existido dos emperadores se consideraba que el Imperio estaba bajo el principio de la unanimitas. Por ello, el
gran obstáculo para la coronación de Carlomagno era la existencia misma del Imperio Bizantino: era muy
difícil justificar la creación de un nuevo Imperio. El hecho de que en Bizancio gobernara una mujer era un
atenuante desde el punto de vista occidental, aunque desde el punto de vista oriental no era así. Hicieron falta
13 años para que el Imperio Bizantino aceptara al Carolingio.
La coronación de Carlomagno encontraba, por tanto, importantes trabas ideológicas y políticas para su
creación, y de ahí el tono inhabitual de modestia que Carlomagno tomó frente a la corte bizantina y la
oscuridad con la que está envuelto uno de los acontecimientos más importantes de la historia de Occidente.
Según Halphen esta grave circunstancia política explica que en los annales maximiani se introduzca en el
relato de la coronación la sorpresa de Carlomagno. Por su parte, Eginardo no había hecho más que insistir en
esta sorpresa y decir que Carlomagno se fue descontento. Lo que pretenden estas fuentes era atenuar la
responsabilidad de los francos en un acontecimiento inaudito que establecía en el mundo no sólo un nuevo
emperador, sino un nuevo Imperio.
Por su parte, Arquillière cree que estos datos se pueden interpretar de otra forma. Para él, el que en los annales
regni francorum y en el liber pontificalis no se mencione la sorpresa de Carlomagno, no significa nada, porque
se trata de fuentes oficiales donde no se expresan las emociones de los protagonistas. Sin embargo, en los
annales maximiani y también en Eginardo aparece esta sorpresa. Arquillière opina que debió existir ese
descontento por parte de Carlomagno porque la mención de este descontento, sobre todo si no era cierto,
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podía disminuir a los ojos de los francos el valor de la augusta dignidad de la que acababa de ser revestido
Carlomagno. ¿Por qué existe este descontento? Por el hecho de que Carlomagno fue investido por León III
precediendo la coronación a la aclamación al rey de los francos, que estaba tan orgulloso de sus orígenes, tan
ligado a las costumbres de su raza y que era tan independiente.
Para él la coronación por parte del Papa antes de la aclamación le provocó una enorme sorpresa. Esto lo
demuestra cuando en el 813 en Aquisgrán corona a su hijo Luis el Piadoso en una ceremonia laica sin
necesidad del Papa.
A partir de esta ceremonia se crea una entidad política en la que la iglesia, el conjunto de los cristianos, es
igual al Imperio. El conflicto, creándose una entidad con estas dos dimensiones es ¿quién rige esta entidad?
¿el Papa o el emperador?. Este conflicto no se resuelve hasta finales de la edad Media. En principio,
Carlomagno es el que tiene el poder, pero a partir de su hijo Luis, lo tendrá la Iglesia. En la medida en la que
avanza el feudalismo el Papa tendrá más poder. Una muestra de que esto era así es que Carlomagno desarrolla
una actividad religiosa enorme, dejando claro que él no sólo era el gobernante, sino el jefe religioso. La
función de León III era sólo rezar para que él alcanzase sus objetivos.
La actividad religiosa de Carlomagno se centraba en la celebración de concilios con gran frecuencia. En el
785 tiene lugar el concilio de Paderborn, cuya conclusión fue la división de Sajonia en diócesis. Al mismo
tiempo, este concilio fue aprovechado para dictar la capitular sajona.
Al poco tiempo, tiene lugar otro concilio que condena la herejía del adopcionismo, resurgencia tardía del
arrianismo por la cual se aceptaba que Cristo era hijo de Dios en cuanto a su naturaleza divina, pero en cuanto
a su naturaleza humana sólo era hijo adoptivo de Dios. Esta herejía prende en el 785 en el obispo
metropolitano de Toledo Elipando. El beato de Liébana y Heterio de Osma están en contra del metropolitano
de Toledo. La situación empeora cuando estas doctrinas son defendidas por el obispo de la Sede de Urgell,
Félix. Mientras Carlomagno intenta homogeneizar ideológica, religiosa y culturalmente, entra una herejía que
rompe esa homogeneidad del imperio. Ante este peligro, Carlomagno convoca en el 792 el concilio de
Ratisbona, donde intenta tomar medidas contra la herejía. En el 794 en Frankfurt tiene lugar un nuevo concilio
donde Félix es depuesto y obligado a pasar sus días en Maguncia y luego en Lyon. Con su muerte en el 818
desaparece esta herejía.
Junto a estos concilios, tienen lugar otros cinco grandes concilios en el 813: Arlés, Chalon−sur Saone, Reims,
Maguncia y Tours.
Carlomagno también intervino contra la querella iconoclasta de Bizancio. En el 794 en el concilio de
Frankfurt condenó no sólo la herejía iconoclasta, sino también la iconodulia: la obligación de adorar las
imágenes que fue aprobada en el 787 en el concilio de Nicea en Bizancio. En este mismo concilio
Carlomagno afirma su independencia del Papa en aspectos como el dogma. Así, con la adición del filioque al
credo fue aún más lejos zanjando el contencioso teológico sobre la procedencia del espíritu santo. Este
problema consiste en que los griegos decían que el espíritu santo procedía del padre a través del hijo, y para
los latinos procedía del padre y el hijo.
Su actividad religiosa es aún más amplia. Así, entra en época de Pipino III y Carlomagno nombra obispos y
abades, o al menos se reserva la admisión final del candidato. Otra de las actividades desplegadas por él es el
establecimiento en la iglesia de una estabilidad y una regularidad: hacer que la iglesia secular se parezca cada
vez más al monacato con la prohibición a los obispos de ausentarse de su sede durante más de tres semanas y
con la aplicación de normas de vida en común al clero secular. Intenta generalizar la regla de san Benito de
Nursia, prohíbe a los monjes excluidos vagabundear y practicar el eremitismo. Se intentan regular las iglesias
privadas porque al mismo tiempo que potencia a los obispos como agentes del estado, no quiere que el
desarrollo de las iglesias privadas entre en conflicto con la autoridad episcopal.
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Las iglesias privadas que se creen tendrán que tener la autorización del obispo de la diócesis y el fundador
tendrá que dotar a las iglesias creadas. Otra norma es una obligación del diezmo, que debería ir destinado a la
fábrica de la iglesia, a los pobres, al sacerdote y, por último, al obispo. Sin embargo, en la realidad, existieron
muchos intentos de abuso por parte de los obispos y de los dueños de las iglesias privadas.
Pipino y Carlomagno utilizan los patrimonios eclesiásticos en ocasiones para concederlos en beneficio de
vasallos reales. Así los compensaba por sus servicios. Para los casos en los que las iglesias se veían
desposeídas de su patrimonio por parte del rey, Pipino y Carlomagno impusieron la nonna, la obligación por
parte de quien recibía el beneficio de dotar a la iglesia con la novena parte de la cosecha, el ganado...Al
mismo tiempo impusieron una protección al iglesia y al clero de manera que quienes atacaran a las
propiedades de la iglesia o al clero tendrían que pagar una multa muy elevada.
LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO DE CARLOMAGNO.
Durante el imperio romano el estado era una entidad que garantizaba el bien público. En el estado en época
merovingia, el rey también tenía la función de garantizar el bien público logrando la paz y la justicia para el
pueblo y dando riqueza y bienestar. Para ello, se servía de las guerras anuales para conseguir botín. A este
concepto del estado había que añadir que los Merovingios consideraban el estado como algo personal y
dividían su reino entre sus hijos de generación en generación.
Los carolingios añaden un concepto nuevo: el estado también garantiza el bien público y el bien de la familia,
pero a este hecho se añade que el rey carolingio tiene una misión ultra terrena: conducir a los hombres a la
salvación. Tiene un poder que procede de Dios y recibe un juramento de fidelidad de sus súbditos mediante el
cual el pueblo se comprometía a ayudar al emperador en la vigilancia de la fe, a contribuir con él a mantener
la aplicación de la moral cristiana para conseguir el objetivo de la salvación eterna. Esto sólo es en la teoría,
porque en la práctica el desarrollo de los lazos de dependencia que vinculaban a cada campesino con su señor
alejarían al rey de los súbditos.
Lo mismo que en época merovingia, existía una administración central. Estaba constituida por el palacio
itinerante porque el emperador debe vigilar sus dominios fiscales que están dispersos por todo el imperio. En
el palacio, excepto al mayordomo de palacio, volvemos a encontrar al senescal y al botellero (que controlaban
directamente los dominios fiscales), al condestable (el jefe de los ejércitos), al chambelán (encargado del
tesoro real), al conde de palacio (presidente del tribunal de palacio) y también a la capilla del rey, el conjunto
de sacerdotes o clérigos que, además de asegurar el servicio litúrgico, guardaban las reliquias y eran los
escribanos del rey.
En la administración local vuelve a haber una figura muy importante: el conde, que normalmente ejercía su
poder en un condado, comitatus o pagus. La función del conde era representar al emperador en todas sus
funciones locales: divulgar y aplicar las órdenes reales, presidir el tribunal público, convocar a los
contingentes armados y cobrar las multas cuando se hace justicia en los tribunales públicos. El conde era
remunerado con una dotación en tierra que recibe en nombre de honor y que es el usufructo de esas tierras por
la duración de su oficio. Junto a esto, el conde recibe el beneficium: tierras que le concede el soberano por
servicios realizados, de manera temporal o para siempre. A esto hay que añadir que el conde es normalmente
un rico señor territorial y que en época carolingia está en la parte más alta de la jerarquía social.
A esto se añade que el conde en el tribunal público cobra un tercio de las multas. Cuando el cargo de conde se
hace hereditario a partir del siglo IX, los condes se instalan con un enorme poder territorial.
Los duques normalmente se encontraban en territorios recién conquistados y fuera del derecho común que se
aplicaba en los condados. Los reyes carolingios permitieron a estos territorios con una entidad étnica y
política importante mantenerse con sus leyes y su organización política propia. Son gobernados por duques
nacionales. A cambio, estas regiones pagan un tributo, hacen un juramento de fidelidad al rey y le sirven con
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un contingente militar más o menos importante.
Las marcas son para regiones que no han podido ser sometidas, en las que se hace un espacio de frontera
llamada marca y en las que actúa el marqués. Ya existen en época merovingia: son los missi dominici. Son
agentes del emperador normalmente móviles. Suele ser una pareja de laico y eclesiástico, frecuentemente un
conde y un obispo o abad. Este hecho recuerda las dos dimensiones del imperio carolingio. Sus funciones eran
vigilar por el cumplimiento de las órdenes reales, vigilar que se impartiera justicia correctamente, que los
pesos y medidas fueran exactos, la conducta privada de obispos y sacerdotes... Actuaban siempre en lugares
diferentes de los de su propia jurisdicción y utilizan un tipo de lenguaje muy religioso.
LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
Existe una gran diversidad de leyes y costumbres como, por ejemplo, el derecho romano aplicable a los galo
romanos, que había sido recogido en el breviario de Alarico a finales del siglo V y en la ley Gombetta de los
burgundios. Existe también una ley para los francos salios y también la ley ripuaria escrita en el siglo VII.
Carlomagno añade la ley de los frisones, la de los sajones, la de los turingios... Normalmente, se aplica el
concepto de territorialidad de las leyes en vez de el de personalidad. Es decir, se juzgaba a un hombre según el
lugar donde estaba y no según su etnia, porque los jueces sólo conocían las leyes de su propio territorio.
Por encima de esta diversidad, Carlomagno impone multas suplementarias llamadas banum dominicum.
Afectaba sobre todo cuando se habían alterado principios morales firmemente establecidos por el propio rey,
por ejemplo, cuando se violaban privilegios de iglesia, cuando se hacía daño a personas con una protección
particular del emperador por su debilidad como viudas, huérfanos, desheredados y peregrinos... poco a poco
también se extiende a otras infracciones menos graves como la ocultación de alguien que había cometido un
delito, el impago del diezmo, los delitos de los contingentes militares, la negativa a aceptar monedas reales...
Normalmente, la justicia se aplicaba en el tribunal público presidido por el conde. En circunscripciones más
pequeñas había vizcondes y en las aún más pequeñas, centenarios. Si la demanda no se podía atender en este
tribunal público, iba al tribunal de palacio, que también actuaba cuando alguien reclamaba una sentencia
especialmente injusta, también en procesos que implicaban a agentes reales, sobre todo condes, grandes
propietarios del reino o algún vasallo especialmente protegido por el rey. También actuaba en crímenes
particularmente graves como la deserción del ejército en una campaña.
SUPERESTRUCTURA IDEOLÓGICA
Las ideas sobre las que se construye el imperio carolingio estaban inspiradas en dos textos: el antiguo
testamento y la Ciudad de Dios de san Agustín. En aquellos momentos no parecía posible en un mundo muy
ruralizado con una cierta ruptura respecto al pasado más cercano inspirarse en los modelos romanos. Por eso
se buscó como fuente de inspiración el antiguo testamento. Así, Carlomagno se convirtió en el nuevo David, y
su reino en el regnum davídicum, su sabiduría en la davídica sapientia y su pueblo en el Israel renovado.
Como a un rey del estilo del antiguo testamento, se le aconseja que tenga a mano una Biblia como fuente de
inspiración legislativa. Su reino se extiende sobre el pueblo cristiano, una comunidad constituida y mantenida
por la fe. Es una especie de ciudad de Dios de manera que el imperio carolingio trata de convertir en realidad
la idea de la ciudad de Dios peregrina en la tierra que formulara san Agustín. El poder del emperador viene de
Dios, es imagen de Dios y se esfuerza no sólo por su salvación personal sino por la salvación del conjunto de
los creyentes. El emperador trata de llevar a cabo esta idea religiosa a través de una corresponsabilidad con los
cristianos o ciudadanos. Es un imperio con dos dimensiones, política y religiosa, puesto que sin la fortaleza y
el bienestar del imperio no podía fortalecerse ni dilatarse la fe y sin la pureza y la dilatación de la fe no habría
fortaleza ni expansión política.
En el transcurso del siglo VIII acaba por tomar cuerpo una teoría general de la organización providencial de la
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sociedad que el poder político hizo suya e intentó aplicarla de manera concreta. Es decir, se hace realidad que
las desigualdades sociales existen porque Dios lo ha querido. Se elige como modelo el ejemplo de aquel sector
de la sociedad mejor organizado: los monjes. Así, se hace que éste ideal monástico de vivir de manera estable
bajo una regla sea aplicado también al clero secular. Se intenta también de este modelo se aplique a los laicos.
La teoría general de los órdenes que aparece en época carolingia se forma realmente a partir de la parábola de
los talentos y de la comparación de la iglesia con el cuerpo humano que realiza san Pablo en su carta a los
corintios. Por medio de los textos evangélicos se identifica un hecho social (la desigualdad entre los hombres)
a un deseo divino. Se intentaba establecer una estructura sociopolítica fija consagrada por sus orígenes
providenciales en donde los diferentes grupos se complementen en ejercicio de sus funciones.
En cuanto al poder político, Luis el piadoso en su admonición a todos los órdenes del reino dice que si Dios le
ha confiado una función, cada uno en su lugar participa de esta función del príncipe, de donde resulta que
debo ser vuestro guía de conciencia y vosotros mis colaboradores. Los órdenes en época carolingia:
Los monjes. Se trata del orden más definido porque tiene una regla de comportamiento, la de san Benito. Se
intenta que los abades sean directamente nombrados por Carlomagno, y luego por Luis el piadoso. Era el tipo
de vida más respetada por el resto de los cristianos.
Los clérigos. Normalmente, el tipo de reclutamiento era diferente para el clero superior y para el inferior. El
obispo solía provenir de las grandes familias tenía prohibidos los negocios y las armas. Los sacerdotes se
reclutaban en medios más populares y la reforma eclesiástica de Pipino y Carlomagno intenta vigilar
celosamente el celibato, las buenas costumbres y la formación religiosa de los clérigos. Se crea en la corte
carolingia una academia palatina donde se muchos monjes y clérigos. A partir del 789 se obliga a los
monasterios y catedrales a tener una escuela. En el concilio del 813 en Maguncia se prescribe la apertura de
una escuela en cada parroquia rural para el reclutamiento de nuevos sacerdotes.
Los laicos. Los intelectuales carolingios, fundamentalmente eclesiásticos, incluyen aquí a los grandes. Los
situaban detrás de los pontífices y abades y señalan de ellos que deben procurar una protección especial a las
iglesias, a los pobres, viudas y huérfanos como primera función. Como segunda función, deben mantener la
paz. También se señala que deben ser nobles, bien nacidos, valerosos, fuertes, elocuentes y llenos de
inteligencia.
ESTRUCTURA SOCIOECONÓMICA DEL MUNDO CAROLINGIO
Pirenne consideraba que el comercio por el mediterráneo no sufrió las consecuencias de la invasión. Sólo se
ralentiza un poco. Pero en el siglo VIII, la llegada de los árabes supone una ruptura del comercio en el
mediterráneo. Para Pirenne, desde ese momento, se produce un cierre de la economía: en cada gran dominio
cada señor tendió a producir para autoabastecerse. Apenas se genera nada para el comercio. Pero hacia finales
del siglo X se produce un desarrollo económico muy importante: la gran expansión de occidente. El desarrollo
del comercio a largo alcance es importantísimo.
Junto a esta teoría está la de Cipolla. Según este autor la economía carolingia era muy cerrada porque no
existía la división social del trabajo. Los transportes eran inciertos y costosos y, sobre todo, por tierra. No
existe una especialización regional. En las distintas partes del imperio tendía a producirse de todo. Así, cada
uno debía satisfacer sus propias necesidades. En segundo lugar, el rendimiento del trabajo era tan débil en
época carolingia que no permitía la acumulación de un excedente porque los medios técnicos eran muy bajos.
Estaba muy generalizado el sistema de año y vez, un sistema muy extensivo. El campesinado inserto en un
dominio carolingio no tenía capacidad de acumular excedente porque tenía que garantizar, en primer lugar, su
autoconsumo; en segundo lugar, tenía que producir para pagar la renta y, en tercer lugar, para las prestaciones
personales de trabajo.
Los señores sí acumulaban excedente a través de la renta y de lo que producía su reserva. Pero según Cipolla
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los grandes señores tenían tendencia no a invertir para mejoras en la tierra, sino a hacer compras
improductivas, como la construcción de iglesias, ornamentos caros para la liturgia, orfebrería. Es lo que se
llamaba una fortuna durmiente.
En los años 80, Toubert llega a conclusiones diferentes. Para él, la economía carolingia no se puede separar de
la animación de los mercados ni de los intercambios regionales. En consecuencia, hay que unirlo al desarrollo
de la vida urbana entre los siglos IX y X. Para él, los grandes monasterios del norte de la Galia producían un
excedente que se dedicaba al mercado. Un ejemplo es la abadía de Prüm, donde en el 861 y el 898 solicitaron
al monarca carolingio el derecho de acuñar moneda y el de mantener un mercado. Toubert cree que Cipolla se
equivoca cuando interpreta que en el hecho de que en los polípticos aparezca que los campesinos podían pagar
en moneda o en especie, interprete que para el señor era indiferente una modalidad u otra de pago. Toubert
detecta una preferencia del señor por cobrar en moneda.
También se ha interpretado que el hecho de que exista un tipo de moneda en época carolingia, el denario de
plata, sin casi fragmentación, significaba que no había muchos intercambios. Actualmente, Toubert no cree
que este tipo de moneda pueda ser simbólica, aunque el desarrollo en el siglo XIII en occidente de un sistema
monetario más fragmentado indique que a partir de esta fecha la moneda tiene un papel más importante en el
intercambio.
Por otro lado, las investigaciones de Hodges permiten decir que hay un desarrollo urbano hacia el año 800 en
dos tipos de núcleos urbanos: en primer lugar, unos que ya existían en la antigüedad, como por ejemplo
Roma, donde alrededor del año 800 tiene lugar un gran desarrollo de monasterios en torno al foro. En segundo
lugar, los emporia, mercados costeros en diversos lugares del Mar del Norte y del Mar Báltico. Empezaran
siendo pequeños mercados y se convierten en pequeñas ciudades con su propia red urbana alrededor del siglo
IX.
LOS ORÍGENES DEL GRAN DOMINIO
Marc Bloch y Perrin creían que el gran dominio carolingio tenía su origen en los fundus de época romana.
Pero Verhulst demuestra que esta gran propiedad tiene su origen entre los siglos VI y IX en una de las
regiones menos romanizadas de la Galia, la región entre el Loira y el Rhin. Este tipo de gran propiedad
aparece también en el norte de Italia, pero es más dispersa.
Generalmente, el gran dominio carolingio se puede componer de varios dominios dispersos. Estas grandes
propiedades tienen varios centenares de hectáreas y, excepcionalmente, un millar de hectáreas. Lo más
característico de esta gran propiedad es que es bipartita: una parte es la reserva, y el señor la explota
directamente para su beneficio. La otra parte, se llama mansos o tenencias y el señor las alquila. La diferencia
entre el gran dominio carolingio y el gran dominio merovingio, es que el merovingio es más pequeño. La
reserva ocupa más de la mitad del espacio del dominio y es explotada por esclavos. Los mansos son
cultivados por colonos o servi casati. La relación entre los mansos y la reserva consiste en que los que trabajan
en los mansos pagan una renta y hacen una prestación de trabajo en la reserva llamada riga y que es muy
excepcional.
El gran dominio carolingio es más grande y la reserva ocupa menos espacio. La reserva está trabajada por las
corveas de los trabajadores de los mansos, bien colonos o bien servi casati. La relación entre los mansos y la
reserva consiste en el pago de una renta y, sobre todo, de la corvea.
Este tipo de propiedad no estaba difundida por todo occidente. La reserva tenía una serie de edificios,
llamados curtis, compuestos por la casa del señor, graneros, molinos, corrales, capilla y otros edificios que
permitían hacer trabajos de tipo artesanal como la fabricación de cerveza, tejidos...
Una parte importante de la reserva está constituida por las tierras incultas que sirven para el ganado, la caza y
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la leña.
Existen dos categorías de mansos: los mansus servile y los mansus ingenuile o libres. En época merovingia, la
renta se cobraba de acuerdo con la categoría del teniente: si era libre o esclavo. En época carolingia, la renta y
la corvea se aplica no al individuo, sino al manso donde estaba este individuo. Los mansos libres debían sobre
todo transporte y servicios estacionales con los propios aperos de los tenentes. Los serviles, en cambio, debían
servicios manuales excepto el transporte, pero sus trabajos podían ser requeridos todo el año. El problema es
que por matrimonio algunos hombres libres vivían en mansos esclavos y algunos esclavos vivían en mansos
libres. Por tanto, un hombre libre podía vivir en peores condiciones si ocupaba un manso servil que un esclavo
con un manso libre. Por tanto, las diferencias no se daban tanto entre libres y esclavos como entre señores y
campesinos.
La clase social mejor documentada y más poderosa es la aristocracia terrateniente porque a ella no se puede
oponer ni una clase de mercaderes ni el pequeño campesinado. Existían algunos mercaderes, pero no
formaban una clase social coherente. El mercader es un personaje excepcional al margen de cualquier grupo
social y cuyas actividades generan mucha desconfianza en el entorno. La legislación canónica de iglesia
romana refleja esta desconfianza. Condena la usura y el espíritu de lucro. Este es el reflejo de un mundo rural
para el que la única riqueza honesta viene de la tierra. El mercader, que no trabaja la tierra, que no produce,
que se contenta con comprar para revender, es necesariamente tachado de inmoral. Hasta casi el siglo XIII se
considera que el mercader vende el tiempo, es decir, que saca un beneficio individual del tiempo cuando éste
es únicamente de Dios.
En una sociedad donde los intercambios son pocos, los mercaderes también eran pocos y no llevaban el ritmo
del resto de la sociedad.
Tampoco existe una clase coherente de pequeños propietarios libres. No conocemos su importancia en
relación al campesinado dependiente. Sólo sabemos que los campesinos libres estaban en un proceso de
convertirse en dependientes de los grandes señores, bien con status de servi casati o de libres.
Esta aristocracia era una aristocracia de funciones, que ejercían cargos públicos por los que eran retribuidos en
tierras. Esta entrega de tierras por parte del rey podía ser a título de usufructo o de propiedad. En el primer
caso, sería una enajenación temporal de la tierra. En el segundo caso, el rey entrega a la aristocracia tierras en
propiedad.
Ambas modalidades van a ir transformándose al final del mundo carolingio en tierras patrimoniales. El rey
entregaba estas tierras al aristocracia a partir de sus dominios fiscales, con lo cual disminuye la fortuna del
rey. El rey, tenía varias opciones: en primer lugar, hacer más la guerra para obtener más tierras o expropiar las
tierras de la iglesia, que previamente las había recibido por donación real. Estas usurpaciones fueron enormes
en época de Carlos Martel, Pipino III y Carlomagno. Con un emperador tan piadoso como Ludovico Pío se
detuvieron un poco. Con estas entregas de tierras los soberanos querían comprar fidelidad.
Tanto a niveles sociales altos como bajos, los hombres en la sociedad carolingia se encuentran ligados entre sí
por la encomendación personal, por juramentos de fidelidad, empleándose el término vasallo para los vasallos
del rey, el término milites para juramentos entre los grandes y el término homo para los niveles sociales más
bajos. Esta encomienda personal se hacía a través de una ceremonia con dos partes. La primera parte se
llamaba inmixtio manum y consistía en que el vasallo se arrodillaba ante el señor, quien tomaba entre sus
manos las suyas. La segunda parte era el juramento de fidelidad que se realizaba ante las reliquias de algún
santo. Así, ambas partes se encontraban ligadas en un lazo indisoluble de por vida y obligadas a prestarse
apoyos y servicios. En el 802 se dicta una capitular mediante la cual no puede abandonarse este lazo a no ser
que el señor haya golpeado o matado al vasallo, que hubiera tenido relaciones con su mujer o su hija...
Los campesinos libres eran, en principio, pequeños propietarios y como hombres libres tienen derecho a ser
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juzgados por tribunales públicos y su juramento será considerado válido. Su condición de libres conlleva
obligaciones. En primer lugar, la de asistir con todos los hombres libres del condado a las sesiones del tribunal
público. En segundo lugar, el hecho de hacer el servicio militar al rey ante la llamada del conde. Esto era algo
caro, y así, en una capitular del año 805, se fija en la cantidad de 12 mansos la fortuna mínima indispensable
para el equipamiento de un jinete. Cada cuatro mansos se financiaban los gastos de un soldado. Estos cuatro
mansos podían ser de diferentes propietarios.
No todo el mundo podía sufragar su participación en el servicio militar. Esto significaba multas muy elevadas.
Para pagarlas, los pequeños propietarios tenían dos opciones:
• Enajenar su persona, convertirse en esclavo. Las capitulares de Carlomagno intentan acabar con este
abuso señalando que los hombres libres que perdían así su libertad debía ser sólo durante un cierto
tiempo. En cualquier caso, sus hijos no podrían perder su libertad.
• Enajenar sus bienes. Así, sus tierras pasaban a pertenecer a un gran señor y el hombre libre se
convertía en tenente de su antigua propiedad quedando como colono. Este colono tenía como
obligación el pago de una renta y colaborar en el cultivo de la reserva con la corvea. El colono seguía
siendo un hombre jurídicamente libre. Como hombre libre tenía derecho a ser juzgado por el tribunal
público, pero en época carolingia se detecta que para delitos pequeños el colono está bajo la
jurisdicción del señor. Para los graves podía acudir al mallus o tribunal público. Estamos en el inicio
de lo que pasará en la época feudal: el campesino siempre será juzgado por el tribunal del señor. Esto
significa el deslizamiento del ban real a manos privadas. Como el colono seguía siendo libre tenía la
obligación del servicio militar. Como es un hombre empobrecido, el señor se encarga de hacer ese
servicio por él, pero a cambio de una serie de corveas y requisiciones de productos: es el hostilicium.
La mayor parte de los historiadores del régimen dominical y del régimen señorial han atribuido sólo el
primero a la época carolingia. En el régimen dominical el poder del señor sobre el colono es el de un
propietario sobre su tenente. Es una relación fundamentalmente económica. En el transcurso del siglo X y
sobre todo del XI, con la descomposición de la autoridad monárquica, se produjo una adaptación de la
organización política a las estructuras de la vida económica. Es decir, una usurpación del poder público por
parte de los grandes propietarios, de tal forma que el banum o poder de mando sería añadido al dominium o
poder del propietario. Nacería así el régimen señorial.
La condición de esclavo se heredaba a través de la madre. Los esclavos tenían la obligación de pagar la renta,
de las corveas, pero las corveas eran tan frecuentes como el señor quisiera, mientras que los hombres libres
hacían corveas estacionales. Pagaban una carga especial que mostraba su estatus de esclavo: la capitatio. La
tendencia va a ser que la diferencia entre hombres libres y esclavos sólo sería teórica. Cada vez van a ser más
iguales campesinos y esclavos. Ahora la diferencia estará entre campesinos y señores. A esto ayuda el sistema
de las tenencias.
Luis el Piadoso (814−840) recibió una educación religiosa de manos de Benito de Anián. Se rodeó de clérigos
como Agobardo, que luego fue arzobispo de Lyon, con unas ideas muy romanizantes. Para ellos, el imperio
era una unidad y las instituciones debían traducir su esencia cristiana. Luis el Piadoso no mantuvo tantas
guerras de conquista como su padre. Sólo llevó a cabo algunas expediciones contra los obodritas, croatas,
bretones y musulmanes de la península ibérica. Sin embargo, desarrolló una gran actividad religiosa,
convocando concilios en Aquisgrán en el 816, 817, 818 y 819. Quería imponer el modelo monástica incluso al
clero secular. Lleva a cabo reformas que benefician mucho a la iglesia, en particular al negarse a entregar
tierras de la iglesia a un propietario laico o al rey. También abandona títulos como el de rex francorum et
longobardorum y se tituló por la providencia divina emperador augusto.
En el 816 en Reims fue coronado por el Papa Esteban IV, como si la ceremonia laica de coronación que tuvo
lugar en la capilla de Aquisgrán de manos de su padre no tuviera validez. La idea que quiere dejar la iglesia es
que sólo la intervención Pontificia crea al emperador.
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A pesar de todo, Luis el Piadoso no renuncia al reparto del imperio y en el 817 formula la ordenatio imperii.
De acuerdo con este reparto organiza su sucesión así: deja intactos tres vice reinos en Aquitania a su hijo
Pipino, Italia para su sobrino Bernardo hijo de su hermano Pipino y Baviera para su hijo Luis. El resto queda
para su hijo mayor Lotario, a quien corona emperador su propio padre en una ceremonia laica. La nobleza
estaba inquieta por las ventajas otorgadas a la iglesia y protestó alegando que los derechos de Bernardo de
Italia habían sido perjudicados en la orden imperial.
Esta nobleza apoya una revuelta de Bernardo que Luis el Piadoso aplastó. En represalia, el emperador le hizo
sacar los ojos a Bernardo, que muere.
Los consejeros eclesiásticos de Luis el piadoso le imponen una penitencia pública que él cumplió. No
contentos con esta humillación pública del poder imperial, enviaron a su hijo Lotario y lo coronaron
emperador en Roma en el 823 por el Papa Pascual I. Una vez más la iglesia ligaba el título imperial a lo
sagrado y a la corona. Era una prerrogativa exclusivamente religiosa.
La división de la ordenatio imperii fue modificada cuando Luis el piadoso tuvo una nueva mujer y un hijo que
nace en el 823: Carlos el Calvo. Poco antes de su muerte, tiene lugar un nuevo reparto: Aquitania se
independiza tras la muerte de Pipino en el 838. Baviera pasa a su hijo Luis Luis el germánico. El resto del
imperio lo divide en dos partes teniendo en cuenta la línea divisoria de los ríos Ródano, Saona y Mosa. El este
será para Lotario y el oeste para Carlos el calvo.
Tras la muerte de Luis el piadoso en el 840 los hermanos se reúnen para el tratado de Verdún del 843. Es un
nuevo reparto que tiene en cuenta una cierta igualdad económica entre las tres partes a través de la asignación
a cada rey de un número igual de dominios fiscales. A grandes rasgos, el este del Rhin sería para Luis el
germánico. El trazado sería el origen de la actual Alemania. Para Carlos el calvo sería el oeste de los ríos
Escalda, Mosa, Saona y Ródano excepto el Lionesado, la zona de Vienne, el Vivarais y Uzége. Lotario recibe
el reino central que se extendía desde el Mar del Norte al mediterráneo y comprendía Frisia, las regiones entre
el Mosa y el Rhin, Borgoña, Provenza y la Italia franca. Las dos ciudades imperiales, Roma y Aquisgrán,
también serán para Lotario, que era el emperador.
Así, tenemos que el tratado de Verdún forma tres reinos. Lotario muere en el 855, pero antes de morir divide
su reino entre sus tres hijos de la siguiente manera: Luis II será emperador, pero sólo domina Italia. Para
Carlos será la Provenza y para Lotario II desde Alsacia hasta Frisia (Lotaringia).
En el 863 muere Carlos de Provenza sin herederos. Sus dos hermanos se dividen el reino. Luego, como
Lotario muere en el 867 sin herederos, en el 870 sus tíos Luis el germánico y Carlos el calvo se reparten la
Lotaringia en el tratado de Meersen.
Cuando muere Luis II en el 875 dos candidatos solicitaron la sucesión de este reino: Carloman hijo mayor de
Luis el germánico que contaba con el apoyo de la nobleza italiana, y Carlos el Calvo, el candidato del papado.
El 25 de diciembre del 875, Carlos el Calvo es coronado en Roma emperador por el Papa Juan VIII. Junto a
esta situación interna hay que mencionar los ataques musulmanes que contaban con la complicidad de las
ciudades y príncipes del sur de Italia. Ante esto, Juan VIII llama a Carlos el calvo, que se decide a intervenir
en la asamblea de Quierzy−sur Oise.
En esta asamblea como un buen número de grandes son reacios a la intervención en Italia, dictó unas medidas
que garantizaban a los hijos de los condes la herencia de los honores que detentaban sus padres. Italia fue
intervenida. Dejó a su hijo Luis II el tartamudo rey de Aquitania como regente. Finalmente, fue ayudado por
Bosón, esposo de la hija de Luis II el emperador.
La expedición a Italia fue un fracaso y una parte de la aristocracia laica y eclesiástica hostil a la empresa
italiana se subleva en el 877. Carlos el calvo tiene que regresar precipitadamente de Italia y muere en ese
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mismo año.
El levantamiento nobiliario del 877 no es casual, sino que es debido a la evolución de hechos anteriores. En el
843 en la asamblea de Coulaines, Carlos el calvo se había visto obligado a prometer a los nobles y vasallos
que no los desposeería de forma arbitraria de las tierras que habían obtenido en beneficio, que se daban a
cambio de servicios. Así, Carlos el calvo aceptaba un régimen monárquico contractual, no absoluto, una
monarquía que basaba su poder en un contrato entre el rey y los nobles.
Cuando en el 877 Carlos el calvo quiso intervenir en Italia solicitó de los nobles el ejército. Se trataba de una
ayuda militar a la que el vasallo estaba obligado. Sin embargo, los grandes aprovechan la ocasión para que el
rey les reconociera nuevos derechos. Así, en la capitular del 877 (Quierzy−sur Oise) Carlos el calvo reconocía
el derecho de los hijos de los condes a suceder a sus padres, convirtiendo en hereditario un cargo temporal que
concedía graciosamente el rey.
En Quierzy−sur Oise Carlos el calvo se vio forzado a admitir la intervención de los grandes en la elección de
los missi doiminici, normalmente obispo o abad+conde. Si ya en tiempos de Carlomagno la visita de los missi
dominici no suponía ninguna amenaza para los nobles, ya que éstos pertenecían a la misma clase social que
los vigilados, después de la capitular de Quierzy−sur Oise era completamente ineficaz su visita.
El origen del problema no surge en el reinado de Carlos el calvo, sino que éste se ve obligado a reconocer una
situación que ya existía de hecho. El poder adquirido por la nobleza ya estaba potencialmente en la estructura
política de la época de Carlomagno. Para Carlomagno la sociedad se organiza en una pirámide en cuya
cúspide está el emperador y en cuya base los campesinos. Otros vasallos, los condes y duques, estaban en un
nivel intermedio y ayudaban al monarca a controlar los territorios imperiales. Esta estructura se mantiene por
el juramento de fidelidad, pero en la práctica para asegurar esa fidelidad el señor debía dar un beneficio al
vasallo. Así, el rey entrega tierras a los condes para mantener su lealtad y éstos cada vez serán más ricos.
Pero esta estructura sociopolítica tiene un problema: aunque en teoría el rey es el señor de todos sus vasallos,
en la práctica esto no era así. El hecho de que existieran intermediarios entre el monarca y sus súbditos
favorecía que los vasallos se sintieran obligados con su señor más inmediato, aquel al que prestaron juramento
directamente y no con un monarca lejano. Así, el territorio del imperio se fue fraccionando en condados y
ducados al frente de un noble cada vez más poderoso con un poder que se basaba en la fortaleza de los lazos
de vasallaje con sus inmediatos inferiores y también en el aumento de la propiedad de la tierra.
Así, estos grandes, teniendo las tierras, la obediencia de los vasallos que se mostraba anualmente en el
servicio militar al señor y el reconocimiento del derecho de un sucesor, las grandes condados se transforman
en principados independientes. Frecuentemente se utiliza además algún particularismo regional (lengua,
dialecto) para dar homogeneidad al territorio sobre el que se quería reinar.
El rey ya no detentaba todo el poder. Se le llamaba primus interparis, el primero entre iguales. Así, bastaba
que un grupo de nobles se pusieran de acuerdo para elegir al rey, pero en la práctica aquellos reyes no eran
obedecidos. Tan pronto como los magnates elegían un rey se ponían a conspirar contra él.
Tras el reinado de Carlos el calvo la verdadera unidad política no era el imperio ni el reino, sino los
principados territoriales: territorios en los que el rey sólo puede intervenir no directamente sino a través de un
príncipe (un conde o un duque).
A la muerte de Carlos el calvo en el 877 la autoridad real queda debilitada. Bosón en Francia occidental
casado con la hija de Luis II se había erigido como rey de la Provenza. En la Francia oriental tiene lugar la
muerte sin descendencia de los hijos de Luis el germánico y queda como único rey Carlos el gordo. Mientras,
en la Francia occidental había tenido lugar el fallecimiento de los dos primeros hijos de Luis el tartamudo y la
negativa de los grandes a aceptar a Carlos el simple. Así, el trono recayó en el 885 en Carlos el gordo.
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Aparentemente, Carlos el gordo había conseguido la unidad territorial tanto en la Francia oriental como en la
occidental, pero la independencia de los grandes era algo que se encontraba en el seno de la estructura social
carolingia.
A la muerte de Carlos el Gordo en el 888 nadie pensó en el último carolingio legítimo, Carlos el simple, para
sucederle. La iglesia que prometió un siglo antes no elegir rey fuera de la descendencia de Pipino el breve no
muestra oposición cuando los grandes aclamaron a Eudes conde de París, marqués de Bretaña, conde de
Tours, Angers y Blois hijo de Roberto el fuerte. Eudes es elegido rey en el 888. Sin embargo, la situación en
el reino central era muy compleja, ya que se habían formado varios reinos.
En la Provenza en el 879 Bosón había sido elegido rey. Al morir en el 887, su hijo Luis, que previamente se
había encomendado a Carlos el gordo, fue elegido rey en el 889.
Más al norte, los grandes de Borgoña elegían como rey en el 888 al marqués Rodolfo de la familia de los
Welph. En Italia, Guido II de Espoleto era reconocido rey en el 889 y emperador en el 891.
LOS VIKINGOS
Si el imperio romano se enfrentó a la invasión del mundo germánico, el imperio carolingio tuvo como
enemigos a los pueblos que formaron las segundas invasiones:
• Los pueblos de las estepas: ávaros, pechenegos, jázaros, húngaros, búlgaros, uzos, cumanos y
mongoles.
• Los pueblos eslavos: bien occidentales (serbios y croatas), bien orientales (rusos).
• Los pueblos normandos: en el oeste (Noruega y Dinamarca) los llamamos vikingos y en el este
(Suecia), varegos.
Entre el siglo VI y VIII se desarrolla, sobre todo en Suecia, la civilización Vendel. Esta civilización tiene
como características las tumbas en barcos, lo que pone de manifiesto el carácter aristocrático y militar.
Existen varios contactos anteriores entre los vikingos y el continente a través del comercio. Por ejemplo, entre
la Suecia de la civilización Vendel y la Galia merovingia y también entre Noruega y el occidente celta,
particularmente a través de los frisones que establecieron una tupida red comercial.
Exceptuando la misión de san Willybrord, apóstol de Frisia, que hizo una misión alrededor del año 700 en
Dinamarca, no hubo intentos por parte del continente de evangelizar a los vikingos. En esta época comienzan
a perfilarse tres nacionalidades en Escandinavia:
Dinamarca nace en el siglo VII de la unión de los yutos de la península y de los daneses de las islas.
En Suecia se produce la unión de dos pueblos: en el norte Svear y en el sur Götar en torno al lago Mälar.
En Noruega se crea un camino del norte que presta unidad a varios núcleos de población separados.
LA SOCIEDAD ANTES DE LA INVASIÓN.
Tenemos alguna información gracias al cantar de Rig o Ríspula procedente de una obra llamada Edda mayor.
En este cantar aparece un poema en el que se da la idea de que la sociedad escandinava estaba jerarquizada
socialmente. Se narran las andanzas de un dios llamado Heimdal que visita las casas de bisabuela y bisabuelo,
luego la de abuela y abuelo y después la de madre y padre. En estas casas se dedicó a engendrar los siguientes
seres: en la de los bisabuelos engendró a Praell, en la de los abuelos engendró a Bondi y en la de los padres a
Jarl.
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La clase dirigente estaba constituida por los ricos propietarios rurales jefes de su linaje y su territorio que se
llamaban Jarl. El Jarl intenta controlar la asamblea de guerreros o thing. Estos Jarl son jefes de comitatus
(llamados hird), de un grupo de hombres a los que conducen a expediciones de guerra. Esto significa que las
relaciones familiares eran ya muy débiles. Era una sociedad donde existía una cierta conciencia de igualdad
como lo demuestra la existencia de un rey que era primus interparis. En realidad, el rey era el jefe del
santuario local y es elegido por una mezcla de elección en el seno de un linaje. Así, se puede pensar que el rey
era responsable más sobrenaturalmente que realmente del bien público. Se encargaba del bien público a través
de la oración y la influencia religiosa. El rey también era árbitro y pacificador en los conflictos entre los
clanes, pero ningún momento es legislador: legisla el thing. El rey es llamado frecuentemente Könungr o
Saekönungr.
Debajo del Jarl estaba el Bondi, pequeño propietario rural libre integrante del thing. Por último, estaba el
Praell o esclavo.
Sus actividades económicas se centraban fundamentalmente en la agricultura, en la que la producción era
básicamente de cereales sobre todo en Dinamarca. En Noruega la ganadería y la pesca tienen mayor
importancia.
Se desconocen los motivos de la expansión pero se han dado como argumentos la falta de tierras bien por un
aumento de la población o bien porque alguien se estaba apropiando de ellas, y también se dice que hubo
intentos de reunificación por parte de Reyes, por ejemplo Harald Hargrafre en Noruega finales del siglo IX.
LAS RUTAS DE LA EXPANSIÓN.
Los noruegos partieron de Bergen y se dirigieron a las islas Shetland, Feroe, Hébridas y Orcadas, y se asientan
en Irlanda y en las costas orientales de Escocia e Inglaterra. También atacan las costas occidentales de Francia
y llegaron a España, Marruecos e Italia. Fueron los verdaderos exploradores del Atlántico Norte y colonizan
Islandia, Groenlandia y las costas de Terranova en América.
Los daneses hacen recorridos más breves y con carácter político y militar. Así, ocupan Inglaterra oriental,
creando un espacio entre el Tees y el Támesis. También se dirigen a la costa atlántica y en el 911 crean
Normandía. Estos normandos invadirán Inglaterra en el 1066.
En cuanto a los suecos, los objetivos de su expansión eran más comerciales que militares o políticos. La
palabra varego significa comerciante. Entran en contacto a través del Volga con el Mar Caspio y con la capital
del imperio abbasí, Bagdad, buscando mercancías exóticas para occidente. Van a través de los ríos Lovat,
Voljov y Dnieper a poner en contacto el mar báltico con el mar negro y llegan hasta Bizancio.
EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS ESCANDINAVOS.
En Noruega hubo un esfuerzo de centralización a cargo de Harald Hargrafre a finales del siglo IX. Sin
embargo, a su muerte sus hijos lucharon mucho entre sí, y el mejor, Erik hacha sangrienta acabó como rey
vikingo de la ciudad de York.
La siguiente generación asistió a un principio de desmembración en la que había una norte de Noruega
autónomo, mientras que el sur era un protectorado danés.
No hay un intento serio de centralización hasta Olaf Haraldsson que se convierte al cristianismo y que
gobierna entre 1016 y el 1030. Esta obra de intento de unificación y conversión fue interrumpida por los
daneses, por su rey Canuto el grande.
En Dinamarca la realeza aparece más claramente hacia el 935 centralizada en la ciudad de Jelling. El primer
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rey es Gorm el viejo. Su hijo Harold diente azul se convierte al cristianismo en el 960 de manos de un
misionero alemán. Gobierna entre el 940 y el 985. La conversión total de la población no tiene lugar hasta el
primer tercio del siglo XI. Le sucedió su hijo Srenon el de la barba bifurcada (985−1014), y a éste le sucedió
Canuto el grande, que creó un imperio en el Mar del Norte entre Inglaterra, Dinamarca y el sur de Noruega.
En Suecia no hay cristalización monárquica aún en el siglo XI. A pesar de que algunos reyes se convierten no
osan destruir el santuario pagano de Upsala hasta después de 1090 o el 1100. El paganismo rural no
desapareció hasta mediados del siglo XII.
LA EXPANSIÓN POR EL ATLÁNTICO NORTE DE LOS NORUEGOS.
Colonizan Islandia en el 860. Lo conocemos por el libro de las colonizaciones del siglo XII llamado
Landnamabok. En Islandia dominaba aún un sistema de asamblea. Había varios thing y un thing general en un
lugar de la isla llamado althing. Un hombre fue desterrado de Islandia, era Erik el rojo, por causa de un
asesinato. Al marcharse, descubrió Groenlandia en el 980. En el 983 volvió a Islandia buscando colonos para
poblarla.
Entre los colonos que iban con Erik el rojo estaban los padres de un tal Bjarni que en su viaje de Islandia a
Groenlandia fue desviado por el viento hacia occidente y llegó a una tierra que llamó Mrkland y a otra que
llamó Helluland, y regresó. Bjarni fue el primer vikingo que vio Norteamérica. Pero fue un hijo de Erik el
rojo, Leif el afortunado quien la descubrió 10 o 15 años después. Erik el rojo llegó al sur de Markland a una
tierra a la que llamó Vinland para atraer colonos.
En 1965 se descubrió un mapa que aparentemente databa del s. XV y que mostraba una tierra llamada Vinland
al oeste de Groenlandia, pero era una falsificación del siglo XIX. En 1960 el arqueólogo noruego Helge
Hustard excavó en Terranova en L'Anse−aux−Meadows donde encontró casas de tepe y artefactos nórdicos.
EL ISLAM
Su origen proviene de los grupos de pastores del norte de la península arábiga. La anterior religión que
profesaban estas gentes era politeísta y animista. El cambio de religión está ligado al paso de una anterior
sociedad segmentaria a una sociedad estatal.
Podemos dividir la península arábiga en dos zonas: el sur y el centro−norte.
En el centro−norte la pluviosidad es inferior a 100 ml anuales: se trata de un clima desértico. En este
ambiente, el tipo humano va a ser el pastor nómada, aunque existen sedentarios en los oasis, donde sí se
practica una agricultura más constante, sobre todo de olivo, vid, y legumbres. El hábitat es disperso, existen
poquísimas ciudades y la densidad de población es muy baja. La organización sociopolítica más elevada a la
que se llegó fue a la tribu o, en su caso, a la confederación tribal. Se trata de tribus de descendientes de un
ancestro masculino.
En el sur, la combinación de vientos monzónicos y las altas altitudes hace que haya una humedad suficiente
para la práctica sistemática de la agricultura. Es una agricultura de regadío basada en los cereales, la vid, las
legumbres y dos cultivos muy característicos: el incienso y la mirra, productos de lujo muy solicitados en
occidente para prácticas mortuorias. El tipo humano es el agricultor sedentario. Las ciudades tienen una alta
densidad de población y una organización política más compleja: el reino como superación del sistema tribal.
Aunque eran dos mundos diferentes estaban unidos por la práctica del comercio: muchos productos de Yemen
iban al mediterráneo por un pasillo al oeste de la península arábiga llamado Hijaz.
Los límites geográficos de los árabes del centro−norte llegaban al sur de Irak y por debajo de los
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semidesiertos del Éufrates en la ciudad de Hira. También llegaban a la región de Yazira y por acuerdos con el
imperio bizantino al norte de Siria, al este de Jordán y al sur de Palestina.
Todos hablaban la lengua árabe, vehículo fundamental de difusión para el islam.
¿Cómo se veían ellos a sí mismos? Hugh Kennedy decía que los árabes creían que los árabes del norte y los
del sur tenían un parentesco entre sí y que esto fue inventado en época omeya para explicar la rivalidad de dos
tribus del norte contra el sur: las tribus del norte Qays y Mudar y los yemeníes del sur.
Sin embargo, Peters cree que esta creencia surgió para unir genealógicamente a Mahoma con Abrahám.
En cuanto a la organización social y política de los árabes, no tenían un organización social y política
centralizada. Habían existido estados en la península arábiga pero siempre en zonas excéntricas y marginales a
los árabes del norte. Para los nómadas la única organización social y política era la tribu o, en su caso, la
confederación tribal. Por eso se llama sociedad segmentaria.
La tribu es una organización social y política no estatal formada por los descendientes de un antepasado
común masculino, fuera epónimo o real, hasta tal punto que muchas veces es más un fenómeno mental que
biológico. Estudios antropológicos ponen de manifiesto que tribus que tienden a tener cuestiones económicas
en común tienden a inventar un parentesco común.
La tribu es una entidad cerrada en sí misma en la medida en la que reconoce sólo el parentesco por vía
masculina. Existen dos vías para conseguir anular el parentesco femenino:
Practicar la endogamia: el matrimonio con la hija del tío paterno es el preferente.
Si el matrimonio es exogámico, los hijos sólo se reconocen como del padre.
Pertenecen a la misma tribu aquellos que tenían la responsabilidad de la venganza de sangre. No existe el
estado y, por tanto, la protección de personas y bienes recae sobre el clan y la tribu, bien a través de la
venganza de sangre, bien a través de una composición dineraria según la tipificación del delito. La diya es el
precio de la sangre.
El poder que ejercían los jefes de la tribu no era coercitivo sino que entre sus funciones estaban servir de
árbitro en conflictos en el seno de la tribu, buscar pastos y proteger bienes y personas. El jefe de la tribu se
elegía entre un clan designado como clan gobernante, en un sistema que combinaba herencia y elección.
Herencia porque se elegía siempre dentro del clan gobernante, y elección porque se elegía al más hábil entre
los miembros de la tribu.
Antes de la aparición del islam las diferencias sociales en el seno de la tribu no eran relevantes, aunque en los
años que precedieron a la aparición del islam empiezan a generarse tensiones sociales por las diferencias
sociales y económicas en el seno de la tribu y del clan.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA.
Los pastores nómadas árabes en el centro eran camelleros, y en las zonas externas de la península arábiga
semidesérticas de frontera del imperio sasánida y bizantino criaban sobre todo cabras y ovejas.
El nomadismo no es una actividad económica totalmente autosuficiente. Otros bienes eran necesarios y
podían adquirirse por varias vías:
Intercambiando productos en mercados próximos.
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Realizando razzias sobre los sedentarios de la península arábiga.
Imponiendo pagos a cambio de protección. Esta medida se aplicaba a los mercaderes que recorrían las rutas
caravaneras y que si querían pasar ilesos por una ruta debían pagar a las tribus nómadas.
La población sedentaria del sur vive de la agricultura y el comercio. En época antigua existía un comercio
fundamentalmente de productos de lujo. Existen dos principales centros productores:
El sudeste asiático y la india, donde se producen fundamentalmente especias (canela, clavo, pimienta),
perfumes... Las rutas por las que circulaban eran las siguientes: en primer lugar, desde el Golfo Pérsico al
Éufrates, desde donde llegaban a ciudades como Edessa en Siria y de ahí al mediterráneo. Cuando esta ruta
estaba cerrada por la guerra o por los peajes sasánidas, existía una ruta alternativa hasta el Yemen por el mar
rojo y el mediterráneo, pero esta alternativa era muy difícil para la navegación por los arrecifes de coral. Los
más fácil era ir por tierra: desde Yemen por el Hijaz hasta Petra, Palmira y de ahí al mediterráneo.
El Yemen. El incienso y la mirra se transportaban a través del Hijaz.
A mediados del siglo VI este comercio internacional hegemonizado por el sur entra en crisis por la caída del
imperio romano de occidente, uno de sus principales clientes, también por las dificultades económicas de
Bizancio y por la invasión etíope del sur de Arabia entre el 520 y el 570 seguida por una ocupación persa
entre finales del s. VI y principios del VII que produce un colapso de estos reinos ricos del sur de Arabia.
También las guerras entre el 502 y el 528 entre sasánidas y bizantinos que acabaron con los reinos clientes
van a dar lugar a un cambio de rumbo de este comercio y al papel hegemónico que empieza a tener la Meca en
él.
En la Meca la tribu dominante es la de los Qurays. Habrá clanes (como el de Mahoma llamado Hasim) que
tengan un nivel económico más bajo. Este clan siempre había sido el que daba el grupo gobernante de Qurays
y siempre habían sido los guardianes de la ka'ba. Con este desarrollo del comercio, este clan se empobrece y
hay clanes que nunca habían sido importantes en los Qurays y que ahora serán los que den los jefes de la tribu.
Esto produce muchas tensiones.
HISTORIA ESPECULATIVA DE LA MECA EN ÉPOCA PRE ISLÁMICA.
Es especulativa porque las fuentes son prácticamente inexistentes y poco fiables. De los reinos del sur sí
hablan autores griegos y romanos, pero del norte y del centro apenas tenemos testimonios de fuentes no
árabes. Las fuentes más importantes son las tradiciones orales, donde tienen gran importancia las genealogías
y unos relatos orales que más tarde serán escritos sobre las interminables luchas entre las tribus. Estas luchas
se llaman las Ayyam al arab. Junto con esta tradición oral existe una poesía de amor y guerra. Cada clan tenía
un poeta que era el que animaba a los guerreros a hacer la guerra.
Junto estas tradiciones orales existen tradiciones musulmanas escritas, pero tiene un problema: están más
interesadas en destacar la ignorancia de la época prehispánica que en contar la realidad.
Así, las antiguas tradiciones fueron reescritas u olvidadas a la luz de la nueva revelación.
El problema con el que se encuentra la Arqueología es que está prohibido excavar en las dos ciudades santas
(Medina y la Meca). Además, las excavaciones en otras ciudades se han centrado en épocas más
monumentales.
Aunque la mayoría de las fuentes musulmanas desprecian y ridiculizan la época preislámica, lo cierto es que
siempre tienen que referirse a esta época porque el islam reclama ser la restauración del monoteísmo
Abrahámico. Así, la ka'ba era una fundación de Abraham y de su hijo Ismael. Varias fuentes de la primera
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época islámica informan de que esta ka'ba se convirtió en una ciudad gracias a Qusayy, el ancestro de la tribu
Qurays. Se supone que vivió alrededor del 400 d.d.C.. Fundó la ciudad de la Meca cuando aconsejó a los
hombres de Qurays que se establecieran lo más cerca posible de la ka'ba porque así la gente les tendrían
miedo y no les atacarían. La proximidad al santuario haría de los Qurays un tabú.
La mayoría de las fuentes escritas presentan el lugar donde estaba la ka'ba como un suelo infértil, sin agua,
para destacar que el asentamiento se produjo allí por la intrínseca santidad del lugar. Sin embargo, la Meca
estaba realmente asentada en el fondo de un río seco pero sujeto a inundaciones. Tenía agua, había diversos
pozos, entre ellos el de zamzam. Las inundaciones frecuentes determinaban el material constructivo de las
casas de la Meca: piedra gris del lugar y no adobe. Las casas se hacían en los bordes del río, sobre todo en
pisos, porque no había mucho espacio disponible. También existía otro sistema: casas de material muy frágil
pero fáciles de reconstruir.
El santuario de la ka'ba no era el único del lugar, había otros como el de Arafat 11 kilómetros al este de la
Meca. También existía otro en la ciudad de Mina. En todos ellos se realizaban sacrificios.
Peter relaciona la existencia de santuarios con un estadio de evolución más complejo que la tribu,
concretamente la federación de tribus. Para Peter el poder de un jefe tribal sobre su tribu no necesita ser
legitimado por ninguna deidad. La existencia de una confederación tribal significa que un hombre ejerce su
poder no sobre su familia, sino sobre múltiples familias. Para legitimar este poder necesita hacerlo en un lugar
santo o bajo el auspicio de una deidad.
La presencia de diversos santuarios se explica por la rivalidad de las tribus. Un santo declaraba un área
inviolable llamada haram. Aquí eran posibles las relaciones pacíficas y, por tanto, el comercio. El hombre
santo era árbitro de las disputas intertribales y una figura política de primera magnitud. Un miembro de su
familia heredaba este papel surgiendo así un linaje santo.
Qussayy, el ancestro de Qurays era quien ejercía esta función en la ka'ba, así como diversos derechos en
relación al santuario, como la posesión de las llaves, la gestión del pozo de zamzam, el cobro de tasas por la
entrada y salida de los visitantes...
A cambio estaba obligado a alimentar a los peregrinos. Era quien anunciaba la guerra y quien presidía las
asambleas.
En época preislámica la Meca se regía por el régimen oligarca de la mala, un consejo de ancianos que se
reunía en una casa cerca del santuario de la ka'ba.
Los hijos y nietos de Qussayy heredaron los derechos ligados al santuario convirtiéndose así en la familia
santa del lugar santo. Esta era una posición política y religiosa de influencia a la que se unía una acumulación
económica que les permitirá arriesgarse a empresas más arriesgadas que según la tradición tienen lugar en la
segunda mitad del siglo V cuando los nietos de Qussayy emprenden relaciones comerciales con Abisinia,
Siria, Irak y Yemen. Se atribuye a Hasim, bisabuelo de Mahoma (440−500) el establecimiento de rutas
comerciales, sobre todo de la que iba a Siria. Se dice que fue el que hizo los pactos o ilaf con los que las
fuentes llaman los lobos de los árabes: los hostiles beduinos fuera del ámbito quraysí. Hasim arrendó los
camellos de estas tribus y les prometió beneficios comerciales siempre que garantizaran la seguridad de las
caravanas. Otras tribus alejadas de las rutas caravaneras también tenían la opción de participar en los
beneficios comerciales si pagaban el ilaf.
Estos acuerdos permitieron que la red de influencia quraysí traspasara la Meca y llegara fuera de Arabia. Es lo
que los historiadores ingleses llaman la Meccan Commonwealth, que se basaba en el prestigio del haram y de
su familia santa. Cualquier desafío al status religioso del Haram o a sus ídolos era un reto a la posición de los
Qurays y a su entramado comercial, base de la subsistencia de la Meca.
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Sin embargo, circunstancias políticas ajenas a los Qurays potenciaron el comercio por el hijaz. Se produce un
colapso de los reinos del sur a finales del siglo VI y principios del VII por la invasión de los etíopes y los
sasánidas y la guerra sasánida−bizantina en el este en el primer cuarto del siglo VII. La consecuencia será la
hegemonía comercial de la Meca en toda Arabia.
Con este desarrollo comercial a gran escala los beneficios de algunos habían aumentado mucho, pero también
había tenido lugar el fracaso de otros. Existían notables diferencias dentro de una misma tribu e incluso dentro
de un mismo clan. En Qurays, el clan de Hasim aún conservaba su prestigio, pero ahora el éxito comercial era
del clan Majzum, por tanto el liderazgo político recayó sobre ellos.
Las diferencias económicas y sociales supusieron un peligro para la posición de los clanes pobres y sus
mercancías en la red comercial. Entonces, se coaligaron en una confederación llamada Hilf Fudul. Con ella
pretendían evitar el monopolio de los clanes poderosos y asegurarse un lugar en el comercio. Justo en esta
situación aparece Mahoma y el islam.
A pesar de sus ilustres antecedentes familiares, las circunstancias económicas de Mahoma no eran prósperas.
El declive económico y político de Hasim era un hecho. Además, Mahoma era huérfano y, siguiendo las
reglas de protección del clan su educación quedó a cargo de su abuelo, y luego de su tío.
De su vida se desconoce casi todo, pero es previsible que los autores musulmanes de su biografía manipularan
los acontecimientos personales para hacerlos coincidir con hechos políticos relevantes. Por ejemplo, el año de
su nacimiento (570) se hace coincidir con el hecho de que Abraha, rey del reino del sur llamado Himyar se
dirigió a la Meca con un ejército de etíopes y un elefante, pero no consiguió rendirla. También se supone que
siendo un niño estuvo presente en la fundación del Hilf Fudul, lo cual es muy significativo de cara a su actitud
hacia la riqueza.
También de su vinculación con el comercio de Qurays existen muchas anécdotas. Por ejemplo, en una
expedición comercial en la ciudad siria de Bostra, se dice que un monje cristiano reconoció la santidad de
Mahoma. También se le hace partícipe de la guerra de Fijar en la que defendió una ruta comercial de Arabia.
Por su pericia en el comercio era el gerente de las fortunas de otros y se le conocía como el de confianza. A
pesar de ello, en su juventud estaba muy lejos de ser uno de los jóvenes líderes de Qurays, porque su clan
estaba empobrecido.
La revelación tuvo lugar en el año 600 días, cuando Mahoma contaba con unos 40 años de edad. Tuvo lugar
cuando se retiró al monte Hira para realizar unas prácticas piadosas y ascéticas que según las fuentes las
hacían los Qurays durante el ramadán. De ser esto cierto, estas prácticas serían un antecedente del ramadán
islámico.
La revelación ha sido articulada por Montgomery Watt, en varios puntos:
Alá es el creador de todo, controla lo que pasa y es bueno.
El hombre debe conocer el poder y la bondad de Alá y no confiar únicamente en sí mismo y en sus riquezas.
Debe practicar la generosidad y evitar la avaricia.
Alá resucita al hombre el día del juicio y lo juzga.
Alá es uno. Los ídolos no prevalecerán contra él.
Mahoma ha sido enviado por Alá en calidad de profeta que anuncia el día del juicio.
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Alá hace vencer al profeta y a sus seguidores en contra de sus oponentes.
Las consecuencias sociopolíticas de la revelación se derivaban fundamentalmente de los postulados:
La incitación a la generosidad y a evitar la avaricia, lo cual constituye una reflexión sobre las víctimas de la
descomposición social y un ataque a los clanes ricos de la Meca.
La aceptación de la unicidad de Dios y de la autenticidad del profeta, lo que equivalía a reconocer que existe
un hombre con una capacidad superior al resto para regir la comunidad.
Las fuentes musulmanas pone de manifiesto que existe una ruptura total entre la ignorancia de la época
preislámica y la época islámica, pero Mahoma incorpora muchos ritos preislámicos a la revelación. Los cinco
pilares del islam son los siguientes: la profesión de fe es el reconocimiento de la unicidad de Dios y que
Mahoma es el enviado de Dios; la limosna; la oración; el ayuno y la peregrinación. De todos, sólo el primero
constituye una auténtica innovación que rompe con el politeísmo pre islámico.
Los dioses establecidos en los santuarios fijos eran adorados por las tribus y las confederaciones tribales que
así fortalecerían sus lazos y permitían el establecimiento de las relaciones comerciales en el Haram. En la
Meca preislámica existían varios dioses que compartían la ka'ba. Es probable que Alá fuera ya considerado el
Dios principal, bien por una tendencia al enoteísmo (jerarquización de las deidades) o por una influencia
cristiana o judía.
Allah se deriva de la expresión al ilah, que significa Dios. Era un dios reconocido en una amplia zona de
Arabia occidental y del sur de Siria. Tampoco se sabe que estuviera representado por un ídolo. A pesar de su
importancia, Alá compartía la devoción de los mequenses con las diosas Al−Lat, Al−Uzza y Manat. En un
momento de debilidad y de pactos con los Qurays, Mahoma pensó en incorporar a estas diosas al Corán
diciendo que eran hijas de Alá, pero se arrepintió y estos versículos fueron llamados los versículos satánicos.
Mahoma rectifica diciendo que eran ángeles.
Otros dioses como Hubal también se encontraban en la ka'ba. Estaba asociado a la adivinación con flechas.
Por estar vinculado a una práctica preislámica, el Corán prohíbe la adivinación con flechas, la adoración de
piedras e incluso comer sobre ellas.
Aparte de esta ruptura con el politeísmo, esencial para convertirse en el enviado del único Dios, Mahoma
integra muchas creencias y rituales paganos. Así, aparecen en el Corán los nativos Yinn, que fueron los
primeros que oyeron el Corán. Son los genios del desierto.
La oración preislámica al amanecer y al anochecer se mantiene, sólo que incluyendo tres momentos del día
más. También la limosna y el ayuno ya se practicaban en época preislámica. La peregrinación, aunque es
modificada en su recorrido y suprimidos los sacrificios paganos, se mantuvo en lo esencial, así como las
paradas en Arafat y Mina.
EL ISLAM
Su origen proviene de los grupos de pastores del norte de la península arábiga. La anterior religión que
profesaban estas gentes era politeísta y animista. El cambio de religión está ligado al paso de una anterior
sociedad segmentaria a una sociedad estatal.
Podemos dividir la península arábiga en dos zonas: el sur y el centro−norte.
En el centro−norte la pluviosidad es inferior a 100 ml anuales: se trata de un clima desértico. En este
ambiente, el tipo humano va a ser el pastor nómada, aunque existen sedentarios en los oasis, donde sí se
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practica una agricultura más constante, sobre todo de olivo, vid, y legumbres. El hábitat es disperso, existen
poquísimas ciudades y la densidad de población es muy baja. La organización sociopolítica más elevada a la
que se llegó fue a la tribu o, en su caso, a la confederación tribal. Se trata de tribus de descendientes de un
ancestro masculino.
En el sur, la combinación de vientos monzónicos y las altas altitudes hace que haya una humedad suficiente
para la práctica sistemática de la agricultura. Es una agricultura de regadío basada en los cereales, la vid, las
legumbres y dos cultivos muy característicos: el incienso y la mirra, productos de lujo muy solicitados en
occidente para prácticas mortuorias. El tipo humano es el agricultor sedentario. Las ciudades tienen una alta
densidad de población y una organización política más compleja: el reino como superación del sistema tribal.
Aunque eran dos mundos diferentes estaban unidos por la práctica del comercio: muchos productos de Yemen
iban al mediterráneo por un pasillo al oeste de la península arábiga llamado Hijaz.
Los límites geográficos de los árabes del centro−norte llegaban al sur de Irak y por debajo de los
semidesiertos del Éufrates en la ciudad de Hira. También llegaban a la región de Yazira y por acuerdos con el
imperio bizantino al norte de Siria, al este de Jordán y al sur de Palestina.
Todos hablaban la lengua árabe, vehículo fundamental de difusión para el islam.
¿Cómo se veían ellos a sí mismos? Hugh Kennedy decía que los árabes creían que los árabes del norte y los
del sur tenían un parentesco entre sí y que esto fue inventado en época omeya para explicar la rivalidad de dos
tribus del norte contra el sur: las tribus del norte Qays y Mudar y los yemeníes del sur.
Sin embargo, Peters cree que esta creencia surgió para unir genealógicamente a Mahoma con Abrahám.
En cuanto a la organización social y política de los árabes, no tenían un organización social y política
centralizada. Habían existido estados en la península arábiga pero siempre en zonas excéntricas y marginales a
los árabes del norte. Para los nómadas la única organización social y política era la tribu o, en su caso, la
confederación tribal. Por eso se llama sociedad segmentaria.
La tribu es una organización social y política no estatal formada por los descendientes de un antepasado
común masculino, fuera epónimo o real, hasta tal punto que muchas veces es más un fenómeno mental que
biológico. Estudios antropológicos ponen de manifiesto que tribus que tienden a tener cuestiones económicas
en común tienden a inventar un parentesco común.
La tribu es una entidad cerrada en sí misma en la medida en la que reconoce sólo el parentesco por vía
masculina. Existen dos vías para conseguir anular el parentesco femenino:
Practicar la endogamia: el matrimonio con la hija del tío paterno es el preferente.
Si el matrimonio es exogámico, los hijos sólo se reconocen como del padre.
Pertenecen a la misma tribu aquellos que tenían la responsabilidad de la venganza de sangre. No existe el
estado y, por tanto, la protección de personas y bienes recae sobre el clan y la tribu, bien a través de la
venganza de sangre, bien a través de una composición dineraria según la tipificación del delito. La diya es el
precio de la sangre.
El poder que ejercían los jefes de la tribu no era coercitivo sino que entre sus funciones estaban servir de
árbitro en conflictos en el seno de la tribu, buscar pastos y proteger bienes y personas. El jefe de la tribu se
elegía entre un clan designado como clan gobernante, en un sistema que combinaba herencia y elección.
Herencia porque se elegía siempre dentro del clan gobernante, y elección porque se elegía al más hábil entre
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los miembros de la tribu.
Antes de la aparición del islam las diferencias sociales en el seno de la tribu no eran relevantes, aunque en los
años que precedieron a la aparición del islam empiezan a generarse tensiones sociales por las diferencias
sociales y económicas en el seno de la tribu y del clan.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA.
Los pastores nómadas árabes en el centro eran camelleros, y en las zonas externas de la península arábiga
semidesérticas de frontera del imperio sasánida y bizantino criaban sobre todo cabras y ovejas.
El nomadismo no es una actividad económica totalmente autosuficiente. Otros bienes eran necesarios y
podían adquirirse por varias vías:
Intercambiando productos en mercados próximos.
Realizando razzias sobre los sedentarios de la península arábiga.
Imponiendo pagos a cambio de protección. Esta medida se aplicaba a los mercaderes que recorrían las rutas
caravaneras y que si querían pasar ilesos por una ruta debían pagar a las tribus nómadas.
La población sedentaria del sur vive de la agricultura y el comercio. En época antigua existía un comercio
fundamentalmente de productos de lujo. Existen dos principales centros productores:
El sudeste asiático y la india, donde se producen fundamentalmente especias (canela, clavo, pimienta),
perfumes... Las rutas por las que circulaban eran las siguientes: en primer lugar, desde el Golfo Pérsico al
Éufrates, desde donde llegaban a ciudades como Edessa en Siria y de ahí al mediterráneo. Cuando esta ruta
estaba cerrada por la guerra o por los peajes sasánidas, existía una ruta alternativa hasta el Yemen por el mar
rojo y el mediterráneo, pero esta alternativa era muy difícil para la navegación por los arrecifes de coral. Los
más fácil era ir por tierra: desde Yemen por el Hijaz hasta Petra, Palmira y de ahí al mediterráneo.
El Yemen. El incienso y la mirra se transportaban a través del Hijaz.
A mediados del siglo VI este comercio internacional hegemonizado por el sur entra en crisis por la caída del
imperio romano de occidente, uno de sus principales clientes, también por las dificultades económicas de
Bizancio y por la invasión etíope del sur de Arabia entre el 520 y el 570 seguida por una ocupación persa
entre finales del s. VI y principios del VII que produce un colapso de estos reinos ricos del sur de Arabia.
También las guerras entre el 502 y el 528 entre sasánidas y bizantinos que acabaron con los reinos clientes
van a dar lugar a un cambio de rumbo de este comercio y al papel hegemónico que empieza a tener la Meca en
él.
En la Meca la tribu dominante es la de los Qurays. Habrá clanes (como el de Mahoma llamado Hasim) que
tengan un nivel económico más bajo. Este clan siempre había sido el que daba el grupo gobernante de Qurays
y siempre habían sido los guardianes de la ka'ba. Con este desarrollo del comercio, este clan se empobrece y
hay clanes que nunca habían sido importantes en los Qurays y que ahora serán los que den los jefes de la tribu.
Esto produce muchas tensiones.
HISTORIA ESPECULATIVA DE LA MECA EN ÉPOCA PRE ISLÁMICA.
Es especulativa porque las fuentes son prácticamente inexistentes y poco fiables. De los reinos del sur sí
hablan autores griegos y romanos, pero del norte y del centro apenas tenemos testimonios de fuentes no
árabes. Las fuentes más importantes son las tradiciones orales, donde tienen gran importancia las genealogías
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y unos relatos orales que más tarde serán escritos sobre las interminables luchas entre las tribus. Estas luchas
se llaman las Ayyam al arab. Junto con esta tradición oral existe una poesía de amor y guerra. Cada clan tenía
un poeta que era el que animaba a los guerreros a hacer la guerra.
Junto estas tradiciones orales existen tradiciones musulmanas escritas, pero tiene un problema: están más
interesadas en destacar la ignorancia de la época prehispánica que en contar la realidad.
Así, las antiguas tradiciones fueron reescritas u olvidadas a la luz de la nueva revelación.
El problema con el que se encuentra la Arqueología es que está prohibido excavar en las dos ciudades santas
(Medina y la Meca). Además, las excavaciones en otras ciudades se han centrado en épocas más
monumentales.
Aunque la mayoría de las fuentes musulmanas desprecian y ridiculizan la época preislámica, lo cierto es que
siempre tienen que referirse a esta época porque el islam reclama ser la restauración del monoteísmo
Abrahámico. Así, la ka'ba era una fundación de Abraham y de su hijo Ismael. Varias fuentes de la primera
época islámica informan de que esta ka'ba se convirtió en una ciudad gracias a Qusayy, el ancestro de la tribu
Qurays. Se supone que vivió alrededor del 400 d.d.C.. Fundó la ciudad de la Meca cuando aconsejó a los
hombres de Qurays que se establecieran lo más cerca posible de la ka'ba porque así la gente les tendrían
miedo y no les atacarían. La proximidad al santuario haría de los Qurays un tabú.
La mayoría de las fuentes escritas presentan el lugar donde estaba la ka'ba como un suelo infértil, sin agua,
para destacar que el asentamiento se produjo allí por la intrínseca santidad del lugar. Sin embargo, la Meca
estaba realmente asentada en el fondo de un río seco pero sujeto a inundaciones. Tenía agua, había diversos
pozos, entre ellos el de zamzam. Las inundaciones frecuentes determinaban el material constructivo de las
casas de la Meca: piedra gris del lugar y no adobe. Las casas se hacían en los bordes del río, sobre todo en
pisos, porque no había mucho espacio disponible. También existía otro sistema: casas de material muy frágil
pero fáciles de reconstruir.
El santuario de la ka'ba no era el único del lugar, había otros como el de Arafat 11 kilómetros al este de la
Meca. También existía otro en la ciudad de Mina. En todos ellos se realizaban sacrificios.
Peter relaciona la existencia de santuarios con un estadio de evolución más complejo que la tribu,
concretamente la federación de tribus. Para Peter el poder de un jefe tribal sobre su tribu no necesita ser
legitimado por ninguna deidad. La existencia de una confederación tribal significa que un hombre ejerce su
poder no sobre su familia, sino sobre múltiples familias. Para legitimar este poder necesita hacerlo en un lugar
santo o bajo el auspicio de una deidad.
La presencia de diversos santuarios se explica por la rivalidad de las tribus. Un santo declaraba un área
inviolable llamada haram. Aquí eran posibles las relaciones pacíficas y, por tanto, el comercio. El hombre
santo era árbitro de las disputas intertribales y una figura política de primera magnitud. Un miembro de su
familia heredaba este papel surgiendo así un linaje santo.
Qussayy, el ancestro de Qurays era quien ejercía esta función en la ka'ba, así como diversos derechos en
relación al santuario, como la posesión de las llaves, la gestión del pozo de zamzam, el cobro de tasas por la
entrada y salida de los visitantes...
A cambio estaba obligado a alimentar a los peregrinos. Era quien anunciaba la guerra y quien presidía las
asambleas.
En época preislámica la Meca se regía por el régimen oligarca de la mala, un consejo de ancianos que se
reunía en una casa cerca del santuario de la ka'ba.
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Los hijos y nietos de Qussayy heredaron los derechos ligados al santuario convirtiéndose así en la familia
santa del lugar santo. Esta era una posición política y religiosa de influencia a la que se unía una acumulación
económica que les permitirá arriesgarse a empresas más arriesgadas que según la tradición tienen lugar en la
segunda mitad del siglo V cuando los nietos de Qussayy emprenden relaciones comerciales con Abisinia,
Siria, Irak y Yemen. Se atribuye a Hasim, bisabuelo de Mahoma (440−500) el establecimiento de rutas
comerciales, sobre todo de la que iba a Siria. Se dice que fue el que hizo los pactos o ilaf con los que las
fuentes llaman los lobos de los árabes: los hostiles beduinos fuera del ámbito quraysí. Hasim arrendó los
camellos de estas tribus y les prometió beneficios comerciales siempre que garantizaran la seguridad de las
caravanas. Otras tribus alejadas de las rutas caravaneras también tenían la opción de participar en los
beneficios comerciales si pagaban el ilaf.
Estos acuerdos permitieron que la red de influencia quraysí traspasara la Meca y llegara fuera de Arabia. Es lo
que los historiadores ingleses llaman la Meccan Commonwealth, que se basaba en el prestigio del haram y de
su familia santa. Cualquier desafío al status religioso del Haram o a sus ídolos era un reto a la posición de los
Qurays y a su entramado comercial, base de la subsistencia de la Meca.
Sin embargo, circunstancias políticas ajenas a los Qurays potenciaron el comercio por el hijaz. Se produce un
colapso de los reinos del sur a finales del siglo VI y principios del VII por la invasión de los etíopes y los
sasánidas y la guerra sasánida−bizantina en el este en el primer cuarto del siglo VII. La consecuencia será la
hegemonía comercial de la Meca en toda Arabia.
Con este desarrollo comercial a gran escala los beneficios de algunos habían aumentado mucho, pero también
había tenido lugar el fracaso de otros. Existían notables diferencias dentro de una misma tribu e incluso dentro
de un mismo clan. En Qurays, el clan de Hasim aún conservaba su prestigio, pero ahora el éxito comercial era
del clan Majzum, por tanto el liderazgo político recayó sobre ellos.
Las diferencias económicas y sociales supusieron un peligro para la posición de los clanes pobres y sus
mercancías en la red comercial. Entonces, se coaligaron en una confederación llamada Hilf Fudul. Con ella
pretendían evitar el monopolio de los clanes poderosos y asegurarse un lugar en el comercio. Justo en esta
situación aparece Mahoma y el islam.
A pesar de sus ilustres antecedentes familiares, las circunstancias económicas de Mahoma no eran prósperas.
El declive económico y político de Hasim era un hecho. Además, Mahoma era huérfano y, siguiendo las
reglas de protección del clan su educación quedó a cargo de su abuelo, y luego de su tío.
De su vida se desconoce casi todo, pero es previsible que los autores musulmanes de su biografía manipularan
los acontecimientos personales para hacerlos coincidir con hechos políticos relevantes. Por ejemplo, el año de
su nacimiento (570) se hace coincidir con el hecho de que Abraha, rey del reino del sur llamado Himyar se
dirigió a la Meca con un ejército de etíopes y un elefante, pero no consiguió rendirla. También se supone que
siendo un niño estuvo presente en la fundación del Hilf Fudul, lo cual es muy significativo de cara a su actitud
hacia la riqueza.
También de su vinculación con el comercio de Qurays existen muchas anécdotas. Por ejemplo, en una
expedición comercial en la ciudad siria de Bostra, se dice que un monje cristiano reconoció la santidad de
Mahoma. También se le hace partícipe de la guerra de Fijar en la que defendió una ruta comercial de Arabia.
Por su pericia en el comercio era el gerente de las fortunas de otros y se le conocía como el de confianza. A
pesar de ello, en su juventud estaba muy lejos de ser uno de los jóvenes líderes de Qurays, porque su clan
estaba empobrecido.
La revelación tuvo lugar en el año 600 días, cuando Mahoma contaba con unos 40 años de edad. Tuvo lugar
cuando se retiró al monte Hira para realizar unas prácticas piadosas y ascéticas que según las fuentes las
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hacían los Qurays durante el ramadán. De ser esto cierto, estas prácticas serían un antecedente del ramadán
islámico.
La revelación ha sido articulada por Montgomery Watt, en varios puntos:
Alá es el creador de todo, controla lo que pasa y es bueno.
El hombre debe conocer el poder y la bondad de Alá y no confiar únicamente en sí mismo y en sus riquezas.
Debe practicar la generosidad y evitar la avaricia.
Alá resucita al hombre el día del juicio y lo juzga.
Alá es uno. Los ídolos no prevalecerán contra él.
Mahoma ha sido enviado por Alá en calidad de profeta que anuncia el día del juicio.
Alá hace vencer al profeta y a sus seguidores en contra de sus oponentes.
Las consecuencias sociopolíticas de la revelación se derivaban fundamentalmente de los postulados:
La incitación a la generosidad y a evitar la avaricia, lo cual constituye una reflexión sobre las víctimas de la
descomposición social y un ataque a los clanes ricos de la Meca.
La aceptación de la unicidad de Dios y de la autenticidad del profeta, lo que equivalía a reconocer que existe
un hombre con una capacidad superior al resto para regir la comunidad.
Las fuentes musulmanas pone de manifiesto que existe una ruptura total entre la ignorancia de la época
preislámica y la época islámica, pero Mahoma incorpora muchos ritos preislámicos a la revelación. Los cinco
pilares del islam son los siguientes: la profesión de fe es el reconocimiento de la unicidad de Dios y que
Mahoma es el enviado de Dios; la limosna; la oración; el ayuno y la peregrinación. De todos, sólo el primero
constituye una auténtica innovación que rompe con el politeísmo pre islámico.
Los dioses establecidos en los santuarios fijos eran adorados por las tribus y las confederaciones tribales que
así fortalecerían sus lazos y permitían el establecimiento de las relaciones comerciales en el Haram. En la
Meca preislámica existían varios dioses que compartían la ka'ba. Es probable que Alá fuera ya considerado el
Dios principal, bien por una tendencia al enoteísmo (jerarquización de las deidades) o por una influencia
cristiana o judía.
Allah se deriva de la expresión al ilah, que significa Dios. Era un dios reconocido en una amplia zona de
Arabia occidental y del sur de Siria. Tampoco se sabe que estuviera representado por un ídolo. A pesar de su
importancia, Alá compartía la devoción de los mequenses con las diosas Al−Lat, Al−Uzza y Manat. En un
momento de debilidad y de pactos con los Qurays, Mahoma pensó en incorporar a estas diosas al Corán
diciendo que eran hijas de Alá, pero se arrepintió y estos versículos fueron llamados los versículos satánicos.
Mahoma rectifica diciendo que eran ángeles.
Otros dioses como Hubal también se encontraban en la ka'ba. Estaba asociado a la adivinación con flechas.
Por estar vinculado a una práctica preislámica, el Corán prohíbe la adivinación con flechas, la adoración de
piedras e incluso comer sobre ellas.
Aparte de esta ruptura con el politeísmo, esencial para convertirse en el enviado del único Dios, Mahoma
integra muchas creencias y rituales paganos. Así, aparecen en el Corán los nativos Yinn, que fueron los
primeros que oyeron el Corán. Son los genios del desierto.
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La oración preislámica al amanecer y al anochecer se mantiene, sólo que incluyendo tres momentos del día
más. También la limosna y el ayuno ya se practicaban en época preislámica. La peregrinación, aunque es
modificada en su recorrido y suprimidos los sacrificios paganos, se mantuvo en lo esencial, así como las
paradas en Arafat y Mina.
Los primeros que se convirtieron fueron los familiares de Mahoma, tanto del clan de su padre (Hasim) como
el de su madre (Zuhra). Eran clanes recientemente empobrecidos en el desarrollo comercial de la Meca. Era
más un movimiento de gentes que acababan de perder más que de aquellos que no tenían nada. Sin embargo,
hubo adeptos de los clanes ricos. Con la nueva religión, las conversiones al islam no se realizan por clanes,
sino individualmente. Esto es muy importante en un momento en el que la presión de los ricos Qurays se hizo
sentir. El mensaje de Mahoma era un ataque contra los intereses de los ricos comerciantes, por tanto los
Qurays intentan boicotear las mercancías de los clanes implicados oponiéndose a los conversos incluso
violentamente.
En este ambiente tiene lugar la primera emigración o hiyra, que se produce en el 615 protagonizada por los
musulmanes más pobres cuyos clanes no podían garantizarles la seguridad frente a los Qurays. Va de la Meca
a Abisinia. En la Meca, sin embargo, quedan los musulmanes más fuertes como el propio Mahoma protegido
por su tío Abu Talib que quedó como jefe de clan a la muerte de su abuelo, a pesar de que su tío no era
creyente y a pesar de las presiones de los Qurays.
La situación cambia en el 619 a la muerte de Abu Talib, que fue sucedido por su hermano Abu Lahab.
Mahoma intenta huir de la Meca y establecer contactos con los taqafíes de la vecina ciudad de Ta'if. Tiene
poco éxito en los acuerdos e inicia negociaciones con una ciudad al norte de la Meca llamada Yatrib, más
tarde Medina. Era un centro agrícola en un oasis y en ella también había judíos dedicados al comercio. Vivían
dos clanes árabes que habían tenido luchas entre ellos durante mucho tiempo y habían llegado a la paz por
agotamiento. Había también tres clanes judíos. Era claramente una comunidad agrícola con necesidad de un
líder, y era más fácil que fuera un forastero. Mahoma se asegura de ser aceptado por los clanes árabes, aunque
al principio existieron elementos reticentes.
La emigración o hégira se produce en el 622 protagonizadas por los emigrantes llamados a partir de ahora
Muhayirun, unos 70 hombres que salieron de la Meca en pequeños grupos, entre ellos Mahoma con su fiel
amigo Abu Bakr. Fueron acogidos en las casas de los anfitriones medinenses que a partir de ahora se llamarán
ayudantes o ansar.
Con su traslado a Medina, los emigrantes perdieron la protección de su sistema clánico y para organizar la
seguridad de los musulmanes y sus relaciones con la circundante sociedad pagana se elaboró un documento
llamado la Constitución de Medina. Se establece que todos los partidarios de la nueva fe son inscritos como
umma o comunidad islámica, y para pertenecer a ella hay que pagar la sadaqa o limosna legal. La umma podía
organizar razzias contra los no musulmanes como si se tratara de una tribu. Si un musulmán era asesinado por
un no creyente, toda la umma exigiría venganza de sangre. Si un musulmán ataca a otro musulmán los
tradicionales precios de sangre o diya se ponían en funcionamiento.
Los judíos mantenían relaciones con la umma y participaban con ellos en determinadas empresas, pero
conservaba su religión. Esta constitución habla en dos ocasiones de Mahoma, pero como árbitro de conflictos.
No tiene el poder absoluto y tampoco se pone el acento en su naturaleza religiosa.
Mahoma declara a Medina haram, lugar sagrado e inviolable. Su objetivo era ser su hombre santo y
convertirla en un centro comercial. Estas actividades eran seguidas muy de cerca por los mequenses que
vieron en Medina una competencia para sus intereses.
Mahoma quería integrar a la Meca en el nuevo movimiento porque sabía que sin la experiencia de Qurays el
islam no pasaría de ser un culto local en Medina. Comienza a cortar la ruta de Siria para conseguir que la
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Meca se rindiera por hambre.
La primera guerra es conocida como la batalla del pozo de Badr y tiene lugar en el 624. Los mequenses bajo
su líder Abu Jahl del clan majzum se enfrentan con los musulmanes. Ganan estos últimos. El éxito permite
afirmar la posición de Mahoma en Medina y silenciar por el momento a sus oponentes. Mahoma se dirige
contra los judíos, los únicos con una ideología propia que le desafiaba en una ciudad en la que su
reconocimiento como líder político pasaba por su reconocimiento como profeta. Ordena la confiscación del
clan más rico de los judíos.
El segundo enfrentamiento con la Meca tiene lugar en el 652 y es conocido como la batalla de Uhud. Los
mequenses están liderados por Abu Sufyan. Estos mequenses se establecen en una colina dominando Medina
y sus cultivos. Mahoma salió y la batalla quedó en tablas. Nuevamente se vuelve Mahoma contra los judíos y
los expulsó y confiscó sus tierras.
La tercera batalla es conocida como la batalla de Jandaq (barranco). Los mequenses se dirigen contra Medina
en el 626, pero la cosecha ya está dentro de la ciudad y el profeta mandó abrir una zanja alrededor de la
ciudad. Los mequenses venían preparados para una incursión rápida y obtener botín, pero no para sitiar la
ciudad. No hubo enfrentamiento alguno. Mahoma se dirigió contra el último clan judío del que temió una
traición.
Así, las tres batallas habían demostrado que ninguna de las dos partes era superior militarmente a la otra. Era
deseada una salida de compromiso por ambas partes. La Meca no sólo había sufrido pérdidas comerciales,
sino que tenía muchas dificultades para el suministro de alimentos porque la ruta de Siria seguía cortada y sus
intentos por abrir una ruta hacia Irak también habían sido cortados por los musulmanes.
Mahoma deseaba un pacto con la Meca e incorporarla al nuevo movimiento islámico para beneficiarse de su
red de influencias por toda Arabia. Sin embargo, había un escollo insalvable: las exigencias de Mahoma de ser
reconocido como enviado de Dios. Para los de la Meca, aceptar su autenticidad como profeta significaba
reconocerlo como líder político. Esto era muy difícil para la gente Qurays porque entre ellos se encontraban
los Omeyas y los Majzumíes, las dos familias más importantes. Además, tampoco era fácil para el resto de los
mequenses, que habían conocido a Mahoma en una situación de pobreza. Sin embargo, para Mahoma esto
constituía la piedra angular de su posición y no estaba dispuesto a renunciar a ello. Por tanto, aún faltaban
bastantes años para llegar a la paz.
En el 628 Mahoma se dirigió con 1500 musulmanes hacia la Meca a hacer la peregrinación. Anteriormente, la
dirección de la oración estaba en Jerusalén, pero en su ruptura con los judíos de Medina Mahoma rompió esta
norma y la dirección de la oración se orientaba hacia la ka'ba.
Estos musulmanes se asentaron junto a un pozo y trataron una tregua con los mequenses por la cual los
musulmanes cada año harían una peregrinación a la ka'ba mientras que los mequenses saldrían tres días para
evitar conflictos.
En el 629, estando nuevamente en la Meca, comienzan negociaciones secretas entre los líderes Qurays y
Mahoma. Algunos de estos líderes se habían convertido en este tiempo, como Amr ben al As, el conquistador
de Egipto. Sin embargo, quedaba una facción más dura de Qurays entre la que se encontraba el hijo del héroe
muerto en Badr.
En el 630 Mahoma entró con 10.000 musulmanes a la Meca y la ciudad se rinde. El profeta no tomó
represalias contra los mequenses, excepto contra los apóstatas del islam. Semanas después de su rendición, los
mequenses pudieron comprobar lo útil de la nueva alianza con los musulmanes cuando éstos los defendieron
de un ataque de sus vecinos taqifíes.
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El profeta fue muy generoso en el botín con los líderes mequenses. Los musulmanes de Medina, los
ayudantes, empezaron a preguntarse si esto no sería una reconciliación de los emigrantes con sus parientes.
Ellos que tanto habían hecho por el islam iban a quedar marginados.
La umma, tras la incorporación de la Meca y los taqifíes, empezaba a ser una organización poderosa y muchos
en la península arábiga querían estrechar lazos con ella por diversos motivos:
Algunas tribus aliadas de Qurays trasladaron su lealtad a la nueva fe.
Otras, como las del noreste de Arabia, estaban interesadas en ser aliadas de los musulmanes para realizar
razzias más eficientes contra Irak.
Otras del sur de Arabia utilizaban el apoyo de la umma para erigirse en clanes gobernantes sobre tribus
locales.
Las situaciones de todas estas tribus eran muy diferentes entre sí. Algunas pagaban la sadaqa y se convertían
al islam. Otras también pagaban pero seguían siendo cristianas. Otras no pagaban pero mantenían relaciones
diplomáticas con la umma.
Conforme la umma se fue haciendo más grande y poderosa cada vez era más difícil integrarse en ella sin
aceptar los preceptos del islam.
A la muerte de Mahoma en el 632 el islam había sido un éxito muy rápido: había recogido parte de la
tradición tribal preislámica, aunque había incorporado definitivas innovaciones sobre las que se construye el
estado islámico. Por un lado, Mahoma se había comportado como otros hombres santos de la península
arábiga. Procedía de la familia santa de la Meca y en Medina se había convertido en un hombre santo. Pero si
los santuarios y los profetas de Arabia admitían y respetaban cada una el territorio y la influencia de los otros,
para Alá y Mahoma todo el mundo era su área y ninguna otra deidad tenía cabida en ella. Esta exclusividad y
universalidad del islam marca una ruptura con la religión tradicional.
Se ha dicho que lo que Mahoma hizo con la umma fue incorporar la red de influencias mequense, pero si esta
red de contactos se había realizado en pie de igualdad entre Qurays y otras tribus, ahora Mahoma llama a la
obediencia de Alá y su más inmediato representante en la tierra.
Se ha dicho que la umma era la heredera de la tribu árabe y se la ha calificado de súper tribu. Sus
componentes pacían la guerra juntos y si un musulmán era atacado por un no musulmán, toda la umma exigía
venganza. Sin embargo, el poder de Mahoma no era el de un jefe de tribu. Una desobediencia al profeta era un
desafío al mismo Dios. Aun así, su poder nunca fue absoluto y tendía a rodearse de un consejo o sura para
solucionar los principales problemas de la comunidad.
La élite tribal también era diferente de la élite musulmana. La élite tribal se creaba a partir de los criterios de
valentía, generosidad y buen juicio al servicio de la comunidad, aunque en los últimos tiempos, se creaba a
partir del nacimiento en un clan rico y poderoso. Sin embargo, para el Corán el mejor de los musulmanes era
el que más temía a Dios. Esto significaba que la élite musulmana debía ser construida con los que hubieran
mostrado más celo y piedad por el islam. Estos eran, en primer lugar, los emigrantes que habían abandonado
la seguridad de su clan para seguir al profeta. En segundo lugar, los ayudantes. Sin embargo, en la práctica los
segundos nunca tuvieron puestos importantes en la nueva organización.
Quedaba un problema: ¿cómo se iban a integrar las élites locales con un alto estatus en época preislámica pero
que se convirtieron al islam a última hora?.
Para algunos como los Omeyas era natural posicionarse como líderes. Sin embargo, estas exigencias eran mal
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vistas por otros como los ayudantes.
A la muerte del profeta, quedaron importantes cuestiones para el futuro de la comunidad. Dejó claro que él era
el colofón de los profetas, el último de una serie de profetas del antiguo y nuevo testamento y que nadie podía
heredar este papel. Quedaban por responder cuestiones muy importantes: ¿Quién debía liderar la umma y cuál
sería la naturaleza de su poder? ¿Debía ser elegido dentro del clan del profeta, dentro de la tribu del profeta o
dentro de la umma? ¿Debía ser el primero entre los iguales o debía tener un poder más efectivo o una sanción
divina?. Junto a estos, surgieron otros problemas: ¿Quién formaría la élite musulmana: los primeros
musulmanes o aquellos que se convirtieron más tarde pero ya tenían experiencia política anterior al islam?.
La misma noche de la muerte del profeta se reunieron los ayudantes y los emigrantes para elegir un sucesor.
Los ayudantes no estaban dispuestos a quedarse sin una representación en la comunidad. Las viejas divisiones
de los clanes de Medina se hicieron sentir y la decisión fue tomada más rápido por los emigrantes. Entre ellos,
Ummar ben al−Jattab no estaba dispuesto a que los líderes mequenses convertidos a última hora ocuparan
puestos relevantes en la organización.
Sin embargo, otros como Abu Bakr parecían más dispuestos a aprovechar los talentos de Qurays. Así, se
impuso el criterio de al−Jattab que se precipitó con un juramento a Abu Bakr seguido por toda la comunidad.
Éste había sido elegido no sólo porque fue uno de los primeros conversos o por su proximidad al profeta, sino
también porque como herencia Quraysí tenía un amplio conocimiento de las genealogías y de las intrincadas
relaciones entre las tribus, esencial para el gobierno de Arabia en este momento.
En este tiempo ya surgieron graves problemas. Tras la muerte de Mahoma muchos se quisieron emancipar de
la umma. Sólo el hijaz pagaba sadaqa y se había convertido al islam. El resto estaba en situaciones diversas:
algunos habían vuelto a sus profetas locales, otros seguían convertidos al islam pero no pagaban a Medina
sino a los poderes locales.
La política de Abu Bakr era una política de continuidad. Seguirán las expediciones a Siria que ya había sido
iniciadas en vida del profeta.
Mahoma siempre había castigado a los apóstatas, y Abu Bakr hace lo mismo e inicia las guerras de ridda o
apostasía por toda Arabia. En ellas, para demostrar su celo por la nueva religión participaron muchos de los
nuevos conversos mequenses.
Antes de su muerte, en el 634, Abu Bakr eligió como sucesor a al− Jattab, permitiendo a la comunidad
ratificar esta elección. Al−Jattab ha pasado a la historia como epítome de austeridad y gobernante
incorruptible. Su gobierno va a suponer el intento de organizar la sociedad árabe según un criterio islámico.
Esto significa que la antigüedad en la conversión iba a determinar la nueva élite. Los altos puestos serían
entregados a los primeros musulmanes. En primer lugar, a los emigrantes. Sin embargo, los ayudantes de
Medina recibieron pocos cargos importantes. Dentro de los nuevos conversos de la Meca, al−Jattab
promociona a los Omeyas. Los majzumíes a los que Abu Bakr había apoyado fueron sin embargo disminuidos
en su estatus. A nivel de Arabia, la prioridad la tendrían la gente del Hijaz y los últimos conversos y en
particular los apóstatas tendrían un papel secundario e incluso marginal.
Aplicar un criterio islámico quería decir que muchos individuos con un alto estatus tribal en época preislámica
verían reducirse éste bajo el gobierno de al−Jattab.
En política exterior lo más destacado de este reinado es la conquista de Siria, Egipto e Irak. La rapidez con
que se produjeron estas conquistas tiene una difícil explicación. Para las fuentes musulmanas, lo que provocó
esa rapidez fue el fervor de los musulmanes en la nueva fe. Para autores como Shaban, tras las guerras de
apostasía fue importante la reconstrucción de un área comercial y los musulmanes se lanzaron a buscar botín
realizando razzias. Para Hugh Kennedy las conquistas eran consecuencia de la paz islámica. Las razzias de
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una tribu musulmana contra otra no eran ahora posibles, pero sí era posible que los musulmanes lucharan
contra los infieles.
Las conquistas de Siria, Yazira, Egipto e Irak no son premeditadas. En cuanto a Siria, el profeta ya se había
dirigido a ella, y se convertirá en el primer objetivo de la umma. El ejército sirio estaba compuesto por
Qurays, fundamentalmente omeyas y majzumíes. El ejército que se dirigió a Siria estaba formado por Qurays
y tribus del norte de Arabia. Siria fue conquistada, por tanto, por los que ya eran la élite de la sociedad
islámica. Tuvieron lugar varios enfrentamientos: el primero, en el 634 (Anadain), el segundo en el 637
(Yarmuk) y el tercero en el 638, cuando cae Jerusalén. Umar al Jattab se dirige hacia allí.
Muchos bizantinos huyeron, y estas tierras abandonadas pasan a manos musulmanas que a partir de ahora
pagarán el diezmo o usur. Sin embargo, lo general fue que los musulmanes vivieran de los estipendios:
sueldos a partir de las rentas que se cobran en un sitio sobre los no musulmanes. Son de dos tipos: sobre las
propiedades (jaray) y por capitación (yizya).
En este tiempo fueron nombrados varios gobernadores omeyas, siendo uno de ellos Muawiya, el primer califa
omeya.
En Siria tuvo lugar el intento por parte de Umar de crear ciudades guarnición o amsar, en las que las tropas se
organizaran en tribus. Pero este intento fracasa en Siria ya que allí había bastante población arabohablante, lo
cual facilitó la integración de los conquistadores. Además, el control que Muawiya ejerce sobre los
inmigrantes poniendo como excusa un posible contraataque de Bizancio facilita que Siria viva en una
situación de privilegio. Siria es ocupada por los primeros conquistadores y normalmente no recibió segundos
conquistadores ni población post conquistadora. Por tanto, los conquistadores de Siria tendrán a altos
estipendios.
En el 639 tiene lugar la conquista de Yazira, la isla entre el Tigris y el Eúfrates, por un quraysí llamado Utman
que la adscribe a Siria y, en un momento en el que hay mucha presión de la población en Irak, parte de esta
población se traslada a Yazira.
La conquista de Egipto es el ejemplo más claro de descentralización del mundo islámico. Fue en gran medida
la iniciativa de un hombre, Amr ben al−As, que ya conocía Egipto de los tiempos en que era comerciante. El
ejército no estaba formado por las élites del hijaz, sino por un grupo del sur del hijaz. Entraron en Egipto en el
año 639. En el 642 ya se había rendido. Los musulmanes se instalan en un amsar llamado Fustat. Se mantuvo
la administración bizantina. Estos musulmanes vivieron de los estipendios y del comercio. El árabe y el islam
se difundieron muy lentamente y esta provincia jugará un papel secundario en el estado islámico.
El contacto de los árabes con Irak ya existía antes de el islam. Era frecuente que tribus del noreste de Arabia
realizaran razzias contra Irak. El ejército que conquistó Irak estaba formado por ayudantes de Medina, taqafíes
y tribus del noreste de Arabia. En un momento fue necesario un refuerzo y Umar, que no quería dar
oportunidades a los apóstatas, deja que tribus del sur de Arabia que habían estado en contra de los
musulmanes en las guerras de Ridda se incorporen al ejército que va a Irak. Si Siria fue una obra de la élite
árabe, Irak fue conquistada por aquellos que eran los ciudadanos de segunda clase del islam.
En el 634 Umar envía un ejército formado por ayudantes de Medina y gentes del noreste de Arabia al mando
de un taqafí, que fueron derrotados por los sasánidas en la batalla del puente. Uno o dos años más tarde
permitió que gentes del sur que habían sido apóstatas pero que se habían convertido participaran en la
conquista de Irak. En el 637 vencen los musulmanes a los persas en Qadisiya y fundan un amsar llamado
Kufa.
El sur de Irak fue conquistado por un ejército de taqafíes a cuyo mando estaba Abu Musa al Asari, uno de los
primeros emigrantes amigos de Mahoma. El califa funda un amsar llamado Basora. La idea era que el
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aislamiento les permitiera defenderse de un ataque de las poblaciones conquistadas. No eran nómadas, pero
tampoco agricultores, sino que se trata de élites militares que viven de los sueldos o estipendios que separan
de acuerdo con la antigüedad en el islam.
En Irak existían unas tierras que habían sido de la dinastía sasánida y de los templos zoroastrianos que van a
pasar a ser administradas por los conquistadores.
Como los estipendios se pagaban de acuerdo con la antigüedad en el islam, esto provocó notables diferencias,
no sólo entre las tribus sino entre los miembros de una misma tribu y los miembros de un mismo clan. Estas
diferencias provocaron tensiones sociales muy grandes en Kufa porque allí los primeros conquistadores eran
ansar y las tribus del noreste de Arabia a los que después se unieron antiguos apóstatas. Este problema es más
grave si se tiene en cuenta que muchos de los que tenían salarios bajos habían gozado de una alta
consideración en la época preislámica, pero que se habían convertido a última hora.
Estas tensiones, que ya existían entre los primeros y los segundos conquistadores, se ven aumentadas con el
hecho de que en Irak no hay control alguno de la inmigración y tiene lugar la llegada de árabes post
conquistadores que recibirán salarios más bajos. En Basora la situación fue menos conflictiva porque fue
conquistada por los taqafíes.
Ummar al−Jattab conquista el gobierno de cada provincia conquistando a los gobernadores o amir que tienden
a ser más sensibles a las necesidades de su ejército que a las exigencias de Medina. Así, mientras sí existía una
regla fija para el botín (un quinto era enviado al califa), no existía para las rentas y con frecuencia se gastaba
in situ. No existía un califato centralizado en Medina.
El califa en el 644 fue asesinado por un esclavo irakí y no parece que hubiera motivación política alguna para
ello. Antes de morir convoca una sura o consejo con seis emigrantes y tenían dos hombres relevantes para ver
quién sería el califa. Estos dos candidatos eran emigrantes quraysíes y yernos del profeta. En primer lugar,
estaba su primo Alí ibn Abu Talib, que tenía un defecto: ser muy amigo de los ansar. En segundo lugar, estaba
el omeya llamado Utman ben Affan, que fue elegido finalmente como tercer califa (644−656).
Su gobierno se caracteriza por una ruptura con las líneas marcadas por Ummar en la organización social según
criterios islámicos. Lleva a cabo una política que supone un regreso al sistema clánico. Su familia considera
que tiene mucha experiencia y contactos, por tanto, los gobiernos de las provincias quedarán en manos de los
omeyas. Se le ocurre que Medina puede formar un gobierno centralizado: el excedente de las rentas se recoge
en las provincias y deberá dirigirse a Medina. Esto supuso que ambas actuaciones le enajenaron muy pronto el
apoyo de muchos, sobre todo de los ciudadanos de segunda clase pero que gracias a su antigüedad en la
conversión se habían convertido en ciudadanos de primera.
Utman fue asesinado mientras leía el Corán, en expresión de los profetas por malestares en la sociedad
islámica. Hugh Kennedy dice que en Kufa la situación social estaba muy polarizada entre los ansar y los
antiguos apóstatas. Las medidas que toma Utman afectan a los ansar de varias formas:
La centralización en Medina de las rentas suponía que los primeros conquistadores dejaban de controlarlas.
Utman exige que las antiguas tierras públicas del estado sasánida y de los templos zoroastrianos iban a ser
explotadas directamente por Medina o por los más directos de sus partidarios. Así, también serían sustraídas a
los primeros conquistadores.
Utman autoriza la llegada de árabes post conquistadores que hacen causa común con los segundos
conquistadores o apóstatas. Esto significa una presión para que sus estipendios aumenten.
Temerosos de perder su estatus, los ansar forman una alianza, la alianza de los qurra, para proteger sus
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intereses. En el 655 se niegan a aceptar al gobernador omeya y nombran uno propio. Poco después marcharon
a Medina para hablar con Utman. En ese momento fue asesinado.
Durante mucho tiempo, en Egipto no había habido inmigración, por tanto, tienen un importante control de las
rentas. La inmigración posterior que autoriza Utman y la centralización ponen en peligro su situación.
También se dirigen a Medina en el mismo momento en que muere Utman.
El malestar también existe en Medina porque Utman designó como jefe del mercado a un omeya. Los ansar
sintieron que no sólo habían perdido el control del imperio islámico, sino también el de su propia ciudad.
Utman fue asesinado porque gobernó clánicamente sin tener en cuenta los criterios islámicos y sin ceder hacia
otros sectores. El resultado de su asesinato fue que Alí fue reconocido califa en Medina sin una significativa
oposición, pero la herencia estaba envenenada. Aunque él no tomó parte en el asesinato, si lo hicieron muchos
de sus partidarios.
El primer desafío a la autoridad de Alí vino por parte de los Qurays, que se aliaron en torno a la viuda del
profeta. Marchan a Basora buscando alianzas con los taqafíes, pero Alí marchó a Kufa a hacer lo mismo.
Encontró muchos más partidarios que sus enemigos.
El enfrentamiento tuvo lugar en la batalla del camello en el 656. Alí venció y fue aceptado en Basora. Una de
sus primeras acciones políticas fue entregar el gobierno de Egipto al hijo de un prominente ansar en
detrimento de un omeya designado por Utman.
Sin embargo, aunque Alí ganó, sus problemas venían de Siria, donde se encuentra el omeya Muawiya, con un
fuerte poder de base local en un país que había gobernado sin interrupción desde su conquista. Además tiene
una justificación personal para ir contra Alí, porque era el pariente más próximo de Utman , y tenía el derecho
y la obligación de vengar su muerte.
Muawiya se negó a reconocer a Alí mientras éste no castigará a los asesinos de Utman, algo que no podía
hacer, porque éstos eran sus apoyos. Alí intentó convencer a los kufíes de que sus intereses eran ir contra
Siria. Kufa estaba polarizada entre los primeros y los segundos conquistadores. Los primeros estaban en
contra de la centralización que quería llevar a cabo Utman. Los segundos conquistadores eran antiguos
apóstatas. Los primeros conquistadores durante el gobierno de Utman vieron peligrar su situación y se aliaron
con la qurra. Los segundos se alían en torno a los jefes de la tribu, los asraf. Los primeros tenían un estatus
preislámico bajo, pero al convertirse pronto al islam, obtuvieron un estatus islámico alto. Algunos de los
segundos tenían un estatus preislámico alto, pero como se convirtieron tarde, tenían un estatus islámico bajo.
Alí se apoya en los dos grupos porque su política consiste en una defensa de la igualdad de los creyentes en la
que el califa dejaría de ser un recogedor del imperio y se convertiría en un guía espiritual de los creyentes. Los
qurra están de acuerdo porque no querían volver a la política que representaba Muawiya, de dominio Quraysí.
Los grupos tribales, los segundos, liderados por sus jefes, tenían motivos para reclamar la igualdad de todos
los creyentes porque eran los últimos conversos y perdedores en el nuevo sistema islámico.
Por tanto, Alí y Muawiya se enfrentaron en Siffin en el 657. Tuvieron lugar tres meses de escaramuzas. En
medio de una de las batallas, los sirios levantaron un Corán y apelaron a un arbitraje. Se advirtió que estaban
vertiendo sangre musulmana y que los enemigos del islam (bizantinos y turcos) podrían sacar ventaja. Cada
parte nombró un árbitro. Muawiya eligió a un Quraysí, Amr ibn al As, y los iraquíes eligieron a Abu Musa al
Asarí. Esta elección supuso un golpe a la posición de Alí, ya que éste no estaba especialmente ligado a su
causa. Era más bien un portavoz de la posición de Irak. El acuerdo debilitó la posición de Alí. No es
nombrado como jefe de los creyentes y fue forzado a tratar con su rival en términos de igualdad y a abandonar
su supuesto derecho a dirigir la comunidad. Muchos empezaron a tener dudas sobre su liderazgo y su
coalición empezó a disgregarse. Los primeros en separarse fueron los líderes tribales. Muawiya les ofrecía
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garantizar su estatus preislámico. Alí fue también rechazado por algunos de los elementos qurra, que no
aceptaban la debilidad en la que quedó Alí y pensaban que no debería haberse sometido al arbitraje puesto que
el único árbitro válido es Dios. Los que se salieron de la qurra fueron llamados jariyíes y se pusieron a vivir en
pequeñas comunidades islámicas en el Golfo Pérsico. Rechazaban la vida urbana de Kufa y querían volver al
modo beduino. Sus ideas reflejan un rechazo a la tradición de la sociedad tribal, pero también a la vida urbana
que la élite Quraysí había forzado a los musulmanes a llevar, asentándolos en los amsar. Proponían una
tercera vía piadosa, igualitaria y nómada.
Tras el arbitraje, Muawiya afirmó sus pretensiones al califato. El final de esta situación llegó de una forma
inesperada. En el 661 Alí es asesinado en la mezquita de Kufa, no por uno de sus rivales, sino por un jariyí. Su
hijo, Al Hassan fue convencido para que abandonase el reclamo a la sucesión y Muawiya fue apoyado por los
jefes tribales ocupando Irak muy fácilmente. Esto era una victoria de Muawiya sobre Alí, de los sirios sobre
Irak, y dentro de Irak, una victoria de los jefes tribales sobre los qurra. Ahora el centro de gravedad político
sería Siria y la capital del califato omeya sería Damasco.
Sunníes: son los ortodoxos, los que siguen la sunna o tradición islámica. Son los seguidores de Muawiya.
Jariyíes: son los que se separaron de los qurra.
Shiíes: son los que se quedaron con Alí esperando a un jefe de los creyentes.
A Alí le sucede su hijo Al−Hassan, que abdica enseguida a causa de Muawiya, que termina eligiéndose como
nuevo califa y será el fundador de la dinastía omeya. Intenta reconciliar a todas las facciones del mundo árabe.
Tiene detrás a todo el ejército sirio como apoyo. Potencia las guerras de conquista para conseguir botín y para
liberar tensiones internas.
Las conquistas se extienden a todo el norte de África y también en dirección a Bizancio, hasta el Taurus.
Inicia las siguientes conquistas navales (Rodas y Creta). Asedia Constantinopla durante 7 años. Propicia una
política de emigración hacia Mesopotamia (Yazira) donde privilegia a los Qaysíes (árabes del norte). La
diferencia entre árabes del norte y los del sur provoca muchos conflictos. Donde más dificultades aparecen es
en Irak, donde se mezclan musulmanes de distintas generaciones. Donde más problemas aparecen dentro de
Irak es en Basora.
Se conquistan casi todos los antiguos territorios de Imperio Sasánida. También se van haciendo conquistas
más allá, hacia Zabulistán y todo el actual Afganistán.
Muawiya termina apostando por una solución para Irak: la emigración forzosa de unas 50000 familias desde
Basora y Kufa hacia Jurasán.
Muawiya es el califa que más claramente elige un sucesor. Muere en el 680 y elige a su hijo Yazid. Esto le
provoca muchos enfrentamientos por querer imponer una dinastía. En esta última época aparecen muchos
problemas por la base tribal por la que está formada el Estado árabe.
Yazid tiene que hacer frente a varias rebeliones. En primer lugar, la de Husayn, hijo menor de Alí que vive en
Medina y que intenta llegar a Kufa cuando se entera de la muerte de Muawiya. Allí ya se había formado la
shía (shiíes), formada por los seguidores de Alí. No le da tiempo a llegar porque es asesinado. Así, Husayn es
alzado como el primer mártir de los shiíes, que pretendían que se estableciese un clan que fuera el más
importante. Se trataría de la creación de una dinastía a partir de la familia de Mahoma, cuya rama conocida
era la de Husayn a partir de Alí.
A los omeyas les interesa que se consolide esta opción por una dinastía, pero ellos no son del clan de
Mahoma.
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La segunda rebelión importante es la de Abd−Allah ibn al−Zubayr, que pone en un gran aprieto a la recién
nacida dinastía omeya. Reclama la primacía de su clan, que había sido el que siempre había guardado la
kaaba. Es hijo de uno de los que se habían rebelado contra Alí por el mismo motivo.
Yazid muere y le sucede Muawiya II, que muere repentinamente, lo cual refuerza a Zubayr hasta tal punto
que, por ejemplo, Siria no sabe a quién apoyar. El único candidato omeya posible para la sucesión es Marwan
Ibn al−Hakam, que terminará siendo el califa. Restablece la guerra para recuperar el control del territorio.
Marwan muere y le sucede Abd al−Malik (685−705). A Zubayr lo apoyan Basora, Kufa y casi toda la
Península Arábiga.
Al mismo tiempo que Zubayr, surge cerca de la Meca una nueva rebelión: la de los hanifíes que se unen con
los jariyíes que se habían separado de Alí en el arbitraje. Atacan Basora, donde una de las tribus más
importantes (los Banu Azda) los consiguen derrotar. Pero los Banu Azda no se pondrán del lado de Zubayr,
sino del lado de los omeyas a pesar de ser irakíes. Entonces, Abd Al Malik derrota a Zubayr y consolida la
dinastía omeya.
EL FEUDALISMO
EL DEBATE HISTORIOGRÁFICO SOBRE LA FORMACIÓN DE LA SOCIEDAD FEUDAL.
Una de las principales características de este periodo es un aumento de los documentos, lo cual va a arrojar
más luz que sobre el periodo anterior. La escritura ya no es utilizada como algo sagrado, sino que ahora se
utiliza en las acciones de la vida laica y civil. Cada vez se escribe más en lengua romance. Estos documentos
nos permiten conocer mejor la sociedad feudal.
Existen dos tipos de feudalismo:
En primer lugar, el encuadramiento de poblaciones en territorios organizados por señores feudales. Es el
primer feudalismo, y se extiende del s. X al XI. Este primer feudalismo supone una adaptación de las
estructuras políticas a las estructuras económicas. En vez de ser la estructura política el reino y la estructura
económica los grandes señoríos, cada gran propiedad pasará a ser una unidad económica y política.
El segundo lugar, está el segundo feudalismo, más tardío, y en el que la sociedad feudal se conforma como
una estructura piramidal en cuya cúspide está el rey. Este cambio implica una elaboración teórica compleja
que se apoya además de en el derecho feudal, en la recepción del derecho romano. Se extiende del siglo XII al
XIII.
Arqueológicamente, en este periodo se observa un cambio en los asentamientos. El primero en darse cuenta
fue Pierre Toubert, que observa un cambio en los modos de asentamiento. Es el incastellamento. Pero antes
que Toubert, se dieron cuenta los monjes del siglo XII, a los que en las crónicas del siglo XII que recuperaban
documentos del siglo X les asombraba no tanto que hubiera un aumento demográfico y un incremento de las
tierras cultivadas, sino sobre todo que se observaba un cambio en las formas de hábitat.
Según Toubert, se percibe un cambio en la elección de los emplazamientos de los nuevos castra: se prefiere
una altura que permita coordinar un conjunto de nuevos territorios.
En cuanto a la cronología del incastellamento, Toubert señala para Italia que inmediatamente después del
periodo que va del 880 al 920 se asiste al relevo de la clase dominante. Hasta entonces era muy importante la
vieja aristocracia eclesiástica que va ser relevada por una pequeña y mediana aristocracia laica y militar. La
nueva aristocracia, a partir del segundo cuarto del siglo X, pone en marcha dispositivos de control social
mucho más eficaces para controlar la sociedad campesina que las viejas estructuras dominicales del siglo IX.
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Esto no quiere decir que la curtis carolingia desaparezca de un día para otro.
En cuanto a Francia, el proceso fue muy estudiado por Guy Bois, y puede resumirse de la siguiente manera.
Aún durante gran parte del siglo X la mayoría de los condados franceses eran administrados de una manera
similar a como lo eran en época carolingia, con los tribunales públicos dentro de las circunscripciones
tradicionales. Realmente, las familias aristocráticas controlaban sus tierras, tenían sus soldados, pero
respetaban las formas de poder público. Según Bois, en torno al año 1000, este sistema entró en crisis, bien
por la presión política de guerras internas, bien por la presión de guerras externas (las segundas invasiones).
El hecho es que, a partir del año 1000, los pequeños señores empezaron a apoderarse del poder público,
político, que estaba en manos de los condes, a apropiarse del control local del territorio normalmente a partir
de un castillo desde donde ejercían derechos privados que habían sido antes públicos. Estos derechos reciben
el nombre de malos usos o malas costumbres.
También extendieron este control sobre los pequeños campesinos libres que se convirtieron en campesinos
dependientes de los señores. A esto hay que añadir que comenzó un período de guerras civiles entre señores
locales. Este ambiente dio como resultado la destrucción del concepto de poder público tradicional. Cuando se
quiso restablecer la situación, a finales del siglo XI y principios del XII no se pudo hacer apelando al poder
público porque había sido destruido. Se hace a partir de relaciones privadas conocidas como juramentos de
fidelidad o vasallaje. Lo único que diferencia al rey de otros señores durante el siglo XI es que tiene un poder
sobrenatural.
Frente a esta idea de Guy Bois están las de Wickham, que dice que Bois insiste en el carácter antiguo de la
Borgoña del siglo X basándose en que existía un número de esclavos muy importante frente al número de
colonos. Critica esto y cree que esta formación de la clase feudal ocurre entre siglo VIII y IX. El verdadero
cambio económico entre la alta edad media y la edad media central es anterior al año 1000 y está centrada
entre los siglos VIII y IX. Wickham cree que fue a lo largo del período carolingio cuando la suerte se volvió
contra los campesinos independientes. Hacia el año 800 los excedentes empezaron a ser enviados lejos gracias
al comercio y esto parece ser el resultado de la acción de los señores y no del campesinado. Incluso la
legislación de época carolingia muestra que los Reyes querían cada vez más proteger a los campesinos libres
de la aristocracia. El sistema económico estaba cada vez más dominado por los señores y no por los
campesinos libres. Las nuevas rozas eran ventajosas para los señores y conducían a un aumento del excedente
y una revitalización del comercio. La aristocracia, tras el año 1000, queda en una posición tal que no necesita
el orden universal carolingio.
Este proceso empieza a estudiarse a partir del siglo XIII, cuando empiezan a estudiarse las reglas vasalláticas
y feudales. Sobre todo es en el Renacimiento cuando los humanistas indagan en las fuentes antiguas y
establece una relación entre el patrocinium y el vasallaje. Otros piensan que las reglas del vasallaje feudal
vienen de los bosques de la Germania y lo relacionan con el comitatus. Las reglas de vasallaje se dan sobre
todo en los siglos XI al XIII.
En el s. XVIII también existe un gran interés por este tema por la lucha de los ilustrados contra el antiguo
régimen. Para autores como Montesquieu es sorprendente la fragmentación del poder público, la vigencia de
lo local frente al estado centralizado, pero se queda con el aspecto político del estado señorial. Adam Smith
dedica una gran atención al estudio de la base económica del feudalismo.
En cuanto a la escuela marxista, según autores como Parain, las relaciones sociales de producción en el
feudalismo se establecen en torno a la tierra. La tierra pertenece a una jerarquía de señores aunque los
trabajadores tienen derecho de usufructo. Estos señores están relacionados entre sí por vínculos personales
que son los que corresponden al rito del homenaje. Estos señores pueden ejercer sobre el campesinado una
coacción extraeconómica porque estos señores son los únicos dueños de las armas.
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¿Sobre quién actúan estos señores?. Existen diferentes teorías. Para Bonnasie los campesinos eran
comunidades campesinas de pequeños propietarios. Para él, podían existir porque consideraba que aún existía
el estado público. Según él, estas comunidades campesinas son bastante ricas gracias a las roturaciones de
tierras que se incrementan. Para él, la crisis feudal puede considerarse como una reacción violenta de la
nobleza contra estas comunidades campesinas libres y ricas.
Para Toubert el aumento de las roturaciones de los siglos XI y XIII no es iniciativa del campesinado. Además,
normalmente al lado de los nuevos terrenos cultivados existen castillos.
Sabemos poco de quienes eran los señores, pero muchos habían sido funcionarios carolingios que privatizaron
sus funciones. Generalmente, la aparición del señorío esta en relación con la aparición del castillo, que en los
siglos XI y XII no era sólo un establecimiento militar, sino también la residencia señorial, el centro del
patrimonio territorial, la cabeza de una circunscripción administrativa y, en general, cumple funciones
complejas para los habitantes del espacio circundante.
¿Cómo surgen?. Alguno de estos castillos habían sido conferidos por la autoridad pública (Reyes o condes) a
unos determinados señores. Estos señores eran remunerados, la concesión de un feudo que les permitía ejercer
derechos públicos o con una dotación en tierra. Aunque se les dio un castillo para su guarda, vuelven
hereditarias sus funciones y los feudos que dependen de éstas.
Otra manera de tener un castillo era que el rey concedía un castillo en feudo a aquellos señores que
participaban en su construcción. Esto se da sobre todo en zonas donde había nuevas tierras por colonizar.
Finalmente, el señor patrimonializa lo que era un encargo público. Una tercera manera de tener un castillo
consistía en que determinados castellanos construían un castillo y usurpaban este derecho real con la excusa
de las segundas invasiones.
El período que va del siglo XI al XIII se caracteriza por un aumento de la población muy importante. En
Europa occidental, en el año 1100, había 23 millones de habitantes, y en el 1300, 55 millones de habitantes.
Las bases de este crecimiento demográfico son el aumento de las tierras cultivadas y de los productos
alimenticios.
Tras el año 1000 los campos se cultivaron más y mejor. Este aumento de la tierra se debió a las mejoras de las
técnicas, como el incremento del uso del hierro en los aperos de labranza. Además, hay un arado más
complejo que se llama de vertedera y que tiene una hoja de hierro que penetra muy bien en la tierra. Si antes
se había utilizado como animal de tiro el buey, muy lento, ahora se utilizarán el asno y el caballo. También
hay un cambio en el sistema de sujeción de los animales (el atalaje). El yugo con el que se ataba a los bueyes
es sustituido por un yugo que se coloca en los cuernos. También se utiliza el herraje para los caballos. El
molino de agua se difunde y sustituye al molino de mano. Si antes la mayoría de las tierras se cultivaban con
el sistema de año y vez, ahora se utilizara la rotación trienal (se cultiva dos años y el tercero de barbecho).
Hay dos teorías que intentan explicar esta expansión agrícola. Una indica que es iniciativa del campesinado,
ante la escasez de nuevas tierras por el aumento demográfico. La segunda teoría defiende que se lleva a cabo
por impulso de los señores. La tierra inculta pertenece a los señores que autorizan empresas de rozas y
colonización de nuevas tierras. Con esta autorización los señores buscaban sobre todo establecer tributos y
derechos de justicia.
Entre los siglos XI y XIII tiene lugar un cambio en la estructura del dominio. La reserva se hace aún más
pequeña. Junto a este cambio aparece un desarrollo de la vida urbana a lo largo de los siglos X y XI que está
unido a la reactivación del comercio. Los mercaderes y artesanos se instalaron provisionalmente en las
proximidades de un castillo o abadía. El lugar elegido debía reunir las condiciones de estar situado en rutas de
comercio y brindar protección a los mercaderes. El auge de las ciudades está directamente vinculado a las
cortes señoriales y, en última instancia, al incremento de la riqueza que suponía el uso del ban.
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En principio, las ciudades estaban bajo la jurisdicción de los señores en cuyos dominios estaban emplazadas.
Pero poco a poco, entre los siglos XII y XIII, irán escapando de la jurisdicción señorial y se irán poniendo
bajo la real. La razón es que la ciudad era incompatible con el estrecho marco del señorío banal. Así, los
mercaderes deseaban disponer de su capital, su tiempo, sus medios de transporte... sin temor a las requisas del
señor.
El señor banal aplica los derechos banales o consuetudine a los homines de potestate (los hombres que están
bajo su ban, los campesinos). Son de muchos tipos. Algunos fueron inventados en el siglo XI y otros son
adaptaciones de antiguos derechos públicos. Pueden ser de tipo militar, por ejemplo, que el señor obligue a los
campesinos a prestar corveas para la construcción o reparación de castillos. También pueden obligar a los
campesinos a suministrar víveres a las guarniciones militares que estén en ese castillo y, sobre todo, los
campesinos pueden ser obligados a formar parte del ejército, donde siempre van a pie.
También pueden ser de tipo fiscal, como obligar a los campesinos a prestar corveas para mantener caminos y
puentes. Otro es la talla, que la paga el campesino por estar protegido.
También existen de tipo judicial, como por ejemplo, que todas las multas de la aplicación de justicia las cobra
el señor. Si en el siglo IX el señor cobraba algunos derechos por delitos menores, ahora también cobra por
delitos de sangre, ya que no existe el tribunal público.
Otros derechos podían ser, por ejemplo, que el señor cobrase derechos por la utilización de las vías de
comunicación, por el almacenamiento de productos, por las mercancías que atraviesan el territorio, por los
lugares donde se establecen ferias y mercados, ejerce un monopolio del molino y del horno... llega a ser tal la
privatización de estos derechos que entre estos señores que se prestan homenaje se realizan transacciones con
ellos de forma absolutamente privada.
El mundo feudal es un mundo de caballeros, que son los únicos que llevan armas, lo cual indica una
aristocratización del ejército. Este grupo de los caballeros engloba a toda la aristocracia: desde el rey hasta los
castellanos, pasando por los condes, príncipes...
Esta clase aristocrática tiene conciencia de clase y el caballero es en realidad un miles christi, un soldado de
Cristo.
La caballería nace a partir de la iglesia en la segunda mitad del siglo X y se desarrolla durante los años 1000 y
1020 en contra de la anarquía feudal. La iglesia convierte al guerrero brutal de época alto medieval en un
grupo de hombres de élite guiados por una mística. Al ardor guerrero de época alto medieval la iglesia opone
una especie de guerrero benefactor que pone su espada al servicio de Dios. Para ello, el caballero tiene que
aceptar unas reglas de conducta que se convierten en obligatorias a partir de un rito que se conoce como la
investidura, lo mismo que se llega a ser rey por el rito de la consagración o vasallo por un juramento de
fidelidad.
El rito del investidura consiste en una entrega de armas efectuada litúrgicamente. El caballero tiene una
víspera de oraciones. La espada es puesta sobre el altar y bendecida antes de ser entregada. La ceremonia está
presidida por un obispo que bendice la espada.
Al ser entregada al caballero, éste hará un juramento que es en realidad usurpado al rey. En este juramento el
caballero jura proteger y defender a la iglesia y a los miembros débiles de la sociedad como viudas o
huérfanos. Jura ser justo y combatir, no para matar a los hombres, sino para llegar a los poderes del mal a
través de quienes los defienden. Este rito muchas veces permite al joven convertirse en mayor de edad.
En el siglo XI las palabras vasallo y caballero se hacen sinónimas: sólo se practica el vasallaje entre los
notables. Este rito consiste en una primera parte que se llama homenaje que sustituye a la antigua comendatio.
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En ella el vasallo de rodillas entrega sus manos al señor que las pone entre las suyas. A veces hay un beso en
la boca llamado osculum que señala el fuerte lanzo que une a los participantes en este rito. La segunda parte
es el juramento de fidelidad sobre un libro santo, unas reliquias...
De este rito se derivan obligaciones por ambas partes. El señor tiene la obligación de dar protección y
mantenimiento al vasallo, y el vasallo da al señor lo que se conoce como auxilium et consilium. Este
mantenimiento en época merovingia y carolingia se llama beneficium y era un beneficio sobre todo de tipo
espiritual. Ahora el beneficio recibe el nombre de feudo y es un bien más material. Etimológicamente, feudo
significa coraza, casco, brazalete... un bien mueble de valor. En el siglo XI significa un bien inmueble, una
tierra, aunque también se pueden dar en feudo los derechos banales.
El auxilium era sobre todo ayuda militar. Esta ayuda podía ser un servicio de guardia en el castillo, pero sobre
todo era el servicio de hueste y cabalgada: suministrar contingente militar. Este servicio dependía de la
importancia del feudo que había recibido el vasallo, pero en el siglo XII existe la costumbre de que el servicio
no podía ser superior a 40 días. Los feudos menos importantes eran los feudos de armadura. Esto significaba
que el servicio era sólo presentarse el mismo vasallo con caballo y armadura. También podría tratarse de una
ayuda pecuniaria y existen varias situaciones en las que el vasallo está obligado a ayudar económicamente al
señor. Por ejemplo, el pago de un rescate si el señor era hecho prisionero, o también tenía que ayudar al pago
de la armadura del hijo mayor o contribuir con una ayuda a la dote de la hija mayor. Desde finales del siglo XI
el vasallo ayuda a la financiación de la cruzada del señor.
En segundo lugar, está el consilium, que significa aconsejar al señor estando presente en la corte señorial. En
esta corte se entienden que son pares o iguales. El papel que el vasallo tiene que hacer en la corte es el de
aconsejar al señor y ayudar a juzgar a otro vasallo.
La justicia feudal o de pares nace del contrato feudo vasallático, mientras que la que se ejerce sobre los
campesinos es una justicia usurpada al rey.
El campesino cada vez es menos libre y la diferencia que existe entre los jurídicamente libres y los
jurídicamente esclavos es prácticamente nula. Están sometidos al pago de una renta por la tierra de la que son
arrendatarios y a las consuetudines o derechos banales, y además están sometidos a dos normas que se llaman
formariage (la prohibición que tienen los campesinos del señorío de casarse fuera de éste para que el señor no
se vea privado de mano de obra) y mainmort (la prohibición que tienen los campesinos del señorío de
transmitir bienes en herencia fuera de éste).
FRANCIA EN EL S. XI
En el trono, se habían venido alternando Robertianos y Carolingios desde Eudes. Los Robertianos no tenían
ninguna prisa en ocupar el poder: les era más cómoda la situación de ser sólo una familia importante.
Ante la gran fragmentación del poder político cambia el sistema de herencia. Antes, todos los hijos de un
padre heredaban la misma dignidad. Ahora se cambia a un sistema longitudinal, el linaje, con el
establecimiento del mayorazgo.
Los primeros cuatro Capetos fueron:
Hugo Capeto (987−996).
Roberto el piadoso (996−1031).
Enrique I (1031−1060).
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Felipe I (1060−1108).
Se ha insistido mucho en su debilidad. La autoridad monárquica era irrisoria en sus manos. Esta opinión no es
totalmente falsa puesto que a las conquistas del feudalismo (fraccionamiento y disolución del poder público)
se llevan a cabo a expensas de la autoridad real. A pesar de ello, la sociedad feudal nunca ha podido ignorar al
rey. La presencia terrenal de un monarca le era tan necesaria como la idea invisible de Dios. Así, los primeros
Capetos gozan de un prestigio y de un poder moral enorme.
El rey sigue siendo la encarnación de la paz y la justicia, reside en el centro de su dominio, en Orleans, y
desde allí gobierna su territorio. Tiene como primera función celebrar rodeado de obispos los oficios
litúrgicos. Es una especie de rey−sacerdote. Tiene también como función adquirir las gracias divinas llenando
de regalos las iglesias.
En esta época empieza a ser una costumbre asociar al trono al hijo primogénito, rompiendo con la tradición
germánica. Así, la realeza se transmite hereditaria mente por la regla de la primogenitura. El mismo sistema se
utiliza para transmisión del dominio real. Es el mayorazgo.
En la Francia de esta época existen otros poderes parecidos a los que ejercían Los Capetos en sus dominios:
los de los príncipes, a los que también se llaman optimates, grandes...Habían usurpado las prerrogativas
reales, como la construcción de castillos, la capacidad de juzgar, de convocar al ejército...Pero a pesar de tener
todos estos poderes, ninguno de estos príncipes podía hacer milagros como el rey, ni aparecía como la imagen
de Dios. No hay que imaginar en la Francia de esta época una organización piramidal, que sólo se da en
Inglaterra en esta época, donde se llama feudalismo coherente o estructurado.
Aun existe dentro del territorio del príncipe una célula más pequeña de poder: la castellanía. Estas castellanías
eran un territorio dominado por un castillo y que podía controlar entre 20 y 30 comunidades rurales. Cada
antiguo condado había dado lugar a una decena de castellanías. Muchos de estos castillos se habían edificado
por orden real, pero otros habían sido construidos por una iniciativa privada (los más recientes). El territorio
dominado por un castillo recibe varios nombres en las fuentes: sauvement, ban, potestas...En estos territorios
el señor del castillo recogía unos derechos llamados consuetudines, no directamente, sino a través de unos
agentes que viven con él en el castillo y que son caballeros. Como estos agentes reciben una remuneración a
partir de las consuetudines son los primeros interesados en cobrar estos derechos y a veces actúan con
violencia contra la población.
Sin embargo, los documentos nombran a estas costumbres como regalos u ofrendas manifestando así que los
campesinos los entregaban voluntariamente el señor en reconocimiento por la protección que éste les
brindaba.
Tras Felipe I, Luis VI el Gordo (1108−1137) dedicó gran parte de su actividad a controlar el propio dominio
real donde también había castellanías independientes.
Le sucede su hijo Luis VII el Joven (1137−1180). En 1137 se casa con Leonor de Aquitania, hija del Duque
Guillermo de Aquitania. En 1152 se divorcian y ella se casa con Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra,
duque de Normandía y duque de Angers.
En esta época los monjes van a ofrecer una representación sociológica en tres órdenes. En este modelo
ideológico, los especialistas en la oración se sitúan en la cima de estos tres órdenes, puesto que con sus
oraciones tenían como misión principal la salvación de los cristianos. Se entendía que la Iglesia y los
monasterios debían estar exentos de todos las cargas que el poder político pudiera realizar sobre sus bienes, ya
pillaje, ya por fiscalidad, pero también por la función que realizan se considera necesario que una parte
importante de la producción llegara a sus manos para ser ofrecida a Dios y ganar así los favores de la
divinidad. En esta época es cuando se hacen más numerosas las donaciones de los cristianos a las iglesias.
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El otro orden era el de los especialistas en la guerra, que vivían normalmente en la ociosidad y consideraban
indignas de su rango las tareas productivas. Su vocación es la guerra y el primer uso que hacen de su riqueza
es procurarse los medios para luchar mejor. Una parte de sus ingresos la dedican al perfeccionamiento de la
armadura y a las mejoras de las cualidades del caballo. Ahora es cuando los guerreros reciben el nombre de
caballeros. Como en otros tiempos hacían los reyes, los caballeros distribuían su riqueza alrededor y son
pródigos y generosos con sus bienes.
El tercer orden es el de los trabajadores, cuya función era mantener a los dos grupos sociales anteriores. El
argumento para ello es que unos ganaban para el campesinado su salvación eterna por medio de plegarias,
otros estaban encargados de defenderlos contra las agresiones y como pago a estos favores las capacidades de
producción del campesino debían quedar dispuestas a los otros dos órdenes en el marco del señorío.
Uno de los primeros en formular esta teoría en el s. XI fue el obispo Adalberon de Laon.
Como la sociedad estaba dividida en señores armados que realizaban continuas guerras, la iglesia tuvo que
intervenir para establecer la paz. La teoría del fondo de estas paces de la iglesia es que Dios había dado al rey
a través de iglesia la misión de preservar la paz. El reino se encuentra en condiciones de hacerlo y, por tanto,
la iglesia reasume esta función. La iglesia en el siglo XI suple al rey en la función de establecer la paz.
En cuanto a estas situaciones de paz, en primer lugar, los obispos instituyen la paz de Dios a través de los
concilios. Uno de los primeros concilios se celebró en 989 en Charroux cerca de Poitiers. En este concilio se
establece una protección para los bienes de las iglesias y también sobre los campesinos y las gentes humildes.
Esta protección es sancionada por penas eclesiásticas que podían llegar hasta la excomunión. Estos concilios
están en relación con el declive del poder real. Para ello existen dos pruebas. La primera es que
cronológicamente se sitúan en los años inmediatamente posteriores al reinado de Hugo Capeto. La segunda, es
que ocurren sobre todo en el sur del regnum francorum, en las regiones más meridionales y alejadas del
dominio real.
En los primeros 20 y 30 años del s. XI algunos obispos en sus diócesis hacen redactar fórmulas de juramentos
de paz. Por ejemplo, en 1023 el obispo de Beauvais hace redactar una fórmula de juramento de paz. Esto es
significativo porque está muy cerca del dominio real.
Con estos juramentos de paz los obispos obligan a ciertos caballeros a jurar no expoliar las iglesias, no dañar
viudas de huérfanos...
Por último, estaba la tregua de Dios. En el 1027 en un concilio en Perpignan la iglesia prohíbe a los hombres
luchar durante ciertos días de la semana. El primer día en que se prohíbe luchar es el domingo (desde el
sábado por la noche hasta el lunes por la mañana). Esta prohibición se extiende a varios días de la semana.
Como el jueves recuerda al jueves santo y el viernes es el sacrificio del señor se prohíbe luchar desde el
miércoles hasta el lunes por la mañana. Lo que hace la iglesia es desviar esta violencia feudal hacia el oriente,
hacia el infiel a través del espíritu de cruzada.
La primera vez que se predica una cruzada contra los musulmanes tiene lugar en el 1096 por el Papa Urbano
II. Así, lo que había detrás de la idea de la cruzada era que si apoderarse por la violencia de los bienes de las
iglesias y de los pobres era un peligro para la salvación del alma, realizar la violencia contra el infiel era todo
lo contrario: una posibilidad de salvar el alma.
Además, la iglesia condenando los beneficios de la violencia en el occidente cristiano, legitimaba la
explotación señorial, pues la presentaba como el precio de la seguridad ofrecida por el señorío a la masa de los
trabajadores.
En medio de todo este caos feudal aparece una isla de paz y orden que va ser la abadía de Cluny en Borgoña.
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Todas las iglesias y abadías estaban en manos de los señores feudales que nombraban como obispos y abades
a sus parientes y amigos. Esto es conocido como la simonía. No existe una organización jerárquica de la
iglesia hasta el 1075 con la reforma gregoriana. Sólo existe la excepción de Cluny, que por su propia acta de
fundación en el 910 por el duque de Aquitania dependía directamente de Roma. Además, la regla de san
Benito, muy equilibrada entre oración, trabajo manual y trabajo intelectual era alterada: ahora la oración y la
liturgia ocupan toda la jornada. No existe el trabajo manual ni intelectual.
INGLATERRA
En Inglaterra había sido rey el danés Canuto el grande, que gobierna entre en 1016 y el 1035 y que también
había sido rey de Dinamarca. Su hijo bastardo Hartacanuto le sucede (1035−1042). En 1042 le sucede un rey
anglosajón descendiente del rey Alfredo de Wessex. Se trataba de Eduardo el confesor (1042−1066).
Inglaterra había estado dividida en dos partes: al norte de la línea Chester Londres (el Danelaw) y al sur
habían reinado los anglosajones.
Eduardo el confesor estaba casado con una hija del duque de Normandía. Muere en el 1066 y uno de los
poderosos ealdormen (aristocracia) de Wessex, Harold, intenta suceder a Eduardo, que está emparentado con
el duque de Normandía. Pero entonces el duque de Normandía aprovecha y desembarca en septiembre de
1066 en Hastings, donde vence a los anglosajones que iban con Harold.
En el tapiz de Bayeux, que describe la batalla, se ve cómo se enfrentan caballeros con hombres a pie. Por el
lado anglosajón todos luchan a pie, y por el lado normando luchan a caballo, formando un equipo de
caballeros llamado conrois, formado por 20 o 30 caballeros.
Por el lado anglosajón el ejército estaba formado de la siguiente manera: en primer lugar, el rey, seguido por
los housecarls (séquito), los ealdormen (dueños de varios condados), los theng (hombres libres medianos o
grandes propietarios, dueños de más de 5 hide o mansos) y por último, los ceorls, pequeños propietarios que
eran convocados al fyrd o ejército de convocatoria pública que se hacía a través de los condados o de unas
divisiones administrativas llamadas centenas.
La formación de la tropa anglosajona tiene todo el aspecto del mundo carolingio. Se trataba de la pervivencia
de los factores muy importantes que definían este mundo carolingio: el poder público y el campesinado libre.
Este campesinado libre tenía su origen en varios elementos y era muy importante en este lugar en esta fecha:
Las migraciones germánicas del siglo V.
La permanencia de grupos célticos en Mercia y Northumbria.
En el siglo IX con las invasiones vikingas se forman colonias campesinas danesas formadas por comunidades
llamadas sokmen y que forman aldeas llamadas berewicks.
Aunque había varios elementos para la existencia de pequeños propietarios libres existe un cambio muy
importante cuyos factores son los siguientes:
La cristianización, muy desarrollada a partir del siglo VII, que produce una acumulación eclesiástica de tierras
al mismo tiempo que un debilitamiento de las estructuras gentilicias primitivas.
Las invasiones noruegas y danesas que propician un estado de guerra permanente y el desarrollo de una
aristocracia militar, cuyo elemento principal son los theng.
El ejército normando está formado fundamentalmente por caballeros. Esta fuerza militar de hombres a caballo
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se formó como consecuencia de que Normandía tenía que sobrevivir frente a la presión franca. En la batalla
de Hastings el ejército normando enarboló un estandarte papal y en sus filas lucharon dos obispos.
La iglesia se encuentra en este momento intentando superar las turbulencias de la revolución feudal y liberarse
del control que los laicos tenían sobre los principales cargos eclesiásticos. Para ello, se apoyará en el
programa ideológico elaborado por los monjes de Cluny, que pretende una exclusión absoluta de cualquier
injerencia de los laicos en el gobierno de la iglesia. En este programa ideológico hay dos elementos
fundamentales:
La centralización del poder en Roma.
Que la iglesia se expandiera más allá de occidente a través de las cruzadas.
A través de la uniformidad de culto la iglesia se transformará en un cuerpo centralizado y dependiente de
Roma. Estos progresos harán del papado la monarquía más fuerte de occidente.
Ildebrando, el futuro Gregorio VII, apoya decididamente el expansionismo normando y presenta al Papa
Alejandro II las pretensiones de Guillermo de Normandía al trono inglés, propiciando que reciba la bendición
y el estandarte papal en la batalla.
Pero ¿cómo podía la iglesia capitanear una agresión a una monarquía católica?. La conquista de Inglaterra hay
que entenderla dentro del programa de dilatación de la cristiandad alentado por el papado desde mediados del
siglo XI dentro del fenómeno cruzada.
Por ejemplo, en el 1171, Irlanda es invadida por Enrique II Plantagenet, un rey anglonormando que también
llevaba un estandarte papal. Así, el caso irlandés presenta aspectos que pueden explicar la situación del
cristianismo inglés en el 1066.
A principios del siglo XII san Bernardo hablaba de los comportamientos bestiales de los irlandeses basándose
en tres puntos:
La ausencia de una iglesia diocesana organizada territorialmente a partir de las ciudades.
Las dificultades que como consecuencia de lo anterior tenía la iglesia para imponer el diezmo.
Las costumbres matrimoniales de los irlandeses tendían a la consanguineidad y al desarrollo de lazos de
parentesco más allá de la familia conyugal.
Cuando comienza la invasión de Irlanda en el 1171 se justifica diciendo que los irlandeses eran cristianos de
nombre pero paganos de hecho. Parece que la expansión de la cristiandad se identificaba con la expansión de
la iglesia y con la de un determinado orden social.
Cuando Guillermo el conquistador en el 1066 compareció ante el Papa recibió el encargo de reconstituir la
iglesia inglesa, es decir, crear una iglesia dependiente de Roma, establecer un episcopado basado en ciudades
que controlaran así el territorio, promover las donaciones patrimoniales y poner a pleno rendimiento la
recaudación del diezmo.
Por derecho de conquista Guillermo se convierte en dueños de todas las tierras conquistadas y las reparte
diferenciadamente: el 20% para la monarquía, el 30% para la iglesia y el 50% para la aristocracia normanda.
Pero estas tierras de la aristocracia son cedidas en concepto de feudo a cambio de un servicium debitum. Estos
servicios son fundamentalmente militares pero también de entrega de rentas y derechos. Los receptores de
estos feudos son la aristocracia anglonormanda. Estos jefes de feudos son los tenants−in−chief.
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La entrega de feudos que hace Guillermo es muy sintomática de la política que quiere imponer: reparte feudos
a los guerreros normandos evitando que formen un patrimonio coherente, continuo. Pero en aquellas zonas de
frontera que constituyen marcas sí entrega señoríos compactos.
Al mismo tiempo, Guillermo realiza una relación de todas las tierras que le pertenecen en un documento
llamado Domesday book, conocido como el libro del juicio final (1085). Este documento fue viable porque
existía una experiencia anterior de la época de Ethelredo II en la que existía un documento parecido que servía
para hacer el reparto del danegeld, un impuesto para mantener el ejército anglosajón y luchar contra los
daneses.
Guillermo I, además de disponer de una fuente importante de recursos en tierra y en renta no perdió el
contacto con los hombres libres del reino, fueran caballeros o no, fueran normandos o ingleses. Así, se hace
prestar juramento de fidelidad por todos los hombres libres del reino en el 1086.
ADMINISTRACIÓN CENTRAL.
Guillermo separó el tesoro público de lo que era su tesoro particular. Al mismo tiempo, tenía un gran control
de las cuentas del reino y existía una sección de la curia o administración encargada de la contabilidad, que se
hacía en una tabla cuadrícula la llamada echique. Los cómputos se escribían en un rollo de pipa.
Junto a esta parte de la curia, existía la curia regis o consilium, organismo con el que el rey tomaba decisiones.
Estaba integrada por parientes del rey, aristocracia laica o eclesiástica u oficiales del rey.
ADMINISTRACIÓN LOCAL.
Se basa en lo que había sido la administración de época anglosajona, apoyada en los condados y en las
centenas. En los condados existía la corte de condado, más o menos como el tribunal público o mallus llamada
shire−moot. En los vizcondados existía la hundred−moot y el vizconde se llamaba sheriff. El condado era un
cargo hereditario, pero la concesión debía controlarla el rey. El cargo de sheriff no era hereditario.
Ambos controlaban un territorio en nombre del rey. Los honores con las tierras concedidas por su cargo
(manors) estaban dispersas y su dominio no se confundía con el del condado. Además, tanto el sheriff como el
conde aplican una ley común, la common−law. Está constituida por elementos tanto germánicos como
feudales.
La conquista normanda supone un desarrollo del feudalismo en Inglaterra, del régimen señorial o manorial
que se diferencia del del continente porque existen tribunales públicos a los que puede apelar el campesino.
Además, en el regnum francorum existen tantas leyes como señoríos, pero aquí se juzga siempre sobre la
common−law. Por tanto, la Inglaterra anglonormanda queda más feudalizada que la anglosajona.
Guillermo I (1066−1087) tuvo tres hijos: Guillermo el rojo, rey de Inglaterra (1087−1100), Roberto Courthes,
duque de Normandía y Enrique I Beauclerc. Guillermo el rojo se hace muy pronto con el ducado de
Normandía puesto que su hermano Roberto se lo cede a cambio de dinero para marcharse a las cruzadas. Así,
Guillermo I será rey de Inglaterra y duque de Normandía hasta el año 1100.
Cuando muere, el reino pasa a Enrique I (1100−1135). Lo más importante de su reinado es que aumenta las
competencias de los tribunales reales, así como el número de sheriffs. Se esfuerza por unificar el
procedimiento judicial y el derecho frente a las costumbres locales. No tolera que se construyan
fortificaciones sin su autorización. No permite que el Papa intervenga en los asuntos del clero británico.
La sucesión de Enrique es muy complicada. Muere su único hijo legítimo e intenta designar como sucesor a
su hijo bastardo Roberto de Caen, pero la iglesia no lo acepta y tiene que designar a su hija legítima Matilde,
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viuda del emperador Enrique V, que había vuelto a casarse con Godofredo Plantagenet, conde de Anjou.
Matilde es expulsada del trono poco después por un sobrino de Beauclerc llamado Esteban de Blois que es
coronado rey de Inglaterra y gobierna entre 1135 y el 1154. Matilde y Godofredo tienen un hijo que es
Enrique II Plantagenet.
Así, Enrique II por parte de madre era duque de Normandía desde 1150. Su padre muere en el 1151 y él se
convierte en conde de Anjou. En el 1153 se casa con Leonor de Aquitania, que anteriormente había sido
esposa del Capeto Luis VII el joven. En el 1154 muere Esteban de Blois y se convierte en rey de Inglaterra.
Esto lo convierte en dueño de Inglaterra y una gran parte del occidente de Francia.
Enrique II refuerza mucho la autoridad real, pone jueces itinerantes por todo el reino para hacer justicia en
nombre del rey. A menudo desplaza a los sheriff para que no tengan mucha influencia sobre una zona
determinada. Intenta establecer la autoridad real también sobre la iglesia. Así el rey exigía que los clérigos no
fuesen juzgados por tribunales eclesiásticos ya que éstos sólo podían infligirles una degradación en su estatus,
y exigía que fueron juzgados por el tribunal del rey. El arzobispo de Canterbury Tomás Becket se opone a esta
medida. En el 1164 el conflicto se acentúa cuando el rey promulga las constituciones de Clarendon por las
cuales la monarquía establecía un control permanente sobre el clero inglés de manera que las elecciones
episcopales y abaciales estaban sometidas al consentimiento real.
Tomás Becket se enfrentó al rey y se hizo desligar por el Papa de los juramentos de fidelidad que había hecho
a Enrique II.
En el 1170 Tomás Becket fue asesinado en su propia catedral por algunos caballeros que creían así agradar al
rey y éste tuvo que pedir perdón públicamente, así como renunciar a algunas de las cláusulas de las
constituciones.
Sin embargo, la mayor oposición que encuentra Enrique II está dentro de su propia familia. Él había asignado
varias provincias de Francia a algunos de sus hijos:
Enrique el joven: Normandía.
Ricardo: Aquitania.
Godofredo: casado con la heredera de Bretaña.
En el 1173 se alían los hijos contra el padre formando una coalición en la que están integrados los aristócratas
descontentos con la autoridad real, e incluso el rey de Escocia Guillermo el León.
Enrique II venció en Alnwick y a partir de ese momento Escocia le estuvo nominalmente sometida. Pero
además neutraliza a los diferentes jefes del país de Gales y en el 1170 conquista Irlanda.
Su obra, sin embargo, se ve comprometida por las continuas traiciones de sus hijos fomentadas por el rey
Capeto Felipe II Augusto. Las rebeliones son las siguientes:
Enrique el joven en el 1183.
Godofredo en el 1186.
Ricardo en el 1188.
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Incluso el más pequeño, Juan sin tierra, se rebela. Enrique II muere en el 1189.
LA RECONSTRUCCIÓN DE LA MONARQUÍA
Se produce a partir de varios elementos, en primer lugar, del debilitamiento del señorío banal, debido a varias
razones. En primer lugar, debido a las transformaciones económicas en las que de una economía rural
predominante se pasa a un desarrollo comercial y urbano. Este desarrollo hace que se beneficien
fundamentalmente los productores urbanos y rurales, pero desde hace tiempo los castellanos no son
productores sino que viven de cobrar los derechos banales, cada vez más en moneda. La economía de
mercado no favorece a los señores banales por tanto. La moneda se va a ir devaluando porque como
consecuencia del desarrollo del mercado hay un aflujo de monedas extranjeras, más fuertes que las señoriales.
Además, los señores banales tenían concedidas tierras a censo que son de tipo enfitéutico (hay un censo
establecido durante mucho tiempo), lo que provoca una devaluación de lo que percibe el señor.
Además, los señores banales cada vez tienen más necesidades, entre las cuales está ir a las cruzadas y la
compra de objetos de lujo, lo cual conlleva más gastos. Los castellanos recurren a enajenar sus tierras a
alguien más poderoso. Van a ir desapareciendo en favor de estos señores más poderosos. Los mercaderes
prefieren confiar en grandes señores antes que en los castellanos arruinados. Así, los mercaderes prestan su
dinero a príncipes o al propio rey a cambio de protección sobre las rutas y de una moneda de curso más
amplio que la emitida por señores menos poderosos.
El segundo de estos elementos que permiten la reconstrucción de la monarquía es el fortalecimiento
monárquico, que se apoya en tres pilares:
En el elemento feudal para reconstruirse.
En la difusión del derecho romano.
En un elemento ideológico: el nacimiento del espíritu laico, el reconocimiento de la naturaleza autónoma del
estado.
En primer lugar, respecto al primero de los puntos, el uso de las relaciones feudo−vasalláticas permite
reconstruir la monarquía. Para volver a absorber los principados territoriales el rey usa medios sacados del
derecho feudal. Uno de los primeros es la confiscación de los feudos. El feudo era entregado a un vasallo con
la contrapartida de que éste prestara auxilium et consilium, pero si el vasallo no los presta, se le confisca el
feudo. ¿Por qué el rey no hace esto antes?. Porque es ahora cuando el rey tiene la capacidad de llevar esto a
cabo, por el apoyo económico de las ciudades, el apoyo jurídico del derecho romano...
También utiliza las reglas del derecho privado feudal (donaciones, herencias y dotes). La hereditariedad de los
cargos condales y principescos había sido durante los siglos X y XI una de las causas más importantes del
declive real. Ahora, por una curiosa inversión de las cosas, la patrimonialización del feudo desde los siglos
XII al XV va a ser uno de los principales medios utilizados por el rey para hacerse con grandes dominios. Así
por ejemplo, Felipe II Augusto se casa con una sobrina del conde de Flandes y mediante su dote consigue unir
el condado de Flandes a su dominio real. Igualmente, el hijo de Luis VIII (hijo a su vez de Felipe II Augusto)
llamado Alfonso de Poitiers se casa con la heredera de Raimundo VII de Tolosa. Así, este condado pasa a
estar integrado en el dominio real.
La relación del rey con el resto de la jerarquía feudal se basaba en lo siguiente: el rey, desde Felipe II
Augusto, tiene cada vez un carácter menos sagrado, y esto se debe fundamentalmente a la reforma gregoriana
de 1075 que surgió para evitar la intromisión de los laicos en la iglesia y para hacer a la jerarquía eclesiástica
más pura evitando el concubinato de los clérigos (nicolaísmo). Los siglos XII y XIII son los siglos de la
separación del ámbito político del religioso.
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Al mismo tiempo, surge la noción de soberanía real que fue expuesta por el abad Suger de Saint Denis,
consejero de Luis VI el gordo y de Luis VII el joven. Este concepto significa que el rey es el primero en la
pirámide de la jerarquía feudal, y que al estar en la cumbre no debe homenaje a nadie. En Francia existía hasta
entonces el principio de que el señor feudal lo era de sus vasallos directos, pero no de sus vasallos indirectos.
Lo que intenta para romper este principio es multiplicar el número de vasallos directos. A veces utilizada
entrega de un feudo que consiste en una cantidad de dinero anual a cambio de fidelidad. Por otro lado exige
un homenaje preferente que significa que en caso de que un vasallo tenga varios señores, y uno de ellos sea el
rey, el rey será el señor preferente.
Las funciones del rey seguían siendo el establecimiento de la paz, la protección de las iglesias y hacer justicia.
En el período feudal en el que el rey se encontraba debilitado, la iglesia era la que había tomado la misión de
establecer la paz. Ahora, en los siglos XII y XIII, el rey vuelve a ser el responsable de la paz y así por ejemplo
Felipe II Augusto instituye la cuarentena del rey, un período en el que no se podía hacer la guerra y que era la
réplica real de la tregua de Dios. El rey también establece la seguridad en la que pone bajo su protección a
personas que estaban en guerra y han hecho un juramento de hacer la paz. Al principio este juramento era algo
voluntario, pero cuando el rey es más fuerte puede exigir que no haya guerra. En la época de Luis IX el santo
(San Luis) en el 1258 se abolieron todas las guerras privadas en su reino.
El rey toma también la protección de las iglesias, protección que había estado en manos de los señores
feudales y que ahora pasará a depender del rey.
En cuanto al segundo punto, se da a conocer en occidente el derecho romano y entre los siglos XII y XIII la
idea de imperio va a evolucionar de ser una idea cristiana a ser una idea cada vez más romana. A partir del
siglo XII los legisladores imperiales empiezan a explotar la frase de Ulpiano según la cual lo que el príncipe
cree bueno, tiene fuerza de ley.
Este estudio y difusión del derecho romano va a dar lugar a una nueva concepción de la justicia. Ahora se
aspira a un derecho de validez universal, a un derecho común que se oponga a los derechos particulares de los
señores. La difusión del derecho romano permite la posibilidad de elaborar conceptos generales como
igualdad, derecho y justicia. También hace que haya una transformación en el proceso judicial. Si antes el
procedimiento judicial era todavía de ordalías y de juramentos a través de los conjurados, ahora se valora más
el procedimiento escrito, la prueba testifical, y hay una tendencia a la universalidad de las penas debidas por
los mismos delitos.
En el nacimiento de este espíritu laico influye el desarrollo de aristotelismo. Va a ser Santo Tomás de Aquino,
profesor en la universidad de París, quien tome prestada de Aristóteles la idea de que existe un orden social
autónomo e independiente del orden religioso. Hay un orden social natural anterior al cristianismo. Si antes se
habían desarrollado las teorías del agustinismo político, ahora la naturaleza y la gracia aparecen separadas.
FELIPE II AUGUSTO (1180−1223)
Era hijo de Luis VII el joven y de su mujer Adela de Champaña. Cuando empieza a gobernar se forman dos
facciones:
La representada por su madre y sus parientes.
La de Felipe de Alsacia, conde de Flandes.
Se casó en 1180 con la sobrina de Felipe de Alsacia, Isabel de Hainaut y ante la independencia mostrada por
el rey frente a las dos facciones hay un enfrentamiento del que él sale triunfante. Así, en 1185 por el tratado de
Boves obtiene unos territorios entre el condado de Flandes y el dominio real.
79
Entre sus acciones militares más importantes se encuentra buscar la destrucción de las posesiones
continentales de los Plantagenet. Así, en el 1202, muerto ya Enrique II Plantagenet y Ricardo Corazón de
León, siendo rey Juan sin Tierra, invade Normandía. En el 1214 su hijo Luis VIII se enfrenta a los ingleses en
Anjou en la batalla de la Roche−aux−Moines. También en el 1214 tiene lugar la batalla de Bouvines por la
que se consolidan sus posesiones en el noroeste de Francia. Así, deja sólo a los Plantagenet la Aquitania.
Para administrar sus dominios deja que existan señoríos en el dominio real, pero en esos señoríos aparecen
fortalezas reales que recuerdan a sus vasallos que son vasallos del rey y tienen obligaciones para con él.
Asimismo aplica lo que se conoce como pariage o co−señorío. Cuando el rey es co−señor con otro, como él
no puede ser vasallo en su propio reino, todos los señores situados por encima de ellos pierden sus derechos
sobre la localidad en cuestión.
En cuanto a la administración, multiplica los oficiales reales. Hasta la época de Felipe II Augusto la
administración era llevada a cabo por prevostes, agentes que tenían una misión de administración o justicia.
Para impedir que consiguieran cierta autonomía, Felipe II Augusto establece por encima de los prevostes a los
baillis, hombres de confianza del rey encargados de vigilar en un asunto judicial o fiscal. Al mismo tiempo, el
consejo real se especializa cada vez más como una corte de justicia que aplica el derecho romano y en la
contabilidad del reino.
A partir del reinado de Felipe II Augusto la monarquía en Francia se desarrolla más en un sentido teocrático
que feudal. La función del rey va a ser mantener el reino en paz luchando contra los señores feudales. No
existe en la monarquía francesa un pacto feudal, una carta magna como en Inglaterra, de manera que no hay
limitación en Francia para que el rey desarrolle su función teocrática. El rey basará esta función en el derecho
romano que se va superponiendo al señorial.
Su hijo Luis VIII gobierna entre el 1223 y el 1226. Inicia la conquista de Aquitania que pertenecía a los reyes
ingleses y obtiene allí algunos éxitos sobre todo en el Poitou y en el Limousin, pero fundamentalmente su
acción más importante fue el control del sur francés. Esta zona estaba unificada por los condes de Toulouse y
por la herejía albigense o cátara, una herejía de tipo dualista, que propugnaba que existía un principio del bien
y otro del mal, los dos iguales. Crean una anti−iglesia.
En el 1225 Luis VIII lucha contra Raimundo VII de Tolosa, al que vence, y casa a su hija con Alfonso de
Poitiers, hermano del rey. Así, por primera vez el dominio real llegaba hasta el mediterráneo.
Mientras, en Inglaterra, tras la muerte de Enrique II Plantagenet en 1189, la corona pasa a Ricardo Corazón de
León que durante los diez años de su reinado está la mayor parte del tiempo en las cruzadas. Muere en 1199 y
le sucede su hermano Juan Sin Tierra. Los dos acontecimientos más importantes de su reinado son su disputa
con el Papa y sus conflictos con los barones con la imposición de la carta magna. Cuando quedó libre la sede
de Canterbury, el rey se dispuso a designar una persona de su agrado, Juan Gray, pero el Papa Inocencio III
intentó designar a Esteban Langton, un inglés que había estudiado teología en París y que se encontraba en la
curia romana como cardenal. Juan sin Tierra vio en Esteban Langton un agente papal y le prohibió la entrada
en Inglaterra. Inocencio III excomulgó al rey y desvinculó a los vasallos del juramento que habían hecho al
monarca. La mayoría de los obispos huyeron de Inglaterra y el rey aprovechó para confiscar sus tierras.
Finalmente, el rey se rinde y acepta Esteban Langton así como pagar una suma anual al Pontífice.
En los años anteriores a la declaración de la carta magna ocurren acontecimientos que la explican. En 1213 se
forman varias asambleas de clérigos por un lado reclamando compensaciones por las confiscaciones del rey, y
por otra parte de barones laicos que reclaman libertades.
Al mismo tiempo, Juan sin Tierra sufría en el 1214 dos derrotas consecutivas en Francia. Cuando volvió a
Inglaterra pretendió cobrarle a los barones el derecho de scutagium que se pagaba cuando los barones no
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querían ir a la guerra. Entonces, tuvo lugar una sublevación de los barones del reino y de los principales
prelados de Inglaterra, también con el apoyo de las ciudades.
En el 1215 los rebeldes imponen al rey la carta magna que pretendía definir los límites del poder del rey frente
a las libertades feudales. Pero en la práctica lo que pretendían era poner freno a la función teocrática del rey
en beneficio de su función feudal. Así, quedan claras dos ideas básicas en el texto. En primer lugar, que la
voluntad del rey no está por encima de la ley común, y que el rey no podía proceder contra un hombre libre
dentro del reino sino con un proceso llevado a cabo con la ley común.
EL REINADO DE LUIS IX EL SANTO
Luis IX el santo era hijo de Luis VIII y nieto de Felipe II Augusto. Gobierna entre 1226 y 1270. Al momento
de su coronación no asistieron muchos barones del reino, lo que significa que la relación feudal del rey en
época de San Luis era muy débil.
Se va a apoyar en los especialistas en derecho romano, educados en París. Este estudio del derecho romano le
va a servir para exaltar el poder del príncipe frente a las tradiciones feudales. También le va a servir para
evadirse de las pretensiones del Papa y del emperador.
En 1260 manda recopilar el Libro de Justicia, en el que recoge las diferentes costumbres que existían en el
dominio real, precisamente para poder luchar contra ellas en los tribunales del rey. Llega a decir que frente a
la dignidad real un homenaje no vale nada. También se dice que un vasallo no puede seguir a su señor en la
lucha contra el rey.
También se apoya en los teólogos de las ordenes mendicantes, integradas por frailes dominicos y franciscanos
que instan a vivir de acuerdo con la pobreza. En especial, el reinado de San Luis se apoya en santo Tomás de
Aquino, un dominico que dice que el estado no es una especie de mal necesario como ocurría con san
Agustín. Apoyándose en Aristóteles, opina que el estado es una expresión natural del hombre. No se funda en
la iglesia para estar purificado y su función principal es la defensa del bien común. Estos pensamientos son
también la expresión de un cierto anticlericalismo de las órdenes mendicantes, que en su lucha por vivir de
acuerdo con la pobreza evangélica intentan quitar a la iglesia de las tentaciones del poder secular. Quiere
liberar el cuerpo político del cuerpo eclesiástico.
Los primeros franciscanos estuvieron a punto de ser expulsados de la iglesia. Los dominicos son los frailes
más eruditos, por tanto, se convirtieron en los teólogos más renombrados y llegaron a presidir los tribunales
de la inquisición.
Luis IX el santo prohíbe las guerras feudales o privadas en el interior del reino y en estas mismas fechas abole
los juicios de Dios u ordalías, sustituyéndolas por pruebas testificales.
Por lo que respecta a la administración, la curia regis era en su origen una asamblea de vasallos convocada por
el rey. Sin embargo, se convertirá en una institución de poder, separada en dos cámaras: una para las cuentas
(administración) y otra que era un parlamento o tribunal, compuesto por juristas y técnicos en derecho
romano.
Junto a los bailes y senescales, con funciones judiciales y militares, aparece una figura nueva: los
informadores, dominicos y franciscanos que informaban al rey de la actuación de los bailes y senescales.
Estos bailes y senescales procedían muchas veces el dominio real, pero cuando administraban una función
fuera el dominio real, debían apoyarse en oficiales de rango inferior, reclutados en la región administrada. No
ocupaba mucho tiempo el mismo cargo, y tenían que atender las reclamaciones de los administrados.
En los siglos XII y XIII se puede decir que el rey tenía una función teocrática (por la cual el poder viene de
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Dios) y una función feudal (por la cual el poder le viene del consentimiento de los vasallos). En Inglaterra se
desarrollará una realeza de tipo feudal, mientras que en Francia, de tipo teocrático. En Inglaterra estaba
vigente la common law o lex terrae, con elementos de tipo feudal. Esta ley refleja la existencia de una relación
feudal, de contrato entre el rey y los barones. El derecho es efectivo si reúne la voluntad del rey y el
consentimiento de los barones.
El derecho autóctono propio de Inglaterra es el derecho feudal, que compartía con el feudalismo su
flexibilidad y su adaptabilidad. La common law no se podía eludir unilateralmente, y el derecho romano era
su antítesis. De hecho, en el derecho romano se admitía que lo que el príncipe estimaba por bueno tenía fuerza
de ley. El derecho romano posibilitaba que el rey se evadiera de las funciones feudales, por lo cual estaba
prohibido en Inglaterra, porque era contrario a la lex terrae. Sin embargo, a pesar de que en Inglaterra el rey
va a desarrollar la función feudal, también tenía una función teocrática, y esto se manifiesta en la lex terrae en
que al rey no se le puede aplicar un castigo si viola uno de los preceptos del derecho común.
En Francia, el rey tenía una función teocrática y una función feudal, pero esta última era muy débil, ya que los
vínculos feudales entre el rey y los barones eran más débiles que en Inglaterra. Un hecho claro es que en
Francia no existía juramento de fidelidad general al rey fuera del dominio real desde finales del siglo X.
Además, tenemos que tener en cuenta que la coronación de Luis IX el santo no acudieron todos los barones.
Desde Felipe II Augusto la curia regis era un instrumento real de gobierno y su composición era sólo en parte
feudal. La conservación de la paz y el orden eran funciones del rey. Bajo el pretexto de ejercer estas
funciones, el rey se entrometía en la jurisdicción señorial. Es decir, que las medidas empleadas por los reyes
de Francia para el establecimiento de la paz y la justicia estaban muy lejos de necesitar un consentimiento por
parte de los barones. La paz y el orden eran un ejercicio de la realeza teocrática.
EL DESARROLLO DE LA TEOCRACIA PONTIFICIA
La cristiandad del siglo XI es aquella en la que el derrumbamiento de la realeza y la debilidad del papado
permiten a los laicos dominar la iglesia. La simonía se generaliza, los Reyes Capetos venden obispados, los
Reyes católicos nombran obispos, los reyes de Inglaterra distribuyen entre sus adeptos sedes episcopales...
Ante esta situación, va a haber una reforma por parte de la iglesia. Esta reforma se inicia en el pontificado de
Gregorio VII entre el 1073 y el 1085. La idea de esta reforma era liberar a la iglesia de los laicos. Para ello va
a intentar primero reorganizarla, lo cual va a fomentar un reforzamiento de la figura Pontificia hasta el punto
de que la reforma gregoriana lleva en su germen el concepto de poder teocrático para occidente. El Papa se
declara directamente vicarius christi, con lo cual obtiene la función rex−sacerdos.
Al mismo tiempo, Gregorio VII va a intentar definir los campos que competían a la iglesia de los campos que
competían al poder político. De esta manera, favorece el desarrollo del espíritu laico. Al imponer una moral
estricta para el clero, prohibiendo sus vicios, contribuyó al desarrollo de movimientos religiosos que buscaban
la purificación para encaminarse al mundo celestial. Se trata de movimientos religiosos que buscan una vida
de pobreza apostólica y evangélica para llegar al cielo. Propugnaban esta vida sin contar con la iglesia, por lo
tanto, está rechazará estas ideas.
En el 1075 Gregorio VII publica sus Dictatus Papae, en los que busca, en primer lugar, la libertad de la
iglesia, pero también establecer la superioridad del sacerdocio sobre la realeza. Esta manera, algunos capítulos
hablan precisamente de esta independencia eclesiástica, reclamando la supresión de la investidura laica,
reclamando la inmunidad judicial del clero, la inviolabilidad de los bienes de la iglesia y le independencia del
Papa respecto al emperador.
Otros capítulos ponen el acento en el poder del Pontífice sobre el emperador y sobre los Reyes. En algunos se
dice que sólo el Pontífice tiene un poder universal. Sólo él puede deponer y absolver obispos. Se dice que el
Papa no puede ser juzgado por nadie, que nadie puede modificar sus sentencias, que le está permitido deponer
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emperadores, que puede desligar el juramento de fidelidad hecho por los vasallos a un rey cuando es injusto.
En este ambiente de reforzamiento del papado va a haber un conflicto entre el emperador Enrique IV y
Gregorio VII. El conflicto tiene lugar cuando Enrique IV, victorioso en una lucha contra rebeldes sajones,
intenta reorganizar la administración del imperio nombrando varios arzobispos en sedes de Italia y Alemania.
De esta manera, contraviene los Dictatus Papae. El Papa le exige retractarse y hacer penitencia. En enero de
1076, Enrique IV convoca un sínodo de obispos en Worms, donde 26 obispos declararon al papa Gregorio VII
depuesto. Enrique IV notificó esta resolución al Papa. En febrero del mismo año, en respuesta a esto, en un
sínodo de Cuaresma, Gregorio VII excomulga al emperador, lo depone y desliga a sus súbditos del juramento
de fidelidad.
Ante esta situación desesperada, Enrique IV decide someterse y parte en pleno invierno al encuentro del Papa
que se encontraba en el castillo de Canosa al norte de los Apeninos. El Papa le levanta la excomunión sin
devolverle el poder de rey, ya que su poder debían decidirlo los príncipes alemanes, con el Pontífice como
árbitro.
En el 1080 Gregorio VII confirma la elección como emperador de Rodolfo de Suabia. Al mismo tiempo,
Enrique IV hace elegir un anti Papa bajo el nombre de Clemente III. En 1084 se hace coronar por Clemente
III como emperador en Roma.
Gregorio VII terminara exiliándose voluntariamente a Francia hasta su muerte en el 1085.
En este conflicto, conocido como la Querella de las Investiduras, se llegará a una situación de equilibrio con la
firma del concordato de Worms entre Enrique V y el Papa Calixto II. El concordato establecía un equilibrio
por el cual el emperador consentía que la iglesia eligiera obispos y abades y los invistiera con un poder
espiritual. Las elecciones de obispos y abades, sin embargo, se harían en presencia del rey. Por su parte, la
iglesia admitía que el rey invistiera a los eclesiásticos con feudos y poderes seculares. En la práctica, lo que
ocurre con este concordato, es que se establecen dos zonas de influencia. En Alemania, la elección de los
obispos siguió controlada por el emperador. En Italia y Borgoña el papel de elección de las investiduras
correspondía al Papa.
Aparentemente, se había llegado a una situación de equilibrio, pero en el reinado de Federico I Barbarroja
(1152−1190) esta situación se rompe. Federico I rompe el concordato y toma la costumbre de designar
obispos. De nuevo elige un antipapa y lo enfrenta a Alejandro III, el cual se refugia en Francia y en Italia se
establece una lucha entre las tropas imperiales y la liga de las tropas lombardas, aliadas del Papa. En la paz de
Venecia, Federico I reconoce a Fernando III y renuncia a intervenir en la elección Pontificia.
LA RELIGIOSIDAD.
La forma típica de religiosidad del siglo X es el monasterio, sobre todo los guiados por la regla de san Benito
de Nursia, que vivió entre los siglos V y VI. No existía verdaderamente una orden benedictina porque no
existía una sede central ni un sistema organizativo.
Cada monasterio era independiente de los demás, aunque había lazos entre las distintas comunidades que
vivían de sus propiedades terratenientes que les habían sido donadas por Reyes y emperadores y, ya en esta
época, sobre todo por miembros de la clase terrateniente.
Además de este apoyo material, las clases altas de la sociedad feudal eran las que suministraban la mayoría de
los monjes y casi todos los avances entre el s. X y XI. Estas donaciones empiezan a ser muy abundantes en
torno al año 1000. Además, el éxito del ofensiva cristiana contra el islam en las cruzadas supuso la afluencia a
los monasterios de un enorme botín. Aunque los monasterios no estaban al margen del desarrollo urbano ni
del dinero, en general funcionaban respecto a la riqueza igual que en época alto medieval. Había que atesorar
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la riqueza, transformándola en una fortuna durmiente que serviría para embellecer las iglesias y hacer más
hermosa la liturgia.
En este tiempo, la regla de san Benito se transforma en los monasterios dependientes de Cluny y la liturgia y
la oración ocupan toda la jornada de los monjes. Antes sólo ocupaba un cuarto del tiempo. Estos salmos se
recitaban sobre todo en favor de los benefactores de los monasterios para asegurarles la salvación eterna. En
este tipo de religiosidad la asistencia caritativa a los pobres era secundaria.
Por otro lado, estaban los clérigos que antes de la reforma gregoriana vivían independientemente en sus casas,
con sus propias tierras heredadas de sus padres a las que añadían una dotación que daba la iglesia al clérigo
conocida como prebenda.
La reforma gregoriana de finales del siglo XI intentará liberar a la iglesia del control laico y también abogar
por el celibato clerical. Asimismo, pretendía conseguir que los clérigos viviesen en comunidad. La reforma
gregoriana prohibía la simonía y el nicolaísmo o concubinato o matrimonio entre los clérigos. Así, la reforma
gregoriana conducía a separar lo laico de lo religioso.
Hubo clérigos que llevaron esta intención al extremo como Arnoldo de Brescia (1100−1155). Manifestó que
se debía abogar por una iglesia completamente libre de implicaciones políticas y, en consecuencia, por una
iglesia completamente libre de implicaciones materiales. Se le condujo ante Federico Barbarroja, se le
condeno y se le ahorcó, porque no era ésta la idea que el papado tenía de sí mismo. El papado se consideraba
vicarius christi y, por tanto, rex y sacerdos.
Esta primera época feudal caracterizada por la espiritualidad que representaban los monjes negros tenía un
medio de expresión propio: la oración, que existía en el programa benedictino desde el siglo VI, pero que
ahora había adquirido una proporción mucho mayor convirtiéndose en una lucha incesante que los monjes
hacían contra el diablo. Un estudio más detenido de los monjes benedictinos demuestra que pertenecían a la
misma clase que los guerreros, a la clase feudal.
La conexión que existía entre la espiritualidad monástica y la sociedad feudal se manifiesta en diversos
aspectos:
Los monjes procedían de las clases feudales y vivían como señores feudales.
Siendo de esta clase guerrera, tomaban el hábito por el que ya no podrían llevar armas, renunciando así a la
violencia, que era lo propio de la clase feudal a la que pertenecían.
Se dedicaban a luchar espiritualmente contra el mal a través de la oración.
Elaboran una ética que resuelva el principal mal de su tiempo: la violencia, mediante las treguas y paces de
Dios y las cruzadas.
Por el contrario, tenemos a los frailes, sobre todo dominicos y franciscanos, que surgen entre el siglo XII y el
XIII. Igual que los benedictinos se enfrentaron a la violencia, los frailes se enfrentan al principal problema de
su época: el dinero. Lo que van a hacer los frailes es discutir sobre la legitimidad de las nuevas actividades
urbanas que surgen a partir de siglo XII.
Los principales problemas que trataron los frailes eran la propiedad privada, el precio justo, el dinero, los
honorarios profesionales, los beneficios comerciales y el préstamo de dinero. Estos intelectuales van a
justificar finalmente la propiedad privada, que había existido casi desde siempre pero que no estaba justificada
de manera teórica.
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También se justifica el comercio, que puedan subir los precios, pero no más del 50%. Igualmente, entre el
siglo XII y el XIII los honorarios de abogados y profesores habían sido cuestionados desde el principio por
una antigua máxima según la cual el conocimiento viene de Dios y no podía ser vendido. Sin embargo, tan
pronto como profesores y juristas se pusieron a trabajar sobre este problema no encontraron que sus
profesiones fueran ilegítimas, sino que pensaban que estaban vendiendo su esfuerzo y su consejo, pero no el
conocimiento, que venía de Dios y no podía ser vendido.
El dinero había sido despreciado pero era al mismo tiempo un elemento de atracción. En el siglo XIII los
teólogos empiezan a pensar en el dinero no como un elemento de corrupción y condenable sino como un
instrumento conveniente. Así, santo Tomás de Aquino definió el dinero como una medida del precio de las
cosas y como un medio de intercambio.
Lo mismo pasó con el oficio de mercader, que estaba condenado durante la alta edad media. Sin embargo, a
finales del siglo XII el comercio va a empezar a ser definido como una forma de paliar las diferencias de un
lugar a llevar el excedente de otro lugar. Basándose en argumentos de Aristóteles, se empieza a distinguir
entre el mercader honesto y el deshonesto. El deshonesto era aquel cuyo objetivo era acumular riquezas. Sí era
legítimo un mercader que pretendiera un beneficio modesto para satisfacer sus necesidades.
Lo mismo sucede con la usura que había estado condenada hasta estas fechas. En el siglo XIII, sin embargo,
santo Tomás de Aquino se mostró de acuerdo con compensar al prestamista por el beneficio que dejaba de
tener al no poder disfrutar del dinero prestado.
Desde finales del siglo XII hasta finales del siglo XIII las enseñanzas de dominicos y franciscanos se
orientaron a un minucioso examen de los problemas de su tiempo y fueron tolerantes con las nuevas
relaciones sociales.
Los frailes hacen aceptable el dinero y la actividad comercial. El método para ello es completamente
diferentes. Los benedictinos no cultivan la charla, aunque no viven bajo una regla de silencio estricto.
Tampoco cultivan los beneficios del debate ni son partidarios de la diversión. Tampoco se especializaron en el
discurso persuasivo. Por su forma de vida, daban testimonio de una verdad establecida e incontestable.
El discurso persuasivo hubiera sido tan inapropiado para los benedictinos como para su público. En cambio,
los públicos urbanos querían oír a los oradores y les gustaba la diversión y el espectáculo. Buscaban ser
convencidos y pedían explicaciones. Además, también eran oradores. El discurso era necesario para los frailes
como instrumento para hacer llegar la religión. Los frailes no se mostraban sosegados en sus apariciones
públicas. San Francisco gritaba desde una esquina callejera o desde una plaza pública. Así, los frailes
compartían los mismos métodos característicos de la nueva sociedad urbana.
El novicio de un monasterio tenía que prepararse para una vida de contemplación y de intercesión litúrgica.
Dedicaba su vida a estudiar los textos sagrados de la Biblia y los de los santos padres. Para este proceso de
estudio utilizaban la lectura y la repetición intensiva y la memorización. Sin embargo, los estudiosos urbanos,
aunque respetaban la tradición religiosa, intentaban exponer las debilidades y contradicciones de los textos
sagrados para construir sobre ellos y llegar más lejos. En la primera época feudal, los estudiantes en los
monasterios se habían concentrado en el texto en sí mismo. Los frailes sin embargo pretendían analizar los
problemas que surgían del texto.
Asimismo, cambia el lugar donde se desarrolla esta actividad cultural. Los benedictinos tenían las escuelas
dentro de sus monasterios. Los dominicos y franciscanos sin embargo se incorporaron a las escuelas de la
ciudad, las universidades. A lo largo del siglo XIII van a romper definitivamente el monopolio que sobre la
cultura habían tenido los monjes benedictinos.
A mediados del siglo XII el desarrollo urbano es el nuevo fenómeno de la cristiandad y a lo que tendrá que
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enfrentarse el cristianismo. Se trata del nacimiento de una nueva sociedad basada en la división del trabajo, en
la economía monetaria y que se organiza en células nuevas: la familia reducida y la comunidad urbana, y en la
que aparecen nuevas clases sociales: obreros, artesanos y burgueses. La respuesta de la iglesia ante los nuevos
tiempos es, por un lado, de rechazo. Toda la tradición religiosa recibida hasta entonces era de rechazo ante el
dinero y las profesiones urbanas, siempre asociadas al principal pecado ahora: la avaricia. Por otro lado, la
iglesia intenta adaptarse y disfrutar de la nueva economía urbana elaborando una nueva ética que haga
aceptables el dinero y las profesiones urbanas.
La ideología feudal es, en cierto sentido, materialista, lo que quiere decir que los valores abstractos de la
economía capitalista se les escapan, les repugnan y son condenados por ella. Hasta finales del siglo XII la
sociedad occidental era fundamentalmente rural y tenía una desconfianza general hacia aquellas actividades
no conectadas con la tierra o con la guerra.
Sin embargo, la iglesia rechazaba como servil cualquier trabajo manual o artesanal. Hasta el siglo XII algunos
artesanos sí estaban considerados de manera positiva: los orfebres (realizaban relicarios) y los herreros
(forjaban espadas).
Este contexto feudal se modifica entre los siglos XI y XIII por la revolución económica y social en occidente
que tiene como consecuencia un auge urbano y comercial. Nacen nuevas oficios y estos nuevos grupos socio
profesionales exigen una consideración acorde con su fuerza económica. En el caso concreto de los
mercaderes, se les reprochaba que su riqueza venía de hipotecar el tiempo, y que el tiempo sólo pertenecía a
Dios. El mercader comercia con el tiempo en la medida en que almacena productos en previsión de hambres,
en la medida en que compra y vende en los momentos que le son favorables. El mercader fundamenta su
actividad sobre hipótesis, de las que el tiempo es la medida misma.
Este conflicto entre el tiempo de la iglesia y el tiempo de los mercaderes se afirma en el corazón de la edad
media (XI−XIII) pero ya a partir del siglo XIII la iglesia elabora una justificación de la actividad del mercader
y de los prestamistas. Por ejemplo, en los manuales de los confesores se cita a los mercaderes entre las
personas dispensadas de hacer ayuno u observar el reposo dominical ya que sus negocios no pueden ser
aplazados o porque sus viajes no son posibles. Aunque la iglesia promulga muchos edictos sobre la usura,
aplicando la excomunión y la privación de sepultura a los que prestaban dinero, y obligándoles a restituir los
beneficios ilícitos, rara vez recurría a estos castigos. Generalmente, la iglesia cierra los ojos ante estas nuevas
actividades y los banqueros y mercaderes encuentran muchas formas de esquivar las prohibiciones
eclesiásticas. Por ejemplo, el interés, en lugar de presentarse como interés, se exponía como una donación
voluntaria que hacía el donador al prestamista o como una multa que había que pagar una vez acabara el plazo
de devolución, muy corto intencionadamente.
A lo largo del siglo XIII los teólogos aceptan incluso el interés. Por ejemplo, se considera que el retraso en la
devolución de un préstamo debe recibir compensación. La iglesia introduce entonces el concepto de duda
razonable: bastaba que hubiera una duda razonable en la operación de prestar dinero para que el prestamista
pidiese interés.
Entre finales del siglo XIII y principios del XIV aparecen dos nociones por las que se justifica a los
mercaderes y su actividad: la de bien común o utilidad común y la de interdependencia de los países desde un
punto de vista económico. La iglesia pasa de su compromiso con el feudalismo al compromiso con el
capitalismo.
En este momento aparecen nuevos movimientos religiosos, lo cual está vinculado a la reforma gregoriana de
finales del siglo XI llevada a cabo por Gregorio VII. Cuando inicia esta reforma para liberar a la iglesia de la
simonía y el nicolaísmo, apela al concepto de dignidad del sacerdote. Así, considera indigno tanto al sacerdote
que había usurpado el oficio sacerdotal como al que vivía en concubinato o no era casto. Los sacerdotes
deberían ser dignos.
86
A partir de ese momento, el concepto de dignidad del sacerdote se vuelve contra la propia iglesia. Así, los
espíritus más despiertos del movimiento de reforma empezaron a preguntarse si sólo el sacerdote ordenado
podía conducir a los cristianos a la salvación o si cualquier cristiano que no perteneciera a la jerarquía
eclesiástica, siguiendo los preceptos evangélicos y el ejemplo apostólico podía salvar su alma.
Surge una nueva forma de pensar que ve realizada la esencia del cristianismo no en la iglesia como institución
de salvación, sino en una forma de vida religiosa que fuera comprometida. Estos nuevos movimientos
religiosos tienen como característica la exigencia de una vida de pobreza evangélica y de predicación
itinerante.
Hasta ahora estas exigencias no eran propias de los movimientos religiosos de occidente. La orden benedictina
pedía la renuncia a la propiedad privada de los monjes, que no se realizarán sin embargo en nombre del ideal
de pobreza, sino en el de crear una propiedad comunal del monasterio.
Gregorio VII, cuando realiza la reforma había combatido la simonía y el matrimonio de los sacerdotes, pero
no había solicitado la pobreza voluntaria de la iglesia ni de los cristianos.
En cuanto a la base social de estos movimientos de pobreza. Durante el siglo XIX se creyó que los
movimientos de pobreza estaban integrados por los estratos más bajos de la población, sobre todo urbana
(artesanado, asalariados y parados). Pero esto parece erróneo para el siglo XII y es aceptable, dentro de ciertos
límites, para el XIII.
Para explicar que estos movimientos estaban integrados por las capas más bajas de la sociedad, se recurre a la
forma en la que eran mencionados en los documentos: rustici, rusticani, idiotae, illiterati y texerants
(tejedores). Sin embargo, los cuatro primeros nombres sólo significaban que no tenían formación cultural, que
no eran clérigos doctos. El primer y el segundo nombre son lo contrario de doctus y sapiens. Los escritores
clericales al definir así a los herejes querían resaltar exclusivamente el hecho de que individuos privados de
una educación culta y literaria se arrogasen el derecho de saber sobre los problemas de la iglesia y de la fe.
Con la última palabra ocurre algo diferente. Tradicionalmente, se había interpretado que la herejía se
desarrolló sobre todo entre los operarios de la industria textil. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el
ideal apostólico de pobreza de los herejes les llevaba a vivir de sus propias manos, por eso muchos herejes se
hacen tejedores.
Grundmann cree que estos movimientos de pobreza estaban integrados incluso por gente rica de las nuevas
profesiones urbanas. Para firmar esto se apoya en el movimiento llamado de los humillados. En el s. XV los
propios humillados hacen salir su origen de la nobleza Lombarda que fundó su comunidad a principios del XII
y se dedicaban a elaborar lana. Dice que los humillados utilizaban en el 1179 tejidos de lana no tintada como
forma de protesta, lo cual no parece que pueda ser llevado por gente pobre que no hubiera podido permitirse
otros hábitos. La pobreza voluntaria hubiera sonado falsa si hubiera sido un gesto vacío por parte de aquellos
que ya vivían en un nivel social bajo. Para Grundmann la pobreza y la humildad fueron exaltadas como
valores religiosos porque significaban la superación de ciertas seducciones y la decisión de renunciar a los
bienes y a los honores de los que de hecho podían disfrutar. Es una reacción de dentro de las clases
económicamente altas contra un cierto desarrollo social, económico y cultural. Ser pobre y despreciado por el
mundo aparecía entonces como la mejor forma de salvación.
Para Grundmann estos movimientos están integrados por gentes de las nuevas profesiones urbanas que veían
que podían estar condenados y que se desprenden de sus bienes para evitar esta condena.
Lester K. Little piensa que en un primer momento estos movimientos sí estaban integrados por élites urbanas,
pero en el siglo XIII se integran muchos de los elementos marginados de la ciudad que integrándose en estos
movimientos buscan encontrar una seguridad económica y una estabilidad social.
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El problema de la iglesia para luchar contra estos movimientos es que no tienen un fundador concreto y sobre
todo no tienen una doctrina herética. Sí tienen una precisa forma de vida religiosa basada en el evangelio y en
los escritos de los apóstoles.
Todas las decisiones que la iglesia tomó contra los herejes hasta Alejandro III se referían sólo a la herejía del
sureste de Francia (Toulouse y Provenza): la herejía cátara. Esta herejía si tenía una doctrina anti herética muy
concreta.
Uno de estos primeros movimientos es el de los valdenses. Pedro Valdo era un mercader de Lyon que se
convirtió en el 1170 tras haber leído el evangelio. No era el primero que renunciaba a riqueza, familia y
posición social para vivir pobremente y sin casa como los apóstoles siguiendo el camino más perfecto hacia la
perfección.
Cuando se convirtió ya seguramente sabía de la existencia de otros que habían dado este paso, pero no lo hizo
bajo la influencia de ninguna herejía. Lo que le diferenciaba era su firme voluntad de no separarse de la
iglesia. Se aconsejaba por sacerdotes y teólogos de la iglesia romana. Se hizo traducir las escrituras por un
sacerdote. El resultado fue, sin embargo, que empezó a vivir como los herejes: se dedicó a la pobreza
voluntaria y a la predicación itinerante. Pronto se le unieron otros que habían dividido sus bienes entre los
pobres y que predicaban contra los pecados del clero y exhortaban a la penitencia.
Fueron a Roma a que el Papa autorizase su forma de vida. Esperaban recibir de Alejandro III el permiso para
continuar con sus formas de vida. En el 1179 el tercer Concilio de Letrán respondió a los valdenses que no se
debían arrogar el derecho de predicar que pertenecía solamente a quienes formaban parte del orden jerárquico
de la iglesia.
Por otro lado estaban los humillados, que habían surgido en diferentes centros urbanos de la Lombardía.
Tampoco tenían un fundador concreto y querían llevar una vida de ejemplo evangélico rechazando el lujo y
los placeres pero sin renunciar a la vida ciudadana y familiar. Por su modo de vivir fueron inculpados de
herejía. Alejandro III los trató exactamente igual que a los valdenses: aprobó su forma de vida pero les
prohibió predicar en público y tener reuniones.
Con esta decisión contra los valdenses y los humillados la iglesia demostraba que no aprobaría los
movimientos de pobreza a no ser que se desarrollasen dentro de la iglesia.
El sucesor de Alejandro III, Lucio III, en el 1184 firmó un decreto contra la herejía. Por primera vez aparece
una lista de nombres de herejías entre las que se encuentran los cátaros, los valdenses, los humillados y otros.
Por primera vez se describían las características esenciales de la herejía: eran herejes aquellos que predicaban
de forma no autorizada. Sólo en segundo lugar se consideraba la oposición a la doctrina católica.
La iglesia cambia de actitud con Inocencio III que permite a los movimientos de pobreza integrarse dentro de
la iglesia a condición de que respetaran la doctrina ortodoxa y que reconocieran la autoridad Pontificia y
jerárquica.
Los humillados se dirigieron a Inocencio III para ser reconocidos y el pontífice encargó a una comisión que
examinara sus propósitos. Tras dos años, en el 1201, se redactó una regla para los humillados que tomó sólo
muy parcialmente las normas originarias del movimiento. Se inspiró en la regla benedictina y agustiniana. Se
crearon dos comunidades de humillados: una religiosa y otra laica. El problema era que esta regla no era
aplicable a los humillados que querían vivir en sus casas y con sus familias porque no tenían un elemento
esencial: la vida en comunidad. A estos humillados se les dio también un propositum cuyas normas básicas
eran las siguientes: el rechazo del lujo en los vestidos, ganarse la vida con el trabajo manual, la abstención de
practicar la usura, la restitución de los bienes que se hubiesen ganado injustamente, la entrega de lo superfluo
a los pobres, el olvido de los deberes conyugales y una vida pacífica, humilde, paciente y con amor.
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Por primera vez el principio defendido en el 1179 en el tercer Concilio de Letrán según el que nadie podría
predicar sin haber sido ordenado siguió siendo válido pero fue modificado al obtener una comunidad laica de
los humillados el permiso para predicar. La comunidad laica no podía hablar de cuestiones teológicas, pero sí
dar testimonio de fe y moral.
El movimiento de los valdenses fue más difícil de integrar en la iglesia. Cuando fueron rechazados, se
radicalizaron. Por ejemplo, frente a la pretensión católica de que obedecieran incondicionalmente al Papa, los
valdenses decían que había que tener una obediencia al Papa y a los sacerdotes siempre que fueran dignos. A
la tesis católica según la cual sólo podía predicar quien estuviese ordenado, los valdenses opinan que todos
pueden predicar, incluso laicos y mujeres. En cuanto a la administración de los sacramentos, mientras que la
iglesia opinaba que sólo los ordenados podían impartir los sacramentos, los valdenses creían que también los
podían administrar los laicos piadosos. Así, vemos una oposición entre la idea de sucesión de los apóstoles
por parte de la Iglesia Católica y la de imitación de los apóstoles por parte de los movimientos de pobreza.
Inocencio III integra en el 1208 a los valdenses y les aprueba una norma o propositum, así como un nombre,
los pobres católicos. Por primera vez, unos predicadores itinerantes se integran dentro de la iglesia. Para ser
admitidos por la iglesia los valdenses tienen que hacer concesiones: jurar obediencia y respeto al Papa y a los
obispos, reconocer la validez de los sacramentos independientemente de la dignidad del sacerdote, reconocer
que sólo los sacerdotes administren los sacramentos y que cualquier otro que lo quisiera hacer sería un hereje.
La iglesia les permitió llevar su vida de pobreza evangélica y predicación apostólica y no modificó casi
ninguna de sus costumbres: podían renunciar a sus bienes, predicar libremente...
En la práctica, los valdenses no eran distinguibles de los herejes, lo cual supuso muchas dificultades para
llevar a cabo su misión, llegando incluso a ser perseguidos. Durante varios años, Inocencio III escribió cartas
a los obispos en favor de los valdenses. Tras el 1212 ya no vuelven a aparecer en sus cartas.
Una suerte distinta corren los franciscanos. San Francisco nace en el 1181 o 1182. Era hijo de un rico
comerciante de Asís y a los 25 años sufre una crisis de conciencia y se convierte haciéndose eremita. Lleva
una vida de penitencia y por su origen su conducta provocó escándalo y su padre lo abandonó y desheredó.
En 1209, cuando ya llevaba un tiempo con esta vida, tuvo confirmación de su vocación apostólica al escuchar
una lectura del pasaje evangélico de san Mateo. Junto a él, se formó una fraternidad que se vistió como los
pobres de la región de Umbria y se bautizaron como hermanos de la penitencia.
Las gentes que se acogían a San Francisco eran gentes simples. En el 1209 se presentó ante Inocencio III para
ser aceptado. Inocencio III no tomó una decisión rápidamente, sino que levantó acta de la existencia de esta
comunidad de franciscanos. El cardenal Giovanni Coloma fue el que tuvo una participación más decisiva en
que los franciscanos fueran aceptados. San Francisco era acusado de introducir muchas innovaciones en sus
predicaciones, pero el cardenal Giovanni lo defendía diciendo que se apoyaba en las enseñanzas evangélicas y
que, por tanto, éstas no eran innovaciones.
Por primera vez, el cardenal Coloma aceptaba el ideal de pobreza evangélica como forma de vida legítima en
el interior de la iglesia. Inocencio III no prohibió nada de los franciscanos, sólo les puso dos condiciones: que
Francisco y sus compañeros recibieran la tonsura para convertirse en clérigos y que debían jurar obediencia al
Papa. Eran los primeros pasos para organizarse como una orden religiosa. Sin embargo, Inocencio III no toma
el trabajo de estructurarla y organizarla. Los franciscanos fueron abandonados a su suerte y durante unos años
su futuro fue incierto. Pero importantes sucesos iban a atraer la atención de Inocencio III. Convocó en el 1215
el IV concilio de Letrán. Una de las decisiones que de aquí emanan es la prohibición de la creación de nuevas
órdenes de pobreza evangélica.
Los franciscanos y los dominicos son ratificados como órdenes religiosas dentro de la iglesia, pero encuentran
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muchas dificultades en el desarrollo de su labor. También en el IV concilio de Letrán se elaboran nuevos
modelos de santidad que correspondían a cada situación social existente en la cristiandad: podía haber santos
militares, santos comerciantes, santos artesanos... Además, se fija la doctrina de los sacramentos como
instrumento de salvación. Se fijaron en 7. Se estableció que el bautismo debía ser a los pocos días de nacer,
que la confirmación debía ser a los siete años y también se estableció la fiesta del Corpus Christi a partir de la
doctrina que se llama transubstanciación.
Se establece una doctrina de indulgencias para aliviar las penas del purgatorio. También se establece el
matrimonio como un contrato indisoluble y único. Se difundieron nuevas formas de culto y de piedad como la
representación del Belén, la adoración de los santos y la peregrinación a las ciudades santas.
Los franciscanos fueron abandonados a su suerte y en poco tiempo tuvieron bastante éxito. San Francisco
estuvo en Jerusalén y en Egipto y murió en el 1226. Se creó una orden femenina llamada las pobres damas a
partir de Santa Clara. Eran monjas enclaustradas que luego pasarían a llamarse clarisas. Se creó una tercera
orden laica llamada la tercera orden franciscana.
El primer problema que estalla dentro del orden franciscano está relacionado con la pobreza. El encargado de
la orden era fray Elías de Cortona que había sustituido a San Francisco antes de su muerte como director de la
orden. Los franciscanos le acusaban de presionar el pensamiento de San Francisco porque había relajado un
poco la regla de pobreza. Había obtenido privilegios pontificios y había desarrollado el papel de los estudios
dentro de la orden y dulcificado la regla de pobreza, lo cual provocó una reacción contra esta nueva actitud.
Otra orden reconocida en el IV concilio de Letrán fue la de los dominicos. Santo Domingo era un castellanos
de Burgos. Era clérigo y cuando entró en contacto con la herejía cátara de la Provenza pensó en consagrarse a
la predicación de la fe luchando contra los errores doctrinales practicando la vida itinerante y la mendicidad.
Fundó una comunidad de clérigos en Toulouse. Lo característico de los dominicos es que concilian la vida
itinerante con el cenobitismo.
Dentro del monasterio potenciaban sobre todo el estudio. En el IV concilio de Letrán Inocencio III reconoció
la nueva orden a la que llamó ordo predicatorum. La pobreza en Santo Domingo no era un fin como entre los
franciscanos, sino que era un medio. A pesar de las diferencias entre dominicos y franciscanos, tienen algo en
común: estos frailes evitaron la noción benedictina de permanencia en el monasterio y la sustituyeron por la
vida apostólica y la predicación itinerante.
Los franciscanos tuvieron un enorme éxito. Por aquel tiempo, Santo Domingo sólo era conocido en su
diócesis de Toulouse. El papel de los estudios era más importante entre los dominicos, aunque hubo
franciscanos muy notables desde el punto de vista intelectual, como San Buenaventura. También es distinta la
actitud respecto a la pobreza. Para San Francisco es fundamental, para los dominicos no es tan importante.
Con los dominicos y los franciscanos los movimientos de pobreza consiguen por fin integrarse en la iglesia.
Sin embargo, hubo otros movimientos que continuaron siendo heréticos. El más conocido es el de los cátaros.
Se desarrollan desde el siglo XI al XIII, sobre todo en el sur de Francia, ya que la nobleza y el conde de
Toulouse se convierten para resistir la absorción por parte del rey de Francia. Al contrario que los demás, los
cátaros sí tienen una doctrina concreta, por eso son más fácilmente atacados por los tribunales de la
inquisición.
La doctrina cátara consiste en la creencia en dos principios en el universo: un principio espiritual, el del bien;
y un principio material, el del mal. Como rechazo al mal, los cátaros abandonaban sus posesiones materiales,
practicaban la abstinencia sexual y se negaban a tomar alimentos como la carne ya que procedía de una
relación sexual. Además de ello, habían creado unos sacramentos a imitación de los católicos. Tenían su
propia versión de la eucaristía: tomar un alimento rezando el padre nuestro. También tenían su propia visión
del bautismo: una imposición de manos que hacía un perfecto o elegido dentro de la comunidad cátara. Tenía
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incluso una cierta estructura organizativa.
En el 1209 Inocencio III autoriza una cruzada contra los cátaros del Languedoc. El protector político de los
cátaros, el conde de Toulouse, se vio obligado a firmar un tratado, el de París, en el 1219 con el rey de
Francia. Pero no sólo esto, sino que los primeros tribunales de la inquisición de la cristiandad se aplicaron
contra los cátaros en el 1232. Curiosamente, estos tribunales estaban dirigidos sobre todo por dominicos.
Varias corrientes heréticas se fijan en Joaquín de Fiore, un cisterciense de Calabria que vivió entre el 1145 y
el 1202. Fue el inventor de un nuevo sistema profético con una gran influencia en Europa. Entre el 1190 y el
1195 tuvo la inspiración de que las escrituras tenían un significado oculto y que en él había un valor profético.
Que las escrituras tuvieran un significado oculto no era una idea nueva en la cristiandad, pero lo que era nuevo
en el pensamiento de Joaquín es que sirvieran para pronosticar el futuro del hombre.
Elaboró una teoría según la que la historia de la humanidad se dividía en tres etapas: la primera era La Era del
Padre o de la ley y había estado regida por el Antiguo Testamento. La segunda era la edad del hijo o del
evangelio y la tercera se llamaba la era del espíritu santo.
El pensamiento de Joaquín fue condenado por herejía en el IV concilio de Letrán ya tras su muerte. La razón
para esto era que la idea de que vendría una tercera era, que él situaba entre el 1200 y el 1260, no se
conciliaba con la concepción agustiniana de que el reino de Dios ya se había realizado hasta donde podría
realizarse en la tierra. Para él, a partir del 1260 vendría la época del espíritu que sería predicada por una orden
nueva llamada la orden de los justos. Lo que ocurrió fue que un sector franciscano se identificó con esto.
Así, un grupo de franciscanos llamados espirituales y otro grupo de franciscanos llamados Fraticelli creyeron
que serían esta orden de los justos.
Otra herejía fue la del libre espíritu, que se puede considerar como una forma aberrante de misticismo. El
misticismo es la aprehensión inmediata y la comunicación por Dios por medio del amor. Los místicos habían
existido siempre dentro de la iglesia, pero los adeptos del libre espíritu no reconocían ninguna autoridad fuera
de sus experiencias místicas. Para estos adeptos, la iglesia era incluso un obstáculo para su salvación.
Pensaban que debían ser reemplazados en el futuro por su propia comunidad. El adepto creía que había
llegado a una perfección absoluta que estaba por encima de todas las normas morales. Por eso, pensaba que le
estaba permitido hacer lo que al resto de los cristianos les estaba prohibido. Así, en una civilización cristiana
que daba un gran valor a la castidad, estos adeptos se rebelaban haciendo uso de una gran promiscuidad.
Este misticismo también aparece en oriente y en España. Hacia finales del siglo XII en varias ciudades
españolas, sobre todo en Sevilla, aparecen unos místicos musulmanes llamados sufíes. Eran mendigos santos
que vagaban por calles y plazas. Los novicios vivían en la humillación y la abnegación personal. Vestían
andrajos, mantenían los ojos bajos y obedecían ciegamente al maestro del grupo. Pero una vez terminado este
periodo de noviciado, entraban en un mundo de absoluta libertad. Creían gozar del conocimiento directo de
Dios y todo impulso que experimentaban era considerado como un mandamiento divino. Así, podían vivir en
el placer, mentir, robar... sin ningún remordimiento. Para ellos, el alma estaba absorbida en Dios y los actos
externos no importaba.
Algo parecido ocurría con los del libre espíritu, movimiento detectado en Europa principios del siglo XIII.
Formaban parte de ella unos 40 clérigos que habían estudiado teología en la universidad de París. Por un
espionaje en el 1209 por los obispos de París los herejes fueron identificados y detenidos. Tres de ellos se
retractaron en público, pero el resto no, y fueron quemados vivos. Ni siquiera en el momento de su muerte
dieron muestras de arrepentimiento.
El clero dijo que estos hombres eran seguidores de Amaury de Béne, un profesor de teología de París que en
sus escritos trataba de un panteísmo místico muy dependiente de la tradición neoplatónica. Era un filósofo
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profesional, pero sus seguidores, a pesar de su educación universitaria, eran sobre todo profetas que actuaban
sobre las emociones del laicado sobre todo en las grandes rutas comerciales como en la que unía Flandes con
Lyon. Despreciaban a los monjes, a los frailes, irrumpían en las ceremonias eclesiásticas y tuvieron su
continuidad en las beguinas, mujeres de extracción social elevada que quedaban marginadas en la sociedad
porque se negaban a casarse y buscaban llevar una vida de experiencias místicas viviendo en comunidad.
Durante el siglo XIII se multiplicaron en las zonas más urbanas y comerciales de Europa (Bélgica, norte de
Francia) y fueron condenadas en el 1259.
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