DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES AL CONTESTAR REFIERASE AL No. 06197 16 de junio, 2003 DI-CR-234 Licenciado Oscar Mario Víquez Herrera Auditor Contable Financiero UNIVERSIDAD DE COSTA RICA Estimado señor: Asunto: Aplicación de la Ley General de Control Interno a la Universidad de Costa Rica. Mediante la presente se da respuesta a la consulta planteada por usted, en el sentido de si a la Universidad de Costar Rica la Ley General de Control Interno, N° 8292, publicada en 4 de setiembre del 2002, concretamente consulta: 1. Si la aplicación de los numerales 32, 33, 40 y 41 de la Ley General de Control Interno, esta supeditada en el caso de la Universidad de Costa Rica, al acuerdo de las Autoridades Universitarias que ratifique o no la sujeción del ente universitario a dicho régimen normativo. 2. Si los funcionarios de la unidad de auditoría de dicho ente universitario están en la posibilidad de continuar ofreciendo, sin problemas legales, su aporte profesional en el sector privado y en otras instituciones públicas, hasta tanto no se dé dicho acuerdo. Al respecto me permito indicarle lo siguiente: Resulta importante analizar no solo la aplicación de los artículos 32, 33, 40 y 41 de la Ley General de Control Interno a la Universidad de Costa Rica, sino todo el cuerpo normativo de dicha ley, en concordancia con la autonomía universitaria. En ese sentido, el artículo 84 de la Constitución Política establece que las universidades son instituciones de educación superior dotadas de autonomía para el desempeño de sus funciones y de plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones, así como darse su organización y gobierno propios. Sin embargo esta autonomía no es absoluta, sino que se limita al ámbito de acción de la universidad, “en el sentido de que se refieren a aquellas potestades necesarias para que la Universidad cumpla con los fines para las que fue creada, pero de forma alguna implica una abstracción total de los mandatos legales y de las DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES Lic. Oscar Mario Víquez Herrera 2 16 de junio, 2003 potestades de regulación de la Asamblea Legislativa en aquellos ámbitos que no tienen incidencia directa con respecto a los fines perseguidos por esa institución de enseñanza superior, ni la falta de sometimiento al ordenamiento jurídico costarricense en aquellas materias que no afectan esa autonomía” 1 En este orden de ideas merece especial atención lo consignado y desarrollado en el Voto No.1313-93 de las 13:54 horas del 26 de marzo de 1993 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que en lo que nos interesa indicó: “VI.- SIGNIFICACION DEL CONCEPTO DE AUTONOMIA .- Expuesto lo anterior resulta necesario hacer algunas precisiones. Conforme lo dispone el artículo 84 de la Constitución Política, las Universidades del Estado están dotadas de independencia para el desempeño de sus funciones y de plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones, así como para darse su organización y gobierno propios. Esa autonomía, que ha sido clasificada como especial, es completa y por ésto, distinta de la del resto de los entes descentralizados en nuestro ordenamiento jurídico (regulados principalmente en otra parte de la Carta Política: artículos 188 y 190), y significa, para empezar con una parte de sus aspectos más importantes, que aquéllas están fuera de la dirección del Poder Ejecutivo y de su jerarquía, que cuentan con todas las facultades y poderes administrativos necesarios para llevar adelante el fin especial que legítimamente se les ha encomendado; que pueden autodeterminarse, en el sentido de que están posibilitadas para establecer sus planes, programas, presupuestos, organización interna y estructurar su gobierno propio. Tienen poder reglamentario (autónomo y de ejecución); pueden autoestructurarse, repartir sus competencias dentro del ámbito interno del ente, desconcentrarse en lo jurídicamente posible y lícito, regular el servicio que prestan, y decidir libremente sobre su personal (como ya lo estableció esta Sala en la resolución No.495-92). Son estas las modalidades administrativa, política, organizativa y financiera de la autonomía que corresponde a las universidades públicas. La autonomía universitaria tiene como principal finalidad, procurar al ente todas las condiciones jurídicas necesarias para que lleve a cabo con independencia su misión de cultura y educación superiores. En este sentido la Universidad no es una simple institución de enseñanza (la enseñanza ya fue definida como libertad fundamental en nuestro voto número 3559-92), pues a ella corresponde la función compleja, integrante de su naturaleza, de realizar y profundizar la investigación científica, cultivar las artes y las letras en su máxima expresión, analizar y criticar, con objetividad, conocimiento y racionalidad elevados, la realidad social, cultural, política y económica de su pueblo y el mundo, proponer soluciones a los grandes problemas y por ello en el caso de los paises subdesarrollados, o poco desarrollados, 1 Oficio N° 12371 del 26 de octubre del 2001, del Centro de Relaciones para el Fortalecimiento del Control y Fiscalizaciones Superiores. Contraloría General de la República DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES Lic. Oscar Mario Víquez Herrera 3 16 de junio, 2003 como el nuestro, servir de impulsora a ideas y acciones para alcanzar el desarrollo en todos los niveles (espiritual, científico y material), contribuyendo con esa labor a la realización efectiva de los valores fundamentales de la identidad costarricense, que pueden resumirse, según se dijo en el voto que se acaba de citar, en los de la democracia, el Estado Social de Derecho, la dignidad esencial del ser humano y el "sistema de libertad", además de la paz (artículo 12 de la Constitución Política), y la Justicia (41 ídem); en síntesis, para esos propósitos es creada, sin perjuicio de las especialidades o materias que se le asignen, y nada menos que eso se espera y exige de ella. La anterior conceptuación no persigue agotar la totalidad de los elementos, pero de su contenido esencialmente se deduce -y es lo que se entiende que quiso y plasmó el Constituyente en la Ley Fundamental- que la universidad, como centro de pensamiento libre, debe y tiene que estar exenta de presiones o medidas de cualquier naturaleza que tiendan a impedirle cumplir, o atenten contra ese, su gran cometido.-" (Lo resaltado no es del original) No obstante lo expuesto anteriormente, tanto la doctrina como la jurisprudencia de la Sala Constitucional, de la Procuraduría General de la República y de esta Contraloría General de la República, han advertido que la autonomía universitaria no debe ser interpretada en el sentido de que se considere que los entes universitarios estatales están aislados o desvinculados del ordenamiento jurídico, toda vez que dichas entidades de educación superior se encuentran inmersas dentro del conjunto de instituciones públicas que conforman el aparato estatal. Por lo tanto, es claro que las universidades están sometidas a aquellas disposiciones legales que afectan, en igual forma, a todos los demás destinatarios de las mismas dentro de nuestro ordenamiento jurídico, por cuanto se trata de situaciones comunes a dichos sujetos y que precisamente escapan o no están comprendidas dentro de su especialización funcional, pese a que de manera indirecta llegaran a interferir con la prestación de su servicio y su organización. Una vez aclarado el punto en relación del sometimiento de la Universidad de Costa Rica a las leyes dictadas por la Asamblea Legislativa, siempre y cuando como se indicó no se refieran al cumplimiento de los fines para los cuales fueron creados estos centros de educación, se puede determinar el ámbito de aplicación de la Ley General de Control Interno, particularmente si esta ley le es aplicable a los centros universitarios. Así, tenemos que el artículo 1° de la Ley General de Control Interno regula dentro de su ámbito de aplicación y contenido que “esta ley establece los criterios mínimos que deberán observar la Contraloría General de la República y los entes u órganos sujetos a su fiscalización, en el establecimiento, funcionamiento, mantenimiento, perfeccionamiento y evaluación de sus sistemas de control interno.” DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES Lic. Oscar Mario Víquez Herrera 4 16 de junio, 2003 Es por ello que para determinar si los entes universitarios, concretamente en la consulta en estudio la Universidad de Costa Rica, se encuentra sometida a esta ley, cabe preguntarse si son sujetos de la fiscalización de la Contraloría General de la República, lo cual se encuentra estipulado en el numeral 4 de nuestra Ley Orgánica: “Artículo 4. Ambito de su competencia. La Contraloría General de la República ejercerá su competencia sobre todos los entes y órganos que integran la Hacienda Pública. Asimismo, este tema ha sido ampliamente discutido y resuelto por este Órgano Contralor, indicando claramente, de conformidad con el numeral supra transcrito, que la Universidad de Costa Rica, es un ente integrante de la Hacienda Pública, y por lo tanto está bajo la fiscalización de esta Contraloría General. Al respecto, en el oficio N° 16204-95 del 12 de diciembre de 1995 se indicó lo siguiente: “No obstante la cita que antecede, debemos indicarle, que aún cuando sus apreciaciones nos merecen el mayor respeto, discrepamos de las mismas, en cuanto sostienen que en los análisis efectuados por esta Contraloría General no se dimensionó, en forma adecuada, el contenido, rango y grado de la autonomía otorgada constitucionalmente a la Universidad de Costa Rica, ya que en nuestros enfoques en todo momento se respetó la autonomía organizativa y funcional que reconoce la Carta Fundamental a las universidades del Estado; misma que por las razones que en ellos se señalaron, y que resultaría ocioso reiterar, no puede ser catalogada en ningún momento como irrestricta o ilimitada /De igual forma disentimos de la interpretación efectuada al voto constitucional transcrito, pues si bien es cierto la Sala alude a la autonomía universitaria, no podemos perder de vista que a la vez resalta que pueden autoestructurarse, repartir sus competencias dentro del ámbito interno del ente y desconcentrarse, pero en lo jurídicamente posible y lícito./ Además, la misma resolución remite a otro voto de ese Alto Tribunal, Nº 495-92, que en su considerando segundo dispone lo siguiente:/ ‘Segundo: La condición jurídica de un ente autónomo conlleva determinados poderes que el ordenamiento jurídico le concede a efecto que pueda cumplir con eficacia y eficiencia (desde las perspectivas legales y técnico administrativas), su función concreta. De lo alegado por el Patronato Nacional de la Infancia al contestar la audiencia se hace necesario, establecer la diferencia entre la llamada autonomía organizativa y la administrativa: la primera comprende la libertad del ente para determinar su propia estructura y el reparto de sus atribuciones sin adminitir (sic) interferencia alguna; mientras que la autonomía administrativa se refiere a la libertad de actuación concreta del ente (artículo 188 de la Constitución Política). Partiendo de la anterior DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES Lic. Oscar Mario Víquez Herrera 5 16 de junio, 2003 aclaración, la autonomía tal y como se encuentra dispuesta en el artículo 188 de la Constitución, significa que las instituciones de este orden deben poder administrarse con independencia, esto es, que con base en el principio de legalidad y dentro de los alcances de la Carta Política contará con las facultades administrativas necesarias para llevar adelante su cometido’ (El subrayado es nuestro)./ Los alcances de la autonomía a que alude el numeral 188 constitucional fueron valorados por la Sala Constitucional en el Voto Nº 3309-94, bajo los siguientes términos: / ‘...Esto quiere decir que las instituciones autónomas no gozan de una garantía de autonomía constitucional irrestricta, toda vez que la ley, aparte de definir su competencia, puede someterlas a directrices derivadas de políticas de desarrollo que ésta misma encomiende al Poder Ejecutivo Central, siempre que, desde luego, no se invada con ello ni la esfera de la autonomía administrativa propiamente dicha, ni la competencia de la misma Asamblea o de otros órganos constitucionales como la Contraloría General de la República...’. (El subrayado no es del original)./ Y si bien dicho voto analizó la autonomía de las instituciones referidas en los artículos 188 y 190 de la Constitución Política, es lo cierto que el mismo contiene una regla de principio válida para el accionar de las Universidades Públicas, en lo que se refiere al respeto que deben tener por sobre dicha autonomía, las competencias de la Asamblea Legislativa o de los otros órganos constitucionales, como lo es la Contraloría General de la República./ Lo anterior viene a corroborar nuestro criterio reflejado en los oficios citados, en el sentido de que ‘... en lo que al aspecto financiero de su autonomía se refiere, se haya en un plano de dependencia frente al Estado, y se encuentra sujeta a los controles de legalidad y de carácter técnico cuyo ejercicio es confiado a esta Contraloría General, en los artículos 12 y 24 de nuestra Ley Orgánica, donde se conceden plenas facultades a este Organo Contralor para dictar los planes, facultades, programas, políticas, manuales técnicos y directrices que deben cumplir los sujetos pasivos en el cumplimiento del control interno’./ Finalmente debemos recordar que en principio todas las modificaciones que se realicen en los presupuestos ordinarios deben ser sometidas a aprobación de esta Contraloría General, y que la posibilidad de que las modificaciones internas no sufrieran ese trámite surgió como una opción emitida por la propia Contraloría, con el propósito de brindar a las instituciones públicas una mayor flexibilidad en la tramitación presupuestaria de cada una de ellas, pero siempre y cuando se encuentren dispuestas a cumplir con las reglas sobre admisibilidad y procedimiento instauradas al efecto, de manera que, reiteramos, cualquier abuso o desnaturalización que se pretenda hacer de la misma debe acarrear como consecuencia necesaria su inaplicabilidad.” 2 (Lo subrayado es del original) 2 Oficio N° 16204 del 12 de diciembre de 1995 de la Contraloría General de la República DIVISIÓN DE DESARROLLO INSTITUCIONAL CENTRO DE RELACIONES PARA EL FORTALECIMIENTO DEL CONTROL Y LA FISCALIZACION SUPERIORES Lic. Oscar Mario Víquez Herrera 6 16 de junio, 2003 En ese sentido, está claro que la Contraloría General sí tiene facultad para fiscalizar a los entes universitarios, es decir, son sujetos de fiscalización de la Contraloría y en consecuencia, les resulta aplicable la Ley de General Control Interno. De lo expuesto se concluye que la Ley General de Control Interno si es de aplicación a la Universidad de Costa Rica, para lo cual no necesita ningún acuerdo de las Autoridades Universitarias, que ratifique o indique la sujeción al mencionado cuerpo legal. Es por lo anterior que, desde la entrada en vigencia de la Ley en mención, los funcionarios de Auditoría Interna de la Universidad, debieron empezar a cumplir con la misma, lo cual incluye las prohibiciones allí contenidas. Concretamente a partir del 4 de setiembre del año pasado, los funcionarios de dicho departamento tuvieron que dejar de prestar sus servicios profesionales a nivel privado, en caso contrario estarían violentando las prohibiciones contenidas en el artículo 34 y podrían ser objeto de las sanciones y responsabilidades que estipula el capítulo V de la ley. Aspecto, que corresponde vigilar adecuadamente al Auditor Interno y al Consejo Universitario de esa Universidad de Costa Rica. Atentamente, Licda. Ana Paula Hernández Cordero Fiscalizadora Asociada APHC/MM/CAV/MCA/isg Ci: Lic. Donato Gutiérrez Fallas. Auditor Interno. Universidad de Costa Rica Dr. Gabriel Macaya Trejo. Consejo Universitario, Universidad de Costa Rica. Lic. Vilma Gamboa Bolaños. Gerente de Servicios de Educación. Lic. Manuel Martínez Sequeira. Gerente, División de Asesoría y Gestión Jurídica Archivo Central (2) Expediente Copiador NI: 27726 Criterios y dictámenes