Acotaciones sobre la caída de Mariano Ferreyra

Anuncio
Acotaciones sobre la caída de Mariano Ferreyra
algunxs anarquistas :: 28/10/2010
La lucha no puede reducirse a saber quién apretó el gatillo, sabemos
reconocer a nuestros enemigos: el sistema, sus defensores y sus falsos
críticos
El día miércoles 20/10/10 el suelo volvió a estremecerse ante la caída de un militante social. Mariano
Ferreyra fue baleado por una patota del sindicato Unión Ferroviaria, en uno de los tantos conflictos
que se desatan cuando los laburantes exigen mejoras en sus condiciones de subsistencia y el Poder
responde con castigo y disciplina. Hoy, quienes actuaron de verdugos no fueron ni la policía ni los
militares, sino el mismo sindicato del área de los trabajadores a los cuales Mariano estaba apoyando.
Ésto no es azaroso, y va más allá de la simple necesidad del Estado de diluir su responsabilidad
usando agentes por fuera de su estructura formal. Ésto no es nuevo, sino es producto de un
desarrollo histórico de un siglo del sindicalismo, que comenzó con el cambio de la acción de lucha de
clases a la de conciliación de clases. Este proceso va a la par de las transformaciones en la
producción y la organización del trabajo. Así como en el accionar del estado, donde en un principio
reprime al movimiento obrero acertándole duros golpes para luego, una vez debilitado éste, asumir
una represión selectiva, negociando y entregando concesiones a los sindicatos reformistas. Clima en
el cual aparece y se expande el llamado “sindicalismo revolucionario” (conciliador en la práctica,
mas no en el discurso) y el gradual desplazamiento de los sectores genuinamente revolucionarios
(mayoritariamente anarquistas). Este cambio se fue profundizando, con sus resistencias y
contradicciones, hasta convertir el sindicato en una institución más del estado, con el peronismo. Así
se consolida como aparato de mediación entre capital y trabajo, ofreciendo a los patrones mano de
obra dócil, y a los trabajadores algunos supuestos “beneficios” (mas la mistificación de pertenecer a
una estructura que supuestamente defiende a su clase). En esta lógica ya no existen los intereses de
clase, sino los de la organización. Así, la búsqueda de un cambio social global se transforma en la
búsqueda de la expansión y consolidación de la organización como un fin en sí mismo, siendo
necesario un grupo especializado cuya función sea velar por los intereses de la organización,
generando a su vez la separación entre dirigentes y dirigidos(1) – lógica reproducida incesantemente
por gran parte de las organizaciones de izquierda. Así se consolida la ideología gremialista,
diluyendo la identidad de clase no ya como proletaria, sino como mero trabajador(2), creando
humanos descuartizados cuya existencia se reduce a su rol en el sistema productivo (obrero
industrial, oficinista, estudiante...): concepción totalmente burguesa y, por lo tanto, alienante. Una
vez más, la izquierda burguesa cumple su misión de reproducir el discurso dominante. Tanto es así,
que se llega al extremo de institucionalizar el velorio de nuestro caídos. Podemos oír las exigencias
de que el estado investigue: ¿le vamos a pedir al asesino que se investigue a sí mismo? Podemos oír
las exigencias de juicio: ¿no son estos mismos jueces los garantes de esta existencia de miseria?
Podemos oír las condenas de cárcel: las mismas que mañana van a ser llenadas con nuestros pellejos
por subversivos, las mismas que hoy exterminan a tantos de nosotros. La lucha no puede reducirse a
saber quién apretó el gatillo, sabemos reconocer a nuestros enemigos: el sistema, sus defensores y
sus falsos críticos. Por eso, no podemos ahogar nuestra rabia en los laberintos de la justicia
burguesa que lo único que garantiza es la contención del conflicto social, no podemos legitimar las
armas con la que nuestros verdugos mañana nos harán reventar. De este modo, tenemos que ver en
Mariano no a un mártir, y menos como de una organización en específico (PO), sino reconocer en él
la caída de un hermano de clase que, pese a los abismos políticos que nos diferencian, nos interpela
a todos. Por lo tanto, no podemos estar pasivos lamentándonos, sino de pie y en posición de
combate. Nuestra rabia no se desgasta con tres chivos en la cárcel, tampoco con remover un
lahaine.org :: 1
burócrata sindical, nuestro odio es contra las instituciones, la miseria cotidiana, contra el capital y
su estado. Debemos estar preparados y ser conscientes que la única forma de detener la violencia
brutal y cotidiana es la autoorganización, organizándonos en nuestros barrios, colegios, trabajos y
facultades, con autogestión y acción directa; tal que podamos hacer frente al estado y a su aparato
represivo, sino daremos vueltas eternamente entre las telarañas del mundo burgués. El objetivo de
este panfleto no es desacreditar, sino radicalizar la crítica para que el día de mañana no hayan ni
Marianos Ferreyras, ni Diegos Bonefois, ni Maximilianos Kostekis. NI MÁRTIRES NI INOCENTES LA
SANGRE NO SE LAVA CON LÁGRIMAS: ¡GUERRA SOCIAL!
Notas 1. Consideramos que la burocracia nace de la estructura sindical, y no al revés. El aparato
gremialista no cambia por los intereses personales de una dirección en específico, por lo tanto una
“dirección revolucionaria” no representa ningún cambio estructural mientras no se destruya la
dinámica de negociación y amortiguación de las bases (lo que permite el contínuo funcionamiento de
la tasa de ganancia). 2. Cuando nos referimos a clase proletaria nos referimos a una clase que,
precisamente, es proletarizada, o sea que está separada a la fuerza de todo medio de subsistencia
que le permita vivir sin subyugarse a la borágine de la economía (y con ella a la norma establecida).
Proletario no es sólo el trabajador asalariado, proletario es ser estudiante, desocupado, vagabundo,
loco, preso, sin tierra, puta, cuenta propista, carterista, discriminado sexual, etc. En fin, parte de esa
inmensa masa oprimida que es necesaria para el normal funcionamiento del capitalismo en su fase
actual. En ese sentido, nos oponemos a la visión obrerista de la lucha, no nos enorgullece ser
oprimidos, nos reconocemos como clase para que nuestra lucha nos libere de nuestra condición
proletaria.
_______________
http://www.lahaine.org/mundo.php/acotaciones-sobre-la-caida-de-mariano-fe
lahaine.org :: 2
Descargar