Juzgado de Letras del Trabajo, 19/02/2010, 76-2009 Jaime Alfonso González Cancino con Banco de Chile S.A. Descriptor Renuncia Voluntaria. Necesidad de expresión de voluntad libre. Renuncia inválida. Vulneración de derechos fundamentales. Tutela Laboral acogida. Doctrina No es válida la renuncia del trabajador no fue dada en forma pura y simple, no condicionada, o exenta de todo hecho o acto que obstaculice la libre expresión de su voluntad. Así si ella se gatilló por la presión y hostigamiento por parte del empleador o sus jefaturas mediante un verdadero interrogatorio, con serias amenazas, el término de la relación laboral se debió a la conducta desplegada por la propia demandada, al vulnerar el derecho a la integridad síquica del demandante, en cuanto autodeterminarse y decidir por sí mismo. Cabe concluir que lo que en realidad existió en los hechos fue un despido por parte del empleador, materializado en una renuncia inválida, que fue obtenida acosando y vulnerando gravemente los derechos fundamentales del trabajador, debiendo además acogerse la demanda de tutela por esas vulneraciones. Legislación aplicada en el fallo : Código del Trabajo Reformado art 159 n° 2; Código del Trabajo Reformado art 177; Código del Trabajo Reformado art 485; Código del Trabajo Reformado art 489; Ministros: Lorena Flores Canevaro Texto completo de la Sentencia (no Santiago, VISTOS ejecutoriada) diecinueve de febrero y de dos mil diez. CONSIDERANDO: PRIMERO: Que comparece don Jaime Alfonso González Cancino, cesante, domiciliado en Pasaje Calisto Conjunto Monte Grande Nº 1475, Puente Alto, quien interpone denuncia de derechos fundamentales con ocasión de los hechos que motivaron el término de su relación laboral y la firma de la carta renuncia, y en subsidio la acción de despido indebido, nulidad de la carta renuncia, cobro de prestaciones y daño moral, en contra de Banco de Chile S.A., representado legalmente por don Fernando Cañas Berkowist, ambos domiciliados en Ahumada 251, Santiago, solicitando que con tal declaración se condene al demandado al pago de las prestaciones e indemnizaciones laborales y otras adeudadas. Señala que ingresó a trabajar para la demandada el 8 de febrero de 1988, como vigilante privado, desarrollándose tales labores en la casa matriz y en cualquier sucursal de la región metropolitana. Que dentro de sus funciones están las de abrir los accesos y puertas del Banco al inicio del horario comercial (9.00 horas), prestar atención acuciosa del ingreso del público, recorrer las dependencias internas, vigilar el acceso de cajas, indicar dónde y cómo efectuar cobros de vales vista, cobro de cheques y depósitos cuando fuese consultado, prestar ayuda a personas con discapacidad y adulto mayor, señalar los sitios de cajas de clientes y público en general, mantener el orden de acceso a cajas pagadoras –recaudadoras, y por último, estar pendiente de la hora de cierre, dirigiéndose rápidamente a la puerta de acceso al público y esperar las 14.00 horas, cerrar e impedir el acceso de público al Banco. Una vez cerrado el Banco, vigilaba e indicada la salida a clientes rezagados, finalmente ordenaba y reponía papeletas de depósitos y tareas administrativas propias. Su jornada de trabajo era de lunes a viernes de 8:00 a 18.00 horas. Expone que por política interna del Banco y por motivos de seguridad eran rotados, como vigilantes privados, de una sucursal a otra cuando cumplían un año, excepcionalmente y a solicitud del jefe de gestión la permanencia era por más tiempo , por ello recorrió varias sucursales de la región metropolitana, siempre cumpliendo la misma función. Siendo la última la de Puente Alto, en la que permaneció desde el año 2006 al 23 de septiembre de 2009. Añade que en sus casi 22 años de servicios ininterrumpidos para la demandada, jamás tuvo una amonestación. Su conducta fue intachable, honrada y reconocida por sus jefes. Cfue elegido en cuatro oportunidades Mejor Compañero (1992, 1999, 2000 y 2008). En diciembre del año 2008 el Banco le otorgó un homenaje en reconocimiento a su excelencia funcionaria, en presencia de don Fernando Fuentealba Peñailillo, Jefe Unidad de Vigilancia Metropolitana Norte y en presencia de otras jefaturas del Banco. Asistió y participó en variadas capacitaciones y cursos, a través de organismos técnicos de capacitación contratados por el Banco. Y que a la época de su despido indebido e incausado, su remuneración ascendía a $614.000 SEGUNDO: Que el demandante señala como conductas y actos vulneratorios de la demandada, con ocasión del término de sus servicios, los siguientes: el 22 de septiembre de 2009, mediante acción coordinada y sistematizada, asisten a una reunión en la sucursal de Puente Alto, don Patricio Alvear, Jefe de seguridad e instalaciones, casa matriz y don Fernando Fuentealba Peñailillo, Jefe Unidad de Vigilancia Metropolitana Norte, y don Carlos Prieto Díaz, Jefe de Gestión Sucursal, su jefe en ese momento. Al terminar la reunión con su Jefe señor Prieto, inmediatamente es requerido por los señores Fuentealba y Alvear, quienes le dicen que los acompañe porque había un problema grave y requerían saber si él tenía conocimiento, se dirigen al interior del Banco, a una oficina aislada. Añade que estas personas son las encargadas de la investigación interna por delitos de fraude al Banco, y que además el señor Alvear es ex oficial de carabineros, por lo que no dudó en acompañarlos. Y que de inmediato y sin explicación alguna se inició un hostigamiento injusto, dirigido a involucrarlo en un supuesto delito de robo de dineros en esa sucursal y de la que él sería el autor material según las pruebas que tenían. Dado que tiene la certeza que no cometió ningún delito y que es primera vez en su vida laboral que se ve enfrentado a una situación como esa, donde se desconfiaba de su honorabilidad, en términos agresivos y violentos, no tuvo la fortaleza ni la capacidad de enfrentar con firmeza tales imputaciones, más aún cuando esta situación se prolongó por espacio de una hora aproximadamente, en que no se le permitió explicar y formular sus descargos, sin permitirle pararse ni tomar agua. En ese interrogatorio se le amenazó con denunciarlo a la unidad de fraude del Banco, al Ministerio Público e interponer una querella criminal en su contra; entre otras cosas se le dijo, luego de imputarle un robo de dinero y que había testigos, que sabían todo sobre su familia (Alvear) y sus hijos y que no se hiciera el desentendido; que se imaginara lo que iba a pasar con su familia, ya que el hecho era grave y lo iban a denunciar a la unidad de fraude, se querellarían en su contra y sería detenido. El niega tales imputaciones y trata de pararse, pero se lo impiden diciéndole que no se irá de allí hasta que no consigan la verdad y firme una confesión; que elevan la voz y lo increpan, le dicen que tienen una filmación de las cámaras que muestra el momento y la hora que tomó un sobre con $80.000 en su interior, que pertenecía a una clienta del banco y que se lo metió al bolsillo; que reconozca o prefiere que lo saquen esposado del Banco y que sabe que ellos tienen el poder para hacerlo; que piense lo que es mejor para él, que su familia quedará desamparada, que no encontrara trabajo en ninguna parte, sus papeles quedaran manchados y sólo si firma una confesión y la carta renuncia voluntaria ese evento quedara entre ellos y su jefe señor Prieto. Añade que como estaba cansado física y mentalmente, les dijo que su error fue recoger un sobre blanco doblado que estaba encima del mesón, al lado de las papeletas de depósito, lo echó en su bolsillo y siguió con sus tareas porque ya era la hora de cierre de la sucursal; que no le dio importancia, porque ese día después que se retiran todos los clientes, tomó los demás papeles, entre estos el sobre, y lo puso en el cajón de su escritorio y ello aconteció hace unas dos semanas; que en los días siguientes nadie fue a reclamar nada y no recuerda que le preguntasen por algún dinero perdido. Y que si ese es el delito que le imputan puede hacer un cheque por la cantidad que el cliente decía que contenía; señala que tomó con manos temblorosas su chequera pero no pudo hacer el documento, porque sus manos temblaban y sudaban y no podía creer lo que sucedía. Le dicen que decida, lo denuncian o firma, él pide hablar con su señora y que no puede firmar nada, y ellos le insisten señalando que no ha entendido, porque si no firma en ese momento igual lo van a echar por falta de probidad, por robar dineros a un cliente y perjudicar al Banco. Señala que Alvear le dice que firme la renuncia y no lo denunciaran y además informara a Recursos Humanos para que le cancelen al menos los años de servicios, y cómo devolverá el dinero hablará con el jefe de seguridad del Banco BCI para que entre a trabajar con ellos, y Fuentealba añade, pero con tope de 11 años, porque no creerá que le van a cancelar todo. Por lo que ante tales amenazas lo obligaron en un acto de incapacidad volitiva a tomar la decisión de suscribir una confesión y renuncia, y ellos le advierten que sin esos documentos no hay acuerdo, que no siguiera trabajando y que lo llamarían más tarde para coordinar su reemplazo. Luego de casi una hora, se retiran y le insisten que debe cumplir lo acordado sino al día siguiente realizaran la denuncia, y se van a conversar con el señor Prieto. Alrededor de las 17.00 horas de ese día llama el señor Fuentealba a la sucursal para indicarle que redactara una carta reconociendo el hecho y que devolvería el dinero, y que se lo enviase a su correo electrónico, y que al día siguiente lo esperaba en la Plaza de Puente Alto, a las 13.00 horas. El hizo lo pedido y posteriormente entregó su uniforme y pistola, quedando registrado en el libro de novedades del Banco. El agobio y desazón le provocó problemas estomacales y al llegar a su casa, no dijo nada. Expone que el 23 de septiembre, a las 13.00 horas llega a la plaza de Puente Alto donde llegan también el señor Fuentealba con don Eugenio Gajardo, supervisor de vigilantes, le dicen que los siga a la Notaría, donde se tramitaban todos los papeles legales de la sucursal, los atiende un funcionario que le pide su cédula de identidad y datos, entregándole para la firma una declaración jurada, sin informar los efectos y consecuencias del acto jurídico, dudó en firmar pero se acerca Fuentealba y en tono amenazador le dice que firme y que está todo listo, recordó la amenazas, el miedo que sintió porque su familia podía quedar desamparada y sola, lo complicado que sería enfrentar una querella criminal y la imposibilidad de encontrar otro empleo a su edad, y firmó y puso su huella digital en la declaración. Al salir de la Notaría y ya con la declaración en sus manos, insisten en volver al Banco porque lo esperaba el señor Prieto para firmar su confesión y recibir el cheque, entregó éste y firmó la declaración, supuestamente al día siguiente lo llamarían del Banco BCI para ir a trabajar, lo que nunca sucedió. Añade que en varias ocasiones trató de ubicar al señor Fuentealba y fue en dos ocasiones a la casa matriz, siendo la última el 26 de octubre y su finiquito estaba impago, finalmente lo atiende el consultor del área de seguridad y dice peyorativamente “llegó el de las ochenta lucas , y al ver el finiquito aparece que él adeuda al Banco $24.000, indignado por el trato vejatorio se retira. Nunca más supo ni nadie del Banco se comunicó con él, sólo el 6 de noviembre de 2009 le llega una carta certificada que informa que su finiquito se encuentra a su disposición. TERCERO: Que indica que lo expuesto constituye despido vulneratorio por cuanto la demandada actúo con hostigamiento injusto y desmedido que tuvo como consecuencia la firma de instrumentos que pusieron término a la relación laboral entre las partes, infringiendo las garantías constitucionales aludidas en el artículo 485 del Código del Trabajo, generando una clara vulneración a la integridad síquica y al respeto de su honra y honor como persona en los hechos ocurridos, vigente aún la relación laboral. Se vio afectada su integridad síquica por el abusivo ejercicio de una potestad coercitiva en contra de su persona, que se materializó en un encierro por más de una hora, con acusaciones cómodas y convenientes para la demandada, injustas e intolerables para él, que causaron un quiebre emocional al punto de verse compelido a suscribir instrumentos que pusieron término a su relación laboral, quebrando absolutamente su forma de vida, siendo objeto de cargos infundados y falaces. Añade que tal proceder de la demandada es particularmente violatorio de derechos fundamentales, porque lo utiliza como un sustituto para evitar el pago de indemnizaciones, en un período que coincide con la crisis económica y cree que la finalidad de la demandada no fue otra que la de evitar el pago de indemnizaciones. Expresa que si la demandada efectivamente estimaban que el delito era efectivo, le correspondía realizar una investigación profunda y acabada, formularle las consultas en forma respetuosa hasta determinar las responsabilidad en hechos que desconocía. No tenía derecho de apremiarlo con querellas criminales, denuncias a la unidad de fraude del Banco, llamar a carabineros o investigaciones, dejar a su familia en un total y completo desamparo, con un futuro laboral incierto y precario, por cuanto insistían en que las posibilidades de trabajo serían nulas si ellos se encargaban de divulgar que había sido despedido por cometer un delito de robo en el Banco. Las conductas y actos vulneratorios que denuncia en contra de su ex empleador son el trato vejatorio e indigno del que fue objeto, al momento de la interrogación, en un escenario coercitivo y privado de un tratamiento justo y equitativo para demostrar la falsedad de la imputación; imputaciones falsas de delito de robo y causar graves daños y perjuicios al Banco; amenazas e intimidaciones respecto de su estabilidad laboral, su vida familiar y libertad. Por lo que el despido es vulneratorio y se trata de un simple disfraz de una situación laboral mucho más compleja e inestable, afectando no sólo su patrimonio sino que también su integridad síquica , su honor y honra, transgrediendo directamente el artículo 19 de la Constitución Política de la República, en sus numerales 1 y 4. Indica al efecto los fundamentos de derecho de la pretensión que reclama, por cuanto se cumplen todos y cada uno de los requisitos de admisibilidad del artículo 485 del Código del Trabajo, toda vez que el actuar de la demandada ha afectado su integridad síquica y su honra y honor, por cuanto el despido improcedente, vulneratorio y discriminatorio que ha sufrido ha estado precedido múltiples presiones fácticas y verbales, que han provocado y provocan un cuadro de angustia y daño emocional permanente, además del amedrentamiento de que fue víctima y que finalmente se materializó en el despido. Y el despido ha afectado gravemente su honra y honor por cuanto se le ha privado de su fuente de ingresos sin alegar causa cálida con clara exclusión hacia su persona y calidad de trabajador, llegando al despido por una concatenación de actos y malos tratos hacia él, hechos todos conocidos tanto por quienes integran su círculo más íntimo como, asimismo, por quienes fueron sus compañeros de trabajo en la empresa de la demandada. Por lo narrado, solicita considerar el despido de que ha sido objeto como vulneratorio y discriminatorio, ya que la desvinculación laboral es la conclusión de todo un proceso de amedrentamiento, amenaza y mal trato en su condición de trabajador. CUARTO: Que, además, señala como fundamento de su acción la nulidad de la declaración de renuncia, por cuanto hay dos elementos que vician su consentimiento, cuales son la fuerza y el dolo empleado por los señores Fuentealaba y Alvear, forzando su propia voluntad a firmar tal declaración. Y además, esta causal de terminación para ser invocada debe ser legítima, esto es, cumplir con los requisitos del artículo 177 del Código del Trabajo. Al efecto señala los requisitos de existencia y validez del acto jurídico, los vicios del consentimiento, entre ellos, la fuerza, específicamente la fuerza moral y los requisitos que ella requiere para viciar el consentimiento, tales como que sea grave, en el caso de autos, la fuerza fue grave toda vez se amenaza con una mal futuro sobre su persona, patrimonio, honor y reputación, lo que acaece ya que hasta hoy su patrimonio se encuentra aplazado, sigue cesante, su honor y reputación como excelente trabajador y persona se ha visto abatido avasallado ante sus propis colegas, para los cuales era una persona honrada y de principios, y además esta situación puso en grave riesgo a su familia. Además, debe ser injusta, en este caso fue amenazado con una querella criminal, por ser autor material de delito de robo y graves perjuicios a su ex empleador, pudiendo ser enjuiciado y a su vez en calidad de imputado, y en este caso en que puede estimarse que la amenaza tiene ribetes de licitud, ello desaparece por cuanto lo que se busca con ello es el aprovechamiento ilegal y desproporcionado del mismo. Y ella debe ser determinante, actual e inminente. Y la sanción a ello es la nulidad. También se refiere al dolo, sus elementos y requisitos y consecuencias. Refiere los efectos de la declaración de nulidad respecto a las partes. Refiere asimismo los requisitos para que la renuncia tenga validez en materia laboral, en relación al artículo 177 del Código del Trabajo y que de acuerdo al artículo 159 Nº 2 del citado código, para que la renuncia sea causal del termino de la relación laboral ella debe ser voluntaria, es decir, exenta de todo vicio que anule o comprometa el consentimiento, libre, consentido e informado, y sólo se le da valor cuando es ratificado ante ministro de fe y la presencia de Notario Público no se satisface con la sola firma de éste, si no informa a quien suscribe respecto de los efectos y consecuencias del acto jurídico que se trata de perfeccionar. En este caso la renuncia es nula e ineficaz para producir la terminación de la relación laboral precisamente por la renuncia voluntaria, por cuanto el notario no estuvo presente cuando firmo tal declaración para informarle de los efectos y consecuencias de esta firma, que estuvo motivado por el trato indigno y vejatorio del que fue objeto. QUINTO: Que el demandante, continúa su exposición señalando los indicios de la vulneración de derechos fundamentales, tales como su contrato de trabajo y anexos de actualización, que data de 8 de febrero de 1988, que acreditan la existencia de la relación laboral y la copia de la declaración jurada, sobre renuncia voluntaria, no ratificada ante notario sino en frente de un funcionario. Por lo que señala que existe más de un indicio para estimar que se ha producido la vulneración de sus derechos fundamentales, debiendo el demandado en esta sede procesal explicar los supuestos fundamentos de su despido y su proporcionalidad. Solicita en mérito de lo expuesto se condene a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: $614.000, por indemnización sustitutiva del aviso previo; $6.754.000, por indemnización por años de servicios (11); $818.717, por feriado proporcional; $3.684.000, por recargo del artículo 168 letra b) del Código del Trabajo; $6.754.000, por indemnización del artículo 489 del Código del Trabajo, equivalente a once remuneraciones mensuales; todo ellos más reajustes e intereses y costas avaluadas en $3.000.000 o lo que se estime. SEXTO: Que la demandante, en subsidio de la acción principal, interpone demanda por despido improcedente, acción de nulidad de renuncia, prestaciones y daño moral en contra del demandado Banco de Chile, al efecto solicita tener por reproducidos los antecedentes señalados en los principal de su demanda, y reproduce los antecedentes de hecho y los fundamentos de derecho. Añade que el despido ha sido injustificado por cuanto la declaración de renuncia voluntaria es nula porque no fue obtenida como una manifestación de voluntad libre, no fue ratificada ante un ministro de fe presente en el acto de suscripción del instrumento, por lo cual se deberán reconocer las indemnizaciones establecidas en el artículo 162 inciso 4ª y 163 del Código del Trabajo, con los recargos respectivos. Añade que además de injustificado, indebido y carente de motivo plausible, el despido es abusivo, por cuanto le provocó un daño o dolor cuyas consecuencias han sido graves, no sólo desde el punto de vista económico, sino también síquico y familiar, que van más allá de la simple molestia o disgusto por perder el trabajo. Al efecto cita doctrina, y señala que la naturaleza de la relación laboral y especialmente su contenido ético–jurídico impone deberes cuya trasgresión –como es el caso– puede causar graves daños patrimoniales y extra–patrimoniales, y enumerando los deberes que nacen de dicho contenido surge el deber del respeto a la persona y dignidad del trabajador, deber general de protección del empleador; deber de higiene y seguridad; deber de prevención; deber de ocupación efectiva y adecuada; deber de capacitación y educación; deber de diligencia y cooperación del trabajador; deber de fidelidad y de lealtad. Y ante eventuales incumplimiento del contrato de trabajo no sólo pueden producirse daños materiales sino también morales, considerando el contenido ético– jurídico referido. Añade que en su caso, no sólo por las circunstancias como se gestó una acción coordinada del despido, sino por los eventos de la demandada, le han provocado un daño moral que exige ser indemnizado. Señala las fuentes constitucionales del reconocimiento de la obligación de resarcir el daño moral contractual en materia laboral, y que por lo expuesto por concepto de daño moral demanda la suma de $30.000.000. Solicita acoger la demanda y se condene a la demandada al pago de las siguientes prestaciones: $614.000, por indemnización sustitutiva del aviso previo; $6.754.000, por indemnización por años de servicios (11); $818.717, por feriado proporcional; $3.684.000, por recargo del artículo 168 letra b) del Código del Trabajo; $30.000.000, por daño moral; todo ellos más reajustes e intereses y costas avaluadas en $3.000.000 o lo que se estime. SÉPTIMO: Que la demandada, notificada legalmente, opone en primer lugar excepción de incompetencia, la cual fue fallada en la audiencia preparatoria, siendo rechazada. Que en subsidio de lo anterior, contesta las demandas y solicita su total rechazo, por cuanto no son efectivos los hechos en que se fundan, correspondiendo en todos los casos al demandante, justificarlos de acuerdo al artículo 1698 del Código Civil, toda vez que no ha acompañado antecedente alguno que permita aplicar el artículo 493 del Código del Trabajo, ni ha justificado la existencia de despido alguno. Señala que es efectiva la trayectoria del actor al interior del Banco y su participación en cursos y capacitaciones. También es efectivo que comenzó a prestar servicios de vigilante para su parte el día 8 de febrero de 1988 y que su última remuneración ascendió a la cantidad de $614.000, pero no es efectivo que éstos concluyeron por despido el 23 de septiembre de 2009, toda vez que la relación laboral concluyó por renuncia del trabajador. Niega el contenido del interrogatorio transcrito por el actor, las supuestas amenazas proferidas en su contra, el encierro y todo hecho mediante el cual pretende configurar la vulneración de derechos fundamentales, por cuanto su representada no requiere del uso de ninguno de tales arbitrios porque son contrarios a ética interna y a su reconocida política en materia de recursos humanos, ni menos con la finalidad esgrimida por el demandante de ahorrarse el pago de indemnizaciones, considerando el capital y patrimonio del Banco. Por lo que no resulta plausible la finalidad atribuida por el actor a los supuestos actos violatorios de sus derechos. A fin de aclarar los hechos, expone que el martes 1 de septiembre de 2009, a las 14.00 horas, el demandante en su calidad de vigilante y luego del cierre de la sucursal, procede a realizar una ronda al interior de la oficina y encuentra en uno de los mesones de atención al público, primer piso, un sobre que revisa y en su interior encuentra $80.000, el que luego guarda sin informar de ello a su jefatura ni dejar constancia en el libro de novedades. Ese dìa, a las 13.55 horas se presentó en la sucursal la señora Nancy Urrutia Martínez a fin de realizar un trámite bancario y luego se retira, regresando a las 16.00 horas para entrevistarse con el Jefe de Gestión de Clientes, señor Carlos Prieto, y le señala que había dejado un sobre con la suma de $80.000 olvidado en un mesón, consultado el actor al respecto niega haber encontrado el sobre. Al día siguiente, martes 8(sic), el Jefe de Gestión informa del reclamo de la cliente al área de seguridad y solicita ver las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia en el área de atención al público de la oficina de Puente Alto, imágenes que confirman que el sobre fue olvidado por la reclamante y que quien lo encontró fue el demandante, quien lo guarda en su bolsillo. Ante ello, y sin manifestar al actor su existencia, le consulta nuevamente sobre el hecho, quien señala que efectivamente había encontrado un sobre pero que contenía un currículum, que tomó y botó a la basura. El señor Castro informa lo anterior al Jefe de Departamento de Seguridad de Instalaciones, quien concurre a las oficinas el 22 de septiembre en compañía de Fernando Fuentealba. Añade que se conversó en forma separada con el señor Prieto y el vigilante, quien consultado sobre la situación señaló no haber podido dormir y que tomó el dinero por encontrarse con problemas económicos, por lo que durante la tarde haría llegar su renuncia en forma indeclinable, comprometiéndose además a devolver el dinero que había tomado, lo que materializó el 9 de octubre. La carta renuncia la presentó el martes 22 de septiembre y concurrió a la notaría a ratificarla el día 23. Sin perjuicio de ello, además el 22 de septiembre envía una carta a Fernando Fuentealba en la que informa lo sucedido. Por lo expuesto es claro que no existen actos vulneratorios de su parte ni despido abusivo, más aún al existir una carta renuncia otorgada al día siguiente de la reunión a la que alude el demandante, hecho que le dio tiempo más que suficiente para meditar su acto, y el Banco no necesitaba recurrir a arbitrio alguno porque tenía motivos para invocar una causal de término del contrato de trabajo y, en el evento de perder el juicio, habría pagado todo aquello a que hubiese sido condenado. Ratifica lo anterior la circunstancia que el actor haya girado un cheque personal de su cuenta corriente para devolver la suma de $80.000, hecho que es reconocido en la demanda. En definitiva, en la reunión aludida, sus superiores le solicitan en forma respetuosa y sin imputaciones de carácter personal, una explicación sobre los hechos y el demandante los reconoció, indicando que presentaría su renuncia. Jamás fue encerrado, nunca se le efectuaron imputaciones injuriosas y nunca fue despedido. OCTAVO: Que, además, la demandada señala que el actor expone que su renuncia no cumple los requisitos de validez del artículo 177 Código del Trabajo, por cuanto no estuvo presente el Notario al momento de la firma y tampoco ratificó la misma en los términos del artículo señalado. Pero el demandante acepta dicha renuncia y le confiere validez, al punto de reclamar judicialmente su nulidad para privarla de los efectos que le son propios. Añade que en este caso quien invoca la renuncia es el trabajador, por lo que se hace innecesaria la disposición de carácter protectora establecida en el artículo 177 del Código del Trabajo, por cuanto señala que el instrumento que no fuere firmado ante el ministro de fe y o ratificado ante él, no podrá ser invocado por el empleador, pero si puede aducirlo el trabajador. En este caso, el demandante no desconoce la existencia de la renuncia, ya que solicita que se le prive de sus efectos, de manera que quien la ha invocado es el trabajador, sin que por ende pueda pretender su inoponibilidad por falta de ratificación. Y por último, el demandante no desconocía los efectos de la misma, porque según sus palabras renunció porque al otro día lo llamarían para ir al Banco BCI e ingresar a trabajar, lo que no ocurrió. Por lo que debe desestimarse la demanda en cuanto lo que se pretende es la inoponibilidad de la renuncia– NOVENO: Que, contestando la demanda respecto a la petición de nulidad de la renuncia por haber sido víctima el demandante de fuerza moral, al haberle sido impuesta la misma por la amenaza actual de un mal futuro, grave y determinante de su consentimiento, la que hace consistir en que las personas con las que mantuvo la reunión antes citada lo habrían amenazado con una querella, llevarlo esposado al tribunal o comisaría. Niega tales hechos, y debe acreditarlos el demandante, y aunque ello se acredite, precisa la demandada que ello en modo alguno constituye fuerza moral respecto de una persona que se desempeñó como vigilante bancario durante largo tiempo, que hizo su servicio militar y que habrían producido sus efectos en él al día siguiente, cuando efectivamente extiende su renuncia. Y expresa que según el relato del actor, la verdad sería que no hubo fuerza moral alguna, sino que más bien habría sido objeto de un engaño por parte de los empleados del Banco quienes le habrían ofrecido trabajo en otro banco de la plaza si renunciaba. Pero jamás existió promesa de esa especie, por lo que el hecho que constituiría el vicio del consentimiento es inexistente, por lo que debe rechazarse la demanda en cuanto tiene por objeto declarar la nulidad de la renuncia. DÉCIMO: Que contestando respecto al supuesto despido injustificado, indebido o improcedente, solicitado en forma subsidiaria, también debe rechazarse toda vez que ella parte de un supuesto, esto es, que existió un despido, en cuanto acto unilateral del empleador destinado a poner término a la relación laboral, pero es evidente que no existió despido alguno toda vez que el trabajador renunció, por lo que era absolutamente innecesario que el empleador le pusiera termino al contrato de trabajo y en forma unilateral, esta vez por despido, porque señala que esa convención solo concluye una vez y nunca puede hacerlo en forma sucesiva. Por lo que también debe rechazarse la demanda en esta parte. UNDÉCIMO: Que en cuanto a la solicitud de indemnización del daño moral, señala la demandada que de acreditarse la existencia del presunto despido, el demandante solicita que su parte sea condenado a pagarle las prestaciones propias de un despido sin causa, de lo cual se sigue que es absolutamente improcedente se le conceda una indemnización por daño moral, porque al no existir causal resulta absolutamente imposible que su parte haya incurrido en incumplimiento contractual o en un ilícito civil que genere la obligación de indemnizar con motivo de un supuesto despido. Finalmente, respecto a lo que atañe al feriado proporcional, reconoce adeudar la suma de $918.053, suma que debe ser compensada con aquellas que el trabajador adeuda al Banco con motivo del contrato de trabajo, las que ascienden a la cantidad de $118.143 por reliquidación de remuneraciones y $945.051 por concepto de préstamos a empleados, por lo que opone al efecto la excepción de compensación de los artículos 1655 y siguientes del Código Civil, porque concurren todos y cada uno de los requisitos necesarios para ello. Solicita tener por contestada la demanda de tutela y, subsidiariamente, la de despido injustificado, y rechazarlas ambas, en todas sus partes, con costas. RESPECTO EXCEPCION DE COMPENSACIÓN: DÉCIMO SEGUNDO: Que en la audiencia preparatoria, a la cual asisten ambas partes, se confiere traslado al demandante respecto a las excepciones de incompetencia y compensación opuestas, evacuando sólo el referido a la primera de ellas, la cual el tribunal resuelve de inmediato rechazando la excepción de incompetencia; y respecto a la de compensación, no obstante no haberse evacuado el traslado conferido por la demandante, deja su resolución definitiva. DÉCIMO TERCERO: Que el demandado para acreditar la compensación que opone, rindió la siguiente prueba documental: informe de vacaciones emitido Recursos Humanos de la demandada, de 14 de octubre de 2009, donde se indica como vacaciones pendientes 16 días, días de derecho 18, saldo anterior, 6 días; resumen informativo de indemnizaciones por término de contrato de trabajo, emitida por Recurso Humanos del Banco de Chile, de 15 de octubre de 2009, a nombre del trabajador, sin firma de éste, donde se indica como monto a pagar por indemnización feriado legal pendiente y proporcional la suma de $918.053, y luego aparece un ítem de reliquidación remuneración por $118.143 y préstamo empleados por $826.908, total descuentos $945.051, por lo que el total de haber es un saldo negativo para el demandante de $26.998; un informe detallado de indemnización por feriado no utilizado, emitido por Recursos Humanos, de la demandada, de 15 de octubre de 2009, a nombre del demandante, donde se señala como tiempo de servicios 21 años 7 meses 15 días, con un total por feriado de $918.053; y pagaré Nº 905866, a plazo en cuotas, emitido por la demandada, por la suma de $901.283, pagadero en 36 cuotas a contar del 26 de julio de 2009, suscrito por el demandante el 9 de julio de 2009, en el cual se señala que en caso de simple retardo y/o mora en el pago el Banco de Chile se entenderá facultado para considerar de plazo vencido y exigible la obligación en su totalidad, pudiendo incluso proceder al protesto de ese documento por su saldo total insoluto; además, una liquidación de deuda emitida por la demandada al 7 de enero de 2010, a nombre del demandante, por crédito Nº 5866, que señala como saldo capital vigente $26.998 y total a pagar $27.246. Además, solicitó y obtuvo la confesional del demandante quien preguntado respecto a si el Banco de Chile le otorgó un préstamo por $901.283, señala que si, el cual era pagadero en cuotas a partir de julio de 2009 y por él firmó el pagaré que se le exhibe y es el acompañado por la demandada. DÉCIMO CUARTO: Que para efectos que opere la compensación se requiere que se trate de deudas recíprocas de dinero, líquidas y actualmente exigibles. Que en la demandada opone dicha excepción al pago de feriado proporcional que reconoce adeudar al demandante, fundado en que éste adeuda al Banco con motivo del contrato de trabajo, la cantidad de $118.143 por reliquidación de remuneraciones y $945.051 por concepto de préstamos a empleados. Que dicha excepción no puede ser acogida toda vez que respecto a la llamada reliquidación de remuneraciones adjunto como prueba un resumen informativo emitido por la propia demandada en que se señala dicho concepto sin que en dicho documento se indique a que se refiere, si es por anticipos u otro concepto que sea actualmente exigible al trabajador; en lo que concierne al préstamo por la suma de $945.051, tampoco acredito la procedencia del mismo toda vez que acompañó un pagaré por una suma distinta –$901.283–, el cual el demandante reconoce haber firmado y que el mismo es pagadero en 36 cuotas y la demandada no acreditó correspondiéndole hacerlo que el actor estuviera en mora del mismo, para efectos de hacer procedente la compensación en términos de ser actualmente exigible su cobro, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 1655 y 1656 del Código Civil, más aún al haber acompañado una liquidación de deuda por la suma de $27.246, que no concuerda con el pagaré ni con el préstamo al que alude la demandada en su libelo de contestación, razones por las cuales se rechazara la compensación alegada. RESPECTO DEL FONDO: DÉCIMO QUINTO: Que en la audiencia preparatoria, efectuado el llamado a conciliación ésta no se produce por no haber arribado a acuerdo las partes. Sin embargo, la demandada no controvierte los siguientes hechos, los cuales el tribunal tiene por no discutidos y a los cuales las partes no se oponen, a saber, que entre las partes existió una relación laboral la cual se inicio el 8 de febrero de 1988 y concluyó el 23 de septiembre de 2009, y que la remuneración pactada por los servicios prestados por el demandante ascendía a la suma de $614.000. DÉCIMO SEXTO: Que, en la referida audiencia se fijaron los siguientes hechos a probar: (1) efectividad que el actor suscribió renuncia bajo presión intolerable de parte de don Patricio Alvear y don Fernando Fuentealba, funcionarios del Banco de Chile; (2) en su caso, daños o perjuicios sufridos por el actor a consecuencia del actuar de los representantes de la demandada; (3) efectividad de haber operado una compensación respecto del feriado proporcional adeudado a la parte demandante; (4) efectividad que el despido del actor si asì se decretare, fue con vulneración de sus derechos fundamentales; y, (5) efectividad de haber tomado el actor un sobre que contenía $80.000. Y efectuado el control de admisibilidad y pertinencia de las pruebas ofrecidas por las partes, se estimaron admisibles las siguientes pruebas: Del demandante: documental consistente en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad del Banco de Chile, con especial referencia a sus artículos 33, 36, 44, 45 y 62; Código de Ética de Banco de Chile, en especial la parte referida a Investigaciones y final; documento del Organismo de seguridad interno del Banco Chile (O.S.I.), respecto a obligaciones del vigilante privado en sus funciones; Anexo circular Nº 7063, de 16 de enero de 2007, del Banco de Chile, que contiene formulario de especies encontradas al interior del Banco y manual de seguridad sobre las funciones que tiene que cumplir un vigilante; y anexos de contrato de trabajo desde el 29 de octubre de 1993 hasta el último suscrito que fue 7 de noviembre de 2003. Y testimonial que hizo consistir en las declaraciones de los testigos Marco Bonnefoy Muñoz y Andrea Riquelme Beltrán, ambos trabajadores de la demandada y dirigentes sindicales. De la demandada: documental consistente en declaración jurada del actor de fecha 23 de septiembre de 2009; carta de fecha 22 de septiembre de 2009 suscrita con firma del actor; informe de vacaciones del actor, emitido por la demandada; resumen informe de las indemnizaciones por término de contrato de trabajo del actor; copia contrato de trabajo de actor de fecha 1 de junio de 2006, anexo de actualización de ese contrato de 15 de marzo de 2001, anexo de actualización del contrato de trabajo de fecha 28 de agosto de 2002, anexo de actualización de contrato de fecha 17 de noviembre de 2003, anexo de actualización de contrato de fecha 23 de agosto de 2006 y anexo de contrato individual de trabajo de fecha 1 de febrero de 2007; copia del pagaré a plazo en cuotas suscrito por el actor bajo su firma con fecha 9 de junio del año 2009, en el cual consta el otorgamiento de un crédito por $ 901.283, pagaderos en 36 cuotas a contar del día 26 de julio del año 2009; liquidación de la deuda al 7 de enero del año 2010 confeccionada por el Banco. Absolución de posiciones o confesional del actor don Jaime Alfonso González Cancino. Y ofreció pero se desistió en la audiencia de juicio las declaraciones de los testigos Fernando Fuentealba Peñailillo, Hernán Patricio Alvear Rodríguez y Carlos Patricio Prieto Rios. Un video de seguridad grabado en el hall de la sucursal de Puente Alto, de fecha 1 de septiembre de 2009, a las 14.23 horas, el cual fue exhibido a las partes en la audiencia de juicio, quienes hicieron las observaciones que se registraron en audio. DÉCIMO SÉPTIMO: Que en la audiencia de juicio se rindió primero la prueba de la parte demandante, toda vez que no obstante señalarse que se trataría de un despido con vulneración de garantías fundamentales, la demandada negó tal hecho señalando que el término de la relación laboral se debió a renuncia voluntaria del demandante, y por tratarse de una acción de tutela de derechos fundamentales del trabajador regulada por el párrafo VI del Título II del Libro V del Código del Trabajo, se impone al demandante, como exigencia mínima probatoria, aportar antecedentes que constituyan indicios suficientes del acaecimiento de los hechos que se denuncian como constitutivos de la vulneración de derechos fundamentales, correspondiéndole acreditar o explicar la demandada –cumplida la exigencia antedicha por el denunciante– la justificación y proporcionalidad de las medidas adoptadas. Que el demandante señala en su demanda que debido al hostigamiento injusto y desmedido y a las amenazas proferidas por la demandada, a través de sus empleados señores Fuentealba y Alvear, firmó instrumentos que pusieron término a su relación laboral, los que no tienen valides por haber sido obtenidos con vulneración de sus garantías constitucionales de integridad síquica y derecho a la honra y honor. Que como indicio de lo anterior adjunta contrato de trabajo y anexos, que data de 8 de febrero de 1988 –lo que por lo demás es reconocido por la demandada–, en funciones de vigilante privado; declaración jurada. El Reglamento Interno de orden, higiene y seguridad de la demandada, el cual en su preámbulo señala sus objetivos, cuales son establecer normas que fijen una relación armónica entre el Banco y sus trabajadores, informar a los trabajadores sobre sus derechos y obligaciones así como los derechos y obligaciones del Banco para con sus trabajadores, y los alcances del mismo, en su título octavo se trata de las normas de conducta y conflicto de intereses, donde se establecen principios de conducta general que todos los trabajadores del Banco, independiente del nivel jerárquico que represente, deben cumplir y aplicar en cada una de sus acciones, entre ellas destaca “Actuar con los demás de la misma forma en que esperamos que ellos lo hagan con nosotros, evitando conflictos entre los intereses personales, los del proveedor, los del cliente y los de la institución , “aceptar la responsabilidad individual de cada decisión, sin tratar de encubrirla con el anonimato que pueda brindar el operar bajo la reputación del Banco o sus filiales , “Respetar rigurosamente la libertad individual y exigir de cada uno el máximo respeto a la libertad de los demás, absteniéndose de patrocinar políticas o ideologías de cualquier tipo, en el cumplimiento de las obligaciones institucionales . En el título noveno se trata de las obligaciones y prohibiciones, y se señalan formas de actuar ante reclamos o quejas del público y en su artículo 35 letra d1) se dispone que “en el marco de un adecuado ambiente de control interno…, el Banco… ha acordado un procedimiento para la recepción y examen de los reclamos y/o reportes efectuados por los trabajadores…, referidas a materias de orden contable/financiero… . Además, en este artículo se señala “El Trabajador que constate situaciones como las descritas deberá reclamar y/o reportarlas en forma oportuna mediante el siguiente procedimiento: , el cual se detalla en tres puntos, que básicamente consiste en que se recepciona dicho reclamo y/o reporte por el Gerente de División de Control de Riesgos, tomando conocimiento de los hechos que constituyen la situación aparentemente irregular, reclamo o reporte que puede hacerse por cualquier medio que se estime pertinente, que tales reclamos procederán en caso que ello afecte al reclamante e indirectamente al Banco y los reportes en caso que los actos afecten en forma directa el interés patrimonial o imagen del Banco, y que los actos u omisiones objeto del reclamo y/o reporte deben ser cometidos por los trabajadores del Banco en su condición de tales, deben ser fundados y apoyarse en antecedentes que hagan presumir la ocurrencia de ciertos hechos. Dicho reclamo y/o reporte será tratado en forma confidencial y reservada, respecto de quien entrega la información, cualquiera sea la conclusión una vez terminado su examen y que la información será materia de análisis por la Gerencia de Control de Riesgo, si se comprueba la situación irregular, se adoptarán las medidas que correspondan según la gravedad de la conductas y las conclusiones y acciones correctivas serán puestas en conocimiento del Comité de Auditoría. Su artículo 36 trata las prohibiciones a los trabajadores, se añade que la comisión de cualquiera de los actos especificados en los dos artículos precedentes, se considerarán faltas graves a las obligaciones del contrato. El título décimo primero, de las informaciones, peticiones y reclamos, donde en su artículo 43 se indica el procedimiento ha seguir por los trabajadores que presenten reclamos y peticiones de carácter individual. El título décimo segundo, de las sanciones y terminación de contrato, en su artículo 44 se indica las sanciones por infracción a las normas establecidas en el Reglamento, las que irán desde amonestación verbal o escrita y multas. Y en su artículo 45, se indica que las medidas disciplinarias serán decididas por el jefe directo en virtud de haber comprobado previamente los hechos y antecedentes que respalden la medida, situación que podrá en conocimiento del Gerente de división correspondiente y, de la Gerencia de Recursos Humanos para la aplicación efectiva de la sanción. Que asimismo incorporó como prueba documental el Código de Ética de la demandada, que en su prólogo contiene los principios y política generales que deben guiar el actuar ético profesional de todos los empleados de la organización, y que su objetivo es resguardar los valores que se consideran fundamentales para la recta conducción de los negocios y administración de la Institución, en concordancia con la Filosofía Corporativa del Banco; se indican los principios generales y objetivos de la institución, las normas que obligan a todo empleado a respetarlo y denunciar cualquier intento de sobrepasarlo; que este instrumento tiene por objetivo principal fijar el marco ético general en el desempeño laboral en todas y cada una de las actividades de la institución; que cada uno de los integrantes del Banco debe hacer ejercicio responsable de las atribuciones y actuar de manera correcta; que es un deber asumir la responsabilidad individual de poner en conocimiento de la Gerencia respectiva o la División de Recursos Humanos, los hechos que generen algún grado de dificultad ética en la toma de decisiones; y que el Banco “no puede prever la totalidad de los problemas que pudieren surgir. Si el empleado no está seguro de lo que debe hacer en cualquier situación, deberá buscar información y orientación adicionales antes de actuar , utilizando su buen juicio y sentido común; si tiene duda con respecto al mejor curso de acción que se debe tomar en una situación específica, o si sospecha o tiene conocimiento de la posible violación de alguna ley, regla o norma ética del Banco, deberá comunicarse de inmediato con su jefe directo, el consultor de Recursos Humanos asignado a su Unidad o con el presidente del Comité de Etica. Es así como se establecen principios respecto a las finanzas personales del trabajador; al conflicto de intereses del mismo, regulando la relación personal con clientes, las atenciones y regalos, la entrega de obsequios y regalos corporativos, la relación con proveedores, los gastos a rendir y viáticos, el uso de información privilegiada y las relaciones personales con postulantes. El manejo de información confidencial, y dentro de ello, el resguardo de información y las restricciones en el flujo de la información. Las actuaciones en nombre del Banco, dentro de ello la responsabilidad individual, la responsabilidad laboral, las publicaciones y presentaciones públicas, el nombramiento y cargos de orden cívico y el ejercicio de atribuciones. Los negocios ilegítimos y prevención de lavados de activos. La integridad personal, señalando expresamente que la institución exige respeto a la dignidad de todos sus colaboradores, y de éstos una conducta honesta y responsable en todos los ámbitos del quehacer diario. Y en su penúltimo ítem, trata sobre las investigaciones, señalando “Es un deber cooperar plenamente con cualquier investigación interna o externa debidamente autorizada, incluyendo, entre otras, aquellas relacionadas con problemas de carácter ético, o con demandas legales de cualquier tipo. Hacer declaraciones falsas o engañosas a auditores internos o externos, a la Fiscalía de Banco de Chile, o bien a los representantes o las entidades reguladoras de Banco de Chile, puede ser causa suficiente de desvinculación o de cese de cualquier relación laboral con Banco de Chile. Nunca deberá retener o dejar de comunicar cualquier información referente a problemas de ética que, por tal motivo, debiera ser puesta a consideración de los niveles gerenciales correspondientes . Finalmente señala la normativa de cumplimiento, expresando que las disposiciones contenidas en dicho Código son obligatorias para todos los empleados del Banco y que complementan lo dispuesto en el Contrato de trabajo, en el Reglamento Interno de Orden, Higiene y seguridad, normas legales y reglamentos de procedimiento interno vigentes o que se dicten en el futuro. DECIMO OCTAVO: Que además incorporó el documento emitido por la División Control de Riesgos, Área de Seguridad, del Banco de Chile, Departamento de Seguridad de Instalaciones, llamado organismo de seguridad interno, que trata de las medidas de seguridad internas de la oficina, con los planes de acción a llevar a cabo por los vigilantes privados, trabajadores y otros ante situaciones tales como asalto, presencia o denuncia de artefactos explosivos, ante desastres naturales y otros; y el plan de acción para apertura y cierre de oficinas, en especial referido al momento de cierre se indica que a las 14.00 horas, momento de cierre del horario de atención de público, se deben mantener todas las medidas de seguridad hasta que hubiere salido el último cliente, manteniéndose el vigilante dando cobertura al hall y recinto de cajas. También se contempla el plan de evacuación para emergencias. Acompañé e incorporó Anexo Circular Nª 7063, de 16 de enero de 2007, sobre procedimiento que rige en el tratamiento de especies o dinero encontrados en el Banco, señalando que cuando se encuentre especies o dinero de terceros en dependencias del Banco, se deberá dar cuenta del hecho al Jefe de Operaciones, quien deberá levantar un acta, firmado por éste y quien la entrega; debiendo el Jefe de Operaciones agotar Las diligencias tendientes a ubicar a su dueño, y señalando el procedimiento a seguir en tales casos, con un modelo de acta circunstanciada confeccionada al efecto, y formulario emitido por el Jefe de Unidad Vigilancia Zona metropolitana Sur del Banco, don Fernando Elías Fuentealba Peñailillo DECIMO NOVENO: Rindió testimonial que hizo consistir en las declaraciones de los testigos Marco Bonnefoy Muñoz y Andrea Riquelme Beltrán, quienes están contestes en señalar que conocen al demandante porque trabajan en el Banco, el primero es vigilante privado y conoce hace más de 20 años al demandante, la segunda es ejecutiva del Banco y conoce al demandante en su calidad de dirigente sindical, ya que el demandante pertenecía al sindicato; señalan que tomaron conocimiento de los hechos por dichos del propio demandante, pero además el primero señala que se enteró en un curso en el cual participó hasta diciembre, con otros vigilantes, en Duoc; que el demandante fue obligado a firmar su renuncia bajo presión por la jefatura de seguridad, ya que había sido interrogado en una oficina cerrada de Puente Alto, por el Jefe de seguridad, Patricio Alvear, y el jefe de unidad de vigilancia, Fernando Fuentealba, en un contexto de mucha presión y amenazas; que si no confesaba, ya que habían pruebas contundentes sobre un ilícito que habría cometido, sino iba a ser traspasado a la unidad de fraude del Banco y después de eso una querella contra él, que debía pensar en la repercusión que tendría todo esto para su familia; que si no firmaba iba a ser esposado y sacado así por la policía de la oficina; que tal proceder es una situación habitual, esto es, presión sicológica que atenta básicamente en la moral y dignidad del trabajador, decirle que va a salir con los papeles manchados y no va a poder trabajar nunca más y si postulan a alguna parte y piden recomendación ellos informaran de esta situación; incluso en el caso del demandante, Patricio Alvear se había comprometido que si firmaba la renuncia él le aseguraba la indemnización legal, 11 años que era lo que le correspondía en este caso, o podían ser 21 años porque ellos tienen un beneficio adicional en el convenio colectivo que podían haberle extendido la totalidad de los años, y también le daba la posibilidad de que lo podía postular al Banco BCI para que trabajara como vigilante privado en la medida que él firmara al día siguiente en la notaria su renuncia voluntaria al Banco. Señalan que la trayectoria del demandante y su desempeñó como vigilante privado en el Banco siempre fue destacada, incluso en varias oportunidades fue compañero destacado por ello; que la empresa también lo reconoció por su desempeño. Ambos testigos son dirigentes sindicales de la empresa demandada y señalan que en tal calidad han tomado conocimiento de estas prácticas que se han instaurado, y que en el año 2007, a raíz del robo en la oficina San Pablo, se realizó un interrogatorio por más de 9 horas a los dos funcionarios encargados del cierre de la misma y el Banco realizó esta investigación a través de personal de seguridad, con experiencia policial, quienes interrogaron por 9 horas a estos funcionarios, con un hostigamiento permanente y actualmente dicha situación está en espera de la resolución del juicio. Fue un interrogatorio, sin ninguna posibilidad de representación, sólo personal del Banco, no se dejo que estuviera un dirigente sindical o abogado. Añaden que incluso en otra una oportunidad cuando la testigo Andrea Riquelme, en su calidad de dirigente sindical, trató de participar en una de estas reuniones respecto de otro trabajador, de inmediato se canceló la misma y no se realizó. Y que se ha instaurado en el Banco de Chile un procedimiento de interrogatorios permanentes, impidiendo la posibilidad de un procedimiento en el cual los trabajadores pudieran defenderse y tener un juicio justo; el testigo Bonnefoy señala que estos interrogatorios son de improvisto, a puertas cerradas, son con una situación de hostigamiento inmediato, se les dice que son causantes o tienen una situación de delito y por lo tanto existen pruebas visuales o escritas que los culpan por ende sólo les queda reconocer el hecho o sino después tendrán las consecuencias posteriores de que sean detenidos y sacados esposados en general. El testigo Bonnefoy señala que el procedimiento establecido en el Banco en caso de encontrar algo y no informar o de sorprender a un trabajador tomando algo que no le pertenece, es dar cuenta a la auditoría del Banco para que realicen la investigación correspondiente; en la sucursal se avisa al jefe de gestión de la oficina, quien deja constancia en el libro de novedades, y también se avisa al jefe de guardias y ellos canalizan la información a contraloría –los auditores dependen de contraloría del Banco–. Son los auditores del Banco los que deben hacer esa investigación, pero los jefes de seguridad se han arrogado una función que no les pertenece. En el Banco funciona diferentes líneas, él depende del Departamento de Seguridad y el jefe de gestión depende de Operaciones, de la Banca de personas. Que si se sorprende a alguien del banco tomando algo que no le pertenece, el procedimiento es el que acaba de señalar, y allí pasa a Contraloría, que realiza la investigación, no le consta que exista un procedimiento escrito respecto a la forma de tal investigación, aunque existe en el reglamento interno un procedimiento, que pasa a Contraloría y el trabajador debe prestar la máxima cooperación. Añade que en el caso de las personas que habrían interrogado al demandante el día de los hechos, ellas son parte de contraloría, son un área de la misma, pero no tienen la facultad para hacer ese tipo de investigación. El tenor de la investigación, es que la hace contraloría con los antecedentes que le entrega seguridad. Desconoce cuanto tiempo lleva esa investigación, desconoce si existe un tiempo determinado para esa investigación, lo que sabe es que los casos que han pasado a Contraloría, son de monto mayor, como el caso de estafa de Villarica. El procedimiento es que auditoría hace una investigación y las consultas a los involucrados, pero no existe un procedimiento en el Banco de Chile en el cual el trabajador tiene la posibilidad de realizar sus descargos y hacer su defensa, aclare que no se aplica tal procedimiento, y ello le consta por el conocimiento que tiene como dirigente sindical, por los hechos del año 2007 y otro el 2009 respecto de un trabajador al que se le imputa haber robado una llave, y que fue el mismo método usado con el demandante. Señala que Patricio Alvear, es jefe de seguridad e instalaciones. Que un brazo de Contraloría, es el área de seguridad donde está don Osvaldo González, ex Coronel de Carabineros, y después viene don Patricio Alvear. Y Fernando Fuentealba es jefe de seguridad. Las declaraciones que le han hecho sus colegas vigilantes, es el mismo, llegan estas dos personas, lo toman por sorpresa, lo llevan a una oficina y comienza el hostigamiento de inmediato. Como sindicato no han realizado denuncias o fiscalización a la Inspección del trabajo, pero han representado su molestia por escrito a Gerencia General y de Recursos Humanos, por la situación de San Pablo, y básicamente porque no existía como probar este método, ya que no existía este procedimiento de tutela. La segunda testigo señala que el demandante concurrió a hablar con ella el día que fue a buscar su finiquito al Banco y allí se enteró de los hechos ya relatados; que por Reglamento interno y Código de Ética los trabajadores tienen obligación de prestar declaración, cuando hay una investigación detrás, y en el Reglamento se señala el procedimiento en esos casos es dar aviso al departamento correspondiente, que es Contraloría, que hace una investigación interna pero no está especificado como se realiza. Si el cliente reclama, es en la sucursal ante el jefe de operaciones quien toma los antecedentes, los informa al departamento de Control de Riesgos, fraudes. Hay un jefe, contralores que interrogan a los afectados. Que Patricio Alvear es jefe del departamento de seguridad del Banco, no forma parte de los contralores y Fernando Fuentealba es el jefe de los vigilantes, y los vigilantes tiene dos personas a quienes informar, al jefe de operaciones de la sucursal y a su jefe directo. Señala que en el caso de los vigilantes, existe una especie de relación de subordinación de los vigilantes con la jefatura de seguridad del Banco, porque quienes detentan tales cargos son generalmente personas de las fuerzas armadas y por eso existe una relación de dependencia o subordinación de dichos trabajadores. Añade que ha tenido otros casos de personas que han llegado en la misma situación que el demandante al Sindicato, incluso una vez como dirigente sindical le tocó conocer el caso de una trabajadora de la sucursal plaza de Valdivia, quien llamó urgente al sindicato señalando que habían llegado los auditores y la iban a interrogar y que ella no iba a prestar declaración si no estaba presente un dirigente, ellos parten al lugar y al llegar los atiende el jefe de operaciones y les dice que no pueden entrar, luego salen los auditores y se retiran y no realizan el interrogatorio. VIGÉSIMO: Que, por su parte, la demandada alega que no hubo despido sino renuncia voluntaria y por lo mismo no hay vulneración de garantías constitucionales, al efecto rinde la prueba documental individualizada en el motivo décimo sexto de esta sentencia, que hace consistir básicamente en la declaración de renuncia del demandante, donde aparece que el trabajador señala que a contar del 23 de septiembre de 2009 renuncia voluntariamente a su trabajo que desempeñaba como vigilante para la demandada, por razones personales, firmada por éste y reconocida su firma en la absolución de posiciones, y en dicho documento se indica que se firmó ante Notario Público. Además, acompaña la carta de fecha 22 de septiembre, dirigida a Fernando Fuentealba, firmada por el demandante, en la cual informa que el día 1 de septiembre de 2009, en ronda efectuada después de las 14.00 horas, en la oficina de Puente Alto, encontró un sobre en el mesón de atención a público que contenía $80.000, el cual no informó a su debido tiempo y que tiene problemas económicos, y arrepentido de ello tomó la decisión de devolver el dinero a su dueña, haciendo presente que en su 21 años trabajando en la institución no ha tenido falta alguna. Además, incorporó y exhibió un video de seguridad de los hechos acaecidos el 1 de septiembre de 2009, en la sucursal Puente Alto del Banco de Chile, alrededor de las 14.23 horas, que consta de tres tomas diferentes del lugar donde habría ocurrido lo hechos, el cual exhibido al demandante, reconoce en su absolución de posiciones que la persona que se divisa en el mismo con un gorro y uniforme es él, pero que no tomó un sobre con $80.000 en su interior, las imágenes que vio el tribunal corresponden, la primera toma el hall de la sucursal de Puente alto, sección cajas, se divisa en esa sección a una mujer cerca de un mesón, hay una serie de papeles, luego se retira, no se ve gente alrededor de esa sección, pero si un guardia de seguridad que se acerca, revisa el sector del mesón aludido, hay papeles, se ve movimiento como que saca y deja otras cosas, luego queda de espaldas a la cámara un rato, se devuelve y deja papeles en el mesón y guarda algo en el bolsillo izquierdo del pantalón, pero no se divisa que. La siguiente toma, de la misma sucursal y día, el primer acercamiento a las 14.25 se ve el interior de una caja y unas personas trabajando, más allá el hall con el señalamiento de las filas de las personas, más al fondo una escalera, y en medio de ello un mesón, donde se divisa una figura que no se distingue su sexo ni color de vestimenta, la imagen es poco nítida en el área a observar; la demandada señala que la imagen corresponde a la misma anterior, pero de frente; solamente se ve en una parte muy oscura que hay una persona aparentemente manipulando algo sobre un mesón, pero más allá de ello la imagen es poco clara. La tercera y última toma, del mismo lugar y fecha, se divisa el hall de acceso al mismo, se ve vacío, en un principio había dos personas en el mesón que se ven al fondo de la imagen, posteriormente se ve a una persona que se retira y que hay otra persona en la puerta aparentemente cerrándola y luego esta persona se acerca al mesón y luego la imagen es confusa, pero se ve que esta persona se acerca al mesón y hace algo. VIGÉSIMO PRIMERO: Que con la prueba aportadas por las partes y referida en los considerandos precedentes, unido a ello lo señalado en los respectivos escritos de demanda y contestación, consta que el término de la relación laboral del demandante se dio en el contexto de los hechos acaecidos el 1 de septiembre de 2009, esto es que se habría presentado un reclamo por una cliente respecto a un dinero en un sobre que se le habría quedado olvidado en el mesón de la sucursal de Puente Alto; que por tales hechos el Jefe de sucursal informó al área de Seguridad, que posteriormente el 22 de septiembre se presentó en la sucursal Fernando Fuentealba, jefe de seguridad del Banco, quien habló primero con el Jefe de la misma y luego de hablar con el actor, éste habría presentado la carta donde reconoce los hechos y su renuncia que posteriormente el día 23 de septiembre firma ante Notario y entrega un cheque por la suma de $80.000. VIGESIMO SEGUNDO: Que en el procedimiento de tutela, como ya se señaló, el trabajador sólo debe aportar indicios de que se ha producido la conducta lesiva denunciada, es decir, debe generar la “sospecha razonable en el Juzgador que tal situación ha acaecido, por cuanto el legislador ha reconocido que en esta área del derecho existe una desigualdad de armas entre las partes, toda vez que es el empleador quien por lo general tiene el dominio de las pruebas, por ello para la protección eficaz de los derechos fundamentales del trabajador, se aliviana la carga probatoria de éste en los términos ya referidos. Que en este caso, el trabajador ha logrado acreditar que el día 22 de septiembre de 2009 se presentaron en la sucursal de Puente Alto dos personas del área de seguridad del Banco –señores Alvear y Fuentealba–, quienes previamente hablan con el jefe de la sucursal y posteriormente con él, y después de ello él presenta su renuncia y carta de reconocimiento de los hechos acaecidos el 1 de septiembre de 2009. Que, asimismo, ha acreditado que en dicho Banco se realiza investigación de hechos irregulares por personas encargadas del área de seguridad, quienes proceden interrogan a los trabajadores involucrados a solas, sin permitirles ser asesorados por un dirigente; que el procedimiento a seguir establecido en el Reglamento Interno para la investigación de hechos irregulares o ilícitos cometidos por trabajadores, no es claro y tampoco se aplica en la forma establecida, toda vez que en dicho Reglamente se establecen varios procedimientos, a saber, a) en el caso de queja o reclamo del público, se deberá reportar inmediatamente a su jefe directo (Artículo 35 letra g); b) respecto de toda falta o irregularidad que se detecte, debe ser puesta de inmediato en conocimiento de su supervisor directo o de la jefatura inmediatamente superior del infractor (Artículo 35 letra i, inciso 1°); c) en caso de cualquier observación o reclamo que formule el público o clientes sobre los servicios o productos del Banco, o de cualquier iniciativa conducente a la mejor atención de los clientes, deberá informar de inmediato a la Administración, verbalmente o por escrito (inciso 2° letra i, Aº 35); d) la recepción y reclamos y/o reportes de los trabajadores, referidas a materiales de orden contable/financiero, entre ellos actos u omisiones que constituyan debilidades manifiestas o graves de control interno o acciones aparentemente fraudulentas, ilícitas o contrarias al Manuel de ética, se debe recepcionar el reclamo o reporte por el Gerente de División de Control de Riesgo, quien tomará conocimiento de los hechos y de las razones por las cuales se estima que ellos configuran irregularidad, tales reclamos o reportes deben ser fundados, apoyarse en antecedentes que hagan presumir su ocurrencia; será tratado en forma confidencial y reservada, y la información proporcionada será materia de análisis e investigación por la Gerencia de Control de Riesgo, y si ello se comprueba, después de las indagaciones e informes respectivos de quienes intervienen en los hechos objeto de la investigación, se adoptaran las medidas que correspondan atendida la gravedad de las conductas probadas en las instancias respectivas y dichas conclusiones y acciones correctivas serán puestas en conocimiento del Comité de Auditoría. Que, además, el demandante acreditó ser un trabajador con más de veinte años de servicios en la institución demandada, que había sido reconocido en varias oportunidades por sus pares por su desempeño laboral e incluso había sido reconocido por la propia demandada (así lo señalan los testigos de su parte, únicos que declararon en esta causa). Que en ese contexto, lo señalado por el demandante respecto a que la firma de la renuncia y la carta en que reconoce haber tomado un sobre con dinero el 1 de septiembre de 2009 desde el mesón del Banco, habrían sido efectuadas atendido la conversación con los funcionarios de seguridad aludidos, quienes lo habrían presionado señalando que si no lo hacía sus papeles quedarían manchados, sería despedido por falta de probidad y pasado a la fiscalía del Banco, que su familia quedaría desamparada, es razonable que haya ocurrido, por cuanto no se explica que precisamente después de la conversación con ellos presentara su renuncia un trabajador con más de veinte años de servicios en la empresa, con conducta intachable, ejerciendo sus labores en una sucursal de alto riesgo –que por lo mismo necesita el personal más idóneo y capacitado–, y más aún que redactara una carta reconociendo los hechos el 22 de septiembre y enviada ese mismo día precisamente a una de las personas que fue a la sucursal a “conversar con él, en circunstancias que al día siguiente presenta su renuncia. VIGÉSIMO TERCERO: Que, analizando los descargos de la demandada, ellos se fundan en que hubo una renuncia voluntaria, que cumple los requisitos legales de haber sido prestada ante Notario y por lo mismo no hubo despido ni habría conducta vulneratoria con ocasión del despido, ya que este nunca existió; que el demandante no puede desconocer el poder liberatorio del mismo, toda vez que lo firmó libre y espontáneamente, sin que existiese en el mismo algún vicio del consentimiento como dolo o fuerza moral, toda vez que su parte jamás amenazó al demandante y menos de una forma que afectara gravemente su consentimiento y voluntad. Pero, como ya se ha señalado, para esta sentenciadora ha quedado establecido que se ejerció presión sobre el trabajador para obtener una manifestación de voluntad en un sentido determinado –su renuncia–, al concurrir dos personas de cargos superiores, encargados de la seguridad de la empresa, sometiéndolo a un interrogatorio sin permitirle derecho a defensa, aduciendo tener pruebas fehacientes en su contra, que nunca le exhibieron, señalando que si no renunciaba no sólo lo despedirían por falta de probidad sino que sus papeles quedarían manchados y no podría trabajar más y su familia quedaría desamparada, circunstancias todas que afectaron su integridad síquica, la que alude precisamente a la cualidad de todo individuo de ser merecedor de respeto, sin que nadie pueda, en principio, interferir con él o con sus decisiones respecto de él, de manera tal que el sujeto tiene autonomía personal y está facultado para decir a su respecto, y en el caso específico de autos en que dentro de un contexto laboral, tales personas tienen una posición de verticalidad a su respecto, lo presionan para obtener un resultado, restringiendo así aún más su autonomía de voluntad, afectando no sólo su estado de ánimo, sino que perturbando su capacidad volitiva; en circunstancias que como representantes de la empleadora tenían el poder coercitivo para realizar una investigación dentro de los propios márgenes fijados por el Banco en su Reglamento Interno y Código de ética, esto es, respetando al trabajador y a su dignidad como persona, y, en último caso, su facultad de efectuar el despido derechamente por haber incurrido éste en una causal de caducidad. La demandada, dentro de su potestad de mando y dirección, puede sancionar las infracciones cometidas por los trabajadores, desde una medida como una amonestación hasta la medida más grave, el despido, pero no puede al amparo de dichas facultades vulnerar sus derechos fundamentales, coaccionando al trabajador para obtener la conducta que él quiere. De manera tal que el acto materializado por el trabajador, consistente tanto en su carta de 22 de septiembre en que reconoce los hechos, como la firma de su carta renuncia de 23 de septiembre, no obstante haberla efectuado ante Ministro de fe, al haber sido suscritas con vulneración de sus garantías constitucionales, es nulo y no produce efecto alguno, por cuanto dicha determinación no fue por voluntad propia y libre de presión en la decisión misma tomada por él, presión ejercida por los funcionarios de la demandada. VIGESIMO CUARTO: Que por lo expuesto precedentemente, dado que la renuncia del trabajador no fue dada en forma pura y simple, no condicionada, o exenta de todo hecho o acto que obstaculice la libre expresión de su voluntad; sino que lo que gatilló la misma fue la presión y hostigamiento por parte del empleador o sus jefaturas, el término de la relación laboral se debió a la conducta desplegada por la propia demandada, al vulnerar el derecho a la integridad síquica del demandante, en cuanto autodeterminarse y decidir por sí mismo. Circunstancia que, a mayor abundamiento, reviste certeza de haber ocurrido en la forma expuesta por el trabajador, toda vez si como reconoce en su libelo de contestación tenía pruebas más que suficientes para incriminarlo con la imputación de un hecho ilícito dentro de su prestación de servicios, no era necesario recurrir a tales armas para obtener su desvinculación de la empresa, bastaba con adoptar las medidas que el propio legislador le reconoce en cuanto potestad de mando y dirección, que además regula el propio empleador en su reglamento interno, esto es, amonestaciones, multas y hasta el despido sin derecho a indemnización por haber incurrido en causal que lo justificaba. No era necesario amedrentar, amenazar y colocar al trabajador en una situación de perturbación tal que le impidió tomar una decisión libre, que en definitiva significaba la pérdida de beneficios, logrando su desvinculación y sin derecho a pago de indemnización alguna por término de contrato. Más aún la demandada no acreditó que los fundamentos de su decisión de concurrir a la sucursal donde el demandante desempeñaba sus funciones, fuera otra que la de presionar al trabajador para obtener su renuncia, toda vez que no allegó al proceso ni la investigación ni los resultados de la misma por los hechos del 1 de septiembre de 2009, sólo adjunto un video, al cual se hizo referencia en el motivo vigésimo, donde sólo se ve al demandante (porque así lo reconoce) tomando algo del mesón, sin lograr distinguir qué es y menos si es un sobre con dinero, más aún cuando su labor es precisamente revisar las instalaciones del Banco una vez cerrada la atención de público; y respecto al reclamó de la cliente, no adjuntó mayores antecedentes y que se hubiera realizado el procedimiento al que alude el reglamento interno cuando se trata de reclamos de clientes. Y no obstante que el demandante habría reconocido en su demanda haber otorgado un documento para reponer tal dinero, no es menos cierto que señala expresamente que lo hizo en el contexto vulneratorio de sus garantías ya asentado. VIGESIMO QUINTO: Que por todo lo expuesto, se asienta en la convicción de esta sentenciadora que existe un procedimiento investigativo difuso y poco claro para los trabajadores, en cuanto es realizado por personal del Área de Seguridad de la empresa, que sería parte de Contraloría de la empresa, el cual atendida sus destrezas –en cuanto lo conforman personas que han pertenecido a alguna institución de orden y seguridad–, se valen de interrogatorios en contexto de presión sicológica, a la imputación de los hechos investigados, sin posibilidad de defensa o presencia de un tercero que defienda al trabajador o formule sus descargos, recurriendo a insinuación de desamparo en que quedaría la familia del trabajador, logrando así el dominio de la situación y el control sicológico del interrogando, provocando en éste angustia y temor. VIGÉSIMO SEXTO: Que, en mérito de lo latamente expuesto, y que los indicios acreditados en el proceso no han logrado ser desvirtuados por la denunciada, sólo cabe concluir que lo que en realidad existió en los hechos fue un despido por parte del empleador, materializado en una renuncia inválida, que fue obtenida acosando y vulnerando gravemente los derechos fundamentales de un trabajador con más de 20 años de servicios en la institución, por lo que será acogida la demanda, condenándose a la demanda a las prestaciones que se indicaran en lo resolutivo de esta sentencia. VIGESIMO SÉPTIMO: Que habiendo reconocida la demandada adeudar el feriado proporcional, no obstante haber opuesto al efecto excepción de compensación, la cual fue rechazada por esta sentenciadora, se accederá al pago de la misma, limitando su monto a lo solicitado por la demandante. VIGÉSIMO OCTAVO: Que respecto a la demanda subsidiaria de despido injustificado, no se emitirá pronunciamiento por haberse acogido la petición principal y ser incompatible con lo resuelto precedentemente. VIGÉSIMO NOVENO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas de la sana crítica. De acuerdo a las consideraciones antedichas, normas citadas y teniendo en vista además lo que disponen los artículos 1° de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Preámbulo de Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Preámbulo y artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 11, Número 1 de la Convención Americana de Derechos Humanos; 1, 5, 6 inciso segundo, 19 de la Constitución Política de la República; 1, 2, 5, 7, 153, 154 y siguientes, 420, 425, 432, 454, 455, 456, 459, 445, inciso primero, 485, 486, 490, 491, 493, 495 y 506 del Código del Trabajo se declara que: I.– Que se rechaza la excepción de compensación deducida por la denunciada en su escrito de contestación de la demanda. II.– Que se hace lugar a la demanda declarándose que la demandada Banco de Chile S.A, representada legalmente por don Fernando Cañas Berkowist,, vulneró la dignidad del demandante don Jaime Alfonso González Cancino, afectando su honra y su integridad psíquica con ocasión del despido, materializado mediante una renuncia inválida, el 23 de septiembre de 2009. III.– Que la demandada Banco de Chile S.A. deberá pagar al actor las siguientes sumas: a) $ 614.000, por indemnización prevista en el artículo 162, inciso cuarto. b) $ 6.754.000, por indemnización del artículo 163, inciso segundo. c) $3.684.000, correspondiente a recargo de 50% sobre indemnización anterior. d) $3.684.000, correspondiente a indemnización adicional equivalente a 6 remuneraciones. e) $818.717, por feriado proporcional. Todas, con las actualizaciones del artículo 173 del Código del Trabajo. IV.– Que se condena en costas a la demandada, las que se fijan y regulan en la suma de $ 2.000.000. V.– Ejecutoriada esta sentencia, remítase copia a la Dirección del Trabajo y cúmplase lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional. Regístrese, notifíquese personalmente y dese copia a los abogados que concurran en la fecha y hora indicada al efecto en la audiencia de juicio y, a quienes no concurrieren, por correo electrónico. Archívese RIT: en T – 76– su 2009 oportunidad. RUC: 09–4–0029060–9 Dictada por doña Lorena Flores Canevaro, Juez Titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago.