Tutela-76-2009-Santiago-Renuncia

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Juzgado de Letras del Trabajo, 19/02/2010, 76-2009
Jaime Alfonso González Cancino con Banco de Chile S.A.
Descriptor
Renuncia Voluntaria. Necesidad de expresión de voluntad libre. Renuncia inválida.
Vulneración de derechos fundamentales. Tutela Laboral acogida.
Doctrina
No es válida la renuncia del trabajador no fue dada en forma pura y simple, no
condicionada, o exenta de todo hecho o acto que obstaculice la libre expresión de su
voluntad. Así si ella se gatilló por la presión y hostigamiento por parte del empleador o
sus jefaturas mediante un verdadero interrogatorio, con serias amenazas, el término
de la relación laboral se debió a la conducta desplegada por la propia demandada, al
vulnerar el derecho a la integridad síquica del demandante, en cuanto
autodeterminarse
y
decidir
por
sí
mismo.
Cabe concluir que lo que en realidad existió en los hechos fue un despido por parte
del empleador, materializado en una renuncia inválida, que fue obtenida acosando y
vulnerando gravemente los derechos fundamentales del trabajador, debiendo además
acogerse la demanda de tutela por esas vulneraciones.
Legislación aplicada en el fallo :
Código del Trabajo Reformado art 159 n° 2; Código del Trabajo Reformado art 177;
Código del Trabajo Reformado art 485; Código del Trabajo Reformado art 489;
Ministros:
Lorena Flores Canevaro
Texto completo de la Sentencia
(no
Santiago,
VISTOS
ejecutoriada)
diecinueve
de
febrero
y
de
dos
mil
diez.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que comparece don Jaime Alfonso González Cancino, cesante,
domiciliado en Pasaje Calisto Conjunto Monte Grande Nº 1475, Puente Alto, quien
interpone denuncia de derechos fundamentales con ocasión de los hechos que
motivaron el término de su relación laboral y la firma de la carta renuncia, y en
subsidio la acción de despido indebido, nulidad de la carta renuncia, cobro de
prestaciones y daño moral, en contra de Banco de Chile S.A., representado
legalmente por don Fernando Cañas Berkowist, ambos domiciliados en Ahumada 251,
Santiago, solicitando que con tal declaración se condene al demandado al pago de las
prestaciones
e
indemnizaciones
laborales
y
otras
adeudadas.
Señala que ingresó a trabajar para la demandada el 8 de febrero de 1988, como
vigilante privado, desarrollándose tales labores en la casa matriz y en cualquier
sucursal de la región metropolitana. Que dentro de sus funciones están las de abrir los
accesos y puertas del Banco al inicio del horario comercial (9.00 horas), prestar
atención acuciosa del ingreso del público, recorrer las dependencias internas, vigilar el
acceso de cajas, indicar dónde y cómo efectuar cobros de vales vista, cobro de
cheques y depósitos cuando fuese consultado, prestar ayuda a personas con
discapacidad y adulto mayor, señalar los sitios de cajas de clientes y público en
general, mantener el orden de acceso a cajas pagadoras –recaudadoras, y por último,
estar pendiente de la hora de cierre, dirigiéndose rápidamente a la puerta de acceso
al público y esperar las 14.00 horas, cerrar e impedir el acceso de público al Banco.
Una vez cerrado el Banco, vigilaba e indicada la salida a clientes rezagados,
finalmente ordenaba y reponía papeletas de depósitos y tareas administrativas
propias. Su jornada de trabajo era de lunes a viernes de 8:00 a 18.00 horas.
Expone que por política interna del Banco y por motivos de seguridad eran rotados,
como vigilantes privados, de una sucursal a otra cuando cumplían un año,
excepcionalmente y a solicitud del jefe de gestión la permanencia era por más tiempo
, por ello recorrió varias sucursales de la región metropolitana, siempre cumpliendo la
misma función. Siendo la última la de Puente Alto, en la que permaneció desde el año
2006
al
23
de
septiembre
de
2009.
Añade que en sus casi 22 años de servicios ininterrumpidos para la demandada,
jamás tuvo una amonestación. Su conducta fue intachable, honrada y reconocida por
sus jefes. Cfue elegido en cuatro oportunidades Mejor Compañero (1992, 1999, 2000
y 2008). En diciembre del año 2008 el Banco le otorgó un homenaje en
reconocimiento a su excelencia funcionaria, en presencia de don Fernando
Fuentealba Peñailillo, Jefe Unidad de Vigilancia Metropolitana Norte y en presencia de
otras
jefaturas
del
Banco.
Asistió y participó en variadas capacitaciones y cursos, a través de organismos
técnicos de capacitación contratados por el Banco. Y que a la época de su despido
indebido
e
incausado,
su
remuneración
ascendía
a
$614.000
SEGUNDO: Que el demandante señala como conductas y actos vulneratorios de la
demandada, con ocasión del término de sus servicios, los siguientes: el 22 de
septiembre de 2009, mediante acción coordinada y sistematizada, asisten a una
reunión en la sucursal de Puente Alto, don Patricio Alvear, Jefe de seguridad e
instalaciones, casa matriz y don Fernando Fuentealba Peñailillo, Jefe Unidad de
Vigilancia Metropolitana Norte, y don Carlos Prieto Díaz, Jefe de Gestión Sucursal, su
jefe en ese momento. Al terminar la reunión con su Jefe señor Prieto, inmediatamente
es requerido por los señores Fuentealba y Alvear, quienes le dicen que los acompañe
porque había un problema grave y requerían saber si él tenía conocimiento, se dirigen
al interior del Banco, a una oficina aislada. Añade que estas personas son las
encargadas de la investigación interna por delitos de fraude al Banco, y que además
el señor Alvear es ex oficial de carabineros, por lo que no dudó en acompañarlos. Y
que de inmediato y sin explicación alguna se inició un hostigamiento injusto, dirigido a
involucrarlo en un supuesto delito de robo de dineros en esa sucursal y de la que él
sería
el
autor
material
según
las
pruebas
que
tenían.
Dado que tiene la certeza que no cometió ningún delito y que es primera vez en su
vida laboral que se ve enfrentado a una situación como esa, donde se desconfiaba de
su honorabilidad, en términos agresivos y violentos, no tuvo la fortaleza ni la
capacidad de enfrentar con firmeza tales imputaciones, más aún cuando esta
situación se prolongó por espacio de una hora aproximadamente, en que no se le
permitió explicar y formular sus descargos, sin permitirle pararse ni tomar agua. En
ese interrogatorio se le amenazó con denunciarlo a la unidad de fraude del Banco, al
Ministerio Público e interponer una querella criminal en su contra; entre otras cosas se
le dijo, luego de imputarle un robo de dinero y que había testigos, que sabían todo
sobre su familia (Alvear) y sus hijos y que no se hiciera el desentendido; que se
imaginara lo que iba a pasar con su familia, ya que el hecho era grave y lo iban a
denunciar a la unidad de fraude, se querellarían en su contra y sería detenido. El
niega tales imputaciones y trata de pararse, pero se lo impiden diciéndole que no se
irá de allí hasta que no consigan la verdad y firme una confesión; que elevan la voz y
lo increpan, le dicen que tienen una filmación de las cámaras que muestra el momento
y la hora que tomó un sobre con $80.000 en su interior, que pertenecía a una clienta
del banco y que se lo metió al bolsillo; que reconozca o prefiere que lo saquen
esposado del Banco y que sabe que ellos tienen el poder para hacerlo; que piense lo
que es mejor para él, que su familia quedará desamparada, que no encontrara trabajo
en ninguna parte, sus papeles quedaran manchados y sólo si firma una confesión y la
carta renuncia voluntaria ese evento quedara entre ellos y su jefe señor Prieto.
Añade que como estaba cansado física y mentalmente, les dijo que su error fue
recoger un sobre blanco doblado que estaba encima del mesón, al lado de las
papeletas de depósito, lo echó en su bolsillo y siguió con sus tareas porque ya era la
hora de cierre de la sucursal; que no le dio importancia, porque ese día después que
se retiran todos los clientes, tomó los demás papeles, entre estos el sobre, y lo puso
en el cajón de su escritorio y ello aconteció hace unas dos semanas; que en los días
siguientes nadie fue a reclamar nada y no recuerda que le preguntasen por algún
dinero perdido. Y que si ese es el delito que le imputan puede hacer un cheque por la
cantidad que el cliente decía que contenía; señala que tomó con manos temblorosas
su chequera pero no pudo hacer el documento, porque sus manos temblaban y
sudaban y no podía creer lo que sucedía. Le dicen que decida, lo denuncian o firma,
él pide hablar con su señora y que no puede firmar nada, y ellos le insisten señalando
que no ha entendido, porque si no firma en ese momento igual lo van a echar por falta
de probidad, por robar dineros a un cliente y perjudicar al Banco. Señala que Alvear le
dice que firme la renuncia y no lo denunciaran y además informara a Recursos
Humanos para que le cancelen al menos los años de servicios, y cómo devolverá el
dinero hablará con el jefe de seguridad del Banco BCI para que entre a trabajar con
ellos, y Fuentealba añade, pero con tope de 11 años, porque no creerá que le van a
cancelar todo. Por lo que ante tales amenazas lo obligaron en un acto de incapacidad
volitiva a tomar la decisión de suscribir una confesión y renuncia, y ellos le advierten
que sin esos documentos no hay acuerdo, que no siguiera trabajando y que lo
llamarían más tarde para coordinar su reemplazo. Luego de casi una hora, se retiran y
le insisten que debe cumplir lo acordado sino al día siguiente realizaran la denuncia, y
se van a conversar con el señor Prieto. Alrededor de las 17.00 horas de ese día llama
el señor Fuentealba a la sucursal para indicarle que redactara una carta reconociendo
el hecho y que devolvería el dinero, y que se lo enviase a su correo electrónico, y que
al día siguiente lo esperaba en la Plaza de Puente Alto, a las 13.00 horas. El hizo lo
pedido y posteriormente entregó su uniforme y pistola, quedando registrado en el libro
de novedades del Banco. El agobio y desazón le provocó problemas estomacales y al
llegar
a
su
casa,
no
dijo
nada.
Expone que el 23 de septiembre, a las 13.00 horas llega a la plaza de Puente Alto
donde llegan también el señor Fuentealba con don Eugenio Gajardo, supervisor de
vigilantes, le dicen que los siga a la Notaría, donde se tramitaban todos los papeles
legales de la sucursal, los atiende un funcionario que le pide su cédula de identidad y
datos, entregándole para la firma una declaración jurada, sin informar los efectos y
consecuencias del acto jurídico, dudó en firmar pero se acerca Fuentealba y en tono
amenazador le dice que firme y que está todo listo, recordó la amenazas, el miedo
que sintió porque su familia podía quedar desamparada y sola, lo complicado que
sería enfrentar una querella criminal y la imposibilidad de encontrar otro empleo a su
edad, y firmó y puso su huella digital en la declaración. Al salir de la Notaría y ya con
la declaración en sus manos, insisten en volver al Banco porque lo esperaba el señor
Prieto para firmar su confesión y recibir el cheque, entregó éste y firmó la declaración,
supuestamente al día siguiente lo llamarían del Banco BCI para ir a trabajar, lo que
nunca sucedió. Añade que en varias ocasiones trató de ubicar al señor Fuentealba y
fue en dos ocasiones a la casa matriz, siendo la última el 26 de octubre y su finiquito
estaba impago, finalmente lo atiende el consultor del área de seguridad y dice
peyorativamente “llegó el de las ochenta lucas , y al ver el finiquito aparece que él
adeuda al Banco $24.000, indignado por el trato vejatorio se retira. Nunca más supo ni
nadie del Banco se comunicó con él, sólo el 6 de noviembre de 2009 le llega una carta
certificada que informa que su finiquito se encuentra a su disposición.
TERCERO: Que indica que lo expuesto constituye despido vulneratorio por cuanto la
demandada actúo con hostigamiento injusto y desmedido que tuvo como
consecuencia la firma de instrumentos que pusieron término a la relación laboral entre
las partes, infringiendo las garantías constitucionales aludidas en el artículo 485 del
Código del Trabajo, generando una clara vulneración a la integridad síquica y al
respeto de su honra y honor como persona en los hechos ocurridos, vigente aún la
relación laboral. Se vio afectada su integridad síquica por el abusivo ejercicio de una
potestad coercitiva en contra de su persona, que se materializó en un encierro por
más de una hora, con acusaciones cómodas y convenientes para la demandada,
injustas e intolerables para él, que causaron un quiebre emocional al punto de verse
compelido a suscribir instrumentos que pusieron término a su relación laboral,
quebrando absolutamente su forma de vida, siendo objeto de cargos infundados y
falaces. Añade que tal proceder de la demandada es particularmente violatorio de
derechos fundamentales, porque lo utiliza como un sustituto para evitar el pago de
indemnizaciones, en un período que coincide con la crisis económica y cree que la
finalidad de la demandada no fue otra que la de evitar el pago de indemnizaciones.
Expresa que si la demandada efectivamente estimaban que el delito era efectivo, le
correspondía realizar una investigación profunda y acabada, formularle las consultas
en forma respetuosa hasta determinar las responsabilidad en hechos que desconocía.
No tenía derecho de apremiarlo con querellas criminales, denuncias a la unidad de
fraude del Banco, llamar a carabineros o investigaciones, dejar a su familia en un total
y completo desamparo, con un futuro laboral incierto y precario, por cuanto insistían
en que las posibilidades de trabajo serían nulas si ellos se encargaban de divulgar
que había sido despedido por cometer un delito de robo en el Banco.
Las conductas y actos vulneratorios que denuncia en contra de su ex empleador son
el trato vejatorio e indigno del que fue objeto, al momento de la interrogación, en un
escenario coercitivo y privado de un tratamiento justo y equitativo para demostrar la
falsedad de la imputación; imputaciones falsas de delito de robo y causar graves
daños y perjuicios al Banco; amenazas e intimidaciones respecto de su estabilidad
laboral, su vida familiar y libertad. Por lo que el despido es vulneratorio y se trata de
un simple disfraz de una situación laboral mucho más compleja e inestable, afectando
no sólo su patrimonio sino que también su integridad síquica , su honor y honra,
transgrediendo directamente el artículo 19 de la Constitución Política de la República,
en sus numerales 1 y 4. Indica al efecto los fundamentos de derecho de la pretensión
que reclama, por cuanto se cumplen todos y cada uno de los requisitos de
admisibilidad del artículo 485 del Código del Trabajo, toda vez que el actuar de la
demandada ha afectado su integridad síquica y su honra y honor, por cuanto el
despido improcedente, vulneratorio y discriminatorio que ha sufrido ha estado
precedido múltiples presiones fácticas y verbales, que han provocado y provocan un
cuadro de angustia y daño emocional permanente, además del amedrentamiento de
que fue víctima y que finalmente se materializó en el despido. Y el despido ha
afectado gravemente su honra y honor por cuanto se le ha privado de su fuente de
ingresos sin alegar causa cálida con clara exclusión hacia su persona y calidad de
trabajador, llegando al despido por una concatenación de actos y malos tratos hacia
él, hechos todos conocidos tanto por quienes integran su círculo más íntimo como,
asimismo, por quienes fueron sus compañeros de trabajo en la empresa de la
demandada.
Por lo narrado, solicita considerar el despido de que ha sido objeto como vulneratorio
y discriminatorio, ya que la desvinculación laboral es la conclusión de todo un proceso
de amedrentamiento, amenaza y mal trato en su condición de trabajador.
CUARTO: Que, además, señala como fundamento de su acción la nulidad de la
declaración de renuncia, por cuanto hay dos elementos que vician su consentimiento,
cuales son la fuerza y el dolo empleado por los señores Fuentealaba y Alvear,
forzando su propia voluntad a firmar tal declaración. Y además, esta causal de
terminación para ser invocada debe ser legítima, esto es, cumplir con los requisitos
del
artículo
177
del
Código
del
Trabajo.
Al efecto señala los requisitos de existencia y validez del acto jurídico, los vicios del
consentimiento, entre ellos, la fuerza, específicamente la fuerza moral y los requisitos
que ella requiere para viciar el consentimiento, tales como que sea grave, en el caso
de autos, la fuerza fue grave toda vez se amenaza con una mal futuro sobre su
persona, patrimonio, honor y reputación, lo que acaece ya que hasta hoy su
patrimonio se encuentra aplazado, sigue cesante, su honor y reputación como
excelente trabajador y persona se ha visto abatido avasallado ante sus propis
colegas, para los cuales era una persona honrada y de principios, y además esta
situación puso en grave riesgo a su familia. Además, debe ser injusta, en este caso
fue amenazado con una querella criminal, por ser autor material de delito de robo y
graves perjuicios a su ex empleador, pudiendo ser enjuiciado y a su vez en calidad de
imputado, y en este caso en que puede estimarse que la amenaza tiene ribetes de
licitud, ello desaparece por cuanto lo que se busca con ello es el aprovechamiento
ilegal y desproporcionado del mismo. Y ella debe ser determinante, actual e
inminente. Y la sanción a ello es la nulidad. También se refiere al dolo, sus elementos
y
requisitos
y
consecuencias.
Refiere los efectos de la declaración de nulidad respecto a las partes.
Refiere asimismo los requisitos para que la renuncia tenga validez en materia laboral,
en relación al artículo 177 del Código del Trabajo y que de acuerdo al artículo 159 Nº
2 del citado código, para que la renuncia sea causal del termino de la relación laboral
ella debe ser voluntaria, es decir, exenta de todo vicio que anule o comprometa el
consentimiento, libre, consentido e informado, y sólo se le da valor cuando es
ratificado ante ministro de fe y la presencia de Notario Público no se satisface con la
sola firma de éste, si no informa a quien suscribe respecto de los efectos y
consecuencias del acto jurídico que se trata de perfeccionar. En este caso la renuncia
es nula e ineficaz para producir la terminación de la relación laboral precisamente por
la renuncia voluntaria, por cuanto el notario no estuvo presente cuando firmo tal
declaración para informarle de los efectos y consecuencias de esta firma, que estuvo
motivado
por
el
trato
indigno
y
vejatorio
del
que
fue
objeto.
QUINTO: Que el demandante, continúa su exposición señalando los indicios de la
vulneración de derechos fundamentales, tales como su contrato de trabajo y anexos
de actualización, que data de 8 de febrero de 1988, que acreditan la existencia de la
relación laboral y la copia de la declaración jurada, sobre renuncia voluntaria, no
ratificada ante notario sino en frente de un funcionario. Por lo que señala que existe
más de un indicio para estimar que se ha producido la vulneración de sus derechos
fundamentales, debiendo el demandado en esta sede procesal explicar los supuestos
fundamentos
de
su
despido
y
su
proporcionalidad.
Solicita en mérito de lo expuesto se condene a la demandada al pago de las
siguientes prestaciones: $614.000, por indemnización sustitutiva del aviso previo;
$6.754.000, por indemnización por años de servicios (11); $818.717, por feriado
proporcional; $3.684.000, por recargo del artículo 168 letra b) del Código del Trabajo;
$6.754.000, por indemnización del artículo 489 del Código del Trabajo, equivalente a
once remuneraciones mensuales; todo ellos más reajustes e intereses y costas
avaluadas
en
$3.000.000
o
lo
que
se
estime.
SEXTO: Que la demandante, en subsidio de la acción principal, interpone demanda
por despido improcedente, acción de nulidad de renuncia, prestaciones y daño moral
en contra del demandado Banco de Chile, al efecto solicita tener por reproducidos los
antecedentes señalados en los principal de su demanda, y reproduce los
antecedentes de hecho y los fundamentos de derecho. Añade que el despido ha sido
injustificado por cuanto la declaración de renuncia voluntaria es nula porque no fue
obtenida como una manifestación de voluntad libre, no fue ratificada ante un ministro
de fe presente en el acto de suscripción del instrumento, por lo cual se deberán
reconocer las indemnizaciones establecidas en el artículo 162 inciso 4ª y 163 del
Código
del
Trabajo,
con
los
recargos
respectivos.
Añade que además de injustificado, indebido y carente de motivo plausible, el despido
es abusivo, por cuanto le provocó un daño o dolor cuyas consecuencias han sido
graves, no sólo desde el punto de vista económico, sino también síquico y familiar,
que van más allá de la simple molestia o disgusto por perder el trabajo. Al efecto cita
doctrina, y señala que la naturaleza de la relación laboral y especialmente su
contenido ético–jurídico impone deberes cuya trasgresión –como es el caso– puede
causar graves daños patrimoniales y extra–patrimoniales, y enumerando los deberes
que nacen de dicho contenido surge el deber del respeto a la persona y dignidad del
trabajador, deber general de protección del empleador; deber de higiene y seguridad;
deber de prevención; deber de ocupación efectiva y adecuada; deber de capacitación
y educación; deber de diligencia y cooperación del trabajador; deber de fidelidad y de
lealtad. Y ante eventuales incumplimiento del contrato de trabajo no sólo pueden
producirse daños materiales sino también morales, considerando el contenido ético–
jurídico
referido.
Añade que en su caso, no sólo por las circunstancias como se gestó una acción
coordinada del despido, sino por los eventos de la demandada, le han provocado un
daño
moral
que
exige
ser
indemnizado.
Señala las fuentes constitucionales del reconocimiento de la obligación de resarcir el
daño moral contractual en materia laboral, y que por lo expuesto por concepto de
daño
moral
demanda
la
suma
de
$30.000.000.
Solicita acoger la demanda y se condene a la demandada al pago de las siguientes
prestaciones: $614.000, por indemnización sustitutiva del aviso previo; $6.754.000,
por indemnización por años de servicios (11); $818.717, por feriado proporcional;
$3.684.000, por recargo del artículo 168 letra b) del Código del Trabajo; $30.000.000,
por daño moral; todo ellos más reajustes e intereses y costas avaluadas en
$3.000.000
o
lo
que
se
estime.
SÉPTIMO: Que la demandada, notificada legalmente, opone en primer lugar
excepción de incompetencia, la cual fue fallada en la audiencia preparatoria, siendo
rechazada.
Que en subsidio de lo anterior, contesta las demandas y solicita su total rechazo, por
cuanto no son efectivos los hechos en que se fundan, correspondiendo en todos los
casos al demandante, justificarlos de acuerdo al artículo 1698 del Código Civil, toda
vez que no ha acompañado antecedente alguno que permita aplicar el artículo 493 del
Código del Trabajo, ni ha justificado la existencia de despido alguno.
Señala que es efectiva la trayectoria del actor al interior del Banco y su participación
en cursos y capacitaciones. También es efectivo que comenzó a prestar servicios de
vigilante para su parte el día 8 de febrero de 1988 y que su última remuneración
ascendió a la cantidad de $614.000, pero no es efectivo que éstos concluyeron por
despido el 23 de septiembre de 2009, toda vez que la relación laboral concluyó por
renuncia
del
trabajador.
Niega el contenido del interrogatorio transcrito por el actor, las supuestas amenazas
proferidas en su contra, el encierro y todo hecho mediante el cual pretende configurar
la vulneración de derechos fundamentales, por cuanto su representada no requiere
del uso de ninguno de tales arbitrios porque son contrarios a ética interna y a su
reconocida política en materia de recursos humanos, ni menos con la finalidad
esgrimida por el demandante de ahorrarse el pago de indemnizaciones, considerando
el capital y patrimonio del Banco. Por lo que no resulta plausible la finalidad atribuida
por el actor a los supuestos actos violatorios de sus derechos.
A fin de aclarar los hechos, expone que el martes 1 de septiembre de 2009, a las
14.00 horas, el demandante en su calidad de vigilante y luego del cierre de la
sucursal, procede a realizar una ronda al interior de la oficina y encuentra en uno de
los mesones de atención al público, primer piso, un sobre que revisa y en su interior
encuentra $80.000, el que luego guarda sin informar de ello a su jefatura ni dejar
constancia en el libro de novedades. Ese dìa, a las 13.55 horas se presentó en la
sucursal la señora Nancy Urrutia Martínez a fin de realizar un trámite bancario y luego
se retira, regresando a las 16.00 horas para entrevistarse con el Jefe de Gestión de
Clientes, señor Carlos Prieto, y le señala que había dejado un sobre con la suma de
$80.000 olvidado en un mesón, consultado el actor al respecto niega haber
encontrado el sobre. Al día siguiente, martes 8(sic), el Jefe de Gestión informa del
reclamo de la cliente al área de seguridad y solicita ver las imágenes captadas por las
cámaras de vigilancia en el área de atención al público de la oficina de Puente Alto,
imágenes que confirman que el sobre fue olvidado por la reclamante y que quien lo
encontró fue el demandante, quien lo guarda en su bolsillo. Ante ello, y sin manifestar
al actor su existencia, le consulta nuevamente sobre el hecho, quien señala que
efectivamente había encontrado un sobre pero que contenía un currículum, que tomó
y botó a la basura. El señor Castro informa lo anterior al Jefe de Departamento de
Seguridad de Instalaciones, quien concurre a las oficinas el 22 de septiembre en
compañía de Fernando Fuentealba. Añade que se conversó en forma separada con el
señor Prieto y el vigilante, quien consultado sobre la situación señaló no haber podido
dormir y que tomó el dinero por encontrarse con problemas económicos, por lo que
durante la tarde haría llegar su renuncia en forma indeclinable, comprometiéndose
además a devolver el dinero que había tomado, lo que materializó el 9 de octubre. La
carta renuncia la presentó el martes 22 de septiembre y concurrió a la notaría a
ratificarla el día 23. Sin perjuicio de ello, además el 22 de septiembre envía una carta
a
Fernando
Fuentealba
en
la
que
informa
lo
sucedido.
Por lo expuesto es claro que no existen actos vulneratorios de su parte ni despido
abusivo, más aún al existir una carta renuncia otorgada al día siguiente de la reunión
a la que alude el demandante, hecho que le dio tiempo más que suficiente para
meditar su acto, y el Banco no necesitaba recurrir a arbitrio alguno porque tenía
motivos para invocar una causal de término del contrato de trabajo y, en el evento de
perder el juicio, habría pagado todo aquello a que hubiese sido condenado. Ratifica lo
anterior la circunstancia que el actor haya girado un cheque personal de su cuenta
corriente para devolver la suma de $80.000, hecho que es reconocido en la demanda.
En definitiva, en la reunión aludida, sus superiores le solicitan en forma respetuosa y
sin imputaciones de carácter personal, una explicación sobre los hechos y el
demandante los reconoció, indicando que presentaría su renuncia. Jamás fue
encerrado, nunca se le efectuaron imputaciones injuriosas y nunca fue despedido.
OCTAVO: Que, además, la demandada señala que el actor expone que su renuncia
no cumple los requisitos de validez del artículo 177 Código del Trabajo, por cuanto no
estuvo presente el Notario al momento de la firma y tampoco ratificó la misma en los
términos del artículo señalado. Pero el demandante acepta dicha renuncia y le
confiere validez, al punto de reclamar judicialmente su nulidad para privarla de los
efectos
que
le
son
propios.
Añade que en este caso quien invoca la renuncia es el trabajador, por lo que se hace
innecesaria la disposición de carácter protectora establecida en el artículo 177 del
Código del Trabajo, por cuanto señala que el instrumento que no fuere firmado ante el
ministro de fe y o ratificado ante él, no podrá ser invocado por el empleador, pero si
puede aducirlo el trabajador. En este caso, el demandante no desconoce la existencia
de la renuncia, ya que solicita que se le prive de sus efectos, de manera que quien la
ha invocado es el trabajador, sin que por ende pueda pretender su inoponibilidad por
falta de ratificación. Y por último, el demandante no desconocía los efectos de la
misma, porque según sus palabras renunció porque al otro día lo llamarían para ir al
Banco BCI e ingresar a trabajar, lo que no ocurrió. Por lo que debe desestimarse la
demanda en cuanto lo que se pretende es la inoponibilidad de la renuncia–
NOVENO: Que, contestando la demanda respecto a la petición de nulidad de la
renuncia por haber sido víctima el demandante de fuerza moral, al haberle sido
impuesta la misma por la amenaza actual de un mal futuro, grave y determinante de
su consentimiento, la que hace consistir en que las personas con las que mantuvo la
reunión antes citada lo habrían amenazado con una querella, llevarlo esposado al
tribunal o comisaría. Niega tales hechos, y debe acreditarlos el demandante, y aunque
ello se acredite, precisa la demandada que ello en modo alguno constituye fuerza
moral respecto de una persona que se desempeñó como vigilante bancario durante
largo tiempo, que hizo su servicio militar y que habrían producido sus efectos en él al
día siguiente, cuando efectivamente extiende su renuncia. Y expresa que según el
relato del actor, la verdad sería que no hubo fuerza moral alguna, sino que más bien
habría sido objeto de un engaño por parte de los empleados del Banco quienes le
habrían ofrecido trabajo en otro banco de la plaza si renunciaba. Pero jamás existió
promesa de esa especie, por lo que el hecho que constituiría el vicio del
consentimiento es inexistente, por lo que debe rechazarse la demanda en cuanto
tiene
por
objeto
declarar
la
nulidad
de
la
renuncia.
DÉCIMO: Que contestando respecto al supuesto despido injustificado, indebido o
improcedente, solicitado en forma subsidiaria, también debe rechazarse toda vez que
ella parte de un supuesto, esto es, que existió un despido, en cuanto acto unilateral
del empleador destinado a poner término a la relación laboral, pero es evidente que
no existió despido alguno toda vez que el trabajador renunció, por lo que era
absolutamente innecesario que el empleador le pusiera termino al contrato de trabajo
y en forma unilateral, esta vez por despido, porque señala que esa convención solo
concluye una vez y nunca puede hacerlo en forma sucesiva. Por lo que también debe
rechazarse
la
demanda
en
esta
parte.
UNDÉCIMO: Que en cuanto a la solicitud de indemnización del daño moral, señala la
demandada que de acreditarse la existencia del presunto despido, el demandante
solicita que su parte sea condenado a pagarle las prestaciones propias de un despido
sin causa, de lo cual se sigue que es absolutamente improcedente se le conceda una
indemnización por daño moral, porque al no existir causal resulta absolutamente
imposible que su parte haya incurrido en incumplimiento contractual o en un ilícito civil
que genere la obligación de indemnizar con motivo de un supuesto despido.
Finalmente, respecto a lo que atañe al feriado proporcional, reconoce adeudar la
suma de $918.053, suma que debe ser compensada con aquellas que el trabajador
adeuda al Banco con motivo del contrato de trabajo, las que ascienden a la cantidad
de $118.143 por reliquidación de remuneraciones y $945.051 por concepto de
préstamos a empleados, por lo que opone al efecto la excepción de compensación de
los artículos 1655 y siguientes del Código Civil, porque concurren todos y cada uno de
los
requisitos
necesarios
para
ello.
Solicita tener por contestada la demanda de tutela y, subsidiariamente, la de despido
injustificado, y rechazarlas ambas, en todas sus partes, con costas.
RESPECTO
EXCEPCION
DE
COMPENSACIÓN:
DÉCIMO SEGUNDO: Que en la audiencia preparatoria, a la cual asisten ambas
partes, se confiere traslado al demandante respecto a las excepciones de
incompetencia y compensación opuestas, evacuando sólo el referido a la primera de
ellas, la cual el tribunal resuelve de inmediato rechazando la excepción de
incompetencia; y respecto a la de compensación, no obstante no haberse evacuado el
traslado conferido por la demandante, deja su resolución definitiva.
DÉCIMO TERCERO: Que el demandado para acreditar la compensación que opone,
rindió la siguiente prueba documental: informe de vacaciones emitido Recursos
Humanos de la demandada, de 14 de octubre de 2009, donde se indica como
vacaciones pendientes 16 días, días de derecho 18, saldo anterior, 6 días; resumen
informativo de indemnizaciones por término de contrato de trabajo, emitida por
Recurso Humanos del Banco de Chile, de 15 de octubre de 2009, a nombre del
trabajador, sin firma de éste, donde se indica como monto a pagar por indemnización
feriado legal pendiente y proporcional la suma de $918.053, y luego aparece un ítem
de reliquidación remuneración por $118.143 y préstamo empleados por $826.908,
total descuentos $945.051, por lo que el total de haber es un saldo negativo para el
demandante de $26.998; un informe detallado de indemnización por feriado no
utilizado, emitido por Recursos Humanos, de la demandada, de 15 de octubre de
2009, a nombre del demandante, donde se señala como tiempo de servicios 21 años
7 meses 15 días, con un total por feriado de $918.053; y pagaré Nº 905866, a plazo
en cuotas, emitido por la demandada, por la suma de $901.283, pagadero en 36
cuotas a contar del 26 de julio de 2009, suscrito por el demandante el 9 de julio de
2009, en el cual se señala que en caso de simple retardo y/o mora en el pago el
Banco de Chile se entenderá facultado para considerar de plazo vencido y exigible la
obligación en su totalidad, pudiendo incluso proceder al protesto de ese documento
por su saldo total insoluto; además, una liquidación de deuda emitida por la
demandada al 7 de enero de 2010, a nombre del demandante, por crédito Nº 5866,
que señala como saldo capital vigente $26.998 y total a pagar $27.246. Además,
solicitó y obtuvo la confesional del demandante quien preguntado respecto a si el
Banco de Chile le otorgó un préstamo por $901.283, señala que si, el cual era
pagadero en cuotas a partir de julio de 2009 y por él firmó el pagaré que se le exhibe y
es
el
acompañado
por
la
demandada.
DÉCIMO CUARTO: Que para efectos que opere la compensación se requiere que se
trate de deudas recíprocas de dinero, líquidas y actualmente exigibles. Que en la
demandada opone dicha excepción al pago de feriado proporcional que reconoce
adeudar al demandante, fundado en que éste adeuda al Banco con motivo del
contrato de trabajo, la cantidad de $118.143 por reliquidación de remuneraciones y
$945.051
por
concepto
de
préstamos
a
empleados.
Que dicha excepción no puede ser acogida toda vez que respecto a la llamada
reliquidación de remuneraciones adjunto como prueba un resumen informativo emitido
por la propia demandada en que se señala dicho concepto sin que en dicho
documento se indique a que se refiere, si es por anticipos u otro concepto que sea
actualmente exigible al trabajador; en lo que concierne al préstamo por la suma de
$945.051, tampoco acredito la procedencia del mismo toda vez que acompañó un
pagaré por una suma distinta –$901.283–, el cual el demandante reconoce haber
firmado y que el mismo es pagadero en 36 cuotas y la demandada no acreditó
correspondiéndole hacerlo que el actor estuviera en mora del mismo, para efectos de
hacer procedente la compensación en términos de ser actualmente exigible su cobro,
de acuerdo a lo dispuesto en los artículos 1655 y 1656 del Código Civil, más aún al
haber acompañado una liquidación de deuda por la suma de $27.246, que no
concuerda con el pagaré ni con el préstamo al que alude la demandada en su libelo
de contestación, razones por las cuales se rechazara la compensación alegada.
RESPECTO
DEL
FONDO:
DÉCIMO QUINTO: Que en la audiencia preparatoria, efectuado el llamado a
conciliación ésta no se produce por no haber arribado a acuerdo las partes. Sin
embargo, la demandada no controvierte los siguientes hechos, los cuales el tribunal
tiene por no discutidos y a los cuales las partes no se oponen, a saber, que entre las
partes existió una relación laboral la cual se inicio el 8 de febrero de 1988 y concluyó
el 23 de septiembre de 2009, y que la remuneración pactada por los servicios
prestados por el demandante ascendía a la suma de $614.000.
DÉCIMO SEXTO: Que, en la referida audiencia se fijaron los siguientes hechos a
probar: (1) efectividad que el actor suscribió renuncia bajo presión intolerable de parte
de don Patricio Alvear y don Fernando Fuentealba, funcionarios del Banco de Chile;
(2) en su caso, daños o perjuicios sufridos por el actor a consecuencia del actuar de
los representantes de la demandada; (3) efectividad de haber operado una
compensación respecto del feriado proporcional adeudado a la parte demandante; (4)
efectividad que el despido del actor si asì se decretare, fue con vulneración de sus
derechos fundamentales; y, (5) efectividad de haber tomado el actor un sobre que
contenía
$80.000.
Y efectuado el control de admisibilidad y pertinencia de las pruebas ofrecidas por las
partes,
se
estimaron
admisibles
las
siguientes
pruebas:
Del demandante: documental consistente en el Reglamento Interno de Orden, Higiene
y Seguridad del Banco de Chile, con especial referencia a sus artículos 33, 36, 44, 45
y 62; Código de Ética de Banco de Chile, en especial la parte referida a
Investigaciones y final; documento del Organismo de seguridad interno del Banco
Chile (O.S.I.), respecto a obligaciones del vigilante privado en sus funciones; Anexo
circular Nº 7063, de 16 de enero de 2007, del Banco de Chile, que contiene formulario
de especies encontradas al interior del Banco y manual de seguridad sobre las
funciones que tiene que cumplir un vigilante; y anexos de contrato de trabajo desde el
29 de octubre de 1993 hasta el último suscrito que fue 7 de noviembre de 2003. Y
testimonial que hizo consistir en las declaraciones de los testigos Marco Bonnefoy
Muñoz y Andrea Riquelme Beltrán, ambos trabajadores de la demandada y dirigentes
sindicales.
De la demandada: documental consistente en declaración jurada del actor de fecha 23
de septiembre de 2009; carta de fecha 22 de septiembre de 2009 suscrita con firma
del actor; informe de vacaciones del actor, emitido por la demandada; resumen
informe de las indemnizaciones por término de contrato de trabajo del actor; copia
contrato de trabajo de actor de fecha 1 de junio de 2006, anexo de actualización de
ese contrato de 15 de marzo de 2001, anexo de actualización del contrato de trabajo
de fecha 28 de agosto de 2002, anexo de actualización de contrato de fecha 17 de
noviembre de 2003, anexo de actualización de contrato de fecha 23 de agosto de
2006 y anexo de contrato individual de trabajo de fecha 1 de febrero de 2007; copia
del pagaré a plazo en cuotas suscrito por el actor bajo su firma con fecha 9 de junio
del año 2009, en el cual consta el otorgamiento de un crédito por $ 901.283,
pagaderos en 36 cuotas a contar del día 26 de julio del año 2009; liquidación de la
deuda al 7 de enero del año 2010 confeccionada por el Banco. Absolución de
posiciones o confesional del actor don Jaime Alfonso González Cancino. Y ofreció
pero se desistió en la audiencia de juicio las declaraciones de los testigos Fernando
Fuentealba Peñailillo, Hernán Patricio Alvear Rodríguez y Carlos Patricio Prieto Rios.
Un video de seguridad grabado en el hall de la sucursal de Puente Alto, de fecha 1 de
septiembre de 2009, a las 14.23 horas, el cual fue exhibido a las partes en la
audiencia de juicio, quienes hicieron las observaciones que se registraron en audio.
DÉCIMO SÉPTIMO: Que en la audiencia de juicio se rindió primero la prueba de la
parte demandante, toda vez que no obstante señalarse que se trataría de un despido
con vulneración de garantías fundamentales, la demandada negó tal hecho señalando
que el término de la relación laboral se debió a renuncia voluntaria del demandante, y
por tratarse de una acción de tutela de derechos fundamentales del trabajador
regulada por el párrafo VI del Título II del Libro V del Código del Trabajo, se impone al
demandante, como exigencia mínima probatoria, aportar antecedentes que
constituyan indicios suficientes del acaecimiento de los hechos que se denuncian
como constitutivos de la vulneración de derechos fundamentales, correspondiéndole
acreditar o explicar la demandada –cumplida la exigencia antedicha por el
denunciante– la justificación y proporcionalidad de las medidas adoptadas.
Que el demandante señala en su demanda que debido al hostigamiento injusto y
desmedido y a las amenazas proferidas por la demandada, a través de sus
empleados señores Fuentealba y Alvear, firmó instrumentos que pusieron término a
su relación laboral, los que no tienen valides por haber sido obtenidos con vulneración
de sus garantías constitucionales de integridad síquica y derecho a la honra y honor.
Que como indicio de lo anterior adjunta contrato de trabajo y anexos, que data de 8 de
febrero de 1988 –lo que por lo demás es reconocido por la demandada–, en funciones
de vigilante privado; declaración jurada. El Reglamento Interno de orden, higiene y
seguridad de la demandada, el cual en su preámbulo señala sus objetivos, cuales son
establecer normas que fijen una relación armónica entre el Banco y sus trabajadores,
informar a los trabajadores sobre sus derechos y obligaciones así como los derechos
y obligaciones del Banco para con sus trabajadores, y los alcances del mismo, en su
título octavo se trata de las normas de conducta y conflicto de intereses, donde se
establecen principios de conducta general que todos los trabajadores del Banco,
independiente del nivel jerárquico que represente, deben cumplir y aplicar en cada
una de sus acciones, entre ellas destaca “Actuar con los demás de la misma forma en
que esperamos que ellos lo hagan con nosotros, evitando conflictos entre los
intereses personales, los del proveedor, los del cliente y los de la institución , “aceptar
la responsabilidad individual de cada decisión, sin tratar de encubrirla con el
anonimato que pueda brindar el operar bajo la reputación del Banco o sus filiales ,
“Respetar rigurosamente la libertad individual y exigir de cada uno el máximo respeto
a la libertad de los demás, absteniéndose de patrocinar políticas o ideologías de
cualquier tipo, en el cumplimiento de las obligaciones institucionales . En el título
noveno se trata de las obligaciones y prohibiciones, y se señalan formas de actuar
ante reclamos o quejas del público y en su artículo 35 letra d1) se dispone que “en el
marco de un adecuado ambiente de control interno…, el Banco… ha acordado un
procedimiento para la recepción y examen de los reclamos y/o reportes efectuados
por los trabajadores…, referidas a materias de orden contable/financiero… . Además,
en este artículo se señala “El Trabajador que constate situaciones como las descritas
deberá reclamar y/o reportarlas en forma oportuna mediante el siguiente
procedimiento: , el cual se detalla en tres puntos, que básicamente consiste en que se
recepciona dicho reclamo y/o reporte por el Gerente de División de Control de
Riesgos, tomando conocimiento de los hechos que constituyen la situación
aparentemente irregular, reclamo o reporte que puede hacerse por cualquier medio
que se estime pertinente, que tales reclamos procederán en caso que ello afecte al
reclamante e indirectamente al Banco y los reportes en caso que los actos afecten en
forma directa el interés patrimonial o imagen del Banco, y que los actos u omisiones
objeto del reclamo y/o reporte deben ser cometidos por los trabajadores del Banco en
su condición de tales, deben ser fundados y apoyarse en antecedentes que hagan
presumir la ocurrencia de ciertos hechos. Dicho reclamo y/o reporte será tratado en
forma confidencial y reservada, respecto de quien entrega la información, cualquiera
sea la conclusión una vez terminado su examen y que la información será materia de
análisis por la Gerencia de Control de Riesgo, si se comprueba la situación irregular,
se adoptarán las medidas que correspondan según la gravedad de la conductas y las
conclusiones y acciones correctivas serán puestas en conocimiento del Comité de
Auditoría.
Su artículo 36 trata las prohibiciones a los trabajadores, se añade que la comisión de
cualquiera de los actos especificados en los dos artículos precedentes, se
considerarán
faltas
graves
a
las
obligaciones
del
contrato.
El título décimo primero, de las informaciones, peticiones y reclamos, donde en su
artículo 43 se indica el procedimiento ha seguir por los trabajadores que presenten
reclamos
y
peticiones
de
carácter
individual.
El título décimo segundo, de las sanciones y terminación de contrato, en su artículo 44
se indica las sanciones por infracción a las normas establecidas en el Reglamento, las
que irán desde amonestación verbal o escrita y multas. Y en su artículo 45, se indica
que las medidas disciplinarias serán decididas por el jefe directo en virtud de haber
comprobado previamente los hechos y antecedentes que respalden la medida,
situación que podrá en conocimiento del Gerente de división correspondiente y, de la
Gerencia de Recursos Humanos para la aplicación efectiva de la sanción.
Que asimismo incorporó como prueba documental el Código de Ética de la
demandada, que en su prólogo contiene los principios y política generales que deben
guiar el actuar ético profesional de todos los empleados de la organización, y que su
objetivo es resguardar los valores que se consideran fundamentales para la recta
conducción de los negocios y administración de la Institución, en concordancia con la
Filosofía Corporativa del Banco; se indican los principios generales y objetivos de la
institución, las normas que obligan a todo empleado a respetarlo y denunciar cualquier
intento de sobrepasarlo; que este instrumento tiene por objetivo principal fijar el marco
ético general en el desempeño laboral en todas y cada una de las actividades de la
institución; que cada uno de los integrantes del Banco debe hacer ejercicio
responsable de las atribuciones y actuar de manera correcta; que es un deber asumir
la responsabilidad individual de poner en conocimiento de la Gerencia respectiva o la
División de Recursos Humanos, los hechos que generen algún grado de dificultad
ética en la toma de decisiones; y que el Banco “no puede prever la totalidad de los
problemas que pudieren surgir. Si el empleado no está seguro de lo que debe hacer
en cualquier situación, deberá buscar información y orientación adicionales antes de
actuar , utilizando su buen juicio y sentido común; si tiene duda con respecto al mejor
curso de acción que se debe tomar en una situación específica, o si sospecha o tiene
conocimiento de la posible violación de alguna ley, regla o norma ética del Banco,
deberá comunicarse de inmediato con su jefe directo, el consultor de Recursos
Humanos asignado a su Unidad o con el presidente del Comité de Etica. Es así como
se establecen principios respecto a las finanzas personales del trabajador; al conflicto
de intereses del mismo, regulando la relación personal con clientes, las atenciones y
regalos, la entrega de obsequios y regalos corporativos, la relación con proveedores,
los gastos a rendir y viáticos, el uso de información privilegiada y las relaciones
personales con postulantes. El manejo de información confidencial, y dentro de ello, el
resguardo de información y las restricciones en el flujo de la información. Las
actuaciones en nombre del Banco, dentro de ello la responsabilidad individual, la
responsabilidad laboral, las publicaciones y presentaciones públicas, el nombramiento
y cargos de orden cívico y el ejercicio de atribuciones. Los negocios ilegítimos y
prevención de lavados de activos. La integridad personal, señalando expresamente
que la institución exige respeto a la dignidad de todos sus colaboradores, y de éstos
una conducta honesta y responsable en todos los ámbitos del quehacer diario.
Y en su penúltimo ítem, trata sobre las investigaciones, señalando “Es un deber
cooperar plenamente con cualquier investigación interna o externa debidamente
autorizada, incluyendo, entre otras, aquellas relacionadas con problemas de carácter
ético, o con demandas legales de cualquier tipo. Hacer declaraciones falsas o
engañosas a auditores internos o externos, a la Fiscalía de Banco de Chile, o bien a
los representantes o las entidades reguladoras de Banco de Chile, puede ser causa
suficiente de desvinculación o de cese de cualquier relación laboral con Banco de
Chile. Nunca deberá retener o dejar de comunicar cualquier información referente a
problemas de ética que, por tal motivo, debiera ser puesta a consideración de los
niveles
gerenciales
correspondientes
.
Finalmente señala la normativa de cumplimiento, expresando que las disposiciones
contenidas en dicho Código son obligatorias para todos los empleados del Banco y
que complementan lo dispuesto en el Contrato de trabajo, en el Reglamento Interno
de Orden, Higiene y seguridad, normas legales y reglamentos de procedimiento
interno
vigentes
o
que
se
dicten
en
el
futuro.
DECIMO OCTAVO: Que además incorporó el documento emitido por la División
Control de Riesgos, Área de Seguridad, del Banco de Chile, Departamento de
Seguridad de Instalaciones, llamado organismo de seguridad interno, que trata de las
medidas de seguridad internas de la oficina, con los planes de acción a llevar a cabo
por los vigilantes privados, trabajadores y otros ante situaciones tales como asalto,
presencia o denuncia de artefactos explosivos, ante desastres naturales y otros; y el
plan de acción para apertura y cierre de oficinas, en especial referido al momento de
cierre se indica que a las 14.00 horas, momento de cierre del horario de atención de
público, se deben mantener todas las medidas de seguridad hasta que hubiere salido
el último cliente, manteniéndose el vigilante dando cobertura al hall y recinto de cajas.
También se contempla el plan de evacuación para emergencias. Acompañé e
incorporó Anexo Circular Nª 7063, de 16 de enero de 2007, sobre procedimiento que
rige en el tratamiento de especies o dinero encontrados en el Banco, señalando que
cuando se encuentre especies o dinero de terceros en dependencias del Banco, se
deberá dar cuenta del hecho al Jefe de Operaciones, quien deberá levantar un acta,
firmado por éste y quien la entrega; debiendo el Jefe de Operaciones agotar Las
diligencias tendientes a ubicar a su dueño, y señalando el procedimiento a seguir en
tales casos, con un modelo de acta circunstanciada confeccionada al efecto, y
formulario emitido por el Jefe de Unidad Vigilancia Zona metropolitana Sur del Banco,
don
Fernando
Elías
Fuentealba
Peñailillo
DECIMO NOVENO: Rindió testimonial que hizo consistir en las declaraciones de los
testigos Marco Bonnefoy Muñoz y Andrea Riquelme Beltrán, quienes están contestes
en señalar que conocen al demandante porque trabajan en el Banco, el primero es
vigilante privado y conoce hace más de 20 años al demandante, la segunda es
ejecutiva del Banco y conoce al demandante en su calidad de dirigente sindical, ya
que el demandante pertenecía al sindicato; señalan que tomaron conocimiento de los
hechos por dichos del propio demandante, pero además el primero señala que se
enteró en un curso en el cual participó hasta diciembre, con otros vigilantes, en Duoc;
que el demandante fue obligado a firmar su renuncia bajo presión por la jefatura de
seguridad, ya que había sido interrogado en una oficina cerrada de Puente Alto, por el
Jefe de seguridad, Patricio Alvear, y el jefe de unidad de vigilancia, Fernando
Fuentealba, en un contexto de mucha presión y amenazas; que si no confesaba, ya
que habían pruebas contundentes sobre un ilícito que habría cometido, sino iba a ser
traspasado a la unidad de fraude del Banco y después de eso una querella contra él,
que debía pensar en la repercusión que tendría todo esto para su familia; que si no
firmaba iba a ser esposado y sacado así por la policía de la oficina; que tal proceder
es una situación habitual, esto es, presión sicológica que atenta básicamente en la
moral y dignidad del trabajador, decirle que va a salir con los papeles manchados y no
va a poder trabajar nunca más y si postulan a alguna parte y piden recomendación
ellos informaran de esta situación; incluso en el caso del demandante, Patricio Alvear
se había comprometido que si firmaba la renuncia él le aseguraba la indemnización
legal, 11 años que era lo que le correspondía en este caso, o podían ser 21 años
porque ellos tienen un beneficio adicional en el convenio colectivo que podían haberle
extendido la totalidad de los años, y también le daba la posibilidad de que lo podía
postular al Banco BCI para que trabajara como vigilante privado en la medida que él
firmara al día siguiente en la notaria su renuncia voluntaria al Banco. Señalan que la
trayectoria del demandante y su desempeñó como vigilante privado en el Banco
siempre fue destacada, incluso en varias oportunidades fue compañero destacado por
ello; que la empresa también lo reconoció por su desempeño. Ambos testigos son
dirigentes sindicales de la empresa demandada y señalan que en tal calidad han
tomado conocimiento de estas prácticas que se han instaurado, y que en el año 2007,
a raíz del robo en la oficina San Pablo, se realizó un interrogatorio por más de 9 horas
a los dos funcionarios encargados del cierre de la misma y el Banco realizó esta
investigación a través de personal de seguridad, con experiencia policial, quienes
interrogaron por 9 horas a estos funcionarios, con un hostigamiento permanente y
actualmente dicha situación está en espera de la resolución del juicio. Fue un
interrogatorio, sin ninguna posibilidad de representación, sólo personal del Banco, no
se dejo que estuviera un dirigente sindical o abogado. Añaden que incluso en otra una
oportunidad cuando la testigo Andrea Riquelme, en su calidad de dirigente sindical,
trató de participar en una de estas reuniones respecto de otro trabajador, de inmediato
se canceló la misma y no se realizó. Y que se ha instaurado en el Banco de Chile un
procedimiento de interrogatorios permanentes, impidiendo la posibilidad de un
procedimiento en el cual los trabajadores pudieran defenderse y tener un juicio justo;
el testigo Bonnefoy señala que estos interrogatorios son de improvisto, a puertas
cerradas, son con una situación de hostigamiento inmediato, se les dice que son
causantes o tienen una situación de delito y por lo tanto existen pruebas visuales o
escritas que los culpan por ende sólo les queda reconocer el hecho o sino después
tendrán las consecuencias posteriores de que sean detenidos y sacados esposados
en
general.
El testigo Bonnefoy señala que el procedimiento establecido en el Banco en caso de
encontrar algo y no informar o de sorprender a un trabajador tomando algo que no le
pertenece, es dar cuenta a la auditoría del Banco para que realicen la investigación
correspondiente; en la sucursal se avisa al jefe de gestión de la oficina, quien deja
constancia en el libro de novedades, y también se avisa al jefe de guardias y ellos
canalizan la información a contraloría –los auditores dependen de contraloría del
Banco–. Son los auditores del Banco los que deben hacer esa investigación, pero los
jefes de seguridad se han arrogado una función que no les pertenece. En el Banco
funciona diferentes líneas, él depende del Departamento de Seguridad y el jefe de
gestión depende de Operaciones, de la Banca de personas. Que si se sorprende a
alguien del banco tomando algo que no le pertenece, el procedimiento es el que
acaba de señalar, y allí pasa a Contraloría, que realiza la investigación, no le consta
que exista un procedimiento escrito respecto a la forma de tal investigación, aunque
existe en el reglamento interno un procedimiento, que pasa a Contraloría y el
trabajador debe prestar la máxima cooperación. Añade que en el caso de las
personas que habrían interrogado al demandante el día de los hechos, ellas son parte
de contraloría, son un área de la misma, pero no tienen la facultad para hacer ese tipo
de investigación. El tenor de la investigación, es que la hace contraloría con los
antecedentes que le entrega seguridad. Desconoce cuanto tiempo lleva esa
investigación, desconoce si existe un tiempo determinado para esa investigación, lo
que sabe es que los casos que han pasado a Contraloría, son de monto mayor, como
el caso de estafa de Villarica. El procedimiento es que auditoría hace una
investigación y las consultas a los involucrados, pero no existe un procedimiento en el
Banco de Chile en el cual el trabajador tiene la posibilidad de realizar sus descargos y
hacer su defensa, aclare que no se aplica tal procedimiento, y ello le consta por el
conocimiento que tiene como dirigente sindical, por los hechos del año 2007 y otro el
2009 respecto de un trabajador al que se le imputa haber robado una llave, y que fue
el mismo método usado con el demandante. Señala que Patricio Alvear, es jefe de
seguridad e instalaciones. Que un brazo de Contraloría, es el área de seguridad
donde está don Osvaldo González, ex Coronel de Carabineros, y después viene don
Patricio Alvear. Y Fernando Fuentealba es jefe de seguridad. Las declaraciones que le
han hecho sus colegas vigilantes, es el mismo, llegan estas dos personas, lo toman
por sorpresa, lo llevan a una oficina y comienza el hostigamiento de inmediato. Como
sindicato no han realizado denuncias o fiscalización a la Inspección del trabajo, pero
han representado su molestia por escrito a Gerencia General y de Recursos
Humanos, por la situación de San Pablo, y básicamente porque no existía como
probar este método, ya que no existía este procedimiento de tutela.
La segunda testigo señala que el demandante concurrió a hablar con ella el día que
fue a buscar su finiquito al Banco y allí se enteró de los hechos ya relatados; que por
Reglamento interno y Código de Ética los trabajadores tienen obligación de prestar
declaración, cuando hay una investigación detrás, y en el Reglamento se señala el
procedimiento en esos casos es dar aviso al departamento correspondiente, que es
Contraloría, que hace una investigación interna pero no está especificado como se
realiza. Si el cliente reclama, es en la sucursal ante el jefe de operaciones quien toma
los antecedentes, los informa al departamento de Control de Riesgos, fraudes. Hay un
jefe, contralores que interrogan a los afectados. Que Patricio Alvear es jefe del
departamento de seguridad del Banco, no forma parte de los contralores y Fernando
Fuentealba es el jefe de los vigilantes, y los vigilantes tiene dos personas a quienes
informar, al jefe de operaciones de la sucursal y a su jefe directo. Señala que en el
caso de los vigilantes, existe una especie de relación de subordinación de los
vigilantes con la jefatura de seguridad del Banco, porque quienes detentan tales
cargos son generalmente personas de las fuerzas armadas y por eso existe una
relación de dependencia o subordinación de dichos trabajadores. Añade que ha tenido
otros casos de personas que han llegado en la misma situación que el demandante al
Sindicato, incluso una vez como dirigente sindical le tocó conocer el caso de una
trabajadora de la sucursal plaza de Valdivia, quien llamó urgente al sindicato
señalando que habían llegado los auditores y la iban a interrogar y que ella no iba a
prestar declaración si no estaba presente un dirigente, ellos parten al lugar y al llegar
los atiende el jefe de operaciones y les dice que no pueden entrar, luego salen los
auditores
y
se
retiran
y
no
realizan
el
interrogatorio.
VIGÉSIMO: Que, por su parte, la demandada alega que no hubo despido sino
renuncia voluntaria y por lo mismo no hay vulneración de garantías constitucionales,
al efecto rinde la prueba documental individualizada en el motivo décimo sexto de esta
sentencia, que hace consistir básicamente en la declaración de renuncia del
demandante, donde aparece que el trabajador señala que a contar del 23 de
septiembre de 2009 renuncia voluntariamente a su trabajo que desempeñaba como
vigilante para la demandada, por razones personales, firmada por éste y reconocida
su firma en la absolución de posiciones, y en dicho documento se indica que se firmó
ante Notario Público. Además, acompaña la carta de fecha 22 de septiembre, dirigida
a Fernando Fuentealba, firmada por el demandante, en la cual informa que el día 1 de
septiembre de 2009, en ronda efectuada después de las 14.00 horas, en la oficina de
Puente Alto, encontró un sobre en el mesón de atención a público que contenía
$80.000, el cual no informó a su debido tiempo y que tiene problemas económicos, y
arrepentido de ello tomó la decisión de devolver el dinero a su dueña, haciendo
presente que en su 21 años trabajando en la institución no ha tenido falta alguna.
Además, incorporó y exhibió un video de seguridad de los hechos acaecidos el 1 de
septiembre de 2009, en la sucursal Puente Alto del Banco de Chile, alrededor de las
14.23 horas, que consta de tres tomas diferentes del lugar donde habría ocurrido lo
hechos, el cual exhibido al demandante, reconoce en su absolución de posiciones que
la persona que se divisa en el mismo con un gorro y uniforme es él, pero que no tomó
un sobre con $80.000 en su interior, las imágenes que vio el tribunal corresponden, la
primera toma el hall de la sucursal de Puente alto, sección cajas, se divisa en esa
sección a una mujer cerca de un mesón, hay una serie de papeles, luego se retira, no
se ve gente alrededor de esa sección, pero si un guardia de seguridad que se acerca,
revisa el sector del mesón aludido, hay papeles, se ve movimiento como que saca y
deja otras cosas, luego queda de espaldas a la cámara un rato, se devuelve y deja
papeles en el mesón y guarda algo en el bolsillo izquierdo del pantalón, pero no se
divisa que. La siguiente toma, de la misma sucursal y día, el primer acercamiento a
las 14.25 se ve el interior de una caja y unas personas trabajando, más allá el hall con
el señalamiento de las filas de las personas, más al fondo una escalera, y en medio
de ello un mesón, donde se divisa una figura que no se distingue su sexo ni color de
vestimenta, la imagen es poco nítida en el área a observar; la demandada señala que
la imagen corresponde a la misma anterior, pero de frente; solamente se ve en una
parte muy oscura que hay una persona aparentemente manipulando algo sobre un
mesón, pero más allá de ello la imagen es poco clara. La tercera y última toma, del
mismo lugar y fecha, se divisa el hall de acceso al mismo, se ve vacío, en un principio
había dos personas en el mesón que se ven al fondo de la imagen, posteriormente se
ve a una persona que se retira y que hay otra persona en la puerta aparentemente
cerrándola y luego esta persona se acerca al mesón y luego la imagen es confusa,
pero se ve que esta persona se acerca al mesón y hace algo.
VIGÉSIMO PRIMERO: Que con la prueba aportadas por las partes y referida en los
considerandos precedentes, unido a ello lo señalado en los respectivos escritos de
demanda y contestación, consta que el término de la relación laboral del demandante
se dio en el contexto de los hechos acaecidos el 1 de septiembre de 2009, esto es
que se habría presentado un reclamo por una cliente respecto a un dinero en un sobre
que se le habría quedado olvidado en el mesón de la sucursal de Puente Alto; que por
tales hechos el Jefe de sucursal informó al área de Seguridad, que posteriormente el
22 de septiembre se presentó en la sucursal Fernando Fuentealba, jefe de seguridad
del Banco, quien habló primero con el Jefe de la misma y luego de hablar con el actor,
éste habría presentado la carta donde reconoce los hechos y su renuncia que
posteriormente el día 23 de septiembre firma ante Notario y entrega un cheque por la
suma
de
$80.000.
VIGESIMO SEGUNDO: Que en el procedimiento de tutela, como ya se señaló, el
trabajador sólo debe aportar indicios de que se ha producido la conducta lesiva
denunciada, es decir, debe generar la “sospecha razonable en el Juzgador que tal
situación ha acaecido, por cuanto el legislador ha reconocido que en esta área del
derecho existe una desigualdad de armas entre las partes, toda vez que es el
empleador quien por lo general tiene el dominio de las pruebas, por ello para la
protección eficaz de los derechos fundamentales del trabajador, se aliviana la carga
probatoria
de
éste
en
los
términos
ya
referidos.
Que en este caso, el trabajador ha logrado acreditar que el día 22 de septiembre de
2009 se presentaron en la sucursal de Puente Alto dos personas del área de
seguridad del Banco –señores Alvear y Fuentealba–, quienes previamente hablan con
el jefe de la sucursal y posteriormente con él, y después de ello él presenta su
renuncia y carta de reconocimiento de los hechos acaecidos el 1 de septiembre de
2009. Que, asimismo, ha acreditado que en dicho Banco se realiza investigación de
hechos irregulares por personas encargadas del área de seguridad, quienes proceden
interrogan a los trabajadores involucrados a solas, sin permitirles ser asesorados por
un dirigente; que el procedimiento a seguir establecido en el Reglamento Interno para
la investigación de hechos irregulares o ilícitos cometidos por trabajadores, no es
claro y tampoco se aplica en la forma establecida, toda vez que en dicho Reglamente
se establecen varios procedimientos, a saber, a) en el caso de queja o reclamo del
público, se deberá reportar inmediatamente a su jefe directo (Artículo 35 letra g); b)
respecto de toda falta o irregularidad que se detecte, debe ser puesta de inmediato en
conocimiento de su supervisor directo o de la jefatura inmediatamente superior del
infractor (Artículo 35 letra i, inciso 1°); c) en caso de cualquier observación o reclamo
que formule el público o clientes sobre los servicios o productos del Banco, o de
cualquier iniciativa conducente a la mejor atención de los clientes, deberá informar de
inmediato a la Administración, verbalmente o por escrito (inciso 2° letra i, Aº 35); d) la
recepción y reclamos y/o reportes de los trabajadores, referidas a materiales de orden
contable/financiero, entre ellos actos u omisiones que constituyan debilidades
manifiestas o graves de control interno o acciones aparentemente fraudulentas, ilícitas
o contrarias al Manuel de ética, se debe recepcionar el reclamo o reporte por el
Gerente de División de Control de Riesgo, quien tomará conocimiento de los hechos y
de las razones por las cuales se estima que ellos configuran irregularidad, tales
reclamos o reportes deben ser fundados, apoyarse en antecedentes que hagan
presumir su ocurrencia; será tratado en forma confidencial y reservada, y la
información proporcionada será materia de análisis e investigación por la Gerencia de
Control de Riesgo, y si ello se comprueba, después de las indagaciones e informes
respectivos de quienes intervienen en los hechos objeto de la investigación, se
adoptaran las medidas que correspondan atendida la gravedad de las conductas
probadas en las instancias respectivas y dichas conclusiones y acciones correctivas
serán
puestas
en
conocimiento
del
Comité
de
Auditoría.
Que, además, el demandante acreditó ser un trabajador con más de veinte años de
servicios en la institución demandada, que había sido reconocido en varias
oportunidades por sus pares por su desempeño laboral e incluso había sido
reconocido por la propia demandada (así lo señalan los testigos de su parte, únicos
que
declararon
en
esta
causa).
Que en ese contexto, lo señalado por el demandante respecto a que la firma de la
renuncia y la carta en que reconoce haber tomado un sobre con dinero el 1 de
septiembre de 2009 desde el mesón del Banco, habrían sido efectuadas atendido la
conversación con los funcionarios de seguridad aludidos, quienes lo habrían
presionado señalando que si no lo hacía sus papeles quedarían manchados, sería
despedido por falta de probidad y pasado a la fiscalía del Banco, que su familia
quedaría desamparada, es razonable que haya ocurrido, por cuanto no se explica que
precisamente después de la conversación con ellos presentara su renuncia un
trabajador con más de veinte años de servicios en la empresa, con conducta
intachable, ejerciendo sus labores en una sucursal de alto riesgo –que por lo mismo
necesita el personal más idóneo y capacitado–, y más aún que redactara una carta
reconociendo los hechos el 22 de septiembre y enviada ese mismo día precisamente
a una de las personas que fue a la sucursal a “conversar con él, en circunstancias que
al
día
siguiente
presenta
su
renuncia.
VIGÉSIMO TERCERO: Que, analizando los descargos de la demandada, ellos se
fundan en que hubo una renuncia voluntaria, que cumple los requisitos legales de
haber sido prestada ante Notario y por lo mismo no hubo despido ni habría conducta
vulneratoria con ocasión del despido, ya que este nunca existió; que el demandante
no puede desconocer el poder liberatorio del mismo, toda vez que lo firmó libre y
espontáneamente, sin que existiese en el mismo algún vicio del consentimiento como
dolo o fuerza moral, toda vez que su parte jamás amenazó al demandante y menos de
una forma que afectara gravemente su consentimiento y voluntad. Pero, como ya se
ha señalado, para esta sentenciadora ha quedado establecido que se ejerció presión
sobre el trabajador para obtener una manifestación de voluntad en un sentido
determinado –su renuncia–, al concurrir dos personas de cargos superiores,
encargados de la seguridad de la empresa, sometiéndolo a un interrogatorio sin
permitirle derecho a defensa, aduciendo tener pruebas fehacientes en su contra, que
nunca le exhibieron, señalando que si no renunciaba no sólo lo despedirían por falta
de probidad sino que sus papeles quedarían manchados y no podría trabajar más y su
familia quedaría desamparada, circunstancias todas que afectaron su integridad
síquica, la que alude precisamente a la cualidad de todo individuo de ser merecedor
de respeto, sin que nadie pueda, en principio, interferir con él o con sus decisiones
respecto de él, de manera tal que el sujeto tiene autonomía personal y está facultado
para decir a su respecto, y en el caso específico de autos en que dentro de un
contexto laboral, tales personas tienen una posición de verticalidad a su respecto, lo
presionan para obtener un resultado, restringiendo así aún más su autonomía de
voluntad, afectando no sólo su estado de ánimo, sino que perturbando su capacidad
volitiva; en circunstancias que como representantes de la empleadora tenían el poder
coercitivo para realizar una investigación dentro de los propios márgenes fijados por el
Banco en su Reglamento Interno y Código de ética, esto es, respetando al trabajador
y a su dignidad como persona, y, en último caso, su facultad de efectuar el despido
derechamente por haber incurrido éste en una causal de caducidad. La demandada,
dentro de su potestad de mando y dirección, puede sancionar las infracciones
cometidas por los trabajadores, desde una medida como una amonestación hasta la
medida más grave, el despido, pero no puede al amparo de dichas facultades vulnerar
sus derechos fundamentales, coaccionando al trabajador para obtener la conducta
que
él
quiere.
De manera tal que el acto materializado por el trabajador, consistente tanto en su
carta de 22 de septiembre en que reconoce los hechos, como la firma de su carta
renuncia de 23 de septiembre, no obstante haberla efectuado ante Ministro de fe, al
haber sido suscritas con vulneración de sus garantías constitucionales, es nulo y no
produce efecto alguno, por cuanto dicha determinación no fue por voluntad propia y
libre de presión en la decisión misma tomada por él, presión ejercida por los
funcionarios
de
la
demandada.
VIGESIMO CUARTO: Que por lo expuesto precedentemente, dado que la renuncia
del trabajador no fue dada en forma pura y simple, no condicionada, o exenta de todo
hecho o acto que obstaculice la libre expresión de su voluntad; sino que lo que gatilló
la misma fue la presión y hostigamiento por parte del empleador o sus jefaturas, el
término de la relación laboral se debió a la conducta desplegada por la propia
demandada, al vulnerar el derecho a la integridad síquica del demandante, en cuanto
autodeterminarse y decidir por sí mismo. Circunstancia que, a mayor abundamiento,
reviste certeza de haber ocurrido en la forma expuesta por el trabajador, toda vez si
como reconoce en su libelo de contestación tenía pruebas más que suficientes para
incriminarlo con la imputación de un hecho ilícito dentro de su prestación de servicios,
no era necesario recurrir a tales armas para obtener su desvinculación de la empresa,
bastaba con adoptar las medidas que el propio legislador le reconoce en cuanto
potestad de mando y dirección, que además regula el propio empleador en su
reglamento interno, esto es, amonestaciones, multas y hasta el despido sin derecho a
indemnización por haber incurrido en causal que lo justificaba. No era necesario
amedrentar, amenazar y colocar al trabajador en una situación de perturbación tal que
le impidió tomar una decisión libre, que en definitiva significaba la pérdida de
beneficios, logrando su desvinculación y sin derecho a pago de indemnización alguna
por
término
de
contrato.
Más aún la demandada no acreditó que los fundamentos de su decisión de concurrir a
la sucursal donde el demandante desempeñaba sus funciones, fuera otra que la de
presionar al trabajador para obtener su renuncia, toda vez que no allegó al proceso ni
la investigación ni los resultados de la misma por los hechos del 1 de septiembre de
2009, sólo adjunto un video, al cual se hizo referencia en el motivo vigésimo, donde
sólo se ve al demandante (porque así lo reconoce) tomando algo del mesón, sin lograr
distinguir qué es y menos si es un sobre con dinero, más aún cuando su labor es
precisamente revisar las instalaciones del Banco una vez cerrada la atención de
público; y respecto al reclamó de la cliente, no adjuntó mayores antecedentes y que
se hubiera realizado el procedimiento al que alude el reglamento interno cuando se
trata de reclamos de clientes. Y no obstante que el demandante habría reconocido en
su demanda haber otorgado un documento para reponer tal dinero, no es menos
cierto que señala expresamente que lo hizo en el contexto vulneratorio de sus
garantías
ya
asentado.
VIGESIMO QUINTO: Que por todo lo expuesto, se asienta en la convicción de esta
sentenciadora que existe un procedimiento investigativo difuso y poco claro para los
trabajadores, en cuanto es realizado por personal del Área de Seguridad de la
empresa, que sería parte de Contraloría de la empresa, el cual atendida sus destrezas
–en cuanto lo conforman personas que han pertenecido a alguna institución de orden
y seguridad–, se valen de interrogatorios en contexto de presión sicológica, a la
imputación de los hechos investigados, sin posibilidad de defensa o presencia de un
tercero que defienda al trabajador o formule sus descargos, recurriendo a insinuación
de desamparo en que quedaría la familia del trabajador, logrando así el dominio de la
situación y el control sicológico del interrogando, provocando en éste angustia y
temor.
VIGÉSIMO SEXTO: Que, en mérito de lo latamente expuesto, y que los indicios
acreditados en el proceso no han logrado ser desvirtuados por la denunciada, sólo
cabe concluir que lo que en realidad existió en los hechos fue un despido por parte del
empleador, materializado en una renuncia inválida, que fue obtenida acosando y
vulnerando gravemente los derechos fundamentales de un trabajador con más de 20
años de servicios en la institución, por lo que será acogida la demanda,
condenándose a la demanda a las prestaciones que se indicaran en lo resolutivo de
esta
sentencia.
VIGESIMO SÉPTIMO: Que habiendo reconocida la demandada adeudar el feriado
proporcional, no obstante haber opuesto al efecto excepción de compensación, la cual
fue rechazada por esta sentenciadora, se accederá al pago de la misma, limitando su
monto
a
lo
solicitado
por
la
demandante.
VIGÉSIMO OCTAVO: Que respecto a la demanda subsidiaria de despido injustificado,
no se emitirá pronunciamiento por haberse acogido la petición principal y ser
incompatible
con
lo
resuelto
precedentemente.
VIGÉSIMO NOVENO: Que la prueba rendida ha sido analizada conforme a las reglas
de
la
sana
crítica.
De acuerdo a las consideraciones antedichas, normas citadas y teniendo en vista
además lo que disponen los artículos 1° de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, Preámbulo de Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; Preámbulo y artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos; 11, Número 1 de la Convención Americana de Derechos Humanos; 1, 5, 6
inciso segundo, 19 de la Constitución Política de la República; 1, 2, 5, 7, 153, 154 y
siguientes, 420, 425, 432, 454, 455, 456, 459, 445, inciso primero, 485, 486, 490, 491,
493,
495
y
506
del
Código
del
Trabajo
se
declara
que:
I.– Que se rechaza la excepción de compensación deducida por la denunciada en su
escrito
de
contestación
de
la
demanda.
II.– Que se hace lugar a la demanda declarándose que la demandada Banco de Chile
S.A, representada legalmente por don Fernando Cañas Berkowist,, vulneró la
dignidad del demandante don Jaime Alfonso González Cancino, afectando su honra y
su integridad psíquica con ocasión del despido, materializado mediante una renuncia
inválida,
el
23
de
septiembre
de
2009.
III.– Que la demandada Banco de Chile S.A. deberá pagar al actor las siguientes
sumas:
a) $ 614.000, por indemnización prevista en el artículo 162, inciso cuarto.
b)
$
6.754.000,
por
indemnización
del
artículo
163,
inciso
segundo.
c) $3.684.000, correspondiente a recargo de 50% sobre indemnización anterior.
d) $3.684.000, correspondiente a indemnización adicional equivalente a 6
remuneraciones.
e)
$818.717,
por
feriado
proporcional.
Todas, con las actualizaciones del artículo 173 del Código del Trabajo.
IV.– Que se condena en costas a la demandada, las que se fijan y regulan en la suma
de
$
2.000.000.
V.– Ejecutoriada esta sentencia, remítase copia a la Dirección del Trabajo y cúmplase
lo dispuesto en ella, dentro de quinto día. En caso contrario, certifíquese dicha
circunstancia y pasen los antecedentes al Juzgado de Cobranza Laboral y Previsional.
Regístrese, notifíquese personalmente y dese copia a los abogados que concurran en
la fecha y hora indicada al efecto en la audiencia de juicio y, a quienes no
concurrieren,
por
correo
electrónico.
Archívese
RIT:
en
T
–
76–
su
2009
oportunidad.
RUC:
09–4–0029060–9
Dictada por doña Lorena Flores Canevaro, Juez Titular del Segundo Juzgado de
Letras
del
Trabajo
de
Santiago.
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