INTERESES, DEBER DE AJUSTARLOS, LÍMITES LEGALES Concepto 2010020852-001 del 29 de abril de 2010. Síntesis: Las entidades financieras están en la obligación de ajustar las tasas de intereses pactados cuando en el momento de su cobro las mismas excedan los límites legales. En la celebración de los contratos está prohibido a las parte pactar y cobrar intereses remuneratorios o moratorios que excedan los límites establecidos por la Ley. Dicha restricción lleva aparejada la obligación de adecuar, cuando sea necesario, el respectivo contrato con el fin de ajustar las tasas de interés a los límites legales permitidos por el ordenamiento jurídico. La revisión a la tasa de interés pactada se haría con la misma periodicidad con que esta Superintendencia certifica el Interés Bancario Corriente “IBC”, es decir, trimestralmente. «(…) consulta si una sociedad anónima cerrada que otorga créditos tiene el deber de revisar cada mes el interés de plazo pactado por las partes al inicio del contrato, con el fin de determinar si continúa acorde con el límite máximo certificado para la usura, por lo que pregunta si es posible que se configure usura en aquellos créditos que en su momento estaban dentro del límite pero que posteriormente superaron la tasa de usura. Sobre el particular, sea lo primero indicar que en materia de intereses la atribución 1 de esta Superintendencia se circunscribe exclusivamente a certificar el Interés Bancario Corriente – IBC- para las diferentes modalidades de crédito, esto es, microcrédito, de consumo y ordinario, el cual constituye el marco de referencia fijado por la ley para determinar el límite de la tasa de interés remuneratoria o moratoria permitida en los negocios jurídicos mercantiles. Asimismo, a esta Superintendencia no le corresponde establecer la configuración de los elementos constitutivos de la usura, ya que dicha facultad está reservada a los jueces de la República. No obstante lo anterior, se considera procedente efectuar los siguientes comentarios a título ilustrativo: Con ocasión del pronunciamiento efectuado por el Consejo de Estado el 5 de julio de 2000 con ponencia del magistrado César Hoyos Salazar, la Superintendencia Bancaria, hoy Superintendencia Financiera, expidió la Circular Externa 051 de 2000 (aplicable solamente a las entidades financieras), incorporada en el Capítulo I del Título II de la Circular Básica Jurídica No. 07 de 1996, a través de la cual se instruyó lo siguiente: -Modificaciones tasas de interés: Teniendo en cuenta que las partes no pueden desconocer en sus contratos las disposiciones legales de orden público y dado que las normas que imponen límites a las tasas de interés 1 De conformidad con lo previsto en el artículo 12 del Decreto 4327 de 2005 y el Decreto 519 de 2007 modificado por el Decreto 919 de 2008 y 1098 del 2009. que se cobren o reciban por préstamos de dinero son normas de esta naturaleza, los contratantes de estos negocios jurídicos deben atender la siguiente regla: Las modificaciones que presenten las tasas de interés durante la vida de préstamos pactados con los establecimientos de crédito, deben reflejarse en la correspondiente reducción de los montos convenidos al momento de la celebración de los contratos, cuando quiera que al momento de la causación de los réditos aquellos sobrepasen los límites correspondientes. Como se observa, las entidades financieras están en la obligación de ajustar las tasas de intereses pactados cuando en el momento de su cobro las mismas excedan los límites legales. Ahora bien, revisado el pronunciamiento del Consejo de Estado encontramos los siguientes apartes que se consideran pueden ser de interés y aplicables al caso bajo estudio: c) Se afirma que del contrato de mutuo derivan los establecimientos de crédito "derechos adquiridos" a exigir que los créditos otorgados con tasas fijas de interés se les paguen en las condiciones en las que fueron concedidos; y , en particular, a que se les cancelen los intereses a las tasas pactadas, sea cual sea la evolución del mercado de dinero. Vale decir, que no hay límite distinto del pactado por las partes al tiempo de la celebración del contrato. Los pretendidos derechos adquiridos, según esta tesis, se predican de ‘las tasas fijas pactadas’, las cuales darían lugar al pago de todo lo pactado, salvo excepción legal, conforme disponen los artículos 1627 y 1649 del Código Civil. Y, como para el caso de los préstamos concedidos por los establecimientos de crédito se estima que no hay excepción legal al pago idéntico, se concluye que no podrá vulnerarse el derecho adquirido a exigir el mismo. La tesis puede reducirse al siguiente argumento deductivo : Los contratos crean derechos adquiridos; es así que la tasa fija de intereses está estipulada en el contrato, entonces dicha tasa es un derecho adquirido. Para reforzarla se complementa con otro argumento deductivo : El contrato debe cumplirse conforme al tenor de la obligación pactada; es así que se pactó una tasa fija de intereses, luego debe pagarse la obligación conforme a esa tasa. Esto porque no hay excepción legal a la obligación de pagar lo dado en mutuo con los intereses pactados. Pero el problema de fondo no es la forma de hacer el pago, o los derechos adquiridos que pueden emanar de un contrato válidamente celebrado, sino si es lícito cobrar o recibir intereses que sobrepasen o excedan un monto establecido en normas de orden público. La solución de esta cuestión es, entonces, asunto previo al de los derechos adquiridos. Por tanto, el argumento se formula así : Las partes no pueden desconocer en sus contratos las disposiciones legales de orden público; las normas legales que imponen límites a las tasas de interés que se cobren o reciban por préstamos de dinero son normas de orden público, luego no se pueden desconocer en el contrato las normas legales que imponen límites a las tasas de interés que han de cobrarse o recibirse por préstamos de dinero. Así las cosas, la institución de los derechos adquiridos no puede ser el ropaje para encubrir la violación de normas de orden público porque, como afirma Josserand, "contra el orden público no hay, puede decirse, derechos adquiridos". Como se dijo, al analizar el tema de la autonomía de la voluntad y la libertad contractual, y al refutar la tesis sobre la intangibilidad del contrato celebrado, no pueden desconocerse las normas de orden público mediante un convenio entre particulares. Las leyes de orden público interesan más a la sociedad que a los hombres individualmente considerados, pues se inspiran en el interés general de aquella. De aquí, que su soporte sea el principio constitucional de la prevalencia del interés general (subrayado fuera del texto) 2 Teniendo en cuenta lo expresado por el Consejo de Estado en el precitado fallo, las normas que regulan el tema de intereses principalmente contenidas en el artículo 884 del Código de Comercio modificado por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999, el artículo 72 de la Ley 45 de 1990 y el artículo 305 del Código Penal, son de orden público, de modo que los límites establecidos por el legislador para el cobro de intereses se aplican de manera preferencial sobre la voluntad de los particulares. De acuerdo con lo expuesto, se concluye, entonces, que en la celebración de los contratos está prohibido a las parte pactar y cobrar intereses remuneratorios o moratorios que excedan los límites establecidos por la Ley. En tal sentido, dicha restricción lleva aparejada la obligación de adecuar, cuando sea necesario, el respectivo contrato con el fin de ajustar las tasas de interés a los límites legales permitidos por el ordenamiento jurídico. Finalmente, se estima que la revisión a la tasa de interés pactada se haría con la misma periodicidad con que esta Superintendencia certifica el Interés Bancario Corriente “IBC”, es decir, trimestralmente. (…).» _____________________ 2 Dicho concepto puede ser consultado en nuestra página web: www.superfinanciera.gov.co., ícono normativa, link Histórico de Circulares Superintendencia Bancaria, año 2000, anexo de la Circular 051 del 2000.