La crisis del Antiguo Régimen (1808−1814) LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.

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La crisis del Antiguo Régimen (1808−1814)
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.
Causas de la Guerra de la Independencia.
La reacción de la monarquía española frente al estallido de la Revolución Francesa fue declarar la guerra al
país vecino (1793−1795), aunque los intentos de penetrar en Francia por los Pirineos fueron rechazados.
A partir de 1799, Manuel Godoy, ministro más influyente de Carlos IV, imprimió un giro radical a la política
exterior y se alió con Napoleón para enfrentarse a Gran Bretaña. Firmó tratado de Fontainebleau (1807) q se
autorizaba al ejército francés a atravesar España para atacar Portugal, aliada de los británicos.
El temor a que la presencia del ejército napoleónico se convirtiera en permanente y el descontento de buena
parte de la población con Godoy y con el mismo Carlos IV, provocó el estallido del Motín de Aranjuez
(1808), forzó la dimisión del ministro y abdicación del rey en su hijo Fernando VII.
Ante los enfrentamientos en el seno de la familia real española, Napoleón optó por convocar a Carlos IV y
Fernando VII en Bayona (Francia), donde les hizo abdicar y aceptar el nombramiento de su hermano José
Bonaparte como nuevo rey de España.
El conflicto bélico.
Estos acontecimientos provocaron la rebelión popular contra los ocupantes, y el 2 de Mayo de 1808 el pueblo
de Madrid se levantó espontáneamente contra los franceses.
El ejemplo de Madrid fue seguido en otros lugares, movimiento de resistencia popular para luchar contra el
invasor, se creó una Junta Central Suprema y otras Juntas en las ciudades. Se organizó el sistema de guerrillas.
La resistencia de las ciudades españolas a rendirse (sitios) colaboró en el desgaste de las tropas invasoras,
mientras las guerrillas las hostigaban permanentemente y mermaban sus efectivos militares.
El curso de la guerra dio un giro definitivo en el año 1812, campaña de Rusia obligó a Napoleón a desplazar
parte d su ejército a aquel país.
La ayuda ofrecida por las tropas británicas, bajo el mando de Wellington, resultó decisiva para que a finales
de 1813, los franceses empezaran a abandonar el territorio español. Ese mismo año se firmó el tratado de
Valencia, por el que Fernando VII recuperaba la Corona y Napoleón se comprometía a retirar sus tropas de
España.
LAS CORTES DE CÁDIZ.
Las abdicaciones de Bayona dejaron un vacío de poder, ya que el rey José no gozó de aceptación de
españoles. Juntas querían dotar al país de unos representantes legítimos e iniciar un proceso de reformas, en
1810 la Junta Central convocó una reunión de Cortes en la ciudad de Cádiz, acudieron representantes elegidos
por pueblo español, redactar Constitución (1º constitución en 1812). Reflejó los principios básicos del
liberalismo político, se reconocía soberanía nacional y división de poderes, presentaba amplia declaración de
derechos del ciudadano, carácter progresista y proclamó sufragio universal masculino.
Cortes de Cádiz aprobaron también seria de leyes destinadas a abolir el Antiguo Régimen y a implantar los
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principios del liberalismo, se decretó la supresión de los señoríos, la abolición de los gremios, la supresión de
la Inquisición, la igualdad de todos los españoles frente a la ley los impuestos, etc.
Con la Guerra de la Independencia se inició un primer intento de revolución libera, situación bélica impidió
aplicar todo lo legislado
No todos los patriotas que se alzaron contra el invasor apoyaban las reformas. Frente a los liberales, que
impulsaron la Constitución, los antiguos privilegiados sólo deseaban el regreso a la situación anterior a 1808.
La restauración del absolutismo (1814−1833)
EL REGRESO DE FERNANDO VII.
Fernando VII el Deseado, regresó a España en 1814. Los liberales pretendían que jurase Constitución de
1812, pero absolutistas que restaurase absolutismo y eliminase legislación liberal de las Cortes de Cádiz.
Impulsó golpe de Estado, clausuró Cortes y anuló Constitución. Se estableció el régimen señorial, vuelta al
Antiguo Régimen.
Liberales poner fin al absolutismo, organizaron pronunciamientos.
EL TRIENIO LIBERAL.
Finalmente en 1820, pronunciamiento por coronel Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) triunfó,
inaugurando Trienio Liberal (1820−23). Rey se vio obligado a acatar la Constitución de 1812, decretar una
amnistía y convocar elecciones para unas nuevas Cortes.
Las Cortes, integradas por diputados liberales, restauraron gran parte de las reformas de Cádiz. Se creó la
Milicia Nacional, cuerpo de voluntarios armados pertenecientes a la clase media urbana, defendían orden
liberal.
Este proceso reformista no contaba con la simpatía de Fernando VII, pidió ayuda a las potencias europeas para
restaurar el absolutismo. La Santa Alianza encargó a Francia la intervención militar en España, y, en 1823, los
llamados Cien Mil Hijos de San Luis, bajo el mando del Duque de Angulema, entraron en Espala, derrotaron
a los liberales y repusieron a Fernando VII como monarca absoluto.
LA QUIEBRA DEL ABSOLUTISMO.
Vuelta al absolutismo seguida de represión contra liberales y de la destrucción de toda la obra legislativa del
Trienio.
Además, país arrastraba problemas económicos, a los que los gobiernos de Fernando VII se mostraron
incapaces de dar solución.
Guerra de Independencia había debilitado enormemente la economía y dejado la hacienda en bancarrota.
Además, la independencia de colonias americanas agravó la situación privando a las arcas del Estado de una
importante fuente de ingresos.
Hacía imprescindible una reforma fiscal que obligase a los privilegiados a contribuir con sus impuestos. Pero
éstos eran los principales defensores del absolutismo y el rey no podía atacar sus interese sin perjudicar los
suyos propios. A finales del reinado, se hizo evidente la crisis del régimen absolutista y la necesidad de
reformas en profundidad.
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A todo ello se le unió el conflicto dinástico. Fernando VII había tenido sólo hijas y la ley Sálica impedía a las
mujeres reinar en España. Para garantizar el trono a su hija mayor Isabel, el rey dictó la pragmática Sanción,
que derogaba la ley anterior, muchos de los absolutistas no aceptaron el cambio y defendieron que la
legitimidad del trono correspondía al príncipe Carlos, el hermano del rey.
España absoluta (Carlos)
Importante Guerra Civil.
España liberal (Isabel)
La independencia de las colonias americanas (1808−1826)
Décadas iniciales del siglo XIX se produjo la independencia de la mayoría de las colonias americanas. Este
proceso coincidió con los años del reinado de Fernando VII y contribuyó a acelerar los problemas económicos
y el desprestigio político de la monarquía absoluta.
LAS CAUSAS DE LA INDEPENDENCIA.
Principios del XIX, malestar en colonias americanas desde décadas estalló en forma de guerras de
independencia.
Factores, la difusión de las ideas ilustradas y principios de libertad, otro, éxito de la revuelta de las colonias
británicas de América del Norte, q acabó con la proclamación de la independencia de Estados Unidos (1776).
Generó pensamiento nacionalista e independentista en la América española.
Otra causa, descontento de la burguesía criolla (de reza blanca pero nacida en América), ante la actitud de los
españoles, que se beneficiaban de la prosperidad económica y monopolizaban los cargos políticos.
Los criollos veían Espala como freno para la economía americana, obstaculizaba comercio e imponía cargas
fiscales. Les marginaba de vida política y administrativa de las colonias y les daba un trato discriminatorio, si
bien muchos de ellos gozaban de un considerable poder económico.
EL FIN DEL IMPERIO AMERICANO.
Estallido de Guerra de la Independencia suscitó formación de Juntas también en colonias americanas. En
principio nacieron como movimiento de respuesta a la invasión extranjera de la Península, pero pronto se
convirtieron en organismos de poder propio que pretendían actuar al margen de España.
Miembros de Juntas criollos q sustituyeron a autoridades españolas y se negaron a aceptar la autoridad de
Junta central Suprema. Focos más importantes de secesión originaron en Venezuela (Simón Bolívar) y en el
virreinato de la Plata (José de San Martín).
Se extiende la insurrección.
Con restauración del absolutismo, en 1814, tropas españolas consiguieron restablecer el dominio colonial. Sin
embargo, la insurrección se generalizó de nuevo a partir de 1816:
• El general San Martín dirigió expedición que atravesando Andes derrotó a españoles, logrando
independencia de Chile.
• En el norte, Simón Bolívar, derrotó a españoles y fundó la Gran Colombia (1821), que más tarde se
dividiría en Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.
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• Antonio José de Sucre derrotó a españoles en Ayacucho (1824) y emancipó Perú y Bolivia.
• Rebelión protagonizada por Iturbide, En México, logró independencia en 1821, seguida de toda
Centroamérica.
Problemas de las nuevas repúblicas.
Repúblicas americanas nacieron con graves problemas, ya q intereses de los caudillos locales impidieron
creación de una América unida, y ésta se fragmento en múltiples repúblicas. Además se consolidó el poder de
los jefes militares y la constante intromisión del ejército en la vida política.
Se olvidaron las necesidades de la población indígena, negra y de las clases populares. De ahí que, la sociedad
poscolonial naciera con grandes desigualdades económicas, lo q dio lugar a conflictos y tensiones sociales.
La revolución liberal (1833−1843)
GUERRAS CARLISTAS.
A la muerte de Fernando VII, su hija y heredera Isabel sólo tenía 3 años, y su madre, María Cristina, asumió
la regencia. Los sectores más absolutistas apoyaron los derechos del hermano de Fernando VII don Carlos.
Para defender el trono de su hija, la Regente buscó el apoyo de los liberales. Se inició así una guerra civil q,
bajo la forma de un conflicto dinástico, escondía un enfrentamiento entre absolutistas (carlitas) y liberales
(isabelinos).
Sectores sociales q apoyaron el carlismo fueron los nostálgicos del Antiguo Régimen (parte de la nobleza y
del claro) y el campesinado. Defendían la monarquía absoluta, la preeminencia social de la Iglesia Católica y
la conservación de un sistema particularista (fueros) frente a la centralización administrativa impuesta por los
Borbones. Los focos más importantes de la insurrección carlista surgieron en el País Vasco, Navarra,
Cataluña, Aragón y valencia.
Los isabelinos tenían el apoyo de la nobleza vinculada a la corte y, sobre todo, de la burguesía y las clases
populares urbanas.
La guerra se prolongó durante siete años (1833−1840), pero los carlistas no consiguieron nunca ni extender el
conflicto a todo el territorio español ni ocupar ninguna ciudad importante. El Convenio de Vergara puso fin a
la guerra, pero el carlismo se mantuvo a lo largo de casi todo el siglo XIX.
EL TRIUNFO DEL LIBERALISMO: LOS PROGRESISTAS AL PODER.
Necesidad de contar con firmes apoyos para enfrentarse a carlistas impulsó a María Cristina a formar un
gobierno liberal. Pero liberales se hallaban divididos en facciones; moderados, partidarios de reformas más
limitadas, y progresistas, q querían desmantelar toda la estructura del Antiguo Régimen.
La Regente concedió el poder a los moderados, pero la presión popular y el pronunciamiento militar de La
Granja hizo que, en 1835, subieran los progresistas al poder presididos por Mendizábal.
Entre 1835 y 1837, los progresistas asumieron la tarea de implantar un régimen liberal, constitucional y de
monarquía parlamentaria. Conjunto de leyes permitieron la disolución del régimen señorial, desamortización
de las tierras del clero y de la desvinculación de la propiedad, como también la supresión de las aduanas
interiores y la extinción de los gremios, que se oponían al libre ejercicio de la industria y el comercio.
Este proceso culminó con la promulgación de la Constitución de 1837, que inauguró un largo período de
monarquía constitucional en España, nuevo texto reconocía la soberanía nacional y los derechos individuales,
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pero aceptaba el papel moderador de la Corona a la que concedía algunos poderes (derecho de vetar las leyes,
de disolver el parlamento), y el sistema electoral era censitario.
LA REGENCIA DE ESPARTERO.
En elecciones de 1837, moderados obtuvieron la mayoría e intentaron dar un giro conservador a todo el
proceso de revolución liberal impulsado por los progresistas.
Contó con apoyo de María Cristina y provocó enfrentamiento con los progresistas. Un movimiento de
oposición se alzó contra la Regente que se vio obligada a dimitir en 1840.
El progresista Espartero fue nombrado regente, pero su gobierno estuvo marcado por las disputas internas del
partido sobre el alcance que debía darse a las reformas.
Las medidas librecambistas, que perjudicaron a la naciente industria española, y el autoritarismo de que hizo
gala el regente le valieron la oposición de buena parte del país.
En 1843, Espartero dimitió y las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, y la proclamaron reina.
La configuración del régimen moderado (1843−1868)
DÉCADA MODERADA (0843−1854)
Durante la década moderada, y bajo impulsos del general Narváez, se institucionalizó el nuevo Estado liberal,
al q moderados dieron un talante conservador y centralista.
Este Estado se basó en predominio social de la burguesía conservadora, fundamentalmente agraria, pretendía
afianzar nuevo orden político y social capaz de frenar las pretensiones absolutistas del carlismo, pero también
de alejar del poder a los sectores más populares y progresistas.
Durante la década moderada se promulgó la Constitución de 1845, establecía sufragio muy restringido, y la
soberanía compartida entre las Cortes y el rey. También se firmó un Concordato con la Santa Sede (1851), en
el q se configuraba un Estado confesional a la subvención del culto católico.
La administración estatal y municipal fue reorganizada desde una óptica uniformista y centralizadora, se
fortalecieron los gobiernos civiles y militares en cada provincia. Sólo en País Vasco y Navarra conservaron
sus antiguos derechos forales, ante el temor al rebrote de un movimiento carlista.
Otras reformas fueron la de Hacienda, centralizó los impuestos en manos de Estado y la elaboración de un
Código Penal (1851), q unificó y racionalizó las leyes anteriores. Se disolvió la Milicia Nacional y se creó la
Guardia Civil, un cuerpo encargado del mantenimiento del orden en el medio rural.
EL VIENIO PROGRESISTA (1854−1856)
En 1854 triunfó un pronunciamiento militar en Vicálvaro, apoyado por progresistas y por moderados
descontentos q habían fundado la Unión Liberal de tendencia centrista y liderada por el General O'Donnell.
Durante dos años, los progresistas de Espartero intentaron restaurar los principios del régimen constitucional
de 1837 a través de una nueva constitución, q nunca llegó a aprobarse.
Las reformas más importantes del gobierno progresista fueron de carácter económico. Se llevó a cabo la
desamortización de Madoz, afectó a los bienes de ayuntamientos y se impulsó la construcción del ferrocarril.
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LA CRISIS DEL SISTEMA ISABELINO (1856−1868).
La última etapa del reinado de Isabel II fue de alternancia en el poder entre los moderados y la Unión Libera.
Se impulsó política de prestigio internacional con pretensiones coloniales, que tuvo en la llamada Guerra de
África (Marruecos, 1856−60) su máximo exponente.
En el interior, la actuación del gobierno fue muy autoritaria, actuando al margen de las Cortes y de los grupos
políticos y ejerciendo una fuerte represión.
La oposición al régimen fue en aumento y surgieron nuevos grupos políticos, demócratas, q defendían
sufragio universal, y los republicanos, q abogaban por la abolición de la monarquía.
La imposibilidad de afrontar el crecimiento de la oposición y la crisis económica que se inició en 1866
(agrícola, industrial y financiera) significó el desgastes del régimen moderado y también de la propia
monarquía que había tomado excesivo partido a favor de éstos, marginando del poder a los otros grupos
políticos.
El Sexenio Democrático (1868−1874)
LA REVOLUCIÓN DE 1868.
La confluencia entre el desgaste político del régimen isabelino y crisis económica desencadenó una revolución
contra la monarquía. Sublevados fueron grupos marginados del poder; unionistas, progresistas y demócratas, q
se unieron para presentar una alternativa al sistema basada en la democratización de la vida política y en la
recuperación económica (Pacto de Ostende).
El movimiento, encabezado por Prim (progresista) y Serrano (unionista), estalló en septiembre de 1868 con
sublevación de escuadra del brigadier Topete en la bahía de Cádiz. El pronunciamiento seguido por revueltas
en las principales ciudades donde se formaron Juntas Revolucionarias. Tropas fieles al Gobierno y a la reina
fueron vencidas en Alcolea e Isabel II marchó hacia el exilio.
Se formó un gobierno provisional, al cuyo frente Prim y Serrano, q impulsó un programa de reformas. Se
reconocieron los derechos fundamentales y el sufragio universal; re reformó la enseñanza y se democratizaron
los ayuntamientos. Se eligieron nuevas Cortes, q aprobaron la Constitución de 1869, de carácter claramente
democrático.
LA MONARQUÍA DEMOCRÁTICA (1870−1873)
Como Constitución establecía monarquía como forma de gobierno, hubo q buscar un rey entre las dinastías
europeas. El elegido fue Amadeo de Saboya, un joven miembro de la casa real italiana y con una concepción
democrática del papel de la monarquía, q llegó a España a finales de 1870.
Pero Amadeo contó siempre con la oposición de los moderados, los carlistas y la iglesia, q mantuvieron fieles
a los Borbones. Sus valedores eran los unionistas y progresistas, pero se hallaban divididos y no constituyeron
un sólido apoyo para el nuevo monarca. Por su lado, muchos demócratas se proclamaron republicanos y
algunos promovieron insurrecciones a favor de la República.
Además el nuevo rey tuvo que hacer frente al estallido de dos conflictos armados; una insurrección en la isla
de Cuba (1868) y una nueva guerra carlista, que se inició en 1872. Falto de apoyos y con demasiados
problemas por resolver, Amadeo de Saboya dimitió en febrero de 1873.
LA PRIMERA REPÚBLICA (1873−1874)
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Ante abdicación del rey, Cortes votaron por una gran mayoría la proclamación de la República (febrero de
1873). Pero ese resultado no reflejaba un apoyo real a la nueva forma de gobierno ya que la mayoría de
diputados de la Cámara eran monárquicos.
La república nació, pues, con escasas posibilidades de éxito, aunque fue recibida con entusiasmo por los
sectores populares de las ciudades. Los republicanos tenían un amplio programa de reformas sociales, y por
primera vez, se pretendió organizar el Estado de forma descentralizada. Se proclamó una República federal,
que repartía las competencias legislativas entre el gobierno federal, las repúblicas federadas (se crearon 15) y
los municipios.
Pero la República tuvo q enfrentarse a un buen número de problemas a los q no pudo hacer frente. Las guerras
carlista y cubana crecieron en importancia. Las divisiones entre partidarios de República federan (Pi y
Margall, Figuera) y los de la República unitaria (Cautelar, Salmerón), dificultaron la actuación de los
gobiernos. Y, finalmente, Cartagena se proclamó como cantón independiente dando lugar a una revolución
social, que fue duramente reprimida.
En enero de 1874, un golpe de Estado, por el general Pavía disolvió las Cortes y entregó la presidencia del
ejecutivo al genera Serrano. Éste intentó estabilizar un régimen republicano de carácter conservador y
presidencialista, pero base social que podía apoyarle había optado ya por la restauración de los Borbones.
La Restauración monárquica (1874−1898).
En diciembre de 1874, el General Martínez Capos proclamó, en Sangunto, a Alfonso de Borbón, hijo de
Isabel II, como rey de España. La restauración monárquica fue recibida con satisfacción por los grupos
conservadores, que esperaban que la monarquía devolviera la estabilidad política y económica y garantizara el
mantenimiento del orden social.
EL SISTEMA CANOVISTA.
El nuevo sistema político, configurado por Antonio Cánovas de Castillo, carácter conservador y se
fundamentaba en un sistema parlamentario liberal, pero escasamente democrático. Existían dos grandes
partidos:
• El partido conservador, liderado por Cánovas, partidario del inmovilismo político, la defensa de la
Iglesia y el orden social.
• El Partido liberal, encabezado por Práxedes Mateo Sagasti, inclinado a un reformismo de carácter más
democrático, laico social (implantación del sufragio universal, en 1890)
Ambos partidos de notables, coincidían ideológicamente en esencial (defensa de monarquía, de la
Constitución, de la propiedad privada, de un Estado centralista y uniforme) y asumían de manera consensuada
dos papeles complementarios.
La alternancia en el poder.
Conservadores y liberales se alternaron en el ejército del poder (turno pacífico), controlando la vida política
española durante más de cuarenta años. La alternancia en el gobierno fue posible gracias a un sistema
electoral corrupto q manipulaba las elecciones y no dudaba en falsificar actas, comprar votos o hacer votar a
los muertos.
Se utilizaban todo tipo de prácticas coercitivas sobre el electorado, valiéndose de la influencia política y del
poder económico que determinados individuos ejercían sobre el conjunto de la sociedad, sobre todo en las
zonas rurales (caciquismo).
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LA CONSTITUCIÓN DE 1876 Y LOS NACIONALISMOS.
La estabilidad del sistema vino favorecida por la pacificación bélica y la redacción de una nueva Constitución.
Proclamada en 1876 y presentaba un claro carácter moderado. La pacificación se consiguió tras el fin de la
guerra carlista (1876) y de la insurrección cubana (Paz de Zanjón, 1878).
Afianzamiento de un Estado centralizado y uniformista provocó movimientos nacionalistas en el País Vasco,
Cataluña y Galicia.
En Cataluña, el fuerte impulso de a Renaixença, un movimiento cultural que reivindicaba la lengua y la
cultura catalanas, dio paso al surgimiento de organizaciones políticas que demandaban las autonomía para
Cataluña (Unió Catalanista, Lliga Regionalista).
En el País vasco, la abolición de los fueros, después de la derrota carlista, generó un movimiento de protesta
que culminó en la creación del Partido Nacionalista Vasco (1894).
Sin embargo, el galleguismo se mantuvo durante muchos años como un movimiento cultural (Rexurdimiento).
LA CRISIS DEL 98.
En 1895 estalló nueva insurrección cubana provocada por propia incapacidad de la administración española
para hacer reformas políticas en la isla y por la negativa a dorar a Cuba de autonomía− además, la política
económica del gobierno español fue la de favorecer a los sectores económicos españoles y dificultar el
comercio con Estados Unidos, principal comprador de productos cubanos (azúcar).
España desplazó un fuerte contingente de tropas a Cuba, para hacer frente a insurrección, q se prolongó 3
años. El fin del conflicto llego en 1898, cuando Estaos Unidos declaró la guerra a España, tras el hundimiento
de un acorazado americano en el puerto de La Habana.
Después de una corta guerra con Estados Unidos, España fue derrotada y perdió sus últimas colonias; Cuba,
Puerto Rico y Filipinas. La derrota de 1898 provocó en la sociedad y en la clase política española un estado de
frustración y arraigó en ella una fuere sensación de pesimismo−
Surgieron movimientos regeneracionistas q pedían una verdadera democratización del estado y acabar con el
caciquismo y la corrupción.
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