Los buenos modales se forjan desde pequeños Checa estas ideas prácticas para formar buenos modales Los buenos modales hacen que una persona sea amable, que muestre siempre una actitud de respeto para los demás. A todos nos gustaría que nuestros pequeños fueran así y lo podemos lograr... Si se quiere, algunos de los llamados buenos modales, pueden considerarse meros formulismos: saber decir “gracias” y “por favor”, tener maneras adecuadas en la mesa, decir “perdón” cuando es indispensable interrumpir una conversación entre los adultos... Otros ejemplos atañen a asuntos más profundos, puesto que se relacionan con una actitud de civilidad para con los demás: cooperar, compartir o esperar un turno. Si el pequeño manifiesta estas actitudes podrá avanzar más fácilmente en el mundo. Es increíble, todas las puertas que pueden abrirse para una persona que es respetuosa, y sabe tratar bien a los demás. En el extremo contrario, la gente grosera rara vez consigue buenas oportunidades en la vida, así de simple. Para aprenderlos En este punto resulta esencial el buen ejemplo. La mente del pequeño es como una superficie en blanco que, para llenarse saca partido de muchas conductas imitativas. Si las personas que se encuentran más cerca del niño suelen ser respetuosas y emplean fórmulas de cortesía adecuadas, es razonable pensar que él también lo hará. Si vive en una atmósfera de empujones y malas palabras, es natural que haga lo mismo cuando tenga posibilidades. Recuerda, sin embargo, que no sólo basta con el ejemplo: es importante que, día a día, le expliques a tu pequeño la gran importancia del respeto y la cortesía, y que trate de ir moldeando sus respuestas a determinadas situaciones. Sin crear una atmósfera opresiva, tú puedes indicarle cómo debe dirigirse a otra persona, o cómo debe comer cuando está sentado a la mesa familiar. Este proceso ha de emprenderse desde que el niño es muy pequeño, pues se trata de una educación paulatina y cotidiana. Todos los pequeños buscan la aceptación de los mayores que los rodean y deben entender que esa aceptación, en cierta forma, se conquista. Es importante hacerlos comprender que, aunque el amor de sus padres no está condicionado a sus buenos modales, éstos pueden hacer todo más fácil. Cosa de todos los días Las oportunidades para practicar los buenos modales se presentan todos los días, en la escuela, cuando solicita un favor o permiso a los mayores, o cuando sale al jardín con sus compañeritos de juego. Trata, sin embargo, de no tener excesivas expectativas en este sentido, el proceso puede ser lento y requiere de cierta maduración en otros aspectos. Es esencial que los padres sean muy sensibles a las situaciones en las que se presenta la oportunidad de dar un consejo o aplicar una enseñanza de este tipo. Cuando el pequeño responda adecuadamente a la situación hazle un reconocimiento explícito. Procura no exagerar, pero muestra la aprobación que resulta de esa conducta. Los programas de televisión pueden inspirar su conducta de una u otra manera. Evita que vean programas donde se emplea un lenguaje rudo o altisonante, en los que se difunden mensajes de violencia y falta de respeto. En contraste, procura que vean series como Barney, cuyo personaje principal puede servir de modelo para los pequeños. Es esencial, en resumen, que cuenten con ejemplos positivos que los impulsen a comportarse como se debe. Un detalle importante: si quieres que tu pequeño sea educado con los demás, trata de ser educada con él. Dale instrucciones con cortesía y respeto, no lo fuerces un abuses de él verbal o físicamente; es la única forma de garantizar la reciprocidad y el adecuado desarrollo emotivo. Algunas ideas prácticas Estos son algunos consejos para garantizar que tu pequeño tenga los mejores modales. Trata de aplicarlos a la vida cotidiana en la casa. Pon el ejemplo Emplea tu misma las mejores maneras de una forma consistente. Los niños aprenderán de ellas. Escribe notas de agradecimiento Enséñale a agradecer por escrito algún favor recibido. Tu pequeño puede cooperar con su singular talento para el uso de plumones y crayolas. Lean un libro Cuando lean juntos, pon especial énfasis en las situaciones relacionadas con cortesía y buenos modales. Señala las diferencias entre estas conductas y las conductas negativas. Jueguen con títeres El trato a las muñecas, los títeres o las mascotas de peluche sirve como plataforma para que el pequeño desarrolle sus buenos modales. Manifiesta tu buena voluntad con los otros Procura que tu pequeño sepa dar la bienvenida a los nuevos amiguitos que llegaron al vecindario. Pídele que te ayude a preparar algunas galletitas para obsequiarlas juntos. Jueguen a las comiditas Se trata de una oportunidad ideal para ensayar, corregir y disfrutar los buenos modales en la mesa, y la interacción amable con los amigos e invitados. Invita al mejor amigo de tu pequeño Juntos practicarán buenos modales, aprenderán a compartir, y a respetar los turnos. Vean juntos “Barney” Discutan los ejemplos y situaciones que se presentan en el programa de televisión y procura extraer las enseñanzas que no sean demasiado explícitas.