recurso de queja - Corte Suprema De Justicia

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Bogotá, D. C., diecisiete (17) de octubre de dos mil trece (2013)
REF.: 11001-0203-000-2013-01020-00
Resuelve la Corte el recurso de queja interpuesto por el
demandante Mauricio Cheyne Bonilla, contra el auto de 19 de
marzo de 2013, dictado por la Sala Civil del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, mediante el cual se denegó el recurso
de casación interpuesto contra la sentencia de 26 de febrero del
mismo año, en el proceso ordinario que aquél adelantó contra Elda
Rosa Giraldo Giraldo, Aura María Alarcón de Ávila, Carmen
Elisa Ávila Alarcón, Vilma Esperanza Ávila Alarcón, Yefer
Moisés Cipagauta Ochoa, Graciela de Jesús Villamil de
Cipagauta, Patricia Hernández Uricoechea, Rodrigo Trujillo
Rubio, Carlos Arturo Urrego Peña, María Clara Urrego Durán,
Carlos Mario Urrego Durán, Jorge Alberto Serrano Gómez, Inés
de Pilar Gutiérrez Escobar, Manolo Chavarro Lara, Luz Stella
Jaramillo Botero, Jhon Jairo Marín Benítez, Erika Geovanna
Moreno Moreno, Fernando García Arias, Sandra Maritza
Andrade Zamora, Gabriel Martínez Arciniegas, Constanza
Correa Velázquez, Blanca Alicia Amézquita de Arias, Johnny
Díaz Uribe, Marta Luz Villalba de Díaz y Liliana Tovar Celis.
ANTECEDENTES
1.
De acuerdo con las piezas procesales aportadas con el
recurso de queja que se decide, pretende el demandante que se
declare la nulidad absoluta del reglamento de copropiedad
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elaborado por los demandados, en su condición de propietarios de
los inmuebles ubicados en la calle 140 No. 19-71 de Bogotá, se
ordene la cancelación del registro de tal reglamento contenido la
escritura pública 618 del 13 de agosto de 2002, otorgada la Notaría
17 de Bogotá, se condene a los demandados a reintegrarle los
dineros cobrados en proceso ejecutivo adelantado ante el Juzgado
57 Civil Municipal de esta ciudad por concepto de cuotas de
administración, así como al pago de los daños y perjuicios
causados por la vinculación del inmueble al reglamento antedicho.
Como “pretensiones subsidiarias” (fl. 2), pidió que se declare que
los demandados incurrieron en abuso del derecho al “idear y
concretar” (ib.) el reglamento de propiedad horizontal contenido la
escritura pública 618 mencionada, consecuencialmente que los
demandados han perturbado el dominio que ejerce sobre el
inmueble ubicado en la calle 140 No. 19-71 interior 1 de esta
capital, que deben indemnizarlo por los perjuicios ocasionados al
apropiarse indebidamente de su voluntad y disponer, sin tener
derecho para ello, del preindicado dominio, y que deben pagarle
$130 millones como perjuicios.
Como
“segundas
pretensiones
principales”
(ib.)
pidió
el
demandante que se declare que el reglamento de propiedad
horizontal ya mencionado no le es oponible, sólo es válido entre
quienes lo aceptaron y no se le puede imponer, así como que los
demandados, al vincular el inmueble de propiedad del demandante
al reglamento de propiedad horizontal señalado, de manera forzada
y sin su consentimiento le causaron perjuicios en suma que estima
en $130 millones.
2.
Mediante sentencia del 30 de marzo de 2012, el
Juzgado 15 Civil del Circuito de Descongestión de Bogotá profirió
decisión adversa al demandante, quien apeló, a juzgar por la
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mención que de ello se hace en el fallo del Tribunal, emitido el 26
de febrero de 2013, con el cual se desató la alzada confirmando en
su integridad el de primera instancia.
3.
Interpuesto el recurso de casación, el ad quem,
mediante proveído del 19 de marzo de 2013, lo negó en vista de
que el valor del interés para recurrir no superaba la cifra de
$250’537.500,oo.
A tal conclusión arribó luego de examinar la prueba pericial
practicada en la primera instancia y que arrojó por concepto de
daño emergente la suma de $104’741.023,04 y por lucro cesante el
monto de $54’000.000,oo, rubros que procedió a actualizar a la
fecha de la sentencia, dando como resultado $115’689.633,oo y
$59’644.636,oo, respectivamente.
4.
En el recurso de reposición interpuesto contra la
decisión de no conceder el de casación, adujo el quejoso que los
perjuicios “económicos y morales” no existen si no se declara
previamente la nulidad del reglamento de propiedad horizontal, que
fue la pretensión principal de la demanda, y es totalmente ajena a la
cuantía, como lo son también, por vía de ejemplo, las aspiraciones
en un proceso de filiación natural.
5.
El Tribunal confirmó su decisión, mediante providencia
del 16 de abril de 2013, en la que expresó que si bien es cierto que
la pretensión principal de la demanda es la declaratoria de nulidad
del reglamento de propiedad, también lo es que se deprecaron
perjuicios los cuales sí son susceptibles de ser valorados
monetariamente, y en cuya tarea se constató que el interés para
recurrir en casación no alcanzaba la cifra mínima exigida por la ley.
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6.
En la sustentación de la queja, la parte demandante,
previa síntesis de lo acaecido en el proceso, insiste en el
argumento esgrimido en el recurso horizontal, en el sentido de que
no puede entenderse que la pretensión principal de la demanda sea
la condena en perjuicios, toda vez que esta es la declaración de
nulidad del reglamento, de la cual se derivan los perjuicios
pretendidos, consecuenciales por tanto de la pretensión principal.
Agrega a lo anterior que la nulidad solicitada es totalmente ajena a
la cuantía, esto es, no puede ser cuantificada.
7.
Tramitado en debida forma el recurso de queja, procede
el Despacho a resolverlo, previas las siguientes,
CONSIDERACIONES
1.
De conformidad con lo establecido en el artículo 377 del
Código de Procedimiento Civil, el recurso de queja procede contra
el auto proferido por el juez de primera instancia que deniegue el de
apelación o cuando no se conceda el recurso de casación, a fin de
que el superior les abra paso, si fueren procedentes.
2.
Es sabido que para interponer un recurso se exige
legitimación o interés para recurrir, el cual se concreta en el agravio
que la providencia le infiere a quien la impugna. En lo que hace al
recurso de casación, y abstracción hecha de los fines de interés
público que le son propios, el legislador también tuvo en cuenta ese
interés particular para activar el control de legalidad que supone la
casación. Así, y para no ir más lejos, desde la redacción original
del artículo 366 del Código de Procedimiento Civil1 se ha
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ARTÍCULO 366. PROCEDENCIA. El recurso de casación procede contra las siguientes
sentencias dictadas en segunda instancia por los tribunales superiores, cuando el valor
actual de la resolución desfavorable al recurrente sea o exceda de cien mil pesos:
1.- Las dictadas en los procesos ordinarios.
2.- Las que aprueban la partición en los procesos divisorios de bienes comunes, de
sucesión y de liquidación de cualesquiera sociedades disueltas.
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contemplado esta nota característica. Allí se distinguían, de un
lado, algunas específicas sentencias en las que para la procedencia
del recurso se exigía la acreditación de una cuantía mínima del
agravio inferido por la sentencia a la parte recurrente, enlistándose
en ellas, “las dictadas en los procesos ordinarios”. Y, en forma separada,
se precisaban también otras sentencias en las que la cuantía no era
tenida en cuenta para la procedencia de la casación: Decía su
penúltimo inciso que “procede también este recurso contra las sentencias
de segundo grado dictadas por los tribunales superiores, en juicios ordinarios
que versen sobre el estado civil, y contra las que profieran en única instancia
en procesos sobre responsabilidad civil de los jueces de que trata el artículo
40”.
El Decreto 2282 de 19892 refundió ambos tipos de
sentencias. Y así, determinó que el aludido recurso procedía “contra
las siguientes sentencias dictadas en segunda instancia por los tribunales
superiores, cuando el valor actual de la resolución desfavorable al recurrente
sea o exceda de diez millones de pesos, así: … 4. Las sentencias de segundo
grado dictadas por los tribunales superiores, en procesos ordinarios que versen
3.- Las dictadas en proceso sobre nulidad de sociedades, cualquiera que sea la naturaleza
de éstas.
4.- Las proferidas en procesos de oposición al registro de marcas y patentes, o de
cancelación de éstas.
Cuando la parte que tenga derecho a recurrir por razón del valor de su interés para ello,
interponga el recurso, se concederá también el que haya interpuesto oportunamente la otra
parte, aunque el valor del interés de ésta fuere inferior a cien mil pesos.Procede también
este recurso contra las sentencias de segundo grado dictadas por los tribunales superiores,
en juicios ordinarios que versen sobre el estado civil, y contra las que profieran en única
instancia en procesos sobre responsabilidad civil de los jueces de que trata el artículo 40.
El Gobierno reajustará periódicamente la cuantía del interés para recurrir.
2 ARTÍCULO 366. PROCEDENCIA. El recurso de casación procede contra las siguientes
sentencias dictadas en segunda instancia por los tribunales superiores, cuando el valor
actual de la resolución desfavorable al recurrente sea o exceda de diez millones de pesos,
así:
1. Las dictadas en los procesos ordinarios o que asuman este carácter.
2. Las que aprueben la partición en los procesos divisorios de bienes comunes, de sucesión
y de liquidación de cualesquiera sociedades civiles o comerciales y de sociedades
conyugales.
3. Las dictadas en proceso sobre nulidad de sociedades civiles o comerciales.
4. Las sentencias de segundo grado dictadas por los tribunales superiores, en procesos
ordinarios que versen sobre el estado civil, y contra las que profieran en única instancia en
procesos sobre responsabilidad civil de los jueces de que trata el artículo 40.
PARAGRAFO 1. La cuantía de que trata este artículo se reajustará del modo que disponga
la ley.
PARAGRAFO 2. Cuando la parte que tenga derecho a recurrir por razón del valor de su
interés interponga el recurso, se concederá también el que haya interpuesto oportunamente
la otra parte, aunque el valor del interés de ésta fuere inferior al indicado en el primer inciso.
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sobre el estado civil, y contra las que profieran en única instancia en procesos
sobre responsabilidad civil de los jueces de que trata el artículo 40”.
Una lectura desprevenida del anterior texto normativo podría
dar lugar a que se entendiera que, aún para los casos de fallos
dictados en procesos ordinarios sobre el estado civil, el legislador
también exige la verificación de un interés que deba traducirse en
agravio o perjuicio cuantificable. Pero esta interpretación conduciría
al absurdo de negar la casación a los asuntos de estado civil,
sencillamente porque como atributo de la personalidad es en
esencia extrapatrimonial.
Sobre este puntual aspecto dijo la Corte en una ocasión que
“aunque el precepto limita la concesión del recurso a determinadas sentencias,
las cuales enumera, ‘cuando el valor actual de la resolución desfavorable al
recurrente’ esa o igual (sic) a las cuantías señaladas en la ley, podría pensarse
que en todos los casos el factor cuantía es determinante y que los procesos sin
cuantía no tendrían instituida la casación. La realidad es otra, porque una
correcta interpretación del artículo permite concluir que la cuantía es la regla
general y que la ‘naturaleza’ del proceso es la excepción. Así se contemplaba
en la redacción original del precepto, cuando establecía que fuera de la
cuantía, también procedía el recurso contra las sentencias de los Tribunales
dictadas en ‘juicios ordinarios que versen sobre el estado civil, y contra las que
profieran en única instancia en procesos de responsabilidad civil de los jueces’,
excepciones que en modo alguno desaparecieron con la reforma que introdujo
el decreto 2282 de 1989, porque el numeral 4º del artículo 366, es exactamente
idéntico al anterior” (Auto del 18 de octubre de 2001, exp. C-05001-
3110-003-1998-00707-01).
De lo anterior se sigue que, salvo el caso de los procesos
ordinarios sobre el estado civil, las sentencias dictadas en los
demás procesos ordinarios pueden ser susceptibles del recurso
extraordinario siempre que el recurrente haya sufrido un agravio a
lo menos en la cuantía mínima fijada en la ley.
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Por lo demás, también en ocasión anterior dijo esta
Corporación: “si fuera dable sostener que el asunto, verdaderamente, es de
aquellos que no tienen cuantía, aserción en que ninguna razón cabe a los
quejosos como adelante se verá, esto por sí jamás allanaría la casación, ya
que, sin desconocer que el precepto 366 del código de procedimiento civil,
cuya compatibilidad con la Carta ha sido reiterada por la justicia constitucional
(C-058 de 1996, C-596 de 2000 y 1046 de 2001), prevé este recurso
extraordinario limitativamente para unos asuntos sin consideración a la misma,
tendría que objetarse al respecto que entre ellos, sin sombra de duda, no
encaja el caso de ahora” (Auto del 24 de agosto de 2006, exp. 2006-
00031-00, reiterado el 8 de noviembre de 2007, exp. 11001-0203000-2007-00820-00).
En otra oportunidad anotó: “si se tratara en este caso de un proceso
sin cuantía, habría que concluir que, de serlo, de todos modos sería
improcedente el recurso en cuestión, dado que según lo dispuesto en el
artículo 366 inciso 1º, num. 1º, del Código de Procedimiento Civil, son
susceptibles de ser recurridas en casación las sentencias dictadas en los
procesos ordinarios, siempre en consideración a su cuantía, salvo las que
versan sobre el estado civil, y esto último, como se explicó antes, no acontece
en el presente caso” (Auto del 9 de agosto de 2005, exp. 11001-3110-
015-1999-00482-01).
Por lo tanto, como la sentencia cuya casación no se concedió
se dictó en proceso ordinario y no versó sobre el estado civil, a
efectos de la procedencia de ese recurso extraordinario, la cuantía
es asunto que no podía obviarse a pretexto de que la primera
pretensión principal de la demanda -declaratoria de nulidad de un
reglamento de propiedad horizontal- pudiera ser considerada como
no cuantificable.
En suma, y por las razones expuestas en esta providencia se
declarará bien denegado el recurso de casación.
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DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, el suscrito Magistrado de la Sala de
Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, RESUELVE:
1.
Declarar bien denegado el recurso de casación
formulado contra la sentencia de 26 de febrero de 2013, en el
proceso ordinario instaurado por Mauricio Cheyne Bonilla contra
Elda Rosa Giraldo Giraldo, Aura María Alarcón de Ávila, Carmen
Elisa Ávila Alarcón, Vilma Esperanza Ávila Alarcón, Yefer Moisés
Cipagauta Ochoa, Graciela de Jesús Villamil de Cipagauta, Patricia
Hernández Uricoechea, Rodrigo Trujillo Rubio, Carlos Arturo Urrego
Peña, María Clara Urrego Durán, Carlos Mario Urrego Durán, Jorge
Alberto Serrano Gómez, Inés de Pilar Gutiérrez Escobar, Manolo
Chavarro Lara, Luz Stella Jaramillo Botero, Jhon Jairo Marín
Benítez, Erika Geovanna Moreno Moreno, Fernando García Arias,
Sandra Maritza Andrade Zamora, Gabriel Martínez Arciniegas,
Constanza Correa Velázquez, Blanca Alicia Amézquita de Arias,
Johnny Díaz Uribe, Marta Luz Villalba de Díaz y Liliana Tovar Celis.
2.
Sin condena en costas por no aparecer que se hayan
causado.
3.
Cumplido lo anterior, devuélvase la actuación al
Tribunal de origen.
JESÚS VALL DE RUTÉN RUI Z
Magistrado
J.V.R. Exp. 11001-0203-000-2013-01020-00
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