Conozco mejor mis alergias oculares Las alergias oculares se manifiestan por hinchazón, enrojecimiento, lagrimeo o picor de los ojos. Son frecuentes, a veces estacionales, otras veces perennes y a menudo recurrentes. Hay tratamientos rápidos, simples y eficaces. ¿Por qué he contraído una alergia ocular? La alergia ocular es originada por exposición a una sustancia frente a la que está especialmente sensibilizado el organismo. Estas sustancias alergénicas (o sustancias capaces de desencadenar una reacción alérgica) incluyen, entre otras, el polen de determinadas plantas, el polvo de casa o los epitelios animales. No todas las personas pueden manifestar síntomas alérgicos oculares, sino solo aquellas cuyo sistema inmunológico está sensibilizado frente a determinadas sustancias o alergenos. Dicha sensibilización se puede producir en personas genéticamente predispuestas a través de una exposición repetida a las mismas. Cuando el individuo desarrolla la sensibilización alergénica, los ulteriores contactos con esa sustancia pueden provocar síntomas clínicos, en este caso a nivel ocular. ¿Cuáles son los síntomas de la alergia ocular? La alergia ocular mas frecuente es la conjuntivitis alérgica o inflamación de la conjuntiva, que es el tejido que recubre los párpados y el globo ocular. La conjuntivitis suele afectar a los dos ojos y cursa generalmente con picor ocular o sensación de arenilla en los ojos, lagrimeo y enrojecimiento ocular por inflamación y dilatación de los vasos sanguíneos de la conjuntiva. En casos más intensos puede haber también hinchazón de los párpados. La conjuntivitis alérgica se puede producir de manera aislada o en el contexto de alergias generalizadas, siendo la más frecuente la rinoconjuntivitis alérgica, que se acompaña también de síntomas nasales que consisten en congestión nasal, estornudos, mucosidad acuosa y picor de nariz. Hay varios tipos de conjuntivitis alérgica. La más frecuente es la conjuntivitis alérgica estacional (habitualmente polínica), siendo menos frecuente la conjuntivitis alérgica perenne (generalmente por ácaros del polvo). Un tipo todavía menos frecuente es la conjuntivitis vernal que acontece con más frecuencia en varones jóvenes y se caracteriza por aspecto de empedrado de la conjuntiva del párpado superior. Otra forma es la conjuntivitis gigantopapilar, generalmente asociada al uso de lentes de contacto. Mis alergias aparecen siempre en la misma época del año, ¿por qué? Estas alergias oculares son las denominadas alergias estacionales, que generalmente obedecen a sensibilización al polen de las plantas (polinosis). Se trata de la manifestación ocular de lo que se ha llamado comúnmente como la fiebre del heno, aunque pueden estar causadas por otras plantas. Este tipo de alergia se desencadena normalmente por los pólenes de gramíneas, arbustos o árboles que son transportados por el aire (pólenes anemófilos) incluso a mucha distancia del lugar donde se originan. Contrariamente a la creencia común, los pólenes de las flores, que suelen ser transportados por insectos (pólenes entomófilos), raramente suelen ser causa de alergias. Las alergias por pólenes de gramíneas salvajes o de cultivo se suelen manifestar en los meses de primavera. Las originadas por herbáceas y arbustos al final del verano, mientras que las originadas por pólenes de árboles, generalmente se manifiestan en febrero o marzo. Las alergias aparecen, por tanto, en el período del año en que están presentes los pólenes responsables de esta reacción. ¿Por qué mis ojos son tan sensibles a las alergias? El ojo es muy sensible a las alergias porque está en contacto constante con el aire que puede contener sustancias alergizantes, denominadas alérgenos (que desencadenan las alergias). ¿Puede prevenirse la alergia ocular? Sí. La manera ideal consiste en eliminar del entorno, cuando sea posible, la sustancia que desencadena la alergia. Por lo tanto, hay que tratar de identificar con precisión esa sustancia. En este sentido son de gran ayuda las pruebas efectuadas por un alergólogo. Posteriormente, deberán tomarse las medidas necesarias para evitar el contacto con la sustancia. Si usted o su hijo es muy alérgico, un lavado frecuente de los ojos con suero fisiológico o de lágrimas artificiales, a fin de eliminar la sustancia y facilitar la restauración de la película lagrimal, puede ser provisionalmente una barrera protectora contra los alérgenos. Si la alergia es muy importante y está vinculada a un alérgeno único y bien definido, se puede considerar en ocasiones un tratamiento desensibilizante o inmunoterápico (vacunas antialérgicas). Dicho tratamiento consiste en la ingesta de gotas sublinguales, comprimidos o pequeñas inyecciones subcutáneas frecuentes durante largos periodos de tiempo. Los resultados, aunque varían de una persona a otra, suelen ser en general satisfactorios. ¿Cómo se puede tratar la alergia ocular? Hay medicamentos que tienen la función de evitar que se desencadene la reacción alérgica. Éstos pueden presentarse en forma de colirios para un tratamiento esencialmente local o en comprimidos si sufre otros síntomas alérgicos (generalmente nasales). Son tratamientos muy eficaces y la mayoría están disponibles esencialmente con receta. El tratamiento de comprimidos normalmente sólo necesita una dosis diaria (por la mañana al levantarse) y periódicamente si el paciente se encuentra en un período alérgico crítico (especialmente en primavera). Actúan rápidamente y también se pueden tomar de manera puntual, a demanda, cuando sienta que aparecen los síntomas. Atención: algunos pueden estar contraindicados para ciertas personas (en caso de enfermedad hepática o renal) o no se pueden tomar al mismo tiempo que otros medicamentos. Lea atentamente las indicaciones. ¿La alergia ocular puede complicarse? Sí. Algunas alergias oculares pueden causar complicaciones en la córnea y tener consecuencias nefastas para la visión. En caso de dolores, mareos o reducción de la visión, es importante consultar con el oftalmólogo rápidamente. Más allá del riesgo de sufrir complicaciones, no hay que trivializar una alergia ocular. Hay un riesgo real de que la afección se convierta en crónica. La inflamación y picor en los párpados ¿es una alergia? La alergia de los párpados existe. La blefaritis es la inflamación del tejido que forma el párpado. Se suele presentar más en los bordes del mismo en forma de irritación del borde, con un color rojo y formación de escamas en la zona. En otras ocasiones es una lesión más difusa por todo el párpado con lesiones de tipo eccema, picor y descamación. Las más frecuentes son: Blefaritis escamosa: formación de escamas entre las pestañas siguiendo el borde libre palpebral. Es frecuente en pieles atópicas (blefaritis atópica) y en pieles seborreicas, en las que frecuentemente se complica con infección por bacterias y hongos. En la blefaritis seborreica también son frecuentes las complicaciones con orzuelos y chalaziones. Blefaritis alérgica de contacto: es una forma de expresión de una alergia de contacto frente a diversas sustancias, generalmente productos cosméticos. ¿Cómo se trata la inflamación de los párpados? La base del tratamiento consiste en la limpieza de los bordes de los párpados con un jabón neutro que no irrite los ojos, o champú para niños con agua. En la blefaritis escamosa, hay que limpiar bien la base de las pestañas, para eliminar los collaretes de epidermis y que no caigan al ojo. Se recomienda frotar con una gasa empapada en jabón la línea de las pestañas con los ojos cerrados. Esta limpieza hay que realizarla una o dos veces al día, según la severidad de los síntomas. En la blefaritis seborreica, también hay que realizar una higiene similar a la descrita para la blefaritis escamosa, pero además, antes hay que procurar "exprimir" las glándulas grasas que hay en los párpados para vaciarlas. Esto es más fácil de realizar si antes se ha aplicado calor en los párpados, por ejemplo, con unas compresas calientes durante unos minutos (así la grasa se reblandece). Utilizar lágrimas artificiales ayuda a aliviar los síntomas: limpia las partículas de la lágrima, y ayuda a corregir el ojo seco que suele asociar esta blefaritis. El uso de pomadas antiinflamatorias ayuda a controlar los síntomas de la blefaritis. No obstante, si los párpados enrojecen y están doloridos o incluso hinchados, probablemente no se trate de una blefaritis alérgica sino de una infección. En ese caso realice una consulta médica inmediatamente.