Las mujeres venezolanas frente a la Enmienda Constitucional

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Las mujeres venezolanas frente a la Enmienda
Constitucional
Rebeca E. Madriz Franco :: 12/01/2009
Que Chávez asuma la lucha por la liberación de la mujer como inseparable de la lucha de
clases es razón para que las mujeres apostemos por la Revolución Bolivariana
La actual coyuntura política venezolana pone en el tapete un elemento de carácter “fundamental”
para el avance y profundización del Proceso Bolivariano en general, y muy especialmente para las
Mujeres Venezolanas; y es que la enmienda constitucional que propone la posibilidad de la
reelección continua al cargo de Presidente o Presidenta de la República, que se traduce en la
permanencia del líder histórico Hugo Chávez al frente de la Revolución Bolivariana, es la única
garantía de que la situación de la mujer no solamente avance en términos reivindicativos. Pues como
se ha demostrado, en el marco del sistema capitalista es posible dar respuestas y subsanar algunas
problemáticas, que si bien son indispensables, no tocan los elementos estructurales y de fondo sobre
los cuales se sostiene la opresión de la mujer. La historia ha demostrado, no sólo en los clásicos de la
teoría revolucionaria, sino muy contundentemente en la práctica, cómo la participación y posición de
las mujeres en los procesos históricos es indispensable para determinar su grado de progreso o
regresión. Basta con revisar por ejemplo la situación de las mujeres bajo el nazi-fascismo, donde el
apego a ciertas y “tradicionales” costumbres, como una franca aversión al feminismo y la exaltación
a “lo femenino bueno” (católica, dedicada, madre sacrificada, obediente esposa), eran exacerbadas.
La frase "el verdadero deber de las mujeres para con la Patria es formar familias... en las que
alienten todo lo que es tradicional...” sintetiza muy bien la situación. Otro caso que debe llamarnos a
la reflexión, es la situación que atravesaron las mujeres durante la existencia de la Unión Soviética;
pues si bien cierto los mayores avances que en la materia se han registrado fueron los que se
produjeron en la naciente URSS bajo la dirección de V. Lenin; esos avances fueron frenados ante la
ausencia del mencionado líder comunista, y comenzó una proceso de retrogradación en dichas
conquistas, que tuvo su máxima expresión con la Perestroika, donde Gorbachov señala que las
deficiencias morales, culturales y de producción resultaban de la pretensión de equiparar a hombres
y mujeres en todos los aspectos, por lo que la mujer debía dedicarse y volver a su labor “puramente
femenina”. Si algo refleja lo descrito, es que la presencia de un líder es una fuerza impulsora capaz
de direccionar e incluso forzar, el camino de los diversos sectores sociales a un objetivo estratégico
en común. En el caso de la Revolución Bolivariana, la figura de Chávez ha logrado aglutinar a los
más diversos sectores en un amplio frente antiimperialista, precisamente porque se han asumido las
necesidades particulares de cada sector, y las mujeres no hemos sido la excepción; desde la
visibilización en el lenguaje en la Constitución del 99, pasando por el reconocimiento del trabajo del
hogar como actividad productiva, la creación de diversos instrumentos jurídicos contra la violencia
de género, la creación de un ministerio, la participación política paritaria, y la incorporación de la
perspectiva de género al presupuesto de 2009, hasta la creación de una plataforma que unifique a
las mujeres para luchar por sus reivindicaciones específicas (cuyo congreso se realizará en el mes de
marzo), son una muestra de ello. Indiscutiblemente se ha dado para las mujeres un proceso lento
pero de avanzada, que sugiere necesarias etapas que comienzan a superar lo puramente
reivindicativo -desde donde es posible crear las condiciones subjetivas y objetivas para la
movilización de las mujeres- para imbuirse en elementos políticos e ideológicos que hasta ahora han
sido postergados, incluso por la izquierda, la cual muestra su lado más conservador cuando del tema
se trata y cuyo dogmatismo no les permite ni siquiera suponer la posibilidad de que ,la revolución
socialista no será producto “exclusivo” de los obreros fabriles, sino de toda la amplia gama de
sectores que conforman la clase trabajadora, y en la que la mujer hace parte al menos en un 50%. La
propiedad privada y la división de la sociedad en clases sociales, la división sexual de trabajo, la
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mercantilización de la mujer, la feminización de la pobreza, y el machismo (como expresión más
común del Patriarcado), han sido algunos de los elementos expuestos por Chávez en sus últimas
intervenciones para justificar la necesidad de construir una sociedad de iguales, lo que reafirma su
condición de líder indispensable en ésta etapa del proceso Bolivariano, pues abraza los elementos
fundamentales sobre los cuales se sostiene la opresión de la mujer. Que Chávez asuma la lucha por
la liberación de la mujer como inseparable de la lucha de clases, que la construcción del Poder
Popular sea el objetivo táctico para instaurar un poder hegemónico alternativo con carácter
revolucionario, y que el objetivo estratégico sea la construcción de una sociedad Socialista, son
razones suficientes para que las mujeres como parte decisiva de los sectores del pueblo, no dudemos
y apostemos nuestros mayores esfuerzos con un Sí rotundo y contundente a la continuidad de la
Revolución Bolivariana, y con ello del Comandante Chávez al frente proceso venezolano.
Parafraseando una cita hecha por Galeano de un venezolano común: Las Mujeres no queremos que
Chávez se vaya, porque no queremos volver a ser invisibles… Para ver este artículo en su traducción
al italiano: Mujeres Libres La Haine
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