La Historia de la navegación Versión abreviada En el 1772 el viaje de Resolución de HMS, era a la navegación, lo que Wilbur y el brinco pequeño de Orville, fueron a la aviación. Hasta ese tiempo la práctica de navegación era más arte que ciencia y los marineros nunca navegan de verdad, fuera de la vista de tierra porque era de este modo como sabían su posición en el mar. El viaje de resolución cambió eso para siempre. Hubo un primer dispositivo que revolucionó particularmente la navegación, el cronómetro. Posibilitando inclusive en viajes de exploración a modo de prueba ir perfeccionando y corrigiendo las técnicas de navegación existentes hasta el momento. Ya los marinos de siglos anteriores habían recorrido los océanos. Los descubrimientos arqueológicos muestran que los vikingos y polinesios hicieron los épicos viajes, antes de la invención del compás magnético o el cronómetro. Ellos no dejaron ningún archivo de cómo lograron estos hechos. Solo sabemos que usaron el conocimiento de los vientos prevalecientes. Y también probablemente lo que les permitió determinar la dirección durante sus navegaciones fueron sus conocimientos sobre el sol y las estrellas. Gracias a la invención del compás, los marinos antiguos podían a partir de su posición, calculando la velocidad gracias al cronómetro, calcular la distancia recorrida y su localización. Estos cálculos no eran muy exactos, pero formaron la base de la navegación. Cuando astrónomos empezaron a observar el orden en los movimientos de las estrellas y planetas, los navegantes usando esta información empezaron a poder determinar su situación. La latitud de una embarcación se encontró fácilmente observando la altura del sol del mediodía, pero un método para encontrar la longitud seguía siendo un misterio. Desde que ellos pudieron encontrar la latitud, aunque no la longitud, los navegantes practicaron la navegación paralela y sus viajes pudieron ser tanto hacia el Este como el Oeste, siempre a lo largo de los paralelos para una distancia planificada. Esto sometía los viajes a grandes riesgos. Porque a veces la embarcación no estaba tomando la ruta más directa a su destino. La navegación paralela hacía perder mucho tiempo y eso significaba exponer la tripulación a viajes prolongados y al Escorbuto, una enfermedad potencialmente mortal causada por la falta de C de la vitamina en la dieta. Además, los errores de estima en las largas distancias a veces daban por resultado desastres. En la noche brumosa del 22 de Octubre de 1707, un simple error de estima hundió 3 buques de guerra británicos, muriendo 2000 hombres. Las 4 naves de la flota del Almirante Sir Clowdisley Shovell hacían una navegación paralela cercana a las Islas de Scilly, navegaba con riesgo dejando atrás Inglaterra. Después de cometer un error al juzgar su longitud, el Almirante se dirigió al norte. Un marinero, que secretamente llevaba los cálculos del viaje de la flota, se acercó al Almirante y le informó del error. Desgraciadamente el Almirante no agradecía y él tomó al marinero por advenedizo, por lo cual rápidamente ordenó colgado. Solo algunos momentos luego, la flota chocaba contra los bajíos de Scilly. Esta tragedia ayudó a la toma de conciencia en Europa, Inglaterra en particular, de la importancia de encontrar una solución al problema de la longitud. Un Comité Real fue formado para recoger las ideas y un premio de £20,000 se ofreció a la persona que podría determinar la longitud al mar. Muchos esquemas eran probados, algunos de ellos fueron: 1 LA VARIACIÓN Algunos creyeron que pudieran trazarse diferencias globales en la variación magnética como modo de determinar la longitud. Pero desgraciadamente la variación no es de ningún modo una constante bastante importante para ser de mucha ayuda. LOS PERROS HERIDOS. Un defensor de este método sugirió que si con una substancia misteriosa llamada "polvo de simpatía" se impregnaba una venda, con la que luego se frotaba en una herida un perro, esto le causaría dolor suficiente para aullar, aun cuando el perro estuviera a centenares de millas lejos de la venda. Si esto se hiciera en Inglaterra en un momento predeterminado todos los días, entonces el perro al aullar le haría un signo de tiempo diario al navegante. Claro si la nave estuviera viajando en una jornada extendida, el perro tendría que ser nuevamente dañado para así al guardar la herida fresca prosiguiera aullando. Por suerte para los perros, este esquema no arregló la cacerola. Los SIGNOS de TIEMPO Esta idea requería de una flota estacionada de barcos en determinadas localizaciones prefijadas en los océanos. Los que dispararían cada flota responsable un tiro de cañón luminoso alto en el cielo en un momento predeterminado cada día para que los marinos tuvieran los signos de tiempo. El puro costo de tal tarea, por no mencionar la impracticabilidad de fijar los barcos, en las miles de localizaciones en el agua de grandes profundidades, eran simplemente algunas de las razones por la que esta idea entró en el archivo olvidado. Las LUNAS DE JÚPITER Galileo sugirió primero que los navegantes pudieran usar las lunas que orbitan alrededor del planeta Júpiter, para así calcular el tiempo preciso y la longitud. Esta idea realmente cuajó, pero la dificultad de llevarla a cabo estas observaciones desde una embarcación en plena navegación, hizo que fuera imposible prácticamente. La DISTANCIA LUNAR Otro método teóricamente posible. Medir el ángulo entre la Luna y otros cuerpos celestiales, determinando el tiempo preciso. Los cálculos eran difíciles y torpes y a que veces había que navegar por ejemplo 4 horas para conseguir un cálculo aproximado. El CRONÓMETRO Finalmente en 1728, un relojero británico nombrado John Harrison desarrolló un reloj que fue exacto en todo momento en el mar. Como la Tierra gira 15 grados por hora, si usted sabe la hora precisa del primer meridiano de longitud, la diferencia entre ese tiempo y el tiempo local del navegante (el tiempo a su situación) le dará su longitud. Por fin el marino tenía la posibilidad de fácilmente y de forma consistente, determinar su posición exacta. Hoy, los relojes de cuarzo baratos le dan el tiempo exacto al navegante y los sextantes pueden medir la altitud de estrellas dentro de una porción de un grado. Hoy los dispositivos electrónicos receptores del llamado Sistema de Posicionamiento Global y LORAN, pueden determinar la posición y pueden calcular cursos y distancias. El RADAR no sólo se usa para evitar la colisión, también para medir distancias y posición de la parcela. Durante siglos la navegación ha venido de modo lento evolucionando junto al desarrollo de todas las ciencias involucradas. Aunque aún la aplicación de este conocimiento 2 determinado de por resultado que se trate de un arte. A pesar del levantamiento de información y cálculos que permiten hoy los microprocesadores, hay muchas razones por qué el marino de hoy necesita saber y practicar los métodos tradicionales de navegación. Las faltas de Energía, un fusible que se queme o lo que es más importante, el propio capitán que es responsable para la nave y sus pasajeros y no el GPS, que no sepa valerse en una condición extrema de fuera de uso de la electrónica, o simplemente no ser capaz de corroborar un desperfecto parcial-Además por esto último es que debemos siempre preguntarnos y constatar si la propia electrónica está siendo capaz de llevarnos por donde dice y no por donde creemos o nos indica. 3