Historia del análisis económico

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HISTORIA DEL ANÁLISIS ECONÓMICO.
TEMA 1. DE LOS ORÍGENES DEL ANÁLISIS ECONÓMICO AL S.XVIII
• LAS PRIMERAS APORTACIONES: GRECIA Y ROMA.
El primero que habló de economía fue JENOFONTE, el cual unió todas sus inquietudes (filosofía,
economía,...) y todo el pensamiento con las ciencias naturales. En su obra El Económico economía significaba
administración de la casa. La inteligencia del administrador se demuestra de dos maneras:
• Incrementando su riqueza. La riqueza se incrementaba a través de la división del trabajo.
• Gastándola bien. Se gastaba bien con la doctrina del hedonismo, que consistía en huir del dolor y acercarse
al placer. El placer o el dolor que cualquier cosa pudiera reportar a su dueño es subjetivo y ahí nadie se
puede meter (teoría subjetiva de la utilidad).
PLATÓN (427−347 a. J.C.). Platón fue discípulo de Sócrates y tomó la idea de división del trabajo de
Jenofonte. Según Platón, el origen de la ciudad estaba en la división del trabajo porque cada una de las
personas especializadas en un trabajo concreto necesita de las demás. Esta especialización se da sobre todo en
las ciudades. Esto creaba una mutua interdependencia que da lugar al mercado. Para Platón, en el mercado se
da el riesgo de suma 0, es decir, alguien sale perdiendo para que otro obtenga beneficio, y al final pérdida y
beneficio se igualan. Su conclusión fue que el estado debería regular el mercado.
ARISTÓTELES (384−322 a. J.C.). Aristóteles toma la idea de la división del trabajo de Jenofonte y la del
mercado de Platón. Y se da cuenta de que el mercado funciona porque en cada intercambio que se produce,
comprador y vendedor perciben que salen ganando. Pero deben darse 4 condiciones para los intercambios en
el mercado:
• Deben existir un excedente comercializable.
• Existir estimaciones subjetivas del excedente.
• Los individuos deben percibir la ventaja mutua de ese intercambio.
• En caso de disputa debe existir una autoridad superior que resuelva las diferencias.
IDEA DE LA USURA. Para Aristóteles, el destino natural del dinero era gastarlo. Por lo tanto, amasar
fortunas no tenía ningún sentido, era antinatural. Y si un individuo prestaba dinero a otro tampoco tenía
sentido que le devolviera más. Así, el interés también era antinatural, por lo que Aristóteles lo condena
identificándolo con USURA, abuso del poderoso sobre el débil.
ROMANOS. Los romanos no avanzan nada en economía, aunque sí en Derecho; consiguieron garantizar una
serie de normas en cuanto a derecho de propiedad y cumplimiento de contratos y de intercambios (existencia
de propiedad privada)
• EL PENSAMIENTO ESCOLÁSTICO MEDIEVAL.
El cristianismo perjudica enormemente el desarrollo de la economía ya que considera que lo importante es lo
espiritual y no lo material. Así, se perdieron los conocimientos en economía. Su estudio se volvió a retomar en
el S.XII con el conocimiento del Islam. El método de estudio de la época se basaba en la fe; todas las ideas
tenían que ser contestadas por la fe. El Islam se enfrenta al Cristianismo.
A partir de esta influencia se va a desarrollar lo que se conoce como ECONOMÍA ESCOLÁSTICA, para la
cual las ideas que se desarrollan deben ser contrastadas con la doctrina de la iglesia y si no coinciden se
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abandonan. A partir del Renacimiento esta idea se abandona. Los grandes pensadores son TOMAS DE
AQUINO (1226−1274) y JEAN BOURIDEU.
A los pensadores escolásticos les interesaba sobre todo la justicia y hacían planteamientos morales. Este fue el
caso de Tomás de Aquino, el cual comenzó hablando de la demanda de bienes y llegó a la conclusión de que
la necesidad era la que condicionaba los precios. A partir de aquí no siguió indagando y se preguntó si era
lícito que un vendedor obtuviera beneficios en contra de la necesidad de los demás. Para Tomás de Aquino si
el vendedor realizaba bienes y al desprenderse de la mercancía, era lícito que se le asignara un beneficio si los
compradores tenían una necesidad urgente de ese bien.
Jean BOURIDEU sopesa este planteamiento y define la INDIGENCIA como la necesidad que cualquier
persona siente de comprar cualquier bien. La pobreza es la falta de cualquier cosa por una persona, pero da
igual que sea necesario o superfluo. Se está viendo aquí la posibilidad de una teoría de la demanda.
A partir de aquí se abre una nueva perspectiva. De forma paralela, durante la Edad Media, la iglesia desarrolla
la DOCTRINA DE LA USURA y hace suyas las ideas de Aristóteles, es decir, es antinatural que el dinero
aumente sólo por cambiar de manos, por lo que el préstamo con interés es condenado. Sin embargo, con el
desarrollo de la economía a partir del S.XVII se fueron dando un mayor número de préstamos y de diferencias
de tipos. Las luchas de los estados hicieron que los reyes y terceros estados pudieran prestar, por lo que la
iglesia tuvo que matizar y aceptó que el interés era admisible si el préstamo conllevaba un préstamo para el
prestamista. Al final se estableció la arbitrariedad ya que la iglesia no fue capaz de decir cuales eran válidos y
cuales no.
Pequeños prestamistas salieron perdiendo y grandes casas de bancos llegaron a ser consideradas como hijas
queridas de la iglesia ya que prestaban al Papa. Además, todos estos problemas dieron lugar a una acusación
contra la iglesia de retrasar el desarrollo económico impidiendo inversiones productivas. Incluso hubo una
consecuencia no prevista por la iglesia: la prohibición no afectaba a los judíos, que muy a menudo prestaban a
la propia iglesia.
• DEL MERCANTILISMO AL LIBERALISMO.
La primera contribución del mercantilismo es que olvida definitivamente los aspectos morales. Ya no le
interesó la salvación de las almas, sólo interesan los aspectos materiales de la vida humana, sin necesidad de
determinar lo que está bien y mal. Esta escuela se desarrolla en una época en la cual Europa se está dividiendo
en diversos estados que van a enfrentarse entre ellos por la hegemonía del continente. Los primeros
estados−nación que aparecen son España, Francia e Inglaterra. En esta hegemonía jugará un papel
fundamental la lucha de unos contra otros por el comercio.
En esta época también se define la balanza comercial, que según los economistas de la época debería ser
siempre positiva porque en ese caso la diferencia entre las exportaciones y las importaciones debía ser pagada
en oro, el cual servirá para sostener la lucha por la hegemonía continental.
LA TEORÍA DEL MERCANTILISMO. El objetivo de cada estado debe ser la acumulación de oro a través
de un comercio favorable, restringiendo las importaciones y favoreciendo las exportaciones. Las
importaciones se restringen mediante la prohibición de entrada a productos extranjeros o directamente
haciendo la guerra con el país contrario. Y las exportaciones se fomentaban mediante subsidios y la búsqueda
de otros mercados (colonias). Un instrumento fundamental fue la instalación de monopolios que recibían la
exclusividad del comercio para una colonia o para un producto.
El comercio era una obsesión para las monarquías porque utilizaban los beneficios que proporcionaba para
comprar soldados. Otra idea obsesiva de los mercantilistas fue LA CONCEPCIÓN DEL TRABAJADOR
COMO UN SER DE ÍNFIMA CATEGORÍA MORAL. El trabajador era miserable y él mismo se lo había
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buscado. Algunos incluso decían que era una pérdida de tiempo y de recursos pagarles más ya que como
hemos afirmado anteriormente tenían una baja condición moral. Esta idea viene de Inglaterra porque
necesitaban que los costes fueran bajos, decían que si les pagaban más sólo les serviría para el vicio debido a
su baja condición moral.
Los economistas mercantilistas se dedicaron fundamentalmente a estudiar la economía real y la balanza
comercial. Pero su análisis se vio limitado por su obsesión por acumular oro. Incluso la idea fija de
incrementar exportaciones y reducir importaciones llegó a que algunos economistas trataran de ser
autárquicos. Además, no fueron capaces de ver que la especialización de los diferentes países podía mejorar la
situación de todos ellos. Otro defecto importante es que no relacionaron la cantidad de metales preciosos de
un país con su nivel de precios; si lo hubieran hecho se habrían dado cuenta que una balanza comercial
positiva es imposible en ese caso ya que un incremento de precios provoca un descenso de la competitividad
que dará lugar a un descenso del comercio.
A partir del S.XVIII algunos pensadores se manifestaron en contra del mercantilismo (liberalistas). El primero
fue W. PETTY (1623−1687), conocido por su insistencia en utilizar datos cuantitativos para estudiar la
economía de un país. Propuso que a la ciencia económica se le llamará ARITMÉTICA POLÍTICA. Es el
padre de la Econometría a partir de la cual analizó la obsesión por el oro. Según Petty, la riqueza de un país no
se medía por la cantidad de oro sino por su capacidad de producir mercancías. Además, aunque no rechazaba
la idea de que la circulación de abundante oro fuera positiva para un país, insistió que ese oro debía emplearse
en recursos productivos, y añadió de manera rápida.
RICHARD CANTILLON (1680−1734) es ya un autor moderno en el sentido de que el análisis que utiliza
trata de ser lo más objetivo posible. Escribe un libro que será publicado 25 años después de su muerte: Ensayo
sobre el comercio en general, 1759. En él habla fundamentalmente de tres temas: El mercado, la relación
entre cantidad de dinero y precios, y las empresas. Unió estos tres temas para explicar la economía.
Es el primer autor que trata una idea general de la economía. Se buscan explicaciones causa efecto que dan a
entender que todo está relacionado. A través del mercado se relacionan todos los órganos de la economía y lo
que afecta a uno de los órganos afecta a todos los demás. Este mercado se autorregula a través de los precios.
Para CANTILLON cada bien tiene dos valores:
VALOR INTRÍNSECO. Es igual al coste de producir, que se divide en tierra y trabajo.
VALOR DE MERCADO. Es el determinado por la oferta y la demanda de ese bien.
A corto plazo ambos valores pueden diferir, y de hecho difieren; puede ocurrir que el precio de mercado sea
inferior al valor intrínseco del bien, por lo que ese bien dejará de producirse, es decir, se producirá un
descenso de la oferta, lo que provocará un incremento de los precios, con lo que valor intrínseco y valor de
mercado se igualarán. CANTILLON fue el primero en analizar esta relación. Según él, la llegada de metales
preciosos a un país provocaba diferentes efectos según fueran a parar a personas gastadoras o ahorradoras:
• Si llegaban a personas gastadoras, se produciría un incremento de la demanda de bienes, lo que
incitaba a producir más. Esto incrementaba la demanda de préstamos y en consecuencia los tipos de
interés.
• Si llegaban a personas ahorradoras, se incrementaría la cantidad de dinero en manos de los
prestamistas y caerían los tipos de interés.
Unido a su análisis del mercado se encuentra el EMPRESARIO al que le otorga un papel protagonista. Según
CANTILLON existen dos tipos de personas:
• Los que viven con un trabajo fijo a cambio de un salario.
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• Los que viven de ingresos irregulares y desconocidos porque no saben cuanto van a vender, los
empresarios. Estos asumen un riesgo, y por tanto en ocasiones obtienen mayores beneficios. Estos son
los que hacen que el mercado funcione y tratan de vender sus bienes a nuevos precios o aumentar su
calidad debido a la competencia entre ellos. Son también los que están atentos a los precios relativos.
• LA FISIOCRACIA: QUESNEY Y EL TABLEAU ECONÓMIQUE.
Textualmente Fisiocracia significa gobierno de la naturaleza. Es una escuela liberal que combate el
mercantilismo y que da mucha importancia a la agricultura. Publica sus obras en la 2ª mitad del S.XVIII,
habiendo en todas ellas una crítica al mercantilismo por no permitir el libre comercio agrícola y por defender
un sistema fiscal excesivamente gravoso con los empresarios. El autor más relevante dentro de esta escuela es
F. QUESNEY y su TABLEAU ECONÓMIQUE.
La preocupación fundamental de la fisiocracia y de los fisiócratas será el estado de crisis de la agricultura
francesa y su principal objetivo solucionar dicha crisis. Tenían, pues, una motivación propagandística,
pretendiendo hacer entender ideas reformistas que debía escuchar el gobierno, cosa que no ocurrió. En este
contexto llegamos a la Revolución francesa, encabezada por los campesinos.
CLASES. Estos señores no son revolucionarios sino reformistas y monárquicos, defensores de la situación
política en la que se vivía, aunque críticos con ella.
En el Tableau Económique se presenta a la sociedad como un conjunto orgánico compuesto por órganos que
se interrelacionan entre ellos. El lugar donde se encuentran es el mercado. QUESNEY divide la sociedad en 3
órganos o clases:
• PRODUCTORA, formada únicamente por los agricultores. Es la única clase que obtiene producto neto
(riqueza).
• CLASE ESTÉRIL, formada por comerciantes y artesanos. Transforman productos pero no crean riqueza.
• CLASE RENTISTA, formada por terratenientes que se hacen con el beneficio que producen los
campesinos.
Las clases productora y estéril se relacionan entre sí intercambiándose el producto de su trabajo. La clase
rentista se apropia del beneficio, del valor neto, que obtiene la clase productiva, y con el que adquiere
productos tanto de la clase productiva como de la clase estéril.
ERROR DE LOS FISIÓCRATAS. Lo que entra en la agricultura no es lo mismo que lo que sale; hay un
plus y para ellos el beneficio era reducido por el factor tierra o por el factor dinero. Pidieron a los franceses
una mejora de la agricultura ya que esta era necesaria para que Francia se engrandeciera. Sus reclamaciones
fueron bajar los impuestos a los campesinos y subirlos a los rentistas ya que a largo plazo los rentistas también
se beneficiaban ya que ellos son los que disfrutan del incremento de la productividad de la agricultura. La
Revolución Francesa acometió todas estas reformas e incluso alguna más. Las ideas fisiócratas siembran la
llegada del capitalismo.
TEMA 2. LA ESCUELA CLÁSICA.
2.1. ADAM SMITH Y EL NACIMIENTO DE LA ECONOMÍA MODERNA.
En términos muy esquemáticos podemos decir que los clásicos se sitúan cronológicamente entre 1776 y 1873,
y que aceptaron o hicieron suyas una serie de ideas englobadas en una misma doctrina económica.
ADAM SMITH. En 1776 Adam Smith publica su obra cumbre, Investigación sobre la naturaleza y causa de
la riqueza de las naciones. Con este libro, Smith destruye por completo a la Escuela Mercantilista, naciendo
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la Escuela Clásica, heredera de los liberalistas que vimos en el tema anterior. Este libro recoge una serie de
ideas claves de los autores clásicos:
• El individuo es libre por naturaleza.
• El desarrollo económico debe ser el objeto fundamental de estudio de la ciencia económica porque es el que
sacará a la humanidad de la pobreza.
Adam Smith (1723−1790) nace en Escocia. Fue reconocido gracias a la Riqueza de las Naciones y por sus
aportaciones en filosofía, ética y teología. Adam Smith recoge todo el pensamiento liberal y lo hace suyo. Se
fija en Cantillón al cual cita en sus libros. Une todo el pensamiento liberal en un sistema económico que
explica la realidad económica de su tiempo.
La base de su pensamiento es filosófica; para él el individuo es libre por naturaleza y la libertad es un derecho
innato para el hombre. Y esa libertad la confronta con el derecho del Gobierno a decir al individuo lo que
debe hacer. Así, los gobiernos son una creación de los hombres y son posteriores a los derechos innatos de los
individuos. Por ello, el Estado no puede imponer su voluntad sobre los individuos. Los derechos del estado
son posteriores a los derechos del individuo. El estado no debe intervenir en las cuestiones que guarden
relación con las actuaciones económicas de los individuos. Además, por regla general los burócratas hacen
mal las cosas, con lo cual lo mejor es que no intervengan para nada.
Para Adam Smith los individuos son egoístas, pero si se deja a los individuos guiarse libremente por ese
egoísmo una mano invisible los llevará hacia el bienestar común. No es necesario, pues, que el individuo esté
guiado por buenos sentimientos, basta con dejarle actuar libremente en busca de su mayor beneficio, que será
el beneficio de la propia sociedad. Ha de existir, eso sí, competencia entre los individuos. En situación de
monopolio el egoísmo es desmesurado. Este ataque a los monopolios también se debe a que en esta época el
estado era el que concedía los monopolios. Así el estado no debía intervenir para nada en la economía.
TEORÍA DEL VALOR. El valor de una mercancía para la persona que la posee y que tiene intención de
intercambiarla por otras mercancías es la cantidad de trabajo que puede comprar con la misma. El trabajo es la
medida real del valor de las cosas. Cuando una persona llega al mercado a comprar un bien está cambiando
una cantidad de trabajo por otra. Para hacer comparaciones entre cantidades de dinero la moneda facilita todo
intercambio. Esto ocurre únicamente en las economías simples. En las economías avanzadas, además del
trabajo, hay otros dos factores que aportan valor a la mercancía: el capital y los recursos naturales (tierra). Al
capital se le paga con un beneficio y a los dueños de los recursos naturales con una renta.
TEORÍA DE LOS PRECIOS. Se desarrolla con ideas que parten de Cantillón. Existen dos tipos de precios,
los precios de mercado a corto plazo y los precios naturales a largo plazo. También existe una diferencia entre
demanda absoluta y demanda relativa. La relevante es la demanda efectiva, que es aquella demanda que está
dispuesta a pagar el precio natural del bien que desea adquirir.
Cuando la cantidad de cualquier mercancía es menor que la demanda efectiva no se puede satisfacer a todos
aquellos que están dispuestos a pagar su precio natural y algunos de estos individuos estarán dispuestos a
pagar más antes que quedarse sin mercancía. Esto impulsará el precio al alza. Por el contrario, cuando la
cantidad de mercancía excede a su demanda efectiva no se puede vender por entero a los que están dispuestos
a pagar su precio natural, y una parte deberá venderse a los que están dispuestos a pagar menos, lo que hará
bajar los precios.
A continuación relaciona esto con el MERCADO DE FACTORES DE PRODUCCIÓN. Si la cantidad
ofrecida de un bien supera la demanda efectiva su precio de mercado será menor que el natural, lo que
significa que alguno de los factores será retribuido por debajo de su tasa natural. Y si los terratenientes ven
disminuir su renta dejarán de producir ese bien al igual que si los capitalistas ven disminuir sus beneficios o
los trabajadores no reciben su salario natural. Así, baja la oferta y se vuelve al equilibrio.
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SALARIOS. Smith únicamente expresa lo que era una opinión generalizada; los trabajadores dependían del
capital de los empresarios para poder mantenerse. Para Smith, el capital acumulado constituye un FONDO
DE SALARIOS, el cual se nutre de los beneficios del capitalista, que los ahorra y de forma automática los
emplea en mantener a la población trabajadora. El atesoramiento es irracional, todo el beneficio se reinvierte.
TEORÍA CONTRACTUAL DE LOS SALARIOS. La tasa de salarios individual de cada trabajador
depende a corto plazo de lo que se establezca entre él y el capitalista. La única norma que existe es que los
trabadores se reunirán para incrementar sus salarios, y las empresas para reducirlos. Por otra parte, a largo
plazo los salarios serán siempre de subsistencia, o sea, serán el mínimo posible para que un trabajador y su
familia sobrevivan. Porque el instinto de los trabajadores es procrear, del cual no pueden deshacerse.
Un incremento de la demanda de trabajadores por un incremento del fondo de salarios llevará a los
trabajadores a incrementar sus familias, y sus hijos serán la respuesta de la oferta a esa demanda de trabajo, y
el salario a largo plazo será de subsistencia, y el fondo de salarios servirá para alimentar a más trabajadores.
Pero a largo plazo los salarios podían ser crecientes si el crecimiento económico no se paraliza, o sea, si la
demanda de trabajo aumenta y la oferta tarda en responder es posible que los salarios crezcan constantemente.
RENTA. Es el precio que se paga por el uso de la tierra o los recursos naturales. Se establece como un
contrato entre el propietario y el agricultor, pero se hace bajo condiciones favorables para el propietario
porque tiene monopolio sobre la tierra, puede decidir sobre su tierra. Por esto la renta que se establece es lo
que queda después de pagar al agricultor su subsistencia, las herramientas, la semilla, o sea, lo mínimo para
mantenerle. La renta es un pago residual, es consecuencia del precio que se ha obtenido en el mercado por el
producto.
BENEFICIO. Lo primero que dijo fue que todo beneficio se divide en dos partes:
• Rendimiento por el capital adelantado.
• Compensación por el riesgo asumido.
De ahí pasó a separar dos conceptos:
• BENEFICIO. Es el ingreso derivado del capital para la persona que lo emplea.
• INTERESES. Es el ingreso derivado del capital de la persona que no lo administra ella misma sino que lo
da en préstamo para que lo administre otro.
La evolución tanto del beneficio como del interés será paralela. Por último destaca otras dos ideas sobre el
beneficio:
• La acumulación de capital en un mismo sector lleva a una disminución de la tasa de beneficio.
• Los beneficios no son una consecuencia del precio sino una causa. Salarios y beneficios son los que
determinan el precio de las mercancías.
CRECIMIENTO ECONÓMICO. El arranque del crecimiento económico lo provoca la división del trabajo
y lo que posibilita la permanencia de ese desarrollo es la acumulación de capital. La división del trabajo
provocaba una mayor destreza y agilidad del trabajador en el desempeño de su oficio. Ello permitía, además,
ahorrar tiempo porque el trabajador tenía que permanecer quieto. Incluso, provocaba la aparición de
innovaciones tecnológicas. El incremento de la productividad llevó a un crecimiento del beneficio, el cual
lleva a una acumulación de capital que se convierte en salarios crecientes. Y con el paso del tiempo lleva a
estimular una población creciente. El proceso de desarrollo económico es el siguiente: los trabajadores reciben
los adelantos necesarios para su subsistencia y de esta forma agotan el fondo de salarios. Cuando termina el
período de producción se venden las mercancías a un precio que generalmente incluye un beneficio que lo que
hace es incrementar el fondo de salarios. Esto sirve para mantener un mayor número de trabajadores.
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2.2. EL UTILITARISMO DE JEREMY BENTHAM.
Su obra fundamental es Introducción a los principios de moral e investigación, 1789. Formuló el pensamiento
UTILITARISTA. Para Bentham y utilitaristas posteriores el egoísmo, al igual que para Adam Smith, es el
que rige todas las actividades humanas. Así, todo individuo tiende a maximizar su propia utilidad tratando de
obtener placer y rechazando el dolor.
Los utilitaristas dan importancia a la propaganda de sus ideas y escriben a los Gobiernos tratando de que
apliquen sus ideas a la hora de tomar sus decisiones. Sugieren a los Gobiernos que deben actuar según un
único fin: mayor felicidad para el mayor número de personas. Esta idea no distingue entre clases sociales, es
democrática e igualitaria. Para ellos el interés general de la sociedad se mide por la suma de los intereses
individuales. Sin embargo, a los utilitaristas se les distingue de Adam Smith en el hecho de que no creían en la
mano invisible. Bentham afirma que los egoísmos individuales no tienen porqué estar armonizados de forma
espontánea, y como prueba tomó el delito. Por tanto, era necesario que los gobiernos encauzaran los intereses
individuales.
Al pensamiento utilitarista se le pueden hacer una serie de críticas:
• El utilitarismo ponía en relación utilidades individuales y por lo tanto subjetivas, es decir, igualaba
cosas diferentes.
• No era entendible que todos los individuos se movieran exclusivamente con el objetivo de maximizar
el placer y rechazar el dolor. Este planteamiento era excesivamente simplista.
• El consejo dado a los gobiernos era impracticable (no se podían sumar utilidades tan
matemáticamente).
2.3. LA TEORÍA DE LA POBLACIÓN DE MALTHUS.
Su obra fundamental se publicó en 1798: Ensayo sobre el principio de población, en el cual establece dos
proposiciones:
• La población, cuando no se ve limitada, crece en progresión geométrica. Incluso estableció que en 20−25
años la población, si no tiene freno, se duplicará.
• Los alimentos crecen de manera aritmética, no se multiplican, sino que a una base se le va sumando
aumentos de la producción.
La conclusión que saca de estas dos proposiciones es que existe una discrepancia entre el crecimiento
potencial de la población y el de los alimentos. Dado el crecimiento de la población humana sólo puede
mantenerse el nivel de los medios de subsistencia mediante la ley de la necesidad, que actúa como un freno
sobre la capacidad de reproducción. Unido a él existen una serie de frenos positivos y preventivos del
crecimiento de la población. Entre los frenos positivos encontramos la guerra y una serie de enfermedades
como la peste; y entre los frenos preventivos, las restricciones morales, la anticoncepción o el aborto. La
población aumenta cuando el efecto conjunto de todos estos frenos sea menor que la capacidad de
procreación. Pero a larga el incremento de población vendrá condicionado por el incremento de la cantidad de
alimentos.
Podemos enumerar una serie de críticas a esta teoría:
• Malthus no fue capaz de imaginar que la producción agrícola se incrementaría de la manera que lo ha hecho
porque no imaginó que se fueran a producir las innovaciones tecnológicas derivadas de la Revolución
Industrial.
• No pudo prever tampoco que el desarrollo cultural iba a provocar el descenso del número de hijos.
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Malthus tenía razón a la hora de explicar como había funcionado la humanidad hasta ese momento y fracasó
al pensar que la humanidad iba a seguir igual. Pero todavía en determinadas zonas se puede aplicar la teoría de
Malthus para entender el crecimiento de algunas poblaciones.
2.5. EL ANÁLISIS ECONÓMICO CLÁSICO DE DAVID RICARDO.
Según Shumpeter una sección del libro de Ricardo está llena de contradicciones. Este hombre teoriza a partir
de lo que observa y constituye un sistema cerrado para comprender la economía y tiene mucha influencia
posterior. David Ricardo era de origen judío y se dedicaba a la banca y al comercio, amasó mucha fortuna y
entró en la ciencia económica al leer La riqueza de las naciones. En 1809 publica Principios de economía
política y tributación. Sin embargo, este libro está cargado de contradicciones. Es un libro educativo, parte de
unas premisas y a partir de ella teoriza y en ese camino se aleja de la realidad. Ricardo parte de tres supuestos:
• La TEORÍA DE LA POBLACIÓN DE MALTHUS, la cual asume.
• La doctrina del FONDO DE SALARIOS, desarrollada por Adam Smith.
• TEORÍA DE LA RENTA, que él mismo desarrolla a partir de la de Adam Smith.
La Teoría de la renta parte de 2 principios:
• La renta es un residuo del producto, o sea, lo que queda después de pagar el trabajo y el capital.
• LEY DE RENDIMIENTOS DECRECIENTES, según la cual mano de obra homogénea aplicada a
tierras de menor calidad produce unos menores rendimientos. Así, para conseguir añadir a la producción
una unidad más es necesario invertir en una mayor cantidad de factores.
CONCLUSIÓN. El principio del producto en cuestión queda establecido por la última unidad producida
(CMg) ya que en la peor tierra el producto que se obtenga será el justo para pagar a los factores trabajo y
capital, y la renta que se obtenga en este punto será 0. A partir de ahí, conforme las tierras sean mejores nacerá
una renta mayor según sean menores los factores de producción que haya que invertir en producir ese bien.
Cuanto mayor sea la producción mayor será también la renta. Toma de Adam Smith la idea de que todo
ingreso sirve para pagar trabajo, capital y renta, pero desarrolla una Teoría del Valor basada en la cantidad de
trabajo invertida en la producción.
TEORÍA DEL VALOR TRABAJO. Existe una proporción directa entre lo invertido en la producción y la
producción. Es la cantidad de trabajo invertida en un bien lo que define su producto. Pero el capital empleado
en su producción también aporta valor. Ricardo dice que el capital es trabajo indirecto que anteriormente se ha
hecho y que las máquinas están aportando el esfuerzo empleado en ellas. También distingue Ricardo entre:
• CAPITAL VINCULANTE, que era el que moría lentamente. Estaba formado en su mayor parte por
adelantos de los trabajadores (fondo de salarios).
• CAPITAL FIJO, que tardaba en ser consumido y era el gasto producido por la depreciación de las
máquinas.
TEORÍA DEL FUNCIONAMIENTO DEL PROCESO ECONÓMICO. En un primer momento se
produce un crecimiento económico que lleva a la obtención de altos beneficios. Estos beneficios provocan una
acumulación de capital que es la que mantiene el crecimiento económico. Según Malthus el crecimiento
económico a largo plazo no provoca salarios más altos sino que se mantienen constantes en un nivel de
subsistencia y, de acuerdo con su Teoría de la renta, este crecimiento económico lleva a una mayor
producción y en consecuencia a una mayor renta. La consecuencia es que el crecimiento económico provoca
el descenso de los beneficios. La renta acaba comiéndose a los beneficios. El crecimiento económico lleva a
un incremento del número de productores y a un descenso de la tasa de beneficio de cada uno y, sin embargo,
a un incremento de la renta de los propietarios de la tierra.
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Al final del proceso se produce el estancamiento porque la acumulación de capital se sostiene en los
beneficios, y si los beneficios bajan también cae la acumulación de capital hasta llegar a 0. En este punto se
encuentra el llamado ESTADO ESTACIONARIO. Aquí, los salarios son de subsistencia y la renta de los
dueños de la tierra es elevada, lo que se contrapone con unos beneficios prácticamente nulos. Esta situación se
auguraba como inevitable para la economía de su época. Para David Ricardo la renta es un consumo inútil, el
verdadero motor son los empresarios. Existe, además, una lucha social entre terratenientes y empresarios
industriales.
Las principales críticas a Ricardo se las realizaron Malthus y Nassan Senior. Malthus ataca a Ricardo por no
tener en cuenta el análisis de la demanda ya que basaba el coste de las cosas en el coste de producción, y
Malthus lo hacía por el lado de la demanda efectiva del bien en el mercado. Ricardo acusó a Malthus de ser
demasiado práctico y de ir analizando minucias. En este debate triunfó Malthus, que era más convincente y
tajante.
La segunda crítica de Malthus venía por la LEY DE SAY. Este economista francés afirmaba que la oferta
creaba su propia demanda, es decir, que del proceso de producción se generaban los ingresos necesarios para
adquirir la producción obtenida. Al final, la suma de consumo e inversión se gastaba en adquirir la
producción. Esta Ley de Say era aceptada por todos los clásicos, incluido Ricardo. Malthus fue la excepción;
atacó esta ley argumentando que la demanda real no sólo era capacidad de compra, sino deseo de comprar, y
podía darse una demanda efectiva inferior a la oferta, originando una crisis de sobrecapacidad. Una demanda
insuficiente era para Malthus la causa de salarios y beneficios bajos, por consiguiente si se incentivaba la
demanda podían mejorar salarios y beneficios. A partir de aquí Malthus establece que la renta no es un
consumo inútil, al contrario, la demanda de los rentistas incentiva la producción.
Senior establece una serie de matices:
− Había que desechar la idea de que los salarios se mantuvieran al nivel de subsistencia a largo plazo. El
principio de la población de Malthus era válido, pero siempre que tengamos en cuenta un freno más poderoso
que era el FRENO CULTURAL, que consistía en que las personas se acostumbran a un nivel de vida y no
quieren desprenderse de estos hábitos, y esto hace que luchen para que no les falten los elementos de riqueza
que sustentan esta forma de vida. Esto llevaba a que el número de hijos estuviera limitado por el miedo al
empobrecimiento. Con este crecimiento económico los salarios a largo plazo pueden crecer.
− Senior también introduce la idea de que las innovaciones tecnológicas podrían evitar en el futuro la caída de
los beneficios y no tendría porqué darse la caída de beneficios.
El esquema de Ricardo sale muy mal parado después de todas estas críticas.
2.6. JOHN STUART MILL (1806−1873).
Fue hijo de James Mill, el cual educó a su hijo de una forma un tanto especial. Entre sus principales obras
podemos destacar Principios de economía política, 1848, y Sobre la libertad, 1859. Mill tocó cuatro áreas
fundamentales:
• Ciencia económica.
• Concepto de utilidad.
• Libertad individual.
• Teoría del gobierno representativo.
Fue un autor clásico pero muy crítico con los clásicos. En 1869 cuando se alejó de la doctrina del fondo de
salarios se acabó la doctrina de la Escuela Clásica. Vamos a estudiar su primer libro, que se divide en dos
partes:
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• En la primera se trata sobre la teoría económica, es decir, sobre las leyes económicas de la producción, que
para él son inamovibles, naturales.
• La segunda trata sobre política económica, leyes sociales de la distribución. Estas no son naturales,
dependen de la voluntad humana, y están basadas en valores, costumbres y gustos cambiantes.
LEYES NATURALES DE LA PRODUCCIÓN. Es el mejor sintetizador del pensamiento clásico. Asume la
ley de Say y la doctrina de Malthus, y aceptó al principio la doctrina del fondo de salarios. Para Mill, la
acumulación de capital tenía un papel fundamental en el progreso económico. Se olvida con frecuencia que la
gente de un país se mantiene y prevé sus necesidades no con el producto del trabajo actual sino con el del
pasado. Para Mill el desempleo de recursos no era posible, el ahorro se convertía automáticamente en
inversión; nunca pensó que se podía dar una oferta excesiva de bienes. Asumía la Ley de Say. Y, al igual que
Ricardo, creía que la economía, debido a la ley de los rendimientos decrecientes y a la caída de los incentivos,
se veía empujada de un estado progresivo a un estado estacionario. Ahora bien, para Mill el estado
estacionario era deseable porque suministraba condiciones necesarias para el ambicioso programa de reforma
social que quería desarrollar. Una vez alcanzado el estado estacionario podían evaluarse los problemas de
distribución de la riqueza y las reformas sociales podían darse con rapidez.
Se basaba en tres elementos clave:
• Principio de la población de Malthus.
• Principio de rendimientos decrecientes de los recursos.
• Doctrina del fondo de salarios.
En una economía en expansión el nivel de inversión y los salarios son altos y tienden a crecer, la acumulación
de capital se produce con rapidez, pero esos salarios altos, debido al principio de la población de Malthus,
inducen al crecimiento de la población. Como consecuencia, tienen lugar presiones sobre la oferta de
alimentos y de recursos en general. Esto llevará por la Ley de rendimientos decrecientes a la necesidad de
invertir mayores cantidades de capital y de trabajo para incrementar la producción. Así se incrementan los
costes de producción y desciende la tasa de beneficio. Esto provoca la disminución en la acumulación de
capital, lo que conduce al estado estacionario. Este estado estacionario puede aplazarse de forma indefinida. A
largo plazo su llegada es inevitable, y en este estado estacionario los beneficios han desaparecido y los
salarios están en su nivel de subsistencia. Todo este proceso puede entenderse como un movimiento hacia el
estado estacionario a lo largo del tiempo, que pueden ser décadas o siglos, que es interrumpido por un
incremento de la productividad.
Mill aportó novedades al análisis económico e incluso avanzó ideas que luego desarrollaron autores
neoclásicos:
− Definición más exacta de la oferta y de la demanda. Avanzó la teoría del precio de equilibrio. Según él
demanda y oferta siempre se igualan; si en algún momento son desiguales la competencia las iguala mediante
un ajuste del valor. Si se incrementa la demanda se incrementa el valor, y si cae la demanda también cae el
valor.
− Mill ofrece una teoría de los bienes ofrecidos de manera conjunta que después se le atribuyó a Marshall.
Sucede a veces que dos mercancías tienen todo lo que puede llamarse coste de producción conjunto, es decir,
las dos resultan de la misma operación o grupo de operaciones, y el gasto se realiza para obtener ambas. Sin
embargo, existe un problema; estos productos, considerados en su conjunto, tienen que devolver los gastos de
producción, y el coste de producción no fija los costes individualizados. Como solución estos productos deben
obtener un precio en el mercado suficiente para que dicho mercado se despoje con la condición de que la
suma de los dos precios iguale a los costes conjuntos. Así, los precios de ambos productos están relacionados;
el incremento en la demanda de un bien lleva a un incremento de su precio.
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− Mill amplió el concepto de oferta y demanda al área de las relaciones internacionales. Los productos
de un país se cambian por los de otros países a los valores que se precisan para que el total de sus
exportaciones pueda pagar exactamente el total de sus importaciones. Todo comercio, lo mismo entre
naciones que entre individuos, es un intercambio de mercancías en el cual las cosas que cada uno tiene para
vender constituyen también sus medios para comprar, es decir, la oferta aportada por uno constituye su
demanda para lo que aportan los demás, y la oferta y la demanda son otra forma de expresar la DEMANDA
RECÍPROCA y el valor se ajusta por sí misma de manera que se iguale la demanda de una de las partes con
la de la otra.
En la RELACIÓN DE INTERCAMBIO REAL se puede relacionar el valor de los bienes ofrecidos por un
país con el valor de los bienes ofrecidos por otro. El equilibrio se obtiene de la modificación de la relación
real de intercambio, que no es otra cosa que los cambios de los precios de los productos ofrecidos por uno u
otro país.
− EQUILIBRIO GENERAL DE INTERCAMBIO. Todos los mercados están relacionados, en primer lugar
los mercados exteriores ya que las importaciones globales igualan necesariamente a las exportaciones. Pero
también están relacionados los mercados exteriores con los interiores. Cualquier exceso de oferta de un bien
dentro de un país se compensa con el exceso de demanda de un bien en cualquier otro país, de tal forma que
todos los excesos de demanda y oferta se compensan entre sí. Por esto habrá un equilibrio simultáneo en todos
los mercados.
Dos décadas después, en 1869, Mill sorprendió a todo el mundo abandonando la doctrina del fondo de salarios
y acabó con la escuela clásica. Rechazó que el fondo de salarios tuviera que ser fijo a corto plazo. A largo
plazo ningún economista negaba que el fondo de salarios pudiera aumentar, pero advertían de que si los
sindicatos se mostraban demasiado exigentes las expectativas de beneficios disminuirían y en el futuro fluirá
menos capital hacia el fondo de salarios y a largo plazo los salarios reales caerían.
En 1869 Mill abandona el fondo de salarios y divide los medios del capitalista entre capital y renta sobre el
capital. El capital es lo que se entiende como necesario para continuar la producción, y la renta sobre el capital
es el gasto que realiza el capitalista para sí mismo y para su familia. Mill defiende que si los sindicatos
presionan lo suficiente parte de la renta sobre el capital podría pasar a engrosar el fondo de salarios. De esta
forma, a corto plazo los salarios aumentarían a costa del gasto privado del capitalista.
CRÍTICA. Mill equivocó salarios monetarios con salarios reales. El salario real permanece constante, y los
salarios monetarios aumentan. Pero al subir los precios por el incremento de la demanda los salarios reales
permanecerán constantes. Pero Mill dice que los salarios reales sí suben ya que al haber un incremento de la
demanda la oferta responde con un aumento de la producción lo cual hace que sí aumenten los salarios reales.
Durante el siglo XIX la existencia en el poder de políticos conservadores acentuó la tendencia a dejar hacer.
Existía un convencimiento general de que un sistema de libertad natural era positivo. Esto marcó la política
inglesa de todo el siglo. Las dos claves de esta política fueron:
1. La adhesión rígida al PATRÓN ORO, de tal forma que los gobiernos no podían emitir libremente moneda.
No se pueden sufragar gastos extraordinarios. Los mismos gobiernos se imponen una rigidez en los
presupuestos.
2. LA LIMITACIÓN DE LOS IMPUESTOS. El gobierno se obliga a no recomendar muchos impuestos.
Los mismos gobernantes llegan a combatir la instauración de un impuesto sobre la renta.
Estas dos claves no suponen otra cosa que reducir las competencias y la capacidad de maniobra del estado con
el objetivo de que interviniera lo menos posible en la economía. Hubo excepciones a estas normas y en
ocasiones el gobierno consideró que debía intervenir. Y lo hizo en las leyes del grano, provocadas por
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intereses agrícolas, las leyes de pobres y las leyes de fábricas que regulaban el trabajo infantil.
Mill vivió un período en el que abundó la crítica intelectual y socialista. Fue independiente y durante un cierto
tiempo se consideró un socialista utópico, pero encontró dificultades en el pensamiento de los socialistas
utópicos y aunque simpatizó con sus ideas no lo hizo con sus análisis. Mill fue un militante en materia de
reforma social pero pretendiendo difundir la libertad individual. Este interés humanista de Mill es lo que le
separa de los demás economistas clásicos.
Trató de realizar un equilibrio entre la teoría y la política económica, e incluso llegó a definirse en cuanto a la
relación entre ambas. Mill consideraba de mucha menor importancia la teoría económica, sin embargo no
prescindió nunca de la teoría como fundamento de sus pronunciamientos políticos. Sus ideas sobre política
económica son:
1− Considera el estado estacionario como la condición previa de una reforma social perdurable. Mill rompe
con la idea que tenía Ricardo sobre el estado estacionario. Para Mill éste es una especie de utopía. Es un punto
en el cual se alcanza la opulencia y en ese momento los gobiernos pueden dedicarse a lo que verdaderamente
importa, es decir, la igualad de riqueza y la igualdad de oportunidades.
Mill atacó el principio de acumulación de riqueza de los clásicos. Rechaza que el estado normal de los
humanos sea el de incremento de la riqueza. Esto sólo es importante en los países pobres, en lo que ya están
desarrollados lo que importa no es la producción sino la distribución.
Para Mill, la verdadera reforma social consistía en tratar un sistema legislativo que favorezca la igualdad de la
riqueza pero que fuera compatible con el derecho de los individuos a obtener el fruto de su trabajo. Lo
fundamental era que todos participaran de una situación equitativa, debiendo potenciar los gobiernos la
igualdad de oportunidades.
Toda persona tiene derecho a la renta que produce, sin embargo no considera favorable la acumulación de
riqueza como un bien en sí mismo. Más allá de cierto límite las ganancias adicionales son frívolas. De aquí
deriva una propuesta para limitar el tamaño de las herencias. Según Mill, las desigualdades en la propiedad
originadas por desigualdades en la actividad, en la perseverancia, en el talento o en la suerte, son inseparables
del principio de propiedad privada. Si se acepta ésta hay que aceptar estas desigualdades. Ahora bien, si la
riqueza que poseía una persona la había adquirido por la benevolencia de los demás, sin haber hecho ningún
esfuerzo para conseguirla, no era nada censurable limitarla.
De esta forma Mill se refiere al papel que debe desempeñar el gobierno. Distingue entre funciones necesarias
y opcionales. Las funciones necesarias son inseparables del concepto de gobierno, e incluye las siguientes: la
Hacienda, la moneda, protección contra la violencia, justicia, defensa de la propiedad, protección de los más
débiles y algunos recursos públicos como la sanidad o vías de comunicación. Ahora bien, la libre empresa
debía ser la norma. La acción del gobierno debía ser la siguiente: no intervenir a menos que dicha
intervención fuera exigida para la consecución de algún gran bien. De otra manera, Mill no se saldría de la
doctrina del dejar hacer pero añadía un matiz importante: el gobierno podría intervenir. Esto está sujeto a la
libertad de los gobernantes. Y entre las funciones opcionales defendía la protección al consumidor, educación
general, conservación del medio ambiente, defensa de la mujer y caridad pública.
Como parlamentario, Mill defendería las reformas sociales y en todas ellas tuvo en cuenta la necesidad de los
incentivos económicos.
2− LOS IMPUESTOS. Su idea fundamental en cuanto a los impuestos era la igualdad en cuanto al sacrificio.
Mill abogaba por la imposición proporcional. Los tipos impositivos del impuesto sobre la renta debían de ser
proporcionales a los ingresos con una exención para las rentas inferiores una determinada cantidad. Y para
establecer esta cantidad mínima el factor a tener en cuenta era la capacidad de adquirir los bienes de primera
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necesidad.
Los impuestos proporcionales eran preferibles a los progresivos ya que imponer a las grandes rentas un
porcentaje más elevado que a los pequeños significaba castigar a los que habían trabajado y ahorrado mas que
sus vecinos. Era en el impuesto sobre las herencias donde estaban las claves para corregir las desigualdades de
riqueza. En este caso, Mill sí que defendió impuestos muy progresivos, es decir tipos más altos para las
herencias más elevadas.
Los impuestos gravaban los bienes de primera necesidad y pesaban de forma desproporcionada sobre los
pobres. Esto había que corregirlo a través de una selección más justa de los bienes que debían de gravarse. Por
este motivo, Mill agravó los impuestos sobre el lujo y muy especialmente aquellos impuestos que gravaban
bienes de pura ostentación. Muchos gastos de los ricos no se hacían por el placer que pudieran producir las
cosas sino por un falso respeto de la opinión ajena. En este aspecto Mill fue innovador, pero en su época no se
le hizo caso.
3− POBREZA. Las ideas de Mill sobre la pobreza guardan relación con las leyes de pobres que se dictaron
en la Inglaterra del S.XIX, que concedían ayudas a cambio de trabajo. La ausencia de ayudas tendría graves
consecuencias sociales, por lo que defendía un sistema de caridad pública. Este sistema debía desanimar a las
personas sanas y aptas para el trabajo a convertirse en sanguijuelas del estado. La caridad pública no debía ir
en contra de los incentivos para trabajar. La ayuda debía de ser entendida como una desgracia. Mill atacó el
sistema de ayuda parroquial por su gratuidad. Además, debido a que la pobreza tenía efectos externos sobre el
conjunto de la sociedad, la delincuencia y la mendicidad eran problemas públicos y debían de ser resueltos por
el estado.
Mill no estuvo del todo de acuerdo con la forma que tenían los sindicatos de ver la fase de la distribución de la
riqueza ya que demandaban únicamente incrementos salariales. Mill creía en la doctrina maltusiana de la
población y pensaba que un incremento de los salarios provocaría un incremento de la población y que el
nivel económico de los trabajadores a largo plazo permanecería igual de bajo. Para que ello no sucediera debía
de producirse un cambio a través de la educación.
Mill defendió en el parlamento la instauración de una educación pública para todos y fue derrotado, aunque
esta idea triunfó un siglo después. Sin embargo, su concepto de educación hay que interpretarlo en un sentido
muy amplio; se trataba de perseguir un objetivo primordial, el de cultivar entre los trabajadores el gusto por
los valores capitalistas y así cambiarles la mentalidad.
Mill perseguía una igualdad de oportunidades. El gobierno tenía la obligación de garantizar una renta mínima
para todos, pero esta ayuda debía ser compatible con los incentivos para trabajar, y la única forma de
conseguir que el obrero saliera de su pobreza era educarle para sacarle de su baja condición moral.
TEMA 3. EL PENSAMIENTO ECONÓMICO SOCIALISTA.
3.1. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS.
La revolución industrial introdujo transformaciones radicales en la economía y sociedad de la época. Muchos
autores contemporáneos se dieron cuenta de que la clase trabajadora era la que estaba soportando los costes de
estos cambios. Como consecuencia, los críticos de la industrialización se preguntaron quien se estaba
beneficiando del incremento de riqueza provocado por la revolución industrial.
Esto se une al pensamiento heredado de la Ilustración según el cual la humanidad estaba destinada a avanzar
siempre a mejor. La historia de la humanidad era una sucesión de etapas, cada una de las cuales superaba a la
anterior. El incremento de riqueza generado por la industrialización corroboraba la historia. Sin embargo, se
estaba retrasando el momento el momento en el que la humanidad había de gozar de esa riqueza. Así, muchos
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autores se van a mostrar críticos con la industrialización y con la doctrina de la escuela clásica. Para todos
ellos el capitalismo era injusto, inhumano e irracional. Todos ellos rechazaban la mano invisible de Adam
Smith y su idea del egoísmo individual, y eran muy optimistas en cuanto al comportamiento del ser humano.
Marx llamará a estos autores Socialistas utópicos para demostrar que el socialismo de aquellos no se podía
llevar a la práctica y el suyo sí.
HENRI DE SAINT−SIMON (1760−1825). Era conde y dividió la historia de la humanidad en dos etapas.
Hasta 1789 (REVOLUCIÓN FRANCESA) la humanidad había estado gobernada por fuerzas militares y
sometida a la fe religiosa. Pero a partir de 1789 los motores del avance de la humanidad habían pasado a ser la
ciencia y la capacidad industrial. Los dos protagonistas principales de su época eran la industria y la ciencia.
Lo que había que hacer era reorganizar la sociedad de manera que fueran eliminadas todas las trabas al
desarrollo de la industria y de la ciencia.
Negó que el hombre fuera egoísta por naturaleza y se mostró convencido de que el progreso de la ciencia y de
la industria llevarían a una mayor identidad de intereses y provocarían una progresiva armonía social. En
definitiva, el egoísmo será sustituido por la cooperación entre todas las personas.
SIMON DE SISMONDI (1773−1848). Es un gran crítico de la escuela clásica. Él, al examinar la revolución
industrial, dice que el sistema fabril ha sustituido la antigua cooperación gremial por el enfrentamiento entre
el trabajo y el capital, es decir, entre clases diferentes. El capitalismo desemboca en una competencia ilimitada
que, en lugar de incrementar el bienestar social, lleva a la rivalidad universal. Además, un a competencia
ilimitada conduce a la producción en gran escala y al exceso de oferta. Esto lleva al surgimiento de crisis y a
la extensión de la pobreza.
La coyuntura lleva a la sustitución de trabajadores por máquinas, que hacen crecer la producción pero también
el número de parados. Cada nuevo parado es un consumidor menos. Además, las máquinas sólo pueden ser
instaladas por grandes empresas, provocando la quiebra de las más pequeñas. Las inversiones técnicas llevan
a crisis de sobrecapacidad. Por consiguiente, las máquinas no compensan el perjuicio que crean.
SOLUCIÓN. Hay que transformar las instituciones que habían surgido de la industrialización. La industria
por sí misma no tenía porqué dar lugar a la rivalidad universal si era controlada por unas instituciones
políticas que no primaran el interés individual sobre el colectivo. Tampoco estaba de acuerdo con la doctrina
de la mano invisible de Adam Smith. Según él, los egoísmos individuales no tienen porqué llevar al bienestar
común. Lo que había que hacer era conducir desde instituciones políticas al bienestar común. Atacó a la
escuela clásica porque pensaba que sus ideas eran abstractas y que la realidad se encargaba continuamente de
contradecirlas. Y se había dedicado sólo a hablar de crecimiento económico y sobre riqueza, pero no había
mencionado para nada su aprovechamiento o distribución.
ROBERT OWEN (1771−1858). Estaba convencido de que la baja condición moral del obrero no le venía
dada por nacimiento, sino por falta de educación. Y la miseria del obrero era la causa de esa baja condición
moral. Esto fue revolucionario en su época. Además, lo puso en práctica limitando el trabajo de los niños,
mejora de las condiciones de salubridad, paga la educación de los trabajadores, crea cooperativas de consumo
y potencia la creación de sindicatos. Y la fábrica siguió teniendo beneficios altos por el motivo que involucró
a los obreros en su marcha. A pesar de esto, los dueños de la fábrica le despidieron, y Owen marchó a
EE.UU., donde creó una cooperativa industrial que fracasó. Este fracaso llevó a Owen a convencerse de que la
iniciativa privada no era suficiente para desarrollar reformas duraderas, siendo necesaria la intervención del
estado.
CHARLES FOURIER (1772−1838). Propuso una transformación radical de la sociedad. El capitalismo
provocaba la primacía de los egoísmos individuales y para superarlo había que transformar el sistema. Charles
Fourier realizó una propuesta: Construcción de viviendas jardín llamadas FALANSTERIOS, grandes hoteles
donde vivían 1500 personas que compartían trabajo e igualdad de riqueza, con propiedades privadas que
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únicamente se basaban en la diversidad de gustos y donde no existían conflictos sociales y reinaba la armonía.
Pero nadie invirtió en su proyecto. Aún así, influyó de manera determinante en materia urbanística de las
ciudades y se encuentra entre los principales referentes del cooperativismo.
PIERRE JOSEPH PROUDHON (1809−1865). Es uno de los fundadores del pensamiento anarquista. Los
dos pilares de su pensamiento son la libertad individual sin límite y la justicia en los intercambios. Fue un
libertario contrario a todo tipo de autoridad. Para él, el estado desembocaría siempre en tiranía y habría que
eliminarlo. La autoridad del estado sería sustituida en el futuro por el conocimiento científico libremente
aceptado por las personas.
En 1840 publicó ¿Qué es la propiedad? A lo que él mismo contestó: la propiedad es un robo. Lo que quería
decir es que la propiedad no conseguida mediante el trabajo de uno mismo había sido robada a los demás, y
este era el tipo de propiedad que caracterizaba al capitalismo. Al existir una gran diferencia de riqueza entre
las personas, cuando se encontraban en el mercado una se imponía sobre la otra. Para solucionarlo había que
conseguir que todas las personas gozaran de la misma cantidad de riqueza. De esta forma tendrían todos el
mismo poder en el mercado y así podría llegarse a la justicia en los intercambios. Esta igualdad se consigue
colaborando todos con el mismo esfuerzo en las tareas de producción. El estado no tenía porqué existir. La
autoridad sería sustituida por el respeto mutuo. La propiedad privada sería legítima.
3.2. KARL MARX Y EL SOCIALISMO CIENTÍFICO.
Los tres puntos en los cuales el marxismo se diferencia del socialismo utópico son los siguientes:
• El marxismo aboga por una solución revolucionaria a los problemas sociales.
• Para el marxismo el sujeto histórico que debe llevar a cabo la revolución es el proletariado. El
mensaje de Marx no va dirigido a toda la sociedad, sólo a la clase obrera. Por tanto, la armonía social
no existe.
• El marxismo está basado en el estudio riguroso de las leyes que explican la realidad, rechazando el
idealismo y los valores morales como bases de su pensamiento.
Marx nace en 1818 en Prusia y muere en Londres en 1883. Fue hijo de padres burgueses. Estudió Derecho en
Berlín doctorándose con 23 años. Trató de ser profesor pero se lo impidieron y como consecuencia se
convirtió en editor, editando una revista crítica con el capitalismo y con el gobierno prusiano. Así, en 1844 se
exilia a París. Ese mismo año el gobierno le declara traidor a la patria y le prohíbe regresar. Pocos años
después el gobierno francés expulsa también a Marx. En 1849 se establece en Bélgica, pero de nuevo ha de
huir a Londres. Sobrevivió gracias a numerosos artículos que escribió, pero pobre.
En 1845 se hace famoso por publicar un libro sobre uno de los filósofos más famosos de la época: Feuerbach.
Dos años después publica Miseria de la filosofía, en 1848 El manifiesto comunista, en 1859 Contribución a la
crítica de la economía política, y por fin en 1867 su obra cumbre, El Capital. Hasta 1883 ya no publica nada.
Después de su muerte, Engels (1820−1895) editará otros dos tomos de El Capital.
3.2.1. LA INFLUENCIA DE LA FILOSOFÍA ALEMANA EN LA FORMACIÓN DE SU PENSAMIENTO.
La figura más importante del pensamiento alemán del S. XIX fue Hegel (1770−1831). Para Marx el aspecto
más importante de Hegel era su TEORÍA DEL PROGRESO. Según Hegel, la historia posee la clave para
explicar la sociedad. No es una sucesión de hechos casuales, es un proceso orgánico guiado por el espíritu
humano. Además, no es suavemente continuo, sino que es el resultado de fuerzas opuestas. El progreso se
obtiene cuando una fuerza se enfrenta con su opuesta. En esa lucha las dos resultan aniquiladas y son
superadas por una tercera. A este proceso se le denomina DIALÉCTICA, y ha sido resumida a menudo como
la relación entre los conceptos de TESIS, ANTÍTESIS Y SÍNTESIS.
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El progreso histórico tiene lugar cuando una idea (TESIS) se enfrenta con su opuesta (ANTÍTESIS). En la
batalla de las ideas ninguna permanece intacta, sino que ambas se sintetizan en una tercera. Así es como el
conocimiento general y la humanidad avanzan. Marx adopta la DIALÉCTICA HEGELIANA,
modificándola a partir de las ideas de Feuerbach, según el cual la historia de la humanidad es un proceso de
preparación de las personas para que lleguen a tener una actividad consciente más que inconsciente. La
religión es un área en la que predomina la actividad inconsciente. Es la mera proyección de atributos humanos
idealizados en un objeto espiritual, generalmente Dios. Feuerbach considera la religión irreal y los atributos de
Dios como los atributos idealizados de los humanos porque no podemos perfeccionar estos atributos en este
mundo imperfecto, convirtiéndose la religión en un consuelo, haciendo soportable la vida. Por eso es un
fenómeno tan universal. A la vista de este análisis, la religión es una forma de AUTOALIENACIÓN según
Feuerbach. Nosotros mismos convertimos nuestra actividad y su fruto en algo ajeno a nosotros.
Marx adopta este concepto de ALINEACIÓN generalizándolo a todo el mundo económico y social,
incluyendo a las instituciones del capitalismo. El Estado pasa a ser también una forma de alineación; los seres
humanos no pueden o no quieren enfrentarse a los problemas y delegan su solución en otros seres humanos.
Al hacer esto se separan ellos mismos del poder político, el cual evoluciona hacia unas formas propias de
actuación independiente de los intereses del conjunto de los seres humanos.
3.2.2. PLANTEAMIENTOS GENERALES.
Con este contexto Marx desarrolla cinco conceptos básicos:
1. MATERIALISMO HISTÓRICO. Marx une la dialéctica de Hegel con el materialismo de Feuerbach.
Según Marx, el primer motor de la historia es la forma en que los individuos satisfacen sus necesidades
materiales: El primer acto histórico es la producción de la vida material. La economía es, pues, la ciencia de la
producción. La historia de la humanidad debe explicarse como una sucesión dialéctica de etapas, enfrentadas
cada una con la anterior.
2. DIVISIÓN DEL TRABAJO. Según Marx, a lo largo de la historia los métodos de producción han
contribuido a conformar la naturaleza humana. Marx acepta la idea de Adam Smith de que la división del
trabajo provoca un incremento de la riqueza, pero provocando un conflicto de intereses. Una creciente
división del trabajo lleva a la agravación de este conflicto de intereses.
Para Marx, históricamente primero tuvo lugar la separación entre industria y comercio por un lado, y la
agricultura por el otro. Después se separaron la industria y el comercio, más tarde se fueron separando los
distintos tipos de actividad, y finalmente cada trabajo acaba reduciéndose a algo simple y mecánico y cada
trabajador acaba atado a ese trabajo y enfrentado a todos los demás. Además, la división de trabajo provoca
que cada trabajador pierda el control del proceso productivo y por consiguiente el fruto de su trabajo se
convierte en algo ajeno a él.
3. FUERZAS PRODUCTIVAS. En realidad, para Marx las fuerzas productivas son aquellos elementos que
intervienen en la producción: tierra, trabajo, capital y tecnología. Estas fuerzas productivas son dinámicas,
están en constante desarrollo y cambian debido a alteraciones en la población, descubrimientos tecnológicos o
mejoras en la educación.
4. RELACIONES DE PRODUCCIÓN. En el curso de su vida económica y social las personas entablan
unas relaciones indispensables para la producción pero independientes de su voluntad, y que corresponden a
una etapa determinada de desarrollo de las fuerzas productivas materiales. Estas reglas del juego son
esencialmente y son de 2 tipos: relaciones de propiedad (entre las personas y las cosas) y relaciones humanas
(entre las personas).
5. ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA. El conjunto de las relaciones de producción constituye la
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estructura económica de una sociedad. Por encima de ella se sobrepone una superestructura política y legal
que corresponde a una conciencia social determinada, incluyendo al Estado y la Religión. Estas instituciones
existen para que las personas se conformen con las relaciones de producción que les han venido dadas. El
Estado, según Marx, no es más que la cristalización del poder de la clase social dominante que actúa en
interés de ella misma y en contra del interés general.
3.2.3. TEORÍA DEL VALOR TRABAJO.
Marx realiza una revisión de todo el pensamiento de la economía clásica. Según Marx, el TRABAJO es la
esencia de todo VALOR y el valor era una propiedad objetiva de todas y cada una de las mercancías. Su raíz
debía hallarse en algo más sustancial que las fuerzas de oferta y demanda del mercado. Marx era un
materialista para el que sólo lo material determinaba el valor. Y el precio de mercado sólo era un reflejo del
valor causado por un elemento objetivo y común a todas las mercancías: el TRABAJO. Marx profundiza en la
TEORÍA DEL VALOR TRABAJO RICARDIANA radicalizándola; si bien a Ricardo le habían surgido
dudas con respecto a la exclusividad del trabajo como origen de todo valor, para Marx no cabe duda alguna.
Según esto, las máquinas no son más que trabajo cristalizado y por tanto iguales en valor al coste del trabajo
que las produjo. Así las máquinas no son productivas en sí mismas.
El valor de la fuerza de trabajo puede dividirse en dos partes: en una cantidad necesaria para la subsistencia
del trabajador (TRABAJO SOCIALMENTE NECESARIO), y en una cantidad por encima de este trabajo
socialmente necesario (PLUSVALÍA), la cual se la apropia el capitalista que contrata al trabajador. Según
Marx el capitalismo ha dividido a la sociedad en dos clases: la de los dueños del capital (CAPITALISTAS),
y la de los que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para subsistir. El capitalista contrata a la clase
obrera su fuerza de trabajo. El proletariado obtiene a cambio un salario que constituye lo justo para su
supervivencia. El resto de lo que se produce es la PLUSVALÍA, lo que persigue el capitalista cuando compra
la fuerza de trabajo del obrero.
Si no existiera PLUSVALÍA el capitalismo no podría existir. Así, la esencia del capitalismo es la existencia
de esta PLUSVALÍA. Por consiguiente, la esencia del capitalismo es que se robe al trabajador una parte del
fruto de su trabajo. El capitalismo consiste, pues, en la explotación de una clase por otra. Los economistas
neoclásicos posteriores a Marx fueron antimarxistas. La crítica definitiva que le hicieron fue que su TEORÍA
DEL VALOR basado no podía sostenerse porque no se tenía en cuenta la aportación de los demás factores de
producción. Si Marx admitía que los demás factores de producción, en especial el capital, proporcionaban
valor, estaría justificando la existencia de los capitalistas.
3.2.4. LEYES DEL DESARROLLO ECONÓMICO CAPITALISTA.
Marx declaró 5 leyes inherentes al capitalismo:
1. LEY DE LA ACUMULACIÓN Y LEY DE LA TASA DECRECIENTE DE LA GANANCIA. Según
Marx, en el capitalismo todos los hombres de negocios tratan de obtener una mayor plusvalía e incrementar
así sus beneficios. La plusvalía procede del trabajo, con lo cual sería de esperar que los capitalistas buscaran
métodos de producción intensivos en trabajo. Sin embargo, la realidad demuestra que los capitalistas tienden a
sustituir a los trabajadores por máquinas ya que el capitalista individual puede obtener mayores beneficios si
sustituye trabajo por capital porque se requiere tiempo para llevar a cabo este cambio y durante ese tiempo
puede obtener una ventaja sobre sus competidores. El primer capitalista que invierte en nueva maquinaria
ahorra costes y además vende al precio antiguo porque el mercado está todavía dominado por los proveedores
que utilizan los métodos antiguos de producción.
La lógica individual no es la misma que la colectiva; el colectivo de capitalistas reaccionará y adoptará la
nueva tecnología, reducirá costes y el precio bajará. De esta forma la tasa individual de beneficio será más
baja que la antigua
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Posteriores estudios han analizado algunos factores que contrarrestan esta ley de la caída de la tasa de
beneficio. Según determinados autores estos factores hacen a esta ley inútil e inoperante: aumento de la
productividad de cada trabajador con las nuevas máquinas, aumento de la plusvalía que el capitalista obtiene
de cada trabajador, tendencia de los capitalistas a establecer precios de monopolio que se alejan de los precios
de un mercado competitivo, el constante abaratamiento de los diferentes componentes del capital...
2. LEY DE LA CONCENTRACIÓN CRECIENTE Y LA CENTRALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA.
Según Marx, esta sustitución de trabajo por capital lleva a que las empresas pequeñas no puedan seguir el
ritmo de inversiones de las grandes, y como consecuencia perderán competitividad y acabarán siendo
expulsadas del mercado. Sus activos serán absorbidos por empresas grandes y la industria y el poder
económico acabará centralizándose en pocas manos.
3. LEY DEL CRECIENTE EJÉRCITO INDUSTRIAL DE RESERVA. La sustitución de trabajadores por
máquinas llevaría a un incremento del desempleo. Las máquinas desplazaran a los trabajadores, alimentando a
un creciente ejército industrial que servirá de reserva para los capitalistas, es decir, un ejército de
desempleados.
4. LEY DE LA MISERIA CRECIENTE DEL PROLETARIADO. A medida que crece este ejército de
reserva crece también la miseria del proletariado. Hay, además, otros factores que ayudan a que aumente esta
miseria: la caída de la tasa de ganancia lleva a los capitalistas a tratar de incrementar la plusvalía que obtienen
de cada trabajador a través de incrementos en la jornada de trabajo, reducción al mínimo de los salarios e
intensificación de la producción. La consecuencia inevitable es el empeoramiento de las condiciones de vida
del trabajador.
Otro factor es que las máquinas restan importancia a la fuerza muscular lo que lleva a que los capitalistas
puedan contratar a mano de obra infantil y femenina que es más barata. Así cada trabajador, además de vender
su fuerza de trabajo al capitalista, se ve obligado a venderle también la fuerza de trabajo de su mujer y de sus
hijos. Cada trabajador se convierte en un traficante de esclavos. El trabajo infantil y femenino provoca
mayores tasas de mortalidad infantil y un empeoramiento general de las condiciones de vida de las familias
obreras. Además, los capitalistas tratarán de obtener de sus nuevas máquinas el mayor rendimiento posible. Y
estas costosas máquinas hacen perder dinero al capitalista si permanecen paradas, lo que origina un
incremento de la jornada de trabajo.
5. LEY DE LAS CRISIS Y LAS DEPRESIONES. Marx vinculó los ciclos económicos expansivos y
depresivos al gasto en inversión de los capitalistas. Cuando el ejército industrial de reserva era grande, los
salarios eran lo suficientemente bajos como para que los capitalistas decidieran contratar trabajadores en lugar
de invertir en máquinas. Este incremento de la contratación llevaría al alza de los salarios, de tal forma que los
capitalistas acabarían sustituyendo el trabajo por máquinas. De nuevo se produciría un incremento del
desempleo, una caída de los salarios, etc. Este era el proceso de los ciclos económicos del capitalismo.
Marx tenía que demostrar que las crisis eran cada vez más graves. Los capitalistas tienen tendencia a la
acumulación ilimitada de capital y esta tendencia lleva a un agravamiento de las crisis de sobreproducción, a
un incremento cada vez mayor del ejército industrial de reserva y a un empeoramiento constante de las
condiciones de vida del proletariado. Así el capitalismo desemboca en una situación insostenible. A partir de
aquí que tenga lugar o no el cambio al socialismo depende de la acción revolucionaria del proletariado. En esa
situación límite a la que lleva el capitalismo, la mayor parte de la población vive sumida en la miseria, pero a
la vez percibe un mundo de riqueza que está en manos de unos pocos. En este momento debe darse la
revolución.
No es esencial en el capitalismo que tenga lugar el socialismo pero sí ofrece las condiciones adecuadas para
que ocurra ese cambio de sistema. La función del intelectual es hacer ver al proletariado las contradicciones
del capitalismo. A partir de ahí es el proletariado el que debe actuar. Para Marx el capitalismo desemboca al
18
socialismo. Esa situación de miseria de la mayoría opuesta a la riqueza de unos pocos tendrá lugar con el
desarrollo de las fuerzas productivas en economías maduras.
Marx no explicó como veía el mundo socialista quedando abierto a interpretaciones. La acción revolucionaria
debía ser violenta porque la burguesía se resistiría a dejar el poder, pero una vez alcanzado el poder la clase
obrera instauraría la dictadura del proletariado. Este poder absoluto sería utilizado para hacer desaparecer las
diferencias entre clases sociales. Una vez desaparecidas, el estado dejaría de tener razón de ser y
desaparecería. En El manifiesto comunista, Marx establece diez medidas a tomar cuando la clase obrera tome
el poder, pero son medidas temporales hasta que por fin se instaure el socialismo.
CONCLUSIÓN. El análisis de Marx se ha venido abajo en varias facetas, principalmente en su TEORÍA DEL
VALOR TRABAJO y en la LEY DE LA MISERIA CRECIENTE DEL PROLETARIADO, pero todavía hoy
quedan economistas que se definen como marxistas. A partir de Marx surgieron corrientes dispares de
conocimiento; en Europa debido a la mejora en las condiciones de vida se tendió a una mayor colaboración
con el sistema capitalista. De ahí vinieron corrientes como el Revisionismo, Reformismo, Socialdemocracia,
Eurocomunismo... De forma paralela, un sector del socialismo siguió siendo revolucionario dando lugar al
Leninismo, Troskysmo, etc.
TEMA 4. LOS ECONOMISTAS NEOCLÁSICOS.
1. INTRODUCCIÓN. LA REVOLUCIÓN MARGINALISTA.
El término revolución marginalista hace referencia al descubrimiento simultáneo e independiente del
PRINCIPIO DE LA UTILIDAD MARGINAL DECRECIENTE por parte de tres autores a principios de
1870: W.S. Jevons, C. Menger y L. Walras. A partir de ellos nacen tres escuelas marginalistas en Europa, la
inglesa, la austriaca y la de Lausana. Más que escuelas nacionales son escuelas cuya diferencia es el idioma.
La escuela de Viena agrupa a una serie de autores que trabajan en la Universidad de Viena y cuyo idioma es el
alemán. La escuela de Lausana agrupa autores de habla francesa.
Las tres escuelas desarrollarían una economía diferente a la de la escuela clásica. Esta distinción entre
escuelas significa la extensión del pensamiento económico por toda Europa a partir de su origen británico, es
decir, Inglaterra pierde el monopolio sobre la ciencia económica. Esta extensión de la economía por toda
Europa altera las inquietudes de los economistas. En general van a perder interés por lo macroeconómico y
van a inclinar su pensamiento a lo microeconómico.
Han sido varias las hipótesis ofrecidas para explicar la revolución marginalista en la ciencia económica. La
más aceptada es la de que se trata de un fruto del desarrollo intelectual dentro de la propia ciencia económica.
Durante las décadas de 1850 y 1860 se detectan síntomas en el Reino Unido de que la escuela clásica ha
entrado en crisis: el rechazo de Mill de la teoría del fondo de salarios, el evolucionismo que nace a partir de
Darwin, las inquietudes socialistas... Estos factores contribuyen a explicar el que muchos autores se alejen de
los clásicos y surja la revolución marginalista.
2. LA TEORÍA DEL INTERCAMBIO DE SALARIOS.
JEVONS nace en 1835 y muere en 1882. Su pensamiento es muy desordenado. Su obra más importante en la
que define y desarrolla el concepto de UTILIDAD MARGINAL es Teoría de la economía política, 1881. En
este libro Jevons describe en primer lugar una teoría de la utilidad. A partir de ella pasa a una teoría del
intercambio y luego realiza varias aplicaciones del concepto de utilidad de las que sólo veremos la teoría del
trabajo.
El panorama de fondo sobre el que escribe Jevons es el de una obsesión por lo científico y por la medición de
las cosas. Para Jevons, la economía tenía la suerte de que algunas de sus variables más importantes eran
19
susceptibles de medición exacta. De hecho Jevons tuvo una fe ilimitada en las matemáticas y en la estadística
como ayudas indispensables para la ciencia económica. Pero a pesar de ello eligió un elemento subjetivo
como clave del análisis económico: UTILIDAD. Jevons admitía que el cálculo del placer y del dolor tenía
características subjetivas, pero él expreso su confianza de que podían llegar a estimarse de manera
cuantitativa.
Siguió en parte las enseñanzas de Bentham y partiendo de ellas afirmó que en los cálculos individuales todos
realizamos una suma algebraica del placer y del dolor de cada acto. De esta suma se obtiene un placer o dolor
neto a partir del cual se decide en cada caso. Para Jevons el objeto de la economía es la maximización del
placer. Los humanos tratan de procurarse la mayor cantidad de lo que es deseable a expensas de la menor
cantidad de lo que es indeseable. Cualquier cosa que un individuo desea y por lo cual está dispuesto a trabajar
posee utilidad y el investigador económico no debe formular juicios de valor.
Según Jevons, una función de utilidad es una relación entre las mercancías que consume un individuo y un
acto de valoración individual, es decir, la utilidad no es una actividad inherente que poseen las cosas, es
esencialmente subjetiva. A partir de aquí Jevons define el GRADO DE UTILIDAD, la utilidad que reporta al
individuo una unidad adicional de un bien. Este grado de utilidad disminuye conforme se van añadiendo
unidades al consumo del individuo. Además, esto ocurre desde la primera unidad consumida.
A partir de este concepto Jevons llega al PRINCIPIO EQUIMARGINAL. Supone que un individuo debe
repartir una cantidad fija de renta entre dos usos diferentes. Como maximizarán su utilidad en el punto en el
que el aumento de la utilidad que resulta de la adición de renta al uso x sea igual a la utilidad resultante de
utilizar esa unidad de renta para el uso y, en definitiva:
UMx= dU / dX = dU/dY = UMy
A partir de aquí, Jevons establece una TEORÍA DEL INTERCAMBIO. Supone dos individuos, A y B, y
dos productos en concreto (carne y trigo). Supone dos individuos, A y B, y dos productos en concreto, carne y
trigo. Trata de explicar por qué y como se intercambian los bienes en el mercado. En primer lugar establece la
Utilidad Marginal de poseer grano de menos a más, y cruza esta Utilidad Marginal con la Utilidad Marginal
de poseer carne en el sentido inverso (de menos a más también) Luego supone que el individuo A posee poco
grano y mucha carne (punto A), y que el individuo B posee mucho grano y poca carne (punto B).
En A obtiene una utilidad superior si adquiere nuevas unidades de grano a la que se pierde si se desprende a
cambio de unidades de carne. En este punto A la Utilidad Marginal del grano es mayor que la Utilidad
Marginal de la carne. Así pues, intercambiará unidades de grano por unidades de carne. En B sucede lo
contrario; cambiará carne por grano trasladándose a su izquierda y aumentando su utilidad. En el punto en el
que las Utilidades Marginales se igualen dejarán de querer intercambiar y maximizan su utilidad (equilibrio).
CONCLUSIÓN DE JEVONS. Hay que dejar a los individuos que comercien libremente en el mercado. Así,
se desprende un beneficio de la libertad económica total. Su teoría de la intervención supone un apoyo a la
doctrina del LAISSEZ−FAIRE, y aquí se encuentra su unión con la escuela clásica.
TEORÍA DEL TRABAJO DE JEVONS. Jevons trata de explicar hasta qué punto las personas desearán
trabajar, es decir, establece una Teoría de la oferta de trabajo. Para Jevons, en el trabajo habían dos cantidades
que debían tenerse en cuenta: el coste que debía soportarse y la utilidad que se obtenía a cambio. Esta utilidad
obtenida a cambio del trabajo es la que proviene del salario. El trabajo es cualquier esfuerzo penoso de la
mente y del cuerpo experimentado con vistas a la obtención de un bien. Y lo explica gráficamente:
Según este gráfico, el placer que le provoca el salario tiene Utilidad Marginal decreciente y el trabajo provoca
un dolor decreciente que puede, incluso, provocarle placer, aunque luego le provoca dolor creciente. El
individuo dejará de trabajar en A, donde el dolor que le reporta el trabajo no le compensa con el placer ab=ac.
20
Esto puede ser muy subjetivo.
Jevons muere a los 46 años. El edificio que estaba construyendo se quedó a medias. Se ha considerado a
Jevons como uno de los economistas más completos que han existido, porque supo combinar el análisis
matemático con otras herramientas formales y teóricas. Reivindicó a todos los autores anteriores a él que
habían dicho algo sobre la utilidad. Siempre será una obsesión redescubrir autores antiguos. Abrió la puerta en
Inglaterra a autores europeos.
4.3. ALFRED MARSHALL.
Nace en 1842 y muere en 1924 en el seno de una familia de muy rígidos principios. Su padre le da una
severísima educación. Se casó con una antigua alumna suya, M. Paley, y ambos dieron clase en Cambridge,
donde ofrecía a la clase sus descubrimientos. Marshall tenía verdaderas dificultades para publicar su obra, y
sólo lo hacía cuando estaba totalmente seguro de que no contenía errores. El resultado de todo ello fue una
obra perdurable y de gran elegancia. Sus tres grandes libros son:
• Principios de economía, 1890, que le dio gran fama.
• Industria y comercio, 1899.
• Moneda, crédito y comercio, 1923.
En sus Principios de economía, Marshall realizó aportaciones fundamentales a la teoría económica. La base
de estos principios son conceptos metodológicos que dejó establecidos y que fueron seguidos por muchos
economistas después de él. Hemos de destacar cuatro conceptos metodológicos de Marshall:
− EL USO DE LAS MATEMÁTICAS. Marshall, a pesar de que era un apasionado de las matemáticas,
limitó su uso porque ante todo estaba interesado en comunicarse fácilmente y tuvo serias dudas sobre la
verdadera utilidad de las matemáticas para cubrir este objetivo. Recomendó que se hiciera economía sobre una
base histórica y estadística, es decir, lo fundamental era que las matemáticas y la estadística no se alejaran de
la realidad.
− CIENCIA ECONÓMICA Y LEYES ECONÓMICAS. Para Marshall la economía consiste en recoger,
combinar y analizar los hechos económicos adquiridos por medio de la observación y la experiencia a la
determinación de los que han de ser los efectos inmediatos y finales de los diversos grupos de causas.
Las leyes económicas son manifestaciones de tendencias expresadas en modo indicativo y no preceptos éticos
de carácter imperativo. Para Marshall, la ciencia económica es una operación de sentido común refinado por
el análisis y la razón. Los hechos y la historia son esenciales para el científico económico, pero los hechos en
sí mismos no enseñan nada. De los datos históricos deben extraerse regularidades y tendencias.
La teoría económica está facilitada porque los hechos económicos del comportamiento humano pueden
separarse de los hechos en general. La economía se interesa por motivos mensurables, que son el dinero y los
precios. Aunque no constituyen una medida perfecta, con precauciones, pueden constituir la fuerza motriz de
gran parte de los móviles que actúan en la vida humana.
− CETERIS PARIBUS. Según Marshall, el tiempo es la principal causa de las dificultades que se encuentra
el economista en su investigación, que hacen que deba avanzar paso a paso y dividiendo una cuestión
compleja en partes, estudiando cada una por separado y combinando las soluciones parciales en una única
solución más o menos completa de todo el problema. Al dividir esa cuestión compleja aparta una serie de
causas perturbadoras a las que deja en un depósito denominado Ceteris Paribus. En definitiva, el estudio de
algún grupo de tendencias se aísla mediante el supuesto de que las demás cosas permanecen constantes.
− CORTO PLAZO Y LARGO PLAZO. La clave para la comprensión de su método radica en la relación
21
entre los cambios de la demanda y las condiciones de producción a lo largo del tiempo, que causa unos efectos
en la producción de una empresa diferentes a corto y a largo plazo. Según Marshall, a corto plazo, ante una
variación de la demanda, existen rigideces en la respuesta de la oferta (algunos factores son fijos). A largo
plazo, sin embargo, desaparecen las rigideces.
PRINCIPIOS DE ECONOMÍA. Marshall definió el PRINCIPIO DE EQUILIBRIO COMPETITIVO
partiendo de 3 supuestos:
• La empresa de que se trataba era representativa.
• La empresa operaba en un mercado competitivo, es decir, no podía influir sobre el precio.
• Pertenecía a un sector industrial en el que los costes totales eran costes a largo plazo.
En la situación de equilibrio supone un incremento de la demanda por causas ajenas al precio, es decir, para
cada precio la demanda es mayor. A corto plazo existen rigideces en la respuesta de la oferta y, aunque
aumenta algo la cantidad ofrecida, también aumenta el precio. Ahora bien, este incremento del precio lleva a
que se den unos beneficios extraordinarios en esta industria, porque en un mercado competitivo los precios
vienen determinados por los costes. A largo plazo acudirán nuevos oferentes a esa industria hasta que dejan de
existir esos beneficios extraordinarios (traslación de la oferta hacia la derecha hasta que los precios igualen a
los costes). En ese momento el ajuste es definitivo.
Este proceso de ajuste también puede explicarse para sectores económicos en los que los costes a largo plazo
son crecientes o decrecientes. Marshall dice que la industria del pescado es una actividad en la que existe
riesgo de agotamiento de los recursos; si se incrementa la producción puede resultar más costoso el conseguir
esos recursos y a largo plazo la curva de oferta puede ser decreciente.
En este ajuste cuando termina el ajuste, el precio último es superior al inicial.
A partir de aquí, Marshall establece el concepto de ECONOMÍAS EXTERNAS E INTERNAS. Marshall
divide las economías asociadas al incremento de la producción en dos clases: economías externas, aquellas
que dependían del desarrollo general de la industria; y economías internas, que dependían de la organización y
eficiencia de las empresas individuales. Las economías internas derivadas de un incremento de la producción
eran las que surgían de la división del trabajo y del mejor empleo de la maquinaria, la cual buena parte sólo
podía emplearse en grandes unidades, de manera que la eficiencia económica sólo podía alcanzarse mediante
incrementos de la producción. A medida que se incrementaba el producto descendía el coste medio a largo
plazo. Pero más allá de un determinado nivel de producción el coste medio aumentaba de nuevo debido a las
ineficiencias de la dirección y a las dificultades de comercialización del producto.
Las economías externas que tienen lugar cuando se incrementa la producción, tal y como las identificaba
Marshall, son las que tienen lugar fuera de la empresa pero internas a la industria. Marshall vinculó las
economías externas a la localización de la industria; las economías derivadas de la concentración de empresas
en un lugar serían una mejor información, un uso más económico de maquinaria especializada y una mayor
disponibilidad de mano de obra cualificada.
LA DEMANDA. Marshall estuvo influido por Mill y añadió un tratamiento gráfico a sus definiciones.
Definió la ley de la demanda: Cuanto mayor es la cantidad que debe venderse tanto menor debe ser el precio
que debe ofrecerse para poder encontrar compradores. A diferencia de la mayoría de sus predecesores,
reconocía que antes de poder construir una curva de demanda había que especificar unos supuestos Ceteris
Paribus:
• Los gustos de los consumidores debían permanecer constantes.
• Lo mismo ocurre con la cantidad de dinero disponible.
• Debía ser constante también el poder adquisitivo del dinero.
22
• Lo mismo debía ocurrir con el precio y la cantidad de las mercancías rivales.
Podemos establecer una serie de problemas:
1. EL TIEMPO. Era un elemento necesario en la teoría de la demanda porque se requería tiempo para que un
alza en el precio de una mercancía ejerciera su influencia sobre el consumo, pero el tiempo estaba relacionado
con las variaciones en los gustos, es decir, a lo largo del tiempo el consumo continuado de una mercancía
podía llevar a la variación de las preferencias de los consumidores.
2. LAS CONSECUENCIAS DE LA VARIACIÓN DEL PRECIO DE UNA MERCANCÍA. Si baja el
precio, este bien es relativamente más barato que los demás bienes del presupuesto del consumidor, el cual
preferirá ese bien al resto, produciéndose un efecto sustitución. Además, la renta real del consumidor aumenta
ocasionando que compre más de todos los bienes normales de su presupuesto (efecto renta).
Marshall se dio cuenta de estos problemas y definió estas consecuencias de la variación del precio de una
mercancía. La respuesta fue poco satisfactoria, simplificando su análisis y aceptando que se quedaba
incompleto. Llevó la cláusula del Ceteris Paribus hasta sus últimas consecuencias: el tiempo no influye en el
cambio de los gustos. Y en el caso del cambio de la renta establece que es constante.
3. EXCEDENTE DEL CONSUMIDOR. Para Marshall es evidente que existe un excedente del consumidor.
El precio que una persona paga por una cosa nunca excede y rara vez alcanza lo que dicha persona estaría
dispuesta a pagar antes que privarse de ella. Así, la satisfacción de su compra es siempre mayor a aquella de
que se priva al pagar su importe. La diferencia entre el precio que estamos dispuestos a pagar y el que
realmente pagamos por ella es la medida económica de ese excedente de satisfacción (excedente del
consumidor). Y gráficamente pone el ejemplo de los consumidores de té:
Atendiendo a la gráfica del excedente del consumidor, el primer consumidor tiene un excedente de
satisfacción de 18. Así, con todos los consumidores se obtiene una suma que es el total del excedente de todos
los consumidores. Este concepto originó alabanzas, críticas y una ingente literatura económica. Pero fue
Marshall el que le encontró una primera utilidad práctica. Marshall se preguntó acerca de la conveniencia de
establecer un impuesto a los productores de cualquier sector económico concreto y llegó a la conclusión de
que si a largo plazo los costes de ese sector económico son crecientes resulta conveniente establecer un
impuesto:
Para esa mercancía el estado establece un impuesto, y los productores trasladan ese impuesto al precio del
bien (traslación de la curva de oferta hacia la izquierda). La cantidad del impuesto es fija para cualquier
cantidad. Así, tiene lugar un proceso de ajuste que lleva a un nuevo precio y cantidad de equilibrio. Esto
conviene a la sociedad siempre que ese impuesto recaiga en beneficio de todos porque en el punto anterior de
equilibrio existe un excedente del consumidor mayor que después de impuestos. La ganancia de la sociedad es
la multiplicación del impuesto por la cantidad vendida. El área que constituye lo que se ha ganado es mayor
que lo que se ha perdido. Así, merece la pena poner un impuesto a la producción en este sector de actividad.
ELASTICIDAD DE LA DEMANDA. La elasticidad de la demanda en un mercado es grande o pequeña
según que la cantidad demandada aumente mucho o poco frente a la disminución de precios, o disminuye
mucho o poco frente a un alza. Así, se define la elasticidad como la variación porcentual de la cantidad
demandada dividida por la variación porcentual del precio (ELBIS PARIBUS). La demanda es más elástica:
• Cuanto mayor es la proporción que en el presupuesto de un individuo representan los gastos en una
mercancía determinada.
• Cuanto más tiempo se mantenga la variación del precio.
• Cuanto mayor sea el número de bienes sustitutivos.
• Cuanto menor sea el número de usos a que se puede destinar la mercancía en cuestión.
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DEMANDA DE FACTORES O DEMANDA DERIVADA. Marshall amplió el concepto de elasticidad al
estudio de la demanda de los factores. El estudio de esta demanda derivada fue iniciado por Marshall, pero
adquirió importancia con dos seguidores suyos: PIGOU y HICKS. Para Marshall la demanda de cualquier
factor puede conocerse si antes se conocen la demanda del producto final y los precios de los demás factores.
Según él, existían una serie de reglas para calcular la elasticidad de la demanda derivada:
1. La demanda de un factor será más elástica cuanto más fácilmente pueda sustituirse por otro factor.
2. La demanda de un factor será más elástica cuanto más elástica sea la demanda de la mercancía que
contribuye a producir.
3. La demanda de un factor será menos elástica cuanto menos importante sea la parte representada por el coste
de ese factor en el coste total de una mercancía: la importancia de no ser importante.
4. La demanda de un factor será más elástica cuanto más elástica sea la oferta de los agentes de producción
cooperantes.
ASIGNACIÓN EFICIENTE DE LOS RECURSOS. Para lograr la asignación más eficiente de los recursos
todos los factores tienen que ser contratados hasta el punto en que su producto marginal sea igual a su coste
marginal. La productividad de cada agente de la producción está sujeta a rendimientos decrecientes. Según
Marshall, todo agente de producción tiende a ser aplicado hasta el punto que pueda serlo provechosamente. Si
los hombres de negocios creen que pueden conseguir un mejor resultado empleando una cantidad más de
dichos agentes no dejarán de hacerlo, y si pueden ganar gastando algo menos en alguno de ellos tampoco
dejarán de hacerlo.
Dentro de cada uno de los factores de producción Marshall avanzó más que nadie en el tratamiento del factor
trabajo (L). La demanda de trabajo depende de su producto marginal como la demanda de cualquier otro
factor. Ahora bien, las condiciones que influyen en la oferta de trabajo cambian si se tiene en cuenta el corto y
el largo plazo.
A corto plazo, Marshall adoptó una teoría de la oferta de trabajo similar a la de Jevons, es decir, los
trabajadores dejan de trabajar cuando la utilidad marginal de su salario es igual a la desutilidad del trabajo. A
largo plazo Marshall pensaba que la oferta de trabajo dependía de su coste de producción. Si esto fuera
correcto los salarios tenderían al nivel de subsistencia, y sin embargo, en la Inglaterra de su época esto no
pasaba. La explicación que dio Marshall fue que no bastaba sólo la capacidad física del trabajador, había que
mantener también su capacidad mental, es decir, el salario debía cubrir también unas necesidades
convencionales y comodidades habituales.
Marshall fue el origen de un gran desarrollo posterior de la microeconomía y el que dejó establecido de
manera definitiva el método de Ceteris Paribus o método de análisis parcial. Este método sería empleado por
la mayoría de los economistas.
LEÓN WALRAS (1834−1910). León Walras constituye junto con Marshall el soporte fundamental de los
principales desarrollos microeconómicos que han tenido lugar dentro del S.XX. Sin embargo, su objeto de
estudio y su método son muy diferentes a los de Marshall, así como su personalidad, su obra, sus objetivos en
cuanto a público y sus fines a la hora de escribir.
La principal obra de Walras es Elementos de economía política pura, 1874. Tanto Walras como Marshall se
interesaron sobre todo por la formación de los precios. Para ellos el objeto de estudio era el proceso de
equilibrio de precios y cantidades que tenían lugar en el mercado. Pero Marshall empleó una convención al
tratar mercados particulares. A esto ahora se le llama ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO PARCIAL, y Walras
por el contrario desarrolló un método más amplio y complejo que tratar el mercado: ANÁLISIS DEL
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EQUILIBRIO GENERAL.
Cuando se considera un mercado en términos de equilibrio parcial al estilo de Marshall se está considerando
un mercado casi aislado. Marshall empleaba en gran medida el Ceteris Paribus tanto al tratar las curvas de
demanda como de oferta. Por el contrario, Walras estaba interesado en las relaciones que existían entre los
mercados. Desde su punto de vista, estas interdependencias existían porque el proceso de valoración tenía
lugar necesariamente en todos los mercados. Al mismo el supuesto de Ceteris Paribus era inadecuado. Las
conexiones entre todos los mercados que Marshall dejó aparte constituyen la clave del sistema de Walras.
Debido a esto Walras dedicó gran parte de sus energías a criticar a Marshall.
Una parte del problema de la confrontación entre ambos autores se encuentra en que desarrollaron sus análisis
y escribieron sus libros para públicos muy diferentes; Mientras Marshall pretendía llegar a un público amplio,
Walras pretendía escribir para un selecto grupo de teóricos a escala mundial. A pesar de su enfrentamiento se
compenetran bien. Mientras Marshall profundizaba en el análisis parcial y alcanzaba, gracias a la cláusula del
Ceteris Paribus, conceptos de gran utilidad, Walras se dedicó a plasmar por escrito lo que Marshall había
evitado estudiar. Y, aunque llegaba a una única conclusión general, ésta es la que complemente el análisis de
Marshall. Su gran aportación fue que demostró matemáticamente lo que quería afirmar. Efectuó un análisis
gráfico y matemático complejo para expresar una idea sencilla.
Walras definió una función de utilidad de un individuo e introdujo una restricción presupuestaria: la renta.
Dada una renta se trataba de definir la cesta óptima de bienes y servicios para el individuo. Según Walras las
personas son capaces de ordenar sus preferencias entre cestas alternativas de bienes y servicios, y el nivel de
satisfacción que el individuo recibe por el consumo de las cestas alternativas se denomina generalmente
UTILIDAD DEL INDIVIDUO.
Todo el conjunto de gustos o preferencias relativos a las diversas colecciones posibles de bienes y servicios se
llama función de utilidad. Y el cociente entre las utilidades marginales de dos bienes cualesquiera es la TASA
MARGINAL DE SUSTITUCIÓN (relación de intercambio entre dos bienes). A partir de estos dos
conceptos Walras se interesó por el comportamiento maximizador. Supuso que un individuo siempre
maximizará su utilidad dado el entorno al que se enfrente y los recursos de que dispone. Si estos son
limitados, el individuo no puede alcanzar toda la satisfacción que desea. Se encuentra pues bajo una
restricción presupuestaria.
Asignan los recursos escasos de modo que se maximice la utilidad económica. La condición para maximizar
la utilidad y llegar al equilibrio es que dada una restricción presupuestaria cada consumidor individual compra
bienes hasta el punto en que las utilidades marginales de todos los bienes consumidos sean iguales. Walras
demostró esto matemáticamente y relacionó los bienes de consumo con los mercados de factores, y finalmente
da su noción de equilibrio. Dedujo que dada la restricción de la renta los excesos de demanda y oferta de
todos los bienes que formaban parte de la cesta de un individuo deberían anularse.
Cada individuo relaciona las utilidades que le reporta cada bien. A esto se le llama LEY DE WALRAS. Los
autores neoclásicos son complementarios. El más útil para la posteridad fue Marshall por su Ceteris Paribus.
TEMA 5: LAS PRINCIPALES CORRIENTES DEL SIGLO XX.
5.1. LA TEORÍA GENERAL DE JOHN MAYNARD KEYNES.
Keynes nace en 1883 y muere en 1946. Está considerado como el economista más influyente del siglo XX. En
torno a él, sobre todo a partir de los años 30, resurge el interés de los economistas por la macroeconomía. Tras
su muerte, Keynes se convirtió en un mito, y a partir de él, el Keynesianismo imperó en los ambientes
universitarios y políticos. Incluso en los años 50 y 60 la mayor parte de los gobiernos occidentales aplicaron
políticas económicas Keynesianas. Keynes pasó a la historia como el economista que aconsejaba a los
25
gobiernos que incentivaran la demanda agregada a través del déficit o de los impuestos. El endeudamiento se
convirtió en un hecho habitual.
Keynes fue discípulo de Marshall, el cual le recomendó que se hiciera economista. Keynes estudió en
Cambridge, destacando como conferenciante. Sin embargo, abandonó sus clases para dedicarse a aconsejar a
los gobiernos, investigar y amasar una fortuna especulando con divisas. De su éxito nació en Keynes una
visión absolutamente negativa del mercado de capitales en conjunto y de la figura del empresario. Su asalto a
la fama se produjo en 1919 con su obra Las consecuencias económicas de la paz. En 1930 publica Tratado
sobre el dinero. En ese momento estalla la gran depresión y los economistas neoclásicos son incapaces de
explicarla y de ofrecer alternativas.
En 1936 Keynes publica La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. El éxito de esta obra le
convierte en el mejor economista de aquellos tiempos. En ella explica la gran depresión y propone soluciones.
En 1946 le nombraron vicepresidente del Banco Mundial y participó en la elaboración del Plan Marshall, pero
meses después murió. La teoría general nace como contestación a la escuela neoclásica y como solución a los
problemas de la gran depresión. Keynes rechazaba la teoría económica neoclásica, en especial dos de sus
postulados, la Ley de Say y la idea del equilibrio competitivo.
Para Keynes ahorro era igual a inversión. Un mecanismo de interés flexible garantizaba este resultado. Si I>S
la competencia entre los inversores elevaba el tipo de interés hasta el punto de equilibrio. Por el contrario, si
I<S la competencia entre los ahorradores provocaba la caída del tipo de interés de nuevo hasta el punto de
equilibrio.
Keynes critica la Ley de Say. Para él el equilibrio entre S e I depende de muchos factores, no sólo del tipo de
interés, y no hay garantía de que S=I. Keynes divide el gasto privado en consumo e inversión. De estos 2 la
inversión es mucho más volátil y depende especialmente de los beneficios futuros esperados, es decir, de las
expectativas, y estas expectativas dependen de factores psicológicos que son aleatorios, caprichosos.
Si S e I son distintos es porque las decisiones de inversión y consumo se toman por personas distintas. La
decisión de producción del empresario consiste en producir bienes de consumo e inversión. Los preceptores
de rentas deciden distribuirlas entre el ahorro o el consumo independientemente del proceso productivo.
Para Keynes el sustento teórico de la Ley de Say era una teoría monetaria que suponía que el dinero
desempeñaba el papel de medio de cambio, pero que nunca se empleaba con fines especulativos, es decir,
como la especulación no existía el ahorro se invertía. Pero Keynes dice que la especulación existe, existe el
atesoramiento, la especulación con dinero, por lo que la Ley de Say no se cumple.
En cuanto a la segunda cuestión, el equilibrio no se produce en la economía tal como dicen los clásicos y los
neoclásicos porque existen rigideces que obstaculizan el movimiento de salarios y de precios que debería
llevar a ajustar la economía y conducirla al pleno empleo. Estas rigideces son los monopolios y los sindicatos.
Keynes creía que los trabajadores sufrían de ilusión monetaria, es decir, su comportamiento estaba
relacionado con los salarios monetarios más que con los salarios reales. Por eso los trabajadores rechazarían
descensos de sus salarios monetarios. Este rechazo de los trabajadores constituía la negación directa del
mecanismo de ajuste defendido por clásicos y neoclásicos.
¿Que pasaría si los trabajadores aceptaran esos descensos en sus salarios monetarios? Se incrementaría el
empleo sólo en el supuesto de que ese descenso de los salarios monetarios implicara también un descenso de
los salarios reales. Cuando caen los salarios monetarios va a caer también la demanda de bienes y esto llevará
a la caída del nivel de precios y a la restauración de los salarios reales, los cuales no varían. Por consiguiente
tampoco se incrementa el empleo. Por tanto el ajuste de los salarios monetarios no es una medida adecuada y
útil para crear empleo. Tampoco la inversión debe dejarse únicamente en manos privadas.
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La solución de los gobiernos al problema del desempleo, de la infrautilización de los recursos, es impulsar la
demanda, que los gobiernos se conviertan en inversores. Y los recursos de los gobiernos para invertir los
obtienen de los impuestos y de la deuda. Keynes no proponía que esto lo hicieran los gobiernos de manera
coyuntural, sino que debería ser fruto de una planificación que tuviera en cuenta todas las variables de la
economía y que fuera capaz de calcular de manera aproximada los efectos de la intervención estatal. De
hecho, la inversión iba a producir un efecto en cadena de la economía, al que Keynes llamó efecto
multiplicador. Éste dependería de la propensión marginal al consumo que existiera en la economía. La
inversión inicial del Estado iría a parar a los preceptores de rentas, que a su vez emplearían esas rentas en su
consumo. Si su propensión marginal a consumir fuera alta, los efectos derivados de la inversión del Estado
serían a su vez altos.
Keynes tuvo tal éxito que a partir de los años 40 las universidades norteamericanas estuvieron dominadas por
sus seguidores. El Gobierno norteamericano y los de la mayor parte de la Europa Occidental se apoyaron en
asesores keynesianos para llevar a cabo sus políticas económicas. De aquí surgieron POLÍTICAS
ECONÓMICAS ANTICÍCLICAS, cuyo objetivo era que las economías de los distintos países se movieran
en torno al equilibrio del pleno empleo. En los momentos de infrautilización de recursos se impulsaba la
demanda a través del déficit, pero en los momentos en los que no había infrautilización de recursos Keynes
decía que había que aplicar una política anticíclica pero en sentido inverso, es decir había que intentar obtener
superávit. Debía darse una alternancia entre políticas deficitarias y políticas de superávit.
Las políticas deficitarias fueron seguidas por los gobiernos, pero las políticas de superávit no se aplicaron. Por
lo tanto el resultado fue que durante los años 60 surgió una inflación provocada por déficits continuados y
agravada además por el shock de oferta del petróleo en los 70. Esto provocó una situación de inflación y
desempleo crecientes. En este momento las políticas keynesianas resultaron inservibles. Surgió entonces la
política monetarista, que ya existía teóricamente desde los años 50.
5.2. EL MONETARISMO: IRVING FISHER, MILTON FRIEDMAN Y LA ESCUELA DE CHICAGO.
El dinero, los incrementos de la cantidad de dinero en la economía fueron vistos por los clásicos como un
elemento que influía en la demanda de las mercancías y además incrementaba los precios. Los clásicos no
analizaron el proceso de ajuste que tenía lugar en la transacción hacia un nuevo equilibrio. Para ello había que
esperar a los neoclásicos de principios del siglo XX, sobre todo a FISHER y Pigou. Estos se preocuparon por
la transmisión del dinero a los precios, por lo que determinaba la velocidad de circulación del dinero y por el
estudio de los tipos de interés.
FISHER. Su gran aportación fue deducir un marco matemático para exponer las conclusiones de la Teoría
cuantitativa. De forma simplificada Fisher escribió la siguiente identidad:
MV=PT
M = stock de dinero en circulación.
V = velocidad anual de circulación del dinero (número de veces que el dinero cambia de manos).
P = nivel agregado de precios.
T = volumen físico de las transacciones.
Esta ecuación se convirtió en la expresión matemática por excelencia de la Teoría Cuantitativa. Según Fisher,
V y T eran independientes de la oferta monetaria. Fisher suponía que estaban determinados por factores
reales, hábitos y costumbres, tecnología y acuerdos institucionales. De este modo, las variaciones de M no
producían cambios en ninguno de los determinantes reales de V y T. Así podía afirmar la estricta
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proporcionalidad entre M y T, es decir, entre el aumento de la cantidad de dinero en circulación y el
incremento del nivel general de precios.
Un aumento de las tenencias monetarias de los individuos altera la relación óptima entre los saldos en efectivo
y los gastos de los individuos. Una mayor cantidad de dinero provoca un exceso de oferta de saldos
monetarios en manos del público, lo que da lugar a un incremento del nivel de gastos. Un incremento de los
gastos lleva a no incrementar el producto y a un incremento del precio hasta que el nuevo nivel de precios no
restablezca el equilibrio que existía con anterioridad. En la nueva situación los saldos monetarios de los
individuos, con esos precios más altos, han regresado a su nivel óptimo.
Fisher también estudió el proceso por el cual se determina el tipo de interés nominal. Este tipo de interés
nominal constituye la suma del tipo de interés real, el cual refleja las fuerzas básicas de la economía en el
endeudamiento y en el préstamo, y la tasa de inflación esperada en un momento determinado. Los
prestamistas ajustarán el tipo de interés nominal a las expectativas de inflación. Como consecuencia, unas
tasas de expansión monetaria mayores a las habituales pueden llevar a unos tipos de interés nominales más
bajos debido al incremento de la oferta de fondos prestables. Pero con el tiempo los precios más altos llevan a
través de las expectativas inflacionistas a incrementar el tipo de interés nominal.
Un tiempo después llegó la evolución keynesiana que abandonó la Teoría Cuantitativa de los neoclásicos, y en
pleno dominio de las teorías keynesianas, en 1956 Milton Friedman, de la Escuela de Chicago, rescató del
olvido las ideas de Fisher, aunque con un matiz: V no era fija, pero sí estable y predecible a partir de una serie
de variables independientes, que son las variables reales de la economía, como la renta, el tipo de interés o el
capital, a partir de las cuales se podía establecer V. Entonces podía reivindicarse que la cantidad de dinero y el
nivel de precios estaban directamente relacionados.
Además Friedman desarrolló LA TEORÍA DE LAS EXPECTATIVAS ADAPTABLES, y dijo que las
expectativas de precios se forman sobre la base de la experiencia de las inflaciones previas de los años
anteriores. La incertidumbre domina las expectativas sobre precios, los trabajadores se ofrecen a cambio de
unos salarios futuros, y los empresarios adquieren trabajo a cambio de unos precios futuros. Según Friedman,
las expectativas de lo que va a ocurrir en un futuro inmediato se forman a partir de lo que ha ocurrido en un
pasado inmediato. Suponiendo un incremento de la tasa de expansión monetaria el resultado inicial es un
incremento de los saldos en efectivo de los individuos y las empresas. Al principio, el tipo de interés nominal
baja, pero el exceso de saldos lleva a un crecimiento del gasto y de los precios. Y a causa de las expectativas
adaptables, tras un tiempo de ajuste, los agentes se adaptarán a los nuevos precios y contratarán suponiendo
esos precios superiores.
El proceso no termina hasta que la tasa de inflación iguala a la nueva tasa de expansión monetaria, y los
nuevos saldos reales en manos del público son iguales a los saldos deseados. Por tanto, aunque la expansión
monetaria puede reducir inicialmente el tipo de interés nominal, la inflación y el problema de los saldos en
manos del público llevan a que tras el proceso de ajuste los tipos de interés nominales suban. La única manera
de que los tipos de interés puedan descender durante largos períodos de tiempo consiste en aplicar unas tasas
de expansión monetaria cada vez más altas. Esto es muy peligroso. La interpretación monetaria de la inflación
es que esta se produce por culpa de incrementos / descensos discrecionales irregulares de la tasa de
crecimiento del dinero. Así pues, la inflación es un fenómeno monetario.
El monetarismo ha estudiado la relación entre el empleo y la inflación. En 1958 el economista británico
Phillips ofreció una relación inversa entre la tasa de paro y de inflación. Según él, se requerían tasas de
inflación cada vez más altas para reducir la tasa de paro en un porcentaje determinado. Si esto fuera cierto
supondría un dilema esencial para el responsable en política económica. Sin embargo, durante la segunda
mitad de los años 60 y en los 70 surge la ESTANFLACIÓN (inflación + estancamiento). Las tasas de
inflación y desempleo se incrementaron a la vez y esto origina dudas sobre la validez de la relación de
Phillips.
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En 1968 Fiedman aportó una solución a este debate. Para él, a corto plazo podía existir una relación inversa
entre paro e inflación, pero a largo plazo, tras todo el proceso de ajuste, LA TASA NATURAL DE PARO
era independiente de la cantidad de dinero en circulación. Esta Tasa Natural de Paro venía determinada por
todas las condiciones naturales que influían en la demanda y en la oferta de trabajo, como el grado de
acuerdos institucionales, el nivel de organización de la mano de obra, la existencia o no de leyes sobre salarios
mínimos, la proporción de mujeres en la fuerza de trabajo o el nivel de educación del trabajador.
A corto plazo sí era posible que se diera la relación inversa de Phillips. Lo que ocurría es que el ajuste de las
expectativas requería tiempo. Si aumentaba la cantidad de dinero, al principio los trabajadores ofrecerán más
trabajo porque, por culpa de la ilusión monetaria, pensarán que ganan más. Al mismo tiempo aumentará la
demanda, lo que se traducirá en un incremento de precios, lo cual será un incentivo para los empresarios que
contratarán más trabajadores. A corto plazo la tasa de desempleo puede colocarse por debajo de la tasa
natural, pero la ilusión monetaria es temporal, las expectativas adaptables entrarán en funcionamiento y a
largo plazo volverá a su situación anterior pero con precios mayores.
La política económica de los monetaristas tiene un elevado componente político; en USA la oferta monetaria
esta en manos de la Reserva Federal. Los que dirigen esta reserva son elegidos por el Presidente, pero gozan
de una gran capacidad de decisión. Para Friedman y los economistas de la Escuela de Chicago, este es un
componente peligroso de la estructura política de Estados Unidos. Friedman propone que se establezca una
ley para incrementar el stock monetario a una tasa anual de entre el 3 y el 5%, que es una tasa pareja con la
tasa de crecimiento de la economía estadounidense.
Desde el punto de vista Keynesiano la manipulación discrecional de la política presupuestaria es el elemento
fundamental que tienen los gobiernos para estabilizar la economía. Los keynesianos afirman que, aunque la
relación entre M y T es cierta y V a largo plazo es estable, a corto plazo puede sufrir graves alteraciones que
los gobiernos pueden tratar de solucionar.
Para los monetaristas la economía es básicamente estable y autorregulada, y el papel del gobierno consiste en
proporcionar un entorno apacible, estable, predecible. Y gracias a ese entorno los procesos económicos
podrán funcionar sin trabas, con mayor eficiencia. Según los monetaristas los gobiernos deben tener un
presupuesto pequeño y deben intervenir lo mínimo en la economía, deben dar libertad al mundo de los
negocios y deben cumplir una norma de crecimiento monetarista.
Dos nuevas corrientes han venido a apoyar las tesis de los monetaristas:
1. LOS ECONOMISTAS DE LA OFERTA. Esta corriente surge en los años 70 y 80 en USA. Su objeto de
investigación era la pérdida de crecimiento de la productividad que estaba sufriendo Estados Unidos en esa
época. Y llegaron a la conclusión de que la inflación se debía a unos salarios altos y a la pérdida de
productividad de los trabajadores. Sus medidas fueron reducir impuestos y descenso del gasto público con el
objetivo de lograr un presupuesto equilibrado, y así se lograría incentivar la inversión privada. Había también
que liberalizar la industria y crear programas privados de fondos de pensiones y reducir los subsidios de
bienestar social, que frenaban los estímulos para trabajar y ahorrar.
En los años 90 la productividad en USA ha crecido por encima de la de los países europeos. Así pues, se
puede decir que los economistas de la oferta tenían razón, aunque hay otros economistas que dicen que ello se
debe a la revolución tecnológica.
2. EXPECTATIVAS RACIONALES. Esta escuela afirma que los agentes económicos no ignoran la
información sobre el futuro de la economía, y de hecho anticipan los efectos de las políticas gubernamentales,
y al anticiparlas pueden llevar a contrarrestar por completo esos efectos. La conclusión es que es mejor el
estado no intervenga, que no intente llevar a cabo políticas fiscales o monetarias. Y esto guarda estrecha
relación con la idea de la escuela clásica y neoclásica de que los agentes económicos gozan de información
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perfecta.
3. LA COMPETENCIA IMPERFECTA: JOAN ROBINSON.
El tema de la competencia imperfecta supone el desarrollo más importante de la microeconomía en el sigloxx.
El objetivo fundamental de los autores de la competencia imperfecta fue la búsqueda de modelos descriptivos
de los mercados reales. Marshall analizó, sobre todo, el modelo de competencia perfecta e hizo mención
también a un modelo de monopolio puro. Según el modelo de competencia perfecta un gran número de
vendedores fabrica un producto homogéneo. Además, los agentes que intervienen en ese modelo son
precioaceptantes, es decir, no pueden influir en el precio. Y dado que el número de empresas es infinitamente
grande ningún vendedor puede influir en el precio y los beneficios de las demás empresas. Las acciones de
una empresa no tienen ningún efecto sobre el comportamiento de las demás. Y, por su parte, el modelo de
monopolio puro se caracteriza porque una sola empresa posee el control absoluto de la empresa.
Estos dos modelos son extremos y quizá son demasiado teóricos. La realidad es mucho más compleja, y lo
habitual es encontrar casos intermedios entre ambos. Sin embargo, hasta 1993 muy pocos autores analizaban
estos casos intermedios. Ese año aparecieron 2 obras que trataban este aspecto del modelo: Teoría de la
competencia monopólica, de Chamberlain, y Economía de la competencia imperfecta, de Joan Robinson. Las
dos responden a una misma inquietud por acercar el análisis económico a la realidad.
El origen de estos dos autores se encuentra en Sraffa, el cual en 1926 criticó la teoría neoclásica por entender
que estaba vacía. Fue el primero que afirmó que la competencia perfecta y el monopolio puro eran casos
extremos prácticamente inexistentes en la economía real. Según él, los defensores de este modelo
despreciaban las imperfecciones del mercado considerándolas fricciones, y las descartaban de su análisis. Para
Sraffa estas fricciones eran fuerzas activas que producían efectos permanentes en la economía y eran dignas
de constituirse en objetos de análisis preferentes de la ciencia económica. Había que dar un giro radical a la
economía y estudiar lo que hasta entonces habían rechazado los neoclásicos: los fenómenos de la competencia
imperfecta.
Sólo Robinson reconoce estar influenciada por Sraffa. Chamberlain se fijó en que la mayoría de las empresas
no se implicaban solamente en una competencia de precios sino que también competían en un conjunto
amplio de elementos que caracterizaban al producto. Según él, podía existir un amplio número de empresas en
el mercado, y esto es lo que provocaba la competencia. Pero cada empresa podía llegar a tener un control
único o disfrutar de una ventaja exclusiva que le otorgaba cierta influencia sobre el precio. Cada vendedor,
como consecuencia de ese elemento monopolístico, podía modificar el precio.
Chamberlain citó como elementos monopolísticos la situación geográfica de cada empresa, las marcas, los
derechos de autor, etc . Este economista creía firmemente en la naturaleza dual de los mercados. La mayoría
de los mercados poseían componentes competitivos y de monopolio. Dentro de este análisis Chamberlain dio
una gran importancia a la publicidad y al esfuerzo de ventas de las empresas. Dijo que este esfuerzo y
publicidad eran innecesarios en competencia perfecta y de monopolio puro. Un monopolista puro no necesita
hacer publicidad, y si lo hace descenderán los beneficios.
En el caso de competencia perfecta tampoco hace falta porque eres precioaceptante, y por lo tanto no puedes
influir en el mercado. Si tienes costes de publicidad se incrementará el coste total por encima del resto de
empresas y dejarás de ser competitivo. El vendedor ofrece un producto homogéneo y es capaz de vender toda
la producción a un precio dado.
Por el contrario, el mercado de la competencia monopolística de Chamberlain se caracteriza por el uso de la
publicidad y el esfuerzo de ventas. Agrupó una serie de elementos en lo que denominó COSTES DE
VENTAS, y entre los que destacó el esfuerzo de ventas y, sobre todo, la publicidad, además de los salarios de
los vendedores, los márgenes que se podían conceder a los distribuidores del producto, el coste de mostrar los
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artículos... El propósito de estos costes de ventas era tratar de desplazar la curva de demanda hacia arriba y
hacia la derecha, difundiendo la existencia del producto y convenciendo de la necesidad de adquirirlo.
Este autor también tuvo una aportación en lo referente a lo que hasta entonces se había pensado del monopolio
en cuanto al bienestar social. Según la teoría neoclásica, por definición el monopolio no era socialmente
óptimo porque producía menos de lo que permitían los recursos y a un precio superior. Sin embargo, en el
modelo de Chamberlain se tenía en cuenta que la diferenciación del producto introducía variedad y aumentaba
las posibilidades de elección del consumidor. Esto podía ser deseable e incrementar el bienestar social, es
decir, poseía utilidad por sí mismo si se comparaba con la homogeneidad de la competencia perfecta. Así,
como conclusión afirma que no está claro que la competencia monopolística redujera el bienestar social.
JOAN ROBINSON. Es la primera mujer que puede considerarse en primera línea del análisis económico.
Joan Robinson atribuye a Sraffa su interés por los modelos imperfectos. Y expresamente se declara consciente
de que existen componentes competitivos y monopolísticos mezclados en la mayoría de los mercados. Pero
indica que solo va a estudiar los componentes monopolísticos. En concreto nosotros vamos a estudiar su
ANÁLISIS DE LOS EFECTOS DE LOS COMPONENTES MONOPOLÍSTICOS EN EL MERCADO
DE TRABAJO.
En la Teoría de la competencia imperfecta se supone que los trabajadores recibirán un salario equivalente al
valor del producto marginal que obtienen. Cuando hay competencia en los mercados de factores y de
productos, los salarios de los trabajadores son iguales al producto marginal del último trabajador contratado.
En competencia perfecta, la curva de demanda para la empresa es horizontal e infinitamente elástica. La
empresa no puede influir en el precio. Por tanto, si añade trabajadores venderá unidades tradicionales al precio
dado de mercado sin influir en él. Su ingreso marginal será igual a ese precio dado. Por su parte, debido a la
ley de los rendimientos marginales decrecientes, el producto marginal del trabajo disminuye según se van
añadiendo nuevas unidades de este factor.
En un mercado de competencia perfecta la empresa se encuentra con el siguiente mercado de trabajo:
EL salario no varía con el empleo adicional de trabajo y la curva de oferta de trabajo que se encuentra la
empresa es horizontal. Pero la curva de demanda está representada por el ingreso marginal que obtiene la
empresa al contratar nuevos trabajadores. Este ingreso marginal es igual a la productividad marginal del
trabajo, que es decreciente según se añaden nuevas unidades. En equilibrio, la empresa contratará un número
de trabajadores N que es el punto en el cual el producto marginal el último trabajador iguala a su salario.
Robinson elimina algunos supuestos de la teoría tradicional. Según esta autora se daban imperfecciones en el
mercado de trabajo debido a elementos monopolísticos en el mercado del producto final de la empresa. En
competencia perfecta la empresa es precio aceptante, se enfrenta a una demanda horizontal perfectamente
elástica para su producto y el precio es igual al ingreso marginal de la empresa. Ahora bien, cuando cada
empresa posee un cierto grado de monopolio, el precio de la mercancía no es igual al ingreso marginal que la
empresa recibe por la venta de unidades adicionales del producto. El vendedor se enfrenta con una demanda y
un ingreso marginal con pendiente negativa, y puede influir en el precio o puede incrementar la cantidad
vendida variando el precio de sus productos.
Si una empresa tiene que bajar el precio para vender más unidades, lógicamente tiene que reducir el precio de
todas las unidades que vende. En estas circunstancias el ingreso marginal que la empresa obtiene por vender
una unidad no es igual al precio, hay que descontar la pérdida derivada de la reducción del precio de todas las
unidades anteriores.
En equilibrio los trabajadores reciben un salario equivalente al ingreso marginal de la empresa inferior al
producto marginal de su trabajo. A esto llama Robinson EXPLOTACIÓN MONOPOLÍSTICA DEL
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TRABAJO. Siempre que haya elementos monopolísticos el trabajador recibirá menos de lo que vale el
producto marginal, es decir, será explotado. Según Robinson la mayoría de los mercados se caracterizan por
tener elementos monopolísticos. Por consiguiente la explotación del trabajador es inherente al funcionamiento
del mercado y al sistema económico.
Joan Robinson también dedicó parte de su vida a rechazar cosas que había dicho antes, radicalizando sus
posturas en el curso de su vida.
Marshall había estudiado el monopolio como un caso excepcional. Sin embargo, para Robinson los elementos
monopolísticos eran omnipresentes. Esto supuso dentro del análisis económico una ruptura con la teoría
neoclásica tradicional. Estos dos autores representan una sola idea: EL MODELO DE COMPETENCIA
PERFECTA ES INADECUADO PARA DESCRIBIR LA REALIDAD, SON LOS MODELOS DE
MONOPOLIO LOS QUE DEBEN DESARROLLAR LOS ECONOMISTAS.
Al principio, ambos autores contaron con numerosos seguidores y de primera línea, pero de forma paulatina
los investigadores retornaron al modelo de competencia perfecta de Marshall porque el acercamiento a la
realidad que suponían Chamberlain y Robinson desembocaba en modelos demasiado complejos.
TEMA 6. LAS CORRIENTES ALTERNATIVAS DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO.
6.1. ECONOMÍA INSTITUCIONALISTA A PARTIR DE THORSTEIN VEBLEN.
Veblen, de antepasados noruegos, nace en Estados Unidos en 1857 y muere en 1929. Es el exponente máximo
de la única escuela económica que puede considerarse genuinamente norteamericana, ESCUELA
INSTITUCIONALISTA. Tiene influencias del historicismo europeo. Según el historicismo la economía
neoclásica era básicamente inútil porque se alejaba de la realidad y no tenía en cuenta los hechos observados.
Para los historicistas, en lugar del modelo deductivo empleado por los neoclásicos, había que utilizar un
modelo inductivo basado en la recogida exhaustiva de datos (historia).
Veblen siente la influencia del historicismo y mantiene una actitud crítica con la economía neoclásica. Se
convirtió en el crítico económico y social más conocido de su época. Adquirió gran prestigio como pensador,
pero pésimo como profesor. Fue contratado por la Universidad de Chicago, pero acabaron echándolo por
indiscreciones con sus alumnos y por sus críticas a determinados hombres de negocios que financiaban la
universidad.
Publicó obras que le llevaron a la fama; en 1899 publicó Teoría de la clase ociosa. En 1904 publica Teoría de
la empresa de negocios, y en 1921 Ingenieros y el sistema de ps. Murió en agosto de 1929 poco antes de la
gran depresión que ya predijo en sus obras.
Los elementos esenciales de la obra de Veblen se formaron ya desde su primera publicación y se mantuvieron
prácticamente sin cambios a lo largo de toda su vida. Incluso se ha llegado a decir que sus últimos libros son
ampliaciones y elaboraciones de una tesis o idea central establecida con antelación. Veblen comenzó atacando
los fundamentos filosóficos de los economistas clásicos y neoclásicos. Para él la economía tradicional estaba
basada en ideas preconcebidas que resultaban ser falsas o en todo caso inútiles, debido a que se alejaban de la
realidad y, por consiguiente, las conclusiones que la economía ortodoxa extraía de ellas eran también irreales.
Se fijó, sobre todo, en la idea de equilibrio, que era fundamental en economistas clásicos y neoclásicos. Sin
embargo, para Veblen el equilibrio nunca se daba en economía, la economía real siempre estaba en
desequilibrio.
Su pensamiento se basa en tres pilares:
1. Los acontecimientos históricos se explican mejor por las características de grupo, la suma de
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comportamientos individuales basados en instintos y hábitos. Los neoclásicos tenían como fundamento el
comportamiento maximizador de los individuos que, en todo momento y lugar, elegían aquella opción que les
reportaba mayor utilidad. Veblen dijo que esto era una tontería superficial. Para él, los humanos somos mucho
más complejos, dirigimos nuestras acciones por instintos y hábitos y, entre estos, algunos de los más
importantes son la curiosidad y la emulación.
2. Una visión darviniana de los procesos económicos y sociales. Charles Darwin (1809−1882) publicó en
1859 El origen de las especies, la cual influyó poderosamente en Veblen, que aplicó a la evolución económica
de la humanidad las ideas de Darwin. Según estas ideas, en el proceso económico existía una secuencia causal
que llevaba a explicar el presente. Ahora bien este proceso de evolución no tenía un fin predeterminado.
Veblen dice que la evolución económica de la humanidad no tiene un fin predeterminado, en contra de lo que
Marx afirmaba. A posteriori sí se podían identificar las causas de los hechos.
3. Desarrollo del concepto de INSTITUCIÓN, modelos coordinados de interacciones individuales. Veblen
desarrolla una visión del cambio institucional económico. Para él, la economía era un proceso de cambio
continuo de las instituciones, y dividió éstas en dos tipos:
− TECNOLÓGICAS, las cuales procedían del instinto de curiosidad de los individuos, que nos lleva a tratar
de mejorar la forma de hacer las cosas. También poseemos el instinto del trabajo eficaz, la satisfacción que
obtenemos cuando algo nos sale de la mejor manera posible. Estos instintos crean las instituciones
tecnológicas, y debido a sus características son esencialmente dinámicas.
Veblen engloba dentro de las instituciones tecnológicas todo aquello que está en relación directa con el
proceso de producción. Los elementos más destacados de las instituciones tecnológicas son aquellos
individuos que controlan o participan en el proceso de producción: ingenieros, técnicos e, incluso, obreros
cualificados. Este sector de la sociedad, que es minoritario, es el que se marca como máximo objetivo alcanzar
el tope en la eficiencia productiva.
Por otra parte, cada modelo tecnológico de cada época histórica origina un conjunto característico de derechos
de propiedad, de estructuras sociales y de hábitos de pensamiento. Estos constituyen las...
− INSTITUCIONES CEREMONIALES. Estas instituciones ceremoniales se resisten al cambio, a la
innovación que el modelo tecnológico provoca. Pero, a pesar de la resistencia al cambio, al final las
instituciones tecnológicas terminan por prevalecer. Los propietarios ausentes de las empresas, los financieros
y todos los hombres de negocios en general constituían lo más representativo de las instituciones
ceremoniales.
CAMBIO ECONÓMICO. Para Veblen el cambio económico y social es el resultado de la interacción entre
las instituciones tecnológicas y ceremoniales. En un principio, en el sistema capitalista los propietarios de las
empresas dirigían también el proceso de producción; propiedad y supervisión estaban en manos de las mismas
personas. Así, se daban las condiciones ideales para maximizar la producción.
Ahora bien, el desarrollo del sistema capitalista había separado propiedad y gestión. Los hombres de negocios
no tenían el control sobre la producción, de tal forma que desconocían por completo las necesidades
tecnológicas de sus empresas, lo que, unido al miedo provocado por las crisis económicas, les había llevado a
perder el interés por reducir costes. El objetivo máximo de todo dueño de empresa era alcanzar el mayor
beneficio, y no maximizar la producción, porque se había encontrado otra manera de maximizar el beneficio
que era reducir los costes, el monopolio, que alejaba a la producción del máximo que podía llegar a alcanzar,
convirtiéndola en menos eficiente. Así, el sistema capitalista se había convertido en ineficiente. Incluso en
numerosas ocasiones los dueños de las empresas saboteaban cualquier innovación tecnológica.
Estos individuos chocan con los ingenieros, técnicos..., que forman parte del proceso de producción, que lo
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dirigen y cuyo objetivo principal es maximizar la eficiencia, provocando que se retrase la mejora de le
eficiencia. Incluso la mayor parte de la clase trabajadora puede considerarse dentro de las instituciones
ceremoniales, porque les interesa mantener una serie de derechos alcanzados que las innovaciones pueden
hacer peligrar.
El consejo de Veblen es que ingenieros y técnicos deben tomar las riendas del proceso productivo e imponerse
sobre las instituciones ceremoniales. Y de hecho, es posible que en esta decisión revolucionaria acaben siendo
apoyados por una parte de los obreros que se hayan percatado de las negativas consecuencias del
comportamiento monopolístico de los hombres de negocios.
Además de este proceso, Veblen explicó los CICLOS ECONÓMICOS. Según él, en las etapas de expansión
las empresas procederán a endeudarse. Los bancos concederán créditos confiados en las buenas expectativas.
Así, la producción crecerá. Sin embargo, llegaba un momento en el cual el crédito había ido muy lejos y
alcanzaba el límite que los bancos estaban dispuestos a soportar. A partir de ahí, la incertidumbre llevaba a los
bancos a no renovar los créditos y a solicitar la devolución de los ya concedidos. Ahora bien, este hecho
coincidía generalmente con la incertidumbre provocada por cambios tecnológicos introducidos por nuevas
empresas en los procesos de producción. Las viejas empresas, en las que habían prevalecido los intereses de
las instituciones ceremoniales, sufrían una pérdida de eficiencia por culpa de las nuevas empresas
competidoras, lo que desembocaba en un descenso de los beneficios. La instabilidad, la incertidumbre y la
caída de los beneficios llevaban a un empeoramiento de las expectativas. En ese momento, las empresas no
podían devolver el dinero prestado por los bancos, produciéndose la crisis del sistema financiero, que
contagiaba a su vez al sistema productivo.
Para responder a esas crisis las instituciones ceremoniales recurren con más fuerza a actividades
monopolísticas, a sabotear la entrada de nuevos competidores y a proteger sus mercados de la competencia
exterior. Todos estos comportamientos les llevan a hacerse con el poder político. De aquí surge la
identificación entre poder económico y político.
Después de Veblen no surgió una escuela unitaria de características bien identificadas. El Institucionalismo ha
sido seguido en el siglo xx por numerosos economistas, aunque no se puede hablar de corriente de
pensamiento unificada. Lo único que une a todos ellos es el rechazo a la teoría económica clásica y su escasa
identificación con el marxismo. El más importante de todos sus seguidores es Galbraith (1908). Sus dos
aportaciones más conocidas son:
− PODER COMPENSADOR. Según Galbraith el proceso de monopolización de la vida económica ha
llevado al aumento y concentración de poder en manos de unos pocos. Este poder económico necesita ser
contrarrestado con otro poder político y social. Los sindicatos forman parte de ese poder compensador, así
como las asociaciones de defensa del consumidor, del medio ambiente o de la sociedad en su conjunto. Pero,
sobre todo, es el Estado el que debe convertirse en el principal poder compensador. De hecho contrarrestar el
poder económico debe ser su función principal.
− La contradicción existente entre una sociedad opulenta y un Estado cuyos servicios no se
corresponden con esa riqueza. Según Galbraith la preeminencia de los intereses privados ha llevado a que la
riqueza que puede obtener cada persona por sus propios medios se encuentre en desequilibrio con la riqueza
pública. Esta descompensación se resolverá cuando los intereses privados caigan en la cuenta de que mejoran
el bienestar si permiten que el Estado tenga los instrumentos necesarios para ofrecer servicios públicos
adecuados.
Veblen ve la economía como algo dinámico y como algo que no lleva a un fin predeterminado.
6.2. EL PROTAGONISMO DEL EMPRESARIO: LA ESCUELA AUSTRIACA Y J.A. SCHUMPETER.
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La Escuela Austriaca se desarrolló durante el último tercio del siglo XIX, al mismo tiempo que se desarrolla
la escuela neoclásica. De hecho se caracteriza por su interés por los temas microeconómicos. Su origen es el
siguiente: está creada por una serie de autores de habla alemana que coincidieron en la misma época con la
Escuela de Viena. Sin embargo, la caracterización de austriaco se empleó para definir a sus discípulos, aunque
éstos acabaron viviendo en Inglaterra y en Estados Unidos. Así, con el tiempo el concepto de austriaco perdió
sus connotaciones geográficas.
Esta escuela se caracteriza por su rechazo a los planteamientos neoclásicos. Los austriacos defendieron que en
economía todo depende de decisiones personales, y estas decisiones son subjetivas. Cada individuo se
diferencia de los demás no sólo en gustos sino también en conocimientos, percepciones, aptitudes,
expectativas. Lo que hay que estudiar es el proceso para la toma de decisiones. En el sistema capitalista quien
toma las decisiones es el empresario. Por consiguiente, el objeto de estudio primordial debe ser la figura del
empresario. Los austriacos rechazan por inútiles los métodos matemáticos y su objetivo es explicar la realidad
pero no realizar predicciones.
SCHUMPETER. Nació en 1883 y murió en 1950. Fue Ministro de Hacienda en su país, profesor en Viena y
en Berlín, publicó innumerables artículos y cuatro libros fundamentales. El primero se publicó en 1911,
Teoría del desarrollo económico, el cual le dio gran fama en Austria y Alemania, aunque no fue conocido
como un autor universal hasta que se tradujo al inglés en 1934. En 1938 publicó Siglos de negocio, en 1942
Capitalismo, socialismo y democracia, y en 1952 Historia del análisis económico.
Es uno de los principales economistas que ha habido nunca. En él confluyen 2 características: dominio
absoluto de los métodos matemáticos y desprecio de los métodos matemáticos. Schumpeter domina las
matemáticas, y las utilizó para entender a los demás economistas. Presenta además una gran obsesión por
Keynes, aunque se consideraba superior. Y en sus planteamientos se muestra como gran admirador de Marx y
de Walras. De ellos recogió ideas, pero su esquema de pensamiento es nuevo. Parte de la idea de que hasta
principios del siglo xx la economía, y sobre todo la Escuela Clásica, se había dedicado a estudiar una situación
de equilibrio, cuando, sin embargo lo importante en un sistema capitalista era precisamente el desequilibrio.
Era mentira que el sistema desembocara en el equilibrio económico. Al contrario, lo que caracterizaba al
capitalismo era la ruptura continua de lo anterior y la creación de situaciones nuevas. Según Schumpeter el
proceso se desarrollaba de la manera siguiente: en una situación teórica de equilibrio tenía lugar lo que él
llamó la corriente circular de la vida económica. En esta corriente circular los agentes económicos únicamente
se dedicaban a vivir del pasado y a gestionar lo recibido de la misma forma que se había hecho hasta entonces.
Los gestores de las empresas, en esta situación limitaban a su actividad a combinar los distintos factores de
producción y supervisar todo el proceso productivo. En esta situación teórica no hay lugar para la innovación.
Según él, la figura del empresario, del agente que toma decisiones, es decisiva para entender el desarrollo
económico. La función empresarial consiste en destruir lo anterior y crear algo nuevo mediante la
introducción de nuevas condiciones en el proceso productivo. Esto lo llamó DESTRUCCIÓN CREADORA.
Estas nuevas combinaciones que introducen los empresarios en la economía podían ser de cinco tipos:
• El empresario podía introducir un nuevo bien.
• El empresario podía encontrar nuevas fuentes de aprovisionamiento.
• El empresario podía abrir nuevos mercados.
• El empresario podía introducir cambios en el sistema productivo.
• El empresario podía introducir nuevas formas de organización industrial.
La función empresarial termina cuando lo nuevo pasa a formar parte de lo viejo. En ese momento, cuando la
novedad dejaba de serlo, el empresario se convertía en un mero gestor. Para Schumpeter, la función
empresarial podía ir unida a otro tipo de funciones de tal forma que en una misma persona podían confluir,
además de esa función empresarial, la función capitalista, la función directiva, e, incluso, la función de mano
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de obra. Pero ninguna de ellas era imprescindible para ser empresario. La función capitalista y la función
empresarial, aunque a menudo iban juntas, eran cosas distintas y de hecho se podía ser empresario sin
disponer de capital, ya que si la innovación era convincente el capital acudiría.
A partir de aquí, Schumpeter enlaza el análisis microeconómico con el macroeconómico. Analiza la existencia
de ciclos en la economía y los explica de la siguiente manera: A partir del nacimiento de una nueva
innovación los hombres capaces adaptan esa novedad y llevan la función de producción a una cota superior,
provocando el crecimiento de la economía. Esto crea buenas expectativas y un ambiente óptimo para el
progreso de los negocios. Ahora bien, la innovación no es seguida solamente por los hombres de negocios
más aptos, la siguen también los más incapacitados. Esto provoca una serie de incorrecciones dentro de la
economía que deben ser resueltas. Las crisis son para Schumpeter depuraciones del sistema económico que
eliminan los elementos ineptos del sistema. Las innovaciones van por oleadas y por ese motivo la economía es
cíclica. Después de los momentos de crisis, surgirán nuevas innovaciones que harán volver a crecer la
economía.
Dentro de este sistema, ¿qué debe hacer el Estado?. La existencia de empresarios en la economía es la que
lleva al crecimiento y depende de las reglas del juego imperantes en esa economía, es decir, de cómo se
premie la función empresarial. Si se desea que el país se enriquezca el Estado debe influir en las reglas del
juego y beneficiar a la función empresarial.
Schumpeter se limitó a decir que las medidas fiscales de los gobiernos debían desincentivar el crecimiento de
la riqueza nacional. Por consiguiente los sistemas impositivos progresivos chocaban con las expectativas de
obtener mayores ganancias y con resultados negativos.
Para Schumpeter era inevitable la llegada del socialismo y la muerte del sistema capitalista porque el sistema
capitalista se estaba convirtiendo cada vez en mayor medida en un sistema formado por grandes corporaciones
en las cuales la iniciativa individual, es decir la función empresarial, tenía cada vez menos cabida, y las
decisiones eran tomadas por directivos ajenos a la propiedad de las empresas. Para Schumpeter esta
separación entre propiedad y gestión iba a acabar eliminando por completo el sistema capitalista, y suponía la
antesala de un sistema socialista.
6.3 LA ECONOMÍA EVOLUTIVA.
La Economía Evolutiva es una escuela que supone una síntesis de las enseñanzas de Schumpeter y Veblen. Se
ha desarrollado en los últimos 20 años. Realiza una crítica a la economía neoclásica y se interesa, sobre todo,
por el estudio de las instituciones y el cambio tecnológico. Su idea clave es que la economía no es estática
sino dinámica, es decir, a los evolutivos no les interesa el equilibrio, lo que les interesa es analizar el cambio
de la economía.
Para los componentes de esta escuela la tecnología es en buena medida una cuestión de cada empresa. Esta
compuesta por conocimientos específicos acumulativos y en muchos casos tácitos e implícitos. Por ese motivo
el objeto de estudio no debe ser el mercado sino las empresas, el interior de las empresas. Este estudio de las
empresas no debe realizarse al margen de su contexto. Por consiguiente, los economistas evolutivos se marcan
también como objetivo el análisis de las reglas del juego dentro de las cuales de mueven las empresas.
No existe el determinismo tecnológico (de entre las tecnologías se elige la más eficiente) porque juegan
además otros factores. No siempre saldrá triunfante la mejor tecnología. El poder que tienen los defensores de
cada una de las alternativas explica porqué una tecnología menos eficiente triunfa sobre otra que lo es más.
Las diferencias en la capacidad tecnológica de los países son determinantes para elaborar una teoría del
cambio económico y del comercio internacional.
¿Por qué se llaman evolutivos? Toman su nombre de la biología evolutiva. En el siglo XIX con el objetivo de
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convertir a la economía en una ciencia más científica, trató de adaptar los métodos que se empleaban en las
matemáticas y en la física. Tratan de acercarse a la biología moderna y huir de la física clásica. La biología
moderna sigue las enseñanzas de Darwin, según el cual la evolución no tiene un fin predeterminado, no es
gradual, está sujeta a momentos de ruptura y a saltos discontinuos, y, en ocasiones, está causado por el azar.
Los economistas evolutivos opinan que el desarrollo económico se deriva de las tecnologías. No es casualidad
que la economía evolutiva haya desarrollado en un momento de ruptura tecnológica, en un momento histórico
de cambio. Éste ha dado lugar al abandono del análisis del equilibrio y al creciente interés por el estudio del
desequilibrio, de los cambios.
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HAE
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