LA COYUNTURA ECONOMICA EN 2010

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LA COYUNTURA ECONOMICA EN 2010
THE ECONOMIC SITUATION IN 2010
Prof. Dra. Beatriz Herrera García
Profesor Principal, FCC-UNMSM
RESUMEN
Las debilidades en las principales economías desarrolladas continúan afectando la
recuperación mundial y plantean riesgos para la estabilidad económica mundial en los
próximos años. Esto contrasta con el fuerte crecimiento del producto bruto interno (PBI) de
muchos países en desarrollo y economías en transición, que han contribuido con más de la
mitad de la expansión de la economía mundial desde el tercer trimestre de 2009. El repunte
económico ha estado dirigido por las grandes economías emergentes de Asia y América
Latina, en particular China, India y Brasil.
El crecimiento de América Latina, en particular de las economías de América del Sur, las
proyecciones siguen siendo relativamente consistentes en alrededor de 4.1 por ciento según
el pronóstico base. Sin embargo, esto implica una marcada moderación en relación al 6.0
por ciento de crecimiento en el PBI alcanzado en 2010. Brasil sigue actuando como motor
del crecimiento regional, con una fuerte demanda interna que ayuda a impulsar el
crecimiento de las exportaciones de los países vecinos.
Palabras clave: Crecimiento, expansión regional, riesgos.
SUMMARY
Weaknesses in major developed economies continue to drag the global recovery and pose
risks for world economic stability in the coming years. This contrast with the strong gross
domestic product (GDP) growth in many developing countries and economies in transition,
which has been contributing to more than half of the expansion of the world economy since
the third quarter of 2009. The rebound has been led by the large emerging economies in
Asia and Latina America, particularly China, India and Brazil.
Growth in Latin America, particularly that in the South America economies, is projected to
remain relatively robust at about 4.1 per cent in the baseline forecast. Yet, this implies a
marked moderation from the 6.0 per cent GDP growth estimated for 2010. Brazil continues
to act as the engine of regional growth, with strong domestic demand helping to boost the
export growth of neighbouring countries.
Key words: Growth, regional expansion, risks.
1. INTRODUCCION
Según el DAES (WESP 2011), el camino de la recuperación de la gran recesión está
demostrando ser una tarea ardua, prolongada, con muchas dificultades y cuesta arriba.
Después de un año (2010) de recuperación frágil y desigual, el crecimiento de la economía
mundial está desacelerándose en un frente amplio (véase, infra, cuadro1), que presagia un
menor crecimiento global en la perspectiva futura.
Las debilidades en las principales economías desarrolladas siguen arrastrando la
recuperación mundial y plantea riesgos para la estabilidad económica mundial en los
próximos años. No habrá solución a corto plazo para los problemas que todavía enfrentan
estas economías a raíz de la aguda crisis financiera. La superación de los problemas
estructurales que condujeron a la crisis y los que fueron creados por la misma se muestra
mucho más difícil y para superarlos se necesitará un proceso largo.
La denominación de la situación financiera mundial es “incertidumbre. Se esperan
sorpresas hacia la baja en los mercados bursátiles y de materias primas, excepto el oro,
alimentos y el petróleo, y una fase más profunda de la crisis económica y financiera en los
países desarrollados.
La recuperación económica es desigual entre países desarrollados (economías
desarrolladas) y países en desarrollo (economías en desarrollo) y economías en transición:
Cuadro 1
Crecimiento del Producto 2009-2011
(Variación porcentual anual)
2009 2010 2011**
Producto Mundial
-2.0
3.6
3.1
- Economías desarrolladas
-3.5
2.3
1.9
- Economías en transición
-6.7
3.8
4.0
- Economías en desarrollo
2.4
7.1
6.0
- América Latina y el Caribe* -1.9
6.0
4.2
Fuente: UN/DESA, december 2010
* CEPAL, diciembre 2010
** Proyecciones basadas en el Proyecto LINK y el Modelo
de Pronósticos de Naciones Unidas.
El crecimiento de los países en desarrollo (economías en desarrollo) se ha recuperado a un
ritmo más rápido, alcanzando una tasa del 7.1 por ciento en 2010. Esta tasa responde a los
esfuerzos de China (10.1%) 1, India (8.4%) y Brasil (7.1%), sin embargo, el crecimiento de
los países en desarrollo resulta ser menor al logrado en 2006 (7.3%) y en 2007 (7.6%).
Algunos países en desarrollo se han recuperado más rápidamente que otros, gracias a
estímulos fiscales y la reanudación del comercio en manufacturas. Por otra parte, el
crecimiento económico en general sigue siendo altamente dependiente de las fluctuaciones
1
El vigoroso crecimiento de China ha sido un factor importante en la recuperación del comercio mundial y de
los precios de los bienes primarios, que es beneficiosa para el crecimiento de la región latinoamericana y otras
regiones en desarrollo.
del comercio internacional, así como de los precios de los productos básicos y de los flujos
de capital privados.
En suma, la trayectoria de la dependencia indica que los países en desarrollo enfrentaron
condiciones comerciales y financieras en 2009 calificadas de desafiantes 2. La crisis
financiera provocó una caída libre de los volúmenes de comercio mundial desde finales de
2008 hasta el segundo trimestre de 2009, asociado sobre todo al derrumbe de la demanda de
importaciones en los países desarrollados. Sin embargo, a partir del tercer trimestre de
dicho año, el comercio mundial se recuperó hasta alcanzar una tasa del 10.5 por ciento en
2010, superando al producto mundial en tres veces más.
Tal como se advirtió en “Crisis: recuperación con mayor desempleo e informalidad” 3, uno
de los principales riesgos estaría asociado a un fin prematuro de las fuertes medidas de
estímulo fiscal que ayudaron a evitar la caída libre de la economía global y que están detrás
de la recuperación. Debido a que los niveles de flujos comerciales y de producción
industrial son inferiores a los observados antes de la crisis, por lo que el repunte ha tenido
más que ver con un cambio en el ciclo de inventarios a nivel mundial.
Un retiro prematuro del estímulo podría ser contraproducente, por lo que la preocupación
inmediata de las autoridades económicas deberían centrarse en abordar la debilidad de los
sectores financieros, estimular la demanda a fin de reducir las brechas de producción y,
sobre todo, contrarrestar la tendencia al alza de las tasas de desempleo.
2. HACIA UNA NUEVA EPOCA CON ECONOMIA DE ESCASEZ
La situación de la globalización es harto compleja porque se da en un contexto estructural
en encrucijada. Así, la crisis económica y financiera se sumó a varias otras crisis: el alza
abrupta de los precios mundiales de los alimentos y de la energía (de por si de alta
fluctuación), fue resultado de varias décadas de indiferencia respecto al cultivo de
alimentos y de la incapacidad de frenar unos mercados energéticos cada vez más
especulativos. Todo ello se ve agudizado por el cambio climático. En muchas partes del
mundo ya se están sufriendo sus consecuencias, consistentes en sequías cada vez más
frecuentes e inundaciones provocadas por lluvias excesivas.
Los problemas actuales se presentan en lo que bien puede llegar a ser un momento decisivo
de la historia. Es decir, en la economía mundial se esta produciendo una serie de
reordenamientos importantes. Por ejemplo, el rápido y sostenido crecimiento del Asia del
Este que incluye a China y en el Asia del Sur que incluye a India, está reorientando el
equilibrio del poder económico en el mundo. Este fenómeno complicado, sin embargo,
continuará en adelante. Por su parte, al mismo tiempo, aunque en un número nada
despreciable de países en desarrollo y en transición (en particular países asiáticos y
2
3
El comercio mundial en 2009 registró una fuerte caída, logrando una tasa negativa (-11.4%).
Véase, Beatriz Herrera García, Crisis: recuperación con mayor desempleo e informalidad, San Marcos al
día, UNMSM, Lima, 2010. N° 209, 210, 211, 212, 213, 214, 215 y 216.
latinoamericanos), han experimentado una convergencia importante hacia niveles de vida
de los países desarrollados, dicha tendencia se aprecia desde el año 2005 4
Los pronósticos indican que en qo5o la población mundial superará los 9,000 millones de
habitantes, de los cuales el 85 por ciento residirá en los países en desarrollo. A su vez, los
avances en materia de desarrollo humano han contribuido a reducir las tasas de mortalidad
y a aumentar la longevidad de las personas. Esta situación ejercerá presión sobre los
sistemas de pensiones y de atención de la salud. Por otro lado, se pronostica que en el año
2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en las zonas urbanas del planeta y que,
como consecuencia, el mayor crecimiento de las megaciudades ocasionará nuevos
problemas. Asimismo, al aumento de la población de las ciudades modificará los patrones
de alimentación y del uso de la tierra, que podrán tener vastas consecuencias.
En consecuencia, el aumento de la población y de la prosperidad ha traído consigo enormes
costos ambientales de recuperación mundial. La creciente población mundial se ha venido
sosteniendo en parte a costa de la degradación del medio ambiente. Según la FAO,
alrededor de la mitad de los bosques que cubrían el planeta han desaparecido, se están
agotando las fuentes de agua subterránea, así como las provenientes de los deshielos debido
al calentamiento global.
La producción agrícola e industrial está cada vez más interconectada entre si a nivel global.
Cada vez más, la producción agrícola e industrial la llevan a cabo cadenas de valor
mundiales, dominadas por empresas transnacionales, y los mecanismos mundiales suelen
estar muy compartimentados. Sino se aplican reformas, aumentarán las dificultades en la
formulación de políticas nacionales debido al dominio de los procesos mundiales.
Las soluciones no son fáciles, así los especialistas opinan en consenso que las estrategias de
crecimiento basadas en el mercado son en sí mismas insuficientes para resolver el problema
de la pobreza, y que para garantizar la debida prestación de servicios de salud y educación
y evitar la exclusión social de gran parte de la población es necesario contar con
instituciones eficientes y políticas sociales eficaces. La crisis mundial de los alimentos, de
la energía y de las finanzas –crisis que revelan fallos sistémicos inherentes al
funcionamiento de los mercados mundiales-, exigieron que los gobiernos intervinieran para
hacerles frente 5.
2.1 Una nueva época con menor pobreza
El paradigma dominante del pensamiento económico relativo al desarrollo surgido a lo
largo del tiempo, tuvo como esquema para alcanzar un desarrollo satisfactorio la
4
El número de pobres del mundo se redujo de 1,800 millones en 1990 a 1,400 millones en 2005 (véase, A.
Maddison, “Statistics on world population, GDP and per capita GDP”).
5
Estas intervenciones fueron contraproducentes con el denominado “Consenso de Washington”. Este enfoque
consideraba que los gobiernos distorsionaban los mercados con sus intervenciones y la mala administración
de las finanzas. Por lo que las políticas de desarrollo debían concentrarse más en la estabilidad
macroeconómica y depender en grado mucho mayor de los mercados no regulados y de la iniciativa privada,
tanto en la producción como en la prestación de servicios sociales. Este fue el enfoque normativo de las
instituciones multilaterales (BM, FMI, BID, OMC y otros), y de los formuladotes de políticas en USA:
durante las tres últimas décadas.
experiencia europea y japonesa. Las primeras teorías del desarrollo surgieron de las
experiencias del desarrollo moderno de Europa occidental y de Japón. Esas políticas de
desarrollo comprendían, entre otras políticas: la reforma agraria, inversiones en capital
humano, una protección selectiva del comercio, normas de crédito dirigidas y otros tipos de
apoyo oficial para desarrollar la capacidad industrial y tecnológica y para, a la vez, exponer
gradualmente a las empresas a la competencia internacional. El crecimiento económico
rápido y sostenido de los países denominados “Tigres asiáticos”, era un ejemplo del éxito
de las estrategias orientadas por el paradigma del dirigismo estatal de las primeras teorías
del desarrollo y muy parecidas a las que promovieron el desarrollo en Europa y Japón.
El contexto actual difiere en mucho al de las décadas de los 80´s y 90´s. Por una parte, el
mundo se ha ido integrando cada vez más, reduciendo el margen de maniobra para las
estrategias nacionales, por cuanto, son cada vez más importantes la inversión directa
extranjera y las cadenas de valor mundiales que impulsan la producción, el comercio y el
desarrollo tecnológico en el mundo. Asimismo, las normas multilaterales de intercambio de
la OMC (Organización Mundial del Comercio) han impuesto restricciones a las medidas
nacionales para apoyar el desarrollo de las industrias de exportación.
Por su lado, las corrientes de capital privado internacional, que se desplazan libremente,
hacen más difícil el logro de la estabilidad macroeconómica. Las normas que rigen los
derechos de propiedad intelectual y los estándares de calidad han aumentado los costos de
absorber nuevas tecnologías y de poder competir en el medio mundial.
Raúl Prebisch y la CEPAL 6, en los años cincuenta y sesenta desarrollaron paradigmas
interesantes pero frustrantes para la región, partían del supuesto de que la promoción del
desarrollo industrial (en el centro) aceleraría los avances generales en la esfera del
bienestar, los cuales al expandirse el empleo en el sector estructurado y aumentar los
salarios reales, se filtrarían hasta llegar a los pobres (generalmente en el sector arcaico, i.e.
de la periferia). Consideraban que la política social era una parte fundamental de la
estrategia general de desarrollo. Sin embargo, la política social comprendía una
disminución generalizadas de subsidios para obtener bienes y servicios, con lo que se
suplementaban los ingresos, sino que también se contribuía a mantener el costo de los
salarios en un nivel bajo, en apoyo al desarrollo industrial (en el centro). A su vez los
trabajadores urbanos de los modernos sectores industriales y de los servicios estatales eran
los beneficiarios principales de unos sistemas de seguridad social en expansión que
protegían de los riesgos de salud y garantizaban pensiones seguras a los jubilados y que
comprendían, además, servicios de educación y de salud subsidiados y financiados por el
Estado. Sin embargo, en dichas políticas sociales no se prestaba atención a las necesidades
de los pobres, siendo en la práctica los más beneficiados los grupos urbanos de ingresos
medios con capacidad de movilización política.
La estrategia contenida en la “Teoría Centro-Periferia” 7, su aplicación arrojaron resultados
desalentadores en cuanto a generar suficientes empleos y reducir la pobreza, por lo que en
Véase, P. Castro, “Teorías del desarrollo. Crítica a la teoría de la CEPAL”, UNMSM, Lima, 1992.
Véase, O. Rodríguez, “La Teoría del Subdesarrollo de la CEPAL”, México, 1980 y R. Prebisch, “El
Desarrollo de América Latina y algunos de sus principales problemas”, CEPAL, Santiago de Chile, 1961.
6
7
los años setenta (70´s) surgieron propuestas para la promoción de más actividades de uso
intensivo de mano de obra que dieran a los pobres mayores posibilidades de acceder a los
bienes de producción (mediante reformas agrarias, acceso al crédito y otras políticas), y
ampliaban el alcance de los servicios de educación y de salud de manera de incluir a los
pobres. Estas políticas se dieron en un marco de estrategias de redistribución con
crecimiento que apuntaban básicamente a satisfacer las necesidades básicas.
En los años ochenta y noventa, la región se vio envuelta en el gran problema de la crisis de
la deuda externa y en sus consecuencias, una de las cuales fue la inexistencia de crédito
externo, su alto encarecimiento y la ausencia de inversiones directas extranjeras, en ese
largo periodo surgieron las estrategias orientadas por el “Consenso de Washington” (véase,
supra), según el cual las reformas de mercado y las privatizaciones de las actividades
económicas y financieras estatales (en los años setenta la región se vio envuelta en un
proceso de estatización de dichas actividades) habrían de aumentar la eficiencia económica
y mejorar la asignación de fondos. Las políticas sociales en este periodo eran contrarias del
uso generalizado de subsidios y transferencias sociales porque, según sus mentores,
distorsionaban los mercados y eran demasiado costosas. Esas políticas sociales promovían,
además de la privatización de los servicios sociales, esquemas compensatorios que
mitigaban los resultados desastrosos de las políticas económicas orientadas hacia los
mercados.
Con la llegada del nuevo milenio, Naciones Unidas promueve los “Objetivos de Desarrollo
del Milenio” 8, que contiene una estrategia de lucha contra la pobreza. La misma promueve
la reorientación de algunas políticas, al asignarse más prioridad a los gastos en educación y
salud, la microfinanciación del crédito, la entrega de tierras, etc. Así, como introduce
programas de transferencia de efectivo para incentivar a los grupos pobres y vulnerables,
condicionando las transferencias a que los niños asistan a las escuelas y a que las madres y
sus niños recurran a los centros de salud. Sin embargo, también, como la brecha es
gigantesca, dichas políticas sociales fueron quedándose al margen de las políticas
económicas que buscan preferentemente la estabilidad macroeconómica (nivel de precios,
déficit fiscal, déficit de cuenta corriente).
Los retos aún subsisten, hay millones de seres humanos a los que se debería arrancar de la
pobreza extrema, y sigue siendo necesario satisfacer necesidades educativas importantes
fuera del acceso a la escuela primaria, así como resolver la alta incidencia de las
enfermedades agudas y crónicas. Aún, prevalece el contexto de una persistente inseguridad
alimentaria, la amenaza del cambio climático y el envejecimiento de la población. Retos
que tendrán que ser enfrentados a riesgo de un colapso social mundial.
En el estado de la crisis económica y financiera y la débil recuperación de la economía
mundial, el crecimiento del producto mundial que se espera para los años 2011 y 2012 será
más débil aún. Por lo que no habrá solución rápida para los problemas económicos y
sociales en todas las regiones del mundo. El panorama esta envuelto en una gran
incertidumbre por lo que los problemas sociales pueden tender a agudizarse.
Véase, Naciones Unidas, “Objetivos de Desarrollo del Milenio: Informe 2008”, e “Informe sobre Desarrollo
Humano 2006: Más allá de la Escasez, Poder, Pobreza y Crisis Mundial del Agua”.
8
3. LA DINAMICA ECONOMICA DE LA REGION
En medio de un contexto externo afectado por altos niveles de incertidumbre, el
comportamiento económico de las regiones ha sido desigual, así los países en desarrollo
muestran fortalezas relativas y una dinámica especial beneficiada con una elevada liquidez
y bajas tasas de interés, en las cuales los países de América Latina y el Caribe registran una
evolución intensa de la actividad económica que le está permitiendo recuperar los niveles
de producción de pre crisis.
El crecimiento económico observado en 2010, indica una recuperación rápida de los países
de la región, habiendo alcanzado en su conjunto una tasa de crecimiento del 6.0 por ciento
impulsada fuertemente por las exportaciones y la demanda interna, sin embargo, la tasa
promedio lograda refleja un crecimiento heterogéneo de los países, entre las cuales
destacan los de América del Sur.
Cuadro 2
Países de América Latina que más crecieron en 2010
(Variación porcentual)
Países
Tasa (%)
Paraguay
9.7
Uruguay
9.0
Perú
8.6
Argentina
8.4
Brasil
7.7
México
5.3
Chile
5,3
Fuente: América Latina y el Caribe. PBI total, CEPAL, 2010.
Estos resultados reflejan el favorable escenario internacional que permitió un aumento del
volumen y de los precios de las exportaciones, sin embargo, el crecimiento de las
importaciones mayor. Los efectos del contexto internacional fueron diferenciados, por
ejemplo, para los países exportadores de bienes básicos resultó en mejoras de sus términos
de intercambio y mayor valor de sus exportaciones.
En el contexto interno, los motores de la demanda interna fueron el incremento de los
indicadores del mercado del trabajo, el aumento del crédito, las tasa bajas de interés y la
mejora de las expectativas contribuyó a impulsar el aumento del consumo privado y del
aumento de la inversión en maquinarias y equipos.
La heterogeneidad del crecimiento económico en la región en 2010, se observa cuando se
señala el comportamiento de las economías que menos crecieron:
Cuadro 3
Países de América Latina y el Caribe que menos crecieron en 2010
(Variación porcentual)
Países
Tasa (%)
El Salvador
1.0
Venezuela
-1.6
Haití
-7.0
Países del Caribe
0.5
Fuente: América Latina y el Caribe. PBI total, CEPAL, 2010
La fuerte caída del PBI en Haití se explica por los efectos del devastador terremoto, las
inundaciones, las enfermedades endémicas y la inestabilidad política, en cambio, en
Venezuela la caída se explica básicamente por los ingresos petroleros que aumentaron poco
mientras que los ingresos tributarios y el resto de los ingresos cayeron durante el año. Que
se explica por una política fiscal que resulta en una disminución en la recaudación del
impuesto sobre la renta y por menores ingresos extraordinarios por concepto de operaciones
de inversión. Por otro lado, la caída del PBI fue debido a una fuerte crisis energética (la
restricción del consumo eléctrico, su racionamiento, y el acceso a las divisas afectaron a la
manufactura, el comercio y los servicios), la que se sumó una caída de la inversión y del
consumo privados. Todo ello en un contexto de inflación y desempleo.
En consecuencia, en América del Sur el desempeño fiscal estuvo determinado por el
comportamiento de los ingresos beneficiado por el aumento de actividad económica,
debiéndose agregar más en aquellas economía especializadas en la producción y
exportación de bienes intensivos en la explotación de recursos naturales, el efecto de la
recuperación de los precios de los productos básicos. Así, los mayores aumentos de los
ingresos fiscales en Ecuador, Perú y Chile se explican, por un lado, por los mayores
incrementos en los ingresos provenientes de los productos básicos (del petróleo en el caso
de Ecuador, los mayores impuestos a la renta pagados por las empresas mineras en el caso
de Perú 9 y, por el mayor precio del cobre que impacto los excedentes e impuestos pagados
por CODELCO y en la tributación a la minería privada en el caso de Chile). Sin embargo,
este desempeño no ha sido homogéneo por el mayor incremento de los precios de los
minerales en comparación con la recuperación del precio del petróleo, que ha significado
una dispar evolución entre los ingresos de los países mineros y de los países productores de
hidrocarburos.
El gigante sudamericano, Brasil, sigue actuando como motor del crecimiento de esta parte
del continente americano, con una fuerte demanda interna que ayuda a impulsar el
9
El producto bruto interno (PBI) del Perú acumuló un crecimiento de 8.6% en 2010 impulsado por la
actividad de los sectores no primarios, en particular la industria manufacturera no primaria (14.3%), la
construcción (18.2%), y el comercio (9.6%). La actividad de los sectores primarios subió un punto porcentual
debido al impulso de la mayor actividad del sector energía e hidrocarburos. Según cifras estimadas, la
inversión bruta fija aumentó 22.9 por ciento impulsada por el incremento de la inversión tanto pública como
privada. El consumo total creció 6.5 por ciento por el marcado aumento del consumo de gobierno (11.9%). El
alza elevada de la demanda interna (12.6%) se refleja en el crecimiento del volumen importado de bienes y
servicios, con una expansión del 23.1 por ciento. En contraste, el volumen exportado aumentó sólo 2.6 por
ciento.
crecimiento de las exportaciones de los países vecinos. La fuerte expansión del producto
bruto interno brasileño en 2010 posibilitó la generación de 2.4 millones de nuevos puestos
de trabajo, que sumado al crédito a las personas (aumentó 7.7%) permitió que el consumo
de las familias registrara una expansión dinámica. La fuerte demanda interna y los
aumentos en los precios de los productos básicos que exporta Brasil a los mercados
internacionales, fueron los motores internos principales de la expansión económica. Por el
lado fiscal, los ingresos crecieron debido al aumento de los ingresos extraordinarios, como
los dividendos de las empresas estatales y los ingresos netos por la capitalización del grupo
PETROBRAS. Asimismo, se vieron recuperados los ingresos tributarios por la mayor
expansión de las actividades económicas. En el frente externo, las exportaciones se
expandieron debido al fuerte incremento en las ventas de productos básicos (38.7%) y de
los productos semimanufacturados (37.0%), en cambio, las exportaciones de manufacturas
registraron un aumento menor a las anteriores (19.3%). Debido a este diferente ritmo de
crecimiento la recuperación de las exportaciones posibilitó que los productos básicos se
convirtieran en el principal grupo de productos exportados, algo que no sucedía en muchos
años.
Brasil exporta, en primer lugar, mineral de hierro y, en segundo lugar, petróleo (la más
importante fuente de divisas). Entre los diez productos manufacturados más importantes
exportados figuran los automóviles. Los destinos de las exportaciones brasileñas son China
(el primer país comprador) y América latina (el grupo más dinámico).
3.1 Más allá del corto plazo
En el corto plazo, el espacio para políticas públicas se vera afectado por la previsible baja
en el dinamismo débil de la economía mundial, especialmente el esperado para 2011
(véase, supra, cuadro 1) y por la preocupación derivada del exceso de liquidez global. Esto
generará condicionamientos importantes tanto para las políticas monetarias como para las
políticas fiscales en los países receptores de entrada de capital a corto plazo 10. Sin
embargo, más allá del corto plazo los efectos pueden ser sumamente negativos si el
crecimiento va acompañado durante un periodo importante de niveles de tipo de cambio
real insosteniblemente bajos debido a la elevada liquidez global, que también es causante,
de los altos precios de los bienes básicos. Esto actuaría como incentivo hacia una
especialización intensiva en la producción y exportación de bienes primarios, aumentando
la vulnerabilidad de las economías a las turbulencias externas.
Para 2011 se estima una tasa de crecimiento menor al alcanzado en el 2010. La región
crecerá 4.2 por ciento, este menor crecimiento estará acompañado por una disminución en
el ritmo de creación de empleos que repercutirá negativamente en la tasa de desempleo y en
los salarios reales.
10
La elevada rentabilidad con bajo riesgo que pueden ofrecer muchos activos financieros de América Latina
puede dar lugar a un incremento de los flujos de capital de corto plazo. Esto puede originar una apreciación
excesiva de las monedas de los países de la región, es decir, profundizará la tendencia a la apreciación real de
las monedas. A la vez, la apreciación cambiaria puede contribuir a contener las presiones inflacionarias. Cabe
esperar un deterioro de las cuentas externas y que la entrada de capitales permita un aumento sostenido de la
demanda interna.
Como se señaló, el espacio para la aplicación de políticas fiscales, que fueron el motor que
permitió la rápida recuperación de las economías de América Latina, se verá afectada por el
exceso de liquidez global que puede generar la política monetaria de los Estados Unidos,
que como se mencionó, condicionará de manera importante las políticas monetarias y
fiscales en las economías de la región que sean potenciales receptores de entradas de capital
de corto plazo. Por el lado fiscal, la necesidad de reconstruir la situación previa a la crisis y
la preocupación por no aumentar las presiones sobre los mercados financieros y de cambio
(que podrían derivarse de una estrategia expansiva), permiten esperar una disminución del
impulso fiscal que afectará el ritmo de crecimiento, tal como se pronostica.
Por otro lado, la caída del tipo de cambio real (debido a un fuerte incremento de los flujos
de capital de corto plazo hacia la región), afectará a la producción de bienes comerciables
(productos exportables y productos que sustituyen importaciones), que sumado a la pérdida
de dinamismo de la economía mundial, referido especialmente a las economías
desarrolladas, afectará al componente externo de la demanda de bienes. Este impacto
repercutirá negativamente sobre las cuentas externas pero no representará un peligro para el
crecimiento regional, gracias al impulso de una demanda interna favorecida por una mayor
disponibilidad de crédito 11. En las economías de América del Sur el crecimiento será
sostenido debido a la demanda externa proveniente de las economías asiáticas.
Por el lado de las cuentas externas, se estima que en la región podría ocurrir una mejora en
los términos de intercambio, a pesar del entorno de volatilidad de los mercados financieros
internacionales que puede repercutir sobre la evolución de los precios mundiales de los
principales productos de exportación., además, sin dejar de reconocer que los efectos
generados por los mercados financieros suelen ser más rápidos y más devastadores. Un
crecimiento económico acompañado de un deterioro creciente de las cuentas externas
podría aumentar la dependencia del ahorro externo para financiar la expansión económica.
Por el contrario, en el periodo 2003-2008, el crecimiento fue acompañado de una aumento
del ahorro interno y un superávit en las cuentas externas que permitió que las economías de
la región fueran menos afectadas por la crisis (dado que no necesitaban recurrir a los
mercados financieros).
La teoría dice, que en situaciones engendradas exógenamente, el déficit que se produce en
la cuenta corriente de la balanza de pagos puede financiarse en parte con ingresos de
capitales de largo plazo asociados con los flujos de inversión extranjera directa (IED),
como se están financiando en gran medida (durante 2010), o con las reservas
internacionales que los países han acumulado. Si esto continúa conduciría a incrementar el
endeudamiento externo, haciendo de las economías más vulnerables a las turbulencias de
los términos de intercambio, dada la especialidad creciente en productos primarios,
asimismo, se tornarían más vulnerables a las turbulencias financieras internacionales. En
11
No es la primera vez que ocurren situaciones de este tipo, la región experimentó escenarios caracterizados
por el ingreso masivo de capitales de corto plazo dirigidos hacia mercados de activos rentables y la
consecuente apreciación de sus tipos de cambio reales. Por lo que se espera, como en el pasado, la entrada de
capitales permita un aumento sostenido de la demanda interna, cuya contraparte será el deterioro de la balanza
comercial.
este contexto, una reversión súbita de los flujos de capitales sería el origen de una crisis
financiera externa que interrumpa en crecimiento y provoque políticas de ajuste.
Qué hacer? Más allá de la implementación de políticas para desincentivar el influjo de
capitales de corto plazo, en el mediano y largo plazo, será indispensable elevar el ahorro
nacional y promoviendo sistemas financieros que eleven la capacidad de generación de
ahorro interno como apoyo a la inversión doméstica.
4. LA RECUPERACION BAJO GRANDES RIESGOS
El escenario para 2011 esta cubierto de incertidumbres y riesgos por lo cual se estima una
baja en el crecimiento de la economía mundial 12 (véase, supra, cuadro 1). La tendencia
hacia la baja esta estrechamente relacionada con las debilidades financieras y las políticas
vigentes en los países desarrollados, especialmente en la economía norteamericana cuya
flexibilización en gran escala, es probable, empuje hacia abajo el valor de dólar provocando
mayores flujos de capital hacia las economías emergentes de Asia y América Latina.
La previsible baja en el dinamismo de la economía mundial y la preocupación derivada del
exceso de liquides global generará, en el corto plazo, condicionamientos importantes para
las políticas monetarias y fiscales de los países receptores de entradas de capital a corto
plazo. Sin embargo, más allá del corto plazo los efectos pueden ser sumamente negativos sí
el crecimiento va acompañado, durante un periodo importante, de niveles de tipo de cambio
real insosteniblemente bajos debido a la elevada liquidez global, que es causante, por otro
lado, de los altos precios de los bienes básicos. El riesgo es que actúe como incentivo hacia
una especialización intensiva en la producción y exportación de bienes primarios,
aumentando la vulnerabilidad de las economías emergentes a las turbulencias externas.
Entre las economías desarrolladas (EE. UU., Japón y Europa), la economía norteamericana
enfrenta aún importantes dificultades en la senda de la recuperación de la recesión más
larga y profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Ese ritmo lento y más débil de la
recuperación puede observarse en el siguiente cuadro:
Cuadro 4
El crecimiento del producto en las economías desarrolladas
(Variaciones porcentuales)
2009
2010 2011
Europa (Zona del euro)
-4.1
1.6
1.3
Japón
-5.2
2.7
1.1
Estados Unidos
-2.6
2.6
2.2
Fuente: WESP 2011.
12
Se pronostica un crecimiento del producto mundial de 3.5% en 2011. La débil recuperación puede sufrir
más reveses si algún riesgo a la baja toma forma concreta. En un escenario pesimista el crecimiento de la
economía mundial podría retrasarse hasta alcanzar un crecimiento bajo de 1.7%.
Se estima que el PBI de Estados Unidos moderará su crecimiento en 2011. Según estás
tasas el nivel del PBI volverá a registrar cierto aumento similar al periodo previo a la crisis,
en ese contexto la tasa de 2011 sería su punto más bajo; sin embargo, una recuperación del
empleo total tomará por lo menos otros cuatro años, dejando así el nivel de producción muy
por debajo de su potencial.
Las perspectivas de crecimiento para Europa (Zona del euro) y Japón son aún más tenues.
Asumiendo que continuará la moderada recuperación de Alemania, el crecimiento del PBI
en la zona del euro se estima un estancamiento en una tasa del 1.3 por ciento en 2011
(véase, infra, cuadro 4). Muchos de los países europeos se espera registraran una tasa
menor, especialmente aquellos que realizaron recortes fiscales drásticos y continúan con
alto desempleo que afecta a la demanda interna. En cambio, el fuerte crecimiento de Japón
impulsado por el crecimiento de las exportaciones netas, empezó a frenarse en el curso de
2010. Afectado por la persistente deflación y elevada deuda pública, la economía japonesa
espera un crecimiento insignificante.
En cambio, los países en desarrollo seguirán siendo el “motor de la recuperación de la
economía mundial”, pero debido a su alta dependencia de los mercados de las economías
desarrolladas, también moderaran su crecimiento a una tasa promedio de 6.0 por ciento,
estimada para 2011, casi un punto porcentual menor al año anterior. Los países emergentes
de Asia, encabezados por China e India 13, continuarán mostrando el desempeño más fuerte,
sin embargo, el crecimiento del PBI en estos dos nuevos gigantes económicos
experimentará cierta moderación, debido a los acontecimientos en el centro (países
desarrollados).
El crecimiento de América Latina, en particular de las economías de América del Sur, se
estima permanecerá relativamente consistente aunque menor al registrado, en alrededor del
4.2 por ciento según pronóstico de la CEPAL. Brasil seguirá actuando como el “motor del
crecimiento regional”, debido a la fuerte demanda interna que ayuda a impulsar el
crecimiento de las exportaciones de las economías vecinas. América del Sur también se
beneficiaría por la mejora de los términos de intercambio así como por el fortalecimiento de
los vínculos económicos con los países emergentes de Asia.
Ya, anteriormente, se sostuvo que las principales economías desarrolladas constituyen un
lastre para la recuperación global. Muchos de ellos se van inclinando hacia la austeridad
fiscal. Mientras se van eliminando los estímulos fiscales, las políticas de dinero barato
(bajas tasas de interés y flexibilización cuantitativa) se han intensificado con la intención de
ayudar a los sectores financieros a retomar la normalidad y estimular así la actividad
económica. Estas políticas han introducido nuevos riesgos, incluyendo una mayor
volatilidad del tipo de cambio y un aumento de flujos de capital volátiles (de corto plazo) a
las economías emergentes.
13
Asia se divide en tres regiones: Asia del Sur que incluye a China, Asia Oriental que incluye a India y Asia
Occidental. En los países de Asia Occidental se espera una moderación en la recuperación, debido a que las
economías exportadoras de energía no se han estabilizado en la producción de petróleo después de los
recortes realizados en respuesta a la recesión mundial.
Durante 2010 las entradas netas de capital privado hacia las economías emergentes
continúo recuperándose de su fuerte caída a finales de 2008 y principios de 2009 14. La
mejor perfomance económica de las economías emergentes ha sido propicia para la
recuperación de los flujos de capital privado. Los inversores privados aspiran a una mayor
rentabilidad y estas se vienen dando con el crecimiento económico en las economías
emergentes. Por otro lado, debido a la continuada situación de fragilidad y exceso de
liquidez en los mercados financieros de los países desarrollados, los inversores están
dirigiendo parte de sus inversiones de cartera hacia los mercados emergentes. Es de advertir
que el aumento de los flujos de capital privado son inversiones de capital a corto plazo y de
carácter volátil, aunque también la inversión directa extranjera (IDE) ha aumentado.
Las entradas de IDE siguen siendo importantes, representando el 40 por ciento del total de
entradas a las economías emergentes, concentrándose especialmente en las industrias
extractivas de las economías exportadoras de materias primas. Sin embargo, el aumento de
las entradas de inversiones de cartera han sido las más dinámicas entre los diferentes tipos
de flujos de capital, aumentó un 25 por ciento en 2010. Mientras que las entradas de
inversiones de cartera en Asia representan la “parte del león”. El repunte de los flujos de
capital a América Latina, también ha sido particularmente fuerte, duplicando el monto de
las entradas recibidas en 2009.
Al lado de la continua fragilidad financiera de los países en desarrollo, la falta de
crecimiento del empleo remunerado, es probablemente, el eslabón más débil de la
recuperación. Según IMF/ILO 15, entre 2007 y finales de 2009, por lo menos 30 millones de
empleos remunerados se perdieron a nivel mundial como consecuencia de la crisis
financiera mundial. Sin embargo, esta cifra probablemente subestima la verdadera
profundidad de la crisis de empleo, ya que se basa en estadísticas de trabajo oficiales que en
muchos países en desarrollo sólo contabilizan el empleo del sector formal en las zonas
urbanas y, por lo tanto, no incluyen las cifras del precarias del sector informal o de
desempleo de las actividades económicas rurales de baja productividad.
También, como se afirmó, el comercio mundial siguió recuperándose; pero el impulso del
fuerte crecimiento observado en la primera mitad de 2010 comenzó a esfumarse en el
segundo semestre. Por una parte, sin una recuperación más fuerte de la demanda de
importaciones de las economías desarrolladas, el crecimiento de las exportaciones de los
países en desarrollo está obligado a disminuir debido a su constante y elevada dependencia
de los mercados de los países desarrollados, por otra, como algunos países con excedentes
importantes, como China, están reorientando el crecimiento haciéndolo más dependiente de
la demanda interna, debido a ello es probable que la demanda de importaciones sea lenta,
dada la baja propensión a la importación de su demanda interna.
14
Las entradas netas de capital privado a estas economías se estiman en más de 800 mil millones de dólares
en 2010, un aumento de más del 30% respecto al año anterior, aunque es todavía alrededor de 400 mil
millones de dólares menor que los niveles máximos alcanzados antes de la crisis.
15
International Monetary Fund / Internacional Labour Organization, “The challenges of growth, employment
and social cohesion”, Oslo, Norway, September 2010.
Por lo que los precios mundiales de los metales seguirán una tendencia similar a 2010
(disminuyeron ligeramente), siendo sensibles a los cambios en las perspectivas de
crecimiento de la producción en las economías emergentes, especialmente de China. La
demanda del gigante asiático de cobre, aluminio y otros metales de base, se estima que
representan alrededor del 40 por ciento del total mundial. Por lo que en el futuro se espera
la demanda mundial de metales se estabilice en los niveles de 2010.
En cambio, los precios mundiales de los alimentos son más sensibles a los cambios en las
condiciones de suministro que los de la demanda. La expansión de la superficie mundial en
respuesta al laza de los precios durante el periodo 2005-2008 y los patrones atmosféricos
favorables en las principales zonas productoras contribuyeron a aumentar los suministros
mundiales de alimentos durante 2009 y principios de 2010. Sin embargo, a mediados de
año los incendios ocurridos en Ucrania, Rusia y Estados Unidos han afectado las cosechas
de alimentos básicos, especialmente del trigo, dando lugar a un aumento en los precios de
estos cultivos. Asimismo, la especulación en los mercados del trigo parece haber tenido
influencia en el precio del grano. No obstante, en el futuro cercano los precios de los
alimentos seguirán siendo vulnerables a cualquier perturbación de la oferta y de la
especulación en los mercados de los productos básicos.
En resumen, el aumento de la inestabilidad del tipo de cambio sigue siendo un riesgo
debido a factores como el aumento de flujos de capital hacia las economías emergentes,
impulsadas por la flexibilización cuantitativa en los países desarrollados y la reasignación
de cartera de los inversionistas internacionales, así como por el debilitamiento del dólar,
han ejercido presión al alza sobre los tipos de cambio de algunas economías emergentes.
De allí que al aumentar las preocupaciones sobre una eventual debilidad del dólar que
golpease a las exportaciones, es de esperar que los países en desarrollo se vean inclinados a
intervenir en los mercados de divisas y/o impongan controles al capital externo para evitar
la pérdida de competitividad comercial o la proliferación de burbujas financieras,
aumentando así los riesgos crecientes de tensiones en los mercados internacionales.
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