Medio: Mercado Sección: Página: Fecha: 05/02/2009 El riesgo del proteccionismo El año 2009 está destinado a ser una bisagra en la historia de la economía mundial. Los sucesos ocurridos en su decurso tendrán consecuencias perdurables en las próximas décadas. Por ello es vital examinar algunas tendencias que posiblemente marcarán a fuego este período que comienza. Este será, en gran medida, el año del rebalanceo de la economía mundial. Por Lucio Castro (*) El último lustro estuvo dominado por una verdadera sobreabundancia de ahorros, mayormente de origen chino, que financió el boom de consumo en los Estados Unidos, y en la mayoría de las economías desarrolladas. Como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), el ahorro norteamericano cayó de un promedio de 5% en los noventa a virtualmente cero en 2005, mientras el ahorro chino saltó de menos de 30% a casi 45%. Países con elevados superávits de cuenta corriente, como China y las economías del Golfo Pérsico, financiaron los crecientes déficits de la economía estadounidense, y de otros países como España o el Reino Unido. Esta sobreabundancia de ahorros –o “savings glut”- fue la que permitió a los bancos centrales de estos países mantener tasas bajas de interés, reduciendo el costo del financiamiento, y alentando la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos y en Europa. Es a partir de la crisis financiera desatada en julio de 2008 que asistimos al desarme de este canal de ahorro-consumo de la economía mundial. Comienza, así, un proceso de rebalanceo de estos enormes desequilibrios, principalmente a través de fuertes ajustes de los tipos de cambio. Recesión, deflación y bruscas devaluaciones son también las condiciones donde florece el proteccionismo. 2009 será por ello el año en que vivirá en peligro el comercio mundial. Un estudio reciente de Bouer y Laborde** estima que la protección arancelaria promedio podría duplicarse para economías medianas como la Argentina y a triplicarse para países de bajos ingresos, aun dentro de las normativas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Ya que alrededor de 80% del comercio mundial es regulado por acuerdos preferenciales, la posibilidad de una ola proteccionista “OMC-compatible” afectaría a 20% de las transacciones comerciales internacionales. Dentro de ese “tercio de la muerte” del comercio mundial se encuentran América latina, África y Asia -excluyendo a China- y los países de la OPEP. Sin embargo, el riesgo más importante se encuentra en la proliferación de medidas como antidumpings, salvaguardias e instrumentos similares. De acuerdo con la OMC, sólo en la primera mitad de 2008 la cantidad de casos de antidumping habría aumentado 40%. 2009 será también el año del estímulo fiscal. Desde el inicio de la crisis financiera, los gobiernos en todo el mundo llevan comprometidos más de US$ 1 billón (millón de millones) en paquetes de estímulo fiscal. Y algunos observadores especulan con que el programa de incentivo fiscal de la nueva administración de Obama en los Estados Unidos podría alcanzar por sí solo una cifra similar. Es de esperar un aún mayor incremento del gasto público a medida que la recesión mundial se profundice. Su impacto final es difícil de estimar dado el habitual rezago de la demanda agregada en responder al estímulo fiscal y la elevada incertidumbre acerca de su “efecto multiplicador” sobre el resto de la economía. La contracción de la globalización financiera teñirá 2009. Instituciones financieras comprometidas y desplazamiento del ahorro privado hacia las arcas públicas –efecto “crowding out”- en las economías centrales impulsarán una severa reducción de los flujos financieros dirigidos a países en desarrollo. Posiblemente regulaciones más estrictas reduzcan aún más el financiamiento internacional. Otra de las claves de 2009 serán los tiempos de la recuperación de los Estados Unidos. Con la economía azotada por la peor crisis financiera desde la depresión de la década del treinta, existe gran incertidumbre acerca del impacto final del rescate financiero y la inyección de liquidez de la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro sobre el crecimiento y el empleo. Es imposible prever los tiempos exactos en los que la economía americana comenzará a reaccionar ante el tratamiento de shock a la que está siendo sometida. Con las economías centrales en recesión, la mayor fuerza de tracción de la economía mundial en 2009 serán los países en desarrollo. De acuerdo con el último informe de Goldman Sachs, la única fuente de demanda doméstica remanente serán los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Según Goldman Sachs, las economías avanzadas se contraerían 1.2% en 2009. El mundo crecería un ínfimo 0.6%, impulsado por un crecimiento de los BRICS cercano a 4.5%. 2009 será el año en el que China desacelerará, pero continuará creciendo. De acuerdo con las últimas proyecciones del Banco Mundial*, el crecimiento económico chino caería a 7.5% frente a casi 11% en 2008. Esta cifra se encuentra por debajo del umbral “mágico” de 8%, considerado habitualmente por las autoridades chinas necesario para absorber nuevos trabajadores y mantener la paz social. El paquete de estímulo fiscal anunciado a fines de 2008 por el gobierno de Beijing representa 5% del PIB anual chino en los próximos dos años pero es incierta su capacidad de compensar completamente el colapso de la demanda externa -las exportaciones netas representan casi un tercio del PIB. Aun en este contexto de incertidumbre, la continuidad de la larga marcha china hacia el desarrollo pondrá un piso a la demanda mundial de productos primarios. Si bien el Banco Mundial pronostica una caída de 20% en adición a la corrección de más de 30% experimentada desde los picos históricos de julio 2008, los precios de las commodities se mantendrían aún por encima de los valores de 2007 y de la media histórica reciente. En síntesis, rebalanceo de los desequilibrios mundiales, estímulo fiscal, China, aumento del riesgo proteccionista, reducción del financiamiento internacional, el crecimiento de los BRICs, son algunas de las claves a seguir en las turbulentas aguas de 2009. (*) Lucio Castro es director del Programa de Inserción Internacional de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento.