La Decisión 24, el Pacto Andino y el Tratado de Montevideo

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La Decisión 24, el Pacto Andino y el Tratado de Montevideo
El análisis parte en un orden inverso; se inicia con el Tratado de Montevideo, para seguir
con el Pacto Andino y terminar con la Decisión 24.
Fue importante para el desarrollo de América Latina, el apoyo que se dio al desarrollo
industrial, basado principalmente en la restricción de importaciones especialmente de
productos industriales, que iban desde prohibiciones a otras restricciones, terminando con
relativamente altos aranceles advalórem.
Esta protección permitió que se desarrollara en muchos países una especie de
revolución industrial que permitió la creación de muchas empresas, especialmente en las
áreas textil y metalmecánica, que significaron masivas creaciones de empleo e importantes
sustitución de importaciones.
El desarrollo aislado de los países para su industria destinada principalmente a sus
mercados internos, motivaba costos relativamente altos, por producciones más bien bajas,
que no permitían aprovechar las economías de escala.
Ello llevó a promover una integración regional de los países de América Latina que se
plasma en el Tratado de Montevideo, aprobado en febrero de 1960.
Tratado de Montevideo
Puede ser conveniente recordar la declaración inicial que precede al articulado del Tratado,
que fue la siguiente:
LOS GOBIERNOS representados en la Conferencia Intergubernamental para el
establecimiento de una zona de libre comercio entre países de América Latina;
PERSUADIDOS de que la ampliación de las actuales dimensiones de los mercados
nacionales, a través de la eliminación gradual de las barreras al comercio intrarregional,
constituye condición fundamental para que los países de América Latina puedan acelerar
su proceso de desarrollo económico, en forma de asegurar un mejor nivel de vida para sus
pueblos;
CONSCIENTES de que el desarrollo económico debe ser alcanzado mediante el máximo
aprovechamiento de los factores de producción disponibles y de la mayor coordinación de
los planes de desarrollo de los diferentes sectores de la producción, dentro de normas que
contemplen debidamente los intereses de todos y de cada uno y que compensen
convenientemente, a través de medidas adecuadas, la situación especial de los países de
menor desarrollo económico relativo;
CONVENCIDOS de que el fortalecimiento de las economías nacionales contribuirá al
incremento del comercio de los países latinoamericanos entre sí y con el resto del mundo;
SEGUROS de que mediante adecuadas fórmulas podrán crearse condiciones propicias
para que las actividades productivas existentes se adapten gradualmente y sin
perturbaciones a nuevas modalidades de comercio recíproco, originando otros estímulos
para su mejoramiento y expansión;
CIERTOS de que toda acción destinada a la consecución de tales propósitos debe tomar
en cuenta los compromisos derivados de los instrumentos internacionales que rigen su
comercio;
DECIDIDOS a perseverar en sus esfuerzos tendientes al establecimiento, en forma
gradual y progresiva, de un mercado común latinoamericano y, por lo tanto, a seguir
colaborando, con el conjunto de los Gobiernos de América Latina, en los trabajos ya
emprendidos con tal finalidad; y
ANIMADOS del propósito de aunar esfuerzos a favor de una progresiva complementación
e integración de sus economías, basadas en una efectiva reciprocidad de beneficios,
deciden establecer una zona de libre comercio y celebrar, a tal efecto, un Tratado que
instituye la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio; a tal efecto, designan sus
plenipotenciarios, los cuales convinieron lo siguiente:
Después viene todo el articulado.
En los primeros artículos va lo esencial de este tratado. Se establece la zona de libre
comercio y se instituye la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Se considera
que la zona de libre comercio se perfeccionará en un periodo no superior a doce años.
Durante el período indicado las Partes Contratante(los países) eliminarán gradualmente,
para lo esencial de su comercio recíproco, los gravámenes y las restricciones de todo orden
que incidan sobre las importaciones de productos originarios del territorio de cualquier
Parte Contratante provenientes. Se realizarán negociaciones periódicas para cumplir con
sus objetivos.
Los dos primeros años se logró dar cumplimientos a las metas establecida sin mayores
dificultades; al tercer año costó alcanzar la meta. A partir de entonces se decidió hacer una
evaluación de los resultados y se llegó a apreciar que los países más beneficiados eran los
con mayor desarrollo industrial y mayores mercados internos: Brasil, México y Argentina.
Existían planteamientos en cuanto a que las integraciones progresan mejor en la medida
que los países tienen características de desarrollo económico más similares, tengan
similitud en la importancia de sus economía.
Ésta fue una de las causas que condujo a una integración subregional de los países
andinos, que reunían a países de nivel de desarrollo y de peso económico más similares.
Además se vio la conveniencia de no sólo basar la integración en torno a la liberación del
comercio, sino que también en una armonización de las políticas económicas y en una
programación conjunta de desarrollo de sectores económicos estratégicos. Con estas
motivaciones parte el Pacto Andino, como un componente del Tratado de Montevideo,
considerado como "tratado marco".
Pacto Andino o Acuerdo de Cartagena
Se constituye por el Acuerdo de Cartagena, del 26 de mayo de 1969. Tiene su sede en
Lima, Perú. Se establece a base de la experiencia que se tuvo con los primeros años de
avance en las negociaciones anuales del Tratado de Montevideo.
Inicialmente iban a participar Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, pero
Venezuela finalmente no concurre, especialmente por la estrecha relación económica y
comercial que este país tenía con Estados Unidos. Pero de todos modos se constituye de
Corporación Andina de Fomento(CAF), con sede en Venezuela. En 1973 se integra
Venezuela al Pacto Andino.
Tuve la interesante oportunidad de formar parte de la delegación chilena que asistió a las
reuniones en Lima en que se aprobó el ingreso de Venezuela; lo hice como especialista en
el tema de inversiones extranjeras, especialmente en lo relacionado con la Decisión 24. A
los técnicos se nos dio oportunidad incluso de participar en las sesiones secretas. Brillante
labor desarrolló el chileno Juan Somavía, de la Junta del Acuerdo de Cartagena, quien
presidió sus sesiones. La brillantez, sencillez y simpatía de Somavía, contribuyó al éxito de
estas negociaciones. Debe tenerse presente que en la actualidad y reelegido, es la autoridad
máxima mundial de la Organización Internacional del Trabajo(OIT).
El ingreso de Venezuela junto con darle más fuerza al Pacto Andino, obligó a renegociar
avances que se tenían en las programaciones sectoriales, especialmente en lo
metalmecánico.
El Golpe Militar en Chile y el nuevo modelo de desarrollo, aperturista y neoliberal,
contrario a los procesos de integración, motivó que se llevara una política nacional no
compatible con las bases de los procesos de integración. Cuestionaban principios básicos de
la Decisión 24 y de compromisos asumidos sobre aranceles a terceros países. La decisión
de no respetar estos principios motivó que Chile tuviera que retirarse del Pacto, antes de ser
expulsado.
El retiro de Chile perjudicó seriamente al Pacto Andino. Su marginación también habría
sido alentado por intereses internacionales que ofrecieron ayudas a Chile, asociadas a que el
país se retirara de él. El retiro de Chile se produce en 1976.
El Pacto Andino no sólo pretendía liberalizar el comercio, sino que también, la
armonización de políticas económicas y la programación sectorial conjunta.
En la armonización de políticas fue importante la Decisión 24 del Acuerdo de
Cartagena, denominada: "Régimen Común de Tratamiento a los Capitales Extranjeros y
sobre Marcas, Patentes, Licencias y Regalías". Más adelante se analiza esta con un poco
más de detención. También fue considerada la política arancelaria, aranceles mínimos, para
proteger el comercio subregional de la competencia de las importaciones de terceros países.
En la programación sectorial conjunta se avanzó especialmente en el sector
metalmecánico. Se consideró este sector en forma prioritaria por su importancia en las
economías nacionales, por ser un sector muy dinámico frente al crecimiento de los ingresos
y además, ser un sector gran generador de empleo.
Se descansó en asignación de productos por países de manera de poder tener industrias
más amplias y abastecer a todo el mercado subregional; esto permitía generar economías de
escala. Entre las asignaciones a Chile estuvo la fabricación de unidades de frío. También se
desarrolló la política de producción concentrada de piezas y partes asignadas a países y
después intercambiarlas. Esto fue interesante en la industria automotriz; a Chile se le asignó
unidades eléctricas para automóviles. Se pretendía que en cada país se produjesen
determinados automóviles, como también determinadas piezas y partes, para así obtener
economías de escala.
La Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena, denominada: "Régimen Común de
Tratamiento a los Capitales Extranjeros y sobre Marcas, Patentes, Licencias y
Regalías".
Esta pretendía que los beneficios de la ampliación del mercado fuera para los capitales
regionales; limitaba a un máximo lo que podían ofrecer los países a las inversiones
extranjeras; prohibía la venta de empresas al capital extranjero; la inversión extranjera sólo
podía llegar a crear nuevas empresas; limitaba en general - con algunas excepciones- el
retiro de utilidades el que no podía superar el 14 % de la inversión extranjera directa.
Además prohibía que empresas extranjeras desarrollaran actividades en algunos rubros,
especialmente de prestación de servicios.
Esta decisión pretendía que los países no compitiesen entre ellos en la atracción a la
inversión extranjera más allá de lo prudente. Por eso limitaba lo que cada país le podía
ofrecer; el retiro de utilidades estaba limitado a un máximo y los capitales sólo podían salir
del país por venta de la empresa o por la liquidación de ella. Puede tenerse presente cómo
Irlanda, perteneciente a la Comunidad Económica Europea, ha atraído a mucha inversión
extranjera a base de ofrecerles bajas tasas tributarias a sus utilidades; lo que ha contribuido
por muchos años a tener un fuerte crecimiento económico.
La Decisión 24 se puso en vigencia en Chile por el Decreto N° 482, de 25 de junio de
1971, publicado en el Diario Oficial del 30 de junio de 1971. Desde esa fecha entró en
vigencia. Este decreto tiene su historia jurídica; fue rechazado por la Contraloría General de
la República, por Resolución del 28 de junio de 1971; para la Contraloría era ilegal ya que
modificaba disposiciones tributarias establecidas por ley, por eso negó su registro y toma de
razón.
El Gobierno tomó la decisión de darle valor legal mediante un decreto de insistencia, en
lugar de propiciar una ley, la que hubiera sido de fácil promulgación, con amplio apoyo
político. El Decreto de Insistencia N° 488, de 29 de junio de 1971, firmado por todos los
ministros de Estado, ordenó al Contralor registrar y publicar el Decreto 482.
La razón de usar el mecanismo del Decreto, es para mantener la consideración del
Tratado de Montevideo como "tratado marco", publicado por ley; pero el resto de las
decisiones, tomadas en los procedimientos formales del Pacto Andino, puedan ponerse en
vigencia por decreto. Debe tenerse presente que el Pacto Andino fue aprobado legalmente
por Chile mediante un decreto, amparado por la ley de aprobación del Tratado de
Montevideo.
La Decisión 24 estuvo vigente en Chile hasta el año 1976, en que nuestro país se retiró
del Pacto Andino.
El retiro de Chile perjudicó seriamente al proceso de integración subregional.
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