Las economías emergentes del mundo actual Pellini Claudio (2005p), En: Planeta SEDNA, http://www.portalplanetasedna.com.ar/economia_mundo.htm (Con adecuaciones de Humberto Domínguez Chávez y Rafael Carrillo Aguilar) La Globalización económica se vio fortalecida después de la desaparición de la URSS y la caída del socialismo, cuando se desarmó la división bipolar del mundo formado por un bloque de países capitalistas, dirigidos por EE.UU. y por otro de países comunistas, liderados por la URSS. Como resultado el capitalismo se presenta como el sistema dominante en el ámbito mundial. Los países con antiguas economías socialistas, como los que hoy forman la Comunidad de Estados Independientes (CEI), todavía están resolviendo las dificultades surgidas de su traspaso a una economía de mercado. Entre uno y otro polo, se encuentran aquellos países que se rigen por una economía capitalista pero que le dan un papel importante al Estado en el área del desarrollo social; se trata del caso de algunos países de Europa nórdica, como Suecia, Noruega o Dinamarca, donde prevalecen las llamadas “socialdemocracias”. China: del socialismo a la economía socialista de mercado Desde la revolución de 1949, cuando el Partido Comunista Chino llega al poder, la República Popular China se organiza en lo económico y lo político a partir de las ideas del comunismo. Por el avance de la globalización y cierto desamparo de lo que queda del comunismo mundial, China ha venido introduciendo, en los últimos veinte años, cambios importantes que expresan una lenta apertura económica hacia el capitalismo. A este acercamiento al capitalismo se suma la devolución de Hong Kong (antigua colonia británica) a China, en 1997. Este hecho llevó a que China utilizara la frase “un país, dos sistemas” para referirse a la nueva situación económica. Las reformas económicas implementadas a partir de 1979, cuando era presidente Deng Xiaoping, implicaron un cambio estructural muy profundo, ya que afectaron la filosofía colectivista que venía rigiendo el sistema. Las reformas se han llevado a cabo de manera gradual y selectiva en algunas áreas y sectores, para evaluar su impacto y luego generalizarlas al resto del país. Sus objetivos eran mejorar el funcionamiento económico y la competitividad, introducir el sector privado y reformar el sector público, incentivar la apertura al capital extranjero, dar mayores responsabilidades a las provincias (descentralización), y corregir los desequilibrios entre las ciudades y el campo en cuanto a producción y salarios. Como veremos, los primeros sectores afectados fueron la agricultura y el comercio; luego, desde 1984, la industria y los centros urbanos. La anterior explotación de la tierra, organizada a un sistema de “responsabilidad familiar”, según el cual las tierras siguen siendo propiedad del Estado pero se dividen y distribuyen entre las familias en pequeñas parcelas arrendadas de diez a quince años. Los campesinos firmaban un contrato por el cual se obligaban a entregar una cuota fija de la producción, mientras que podían comercializar el excedente a precios libres en el mercado local. Los medios de producción, que eran administrados de manera cooperativa en la comuna, fueron privatizados. Hacia mediados de 1980, se suprimió la entrega de cuotas obligatorias al Estado. De este modo, cada familia se convirtió en la unidad económica básica del medio rural. La producción aumentó considerablemente, sobre todo la de aquellos productos cuyos precios no estaban fijados por el Estado (carnes, verduras y frutas). Así, las reformas fueron exitosas al comienzo, pero luego se estancaron. A partir de 1993, el gobierno liberó el mercado de cereales pero siguió siendo su principal comprador, debido a los desajustes en los precios que resultaban del mercado libre. La especulación en el comercio de granos no tardó en llegar y, a la larga, 1 perjudicó el ingreso de los campesinos que, por otro lado, gastaban más en insumos. El aumento de los impuestos también incidió en el ingreso de los campesinos. Los cambios no sirvieron para mejorar la distribución de cereales entre las provincias más ricas en producción (región oriental) y las más deficitarias (regiones occidentales): al delegarse responsabilidades de desarrollo social en las autoridades locales, las provincias más pobres se vieron con mayores dificultades para enfrentar esa tarea por la falta de recursos económicos. El estancamiento también se debió al aumento de la población en edad de trabajar, que fue más rápido que el incremento del empleo. Las comunas rurales Fueron creadas por el gobierno comunista en 1958 para agrupar a las familias campesinas y organizar el trabajo. Constituían unidades básicas de producción agraria bajo el modo de distribución colectiva, es decir, no había propiedad privada de la tierra ni de las herramientas para la producción. En cada comuna (conformada en promedio por 4.700 familias se desarrollaban la agricultura, algunas industrias y el comercio. Las comunas ofrecían toda clase de servicios sociales y emprendían obras de infraestructura. Las ciudades Las reformas en las ciudades se produjeron a partir de 1984. Buscaban disminuir el papel del Estado dando mayores responsabilidades a los directores de empresas públicas. Esta descentralización se denominó “responsabilidad de gestión’.Los directores de fábricas podían elegir a sus clientes y proveedores, además de contratar y despedir personal. En 1991 se suprime el empleo de por vida, y los salarios se asocian a la productividad. Además, se producen cambios en la propiedad de las empresas. Si bien la propiedad estatal continúa, se permiten otras formas de propiedad, como la colectiva y la privada. Las empresas colectivas están vinculadas siempre a la autoridad local; las empresas privadas pueden ser de propiedad extranjera. La inversión extranjera La apertura a las inversiones extranjeras fue un elemento clave de la reforma. El monopolio del Estado sobre el comercio exterior fue eliminado, lo que llevó a la creación de más de mil sociedades de exportación e importación denominadas Foreign Trade Companies (FTC). Estas FTC tienen a su cargo la compra y la venta de divisas. Todas las operaciones de cambio de las empresas deben realizarse a través de estas sociedades. Se permitió la circulación de divisas, así como el establecimiento de los precios y los pagos en moneda extranjera. También se crearon Zonas Económicas Especiales (ZEE), destinadas a la importación de tecnologías de punta y a la inversión extranjera, como Shenzhen, Fujian, Shandou, Xiamen y la Isla de Hainari. Muchas coinciden con centros urbanos, particularmente en ciudades costeras o ciudades sobre las orillas del río Yangtze, capitales de provincia en la región sudoriental. En los últimos años se han favorecido ciudades menores ubicadas en zonas de frontera. Las ZEE son territorios donde los capitales extranjeros gozan de un régimen preferencial, debido a la menor carga de impuestos, a una legislación laboral distinta y a una infraestructura adecuada. En sus comienzos la producción de estas zonas estaba dirigida al mercado externo, pero ahora también, al mercado interno chino. Las industrias Desde sus comienzos, el gobierno comunista chino dio mucha importancia a las industrias pesadas vinculadas a la gran oferta de recursos mineros y energéticos (minera, metalúrgica, siderúrgica, química y petroquímica). A partir de las reformas, se buscó incrementar las industrias livianas y la construcción de viviendas. La industria textil china es la más importante del mundo; también son significativas las industrias de juguetes, plásticos, productos eléctricos y electrónicos en su fase de ensamblaje. Desde que se implementaron las reformas, China atraviesa, no sin dificultades, una economía socialista de mercado, la cual consiste en una mayor descentralización, en la introducción de mecanismos de mercado con reducción del control estatal y una vinculación más abierta con el mercado mundial. En este nuevo esquema, se acentuaron los desajustes y las desigualdades territoriales entre la región oriental, con mayor dinamismo e integrada al mercado mundial, y el resto del país, más pobre y menos desarrollado. El marco regulatorio (normas y leyes) es muy importante para controlar los desequilibrios que implica poner en marcha el capitalismo en un país de tradición socialista, donde no toda la población ni todas las regiones participan del mismo modo en los cambios. Japón, potencia económica del mundo Reforma Meiji 1868 (Hiperhistory.com, http://www.hyperhistory.com/online_n2/civil_n2/histscript6_n2/meiji.html Traducción y ampliación de Humberto Domínguez Chávez) Por doscientos años el Japón estuvo aislado de todos los países extranjeros, hasta que, en 1854 barcos de guerra norteamericanos forzaron, con amenazas, la apertura de sus puertos al comercio exterior. Los infortunados japoneses culparon al shogun Tokugawa, cacique militar que había reinado como emperador, por la humillación. [El linaje de shoguns Tokugawa había gobernado al Japón por 250 años, siendo ellos quienes impusieron el enclaustramiento durante este período] Para 1867 el shogun fue obligado a abdicar y, con el emperador Mutsuhito, se anunció que se había concentrado todo el poder político en esta nueva forma de gobierno. Matsuhito reubicó la capital del país de la vieja ciudad de Kyoto a la nueva capital en Endo, que cambió su nombre a Tokio; anunciando que cambiaría su nombre a Meiji, que significa gobernante civilizado, con lo que inició una nueva era para el Japón, que consistiría en su occidentalización en todos los órdenes. 2 Durante lo que se conoce como el período Meiji (1868-1912), se abolió el sistema feudal, al mismo tiempo que el país se abrió a las ideas occidentales y su desarrollo económico y se incrementaron, con gran aceptación, los negocios con todo el mundo. La abolición del sistema feudal de pensiones otorgado a los samurais –señores de la guerra- y del antiguo código de la espada, que sólo podían portar ellos, condujo a la insurrección de estos señores feudales en 1877. Una vez que fue derrotada la insurrección, con la ayuda de armas y apoyo extranjero, la casta feudal de los samuráis se desintegró y sus expresiones pasaron a formar parte del folklore. Con la aparición de un Parlamento, en 1878, el partido político de los militares comenzó a rechazar la influencia europea, al mismo tiempo que consideraban la expansión hacia el Asia continental más importante que las reformas sociales y económicas. Esta importante influencia política condujo, en 1894, a la guerra chino-japonesa, que benefició al Japón con la conquista del Darien, Shantung y Seul; además, China cedió a los japoneses la isla de Formosa y, después de salir triunfantes en la guerra ruso-japonesa de 1905, ocuparon Corea, convirtiéndose en la primera potencia imperial en el extremo del Asia. Antecedentes El Japón, junto con los Estados Unidos y la Unión Europea, forma la tríada que domina la economía internacional. Este país se destaca por su rápido y espectacular crecimiento en la segunda mitad del siglo XX. Los orígenes de su brillante economía se remontan a fines del siglo XIX, cuando decidió convertirse en un país industrializado. Hasta mediados del siglo XIX, el Japón mantenía una economía básicamente agrícola. Fue con la llamada Revolución Meiji (i868) que se inició una nueva etapa para este país en el orden político, social, económico, cultural y educativo. Esta revolución marcó la ruptura de la organización feudal anterior y el impulso de la industrialización. El Estado invirtió en empresas industriales; contrató profesionales extranjeros, envió misiones especiales fuera del país para estudiar la organización política y económica de Occidente e impulsó la copia y el mejoramiento de las tareas de producción para luego privatizar parte de las empresas públicas y ponerlas a cargo de japoneses. A medida que la economía se fue modernizando, fueron surgiendo empresarios privados. El Japón supo impedir cualquier intento de dominio colonial; por otra parte, su pobreza en recursos naturales lo hacía un país poco atractivo para las potencias coloniales europeas. La ocupación norteamericana después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, de la cual el Japón salió derrotado, junto con Alemania e Italia, obligó a dar un nuevo vuelco a su perfil político. Era importante recuperarse de los efectos devastadores de la guerra, democratizar la sociedad y abandonar el perfil militarista. En este esfuerzo, la adopción de un régimen constitucional parecido al occidental tuvo un papel importante. También, renunciar al uso de la fuerza como medio para resolver conflictos internacionales. Al no verse obligado a producir con fines bélicos, el Japón pudo orientar su economía exclusivamente al desarrollo industrial y científico. El desarrollo industrial se vio beneficiado indirectamente por la guerra entre Corea y los Estados Unidos (1950-1953), ya que éstos utilizaron al Japón como asiento militar y como base para la producción industrial. Esto estimuló todavía más el acercamiento de Japón a los Estados Unidos. Así, los japoneses aprendieron a copiar y superar la tecnología norteamericana y sus formas de producción. Desarrollo económico japonés: las claves del éxito El empleo Según los mismos analistas japoneses, el principal factor de su vertiginoso crecimiento es el sistema de empleo, el cual se organizó sobre la base de la siguiente modalidad: • Empleo vitalicio: Los trabajadores de una empresa, relativamente grande, permanecen en ella hasta el retiro obligatorio; el empleo se prolonga hasta pasados los setenta años, acompañando el aumento de la esperanza de vida. • Salarios basados en antigüedad, experiencia y capacitación: En el Japón tienen mucho valor la formación profesional y la experiencia adquirida en el trabajo. • Sindicalismo empresarial: Las posibles situaciones de conflicto por cuestiones laborales se resuelven dentro de cada empresa. En el Japón se piensa que la empresa es una comunidad o una “gran familia”. Los directores se ocupan del bienestar de los trabajadores, ya que lo consideran una inversión que implica beneficios para la compañía. Las empresas tratan de unir a todos los empleados de la compañía independientemente del puesto que ocupen. 3 Estos principios han permitido mantener muy bajo el nivel de desempleo, que durante varios años estuvo en un 2% hasta llegar a un 4% a fines de 1990. El estímulo al trabajo es muy importante. Los empleados saben que pueden ascender de categoría y, por lo tanto de salario, si se capacitan en forma continua. Gerentes y empleados cooperan en un sistema que enfatiza las relaciones de confianza mutua. El trabajo en equipo es fundamental en la organización de la producción, y para eso se forman “círculos de calidad”. Sin embargo, este esquema de trabajo tiene aspectos negativos: la gran cantidad de horas dedicadas al trabajo, las vacaciones reducidas, la falta de tiempo para el ocio y la fuerte exigencia reinante en los ámbitos laborales. Esto influye en la calidad de vida de los trabajadores; por eso, se han generado nuevas leyes para tratar de mejorar la situación. Educación y desarrollo científico-tecnológico La educación es muy valorada en todos sus niveles. El sistema de enseñanza es muy competitivo y la inserción laboral de cualquier persona depende en gran medida del rendimiento escolar y universitario. Actualmente, la esfera profesional que reviste mayor interés es la gestión y la administración del conocimiento, es decir, no sólo se busca capacitar para producir innovaciones tecnológicas sino también para evaluar las necesidades y producir en el momento adecuado y de la manera correcta. Las fábricas son ahora “fábricas de conocimiento”. Estado y producción El Estado japonés ejerce un papel orientador e interviene activamente en el desarrollo productivo y tecnológico, favoreciendo el ahorro y la inversión productiva. En sus comienzos, los sectores privilegiados fueron las industrias siderúrgica, papelera, textil, automovilística, de maquinarias y de construcción naval. Y, a partir de mediados de 1970, las tecnologías de la información, la robótica, la electrónica y los equipos de precisión en general. Capital intangible Este concepto designa el conjunto de conocimientos generados en los departamentos de investigación científica y desarrollo de las empresas y aplicados a la producción de bienes y servicios. El Capital Intangible es un insumo básico en la producción mundial actual: la capacidad creadora de las personas. Por eso se fijan reglas para que no exista apropiación de inventos por parte de otras empresas de la competencia y se controla la dedicación exclusiva de los investigadores o los científicos. Hong Kong Fue devuelta a China en 1997, después de un siglo y medio de gobierno británico. La isla se reincorporó como Región Administrativa Especial de China. Se propuso que la moneda estuviera atada al dólar, y que se respetaran el régimen jurídico y la aduana. Sin embargo, la mayoría de los habitantes se mostraba con miedo a perder la libertad política. En 1999, el PBI per cápita de China era de U$S 780 y el de Hong Kong, de U$S 24,570. Singapur A principios de 1990, las importaciones anuales de Singapur suponían un volumen total de 74,400 millones de dólares, mientras que las exportaciones alcanzaban la cifra de 65,400 millones de dólares. Los principales socios comerciales de Singapur son los Estados Unidos, el Japón, Malasia, China, Taiwan, Alemania y Hong Kong .A mediados de 1990, sus reservas de divisas eran de 70 millones de dólares. Esto sitúa a Singapur en el primer puesto mundial en este aspecto. 4 Los nuevos países industrializados http://www.portalplanetasedna.com.ar/economia_mundo03.htm Los nuevos países industrializados (NPI) o ”tigres del sudeste asiático”, constituyen un caso muy especial de desarrollo económico. Los primeros cuatro fueron Taiwan, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong (antigua colonia británica, ahora perteneciente a China). Estos países tomaron algunos elementos de la economía japonesa: apostaron al máximo ahorro y a la inversión, a una industria orientada principalmente a la exportación, a largas jornadas de trabajo y a una fuerte disciplina laboral. Recibieron, sobre todo Taiwan y Corea del Sur, ayuda militar y financiera de los Estados Unidos. Además, privilegiaron la capacitación y la calificación de la mano de obra local. Entre la década de 1980 y los primeros años de 1990, todos ellos ahorraron entre un 30% y 45% del producto bruto interno (PBI) y reinvirtieron entre un 25% y un 40%. Estos países aprovechan la infraestructura manufacturera que les legó el Japón cuando los ocupó, durante la Segunda Guerra Mundial. Los nuevos países industrializados se pusieron al día con los adelantos tecnológicos de un modo muy rápido. Comenzaron con una política sustitutiva de las importaciones a mediados de 1950, para después orientar plenamente la industria a la exportación. En poco tiempo los países del sudeste asiático pasaron a ser países con gran crecimiento, que tuvo como contrapartida los bajos salarios de los trabajadores, hecho que resultaba, y resulta todavía, atractivo para las empresas extranjeras que se instalan en la región. Precisamente, una de las medidas consistió en favorecer selectivamente la llegada de empresas multinacionales y de capitales extranjeros, en especial japoneses y estadounidenses. Así, se favoreció la inversión extranjera, siempre y cuando fuera compatible con los intereses nacionales y no arruinara la competitividad y las expectativas del empresariado local. El Estado no estuvo al margen. En estos países, como en el Japón, su intervención llevó adelante el proceso de modernización. Incluso las inversiones extranjeras se realizan con un marcado control por parte del Estado. Esta política desafía la idea común que asocia globalización con capitalismo exitoso con achicamiento del Estado. Por ejemplo, en Taiwan, las industrias mecánicas y petroquímicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas públicas. Y se controla que las importaciones no sean superiores en valor a las exportaciones. En Corea del Sur, existe un fuerte proteccionismo al sector industrial respecto de la competencia extranjera e incluso de la entrada de capitales extranjeros. En cambio, en Singapur, las multinacionales ocupan un lugar más importante que en el resto de la región. Dado que, a causa de la limitación de la cantidad de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la exportación de productos primarios, la industria constituyó el factor clave por estimular, tanto la orientada al mercado interno como la dirigida al externo. 5 Los “tigres menores” del sudeste asiático Más adelante, comienzan a desarrollarse otros países del sudeste asiático, los llamados “tigres de segunda generación” o “pequeños dragones’. Iniciaron más tardíamente su camino a la industrialización pero tomaron a los nuevos países industrializados como modelo. Ellos son Malasia, Indonesia, Tailandia (de los cuales se afirma que fueron “inventos” del Japón por el volumen de sus inversiones) y Filipinas. Forman parte, junto con Singapur y Vietnam, de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). 6 Gran parte de los productos electrónicos japoneses son montados en alguno de estos países, con salarios bajos, jornadas de trabajó de diez horas, seis días por semana y pocos beneficios sociales para los trabajadores. En todos ellos se manufacturan tecnologías de punta. Y, si en un comienzo fueron los productos textiles, plásticos y juguetes los que más se exportaban, ahora son los correspondientes a la industria electrónica y las tecnologías de la información. Malasia fue el país que tuvo un crecimiento más rápido. El nivel de pobreza se redujo considerablemente, al igual que las diferencias de ingreso por pertenencia étnica. Indonesia y Tailandia mejoraron la producción industrial, la agrícola, así como los ingresos provenientes del turismo. En algunos de los “pequeños dragones’ hay importantes conflictos sociales asociados al tinte autoritario de sus gobiernos y a las malas condiciones laborales, como también a conflictos étnicos. Estos aspectos son la otra cara de la moneda del éxito económico. Malasia trasnformó su economía en treinta años. Cambió las riquezas naturales por la fabricación de chips y por modernos y fabulosos edificios de Kuala Lumpur, su capital. A pesar de contar con interesante reservas de petróleo, gas y abundantes recursos forestales (madera dura), más de dos tercios de sus exportaciones son productos terminados, como automóviles, electrónicos, telas y alimentos. 7