El fenómeno de la especialización en el mundo contemporáneo

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El fenómeno de la especialización en el mundo
contemporáneo
L
a primera revolución científica tiene lugar en el s. XVII con la
astronomía, que impulsa otros muchos conocimientos que van de su
mano: física, mecánica, etc. La segunda revolución científica es de
finales del XIX. Arranca el fenómeno de la especialización. Comte
intenta transponer el método científico a las ciencias sociales.
La centralidad del conocimiento
sociedades contemporáneas
científico
en
las
Si en el siglo XVII se produce la primera revolución científica, durante el
primer tercio del siglo XX y, sobre todo, a partir de la II Guerra Mundial, se
produce una eclosión sin precedentes en la evolución científica. Hay autores
que dicen que en el siglo XIX y en el XX la ciencia ha avanzado más,
cualitativamente, que en toda su historia previa.
La ciencia se ha implementado en la tecnología. Hasta el siglo XVII, la
ciencia no tiene importancia en la vida social porque no hay importancia de las
aplicaciones técnicas; la importancia de las aplicaciones aparecerá con la
segunda revolución científica. Por ejemplo, el descubrimiento de la energía
atómica, fuentes alternativas, ingeniería genética, visitas espaciales, teoría de la
relatividad (física), avance de la medicina, progresos en las tecnologías de la
información, mecanización del trabajo, etc.
Daniel Bell (sociólogo del conocimiento) dice que se aprecia la
importancia de la ciencia en su carácter dinamizador de la sociedad. Esa
influencia se manifiesta en el cambio. Antes los cambios eran muy lentos, pero
la sociedad contemporánea está marcada por el cambio. Bell cita dos
fenómenos que demuestran esta dependencia del cambio:
Cambio de la producción industrial y la estructura social 
Pej.- Se producen nuevas formas de energía o se produce más de
las poco utilizadas.
Cambio de escala  no es sólo el crecimiento exponencial de
algunos fenómenos. Sino también en cuanto al cambio en la
magnitud de otros fenómenos. Así, ha aumentado la cantidad de
personas o sitios que es posible conocer, el tiempo empieza a
tener un valor distinto. Etc.
En las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX empieza la
boyantía económica provocada por dos factores (que son causa-efecto entre sí):
Eclosión del conocimiento científico y sus aplicaciones
técnicas.
Crecimiento económico
Estos dos factores propician el crecimiento de la sociedad del bienestar.
Empieza a emerger el sector servicios. Surgen las sociedades terciarias (frente
a las manufactureras o industriales). La diferencia estriba en la importancia
del conocimiento.
La sociedad post-industrial es del conocimiento en un doble sentido:
La ciencia es lo que dinamiza a la sociedad. Hay una nueva
relación entre ciencia y tecnología.
La carga de la sociedad (la riqueza) cada vez procede más del
campo del conocimiento o de la ciencia.
Lamo de Espinosa (sociólogo de la ciencia español) se pregunta por
¿cómo se manifiesta la importancia del conocimiento? Asegura que la
producción de conocimientos ha crecido de forma exponencial no sólo
cualitativamente, sino también cuantitativamente. Hay un especial
crecimiento de las publicaciones científicas. En segundo lugar, el crecimiento
espectacular del número de personas dedicadas a la investigación científica. Los
países más avanzados del mundo tiene industrias del conocimiento mucho más
importantes que cualquier otra industria.
Otro argumento para Lamo es el impacto directo que tiene la ciencia en
la vida de la sociedad. Cada vez pasa menos entre un descubrimiento o
invención y su implementación en la sociedad. Desde la invención del teléfono
a su desarrollo transcurrieron 56 años. En el caso de la radio el período fue de
35. La televisión sólo necesitó 12.
Nunca en la historia de la humanidad el conocimiento ha sido un
elemento tan revolucionario. Ducker dice que ni la energía, ni el trabajo ni el
capital son los principales factores de producción, sino el conocimiento
científico-técnico que permite combinarlos de la mejor manera posible. La
principal fuente de novedad en las sociedades contemporáneas es la
investigación científica (I+D).
Las sociedades contemporáneas ya no se estructuran tanto alrededor de
intercambios de energía ni materias, sino de conocimientos. La capacidad
científica de un país mide su importancia internacional.
La ciencia está creando una nueva economía y una nueva sociedad. “La
ciencia penetra en toda actividad social” (Lamo). El apogeo del conocimiento
científico y sus aplicaciones ha traído como consecuencia la dinámica del
cambio. “Al ser casi lo habitual el descubrimiento y la novedad, ha cambiado la
sociedad” (Lamo). Las nuestras no son sociedades basadas en la conservación y
la tradición, sino en el cambio.
Hay numerosos cambios sociales atribuibles a la ciencia:
Alfabetización
Cambios en la familia
Marginación social de los menos aptos
Elevación del nivel de vida
Concepción economicista de la vida
Consumismo
Generalización de medios de comunicación...
Daños al medio ambiente
Daños a la salud
Terrorismo
Desigualación (el conocimiento es creador de riqueza, también
margina por ello).
Se conoce por “efectos perversos” aquellos efectos positivos que van
indisolublemente unidos a consecuencias negativas. Por ejemplo: en
economía, en un período de inflación, es mejor comprar algo que se va a utilizar
con posterioridad. Pero al proceder así, se contribuye a aumentar la inflación
cuyos efectos, precisamente, se intentan evitar. Si lo hiciera una persona, no
pasaría nada, pero la suma de actuaciones de cada uno produce un efecto
perverso.
El “efecto Mateo” (Según s. Mateo: “Al que tiene se le dará, al que no
tiene se le quitará incluso lo que no cree tener”) Tiene que ver con el desfase
cognoscitivo (knowledge gap): cada vez hay grupos que se adaptan mejor a las
nuevas exigencias sociales y cada vez queda gente que se des-adapta más.
Cuando se habla de especialismo, se habla de las consecuencias sociales
de la especialización del conocimiento. Cuando hablamos de especialización
del conocimiento hablamos de ciencia, de un problema epistemológico. La
especialización está relacionada con la división del trabajo.
Especialización desde el punto de vista histórico
DATACIÓN
Cuando se habla de fenómenos históricos hay que tener en cuenta que
todo corte es convencional. Más hincapié se hace en esta noción de continuidad
del tiempo si tenemos en cuenta que el conocimiento también es un continuo.
¿Hay un momento en que se puede hablar de dinámica de
especialización? Sí, a partir del siglo XIX, que es cuando las ciencias se
desgajan de la filosofía. Hay antecedentes remotos (discutibles) que suelen
situarse en el final de la escolástica e inicios del Renacimiento (Primera
revolución científica y cambio en la visión medieval del mundo).
Hay autores, como Bell, que señalan como antecedente el final del siglo
XVIII, en concreto 1788, año en que se publicó la III Edición de la
Enciclopedia Británica. Las primeras ediciones estaban hechas por 2 personas,
la tercera ya dice que ha sido hecha por un conjunto de “especialistas”. Pero dar
una fecha concreta es ser excesivamente aventurado.
Se puede hablar de especialización cuando la filosofía deja de ser la
ciencia dominante (s. XVIII-XIX) con el auge de las ciencias naturales.
Newton publica en el s. XVIII sus Principios Matemáticos de Filosofía Natural
(física). En el s. XVII, la Royal Society saca una revista que se llama Phylosóphical
Transactions.
Cómo y cuanto crece el conocimiento científico
El crecimiento de la ciencia no se puede medir directamente, ya que es
algo cualitativo. Pero se puede suponer que a mayor desarrollo del
conocimiento científico, mayor será el número de publicaciones al respecto. Los
sociólogos de la ciencia piensan que la ciencia crece de manera exponencial.
El primer autor que pretende medir la ciencia es un bibliotecario, Rider,
que se planteó el problema de cuánto crecían las bibliotecas universitarias en
1944. Hizo unas mediciones poco fundamentadas, pero le corresponde el honor
de haber sido el primero en intentar medir el crecimiento de la ciencia.
Price creó la ley de la progresión exponencial de la ciencia. Si se hacía
un cálculo desde Phylosophical Transactions hasta su tiempo (1960), aparece que
la creación desde la 1ª publicación hasta la 100.000 se ha producido a ritmos
claramente identificables. Por su regularidad, se puede hablar de una ley de
crecimiento exponencia del número de revistas. El índice de crecimiento es de
15 años para cada duplicación, lo que significaba que en 100 años se
multiplicaría por 100 y en 150 años por 1000.
May acepta la tesis de Price, pero dice que hay que revisarla a la baja,
ya que Price no tomó la fecha de la primera publicación, sino de la publicación
de la Royal Society (que era un extracto, por lo que se supone que ya debería de
haber bastantes). Ya que la fecha inicial debe ser anterior, la media bajaría y con
ella la constante multiplicadora. May ofrece la cifra de un 2,5% anual. El apoyo
empírico de la teoría es que el material relativo a la ciencia ha aumentado
enormemente.
Pero, ¿cómo se puede saber la influencia de ciertos científicos en la
sociedad? (Para conceder becas, apoyos, etc.) Hay organismos internacionales
dedicados a medir el impacto de las publicaciones y los científicos (se cuenta
el número de veces que son citados en las publicaciones especializadas, tanto
los científicos como las revistas).
La idea tradicional es que el conocimiento crece de forma lineal, por
acumulación. Pero la ciencia crece de forma arbórea (cuando en una ciencia
hay problemas que requieren una especial atención, aparece otra:
Biología  Bioquímica  Química.) Raimond Jull usa la metáfora del árbol de
la ciencia.
El desarrollo de unos estudios lleva al desarrollo de otros (En la primera
revolución científica, la astronomía impulsó al resto de las ciencias). En el s.
XIX, unas investigaciones sobre el movimiento de los gases dieron pie a
descubrimientos en el campo de los proyectiles, que acabarían por colaborar
decisivamente en los cohetes espaciales, etc.
Bell dice que tras la II Guerra Mundial, se hizo en Estados Unidos un
registro del personal científico, en el que se inscribían las especialidades y sus
trabajadores. En 20 años se pasó de 54 especialidades a más de 900. Finalmente,
tuvieron que desistir.
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