Mujeres en Defensa del Planeta: Erin Brockovich (2000) y El Jardinero Fiel (2005) Carballo, Mirian Facultad de Lenguas (UNC) RESUMEN Las protagonistas de Erin Brockovich (Soderbergh, 2000) y El Jardinero Fiel (Meirelles, 2005) realizan diferentes cruzadas para defender distintas zonas del planeta que en su uso podrían considerarse como áreas basuras por las consecuencias negativas y letales que generan las actividades económicas de grandes corporaciones para los naturales de esas regiones que parecen ser desechables a los ojos de esas compañías. Este trabajo propone leer estas películas desde una perspectiva ecofeminista en donde se advierte la estrecha relación entre la dominación del orden corporativo internacional y la del orden patriarcal y se interpretan las luchas de las protagonistas como intentos de desmantelar las estrategias de dominación en ambos órdenes. Discutir hoy sobre el estado de “salud” de nuestro planeta implica pensar en las actividades humanas y su incidencia en el entorno natural y en las otras especies que habitan la tierra. En este concepto amplio de salud y de equilibrio ecológico también cabe analizar el impacto que las acciones de un determinado grupo de seres humanos puedan causar sobre otras poblaciones, de otras razas y de otros territorios, desde la perspectiva de una convivencia armónica en la diversidad de la especie humana. Esto nos conduce, casi inmediatamente, a examinar las posibilidades de un orden económico sostenible1, no sólo en cuanto al uso de los recursos naturales y de las reservas biológicas del planeta, sino también respecto a un ordenamiento social equitativo y justo. Asimismo, es importante considerar la ideología que sostiene dicho orden. Las películas Erin Brockovich (Steven Soderbergh 2000) y el Jardinero Fiel (Fernando Meirelles 2005) nos presentan un mundo en desorden. Por un lado, en Estados Unidos encontramos una tierra contaminada por desechos químicos, que han afectado a un significativo número de los residentes de Hinkley, como consecuencia del accionar irresponsable de la corporación PG&E (Pacific Gas and Electricity); y, por otro lado, en Kenya, en el continente africano, hallamos un área desvastada y con una población en grave riesgo sanitario por los estragos de la enfermedad y la experimentación con drogas no protocolizadas, llevada a cabo por una gigantesca corporación farmacéutica. Pero el desequilibrio no sólo se manifiesta en la delimitación de espacios físicos, marginados, desiguales y desarmonizados, sino también en la 1 En este artículo debe entenderse como desarrollo sostenible a lo que el Informe Brundtland definió originariamente como desarrollo sustentable por primera vez en 1977 y que ha sido actualizado en reuniones e informes posteriores como por ejemplo el de la Unión Europea. El Consejo de Bruselas de 2006 que creó este informe que denominó como “Estrategia de Desarrollo Sostenible de la UE (EDS)”, y en él definió al desarrollo sostenible como «un principio general consistente en “determinar y elaborar medidas que permitan mejorar continuamente la calidad de vida para las actuales y futuras generaciones mediante la creación de comunidades sostenibles capaces de gestionar y utilizar los recursos de forma eficiente, para aprovechar el potencial de innovación ecológica y social que ofrece la economía, garantizando la prosperidad, la protección del medio ambiente y la cohesión social.”» “Estrategia Española de Desarrollo Sostenible 2007”, www.la-moncloa.es configuración de un espacio femenino social que el orden patriarcal y económico busca controlar y limitar en sus libertades. En este trabajo me propongo leer estos textos desde una perspectiva ecofeminista, en donde la onda expansiva de la ideología de la dominación y la sujeción no sólo arroja su sombra sobre el orden económico, creando áreas basuras en donde se desechan los restos del mundo privilegiado, sino también sobre el orden social, en el intento por “subalternizar” a las mujeres activistas dentro de una categoría de segunda clase, debido a que éstas “contaminan” el orden patriarcal cuando procuran revertir el orden preestablecido y afirmar sus libertades. Comenzaré entonces incluyendo dos definiciones del ecofeminismo para orientar esta lectura: A) El ecofeminismo es un movimiento práctico para el cambio social que se origina en las luchas de las mujeres por sostenerse a sí mismas, a sus familias, sus comunidades. Estas luchas se llevan a cabo en contra de desarrollos anómalos y de la degradación ambiental causada por las sociedades patriarcales, las corporaciones multinacionales y el capitalismo global.” (Gaard y Murphy 2) B) El ecofeminismo es un movimiento que establece conexiones entre ambientalismos y feminismos; más precisamente, articula la teoría de que las ideologías que legitiman las injusticias basadas en género, raza, y clase están relacionadas con las ideologías que sancionan la explotación y degradación del medioambiente.” (Sturgeon 22) A los fines de realizar la discusión de los textos escogidos me interesa destacar los siguientes aspectos comunes a estas dos definiciones: a) la militancia o la lucha por efectuar cambios sociales b) la identificación de oponentes: las sociedades patriarcales, las corporaciones multinacionales y el capitalismo global c) el lugar de la ideología En ambas películas las protagonistas son militantes de la causa ambientalista, la sostenibilidad ambiental y la sostenibilidad social2, y, como consecuencia de ello, entablan una guerra contra enemigos corporativos para preservar el bienestar de un grupo de personas, que ellas consideran, está en riesgo. Erin Brockovich presenta una dura pelea por conseguir una recompensa legal, económica y moral para las víctimas de la contaminación del agua de la napa subterránea en Hinkley, por cromo hexavalente. La protagonista trabaja en el estudio del Dr. Edgard Masry y se constituye en el motor y en la principal gestora de la demanda contra la Corporación PG&E, representando a un total aproximado de cuatrocientos demandantes que solicitan una reparación por daños, gastos médicos y trauma personal; la historia concluye con el éxito de sus gestiones mediante las cuales Brockovich ganará la demanda por un total de 333 millones. Cabe recordar que esta película está basada en un hecho real y hace referencia al más importante precedente judicial, en los Estados Unidos, respecto al resarcimiento a individuos por una causa de contaminación. Por otra parte, en el Jardinero Fiel, Tessa Quayle, la esposa inglesa del diplomático Justin Quayle, lucha en Kenya, aunque infructuosamente, por erradicar la 2 Estas dos dimensiones del principio de sostenibilidad están explicadas en el informe de Desarrollo Sostenible español que se basa en los lineamientos sugeridos por la UE en el Consejo de Bruselas de 2006. La sostenibilidad ambiental refiere a las acciones tendientes a la “protección de la atmósfera, calidad del aire, agua, suelo, naturaleza y salud”; la sostenibilidad social se ocupa de la problemática del “empleo, la cohesión social y la pobreza y, por otra parte, la salud pública y la dependencia.” (Introducciones y Conclusiones en “Estrategia Española de Desarrollo Sostenible 2007”, www.lamoncloa.es experimentación en sujetos africanos de una droga contra la tuberculosis que produce una multinacional de origen suizo-canadiense, asociada a una compañía inglesa. Si bien esta acción no representa un riesgo directo sobre el planeta, desde un concepto amplio de ecología, responde a un desequilibrio en la distribución de la riqueza, se contrapone a una política de desarrollo sostenible y constituye un flagrante atentado contra la biodiversidad de la especie humana; por todas estas razones resulta pertinente establecer una comparación entre estos dos textos desde la perspectiva de los problemas ambientales. Por otra parte, a nivel personal las protagonistas también llevan adelante su propia lucha tratando de abrirse paso en un “medioambiente sexista”, es decir en el ámbito de la sostenibilidad social. En este orden, los oponentes no son sólo las grandes corporaciones sino también el orden patriarcal que ha construido un discurso que se ha sido apropiado por variados grupos sociales, independientes del género. En Erin Brockovich esta situación toma un calibre humorístico. Se observa esto, por ejemplo, en algunos diálogos entre Erin y Masry. En dichos intercambios los personajes miden sus fuerzas y llevan a cabo una batalla de los sexos, en la que Masry expresa sus prejuicios sexistas y Erin rebate sus argumentos dejando al descubierto la estrecha lógica patriarcal que influye el pensamiento del letrado. Erin Brockovich se caracteriza por llevar un atuendo marcadamente provocativo y, en ocasiones, muy inadecuado para la formalidad del mundo de la ley. Es por ello que Masry le sugiere que cambie su guardarropa: Masry: Tal vez quieras, ahora que trabajas aquí …tal vez quieras reconsiderar tu vestuario Erin: ¿Por qué? Masry: Bueno, creo que algunas de las chicas…se sienten un poco incómodas por lo que tú usas. Erin: ¿De veras? Bueno, resulta que yo creo que me veo bien. Y mientras tenga un trasero en vez de dos, usaré lo que me gusta… si le parece bien (Masry asienta con su cabeza y se aleja) Erin: Y usted podría reconsiderar esas corbatas! Masry expresa sus propios prejuicios y los de otros miembros de la comunidad. En este caso habla fundamentalmente en nombre de las empleadas de su estudio que no soportan las transgresiones de esta mujer, que se viste con escotes pronunciados y telas transparentes, estilo que corresponde a la mujer “come-hombres”, es decir a una excesiva “femineidad” y que, por otra parte, se expresa vociferando y con insultos groseros, correspondiente a un comportamiento masculino, también trasgresor. En otras palabras, objetan el “estilo de femineidad” de Erin que no responde a la normativa de la femineidad de la mujer clase media decente. En el diálogo ya citado, Erin responde a la intromisión de Masry defendiendo su derecho a lucir un propio estilo, en virtud de sus atributos físicos que le permiten usar ese estilo sexy de indumentaria; al mismo tiempo, en un marco más general, se puede leer este acto de rebeldía como otra de las batallas diarias que Erin busca ganar tratando de resguardar su independencia y revertir el estado de victimización del que ha sido objeto por su condición de madre sola y sin educación. Además, por otra parte, replica a la intervención de Masry, objetando e ironizando sobre el estilo de su propia vestimenta, con lo cual, intenta que él infiera la impertinencia de su comentario y que aprenda a respetar las diferencias. En otra oportunidad Marsy despide a Brockovich porque la joven se ausenta por una semana sin aviso. Posteriormente, cuando la vuelve a reincorporar, Masry justifica el despido explicándole que él había concluido que ella había faltado por irresponsabilidad ya que ella se veía “como alguien que se divierte mucho” Enfurecida Erin le contesta que él se ve “como alguien que nunca tiene sexo”, a lo que él responde que es casado. En este diálogo con Masry, Erin nuevamente expone el profundo prejuicio e ignorancia que sustentan los juicios y declaraciones de Masry, tanto en sus ataques contra Erin como en su propia defensa contra las diatribas de su empleada. En esta lucha por la dominación de un espacio de poder, uno de los diálogos más significativos, pero en un tono serio y dramático, es el que sostiene Erin con George, su pareja ocasional, cuando éste le comunica que la va a dejar a no ser que ella se disponga a elegir entre “él y su trabajo”. Erin responde de esta manera: Erin: Yo no puedo dejar mi trabajo, George George: Si puedes. Renuncia. La gente lo hace todo el tiempo Erin: ¿Cómo puedes pedirme que haga eso? Este trabajo… por primera vez en mi vida la gente me respeta En Hinkley entro en una sala y todos se callan para oír lo que tengo que decir. Nunca tuve algo así, nunca. Por favor no me pidas que renuncie. George: ¿Y a qué renuncian tus hijos? Erin: Estoy haciendo más por ellos ahora que cuando vivía con mis padres. Algún día lo entenderán. George: ¿Y yo qué? Erin: ¿Y tú qué? ¿Crees que los hombres que me dieron estos hijos alguna vez me preguntaron qué quería yo antes de que se marcharan? Lo único que he hecho toda mi vida fue acomodarme a lo que los hombres deciden que necesitan. Pues ahora no. Lo siento. No lo haré. George: Erin yo no soy ellos. ¿Qué más debo hacer para probarlo? Erin: Quédate George: ¿Para qué? Te dieron un aumento. Puedes pagar niñeras. No me necesitas a mí. A pesar de lo dura que parece ser la decisión de Erin respecto a la generosidad que ha tenido George con ella, él le cuidó sus tres hijos desinteresadamente por mucho tiempo y estuvo a su lado aún en su ausencia física y espiritual por las grandes demandas de su trabajo, la protagonista no cede ante sus demandas porque cree haber encontrado su espacio en la sociedad por primera vez y la oportunidad de tener un reconocimiento social y económico, y de mantenerse a sí misma y a sus hijos. En el Jardinero Fiel no hay situaciones humorísticas de lucha entre los sexos. El espacio de la mujer está mucho más problematizado y la batalla por la preservación de ese espacio alcanza ribetes peligrosos. No sólo hay un confinamiento de la mujer de clase alta en un rol decorativo sino que hay también un ambiente masculino hostil hacia las mujeres que intentan actuar en sociedad con un rol muy comprometido. En realidad a pesar de que el motivo del asesinato de Tessa y su compañero de intereses, el Doctor Arnold Blhum, es principalmente por motivos económicos también constituye la expresión de amargos y profundamente internalizados prejuicios hacia la “otredad” femenina y homosexual. Previo al asesinato de Tessa se registran reiteradas expresiones misóginas en los círculos masculinos del poder. Son abundantes las recomendaciones y órdenes a Justin para que “controle” a su mujer e incluso para que la reprima por inmiscuirse en asuntos de negocios. Esos individuos conciben las relaciones hombre mujer como un par en donde todas las decisiones y los actos públicos los llevan adelante los hombres. En ese círculo, las mujeres quedan circunscriptas a intervenciones sociales de conversación formal e insignificante. Tessa no admite esas restricciones. Se rebela abiertamente o con las armas del secreto y la conspiración que el patriarcado utiliza. Llega hasta a ofrecer su cuerpo para conseguir información que le pueda ayudar. Sin embargo no hay nada que pueda contrarrestar las redes del poder económico y político corporativo y patriarcal. Tessa paga con su vida. Tal como Erin, Tessa milita en ambas causas: en la de las vindicaciones feministas y en la de las causas sociales, las internas del África, y las que tienen que ver con la responsabilidad que le toca a su país, el cual utiliza al continente africano de basurero. Pero a diferencia de Erin, Tessa encuentra aliadas en otras mujeres. En defensa del planeta y de la justicia social son las mujeres, a excepción de Bluhm al comienzo y Quayle al final, las que luchan abiertamente y dedican todas sus energías para revertir las injusticias. El interés por luchar contra el atropello de los países poderosos en el suelo africano se extiende más allá del círculo de Tessa y de las fronteras del África. En la película se advierte la existencia de una red integrada por una mujer alemana quien da su apoyo a la eliminación de las pruebas experimentales con sujetos africanos y de una líder africana, Grace Makana, quien realiza discursos de denuncia abiertamente a los fines de exponer las maniobras inmorales y corruptas de los países desarrollados. Uno de los recursos que explota El Jardinero Fiel para reunir las dos preocupaciones ecofeministas, el entorno y la mujer, es la metáfora ecológica del jardín: El jardín es explotado en su polisemia para referirse a una porción de tierra a la que se prodigan cuidados especiales, que sobresale en sus características por su belleza y por su condición prístina, y también para aludir a la mujer como un espacio edénico. El primero es el significado que el político inglés, Sir Bernard Pellegrin, le asigna cuando habla con Justin Quayle después de la muerte de su esposa. El jardín es Gran Bretaña que debe ser resguardada de las “malezas” con las que la pueda ser invadida desde los países contaminados extranjeros. La basura, la suciedad, la enfermedad son atributos y condiciones que quedan fuera del espacio británico y sus diplomáticos deben cuidar que Gran Bretaña no sea invadida por esas plagas contaminantes. El ministro urge a Quayle a proseguir con la tarea de jardinero que tiene una larga tradición en su familia (es decir la diplomacia) y evite escarbar debajo de sucias piedras que pueden ocultar quién sabe qué peligrosas criaturas. Paradójicamente, Kenia puntualmente, o África en general, son presentados como el terreno baldío en donde toda la “basura” puede ser desechada. La injustita yace en el hecho de que “el jardín” puede sobrevivir y florecer sólo a costa del deterioro y polución de esa “área basura”. Ciertamente, este mapa geopolítico no parece haber modificado en nada al viejo orden imperial en donde las colonias, las áreas “excéntricas”, servían los propósitos de abastecimiento o de un espacio para desechar lo indeseable de la metrópolis. En estas referencias se observa claramente la persistencia de la ideología de la dominación que comienza con el proyecto imperial, continúa con el proceso de la globalización y se extiende todavía en los dominios del orden social interno, en relación a la sujeción de la mujer. El primo de Tessa en el funeral de Justin al final de la película expresa esta idea elocuentemente: “No, No hay asesinatos en África, solamente muertes lamentables y de esas muertes nosotros extraemos los beneficios para nuestra civilización, beneficios que podemos afrontar tan fácilmente porque esas vidas fueron compradas baratas” En el terreno de la posición de la mujer, es inevitable la remisión a la metáfora del jardinero en relación a Tesa Quayle, a quien Justin Quayle protege como a una de sus delicadas plantas del jardín, y que sus colegas le piden controlen porque se extiende como una plaga o como un peligroso insecto que se inmiscuye en asuntos que no le competen. El jardinero aparece entonces con esa ambigüedad del protector benigno pero también de aquel que está cuidando un mundo ideal no mezclado con el natural. Quayle transita desde esa posición del jardinero reconcentrado en su pequeño mundo hasta que Tessa es asesinada y debe entonces abandonar el jardín y ampliar su territorio para buscar los rastros de lo que Tessa buscaba mediante una actitud comprometida con el entorno natural y social. Volviendo a nuestro punto de partida, el ecofeminismo, es necesario remarcar que ambos textos fílmicos conjugan la preocupación por la injusticia y la opresión que sufren las mujeres por su condición femenina, con el interés por la preservación del equilibrio natural y social del planeta. En el caso concreto de la película de Erin Brockvich, la lucha contra la negligencia y la indiferencia de la Corporación PG&E, la cual contribuye a la contaminación de Hinkley y causa enfermedades mortales entre los trabajadores y los vecinos de los alrededores, ocupa el centro de la película. Pero el detalle más significativo es que a pesar del poder económico y político que detenta semejante adversario, es Erin quien, con perseverancia, renuncias personales y un admirable involucramiento, logra obtener una importante retribución para los damnificados y, principalmente, les brinda a estos últimos la posibilidad de acusar y señalar públicamente la irresponsable y dañina conducta de la Compañía causante de tal desastre ecológico. Erin no puede actuar sola porque carece de una preparación formal para desempeñarse como magistrada por eso depende de Masry para discernir los pasos legales a seguir. Pero lo notable es que tanto Masry como sus otros socios, los abogados calificados, no pueden realizar el trabajo sin la ayuda de Erin ya que los damnificados sólo confían en ella para llevar el caso a un término feliz. Su condición de marginalidad por las dificultades en conseguir un trabajo y lograr mantener a sus hijos y su lucha permanente parecen haber sensibilizado a Erin muy especialmente. Como consecuencia de ello Erin comprende profundamente los problemas personales de cada una de las víctimas de la contaminación del agua y el suelo y emprende esa cruzada para cambiar y mejorar la vida de cada uno de ellos. En El Jardinero Fiel Tessa igualmente desarrolla una empatía especial con las víctimas de la experimentación con drogas y con la población africana en general. De manera similar a Erin Brockovich, este texto también enfatiza la especial sensibilidad y compromiso de Tessa, los cuales se manifiestan mucho antes que Justin se comprometa con la causa de proteger y cuidar al “jardín” africano. A pesar de que su esposo, sin malas intenciones, y el círculo masculino desean mantener a Tessa al margen de los manejos turbios de la Corporación Farmacéutica, ésta se involucra activamente y sus investigaciones llegan a molestar tanto que la joven debe ser “callada” definitivamente. Lo notable en el caso de esta película es que Tessa no responde al estereotipo de la debilidad y pasividad del sexo femenino sino que se presenta como un sujeto fuerte, hábil y de múltiples recursos. Entre ellos se puede contar manejar la “femineidad”, seduciendo, aparentemente, a Sandy Woodrow para conseguir información para su causa. Tessa y Erin representan el cruce de los mandatos masculinos y femeninos. Poseen la sensibilidad y solidaridad que se asocia con lo femenino y la fortaleza de carácter y la determinación emparentada, popularmente, al género masculino. De manera paralela, los dos textos también presentan cruces no tan comunes: la lucha por la defensa del espacio femenino y la defensa del planeta, de la igualdad y el desarrollo sostenible. En conclusión podemos afirmar que las dos películas nos permiten explorar el desarrollo de sus protagonistas dentro de la militancia de sus causas respectivas y de su advenimiento en sujetos políticos activos. Sus causas sociales políticas se oponen a la dominación ejercida por el orden corporativo en donde prima un ordenamiento economicista y un modelo de desarrollo con privilegios para unos, y sufrimientos y miseria para los que quedan afuera de su territorio. El viejo orden de dominación continúa determinando la distribución de los espacios, de los recursos e, internamente, de un orden social en donde los sujetos femeninos todavía tienen que luchar por sus libertades como consecuencia de prejuicios y de las categorías dominantes tradicionales. Independientemente de los resultados de la lucha de cada una de las protagonistas, Erin sale victoriosa y Tessa paga con su vida, los dos textos plantean los riesgos y problemas que causan las grandes corporaciones que sólo trabajan en pos de beneficios económicos y la necesidad de subvertir el orden establecido. Además, emblemática y fundamentalmente, presentan la fuerza y el coraje de dos sujetos femeninos para comprender el problema, luchar con sus propias armas y realizar vindicaciones en torno al ambiente y a la libertad. Obras Citadas “Estrategia Española de Desarrollo Sostenible 2007”, Madrid: Ministerio de la Presidencia, catálogo general de publicaciones oficiales http://www.060,2007; en www.la-moncloa.es, 20/02/2009. Gaard, Greta y Patrick D. Murphy (eds.). Ecofeminist Literary Criticism. Urbana and Chicago: University of Illinois Press, 1998. Meirelles, Fernando (director). EL Jardinero Fiel (The Constant Gardener), 2005. Soderbergh, Steven (director). Erin Brockovich, 2000. Sturgeon, Noel. Ecofeminist Natures. Race, Gender, Feminist Theory and Political Action. New York y Londres: Routledge, 1997.