FRONTERA NORTE PUBLICACIÓN SEMESTRAL DE EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE. Vol. 1, núm. 2, julio-diciembre, 1989. Jorge Carrillo V. DIRECTOR DE LA REVISTA Leobardo Saravia Quiroz SECRETARIO DE REDACCIÓN CONSEJO EDITORIAL Doctor Jorge A. Bustamante, doctor René Franco Barreno, doctor Adalberto García Rocha, licenciado Eliseo Mendoza Berrueto, profesor Mario Ojeda, licenciado Raúl Rangel Frías, doctora Blanca Torres. CONSEJO DE REDACCIÓN Doctor Gustavo del Castillo, doctor Bernardo González-Aréchiga, maestro Tonatiuh Guillen López, profesor Roberto Ham-Chande, maestro Manuel Valenzucla Arce, doctora Norma Ojeda, doctor Roberto Sánchez. Editores asistentes: Osear Manuel Tienda, Víctor Ortiz Segovia. Formato: Alma Aideé Hernández, Gabriel Osuna. Traducción de resúmenes: Sandra del Castillo ÍNDICE ARTÍCULOS José Carlos Ramírez y Bernardo González-Aréchiga, LOS EFECTOS DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL. EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA INDUSTRIA MAOUllADORA DE EXPORTACIÓN EN MÉXICO 5 Raúl Fernández, MEXICO'S NORTHERN BORDER REGION AND U.S. RELATIONS 35 Tito Alegría, LA CIUDAD Y LOS PROCESOS TRASFRONTERIZOS ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS 53 Norris C. Clement and Iliana L. Sonntag, U.S. PERIODICAL REPORTING ON MEXICO 91 Jorge Carrillo V., CALIDAD CON CONSENSO ¿ASOCIACIÓN FACTIBLE? 105 Olivia Ruiz, REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS: THE CASE OF HERMOSILLO, SONORA 133 NOTAS CRITICAS Jorge A. Bustamante, CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DE LA COMISIÓN INTERNACIONAL DE LÍMITES Y AGUAS 151 Alberto Hernández y Jorge Carrillo V., UNA DÉCADA DE ESTUDIOS SOBRE LA FRONTERA MÉXICO—ESTADOS UNIDOS 159 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS Varios, El desafío de la interdependencia: México y Estados Unidos. Informe de la Comisión sobre el Futuro de las Relaciones México-Estados Unidos. México, Fondo de Cultura Económica, 1989, por Gustavo del Castillo 179 Raúl Fernández, The Mexican-American Border Region: Issues and Trends. Indiana, University of Notre Dame Press, 1989, por Gabriel Murillo Castaño 186 Alejandra Salas Porras Soule (coord), Nuestra frontera norte ("tan cerca de Estados Unidos"}. México, Nuestro Tiempo, 1989, por Jorge Alonso Estrada 190 Riordan Roett (comp.), México y Estados Unidos: el manejo de la relación. México, Siglo XXI, 1989, por José María Ramos 194. Barbara G. Walk, BorderLine. A Bibliography of the United States-Mexico Borderlands. U.S.A., Latin American Center Publications, UCLA/University Consortium on Mexico and the United States (UC-MEXUS), 1988, por Humberto Félix Berumen 201 La responsabilidad por los artículos y las reseñas es estrictamente personal de sus autores. En ese sentido, la revista y la institución son ajenos a dicha responsabilidad. Para la reproducción electrónica o impresa de materiales publicados en Frontera Norte se requiere la autorización expresa de su director. Frontera Norte es una publicación semestral de El Colegio de la Frontera Norte. Suscripción anual, 50 000 pesos; números sueltos, 25 000 pesos; suscripción anual para Estados Unidos, 25 dólares, en otros países, 35 dólares. ISSN 0187-7372 EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE Departamento de Publicaciones Blvd. Abelardo L. Rodríguez, núm. 21, Zona del Rio, Tijuana, Baja California C.P. 22320 ®EL COLEGIO DE LA FRONTERA NORTE IMPRESO EN MÉXICO PRINTED IN MEXICO Fotomecánica e Impresión: Litográfica Limón Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 LOS EFECTOS DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL EN EL FUNCIONAMIENTO DE LA INDUSTRIA MAQUILADORA DE EXPORTACIÓN EN MÉXICO1 José Carlos Ramírez Bernardo GonzálezAréchiga* RESUMEN 0En este documento se ofrece una interpretación del papel que juegan los factores de la competencia internacional en la instalación y despliegue de la industria maquiladora de exportación en México. En particular se consideran los cuatro factores que, a juicio de los autores, determinan los recientes patrones de subcontratación internacional en el mundo y que pueden sintetizarse en: a) el control y aplicación creciente de la tecnología flexible por parte de Estados Unidos, Japón y Alemania; b) la corporativización mundial de las prácticas comerciales; c) la gran asistencia de los gobiernos centrales a las empresas involucradas en problemas de contaminación u otro trabajo no mercantil; y d) las nuevas relaciones establecidas entre los poseedores, manufactureros y maquiladores a raíz del uso intensivo de tecnologías blandas. El objetivo perseguido con esta interpretación es poner en evidencia que la nueva maquila en México no es más que una subpráctica de las transformaciones operadas por la competencia internacional, a través de esos factores, y para comprobarlo los autores toman como unidad de análisis a las ramas electrónica y automotriz porque, además de ser las más importantes en empleo y valor agregado, son las que mejor reflejan los cambios suscitados en el ambiente internacional. El trabajo está dividido en tres partes, de las cuales, la primera está dedicada al análisis de los cuatro factores relacionados con la subcontratación internacional, la segunda sobre sus efectos en la maquiladora mexicana, y la última se aboca a plantear algunas recomendaciones de política industrial. * José Carlos Ramírez. Coordinador de la oficina de El Colegio de la Frontera Norte en Monterrey. Se le puede enviar correspondencia a: Paras núm. 802 Sur, Desp. 201. Edificio "La Nacional" 64000, Monterrey, Nuevo León. Tel. (83) 44-9994. Bernardo González-Aréchiga. Director del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de la Frontera None. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, B.C., tels. 842226, 842068, 848795. 1 Se agradece el financiamiento conjunto de El Colegio de la Frontera Norte y la Fundación Friedrich Ebert, así como la ayuda de Antonio Cárdenas en la elaboración de los cuadros, y de Jorge Carrillo Viveros en la revisión final del documento. 6 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 ABSTRACT This article offers an interpretation of the role which factors relating to international competition play in the placement and development of Mexico's export-oriented off-shore assembly industry (the maquiladoras). Special attention is given to four factors which the authors identify as determinants of recent patterns in international subcontrating in the global economy. These factors are: a) the control and increasing application of flexible technology by the United States, Japan, and West Germany; b) the global corporatization of trade practices; c) the substancial assistance which central governments extend to companies caught in difficulties such as pollution or other non-trade problems; and d) the new relations which have been established among the "haves," the manufacturers, and off-shore assembly plants-relations based on the intensive use of flexible technologies. The aim of this interpretation is to demostrate that Mexico's new off-shore assembly industry is in a effect nothing more than a replication, or echo, of transformation determined by international competition working through the four factors outlined above. To support their view, the authors take as their unit of analysis the electronic and automobile sector. Beyond the obvius importance which these sector have as employers and generators of aggregate value, these industries best reflect the changes evident in the international economy. The article is divided into three sections. The first analyzes the four factors which are linked to international subcontracting; the second specifies their effects in Mexico's off-shore assembly plants; and the third offers recommendations for future industrial policy. RAMÍREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 7 Introducción Aun cuando se dispone de la información necesaria para apreciar detalladamente los recientes cambios experimentados por la Industria Maquiladora de Exportación (IME) en México, no es posible disimular la falta de conocimiento al momento de explicar las causas directas. La razón principal es que no se cuenta con las suficientes investigaciones "longitudinales" como para diferenciar, en el transcurso del tiempo, el peso que tiene cada factor de la competencia internacional en las decisiones tomadas por las matrices de las plantas maquiladoras. De hecho, con excepción de unos cuantos estudios,2 la mayoría de los autores sobre el tema muestran una decidida inclinación por considerar a la competencia como a un bloque homogéneo que, a pesar de su indiscutida importancia, resulta inexpugnable. El problema con esta excesiva simplificación del contexto internacional es que se pierde cualquier oportunidad de entender cabalmente el significado de las nuevas transformaciones tecnológicas y organizativas operadas en la IME, sobre todo por dos motivos: el primero, porque ante la pérdida de importancia de ciertos factores internos de localización (como es el caso de los salarios bajos), los determinantes de la estructura del mercado internacional se vuelven cada vez mas decisivos en la estrategia global de las empresas exportadoras de procesos productivos; y segundo, porque quizás no haya mejor manera de estudiar esos determinantes, al menos dentro de la teoría de la organización industrial, que a partir de la competencia.3 2 Entre ellos se encuentran: Antonio González, "Tendencias actuales de intemacionalización productiva en sectores de alta tecnología: determinantes e implicaciones" en Mapa Internacional, núm. 5. México, CIDE, 1987, pág. 238; Emest Dieter, "Innovación, transferencia internacional de tecnología e industrialización del tercer mundo: el caso de la microelectrónica" en Issac Minian (comp.), Trasnacionalización y periferia semindustrializada, vol. II. México, CIDE, 1984, págs. 83-114; Raphael Kaplinsky, "Modelos cambiantes de ubicación industrial y de competencia internacional: el papel de las ETN y el impacto de la microelectrónica" en Issac Minian (comp.), Cambio estructural y producción de ventajas comparativas. México, CIDE, 1988, págs. 139-159; Gerd Junne, "Nueva tecnología: una amenaza para las exportaciones de los países en vías de desarrollo" en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núm. 21. México, UNAM, julio-septiembre de 1985, págs. 43-66. Y a otro nivel se tiene a Susan W. Sanderson, "Automoted Manufacturing and Offshore Assambly in Mexico" en Cathryn L. Thorup, et al., The United States and Mexico: Face to Face with New Technology. Washington, Transaction Books, 1987, págs. 127-148; James P. Womack, "Prospects for the US-Mexican Relationship in the Motor Vehicle Sector" en ibid., págs. 101-125; E. Echeverry-Carroll, Economic Impacts and Foreign Investment Impacts Japanese Maquila, a Special Case. Austin, The University of Texas (Graduate School of Business Bureau of Business Research. Center for Technology Venturing Institute), 1988, pág. 77; Luis Suárez-Villa, Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, La industria electrónica en la frontera norte de México: competitividad internacional y efectos regionales. California, UC-Mexus, 1989 (en prensa). 3 En rigor, la Teoría de la Organización Industrial (TOI) basa su tratamiento de la industria en el análisis de la trilogía: estructuras de mercado, conductas de las empresas y logros 8 FRONTESA NORTE, VOL. I, NIIM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Por eso es que si se ha elegido como objetivo de este trabajo el análisis de las principales tendencias registradas en la competencia de las ramas industriales de punta, es sólo debido a que no se percibe otra manera de formular hipótesis realistas acerca de los actuales patrones de funcionamiento de la IME en México y, en particular, sobre el tipo de vínculo que establecen la matriz y la filial. De ahí también que se haya decidido dividir el documento de la siguiente forma: una sección inicial para explicar la naturaleza de los cambios internacionales experimentados por las industrias electrónica y automotriz durante la década presente; y un apartado final para señalar las magnitudes de sus efectos sobre la IME en México. Cabe señalar que han sido seleccionadas la electrónica y la automotriz no sólo porque son las ramas más importantes de la IME (en empleos y valor agregado) sino, también, debido a que éstas reflejan con mayor claridad las prácticas competitivas que han formado oligopolies en la estructura de la industria trasnacional y, por lo mismo, las que muestran mejor en qué sentido es nueva la maquiladora de los años ochenta.4 Asimismo, tomamos el Ínterin más reciente (1980-1989) porque en él están concentrados los eventos más novedosos de dichas prácticas o, mejor quizá, de la tercera revolución industrial. A esto se agrega, finalmente, que no se pretende discutir en este documento las teorías relativas a la globalización de las Empresas Trasnacionales (ET) ni los elementos incluidos en el estudio del comercio intrafirma 5. Únicamente se pretende dar una idea de los recientes fenómenos internacionales que han modificado las estrategias competitivas de las ET y que de éstas en el mercado. En su versión más acabada la TOI considera que estas tres "instancias" están ligadas entre sí (y con ese orden de causalidad) por el tipo de "competencia imperfecta" que caracteriza al mundo actual de las industrias. Sobre esto Cfr. Alex Jacquenain, Economía industrial. (Estructuras del mercado y estrategias europeas de empresa). Barcelona, Editorial Hispano-Europa, 1982, Introducción y Capítulo 1. Conviene añadir que el concepto de competencia tiene un lugar privilegiado en todas las corrientes económicas que tratan la concentración y centralización de capitales, debido a que en tomo a este concepto gravitan las principales aportaciones hechas sobre la fijación de precios y tasas de ganancia. Así se tiene que, a pesar de las grandes diferencias teóricas, Marx se ocupa de la competencia como lo hace SratTa al momento de explicar la formación de los precios en los mercados oligopólicos o "imperfectos". Para una mayor discusión al respecto Cfr. Shaik Anuar, "Marxian Competition Versus Perfect Competition" en Cambridge Journal Economics, núm. 4. Massachusetts, CJE, 1980; y D. E. Williamson, The Economics Institution of Capitalism. Nueva York, The Free Press, 1985. 4 Cfr. José Carlos Ramírez y Noé Arón Fuentes, "La nueva era de las plantas electrónicas y automotrices" en Bernardo González-Aréchiga (coord.), Los recientes cambios internacionales y sus efectos en el proceso maquilador: las ramas electrónica y de antojarles en Tijuana. Tijuana, El Colegio de la Frontera None-Fundación Friedrich Ebert, 1989 (en prensa). 5 Para mayor información acerca de estos puntos Cfr. Kurt Unger, "MNC, Global Strategies and Technical Change: Implications for Industrializing Countries". México, El Colegio de México, 5-7 de Junio de 1989 (trabajo presentado en el seminario: La Industria Maquiladora en México). RAMÍREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA. 9 resultan importantes a la luz de los cambios más recientes registrados en la maquiladora mexicana. Un trabajo teórico con las características antes descritas debe esperar esfuerzos ulteriores. 1. Las Recientes Tendencias Internacionales (1980-1989) El rasgo sobresaliente del periodo considerado (1980-1989) es el agudizamiento de la crisis mundial más severa de este siglo, después de la de 1929. En él se sintetizan los graves problemas financieros y comerciales, suscitados a lo largo de 18 años entre Estados Unidos, Japón y los países de la Comunidad Económica Europea (CEE), los cuales han determinado el reciente despliegue productivo de algunas industrias de alta tecnología (electrónica y automotriz, básicamente). Como está documentado ampliamente en la bibliografía al respecto, esas industrias iniciaron un importante proceso de restructuración productiva a raíz de las estrepitosas caída.1 registradas en el precio del semiconductor (1974-1975 y 1980-1982) y en las ventas de autos medianos y grandes (1980-1982), lo cual les llevó a modificar sus anteriores prácticas competitivas.6 Es debido a ello por lo que algunos autores sostienen que para estudiar los cambios actuales de estas dos industrias es necesario resaltar la estrecha relación existente entre crisis, reconversión industrial, intemacionalización productiva y competencia.7 Lo cual implica abandonar, o cuando menos adecuar, aquellos esquemas de interpretación que privilegian únicamente unos cuantos factores invariables como las causas explicatorias de la nueva división internacional del trabajo. Esto último conviene subrayarlo porque es claro que cada vez es mayor el número de casos que, a manera de contraejemplo, se opone a la tendencia inicialmente descrita por Froebel y otros autores,8 quienes reconocen en el salario bajo, por ejemplo, a una de las condiciones sine qua non del desplazamiento de segmentos productivos a la periferia. Actualmente existen otros aspectos, contenidos en la experiencia de las industrias de alta tecnología que explican las nuevas posibilidades de relocalización de las plantas (e incluso de retomo a sus lugares de origen) y que no necesariamente están vinculados con el criterio de los bajos salarios. Estos tienen que ver con los que Joan Robinson llamó alguna vez 6 Antonio González, op. cit., pág. 189; Ernst Dieter, "La automatización basada en el uso de computadoras y la intemacionalización de la industria electrónica. Implicaciones estratégicas para los países en desarrollo" en Isaac Minian (coord.), Industrias nuevas y estrategia de desarrollo. México, CIDE, 1986; y Cesáreo Morales, "El comienzo de una nueva etapa de las relaciones económicas entre México y los Estados Unidos" en Pablo González Casanova, México ante la crisis (1). México, Siglo XXI, 1987, págs. 68-69. 7 Antonio González, op. cit., págs. 68-69. 8 Kreye Froebel F. y S. Henricks, La nueva división internacional del trabajo. Paro estructural en los países desarrollados e industrialización de los países subdesarrollados. México, Siglo XXI, 1978. 10 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 elementos de la "competencia no basada en los precios" 9 y que pueden resumirse en: el control y aplicación crecientes de la automatización flexible por parte de las grandes empresas japonesas, norteamericanas, europeas y coreanas; la corporativización de las prácticas comerciales como recurso para levantar barreras a los nuevos competidores; la utilización de estrategias alternativas por parte de los gobiernos para fortalecer a sus empresas (proyectos militares, políticas proteccionistas, etcétera) y lograr que las economías a escala sean óptimas por medio de la centralización de proveedores y el uso de tecnologías blandas.10 Es conveniente advenir, sin embargo, que las diferencias introducidas por estos elementos aún no son muy claras y, en todo caso, reflejan nada más una tendencia importante.11 La lógica dominante de la exportación de segmentos productivos a las zonas no desarrolladas continúa siendo la misma seguida en años anteriores, tal como se desprende de los más recientes emplazamientos observados en dichos sitios.12 Lo realmente novedoso de esas cuatro prácticas monopólicas radica más bien en la forma de abatir los costos y de enfrentar la competencia por parte de las corporaciones: ya no es la misma que en la década pasada y hacia ese punto será concentrada la atención. 1.1 Control y aplicación crecientes de la tecnología flexible La incorporación de los avances de la microelectrónica al proceso productivo, es la base de la nueva estrategia asumida por las industrias electrónica 9 Joan Robinson, Economía de la competencia imperfecta. Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 1973, págs. 16-19. Con esta afirmación la autora hace referencia a la "diferenciación artificial de productos, la publicidad, la promoción de ventas" (pág. 19) y a todas aquellas prácticas que el productor utiliza para asegurar una mayor porción de mercado sin importar que el precio sea inferior al costo marginal o que sus instalaciones estén por debajo de la capacidad normal (tal como lo propone la teoría tradicional). De ahí que, según Robinson, "sea decir que el grado de monopolio es más alto a la política de precios menos competitiva cuando el productor, al establecer su margen de ganancias (ayudado por esas políticas), lo calcula con base en un nivel más bajo de utilización de las instalaciones y a una tasa más alta de beneficios sobre capital (pág. 14). Estas ideas que arrancan desde el artículo escrito por Sraffa, "Las leyes de rendimiento bajo condiciones de competencia", 1926 y más tarde reforzadas por Chamberlain, The Theory of Monopolistic Competition, están inspiradas en la tradición marxista de que las manufacturas presentan una tendencia inherente a la concentración monopólica". 10 Aunque esta lista no es exhaustiva, contiene las principales modalidades competitivas que asumen las grandes empresas para acentuar sus ventajas obtenidas en la producción. Son los cuatro grupos de practicas que profundizan el grado de monopolio en la industria de alta tecnología. 11 Esta opinión es compartida por Gerd Junne, "Automatización en los países en desarrollo" en Ciencia y Desarrollo. México, CONACYT, noviembre-diciembre de 1984, págs. 31-44. 12 Véase Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, "Productividad sin distribución: cambio tecnológico en la maquiladora mexicana (1980-1986)" en Frontera Norte, vol. 1, núm. 1. Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte, 1989. RAMÍREZ-GON/ALEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 11 y automotriz para disminuir la participación del salario dentro de sus costos totales y así poder sortear mejor la crisis. Dicha estrategia se basa en la aplicación extrema de maquinaria reprogramable en aquellas áreas donde antes resultaba incosteable adaptar tecnología rígida (o sea, las fases intensivas de fuerza de trabajo: ensamble y estampado). Con los robots13 ahora es posible hacer fuertes inversiones en activos fijos sin el riesgo de que éstos se vuelvan rápidamente obsoletos -por situaciones de demanda cambiante o de rápida tasa de innovación—, debido a tres cualidades que, según H. Shaiken, la diferencia de la tecnología rígida: su flexibilidad o capacidad para adaptar instrucciones programadas para múltiples propósitos en aplicaciones específicas; su economía de alcance o posibilidad de generar pequeños volúmenes con los mismos costos medios que en gran escala; y su enorme tasa de cambio técnico que abarata progresivamente el costo de su adquisición.14 En los hechos estas "cualidades" permitieron a las empresas automotrices disminuir, en el decenio más reciente, el rezago tecnológico existente entre las unidades competidoras (en especial el que tenían las de Estados Unidos respecto de las de Japón), reorientar sus plantas a la elaboración de autos compactos y hacer homogénea la producción de partes y componentes. Asimismo, las principales fábricas electrónicas lograron aumentar la variedad y densidad de los chips estandarizados, incursionar en el mercado de las customs chips, mejorar la técnica en el diseño del semiconductor y expandir la producción de artículos terminados con microprocesadores más densos. Es por eso que la automatización flexible no sólo dotó de las posibilidades técnicas a estas industrias para que pudieran ajustarse con mayor ventaja a las variaciones de la demanda, sino que, además, lo hizo introduciendo robots en las fases del proceso productivo que ellas regularmente exportan o están en condiciones de intercambiar en los proyectos de coinversión. Esto último, en particular, favoreció un mayor control oligopólico de la producción mundial por parte de Japón y Estados Unidos debido a que sus grandes empresas, las mayores usuarias de dicha tecnología,15 lograron elevar a tal grado las tasas medias de productividad que terminaron por acaparar los principales mercados extraterritoriales.16 Aquí es fácil conven13 Por robots se entiende toda la maquinaria multifunctional y reprogramable que incluye desde los "servomecanismos zoquetes" hasta los complejos soldadores de arco, según la clasificación dada por Marvin Minsly, Robótica. Barcelona, Planeta, 1985. 14 H. Shaiken, Work Transformed (Automation and Labor in the Computer Age). Nueva York, Lerington Books, 1986, págs. 6-7. 15 Sólo en producción de robots, Japón y Estados Unidos absorben aproximadamente el 80 por ciento de la oferta mundial; todo esto sin considerar que los keiretsu japoneses son líderes en la aplicación de la llamada "tecnología sobre superficie" en productos electrónicos y en los sistemas CAD-CAM usados con éxito en la automotriz. Cfr. Minsky, op. cit., págs. 75-77 y Gerardo Gasman, "Automatización de la producción: el caso de la industria de los robots" en Mapa Económico Internacional, núm. 4. México, CIDE, 1985, págs. 153-162. 16 Cfr Juan Baqué, "Detroit frente al automóvil japonés" en Mapa Económico Internacional núm. 4. México, CIDE, 1985, págs. 163-176; Jordy Micheli, "Estados Unidos: la industria de automóviles en la crisis (Expansión y conflictos durante 1984)" en Mapa Económico Internacional, núm. 3. México, CIDE, 1984, págs. 113-127; House 12 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 cerse si consideramos que entre 1982 y 1989 ambos países aportaron en promedio aproximadamente el 55 por ciento del valor producido por las dos industrias y concentraron el mayor número de operaciones internacionales con las plantas más eficientes del mundo, es decir, con las plantas de mayor productividad y menor costo medio.17 De ahí que la adopción de tecnología reprogramable haya funcionado en la práctica, más que como una barrera tradicional para evitar la entrada de nuevos competidores, como un mecanismo eficaz para dividir el mercado de insumos y productos entre los ya existentes. La experiencia de Japón, Estados Unidos, la Comunidad Económica Europea (CEE) y Corea en la rama electrónica es muy ilustrativa, pues a partir de ella es posible observar cómo dichos países se reparten el mismo mercado de acuerdo con sus ventajas tecnológicas. Por ejemplo, la supremacía alcanzada por Japón en los tres subsectores de la electrónica: bienes de consumo, industriales y componentes (véase Gráfica 1), se debe en buena medida a su gran flexibilidad18 mostrada en la industria de semiconductores estandarizados de alta densidad y a la acelerada tasa de cambio técnico de sus diseños y patentes.19 of Representatives: Competitivenes of the US Automobile Industry, US Government Printing Office. Washington, 1985, pág. 236 ; y Luis Suárez-Villa, Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, op. cit., págs. 5-8.. 17 En un estudio elaborado en 1988 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts sobre la flexibilización de la industria del motor en Japón, Estados Unidos y Europa, se encontró que la productividad de las empresas japonesas (medida en horas de trabajo por vehículos terminados) que producen en Estados Unidos era, con mucho, superior a la media mundial, le siguieron en orden de importancia las empresas japonesas-norteamericanas y más atrás las europeas. "La planta norteamericana más productiva produce un vehículo cada 19 horas, lo cual es ligeramente superior que la planta promedio japonesa (19.1 horas por vehículo). Pero la mejor planta japonesa tiene una ventaja de 3 horas sobre la más cercana rival de Estados Unidos, en John. F. Krafcik, "A New Diet for US Manufacturing" en Technology Review. Illinois, MIT, enero de 1989, Pág. 30. 18 Por mayor flexibilidad entendemos la mayor capacidad de las empresas japonesas para producir con la misma tecnología dura (maquinaria y equipo) un número superior de modelos a menor costo. 19 Estas ventajas tecnológicas y un costo salarial menor al de Estados Unidos (46 por ciento de éste) han hecho de Japón una potencia casi invencible en la electrónica, sobre todo por su estrategia doble que consiste, primero, en saturar el mercado con precios casi de dumping para, después, abandonarlo y atacar el sector de los productos valiosos. Este es el caso de la industria de semiconductores en la que, sucesivamente, deprimió el precio de la primera generación de los 64 K drams (de 12 a 3.60 en un ano) y tras convertirse en su principal monopolista, se concentró en el mercado de las 256 K drams cuyo precio en enero de 1984 era de 92 dólares. Un año después Japón desplazó a los norteamericanos de ese mercado al lograr, mediante su miniaturización, precios inferiores a los 3.00 dólares. Actualmente con el control del 95 por ciento de la oferta mundial de los Drams de un megabit (la generación posterior a los 256 K Drams), Japón se apresta a atacar el mercado de los microprocesadores que hoy monopolizan INTEL y Motorola; esto, claro está después de haber reducido el precio de los Drams a una quinta parte de su precio original. Cfr. "Slump Still Plagues U.S. Semiconductor Market" en Electronic Week, California, 20 de marzo de 1985, págs 18-20, y "Japanese Semiconductors. The Final Thrust" en The Economist. Colorado, 18 de marzo de 1989, págs. 74-77. GRÁFICA 1 Participación Porcentual en el Producto Físico Total 14 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Fuente; Tomado de Luis Suárez Villa, B. González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, en op. cit. Ambas ventajas le han permitido ganar sistemáticamente la parte de mercado que deja Estados Unidos y hacer más difícil la competencia a los miembros de la CEE, aun en sus propios países,20 tal como se observa en la Gráfica 1. Únicamente Corea, quien sigue una estrategia de penetración similar a la de los japoneses (i.e. de dumping e invasión de mercados más valiosos), representa una amenaza para estos últimos, debido a que sus grandes corporaciones (Samsung y Hundai, básicamente) han logrado producir semiconductores a un costo inferior (1/6 parte menor) y con niveles de productividad superiores, en particular en los productos de alto valor agregado. Esto explica su mayor participación en el mercado de Estados Unidos -el más grande del mundo con 35 mil millones de dólares de valor- a costo de menores ventajas: de 0.3 mil millones de dólares en 1982 a 7.4 mil millones en 1989, 21 lo cual lo convierte en el tercer país superavitario más importante en el comercio electrónico con Estados Unidos. 20 Cfr. Luis Suárez-Villa, Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, op. cit., págs. 5-6. En cuanto a la amenaza japonesa en Europa basta recordar que, como se verá adelante, algunas comisiones de la CEE han aglutinado a las corporaciones más grandes de Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia para combatir a las orientales (y americanas como la IBM) en la fabricación de custom chips y así poder contrarrestar la avanzada de las 411 compañías japonesas que actualmente operan en Europa y que tienen dominada la industria audiovisual. Cfr. Japanese in Europe. Circle the Quality" in The Economist. Colorado, abril 15, 1989, pág. 74. 21 Cfr. "Asia. The Four Dragons Rush to Play Catch Up Game" en Electronics Week., California, 6 de mayo de 1985, págs. 48-51; "South Korea's Clonded Economy" en The RAMÍREZ-GONZÁLEZ -ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 15 Una situación diferente, pero con el mismo efecto, puede ser descrita en otros sectores de la electrónica profesional, donde las barreras impuestas por los gobiernos norteamericanos y europeos han segmentado el mercado de telecomunicaciones espaciales y de uso militar en favor de unas cuantas empresas contratistas; o en los proyectos conjuntos de investigación tecnológica donde los resultados obtenidos favorecen la centralización de los insumos y productos en tomo a las compañías participantes (por ejemplo, en la producción de microcomputadoras llevada a cabo por los países de la CEE). En cualquier caso, la incorporación progresiva de maquinaria reprogramable es la base que decide la presencia de las empresas electrónicas y automotrices en el mercado mundial, pues ante la amenaza constante de competidores que operan con bajos costos salariales por unidad producida, se vuelven cada vez más necesarias mayores inversiones en diseño y manufactura para asegurar los mismos márgenes de ganancia. De hecho, el control de la tecnología flexible es el único camino seguro para obtener ganancias monopólicas (si el productor es innovador) o menores pérdidas si el mercado está muy estandarizado, tal como lo demuestra la confrontación japonesa-norteamericana en los siete años más recientes. Es por eso también que las operaciones de subcontratación en las zonas de bajos salarios son más socorridas por aquellas empresas que enfrentan trabas, de cualquier tipo, en el aprovechamiento de su nueva tecnología o cuyos costos de adquisición de maquinaria no ofrezcan los mismos márgenes de ganancias que los derivados de la maquila. Sin embargo, aquí debe haber cautela debido a que los efectos de la automatización flexible sobre la maquila son hasta cierto punto contradictorios. En primer lugar, porque si bien es cierto que las maquiladoras electrónicas japonesas se desplazan a la frontera de México con plantas completamente automatizadas, hay evidencia de que algunas empresas norteamericanas han regresado a su lugar de origen tras la introducción plena de robots a sus procesos productivos. En segundo lugar, se tiene conocimiento de que las grandes corporaciones automotrices y electrónicas tienden a combinar una mayor proporción de fuerza de trabajo, por unidad de capital, en las zonas francas que en su país de origen, a pesar de que existe la posibilidad técnica de automatizar casi totalmente las líneas de ensamblado. En otras palabras, no es posible saber con precisión las consecuencias de la aplicación de la tecnología flexible sobre la maquila si antes no se tiene idea de los factores que influyen en la decisión del desplazamiento y que a continuación serán estudiados. Por lo tanto, lo único que se sabe es que las maquiladoras más importantes de países como México son filiales de las grandes empresas que controlan el mercado de insumos y productos de alta tecnología. Economist, Colorado, 12 de diciembre de 1989, pág. 73 y "If Trade Wars Flare Across Asia" en The Economist. Colorado, abril de 1987, pág. 66. En estas dos publicaciones se muestra por qué Corea y Taiwan son considerados los segundos japoneses después de haber aumentado su participación en el mercado de Estados Unidos (15 mil millones de dólares en el caso de Taiwan). 16 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 1.2 La corporativización de las prácticas comerciales 1.2.1 La Asociación de Capitales Otro elemento que ha revolucionado la estrategia competitiva de las industrias de alta tecnología es el intenso proceso de fusión, relocalización y coinversión de capitales llevado a cabo desde 1982 por Estados Unidos, Japón, la CEE y los cuatro dragones (Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong). Se trata del más impresionante mecanismo oligopólico impuesto por las agencias gubernamentales de esos países en los años recientes. Incluso, los autores de este ensayo casi se atreverían a decir que es bajo su amparo como se han formado los dos tipos de control oligopólico que caracterizan actualmente a tales industrias, a saber: uno, de naturaleza asimétrica y no cooperador -a la Coumot- en el caso de la electrónica, y otro, simétrico y cooperador en la automotriz. Éstos serán vistos por separado. Respecto a las industrias electrónicas destaca la agresiva promoción de los gobiernos de esas naciones para impulsar el desarrollo de los semiconductores y, con ello, la integración de sus industrias de punta. El ejemplo más relevante lo constituye, otra vez, Japón cuyo Ministerio Internacional de Industria y Comercio (MITI, siglas en inglés) organizó desde 1978 un programa de investigación tecnológica en tomo al semiconductor Very Large Scale Integrated (VLSI), el cual aglutinó a las principales corporaciones y universidades del país.22 Con el programa, Japón cobró tal importancia en el mercado mundial de circuitos integrados que, de participar con el cero por ciento en 1965, pasó a aportar, veinte años después, el cuarenta por ciento del total de ventas valuadas en 50 mil millones de dólares.23 Los especialistas estiman que para 1990 este país acaparará fácilmente el 95 por ciento de la producción mundial del principal semiconductor estandarizado (one megabit drams), que se utiliza en la industria de computadoras. Además, el MITI tiene planeado gastar hacia ese año dos mil millones de dólares en un programa de computadoras de quinta generación, lo cual le permitirá colocarse como líder indiscutible en esa línea de productos. Para ello, dicho organismo, dio los primeros pasos en 22 Véase B. Eng Foxell, y P. First, "The Business of VSLI" en IEE Proceedings, vol. 131 pt. a, núm. 1. California, enero de 1984, págs. 17-23; y Michael Beagel, Joseph Johnston y Peter Hans, "The Game Still is not Over (Japan)" en Electronics Week, 29 de abril de 1985, págs. 50-55; No hay que olvidar que la industria del semiconductor es el corazón o crude oil de los sectores de alta tecnología; así que lo que ocurre en ella tiene serios efectos multiplicadores sobre el resto de los sectores de punta. De ahí la enorme importancia de la medida tomada por agencias como el Mm; sobre esto véase Sugano Okimoto y Weinstein, Competitive Edge. The Semiconductor Industry in the US and Japan. California, Stanford University Press, 1985. 23 Foxell, et al., op. cit., pág. 21. RAMIREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA 17 abril de 1983 al construir 19 locales y universidades dentro de un Mini Sillicon Valley, parcialmente financiado por corporaciones como Matsushita, Hitachi, Sanyo y otras.24 Últimamente el MITI ha involucrado a las diez keiretsus más grandes en una serie de proyectos de inversión que incluyen áreas productivas tradicionalmente dominadas por Estados Unidos; lo cual se refiere a sistemas de aeronavegación, superconductores, microprocesadores y equipo espacial (esta última a raíz de la instalación de un campo experimental de lanzamiento en el sur del archipiélago, llamado NASDA).25 Como respuesta a esta guerra tecnológica y comercial la Secretaría de Defensa de Estados Unidos destinó 600 millones de dólares, a partir de 1979, para desarrollar: supercomputadoras de quinta generación, servomecanismos animados con inteligencia artificial y nuevas técnicas administrativas. El plan conocido como "computación estratégica" se basa en la manufactura del Very High-Speed Integrated Circuits (VHSIC) que está destinado a tener mayor densidad -número de componentes por chip- que el VLSI producido por Japón. Para su diseño y elaboración se ha contratado a un número importante (quince en principio) de empresas gigantescas que se especializan en los campos más avanzados de la electrónica, como es el de los chips no estandarizados. Ahora bien, debido a que para aceptar los contratos de la Secretaría de Defensa las corporaciones civiles (como General Electric-RCA o General Motor-Hughes Aircraft) tuvieron que atender la cláusula del Second Source, que no es otra cosa más que la fusión de dos empresas establecidas en Estados Unidos para asegurar el cumplimiento del convenio, la centralización de capitales llegó a ser tan espectacular que, como dato indicativo, se tuvieron que saldar deudas de compraventa por valor de 650 mil millones de dólares en 1985. 26 Pero así como ha habido alteraciones en la organización empresarial impuestas por los gobiernos de estos dos países, los de la CEE, 27 y los de 24 Berger, et al., op. cit., pág. 52. 25 Cfr. "The US Has the Advence but Japan May Have the Advantages" en Business Week, 6 de abril de 1987, pág. 97 y "Blastoff: Japan Inc. is Joining the Space Race" en Business Week, agosto 24, 1989, pág. 84. 26 El prominente papel que la Secretaria de la Defensa desempeña en el desarrollo de la electrónica estadunidense es lo que ha llevado a autores como Okimoto, Sugano y Weinstein a sostener que mientras la industria japonesa se concentra en el mercado de bienes de consumo electrónicos, los norteamericanos lo hacen (desde hace más de 20 anos) en la industria militar y de telecomunicaciones. Cfr. Okimoto, et al., op. cit., Capítulo 2, y Borrus, Millstean y Zysman, US-Japanese Competition in the Semiconductor Industry. A Study in International Trade and Technological Development. California, IIS University of Berkeley, 1985, Introducción, Capítulos 1 y 2. 27 Aquí destaca el programa paneuropeo destinado a producir customs-chips a cargo de la empresa European Sillicon Structures, las políticas de desregularización adoptadas por varios países para fomentar la fusión de empresas (el caso de Scandinavian Airline Systems y Sabena de Bélgica) y la subcontratación de grandes compañías electrónicas para programas de defensa (por ejemplo, el contrato conjunto que cumplen ahora GEC y Siemens para producir radares, sistemas de comunicaciones y sonares marinos para Inglaterra). Cfr. "Plessey-GEC Phoney War" en The Economist, 7 de enero de 1989, pág. 50 y "Electrical Brief-Sistem Failure" en The Economist, 11 de marzo de 1989, pág. 70. RAMIREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA 17 abril de 1983 al construir 19 locales y universidades dentro de un Mini Sillicon Valley, parcialmente financiado por corporaciones como Matsushita, Hitachi, Sanyo y otras.24 Últimamente el MITI ha involucrado a las diez keiretsus más grandes en una serie de proyectos de inversión que incluyen áreas productivas tradicionalmente dominadas por Estados Unidos; lo cual se refiere a sistemas de aeronavegación, superconductores, microprocesadores y equipo espacial (esta última a raíz de la instalación de un campo experimental de lanzamiento en el sur del archipiélago, llamado NASDA).25 Como respuesta a esta guerra tecnológica y comercial la Secretaría de Defensa de Estados Unidos destinó 600 millones de dólares, a partir de 1979, para desarrollar: supercomputadoras de quinta generación, servomecanismos animados con inteligencia artificial y nuevas técnicas administrativas. El plan conocido como "computación estratégica" se basa en la manufactura del Very High-Speed Integrated Circuits (VHSIC) que está destinado a tener mayor densidad -número de componentes por chip- que el VLSI producido por Japón. Para su diseño y elaboración se ha contratado a un número importante (quince en principio) de empresas gigantescas que se especializan en los campos más avanzados de la electrónica, como es el de los chips no estandarizados. Ahora bien, debido a que para aceptar los contratos de la Secretaría de Defensa las corporaciones civiles (como General Electric-RCA o General Motor-Hughes Aircraft) tuvieron que atender la cláusula del Second Source, que no es otra cosa más que la fusión de dos empresas establecidas en Estados Unidos para asegurar el cumplimiento del convenio, la centralización de capitales llegó a ser tan espectacular que, como dato indicativo, se tuvieron que saldar deudas de compraventa por valor de 650 mil millones de dólares en 1985. 26 Pero así como ha habido alteraciones en la organización empresarial impuestas por los gobiernos de estos dos países, los de la CEE, 27 y los de 24 Berger, et al., op. cit., pág. 52. 25 Cfr. "The US Has the Advence but Japan May Have the Advantages" en Business Week, 6 de abril de 1987, pág. 97 y "Blastoff: Japan Inc. is Joining the Space Race" en Business Week, agosto 24, 1989, pág. 84. 26 El prominente papel que la Secretaria de la Defensa desempeña en el desarrollo de la electrónica estadunidense es lo que ha llevado a autores como Okimoto, Sugano y Weinstein a sostener que mientras la industria japonesa se concentra en el mercado de bienes de consumo electrónicos, los norteamericanos lo hacen (desde hace más de 20 anos) en la industria militar y de telecomunicaciones. Cfr. Okimoto, et al., op. cit., Capítulo 2, y Borrus, Millstean y Zysman, US-Japanese Competition in the Semiconductor Industry. A Study in International Trade and Technological Development. California, IIS University of Berkeley, 1985, Introducción, Capítulos 1 y 2. 27 Aquí destaca el programa paneuropeo destinado a producir customs-chips a cargo de la empresa European Sillicon Structures, las políticas de desregularización adoptadas por varios países para fomentar la fusión de empresas (el caso de Scandinavian Airline Systems y Sabena de Bélgica) y la subcontratación de grandes compañías electrónicas para programas de defensa (por ejemplo, el contrato conjunto que cumplen ahora GEC y Siemens para producir radares, sistemas de comunicaciones y sonares marinos para Inglaterra). Cfr. "Plessey-GEC Phoney War" en The Economist, 7 de enero de 1989, pág. 50 y "Electrical Brief-Sistem Failure" en The Economist, 11 de marzo de 1989, pág. 70. 18 FRONTERA NORTE, VOL. I, NUM. 2, JULIO/DICIEMBRE DE 1989 los "cuatro dragones 28 también se han desarrollado recientemente formas horizontales de asociación que han agudizado aún más la competencia entre las industrias de punta. Por un lado, se tienen las realizadas por las compañías electrónicas mediante el intercambio de plantas, convenios tecnológicos y adquisición de empresas extranjeras y, por otro, se hallan las impulsadas por las coinversiones en el ramo automotriz realizadas por las tres empresas gigantes (Ford, jEhrysler y General Motors) y las grandes armadoras japonesas y europeas29 Lo interesante de este proceso de fusión es que a diferencia de las grandes empresas electrónicas, la reorganización de las plantas automotrices no implicó la desaparición de unidades del mercado, pues hasta las corporaciones japonesas más pequeñas (como Suzuki, Daihatsu e Isuzu) recurrieron a los proyectos de juiut venture como un recurso para no verse desplazadas de la competencia30 Esto significa que mientras en la automotriz el núcleo de competidores se ha mantenido constante pero mas denso (y centralizado), en la electrónica la coalición ha tendido a reducirlo (el núcleo) y por ende a oligopolizarlo de acuerdo con el principio de exclusión de la empresa líder. Lo cual se ha traducido, a su vez, en lógicas de emplazamiento distintas. Por ejemplo, en la industria automotriz los proyectos de coinversión han favorecido la aparición de maquilas de autopartes en la frontera norte de 28 Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong, las formas de organización industrial entre estos países y Japón o Estados Unidos son muy diferentes. Tal como lo demuestran M. Sagnafi y Chin-shu Davidson, "New Age of Global Competition in the Semiconductor Industry. Enter the Dragon". San Diego, California, julio de 1989 (mimeo). 29 Respecto a las primeras destacan: a) las fuertes inversiones hechas a partir de 1982 por las empresas asiáticas, sobre todo japonesas, en Estados Unidos (en la zona del Green Field y del Sillicon Forest), Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia para producir circuitos integrados u otros productos electrónicos intermedios; b) los convenios de inversiones autónomas celebradas, como contraparte por las gigantes norteamericanas, en esos países y los europeos, en particular en Alemania (con la inversión de LSI Logic), España (con la cooperación entre la AT&T y la compañía nacional telefónica de España), Inglaterra (donde resalta la construcción de plantas de National Semiconductor, Motorola, General Instruments, Hughes Aircraft y Digital Equipments), Italia (acuerdo de cooperación entre IBM y Selenia-Elsag) y Japón (convenios celebrados entre AT&T, Fujitsu Ricoh y Hitachi, LSI Logic con Kawasaki Steel y las inversiones de IBM y Data General), y ñnalmente la Deal Mania o Merger Fever que se desató en Estados Unidos y Europa como parte de la restructuración productiva y financiera llevada a cabo por los proveedores de las empresas que cumplen contratos militares de top secret o de línea blanca. En cuanto a las coinversiones en el ramo automotriz sobresalen las celebradas por la General Motors y la Toyota en Freemont California para producir 250 000 autos compactos a partir de 1984; la que llevaron a cabo la Ford Motor Co. y la Toyo Kogyo ese año en Hermosillo, México, con el fin de ensamblar 130 000 autos subcompactos; los acuerdos entre la misma Ford con Mitsubishi para importar 750 000 motores por año y con Alfa Romeo para adquirir el 30 por ciento de su paquete accionario; y en fin los múltiples acuerdos de la Chrysler con empresas japonesas para, al igual que otras corporaciones asociadas, buscar dividir oligopólicamente el mercado del automóvil a través del intercambio y reforzamiento tecnológicos. 30 En realidad esta estrategia fue asumida por las once empresas exportadoras de automóviles de Japón, entre 1988 y lo que va de 1989, tras la reducción del mercado de autos compactos (por sobre capacidad). Cfr, "Japanese Carmakers. Downhill Now" en The Economist. 11 de febrero de 1989, pág. 65. RAMÍREZ GONZÁLEZ-ARÉCHIAGA/LOS OS EFECTOS DE LA... 19 México por dos razones: la primera porque los países que intervienen con inversiones (en este caso Japón y Estados Unidos) tienen el interés común de dividirse conjuntamente la sección de mercado, pero a costos menores; y la segunda porque la autoridad central del entente (ubicado en Estados Unidos) busca que los costos de transporte, inventario y activos fijos sean mínimos, centralizando sus proveedores cerca de las ensambladoras de México o de las manufacturas de Estados Unidos.31 Por su parte, las maquiladoras electrónicas han buscado apoyarse en las maquilas más bien para acentuar su dominio en ciertas líneas de mercado (por ejemplo, las japonesas en aparatos electrónicos audiovisuales) o para aprovechar aún más su ventaja monopólica (los contratistas de la Secretaría de la Defensa). 1.2.2 La Diferenciación de Productos y Diseños Otro rasgo característico de la actual corporativización comercial lo constituye, sin duda, la innovación creciente en la fase de diseño y el estricto control sobre las licencias y patentes tecnológicas. En ambos renglones Japón es el principal protagonista, debido a que su posición de líder exportador en automóviles y artículos electrónicos se encuentra actualmente amenazada por varios factores adversos. El más importante de ellos es la dura competencia ejercida por Corea, Taiwán y Singapur en la línea de aparatos audiovisuales y por Estados Unidos y Europa en la de autos compactos. A este factor se le ha agregado recientemente, la significativa revaluación del yen (45 por ciento entre 1988 y 1989) frente a las principales monedas y el alza de los aranceles nominales en los mercados de Estados Unidos y Europa. 32 Esto ha obligado a Japón a adoptar las estrategias inicialmente descritas, debido a que la consecuente alza de costos relativos y echó abajo las ventas de algunas de sus industrias importantes (Akai Electric Co., Aiwka de Sony y Sansui Electric, por mencionar algunas). En particular, las principales compañías han impuesto: a) un celoso control sobre la producción de componentes electrónicos, al establecer condiciones de compra sumamente estrictas a las compañías extranjeras que solicitan su tecnología,33 b) una serie de políticas encaminadas a trasladar sus ensambladoras más 31 Esta conducta competidora implícita está bien explicada para Jacquemin: "La reducción del número de competidores (por asociación) en un mercado, aumenta la loma de conciencia de interdependencia de las decisiones y facilita la puesta en práctica de estrategias que aseguren el máximo de beneficios conjuntos. Stingler (1964) ha demostrado que la capacidad de adoptar una conducta cooperadora constituye función del número y dimensión relativa de las unidades, disminuyendo rápidamente cuando la talla de las empresas se aproxima a la igualdad y su número crece". Alex Jacquemin, op. cit., pág. 39. 32 Cfr. "Japan Can't Make a Quick Yen in the US Anymore" en Business Week, 23 de febrero de 1989, págs. 11-12. 33 "Para obtener una licencia de construcción de equipo japonés, por ejemplo, una compañía extranjera deberá comprar denos componentes vitales en Japón y no exportar sistemas terminados a las potencias de occidente. Aun cuando una compañía japonesa desee establecerse en el exterior para abastecer el mercado local, los componentes claves deben ser embarcados desde Japón". Ibid., pág. 12. 20 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE RE 1989 grandes (Matsushita, Sanyo, Sony y Toshiba, por las electrónicas, y Nissan y Toyota por las automotrices) a los mercados protegidos de bajos salarios, pero con condiciones de automatización extremas, y c) una agresiva campaña de simplificación de diseños que les permita "diferenciar" sus productos con la mayor productividad posible, y "atacar" segmentos de mercados usualmente monopolizados por Europa y Norteamérica. Los resultados obtenidos, sin embargo, no han sido tan afortunados como se esperaban, porque si bien es indudable que Mitsubishi o Toshiba, por ejemplo, han levantado barreras a sus competidores coreanos (Goldstar y Samsung en este caso) mediante la digitalización de sus televisores, radios y equipo periférico, éstas no pueden considerarse insalvables ante los menores costos de fabricación de los últimos y la copia relativamente fácil de esa tecnología34. Del mismo modo no puede tomarse como definitivo el avance de Toyota y Nissan en las líneas de autos de lujo (y con ello el desplazamiento de competidores como los BMW) si no se toma en cuenta la elevación de costos que implica el aumento de insumos extranjeros en su producción, o cualquier otra medida proteccionista. 35 Por eso es que a pesar de que Japón ha basado su supremacía exportadora en la gran diferenciación de sus modelos,36 ha buscado combinar otras formas alternativas para abatir sus costos laborales y/o reducir los niveles de integración en el país residente. Ha preferido llevar la competencia con los coreanos y norteamericanos a las zonas francas (y de preferencia a los productos de mayor valor agregado), ya que de esa manera puede hacer pesar más sus barreras tecnológicas en el diseño, lo que explica en parte la afluencia de empresas coreanas, japonesas y norteamericanas, especializadas en el mismo producto, en lugares como México. 1.3 Protección y barreras institucionales El tercer elemento que, según los autores de este ensayo, ayuda a explicar la restructuración competitiva de las plantas electrónicas y automotrices es el que tiene que ver con los apoyos ofrecidos por los gobiernos de Estados Unidos y Japón a sus empresas en crisis. En concreto destacan los planes militares llevados a cabo por la Secretaría de Defensa de Estados Unidos en distintas áreas de la electrónica, y que se encuentran resumidos en la Strategic Defense Initiative. Este programa, mejor conocido como "Guerra de las Galaxias", cuenta con un presupuesto de 35 mil millones de dólares 34 Si se considera que, como dice Jacquemin, op. cit., existen cuatro barreras principales a la entrada (existencia de economía a escala, inferioridad absoluta de costos de producción, diferenciación de los productos y disposiciones institucionales y reglamentarias que favorecen a las empresas instaladas), entonces las impuestas por los coreanos y japoneses tienden cada vez más a contrarrestarse entre sí, no sucediendo lo mismo con los europeos y norteamericanos, en las que las barreras están a favor de los asiáticos. 35 Cfr. "Japanese Carmakers", op. cit., pág. 66. 36 Cfr. The Economist, 18-24 de marzo de 1989, pág. 66. RAMIREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 21 y mantiene involucrado al 40 por ciento de las empresas electrónicas y automotrices de Estados Unidos, lo cual hace del sector militar el principal mercado mundial de esta rama 37. La iniciativa está dirigida a diseñar un chip, tipo VHSIC, con obleas de arsénico de galium que será utilizado para servir de soporte a los sistemas de radar de aire y tierra, de aterrizaje, comunicación por satélite, expendable jammers, receptores canalizados y otros usos electrónicos.38 Se encuentra a cargo de la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados para la Defensa y pretende integrar computarizadamente todas las funciones militares que se planean llevar a cabo en el espacio; esto no es otra cosa más que poner en práctica la estrategia C3I o tarea de comando, control, comunicación e inteligencia bajo un sistema computarizado central.39 La envergadura y novedad del proyecto lo hacen, junto con la fijación del arancel de 100 por ciento impuesto a las importaciones estadunidenses por 300 millones de dólares en artículos electrónicos japoneses40 y las trabas comerciales impuestas recientemente a los países superavitarios de Asia y Europa, las disposiciones más agresivas tomadas por el gobierno norteamericano para abatir el déficit comercial que asciende a 15 mil millones de dólares en productos electrónicos y 40 mil millones de dólares en automóviles. 41 Entre los países más castigados con las medidas proteccionistas, además de Japón, están Corea del Sur y Taiwán, quienes tuvieron un crecimiento sin par en el comercio con Estados Unidos. Su superávit de 7.4 y 15 mil millones de dólares, respectivamente, obligó al Senado de Estados Unidos a imponer cuotas de importación a esos países (2.6 mil millones de dólares en el caso de Corea), revaluar su moneda (won y dólar taiwanés), garantizar la subcontratación de Seúl y Taipei de empresas norteamericanas y comprar computadoras y carros de este país.42 En esa misma línea el gobierno estadunidense ha dado, también, facilidades a empresas que enfrentan problemas de contaminación para que reubiquen sus divisiones más tóxicas en el exterior, donde las medidas de control ambiental son menos restrictivas o inexistentes. Todo ello con el fin de evitarles la fuerte inversión en equipo anticontaminante o, simplemente, para salvarlas de los trámites legales en su lugar de origen. Otros países, entre los que sobresalen Japón, Alemania y los "cuatro 37 Cfr. M.R. Hanrahar, "Defense, Electronics and Industry Synergism" en Digital Design, junio de 1984, págs. 103-104. Recientemente la Guerra de las Galaxias ha incluido a las divisiones electrónicas de las plantas automotrices en proyectos de joint-venture para apoyar proyectos de telecomunicaciones, tal es el caso de General Motors y Hughes-Aircraft, General MotorsWestinghouse y otras. 38 Ibid., pág. 102. 39 John L. Beyer , "Technology and Trends Affecting the Military Computer Market" en Digital Design, abril de 1985, págs. 28-40. 40 "Trade Face Off. A Dangerous US-Japan Confrontation" en Time, Washington, D.C., 13 de abril de 1987, págs. 6-12. 41 Cfr. "World Business" en TIM! Economist, abril de 1988, pág. 60. 42 "Where Sanction Against Japan are Really Working" en Business Week, 11 de mayo de 1987, pág. 61. 22 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 dragones," han respondido de manera semejante, salvo por algunas diferencias. Por ejemplo, en Japón el MITI ha conseguido contratos militares con empresas que producen para la Secretaría de Defensa de Estados Unidos, ha montado un sistema financiero para apoyar la investigación en la industria más expuesta a las trabas comerciales (con los zaitech) y ha reservado el mercado interno para sus compañías. Otro tanto ocurre con Corea, donde el gobierno ha patrocinado, incluso, prácticas de dumping. Independientemente de las peculiaridades observadas en cada caso, la actitud defensiva de estos gobiernos ha provocado una expansión notable de plantas maquiladoras en México, Brasil y otros lugares donde antes ya operaban firmas que ahora se encuentran cumpliendo contratos militares o gozando de prerrogativas antcontaminantes. Tales son los casos de trasnacionales como la Motorola, General Instrument, Texas Instruments o Westinghouse, que se vieron beneficiadas con la "Guerra de las Galaxias", o como los antiguos surtidores de cables, arneses y equipo de apoyo que se beneficiaron con esa iniciativa al servir de soporte a los planes de top-secret (es el ejemplo de Cincinatti Electric, Permamex y las empresas proveedoras de Sears). 1.4 Centralización de proveedores y las técnicas de Just in time Como era de esperarse, estos ajustes en la competencia afectaron la organización de las firmas electrónicas y automotrices de manera doble: por un lado, modificando las políticas de producción de algunas de sus plantas en el exterior y, por otro lado, revolucionando las técnicas administrativas y de producción en su interior (lo que se conoce como tecnología blanda). 43 En la primera, el cambio se manifestó cuando algunas empresas automotrices, como la General Motors, comenzaron a fabricar "una amplia variedad de productos terminados, altamente diferenciados, y muchos productos intermedios"44 en tomo a centros regionales de producción y ya no en un solo lugar, tal como lo había hecho la Ford durante los años setenta conforme a su política de principios globales. La razón de este giro, según G. Junne,45 se debió a que los motivos que en un tiempo impulsaron a esta última política tendieron a desaparecer con la aplicación de la tecnología flexible, pues ahora los costos a escala con el uso de robots pueden ser incluso menores que los registrados al concentrar, en un país, todos los componentes producidos en varios sitios (como lo perseguía la Ford). Además, con la aplicación de la microelectrónica al proceso productivo, 43 Cfr. Jorge Carrillo V, "La Ford en México: reestructuración industrial y cambios en las relaciones sociales". 1988, págs. 73-77 (borrador de la tesis doctoral en Ciencias Sociales de El Colegio de México), págs. 73-77. Para nuestros fines la tecnología blanda es aquella que está relacionada con el uso de métodos no intensivos en capital como son las técnicas just in time, más adelante comentadas. 44 Gerd Junne, "Nuevas tecnologías...", of. cit., pág. 45. 45 Ibid., pág. 50. RAMÍREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 23 los ritmos impuestos por la producción puntual (de alcance o sobre pedido) suponen un estrecho y expedito contacto con los proveedores que no corresponden con la lógica de los principios globales. De hecho, la tendencia a abatir costos mediante la reducción de inventarios, el suministro oportuno de materiales y los más variados mecanismos de just in time (justo a tiempo), que están implícitos en la adopción de la tecnología flexible, se contraponen con la producción masiva, a larga distancia y sin coordinación exacta llevada a cabo bajo esos principios. En la práctica, las casi 40 técnicas de justo a tiempo que se aplican en las industrias de alta tecnología, han permitido una reducción de tiempo en el manejo de flujos de materiales equivalente, en algunos casos, al 50 por ciento de los costos totales de operación. Ello se ha logrado a través de eliminar las compañías proveedoras, tal como lo demuestra la experiencia de las armadoras de carros japoneses.46 La idea con el sistema justo a tiempo no es producir siempre lo máximo sino, más bien, lo necesario y cuando se requiera: aquí el sistema de demand pull sustituye al de supply push, y se actúa, como ya se dijo, sobre pedido.47 Ello supone el mayor acercamiento posible entre proveedores y manufactureros para impedir discontinuidades en la producción o, como en el sistema Kan Ban (una de las técnicas centrales del justo a tiempo, para lograr una mayor colaboración en la fase de diseño tras la centralización de los insumos, recursos tecnológicos y manufacturas en un espacio circunscrito a unas cuantas millas.48 El hecho de que esta centralización se lleve a cabo por pocas compañías (integradas vertical y horizontalmente) hace del mundo de los proveedores el más competido de la industria, pues, como lo señala Kaplinsky, esa relación en el diseño "es el principal factor subyacente en el deseo {...} de las firmas ensambladoras de reducir el número de abastecedores de componentes".49 En esto la trayectoria seguida por los japonenses es muy reveladora, pues gracias a su integración como filial de los grandes keiretsu, los proveedores han podido asegurar el suministro del 85 por ciento de los autopartes y componentes electrónicos a estos últimos, además de ganarles recientemente el 15 por ciento del mercado norteamericano de autopartes a sus competidores.50 Como dato interesante de la concentración de proveedores destaca "el caso de una gran planta de la IBM en Estados Unidos donde la reducción fue de 550 a 150; en el complejo de la General Motors en Michigan fue de alrededor de 50 por ciento, en la Volvo fue de 1 000 a 6 000".51 46 "Manufacturing Methods. The Export of Japanese Idea" en The Economist, mayo de 1987, pág. 68. Hay que recordar que la empresa que ha llevado más lejos sistemas "Leans" (o de JIT) es Toyota Motors, que a su vez fue la primera en sistematizarlo en la industria. Kaplinsky dice que los inventarios en las fábricas japonesas abarcan menos de las "necesidades de dos tumos y cada automóvil que sale de líneas de producción es diferente". Kaplinsky, op. cit., pág. 148. 47 Loc. cit. 48 Loc. cit. 49 Ibid. pág. 149., 50 Cfr. "Japan Tunes Up lor the •92 Grand Prix" en The Economist, mayo de 1987, pág. 72. 51 Kaplinsky, op. cit. 24 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Es por eso que la automatización flexible no sólo revolucionó medios de producción, al suplir las máquinas unifunciones por manipuladores reprogramables, sino además: a) hizo óptimo el manejo de los materiales al disminuir los tiempos improductivos de circulación dentro de la fábrica y mejoró el uso de las distintas máquinas y herramientas; y b) favoreció una mayor integración entre los proveedores y los manufactureros al coordinar integralmente los medios de producción y circulación.52 Estas modificaciones han obligado, a su vez, a un aumento en el rendimiento y calificación del trabajador para hacer frente a las políticas de eficiencia productiva de la planta ante cualquier eventualidad en la demanda. En este proceso de recalificación el uso del robot ha sido esencial, pues además de que ha reforzado las prácticas tayloristas y fordistas, ha impuesto un mayor control y registro de las operaciones al trabajador en todas y cada una de las fases. Por tal motivo es que sin el robot la disminución de costos bajo las técnicas justo a tiempo hubiera sido poco menos que imposible, y, sin duda, la maquila de las grandes corporaciones hubiera enfrentado problemas insalvables. Acerca de esto resulta interesante el caso de la Ford en Hermosillo y de las plantas electrónicas japonesas en Tijuana y Ciudad Juárez, donde la utilización de robots (por proveedores y manufactureros) ha asegurado los niveles de productividad y calidad más altos del mundo. 2. Los Efectos de la Restructuración Competitiva sobre la Industria Maquiladora de Exportación en México 2.1) La primera consecuencia que conviene anotar de todo este movimiento internacional de firmas es la reproducción en México de los mismos patrones de concentración observados por las matrices en el extranjero. Diversos estudios 53 señalan que a partir de 1980 esta concentración ha sido particularmente acentuada en las Maquiladoras Electrónicas (ME) y de Autopartes (MA), debido a la persistente afluencia de empresas gigantes a esas ramas. En el caso de las MA la mayor proporción de plantas (39 de 76 casos reportados) se estableció en el país entre ese año y 1987, y de ellas las principales funcionan como maquiladoras de la Ford, General Motors y Chrysier. 52 Cfr. B. Coriat, "Revolución tecnológica y proceso de trabajo" en STPS/PNUD/OIT, Revolución tecnológica y empleo (efectos sobre la división internacional del trabajo). México, Secretaría del Trabajo, pág. 50, y H. Shaiken, "Computadoras y relaciones de poder en la fábrica" en Cuadernos Políticos, núm. 30. México, ERA, octubre-diciembre de 1981, pág.11. 53 DEE, los recientes cambios internacionales y sus efectos en el proceso maquilador: las ramas electrónicas y de autopartes en Tijuana. Tijuana, El Colegio de la Frontera None-Fundación Friedrich Ebert, 1989 (en prensa); Jorge Carrillo V., "Examen de la situación económica laboral en las plantas automotrices ensambladoras para exportación en el norte de México". México, 4 de octubre de 1988 (ponencia presentada en el ciclo de Reconversión Industrial, Congreso del Trabajo) y Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, "Productividad sin distribución.."., op. cit. RAMÍREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 25 Estas empresas cuentan, tanto con importantes maquiladoras en la frontera norte, como con plantas no maquiladoras "modelo" (en cuanto a tecnología se refiere). Representan, aproximadamente, el 24.5 por ciento del total de establecimientos de autopartes maquiladores y entre el 60 y el 70 por ciento del empleo.54 Asimismo, ocho maquiladoras japonesas afiliadas a Nissan, Mazda, Toyota y Honda, se instalaron entre 1985 y 1988 en la frontera con Texas, como parte del proceso de intercambio de plantas entre este país y Estados Unidos ya descrito en el apartado anterior. Estas maqi liladoras han venido a profundizar aún más la concentración del empleo en manos de las filiales de Empresas Trasnacionales (ET), debido a que las trece maquiladoras de autopartes de Japón se caracterizan por emplear más obreros por establecimiento que el resto de las 26 plantas niponas.55 La electrónica, por su parte, también ofrece un cuadro similar, pues sus maquiladoras más grandes (las que tienen 500 o más trabajadores) son filiales de ET norteamericanas y japonesas y agrupan, en promedio, al 65 por ciento de la fuerza de trabajo de la Industria Electrónica de Exportación (IEE).56 Al igual que las MA, estas plantas han tendido a concentrar la actividad de la industria en la frontera norte; en especial en tres ciudades: Tijuana, Ciudad Juárez y Mexicali (juntas albergan el 57 por ciento de las ME). En esos lugares las grandes ensambladoras de artículos de consumo civil y militar han provocado, prácticamente, que el sector electrónico nacional se convierta en sector maquilador, ya que en menos de diez años (1980-1989) la IEE llegó a absorber al 61 por ciento del total de trabajadores y al 68 por ciento del valor exportado por todo el sector nacional. 2.2) Una revisada al Cuadro 1 convencerá de lo anterior y, en particular, del grado de concentración que experimentan las ramas bajo estudio. Para ello toma el ejemplo de la IME en Tijuana, una de las plazas más representativas del país, y se calculan algunas medidas discretas de concentración que regularmente son usadas para analizar el peso de las principales empresas.57 Los resultados a los que se ha llegado son muy 54 Jorge Carrillo, tbid, pág. 5. El autor señala que de las 164 plantas de autopartes existentes en el país, 127 son maquiladoras y 27 no lo son, de las cuales 31 pertenecen a las tres trasnacionales norteamericanas, lia las japonesas y el resto a varios. "De 21 plantas de General Motors sólo 2 no son maquiladoras; de 11 de Ford sólo 2 y de Chrysler sólo 1. Esto es, el 85.2 por ciento de las plantas de ensamble que pertenecen a estas tres firmas son maquiladoras", loc. cit. 55 De 390 a 520 trabajadores por local contra 348 de la electrónica. Cfr. E. Echeverry-Carroll., op. cit., pág. 33. 56 Cfr. Luis Suárez-Villa, et al., op. cit., pág. 32., 26 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE ¡989 ilustrativos porque, entre otras cosas, permiten hacer comparaciones con los trabajos realizados en otras plazas.58 A saber: a) Las doce plantas más grandes de la IME en Tijuana concentran el 43.7 por ciento del empleo y el 40.3 por ciento del valor agregado de todas las ramas. De estas plantas, las cinco electrónicas absorben casi el mismo porcentaje que el resto de las siete ensambladoras y ocupan los tres primeros lugares de la escala, después de una planta no electrónica. Esta situación es parecida a la que presenta Nogales, Sonora, donde las cinco ME más grandes aportan el 42 por ciento de la población trabajadora y el 35 por ciento de las divisas. 59 Sin embargo, en este punto hay una diferencia y es que mientras en Nogales, como en las otras fronteras, el capital dominante es el norteamericano (yen productos industriales), en Tijuana lo es el japonés y en artículos electrónicos audiovisuales y de línea blanca. b) Otro aspecto que se observa en el Cuadro 1 es que el grado de concentración entrópica de las doce plantas mayores de Tijuana es equivalente al mantenido por cuatro empresas de igual tamaño, lo cual quiere decir que la IME en Tijuana está concentrada como una industria compuesta de cuatro firmas de igual dimensión. La situación es todavía más reveladora si se considera que al tomar por separado la electrónica de la que no es, el número de plantas disminuye a dos, lo que en el caso de la electrónica se traduce como el grado de concentración ejercida por las dos plantas japonesas más grandes (Matsushita y Sanyo); y Este componente "determina el numero equivalente de empresas de talla igual que permitiría obtener un grado de concentración comparable al que ha sido calculado empíricamente para la industria considerada" (ACix Jaquemin, op. cit., pág. 56). h) Entropía relativa = donde E es el coeficiente de concentración entrópica y n es el numero de firmas consideradas. Este es usado para eliminar la influencia de una modificación en el número de empresas sobre el coeficiente de concentración entrópica, en otras palabras permite hacer comparables dos muestras de empresas con desigual tamaño. c) Inverso de Hirshman Herfindal donde H en la que P puede ser cualquier atributo etcétera). Este indicador mide el grado consideración todas las firmas de la (personal ocupado, capital, ventas, de concentración tomando en industria. d) Índice de concentración absoluta por tamaño de empresas Se trata, como su nombre lo indica, de un índice que mide la proporción del atributo correspondiente a ciertas firmas respecto a la industria y, a diferencia del anterior indicador, solo considera a ciertas firmas. 58 Los datos que aquí se utilizan están basados en una lista de 257 plantas elaborada por el Departamento de Estudios Económicos de El COLEF en SECOFI. Julio de 1988. 59 José Carlos Ramírez, et al., La nueva industrialización en Sonora: el caso de los sectores de alta tecnología. Hermosillo, El Colegio de Sonora, pág. 90. CUADRO 1 MEDIDAS DE CONCENTRACIÓN EN LA I M E DE TIJUANA LAS DOCE MAYORES PLANTAS EN 1988 CONCEPTOS MEDIDAS CONCENTRACIÓN ENTRÓPICA ENTROPÍA RELATIVA ENTROPÍA AL INTERIOR DE LAS RAMAS % ENTROPÍA ENTRE RAMAS INVERSO DEL COEFICIENTE DE HERFINDHAL CONCENTRACIÓN ABSOLUTA % TOTAL V.A. EMPLEOS PLANTAS ELECTRÓNICAS a/ EMPLEOS V.A. RESTO DE LAS NO EMPLEOS ELECTRÓNICA S b/ V.A. 4 . 53 4 2 0.69 2 0.67 2 0.67 2 0.496 47 5 51 6 - - - - 43.7 40.3 19.5 22 24.2 18.3 49 a/ ADMINISTRACIÓN DE MAQUILADORAS, S.A.; MATSUSHITA INDUSTRIAL DE BAJA CALIFORNIA; ENSAMBLES MAGNÉTICOS, CIA, ELECTRÓNICA E INDUSTRIA PULI. b/ MABAMEX, MUEBLEX, API DE MÉXICO, TECRA. ESPECIALIDADES MÉDICAS KENMEX, JUGUETRENES. FUENTE: ELABORADO CON BASE EN UNA MUESTRA DE 257 EMPRESAS, LEVANTADA POR EL DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS EL COLEF Y LA SECOFI, DELEGACIÓN TIJUANA, 1988. 28 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 c) La concentración al nivel de las doce ramas es ejercida con igual fuerza por las plantas electrónicas como por las que no lo son (igual entropía intra e inter grupos), aun cuando el universo de plantas es mucho mayor en el caso de las segundas que en las primeras (igual entropía relativa). Este resultado es, al igual que en el anterior inciso, otra manera de reflejar el mismo hecho expresado por el índice de Herfindhal y el de concentración absoluta, a saber: que unas cuantas empresas (5 o 6 según el inverso de H) determinan la estructura de los principales agregados económicos de la industria; lo cual es compatible con otros estudios que señalan que desde 1980, la IME en México está lidereada por firmas cada vez más modernas que tienden a agrupar en tomo a sí a pequeñas subsidiarias, como se verá en seguida. 2.3) Entre las principales razones que explican la creciente introducción de maquiladoras con alto valor agregado en México destacan, precisamente, las derivadas de los cambios competitivos recién expuestos (y aquí se entra a la segunda consecuencia). En la automotriz, para empezar, la aparición de plantas orientadas a la producción de motores (15.8 por ciento del total) y de manufacturas diversas (44.7 por ciento) significa en sí un cambio en el funcionamiento de la rama, ya que entre 1976 y 1980 la mayor proporción de establecimientos estaba dedicada al ensamble de sistemas eléctricos (48.1).60 Este giro es debido al desplazamiento de procesos complejos por parte de las ET que exigen suministros más variados que los simples cables y arneses. Sin embargo, el pase a formas más diversificadas de maquila varía según el capital y la estrategia adoptada por las ensambladoras. Así se tiene que en tanto las plantas de la Ford, Chrysler y General Motors forman parte de las prácticas de justo a tiempo puestas en práctica por estas empresas, las MA que operan como filiales de las ET japonesas se agrupan en la frontera para suministrar, a bajo costo, las autopartes que no se producen en Estados Unidos (al menos con la misma calidad y competitividad que en Japón). Estas diferencias pueden quedar mejor aclaradas si se considera, además, como lo señala Echeverry,61 que las maquilas japonesas se establecen en México por: 1) la revaluación del yen; 2) la proximidad del principal comprador (Estados Unidos) y; 3) las trabas comerciales impuestas por Estados Unidos. Lo cual representa una característica distinta respecto a las filiales de las tres grandes que, como ya se vio, se instalaron en la frontera norte a raíz de las fusiones y de la estrategia competitiva impulsada por los japoneses y norteamericanos en tomo al auto compacto. En cualquier caso, estas maquiladoras tienen en común el hecho de ser las más automatizadas, las que hicieron posible que la rama de autopartes creciera más que ninguna otra en establecimientos y valor agregado62 y, en fin, las que derivaron de la práctica de centralización de proveedores 60 Jorge Carrillo V. op. cit., pág. 3. 61 Echeverry, op. cit., pág. 35. 62 Jorge Carrillo V., op. cit., pág. 11. "La tasa de crecimiento de la IMA ha sido la más alta registrada en la historia de las maquiladoras en México: fue de 122.3 por ciento en el RAMÍREZ-GONZÁLEZ-ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 29 desarrollada por los japoneses y norteamericanos en su afán de asegurar la máxima productividad y control sobre la tecnología y los insumos. Esta situación, por lo tanto, las hace únicas en la rama ya que si se observa el resto de la MA (extranjeras y nacionales que no son filiales de ET) se percibe que, debido a sus bajos niveles tecnológicos y organizacionales, estas plantas no buscan más que aprovechar la cercanía con Estados Unidos, el tipo de cambio devaluado y el bajo costo de la fuerza de trabajo; es decir, lo mismo que hace quince años. Esta misma distinción tecnológica y organizativa se descubre al interior de la industria electrónica pues: con excepción de las grandes ensambladoras de autopartes, aviones, baterías, televisiones y refrigeradores de Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa y de una decena de maquiladoras de artículos de consumo ubicadas en Nogales, Matamoros y Mexicali, el panorama maquilador exhibe una gran heterogeneidad tecnológica que incluye desde el ensamble manual hasta el uso avanzado de los sistemas CAM.63 Y esto como es evidente ha traído cambios importantes en el patrón de localización de la IME en el país: En este punto la experiencia de Tijuana, Nogales, Hermosillo y Ciudad Juárez es muy ilustrativa, pues los estudios ahí realizados coinciden en que las plantas que incorporan las mayores innovaciones en tecnología duras y blandas se instalan por múltiples factores que, en un primer momento, poco tienen que ver con el bajo costo de la fuerza de trabajo o cualquier otra razón atribuida a la maquila tradicional. En esas maquiladoras pesa mucho más la cercanía con los centros de acopio y de investigación o los sistemas de entrega justo a tiempo que el simple hecho de tener fuerza de trabajo barata. Es decir, su patrón de ubicación en el país depende menos de la búsqueda de economías a escalas que de aquellas prácticas impuestas por las presiones neoproteccionistas de los países centrales.64 2.4) Finalmente, la tercer consecuencia que aquí se mencionará es la que tiene que ver con el modo de funcionamiento de estas plantas en el país. Para ello se dirá, brevemente, que las grandes maquiladoras de autopartes y electrónicas son verdaderos centros manufactureros y no, como regularmente se cree, simples unidades de ensambles. El cambio de la especialización de sus productos ha vuelto más complejo su proceso productivo y, con ello, sus esquemas originales de operación. En el caso de las electrónicas, por ejemplo, el giro hacia la producción de artículos electrónicos de consumo y profesionales (militares), ha multipicado las fases de producción en una proporción mucho mayor que cuando las período 81-86, superando con mucho la tasa de 70.4 por ciento de la industria maquiladora electrónica para el mismo período. Asimismo, el valor agregado por persona ocupada y por empresa fue más para el sector de autopartes que para el conjunto de las maquilas: en 1987 por cada dólar generado por persona en la IME en la frontera, se generaba 1.20 en las de autopartes. 63 Luis Suárez-Villa, et al., op. cit., pág. 36. 64 Ibid., pág. 34. 30 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 maquiladoras se concentraban en la fabricación de componentes industriales. Esto las ha obligado a rodearse de subcontratistas que les suministren los insumos necesarios para llevar a cabo el ensamble final bajo el principio de las "tecnologías sistémicas interfirmas", 65 tal como sucede con los grandes armadores de autos o las maquiladoras japonesas de autopartes de Ciudad Juárez. Asimismo, la mayor responsabilidad de tareas que tienen que asumir ahora estas plantos ha modificado a tal grado su relación con la matriz que ahora deben cumplir con estándares de producción, tecnología y sistemas flexibles de trabuco just in time, círculos de calidad66 similares a los de los países centrales. Así lo ejemplifican las plantas japonesas de televisores y baterías recargables de Tijuana que cumplen con cuotas sobre pedido sin errores mayores al 5 por ciento, y con una "tecnología sobre superficie" idéntica a las modernas plantas de Japón y Estados Unidos. En suma: los cambios experimentados por las dos ramas más importantes de la IME (absorben el 66 por ciento del valor agregado y del empleo) reflejan con suficiente claridad las modificaciones más representativas ocurridas en la esfera de la competencia internacional. Y aunque por el momento estos cambios se encuentran concentrados en las plantas japonesas y estadunidenses más avanzadas, ello no impide afirmar que, en efecto, la IME ya no es la misma que hace diez años. 3- Conclusiones y Reflexiones de Política. Lo primero que salto a la visto de la discusión anterior es que no se puede comprender a la maquiladora ubicada en México, ni a gran parte del sector exportador no maquilador, sin entender primero la estructura competitiva de los mercados internacionales. En particular, queda claro que no tiene sentido estudiar a la maquiladora en sí misma porque no es sino la manifestación secundaria y parcial de los patrones de competencia entre grandes trasnacionales y las estrategias de gobiernos de países avanzados. Por lo tonto, para entender la composición actual y los cambios de esto industria en México, es necesario reintegrar la unidad de estudio más allá de las divisiones artificiales que imponen las fronteras a las complejas redes de intercambio de productos, tecnologías, información, componentes, y servicios. La maquiladora no es una unidad de análisis adecuada; es un objeto de estudio mal definido y elusivo si no se incorpora a los procesos globales como se puede observar en el esquema correspondiente a los efectos de la competencia internacional sobre los patrones de funcionamiento de la maquiladora. La segunda conclusión es que, por lo menos en las dos ramas industriales más importantes (electrónica y automotriz), la maquila es parte de una estructura oligopólica sujeto a todas las distorsiones comerciales propias de mercados dominados por la competencia no basada en los precios. Por lo tonto, esto lleva a cuestionar la eficacia, aun a corto plazo, de fincar en 65 Este término es acuñado por Kaplinsky, op. cit. 66 A esto Kaplinsky, op. cit., le denomina "tecnología sistémica intrafirmas". RAMÍREZ-GONZÁLEZ ARÉCHIGA/LOS EFECTOS DE LA... 31 los aranceles los sistemas de protección y fomento a empresas abastecedoras de insumos a las plantas maquiladoras y en adoptar una estrategia competitiva nacional basada en costos sin incorporar otros elementos de promoción industrial. La teoría de la competencia internacional perfecta y su tratamiento de libre cambio y desregulación se rompen ante la existencia de rentas oligopólicas. Esta realidad dificulta la identificación de las prácticas dumping por parte de países maquiladores exportadores y la estimación de los aranceles compensatorios por parte de los países receptores; en consecuencia, los asuntos comerciales más tradicionales de comercio justo están sujetos a negociación política y estratégica entre gobiernos más que a la tradicional negociación económica. Estos mercados son materia fértil para el neoproteccionismo. Los retos de la operación de oligopolios en la maquiladora mexicana no sólo se presentan en la área del comercio internacional (como podría ser la defensa de las maquiladoras japonesas ubicadas en México ante el proteccionismo estadunidense), también pueden presentarse en la misma estructura industrial mexicana. La concentración oligopólica de los mercados internacionales se puede reproducir en los sectores no maquiladores mexicanos por los mismos medios que se genera la concentración industrial a nivel internacional. Las trasnacionales pueden comprar o asociarse con empresas mexicanas (en una nueva versión de la deal mania), establecer nuevas filiales para competir con ellas en el mercado maquilador y nacional, o incluso competir con ellas por medio de las mismas plantas maquilas que, incorporando un número creciente de fases del proceso productivo, podrían participar cada vez más en la subcontratación doméstica. La evidencia resumida en este trabajo suguiere que el gobierno de México está en condiciones de jugar un papel más activo en el control de la estructura competitiva de las ramas clave, como instrumento para la "modernización". El sector paraestatal podría participar en forma importante por medio de compras dirigidas (como lo hacen los contratos de defensa estadunidense o el MITI japonés), fusiones con empresas de punta nacionales o extranjeras (como es el caso de la compañía telefónica nacional de España), o como instrumentos para la investigación y el desarrollo de tecnología doméstica. La simple venta de paraestatales sin una estrategia competitiva clara contribuye a resolver algunos problemas fiscales y a reducir el tamaño del sector público, pero no contribuye necesariamente a mejorar la competencia doméstica e internacional que es el objetivo más importante a largo plazo. Todo esto indica que en el futuro México no podrá participar eficientemente en el mercado internacional o desarrollar a largo plazo sus sectores industriales modernos sin una estrategia antimonopólica explícita. La concentración industrial doméstica ya es muy alta y debe verse como un importante instrumento de política económica. Esto es particularmente relevante en el caso de la maquiladora ya que la apertura comercial y la creciente integración de esta industria al resto de la economía pueden convertirse en elementos de primer orden en la determinación del futuro de la concentración industrial general del país. El diagnóstico de Kaplinsky, según el cual es más competido el mercado de los abastecedores que el de las empresas terminales, también tiene 32 FRONTERA NORTE, VOL I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 repercusiones importantes para la política económica. El control del mercado terminal exportador, en el caso de las ramas electrónica y automotriz, pudiera ser un prerrequisito insalvable para avanzar en la venta de insumos. Es necesario evaluar si los recursos que actualmente se dedican al desarrollo de proveedores nacionales para la maquiladora pudieran ser dedicados más eficazmente al diseño de sencillos productos eléctricos o electrónicos terminados que se distribuyan con marca mexicana en los mercados internacionales. El control de la producción y la comercialización de productos estandarizados puede ser más factible que el control de investigación y desarrollo de partes y componentes; además, hay evidencia de que el control de la comercialización es un instrumento más eficaz para avanzar en la tecnología que a la inversa. Finalmente, el cambio en los patrones de localización de las plantas maquiladoras, en que los salarios bajos y las economías a escala juegan un papel cada vez menor, llevan a cuestionar la eficacia económica de promover la industria por medio de la devaluación salarial y del tipo de cambio real, y la desregulación, sin contar con una estrategia industrial bien definida. El abaratamiento de costos asociado a la drástica caída de los términos de intercambio de la industria opera como un burdo instrumento de atracción que crea congestión en las principales ciudades maquiladoras y no permite consolidar una estructura industrial coherente. Como ya se mencionó, no se puede esperar que la venta de insumos nacionales corrija estos desequilibrios en el largo plazo. En resumen, si bien es cierto que la industria maquiladora está creciendo con una estructura heterogénea en la que aumenta la importancia de la manufactura respecto al simple ensamble y exhibe una tasa muy rápida de crecimiento en la productividad, también lo es que la concentración industrial y la operación de monopolios limitan la generación de beneficios para México, generan rentas oligopólicas y distorsionan el funcionamiento de los mercados locales de factores e insumos. Esta compleja situación hace patente los grandes rezagos de la teoría y la política con que enfrentamos en México el reto de las maquiladoras. ESQUEMA 1 LOS EFECTOS DE LA COMPETENCIA INTERNACIONAL SOBRE LOS PATRONES DE FUNCIONAMIENTO DE LA MAQUILADORA: EL CASO DE LA ELECTRÓNICA Y LA AUTOMOTRIZ. ELEMENTOS DE INSTRUMENTOS COMPETENCIA EFECTO MUNDIAL EN EL GRADO DE MONOPOLIO MANIFESTACIÓN EN LA OPERACIÓN DE LA MAQUILA EFECTOS ESTRUCTURALES EN LA MAQUILA MEXICANA Control y uso de automatización flexible Uso de maquinaria reprogramable a) flexible b) economías de alcance c) alto cambio tecnológico Cae la participación del salario en el costo total 1) Divide mercados de insumos y productos 2) Establece barreras a las entradas 3) Facilita intercambio de proyectos de inversión Efectos ambiguos a) Regresan a casa algunas plantas de EU b) Japón mueve maquila hacia México K/L menos al potencial Corporativiza ción de plantas comerciales 1) Asociación de capitales 2) Diferenciación de diseños 3) Control de patentes y licencias 4) Control de productores de componentes 1) Oligopolio asimétrico no cooperador en el mercado electrónico 2) Oligopolio simétrico cooperador en el mercado automotriz 3) Ambos dificultan nuevas entradas a mercado a) División conjunta del mercado mundial maquilador b) Concentra proveedores cerca de ensambladores c) Acentúa dominio sobre líneas de mercado Estrategia de gobiernos para fortalecer sus empresas 1) Proyectos militares 2) Proyectos conjuntos de investigación y desarrollo 3) Proteccionismo 4) Financiamiento de prácticas dumping Centralizació n proveedores y uso de tecnologías blandas 1) Centralización de proveedores 2) Tecnología blanda 3) Sistemas "demand pull" 4) Reducción de inventarios 5) Suministro oportuno 6) Círculos de calidad 1) Segmenta mercados de telecomunicación y militar 2) Centraliza los mercados de -insumos y productos 1) Centros regionales de producción 2) Integración entre proveedores y productores 3) Competencia por calidad 4) Competencia entre proveedores 5) Menor número de proveedores 1) Relocalización para acentuar ventajas de contratos monopólicos 2) Relocalización de empresas sucias 1) Aumenta el rendimiento y calificación de la fuerza de trabajo 2) Refuerza prácticas tayloristas y fordistas 3) Aumenta el control del trabajador los procesos y los materiales a) Alta concentración industrial b) Mayor automatización c) Centralización de proveedores d) Mayor productividad e) Mayor control sobre tecnología e insumos f) Alta heterogeneidad entre plantas (dualismo) g) Aumenta la manufactura respecto al ensamble h) Aumenta la importancia de la calidad i) Cambian los patrones de Localización de plantas: i.1) Es más importante: * Cercanía a centros de acopio * Cercanía a centros de investigación al neoprotecctonismo i.2) Es menos importante: * Costo de mano de obra * Economías de escala Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 MEXICO'S NORTHERN BORDER REGION AND U.S. RELATIONS Raúl Fernández* ABSTRACT The importance of Mexico's northern border in bilateral relations with the United States grows apace with the region's increasing economic weight. At the border, oil, maquiladoras, undocumented workers, national security and tourism interface in a complex interaction crucial to the future of the United States. As for Mexico, the border region's impact upon the whole of the national economy will force a change in thinking regarding the relationship between the two countries. Several scenarios suggest themselves: a "third country," a North American common market, and a border areas compact. There are obstacles to any new arrangement. Hegemonic tendencias die hard, a problem for the United States to overcome. Mexico's suspicions of the northern neighbor are equally difficult to eliminate. But the many problems that exist between Mexico and the United States should be viewed as problems between friends, therefore resolvable in principle by friends. RESUMEN La importancia de la franja fronteriza norte de México en las relaciones bilaterales con Estados Unidos aumenta a la par de la creciente fuerza económica de la región. En la frontera, los trabajadores indocumentados, las maquiladoras, el petróleo, la seguridad nacional y el turismo llevan a cabo una interacción que es crucial para Estados Unidos. En lo que a México respecta, el impacto que tendrá la región fronteriza sobre el grueso de la economía nacional obligará a un cambio en su postura en las relaciones entre los dos países y se pueden contemplar varios escenarios: un "tercer país", un mercado común norteamericano, y un pacto de las zonas fronterizas. Para llegar a cualquier acuerdo hay obstáculos, las tendencias hegemónicas son difíciles de borrar. Aún así, los muchos problemas que existen entre México y Estados Unidos deberán contemplarse como contratiempos entre amigos y su solución deberá provenir por principio, de esta amistad. * Raúl Fernández. Program in Comparative Culture University of California, Irvine. Irvine CA 92717 U.S.A. 36 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 In the last four years, the area of Mexico's U.S. border has come of age. As the area evolved into an urbanized region, its metamorphosis was characterized by a number of specific traits. These characteristics emanate from the two crucial socioeconomic elements that inform the border region as a whole: proximity to the United States and the specific form of integration between the two economies. Industrial development on the Mexican side constitutes the highlight of the area's evolution. The importance of Mexico's northern border in bilateral relations with the United States grows apace with its larger economic weight. This paper summarizes the key elements of the region's political economy and examines prospects for binational policy in the region. Demographic Background Growth on the Mexican side of the border has been very rapid, exceeding that on the U.S. side. For example, the population of Mexico's border counties and cities grew at almost twice the rate of U.S. border counties and cities between 1950 and 1980. Despite this, the U.S. side, meaning the counties adjacent, still had more than 4 million inhabitants compared to Mexico's 2.9 million in 1980. Global figures on border demographics provided by the 1980 Mexican population census reveal interesting aspects of the area's population growth. The growth of the last several decades has increased the relative weight of the western side of the border, specifically Baja California. The Baja California cities of Tijuana and Mexicali grew rapidly between I960 and 1980.1 For decades, American visitors to Mexican border cities have viewed them as exotic and unique. But they are not as singular as casual observers may think. They share much in common with urban centers in the rest of Mexico, Latin America, and the Third World. They are a variant of a phenomenon known as the "Third World City," the "underdeveloped cities," "cities of peasants," and so forth.2 This syndrome could be reduced to one principal trait: urban centers characterized by the development of modern industry, commerce, and service, superimposed on a pervasive productive infrastructure reminiscent of colonial and/or feudal times. 1 2 An analysis of census figures is presented by Mario Margulis and Rodolfo Tuirán, "Nuevos patrones migratorios en la frontera norte: la emigración," Demografía y Economía, 18:59 (1984). The population of Mexican border towns may well have been underestimated by the 1980 census. For an overall critique, see Sergio Noriega Verdugo et al., Censo de Población y vivienda; 1980. Datos Relevantes, metodología y problemas principales para la investigación y el desarrollo. Cuadernos de Ciencias Sociales, Serie 2, núm. 4, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Autónoma de Baja California, 1985. Many observers of the border cities feel that the population of Tijuana, for example, was considerably underestimated. In 1980 it was probably close to 800,000, and it hovers around 1 million today. See, among other, Bryan Roberts, Cities of Peasants: The Political Economy of Urbanization in the Third World, Arnold, 1978; Ray Bromley and Cris Gerry, eds., Casual Work and Poverty in Third World Cities. New York: Wiley, 1979. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 37 This dichotomy has been implicitly recognized for many years. Sociologists of Latin America, attempting to devise ever-superior descriptive models, continue to generate descriptions that involve the notion of heterogeneous structures, usually of a dual nature— i.e., modem vs. traditional, integrated vs. marginal, formal vs. informal, etc. As Worsley might suggest, the "sociological interpretation would be that they [the sociologists] confront a similar reality." 3 Industrial Effects of Adjacency Figure 1 presents as a working hypothesis a model of contemporary socioeconomic structure for a typical Latin American city. FIGURE 1 A SKETCH OF THE ECONOMY OF LATIN AMERICAN CITIES AND THE BORDER VARIANT I. Modem and/or Advanced Sector II. Traditional and/or Subsistence Sector A. The "International" Urban Economy (closely linked with foreign capital and markets I. Transnational enterprises 2. State sector 3. Local monopoly B. The Urban Nation Economy (domestic Capital in the border also linked with the foreing market 4. Urban medium and small commerce and services 5. Selfemployed C. Urban Subsistence Economy (in the border linked with the foreing market) 6. Petty urban commerce, handicrafts and services Within this general structure, the border cities of Mexico can be distinguished by their closer relations with the foreign market -not only at the level of large enterprises (foreig or local) and the state sector, but also in terms of medium and small enterprises, even in the tradicional of Within this general structure, the border cities of Mexico can be distinguished by their closer relations with the foreig market- not only at the subsistence sector. Thus, while they resemble their sister cities in Mexico and Latin America, even in terms of spatial layout and physical structure,4 they possess some distinct characteristics as well. 3 4 Peter Worsley, The Three Worlds. Chicago; University of Chicago Press, 1984, p. 210. See Ernst Griffin and Larry Ford, "A Model of Latin American City Structure," Geographical Review 70 (1980): 397-422 for an interesting comparison of Bogotá, Colombia and Tijuana, B. C. 38 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 The peculiarities of the border cities -based upon their contiguity and integration with the United States— emerge in all sectors of urban activity but especially in industry. In Mexico's border cities, the urban subsistence economy plays a small role in employment, contrary to the trend in much of urban Latin America where "urbanization without industrialization" 5 occurs. In the area of industry, the adjacency to the United States produces a significant impact upon employment activities and differentiates these cities from other Mexican urban centers. Manufacturing employment in northern Mexico is available via the Border Industrialization Program (BIP). What was begun in the late 1960s as a stopgap program designed to decrease unemployment and produce other useful byproducts has become a weighty economic element in the region. 6 As of 1988, there were more than 1,400 plants in BIP industry nationwide, employing approximately 400,000 people and generating nearly $2.3 billion in foreign exchange. The total production of these Mexican plants represents up to 30 percent of the value of all products assembled abroad and imported into the United States under tariff schedule exemptions.7 Ninety percent of these plants are located in the border cities. The maquiladora sector has grown in twenty years to approximately 400,000 workers, over 14 percent of Mexico's industrial work force, quantitatively speaking, the BIP may already constitute the most "dynamic sector" of Mexico's industrial production. Has the center of gravity of Mexico's manufacturing shifted from Mexico City (and Monterrey) to the Mexican-American border region? The BIP and the Economic Crisis Many of the recent changes in the BIP stem from Mexico's economic debacle in the 1980s and the policies designed to resolve it. Although the crisis is not yet over -and there are conflicting views on its origin and develop- 5 6 7 Worsley, 1984: 175 For a contrary view, see Joan B. Anderson, "Causes of Growth in the Informal Labor Sector in Mexico's Northern Border Region," Journal of Borderlands Studies 3:1 (1988): 1-12. The early shortcomings of the Border Industrial Program I pointed out years ago. See Raúl Fernández, "The Border Industrialization Program on the United States-Mexico Border," Review of Radical Political Economies 5 (1973): 37-52. Evidence and evaluation of BIP performances are presented by J. Manuel Luna Calderón, "México: crecimiento orientado por exportaciones y segmentación de proceso productivo; la industria maquiladora." México, D. F.: Centro de Investigación y Docencia Económicas, 1983; Joseph Grunwald, "Internalionalization of Industry: U.S. -Mexican Linkages," in Lay James Gibson and Alfonso Corona Rentería, eds., The U.S. and Mexico: Borderland Development and the National Economies. Boulder, Colo.,: Westview Press, 1985, pp. 110-138; Edward Y. George and Robert D. Tollen, "The Economic Impact of the Mexican Border Industrialization Program," Working Papers, Center for Inter-American and Border Studies, No. 20, University of Texas at El Paso, 1985; Norris C. Clement, "An Overview of the Maquiladora Industry," in Paul Ganster, ed., The Maquiladora Program in Trinational Perspective: Mexico, Japan and the United States. Institute for Regional Studies of the Californias, Border Issues Series, No. 2, San Diego State University, San Diego, California, 1987. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 39 ment-the following sketch must suffice for our purpose. Some of the better-known aspects of the problem are the huge foreign debt (upwards of $100 billion), runaway inflation which reached 150 percent in 1987, severe unemployment, and widespread poverty and malnutrition. This is ocurring in a country with a highly pronounced maldistribution of income and wealth. Economists agree that over half of the national income goes to 10 percent of the people -the elite. The economic depression has hit Mexican labor particularly hard. In 1982 wages fell almost 20 percent, in the sharpest drop since 1950. They continued to drop another 5 percent in 1983, nearly 7 percent in 1984, 6 percent in 1985, and close to 20 percent in 1986, 3 percent in 1987 and 6 percent in 1988. To alleviate the balance-of-payments problem and the debt situation, Mexico's government has engaged since 1982 in a policy of alternating drastic devaluations in the value of the peso with a permanent downward sliding rate on its value. This combination had positive consequences for the BIP and the border economy. Consider the following: in mid-1987 the value of the dollar had soared by 5,000 percent against the peso since 1983, inflation was running at an all-time high of 120 percent, the foreign debt had climbed to more than $100 billion, and the country's gross domestic product had contracted by 3.7 percent during 1986, Nevertheless, one city in the border was a showcase of growth. Tijuana's economy expanded by 7 percent in 1986 and boasted a one percent unemployment rate. Attracted by the relative cheapness of labor, border industry has continued to boom, atracting international capital not only from the United States but from Japan, Spain, and other European countries. The industrial growth, coupled with the low rate of unemployment and increased tourism looking for a bargain, has led to a construction boom as well. There is a demand for offices, factories, and warehouses, as well as luxury residences for entrepreneurs arriving from Mexico City, Guadalajara, and Monterrey. With the additional boost provided by government programs, the BIP will constitute an increasingly important element in the employment and production picture of urban Mexico. In 1986, exports from assembly manufacturing became the number two source of Mexico's foreign earnings -displacing tourism and surpassed only by oil. The BIP's rapid growth will strengthen the trend toward industrial decentralization. The BIP's Role in Mexico's Growth Critiques of the BIP focus on several of the program's aspects. First, there is the paradoxical result that while the BIP creates employment it does not succeed in resolving the unemployment problem. This is the case because the BIP employs a disproportionate amount of young women. The BIP's predominant employment of women provides a characteristic of industrial employment -and alters the level of female labor force participation—which differentiates this region from the rest of Mexico. Additionally, the conditions of women's employment in the maquiladora industry have been the 40 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 subject of severe criticism.8 Secondly, economists have pointed out that the maquiladora industry is a virtual industrial enclave within Mexico's manufacturing production.9 Forward and backward linkages are nonexistent; minimal local inputs are utilized in the assembly process and BIP output does not reenter manufacturing cycles in Mexico in the form of inputs. As a result, many potential "multiplier" effects do not come to fruition. Technological linkages have also been kept to a minimum. Little local capital has been invested in the operation, and the U.S. subsidiaries have little incentive to engage in unnecessary education and training of local personnel. The experience of the BIP in this regard stands in contrast to similar programs in the Far East. In South Korea, Taiwan, Singapore, and Hong Kong, assembly operation moved quickly beyond that stage. Native enterpreneurs quickly adopted necessary technologies and became international competitors of U.S. firms.10 Thirdly, the BIP's long-term impact needs to be weighed against the shortcomings of Mexico's overall industrial development. Within the BIP growth surge, the concentration of manufacturing has occurred primarily in the branches of nondurable consumer goods and capital goods.11 Already by 1975, the proportions of consumer goods (38 percent) and 25 durable and capital goods (45 percent) were above the national averages, 30 percent and 25 percent, respectively.12 On the other hand, the production of intermediate goods, necessary as inputs for other industries, reached only 14 percent, contrasting with a national 43 percent. The relatively greater degree of integration between sectors of industry in the rest of the 8 See, among others, María Patricia Fernández-Kelly, "Mexican Border Industrialization, Female Labor Force Participation and Migration," in June Nash and María Patricia Fernández-Kelly, eds., Women, Men and the International Division of Labor. Albany: State University of New York, 1983; Frieda Molina, "The Social Impacts of the Maquiladora Industry on Mexican Border Towns," Berkeley Planning Journal 2: 1-2 (Spring-Fall 1985): 3038; Albert Levy Oved and Sonia Alcocer Marbán, Las maquiladoras en México. México: Fondo de Cultura Económica, 1983; Sandra Arenal, Sangre joven: Las maquiladoras por dentro. México: Editorial Nuestro Tiempo, 1986; Joan B., Anderson, "Female Participation and Efficiency in Mexican Electronic and Government Assembly Plants," Campo Libre: Journal of Chicano Studies 2: 1-2 (Winter-Summer 1984): 8796; Devon Pena, "Skilled Activities among Assembly Line Workers in Mexican-American Border Twin-Plants," Ibid., pp. 189-208. 9 See J. Manuel Luna Calderón, op. cit.; Joseph Grunwald, op. cit. 10 Joseph Grunwald, "U.S.-Mexican Production Sharing in World Perspective," in Paul Ganster, ed., The Maquiladora Program in Trinational Perspective: Mexico. Japan, and the United States. Institute for Regional Studies of the Californias, Border Issues Series, No. 2, San Diego State University, San Diego, California, 1987. 11 Capital goods and durable goods (e.g., machine tools) are items utilized in the production of other products. Intermediate goods encompass industrial raw materials and other goods used as inputs in manufacturing. Consumer nondurables comprise food, clothing, and other items for direct human consumption. 12 BIP operations include maquila beef-the processing of live cattle imports from the United States for export back to the United States and Japan. See Steven E. Sanderson, "The Receding Frontier: Aspects of the Internationalization of U.S.-Mexican Agriculture RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 41 country requires a better -but by no means satisfactory- balance among means of production (capital and durable goods), intermediate goods (to be used as inputs in other sectors), and consumer-oriented nondurables. The BIP'S high expon nature and orientation has produced a different structure of manufacturing here as compared to the rest of Mexico. Despite these caveats, the sheer quantitative impact of the BIP upon wages and employment is considerable, especially at a time of national economic instability.13 The current economic cycle has stimulated other policies that are pertinent to the regional development of the Border Industrial Program. For example, Mexican government measures which modify earlier export restrictions upon local automobile production have led U.S. firms to investment in automobile plants in the north of Mexico and along the border. 14 Since 1977, General Motors, Chrysler, Ford, Renault, and VAM have built assembly and engine plants close to the border. The Ford plant in Hermosillo, which began production in 1987, was the largest single investment in Mexico since 1982. The pattern of employment in the auto industry has already been felt. Whereas in 1977 all employment in the automobile industry was located in central Mexico near Mexico City, by 1983 almost 14 percent of auto employment had shifted to the north.15 This shift to the north, and to the export market, also meant that automobile companies could obtain inputs for their export cars from BIP plants -albeit under certain restrictions. For example, General Motors first assembles wiring harnesses and seat belts in BIP plants and then installs them in their car assembly plants. Aside from establishing linkages with the Border Industrial Program, the production of automobiles for exports in northern Mexico will give an added boost to the economic weight of Mexico's northern region vis-á-vis both the United States and Mexico. Recent developments in the crucial area of energy resources are also likely to facilitate industrial development and intensify links between the two countries. In the last decade the discovery of important reserves of natural gas south of the Río Grande, oil in Baja California, and coal in Coahuila have been accompanied by a 1980 accord between Mexico and the United States to maintain permanent connection between their power grids. and Their Implications for Bilateral Relations in the 1980s". Working Papers in U.S.-Mexican Studies, Program in United States-Mexican Studies, University of California, San Diego, 1981. 13 See Bernardo González-Aréchiga and José Carlos Ramírez, "Productividad sin distribución: cambio tecnológico de la maquiladora mexicana (1980-1986)" and Rocío Barajas, "Hacia un cambio estructural en la industria maquiladora de exportación en México," in Frontera Norte 1:1 (January-June 1989), El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, for detailed analysis of recent changes in the maquiladora processes. 14 See Douglas C. Bennett, "Regional Consequences of Industrial Policy: Mexico and the United States in a Changing World Auto Industry," in Ina Rosenthal-Urey, ed., Regional Impacts of U.S.-Mexican Relations. Monograph Series, No. 16. Center for U.S.-Mexican Studies, University of California, San Diego, 1986. 15 Bennett, op. cit., p. 144. 42 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Power from geothermal sources near Mexicali is now sold directly to California communities. And since January 1980, a Mexican gas pipeline feeds into the Texas system of gas pipelines.16 Mexico's border industrial urban centers -increasingly important in the economic life of both countries, yet vulnerable to the vagaries of the market and national policies- are here to stay. United by economics, and perhaps even by ecological concerns in the not-too-distant future, they differ from U.S. cities and are also distinct from other Mexican urban centers. These concentrations of newcomers constitute the beginning of a new urban order which will exercise a significant impact upon the economies of both countries and the relationships between the two. The Future of Growth and Policy The last forty years have witnessed the maturation of the Mexican-American border region. This great transformation involved a decades-long mass migration, regional urbanization, the rise of industrialism,17 mechanization of agriculture on both sides of the border, and harnessing water in the U.S. southwest and Mexican north -including some of the greatest engineering feats of the twentieth century. What development paths will the region take in the coming year? Will a "third country" be formed in the area? In the near future the Mexican-American border region may well develop unevenly, much as its development has been a sudden departure from Mexican national development. Border subregions will rise as diversity increases. Incipient differentiation in agriculture, commerce, and service has already occurred. We witness growing specialization in Mexico's border cities- from Reynosa,18 linked to the national petrochemnical industry in Central Mexico, to cities like Tijuana that are far more directly linked to the U.S. economy. Urban centers away from the boundary line such as Saltillo and Hermosillo -centers of automobile production- may become the new subregional poles of development. Conflicts typical of large, comtemporary urban centers will continue to increase, bringing in their wake new difficulties, ranging from pollution to law enforcement. A new civilization has emerged in this regional desert in the last forty years. While water resources that provided the impetus for growth seem near depletion, an unusual human resource still remains: the zone on both sides of the border is populated almost entirely by migrants, looking for social change and economic improvement. This is a powerful force of unlimited potential and dynamism. 16 Jean Revel Mouroz, "La frontera México-Estados Unidos: mexicanización e intemacionalización," Estudios Fronterizos 2:1: 4-5 (May-December 1984). 17 In this essay I focus upon the importance of growth in Mexico's north. For an extended treatment of the economic past, present, and future of the U.S. Southwest, see my The Mexican-American Border Region. Notre Dame, Ind.: University of Notre Dame Press, 1989. 18 See Mario Margulis y Rodolfo Tuirán, Desarrollo y población en la frontera norte: el caso de Reynosa. México, El Colegio de México, 1980. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 43 The economic development of the Mexican-U.S. border region has already gained a pivotal role in the growth of both the United States and Mexico. A few years ago "The Mexican factor had become the link for a range of issues, all keyed to the future of the Southwest."19 Today we must change that statement: the "Mexican factor" is now keyed to the future of the entire U.S. economy. At the border, oil, maquiladoras, undocumented workers, commuters, national security, and tourism interface in a complex manner crucial to the future of the United States. As for Mexico, the border region's impact upon the whole of the national economy will force a change in thinking regarding the position of the one within the other. For many decades, the Mexican central government strained to integrate the northern border provinces into the national political economy.20 But the rapid demographic, agricultural, and industrial growth of the north, increasing limits to the further development of the Federal District, 21 and the impact of the ongoing crisis of the 1980s open the way for the northern segment of the country to lead future national progress rather than to follow it. The border region constitutes the most important growth pole in Mexico and a significant variable in United States growth. In the last few years, several studies prognosticated that industry and agriculture, and the employment opportunities that come with those sectors, will experience limited growth in Los Angeles and Southern California. 22 Growth in the Sun Belt is generally expected to level off, if not decline, in the next few years. On that basis it is reasonable to expect that the western segment of the Mexican border may experience a similar slowdown in its economic, demographic, and industrial growth in the immediate future. But factors working in the opposite direction are also at play. Thus, while forecasts for job creation in the Far West and Sun Belt may be at an all-time low, sectors that depend on cheap labor -such as the assembly plants program— will nevertheless continue to set up shop in border towns. The development of the automobile industry in northern Mexico will draw closer links between the U.S. and Mexican economies. Clearly the border region may rank as a major industrializing area by the year 2000, with significant influence upon the economies of the two adjacent countries. The Border and Mexico's Political System Suggestions for future policy in the border region assume that Mexico's 19 Peter Wiley and Robert Gottlieb, Empires in the Sun. New York: G.P. Putnam's Sons, 1982, p.246. 20 For the early period, see David J. Weber, The Mexican Frontier, 1821-1846: The American Southwest under Mexico. Albuquerque, N.M.: University of New Mexico Press, 1982. For the modern era, see Raúl A. Fernández, The U.S.-Mexico Border: A Political-Economic Profile. Notre Dame, Ind.: University of Notre Dame Press, 1977, chap. 7. 21 The increasing difficulty in providing adequate services to Mexico City has led the Mexican government to consider building a new capital further to the south. See Jorge G. Castañeda, "Should Mexico Move Capital to New City?" Los Angeles Times, August 19, 1987. 22 Kevin P. McCarthy, "The Slow-Growing Orange, A Demographic's Look at Future Los Angeles", The Rand Paper Series, April 1984; Thomas Muller, The Fourth Wave, Urban Institute Press, 1984. 44 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 present system of government will remain unchanged for the near future. The PRI (Partido Revolucionario Institucional) has held power in Mexico since its inception more than half a century ago. It has done so through a shrewd combination of control mechanisms. These include electoral fraud, institutionalized corruption, silencing criticism of the Chief Executive, cooptation of dissidents, and, if necessary, repression. With these methods the PRI succeeded in maintaining a public image of a "revolutionary" party in power, holder of an "independent" foreign policy vis-a-vis the United States -despite Mexico's tremendous economic dependence on its northern neighbor. The Mexican president exercises almost absolute power. The PRI controls Congress and the entire bureaucratic establishment. Whenever cooptation does not work, the government does not shy from outright repression, as the 1968 massacre revealed. It cannot be denied that the Mexican government maintained until recently a generous program of social services. The PRI itself served as a channel for upward social mobility. But in the end, the decades of rule served to consolidate in power a wealthy elite which governs through an ambiguous amalgamation of authoritarianism and revolutionary rhetoric. While prosperity reigned, Mexico's political system functioned like clock-work. But discontent with the PRI's sixty-year rule is being felt. In 1982, the opposition PAN party (Partido Acción Nacional) gained 50 of the 100 seats "reserved" for the opposition -the PRI holds a monopoly over 300 seats. The PAN -with strong business-sector backing- has shown strength in the northern border states. In 1983, the PAN won seven of sixty-seven municipal elections in the northern state of Chihuahua. In the last two years, the PAN has buffeted the PRI with campaigns against the latter's fraudulent electoral methods. Internal dissension also afflicts PRI cohesive-ness. Internecine conflict reached a climax with the departure of several PRI leaders in 1988 who subsequently mounted —via the FDN (Frente Democrático Nacional)- the strongest electoral challenge to the PRI to date. 23 In 1989, the PAN won the electoral contest for the governorship of Baja California, the first time the PRI had lost a governorship to an opposition party. But the power of the PRI still remains preeminent, if not unchallenged. In the border states it has developed closer links with the business community. In short, there is as yet no organization with an alternate program, or political apparatus, that can strongly challenge PRI hegemony at the national level. Given this state of affairs, a number of alternative, somewhat overlapping, scenarios for border policy can be constructed. 23 See Tonatiuh Guillén López, "La cultura política y la elección presidencial de 1988: Hacia un análisis del neocardenismo" Frontera Norte 1:1 (January-July 1989) for an analysis of the Neocardenist movement. 24 Lorenzo Meyer in "La Simpson-Rodino, una parte del todo," Foro Internacional 107 (JanuaryMarch 1987) suggested that what some perceive as support for the PAN as an alternative to the PRI may result in a political crisis—a vacuum of power—primarily because the PAN is far from being able to take on that role. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 45 Scenario I: A Third Country The problems that have arisen as the region grew in population and economic importance cover the spectrum of economy, ecology, access to natural resources, joint pollution control, etc. Because two separate bureaucracies with distinct legal-historical traditions are involved, issue resolution seems to some to be more complicated than normal. This has evoked calls for restructuring border zones in a way that local decision-makers would have a more direct say in local affairs, without need to refer urgent matters to the central bureaucracies in Washington, D. C. and Mexico City. These calls come largely from the United States. They vary from vague recommendations for "transboundary cooperation mechanisms"25 to "increase borderlands autonomy"26 to more explicit suggestions for the formation of a "third country." 27 The possibility of a long-fantasized "co-production zone" in the area loomed behind the amnesty provisions and employer sanctions in the Immigration Reform and Control Act of 1986. The early House of Representatives version of the bill authorized negotiations with the government of Mexico to establish a U.S.-Mexico free trade co-production zone. Although this did not become part of the final legislation, an order to the Ways and Means Committee of the U.S. Congress to carry out hearings on the co-production zone proposal did survive into the final stages of resolution of the migra issue. The suggested coproduction zone would be a free-trade, free-immigration zone. Not only would there be different immigration rules, but there would also be different minimumwage laws, compensation laws, OSHA rules, etc. This plan calls in essence for the formation of a "third country," one that, to paraphrase Manuel Castells, would be equipped with twenty-first century technology and provide for nineteenth-century working conditions. These demands are farfetched in pronouncing the premature death of international boundaries, declaring them to be obsolete obstacles to progress. Sometimes proponents of border integration have suggested that cooperative agreements between Western European countries serve as models in the U.S.Mexico border region. But plans based on general analogies are fraught with dangers. Countries in the European Economic Community are neither superpowers nor Third World nations; they enjoy relatively similar levels of economic development. Using their agreements as a model is inappropriate in an area where the juxtaposition of the world's 25 Niles Hansen, "The Nature and Significance of Border Development Patterns," in Lay James Gibson and Alfonso Corona Rentería, eds.. The U.S. and Mexico: Borderland Development and the National Economies. Boulder, Colo. and London: Westview Press, 1985, p. 12. 26 Richard R. Fagen, "How Should We Think about the Borderlands? An Afterword," New Scholar 9:9. 27 Baja Times 8:12 (December 1986):15. The notion of a "third country" is not novel, but up to now its usage has been largely metaphorical. See Tom Miller, On the Border. New York: Ace Books, 1981. 46 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 largest industrial superpower and a populous Third World country has produced a unique configuration of socioeconomic factors. Beyond that, some of the clamor for joint administration of the border areas seems to arise from popular pressures on the U.S. government to control borderzone pollution, much of which originates in Mexico. Yet perhaps one of the worst ecological disasters in recent memory occurred, not on the U.S.-Mexico border, but near Basil, Switzerland, resulting in considerable damage to the entire Rhine watershed and affecting France, Germany, and Holland. Scenario II: A North American Common Market Another idea -crucial to border development- which surfaces from time to time is that of a North American Common Market. It was raised by several U.S. politicians during the early stages of the 1980 presidential compaign. While the notion is not entirely dead -it was mentioned from tme to time by President Reagan throughout his two-term administrarion- it elicited a very unfavorable reaction from both Mexico and Canada. Governing circles in both countries perceived the proposal as designed mainly to improve the international trade of the United States. The conception of a North American Common Market defied the norms that characterize similar agreements among other groups of countries. For example, other common market agreements involve countries whose relative national products are close in volume. In the European Economic Community, the largest gross national product is 6.5 times larger than the smallest. In the Eastern bloc's COMECON the ratio is 2.1 to 1, and in the Andean Group in South America, 5.6 to 1. By contrast the gross national product of the United States is more than 25 times that of Mexico.28 Third World countries -as in the case of the Andean group- enter into such agreements expecting that each member country will attract and develop specialized forms of industry. The motivation for advanced countries -as in the case of the EEC- lies in reducing production costs by taking advantage of economies of scale. By contrast, the political impetus behind the North American Common Market idea stemmed from the U.S. strategic interest in insuring oil supplies at a time of shortages and high prices. Events in the 1980s -the decline in oil prices and the worldwide oil glut- have dampened the enthusiasm exhibited earlier.29 Bilateral agreements will likely precede a tripartite market.30 In September 1987, the United States and Canada initiated a process that will pull down all trade 28 Alicia Puyana, "La idea del Mercado Común de América del None y las implicaciones para México," in Lorenzo Meyer, comp., México-Estados Unidos, México: El Colegio de México, 1982. 29 For a Mexican view on the potential for Canada-Mexico relations, see Humberto Garza Elizondo, "México y Canadá en el decenio de los ochenta," Foro Internacional 105 (July-September, 1986). 30 But see Gustavo del Castillo, "Política de comercio exterior y seguridad nacional en México: Hacia la definición de metas para fines de siglo," Frontera Norte 1:1 (January-June 1989) for the benefits to be derived from tripartite exchanges between the United States, Canada, and Mexico. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 47 barriers between them. The United States and Mexico recently created a legal framework for resolving trade disputes, and President Salinas, in his first (October 1989) visit to Washington, signed an agreement designed to promote free trade and investment between the two countries. Scenario III: Binational Compact Given the disparity between the United States and Mexico, the implementation of a localized autonomous mechanism of administration and/or the creation of a supranational structure will threaten Mexico's sovereignty and national interests and result in lopsided advantages for the United States. The best one could hope for would be that the Mexican system obtain with the United States, not the quasi-contract being suggested in the "third country" notion, but something more akin to a Lockean "compact." This arrangement would encompass items of concern including but not limited to border areas. Such a compact might stimulate the formation and strengthening of a community comprising nationals of both countries in the border region, without necessarily requiring the institution of a structure approaching a separate autonomous entity.31 The form that such a compact may take is unpredictable. What can be foreseen are the possible pitfalls to be avoided by the parties involved. A meaningful agreement cannot be based merely on localized economic desires or even ecological imperatives. Because the political structures involved go beyond the border region, solutions and agreements have to come at the highest political levels and cannot be of a piecemeal, technocratic nature. This is not to deny the need for local decision making at a technical or administrative level covering cooperative agreements over fire control (as between Calexico and Mexicali), earthquake preparedness (as between San Diego and Tijuana), control of river pollution, and so forth. But while necessary, such policy-making will prove an insufficient remedy to the entire problematic of the region's future in the long run. Certainly the duration and beneficial effects of a "border areas compact" 32 will depend largely upon how encompassing its scope. Some observers of the border reality consider that the inclusion of wider problems -such as the current conflicts in Central America- complicates the discussion about the future of the Mexican-American border region. That is a myopic perspective. Bringing in wider issues does not necessarily complicate the situation; on the contrary, it forestalls hastiness and over31 For Locke, the process of compact creates a community, whereas the establishment of administrative units of political power constitutes a distinct process of "contract of government." See John Locke, Two Treatises of Government. Mentor Books, 1965, p. 126 and ff. The political system of Mexico is often referred to by PRI leaders as the Mexican "social pact"; the terminology is familiar to students of the border region's economy where the Colorado River Compact played a significant historical role. 32 This is a paraphrase of the speculation contained in Warner Bloomberg and Rodrigo MartínezSandoval, "The Hispanic-American Urban Order: A Border Perspective," in Gary Gappert and Richard V. Knight, eds., Cities in the 21st Century, vol. 23, Urban Affairs Annual Review, Sage Publications, 1982. 48 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 simplification. Events in Central America are directly relevant to border issues. Increasing numbers of Central Americans migrate to the United States via Mexico, a matter of concern to both countries.33 The whole issue of "national security" must be included in a long-term compact between the United States and Mexico as well. While recognizing that both Mexican and American political figures sometimes employ issues of "national security" to scare their neighbor country into promoting or defeating legislation not to their liking, the question of national security is more than a symbolic exercise. External influence upon insurgencies south of Mexico and in the Caribbean basin are a source of shared concern.34 In this and other areas there is a need for "linkage" between localized issues and wider geopolitical perspectives. Approaches to a bilateral border region agreement that utilize a "market" model as more than just a starting point of discussions face serious difficulties. Witness the recent debates on restricting immigration to the United States and on the movement of foreign capital to Mexico. Typically, Mexican analysts argue that the United States must leam to recognize that what is perceived as a migration problem is merely the result of market demand for labor in the U.S. Southwest. It should not, they argue, be construed as a source of national conflict and instability. Similarly, American observers sometimes chide their Mexican counterparts for their perspective on assembly plant manufacturing carried out by U.S.-based firms in northern Mexico, viewing the maquiladoras as exerting an unwarranted foreign influence. This represents presumably another failure to see the bilateral interaction as the result of market forces in operation. But even if all key demand- and supply-side issues were recognized, that would not constitute an adequate basis on which to establish a compact between the two nations. There are political, legal, and human issues involved which cannot be resolved by the market equation. Market mechanisms are very useful for short-run, narrowly focused issues, but they fall short as a long-term, broad-view guide to development. Obstacles to a Border Compact There are also some particularly thorny issues that could pose serious obstacles. First is the issue of centralization vs. decentralization. Administrative structures in Mexico are far more centralized than those in the United States; this more centralized method of operation is perceived by some in the United States as one of the gravest difficulties for the two countries in the borderlands. A border component in the revolt against big government in Washington has been identified as a force pushing toward greater autonomy for the border region. Similarly, in the northern border states of 33 See Leo Chávez, Estevan T. Flores, and Martha López-Garza, "Migrants and Settlers: A Comparison of Undocumented Mexicans and Central Americans in the United States," Frontera Norte 1:1 (January-June 1989) for a comparison of the recent experience of Mexican vs. Central American migrants to the United States. 34 David Ronfeldt, The Modem Mexican Military: Implications for Mexico's Stability and Security. Santa Monica, Calif.: The Rand Corporation, 1985. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 49 Mexico, there have been manifestations of dissatisfaction with the central government35 and a desire for greater independence in economic decision making by local elements. Be that as it may, the United States must take care not to utilize the efficiency norm in such a way as to impinge upon the sovereignty and national interests of Mexico. As a matter of fact, centralization may turn into a blessing in disguise since it could facilitate reaching a broad binational agreement. Second, the United States must recognize that many of the problems of concern to U.S. policymakers, especially as regards water and air pollution, are the ecological fallout from the years that the Mexican-American region served as an economic cornucopia for U.S. industrial and agricultural business. It is not so much a problem that Mexico must resolve as it is an issue in American politics between advocates of economic growth and defenders of a pollution-free environment. Those concerned over the flow of sewage north from Tijuana toward La Jolla where "the effluent meets the affluent36 -must recognize the flow's connection, even if several levels removed, with U.S. utilization of cheap labor in Mexico for the benefit of its industrial and agricultural enterprises on both sides of the border. The U.S. side cannot have its cake and eat it too. It cannot take advantage of Mexico's resources and then require that Mexico take absolute responsibility for the by-products. Mexico for its part must look at the question of integrating the border into the national economy in a new light. For decades, "integration" has been of concern to the Mexican government. But the question of integrating the national economy -integrating industry with agriculture, for example- is not limited to the border area. Using input-output or similar devices, one might argue that Mexico City is no more integrated into the rest of the national economy than are cities on the northern border. It is important not to confuse geographical isolation with lack of integration; one needs to look at concrete economic relations to make that determination. For example, the problem of dependence on foreign inputs in manufacturing is a general problem in the Mexican economy, not limited to the border area. We should turn the issue around and ask: How can the dynamic economy of the border area be utilized to further national economic integration and development? Both countries have overlong considered the Mexican-American border region as "a zone where problems are spawned, not a zone where they are resolved." Mexican and American policymakers need to look at the border region as part of a solution, not part of the problem of the national ills. A broad agreement would avert the dislocations that changes in the 35 See Jesús Tamayo, "Frontera, política regional y políticas nacionales en México," Programa de Estudios Regionales, Centro de Investigación y Docencia Económicas, México, D. F., 1986. % 36 This poignant description has been attributed to Dr. Paul Ganster. For a detailed discussion which demonstrates the anti-Mexico bias of some U.S. press accounts of this problem, see Roberto Sánchez, "La negociación de conflictos ambientales entre México y Estados Unidos," Frontera Norte 1:1 (January-June 1989). 50 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 international economy might cause in the border region -with deleterious consequences for both countries but especially for Mexico, the weaker of the two. For example, the growth based upon cotton agriculture which typified development in the Mexicali Valley until I960 came to an abrupt end when an international fall in the price of cotton coincided with the destruction of agricultural acreage by salinity from the Colorado River. Today the valley's more diversified agriculture, based on truck and garden vegetables, is threatened by the Cerro Prieto geothermal plant. But Cerro Prieto responds to enormous pressure to develop these resources in order to sell electrical power to San Diego and other U.S. communities and obtain much needed foreign exchange. Once again, international economic circumstances threaten economic dislocation in the border region. A compact between the United States and Mexico -centered on border issues but covering other aspects of the total economic and political relationship between the two countries- has always seemed illusive. An editorial in a widely circulated Mexican weekly recently stated that "la amistad con los Estados Unidos, para México, es claramente imposible." 37 This popular opinion is based upon the unequal economic power of the two countries. A recognition of economic inequality must include an accurate appraisal of trends. The United States has declined in power since approximately 1975. The world is increasingly multipolar, and even in Latin America the United States is no longer the hegemonic superpower that it once was. The weakening position of the United States as a world power has brought it increasingly close to, and even dependent on, Mexico. Any examination of economic relations between the two countries including direct investment, energy, bank loans, tourism, trade, oil, labor, etc.demonstrates how the two economies have drawn together. The size of the U.S. Embassy in Mexico City, second only to the one in London, is witness to the strength of these links. Given present international realities and the PRI's concern with rising opposition, Mexico should strive to extract a broad negotiated package from the United States -one in which border region development can be a linchpin. Despite the many differences and conflicts, there is much at every level that unites the two countries. Mexico should highlight those positive aspects and push for a compact that would result in benefits to both countries. Mexico should strive to reconfigure the relationship, aiming for something more advantageous to Mexico than the present arrangement. There are obstacles. Hegemonic tendencies die hard: that is a problem for the United States to overcome. Mexico's suspicions of its northern neighbor are equally difficult to eliminate. But the problems that exist between Mexico and the United States should be viewed as "non-antagonistic contradictions," as problem between friends, therefore resolvable in principle by friends. 37 Siempre 1777 (July 15, 1987): 16-17. RAÚL FERNÁNDEZ/MEXICO'S NORTHERN BORDER 51 Border Policy and Academic Research An agenda for research directions must of necessity reflect the growing importance of the border region and the velocity of the changes within it. From the perspective of the political-economy method applied here, the following appear as unavoidable guidelines for future investigation. First, continuing historical research—interpretation and reinterpretation—will place new developments in perspective. For example, a recent work on the 1821-46 Mexican period in the Southwest clearly presents a contrast with the present configuration of the Mexican government's policies toward the northern border.38 Second, border scholars need to address the appearance of growing subregions —the product of uneven development. This type of research, anticipated by Dunbier,39 already boasts a masterful analysis of the Texas border from the perspective of applied political geography.40 The location of heavy industry in northern Mexican states, although not necessarily in border towns, looms as a significant development portending great impact upon the economies of both countries and upon the conception of the border region. The convergence of cheap labor and abundant energy supplies near the largest consumer market in the world foreshadows dynamic economic growth in the next decades. Third, variations on the old theme of northward migration must be explored. In particular, the possibility that the numbers of "commuting" migrants may increase makes research on this type of migration very relevant, since it will affect employment and wages north of the border. Fourth, there is a sense in which balance between research demands and needs will improve the overall quality of this area of studies. Cooperation between scholars can lessen the gap between narrowly focused monographs on sociology and history, and the exigencies for broader macroeconomic and historical perspectives. Likewise, further research on all stages of the history of northern Mexico should be matched by increased utilization of these materials by U.S. scholars. Lastly, border studies should emphasize the kind of comparative work that characterizes recent research on Latin American migrations. Other "border areas" in the Americas -e.g., the Venezuela-Colombia region- have recently acquired new economic and political relevance. Comparisons between these distant, but not altogether dissimilar, situations will enhance our knowledge of the Mexican-American border region. 38 David J. Weber, op. cit. 39 Rober Dunbier, The Sonoran Desert. Tucson: University of Arizona Press, 1968. 40 John W. House, Frontier on the Rio Grande. Oxford: Clarendon Press, 1982. Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre cíe 1989 LA CIUDAD Y LOS PROCESOS TRASFRONTERIZOS ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS Tito Alegría* RESUMEN En este trabajo se presenta un esquema conceptual de interpretación del desarrollo urbano fronterizo y de la configuración espacial de los sistemas urbanos de las regiones en ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. Este esquema está constituido con dos conceptos centrales: "la adyacencia geográfica de las diferencias estructurales" y los "procesos nacionales, trasfronterizos y trasnacionales". Los conceptos y definciones se construyeron en forma inductiva con base en la evidencia histórica. Posteriormente son confrontados con la teoría del lugar central para reconstituir deductivamente el desarrollo urbano fronterizo. Se ha puesto principal atención sobre dos aspectos: primero, las características que distinguen a las ciudades fronterizas de las del resto de ambos países y, segundo, sobre cuál es la naturaleza de la influencia de la frontera en esa distinción. Las conclusiones se pueden sintetizar en que: 1) el desarrollo desigual y combinado entre las ciudades de ambos lados del límite internacional se debe tanto a las diferencias de las formaciones socioeconómicas de ambos países como a la diferente relación trasfronteriza que cada ciudad presenta; 2) en la conformación de las jerarquías interurbanas dentro de las regiones fronterizas las ciudades mexicanas dependen más de su localización en el borde internacional que sus homólogas estadunidenses; y 3) la teoría del lugar central es un buen instrumento de análisis del espacio urbano fronterizo cuando se obvian sus limitaciones geométricas y se introducen modificaciones dadas por el proceso de migración internacional y por el grado y tipo de accesibilidad trasfronteriza. ABSTRACT This article presents a conceptual framework for interpreting border-area urban development and the spatial configuration of urban systems on both sides of the US-Mexico border. This framework rests on two cenytral concepts: "geographical proximity of structural differences," and "national, transborder, and transnational processes." The concepts were constructed inductively from historical evidence. Once defined, the concepts were applied in combination with central place theory in order to reconstitute border urban development through deduction. The article focuses primarily on two aspects of border urbanization: first, those characteristics which distinguish border cities from non-border cities in both the United States and Mexico, and second, how the border influences, or determines, these characteristics. The conclusions can be summarized as follows; * Tito Alegría. Investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, Baja California, tels. 842226, 842068, 848795. 54 FRONTERA NORTE, VOL I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 1) unequal but shared development between cities on the two sides of the international frontier is due equally to differences in socioeconomic structures and to the individual transborder profile which each respective city presents; 2) in the establishment of inter-urban hierarchies in border regions, Mexican cities show a greater dependence than do their US counterparts on the fact that they are located on the border; 3) central place theory is a useful tool for analyzing urban border space when its geometric limitations are removed and the theory is adjusted for the process of international migration and for the type and degree of transborder accesibility. TITO ALEGRÍA/LA CUIDAD Y I.OS PROCESOS.. 55 Introducción Las ciudades de la frontera norte comparten una característica de localización sustancial que las hace distintas al resto de las ciudades nacionales: la adyacencia con Estados Unidos. Este hecho permite que sus funciones urbanas sean singulares e importantes en las diferentes escalas de la dinámica espacial del país: local, regional y nacional. En otras palabras, por la presencia de la frontera, estas ciudades han desarrollado procesos particulares, que sería más útil clasificarlos en una escala espacial como locales, trasfronterizos y trasnacionales, con el fin de entender mejor su dinámica propia y sus relaciones interurbanas nacionales e internacionales. Para conceptuar estos procesos es necesario aproximarse a su naturaleza; es decir, al conocimiento de cómo se manifiestan y cómo se han constituido. Esta discusión es importante porque conduce al entendimiento de un hecho crucial para la investigación urbana de la frontera: averiguar qué distingue a las ciudades fronterizas de las del resto del país y cuál es la naturaleza de la influencia de la frontera en esta distinción. Existen rasgos generales con los cuales podemos describir a las ciudades localizadas sobre el borde internacional, incluso procesos históricos que han marcado al conjunto de ellas. Sin embargo, como la dinámica urbana está modulada por sus relaciones trasfronterizas, esos rasgos y procesos (definidos y definibles de manera general) adquieren formas particulares en función de los contextos interurbanos diferenciados en cada porción de la larga frontera entre México y Estados Unidos. Estos diferentes contextos trasfronterizos son los que hacen las diferencias entre las ciudades de un lado de la frontera. Esta investigación presenta una primera discusión sobre la relación entre el proceso de constitución de la frontera entre ambos países y la organización espacial urbana de ella. En la parte I discutiremos el proceso de constitución de la frontera como elemento clave en el desarrollo urbano de la zona. En la parte II, se indicará cómo estaban distribuidos los centros urbanos así como la población en el territorio de la frontera, y se comentarán las principales fuerzas generadas por la localización fronteriza que estarían gravitando en el dibujo de ese espacio. /. La Frontera y las Ciudades En este apartado se analizará cómo la constitución de la frontera entre México y Estados Unidos ha influido en la generación de las fuerzas conformadoras del espacio urbano fronterizo. Para ello, se hará un repaso histórico y se propondrá un esquema conceptual que resulte pertinente para entender mejor la naturaleza y el accionar de dichas fuerzas. 1. La constitución de la frontera 1.1 La Frontera como Zona de Transición Habían muy pocos asentamientos de origen colonial por donde se dibujó la frontera política en 1850, después que México perdió la guerra frente a 56 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2,JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Estados Unidos, y casi la mitad de su territorio. La parte oeste de la demarcación, desde Ciudad Juárez hasta el Océano Pacífico son 1 130 kilómetros desérticos o semidesérticos. En esta área, durante la Colonia y los primeros años de la República, se añadieron a los grupos tribales nómadas preexistentes intrépidos mercaderes, soldados ambiciosos y religiosos estoicos, quienes impulsaron los primeros asentamientos mestizos.1 De las escasas concentraciones poblacionales existentes en esa época, algunas estaban distribuidas a lo largo del Río Bravo hasta su desembocadura en el Golfo de México. Otras localidades habiendo quedado ubicadas no muy distantes de la frontera, al norte y sur iniciaron desde la Colonia relaciones económicas y sociales, como aquellas desarrolladas entre Laredo y San Antonio, en Texas, entre Ciudad Juárez (llamada en esa época Paso del Norte) y Santa Fe, en Nuevo México,2 o entre Tucson y Hermosillo.3 En la segunda mitad del siglo pasado, después de la anexión de territorios mexicanos a Estados Unidos, se produjeron grandes olas migratorias hacia el oeste norteamericano que permitieron la aparición o el crecimiento inicial de algunas de las actuales ciudades en las regiones fronterizas de Estados Unidos. 4 Estas localidades iniciaron o acentuaron relaciones con los asentamientos existentes en el norte de México, muchos de los cuales estaban distantes de la frontera. Las regiones al norte y sur de la línea fronteriza entre México y Estados Unidos tenían más integración entre sí que con cada respectivo resto de los territorios nacionales. Las facilidades de comunicación entonces poco desarrolladas frenaban la relación trasfronteriza, pero limitaban aún más la relación con los interiores nacionales.5 Esta relación trasfronteriza constituía unidades socioecológicas (con relaciones económicas, sociales y familiares) regionales, de origen virreinal en el caso de la porción del Río Bravo, y con 1 John Francis Bannon, The Spanish Borderlands Frontier 1513-1821. The University of New Mexico Press, 1974, pág. 27. 2 Raúl Fernández, La frontera México-Estados Unidos. México, Térra Nova, 1980. Estos poblados ya fronterizos en esos anos seguían siendo extensiones de la antigua ruta "Santa Fe Trail", que comunicaba esas regiones con el este norteamericano. 3 Olivia Ruiz, "Between Mexico and the United States. A Mexican Middle Class in the Middle". Doctoral Dissertation UC Berkeley, 1984, pág. 73-90. 4 John Hawgood, Americas Western Frontier. Alfred A. Knopf, 1967, págs 119-201. Oscar Winther, The Transportation Frontier. Holt, Rinehart and Winston, 1964, pág. 103. Raúl Fernández, op. cit. También Ray Allen Billington, Americas Frontier Heritage. Holt, Rinehart and Vinston, 1966, págs. 26-46. 5 Antes del desarrollo de las comunicaciones, y mientras se extendía el modo de producción capitalista, la ciudad latinoamericana era más autosuficiente interregionalmente, dependiendo en mayor medida de su región circundante para su abastecimiento; pero los centros más importantes (y no orientados a una fuente de materias primas) eran eslabones de flujos interregionales e internacionales de los productos y el capital de los sectores más rentables de esa época, como los metales, cienos vegetales, y mercancías producidas capitalistamente. Sobre el cambio de las redes urbanas se pueden ver: Harold Carter, El estudio de la geografía urbana. Instituto TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS.. 57 inicio en el siglo pasado en la porción oeste. La frontera en esta época prácticamente no existía como una línea precisa de división socioecológica y tampoco era totalmente precisable en el paisaje. Era una zona de transición que comprendía territorios de ambos países, donde confluían las prácticas de producción y reproducción social de los antiguos habitantes de esas áreas 6 y las prácticas de los que llegaban desde los lugares consolidados, tanto de México como de Estados Unidos.7 Entre esa zona y aquellas más centrales y consolidadas de sus interiores nacionales había una distancia tanto en su praxis social como en cuanto a la lejanía física y mínima accesibilidad del transporte. Si acompañamos lo anterior con el existente libre flujo trasfronterizo de personas, dinero y gran parte de los bienes consumidos, se visualiza más fácilmente la "inexistencia" de la división política internacional para la vida cotidiana de aquella época. Esta zona de transición ha estado cambiando su contenido desde esa época, e incluso acentuándose en este siglo la división de la zona en dos porciones diferenciadas, una a cada lado de la frontera, también distintas del resto de cada respectivo país. El proceso de desarrollo y consolidación del Estado-Nación moderno en ambos países ha traído aparejada la necesidad cada vez mayor de una estructura centralizada para la ejecución eficiente de políticas nacionales a través de un mejor control sobre las actividades económicas, sociales y políticas.8 Esta mayor centralización del de Estudios de Administración local, Madrid, 1983, capítulo 6; desde otro punto de vista, ver a André Gunder Frank, Capitalism and Underdevelopment in Latin America. Montly Review Press, New York. Sobre el tema para el suroeste norteamericano se puede ver: James W. Simmons, The Organization of the Urban Systems" en L. Bourne y J. Sirnmons, Systems of Cities. OUP, 1978; Alan Pred, The Spatial Dynamics of U.S. Urban and Industrial Growth. Cambridge, Mass, MIT Press, 1973. Baúl Fernández, op. cit. Desde la publicación de los trabajos de Frederick Turner a finales del siglo pasado, la historiografía norteamericana se ha ocupado de estudiar los procesos de constitución de fronteras. En esas investigaciones se muestran las diferencias entre los dos tipos de frontera en el capitalismo. El primero que denominan "frontier" es un proceso de frontera transitorio que se instaura en el lugar de encuentro de dos grupos sociales que tienen diferente procedencia, como ocurrió en Sudáfrica entre los nativos habitantes y los invasores europeos. Este proceso termina cuando alguno de los grupos encontrados domina al otro generándose una tercera nueva organización sobre la base de los dos anteriores, y cuando se define el límite de su dominio con una línea de frontera. La definición de esta línea que denominan "border", constituye la aparición del segundo tipo de frontera. La frontera entre México y Estados Unidos no escapó a esta manera de constitución de fronteras bajo el capitalismo. Sobre los seguidores de las ideas de Turner se pueden consultar las siguientes compilaciones: R. Hine and Binghams (eds.) (1963), The Frontier Experience. California; y Ray Allen Bitlington (1966), America's Frontier Heritage. New York, Holt, Rinehan and Winston. Visiones más críticas se pueden encontrar en George Wolfskill and Stanley Palmer (eds.), Essays on Frontiers in World History. Austin, University of Texas Press, 1981, donde destaca el artículo de Leonard Thompson, "The Southern African Frontier on Comparative Perspective". 8 Aunque la instauración del Estado-Nación es un proceso concomitante con la extensión mundial del capitalismo mercantil, la idea nació durante el renacimiento europeo, y su paternidad se le ha atribuido al italiano Nicolás Maquiavelo por las ideas que expuso en su libro más importante El Príncipe. Sobre esto, y de cómo evolucionó el Estado-Nación hasta el periodo entre las guerras mundiales, véase a R. H. S. Crossman, Biografía del Estado moderno. México, Fondo de Cultura Económica, 1978. 58 FRONTERA NORTE, VOL. I, NUM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE. 1989 poder ha significado una subordinación de las diferencias regionales a propósitos nacionales únicos en las estrategias de desarrollo capitalista, a través de un ejercicio tenaz de control en todo el país, el cual ha venido incrementándose desde el centro hacia las fronteras, conforme los intereses internos fueron abarcando todo el territorio para su solución. Para que el ejercicio del poder del Estado moderno abarcara el espacio nacional, ha necesitado hacer explícito el alcance territorial de esa ejecución de soberanía y hacer nítido el límite geográfico de sus poderes. La dialéctica de este proceso de linealización de la frontera y del ejercicio territorializado de políticas nacionales, lo muestran los proteccionismos cuyas materializaciones necesitaron inevitablemente la existencia lineal de la frontera.9 Este proceso de cambio de la frontera de ser zona de transición hacia la linealización del límite de las soberanías, fue generando un conflicto de complementariedad y un aislamiento selectivo y paulatino entre las localidades asentadas en ambos lados de la frontera, mientras que la integración de ellas con sus respectivos interiores nacionales avanzó de manera mucho más lenta y desigual. Los territorios de la frontera mexicana fueron los que más tardíamente iniciaron su integración con el país, debido al nulo interés que pusieron los grupos de poder del centro del país en promover producción e infraestructura en un área que se veía poco poblada y formando parte de la zona de intereses del capital norteamericano.1 1.2 La Zona Libre Esta tendencia hacia el aislamiento relativo caracterizada por la permisividad al cruce de personas y capital, pero frenando el cruce de mercancías, generó una primera y temprana reacción en las ciudades fronterizas de Tamaulipas en los años cincuenta del siglo pasado, cuando la población presionó para que se permitiera la libre introducción a esas localidades de productos procedentes de Estados Unidos, lo cual fue finalmente aprobado en 1858 dando nacimiento a la institución de la zona libre en México, y cambiando el estatus legal del comercio trasfronterizo, considerado hasta ese momento como contrabando. 11 Debido a la presión de grupos económicos del centro de México que querían colocar productos en la frontera, y de comerciantes y gobierno norteamericanos, para impedir la presencia de productos europeos, en 1905 se suprime este régimen fiscal para la frontera. Como consecuencia, los habitantes de estas localidades se vieron orillados al contrabando, porque el abastecimiento mexicano para ellos no era suficiente, 9 Un ejemplo de ello han sido los proteccionismos comerciales y contra la inmigración que Estados Unidos instauró en la tercera década de este siglo debido a la crisis de la depresión económica. Véase Jorge A. Bustamante, "The Migrants of the Border" en Stanley Ross (editor), View Across the Border. University of New Mexico Press, 1978. 10 Raúl Fernández, op. cit. 11 Raúl Fernández, op. cit., pág. 95. 12 Recordemos que en 1940 el centro del país se pudo comunicar con la frontera de Baja California por vía férrea, y sólo en 1946 a través de carretera. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS.. 59 13 generándose un enorme malestar anticentralista entre sus habitantes. Producto de ello, en 1933 se reedita el libre comercio con la creación de los perímetros libres, primero en Tijuana y Ensenada de manera experimental, para luego abarcar toda la frontera bajo dos regímenes distintos.14 En síntesis, el régimen de libre comercio15 instauró el siglo pasado únicamente en la frontera este sobre el Río Bravo. En la cuarta década de este siglo se reinstala abarcando toda la frontera. No podía ser de otra manera pues la aparición y despegue de las ciudades de frontera fue primero en el este y posteriormente en el oeste; y la soberanía-control desde el Estado central fue primero más efectivo en las más cercanas y accesibles ciudades fronterizas del este que en las aún no existentes o más inaccesibles y alejadas del oeste. 1.3 El Cambio: la Génesis de la Urbanización La mayor parte de las actuales ciudades que están localizadas sobre el borde fronterizo nacieron en la segunda mitad del siglo pasado, y muchas de ellas sólo como lugar de transbordo y aduana. La faja de frontera de Estados Unidos, como la mexicana, fue en el siglo pasado un territorio prácticamente despoblado. En 1848, de los 80 000 mexicanos que ocupaban el territorio anexado a Estados Unidos sólo una cuarta parte vivía en la frontera.16 Con la llegada del ferrocarril, en el último cuarto del siglo pasado, se inicia el incipiente y concentrado poblamiento a lo largo de ese lado de la frontera. En 1900, San Diego era la ciudad más grande de la frontera norteamericana y tenía 17 700 habitantes; Tijuana, su vecina, apenas llegaba a 242; El Paso, la segunda con 15 906 habitantes, tenía al frente a Ciudad Juárez, la también segunda ciudad del lado mexicano, con 8218. Brownsville llegaba a 6 305 habitantes y tenía de par a Matamoros, que con sus 8 347 personas era la ciudad mexicana más grande de la frontera (véase Cuadro Anexo 1). Fueron las inversiones del gobierno norteamericano, a partir de la Primera Guerra Mundial, las que generaron nuevos asentamientos y aceleraron el crecimiento de los existentes en su frontera. La Segunda Guerra Mundial y el conflicto militar en Corea le dieron un segundo gran impulso a esa zona, conviertiendo a muchos 13 Cuitláhuac Duane, "La zona libre de México, un estudio jurídico sobre su desarrollo". Tesis profesional, Facultad de Derecho, UNAM, México, 1986, págs. 67 y 68. 14 En 1939 se creó el régimen de zona libre comprendiendo los territorios de la península de Baja California y parte del estado de Sonora, que ha tenido 10 prórrogas desde entonces, debiendo terminar en 1991. De manera casi simultánea se creó el régimen aduanal de la franja fronteriza, cuya extensión abarca la faja de 20 kilómetros de ancho a lo largo de la frontera. Ibidem. 15 Jesús Tamayo, Frontera: Políticas regionales y políticas nacionales en México. Cuadernos de Ciencias Sociales núm. 1, serie 4, Universidad Autónoma de Baja California. El autor remarca que los regímenes trasfronterizos nunca fueron totalmente libres por la existencia de bajos aranceles y de cuotas de importación para la mayor pane de los productos de consumo. 16 H. Hansen, "Development of the V. S. Border Regions" en E. Mendoza B. (coord.), Impactos regionales de las relaciones económicas México-Estados Unidos. México, El Colegio de México, 1984, pág. 219. 60 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 condados en bases marítima, aérea o atómica. Las áreas que mas concentraron la inversión militar en bases o industria relacionada, fueron las que mas concentraron población: San Diego, El Paso, Tucson, Laredo, Las Cruces y Del Río.17 En los inicios de este siglo, las ciudades mexicanas fronterizas del oeste aún no eran las urbes principales de las regiones fronterizas a las que pertenecían. La mayoría de estas ciudades principales, como Ensenada en Baja California, o Hermosillo en Sonora, estaban localizadas alejadas de la frontera, habiendo nacido o crecido impulsadas por los intereses norteamericanos en la zonal8 a finales del siglo pasado. La mayoría de las empresas inversionistas que acudieron en esa época tenían base de operaciones en las principales ciudades de los estados fronterizos estadunidenses, que tampoco se encontraban localizadas sobre la línea de frontera, como Los Angeles, California, y Tucson, Arizona. Esta acción extranjera se concentró en turismo, minas, agricultura y transportes. Como afirma Pinera (nota 18 supra.), la economía de las regiones de la frontera mexicana fue orientada desde esa época por los intereses de los vecinos del norte. En consecuencia, los centros urbanos que entonces concentraban la población orientaron sus actividades y organizaron sus relaciones regionales siguiendo ese compás económico. Gracias a la deficiente relación carretera con el interior del país, estos asentamientos iniciaron, cuando no continuaron, e incluso acentuaron el patrón previo de comunicación trasfronteriza norte-sur, regenerando complementariedades con asentamientos urbanos del otro lado de la frontera, con un nuevo carácter asimétrico y fundamentalmente dependiente para las ciudades mexicanas. Las ciudades del oeste de la frontera mexicana fueron, en comparación con las del este, las que experimentaron con mayor intensidad la relación de dependencia respecto de Estados Unidos, debido a su incipiente desarrollo económico y poblacional y a su carencia de relaciones con el aún poco estructurado sistema urbano nacional mexicano. Paralelamente y de manera intrínseca al acentuamiento de las relaciones trasfronterizas capitalistas se fue constituyendo un proceso de signo contrario. Al entrar este siglo, las diferencias estructurales entre ambos países crecieron concomitantes con el poder y control de cada uno de los Estados-Nación sobre estos territorios, y por ende la línea empezaba a dejar de ser una frontera ficticia para personas y capital (y muchos bienes) para constituirse en el límite del ejercicio de la soberanía y del control de los mercados económicos,19 convirtiéndose, de esta manera, en un freno 17 Sin embargo, en la década del setenta se redujo la importancia relativa del ingreso federal militar, y en la frontera la reducción fue mayor que la nacional. En otras palabras, en los últimos 15 años, el crecimiento experimentado en algunas ciudades estadunidenses de frontera ya no se ha debido a inversiones militares. N. Hansen, op. cit., pág. 232. 18 David Pinera, "Border Communities as a Field of Historical Investigation" en New Scholar 9, 1986, pág 136. 19 En los anos veinte la frontera juega un rol importantísimo, cuando las cuotas de inmigración se volvieron un tema de interés binacional, y en 1924 se crea la patrulla fronteriza norteamericana para ejecutar la política de inmigración de ese país. Oscar Martínez, "La frontera en la conciencia nacional, 1848-1920. Comentarios historiográficos sobre temas selectos" en Estudios Fronterizos. ANDIES, 1981. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS.. 61 selectivo de las relaciones trasfronterizas. Ejemplo de ello han sido el proteccionismo comercial contra productos agrícolas e industriales mexicanos y la limitación a la migración de trabajadores mexicanos. Sin la existencia de la "línea" de frontera no hubieran podido ejecutarse tales acciones de freno al cruce de personas y bienes. 1.4 La Adyacencia de las Diferencias El desenvolvimiento de las relaciones trasfronterizas involucra los siguientes elementos: capital, dinero, mercancías y personas (trabajadores o consumidores). En su praxis, cada uno de estos elementos o factores ha definido diversos procesos interurbanos binacionales. La libertad de los elementos para moverse a través de la frontera ha variado con el tiempo. Esto ha sido producto de las variaciones de la selectividad y del acentuamiento de las relaciones trasfronterizas, expresando de esta manera los cambios en las estructuras de ambos países signados por la profundidad y extensión del modo de producción capitalista. Estos cambios en la movilidad trasfronteriza de los factores se pueden diferenciar en épocas que corresponden a su vez a etapas del crecimiento urbano (Cuadro 1). Este cuadro es una síntesis de información de diversas fuentes y es válido principalmente para el lado mexicano de la frontera. CUADRO 1 Libre movilidad trasfronteriza de los principales factores económicos en la época I (1848-1920 y 1930), en la época II (1920 y 1930-1960), y en la época III (60's-actualidad) MOVILIDAD ÉPOCA I ÉPOCA II ÉPOCA III Sí Personas Capital Dinero Mercancías* Dinero Capital Dinero No Mercancías** Trabajadores Capital** Mercancías** Trabajadores *-Mayoría sí. **-Mayoría no. 20 Jesús Tamayo, Frontera: políticas regionales y políticas nacionales en México. Cuaderno de Ciencias Sociales, serie 4, núm. I, Mexicali, UABC, 1988. Véase también M. Herrera, "Políticas del gobierno mexicano en la región fronteriza norte" en Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 3, núm. 7, El Colegio de México, 1988. 62 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Ambos procesos, el de relación complementaria asimétrica y el de freno selectivo, han sido las formas con que se ha expresado lo estructural y más sustantivo que ha marcado el actual carácter de las ciudades de la frontera mexicana, la contigüidad de las diferencias. Las diferencias estructurales entre México y Estados Unidos son una forma de las diferencias entre un país capitalista altamente industrializado y uno capitalista dependiente y subdesarrollado. No vamos a extendemos en este punto, sólo se señalará la importancia de las diferencias complementarias entre dos países con formaciones sociales distintas y mutuamente necesarias,22 que se expresan en diferencias adyacentes de salarios, precios y consumos. Esta necesidad complementaria está en la base de las relaciones que se han establecido entre las áreas de ambos lados de la frontera. Es en la frontera donde, a partir de las diferencias, se intensifican selectiva y conflictívamente dichas complementariedades en la forma de relaciones o procesos de relaciones. 21 Sobre estas diferencias existe una inmensa bibliografía en varios idiomas. Incluso la construcción de la teoría de la dependencia se basa en el énfasis de la complementariedad histórica de las formaciones sociales desarrolladas y las subdesarrolladas, pues el desarrollo de una ha necesitado de la otra y viceversa. Para el carácter global de estas diferencias véanse los trabajos de Emest Mandel y Samir Amin; respecto al impacto espacial de los vínculos entre las dos formaciones sociales véanse algunos trabajos de André Gunder Frank y Aníbal Quijano, entre otros. Si bien México no ha sido estrictamente colonia de Estados Unidos anotaremos que Mandel (El capitalismo tardío, México, ERA, 1979; en el capítulo XI, muestra cómo las diferencias en las estructuras económicas entre los países metroplitanos y los periféricos, aunado a las relaciones entre ellos, han originado una mayor capitalización (y crecimiento) en los primeros que en los segundos. Las fuentes de las mayores ganancias de las metrópolis en detrimento de las periferias han tomado diversas formas desde que éstas eran sus colonias. En la época del imperialismo clásico (antes de la primera guerra mundial) las dos formas de explotación del tercer mundo eran las ganancias extraordinarias de las inversiones metropolitanas en la periferia y el intercambio desigual. Las ganancias extraordinarias, aunque tienen origen colonial, han persistido posteriormente y sus fuentes han sido las siguientes: a) la composición orgánica media de capital en las colonias era mucho más baja que la industrial de los países metropolitanos; b) la tasa media de plusvalía en las colonias también era frecuentemente superior a la metropolitana; c) el enorme ejército industrial de reserva en las colonias permitió que el precio de la mercancía fuerza de trabajo cayera incluso por debajo de su valor, mientras que en los países metropolitanos, han subido en cada periodo de auge económico desde la segunda mitad del siglo XIX; y d) el sistema colonial transfirió una pane de los costos indirectos del funcionamiento social capitalista al plusproducto precapitalista de las colonias. En la fase del imperialismo clásico la periferia se descapitalizaba debido a que parte considerable de su plusvalía producida capitalistamente era enviada a los países metropolitanos, donde era usada para incrementar la acumulación. El intercambio desigual significa que la periferia ha tendido a intercambiar cantidades crecientes de trabajo (o productos de trabajo) por una cantidad constante de trabajo (o productos de trabajo) metropolitano. Según el autor, la forma principal de explotación del tercer mundo hasta la segunda guerra mundial fue a través de las ganancias extraordinarias; posteriormente ha sido a través del intercambio desigual. La industrialización de la periferia a través de la maquiladora podría estar reeditando a las ganancias extraordinarias como forma prioritaria de explotación. 22 Mutuamente necesarias en el sentido que un país puede ofrecer factores de producción que en el otro escasea por insuficiente calidad o elevado precio. TITO ALEGRÍA/LA CUIDAD Y I.OS PROCESOS.. 63 De manera general estas funciones existen producto de las características de la formación socioeconómica del país, pero adquieren su singular matiz fenoménico debido a la adyacencia de formaciones socioeconómicas diferentes. Tanto la diferencia económica como la cercanía geográfica de dos territorios generan relaciones entre ellos. Cuando estas dos características son intensas y se suman, la relación entre los dos territorios se multiplica.23 Desde esto perspectiva, la frontera es un caso particular de esa generalidad, matizado por el hecho de que las condiciones que mantienen las diferencias entre las regiones de ambos lados de la frontera son generadoras de frenos selectivos a las relaciones trasfronterizas. La finalidad de la frontera de incluir o excluir el flujo de algún elemento es lo que ha teñido de singularismo a las funciones urbanas en las ciudades fronterizas. Son la intensidad además de la selectividad de estas relaciones trasfronterizas y los frenos a ellas las que han impulsado la urbanización concentrada de la frontera. Por ejemplo, la permisividad al comercio trasfronterizo y el freno a la migración. 2. Procesos nacionales, trasnacionales y trasfronterizos En este apartado se intenta delinear conceptualmente los procesos de relaciones que hacen singulares las funciones urbanas de las ciudades de la frontera. Si se definen los procesos aludidos en función de la localización de los elementos de estas relaciones binacionales, estos procesos pueden ser sólo trasfronterizos cuando los actores se mueven en ámbitos fronterizos, o trasnacionales cuando lo hacen a escala nacional. El peso de lo binacional, en su forma trasfronteriza o en la trasnacional, es innegable; sin embargo, sólo en años recientes se ha difundido, positivamente, un enfoque trasfronterizo24 en los estudios urbanos, en contraste 23 Tanto la teoría de base exportadora o del comercio interregional como el modelo gravitacional apoyarían esta afirmación. 24 Jorge A. Bustamante, "La interacción social en la Frontera México-Estados Unidos: un marco conceptual para la investigación" en Roque González, La frontera norte: Integración y desarrollo. México, El Colegio de México, 1981. En este trabajo, el autor propone lo que quizás haya sido la primera "visión trasfronteriza" de la conceptualización de la frontera. El autor define como área fronteriza "a una región binacional geográficamente limitada por la extensión empírica de los procesos de interacción entre las personas que viven a ambos lados de la frontera" (pág. 39) en el reciente trabajo de Jorge A. Bustamante, "Frontera México-Estados Unidos: reflexiones para un marco teórico" en Frontera Norte, vol. 1, núm. 1, 1989; la idea del territorio delimitado por la interacción se mantiene, aunque el término "región binacional" se invalide por sus consecuencias "riesgosas" de ser utilizado en las relaciones fronterizas con Estados Unidos; la homogeneidad del área delimitada por la interacción la define con algunos indicadores de desarrollo social que hacen parecer ambos lados de la frontera más semejantes entre sí que a cada zona fronteriza con el resto de su realidad nacional respectiva. Las diferencias entre ambos lados de la frontera no introducen una ruptura sino una continuidad estratificada de la estructura social binacional en la región fronteriza (pág. 41). Aplicado al análisis urbano, el enfoque basado en el concepto de interacción debería enfatizar dos consideraciones: primero, hay que encontrar la explicación de los fenómenos fronterizos en las diferencias estructurales de ambos 64 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 con la visión anteriormente prevaleciente que confinaba a procesos nacionales el objeto de estudio y, en algunos casos, la explicación de los problemas. Como sabemos, la mayoría de las ciudades de la frontera mexicana crecieron paralelamente con adyacentes localidades norteamericanas. En este contexto, un enfoque trasfronterizo debe concebir las dinámicas urbanas como resultado de la interrelación de los componentes nacionales y binacionales en cada miembro de cada par internacional de ciudades vecinas. Definimos proceso espacial como la unidad estructurada entre dos o más territorios, que comprende lugares y relaciones entre ellos; los procesos que comprenden territorios de ambos países los denominamos procesos binacionales. 2.1 Lo Nacional En un contexto fronterizo es muy difícil diferenciar la especificidad de los componentes nacionales de cada ciudad. La manera más efectiva de reconocerlos sería por exclusión de aquellos componentes binacionales. Esta exclusión se tendría que hacer en función de los impactos directos sobre el área o sector considerado, y se haría de dos maneras, por contenido y por niveles de la actividad. a) La primera, alude a las características propias del aspecto analizado y cabrían las actividades que no tienen relación directa con lo binacional, como las actividades de gobierno y algunos servicios del sector público dirigidas a la población local. Estas actividades se podrían considerar como "no básicas"; es decir, los consumidores de estos servicios son habitantes de la subregión nacional a que pertenece la localidad considerada. b) La segunda manera de diferenciar lo nacional es a través del nivel de actividad. Esto está relacionado con los niveles en que cada actividad no participa de lo binacional. En la frontera, la mayor parte de las actividades urbanas tienen algún tipo de relación directa con los procesos binacionales y las estadísticas no consignan diferencialmente dicha relación La manera de conseguir un conocimiento del nivel de actividad que no está relacionado con lo binacional sería comparando las diferenpaíses que se manifiestan aún en el borde mismo; y segundo, que la interacción es un fenómeno que se da en circunstancias en que la accesibilidad entre dos lugares es posible por adyacencia o buena comunicación. La relación entre dos territorios ocurre cuando son complementarios, es decir, distintos; se intensifica cuando están cercanos. Por sus diferencias estructurales y su contigüidad, los integrantes de los pares binacionales de ciudades adyacentes mantienen relaciones trasfronterizas y presentan similitudes fenoménicas que las hacen parecer conformar regiones urbanas continuas. Sin embargo la espacial discontinuidad estructural (manifiesta en diferencias de precios y salarios) es lo sustantivo en la explicación de sus relaciones trasfronterizas. En síntesis, para definir la singularidad urbana fronteriza el concepto de interacción es necesario, pero no suficiente. 25 Al respecto véanse las compilaciones: Lawrence Herzog, Planning the International Border Metropoli; Monograph Series No. 19, Center for U.S.-Mexican Studies, UCSD, 1986. Joseph Nalven, Border Perspectives on the U.S.-Mexico Relationship; New Scholar, Vol.9, 1984. 26 El término nacional es usado aquí en sentido fenoménico y no político-administrativo. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 65 das de las estructuras urbanas de las localidades de la frontera con las localidades del interior que más se les parezcan en sus tamaños de población y contextos geográficos. Este referente de comparación son las localidades de los estados de la frontera que no están sobre el borde internacional. Con lo anterior es claro que los componentes nacionales se pueden considerar y estimar de manera independiente en cada miembro del par binacional de ciudades. Su carácter nacional surge de la circulación de bienes y servicios locales entre ofertantes locales y consumidores locales. En conclusión, una conceptualización de lo nacional urbano en la frontera es muy difícil sin alejamos de una definición empírica de ello. Podríamos considerarlo que está presente en las actividades que tienen carácter y estructura similares en las mismas actividades de las localidades de la frontera y del interior del país, y que a la vez no tienen una relación directa con los procesos binacionales. 2.2 Procesos Binacionales: lo Trasnacional y lo Trasfronterizo Los componentes binacionales son los vínculos que cada zona urbana tiene con su par adyacente extranacional y con la región a la que esta última pertenece. Son la materialización de las influencias que reciben las ciudades fronterizas de su contexto espacial fronterizo. Dichos vínculos se evidencian como flujos trasfronterizos que impactan diversa y desigualmente a cada integrante de los pares urbano. Se pueden distinguir dos tipos de relaciones binacionales relevantes para el análisis urbano: uno a escala del país que llamamos trasnacional, y el otro a escala regional denominado trasfronterizo. a) El primero tiene que ver con la función que las ciudades de frontera desarrollan en tanto puentes de comunicación entre ambos países. Se relacionan actividades cuya existencia o cuyos niveles de actividad necesitan de la relación trasnacional, debido a las diferencias estructurales entre ambos países. Son actividades que no dependen de una localización fronteriza y cuyos orígenes y destinos pueden ser ubicuos en cada territorio nacional. Por esta razón su impacto directo en las localidades de la frontera debiera ser mínimo en el corto plazo, pero no por ello poco importante en el largo plazo. Ejemplos de estos procesos son el comercio y la migración internacionales. b) El segundo tipo, el de escala regional, agrupa a los procesos que podemos definir como trasfronterizos, ya que su realización ocurre en la relación que se establece entre alguna ciudad fronteriza de un país y una contraparte extranacional contigua. La localización fronteriza de los orígenes y destinos de esas relaciones, es determinante, también, para la localización fronteriza del resultado de dichos procesos. Éstos son expresión y consecuencia de la contigüidad espacial de las diferencias estructurales de las formaciones socioeconómicas de cada país, la cual permite la intensificación de los nexos trasfronterizos como una forma de 66 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 solución por complementariedad de las necesidades que cada estructura presenta. Los procesos trasfronterizos más relevantes para el análisis urbano de las ciudades en la frontera mexicana son: los procesos de la maquila de exportación, de la migración itinerante trasfronteriza, de la trasmigración, del comercio de subsistencia trasfronterizo, entre otros. Las consecuencias directas de estos procesos trasfronterizos sobre las ciudades son desiguales para cada par binacional y para cada miembro del par. En cada 27 Una distinción sobre actividades fronterizas aparece en Mario Margulis y Rodolfo Tuirán, Desarrollo y población en la frontera norte: el caso de Reynosa. México, El Colegio de México, 1986, págs. 23-31. Los autores proponen clasificar a las actividades de la frontera en "fronterizas" y "no fronterizas". Las primeras serían actividades que dependan de la localización en frontera (sin decimos en qué consiste la dependencia de esa localización); las actividades "no fronterizas" serían aquellas que no dependen de su localización de frontera, y que se basan predominantemente en fuerza de trabajo y recursos nacionales. Como los autores no usaron un criterio homogéneo discriminador entre fronterizo y no fronterizo, pueden existir actividades que se ajusten a ambos tipos de definición como los servicios de aduana, gobernación y comercio internacional, que realizándose con fuerza de trabajo y recursos nacionales, algunas de sus funciones sólo pueden realizarse en la frontera atendiendo a población fronteriza. También, la mayor parte de los comercios y servicios en la frontera utilizan fuerza de trabajo y recursos nacionales para llevarse a cabo, y casi todos podrían existir en cualquier ciudad del interior del país; según la definición propuesta, estas actividades no serían fronterizas, sin embargo, algunas de estas actividades tienen como principal mercado a continuos visitantes extranjeros. Los autores soslayaron estos inconvenientes conceptuales utilizando el nivel de riesgo de una actividad económica como indicador de su calidad de "fronterizo". Lo que lograron fue hacer más ambigua su definición de lo real: el mayor riesgo de la actividad fronteriza lo atribuyen implícitamente a la existencia de dos regulaciones (políticas) sobre una actividad; sin embargo, no toman en cuenta que ese riesgo existe para cualquier tipo de relación internacional independientemente de su localización, ni tampoco que la frontera es escenario de lo que muchos periodistas han denominado "tierra de nadie", es decir, el lugar donde muchas de sus actividades existen porque eluden las regulaciones (como cieno tipo de migración y de comercio). En consecuencia, la pregunta de si una actividad de la frontera es fronteriza o no, a mi juicio es una pregunta espuria. 28 La industria maquiladora es trasfronteriza para México en tanto sus insumos y productos tienen mercados casi exclusivamente norteamericanos. Cerca del 90 por ciento de sus empresas se localizan en urbes de la frontera mexicana. La migración itinerante es el proceso que realizan trabajadores mexicanos afincados en el lado sur de la frontera y que periódicamente atraviesan la frontera para trabajar temporalmente en territorio norteamericano. La trasmigración es el proceso realizado por trabajadores mexicanos que viviendo en las ciudades mexicanas de la frontera, día con día atraviesan la frontera para asistir a sus empleos en el lado norteamericano. El proceso de comercio de subsistencia son los desplazamientos trasfronterizos que hacen habitantes de ambos lados de la frontera para comprar bienes (principalmente no duraderos) de consumo final para el hogar. Otros importantes procesos son: el turismo trasfronterizo, que realizan habitantes de las regiones de frontera de ambos países con movimientos relativamente cortos y principalmente menores que un día de duración; el ahorro trasfronterizo, que ocurre cuando mexicanos (principalmente) habitantes de la frontera utilizan el sistema bancario norteamericano para ahorrar; y, el comercio de reuso, que es el submercado trasfronterizo de bienes usados de consumo final provenientes de las regiones de frontera norteamericana y que son consumidos, reciclándolos, por habitantes del lado mexicano. 67 TITO ALEGRÍA/LA CUIDAD Y LOS PROCESOS.. ciudad fronteriza, la relación de los componentes nacionales con los binacionales han producido particulares estructuras espaciales, poblacionales y económicas urbanas. En el lado sur del borde internacional se ha intensificado esta singularidad más que del lado norteamericano, y se evidencia en las mayores diferencias existentes en el lado mexicano entre las ciudades de la frontera y las de su interior. Esto se debe a que el peso de los procesos binacionales es mayor en estas ciudades que en las estadunidenses. 2.3 Modelo Conceptual de los Procesos Trasfronterizos La naturaleza, estructural y las características de cada proceso necesitan estudiarse específicamente. En lo que sigue, hemos de señalar las características morfológicas más importantes de los procesos trasfronterizos (véanse Figura 1 y Cuadro 2). Éstas son las siguientes: a) Escala territorial. Se refiere a la extensión territorial de cada lado de la frontera que cualquier proceso necesita mínimamente para poder realizarse. Estas extensiones las podemos organizar conceptualmente en los niveles local, regional y nacional. Por la definición que hemos dado de estos procesos, podemos esperar que la escala en el lado mexicano sea local (excepcionalmente regional), y en el lado norteamericano, aunque puedan presentarse los tres niveles, predominaría el nivel local. CUADRO 2 CARACTERÍSTICAS DE LOS PRINCIPALES PROCESOS TRASFRONTERIZOS DE LAS ÁREAS URBANIZADAS DE LA FRONTERA MÉXICO-E.U. ESC ALA DIRECCIÓN INTENSIDAD FRECUEN- ELEMENTO CIA DEFINITORIO PROCESO MÉXICO EE. UU. MÉXICO EE. UU. MÉXICO MÉXICO EE.UU. EE. UU. MÉXICO EE. UU. Maquiladora Local-regional Regional-nacional De paso Origen-destino Muy alta Variable Mercancías Capital Turismo Local-regional Local-regional Origen-destino Origen-destino Muy alta Menos que una semana Consumidores Consumidores Migración itinerante Local-regional Regional Origen-destino De paso Baja Estacional Trabajadores Transmigración Local-regional Local Origen-destino De paso Alta Diaria Trabajadores Comercio de Local Local Origen-destino Origen-destino Media Semanal Consu-mercan. Consumo Consumercan. Ahorros Local Local Origen Destino Baja Quincenal Comercio de reuso Local Local-regional Destino Origen Baja Semanal Dinero Mercancías TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 69 b) Dirección. Indica origen y destino del flujo trasfronterizo que cada proceso experimenta. Según el proceso considerado pueden cruzar la frontera personas, productos, dinero y capital. El movimiento de estos elementos nos dirá desde dónde y hacia dónde actúa cada proceso; por lo tanto, y según el elemento considerado, habrán conjuntos de orígenes y conjuntos de destinos para un mismo proceso. Sin embargo, podemos esperar elementos con destinos y orígenes comunes para el mismo proceso debido a restricciones que impone la escala territorial. c) Intensidad. Es la importancia que cada proceso presenta, y puede expresarse en términos absolutos y relativos. En tanto, todo proceso experimenta flujos además de acciones en el origen y destino, la intensidad puede medir los movimientos trasfronterizos de los elementos, y también el impacto del proceso en las escalas territoriales involucradas en el origen y en el destino. d) Frecuencia. Se refiere al tiempo mínimo en que se cubre un ciclo del proceso. La determinación de la frecuencia consiste en conocer la fenomenología del elemento definitorio del proceso. Esta característica está asociada y restringida por la escala territorial involucrada, por lo que se esperan frecuencias menores de una semana para los procesos locales y algunos regionales. e) Elemento definitorio. Como ya se señaló, cada proceso involucra los siguientes elementos: personas, productos, dinero y capital. Conceptualmente el elemento que define un proceso es aquel objeto-sujeto principal (es) del problema por analizar. Por ejemplo, el proceso de trasmigración tiene por actores principales a los habitantes en México que trabajan en Estados Unidos, por lo tanto el elemento definitorio serán las personas que trabajan. Delimitar el elemento definitorio es importante tanto para conocer el proceso trasfronterizo particular como el carácter permisivo o prohibitivo de la frontera. //. Las Ciudades de la Frontera La urbanización fronteriza está muy ligada a la constitución de la frontera como una línea de limitación de las soberanías de cada país, y a los procesos que desatan la contigüidad espacial de las diferencias estructurales de sus formaciones socioeconómicas. Esos procesos ocurren fundamentalmente en localidades y les dan diferente vitalidad a cada una de ellas. Recordemos que los primeros procesos que se desarrollaron en estas zonas después de la llegada de los conquistadores europeos fueron las complementariedades ecológico-sociales entre los poblados coloniales. Después de 1848, al instaurarse la nueva división política internacional, aparecieron los procesos trasnacionales como vitalizadores urbanos de la frontera. Paralelamente se desarrollaron los procesos trasfronterizos, que sólo posteriormente se convirtieron en los más importantes para la vida urbana 70 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 fronteriza. El crecimiento urbano en la frontera adquiere su particularidad del protagonismo de ambos tipos de procesos. Sin embargo, la presencia de contundentes factores exógenos a la zona, tales como las políticas desde el gobierno central, han influido en la dialéctica de la urbanización y la economía. Para el desenvolvimiento de ambos tipos de procesos, sobre todo los trasfronterizos, ha sido necesario que los contextos económicos adyacentes y divididos por la línea internacional, sean distintos. Pero a la vez, cada lado de la frontera en todo su recorrido no ha presentado iguales contextos económicos, es decir, el desarrollo de los procesos mencionados ha sido desigual en esa extensión. Las ciudades constituyen la parte preponderante de dichos contextos, en parte por las grandes tasas de urbanización de la zona, y porque las ciudades concentran la mayor parte de las actividades dinámicas. 1. Distribución urbana y frontera Las ciudades de la frontera han crecido de manera dispersa concentrando en pocos puntos a la población. Las condiciones geográficas inhóspitas han sido la principal razón de ello. Sin embargo las condiciones geográficas no explican cuatro cuestiones básicas de la urbanización de la frontera: a) Por qué ciudades localizadas en similares contextos geográficos adversos han tenido tan distintos crecimientos; b) Por qué los asentamientos urbanos se han dado en la forma de pares binacionales de localidades contiguas; c) Por qué en la mayoría de estos pares binacionales, la ciudad mexicana ha crecido más que su contraparte estadunidense; d) Por qué la mayoría de las ciudades del lado mexicano son más grandes cuando están localizadas sobre el borde internacional que en el interior de sus regiones de frontera, a diferencia del lado norteamericano, donde gran parte de sus localidades de sus regiones limítrofes son más grandes cuando están localizadas fuera de dicho borde. La complejidad de la circunstancia fronteriza y el relativamente reciente interés académico por el estudio urbano de ella han gravitado para que aún no se haya encontrado respuesta a estas cuestiones. A continuación vamos a presentar una primera aproximación a esta discusión. 29 Desde mediados de la década de los años sesenta, los procesos trasfronterizos incrementaron su importancia sobre aquellos trasnacionales que les habían otorgado a las localidades fronterizas la función urbana de "puente" internacional. Como expresión de este cambio, la población dejó de crecer más rápido que el empleo en las ciudades mexicanas fronterizas más importantes, generando mejores condiciones de arraigo de la gran población flotante de aquella época. Esto se visualiza a partir de las conclusiones de: R. Ramírez y V. Castillo, La frontera México-Estados Unidos. Estudio de las economías de Baja California y California. Mexicali, B. C., Universidad Autónoma de Baja California, Cuadernos de Economía, Serie1, Cuaderno 1, 1985; y de R. Cruz y R. Zenteno, "Un contexto geográfico para la investigación demográfica de la frontera norte de México", ponencia presentada al Simposio Binacional de Población en la región fronteriza México-Estados Unidos, realizado en El Colegio de la Frontera Norte en Tijuana, 1985. Conclusiones similares aparecen en Tito Alegría, Crecimiento y estructura urbana de la ciudad de Tijuana. Situación actual y perspectivas. Tijuana, COLEF, Cuaderno de Trabajo (en prensa). TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 71 1.1 Distribución Jerárquica y Espacial Urbana Partimos de la hipótesis que la forma actual de la distribución jerárquica y espacial de las ciudades de la frontera ha sido realizada por fuerzas que se pueden organizar conceptualmente dentro de las teorías que explican el tamaño y la distribución espacial de las localidades. Aún existe la tentación de considerar la teoría del comercio internacional como instrumento para explicar el crecimiento económico fronterizo, y con ello, el urbano. Las versiones más ortodoxas de esta teoría se basan en el concepto de equilibrio del mercado y en la idea que habrá necesariamente una convergencia en el nivel económico de las zonas relacionadas a través del desplazamiento de capitales y trabajadores o de transferencias monetarias vía precios. Sin embargo, esta teoría es incapaz de explicar las desigualdades económicas trasfronterizas y el mantenimiento de ellas. Esto se debe a que ignora la teoría del desarrollo y del subdesarrollo, y sus implicaciones espaciales. Las consecuencias que se derivan de esta teoría argumentan las iniciativas en pro del libre comercio trasfronterizo, pero sus nociones de mercados homogéneos y transparentes no toman en cuenta las realidades de la mayoría de las regiones fronterizas. Otra teoría que ha sido considerada para explicar el tamaño y la distribución de las localidades de la frontera es la teoría del lugar central. En su forma original es una teoría determinista y estática, y explica la vertical distribución jerárquica de las ciudades y la horizontal distribución espacial de las mismas a partir de la noción de áreas de mercado o de influencia. Cada actividad o función urbana produce un bien o un servicio que tiene un área radial de mercado sobre una superficie homogénea en personas y recursos. La distancia radial mínima del área de mercado abarca la mínima cantidad de compradores necesaria para que el negocio sea rentable, dada la composición de costos. A esta distancia mínima se le denomina umbral, y cada una de las funciones tiene un umbral distinto de los demás; considerado como N el número de funciones posibles en cada localidad. Si el menor umbral lo tiene la función 1, y el mayor la función N, entonces la localidad que tenga la función N será la más central. La localidad siguiente de menor jerarquía será la que tenga su mayor área de mercado con la función N-1, y así sucesivamente hasta la localidad que tenga sólo la 1, que será la menos central del sistema. En la versión de uno de los pioneros de la teoría, Walter Christaller (1933), se cumple que si una localidad tiene como función de mayor orden a N-J (tal que N-1>J>1), entonces tendrá también todas las funciones de menor orden. En la versión de otro de los diseñadores de esta teoría, August Lösch (1939), el modelo se cumple si la localidad que tiene como función de mayor orden a N-J, no tiene necesariamente todas las funciones de menor orden, contemplando la posibilidad de especialización que muchas ciudades tienen. 30 Niles Hansen, The Border Economy. University of Texas Press, 1981, pág. 22. 31 Una útil revisión bibliográfica sobre el tema se encuentra en el trabajo de B. Graizbord y C. Garrocho, "Sistemas de ciudades: fundamentos teóricos y operativos", CONAPO, México, (1986), documento de trabajo. 72 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 7989 El espacio derivado de esta teoría es un sistema reticular de áreas de mercado hexagonal para cada orden jerárquico. Las retículas se superponen horizontalmente de manera que las localidades con N funciones estén en el centro de los hexágonos mayores, los cuales a su vez contienen hexágonos más pequeños en cuyos centros se encuentran localidades con N-1 funciones, y así sucesivamente se puede ir bajando en la jerarquía urbana hasta encontrar las más pequeñas localidades (Figura 2). Los estudios empíricos han mostrado la tendencia a que los lugares más centrales concentran más población y que haya una disminución progresiva de habitantes conforme avanzamos sobre localidades menos centrales. Sin embargo esto es teóricamente difícil de demostrar pues se tendría que relajar los supuestos e introducir consideraciones exógenas al modelo, como la migración, el nivel de actividad, el grado de especialización y la infraestructura de producción acumulada por cada ciudad. 32 En el modelo del lugar central, el tamaño urbano expresa la nodalidad y no sólo la centralidad. En el modelo: N=C+L, donde N es la nodalidad o importancia absoluta, C es centralidad o importancia relativa a otras localidades o jerarquía funcional (dada por el umbral), y L es la importancia local o tamaño del consumo interno. Esto quiere decir que L no depende directamente de la jerarquía interurbana, y que el tamaño de población de la ciudad depende tanto de C como de L. Más adelante veremos que ambos, C y L, pueden estar compuestos, también, por funciones especiales. Sobre este tópico se puede ver a R. Preston (1971), "The Structure of Central Place System" en Economic Geography, No. 2, vol. 47. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 73 En el espacio de la frontera podemos probar el modelo en su formulación más simple y general y obviando sus consideraciones geométricas restrictivas, utilizando el concepto de área de mercado en tanto esferas de influencia cuyos límites no se pueden definir perfectamente. Tomando en cuenta que las ciudades de las regiones de frontera han desarrollado vínculos intrarregionales y trasfronterizos conformando particulares subsistemas urbanos binacionales, el problema teórico que a continuación discutiremos se refiere a la necesidad de tener una única explicación para el crecimiento desigual de los integrantes de cada par binacional de ciudades (en el Anexo 1 se puede ver la diferencia de población entre los integrantes de cada par binacional de localidades). Si tomamos en cuenta que son los lugares más centrales los que más concentran actividades y población, y que para ello necesitan áreas de mercado suficientemente extendidas en el espacio, la existencia de la frontera limitaría el crecimiento de las ciudades localizadas sobre ella debido a su escasa permeabilidad para productos y personas; es decir, la frontera limitaría el crecimiento trasfronterizo de las áreas de mercado locales. Las ciudades más concentradoras serían aquellas que estando en la región de frontera no están sobre el borde mismo. Además, las localidades fronterizas tendrían sus relaciones principales con aquellas más concentradoras dentro de cada una de sus propias regiones, antes que con alguna allende la frontera. En la realidad este esquema se cumple más con la mayoría de las regiones limítrofes estadunidenses que con las mexicanas. En estas últimas, la mayoría de las ciudades más concentradoras están sobre el borde internacional, y hacia su interior las localidades son más pequeñas. La teoría necesita añadir conceptos económicos y no económicos para acercarse a la realidad trasfronteriza. Como apunta Carter,34 existen actividades y funciones urbanas cuyas localizaciones no dependen de la centralidad, sino de una especialización superponiendo su patrón espacial sobre la pauta de los lugares centrales.35 En nuestro contexto fronterizo existen: a) características que afectan las relaciones interurbanas, como la accesibilidad (inclusión o exclusión) trasfronteriza; también b) especializaciones de las ciudades en ciertas actividades del terciario y -recientemente— del secundario, que conforman los procesos 33 Sobre esta manera simplifica, la y más realista de formular el modelo se puede consultar el clásico trabajo de Brian Berry y William Garrison (1958), "Recent Developments of Central Place Theory", en Regional Science Association, Papers and Proceedings. 34 Harold Carter, op. cit., pág. 66. El autor concluye que ".....cualquier explicación en tomo a la distribución de las ciudades no puede basarse exclusivamente en métodos relacionados con el análisis de lugares centrales, sino que necesita ser complementada, de manera integradora, con interpretaciones derivadas del análisis de actividades especializadas", pág. 67. 35 A. Lösch The Economics of Location. New Haven, 1954, pág. 105. En el modelo del autor, la concentración en algunas ciudades se debe a la posibilidad de especialización y al influjo de las economías de escala; aunque esta concentración se restringiría por los costos de transpone y los beneficios de una economía diversificada (economías extemas). Recordemos que en este modelo, el sistema urbano-regional lo teje exclusivamente relaciones de compraventa interurbanas. 74 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 trasfronterizos; además c) especializaciones de las urbes en ciertas funciones regionales y nacionales, que conforman los procesos trasnacionales. Es necesario repetir que fueron los procesos trasnacionales primero y después, principalmente, los trasfronterizos los que le han dado vitalidad a las urbes mexicanas de la frontera, haciendo crecer a su vez los procesos que hemos llamado nacionales. El crecimiento de lo nacional significa una mayor plurifuncionalidad, que acompañada con crecimiento de población y con un mejor aprovechamiento de los recursos regional-nacionales, permitiría mejores posibilidades de menor dependencia de estas ciudades frente a los procesos trasfronterizos y trasnacionales. En la conformación de estas urbes fronterizas, las localidades que no lo son y que están cercanas han ido perdiendo capacidad de competir por mejores posiciones en la jerarquía urbana regional. Esto se debió a que la ventaja locacional de una ubicación fronteriza, que hoy es nítida, se fue conformando a medida que el proceso de linealización de la frontera se fue acentuando. a) Accesibilidad Una característica clave para comprender la yuxtaposición del patrón de centralidad con el de especialización urbana es la accesibilidad trasfronteriza de los mercados (laborales, de bienes y de capital) urbanos. Los niveles de esta accesibilidad están determinados por factores económicos, como precios, salarios y tasas de interés; por factores legales, como los permisos migratorios, y por factores espaciales, como los costos de la distancia y la espera de cruce. Las limitaciones que tienen los consumidores para acceder al mercado de la vecina localidad extranacional es desigual en cada lado de la frontera. Hay tres elementos que hacen diferente o asimétrico el grado de accesibilidad al mercado trasfronterizo: a) cualquier norteamericano puede venir al lado mexicano sin documento migratorio, su pase es libre; sin embargo, sólo los mexicanos portadores de documento migratorio pueden cruzar hacia el lado norteamericano. Este solo hecho hace que el mercado potencial y su área sea menor para los negocios de Estados Unidos y mayor para los de México; b) la diferencia entre ambos lados de la frontera en precios y salarios por sector de actividad, que aunque no disminuyan el área de mercado, sí 36 Es tentadora la analogía con el modelo de base económica, suponiendo actividades básicas a las que componen los procesos transfronterizos y trasnacionales, y como actividades no básicas a las que componen los nacionales o internos de las ciudades. 37 Harold Carter, op. cit., pág. 90. El autor citando A. Pred, The Spatial Dynamics of the USUrban-lndustrial Growth 1800-1914: Interpretative and Theoretical Essays. MIT Press, Cambridge, afirma que el tamaño y el espaciamiento que ofrecen las ciudades son producto, en parte, de la forma en que se realizan las tareas especializadas que las ciudades desempeñan; pero, continúa, es evidente que cuanto mayor sea la dudad, o cuanto más avanzada sea la economía en términos de capitalismo occidental, tanto más plurifuncional se hará la dudad. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS.. 75 reducen el volumen de ventas para los negocios de Estados Unidos, y lo aumentan para los de México; c) la diferencia en la cantidad y el tipo de producto que las aduanas de ambos países permiten cruzar. Los tres elementos mencionados hacen que las ciudades mexicanas sean las que tienen los negocios con mayores áreas potenciales de mercado trasfronterizas, y por ello en parte una mayor población que sus vecinas de Estados Unidos. Es evidente que esas actividades locales, involucradas en los procesos trasfronterizos, no son las únicas que introducen dinamismo a la economía y población urbanas; aparte hay que sumar el efecto generado por las actividades envueltas en los procesos trasnacionales. También hay que tener en cuenta que en las localidades donde las actividades nacionales sean mayores que las binacionales, su tamaño poblacional dependerá menos del alcance trasfronterizo del área de mercado de sus negocios; ello ocurre con las más importantes ciudades fronterizas norteamericanas, como es San Diego, donde el grueso de su actividad económica urbana ha estado más afectada por inversiones de gobierno, turismo nacional e industria para mercado no trasfronterizo. b) Migración Otro elemento que ha permitido un mayor tamaño urbano en el lado mexicano está asociado con el proceso trasnacional de la migración entre México y Estados Unidos. Las ciudades de la frontera mexicana han sido los vértices de confluencia, el último eslabón extranorteamericano de la migración de millones de mexicanos, latinoamericanos y asiáticos que intentan cruzar la frontera hacia ese país. Estas ciudades han sido parcialmente pobladas por una parte de esos migrantes que fueron obligados o hicieron voluntariamente su regreso a México, hecho que se ha registrado como crecimiento social (migración). En cambio, en el lado norteamericano, las ciudades fronterizas no han tenido gran capacidad de retención del migrante trasnacional, como sí la han tenido las grandes ciudades del interior de sus regiones limítrofes, como Los Angeles, Tucson o San Antonio, que no están sobre el borde internacional (Gráfica 1). 38 Según el censo de población norteamericano, en 1980, el 1 por ciento de la población total de Estados Unidos, había nacido en México. En los seis ejes urbanos más importantes de la frontera de ese país, el 8.9 por ciento de la población de las ciudades fronterizas había nacido en México; mientras que alcanzó el 7.5 por ciento en las ciudades del interior. La diferencia de estos porcientos debiera ser mayor en función de la distancia desde la frontera hacia las ciudades del interior. Es más, en términos absolutos Los Angeles, Tucson y San Antonio, tienen más población nacida en México que San Diego, Nogales, Eagle Pass y Laredo, respectivamente (véase Cuadro Anexo 2). Las políticas migratorias distintas de ambos países son una razón principal para el diferencial de concentración de población migrante de ambos lados de la frontera: la política migratoria norteamericana obstaculiza la permanencia de migrantes (indocumentados) en su frontera, mientras la política mexicana no. 76 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Las localidades fronterizas deben haber experimentado una migración transfronteriza, pues es probable que la mayoría de los mexicanos residentes del lado norteamericano de la frontera hayan vivido antes en el lado mexicano: el habitante fronterizo no concibe esa mudanza como migración sino como cambio de zona dentro de la misma urbe. La bibliografía sobre migraciones señala la importancia de la preexistencia de vínculos (familiares, amistosos o culturales) con un lugar para que el migrante lo elija como destino. Con ello, las ciudades fronterizas de Estados Unidos debieran ser las que más capten la migración, legal o ilegal. Sin embargo, hay dos razones importantes que deben estar influyendo para que la migración, sobre todo la ilegal, no siempre se concentre en la frontera -aportando así a la población de localidades del interior-: a) la política norteamericana migratoria, que al permitir pequeñas cuotas anuales de inmigrantes mexicanos (con las excepciones del programa de braceros y recientemente de la ley Simpson-Rodino, que aceptaron cuotas excepcionalmente mayores), ha convertido en ilegales a miles de personas que han intentado inmigrar a ese país. Esta restricción ha necesitado sobredimensionar el aspecto de control (policial) que se presenta más intensamente en las localidades norteamericanas fronterizas que en aquellas localizadas más al norte. Por obvias razones de seguridad, el inmigrante ilegal tiene que dirigirse hacia localidades del interior de ese país y no quedarse en la frontera. Cuando es deportado a México, se estacionará, temporal o definitivamente, en localidades fronterizas, b) Otra razón importante es que una ciudad grande del interior del suroeste norteamericano brinda más diversas posibilidades de empleo frente a sus más pequeñas urbes fronterizas. Esa magnitud y diversidad influye también para TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 77 que el migrante no tenga que buscar nuevas Idealizaciones en la circunstancia de pérdida de empleo o salvaguarda de la policía migratoria. 1.2 Distribución de Jerarquía Urbana Las concentraciones de población en las localidades de las regiones de frontera han cambiado desde el siglo pasado. Estos cambios han hecho variar la ubicación jerárquica de cada localidad dentro de su propia región. Se puede esquematizar dos tipos preponderantes de organización jerárquica de las ciudades en las regiones fronterizas: la primera de carácter trasnacional, y la segunda de carácter trasfronteriza. 39 F. Bean, B. L. Lowell y L. Taylor, "Undocumented Mexican Inmigrants and the Earnings of other Workers in the United States". Texas Population Research Center Papers, The University of Texas at Austin, 1986, págs 8-9. Los autores remarcan la tendencia a que los inmigrantes indocumentados se concentren en áreas que tienen un gran número de otros inmigrantes, sobre todo en las áreas más urbanizadas del suroeste norteamericano. Así, del 1.1 millón de indocumentados mexicanos detectados por el censo norteamericano en 1980, los Angeles tenía cerca de 45 por ciento y 12 áreas metropolitanas tenían más de las tres cuartas panes de este total (de esas 12 áreas metropolitanas sólo la de Chicago no se localiza en el suroeste norteamericano). 78 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 a) De carácter trasnacional Este esquema lo dibuja una ciudad fronteriza más pequeña que otra localizada distante de la frontera y que es centro de la región a la cual pertenecen ambas localidades. En la Figura 3 este esquema es el A. Las principales fuerzas económicas que generaron este esquema de distribución y jerarquía urbanas, los ubicamos en los procesos trasnacionales (movimiento de personas y bienes entre orígenes y destinos geográficos ubicuos en los dos países). Estos procesos han proporcionado el componente principal de la dinámica urbana a las localidades fronterizas, en donde alguna de las ciudades integrantes de los pares binacionales tuvo como función principal las actividades de puerto internacional. El esquema es preponderante en el periodo que comprende la segunda mitad del siglo pasado y las primeras décadas del actual, que hemos denominado Época I (Figura 4).40Entonces las diferencias económicas entre ambos lados de la frontera no eran muy marcadas, las economías estaban en expansión (geográfica y de producción) y por lo tanto no habían restricciones político-legales al movimiento trasfronterizo de los trabajadores. Las áreas de mercado local se superponían trasfronterizamente con mínimas restricciones y, por ende, cada par binacional se pudo haber considerado una sola localidad con dos centros urbanos, que en la mayoría de los casos estaban localizados contiguos sobre la línea internacional. En esta situación, las ciudades fronterizas norteamericanas eran más grandes que las mexicanas (con pocas excepciones, como el par Matamoros-Brownsville), debido a que sus mercados trasfronterizos eran más importantes que el de sus vecinas mexicanas41estándoles empleo; esto ocurría porque su abasto era mucho más eficiente desde el interior de ese país, pues estaban mejor comunicadas; es decir, estaban mejor integradas en el sistema urbano norteamericano. b) De carácter trasfronterizo En este esquema la ciudad fronteriza es más grande que otras no fronterizas de su misma región, constituyéndose en el centro regional. Es el que se ha discutido para probar la teoría del lugar central, y se muestra en la Figura 3 como Esquema B. Las fuerzas económicas que lo generan lo han denominado procesos transfronterizos. Estos procesos le quitan importancia a los trasnacionales como generadores de la dinámica urbana cuando las diferencias estructurales entre las economías de ambos países se ahondan y los estados nacionales expanden y profundizan su control hasta sus fronteras, intensificando de ese modo el proceso de linealización de la 40 Tanto en la Figura 4 como la 5 se han elaborado con datos del Cuadro Anexo 2. Las distancias sobre los ejes trasfronterizos son kilómetros carreteros entre las ciudades. El, E2, etc., designan los principales ejes urbanos trasfronterizos; las ciudades que los integran aparecen también en el Anexo 2. 41 Pero también -y correspondientemente- porque no había limitaciones inmigratorias de pane de Estados Unidos, lo cual el migrante no tenía el imperativo, ni la posibilidad laboral de quedarse en la frontera. TITO AI.EÜRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS.. 79 lineali2ación de la frontera. La contigüidad de las diferencias, así generada, propició la regeneración de los nexos de complementariedad entre ambos lados de la frontera -que hemos denominado procesos trasfronterizos-, y el crecimiento de las ciudades fronterizas, y con ello, la aparición de lo que hemos llamado lo nacional urbano. Esta diversidad, incrementada por los efectos de los procesos trasnacionales, es la característica de las ciudades fronterizas, principalmente de las más grandes. 80 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Este esquema empieza a ser importante en la época dos, que se inicia en la cuarta década de este siglo; pero únicamente es preponderante, y sólo en las regiones fronterizas mexicanas que contienen a las ciudades más importantes del borde internacional en la tercera época, que se inicia en la década del sesenta y continúa hasta nuestros días (véase Figura 5). En el lado norteamericano el esquema A continúa siendo el más extendido debido, principalmente, al mayor peso de lo nacional en la economía urbana de sus ciudades limítrofes, sobre lo trasnacional y lo trasfronterizo. Los pares binacionales de ciudades adyacentes se componen generalmente con ciudades mexicanas más grande que sus vecinas norteamericanas (con la excepción de San Diego-Tijuana, Fabens-Guadalupe y Río Grande-Ciudad Camargo). Dentro de la teoría no puede haber lugar para dos localidades concentradoras en la misma región nodal, y como las ciudades de la frontera son las que han tenido estructuralmente mayores ventajas de crecimiento, por la contigüidad de las diferencias, son ellas, entonces, las que han subordinado al resto de localidades no fronterizas dentro de su propia región limítrofe, restándoles posibilidades de crecimiento y competencia, organizando el espacio interurbano como una red en abanico, cuyo centro de giro está sobre la frontera. Resumen Final Las ciudades de la frontera México-Estados Unidos forman pares binacionales de localidades adyacentes que regionalmente, en su mayoría, no son los lugares de mayor jerarquía urbana en el lado norteamericano, mientras que en el lado mexicano sí son centros regionales. El surgimiento, crecimiento y actual estructura de estas ciudades fronterizas es más eficiente explicarlos con las influencias que reciben de los procesos que se han definido como nacionales y binacionales (tras-nacionales y trasfronterizos). Estos procesos son la expresión de la adyacencia espacial de formaciones socioeconómicas con estructuras diferentes. Las diferencias generan necesidades complementarias, la adyacencia permite su solución con mínimos costos adicionales. La frontera, con sus características permisivas que surgen en la esfera política de los dos Estados-nación modernos acentúa selectivamente los flujos de factores que la cruzan conformando los procesos binacionales. También, la frontera limita la difusión de cada estructura sobre la otra vecina, manteniendo sus diferencias en adyacencia. La regulación política sobre la permeabilidad de la frontera sigue a la dinámica de los procesos. Por ejemplo, cuando no lo hace convierte en ilegales a los migrantes y a los intercambios comerciales. En contraste con la permeabilidad fronteriza, los procesos reciben sus impulsos de la diferencia estructural, cuyas manifestaciones más relevantes son los diferenciales de precios, salarios y consumos. A mayor diferencia estructural mayor flujo trasfronterizo; de manera que el lado con mayor capacidad de inversión y de consumo condiciona la dinámica del otro. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS. Durante la mayor parte de este siglo, las diferencias estructurales entre ambos países se han acentuado, intensificando la importancia de los procesos binacionales para el desarrollo urbano fronterizo, relegando a los procesos nacionales, sobre todo en el lado mexicano. En las ciudades fronterizas más grandes del lado norteamericano, los procesos nacionales siguen siendo los determinantes de su desarrollo, y con ello su dependencia de la localización fronteriza es menor que para las ciudades del lado mexicano. 81 CUADRO ANEXO 1 PARES BINACIONALES DE LOCALIDADES DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS POR ESTADO, POBLACIÓN Y NÚMERO DE VECES LA POBLACIÓN DE LA LOCALIDAD MEXICANA RESPECTO LA LOCALIDAD ESTADUNIDENSE Estado Localidad Población en Num. de Veces pob. mex. hab. Respecto pob. EUA 1900 1980 1900 1980 Baja Calif. California Tijuana San Diego(A.U.) Baja Calif. California Tecate Tecate 23909 110 217.4 Baja Calif. California Mexicali Caléxico 341559 14412 23.7 Baja Calif. California Algodones Andrade 2307 23 100.3 Sonora Arizona San Luis R. C. San Luis 76684 1946 39.4 Sonora Arizona Sonoita Lukeville 3257 ND Mas del Sonora Arizona Sasabe Sasabe 2106 ND Más de 1 Sonora Arizona Nogales Nogales Sonora Arizona Naco Naco 3589 ND Sonora Arizona Agua Prieta Douglas 28862 13058 2.2 3105 414 7.5 Chihuahua Palomas Columbus New Mexico 242 17700 2738 1761 ND ND 429500 1704352 0.01 65603 15683 1.6 0.3 4.2 Más de 1 Chihuahua Nuevo México El Berrendo 96 Antelope Wells ND Chihuahua Cd. Juárez 8218 544496 0.5 1.2 Texas El Paso(A.U.) 15906 454159 Chihuahua Guadalupe de Texas Bravo Fabens 3487 0.8 4285 Chihuahua El Porvenir 2811 3.3 Texas Fort Hancock 857 Chihuahua Ojinaga 700 18162 0.8 10.5 Texas Presidio 930 1723 Coahuila Boquillas del Texas Carmen Boquillas 443 Más de 1 ND Coahuila La Linda 196 Texas ND ND Coahuila Cd. Acuña 667 38898 0.2 1.3 Texas Del Río 4436 30034 Coahuila Piedras Negras 7888 67455 2.8 3.2 Texas Eagle Pass 2865 21407 Tamaulipas Nuevo Laredo 6548 201731 0.5 2.1 Texas 13429 94961 Laredo (A.U.) Tamaulipas Camargo 6740 0.8 Texas 8930 Río Grande Tamaulipas Nueva Cd. Texas Guerrero Falcon Heights 3691 Más de 1 ND Tamaulipas Cd. Miguel Texas Alemán Roma 14460 4.3 3384 Tamaulipas Gustavo Díaz Ordaz Texas 10970 ND Más de 1 1.0 1.2 Ébanos Tamaulipas Reynosa McAllen 1915 194693 Texas 1828 157423 (A.U.) Tamaulipas Nuevo Progreso 3559 1456 2.4 1.3 2.1 Texas Progreso Tamaulipas Matamoros 8347 188745 Texas Brownsville 6305 91611 (A.U.) Fuente: Para los datos de 1900 véase Luis Unikel, El desarrollo urbano de México, México, El Colegio de México, 1978. Censo de población de México de 1980; Censos de población de Estados Unidos 1900 y 1980. El espacio vacío indica que la localidad no existía en ese año. ND significa que no se obtuvo el dato de una localidad existente. Para las localidades estadunidenses: si aparece ND tenían menos de mil habitantes, y cuando aparece A.U. el dato registrado es del área urbanizada o continuo urbano que puede incluir más de una ciudad; esto se hace para lograr equivalencias con el censo mexicano. CUADRO ANEXO 2 POBLACIÓN EN 1900 Y 1980, Y NACIDOS EN MÉXICO DE LAS LOCALIDADES MÁS IMPORTANTES QUE CONFORMAN LOS PRINCIPALES EJES TRASFRONTERIZOS Ejes País Localidades Población en cada eje en habs. 1900 Población nacida en 1980 Mexico, 1980" El EE.UU. Los Ángeles, CA.* San Diego, CA.* México Tijuana, B.C. Ensenada, B.C. 102479 17700 242 9479643 1726 1704352 429500 120483 E2 EE.UU. Tucson, AZ. Nogales, AZ. México Nogales, Son. Hermosillo, Son. 7531 1761 2738 10613 792531 81702 429500 120483 450059 14649 6224 65603 15683 65603 297175 297175 E3 EE.UU. Albuquerque, NM.' El Paso, TX.* México Cd. Juárez, Ch. Chihuahua, Ch. 6238 15906 8218 30405 418206 454159 544496 411922 4814 78018 544496 411922 E4 EE.UU. San Antonio, TX. 53321 944621 47467 2865 21407 7164 7888 6684 67455 170478 67455 170467 53321 944621 47467 13429 94961 18212 6548 62266 201731 2700120 201731 2700120 4703 245736 6984 6305 8347 10086 91611 188745 140161 20618 188745 140161 Eagle Pass, TX. México Piedras Negras, Coah. Monclova, Coah. E5 EE.UU. San Antonio, TX Laredo, TX* México Nuevo Laredo, Tamps. Monterrey E6 EE.UU. Corpus Christi, TX* Brownsville, TX.* México Matamoros Cd. Victoria, T. Fuente: Para los datos de 1900 véase Luis Unikel, El desarrollo urbano de México, México, El Colegio de México, 1978. Censo de población de México de 1980. Censos de población de Estados Unidos 1900 y 1980. Indica que el dato registrado es del área urbanizada o continuo urbano que puede incluir más de una ciudad; esto se hace para lograr equivalencias con el censo mexicano. Se ha considerado nacida en México a la población total de las localidades mexicanas, pues el porcentaje de extranjeros en ellas es mínimo. 86 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 ANEXO 3 DISTRIBUCIÓN DE POBLACIÓN Y FRONTERA Como consecuencia de los procesos fronterizos binacionales hay una tendencia en el lado mexicano, de una manera más nítida que en el lado norteamericano, a la concentación de personas y actividades en pocas ciudades grandes de la frontera. Para visualizar ello a una escala sub-regional, vamos a revisar la distribución poblacional sobre los territorios de ambos lados del borde internacional con datos agregados a nivel de condados (USA) y municipios (México). Ello es válido también como imagen de distribución urbana considerando que en 1980, las ciudades concentraron el 85.396 de la población municipal fronteriza, y el 80.5% de la de los condados. Adicionalmente, la población urbana sumó 78% de los habitantes de los municipios de la frontera mexicana, y 87% en los condados limítrofes norteamericanos.42 para visualizar mejor la distribución poblacional haremos tres tipos de comparaciones: la primera este-oeste o a lo largo de cada lado de la línea internacional, la segunda norte-sur o entre cada región de frontera y su subárea fronteriza en ambos países, y la tercera transfronteriza entre las subáreas fronterizas de ambos países.43 1. Concentración este-oeste La concentración longitudinal, o este-oeste, nos indica la existencia de pocos lugares centrales importantes sobre el borde internacional. Desde la década de los 40 existe una tendencia de alta concentración de población en los territorios que comprende las zonas de ambos lados de la frontera. El lado norteamericano tiene 24 condados; en 1940, 17% de ellos (4 condados: San Diego, Ca., Puna Ar., El Paso e Hidalgo, Tx.) concentraron el 62% de todos sus habitantes; en 1980, la concentración en los mismos condados alcanzó el 79%. La frontera mexicana que tiene 35 municipios, de manera muy similar al lado norteamericano, en 17% de ellos (6 municipios: Juárez, Chih., Mexicali y Tijuana, B.C., Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, Tam.) concentró en 1940 el 58% de todos sus pobladores, y en 1980 ascendió a 75%. En esos municipios y condados ha habido un similar incremento de 17 puntos en la concentración de sus habitantes. Esta concentración ha crecido en la década del 80, debido al acentuamiento de los procesos trasfronterizos en las localidades más grandes. 42 El porcentaje urbano mexicano representa al total de personas que habitan en las localidades con más de 20 000 personas; el porcentaje norteamericano representa el total de habitantes de las localidades de más de 2500 personas, según criterio censal. 43 Un intento similar de comparación, pero con otra finalidad, se puede ver en Boris Graizbord, op. cit. TITO ALEGRÍA/LA CIUDAD Y I.OS PROCESOS. 87 2. Concentración norte-sur La concentración transversal, o norte-sur, nos dice el nivel de la importancia de los lugares centrales para sus propias regiones, a través de la comparación de los municipios fronterizos con el total del estado al que pertenecen. En ambos lados de la frontera, los estados más poblados son los que concentran más habitantes en sus municipios y condados fronterizos. Desde 1940, la concentración en casi toda la frontera de cada país se ha incrementado. En la parte norteamericana limitan 4 estados; de ellos, en 40 años, California incrementó en 5.9 puntos porcentuales su concentración poblacional en la frontera; Arizona, que fue la única excepción, disminuyó en medio punto su, desde entonces, alta concentración; en cambio Nuevo México y Texas la incrementaron en 1.3 y 1.6 puntos respectivamente (Cuadro 3). Los censos norteamericanos registran una alta participación de la migración en los condados que más crecieron. Un elemento concomitante a ese crecimiento ha sido el nivel salarial. En 1981 el ingreso personal promedio de Estados Unidos fue de 10,495 dólares. Los condados de la frontera de California, que comparados con el resto de la frontera fueron los que más incrementaron su participación poblacional en el total estatal, tuvieron en 1981 el mayor ingreso personal promedio, alcanzando 9 957 dólares. En la frontera de Arizona este promedio fue de 8 464 dólares; y en Nuevo México y Texas, disminuyó aún más a 7 646 y 7 041 dólares respectivamente. Esto indica que a medida que nos movemos sobre la frontera de oeste a este, los ingresos per cápita disminuyen dramáticamente (véase Gráfica 2). Consideremos en conjunto los condados que forman primera y segunda línea paralelas desde la frontera dentro de cada estado, y llamémoslos región frontera estatales. Las regiones frontera más pobladas tienen más elevada concentración de población en la escala de región que en sus solos condados fronterizos. En 1980 la región frontera del estado de California concentró 50.8% de la población sobre un área de 13.1% del total estatal, en Arizona concentró 86.9% sobre un área de 41.9%, en Nuevo México 15.1% sobre 20.6%, y en Texas 9-3% sobre 23.1% respectivamente. Incrementaron más su concentración poblacional las regiones frontera que ya eran las más concentradoras en 1940. Entre 1940 y 1980, California la incrementó en 2.0 puntos porcentuales, Arizona en 12.4, Nuevo México en 0.2, y Texas en 0.8 puntos. De manera similar que en la escala de condados fronterizos, los ingresos per cápita promedio de cada región frontera disminuyen de oeste a este; además en 1980 únicamente en California se alcanzó un mayor per cápita que el nacional con 11 149 dólares. CUADRO 3 ÁREA, POBLACIÓN, DENSIDAD Y CAMBIO EN LA CONCENTRACIÓN DE POBLACIÓN DE MUNICIPIOS Y CONDADOS POR ESTADO DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS Estados % (1) Municipi y Condados de Frontera o* Área estatal (3) (4) Participa Población Cambio ció 1940 Poblacional 1980-1940 (2) Població n 1980 Veces Densidad Frontera Estado ] (2)/(1) (3)/(1) 1980 1940 Densidad Veces la Hab./Km2 Densidad/Me x/ Densidad 1980 EUA 1980 Baja California 26.7 California 5.4 85.1 8.3 84.1 2.4 1.0 5.9 3.2 1.5 3.1 0.4 52.5 144.8 0.4 Sonora 24.5 20.6 13.5 7.1 0.8 0.6 6.6 0.4 Arizona 15.4 26.8 27.3 -0.5 1.7 1.8 17.0 Chihuahua 16.0 31.7 14.3 17.4 2.0 0.9 16.12.2 Nuevo México 8.4 9.1 7.8 1.3 1.1 0.9 7.2 Coahuila 28.4 9.2 7.9 1.3 0.3 0.3 3.3 0.2 Nuevo León Tamaulipas Texas 6.7 20.1 14,5 0.7 45.6 8.4 2.4 30.3 6.8 -1.7 15.3 1.6 0.1 2.3 0.7 0.4 1.5 0.6 3.8 50.9 19.6 0.2 2.6 Fuente: Censos de Población 1940, 1980. México, Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática. County and City data Book, 1983, Bureau of Census, Estados Unidos. TITO AI.EGRÍA/LA CIUDAD Y LOS PROCESOS. 89 En el lado mexicano la desigual concentración poblacional norte-sur, o transversal, es mucho más marcada. La frontera acumula buena parte de población de cada uno de sus cinco estados limítrofes más importantes. La situación extrema la encontramos en 1980 en Baja California que concentraba el enorme 85.1% de su población en sus municipios fronterizos sobre un área de apenas 16.7% (Cuadro 3). De manera similar a los estados norteamericanos, los mexicanos han incrementado sus niveles de concentración poblacional en sus fronteras en el periodo comprendido entre 1940 y 1980. Los estados que con más velocidad incrementaron esta concentración fueron Chihuahua y Tamaulipas. El incremento en Coahuila fue muy bajo, 1.3 puntos, manteniendo los menores niveles de concentración durante el periodo considerado. Baja California también tuvo incrementos mínimos, 1.0 puntos, pero manteniendo las más altas proporciones de concentración poblacional fronteriza. 3. Concentración trasfronteriza Ambos lados de la frontera concentran más población que área (densidad) en tos territorios donde hay más población. Sin contar a Nuevo León, en el lapso de 40 años se ha producido un incremento de la densidad fronteriza, con la excepción de Coahuila donde no varió, y de Arizona donde disminuyó mínimamente. La densidad en la frontera sobre el Río Bravo es mayor en el lado mexicano que en el norteamericano; en cambio, en la parte oeste de la demarcación (Baja California y Sonora), es menor en el lado mexicano. El mayor dinamismo económico del oeste hace crecer rápidamente la población fronteriza mexicana; pero aún más rápido, a la población de la frontera norteamericana. 90 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Esta tendencia concentradora de la población a lo largo de la frontera aún continúa, y se incrementa si tomamos en cuenta que al interior de cada entidad, municipio o condado, hay sólo una localidad concentradora, y además que la mayoría de los lugares de concentración en un lado del borde conforman pares binacionales de localidades con lugares también concentradores del otro lado de la frontera. Sobre la línea internacional el espacio se nos presenta como un continuo despoblado, interrumpido esporádica y repentinamente por alguna intensa concentración de población biseccionada por la frontera. Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 U.S. PERIODICAL REPORTING ON MEXICO, 1960-1985 Norris C. Clement and Iliana L. Sonntag* ABSTRACT This paper examines sixteen U.S. periodicals during the period 1960-85 in order to test two hypotheses: -That Mexico's increased newsworthiness would manifest itself in a greatly expanded frequency of articles in the latter part of the 1970s and again in the early 1980s -That the major emphasis of the articles throughout the period would be on U.S. economic and geopolitical interest in Mexico. The periodicals examined were grouped according to "news weeklies," "general interest periodicals," "business periodicals," and "international relations periodicals," while the data on frequency of articles were compiled according to subject and geographical areas and presented in five-year time periods. The first hypotheses was rejected for the period 1976-80 but accepted for 1981-85. The second hypothesis was accepted for both periods. RESUMEN En este trabajo se hace la revisión de dieciséis rotativos de Estados Unidos durante el periodo 1960-1985 con el fin de probar dos hipótesis: 1. Que el interés periodístico de México se manifiesta en una mucho mayor frecuencia en la aparición de artículos hacia finales de los años setenta y de nuevo en los inicios de los ochenta. Y 2. que el énfasis de los artículos comprendidos en este lapso recaería sobre los intereses económicos y geopolíticos que Estados Unidos tenía en México. Los periódicos revisados se agruparon en "semanarios de noticias", "periódicos de interés general" y "periódicos sobre política internacional"; mientras que la información sobre la frecuencia de aparición de los artículos se compiló de acuerdo al tema y zonas geográficas agrupada en quinquenios. La primera hipótesis se rechazó para el periodo 1976-80, no así para el 1981-85. La segunda hipótesis se aceptó para ambos periodos. * Norris Clement. Professor of Economics. Department of Economics, San Diego State University, San Diego, CA. 92182. Iliana Sonntag. Latin American Bibliographer at San Diego State University, San Diego, CA. 92182. They were assisted in the project by James Wiltgen, Jerry Rappaport, and students in Dr. Clement's course "United States-Mexico Economic Relations" in 1982 and 1987. 92 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Most experienced North American observers of political-economic conditions in Mexico recognize that Mexico-related topics are much more newsworthy now than, say, ten or twenty years ago. The authors, who have resided in the United States-Mexican border region throughout the last two decades, witnessed an apparent explosion of press coverage at the local level during the 1976-81 period. For example, one study that counted articles limited to 'United StatesMexican border problems" in San Diego's only morning and evening daily newspapers during the 1965-77 period showed an average of eight articles per year from 1965-75 and fifty-two per year in the 1976-77 period. This explosion of press coverage seemed to emanate from four very newsworthy developments in Mexico during the 1970s: • Devaluation of the peso, the first since 1954. Mexico's announcements of vast reserves of fossil fuels. • Increased public awareness in the United States of an apparently growing stream of undocumented migration from Mexico to the United States, • Increased awareness in the United States that Mexico was rapidly becoming one of the United States' major trading partners. It was from this vantage point that the authors set out to test two hypotheses regarding national trends over time in the U.S. periodical literature during the period 1960-85. The hypotheses are: • That Mexico's increased newsworthiness would in fact manifest itself in a greatly expanded frequency of articles in the latter part of the 1970s and again in the early 1980s (Hypothesis 1, or HI). • That the major emphasis of the articles throughout the period would be on the United States' economic and geopolitical interests in Mexico (Hypothesis 2, or H2). In this article we first describe the procedures utilized in selecting the periodicals included in the study and in collecting and compiling the data. Then we present the data in tabular form, analyze it, and derive certain conclusions regarding the hypotheses stated above. It is hoped that the study will aid the understanding of United States-Mexican relations by researchers and public policymakers in both countries as one dimension of the larger picture on how U.S. perspectives on Mexico are formed. Literature Survey In order to determine if other surveys of this kind had been conducted previously, we perused InfoTrac, an electronic index to general periodicals on videodisk that covers the years 1985 to 1989- We also conducted a computer search through Dialog, using the Public Affairs Information Service database. Anticipating that such articles, if indexed, would be assigned the descriptors "Mexico-Foreign Opinion," "Mexico-Research," and "Mexico-Relations-United States," the same were used. Although a large CLEMENT-SONNTAG/U.S. PERIODICAL REPORTING 93 number of articles on Mexico, appearing in more than 130 publications, were cited, the searches did not yield any references to studies such as this one. On that basis tve assume that no similar survey has been conducted, at least in English1 Method A total of sixteen periodicals published in the United States were selected in four categories: • The three top news weeklies, selected purely on the basis of their circulation. These were Newsweek, Time, and U.S. News and World Report (with circulations of 4.5 million, 3 million, and 2 million, respectively, in 1983 when the study was initiated). • Six general interest periodicals, selected on the basis of their in-depth treatment of issues and their differences in political/ideological perspective. These were (with frequency of publication and size of circulation): Atlantic Monthly (monthly, 325,000), Commonwealth (biweekly, 100,000), Harpers (monthly, 140,000), The Nation (weekly, 45,000), National Review (biweekly, 100,000), New Republic (weekly, 95,000). • Three business periodicals were chosen: Business Week (weekly, 800,000), Forbes (biweekly, 700,000) and Fortune (biweekly, 674,000). • Finally, four periodicals concerned with international relations were selected Foreign Affairs (five per year, 85,000), Foreign Policy2 (quarterly, 25,000), Orbis (quarterly, 3,500), and World Affairs (quarterly, 9,900) .3 In general, an attempt was made to include periodicals which had a wide circulation and were widely read by the informed U.S. public, the U.S. business community and foreign affairs specialists. Data Collection. The data were collected by a total of forty students in a senior/graduate class at San Diego State University on "U.S.-Mexico Economic Relations," during the spring of 1982 and again in the spring of 1987 (only for the period 1981-85). The articles were retrieved by using the following indices for backfiles of periodicals: Reader's Guide to Periodical Literature, Business Periodicals Index, and Public Affairs Information Service. Each student was assigned a periodical or a portion thereof. Students were individually instructed by the librarian to go through the indices in order to identify articles and then verify their findings by going through the 1Since completing this survey a study has been published in Spanish as a Cuaderno de Trabajo by the Colegio de la Frontera Norte. See José Carlos Lozano, Imágenes de México en la prensa norteamericana: Análisis comparativo de la cobertura de México en Time y Newsweek de 1980 a 1986. Tijuana, El COLEF, 1988. This periodical did not begin publication until 1970, but it was included because of its importance in the field. 2 Ulricb 's International Periodicals Directory, 22nd edition, 1983. 94 FRONTERA NORTE, VOL. I, NUM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 odical Literature, Business Periodicals Index, and Public Affairs Information Service. Each student was assigned a periodical or a portion thereof. Students were individually instructed by the librarian to go through the indices in order to identify articles and then verify their findings by going through the actual bound volumes or microfiche. They then produced a copy of the article and a summary and analysis of each article according to a prepared form. The forms, the articles, and the students' analyses were checked twice during the semester by the co-authors, and spot checks of the accuracy of the students' library work were carried out by the graduate assistants. Data Compilation and Analysis. The data were collected and verified according to the method noted above and then classified according to: a) time period, geographic emphasis, and sources (e.g., 1960-65, U.S.-Mexico border, and Time magazine), and b) major emphasis of the article in terms of several subtopics-general (broad overviews of changing socioeconomic conditions), culture (emphasis on the arts and/or anthropological findings), trade/investment/tourism, migration, energy, border relations, Mexican economy, and "other" (e.g., relations with Cuba). In this way we were able to determine the frequency of articles, the specific areas of interest of the various magazines, and how these changed over time. Students were asked to include articles •which dedicated at least an inch of space to a Mexico-related topic and to classify them according to geographic and subject emphasis 4 The categories were formulated on the basis of the authors' impressionistic interpretation of U.S. press coverage mainly during the period 1976-82 when the increase of Mexico-related subjects first occurred. While it must be acknowledged that the inclusion and/or exclusion of certain articles and their placement in the two categories involved elements of subjective evaluation, the fact that each judgment was agreed upon by the two authors and one graduate assistant ensured a certain consistency. Nevertheless, certain methodological deficiencies did emerge and will be discussed in the conclusiones to this paper. Note that the tables show only the number of articles, irrespective of their length. Tables were then prepared wich show subtotals for each group by time periods and for each magazine, although these are not shown here, and for each subtopic. These data are presented in tables 1-5. More sophisticated quantitative analysis was not utilized due to the small number of observations and the elementary nature of the classification system. Findings Table 1 summarizes the entire data set, presenting the frequency of articles in all time periods, for all periodicals, and for all categories. Rather surpris4 Where the emphasis was on the relationship between the two countries, and therefore not geography specific, it was classified under "U.S./Mexico." CLEMENT-SONNTAG/U.S. PERIODICAL REPORTING 95 number of articles on Mexico, appearing in more than 130 publications, were cited, the searches did not yield any references to studies such as this one. On that basis we assume that no similar survey has been conducted, at least in English. 1 Method A total of sixteen periodicals published in the United States were selected in four categories: • The three top news weeklies, selected purely on the basis of their circulation. These were Newsweek, Time, and U.S. News and World Report (with circulations of 4.5 million, 3 million, and 2 million, respectively, in 1983 when the study was initiated). • Six general interest periodicals, selected on the basis of their in-depth treatment of issues and their differences in political/ideological perspective. These were (with frequency of publication and size of circulation): Atlantic Monthly (monthly, 325,000), Commonwealth (biweekly, 100,000), Harpers (monthly, 140,000), The Nation (weekly, 45,000), National Review (biweekly, 100,000), New Republic (weekly, 95,000). • Three business periodicals were chosen: Business Week (weekly, 800,000), Forbes (biweekly, 700,000) and Fortune (biweekly, 674,000). • Finally, four periodicals concerned with international relations were selected Foreign Affairs (five per year, 85,000), Foreign Policy2 (quarterly, 25,000), Orbis (quarterly, 3,500), and World Affairs (quarterly, 9,900).3 In general, an attempt was made to include periodicals which had a wide circulation and were widely read by the informed U.S. public, the U.S. business community and foreign affairs specialists. Data Collection. The data were collected by a total of forty students in a senior/graduate class at San Diego State University on "U.S.-Mexico Economic Relations," during the spring of 1982 and again in the spring of 1987 (only for the period 1981-85). The articles were retrieved by using the following indices for backfiles of periodicals: Reader's Guide to Periodical Literature, Business Periodicals Index, and Public Affairs Information Service. Each student was assigned a periodical or a portion thereof. Students were individually instructed by the librarian to go through the indices in order to identify articles and then verify their findings by going through the 1 Since completing this survey a study has been published in Spanish as a Cuaderno de Trabajo by the Colegio de la Frontera Norte. See José Carlos Lozano, Imágenes de México en la prensa norteamericana; Análisis comparativo de la cobertura de México en Time y Newsweek de 1980 a 1986. Tijuana, El COLEF, 1988. 2 This periodical did not begin publication until 1970, but it was included because of its importance in the field. 3 Ulrich 's International Periodicals Directory, 22nd edition, 1983. 94 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989) odical Literature, Business Periodicals Index, and Public Affairs Information Service. Each student was assigned a periodical or a portion thereof. Students were individually instructed by the librarian to go through the indices in order to identify articles and then verify their findings by going through the actual bound volumes or microfiche. They then produced a copy of the article and a summary and analysis of each article according to a prepared form. The forms, the articles, and the students' analyses were checked twice during the semester by the coauthors, and spot checks of the accuracy of the students' library work were carried out by the graduate assistants. Data Compilation and Analysis. The data were collected and verified according to the method noted above and then classified according to: a) time period, geographic emphasis, and sources (e.g., 1960-65, U.S.-Mexico border, and Time magazine), and b) major emphasis of the article in terms of several subtopicsgeneral (broad overviews of changing socioeconomic conditions), culture (emphasis on the arts and/or anthropological findings), trade/investment/tourism, migration, energy, border relations, Mexican economy, and "other" (e.g., relations with Cuba). In this way we were able to determine the frequency of articles, the specific areas of interest of the various magazines, and how these changed over time. Students were asked to include articles which dedicated at least an inch of space to a Mexico-related topic and to classify them according to geographic and subject emphasis. The categories were formulated on the basis of the authors' impressionistic interpretation of U.S. press coverage mainly during the period 1976-82 when the increase of Mexico-related subjects first occurred. While it must be acknowledged that the inclusion and/or exclusion of certain articles and their placement in the two categories involved elements of subjective evaluation, the fact that each judgment was agreed upon by the two authors and one graduate assistant ensured a certain consistency. Nevertheless, certain methodological deficiencies did emerge and will be discussed in the conclusiones to this paper. Note that the tables show only the number of articles, irrespective of their length. Tables were then prepared wich show subtotals for each group by time periods and for each magazine, although these are not shown here, and for each subtopic. These data are presented in tables 1-5. More sophisticated quantitative analysis was not utilized due to the small number of observations and the elementary nature of the classification system. Findings Table 1 summarizes the entire data set, presenting the frequency of articles in all time periods, for all periodicals, and for all categories. Rather surpris4 Where the emphasis was on the relationship between the two countries, and therefore not geography specific, it was classified under "U.S./Mexico." CLEMENT-SONNTAG/U.S. PERIODICAL REPORTING 95 particularly newsworthy in the United States because the "economic miracle" of the time presented a generally optimistic image of rising prosperity and increased geopolitical stability. The geographic emphasis during the early periods was much more on Mexico itself, while subject areas tended to emphasize general overviews of Mexican society and economy as introductions to the increased opportunities for tourists and the U.S. business community. In the later periods -1976-80 and 1981-85- the geographical emphasis shifted away from articles solely dealing with Mexico to articles treating the interactions between the United States and Mexico. These trends are reflected in the subject area classifications by a decline in the percentage of "general" articles and those treating "culture" (at least in 1981-85) and an increase in those dealing with energy and migration. Note also that articles on trade/investment/tourism as a proportion of the total steadily decline from 1966-70 through 1981-85 as interest in the Mexican economy rises, especially in the 1981-85 period, as a function of the steadily deteriorating situation there and the growing threat of default. The category of "other" (i.e., natural disasters, environmental factors, drugs, Central America, and Mexican/international politics) remained relatively constant in relative (percentage) terms until the 1981-85 period, when U.S. interest in the political stability of Mexico and Mexico's position on Central America increasingly came in conflict with that of the United States. One rather surprising find is the relatively small number of articles in the 197680 period. The absolute number of articles in that period is smaller than for the 1960-65 and 1966-70 periods, and only slightly larger than during the 1971-75 period. Given the significant socioeconomic changes during the 1976-80 period, one would expect a much larger number of articles, especially in those areas dealing with migration, the Mexican economy in general, and the impact of the peso devaluation on the U.S. border economy. However, the (Southwest) regional, as opposed to the national, impact of some of these factors could explain why the absolute number of articles in the national press did not increase as dramatically as one might expect during this period. In view of the above, one might conclude that the U.S. press did not truly "discover" Mexico and Mexico-related topics until the 1981-85 period. The output of articles in 1981-85 was almost three times greater than the 1976-80 output, reflecting the overwhelming concern with the deteriorating Mexican economy and its corollaries: the deteriorating environmental and political situation and the rising concern with migration, especially undocumented, to the United States. In general, then, it appears that Mexico did not become newsworthy in the national periodical literature until the economic and geopolitical interests of the entire United States appeared to be threatened. Thus, regional impacts on the U.S. Southwest and impacts on certain sectors of the business community in earlier years were apparently not sufficient to stimulate the national press. Even today, the U.S.-Mexico border region receives a small percentage of the total coverage -declining from 22 percent in 1960-65 to 9 percent in the 1981-85 period-with only a temporary jump 96 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 (to 16 percent) in 1976-80 with the devaluation of the peso. This apparent preference for nationally related news is borne out by the comparatively larger number of articles in the 1961-65 period, when the major topics covered centered around the situation in Cuba and Mexico's relations with that country and, secondly, the controversies surrounding the termination of the Bracero Program. Similarly, the period 1966-70 was dominated by events related to the 1968 Olympic games -including the student demonstrations and the Tlatelolco massacre- and the presidential (Echeverría) election campaign. In analyzing the articles published by the different types of periodicals, we have disaggregated the information into four tables. Table 2 summarizes the information for the four "news weeklies," table 3 for the six "general interest periodicals," table 4 for the three "business periodicals," and table 5 for the four "international relations periodicals." While there are many interesting observations that could be made here, we will confine our comments to the following: • The four news weeklies published approximately 52 percent of all articles for the entire 1960-85 period, while the general interest periodicals contributed 17 percent, business periodicals 29 percent, and international relations periodicals 4 percent. There are, of course, several reasons for this: -The frequency of publication provides the news weeklies an opportunity to publish more articles. -Most, but not all, articles published by the news weeklies are shorter in length than articles published in the other categories, where articles sometimes run five or ten pages. • Most of the trends noted above are determined therefore by the news weeklies and the business periodicals, which together accounted for approximately 81 percent of the total number of articles published. All four types of periodicals showed a marked preference for articles on Mexico itself, while articles on U.S.-Mexico relations/flows were least important. Interestingly, international relations periodicals demonstrated absolutely no interest in border-related topics, while news weeklies published the highest proportion of articles related to the border. • In the period 1981-85: -Two periodicals, Atlantic Monthly and World Affairs, did not publish even one article which dealt with Mexico in a significant way. —Time, Business Week, and Newsweek published the most articles among the weeklies (with 65, 58, and 56 articles, respectively). —The total number of articles increased most in the news weeklies and least in the business periodicals as compared to the 1976-80 period. -Topics in the "other" category which received most attention were Central America, drug enforcement, Guatemalan refugees in Mexico, natural disasters (e.g., fires and earthquakes), and environmental problems. -The year with the highest total of articles published was 1982, when Mexico was trying to manage its defacto default on its external debt. CLEMENT-SONNTAG/U.S. PERIODICAL REPORTING 97 Thus, the largest volume of articles came at a time when the news from Mexico was almost totally negative (i.e., announcing default on the external debt and threatening the stability of the entire international financial system), not -when the news was positive (i.e., 1976-80, when the petroleum boom was occurring. The implications of this finding in terms of U.S. images of Mexico are significant and profound. Conclusions Let us now return to the two hypotheses set out in the introduction. The first, HI, obviously must be rejected for the period 1976-80 but accepted for 1981-85. By the criteria employed here to measure the increased newsworthiness of Mexico and Mexico-related topics, frequency of articles in the U.S. periodicals selected obviously did not respond in the expected fashion until the early 1980s when Mexico almost defaulted on its external debt.5 Not so surprising, nor dramatic, however, is the finding that articles on Mexico per se outnumber, at a ratio of approximately 2 to 1, the other geographic categories throughout the time period studied. This reflects the emphasis on national coverage as opposed to "regional" coverage (i.e., the border region) and a general scarcity of information on, or lack of understanding of, the links between the United States and Mexico. The second hypothesis, H2, that the major emphasis of the articles would be on the United Sutes' economic and geopolitical interests, seems consistent with the data and with our own impressionistic analyses of the content of the articles. During the period under study, there was a shift away from articles in the "general" and "culture" categories and a marked increase in articles on "energy," "migration," and the "Mexican economy" and toward "U.S./Mexico." While this will not surprise those who have followed Mexico and Mexico-related news coverage in recent years, it tends to give the impression that fifteen to twenty years ago Mexico was of interest to U.S. readers primarily as an interesting place to visit or even retire, while today it is seen as more vitally intertwined with our day-to-day lives in economic, political, and occasionally military terms. Finally, it should be noted that our impression in reading the entire set of articles was that the general tone of the reporting did not change significantly during the period under study. That is, during the period 1960-85 great strides were made in Mexico in terms of economic and technological development, and one would suppose that the underlying affect of reporters' language would reflect those changing objective conditions. While we believe that the coverage adequately reflected the changes taking place in Mexico, there was no dramatic shift in perspective, or affect. 5 The Lozano study (see note 2) concluded that more than 50 percent of the space dedicated to reporting on Mexico addressed topics related to "crisis and conflicts." Although the methods employed in that study are much different than those employed here, that conclusion does not appear to be inconsistent with our findings in this study. 98 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Nevertheless, these observations are impressionistic and no systematic analysis of content was applied. In conclusion, then, it can be said that the data indicate that coverage of Mexico-related topics in the periodicals selected increased somewhat from 197175 to 1976-80, although it actually decreased with respect to the earlier periods, 1960-65 and 1966-70. The dramatic increase, however, came in the period 198185, when it first appeared that vital U.S. interests could be threatened by the deteriorating situation -the "crisis"— in Mexico. Additionally, the type of coverage shifted from a cultural, travelogue emphasis to Mexico as an economically and politically significant power important to U.S. interests. TABLE 1 ALL PERIODICALS* Geographic Emphasis Mexico U.S./Mexico Border Subtotal Subject Areas General Interest Culture Trade/Invest./Tourism Migration Energy Mexican Economy Border Relations Other Subtotal 1960-65 1966-70 114(65%) 22(13%) 59(22%) 175(100%) [151]** 87(65%) 26(20%) 20(15%) 133(100%) 20(11%) 15(9%) 42(24%) 8(5%) 4(2%) 25(14%) 12(7%) 49(28%) 175(100%) [151]** 21(16%) 8(6%) 41(31%) 4(3%) 2(2%) 11(8%) 12(9%) 34(26%) 133(100%) 1971-75 1976-80 1981-85 Total 51(68%) 13(17%) 11(15%) 75(100%) 59(55%) 31(29%) 17(16%) 107(100%) 156(56%) 96(35%) 26(19%) 278(100%) 467(61%) 188(25%) 113(15%) 768(100%) 12(16%) 2(3%) 17(23%) 5(7%) 2(3%) 19(25%) 1(1%) 17(23%) 75(100%) 4(4%) 7(7%) 15(14%) 12(11%) 13(12%) 26(24%) 3(3%) 27(25%) 107 11(4%) 4(1%) 30(11%) 42(15%) 17(6%) 74(27%) 6(2%) 94(34%) 248(100%) Figures represent the number of article/percentages are expressed in parentheses. Note that the period 1960-65 is a six year period. If only articles from 1961-65 are included, the total for the period falls from 175 to 150 which does not significantly affect the findings. 68(9%) 36(5%) 145(19%) 71(9%) 38(5%) 155(20%) 34(4%) 221(29%) 768 TABLE 2 NEWS WEEKLIES* 1960-64 1966-70 1971-75 1976-80 1981-85 Subtotal 1960-80 Total 1960-85 52 7 30 89 47 9 12 68 30 7 9 46 21 15 13 49 76 51 23 150 150 38 64 252 226 89 87 402 14 7 15 4 1 8 12 28 89 21 2 11 1 1 5 7 20 68 10 1 9 4 1 8 13 46 3 5 3 7 4 14 13 49 9 2 9 32 5 4 31 58 150 48 15 38 16 7 13 41 74 252 57 17 47 48 12 17 72 132 402 Geographic Emphasis Mexico U.S./Mexico Border Subtotal Subject Areas General Culture Trade/Invest./Tourism Migration Energy Border Relations Mexican Economy Other Subtotal •Includes: Newsweek Time U. S. News and World Report TABLE 3 GENERAL INTEREST PERIODICALS* 1960-65 1966-70 1971-75 1976-80 1981-85 Subtotal 1960- Total 196080 85 33 5 4 42 10 2 3 15 10 1 1 12 12 7 1 20 26 11 1 38 65 15 9 89 91 26 10 127 General Culture Trade/Invest./Tourism Migration Energy Border Relations Mexican Economy Other 5 7 5 1 5 20 5 1 1 8 1 1 6 3 2 3 2 3 5 4 2 2 1 9 3 2 7 12 6 15 10 2 5 16 35 8 17 1 19 5 7 23 47 Subtotal 42 15 12 20 38 89 127 Geographic Emphasis Mexico U.S./Mexico Border Subtotal Subject Areas *Includes: Atlantic Monthly Commonwealth Harpers The Nation National Review New Republic TABLE 4 BUSINESS PERIODICALS* Geographic Emphasis Mexico U.S./Mexico Border Subtotal 1960-65 1966-70 1971-75 1976-80 1981-85 Subtotal 1960-80 Total 1960-85 29 10 5 44 30 15 5 50 11 5 16 26 9 3 38 44 25 2 71 96 39 13 148 140 64 15 219 1 1 27 3 3 8 1 44 1 30 2 6 4 7 50 1 8 1 1 5 16 12 2 7 7 10 38 20 1 8 33 9 71 2 2 77 4 11 10 24 18 148 2 2 97 5 19 10 57 27 219 Subject Areas General Culture Trade/Invest./Tourism Migration Energy Border Relations Mexican Economy Other Subtotal *Includes: Business Week Forbes Fortune TABLE 5 INTERNATIONAL RELATIONS PERIODICALS* Geographic Emphasis Mexico U.S./Mexico Border Subtotal 1960-65 1966-70 1971-75 1976-80 1981-85 Subtotal 1960-80 Total 1960-85 2 2 3 3 1 1 4 3 7 10 9 19 10 3 13 20 12 0 32 2 2 1 1 1 3 1 1 1 1 5 7 1 3 15 19 1 1 1 9 1 13 1 1 0 0 2 0 12 16 32 Subject Areas General Culture Trade/Invest./Tourism Migration Energy Border Relations Mexican Economy Other Subtotal * Includes: Foreign Affairs Foreign Policy World Affairs Orbis Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 CALIDAD CON CONSENSO EN LAS MAQUILADORAS ¿ASOCIACIÓN FACTIBLE?1 Jorge Carrillo V.* RESUMEN En el presente trabajo se discute la importancia de la calidad en los sistemas de producción flexible. Se presentan los descubrimientos más generales de cuatro estudios sobre la adaptación de las nuevas tecnologías, duras y blandas, en la industria maquiladora de exportación en México. Finalmente, se analiza la percepción de los trabajadores hacia la tecnología y el trabajo a través de la comparación de dos plantas automotrices: una maquiladora establecida en la frontera norte y una manufacturera no-maquiladora ubicada en la región centro-sur de México. La idea central de este trabajo es que existe un fuerte proceso de mejoramiento de la calidad en las plantas maquiladoras, el cual es llevado a cabo consensualmente. Sin embargo, la percepción "consensual" no mostró asociación con variables socioeconómicas y fue débil la asociación con las variables laborales y con el grado de exposición a las nuevas tecnologías. Como resultado se establece una hipótesis de trabajo: la percepción que el trabajador tenga de tales eventos depende de la forma e intensidad con que es llevada a cabo la restructuración industrial. ABSTRACT This article reviews the importance which the quality factor plays in systems of flexible production. It presents a brief overview of finding from four studies of adaptation to the new technologies, both hard and soft, in Mexico's export oriented off-shore assembly plants (maquiladoras). It concludes with an analysis is based on a comparison of two automobile plants-one a maquiladora in Mexico's northers border region, and the other a non-maquila plant situated in Mexico's central-southern region. * Jorge Carrillo V. Director del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, Baja California, tel. 300411, Fax 300050. 1 Este trabajo originalmente fue presentado como ponencia en el seminario "La Industria Maquiladora en México", llevado a cabo en El Colegio de México, del 5 al 7 de junio de 1989. 106 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 To key assumption in this essay in that there is a dynamic ongoing effort in the maquiladoras to improve product quality, an effort which involves the broad base of plant employees. Nevertheless, the workers' views on how to control quality did not correlate with socioeconomic variables, and the links between worker's perceptions and labor variables, and between perceptions and the degree of exposure to the new technologies, were weak. As a result of these findings, the author hypotesizes that the perception which a worker holds of events in the workplace depends on both the form and intensity with which industrial restructuring is being implemented. JORGE CARRILLO V./CALIDAD CON CONSENSO 107 Nuestro plan es integrar globalmente la compañía alrededor de "centros de excelencia"... La meta es trabajar en equipos, eliminar duplicidades, implementar responsabilidad y flexibilidad, y reducir costos. Directivo de Ford. Auto News, 6 de junio de 1988. Introducción Uno de los mayores retos a la modernización en México es lograr alcanzar niveles de competencia internacional. Es común señalar que esto se logra no sólo produciendo más, sino sobre todo mejor; y producir con más calidad no depende exclusivamente de los materiales utilizados o del método para organizar la producción, entre otros, sino del esfuerzo del propio trabajador. En este contexto, el factor humano cobra nuevamente mayor importancia para explicar el éxito o no en el uso de tecnologías flexibles. En este estudio se busca profundizar sobre el factor humano en el trabajo, a través de la percepción de los trabajadores directos hacia las nuevas tecnologías. Se examina el caso de la industria automotriz y se comparan dos plantas: una, clasificada como industria maquiladora y ubicada en la actividad maquiladora del transporte, y la otra clasificada como industria terminal. La metodología consiste en la aplicación de una encuesta a obreros directos de diferentes niveles de categoría de calificación. La encuesta fue levantada a mediados de 1988 y a principios de 1989 en un complejo industrial del centro del país. Partiendo del supuesto de que el desarrollo de la industria maquiladora se encuentra en una etapa nueva, caracterizada por un gran dinamismo, por el uso creciente de tecnologías flexibles, por los cambios en el perfil sociodemográfico de los trabajadores, entre otros elementos, se plantea como hipótesis de trabajo que existe una percepción "consensual" mayor en la maquiladora automotriz que en la planta surgida bajo el modelo de desarrollo de sustitución de importaciones (con trabajadores de mayor antigüedad y del tipo tradicional). El estudio se divide en tres secciones. En la primera, se presentan elementos sobre la calidad, orientada a mostrar la importancia de dicho impacto tanto al nivel de la teoría y de algunas declaraciones de especialistas como al nivel de seguimientos de la calidad dentro de las plantas. En la segunda, se presentan preguntas relevantes vinculadas con el uso de nuevas tecnologías duras y blandas, y se comparan resultados de algunos estudios que realizaron encuestas o entrevistas con gerentes de maquiladoras. Y en la tercera sección se presentan en forma sucinta los resultados sobre consenso, basados en preguntas de percepción en una encuesta hecha a trabajadores. Por último, se exponen algunas consideraciones finales. 108 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Sobre la Calidad La presente década ha sido escenario de importantes transformaciones en la implantación de nuevas tecnologías en las industrias. La tendencia de integración de la producción a escala mundial (global sourcing production) parece ser más evidente, por lo menos en los sectores punta de la economía. La industria del auto es líder en esta aventura. Por ejemplo, Peugeot fábrica con Renault, Chrysler con Hyundai, Ford con Mazda y General Motors con Toyota. En el proceso de las inversiones conjuntas participan integradamente tanto países de oriente como de occidente. Los autos ya no son, exclusivamente, producidos con componentes de diversos países y ensamblados en Estados Unidos (auto mundial), ahora los diseños, la tecnología, el ensamble y el embarque también se han globalizado. Bill Lehiman, presidente del Centro de Investigación sobre Opinión en Maumee, Ohio, señala que "la gente está siendo más abierta acerca de comprar autos domésticos o importados". Ejecutivos de Ford mencionan que "nosotros encontramos que los clientes no saben y no les importa más dónde son producidos los autos..."2. La tendencia apunta hacia el incremento en el nivel de homogeneidad en tecnología, calidad y diseño. Dentro de esta nueva estrategia global la calidad cumple un rol central. "Prioridad número I", es el lema dentro de las principales productores de automóviles. Un cambio sustantivo que acompaña esta nueva era en las relaciones sociales de producción se refleja en el siguiente slogan gerencial: We care about people. El objetivo de mejoramiento de la calidad de los productos es, quizás, la estrategia central de las corporaciones para lograr mejores niveles de competitividad. Los niveles de calidad han sido mejorados básicamente por la puesta en práctica de procesos de automatización flexible y por la amplia proliferación de sistemas flexibles de organización de la producción y del trabajo, como muestran varios estudios realizados.3 2 James Resen, "The New International Auto' en Los Angeles Times, 12 de febrero de 1989. 3 Desde 1981, General Motors, la corporación más grande del mundo, ha invertido más de 40 billones de dólares para modernizar su producción tecnológica. Consúltense los trabajos de John F. Krafcik, "A New Diet for U.S. Manufacturing" en Technology Review, Massachusetts Institute of Technology, vol. 92, núm. 1, enero de 1989, págs. 28-36; Shaiken with Hersenberg, Automation and Global Production. La Jolla, Center for US-Mexican Studies, University of California, Monograph Series, 26, 1987. Watanabe Susumu (editor), Microelectronics, Automation and Employment in the Automobile Industry. Chicherter, New York. John Wiley and Sons (ILO), 1987; Corinna Kusel, 'la calidad tiene prioridad No. 1. El papel de la restructuración del proceso de trabajo y de la introducción de conceptos japoneses de organización en la industria automotriz mexicana" en Jorge Carrillo V. (compilador), La nueva era de la industria automotriz en México. Cambio tecnológico, organizacional y en las estructuraste control. Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte, 1989 (en prensa); Michel Cusumano A., The Japanese Automobile Industry, Cambridge and London, Harvard University Press, Harvard East Asian, Monographs 122, 1985; Committee on Technology and International Economic and Trade Issues. The Competitive Status of the U.S. Auto Industry, Automobile Panel, Washington, D. C., National Academy Press, 1982, y J. Forslin, A. Sarapata y A.M. Whitewill, Automation and Industrial Workers. A Fifteen Nation Study. Oxford, New York. Pergamon Press, vol. I, part I, 1989. JORGE CARRILLO V./CALIDAD CON CONSENSO 109 En este contexto, la pregunta relevante para el caso que aquí se analizará es ¿la industria maquiladora de exportación forma parte de tal estrategia de las corporaciones o queda fuera de dicha estrategia? Autores y actores sociales han señalado enfáticamente que el incremento de la eficiencia en el trabajo, especialmente en la calidad, en sistemas de producción flexible y altamente competitivos no puede ser alcanzado a través de métodos impositivos. Se asume que es menester la participación del trabajador en la búsqueda de este objetivo, ya que buena parte de las soluciones a los problemas de calidad dependen del propio trabajador y de su acción inmediata en la propia línea de producción. El involucramiento de los operarios en el empleo se convierte nuevamente, 4 pero en forma mucho más avanzada que en las tradicionales técnicas de desarrollo organizacional, en una preocupación científica donde la meta es generar una nueva actitud de los trabajadores hacia la empresa y hacia el trabajo: el consenso social. Aquí surge otra preocupación relevante: ¿existe en la maquiladora, en general, y en la posmaquila 5en particular, una actitud "consensual" hacia el trabajo? Esta investigación intenta dar respuestas a las preguntas anteriormente planteadas. Para ello se presentan algunos resultados de estudios específicos. El avance en estas cuestiones tiene una importancia vital tanto para México -como lo mencionó el presidente de la Fundación Mexicana para la Calidad Total y del Grupo Condumex: "... 6la modernización en México es que logremos juntos la calidad total"— como para la industria maquiladora, ya que la mayor parte de ella se dedica a actividades electrónicas y automotrices, y es precisamente en éstas donde se experimentan los procesos flexibles de producción a nivel global. Si a mediados de los años setenta la pregunta central era ¿cuál es el costo social de mantener estas operaciones en México?, y a principios de los ochenta era ¿si las operaciones de ensamble en zonas de bajo salario regresarían o no a los países de origen a causa de la automatización?, para 4 Digo nuevamente porque desde los años treinta existe una gran preocupación por el desarrollo humano de las relaciones sociales dentro de las empresas. La sociología de las relaciones humanas, desde el enfoque organizacional y el ángulo de la psicología social ha producido importantes trabajos. Fritz Roethlisberger y J. M. Dickinson, Managment and the Worker. Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1939. Daniel Katzy Robert Khan. "Leadership Practices in Relation to Productivity and Morale" en Cartwright y Zander (eds.), Group Dynamic, Research and Theory. Nueva York, Peterson and Co., 1953, son algunos de los pioneros. Consúltense las obras de Michel Crozier, El fenómeno burocrático. Buenos Aires, Ed. Amorrortu, 1964, y Georges Friedman y Pierre Naville, Tratado de sociología del trabajo. México, Fondo de Cultura Económica, 1985 (tercera edición). 5 Aunque el término de posmaquila es aún prematuro, es útil para demostrar que se trata no sólo de un nuevo periodo de la industria maquiladora de exportación en México, sino en particular de un nuevo tipo de maquiladora. El término es usado por René Villarreal, México 2010: de la industrialización tardía a la reestructuración industrial. México, Ediciones Diana, 1988. 6 Julio Gutiérrez Trujillo, "A la modernización por la calidad" en Examen de la Situación Económica de México, México, Banamex, núm. 749, abril, 1988, pág. 174. 110 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO DICIEMBRE DE 1989 fines de esta década, la interrogante es ¿si las maquiladoras sobrevivirán la transición hacia el "posfordismo" también conceptuado como "toyotismo"? 7 Seguimiento de la Calidad La calidad está presente en las diversas etapas productivas dentro de las maquiladoras.8 En el mero comienzo con la revisión de los materiales y envío de los proveedores a quienes se les exige también el uso de técnicas de control estadístico de los procesos, tanto componentes y materiales con cero error como cantidades y tiempos de entrega estrictos, son exigidos a los proveedores como factores preventivos de futuras contingencias.9 En las líneas de producción y en las operaciones o estaciones de trabajo se lleva a cabo un seguimiento estadístico de los rechazos a la producción durante la jomada de trabajo y se otorgan reconocimientos ahí donde se logra cero error; posteriormente, en juntas de calidad frente a las líneas, al día siguiente, se investigan las razones posibles de los errores y se discuten las soluciones en grupos pequeños de trabajo o formado por toda la línea. Posiblemente, y en el nivel de planta, desde que entra el producto a las líneas de producción y hasta que sale de ellas, es éste el momento crucial de la calidad y eficiencia; pues es aquí donde los trabajadores mejoran continuamente los procesos proponiendo nuevas ideas. La función del trabajador cambia sustancialmente, en gran parte porque en vez de recibir órdenes, regaños y castigos de supervisores y jefes de línea, éstos apoyan las ideas de los propios trabajadores. El proceso continúa con los inspectores de calidad o los sistemas electrónicos, o ambos, los cuales certifican la calidad de los productos antes de empacarse. Y aún antes de su embarque final, auditores internos muestrean la calidad de los productos. Revisiones más esporádicas pero con cierta sistematicidad son hechas también por auditores extemos a la planta, generalmente integrantes de las mismas firmas. Paralelamente, se llevan a cabo juntas quincenales o mensuales con equipos de trabajo, supervisores y especialistas en técnicas de in7 La pregunta es formulada por Patricia A. Wilson en "The New Maquiladoras: Flexible Production in Low Wage Regions", University of Texas at Austin, Community and Regional Planning, Working Paper Series, núm. 9, abril, 1989. En la bibliografía especializada sobre el trabajo se enriende al posfordismo como un cambio del fordismo-taylorismo en el sentido de ampliación o intensificación del mismo. Mientras que el concepto de toyotismo está relacionado con una transformación profunda en el sentido de una nueva alternativa al fordismo. 8 La siguiente descripción de la proliferación del control de calidad se basa en una docena de visitas guiadas a plantas maquiladoras en Ciudad Juárez y Nuevo Laredo durante 1988-1989. Véase el Anexo Indicadores de Restructuración en la Industria Automotriz. 9 El involucramiento de la calidad y el justo a tiempo en los proveedores está en función, básicamente, de las exigencias de las grandes firmas. L. E. Arjona, "La industria mexicana de autopartes durante el auge exportador de los ochenta" en Jorge Carrillo V. (compilador), La nueva era de la industria automotriz en México. Cambio tecnológico, organizacional y en las estructuras de control. Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte, 1990 (en prensa). JORGE CARRILLO V./CALIDAD CON CONSENO 111 volucramiento en el empleo y de soluciones preventivas y colectivas a problemas de producción. Se fortalece la imagen del mejoramiento preventivo de la calidad con carteles, mantas y dibujos, entre otros. Se reconoce como un mérito los avances en calidad a través de periódicos, boletines o banderines. Y se fortalece la competencia mostrando ganadores en pizarrones y banderines en los lugares de trabajo, bajo la presión de los equipos de trabajo y/o de las juntas de calidad. Dos características resultantes de este proceso que acompañan al mejoramiento de la calidad dentro de las empresas maquiladoras son una supervisión del trabajo mas estricta por el número de instancias involucradas, y mayor flujo de comunicación y más directa entre los diferentes niveles jerárquicos. Según la evidencia recolectada, los resultados que se obtuvieron de este proceso son diversos: se incrementa el trabajo efectivo al desaparecer los tiempos muertos; se eficienta el trabajo en el cuidado para prevenir errores, en el conocimiento y experiencia para proponer y ejecutar soluciones, y se reduce el número de trabajadores involucrados en inspección de calidad10 y mantenimiento. Pero todo este desarrollo es llevado a cabo "consensualmente" en la "posmaquila", o ¿siguen prevaleciendo relaciones antagónicas entre los trabajadores y la gerencia? La bibliografía ha erigido en un hecho que en plantas de producción y organización flexible existe una orientación de llevar a cabo relaciones de cooperación entre el capital y el trabajo.11 Éstas se basan, fundamentalmente, en el aumento de la responsabilidad y compromiso de los trabajadores hacia el trabajo debido al involucramiento en el empleo.12 Se 10 Desaparece la inspección de calidad frente a las líneas de producción. 11 Si bien es consenso suponer que a esta fase de flexibilidad correspondan situaciones de menor conflicto en comparación con la etapa fordista clásica, sí existe un debate acerca de las relaciones de cooperación: ¿son producto del consenso o de un mayor control sobre el trabajo por parte de las empresas? Consúltense P.James. "Prospects for the U. S.-Mexican Relationship in the Motor Vehicle Sector" en Richard Feinber y Valeriana Kallab (editores), The United States and Mexico: Face to Face with New Technology. Transaction Books, 1987, págs. 101-125; y Shaiken with Hersenberg, op. cit. Jane Mile, "Management by M. Stres", Technology Review, Massachussetts Institute of Technology, octubre, 1988, argumentan que en la planta núm 1 en Fremont, California, los equipos de trabajo han hecho más "estresante" el trabajo de los obreros automotrices. Por su lado, Krafcik afirma que muchos problemas que terminan en demandas sindicales en plantas tradicionales son ahora resueltos informalmente en los equipos de trabajo en plantas de tecnología flexible. Op. cit., pág. 34. 12 El éxito de que se logre la eficiencia y la calidad buscada, sin embargo, no depende solamente de los trabajadores. Como apunta Lowell Turner: el rol de la gerencia es central para alcanzar la lealtad y compromiso de trabajadores y líderes sindicalistas. Lowell Turner, 'Three Plants, Three Futures" en Technology Review, Massachussetts Institute of the Technology, vol. 92, núm. 1, enero, 1989, págs. 38-45. Este rol descansa en buena medida en la conducta y actitud del líder del grupo de trabajo. Mis entrevistas en la docena de plantas visitadas reportan que niveles de mandos medios, como supervisores y superintendentes, son factores cruciales de éxito hacia el objetivo en cuestión, lo cual es consistente con los resultados de Turner. 112 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 argumenta que este proceso se logra transformando la actitud hacia la empresa y hacia el trabajo mismo. Y como la actitud refiere a procesos de subjetividad social13 éstos dependen estrechamente de la idiosincrasia de la gente empleada, ya sea de la región o del país. Entonces, se ha planteado la pregunta: ¿es posible exportar con éxito los sistemas de relaciones japoneses en el trabajo a culturas disímiles como la americana o la mexicana? Hay quien sostiene que esto es prácticamente imposible para el caso mexicano.15 Sin embargo, los estudios sugieren, como ha concluido John Krafcik para el caso de la industria automotriz, que la producción gerencial (en sus términos lean) no depende de atributos culturales de una nación en particular. En todo caso, este autor concluye que "quizás la diferencia más importante entre el sistema buffered [que conlleva stocks -fordista-] y el lean [limpio de stocks -posfordista-] es el rol que juegan los trabajadores".16 René Villarreal, por su parte, considera también que "empresarios trabajadores y gobierno [en México] requieren de un cambio de actitud, de una nueva cultura industrial que conlleve una nueva cultura estatal, empresarial y sindical [...] si no quieren mantener una modernización forzada e incosteable. 17 Avances Tecnológicos y el Estado de la Cuestión En los primeros años de los ochenta se pensaba que los adelantos tecnológicos, iniciados desde los cincuenta, y los procesos de automatización en la industria en Estados Unidos provocarían el regreso hacia este país de operaciones de ensamble establecidas desde los sesenta en el extranjero. La fáctibilidad de esta hipótesis descansaba en que la automatización, al utilizar mano de obra intensiva en procesos de baja calificación y al aminorar costos de producción, volvería obsoleta aquella ventaja principal de países como México: su barata y abundante mano de obra. Asimismo, la flexibilidad en la organización del trabajo suponía un trabajador mucho más calificado y difícil de encontrarlo en zonas como la frontera norte. Además, el desarrollo de sistemas como el justo a tiempo asignaban una desventaja extra a las operaciones en México debido a que no existían proveedores adecuados capaces de producir con alta calidad y eficiencia, y retardaban el proceso de traslado de los productos. Finalmente, la producción "moderna" basada en sistemas y técnicas japonesas suponen el involucramiento de los trabajadores con la producción de la 14 Khosrow Fatemi, "Manpower Development of the Maquiladoras". Ponencia, Western Social Association 31st Annual Conference, Albuquerque, Nuevo Mexico, abril 26-29 de 1989. 15 John F. Krafick, op. cit., pág. 27. 16 Ibid., pág. 32 17 Villarreal, op. cit., pág.27. JORGE CARRILLO V./CAI.IDAD CON CONSENSO 113 empresa, y esta actitud hacia el trabajo no es característica de la idiosincrasia mexicana.18 Así, el deterioro de las ventajas comparativas y la difícil sustitución de las nuevas condiciones requeridas para la producción llevaron a pronosticar, al inicio de los ochenta, el regreso masivo de las operaciones de ensamble en el exterior. 19 Desde entonces, algunos estudios han señalado la necesidad de fortalecer plantas intensivas en mano de obra en México, y desalentar el crecimiento de aquellas intensivas en capital tecnológico. 20 Sin embargo, los resultados fueron contrarios pese a las predicciones y recomendaciones hechas, y pese a los marcos conceptuales dicotómicos que caracterizaban el desarrollo industrial en la zona fronteriza con plantas intensivas en capital y alta tecnología en Estados Unidos, e intensivas en mano de obra en México.21 Diversas investigaciones, desde mediados de la presente década, dan cuenta del fenómeno de adaptación de nuevas tecnologías, tanto duras como blandas. 22 Para efectos de esquematizar se clasificaron los resultados generales de cuatro estudios, a manera de resumen del estado del conocimiento, en aquellos -dirigidos a los productos, procesos y materiales -automatización flexible-; y aquellos dirigidos a la organización del trabajo "restructuración organizativa". 23 Son los siguientes: "El surgimiento de un nuevo tipo de trabajador en la industria de alta tecnología: el caso de la electrónica", de L. Palomares y L. Mertens; "The New Maquiladoras: Flexible Production in Low Wage Regions", de Patricia A. Wilson; "Productividad sin distribución: cambio tecnológico en la maquiladora electrónica (el caso de México y Tijuana)", de Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, y "Maquilización de la industria automotriz en México. De la industria 18 Stoddard menciona que la falta de calidad de los obreros y obreras de la maquiladora es un obstáculo para establecer industrias de alta tecnología. Ellwyn R. Stoddard, Maquila Assembly Plants in Northern Mexico. Estados Unidos, Texas Western Press y The University of Texas at El Paso, 1987, págs. 32-37. 19 Frost y Sullivan, "Predicción de un análisis de mercado" en Northern California Electronics News, enero 7 de 1980. Incluso hay autores que aún mantienen esta idea. Véase Susan Walsh Sanderson, et al., Impact of Autommated Technology in Offshore Assembly. Carnegie Nellon University, School of Urban and Public Affairs, 1985. 20 Raúl Hinojosa y Rebecca Morales, "International Restructuring and Labor Market Interdependence: The Automobile Industry in Mexico and the United States". Ponencia presentada en "La Conferencia sobre Interdependencia de los Mercados Laborales en México y Estados Unidos". México, El Colegio de México, septiembre 25-27 de 1986. 21 Shaiken y Hersenberg puntualizan con claridad esta nueva era industrial entre México y Estados Unidos, caracterizada por ser una relación más compleja. Op. cit. 22 La tecnología dura es aquella orientada a la maquinaria, equipo y material; y la tecnología blanda se adecúa en la organización de la producción y del trabajo. 23 La lista de autores que presento por supuesto no es completa. Si bien existen otros trabajos, considero que los expuestos permiten claramente reflejar en forma conspicua los cambios tecnológicos en la industria maquiladora de exportación. 114 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 terminal a la industria de ensamblen de Jorge Carrillo V.24 Automatización flexible Palomares y Mertens25 encontraron robots pitck and place y maquinas de inserción automática en el encapsulado de componentes activos y en el subensamble electrónico, principalmente en empresas cuyo destino de producción tienen un uso estratégico. Además indican la incorporación de futuras innovaciones y la proliferación de la automatización en el ensamble de tarjetas impresas. Wiison26 encuentra en su muestra de 71 plantas, 18 por ciento de establecimientos "posfordistas" y con un uso sustancial de maquinaria con control computarizado de la producción. El grueso de este sector lo conforman plantas surgidas a finales de los años sesenta y durante los setenta. 27 Se presentaron procesos de producción automatizados controlados por computadora en una amplia gama de productos; sin embargo, las computadoras son utilizadas más extensivamente en actividades no productivas como el control de calidad y el control estadístico de proceso. González-Aréchiga y Ramírez reportan un aumento en las tasas de crecimiento del valor agregado en la industria maquiladora debido al aumento del número de trabajadores y de la recomposición de la industria (pág. 12). Con base en estimaciones por métodos microeconómicos indirectos y a partir de las estadísticas de Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática determinan que el capital por trabajador aumentó entre 1980 y 1986 en 30.2 por ciento, y creció la tasa de productividad física del trabajo "...de tal forma que la fuerza de trabajo en 1986 es más de dos veces más productiva que la de 1980" (pág. 24). Concluyen estos autores que el mayor potencial del trabajo se debe parcialmente a un importante aumento del capital por trabajador..." (pág. 29). 24 L. Palomares y L. Mertens, "El surgimiento de un nuevo tipo de trabajador en la industria de alta tecnología: el caso de la electrónica" en Esthela Gutiérrez (coordinadora), Reestructuración productiva y clase obrera. México, Siglo XXI, Universidad Nacional Autónoma de México (Testimonios de la crisis núm. 1), 1985, págs. 170-198. Patricia A. Wlson, op. cit., pág. 5. Bernardo González-Aréchiga y José Carlos Ramírez, "Productividad sin distribución: Cambio tecnológico en la maquiladora electrónica (El caso de México y Tijuana)" en Frontera Norte, vol. I, núm. 1, enerojunio de 1989. Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte; y Jorge Carrillo V., "Maquilización de la industria automotriz en México. De la industria terminal a la industria de ensamble" en Jorge Carrillo V. (coordinador), La nueva era de la industria automotriz. Tijuana, El Colegio de la Frontera None, 1989 (en prensa). 25 Estos autores visitaron 60 plantas electrónicas en 17 ciudades durante 1984, 35 de las cuales fueron maquiladoras. 26 Esta autora visitó 71 plantas, 27 en la frontera, 26 en Guadalajara y 15 en Monterrey. 27 Este último resultado del avance de la tecnología y la edad de las plantas es contrario al que llegan González-Aréchiga y Ramírez en la obra ya citada. Si bien, los métodos utilizados y el objeto central de estudio es cualitativamente diferente en ambos estudios, sus apreciaciones nos llevan a la necesidad de continuar con trabajos que arrojen mayores resultados. JORGE CARRILLO V./CALIDAD CON CONSENSO 115 Carrillo encuentra para el caso de la industria maquiladora de autopartes una creciente presencia de plantas de alta tecnología en dicho sector. De las tres grandes firmas americanas del auto (Ford, General Motors y Chrysler) se habían establecido, en 1988, 37 plantas maquiladoras. De once plantas visitadas resultó que en tres de ellas no existía automatización alguna, en cuatro era escasa la automatización, en una era media y en dos alta. Restructuración organizativa Palomares y Mertens señalan, en las industrias electrónicas entrevistadas, la utilización de técnica cero error y justo a tiempo; un incremento del personal calificado y cambio en las propias actividades del personal (incluyendo incrementos en la capacitación); técnicas de involucramiento en el empleo; incremento de los salarios (a través de bonos de puntualidad, asistencia, etc.) "a cambio" de responsabilidad-compromiso y disminución de la rotación. Y una cierta reducción en el empleo. Wiison reporta28 una utilización del justo a tiempo del orden de 42 por ciento (n=12 plantas) en plantas ''posfordistas'1, del 9 por ciento en manufactureras "fordistas" (n=32) y del 25 por ciento en ensambladoras intensivas en trabajo (n=24). Los resultados de practicas de multicalificación fueron del 50, 39 y 21 por ciento, respectivamente. De participación de los trabajadores: 75, 29 y 46 por ciento; y de continuidad en el control de la calidad: 92, 81 y 88 por ciento, respectivamente. Carrillo encuentra una amplia difusión de técnicas de organización flexible. En las once plantas maquiladoras de autopartes visitadas en Ciudad Juárez y Nuevo Laredo (al igual que en seis plantas automatizadas no maquiladoras del interior del país) existen por lo menos dos técnicas organizacionales adaptadas. En cinco plantas se ha puesto en práctica el sistema justo a tiempo; en nueve, el control estadístico de proceso; en diez, los círculos (o juntas) de calidad; en seis, los grupos o equipos de trabajo, y en dos, el involucramiento en el empleo. 29 Se reportan también la existencia de nuevas habilidades y la ampliación de los programas de capacitación de la mano de obra, así como la amplia ocupación de hombres en procesos simples de ensamble y en procesos de manufacturas (dentro de las maquiladoras). Las conclusiones generales que se pueden establecer de estas cuatro investigaciones son que existe un proceso de incorporación de nuevas tecnologías duras y blandas en plantas maquiladoras, tamo en la frontera como en el interior del país. Que si bien hay una amplia difusión de nuevas tecnologías coexisten procesos tradicionales de ensamble con procesos de 28 Patricia A. Wiison clasifica en tres grupos a las maquiladoras atendiendo a criterios cualitativos: nivel de utilización de tecnología, relaciones interfirma, relaciones en el taller y técnicas gerenciales, según respuestas de los gerentes. Op. cit., pág. 27. Cfr. Cuadro 2. 29 Aunque se puede considerar que todas las técnicas tienen que ver con el involucramiento en el empleo, existen plantas en donde el desarrollo de filosofías de trabajo y de las relaciones sociales se erigen por sí mismas en una técnica más. Se anexa al final de este documento la matriz de información elaborada en dicho trabajo. 116 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 tecnologías avanzadas. Wiison concluye que no hay plantas totalmente automatizadas. Wiison y Carrillo señalan que coexisten departamentos con procesos de ensamble intensivos en mano de obra junto con procesos con diferente grado de automatización dentro de las propias plantas. La evidencia empírica presentada en estos análisis constata que sí es compatible el uso de nuevas tecnologías en la industria maquiladora, Contrario a la tesis de la relocalización de plantas hacia los países de origen por la adaptación de procesos de producción flexible, México representa una opción única dentro del proceso de automatización y flexibilización, ya que la combinación de diversos factores de localización permite responder a las distintas oportunidades de mercado. En este sentido cobra relevancia el descubrimiento de la proliferación rápida y novedosa de procesos de manufactura en la maquiladora, analizada con mayor sistematicidad por Wilson. A través de métodos directos o indirectos todos estos estudios reportan un aumento de la eficiencia en las plantas, producto del mejoramiento en la calidad y productividad del trabajo. A pesar de los signos positivos que acompañan este proceso de modernización industrial, y de que cada vez se vuelve más complejo el mismo, existen evidencias que permiten señalar la necesidad de una mejor evaluación del parámetro tecnológico. Wison señala que el proceso tiene como resultado "...una caricatura del posfordismo que ha sido experimentado en los países industrializados, debido a que complementan el proceso con mano de obra barata, mujeres, no hay desarrollo e investigación (R y D) y no está totalmente integrada la manufactura flexible" 30 .—González-Aréchiga y Ramírez concluyen que "...el rápido crecimiento de capital y la productividad del trabajo no se manifiesta en un aumento del producto medio de trabajo sino en una caída drástica del 4.3 por ciento anual. [...] La mayor eficiencia productiva de las maquiladoras, en igualdad de circunstancias, representa una menor eficiencia económica para México, especialmente en términos de la generación de divisas". Y proponen una revisión de la noción "tecnología adecuada". 31 Carrillo, por su parte, argumenta que los salarios reales se deterioran con el tiempo y comparativamente con empresas no maquiladoras. Paralelo a este proceso se intensifica el tiempo efectivo de trabajo y la productividad, y se reducen las categorías de calificación y movilidad ascendente dentro de las plantas. Esto es, mientras prolifera la flexibilización en los sistemas de producción prevalece la rigidez salarial y en los mercados internos de trabajo. Las remuneraciones parece ser una de las variables centrales que ocuparán futuras discusiones y estudios, y que permitirán medir, en parte, el éxito o no de los sistemas de producción flexible, tanto para la economía mexicana como para su sociedad. Entonces, si la preocupación resultante fundamental brevemente expuesta es la distribución del ingreso, debemos preguntamos ¿es el salario un factor que afecte al consenso? Más allá de su respuesta prevalece, sin duda, otra pregunta de mayor importancia: ¿el aumento de los salarios en las 30 P. Wilson, op. cit., pág. 18. 31 Bernardo González-Aréchiga y J.C. Ramírez, op. cit., págs. 29 y 33. JORGE CARRILLO V./CALIDAD) CON CONSENSO 117 maquiladoras en México causaría desinversión y desestímulo para nuevas operaciones? La respuesta parece orientarse a que sí afectaría a la economía estadunidense. Un estudio de WEFA pronosticó qué pasaría en la economía de ese país de llevarse a cabo en cuatro escenarios (tendientes a eliminar o desestimular las operaciones de ensamble en el exterior). Encontró que si se incrementara en 25 por ciento el monto de los salarios en México afectaría las tasas de desempleo en Estados Unidos en 0.009; y el índice de precios al consumidor se incrementaría en 0.07. En general, sin embargo, sería el impacto mucho menor en comparación con la eliminación de la tarifa 807 desde México y, sobre todo, con la cancelación del programa de maquila por parte del gobierno mexicano.32 Resultados Empíricos de Investigación A continuación se presentan los resultados de una encuesta realizada en dos plantas automotrices. Una, orientada al mercado interno surgida a principios de los años sesenta y ubicada en la región centro-sur de México33 que denominaremos planta C; y otra, que destina su producción a la exportación, establecida a principios de las años ochenta y ubicada en una localidad fronteriza de la región norte del país, llamada planta F. La tecnología de la planta C se puede clasificar como escasamente automatizada. Si bien cuenta con robots y un sistema altamente tecnificado (en la pintura, por ejemplo), los operarios manuales prevalecen en las líneas; no obstante, se busca alcanzar una mayor restructuración. Por su parte, en la planta F no hay procesos automatizados en la producción, ni se piensa en su adaptación a mediano plazo. Sin embargo, las escasas innovaciones en tecnología dura existe en ambas plantas una proliferación de sistemas flexibles de producción: justo a tiempo, equipos de trabajo, círculos de calidad, control estadístico de proceso e involucramiento en el empleo. En la planta C, el proceso de flexibilización se inició en 1985 pero con nulos resultados. Fue necesaria una total restructuración laboral y nuevas "reglas de juego" para poder expandir estos sistemas. Desde finales de 1987 este proceso camina más rápidamente y con mayor éxito aunque los problemas sindicales han obstaculizado indirectamente el dinamismo del mismo. En cuanto a la planta F, la flexibilización empezó en 1988, y en un solo año había avanzado a más de tres cuartas partes de todas las líneas de producción. Los logros en el mejoramiento de calidad y productividad han sido muy rápidos desde que se establecieron estas técnicas. Ambas plantas pertenecen a la misma firma automotriz. Se siguió la técnica de muestreo 32 G. K. Schoepfle y J. F. Pérez-López, "U.S. Employment Impact of TSUS 806.30 and 807.00 Provisions and Mexican Maquiladoras: A Survey of Issues and Estimates". U.S. Department of Labor, Bureau of International Labor Affairs, Economic Discussion Paper 29, agosto 1988, 67 páginas. 33 De acuerdo a la clasificación más utilizada por los demógrafos. 118 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 aleatorio en la aplicación de 150 cuestionarios en cada planta. 34 En una se contó con el apoyo de la gerencia, y en otra con el apoyo del sindicato. En ambos casos, personas extemas a las plantas levantaron los cuestionarios, los cuales se hicieron en las propias líneas de trabajo durante la jomada laboral; y en la planta C se realizaron durante y fuera de la jomada normal, pero en los perímetros de la empresa. Para analizar las plantas C y F, se construyeron dos grupos según la percepción, clasificados como "consensual" y "crítica" a partir de 27 preguntas de opinión sobre el trabajo, la tecnología y la organización empresarial que se presentan en el Anexo Preguntas de Opinión. Con éstas se elaboró un índice. Cabe mencionar que no se trata de una escala actitudinal sino de preguntas de percepción que permitan tener una idea más clara de la opinión de los trabajadores, pero de ninguna manera se están prediciendo actitudes. Los grupos de percepción son analizados con el modelo de análisis discriminante.35 Los resultados generales, en ambas plantas, indican que prevalece una percepción "consensual" mayoritaria. Sin embargo, en la planta F es más amplia ya que alcanzó al 84.3 por ciento de la población entrevistada, mientras que en la planta C abarcó al 75 por ciento (véase Cuadro 1). Este primer resultado es en sí mismo importante porque muestra, contrario a la creencia de que los trabajadores están insatisfechos con lo cambios modernos, una gran aceptación de las nuevas formas de trabajo (véase Cuadro 2). Un 80 por ciento de los entrevistados en la planta F y un 72 por ciento en la planta C consideraron positiva a la tecnología. Los datos reflejan satisfacción en el trabajo, ya que más del 80 por ciento respondió favorablemente a varias preguntas orientadas en tal sentido, tanto en la planta F como en la planta C. Un segundo resultado en que a pesar de prevalecer un grupo mayoritario "consensual", el 45 y 48 por ciento, respectivamente, consideraron que con programas como el control estadístico de proceso y el involucramiento en 34 La selección de los casos fue aleatoria y se hizo de la siguiente manera: se contó con el listado de trabajadores por línea y mediante números aleatorios se obtuvo la proporción que le correspondía a las líneas seleccionadas. El muestreo fue aleatorio y por estrato. Los criterios de selección fueron tres: 1) Se tomaron trabajadores directos (operarios e inspectores) y trabajadores de mantenimiento. 2) Se seleccionaron líneas expuestas a cambios tecnológicoorganizativos como el control estadístico del proceso y líneas no expuestas. Y 3) se escogieron hombres y mujeres. En el primer criterio de selección se mantuvo una representatividad proporcional de los tres estratos. Y en el segundo y tercer criterio se buscó mantener la equivalencia en el número de casos entrevistados. 35 El modelo de análisis de discriminantes consiste en establecer un modelo con variable dependiente, de tal forma que cada variable independiente es medida en función de la dependiente a través de medias y desviaciones estándar. Jerarquiza el peso de la variable en la explicación de la variable independiente según cada caso. Analiza correlación de matrices, Lambda y F. Finalmente, a través de la función canónica discriminante sugiere si la clasificación de cada caso, en la variable independiente, es adecuada o no. El modelo sugerido para el análisis de discriminantes fue el siguiente: La percepción en el trabajo está definida fundamentalmente por aspectos socioeconómicos y por aspectos del trabajo. Así, PERCEPCION=VSE + VT. (Véase anexo metodológico). CUADRO 1 ÍNDICE DE PERCEPCIÓN SOBRE EL TRABAJO* PLANTA F FRECUENCIA PLANTA C % FRECUENCIA CONSENSUAL 129 84.32 108 75.0 CRÍTICA 24 15.68 36 25.0 TOTAL 153 100. 144 100. * El índice fue construido de la siguiente manera: se dio un valor entre 1 y -1 a las respuestas de los trabajadores en cada pregunta, donde el valor cercano a -1 significa que está en total desacuerdo con la aseveración - .5 en desacuerdo, O ni si ni no, + .5 en acuerdo y el cercano a 1 que está totalmente en acuerdo. En 11 preguntas se cambió el signo para homologar respuestas, (Véase Anexo Preguntas de Opinión). CUADRO 2 PERCEPCIÓN SOBRE EL CONTROL ESTADÍSTICO DEL PROCESO (CEP) Y LAS TÉCNICAS DI INVOLUCRAMIENTO EN EL EMPLEO (IE) PLANTA F PLANTA C CEP I E* CEP i e* CONCEPTO FRECUENCIA % FRECUENCIA % FRECUENCIA % FRECUENCIA % POSITIVA 111 72.5 105 68.8 104 71.7 106 73.4 NEGATIVA 28 18.3 20 13.1 33 23.1 33 22.7 NO RESPUESTA 14 9.2 28 18.3 8 5.2 6 3.9 TOTAL 153 100 153 100 145 100 145 100 • IE Corresponde, en este caso, a equipos de trabajo y círculos de calidad. JORGE CARRILLO V./CALIDAD CON CONSENSO 121 el empleo no mejorarán su movilidad ascendente dentro de la planta. El índice de percepción construido arrojó una diferencia pequeña pero cualitativamente diferente: tiene un signo negativo la participación en grupos y juntas, y la movilidad ascendente en la planta F (-0.092); mientras que el signo fue positivo en la planta C (0.004). Esto es, la rigidez en las clasificaciones de salario/calificación contrarrestan las bondades del involucramiento en el empleo en la planta F, contrario a lo que sucede en la planta C donde, a pesar de la restructuración intensiva, hay un número mayor de calificaciones y sí hay movilidad ascendente. No obstante de que se trata mayoritariamente de una población con percepción "consensual", existe también un grupo con percepción "crítica" que es mayor en la planta C. Entonces ¿cuáles son los factores que explican una percepción "consensual" o "crítica"? Como tercer resultado tenemos que los factores explicativos de los grupos de percepción encontrada no son los perfiles socioeconómicos que en algunas variables resultaron muy diferentes en las dos plantas (véase Cuadro 3). Los factores analizados no indicaron ninguna asociación entre estas variables y la percepción. Así, la edad, la escolaridad, el número de personas que laboran en el hogar, el origen o la experiencia laboral no explicaron en el estudio las diferencias de percepción. ¿Son las condiciones de trabajo los factores explicativos? El cuatro resultado muestra que este factor difiere en cada planta. Pero, en general, para el caso de la planta F y C la mayoría de las variables laborales analizadas no explican tampoco las diferencias de percepción. Esto tiene relevancia ya. que tradicionalmente se ha dicho que la actitud "consensual" de los trabajadores está relacionada directamente con los mejores salarios, con el conocimiento de los distintos puestos y con la introducción de tecnología, entre otros. Después de observar estas relaciones en nuestro caso estudiado, se encontró que ninguna de ellas permite asegurar tales aseveraciones. En la planta F, los trabajadores de mantenimiento, que son los mejores pagados, son a la vez los que tienen una menor percepción relativa "consensual". Siendo los obreros de mayor rotación horizontal los de percepción relativamente más "crítica". Y no se observó ninguna diferencia si se encuentran o no involucrados en programas de alta calidad como el control estadístico del proceso. Por el contrario, en la planta C, los obreros no relacionados con actividades de mantenimiento y calidad conforman el grupo de mayor peso de los que tienen una percepción "crítica". La rotación horizontal, la calificación, la planta, el tipo de actividad y la antigüedad guardaron independencia con la percepción. La única variable que muestra asociación, en la planta C, aunque ésta es débil, es la exposición a los nuevos métodos de organización flexible (véase Cuadro 4). Debido a que no se encontraron fuertes relaciones entre variables que explicaran las diferencias entre los grupos de percepción, se llega a un resultado que es, más que una conclusión, un planteamiento de hipótesis de trabajo. En la planta F existen dos factores centrales para entender diferencias en los grupos de percepción. En primer lugar, están los factores endógenos (especialmente el tiempo de entrenamiento y la movilidad horizontal) y, en un segundo lugar, los factores CUADRO 3 PERFIL MEDIO SOCIO ECONÓMICO DE LOS TRABAJADORES EN DOS PLANTAS AUTOMOTRICES MEDIA F (n=153) DESVIACIÓN ESTÁNDAR C (n=145) F C Edad 23.9 32.8 6. 8.2 Sexo Escolaridad Estado Civil Número de hijos Personas en el hogar Personas que trabajan en el hogar Origen Con experiencia laboral anterior Núm. plantas en que ha trabajado 55.9% (m) 7.1 42% solteros 2.4 5.8 100 %(h) 10.0 80% casados 2.6 4.9 1.5 3.0 1.1 2.0 2.7 66% urbano 1.5 60% urbano 1.4 1.0 84.3% 65.5% 2.0 2.4 1.2 2.0 CUADRO 4 PERCEPCIÓN Y EXPOSICIÓN A NUEVAS TECNOLOGÍAS PLANTA F CONSENSUAL MAYOR EXPOSICIÓN 55 90.1% PLANTA C CRITICA 6 9.8% CONSENSUAL MAYOR 40 83.3% CRITICA 24 16.7% 69.2% 24 EXPOSICIÓN MENOR EXPOSICIÓN 55 110 75.3% 18 24.6% MENOR 54 24 EXPOSICIÓN 94 32 30.8% 124 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2. JULIO-DICIEMBRE DE 1989 exógenos (como la antigüedad y la socialización de las experiencias de trabajo). La lógica sería la siguiente: el entrenamiento, visto en esta lógica, es considerado como una "prestación" de la empresa y altamente valorado. En cuanto a la movilidad horizontal entre puestos, si bien ésta resuelve problemas de producción y minimiza la monotonía en términos relativos, incrementa la percepción "crítica" porque es tan sólo una movilidad horizontal sin recompensa económica y hace más complejo el trabajo y las relaciones con trabajadores y con supervisores. Para el caso de la planta C, como señalamos anteriormente, todo indica que la exposición a la tecnología es el factor principal que explica la percepción "crítica", y que este grupo está compuesto básicamente por obreros directos. Una sexta conclusión es que existen elementos potenciales de insatisfacción Al parecer, en la planta F sólo existe uno: los supervisores. Aproximadamente el 50 por ciento de los entrevistados consideró una fuente de presión a aquéllos. Aunque no se detectó ningún conflicto entre grupos de trabajadores como los directos y los de mantenimiento, o entre cualquiera de éstos y los inspectores de calidad, presencié, en cambio, discusiones importantes entre trabajadores directos y supervisores. Mientras que en el caso de la planta C resultaron más elementos potenciales de insatisfacción. El 60 por ciento de los entrevistados manifestó insatisfacción con los supervisores y tuvo, a diferencia de la planta F, un signo negativo a la competencia entre trabajadores y el sistema de premios y castigo. Un resultado general que se propone como hipótesis es que la explicación de las diferencias encontradas sobre la percepción de los trabajadores en cada planta, no se refleja claramente debido a un factor no analizado en el modelo: la forma cómo se ha introducido la restructuración en cada establecimiento. Mientras que en la planta F las innovaciones tecnológicas han sido implantadas en forma más organizada y diseminada, sus efectos han sido más suaves y, sobre todo, no han representado un retroceso en la situación laboral de los trabajadores; en la planta C, la experiencia ha sido dramática. Fuerte desempleo, cambio de reglas de trabajo, depreciación de salarios y prestaciones, acompañado de mayores exigencias relativas (que las que desempeñaban anteriormente a la restructuración), han provocado, proporcionalmente, una mayor percepción "crítica". Además, la existencia de fuertes conflictos laborales en la planta C está relacionada con la situación de restructuración en dicha planta. Finalmente, estamos ante la presencia de grupos mayoritarios con percepción "consensual" en las plantas analizadas. Pero este consenso no es total. Los índices elaborados permiten suponer con cierta seguridad que no prevalece un consenso totalmente generalizado, tanto en términos de cobertura de la población como de alta intensidad del consenso. Conclusión General La industria maquiladora de exportación se encuentra inmersa en una profunda transformación en ciertos sectores. Las innovaciones tecnológicas JORGE CARRILLO V./CALIDAD) CON CONSENSO 125 han proliferado tanto en las plantas de la frontera como del interior. La tendencia para las diversas actividades económicas aún no parece clara. Más que homogeneidad en el uso de ciertas tecnologías, o la existencia de procesos dicotómicos o duales, existen diferentes formas de producción y cambios tecnológicos. Sin embargo, las nuevas tecnologías son compatibles con plantas ubicadas en zonas de bajos salarios y mano de obra abundante, como la frontera norte; y las tecnologías blandas parecen ser —hasta ahora- el medio más generalizado para mejorar sustancialmente la calidad en la maquiladora. A la par que se adaptan nuevas tecnologías se mejora la calidad y la productividad; esto es, la eficiencia de las plantas. México, y en particular, el norte del país, es una zona estratégica en este proceso de globalización de la producción. La mano de obra mexicana cobra un rol central dentro de este fenómeno no sólo por su bajo costo relativo, sino por la flexibilidad para producir y mejorar la calidad. Esta última no sólo está mejorándose, sino que existe cierta evidencia de que se produce con consenso. No obstante, existen factores que contrarrestan el logro de un mayor consenso. Éstos no se asociaron, en el estudio, con los perfiles socioeconómicos, ni con ciertas condiciones laborales que parecería obvia su relación. Dependen, en todo caso y a manera de hipótesis, de los avances o retrocesos laborales relacionados con la restructuración dentro de las propias plantas, y de la acción gerencial a través de los supervisores. ANEXO INDICADORES SOBRE NUEVAS TECNOLOGÍAS Y EL EMPLEO EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ MULTINACIONAL EN MÉXICO, 1987/1988. PLANTAS (1) ESTADO DE LA •AUTOMATI ZACIÓN (2) INNOVACIONES ION ORGANIZACIONALES Complejo Cuautitlán Planta Chihuahua Planta Hermosillo Favesa Coclisa Auto Vesta BW Componentes Mexicanos de Transmisiones E.A. A.A. A.A. N.A. A.A. N.A. n.d. JT/CEP/ET JT/CEP/CC/ET/IT JT/CF.P/CC/ET/IT CEP/CC/IE JT/CEP/CC CEP/CC/ET/IT n.d. La Mosa E.A. CEP/CC ET FORD: GENERAL MOTORS: EMPLEO TOTAL 0 (1987) OPERATOR TÉCNICO IOS ADMINISTRATIVOS % (5344) 72.0 28.0 3174 970 1200 2529 395 1149 n.d. n.d. n.d. 71.5 80.0 81.0 77.0 n.d. 1.1 11.7 5.1 14.9 n.d. n.d. n.d. 17.2 8.3 13.9 8.1 n.d. 100 100 100 0 50 50 70 30 30 70 n.d. n.d. (1169) 86.9 9.0 4.1 100 0 (6593) 81.0 19.0 100 100 100 0 n.d. n.d. 40 60 n.d. n.d. 56 44 n.d. n.d. 40 60 n.d. n.d. Planta Ciudad de México Planta Toluca Planta Ramos Arizpe Alambrados y Circuitos Eléctricos Alambrados y Circuitos Eléctricos Alambrados y Circuitos Eléctricos Cableados de Juárez Conductores y Componentes Eléctricos Delmex de Juárez N.A. n.d. S.A. n.d. n.d. n.d. S.A. n.d. A.A. n.d. n.d. JT/CEP/CC/ET/IT n.d. n.d. n.d. CEP/CC n.d. JT/CEP/CC, ET n.d. n.d. 3200 1708 1633 1708 2760 1979 905 n.d. n.d. 80.0 70.0 75.0 70.0 6-.0 60.0 76.9 n.d. 16.0 n.d. 14.0 18.0 12.6 n.d. n.d. n.d. n.d. 9.0 n.d. 19.0 22.0 10.5 Río Bravo Eléctricos E.A. JT/CEP/CC 5635 67.0 17.0 16.0 OPERARIOS HOMBRES MUJERES %% Sistemas Eléctricos y Conmutadores Vestiduras Fronterizas Deltrónicos de Matamoros Rimir n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 1.592 1246 2654 1686 82.0 n.d. 82.0 68,0 11.0 n.d. 11.0 16.0 7.0 n.d. 7.0 16.0 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. Componenies Mecánicos de Matamoros Delredo Alambrados Automotrices n.d. E.A. E.A. n.d. JT/CC/ET JT/CEP/CC/ET 2475 (695) (2687) 80.0 84.0 84.1 12.0 15.4 9.5 8.0 2.6 6.6 n.d. 100 57 n.d. 0 45 Delnosa n.d. n.d. 969 84.0 10.0 6.0 n.d. n.d. 13412 70.0 50.0 n.d. n.d. 100 25 n.d. n.d. 0 75 CHRYSLER: Planta de México Planta Toluca Planta Ramos Arizpe Auto Electrónica de Juárez n.d. n.d. E.A. N.A. n.d. CEP/CC/ET CEP/CC CEP/CC/ET n.d. n.d. 2000 625 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. Productos Eléctricos Diversificados n.d. n.d. 2102 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. NISSAN: 5954 Planta Toluca Planta Aguascalientes n.d n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 100 n.d. Planta Cuernavaca n.d. n.d. n.d. n.d. n.d. 100 15 n.d. n.d. 25 95 8 RENAULT: Planta Edo. de Hidalgo nes en 1986 Planta Gómez Palacio cerró operacioS.A. n.d. 780 55 S.A. CC/ET 15457 77 54 VOLKSWAGEN: Complejo Puebla n.d.= No disponible 1=AA.=Alta Automatización; S. A.= semi-automatizadas; E A. = Escasamente Automatizada; N.A..=No Automatizada. 2= JT=Justo a Tiempo; CEP= Control Estadístico del Proceso; CC = Círculos de Calidad; ET= Equipos de Trabajo. ANEXO PREGUNTAS DE OPINIÓN 1. El trabajo que desempeño es muy importante para la producción. DE ACUERDO( ) EN DESACUERDO( ) 2. La incorporación de nuevas máquinas (robots, computadoras, máquinas de inserción automática o de control numérico) en mi trabajo me serían de mucha ayuda. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 3. El que mejor puede resolver los incidentes de trabajo en mi puesto soy yo mismo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 4. La incorporación de nuevas máquinas (robots, computadoras, máquinas de inserción automática o de control numérico) sólo le quita el empleo a los trabajadores. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 5. Los supervisores siempre me ayudan en mi trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 6. En los círculos de calidad o grupos participativos sólo se pierde el tiempo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 7. Para desempeñar muy bien mi trabajo debo estar comunicándome con mi supervisor o jefe. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 8. En trabajos iguales los hombres producen y trabajan más que las mujeres. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 9. Son necesarias las nuevas tecnologías (como los robots, los círculos de calidad o el PAAC) en mi trabajo para que yo sea más eficiente. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 10. Los supervisores sólo desean que trabaje más. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 11. Programas como los círculos activos de calidad o grupos participativos son el mejor apoyo a mi trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 12. La competencia entre el trabajador junto a mí y yo es la mejor forma para incrementar mi productividad. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 13. Con los nuevos métodos de trabajo (círculos activos de calidad o grupos participativos) mi actividad es más responsable y creativa. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 14. Ni aunque participe mucho en los círculos activos de calidad o en los grupos participativos tendré mejores puestos. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 15. Con los nuevos métodos de trabajo (círculos activos de calidad o grupos participativos) pierdo capacidad de decidir sobre mi propio trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 16. Los mayores problemas en mi trabajo son con la gerencia, los superintendentes y los supervisores. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 17. Para un trabajo similar al mío, las mujeres son más productivas que yo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 18. Los premios a la productividad reconocen el esfuerzo en mi trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 19. Los premios a la productividad sólo favorecen a la empresa. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 20. Los castigos en mi trabajo son necesarios. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 21. Los círculos activos de calidad o grupos participativos harán más unida la relación entre mis compañeros y yo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 22. Con los nuevos métodos de trabajo (círculos activos de calidad o grupos participativos) tengo menos capacidad de controlar mi trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 23. No deberían de existir supervisores en mi trabajo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 24. Con los nuevos métodos de trabajo (círculos activos de calidad o grupos participativos) sólo trabajo más. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 25. El ritmo (intensidad) en mi trabajo lo determina principalmente la gerencia. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 26. El ritmo de intensidad en mi trabajo lo determinan principalmente la máquina o la cadena. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) 27. La supervisión de mi trabajo la puedo hacer yo mismo. DE ACUERDO ( ) EN DESACUERDO ( ) ANEXO METODOLÓGICO VSE= Variables socioeconómicas VT = Variables del trabajo V.I Edad V.2 Ocupados por hogar V.3 Ocupados en maquiladora por hogar V.4 Experiencia laboral anterior V.5 Experiencia en otras maquilas V.6 Antigüedad V.7 Puesto actual V.8 Capacitación/entrenamiento V. 9 Exposición al CEP V. 10 Movilidad en operaciones Percepción = V1 +V2+V3+V4+V5+V6+V7+V8+V9+V10=K Estos factores resultaron del ordenamiento de las variables según el tamaño de correlación con la función de percepción que arrojó el análisis de discriminantes. Los resultados fueron los siguientes: V. Tiempo de entrenamiento 72 V. Movilidad en operaciones 40 V. Ocupados en la maquiladora por hogar 34 V. Experiencia laboral anterior 28 V. Puesto de trabajo 27 V. Ocupados por hogar 18 V. Antigüedad en la empresa 08 V. Número de maquilas en las que ha trabajado 07 V. Edad 06 V. Exposición 04 Según la correlación en la planta F, además del tiempo de entrenamiento, otras variables parecen explicar la percepción, la movilidad en operaciones, si habían trabajado anteriormente en maquila o no, y el puesto de trabajo. Los trabajadores con percepción "consensual" y que dijeron que nunca los mueven representaron el 72.5 por ciento contra el 27.5 con percepción "crítica". Los de baja movilidad (que dijeron que rara vez o algunas veces los movían) tuvieron el 65 por ciento y 35 respectivamente y finalmente, los de alta movilidad (que frecuentemente los cambian) tuvieron el 54.5 por ciento y 45.5 respectivamente. La significación fue de .14, esto es, el nivel de confianza fue de 86 por ciento. En cuanto al trabajo anterior, resulta que es más alto el porcentaje de personas con percepción "consensual11 que no han tenido una experiencia en maquila (76 por ciento), que los que habían trabajado en este tipo de industria (61 por ciento). De ahí que, hipotéticamente se pueda establecer que el grupo con orientación crítica es mayor entre los trabajadores que tienen experiencia en la maquila. Por último, en lo que se refiere al puesto de trabajo, el grupo que tiene la más alta proporción de percepción "consensual" son los inspectores de línea (inspectores al final de línea o personas de control estadístico del proceso con un 75 por ciento; en segundo lugar son los ocupados con un 64 por ciento y, finalmente, los obreros de mantenimiento con un 49.5 por ciento. Esto es, los trabajadores de mantenimiento son los que tienen una mayor percepción con orientación crítica. Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS: THE CASE OF HERMOSILLO, SONORA Olivia Ruiz* ABSTRACT Regionalism is analyzed in middle-class people of Hermosillo, Sonora, Mexico. The accentuation of regional sentiments, reflected in a reification of things Sonoran and a rejection of culture and people from southern Mexico, is traced to the middle class's role in the process of economic development. Regionalism arose as a consequence of the way the middle class was included in and excluded from the project of the modernization of agriculture initiated after 1940. Inclusion and exclusion are examined in light of the concepts of competition, invasion and domination. The results are based on interviews, primary and secondary sources and participant observation. RESUMEN En este artículo se analiza el regionalismo en la clase media de Hermosillo, Sonora. La acentuación del sentimiento regionalista reflejado en la reificación de lo sonorense y en el rechazo a la cultura y gente del sur de México se remonta al papel que la clase media juega en el proceso de desarrollo económico. El regionalismo surge como consecuencia de la forma en que la clase media ha sido incluida y excluida del proceso de modernización de la agricultura que se inició posterior a 1940. La inclusión y exclusión se estudian a la luz de los conceptos de competencia, invasión y dominación. Los resultados se basan en entrevistas, fuentes primarias y secundarias y en la observación participante. * Olivia Ruiz. Investigadora del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, Baja California, tels. 842226, 842068, 848795. 134 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE RE 1989 HErmosillo, the capital of Sonora, lies just 278 kilometers south of Arizona; in 1985, it was the scene of widespread middle-class discontent, what may be described as an "opposition to a centralism in conflict with local society" (Tarrés Barraza 1986:363). According to this interpretation, individuals who make up a middle class do not organize around issues that pertain to their class position. 1 Rather, they are more likely to rally around those which directly affect the place they inhabit, be it the local community or the region. In political terms, middleclass people protect their interests by championing local issues, such as public transportation, roads, electricity, water. While this anti-statist and anti-PRI (ruling oligarchy) slant colors political activity in the middle class in Mexico's capital, in the provinces this discontent has given rise to regional sentiments that have blossomed into full-fledged opposition to central Mexico. 2 In Sonora, to be sure, regional sentiments have thrived. They are rooted in the state's history of geographical and political isolation, which permitted many local institutions to develop independently of central Mexican rule, and of regional resentment, which bred antagonism towards the national government (Aguilar Camín 1979). These sentiments have fluctuated in character and intensity, ranging from the separatist movements of the mid-nineteenth century to the antichilango prejudice of recent decades (Weber 1984:260-261). Among middle-class hermosillenses animosity towards southern and central Mexicans is a part of popular culture. Middle-class men and women blame the southerner for many of their social ills. They repeatedly attribute crime to people from the south. To quote one small businessman in his late 40s, "until the guachos [southerners] came everyone slept outside at night during the hot summer months."However, "after their arrival we had to go indoors, for they would steal and commit other crimes." Under closer scrutiny, however, this image does not hold up. Criminal records, to begin with, do not show a correlation between region and criminal activity. What they reveal is the link between poverty and crime. Regardless of place of origin, in Hermosillo the poor commit crimes against the poor. Criminal records, moreover, also reveal a preponderance of Sonorans (J1I,J2I,J3I Expedientes Criminales del Estado de Sonora, 1940, 1950,1960,1970,1980). 1 2 Although it is assumed that the middle class is made up of middle sectors, for the sake of brevity, the term middle class is used throughout the text. The people I chose to study were selected according to three criteria: residence, income and profession. Clearly, the ideas expressed here may not apply to all members of Hermosillo's middle class. This paper seeks to raise issues about middle-class regionalism from the study of a group of middle class people of Hermosillo, Sonora. This study is based on participant observation, interviews and documentary research conducted in 1980-1981. Participant observation included living in two different households, participating in the lives of others and daily notetaking. Interviews were conducted with 80 individuals chosen according to age, gender and occupation. They included an equal number of men and women divided according to four distinct generations as they existed during the year and a half of fieldwork. The four generations included: 1) persons under 24 years of age, 2) persons 25-37, 3)38-56, and 4) 57 and older. Documentary research included newspaper articles, marriage acts, passports, census records and criminal records. OLIVIA RUIZ/REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS 135 Regardless of these facts, this perception of southern Mexicans remains, and hostility towards them is strong among middle-class hermosillenses. Neither is it just idle prejudice. These sentiments are often the justification these hermosillenses use to put social distance between themselves and their southern compatriots. Parents, mothers especially, warn their children against marrying people from the south. Women are considered particularly vulnerable since, according to popular belief, southern men drink too much, chase women and do not provide for their wives. As one mother, an ex-schoolteacher, explained her daughter's marital troubles: "I told her not to marry someone from the south. They [southerners] deceive. They were meant to marry their own kind." Marriage records, interviews, and participant observation in 1980 revealed a decided preference for spouses from Sonora. In almost 70 percent of the marriages in that year, bride and groom were from Sonora; even those middle-class hermosillenses living in other regions of the country had looked for wives or husbands from Sonora (RC, Actas Matrimoniales 1980). Not suprisingly, middle-class hermosillenses also preferred to live and work in the state, if not the city, even if they went to school in other parts of the country. The great majority of recently wedded couples decided to live in Hermosillo (RC, Actas Matrimoniales 1980). Likewise, local middle-class residents rarely traveled beyond the southern limits of Sonora. Although over 95 percent of the eighty people interviewed in 1980 and 1981 had traveled south of Sonora, the great majority had only done so two or three times. Men traveled south more frequently than women and almost exclusively on business. In this light, it is possible to view the anti-statist rhetoric of the 1985 elections, at least in part, as the reflection in local middle-class society and culture of a more pervasive animosity towards central and southern Mexicans. In other words, while recent political events may have drawn fresh attention to the middle class, these regional sentiments were not necessarily new to it. This essay examines the heightening of regionalist, or more precisely anticentralist, sentiments in the middle class. It argues here that the accentuation of these sentiments is rooted in the history of that class's participation in and exclusion from the process of dependent economic development in Hermosillo after the 1940s -the years of the so- called Mexican miracle. Described by one expert as a period in which Mexico's middle class regained social territory lost during the previous era of post-revolutionary reconstruction, in Hermosillo it corresponded to the modernization of agriculture, one of Mexico's most dynamic programs of economic development (Loaeza 1983:419). Thus, the analysis focuses on the role played by the middle class in the modernization of agriculture. The essay is divided into three parts. The first raises conceptual questions of dependent development, examining the nature of class alliances, social-cultural change and social inclusion and exclusion. The second part is a case study of the middle class in Hermosillo. It begins with a discussion of the middle class in 1940, on the eve of the modernization of agriculture, and then turns to the particular history of its participation in and exclusion from the development process during the first fifteen years, approximately 1940-55, and examines the reasons behind the rise of anti-southern 1 36 FRONTERA NORTE, VOL. 1. NÚM. 2,JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Mexican sentiments. The third section takes up the question of regionalism and class. Issues of Dependent Development Dependent economic development, write Cardoso and Faletto, is "determined, within limits, by the capacity that the internal systems of alliance between classes and groups and the hegemonic position of these alliances over society [has] to assure economic expansion" (Cardoso and Faletto 1979:26). Thus, while it is an alliance of elites that initially gives life to the dependent economic system, this dominant coalition is eventually forced to include other social groups and classes. This occurs cither as a result of their capacity to contribute to the growth of the dependent economy (at different stages elites may woo technicians and professionals or contribute to the formation of a modern working class) or to their ability to contest the dominant system of alliances. Social inclusion, likewise, not only means that a social group participates in a particular development project—the modernization of agriculture in this case— but also refers to that group's use of the social, economic, political, cultural and physical environments, its habitat, in which it meets everyday needs. A project of economic development, depending on its magnitude and "maturity," will influence or transform a society. The greater its impact, either in the range of activities it affects (be they cultural, social, economic or political) and the deeper its influence, the greater the need and demand will be to participate in the process. Thus, on the one hand, the desire "to be included" depends on the extent of "development's" impact on society. In Hermosillo, the middle class demanded to participate in the modernization process in part because it needed work. By the 1950s it had become increasingly difficult to survive outside the new structure of labor. On the other hand, specific social groups may want to become part of a development process even though they may not need to participate. Put somewhat differently, they may believe that they will profit from modifications to their way of life. While the anthropological record documents that social groups generally do not easily embrace social change, the conditions under which it occurs may make it more or less desirable. Regarding the nature of change, as Jean-Claude Passeron argues, in so far as a social system must reproduce itself, alterations to its structure must originate from outside. Still, he cautions, since no social system exists in a vacuum, it is subject to external forces which strain, tear and often modify the original structure (Passeron 1983:419). Or, from a slightly different perspective, Edmund Leach once pointed out that, practically speaking, it is not possible to isolate individuals into exclusive niches. "Any individual can be thought of as having a status position in several different social systems at one and the same time" (Leach 1954:8). Change arises through conflict when conjunctural-historical conditions impose one system on another. In 1940 middle-class hermosillenses lived within the influence of two social systems. One was Sonoran-Mexican or, more specifically, hermosil- OLIVIA RUIZ/REGIONAUSM AND THE MIDDLE CLASS 137 lense. The other, due to the state's proximity to the international border, was North American, which middle-class hermosillenses knew largely through the mass media and by visits across the border to the United States. Although further proof would be required to show that middle-class Hermosillo's familiarity with ideas about "modernity," "progress," and the "free market" had its roots in a border existence, it is clear that North American influence was intimately tied up with these ideas. 3 Furthermore, the middle class showed a clear interest if not enchantment with "modernity," reflected in their discussion of things "modern" as well as in their curiosity about the United States and the North American way of life. The "green revolution," the modernization of agriculture, in turn, upset the balance between these two social systems. In post-1940 Hermosillo, the idea of "modernity," associated with a belief in the "free market," became hegemonic. This idea found a receptive audience in the city's middle class. The hegemony of the idea of "modernity," which already formed part of the middle class's "common sense," added to its validity, making it more desirable. By implication, this signaled a greater orientation towards the United Slates. While this was especially so among the elites, eventually the middle class, too, began to turn to the United States as a point of reference, particularly with regard to patterns of consumption and what may be loosely referred to as a "high standard of living" (Hewitt de Alcántara 1978:159). "Inclusion" as a social process, however, is almost never broad based. Indeed, "development" generally accentuates social exclusion (Cardoso and Faletto 1979:164), meaning, in its broadest sense, the inability to use the social, economic, cultural, and physical environment which one inhabits to meet everyday needs. If exclusion is structural, that is, an inherent part of the process of dependent development, excluded social groups and classes may not necessarily see their social marginality that way. Rather, the interpretation that a social group adopts to understand what has happened and what can be done will more likely arise out of its perception of events. A social group will probably resent that which it believes jeopardizes its opportunities for personal well-being or betterment. In this light, anti-southern prejudice can be seen as the result of middle-class Hermosillo's association of southerners with obstacle's to its participation in the modernization process. The history of the middle class's struggle to be "included" and the identification of the obstacles (or threats) to that incorporation with the southerner, or those in alliance with him, accentuated the division between "outsiders" and "insiders" and gave rise to ethnic- like categories to differentiate southern from sonorense Mexicans. Out of this morally laden taxonomy (southerners are "bad" or "inferior"), middle-class hermosillenses reified the native. 3 Despite its regular appearance in the literature on development, "modernity" is an ambiguous and complex concept. It is used here to refer to recent ideas and behavior these middle-class hermosillenses associated with a better quality of life. 138 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2.JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Hermosillo's Middle Class In 1940, on the eve of agriculture's modernization, Hermosillo was a small town in comparison to the principal cities in Mexico. It had 18,601 inhabitants, about half of the population of the municipio or county (Almada 1952:339). The city looked very much the way it had in 1900. Its population had grown slowly, even declining between 1930 and 1940 (VI Censo General de Población de Sonora 1940), attracting few outsiders; only 111 foreigners had taken up residence there (VI Censo General de Población de Sonora 1940). Small in comparison to the principal cities in Mexico, Hermosillo nevertheless enjoyed a flourishing economy. Cattle-raising haciendas and large ranches lay scattered to the west while growers to the east planted corn, beans, and other vegetables, as well as alfalfa and fruits. At the port of Padre Kino, a fishing industry thrived, exporting most of its product- to the United States. There were also a number of small commercial and industrial establishments in the city, many of which serviced the primary sector. However, it was agriculture and livestock production which sustained the economy and gave jobs to most of the working population. Over 42 percent of the economically active population in 1940 worked in the primary sector (VI Censo General de Población de Sonora 1940). Hermosillo housed a small but heterogeneous middle class. Composed for the most part of small property owners, such as small businessmen who ran most of Hermosillo's commerce, and independent professionals, it also included teachers, clerks, and government bureaucrats. Most middle-class wage earners had business or technical degrees. Only a tiny minority had a university education, and they had gone either to Guadalajara or Mexico City, since Sonora did not have a university (VI Censo General de Población de Sonora 1940). Of those interviewed who had been in their twenties in the early 1940s, less than 25 percent had university degrees. In contrast to Hermosillo's elite, who had homes in the city and the country, the middle class thrived almost exclusively in the city itself. As such, despite their rural origins, most middle-class hermosillenses drew their livelihood from the city's commercial and service sectors and state and city government. By and large it lacked a consciousness of itself as a class with particular interests, identifying with community and kin. Recalling their past, older middle-class hermosillenses spoke of their city as a place with few social distinctions. Among those interviewed who were 57 years of age or older, this was a common theme. To quote a retired schoolteacher now in her late sixties: "then we were one town and, more or less, of the same kind of people, the same class. The social distinctions you see today didn't exist." Apart from romantic nostalgia, these notions also reflected the old, urban residential life in Hermosillo. True, the rich had their section of town, the Colonia Centenario, which circled the main plaza, the municipal palace, and the cathedral. The middle class, however, lived close by. Its neighborhoods skirted that of the wealthy or grew out of it, almost as adjuncts, so that personal and daily contact was not only possible but common. The Saturday night dances, for example, were town festivities and everyone went, regardless of class background. At night, the children of the middle OI.IVIA RUIZ//REGIONALISM AND) THE MIDDLE CLASS 139 class and the wealthy played together beneath the street lamps of the central plaza. The livelihood of people of all ages depended, to a large extent, on family relations, which provided anything from labor and capital to housing and health care. The education of the young in matters of business and trade often lay in the hands of older and more experienced kin. Within this system, property (including the practices of independent professionals) was frequently passed down from generation to generation, usually from father to eldest son. Interviews revealed that this was especially true of small shopkeepers and landholders. Yet, those sons and daughters left without property often depended on kin ties, too, for they were a rich network which provided food, shelter, money, and jobs. Indeed, it was not uncommon for middle- class women and men to grow up in communities organized around the family. This was the case, to give an illustration, of the Colonia Cerro de la Campana, located near the city's center. Dating back to the turn of the century, the majority of its inhabitants were related by blood or marriage. The important role that the family played in the middle-class hermosillense's everyday life, combined with a lack of class consciousness, nurtured a personalistic model of social relations. From this perspective social inequalities were deemed largely the result of innate, personal differences based on age, sex, personality, and family background. The elite was perceived as a group, and not a class, of wealthy families with privileges that participated with other families in the community's celebrations and defeats. This middle class, nevertheless, was also self-critical, intent on bettering its place in society. It expressed much of its concerns in articles and letters to the editor of El Imparcial, a local newspaper widely read by the middle class. Even a cursory reading of El Imparcial reveals that these men and women were curious about their roles as people entering an increasingly complex and modern world. For them, ideals of the United States played a conspicuous role. Self-improvement, middle-class hermosillenses argued, called for hard work. Articles appeared daily in El Imparcial with such aphorisms as "la ociosidad es la madre de la pobreza" (laziness is the mother of poverty) (March 8, 1940), and "la naturaleza exige que trabajemos hasta el cansancio" (nature demands that we work until we are tired). One resident, who had owned a small store, explained that although life had been hard in the beginning, long days of hard work had eventually benefited everyone and had inculcated in the sonorense "una reverencia para el trabajo" (a reverence for work). Even the family did not escape this spirit's critical eye. After all, the seeds of the responsible, modem individual lay in the family. Concerning child raising, columnists oí El Imparcial advised parents not to employ autocratic methods but, to the contrary, to gain the child's confidence and to respect his individuality. When requested, a parent should give his son or daughter money though the child must repay it. Another writer suggested that parents reward a child's good behavior (October 19, 1940). 140 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE I 1989 Proximity to the United States did not necessarily determine or create a predisposition towards "modernity" or "progress." However, insofar as the United States was intimately identified with them, border life increased their importance and made them omnipresent in everyday life. Much of the information either published by journalists or quoted in articles written by local residents concerning concepts such as "modernity," "progress," and "personal betterment" came from North American newspapers. El Imparcial featured syndicated columnists from the United States whose daily writings brought the latest North American opinions to Hermosillo. The newspaper displayed an unabashed curiosity about things North American. Articles covered the most recent fads in North American clothing, sports, and male and female roles (September 29, 1940). The neighbor next door was described by one hermosillense as that "magical place" where the newest styles always appeared (October 9, 1940). North American merchants, especially those of Nogales, almost daily placed advertisements in the pages of El Imparcial announcing North American goods and encouraging travel "to the other side." Knowledge of the United States and its inhabitants, furthermore, stemmed from personal experience. Hermosillenses saw North American tourists pass regularly through the city. Although middle-class hermosillenses did not travel frequently, when they did they crossed the border (AGES, Passports 1940). Not many North Americans lived in Hermosillo in 1940. Still, though few, they nevertheless constituted the single largest foreign bloc, followed by Italians and Spaniards, and made up the biggest group of foreign property holders (VI Censo General de Población de Sonora 1940). Most importantly, middle-class hermosillense kin networks ignored political boundaries. All of the twenty men and women interviewed, who had been in their teens and twenties in 1940, periodically used to visit relatives in the United States. While a few of these relatives lived as far away as San Francisco, Denver, and El Paso, the great majority lived in Arizona, in Nogales, Tucson, Phoenix, Yuma and Douglas. To be sure, middle-class hermosillenses also suspected the interests, motivations and influence of North Americans. The United States, wrote one man, posed a great threat to Mexico's sovereignity (El Impartí al, April 1. 1940). Another commentator, worried about the influence of Anglo-Saxon customs on local tradition, reminded hermosillenses that they were "of a Latin and Roman spirit of thought" (El Imparcial, May 7, 1940). "Modernity" made these hermosillenses especially uneasy when it undercut the roots of established institutions such as the family. In one letter to the editor, a woman lamented the rejection of past values among the young, which she attributed to the influence of foreign values (El Imparcial, May 2. 1940). Not surprisingly, although these hermosillenses might speak glowingly of education, they turned their backs on it when it threatened to put women in the workplace or to teach children about sex (El Imparcial, May 2 and August 3, 1940). Within the alternatives for a world system or way of organizing one's daily business, however, North American capitalism, according to these hermosillenses, had "much to offer Mexico" (El Imparcial, June 14,1940). With the western world on the brink of war, middle-class Hermosillo faced three OLIVIA RUIZ/REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS 141 alternative systems: socialist Russia, capitalist North America, and Nazi Germany. Like many other women and men of the time, middle-class hermosillenses took positions regarding the war and, in the process, passed judgment on what they considered a desirable and, by implication, undesirable way of life. If middle-class hermosillenses distrusted Nazi Germany, they were openly hostile towards the Soviet Union. Articles appeared daily in El Imparcial attacking the Bolsheviks. In contrast, as a country of individualists selling its goods, the United States had achieved the greatest success as a "free market." The "gringo," furthermore, whatever his faults, shielded Hermosillo from "Godless" communism. Middle-class hermosillenses, on the whole, meant to stay within the North American sphere of influence. This enthusiasm for personal betterment, individual enterprise, and capitalism echoed the national politics of the time. When Manuel Avila Camacho became the PRI's presidential candidate in 1940 and proclaimed his plans to industrialize Mexico by giving free rein to private enterprise, El Imparcial, and the letters to its editor, applauded his economic liberalism (March 30, 1940). Regionalism and Class The transformation of Sonoran society began during the years of Avila Camacho and his successor, Miguel Alemán. It began with their vision of economic growth -the industrialization of Mexico (Meyer 1977:204)- a plan to be financed, in part, with profits from the export of agricultural goods. Their sale, in turn, depended on international demand, and in the 1940s, with Europe and Japan devastated by war, that meant markets north of the border. Export agriculture, however, really meant prosperity for certain regions, specifically those producing cash crops. One of these was the coast of Hermosillo. In contrast to other parts of Mexico, the modernization of agriculture here was a capitalist venture from the beginning, characterized by the production of cash crops, largely by private farmers, to sell for profit to the highest bidder. It employed the latest technology, chemical fertilizers, and giant tractors and plows and made use of extensive systems of credit. Modern agriculture transformed Sonora's economy. By 1950, some sixty thousand hectareas had come under cultivation, a massive jump from the two thousand hectares of 1940 (Hewitt de Alcántara 1978:126). By the 1960s, the state had become one of the most important regions of commercial agriculture in Mexico, forming part of an area that raised half of the country's crops, over 60 percent of them for export (Cockcroft 1983:166; A. de Appendini 1977:14). The modernization of agriculture, however, was more than simply an economic program. It also signaled the hegemony of the idea of "modernity" and the principles of economic liberalism. As one expert argues, official policy was reoriented in favor of individual social mobility within a "free market" system (Hewitt de Alcántara 1978:297). Modernization, in this sense, meant the imposition of a model of society based on personal gain and consumption over a model of cooperative work or communal well- 142 FRONTERA NORTE. VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1 1989 being. Gradually, social status became defined by a high income and the consumption of imported, mainly North American, goods. From the start, members of Hermosillo's middle class wanted to participate in the development process.4 In time, additionally, it became increasingly difficult for them to survive outside the new structure of production. Yet their demand to be "included" was also due to reasons other than necessity. While at times reluctant disciples of the liberal economic creed, they agreed with it in principle. Middleclass hermosillenses might criticize the United States, but they expected to enter the second half of the century under a "free market" system. Still, in order for the local middle class to participate in this "development," it had to enter the new structure of production. More to the point, it had to fit into the labor structure. The "green revolution" transformed Hermosillo's labor market. In the beginning, it opened up a large number of jobs for day laborers or peons. Since Sonora suffered from a labor shortage, waves of migrants from other regions of Mexico were drawn to Hermosillo's fields in the years after 1940 (VII and VIH Censos Generales de Población del Estado de Sonora 1950, 1960). Modern agriculture, however, in the words of one expert, "had little to do with the development of rural areas"; it "developed," instead, Sonora's cities (Hewitt de Alcántara 1978:268). This urban boom was of particular significance for the middle class. Hermosillo grew rapidly after 1940, due largely to its growing importance as a political, commercial, service, and banking center. The growth of the urban economy altered the labor market, gradually expanding the secondary and, above all, the tertiary sectors (VII, VIII, and IX Censos Generales de Población de Sonora 1950, I960, 1970). Both grew rapidly after 1940. While service and commercial activities contributed a third of the slate GNP in 1950, by I960 they accounted for over 50 percent. In 1965 industry surpassed agriculture for the first time (Hewitt de Alcántara 1978:279). As Table 1 shows, such change in the sectoral contribution to the stale GNP was reproduced in the composition of the labor force between 1950 and 1970. 4 Some sectors showed more desire to enter the new structure of production than others. Clearly, the next step towards an understanding of the ways in which the middle class was included or excluded from the development process would be to do a systematic study with this sectoral variable in mind. OLIVIA RUIZ/REGIONAI.ISM AND THK MIDDI.E CLASS 14 3 Potentially, the growth of service and commercial activities meant more economic opportunities for the middle class, since many of its occupations (as small businessmen, teachers, independent professionals, bureaucrats) belonged to those sectors. The demand for skilled professionals grew dramatically while jobs in federal and state government agencies multiplied rapidly during the first twenty years of the "boom." Between 1940 and 1970, the labor force employed in government agencies grew fourfold (VI and DC Censos Generales de Población de Sonora 1940 and 1970). The construction of the campus of the Universidad de Sonora in Hermosillo opened up additional jobs. Hermosillo's urban growth, in turn, offered other possible benefits to the middle class. Federal investment in the state meant the construction of public works, from hospitals and schools to city streets and highways (Hewitt de Alcántara 1978:268), as well as the expansion of existing public services, the telephone and the mail, for example. Generally, then, the modernization of agriculture created favorable conditions for Hermosillo's middle class to grow and prosper. Although Hermosillo's middle class might have wanted to take advantage of the new opportunities, they were not always able to do so. Their exclusion had roots in the dependent development process, a result of structural changes in the social, economic, and urban environment characteristic of this kind of growth. The analysis here examines the social marginality of the middle class as a result of competition, invasion and domination. 5 Conjunctural and personal competition occurred between members of Hermosillo's middle class and those from the center and south of Mexico; it took place principally, and most significantly, in the job market. Since the livelihood of Hermosillo's middle class, to a large extent, was based on small property and organized around family resources, it did not provide the preparation that these new salaried jobs required. 6 In the early years of the economic transformation, to reiterate, only a tiny minority had a university education. Interviews conducted in 1980 documented that less than 36 percent of those 57 years or older could claim any schooling beyond the preparatory level, while almost none of the women had more than a primary education. Existing schools at the time taught business or commercial courses for the most part (VI Censo General de Población de Sonora 1940), and the local state university, established in 1942, had only just begun to turn out graduates with the required skills. Furthermore, most of the middle-class hermosillenses who had studied in universities in other parts of Mexico had not returned home after completing their degrees. The first, and usually second, job kept them away from Sonora. In sum, middle-class hermosillenses for the most part could not compete successfully for jobs in the new organization of labor. 5 6 For further discussion of these concepts see Park (1936) and McKenzie (1926) of the school of urban ecology. The inability to make the transition from small property owner to salaried professional has marked the history of other middle classes. For a comparative experience see Vogel 1963, especially chapters 1 and 2. Despite the obvious cultural and historical differences between Japan and Mexico, the experience of these two middle classes was similar. 144 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 If locals could not fulfill the demand for people with university or professional degrees, migrants eventually did. Arriving principally from Mexico City and other urban areas, they formed part of the larger migrations to Sonora that began after 1940 (Hewitt de Alcántara 1978:265). The arrival of these professionals not only provoked middle-class resentment, but their continued presence made it more difficult for those Sonorans ready and able to hold jobs as accountants, lawyers, or engineers to find employment. When applying for jobs, local professionals ran into a personal network of work relations that Mexico City professionals brought with them to the north. When choosing others with whom to work, an economist from Mexico City, for example, would likely hire a friend, relative or acquaintance from home and pass over qualified local applicants. 7 Exacerbating matters for the local middle class. Sonora offered enticing economic opportunities for mobile men and women from other states. In response to the growing sales of goods, the expanding market for them, and the increased need for supplies to the primary sector, outsiders with training and money began to establish businesses in the city (Hewitt de Alcántara 1978:273). The job competition with migrants threatened the middle class's livelihood and hopes for upward mobility. When these hermosillenses saw themselves brushed aside by the better prepared migrant, they grew resentful. Their reaction was not unusual. As one observer writes, "it is economic competition between ... social groups which lies at the root of the tensions between them"; at that point, "traditional walls start crumbling, and fierce competition ... develops in the fields which were formerly the preserve of distinct ethnic, or religious [or in this case regional] groups" (Wertheim 1965:76). Conflict between middle-class hermosillenses and migrants did not just happen at work. Eventually, it spilled over into the city itself. Hermosillo became an arena for strife, "regional" strife, between two different classes, middle-class hermosillenses and migrant workers. These highly personal encounters created another area of dispute, the urban environment, and they focussed additional attention on the southern migrant. Social exclusion took on the character of an invasion. 8 The events of early summer 1955 provide an illustration. A month before the cotton harvest, an army of migrants arrived on the coast of Hermosillo ready to work. Nothing was available, neither jobs nor a place to stay until the harvest began. The city found itself unprepared to host these workers. Almost immediately, newspaper articles began to appear concerning the migrants. At first, the articles voiced conern over the living conditions of the strangers, particularly in light of the summer months ahead and the extreme temperatures which tested even veterans of Hermosillo's sum7 For a comparable example of the impact on local peoples of rapid economic development, change in the occupational structure and migrations see Allub and Michel 1982. 8 While other confrontations occurred, this account examines two incidences. The nature of these two conflicts, the role of the middle sectors and the outcomes were highly representative of other encounters of the same kind. OLIVIA RUIZ/REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS 14 5 mers. Letters to the editor commented sympathetically on the poverty of the men who had suddenly appeared without money or food. Even if lucky, they would have to wait at least an entire month for jobs to open up. Then, as one day led to another and the month ended and the migrants stayed on, many hermosillenses began to feel put upon by these jobless and increasingly desperate people. The migrants, meanwhile, had carved out "homes" in whatever recess of the city they could find. Searching for a solution to the problem of these homeless, wealthy hermosillenses put at the disposal of city officials a tract of land to temporarily house the newcomers, land earmarked for a children's ball park. Another incident occurred after the harvest began. One morning in July, hermosillenses woke up to leam that a group of homesick and angry cotton pickers had occupied the post office, blocking entry into the building. The migrants accused postal officials of deliberately holding up the delivery of letters from family and friends. The siege lasted three days before police forcibly removed the protesters. These two incidents gave rise to a heated exchange of views. Not surprisingly, much of the debate concerning what had happened, and what to do, took place in El Imparcial.9 Middle-class hermosillenses believed they had proved goodhearted im allowing the migrants to occupy outlying areas and their streets. But to see the ball park land reserved for their children turned over to "vagrants" was too much for them. Editorials and cartoons appeared which chastised city authorities. One depicted a tearful hermosillense youth grasping a baseball bat and looking out over the playing field towards a sign that read "para trabajadores" (reserved for workers). What had begun as an attempt by large growers to bring cheap labor to Hermosillo's fields had turned into a confrontation between hermosillenses and migrants over the use of urban space. When southern migrants occupied the post office, cartoons appeared again, one depicting an her-mosillense en route there wearing a coat of arms and facing a line of angry workers. These encounters between middle-class hermosillenses and migrants fed antisouthern Mexican sentiments and provided grist for the mill of regional jingoism. Articles in El Imparcial degraded and villainized the southern Mexican. They employed a wide lexicon of supposed "southern Mexican" character traits, both verbal and visual, and relied heavily on the use of contrasts. In one typical cartoon two rural laborers, a norteño (sonorense) and a southerner, are talking. The norteño wears blue jeans, a pocketknife clipped to his belt, a flannel shirt, and a ten-gallon hat. He is tall, slender, and clean shaven. The southerner, in contrast, is hatless, has a sarape draped over his shoulder, and wears baggy pants and huaraches. Short and dark, he looks up longingly at the northerner. He is asking himself what he can do to become a northerner, whether wearing a tengallon hat, boots, and levis will make him a norteño. The message behind this stereotype and others like it was clear. The south was poor, the north rich. While the southerner was crafty, the sonorense worked hard; the southerner was 9 The conflict engendered by the presence of the southern migrants and the incidents which this conflict provoked are chronicled in El Imparcial, April-August 1955. 146 FRONTERA NORTE. VOL. 1. NÚM. 2. JULIO-DICIEMBRE DE 1989 duplicitous, the sonorense open and forthright. The south lived by the grace of the north, because the sonorense fed the south and gave its people work. Furthermore, the norteño should beware because, given the chance, the southerner would likely try to take what rightfully belonged to the sonorense. The conflict over the ballpark, however, upset the middle class for other reasons. Hermosillo's elite had allied itself with the southern migrants, setting apart a piece of land for them at the expense of middle-class interests -a ballpark for local children. The elite's "consideration" of the migrant workers' situation angered the middle class and temporarily turned it against the wealthy. The conflict over the ballpark, furthermore, demonstrated that the interests of the elite were distinct from, and at times contrary to, those of the middle class. In short, Hermosillo's wealthy had begun to contribute to the middle class's social exclusion. The exclusion of the middle class through domination grew out of the concentration of productive activity. It was a gradual process, initiated when the first plans to exploit the coast were laid out. Concentration of productive activity took place in both the countryside around Hermosillo and in the city itself. While 400 growers in 1948 owned over 100 hectares or more on the coast of Hermosillo, by 1956 this group, which had dropped to 160, held titles to an average of 167 hectares; by 1971, the surviving 150 each owned no fewer than 800 hectares. Some had as many as 2,000 hectares of land (Hewitt de Alcántara 1978:155). Furthermore, this small agrarian elite eventually gained control of most of Sonora's commercial activity. Some invested their profits in the large commercial establishments; others married into the families that ran Hermosillo's commerce (Hewitt de Alcántara 1978:127). The monopolization of commerce hurt those with small or medium capital. This was especially hard on the middle class whose economic livelihood depended, to a significant extent, on small-scale commercial activity. By the early 1950s it had become difficult for members of the middle class to start a business and, for those already in business, to stay afloat. By the mid-1950s, the elite's exclusive control of the productive process and its fruits was a reality. The agricultural/commercial alliance -a mixture of the old Porfirian landed aristocracy, the "revolutionary" rich, and a smattering of up-andcoming speculators- had a concise idea of itself as a class. There were the "clubes de empresarios": the Unión de Crédito Agrícola de Hermosillo and the Lion's Club, to name two. The wealthy lived in either the Colonia Centenario, originally home to the Porfirian upper crust, or the newer Colonia Pitic in the northwest comer of the city, with its grid-like rows of streets and sidewalks and modern looking houses with front lawns, North American style. These families worked hard to build ties with the United States. Both individually and through the "clubes de empresarios," members of Hermosillo's wealthy met regularly with North American capitalists, encouraging them to invest in their state (Hewitt de Alcántara 1978:128). More and more, their sons studied in the United States. Upon returning home they spoke English and mastered the latest Yankee advances in agriculture and business. OLIVIA RUIZ/REGIONALISM AND THE MIDDLE CLASS 147 Conclusions The reasons for the rise of anti-southern Mexican sentiments in the middle class, in conclusion, are varied and complex. These sentiments arose primarily as a result of the middle class's demand to participate in Hermosillo's "development" and its exclusion from that process. The middle class's social exclusion during the early years of the economic transformation left it frustrated. The highly personal conflicts with migrant workers -many of them from southern states- both at work and in I Hermosillo's streets provided a ready scapegoat. The southern presence "explained" the middle class's inability to benefit, at least initially, from the process of economic development. It would have been difficult for members of the middle class to arrive at a structural or class analysis of events after 1940. If the various sectors of the middle class held similar ideas about what made up a good way of life, they did not share a class consciousness. Middle-class hermosillenses ascribed to a personalistic model of social relations; they saw themselves as part of a community, not one sector in conflict with others. Differences perceived they attributed largely to personal or family idiosyncracy. As such, they reduced social action, and especially class conflict, to personal affronts which, in turn, gave rise to personal resentments. The encounters with migrants were translated into contests between "insiders" and "outsiders." In other words, the high level of community integration and loyalty not only weakened the possibility for a class consciousness to develop, but lent itself to a perception of events in terms of "outsiders versus natives." Conflicts between locals and migrants took on territorial dimensions and, not surprisingly, employed an ethnic-like taxonomy of things native and foreign. ABBREVIATIONS AGES-Archivo General del Estado de Sonora J 1 IJuzgado de Primera Instancia J2I-Juzgado de Segunda Instancia J3I-Juzgado de Tercera Instancia RC -Registro Civil BIBLIOGRAPHY I. Documents Actas Matrimoniales, Registro Civil del Municipio de Hermosillo 1940 1980 VI, VII, VIII, and IX Censos Generales de Población del Estado de Sonora, Dirección General de Estadística 1940, 1950, I960, 1970 Expedientes Criminales, Juzgado de Primer Instancia, El Gobierno 1980 del Estado de Sonora 1980 Juzgado de Segunda Instancia, El Gobierno del Estado de Sonora 148 FRONTERA NORTE VOL. I. NÚM. 2. JULIO-DICIEMBRE DE 1989 1980 Juzgado de Tercera Instancia, El Gobierno del Estado de Sonora Passports, Archivo General del Estado de Sonora 1940 II. Newspaper El Imparcial 1940 1955 III. Books and Articles A- de Appendini, Kirsten and Vania Almeida Salles 1977, agricultura capitalista y agricultura campesina en México (diferencias regionales en base al análisis de datos censales). Cuadernos del Centro de Estudios Sociológicos, núm. 10, El Colegio de México. Aguilar Camín, Héctor 1979, La frontera nómada: Sonora y la Revolución Mexicana. Siglo XXI. 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Bien podría ser éste el epígrafe que encabezara todos los acuerdos que permiten la creciente interacción entre mexicanos y estadunidenses que vivimos adjunto a más de tres mil kilómetros de frontera. Si algún adyacente bilateral ha confirmado alguna vez la vigencia del apotegma juarista, éste ha sido el que ha dado lugar a la existencia de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). La celebración de su centenario es una celebración del triunfo de la razón sobre la diferencia. La existencia de la CILA es un logro bilateral que demuestra que ambos países fronterizos son capaces de hacer triunfar la razón sobre lo que nos divide o separa. En el contexto de las diferencias, las desigualdades o los conflictos entre las partes de una negociación, el triunfo de la razón no es necesariamente igual al triunfo de la justicia, pero es mucho mejor que el triunfo unilateral del egoísmo, de la fuerza. Al cumplirse cien años de existencia de la CILA estamos celebrando la existencia de una institución que no tiene paralelo. La objetividad de esta afirmación nos obliga a hacer un análisis que nos pudiera conducir hacia la posibilidad de reproducción del modelo derivable de la operación de la CILA para muchas otras áreas problemáticas en las crecientemente complejas relaciones entre México y Estados Unidos. Antecedentes de la CILA Un elemento esencial de la CHA, es que se trata de un mecanismo acordado por los gobiernos limítrofes para resolver conflictos. Por lo tanto, el entendimiento de su existencia nos debe remitir al tiempo en que no había •Jorge A. Bustamante. Presidente de El Colegio de la Frontera None. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, tels. 842033, 842226,842068. 1 Texto del discurso pronunciado por el autor el día 31 de mayo en Ciudad Juárez, Chihuahua. Se agradece la información de carácter histórico proporcionada por el doctor Manuel Ceballos, coordinador de la oficina de El Colegio de la Frontera Norte en Nuevo Laredo. 152 FRONTERA NORTE, VOL I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 tal mecanismo. Ubiquémonos en la década de los setenta, del siglo XIX. Hacía poco más de 20 años del término de una guerra entre los dos países. La guerra como expresión última del uso de la fuerza bruta para imponer una decisión unilateral fue la vía por la cual Estados Unidos impuso a México un hecho consumado por el poder de las armas entre las dos naciones. Como ha ocurrido al final de muchas guerras de conquista, los vencedores hacen firmar a los vencidos su aceptación del hecho consumado por las armas. En este caso, México firmó el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848 en el que se establecieron los límites entre las dos naciones que poco después serían modificados nuevamente por la llamada "compra de Gad-sen" mediante la cual México volvió a perder otra parte de su territorio. La escasez de opciones del país recientemente vencido culminó con la firma del Tratado de La Mesilla en 1853, que estableció los límites de una decisión unilateral que, según se pensó en su época, de haberse combatido, pudo haber representado una pérdida aún mayor de territorio. Veinte años es poco tiempo para disipar el olor a pólvora que había precedido al conflicto más reciente de límites entre los dos países. Durante este tiempo creció aceleradamente el desarrollo económico de los territorios conquistados. Era muy difícil para los fronterizos mexicanos de aquel entonces no ver con recelo los avances hacia el sur del desarrollo económico de Estados Unidos. Los habitantes de Ciudad Juárez, quienes tenían aún fresco el recuerdo de cómo fue que quedaron en la frontera, vieron con angustia como las aguas del Río Bravo iban disminuyendo su caudal como consecuencia de su apoderamiento aguas arriba, por quienes desarrollaban los nuevos territorios de Nuevo México y Colorado. Hace poco más de cien años, hacia el final de la década de los ochenta, los habitantes de Paso del Norte se estaban quedando sin agua. El gobierno de México reclamó sus derechos sobre las aguas del Río Bravo. No hacía mucho que Benito Juárez había acuñado otro principio para la cultura política nacional al sentenciar que, frente al poder unilateral de los países fuertes, la mejor defensa de los países débiles es el derecho. México acudía al derecho para reclamar el elemento vital de las aguas del Río Bravo. Ese fue el antecedente inmediato que precedió a la creación en 1889 de lo que entonces se llamó la Comisión Internacional de Límites, instaurada por los gobiernos de los países el primero de marzo de 1889. Los Ingenieros y la CILA Es importante hacer notar que esta Comisión muy probablemente no se hubiera creado si no existiese un antecedente de gran importancia. Este fue el acuerdo que dio lugar a la "Convención para reponer los monumentos que marcan la línea divisoria entre Paso del Norte y el Océano Pacífico". Este acuerdo se firmó en el año de 1882. No había muchos antecedentes para que las partes firmantes de este acuerdo pionero tuvieran el mínimo de confianza mutua que se requiere para llevar a la practica lo acordado, por dos países recientemente en guerra. Aquí encontramos un elemento importante que quizá explica una buena parte del éxito longevo de la institución que ahora celebramos su centenario. Los dos gobiernos acordaron poner en manos de sus respectivos ingenieros la ejecución de los JORGE A. BUSTAMANTE/CENTENARIO DE LA CILA 1 55 acuerdos de esta primera Convención sobre fijación de límites. Por vez primera no eran ni diplomáticos ni militares los que tenían en sus manos la resolución de las diferencias entre ambos países. Las diferencias se pusieron en manos de sus respectivos técnicos, quienes se encargaron de una empresa común, indispensable en la resolución de cualquier conflicto entre dos o más países: ver la realidad con los mismos lentes. Parte de los obstáculos para la resolución de los conflictos internacionales es que una misma realidad no se ve igual por todas las partes del conflicto. Este fue un logro que después probaría ser de gran importancia. Ambos gobiernos acordaron ver la realidad de los problemas de sus límites territoriales a través de los ojos de sus ingenieros. Las crónicas del primer encuentro de las respectivas delegaciones de ingenieros en 1882 en la ciudad de Paso del Norte no dan cuenta de dificultad alguna para que los respectivos equipos de ingenieros se entendieran. Uno podría pensar que las matemáticas se derivan de principios universalmente válidos y que esto les daba a los ingenieros un lenguaje común. Mucho hubo de esto pero no debió ser fácil superar las diferencias en sistemas de medición. Los mexicanos entendían todo lo mensurable en términos del sistema métrico decimal, en tanto que los ingenieros estadunidenses veían la realidad mensurable en términos de pulgadas, pies, yardas, millas, galones etcétera. El hecho importante de destacar es que esos ingenieros de aquella primera Convención no hubieran propuesto la guerra como solución para las diferencias entre los sistemas de medición de sus respectivos países. Todo lo contrario. Fueron pioneros en la recomendación de lo razonable para resolver lo diferente, visto desde las perspectivas de los intereses nacionales respectivos de cada país. Muchos acuerdos de caballeros debieron preceder las recomendaciones de aquella primera Convención de límites donde se fueron fraguando las mínimas confianzas mutuas que dieron lugar al sentido de factibilidad con el que se acordó la primera Comisión Internacional de Límites. Si es en verdad cierto aquel aforismo atribuido a Don Jesús Reyes Heroles de que en política la forma es fondo, hubo en aquel acuerdo que creó la CIL en 1889, una cuestión de forma a la que quizá se debe el fondo. Ambos países acordaron que sus respectivas comisiones estuvieran encabezadas por ingenieros. ¿Pero, fue esto cuestión de forma, o de fondo? La lógica de aceptar lo segundo indicaría que todos los conflictos bilaterales deberían ser dejados en manos de ingenieros. Esto podría provocar un fuerte desempleo en otras profesiones, cuyas implicaciones políticas podrían rebasar los alcances de las matemáticas y aun del sentido común. Sin embargo, queda aún por dilucidar el peso específico que ha tenido en el éxito bilateral de la CILA, el hecho de que haya estado en manos de ingenieros por acuerdo expreso de ambos gobiernos. Los Límites de la Comisión de Límites Lo cierto es que no todo son números. El primer acuerdo bilateral importante derivado de la existencia de la CIL fue suscrito en 1906. La Comisión internacional había llegado a la adolescencia no sin raspones y tropiezos. 154 FRONTERA NORTE, VOL 1, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Los ríos fronterizos habían demostrado ser muy inquietos. No se quedaban en el lugar que les había sido asignado en los gabinetes de las negociaciones bilaterales. Al cambiar de curso se generaban intereses dependiendo del lado en que se moviera el río. Los intereses nunca fueron simétricos en el poder en que se apoyaban de cada lado del río. El caso más conspicuo de esta asimetría fue la pérdida del Chamízal. Durante varias décadas la reclamación de México por esas hectáreas perdidas se vio obstaculizada por el derecho del más fuerte, a pesar de laudos de tribunales de justicia internacional, que reconocieron los derechos de México. Por fortuna no hay mal que dure cien años y todos celebramos el final que tuvo ese asunto. Regresando a 1906, año en que se firmó el primer gran acuerdo derivado de la intervención de la CILA, vale la pena reflexionar sobre los límites que la razón le ha impuesto a la justicia. El gobierno de Porfirio Díaz, tan ávido de ganar la simpatía de los inversionistas estadunidenses, accedió con reservas a una conceptualización de la entrega de aguas del Río Bravo a México como una "cortesía internacional" y no como un derecho de los mexicanos a dichas aguas. Otra vez la asimetría de poder se manifestaba por encima del derecho. Tuvieron que pasar muchos años para que Estados Unidos rectificara esa injustificada manifestación de poder. No fue sino hasta que la Segunda Guerra Mundial trajera una nueva dimensión geopolítica a la importancia de la frontera con México, que se firmó un nuevo acuerdo el 3 de febrero de 1944. En este acuerdo la CILA adquirió su nombre actual. No constituyó simplemente un cambio de nombres. En este cambio se reflejó el reconocimiento en ambos países de la íntima relación entre aspectos técnicos, jurídicos y políticos en la realización de los objetivos de un instrumento bilateral para resolver cuestiones tan delicadas como las que están asociadas con la soberanía territorial de las respectivas naciones. Un gran avance se realizó en este acuerdo de 1944, en la compatíbilización de la razón con la justicia. Si bien la razón está reflejada en el acuerdo entre ambas representaciones nacionales, como lo había sido en el acuerdo de 1906; la justicia que representa la realización cabal de la equidad entre las partes, apareció mejor servida en este acuerdo de 1944. Las Grandes Obras y los Grandes Logros de la CILA Después del rompimiento de relaciones entre México y Estados Unidos en 1914, la unilateralidad volvió a llenar los huecos de la ausencia de concertación bilateral. En 1944, ambos países recuperaron la razón por lo que respecta al manejo de sus problemas de límites y aguas. La CILA es, entre otras cosas, un monumento a la razón que se engrandece frente a las diferencias culturales entre sus naciones creadoras. Lo logrado en la frontera después de 1944, comparado con lo que cada país hizo por su cuenta en los 30 años de vacío posteriores al rompimiento de relaciones, es una lección elocuente de lo que podemos ganar mutuamente cuando nos ponemos de acuerdo. Ahí está la serie de grandes presas: en 1950, la Presa Morelos; en 1953, la Presa Falcón; en 1957, la de Retamal; en 1959, la Presa de Anzaldúas y en 1976, la Presa de la Amistad. A esto hay que JORGE1 A. BUSTAMANTE/CENTENARIO DE LA CILA 155 agregar la construcción concertada de 22 puentes carreteros y 6 para ferrocarril, una red de 143 estaciones climatológicas e hidrométricas. No es fácil imaginar el acuerdo para resolver el problema de la salinidad de las aguas del Río Colorado sobre las tierras otrora fértiles del Valle de Mexicali, sin la existencia de la CILA. Mucho les debemos ambos pueblos a los técnicos de la Comisión, pero sobre todo los que habitamos la región adyacente a la frontera. La creciente interdependencia que caracteriza la vida cotidiana de las poblaciones fronterizas se ha nutrido de los logros de la CILA por lo cual debemos a los técnicos de ambos gobiernos un profundo agradecimiento. Sin embargo, hay que decir que aún estamos lejos de poder hablar de misiones cumplidas. En realidad la misión de la CILA nunca podrá ser totalmente cumplida. Las inquietudes de los fronterizos son aún mayores que las inquietudes de los ríos que deciden cambiar de curso, sin mas razón que darle trabajo a los de la CHA. Deseo terminar haciendo algunas reflexiones sobre los retos del futuro. El Agua Subterránea Hace cien años la creación de la CIL abrió la vía para resolver el problema de que los pobladores de Paso del Norte se fueran quedando sin el agua del Río Bravo, porque su caudal estaba casi agotado aguas arriba por usuarios que se aprovechaban de la ausencia de reglas sobre dichas aguas. Cien años después, la comunidad de CiudadJuárcz se está acercando a una nueva crisis de ausencia de reglas sobre el agua. Sólo que esta vez no se trata de las aguas de superficie sino de las aguas del subsuelo. Como se sabe, las aguas del Río Bravo se encuentran asignadas en su totalidad No hay manera de disponer de la menor cantidad adicional de agua del Río Bravo para un nuevo uso. Se sabe también que cada día es mayor la dependencia que tiene Ciudad Juárez de las aguas del subsuelo. Los datos más recientes indican que, cerca del 50 por ciento del agua que se consume en Ciudad Juárez se extrae del subsuelo. El problema surge del hecho de que las comunidades de Ciudad Juárez y El Paso comparten mantos freáticos de las mismas fuentes y el bombeo de esas aguas es 20 veces mayor en el lado de Estados Unidos que en el lado mexicano. Este no es un problema nuevo ni desconocido para la CILA. En su "memorándum" 242, hace cerca de 10 años ambos comisionados recomendaron a sus respectivos gobiernos la necesidad de que se concertara un nuevo tratado para dar las bases jurídicas bajo las cuales se pudiera racionalizar el uso de las aguas subterráneas. Han pasado ya varias administraciones en ambos gobiernos y ninguno se ha mostrado interesado en seguir las recomendaciones de aquel "memorándum" 242. El espíritu de este memorándum es consistente con la práctica tradicional de la CILA de evitar involucrarse en las implicaciones políticas de los problemas que trata. Sin embargo, dada la inacción de las respectivas Cancillerías sobre un problema de creciente seriedad, yo me pregunto si la CILA no podría hacer más para enfrentar racionalmente este problema. Mi pregunta surge de una facultad verdaderamente extraordinaria que ambos gobiernos le han concedido a la Comisión. Esta es una 1 56 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE.DE 1989 facultad cuasi-legislativa en el sentido de que puede convertirse en fuente de derechos y obligaciones de cierta naturaleza para los respectivos gobiernos. Me refiero a la facultad de expedir "memoranda". Una vez que los respectivos comisionados se han puesto de acuerdo sobre el diagnóstico técnico de un problema y sobre sus respectivas soluciones, tienen la facultad de expedir recomendaciones a sus gobiernos a los que se llaman "memoranda". La historia de casi 100 memoranda que ha expedido la CILA desde su confirmación en 1944 indica que esa facultad ha sido bien utilizada, con buen juicio y sabiduría fronteriza. Quizá es tiempo ya de que la CILA dé un paso adelante de lo hecho hasta ahora, en la actualización de datos sobre la disponibilidad de aguas subterráneas, así como de su calidad cambiante y las medidas que deberían tomarse en ambos lados de la frontera para evitar que el problema no se tenga que resolver en el contexto de una crisis. Es lamentable que no se vea una suficiente conciencia en la sociedad civil de las ciudades de El Paso y Ciudad Juárez sobre este problema. Creo que es una obligación de instituciones de investigación como El Colegio de la Frontera None, misma que represento, advertir lo que se vislumbra en el horizonte como atisbos de un serio problema. Creo que la celebración de los primeros cien años de la CILA es una ocasión pertinente para hablar del futuro en términos realistas y constructivos, como ha sido el espíritu de esta institución ejemplar. El prestigio que ha ganado la CHA en sus primeros cien años de vida nos hace concebir grandes esperanzas sobre el papel que jugará en la racionalidad que tendremos que concertar los fronterizos para lidiar con el reto de una creciente población que tendrá que vivir en ambos lados de la frontera con menos agua de la que ha estado acostumbrada. Es preciso que no sigamos postergando el enfrentamienlo con el problema del agua subterránea. El problema no desaparecerá sólo por que en ambos lados de la frontera hayamos decidido no enfrentarlo. Todo lo contrario. Este problema está creciendo en seriedad y no está lejano el día en que se convierta en uno de los problemas más serios de las relaciones bilaterales si no se le atiende antes de que se convierta en crisis. La solución no será fácil. Tampoco lo era hace cien años cuando se tuvo que enfrentar la irracionalidad del uso de las aguas de superficie del Río Bravo. Sin embargo, el papel de aquella Comisión Internacional de Límites, probó ser crucial en la resolución de un problema que amenazaba la paz y tranquilidad de los vecinos de uno y otro lado de la frontera. Quizá por el brillante papel de la CILA no hubo necesidad de que alguien escribiera la historia de Ciudad Juárez con el título de "cien años de sequedad", aunque ésa era la perspectiva de un caudal que se volvía aceleradamente exiguo. Se puede decir sin temor a exagerar que gracias a la intervención de la CILA a través de cien años y buenos oficios y buena técnica. Ciudad Juárez no se ha quedado sin agua. Quizá ha llegado el momento en que se extienda ese buen historial a la resolución del problema de esas aguas trasfronterizas cuyo aprovechamiento requiere de un mejor juicio del que estamos empleando hasta ahora. Es seguro que este problema de las aguas subterráneas entre Ciudad Juárez y El Paso no será el único que se le presente a la CILA en sus JORGE A. BUSTAMANTlE/CENTENARIO DE LA CILA 1 57 siguientes cien años. Desde ahora podemos prever una creciente necesidad de entender y regular nuevos y más agudos problemas relacionados con el medio ambiente fronterizo en su conjunto. Quien iba a pensar hace cien años que llegaría el tiempo en que nos tuviéramos que preocupar por los desechos tóxicos industriales que cruzan la frontera subrepticiamente. Mas aún, quien iba a pensar que los desechos nucleares se convertirían, no en un tema de ciencia ficción, sino de preocupación fronteriza. En fin, que no le faltará trabajo a la hoy celebrada CILA. Los fronterizos de Tijuana a Matamoros les deseamos que su segundo centenario supere al primero en capacidad técnica, habilidad de concertación y buen juicio fronterizo, cualidades por las que en su primer centenario se han ganado nuestro respeto. NOTA CRITICA Frontera Norte, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 1989 UNA DÉCADA DE ESTUDIOS SOBRE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS Alberto Hernández H. Jorge Carrillo V.* Introducción1 Hablar hoy en día de los estudios fronterizos en México es hablar de una área que cubre un amplio universo de temas y que involucra a más de 200 investigadores y 29 instituciones. Las reuniones, foros, publicaciones y revistas especializadas constituyen, por sí solas, una muestra de los enormes esfuerzos que destinan las instituciones académicas de ambos lados de la frontera al análisis de esta zona. Además de los recientes esfuerzos por estudiar la frontera sur del país. Para el desarrollo de los estudios fronterizos en México han sido decisivos el apoyo y la participación de instituciones académicas, universidades y los apoyos de los gobiernos federales y estatales. Entre diversos esfuerzos que han concretado en instituciones dedicadas al tema fronterizo sobresalen el establecimiento de El Colegio de la Frontera Norte (antes Centro de Estudios Fronterizos del Norte de México); la creación de los Institutos de Investigaciones Sociales e Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Baja California, la puesta en marcha del Centro de Investigaciones en Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) del Sureste; y por supuesto la próxima apertura de El Colegio de la Frontera Sur, con sede en el estado de Chiapas. Estos esfuerzos constituyen claros ejemplos del interés por apoyar un proyecto más institucional y permanente sobre los estudios fronterizos. La importancia de los estudios fronterizos es creciente y representa una problemática plenamente consolidada. Hoy, por ejemplo, se reúnen en Tijuana un número amplio, que supera a los 200 participantes, provenientes de 25 países, para hablar precisamente sobre las fronteras en Iberoamérica. La temática del Coloquio es amplia y representativa de la complejidad y amplitud de los estudios fronterizos. Aquí se están tocando * Alberto Hernández. Investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera None. Jorge Carrillo V. Director del Departamento de Estudios Sociales de El COLEF. Se les puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, Baja California, tels. 842226, 842068 848795. 1 Este trabajo fue presentado originalmente en el Congreso Internacional sobre Fronteras en Iberoamérica, "Ayer y Hoy", Universidad Autónoma de Baja California, Tijuana, del 23 al 25 de agosto de 1989 Se agradece la colaboración de Angélica Zambrano y Óscar Delgado en la sistematización de información, así como la paciente labor de Laura Osuna para capturar los datos que hicieron posible este trabajo. 160 FRONTERA NORTE, VOL. I, MM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 aspectos que entretejen discusiones y análisis sobre las fronteras históricas geográficas, religiosas, políticas, económicas y culturales de países y regiones. El objetivo del presente trabajo consiste en presentar una breve reconstrucción de la investigación sobre la frontera México-Estados Unidos y destacar el crecimiento de algunos componentes de dichos estudios. El periodo de análisis cubre desde finales de la década de los setenta hasta el presente, y la fuente de información son las guías internacionales de investigadores sobre México. Se pone énfasis en el trabajo desarrollado en el "lado mexicano".2 Los estudios de la frontera México-Estados Unidos tienen una historia reciente en México, al igual que los programas, instituciones, departamentos y esfuerzos individuales que los acompañan. En México, los estudios fronterizos como temática específica comenzaron con la frontera norte, por razones obvias asociadas a la importancia económica, política y cultural de Estados Unidos para nuestro país. La frontera sur de México, por su parte, ha sido una área de investigación con una historia todavía más breve, en gran parte debido al relegamiento económico y social de la región, que repercute inevitablemente en el terreno cultural y científico. Hace más diez años, en enero de 1979, por iniciativa de El Colegio de México se realizó en la ciudad de Monterrey el Primer Simposio sobre Estudios Fronterizos. En aquella amplia reunión académica, se tuvo como objetivos principales conocer el estado de la investigación sobre la frontera norte de México, incrementar la participación de instituciones académicas nacionales y regionales e impulsar un proyecto para la creación de una institución regional dedicada a la investigación sobre cuestiones fronterizas. Esta reunión significó el motor inicial, real y formal, central de lo que más tarde se conocería como el auge de la investigación sobre temas fronterizos. La reunión de Monterrey fue el primer encuentro de carácter nacional sobre estudios fronterizos. Desde ese primer momento quedó evidenciada la dificultad para dar una respuesta satisfactoria respecto de la materia concreta de los estudios fronterizos. La justificación de los estudios fronterizos como una área legítima de investigación debió pasar, desde entonces, por varias pruebas. La principal, ha sido el establecimiento de los criterios objetivos con el que pudiera fincarse su delimitación. En esa misma reunión, Víctor L. Urquidi comentó al respecto: "No hay que tomar los estudios fronterizos como una de las muchas actividades académicas que se quedan perdidas y de las que casi nadie sabe por qué no se publica nada o porque no se organizan actividades de difusión sobre la materia". La continuación del presente trabajo está organizado en dos partes centrales. En la primera se hace un recuento de la historia institucional de 2 En 1982 El COLEF editó su primer Directorio general sobre estudios fronterizos. Desde 1985 este esfuerzo se ha conjuntado con la labor del Center for U.S.-Mexican Studies, de la Universidad de California en San Diego; desde entonces se produce en forma bianual un directorio, que incluye, además de los investigadores dedicados a los estudios fronterizos, a un amplio conjunto de investigadores de estudios acerca de México en general. HERNÁNDEZ-CARRILLO V./UNA DÉCADA DE ESTUDIOS 161 los estudios de la frontera México-Estados Unidos. Y en la segunda se analiza descriptivamente la evolución de los estudios fronterizos. Breve Historia Institucional de los Estudios Fronterizos El crecimiento de la investigación sobre la frontera norte de México tuvo un impulso importante en la mitad de la década de los setenta. Los estudios socioeconómicos sobre varias ciudades fronterizas, las maquiladoras y los proyectos sobre migración internacional, pasaron a convertirse en temas de estudio de sociólogos, economistas, demógrafos y antropólogos, principalmente. Sobre el tema de las maquiladoras, por ejemplo, se produjeron, hasta 1980, aproximadamente 200 ponencias y 210 artículos, así también se realizaron varias reuniones que se dedicaron al análisis de la industrialización fronteriza. El auge de los estudios sobre las maquiladoras también estuvo acompañado de la ejecución de más de 10 proyectos de investigación, que sirvieron de base para la realización de trabajos de tesis, tanto de estudiantes mexicanos como estadunidenses. 3 Como tema de investigación, hasta 1970, la frontera norte había sido más una área de estudio de historiadores, que del resto de sus colegas en otras disciplinas. La producción de materiales sobre temas de historia regional, la publicación de trabajos monográficos y de microhistorias, pueden ser una demostración de los intereses en los que se concentraba la investigación sobre la frontera en esta época. 4 Para los estudiosos sobre frontera, fue una tarea amplia pasar de un simple tema de investigación novedoso a la constitución de una línea de investigación propia. El crecimiento de la investigación sobre la frontera norte habría de dejar de ser un proyecto de varios investigadores aislados, para integrarse a proyectos, programas, institutos y centros de estudios. El ambiente académico de finales de los años setenta marcó en los estudios sobre la frontera norte un importante rasgo. Los principales fueron, por un lado, la escasa o nula participación de las instituciones académicas regionales y, por el otro, la concentración en cinco instituciones de la Ciudad de México de investigadores con proyectos vinculados a la región. El Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo (CEESTEM), El Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y El Colegio de México, fueron las instituciones que mantenían proyectos de investigación sobre el área. Sólo en el caso de la Universidad Autónoma de Baja California se desarrollaron actividades de investigación sobre las ciudades de Tijuana y Mexicali. 3 4 Véase Jorge Carrillo y Alberto Hernández, La industria maquiladora en México: bibliografía, directorio e Investigaciones recientes. San Diego, California, UCSD, Monographs in U.S.-Mexican Studies, núm. 7, 1981, pág. 130. Véase Jorge Bustamante, Proyectos de factihilidad de estudios fronterizos. México, El Colegio de México, 1980, pág. 286 y F. Espinoza y Jesús Tamayo, El estado de la investigación nacional acerca de la frontera norte de México. México, avances de investigación, CIDE, 1985 (Serie Programas de Estudios Regionales). 162 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE RE 1989 De los programas de investigación de las instituciones antes citadas, vale la pena destacar lo siguiente. El CEESTEM concentró parte de sus esfuerzos en el estudio de la organización sindical en las maquiladoras, así como en la promoción de encuentros y reuniones sobre estudios chicanos. El CIDE, por su parte, estableció un amplio proyecto sobre maquiladoras bajo el título de "La industria maquiladora de exportación de las zonas fronterizas del norte de México", además de promover la creación de un Instituto de Estudios sobre Estados Unidos. En los casos de la UNAM y del INAH, no fue sino después cuando se desarrollaron programas de investigación sobre temas fronterizos. El Colegio de México, por su parte, impulsó diversos proyectos de investigación sobre urbanización y terciarización de la economía en la frontera, migración y fuerza de trabajo, desarrollados por el Centro de Estudios Económicos y Demográficos. Dentro del camino a la institucionalización de los estudios fronterizos destaca por su forma y continuidad el proyecto para la creación del Centro de Estudios Fronterizos del None de México, impulsado por El Colegio de México en el año de 1979. Este proyecto recogió una idea formulada por Víctor L. Urquidi, en su presentación de las conclusiones del Primer Simposio Nacional sobre Estudios Fronterizos. La experiencia de esa reunión y el interés que desde años atrás había propiciado la investigación en El Colegio de México sobre cuestiones fronterizas, culminó con la idea de crear un centro de estudios que estuviera ubicado en la región fronteriza norte de México. El proyecto de formar dicho centro respondió no solamente a los propósitos de descentralización de la investigación en el país, sino para promover y sistematizar el conocimiento de la sociedad fronteriza y de una área estratégica para México en su relación con Estados Unidos. De la amplia discusión de ese proyecto surgió la necesidad de institucionalizar un desarrollo programado de actividades académicas relativas a los estudios fronterizos. Para responder a esta necesidad, se creó en 1979 el Programa de Estudios Fronterizos México-Estados Unidos, dentro de El Colegio de México. Las actividades del Programa de Estudios Fronterizos fueron proyectadas con el propósito de promover una práctica de investigación de la cual se derivara no sólo un conocimiento científico de la problemática fronteriza, sino la formación de una comunidad de investigadores mexicanos interesados en esa problemática. Estos objetivos, por supuesto, no podían derivarse de acciones voluntaristas; la institucionalización de las actividades promotoras de los mismos se estableció como una condición para lograr su cumplimiento. El proceso de institucionalización en que se desenvolvió la creación del Programa de Estudios Fronterizos de El Colegio de México, después de una historia de poco más de dos años, dio paso a una etapa de maduración del proyecto con la creación del Centro de Estudios Fronterizos. El Programa se transformó en Centro de Estudios, después de haber promovido investigaciones, simposios, publicaciones y cursos, actividades que fueron un paso importante para incrementar tanto la práctica de la investigación como la comunicación entre investigadores interesados en la problemática fronteriza. Con este tránsito, se avanzó en una de las fases más importantes para lograr el desarrollo institucional de los estudios fronterizos en México. HERNÁNDEZ-CARRILLÜ V./UNA DÉCADA DE ESTUDIOS 163 Reconocer a las regiones fronterizas como un escenario donde se manifiestan con particular intensidad los problemas de la integración nacional y en donde la internacionalidad de los hechos se refleja en las opciones y obstáculos al desarrollo social, ha dado a lo fronterizo sus rasgos principales como objeto de estudio. La opción de crear una institución de educación superior, de carácter regional y dedicada a los estudios fronterizos, sería para El Colegio de México una tarea próspera y fecunda. Víctor L. Urquidi señalaba en las conclusiones de su participación del Primer Simposio Nacional de Estudios Fronterizos. "No podemos hacer improvisaciones. Todos somos medio improvisados cuando nos ocupamos de los problemas fronterizos y se nos acusa incluso de no haber estado en la frontera o de haber conocido lugares muy aislados. Yo no sostengo que un especialista de estudios de la frontera deba necesariamente vivir en ella o haberse educado en ella, pero sí creo que es necesario que así como tratamos de crear en México especialistas en desarrollo urbano, en demografía, en desarrollo regional o en aspectos industriales del desarrollo del país, debe haber personas con vocación, interés y capacidad profesional para evaluar asuntos de la frontera". 5 En febrero de 1980, el Proyecto de Estudios Fronterizos de El Colegio de México, con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública, llevó a cabo la realización de un estudio de factibilidad para la creación de un Centro de Estudios Fronterizos. La creación de E! Colegio de la Frontera Norte en 1982, pronto se convirtió en el proyecto más importante del país, respecto a la institucionalización de los estudios fronterizos. Los esfuerzos de investigación del CEFNOMEX fueron acompañados de muchos proyectos más. Tal es el caso del impulso a reuniones académicas, como las Reuniones Anuales de Universidades México-Estados Unidos sobre Asuntos Fronterizos, organizadas conjuntamente con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y Consorcio Estadounidense de Programas de Investigación sobre México (PROFMEX). La primera de estas reuniones fue celebrada en La Paz, Baja California Sur, en febrero de 1980. Otro es el caso del Primer y Segundo Encuentro sobre Impactos Regionales de las Relaciones Económicas México-Estados Unidos, organizados por un grupo de académicos y funcionarios públicos, bajo la dirección de Elíseo Mendoza Berrueto y la colaboración de Lay James Gibson de la Universidad de Arizona (celebrados el primero en Guanajuato, en julio de 1981, y el segundo y último, en Tucson, Arizona, en mayo de 1983). Las Reuniones Anuales de la Asociación de Estudios Fronterizos (Borderlands Scholar Association), en las que desde 1983 han participado académicos mexicanos es otro claro ejemplo de estos esfuerzos. Todas estas reuniones son muestra del renovado y constante interés por los temas y estudios fronterizos. 6 Hablar de estudios fronterizos y no situar en éstos la participación de las universidades del norte y centro del país, sería una falta injustificable. En 5 Roque González Salazar, La frontera norte. Integración y desarrollo. México, El Colegio de México, 1981, págs. 363-364. 6 Véase F. Espinoza y Jesús Tamayo, op. cit. Además las publicaciones derivadas de las reuniones anuales de la ANUIES. 164 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 relación con la investigación social fronteriza, si bien el ambiente universitario fronterizo era hasta 1980 muy limitado, no se puede señalar que éste fuera similar en todas las instituciones. Entre las universidades de los estados del norte de México, merece especial atención la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Con la transformación del Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias en Instituto de Investigaciones Sociales, éste vino a impulsar un fuerte programa de investigaciones con temas diversos. Asimismo, en agosto de 1983 salió a luz pública la revista Estudios Fronterizos, órgano informativo del instituto, y primera revista mexicana especializada en el tema. No menos importante, ha sido la participación del Instituto de Investigaciones Históricas (UNAM-UABC) en la institucionalización de los estudios fronterizos. Desde su fundación en 1975, bajo un convenio de colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, tuvo como propósito un amplio programa de publicaciones sobre la historia de Baja California y de la historia general de la frontera norte. Otras experiencias en instituciones universitarias del norte del país son los intentos de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Autónoma de Chihuahua por integrar un proyecto sobre estudios de administración pública en la frontera. La creación de una área sobre medio ambiente en la frontera Ciudad Juárez-El Paso fue también otro proyecto impulsado por la Dirección General de Investigaciones y Estudios Superiores de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. También, no puede dejar de citar el caso de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, a través del Instituto de Investigaciones Históricas, en donde se desarrollaron proyectos de investigación con referencia a historia de la frontera tamaulipeca. Con relación a la Universidad Autónoma de Nuevo León podemos citar dos experiencias. La primera correspondió al proyecto de un programa de maestría en historia de la frontera, promovido por la Facultad de Filosofía y Letras de esa Universidad. También, se pueden comentar los proyectos sobre historia regional, cuyo enfoque principal fue la ciudad de Monterrey. El desarrollo del proyecto sobre la historia general de Sonora, coordinado principalmente por un grupo de investigadores de El Colegio de Sonora, también resultó en un beneficio del estudio y conocimiento de la historia de las comunidades fronterizas sonorenses. Con proyectos sobre minería, industria, agricultura, y política, se tocaron de cerca la vida de varias comunidades de esa entidad. En instituciones del interior del país se pusieron en marcha actividades complementarias, entre las que destacan las que se exponen a continuación: El grupo de Investigación sobre Migración y Problemas Fronterizos de la División de Ciencias y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, que inició sus actividades en 1982, con el desarrollo de un proyecto para el análisis estructural e histórico de los flujos migratorios México-Estados Unidos. 7 7 Véase Revista A, Migración y problemas fronterizos, vol. IV, núm. 8, México, UAMAzcapotzalco, enero-abril de 1983. HERNÁNDEZ-CARRILLO V./UNA DÉCADA DE ESTUDIOS 165 Otra importante experiencia fue desarrollada por esta misma universidad el proyecto coordinado por Alicia Castellanos y Gilberto López y Rivas. Bajo su dirección un grupo de estudiantes de la carrera de antropología social, tomaron como área de estudio a la población de Ciudad Juárez, Chihuahua. De esta experiencia se desarrollaron varios trabajos de tesis, además del propio trabajo publicado por Alicia Castellanos sobre dicha dudad. A finales de 1982, contando con el apoyo del Departamento de Etnología y Antropología Social del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), surgió el Seminario de Investigación y Estudios Mexicanos-Chicanos y de Fronteras. Este Seminario, cuyo propósito principal fue agrupar a investigadores del INAH, además de integrar a investigadores de otras instituciones, también tuvo como intención lograr una comunicación entre académicos y miembros de organizaciones sindicales y culturales, mexicanas y chicanas. El camino recorrido hasta 1984 en materia de estudios fronterizos mostraba desde luego un ambiente próspero, así como rico en nuevas experiencias. No obstante, la participación porcentual de investigadores por regiones tendía a ser muy desigual. De acuerdo con los datos del Directorio de estudios fronterizos, en 1984 cerca de la tercera parte de las investigaciones sobre la frontera none de México se realizaban en el Distrito Federal y más de la mitad del porcentaje restante se concentraron en Baja California.8 El desarrollo de nuevas líneas de investigación, la comunicación más constante entre académicos mexicanos y estadunidenses interesados en la frontera, la promoción de nuevos eventos académicos, concentrados más en áreas temáticas que en reuniones globales, las discusiones teóricas, la interacción y discusión entre el sector público y académico, las propuestas de metodologías y nuevos enfoques de investigación, la reducción paulatina de las investigaciones realizadas por investigadores situados en la Ciudad de México, así como el consecuente aumento de las investigaciones hechas en instituciones de educación superior en la frontera norte marcan una nueva era de los estudios fronterizos. Es difícil, como señala Jorge A. Bustamante, que en 1989 a alguien se le ocurriera poner en duda la necesidad de promover el estudio de los fenómenos fronterizos. Sin embargo, apenas han transcurrido diez años del Simposio celebrado en Monterrey, en el que varios participantes cuestionaron la noción de los estudios fronterizos como una área con validez propia. Por fortuna, este razonamiento se vio superado por el número de instituciones, investigadores y de publicaciones que dieron cuerpo, en poco tiempo, a lo que diez años después se encuentra plenamente establecido como un universo de estudio académico con validez en sí mismo. 9 8 9 Véase Estudios fronterizos México-Estados Unidos. Directorio general de investigadores. Tijuana, Centro de Estudios Fronterizos del None de México, A.C., 1984. Véase Jorge Bustamante, "Frontera México-Estados Unidos: reflexiones para un marco teórico" en Frontera Norte, vol. I, núm. 1, enero-junio de 1989, págs. 7-24. 166 FRONTERA NORTE, VOL I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Institucionalizactón de los Estudios Fronterizos En esta segunda parte del trabajo se analiza el comportamiento de los estudios de la frontera México-Estados Unidos, con base en la revisión de los directorios de investigadores e investigaciones. Se cuenta actualmente con cuatro directorios publicados en 1982, 1983, 1986 y 1987. Estos proyectos fueron realizados con base en censos elaborados por las propias instituciones académicas abocadas al estudio del área en cuestión. 10 Aunque los procedimientos de recolección de información para la elaboración de estos directorios es limitada y hasta cierto punto relativa, es, además de un buen indicador de la participación institucional y del interés de los investigadores sobre los estudios fronterizos, el registro más actualizado, amplio y sistemático de dichos estudios. Por tanto, más que pemitir o buscar elaborar un análisis estadístico, los directorios nos permiten descifrar un panorama general de los estudios fronterizos. Pasamos enseguida a describir los resultados de los cuadros elaborados. Resultados El Cuadro 1 muestra el número de instituciones, proyectos e investigadores involucrados en el estudio de la frontera México-Estados Unidos. Es de llamar la atención el al toy similar número de instituciones que participaban en 1981-1982: 21 en México y 22 en Estados Unidos. El crecimiento de esta variable en México ha sido cíclico, ya que aumentó en dos anos 43 por ciento y disminuyó en 33 por ciento en el periodo de 1983-84 a 1985-86, para volver a aumentar en 45 por ciento en el siguiente periodo. Mientras que en Estados Unidos se conservaron las mismas instituciones desde 1981 hasta 1986, incrementándose a casi el doble el número de ellas en el periodo 1987-1988. Esto, a grosso modo, se puede interpretar como un mayor aumento en el interés de los estudios fronterizos en Estados Unidos que en México, y como una cierta inestabilidad en la participación de unas instituciones del lado mexicano, producto de investigadores interesados en el área sólo en forma temporal. En cuanto al número de proyectos el volumen es alto: en el último periodo, 1987-88, se encontraron inscritos 151 en México y 95 en Estados Unidos. El promedio de proyectos registrados, en los ocho años que abarcan los directorios, fue 49 por ciento superior en México en comparación con Estados Unidos. Salvo el primer periodo hay un mayor interés en México sobre los estudios fronterizos: 26.2 por ciento más en 1983-84, decrece un 31.5 por ciento en 1985-86 para volver a tener una fuerte participación del 48.0 por ciento más en 1987-88. Es interesante observar cómo, en Estados Unidos, disminuyó el número de proyectos por 10 Los Directorios generales de investigadores fueron realizados en 1982 y 1983 por el Centro de Estudios Fronterizos del None de México y las Guías internacionales de investigaciones sobre México en 1986 y 1987 por El Colegio de la Frontera Norte y el Centro de Estudios MéxicoEstados Unidos de la Universidad de California en San Diego. Actualmente está por aparecer la guía de investigaciones 1989-1990. HERNÁNDEZ-CARRILLO V./UNA DÉCADA DE ESTUDIOS 167 institución de 6.7 a 2.6 en los periodos de registro, y en México se mantuvo de 5.6 a 5.2, respectivamente. Finalmente, en cuanto al número de investigadores se observa que éste es mayor en México sistemáticamente desde 1983-84 hasta el presente. Mientras que México aumentó en 39 por ciento las personas involucradas, en Estados Unidos disminuyó en 28 por ciento. En promedio, fue superior el volumen de personas en 59 por ciento en México que en Estados Unidos. Lo que no ha cambiado es el número de personas por proyecto, esto es similar en ambos países y en el tiempo. En promedio, se tiene un índice de 1.25 investigadores por proyecto. El cambio radica en el número de personas por institución. Así, si hablamos de un índice de participación, tenemos que éste fue de 6.5 para México y de 4.8 para Estados Unidos; esto es, se mantiene un mayor interés sobre el área fronteriza MéxicoEstados Unidos en "este lado" y disminuye considerablemente la participación en el "otro lado".11 De 7.1 personas por institución bajó a 3.0 en el periodo estudiado. El Cuadro 2 muestra la distribución de instituciones según área geográfica donde se ubican éstas. Hemos dividido en tres áreas a cada país. "Frontera" significa los municipios fronterizos en ambos lados, "estados fronterizos" representa los "municipios no fronterizos" que se ubican en los estados contiguos a la línea divisoria en los dos países (algo así como el norte de México y el suroeste de Estados Unidos). Y "resto" significa cualquier otra localidad excluyeme a las anteriores, que denominaremos "interior" para no confundir con la terminología. La distribución fue la siguiente: en el "interior" de México han habido más instituciones abocadas al estudio de la frontera que en la "frontera". Más aún, han disminuido proporcionalmente, en los 4 periodos de 28.6 a 13.8 en la "frontera" y han aumentado de 47.6% a 51.7% en el "interior". También han crecido, en los "municipios no fronterizos", de 23.8% a 34.8% en el periodo estudiado. En Estados Unidos sucede algo similar: bajó el número de instituciones en la "frontera" de 18.2% en 1981-82 a 8.1% en 1987- 88, y creció de 22.7% a 43.2% en el "interior", respectivamente. Pero también bajó en las localidades no fronterizas de 59.1% a 48.6%, respectivamente. El Cuadro 3 nos permite observar el comportamiento de los proyectos según la área geográfica. Aquí, contrario al cuadro anterior se observa en México un incremento en la participación en "frontera" (de 49.1 por ciento a 60.3 por ciento en el periodo estudiado), un ascenso en los "municipios no-fronterizos" (9.3 a 19.1 por ciento) y una disminución relativa en el "interior (de 41.5 a 20. 5 por ciento). Esto significa que mientras es menor relativamente el número de instituciones en frontera dedicados al área temática en cuestión, es mayor el número de proyectos. Por tanto, en el caso mexicano, las instituciones que no se ubican en los municipios fronterizos cada día están más interesadas en participar en dichos estudios, pero la productividad, medida en términos de proyectos de investigación e investigadores, es mayor en la "frontera". 11 Sin duda, estas cifras y las interpretaciones podrían variar sustancialmente si se analizaran las 5 instituciones en cada país que concentran el mayor número de proyectos e investigadores dedicados al área de estudio en cuestión. CUADRO 1 INSTITUCIONES, PROYECTOS Y PERSONAS INVOLUCRADAS EN LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS NÚMERO DE INSTITUCIONES NÚMERO DE PROYECTOS NÚMERO DE PERSONAS AÑO MÉXICO ESTADOS UNIDOS MÉXICO ESTADOS UNIDOS MÉXICO ESTADOS UNIDOS 1981-1982 21 22 118 147 151 156 1983-1984 30 22 149 120 159 127 1985-1986 20 22 102 62 127 77 1987-1988 29 37 151 95 210 112 FUENTES: Guia internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. Estudios fronterizos México- Estados Unidos. Directorio general de investigadores, 1982,1984. CUADRO 2 NÚMERO DE INSTITUCIONES INVOLUCRADAS EN LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS MÉXICO ESTADOS UNIDOS AÑO FRONTERA ESTADOS FRONTERIZOS RESTO SUBTOTAL FRONTERA ESTADOS FRONTERIZOS RESTO SUB TOTAL TOTAL 1981-1982 6 5 10 21 4 13 5 22 43 1983-1984 4 11 15 30 4 17 1 22 52 1985-1986 4 5 11 20 3 11 8 22 42 1987-1988 4 10 15 29 3 18 16 37 66 FUENTES: Guía Internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. Estudios fronterizos México-Estados Unidos. Directorio general de investigadores, 1982,1984. 170 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 En Estados Unidos, el mismo Cuadro 3 permite observar que en los cuatro periodos hay un "desinterés" relativo en la "frontera" (de 25.2 a 18.9 por ciento) y en las localidades "no fronterizas" (70.7 a 62.1 por ciento). Mientras que en el "interior" se incrementó sustancialmente de 4.1 por ciento en 81- 82 a 18.9 por ciento en 1987-88. El Cuadro 4 muestra el comportamiento de la variable número de proyectos según área temática y lugar de establecimiento de las instituciones para el periodo 1987-1988. Este cuadro representa el comportamiento más actualizado sobre los estudios fronterizos y el que mejor refleja la participación y el interés. El primer resultado es que se pueden conformar tres segmentos de interés disciplinario según la participación de los proyectos. Los que concentran un alto volumen de participación del total de los proyectos son: sociología/desarrollo urbano con un 17.8 por ciento y migración internacional/internacional, con un 17.8 y los de historia con un 17.0 por ciento, los que arrojan un 52.6 por ciento de los 246 proyectos. Resulta interesante observar cómo los proyectos sobre sociología/desarrollo urbano son hechos fundamentalmente en la zona fronteriza norte de México, y los de historia son elaborados principalmente en el norte de México (incluyendo frontera y municipios no fronterizos), mientras que los de migración interna/internacional al igual que los de medio ambiente y salud son hechos principalmente en el suroeste de Estados Unidos, aunque también la zona fronteriza de Estados Unidos y el "interior" tienen una importancia relativa respectivamente. El segundo segmento está conformado por la disciplina economía regional e internacional que concentra un 15.4 por ciento del total de los 246 proyectos. Estos proyectos son realizados fundamentalmente en la zona fronteriza de México. Y el tercer segmento con una menor participación, está compuesto con temas en las áreas de antropología, ciencias políticas, comunicación y literatura. Éstos son realizados fundamentalmente en México y repartidos proporcionalmente 54.5 en el "interior", 70 por ciento en la "frontera", 100 por ciento en la "frontera" y 66.6 por ciento en los "estados fronterizos". Es relevante señalar las diferencias por área geográfica y país. En México, se estudian en la "frontera", sobre todo, problemas urbanos y económicos. En los "municipios no fronterizos", los problemas urbano-sociales e históricos. Y en el "interior", la migración y estudios de carácter antropológico y arqueológico. Por su parte, en Estados Unidos, el interés es mayor tanto en la "frontera" como en el "interior" en temas de migración y en historia, y en las localidades no-fronterizas en migración y medio ambiente. Por tanto, existen problemas diferentes para los países y, dentro de ellos, para las regiones en donde se producen los estudios fronterizos. Todo indica que ahí donde se manifiesta más conspicuamente el fenómeno de estudio es donde se produce el mayor volumen de investigación; es decir, existe una cierta racionalidad entre presencia de los problemas y los temas seleccionados. Así, por ejemplo, para la zona fronteriza norte de México es una cuestión central el estudio de las maquiladoras, de la infraestructura urbana y de los servicios. Y para Estados Unidos la migración es el problema central de estudio, y en segundo lugar el medio ambiente. Finalmente, los cuadros 5, 6 y 7 muestran la distribución de las variables número de instituciones, proyectos y personas, respectivamente, según HERNÁNDEZ-CARRILLO V./UNA DÉCADA DE ESTUDIOS 171 área temática para los cuatro periodos de 1981 a 1988. La pregunta central es cuál ha sido el comportamiento en el interés por los diversos temas. Aunque en realidad, más que temas, por ahora examinamos las diferentes disciplinas que participan en el estudio de la zona en cuestión. En términos de las instituciones involucradas en dichos estudios el comportamiento en el tiempo ha sido el siguiente: ha aumentado relativamente el número de instituciones en la área de migración (interna e internacional), en primer lugar, y en medio ambiente e historia, en segundo término. Y han disminuido relativamente en desarrollo urbano y sociología, y en economía regional. Estos resultados que articulan la experiencia en ambos países, reflejan que, con la aparición de nuevas instituciones en áreas no fronterizas, sobre todo en Estados Unidos, se ha incrementado sustancialmente el interés en temas como migración. El Cuadro 6, que muestra la distribución del número de proyectos por área temática en el tiempo, permite observar que se ha diversificado el interés. Tres áreas temáticas (sociología y desarrollo urbano, migración y economía regional) concentraban el 56 por ciento del total de proyectos en 1981-82. En 1986-87 eran cinco áreas (migración, medio ambiente, historia, desarrollo urbano y econonmía regional) las que concentraron el 85 por ciento de los proyectos. Salta a la vista el incremento sistemático en el interés por problemas económicos y de medio ambiente. Por último, el Cuadro 7 refleja la distribución en el número de personas involucradas en los estudios de la frontera México-Estados Unidos. Tres han sido las áreas que concentran el mayor número de investigadores en estos ocho años: sociología y desarrollo urbano, migración y economía regional. Pero, mientras la migración ha mantenido el mismo número de personas, en términos relativos se ha incrementado el interés en sociología y desarrollo urbano y está disminuyendo, relativamente, en economía regional. La área temática a la que rápidamente se incorporaron investigadores fue el medio ambiente. Conclusiones Primera. Existe una cantidad considerable de instituciones, proyectos y personas involucradas en los estudios de la frontera México-Estados Unidos. El interés ha ido creciendo en ambos países. Y desde 1983 se observa una mayor participación de "el lado mexicano" en comparación con el "lado americano". Las cifras del periodo 1987-88 hablan por sí solas: 29 instituciones mexicanas y 37 en Estados Unidos; 151 proyectos en México con 210 investigadores, y 95 en Estados Unidos, con 112 estudiosos. Segunda. El comportamiento de los estudios de la frontera México-Estados Unidos no es igual en ambos países. Hay más instituciones en Estados Unidos que en México pero menos proyectos e investigadores involucrados. Es decreciente la participación en el "otro lado" con el transcurrir de los años y, en cambio, va en considerable aumento en "este lado". Tercera. Han habido más instituciones en México, en lo que hemos denominado "frontera" abocadas al estudio de la frontera en comparación con "interior". Pero el comportamiento está cambiando. Disminuye relativa- 172 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 mente la participación de instituciones fronterizas frente a la avalancha de instituciones del "interior". Cuarta. La productividad es mayor en la frontera. Existe un incremento proporcional en el número de proyectos e investigadores ubicados en la frontera y una disminución relativa en el interior. Mientras que en Estados Unidos se presenta un relativo desinterés en dichos estudios en los municipios y estados contiguos a la línea, y un incremento relativo en el "interior". Quinta. Las áreas disciplinarias más concurridas en los estudios son: la sociología/desarrollo urbano, migración interna/internacional e historia. Después sigue en participación un grupo conformado por economía regional e internacional y medio ambiente/salud. Y un último grupo con poca concurrencia de proyectos e investigadores está compuesto por antropología, ciencias políticas, literatura/lingüística y comunicación. Sexta. No participan ambos países por igual en el estudio de la zona fronteriza México-Estados Unidos. En México, se estudian en la "frontera", sobre todo, problemas urbanos y económicos. En los "municipios no-fronterizos", los problemas urbano-sociales e históricos. Y en el "interior", la migración y estudios de carácter antropológico y arqueológico. Por su parte, en Estados Unidos el interés es mayor tanto en la "frontera" como en el "interior" en temas de migración y en historia, y en las localidades no fronterizas en migración y medio ambiente. Por tanto, existen problemas diferentes para los países y, dentro de ellos, para las regiones en donde se producen los estudios fronterizos. Existe una cierta racionalidad entre presencia de los problemas y los temas seleccionados. Séptima. En las áreas de migración, medio ambiente e historia se presenta el mayor dinamismo y se concentra el mayor interés y participación en Estados Unidos; desarrollo urbano y economía regional, en México. Se han diversificado los temas y las áreas disciplinarias de investigación en estos ocho años que comprende la revisión de los directorios. Octava. Los investigadores han mostrado en conjunto un mayor interés por las áreas mencionadas anteriormente, pero mientras la migración ha mantenido el mismo número de personas, relativamente, se ha incrementado el interés en sociología y desarrollo urbano y está disminuyendo, en términos relativos, en economía regional. La área temática a la que rápidamente se incorporaron investigadores fue el medio ambiente. CUADRO 3 NÚMERO DE PROYECTOS SOBRE LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICOESTADOS UNIDOS MÉXICO ESTADOS UNIDOS AÑO FRONTERA ESTADOS FRONTERIZOS RESTO SUBTOTAL FRONTERA ESTADOS FRONTERIZOS RESTO SUB TOTAL TOTAL 1981-1982 58 11 49 118 37 104 6 147 265 1983-1984 54 39 56 149 17 102 1 120 269 1985-1986 60 15 27 102 8 45 9 62 164 1987-1988 91 29 31 151 18 59 18 95 246 FUENTES: Guía internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. Estudios fronterizos México- Estados Unidos. Directorio general de investigadores, 1982, 1984. CUADRO 4 NÚMERO DE PROYECTOS SOBRE LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS SEGÚN ÁREA TEMÁTICA Y LUGAR DE ESTABLECIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES. 1987-1988. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 ZONA FRONTERIZA 2 7 4 25 10 0 25 12 6 ZONA NORTE 3 0 0 9 2 11 4 0 INTERIOR 6 3 3 1 2 5 9 2 6 1 2 7 2 4 8 5 15 15 3 4 6 1 7 1 ZONA FRONTERIZA SUROESTE INTERIOR 4 2 3 FUENTES: Guía internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. NOTA: 1 = Antropología/Arqueología, 2 = Ciencias políticas y Administración pública, 3 = Comunicación/Educación, 4 = Economía regional e internacional, 5 = Historia, 6 = Literatura/Lingüística, 7 = Sociología y Desarrollo urbano, 8 = Medio ambiente y salud, 9 = Migración interna e internacional. CUADRO 5 NÚMERO DE INSTITUCIONES INVOLUCRADAS EN LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS AÑO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 TOTAL 1981-1982 13 5 7 25 15 9 30 17 30 151 1983-1984 12 5 12 21 14 5 35 15 27 146 1985-1986 9 7 3 25 14 4 32 5 5 104 1987-1988 9 6 2 16 25 5 22 26 34 145 FUENTES: Guía internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. Estudios fronterizos México-Estados Unidos, Directorio general de investigadores, 1982,1984. NOTA: 1 = ANTROPOLOGÍA/ARQUEOLOGÍA 2 = CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PUBLICA 3 = COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN 4 = ECONOMÍA REGIONAL E INTERNACIONAL 5 = HISTORIA 6 = LITERATURA/LINGÜISTICA 7 = SOCIOLOGÍA Y DESARROLLO URBANO 8 = MEDIO AMBIENTE Y SALUD 9 = MIGRACIÓN INTERNA E INTERNACIONAL CUADRO 6 NÚMERO DE PROYECTOS SOBRE LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS AÑO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 TOTAL 1981-1982 20 8 9 60 36 10 56 24 42 265 1983-1984 21 6 14 48 36 8 59 35 42 269 1985-1986 7 13 6 41 23 4 52 5 13 164 1987-1988 15 10 8 38 42 6 44 39 44 246 FUENTES: Guía internacional de investigaciones sobre México, 1986,1987. Estudios fronterizos México- Estados Unidos, Directorio general de investigadores, 1982, 1984. NOTA: 1 = ANTROPOLOGÍA/ARQUEOLOGÍA 3 = COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN 5 = HISTORIA 7 = SOCIOLOGÍA Y DESARROLLO URBANO 9 = MIGRACIÓN INTERNA E INTERNACIONAL 2 = CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PUBLICA 4 = ECONOMÍA REGIONAL E INTERNACIONAL 6 = LITERATURA/LINGÜISTICA 8 = MEDIO AMBIENTE Y SALUD CUADRO 7 NÚMERO DE PERSONAS INVOLUCRADAS EN LOS ESTUDIOS DE LA FRONTERA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS AÑO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 TOTAL 1981-1982 20 8 11 78 40 11 60 26 53 307 1983-1984 22 7 16 57 37 8 60 37 42 286 1985-1986 10 15 7 56 26 4 66 6 14 204 1987-1988 16 13 4 38 49 6 72 53 71 322 FUENTES: Guía internacional de investigaciones sobre México, 1986, 1987. Estudios fronterizos México- Estados Unidos, Directorio general de investigadores, 1982,1984. NOTA: 1 = ANTROPOLOGÍA/ARQUEOLOGÍA 3 = COMUNICACIÓN/EDUCACIÓN 5 = HISTORIA 7 = SOCIOLOGÍA Y DESARROLLO URBANO 9 = MIGRACIÓN INTERNA E INTERNACIONAL 2 = CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PUBLICA 4 = ECONOMÍA REGIONAL E INTERNACIONAL 6 = LITERATURA/LINGÜISTICA 8 = MEDIO AMBIENTE Y SALUD RESENAS BIBLIOGRÁFICAS Varios, El desafío de la interdependencia: México y Estados Unidos. Informe de la Comisión sobre el Futuro de las Relaciones México-Estados Unidos. México, Fondo de Cultura Económica, 1989. Por Gustavo del Castillo V.* Muchos de los que trabajamos el tema de las relaciones México-Estados Unidos estábamos ansiosos de ver, finalmente, este famoso informe; muchos compañeros habían participado directamente en las discusiones de la Comisión, otros no participaron. Antes de su publicación se generó el debate, el chisme, los rumores, etc. Había que ver el informe. Teniendo el informe en la mano hay que preguntarse si dos años fueron suficientes para su redacción, o tal vez, si la Comisión hubiera tenido 10 o 20 años para hacer su estudio, hubiera resultado distinto. Quiero decir que, para aquellos académicos especialistas en las relaciones bilaterales aquí no hay nada nuevo. Hablando con especialistas de ambos lados de la frontera encargados de la política pública de los dos países, aquéllos que tratan los problemas cotidianos de la relación bilateral, tampoco quedaron sorprendidos por la originalidad del informe. Aquí hay tres posibilidades a considerar: primero, informes de este tipo por lo general no son muy originales; en segundo lugar, el Informe de la Comisión sobre el futuro de las relaciones México-Estados Unidos no quiso ser original o finalmente, el Informe no pudo ser original. Hasta aquí no hay crítica -se está diciendo que los procesos internos de la Comisión Bilateral estaban diseñados y operaban de tal manera que la originalidad no era su intención -y de esto tenemos alguna evidencia, se dice en el Informe mismo que se buscaba el consenso: "...es importante hacer notar que de común acuerdo llegamos virtualmente a todas las recomendaciones bilaterales que hemos formulado y que, para alcanzar ese consenso, en algunos casos no expresamos las últimas consecuencias de todas nuestras ideas" (pág. 213). Sobre este parrafito hay que pensar bastante, pero después. En segundo término, tal vez la falta de originalidad no estaba condicionada por los procesos internos de la Comisión, sino que los procesos mismos de la relación bilateral nada más no dan para que se manifeste la originalidad al ser que la interdependencia es cuestión de procesos rutinarios, comunes de la vida diaria que no logran capturar la imaginación de los pensadores. Tan aburrida puede ser la realidad que no habría razón en el mundo para pagar los doce o quince dólares que cuesta el Informe. Adelantaría veinte dólares por un informe que nos describiera lo que llevó a que dos o tres veces se resquebrajara esta Comisión bilateral, no porque me encante el chisme sino porque, al parecer, sus procesos internos reflejaban las condiciones comunes de la relación bilateral. Demandas norteamericanas, intempestiva reacción de los miembros mexicanos, el es• Gustavo del Castillo. Director del Departamento de Estudios de Estados Unidos de El Colegio de la Frontera Norte. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, Baja California, tels. 842226, 842068, 848795. 180 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 tire y afloje de dos sociedades en vías del subdesarrollo. De veinte dólares me voy a los venticinco, si en vez de construir una camisa de cuatro varas no se llega al consenso... y pago treinta, sí treinta dólares si algunos de los miembros de la Comisión, especialmente los miembros académicos hubieran tenido la fortaleza de llegar a las conclusiones lógicas de ciertos planteamientos. Pero como dijo Doris Day, "que será, será". Al buscar el consenso se perdió la originalidad del pensamiento individual; al distanciarse de ciertas conclusiones lógicas sobre la naturaleza de la relación bilateral se perdió la honestidad. Uno de los miembros de la Comisión, Femando Canales Clariond, oriundo del PAN, no pudo contenerse dentro de estos dos parámetros y dijo lo que tenía que decir (en un apéndice que fue necesario incluir al fin del Informe), al introducir el tema de la "democracia" en México y de su importancia para las relaciones bilaterales; este hombre estuvo tan fuera de la onda (y del esforzado centrismo ) que habría que clasificarlo de bolchevique. Con estos dos imperativos categóricos, la imposición del consenso y la minimalización de la lógica, se llega a la agenda bilateral: las relaciones económicas, la deuda, migración, narcotráfico, educación, y las relaciones exteriores bilaterales; pocos argumentarían que esta agenda es irrelevante, lo que sí hay que cuestionar es su planteamiento. Por ejemplo ¿hubiera sido tan controvertido analizar el tema de los derechos humanos de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos? En la discusión sobre relaciones comerciales, se propone que los dos países lleguen a acuerdos sectoriales; al haber trabajado el tema, me pregunto ¿cuáles son las bases lógicas para que la Comisión haga esta proposición? No se menciona el interés nacional mexicano, la necesidad de una política de empleo, de la necesidad de desarrollar la competitividad en sectores estratégicos, etc. Una de las áreas donde la relación bilateral es más intensa es la región fronteriza, donde se manifiestan conflictos continuos por la contaminación ambiental -este tema brilla por su ausencia; al tratar las relaciones fronterizas se sugiere que las buenas relaciones entre niveles no federales de gobierno puede servir como modelo para el resto del mundo y se continúa diciendo: "Antes, la 'negligencia benigna' permitía que los funcionarios locales se ocuparan en forma autónoma de los problemas, lo que quizá contribuyó a la resolución de asuntos espinosos. Pero no creemos que esta fórmula sea apropiada en los próximos años (pág. 163)." (Énfasis mío). En pocas palabras se dice que es un buen modelo pero que no debe seguir operando como lo viene haciendo hasta ahora. Creo que aquí hay una contradicción, pero no se quedan ahí las cosas, sugieren que los genios en los gobiernos nacionales deben meter mano a las cosas. Alguien en esta Comisión debió haber leído el primer capítulo de la magnífica obra de Fredrich Katz, The Secret War in Mexico donde se refiere a los nefastos resultados en la frontera norte de este centralismo iluminado. Esta falta de rigor se puede explicar, tal vez, por el público a que el Informe está dirigido. El Informe se dice ha sido elaborado "...para el público lector de México y de Estados Unidos". Y, sin lugar a dudas, al personal de gobierno en ambos lados de la frontera. Aquí el análisis de coyuntura es especialmente relevante ya que este informe estuvo listo a tiempo para la toma de posesión de los gobiernos de Salinas de Gortari y Bush, ambos RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 181 presidentes de un carácter definido en octubre de 1988. No hay duda que este informe salió, como se dice, a tiempo para su lectura por los que estarían a cargo de la política pública en ambos países. No sabemos si se pretendía definir de manera muy sui generis la agenda binacional; si de esto se trataba, salió tarde; esta agenda ya existía. Tal vez es más relevante preguntar si se trataba de darle contenido conceptual o analítico a la agenda. Si así fuera, creo que se menospreció la capacidad de análisis de los gobiernos involucrados. La mayoría de los analistas del sector público no son tontos y lo que menos necesitan es un informe donde prevalecen las "niceties" y el consenso. ¿Dónde están las preguntas duras que hay que plantear cuando no cunde el consenso? Es decir, hay que imaginarse escenarios bilaterales, no catastróficos pero sí distintos, a la armonía placentera que plantea el Informe. Por ejemplo ¿cómo evolucionarían las relaciones bilaterales si las fracciones arancelarias 806 y 807 desaparecieran a razón de la conclusión norteamericana que la frontera norte y su industria maquiladora se hubieran transformado en una plataforma exportadora de los países de la Cuenca del Pacífico? ¿Está México de acuerdo con la definición estadunidense, que incluye su concepción del "comercio desleal"? Se sirve el interés nacional de México en acuerdos sectoriales cuando no existen las bases para la protección en contingencias especiales (contingency protection) o los recursos nacionales para desarrollar la asistencia a trabajadores (protection asistence) afectados por ajustes industriales? Una informante del gobierno estadunidense, comentando sobre los acuerdos comerciales recientes con México declaraba muy orgullosa: "nothing has been grandfathered in, Mexico will have a very hard time claiming any grandfather clauses." Respecto al público lector, donde prevalece la suspicacia, el racismo que no desaparece, el sentido de superioridad de un pueblo respecto al otro, ¿que le dice un informe consensual? Básicamente, que los redactores no están en contacto con la realidad y afortunadamente, creo yo, estarían equivocados; pero aquí lo importante es el significado del Informe para el público en general, al no plantear la problemática bilateral, tanto en términos de los conflictos reales que existen, como de las áreas y visiones comunes, se ignora el contexto operativo de ambas ciudadanías. Al ignorar este contexto y al dejar a un lado toda una dimensión de las relaciones bilaterales, aquélla que trata el conflicto, creo que el Informe lograra convenirse -muy desafortunadamente-en parte de la ideología y los mitos que hasta ahora han caracterizado las relaciones bilaterales. Afortunadamente tendremos la oportunidad de analizar los cinco trabajos comisionados por la Comisión Bilateral, cuatro que ya han sido publicados y donde estoy seguro aparecerán las bases empíricas y analíticas de mucho de lo que aparece en el Informe que nos deja inconformes. El estado y el análisis de las relaciones bilaterales, así como las sugerencias normativas hacia donde debe encaminarse esta relación (que para muchos representa vidas enteras de esfuerzo intelectual y político), no se ven justificadas en este Informe que supuestamente representaba la carta de presentación del estado de análisis de esta relación; estoy seguro que veremos un brinco cuántico al reflexionar sobre los demás trabajos de esta Comisión que están por ver la luz del día. The Challenge of Interdependence: Mexico and the United States Report of the Bilateral Commission on the Future of the United States-Mexico Relations. U.S.A., University Press of America, 1989. by Gustavo del Castillo V. Many of us who have studied U.S.-Mexico relations anxiously awaited the publication of the Report of the Bilateral Commission on the Future of United States-Mexican Relations. Many colleagues had participated directly in the formation and deliberations of the Commission. Rumors about the contents of its report circulated freely; to end these rumors we needed the Report. Having waited so long, we must ask if two years of discussions were enough, or if the results would have been any different if the debates had continued for another ten or fifteen years. That is, specialists on the issues of the bilateral relations between Mexico and the U.S. find little that is new here. Having talked with public sector officials in both countries, with those that confront the task of decision-making on both sides of the border, I have to report that they also find little originality in this Report. In this respect there are at least three scenarios that must be considered; first, this type of report is, by and large, not very original; secondly, this Report did not aim to be original, and finally it could not be original. There is no criticism intended here. It is possible that the internal workings of the Commission were designed so that originality would not be an outcome, and there is some direct evidence of this, when in the Report it is explicitly stated that the Commission sought a consensus on the different issues, saying: "By common agreement we have managed to reach a bilateral consensus on virtually all our recommendations; to achieve this goal some of us have sometimes refrained from pursuing ideas to their logical conclusions (p. 209)." The Report's lack of originality might not reflect the internal structure of the Commission, but the fact that the bilateral relationship in itself is not something characterized by original processes; that is, that the relationship is the result of rutinary processes, made up of things of everyday life, that do not capture the imagination of thinkers. Reality, in this sense, can be so boring that no one would have any logical reason to pay ten or twelve dollars for the Report. But I would pay twenty dollars for a Report that would have described why this Commission was on the point of breaking up two or three times, not because I like gossip, but because (from a distance), the Commission seemed to reflect the asymmetric nature of this bilateral relationship; U.S. demands accompanied by a fitful reaction from the Mexican participants the daily give and tear between two societies in the process of under-development. I would even pay twenty-five dollars for a Report that did not end in a consensus, and maybe even thirty dollars if the academic members of the Commission had taken their arguments to their logical conclusions. RESEÑAS BIBLIGRÁFICAS 183 What a treat, like eating chocolate ice cream on a hot summer's day. But, we must be content with a Doris Day maxim: "que será, sera". In the search for consensus the Report lost the originality that comes from individual minds in the process of critical thought; in its abandonment of logic, honesty was lost. A nonacademic member of the Commission, but a true representative of the PAN, Femando Canales Clariond, couldn't be constrained by these two parameters and his comments on Mexican democracy and its importance to the bilateral relationship were relegated to an unplanned appendix. His deviation from the Commission's centrism makes him a candidate for the Bolshevik of the year award. These two categorical imperatives, the fitful search for a consensus and the abandonment of logic, lead the Commission to define the bilateral agenda: the economic relations between the two countries, the question of the debt, migration issues, drug traffic, the foreign relations of the two countries, and educational questions as they affect the bilateral relations. Few would argue that this agenda is not relevant; what is questionable is its treatment. For example, would it have been too far left to discuss the issue of the human rights of Mexican undocumented workers in the U.S.? In its discussion of the economic relations between the two countries, the recommendation is made that sectoral trade negotiations ought to be undertaken; having worked on this question for some time, I have to ask myself, what were the logical bases for this recommendation? In no place is the issue of Mexican national security or national interest ever mentioned, or the need to develop an employment policy coupled with the issue of Mexican competitiveness in strategic sectors. Without this discussion, sectoral negotiations make little sense. Another area left untouched, and one where conflict is a daily occurrence, is environmental pollution along the border (significantly, it is also an area where intensive bilateral negotiations take place). When dealing with the question of border relations, this Report suggests that the good relations established between the nonfederal levels of government could serve as a model for the rest of the world, and it continues by stating: "In the past, "benign neglect" may have permitted local officials to manage problems on their own, and this may have assisted the resolution of difficult issues. We do not believe that this formula will be appropriate in the years ahead (p. 160)." In other words, "the model has been good, let's get rid of the model." The Report recommends increased interference from the federal authorities; I sense a contradiction here, and I suggest that someone in the Commission should have read Friedrich Katz's magnificent work The Secret War in Mexico to understand the nefarious effects of the enlightened centralism advocated by the Report. Local autonomy (on the Mexican side) is something the Report does not, and possibly could not, consider (remember Clariond's discussion of democracy). Further, the pragmatic conflict-resolution model that does exist along the U.S.Mexican border is not the only existing one that touches U.S. borders; local, democratically elected, autonomous governments along the Canadian-U.S. borders have also led to rather harmonious relations on the U.S. northern border. This apparent lack of rigor can be explained, perhaps, by looking at the audience to which the Report speaks. The Report states that it was written 184 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. JULIO-DICIEMBRE DE 1989 "for the reading public in Mexico and the United States." And also, there can be little doubt, to government officials on both sides of the border. The Report was readied in time for the inaguration of the Bush and Salinas governments, when, presumably, policy toward one or the other country was still not clearly defined. In this sense, the timing by the Bilateral Commission was perfect; yet, it is not clear if the Report was an attempt, albeit a very sui generis one, to define the bilateral agenda. If this was its aim, the Report was definitely too late, since this agenda already existed. Perhaps the aim was to give this already established agenda a conceptual or analytic content, and I believe that if this was one of its aims, the Report underestimates the analytical capacity of the governments involved. The majority of career specialists in the public sector of either government are not slow-witted and I sincerely believe that one thing that they don't need is a report full of "niceties" and smelling of roses as the Commission's consensus seems to indicate. There are few hard questions asked in the Report. We must imagine bilateral scenarios which need not be catastrophic, but do need to differ from the harmonious view put forth by the Commission. For instance, how would the bilateral relationship evolve if U.S. tariffs 806 and 807 were repealed by Congress as the result of the American conclusion that Mexico was being used as an expon platform by the Pacific Rim countries who already face unfair trading actions against them? Is Mexico's national interest being served when sectoral negotiations are undertaken without clear definitions of a policy of contingency protection, or without the necessary resources to provide adjustment assistance to workers being affected by industrial restructuring? One government informant in Washington, commenting on the latest trade agreements with Mexico proudly stated "nothing has been grandfathered in, Mexico will have a very hard time claiming any grandfather clauses." What does this Report say to the general public, where racism and bigotry still prevail; where there exists a clear sense of superiority of one people over another? What can a Report replete with consensus mean to such publics? Basically, that this Commission was not in touch with reality; this popular evaluation would be incorrect. Yet the important issue is not whether the public is right or wrong. Rather, at issue is the significance of a Report which chose to ignore issues which divide (not so much the policy-makers involved) but these two peoples, setting aside the operative context in which everyday people interact. In this sense, I am afraid, this Report will unfortunately become part of that ideology and myth which up to now have characterized the bilateral relations between the U.S. and Mexico. Fortunately, the general public and academics alike will have the opportunity to read the five special works commissioned by the Bilateral Commission, five of which have already been published in Spanish, and four in English, where I am sure we will be able to judge the analytical and empirical basis of much of what appears in the Report. The state of the analysis of U.S.-Mexican relations, as well as normative prescriptions as to the direction this bilateral relationship should take (things which represent whole lives of academic and public dedication by many of my colleagues) are not reflected in this original Report which supposedly represented the RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 185 state of knowledge of the bilateral relationship and this became its principal calling card. I have little doubt that the works commissioned by the Bilateral Commission will reflect a quantum leap forward in the analysis of a troublesome bilateral relationship. Raúl Fernández, The Mexican-American Border Región: Issues and Trends. Indiana, University of Notre Dame Press, 1989. Por Gabriel Murillo Castaño* No cabe duda de que este es un libro interesante y provocativo. Pero más que todo, oportuno y pertinente. Sale a la luz pública cuando la brecha socioeconómica entre Estados Unidos y Latinoamérica se hace más profunda. En un momento en que la crisis de los países latinoamericanos es general y no presenta excepciones significativas. Es ahí cuando los análisis sobre la interdependencia entre el "Coloso del norte" y el resto de los países del hemisferio americano toman mucho sentido y se hacen necesarios. Se trata de un trabajo ambicioso y extenso que toca una serie de temas, cada uno de ellos amplio y complejo. Tiene pretensiones de originalidad y de aproximación diferente que ponen al lector, desde un comienzo, a la expectativa de algo innovador. El tratamiento de heterogeneidad que Fernández le da a la frontera es vital y, aunque suene extraño, son escasos por no decir existentes, los trabajos que pretenden una aproximación amplia de la frontera y que la vean como un escenario diverso y cambiante. Tal vez el reto que ella misma le antepone a los analistas y estudiosos ha sido el factor central para que sean sólo unos pocos, muy pocos, como Raúl Fernández quienes deciden afrontarlo. Es muy importante reconocerle al autor su esfuerzo por trascender el enfoque ideológico-teórico de su trabajo anterior sobre el tema "La frontera Estados Unidos, México, un perfil político-económico". Si bien reivindica e insiste en su importancia y conveniencia, reconoce que la complementación con elementos de interdependencia, secuencialidad y dinámica analítica es vital. Este tejido articulador le da al trabajo mucha utilidad. Es justo también reconocer que el propósito de integrar: primero, la dimensión histórica; segundo, con la coyuntura; tercero, con la interdisciplinareidad, y cuarto, con las proyecciones futuras de la interdependencia fronteriza, es una virtud innegable de este trabajo. Quienes lo lean con una simple pretensión informativa de tipo general encontraran una panorámica coherente y suficiente sobre un contexto muy complejo y cambiante. Y quienes lo lean con una óptica más exigente, porque están familiarizados con aspectos parciales de lo fronterizo, lo encontrarán complementario a sus conocimientos y estimulante para establecer nuevos caminos de penetración a la temática y para llenar algunos vacíos específicos. Pero esto no quiere decir, sin embargo, que el trabajo llene todos los vacíos y responda a todas los interrogantes. Eso no puede ser posible. Tampoco, que cubra cabalmente todas las particularidades e internalidades de los subtemas tratados. Precisamente por eso, como lo advierte el mismo autor, el trabajo no es enciclopedista sino selectivo. • Gabriel Murillo Castaño. Académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad de los Andes. Se le puede enviar correspondencia a: Cra. I-E, núm. 18-A-10, Apartado Aéreo 4976, Bogotá, D.E., Colombia. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 187 En pocas palabras, es un trabajo de tejido descriptivo-analítico que será de doble utilidad, primero para quienes desconocen la fenomenología fronteriza y, segundo, para quienes conociendo aspectos parciales de ella, encontrarán información útil, articulada y complementaria. Hay, a lo largo del trabajo, una serie de puntos y de planteamientos reflexivos, muy provocadores y sugestivos, especialmente para la dimensión proyectiva y para el seguimiento futuro del problema. Ejemplos: 1) La ausencia de militares en las fronteras de Estados Unidos y las implicaciones de su aparición en el futuro. 2) El señalamiento de transgresiones y violaciones a los territorios soberanos (caso Texas en la segunda mitad del Siglo XVIII). 3) El conflicto entre cultura fronteriza y cultura unilateral y el efecto posible de cada una de estas culturas en el futuro de las relaciones binacionales. 4) La diversidad de componentes y subregiones en el cordón y/o región fronteriza y su injerencia en la consolidación regional diferenciable. 5) El peso que le otorga al Agua y a los recursos hídricos para comprender mejor a la frontera, su desarrollo y sus posibilidades. Dentro de esto, el señalamiento de la falta de un tratado bilateral para el aprovechamiento de las aguas subterráneas es increíble. Esto, mientras el agua se hace más escasa y su calidad peor por la contaminación creciente. 6) La relación entre el problema de la escasez de agua y el potencial urbanoindustrial de la región fronteriza. 7) Lo sugestivo de la migración de transmigrantes (commuters) y su reglamentación y estudio. Lástima que en esta temática omita la migración de sudamericanos. 8) La importancia de entender que en México los centros urbanos tienen un crecimiento poblacional mayor que el Distrito Federal, y sus implicaciones. 9) La inserción de la economía-política del narcotráfico (aunque muy débilmente tratada) en el ámbito fronterizo y de relaciones binacionales. Estos son apenas algunos de los puntos que trata Fernández y que hacen de su trabajo algo realmente innovador. Pero en términos generales: -Es importante registrar como resalta el carácter dinamizador de la frontera y su efecto positivo tanto para el desarrollo y el crecimiento de Estados Unidos como de México en general. Como dentro de esa región pujante, que crece y se transforma, la población migrante constituye una fuerza de gran potencial y dinamismo. Es importante recoger el planteamiento relativo al crecimiento del norte de México y a su efecto "jalador" del desarrollo nacional. Si bien éste no resulta de las preocupaciones y deseos centrales de descentralizar para homologar el país, sí ha demostrado de manera contundente la importancia de la frontera y del desarrollo fronterizo. Esta importancia se impone a pesar, y por encima, de las políticas tardías, dispersas y omisivas de los gobiernos colindantes y comprueba que la interdependencia binacional es crucial para integrar el crecimiento asimétrico al interior de los países y para desarrollarlos globalmente. Las complejidades y particularidades de la frontera acarrean, sin lugar a dudas, sensibles problemas de toma de decisiones que impiden la 188 FRONTERA NORTE, VOL. I, NUM. 2. JULIO-DICIEMBRE. DE 1 1989 integración requerida para enfrentar mejor los retos y obstáculos y ofrecer soluciones consecuentes con el espíritu global de la región fronteriza. Así, es importante, el uso de conceptos como: "mecanismos de cooperación trasfronteriza" y "aumento de la autonomía fronteriza". Sin embargo, lo de "tercer" país, como bien lo plantea Fernández, es altamente improbable por las grandes disparidades y asimetrías de la relación e interdependencia entre Estados Unidos y México. No es realista. Pero eso no impide propugnar por el desarrollo de modalidades compartidas para buscar soluciones y promover acciones conjuntas consecuentes con el espíritu y la lógica de la frontera. El Mercado Común Norteamericano. Frente a este punto, es importante que el autor señale la circunstancialidad oportunista que implicó que en una época se hubiera propiciado la idea. Tampoco es hoy realista por la enormidad de los diferenciales culturales y económicos. Sin embargo, no creo que deba omitirse del todo y no continuar siendo materia de una preocupación para romper las enormes brechas entre los países de la región. El autor visualiza un "Compacto Lokeano", que abarque a lo fronterizo dentro del paquete de acuerdos bilaterales. Es difícil predecir su forma, pero debe ser amplio y abarcar preocupaciones comunes tales como control de incendios, prevención de temblores, manejo de circunstancias externas (gasto en defensa militar) y potencialmente problemáticas. Fortalecimiento de la dinámica del mercado para regular más consecuentemente los flujos (migración, comercio, etc.) pero sin irse a lo irreal en la contemplación de las posibilidades efectivas del mercado. Para resolver los obstáculos de la región fronteriza, dice el autor, la zona debe dejar de ser vista como el espacio donde se crean los problemas para comenzar a verla como uno en el cual también hay soluciones y de donde deben salir remedios efectivos integrables con los que se buscan desde el centro de las decisiones en cada país. Concluye subrayando la importancia de superar los obstáculos, afirmando que las condiciones entre los dos países no son insuperables y enmarcándolas dentro de la pérdida de hegemonía de Estados Unidos en los últimos años. Si bien esto es cierto, aún falta que Estados Unidos supere la situación en que sólo se interesa por América Latina y por los países cuando aparecen riesgos y temores relativos al advenimiento del peligro comunista. No creo que haya una relación inversamente proporcional entre debilitamiento hegemónico del Coloso del norte y el mejoramiento de las actitudes hacia el ingreso efectivo hacia una simétrica relación binacional. No obstante, comparto con el autor su convicción de que esto es deseable. Como se ha podido observar luego de estas breves anotaciones al trabajo del profesor Fernández, se trata de una obra llena de provocaciones analíticointerpretativas. Yo pienso que si bien el propósito del autor de superar las aproximaciones convencionales y dominantes sobre las relaciones fronterizas Estados Unidos-México, se logra en buena medida (dado que lo que en última instancia hace es ofrecer una visión lógica e integral sobre este complejo escenario). Es un trabajo útil y oportuno especialmente para quienes, sin ser conocedores o expertos, desean ac- RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 189 ceder a un estudio global y articulado bajo una perspectiva integral de economíapolítica. Ojalá que en los futuros esfuerzos y en la continuación de este ejercicio, Raúl Fernández articule la situación mexicana y su interdependencia con Estados Unidos bajo una perspectiva más amplia que relacione a México con su realidad y sus relaciones con América Latina, como parte centralmente protagónica de nuestro empobrecido hemisferio. Alejandra Salas Porras Soule (coord.), Nuestra frontera norte ("tan 'cerca de Estados Unidos"}. México, Nuestro Tiempo, 1989 Por Jorge Alonso Estrada* La tarea de analizar de manera global los complejos y variados aspectos en que se expresa" lo fronterizo" en el norte de México, pone a prueba constantemente la capacidad alcanzada por los estudios y la investigación en este campo. Por lo mismo, el solo hecho de asumir esta por demás difícil y necesaria empresa debe constituir motivo de elogio. Más aún, cuando quienes estamos, dedicados por entero a la investigación y análisis de lo que sucede en la región, permanecemos comprometidos con el estudio de temáticas particulares de la geografía, la economía, la sociedad o la cultura fronteriza. Ante la dificultad implícita en este propósito, rara vez nos aventuramos planteamos el desarrollo de una visión comprensiva de lo que es, y sucede en la frontera norte de México. La virtud del trabajo que coordinó Salas-Porras es precisamente asumir el reto de proporcionar una visión de conjunto de la problemática que plantean las regiones fronterizas del norte de México, a partir de una reflexión que busca dar unidad a la interpretación de los más diversos problemas nacionales. En realidad, este esfuerzo por proporcionar una panorámica, tanto del conjunto de las regiones (en este caso de las entidades federativas), como de las más diferentes temáticas, es un acontecimiento prácticamente inédito en los estudios fronterizos. Paradójicamente, es esta misma ambición de alcance y de perspectiva lo que da cuenta de las limitaciones más notables y de los aspectos más discutibles en Nuestra frontera norte. La impresión que permanece después de dar lectura a los ensayos que componen este libro, es que la tarea dista de ser realizada exitosamente. Dos son los factores que inciden sobre este resultado en la compilación: el compromiso de sustentar a toda costa un discurso notoriamente ideologizado sobre la frontera, y la sensible ausencia en todos los trabajos de una revisión profunda y sistemática de las fuentes y materiales de investigación acumulados en los últimos años en tomo a la frontera. Por lo mismo, la principal pregunta que sugiere la compilación es, ¿en qué medida podemos considerar a Nuestra frontera norte una aportación a la comprensión de estas regiones? Sobre todo por su notable inclinación al recurrido ejercicio de presentar la cuestión fronteriza como una batalla entre el bien, o lo necesariamente bueno (la nunca definida integración a la nación mexicana), y el mal, o lo inequívocamente malo (el imperialismo norteamericano). Esta visión, cuyo mejor denominación sería "la ideología de la integración nacional", preside la lógica a que obedece la interpretación •Jorge Alonso Estrada. Investigador del Departamento de Estudios Sociales y coordinador del Programa de Maestría en Desarrollo Regional de El Colegio de la Frontera None. Se le puede enviar correspondencia a; Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río. Tijuana, Baja California, tels. 84-2033, 84-2226, 84-2068. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 191 de la frontera norte, por parte de los autores. Al respecto, lo criticable no es esta preocupación por demás válida e importante, alrededor de la integración y la soberanía nacional. No puede objetarse su pertinencia cuando su propósito es dar sustento normativo a una posición o propuesta, por ejemplo, en el diseño de políticas o en fundamentar la estrategia de una fuerza u organización política. El riesgo y error, es convertir la laxa y desproblematizada ideología de la integración en una "piedra angular" para estudiar los fenómenos fronterizos (y los no-fronterizos, también). Este ejercicio se convierte en un verdadero contrapropósito, en la medida en que tiende a dejar de lado aspectos u hechos importantes, en la urgencia por seleccionar aquellos que ilustren la "desintegración" de la frontera norte. Se asume como eje interpretativo la denuncia, y no el esfuerzo por encontrar la lógica a que obedecen los fenómenos estudiados. Al incurrir en los riesgos de una reflexión condicionada por un fuerte sustrato normativo, en el libro se asume involuntariamente el papel de una contraparte mexicana a los esfuerzos de caricaturización que en el lado norteamericano se emprenden, con el fin de promover ciertas políticas (por ejemplo, la inmigración indocumentada o la maquila.), cuya fundamentación dista de poder lograrse por una evaluación cuidadosa de los hechos. En este sentido, el compromiso de la compilación de Salas-Porras es proporcionar una serie de ilustraciones e imágenes que correspondan a los argumentos de un discurso, cuyo eje central es el convencimiento de que la dependencia fronteriza respecto a Estados Unidos (que se acompaña por una cada vez mayor desintegración con la nación), "...pone en primer plano la lucha por la independencia económica, política y cultural". Haciendo uso de un discutible ejercicio de derivación y discriminación de argumentos, la coordinadora del libro puede con facilidad llegar a la conclusión de que: La identidad nacional y la disposición a defender al país está más presente entre los grupos populares porque sobre ellos recae el contraste cotidiano con la potencia norteamericana, porque es el pueblo el que más resiente la discriminación cultural y las desigualdades sociales... Por todo ello, el pueblo es también el único que puede ofrecer con su esfuerzo productivo y su arraigo cultural... una posición de defensa consecuente y más o menos continua. Sobre esta misma línea, los cinco ensayos del libro proporcionan todo tipo de pruebas y presentan, en ciertos casos con particular amarillismo e incluso involuntario humor negro, 1 cómo, por un lado, se entrega la frontera a Estados Unidos, mientras que por el otro se da un proceso de resistencia popular a la "transculturación y la penetración". Reducida la cuestión fronteriza a estos términos, es fácil comprender por qué razón existe poca necesidad de recurrir a material bibliográfico, y de investigación en los trabajos. 1 Sandra Arenal, "Ciudades del noroeste:", págs. 141-172. 192 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 La modalidad de los análisis, más cercanos al ensayo de opinión que a la de un reporte de investigación, contribuye sensiblemente en detrimento de lo que ahí se expone. Por ejemplo, los hechos que sirven de base a la argumentación, en el ensayo de Salas Porras sobre Baja California, son aportados en buena parte mediante un verdadero ejercicio "lírico"; es decir, de "oído". A pesar de que la autora menciona hechos relevantes de la política y la economía bajacalifomiana de los años ochenta, el lector está obligado a ceñirse a la buena fe de quien relata, pues son pocas las ocasiones en que se respalda, o asume explícitamente respaldarse, en argumentos de otros. En el caso del ensayo de Sandra Arenal, este procedimiento de exposición es llevado al extremo, al utilizar un estilo definitivamente anecdótico para mostrar las crueldades e injusticias que sufren quienes viven o van de paso por el "valle de lágrimas" que son las ciudades del noreste de la frontera mexicana. Nuestra frontera norte, se presenta como un ejercicio de denuncia, el cual en virtud de esta naturaleza, pasa con facilidad de la monografía a la propaganda política y al panfleto, y, habiendo necesidad, a la nota roja. El ensayo de Alejandro Covarrubias sobre Sonora, es sin lugar a dudas el más rescatable de los cinco que contiene el libro. Covarrubias intenta mostrar los cambios ocurridos en la sociedad y la economía sonorense en los últimos años, como producto de la modernización y reorganización industrial de la región. En este intento, el autor explora la naturaleza de estas modificaciones, en las diferentes ramas y regiones. A diferencia del resto de los trabajos del libro, el tono de este ensayo es más analítico, mesurado y mucho menos anecdótico e ideologizado. Aunque el ensayo de Covarrubias se respalda, en buena parte, en información secundaria, y por lo tanto poco novedosa, resulta el trabajo mejor sustentado y sólido del libro. El contraste es evidente si se considera que en los trabajos sobre Ciudad Juárez,2 de Jorge Carrera Robles, y el del noreste de Sandra Arenal, las fuentes documentales y bibliográficas pueden contarse con los dedos de una mano. La publicación de Nuestra frontera norte pone en primer plano una reflexión crítica sobre la naturaleza descable a la que debieran responder los estudios sobre las regiones fronterizas del norte de México. Por una parte, porque resulta innegable la existencia de niveles de injusticia e inequidad que privan la relación con Estados Unidos, o en la estructura y dinámica de las regiones fronterizas. Sin embargo, por otra parte, no pueden pasarse por alto las ventajas potenciales que tiene la vecindad con Estados Unidos para el desarrollo nacional y fronterizo. Ciertamente, como lo han mencionado numerosos analistas, nuestra vinculación actual se sostiene sobre algunas de nuestras peores ventajas comparativas (bajos salarios y una estructura industrial poco competitiva). No obstante, explorar las ventajas potenciales, aun tomando como punto de partida el deseo de un desarrollo con un dinamismo autónomo y justo, 2 Apropiadamente titulado "Ciudad Juárez, punta de lanza de las trasnacionales" RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 193 hace falta, hoy más que nunca, estudiar a fondo la naturaleza de nuestra relación con el vecino del none. En este sentido, son muchas las cuestiones que aún ignoramos sobre aspectos concretos de las relaciones entre los dos países, y sobre la forma en que éstas se expresan en la frontera norte. Aún hoy, procesos como la industrialización compartida y la articulación comercial suelen ser más el objeto de la crítica principista, que de una investigación cuidadosa que subraye, los aspectos concretos que los caracterizan, las posibilidades que ofrecen para el desarrollo de la región, y el tipo de políticas que deberían instrumentarse para explotar las ventajas que podrían ofrecer. Con base en lo anterior, es especialmente difícil discernir qué de Nuestra frontera norte, constituye una aportación al entendimiento de nuestra vecindad con Estados Unidos. En realidad, esto último no parece ser el propósito al que responde la compilación. En su visión, la frontera es una trinchera popular frente al imperialismo salvaje, donde no existe mayor ventaja que la simple resistencia. La frontera se presenta sujeta a los caprichos de una vecindad forzada, por principio nociva para México, en la cual hay todo que perder y absolutamente nada que ganar. Hoy, a mi juicio, los estudios fronterizos se aproximan con una mayor y cada vez más generalizada madurez al problema de integración nacional y binacional de las regiones fronterizas. Se cuenta con un número mayor de investigaciones e investigadores que se han propuesto derribar viejos mitos sobre lo fronterizo, y ensanchar nuestro conocimiento. Esta tendencia se ha reforzado en México en la medida en que en la frontera se realiza cada vez más investigación y con mejor calidad. Ensayos como algunos de los contenidos en Nuestra frontera norte pueden hacer surgir dudas sobre lo generalizado de esta tendencia. En todo caso, estos trabajos constatan que por lo menos un sector de estudiosos de la frontera norte no se ha dado cuenta de los cambios cualitativos que existen en la investigación sobre estos temas. Retomando la posición de principio que subyace en el libro compilado por Salas Porras, un verdadero compromiso con la región debería implicar un proceso de investigación que analice con toda seriedad las opciones estratégicas de los grupos y sectores sociales fronterizos, frente a los cambios macroeconómicos y macrosociales, que están ocurriendo en la frontera norte. Nuestra frontera norte al alejarse ciento ochenta grados de esta opción, se constituye en un ejemplo singular sobre lo que no debiera hacerse más en materia de estudios fronterizos. Quizá por esta sola razón, valga la pena recomendar ampliamente la lectura de este libro. Riordan Roett (comp.), México y Estados Unidos: el manejo de la relación. México, Siglo XXI, 1989. Por José María Ramos* El libro de Riordan Roett representa un análisis de coyuntura de la agenda económica y política bilateral durante el periodo de 1985 hasta mediados de 1988. Además, la recopilación de Roett, en especial, su artículo, ofrece algunos elementos para entender la naturaleza de la relación y de los mecanismos por los cuales Estados Unidos ejerce influencia en dicha relación. La recopilación de Roett se divide en cuatro apartados, en el primero de ellos, a manera de introducción, el compilador plantea algunas características del manejo de la relación; en la segunda pane, que corresponde a la agenda económica se analizan los temas de la inversión extranjera, 1 la deuda externa2 y el comercio, aspecto que es analizado por Brian T. Bennett; la tercera parte corresponde al tema de los asuntos bilaterales clave de la relación. Aquí se hace referencia a los temas de inmigración 3, la seguridad nacional, que es analizada en un trabajo de Sergio Aguayo Quezada; mientras que William Watts estudia las percepciones sobre México que existen en Estados Unidos. Finalmente, se plantea el tema del narcotráfico a cargo de Samuel I. del Villar y de Gregory F. Treverton; la última parte de la recopilación de Riordan Roett se refiere a las conclusiones, en donde Bruce M. Bagley desarrolla el tema de la interdependencia política bilateral y José Juan de Olloqui sustenta una propuesta de política exterior mexicana hacia Estados Unidos. En esta reseña se concede particular atención a los trabajos de Roett, Bailey, Bendesky y Godínez, Bennett, Bustamante, Aguayo, Watts, del Villar, Bagley y de Olloqui, porque son los trabajos que a mi juicio, proporcionan elementos y plantean problemas relevantes sobre la relación México-Estados Unidos. Se procede de la siguiente manera: se exponen los principales hallazgos de cada uno de estos autores y al final se presenta una consideración final. El Manejo de la Relación Una de las principales aportaciones del artículo de Riordan Roett es indicar los factores que ejercen influencia en la relación México-Estados Unidos, •José María Ramos. Investigador del Departamento de Estudios de Estados Unidos de El Colegio de la Frontera None. Se le puede enviar correspondencia a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana Baja California, tels. 842226, 842068 848795. 1 2 3 Los autores de este aspecto de la relación son Norman A. Bailey y José I. Casar. Este tema es analizado por León Bendesky y Víctor M. Godínez, además de Thomas J. Trebat. En este tema se presentan los trabajos de Jorge A. Bustamante y Michael S. Teitelbaum. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 195 en especial el autor se refiere a la toma de decisiones en los sistemas políticos de ambos países. En el caso de Estados Unidos, este aspecto tiene mayor relevancia, dada la influencia que tiene el Congreso, los grupos de presión e incluso los gobiernos estatales en ciertos asuntos de política interna que tienen repercusiones en la política extema. De ahí que Roett señale: "México debe entender que el proceso político de Estados Unidos dista mucho de ser predecible o coherente. La Constitución estadunidense prevé que exista un difícil desequilibrio entre el ejecutivo y el Congreso". Por la influencia que tiene esta heterogeneidad y a veces contraposición de intereses políticos el propio Roett propone un mejor conocimiento de los sistemas políticos de ambos países en especial, del de Estados Unidos como alternativa para superar "los estereotipos, las expectativas irreales y las diferencias culturales". Asimismo, el trabajo de Roett otorga atención al impacto que pueden ejercer el cambio de presidentes en la relación bilateral, en donde resalta los retos que le esperan al presidente Salinas de Gortari ante el desafío de la modernización económica y política en un contexto de inestabilidad económica y de demandas sociales y políticas. La Agenda Económica Inversión extranjera El trabajo de Norman A. Bailey destaca entre los aspectos fundamentales las ventajas de localización geográfica, económicas y de estabilidad política que tiene México para fomentar la inversión extranjera. A su vez, menciona que uno de los problemas principales que implica aumentar dicha inversión consiste en cómo reducir las percepciones sociales y políticas, en circunstancias en que se requiere incrementar dicha inversión dada las restricciones financieras. En palabras de Bailey: "su afán por conservar su independencia política, cultural y económica frente al coloso del norte ha limitado la inversión extranjera directa como fuente de capital para el desarrollo". Aunado a estas limitaciones, Bailey también hace referencia a las críticas de Estados Unidos hacia la política federal de inversiones extranjeras. Deuda externa En el artículo de León Bendesky y Víctor M. Godínez se plantea que el endeudamiento extemo es el principal problema financiero de México, por ende, ha sido el factor que ha impedido el crecimiento de la economía nacional 4. Esto ha sucedido conforme se tienen que pagar los intereses de 4 Bendesky y Godínez conciben que el problema financiero ha sido colocado en el centro de la agenda económica de las relaciones México-Estados Unidos. Esto se debe no sólo a la proporción de la deuda contratada con bancos estadunidenses y al gran nivel de riesgo que tienen, sino también a la gran concentración de transacciones económicas entre México y el mercado de Estados Unidos y, lógicamente, al marco estratégico global de esas relaciones bilaterales. 196 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 la deuda o parte del monto de la misma. Esta situación ha planteado el dilema de pagar o crecer, en palabras de Bendeskyy Godínez: "el deseo de pagar y crecer no se ha cumplido. La experiencia del sexenio de Miguel de la Madrid mostró que, para cumplir con las obligaciones de la deuda mexicana, la economía debe generar un superávit comercial y que ello no se puede lograr sin una recesión interna. En las condiciones presentes, pagar significa reducir la demanda interna, reducir los salarios, sacrificar empleos y reducir el nivel de vida". Este desafío de seguir pagando intereses o el monto de la deuda afectando el nivel de vida de la población, lleva a los autores a plantear la necesidad de que el gobierno mexicano revalúe la estrategia seguida durante el periodo de 1982 a 1987, tanto en el orden interno como en sus relaciones con los bancos y el gobierno de Estados Unidos. El comercio La preocupación central del artículo de Brian T. Bennett consiste en cómo adaptar la política comercial mexicana al desafio que implicará una mayor inserción en la economía internacional para obtener divisas. Por ello, el autor indica que "en la actualidad, México está dedicado a transformar la estructura de su comercio internacional. Este cambio es una parte fundamental del esfuerzo realizado para alejar a su economía de una política de sustitución de importaciones y dependencia de las exportaciones de petróleo para obtener divisas y cambiarla por una política de crecimiento". Por lo anterior, Bennett considera que una de las principales alternativas para fomentar las exportaciones mexicanas consiste en la integración de un bloque comercial con Estados Unidos. La integración que propone Bennett es a través de acuerdos sectoriales. En su opinión, Estados Unidos tiene que ponderar el interés del gobierno de México por negociar los acuerdos sectoriales en cierto sentido, Acuerdos de Libre Comercio (ALC) parciales. Por ello afirma que si se combina la existencia de varias ALCs sectoriales con el hecho de que el 51% de las importaciones mexicanas entran actualmente a Estados Unidos sin pagar impuestos, ello implicaría que los dos gobiernos podrían aproximarse a una ALC -que no es un mercado común, como generalmente se piensa- sin tener que enfrentar la resistencia política a una negociación completa. Finalmente, en el artículo de Bennett se reconoce que cualquier forma de integración comercial entre México y Estados Unidos no reducirá completamente los problemas o tensiones en la relación económica. Esto se presenta porque los distintos actores que participan en la política comercial tienen diferentes intereses económicos y políticos. De ahí que Bennett destaque una serie de problemas comerciales pendientes en la relación México-Estados Unidos. 5 Asimismo, otra preocupación de este autor es la importancia que le otorga a evitar que la divergencia política de la relación bilateral 5 Por ejemplo: "El uso de contenidos locales y los requisitos para el funcionamiento de las exportaciones, la violación de los derechos de autor, la protección inadecuada de patentes, el decreto farmacéutico, las limitaciones para la propiedad mayoritaria de los inversionistas extranjeros y el acceso de los camiones continúan siendo problemas que preocupan mucho a Estados Unidos". RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 197 repercuta en la integración económica defacto de la relación entre ambos países. La Relación Política La inmigración de mexicanos indocumentados a los Estados Unidos El trabajo de Jorge A. Bustamante sustenta que la reforma Simpson-Rodino a la Ley de Inmigración y Nacionalidad no ha modificado sustancialmente el flujo indocumentado hacia Estados Unidos, porque en dicha propuesta no se consideraron los factores económicos internos (oferta) como externos (demanda) que condicionan el flujo migratorio de mexicanos indocumentados hacia Estados Unidos. 6 Con la firma de la reforma Simpson-Rodino y la continua violación a los derechos humanos y laborales de los mexicanos indocumentados en Estados Unidos, se puso de manifiesto la necesidad de que el gobierno aumentara las acciones de protección consular. Por esas razones y debido a la importancia que tiene el tema, Jorge A. Bustamante plantea la necesidad de que el gobierno fomente la negociación con Estados Unidos en materia de mexicanos indocumentados. En su perspectiva: [...] la noción fundamental, a partir de la cual deberían llevarse a cabo las negociaciones apareció en el contexto político de las audiencias del Senado mexicano sobre trabajadores migratorios que se llevaron a cabo durante 1985; la emigración de trabajadores mexicanos a Estados Unidos es, a la larga, contraria al interés nacional, ya que ningún proyecto nacional de desarrollo puede basarse en la constante exportación de la fuerza de trabajo mexicano. El otro concepto básico derivado de esas audiencias fue que, en el corto plazo, México no está en posición de detener, ni siquiera de disminuir de manera considerable el flujo de inmigrantes a Estados Unidos. 7 Finalmente, para Jorge A. Bustamante la importancia de la concertación bilateral en materia de mexicanos indocumentados radicaría en concebir a los indocumentados como una oportunidad y no como una problema para el crecimiento económico bilateral. Sin duda, concebir esa posición será un reto para los gobiernos de ambos países en los próximos años. 6 7 En opinión de Jorge A. Bustamante el diseño básico que seleccionaron "para la investigación de flujos migratorios hacia Estados Unidos partía de considerar el fenómeno de la inmigración de indocumentados como parte de un mercado internacional de trabajo. Con este enfoque, la demanda de indocumentados por parte de ese país se determina conjuntamente con la oferta mexicana y los cambios en la demanda, inducidos por la legislación, se reflejarían en los cambios en la oferta". Entre los objetivos de negociación que sugiere Bustamante se encuentran los siguientes: la máxima protección de los derechos humanos y laborales del trabajador mexicano durante su estancia en Estados Unidos, y su salvo regreso a México. También deberán discutirse las condiciones laborales, el número y la calificación de los inmigrantes, la duración de su estadía, los beneficios de la seguridad social, los sectores de la economía norteamericana que utilizan trabajadores y las regiones específicas de destino. 198 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 El narcotráfico Una de las aportaciones principales del trabajo de Samuel I. del Villar es la propuesta para reducir los efectos económicos, políticos e internacionales que provoca para México el tema del narcotráfico en su relación con Estados Unidos. Dicha alternativa se sustenta básicamente en un "trato equitativo y el establecimiento de estándares análogos" en ambos países. A su vez, los elementos que incluye dicha alternativa se relacionan con la existencia de un liderazgo político, la aceptación de intereses nacionales comunes, la diferenciación de las diferentes drogas y la productividad en el combate a las drogas. En su opinión, la combinación de los anteriores elementos puede reducir los efectos económicos, políticos y sociales que provoca el problema del narcotráfico en la relación bilateral. Seguridad nacional El artículo de Sergio Aguayo plantea que una de las principales razones para que Estados Unidos conceda atención a México, se debe a la importancia económica y política de nuestro país. En especial, dicha actitud se manifiesta en los momentos de inestabilidad económica y política de México. Esto sucede porque en algunos sectores estadounidenses existe el temor de que sus intereses políticos y económicos que tienen en el país pueden verse afectados negativamente. De ahí que Aguayo reconozca que: "El efecto combinado de la crisis económica, deuda extema, inmigración indocumentada, cambios políticos, diferencias en tomo a Centroamérica y narcotráfico, ha dado como resultado que Estados Unidos vuelva a fijar su atención en los asuntos de México". Sin embargo, el propio Aguayo sostiene que esta visión norteamericana sobre México no es homogénea porque "los puntos de vista son tan diversos como la sociedad norteamericana misma, existe un consenso: los problemas de México bien pueden terminar siendo una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos". Visión de México en Estados Unidos El trabajo de William Watts complementa en parte el artículo de Sergio Aguayo, ya que analiza las percepciones que tienen los norteamericanos sobre México. Dicha evaluación se efectúa a partir de considerar algunas encuestas de opinión sobre México efectuadas en Estados Unidos. En estas encuestas se analiza el papel de nuestro país en relación con el contexto internacional, por los niveles de cordialidad, confiabilidad y por los intereses globales y específicos que tiene el gobierno y la sociedad norteamericana sobre México. Tomando en cuenta lo anterior la conclusión general del trabajo de William Watts es que en la opinión pública norteamericana existe una actitud positiva hacia México. Esta actitud puede mostrar altibajos en función de las tensiones o conflictos que caracterizen la relación bilateral y, de las prioridades que tengan otros países en la política exterior norteamericana. Por ello, Watts menciona que: "El problema radica en que las relaciones bilaterales (...) reciben encabezados y son objeto de cobertura especial sólo cuando la caldera está por explotar". RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS 199 La Interdependencia o la Autonomía En la última parte de la compilación de Riordan Roett se presentan a manera de conclusión los trabajos de Bruce M. Bagley y José Juan de Olloqui. En el primer artículo Bagley sostiene que durante la administración del presidente Ronald Reagan existió un deterioro en la relación con México. En su opinión, esta situación fue motivada por una política incongruente y contradictoria de parte del presidente norteamericano. Para afirmar lo anterior, Bagley analiza la posición del gobierno norteamericano en relación con los problemas de la crisis económica, la política exterior mexicana hacia Centroamérica y los procesos electorales. A pesar de que este autor realiza una adecuada descripción de las características de las tensiones en la relación, una de las deficiencias de su trabajo consiste en no explicar estas divergencias como parte de la propia naturaleza de la relación y de la heterogeneidad de actores que participan en el proceso de la toma de decisiones del sistema político norteamericano. Con base en lo anterior, se puede afirmar que si bien durante el periodo de la administración de Ronald Reagan existieron conflictos en la relación, este carácter no necesariamente se presentó por iniciativa del presidente norteamericano. Inclusive, fue notorio que cuando ocurrieron las divergencias, el presidente Reagan asumió una actitud conciliatoria con la idea de que esos problemas no obstaculizaran la concertación. Esta posición fue evidente en los temas de la crisis económica mexicana, el narcotráfico y la política interna. Por ello, desde nuestro punto de vista la relación se caracterizó por espacios de cooperación y de divergencia durante el periodo de 1981 a 1988. Por su parte, José Juan de Olloqui en su artículo señala que México debe disminuir su dependencia con Estados Unidos. En su opinión, esta propuesta significa que: "el país sea capaz de disponer de un número mayor de opciones políticas y de incrementar, al mismo tiempo y tanto como le sea posible, los beneficios derivados de su cercanía geográfica con Estados Unidos". En otros términos, la idea es que a medida en que México fomenta la dependencia con los Estados Unidos, nuestro país no debería perder su autonomía política o económica. Sin embargo, la historia reciente de la relación bilateral ha mostrado que conforme México incrementa su interrelación económica con los Estados Unidos, esto no ha provocado necesariamente una pérdida de la autonomía política. 8 Esto se explica porque México cuenta con ciertos espacios que le permiten cierta independencia en la defensa de algunos intereses nacionales. Consideración Final En términos generales, la compilación de Riordan Roett proporciona algunos elementos para avanzar en la comprensión de la relación México-Estados Unidos. Es decir, en la recopilación de Roett se incluyen ciertos 8 La política exterior de México hacia Centroamérica representa un ejemplo de la independencia política mexicana. Otra lección se puede observar en el rechazo del gobierno mexicano a concertar un mercado común con el país vecino. 200 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2. JULIO-DICIEMBRE DE 1989 aspectos en tomo a la naturaleza, el contexto político-económico bilateral y, la influencia que ejerce Estados Unidos en el carácter de la relación. Sin embargo, una de las principales limitaciones del libro de Riordan Roett, es que si bien se plantea la necesidad de la cooperación bilateral en los temas de la deuda extema, comercio, la inmigración y el narcotráfico, por otra parte no se indican los mecanismos para tratar de definir dicha posición. Es decir, no se señalan las estrategias y condiciones específicas para concertar la perspectiva bilateral. Este aspecto es de suma importancia, debido a la reticencia del gobierno norteamericano a reconocer un enfoque bilateral en algunos asuntos de la agenda. Por lo tanto, es necesario que México influya en los mecanismos de toma de decisiones de Estados Unidos para tratar de gestar la bases de un enfoque bilateral y evitar quedar a la expectativa de las iniciativas norteamericanas. Resta señalar que el libro pierde cierta actualidad al no incluir temas como la influencia de México en las elecciones presidenciales de Estados Unidos; el impacto del proceso electoral mexicano en el país vecino y por último, la participación del Congreso norteamericano en el debate sobre el certificación de la campaña antidrogas del gobierno mexicano. 9 9 El libro se escribió en inglés en 1988 y en 1989 se editó en español por primera vez. Barbara G. Valk, BorderLine: a Bibliography of the United States-Mexico Borderlands. Los Ángeles, California, UCLA Latin American Center Publications, 1988. Humberto Félix Berumen Un total de 8 692 fichas bibliográficas distribuidas en veintiséis capítulos correspondientes a otras tantas áreas del conocimiento, además de un índice organizado por autores, son en conjunto el material que integran el libro BorderLine: a Bibliography of the United States-Mexico Borderlands de Barbara G. Valk. El libro aparece editado por Latin American Center de la Universidad de California en Los Ángeles y UC MEXUS (University of California Consortium on Mexico and the United States), como parte del programa multidisciplinario de estudios fronterizos que en 1981 inició la recopilación de la información bibliográfica para formar la base de datos denominada BorderLine. A la cual se puede tener acceso por vía telefónica para su consulta en línea. La bibliografía incluida en la base de datos comprende libros tanto en inglés como en español, y constituye una fuente de información de gran utilidad para los investigadores y estudiosos en cualquiera de los temas relacionados con la frontera entre ambos países. Economía, política, ciencia y tecnología, demografía, comercio, urbanismo, historia, geografía, antropología, religión, educación y literatura, son algunas de las áreas cubiertas tanto por la base de datos como por el libro del mismo nombre. En cuanto a las fichas bibliográficas, éstas incluyen los datos relativos al libro aludido (autor, título, lugar y fecha de edición, número de páginas, etc.), así como los lugares en los que es posible localizarlos para su consulta. La bibliografía corresponde a treinta y cinco universidades norteamericanas, incluidas la Universidad de Hawai y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Desafortunadamente, no se incluye información sobre ninguna biblioteca o centro de estudios del lado mexicano, como podría esperarse de una obra de esta naturaleza. Tal vez porque no existe una base de datos o un registro bibliográfico que permita la localización de la información en forma oportuna e inmediata. En este sentido, crear una base de datos automatizada entre las distintas bibliotecas y centros de estudios de la frontera norte de México es, sin lugar a dudas, una de las necesidades más apremiantes de cuantas existen a la fecha. Su creación no sólo facilitaría la búsqueda de la información requerida, sino que además, y lo que es más importante todavía, crearía la posibilidad para establecer una base de datos fronterizos con una dimensión mucho más amplia; es decir, binacional. • Humberto Félix Berumen. Director de la biblioteca de El Colegio de la Frontera Norte. Se le puede enviar información a: Blvd. Abelardo L. Rodríguez núm. 21, Zona del Río, Tijuana, B. C., Tels. 84-2226, 84-2068 y 87-8795. 202 FRONTERA NORTE, VOL. I, NÚM. 2, JULIO-DICIEMBRE DE 1989 Como quiera que sea, tanto por las características de esta obra, como por las numerosas referencias bibliográficas que proporciona, BorderLine es una valiosa contribución para documentar la información que existe en tomo al estudio de la frontera México-Estados Unidos. Su aparición viene a complementar la información anterior proporcionada por libros como México-Estados Unidos: bibliografía general sobre estudios fronterizos (Jorge A. Bustamante, El Colegio de México, 1982) y Borderlands Sourcebook: A Guide to the Literature on Northern and the American Southwest (Ellwyn Stoddard, University of Oklahoma, 1983). Cabe reconocer, asimismo, la entusiasta labor de Barbara A. Valk y su equipo de colaboradores, sin cuyo esfuerzo este libro no habría sido simplemente posible. Un esfuerzo que no podrá pasar desapercibido por parte de quienes se interesan en el estudio de la frontera. estudios fronterizos REVISTA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES Año VI, vol. VI, núms. 15-16. Enero-abril/Mayo-agosto de 1988 Artículos y Ensayos La política industrial en México y la industrialización en la zona fronteriza del norte de México O. Verkoren y W. Hoenderdos Determinantes del crecimiento del empleo en la industria maquiladora de exportación en México Rodolfo Navarrete y José Luis Fernández La reciente inserción internacional de la industria mexicana y su impacto regional Arturo Ranfla G. y Ana Ma. Avilés M. Las controversias del pensamiento económico en el análisis de las actividades de maquila internacional Alejandro Mungaray Lagarda La generación de empleo por maquiladoras en México y los ciclos económicos de Estados Unidos 1978-1985 Jesús H. Amozurrutia Cabrera Estructura de la industria maquiladora de exportación: un ensayo de interpretación y búsqueda de conceptos Bernardo González Aréchiga El proceso de industrialización en Baja California Agustín Sandez Pérez ¿Representa el programa de maquiladoras mexicanas una verdadera estrategia de desarrollo? Leslie Sklair UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA Journal of BORDERLANDS STUDIES Volume IV Fall 1989 Number 2 Contents Howard G. Applegate, C. Richard Bath and Jeffery T. Brannon Binational Emissions Trading in an International Air Shed: The Case of El Paso, Texas and Ciudad Juárez ................................................. 1 Ellwyn R. Stoddard Amnesty: Functional Modifications of a Congressional Mandate ........................................................................................................................... 26 Gayle K. Berardi The Role of Church Amnesty Assistance Programs in the Implementation of the 1986 Immigration Reform and Control Act ...................................................... 59 Wilke English, Susan Williams and Santiago Ibarreche Employee Turnover in the Maquiladoras ............................................................................................. 70 David J. Molina and Steven L. Cobb The Impact of Maquiladora Investment on the Size Distribution of Income Along the U.S.-Mexico Border: The Case of Texas .......................................................................................... 100 -Book Reviews ............................................................................................... 119 Instructions for Authors ................................................................................. 135 Announcements ............................................................................................. 140 Anuncia el inicio del proceso de admisión para los siguientes programas de posgrado: Maestría en Economía Industrial (1990 -1992) y Maestría en Desarrollo Regional (1990 -1992) Con especialización en las áreas de: • Reestructuración industrial • Políticas públicas Requisitos Fecha límite para entrega de solicitudes: Los candidatos para ambos programas de ° 15 de junio de 1990 maestría deberán: Fecha de examen de admisión: 1. Estar titulados de alguna licenciatura o ° 4 de julio de 1990 Envío equivalente de resultados de examen de 2. Haber obtenido un promedio superior a 8.0 en la licenciatura. 3- Ser admisión: 0 menores de 36 años. 14 de julio de 1990 4. Presentar examen de admisión. Inicio de cursos: 5. Tener conocimientos del idioma inglés en ° 10 de septiembre de 1990 nivel de comprensión de lectura. El Colegio de la Frontera Norte otorga un número limitado de becas. Se le dará preferencia a aquellos candidatos apoyados económicamente por una institución de la administración pública, de investigación o enseñanza. Solicitudes y mayor información en los siguientes teléfonos: Tijuana, Baja California, 91(66)84-2226/84-20-68; Mexicali, Baja California, 91(65)57-25-89; Nogales, Sonora, 91(631)3-21-85; Ciudad Juárez, Chihuahua, 91(16)16-83-63; Monterrey, Nuevo León, 91(83)44-99-94; Nuevo Laredo, Tamaulipas, 91(891)3-03-84. En la Ciudad de México, 91(5)568-6033, ext. 272. Revista de El Colegio de Sonora Publicación anual, Año 1, Núm. 1, Hermosillo, Son., México, 1989 Poder nacional, poder local Jean-Francois Prud'homme Acción Nacional en la transición política mexicana. El caso de sonora Víctor Manuel Reynoso Núcleos urbanos de Sonora José Carlos Ramírez Uso y potencial de recursos naturales en la frontera norte de México José Luis Moreno V. Sistema agrario y poder estatal en México Jorge Luis Ibarra M. Perspectivas de la economía mexicana Víctor L Urquidi Cambios en la estructura y dinámica de la población en México Raúl Benítez Zenteno Crisis y modernización de la educación superior en México Prudenciano Moreno M. La seguridad en las relaciones México-Estados Unidos Lorenzo Meyer Feria de subjetividades. Un esbozo para el estudio de la cultura Lian Karp Tres reflexiones sobre el concepto de ciudadano Víctor Manuel Reynoso