Un miembro de Tortuga visita a las organizaciones sociales de Arauca

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Un miembro de Tortuga visita a las organizaciones sociales
de Arauca
Grupo Antimilitarista Tortuga :: 16/01/2007
Informe sobre la situación política en esta región de Colombia
VISITA A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES DE ARAUCA (COLOMBIA): CASA DE LA ADUC,
SARAVENA, 25 A 28 DE NOVIEMBRE DE 2006 Aprovechando una estancia de dos meses en
Venezuela, por asunto particular, emprendo una visita corta para conocer a las Organizaciones
Sociales del Departamento colombiano de Arauca. Esta visita tiene como objetivo entablar relación
con estos colectivos de base y dialogar sobre alguna posible colaboración entre ellas y movimientos
sociales de la provincia de Alacant (España) con las que el Grupo Antimilitarista Tortuga, del que
formo parte está en relación. Viajando por el Alto Apure Siguiendo instrucciones telefónicas de
los contactos que tengo en Arauca, viajo a una localidad del Alto Apure venezolano (zona de los
llanos venezolanos que forma parte del Estado Apure) llamada Guasdualito, no muy alejada de la
frontera con Colombia. El viaje en autobús de Caracas a Guasdualito dura 14 horas de intensísimo
frío (los autobuses venezolanos viajan siempre con el aire acondicionado a toda potencia y es
imposible solicitar al chófer que lo regule más bajo; la gente para viajar se pone abrigos de invierno,
bufandas, guantes y lleva mantas para taparse incluso la cabeza, algo casi imposible de creer y cuyo
porqué nadie consiguió explicarme durante estos dos meses). Llegado a Guasdualito tomo una
buseta (vetustos microbuses en los que se realizan la mayoría de los trayectos en ciudades y
regiones de Venezuela y Colombia) para trasladarme a la localidad también venezolana de La
Victoria, viaje que me supone unas tres horas. La Victoria hace frontera -río Arauca mediante- con la
ciudad colombiana de Arauquita. Para mi sorpresa no hay aduana ni puente, sino una serie de
inestables canoas con las que unos barqueros sacados de alguna novela de Herman Hesse, por unos
pocos bolívares o pesos colombianos te pasan al otro lado. Antes de montar a la canoa, uno de los
soldados venezolanos que perezosamente hacen como que vigilan el embarcadero me obliga a abrir
mi bolsa de viaje, que tiene pinta sospechosa. Sin embargo nadie me solicita pasaporte ni me hace
pregunta alguna. Una frontera en guerra Es importante señalar la peligrosidad de esta frontera y
el trasiego continuo de activistas y armamentos de las guerrillas del ELN y las FARC (la policía y
ejército venezolano dan cobertura a esta última organización en esta zona fronteriza del Apure) así
como de los grupos paramilitares de la zona, especialmente el Batallón "Vencedores de Arauca", a su
vez respaldados por algunos sectores militares y oligarcas venezolanos de la zona. Estos apoyos a los
actores armados han hecho que la guerra colombiana se extienda a todo el Alto Apure y que sean
continuos los asesinatos de activistas de uno y otro bando así como de personas civiles que los
apoyan o que mueren como efecto colateral. Sobre este problema fronterizo la discreción es alta, ya
que las autoridades estatales venezolanas están poco interesadas en que se conozca el apoyo que
están prestando a las FARC, grupo guerrillero que emplean -a cambio de cobertura territorial y
económica- como elemento de contención ante la fuerte penetración paramilitar en los estados de
Apure, Táchira, Zulia y Barinas. Que las cosas estén así se refleja por ejemplo en la fuerte
militarización de toda la zona fronteriza, que además es zona de explotación de pozos petrolíferos
(se ven perfectamente las torres, con su llamita y todo desde la buseta). Desde Guasdualito a La
Victoria hube de pasar no menos de cuatro controles militares, dos de ellos haciendo descender y
mostrar el documento de identidad a todos los pasajeros de la buseta. Curiosa la anécdota de que los
militares a los que mostré mi pasaporte no sabían lo que era, y uno de ellos después de hojearlo una
y otra vez se quedó mirándome de frente y me exigió la cédula (carnet) de identidad, ya que sin ella
"no podía saber si el pasaporte era mío o no". Evidentemente pocos europeos/as han pasado por
estas remotas carreteras. Embarco efectivamente en la canoa para cruzar el río Arauca. La travesía
dura sólo unos pocos minutos sobre agua turbia, tras los cuales desembarcamos en una barrosa
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orilla (no hay embarcadero) de la que surgen algunos escalones en ascenso que conducen a una
pequeña replaceta en lo que ya es la localidad colombiana de Arauquita. Durante el viaje en buseta
he trabado amistad con unos señores pertenecientes a alguna iglesia protestante que se dirigen
desde Guasdualito a Saravena. Estos señores, que son colombianos me invitan a unirme a ellos en su
viaje, compartiendo taxi. En la canoa me aconsejan que no hable con la policía colombiana, y que si
me preguntan algo que diga que voy con ellos. Arauquita Nada más llegar a la parte alta de los
escalones, se me acercan dos policías colombianos (los policías de allí llevan ropa completamente
militar y van armados con fusiles de asalto) los cuales, a diferencia de sus homólogos venezolanos,
enseguida captan que soy extranjero y que no me pueden dejar continuar sin hacer algún tipo de
averiguación. Registran con detenimiento mi equipaje y hojean con interés mi pasaporte. Los amigos
protestantes intentan sin éxito explicar a los policías que viajo con ellos, que soy miembro de su
congregación, y que nos dirigimos juntos a "una vigilia de oración", a la que también invitan a los
agentes. Naturalmente la estratagema no cuela y los policías llaman por el móvil a algún tipo de
superioridad. A los pocos minutos llegan más policías, y uno de paisano que parece ser el jefe. Éste
estudia nuevamente mi pasaporte y da la orden a dos de los uniformados para que me conduzcan al
cuartel. Esperando que sea cosa de un momento, dejo el equipaje en manos de los compañeros de
viaje, a pesar de la policía que me sugiere que desconfíe de ellos. El cuartel de la policía parece
sacado de una película de Vietnam. Se accede por una calle cerrada al tráfico, zizagueando entre
barricadas y pilotes de hormigón. El edificio es una especie de fortificación también de hormigón,
con torretas de vigilancia y con las huellas del conflicto armado presentes en las paredes. Tras
aproximadamente una hora de espera en un patio interior del cuartel, solicito a los policías que me
custodian poder recuperar mi equipaje. Tras consulta con el superior volvemos a la zona de
embarque donde me seguían esperando los amigos cristianos, cuidando fielmente mis bolsas de
viaje. Les doy las gracias, y retornamos al cuartel. El agente de paisano me informa de que están en
contacto con el DAS (servicio colombiano de inmigración) intentando averiguar quien soy yo, ya que
se considera que he entrado al país de forma ilegal. Resumiendo; que paso allí casi todo el día
mientras realizan la averiguación. De tanto en tanto me van haciendo interrogatorios. Yo sólo
contesto remitiéndome a los datos personales que figuran en el pasaporte. Les digo que voy de viaje
a ver amigos en Saravena, pero no facilito ni un sólo dato sobre ellos. Ni nombres, ni direcciones, ni
teléfonos. Los policías aunque me lo preguntan repetidas veces parecen conformarse con las
respuestas. Imagino que otro gallo cantaría si en lugar de ser europeo yo fuera colombiano. Si estos
muros de hormigón hablaran.... Ya anocheciendo, un agente de paisano me informa de que el DAS
no posee información sobre mí y que estoy "limpio", pero que siendo mi entrada en el país ilegal se
recomienda, o bien que me pongan en la canoa de vuelta para Venezuela, o bien que me envíen a
Bogotá para mi deportación a España, quedando la decisión a criterio de la oficialidad del puesto de
Arauquita. Yo intento convencerles de que me firmen algún tipo de salvoconducto para poder
transitar sin problemas por el departamento de Arauca durante unos pocos días, requerimiento al
que se niegan en redondo alegando que "puedo dar gracias de que no me van a deportar porque me
han visto buena persona". En todo caso el regreso a Venezuela es imperativo. Me recomiendan que
si deseo entrar al país, lo haga legalmente, pasando por la aduana de Arauca capital (es un rodeo
que me puede costar buenas 24 horas, ya que para llegar a Saravena desde Arauca capital debería
volver a pasar por Arauquita). Antes de soltarme me hacen uno de esos "censos" ilegales mediante
los que la policía colombiana intenta tener fichas policiales de la población. Me vuelvo a remitir de
forma exclusiva a la información del pasaporte. También me hacen firmar un acta en la que se dice
que no me han aplicado malos tratos. Como considero que es verdad, y por no prolongar mi estancia
allí, la firmo. Dado que se ha hecho de noche y debo buscar algún lugar para dormir me
recomiendan que no cruce el río ya que "La Victoria es un sitio muy peligroso y está lleno de
delincuentes y de guerrilleros" Me invitan a que me quede a pasar la noche en un hostal de
Arauquita. El mismo sargento tiene la amabilidad de acompañarme hasta él. Libre de la detención
respiro por fin y me libero también de la tensión y del miedo. No me quiero imaginar cuántas
personas han entrado a ese cuartel y no se las ha vuelto a ver salir. Me pongo cómodo en mi
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pequeña y sencilla habitación, eso sí, con ventilador. Me ducho. Doy un corto paseo para ver cómo
es el pueblo. Cambio algo de moneda. Llamo por teléfono a la gente de Saravena, que estaba
preocupada por mi retardo. Llamo también a Caracas, y tomo una merecida cena en una mesita
puesta en la calle, a la fresca de la noche de los llanos. Aconsejado por el señor del bar donde cené,
madrugo para coger una de las primeras canoas del día. Me levanto a las cuatro y media de la
mañana, y poco después, al tiempo que amanece, estoy conversando con un anciano enjuto que le
está poniendo un motor fueraborda a una embarcación que se asemeja más a un palo vacío que a un
vehículo. El señor acepta pasarme por una cantidad muy pequeña de pesos (no acepta bolívares). Es
curiosa esta barquita en la que hay que ir en cuclillas, con una mano en cada uno de los lados de la
canoa para no desequilibrarla, y casi rozando el agua turbulenta del río, que con esta luz se ve
bellísimo. La frontera de Arauca Los militares que vaguean en la orilla venezolana pasan
completamente de mí, a pesar de ser el único viajero que desembarca. Pregunto por el lugar donde
se coge la buseta para Guasdualito y tengo que hacer dos horas de espera hasta que arranca una. En
Guasdualito, tres horas después, me monto en otra buseta que viaja hacia Arauca capital, y que me
puede dejar en el puente fronterizo. A todo esto nuevos registros en diferentes puestos militares o
"alcabalas" que es como los llaman en Venezuela. La frontera entre los dos países aquí consiste,
como digo, en un puente de hierro sobre el río Arauca. Es una frontera muy poco transitada. Sobre
todo circula algún que otro camión que se dirige hacia Cúcuta o que viene de allí. La mayoría de los
taxis de uno y otro lado sólo llegan al puente, donde se dan la vuelta, y apenas se ven turismos
particulares. En este puente fronterizo me apeo de la buseta y me dirijo al puesto aduanero
colombiano intentando que me puedan sellar el pasaporte. Nuevamente cara de pocos amigos de los
funcionarios del DAS, quienes me hacen toda clase de preguntas acerca de quien soy, adónde voy,
para qué, a ver a quién etc. Mi discreción sigue siendo total. Finalmente me indican que puedo
pasar, pero que primero necesito el sello que corresponde a mi salida de Venezuela. Así que me toca
echar el equipaje al hombro y volver a cruzar a pie el puente para regresar a Venezuela. Para mi
desgracia, los militares venezolanos que custodian la orilla me dicen que la aduana está en una
alcabala a varios kilómetros de allí. A pesar de tanta dificultad, no me rindo y solicito a un camionero
colombiano que ha parado en el puesto que me lleve en auto-stop hasta la alcabala. Éste, muy
amablemente, accede. Conduce un pesado trailer que transporta vaya usted a saber qué desde la
explotación petrolera de Caño Limón hacia Cúcuta. Muchos transportes colombianos desde Arauca a
las zonas interiores del país, atraviesan el estado venezolano del Táchira, que es el paso natural de
la cordillera andina. Por fin consigo que un funcionario venezolano ponga el sello de salida en mi
pasaporte, previo pago de una "tasa" que me pareció verdaderamente exagerada, y que debe existir
sólo para unos pocos "elegidos", ya que lo normal en la zona es entrar y salir del país sin el más
mínimo trámite. Consigo un taxi que me lleva de retorno a la aduana colombiana, donde me sellan
por fin la entrada a Colombia, con una anotación a bolígrafo del desconfiado policía limitando mi
estancia a un mes. Un nuevo taxi me lleva desde allí a la "terminal" (estación de autobuses) de la
capital. La ciudad también está fuertemente militarizada, con controles del ejército en la entrada y
diversas calles. En estos controles el taxi debe hacer largos zig-zags y badenes ante la atenta mirada
de los soldados, siempre con sus fusiles en ristre, que se agachan para mirar al interior de los
vehículos. La terminal está también fuertemente custodiada con soldados que la patrullan por dentro
y por fuera. En esta zona de Colombia, la forma de viajar ofrece dos opciones; o vas en autobús, o
vas en taxi compartido. Hay numerosas empresas de taxis de largo recorrido, y el sistema consiste
en que cuando un taxi consigue cuatro pasajeros, arranca. El precio, que es fijo, dobla o triplica al
del autobús; pero el autobús puede cuadruplicar el tiempo para llegar. Y más teniendo en cuenta que
los controles militares son rigurosos y numerosos. En ellos hacen descender a todo el mundo del
vehículo y registran los equipajes uno por uno. El viaje en autobús en estas condiciones se hace
verdaderamente interminable. También hay que tener en cuenta que las distancias son muy largas, y
se recorren por carreteras en unas condiciones muy lamentables. Entre dos poblaciones cualquiera
de Arauca lo normal es que no haya menos dos horas de recorrido por zona despoblada. Eso sí, el
paisaje es impresionante. Una especie de pampa semiselvática, con vegetación frondosa, muy verde,
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árboles de gran porte y muchísima agua. Aquí y allá ganado pastando y miles de aves de todos los
tamaños y colores. Caño Limón Me decido por el sistema del taxi compartido y, nada más salir, el
primer contratiempo es que están asfaltando un pequeño tramo de la carretera, y no han previsto
asfaltar primero un carril, y luego el otro, tal como se hace en Europa. Así que nos toca esperar unas
dos horas a nosotros y a todos los vehículos que circulan en los dos sentidos, a que los operarios
finalicen su obra. Son divertidas las situaciones que se suceden con la mayoría de los pasajeros, pie
a tierra observando los trabajos y haciendo observaciones a los obreros. Después, el viaje hasta
Saravena viene a durar unas cuatro horas. Vamos siguiendo una ruta que discurre cercana al río, y
llegamos a cruzar Arauquita, donde pasé la noche anterior. Entre Saravena y Arauquita la carretera
atraviesa la propiedad privada de la multinacional OXI en Caño Limón, y vamos también siguiendo y
observando el famoso oleoducto Caño Limón-Covendas que tantos ataques de la guerrilla sufre y que
tantos muertos ha causado. Conviene recordar que este oleoducto de importancia vital para el
estado colombiano y para las dos multinacionales (la otra es la española Repsol), está custodiado por
un batallón del ejército colombiano que se dedica exclusivamente a él. En el escudo del batallón hay
una torre de petróleo y todo. La defensa del oleoducto concentra buena parte de la ayuda militar
estadounidense del Plan Colombia, sobre todo invertida en helicópteros y en fumigaciones con
glifosato para desplazar población humana, con las consecuencias que explicaré más adelante. El
taxista me aclara que en ese tramo la carretera es propiedad de la compañía y que la vigilancia de
los pozos de petróleo, que vemos a menos de 50 metros, está bajo la responsabilidad directa de
militares de Estados Unidos. Caño Limón es un sitio boscoso de gran belleza. En ese tramo de
carretera la velocidad está limitada a 60 km hora para evitar que se atropelle a la fauna salvaje. El
control de la velocidad se hace de forma rigurosa entregando al taxi a la entrada del tramo una
tarjeta que debe devolver a la salida justo a una hora marcada, ni minuto arriba ni minuto abajo. Por
todas partes se observan carteles con el slogan "cuidemos nuestra fauna" y cosas así. Están
curiosamente en un lugar donde la OXI y Repsol aniquilaron hace bien poco a la población indígena
que allí vivía llegando casi a extinguir a una de las tres tribus del departamento. Dentro de este
paraje, y al lado de la carretera, hay una laguna muy sagrada para los indígenas de toda Arauca,
laguna que también les fue violentamente arrebatada, claro. La vigilancia militar en este tramo es
impresionante. Si nos hicieron bajar del taxi y registraron el equipaje tanto a la salida de Arauca,
como al pasar por Arauquita y al entrar a Saravena, en Caño Limón es mucho más estricto. Nos
hacen bajar del vehículo y andar a pie unos 200 metros hasta un control de documentos de
identidad. El coche queda vacío, y militares con perros revisan minuciosamente su interior y
maletero. El equipaje se revisa en otro mostrador. Un militar anota cuidadosamente los datos de la
identidad de todos los viajeros, el taxista incluido. La casa de la ADUC A media tarde más o menos,
hambriento, sediento y agotado, llego a Saravena. Más en concreto a la Casa de la ADUC (asociación
de campesinos), que es donde se me estaba esperando. Esta casa es un edificio de tres plantas (de
los muy pocos que habrá en Saravena de esa altura) autoconstruido durante años -según me
informan- por los mismos campesinos/as para ser utilizado como sede de las organizaciones sociales
y como lugar de refugio en caso de necesidad. Y este es el caso en la actualidad. Desde hace más de
diez meses viven refugiados en este edificio junto a sus familias numerosos líderes de organizaciones
sociales de todo el departamento. Estas personas, que siempre estuvieron bajo la mira del
terrorismo de estado colombiano, están ahora amenazadas de muerte por las FARC y el ELN y han
tenido que abandonar sus casas y sus trabajos para salvar la vida. A lo largo del año ha habido
momentos en que la cifra de personas refugiadas superaba el centenar. Esta situación ha llegado a
producirse debido al conflicto bélico que están viviendo en la actualidad las dos guerrillas entre
ellas. Si bien las organizaciones sociales -que son normalmente de ideología socialista o por lo
menos "de izquierdas"- llevan años denunciando agresiones por parte de la guerrilla, estas
denuncias venían siendo escasas y puntuales. Sobre todo si se comparan con las inmensas cifras que
corresponden al terror del Estado instrumentalizado mediante el ejército, la policía, los
paramilitares, y sicarios del crimen organizado a los que se contrata para asesinar líderes sociales.
No me supieron explicar bien si los asesinatos de activistas civiles, y destrucción de proyectos de las
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organizaciones sociales que están realizando las guerrillas (especialmente las FARC) obedecen a una
estrategia por parte de ellas de suprimir cualquier actividad política organizada que les haga sombra
en la región, o si son simplemente consecuencia de una actividad tan militarista como miope que
cree que quienes no le apoyan directa y materialmente están comprometidos con su adversario. El
caso segundo que cito, al parecer, venía siendo causa de varias muertes. Es decir, las FARC asesinan
campesinos que "no acuden a sus reuniones" al considerar que están con el ELN y viceversa. El caso
es que numerosos/as activistas campesinos, sindicales o juveniles están directamente amenazados
de muerte por la guerrilla y han tenido que refugiarse en la casa de la ADUC de Saravena, sin poder
prácticamente salir de ella en todos estos meses. Esta situación ha sido bien rentabilizada por las
autoridades políticas del Estado que han aprovechado para arremeter contra proyectos de las
organizaciones sociales, para encarcelar de forma masiva a militantes y para dar más alas a los
asesinatos políticos y masacres. En el momento en que estoy escribiendo este documento, me llega
la información de que sólo en la segunda quincena del pasado mes de diciembre las dos guerrillas
han ejecutado a ocho civiles en diferentes asesinatos y en diversas localidades de Arauca, siendo de
los ocho, al menos cuatro campesinos y un sindicalista. Así están las cosas. La casa tiene una puerta
blindada y arco detector de metales (instalados por la OEA, según me explicaron) y la entrada está
custodiada por ellos mismos. La calle por la que se accede a ella está cortada al tráfico con sendos
troncos de árbol cruzados. Me explicaron que era para dificultar ataques de sicarios y coches bomba
(les habían amenazado con esto último). Las condiciones de vida de las personas refugiadas son muy
precarias. Obligadas a permanecer en el edificio, o a moverse con mucha precaución sin poder salir
de Saravena, han desatendido sus trabajos, sus tierras, sus familias. Especialmente padecen este
daño quienes son de localidades distintas a Saravena. Comparten habitaciones de tamaño mediano
únicamente habilitadas con literas y colchones, y algunos espacios comunes para televisión,
ordenador o aseo. La vida la hacen en un gran patio en el que cocinan por turnos y para todos/as,
únicamente con leña. Allí preparan la comida, lavan la ropa, friegan los platos y realizan todas las
comidas. La manutención procede de la solidaridad de las organizaciones sociales y del producto de
los proyectos de soberanía alimentaria (granjas explotadas cooperativamente) de la asociación
campesina. Por ello la alimentación es muy básica. Por si fuera poco estos proyectos de soberanía
alimentaria también son objeto de ataques de las FARC, que últimamente han realizado saqueos en
almacenes y droguerías, y han robado ganado de la cooperativa. Entre las personas refugiadas hay
numerosos niños y algunos ancianos. La casa dispone de una habitación reservada a visitantes
internacionales, así como pequeños despachos en los que tienen su sede ASOJER, Joel Sierra y la
CUT. Reunión con las organizaciones sociales Reconfortado con una gaseosa y un plato de
pasta que me ofreció el compañero de ASOJER a quien ya conocía, me venció el sueño y dormí desde
las siete de la tarde hasta las nueve de la mañana del día siguiente. Por la mañana mantuvimos en la
oficina de la Fundación Joel Sierra una reunión con representantes de las diferentes organizaciones
cívicas. "Organizaciones Sociales de Arauca" es una gran plataforma que agrupa colectivos con
décadas de trabajo a sus espaldas. Los ejes que abordan son: sector campesino-cooperativo, sector
cívico-popular (sobre todo cuestiones de tipo vecinal y comunal), sector indígena, sector juvenil y
sector obrero-sindical. En esta reunión, entre todos y todas, y a requerimiento mío, me situaron en
las coordenadas básicas para comprender la realidad de Arauca y su conflicto. Arauca es una tierra
de reciente colonización. Hace unos 50 años llegaron los primeros colonos, desplazados de otros
lugares por la violencia que se vivía entonces en toda la nación, y tuvieron una serie de conflictos
con la población indígena que habitaba la región. Estos colonos organizaron estructuras sociales
basadas en un reparto más o menos homogéneo de la tierra (no hay apenas grandes haciendas en
Arauca) y en una colaboración y apoyo mutuo autogestionario para abastecerse de los servicios
colectivos básicos. El Estado y la guerrilla llegaron 30 años después. También se descubrió en la
región el yacimiento de petróleo más importante del país. Desde entonces la militarización de
Arauca y los efectos de la guerra son enormes. Hay miles de muertos, encarcelados, desplazados,
exiliados... La zona petrolera fue "despejada" a base de asesinatos selectivos y masacres de colonos
e indígenas. En la actualidad el conflicto bélico continúa: las ciudades están tomadas, las carreteras
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son difíciles de transitar. La guerrilla está presente también en las ciudades. En ellas hay cuarteles
del ejército y la policía que son auténticas fortalezas. En Saravena, cuyo centro urbano está
amurallado por la policía, hay incluso una mini base de Estados Unidos, con militares gringos y
unidades de inteligencia. Los bombardeos afectan a las zonas urbanas. El paramilitarismo también
está bastante implantado, sobre todo al sur de la región, sin que se haya notado en absoluto la
"desmovilización" de la que tanto presume Uribe. Masacres y asesinatos por parte de todos los
actores armados -especialmente ejército y paramilitares- son fenómeno corriente. Por si fuera poco,
la delincuencia común es responsable también de numerosas víctimas mortales. Arauca - que en su
día constituyó una importante base social de la insurgencia- es una especie de laboratorio de la
guerra, y en ella se sitúa el epicentro de la política conocida como "Seguridad Democrática" de
Álvaro Uribe. Por ello se suceden numerosas iniciativas de carácter experimental por parte del
Estado. Por ejemplo, se están implementando campañas de persuasión ideológica en los centros de
enseñanza, en las que el ejército ocupa las escuelas y dedica jornadas tipo "ser soldado por un día" a
la militarización educativa de los niños. Por otra parte, las organizaciones sociales se encuentran
estigmatizadas bajo la acusación de pertenecer a la guerrilla. La calidad de vida está en mínimos
históricos. Hay problemas de salud, de vivienda, las carreteras están destruidas, los servicios
públicos estatales son casi inexistentes, y los que son propiedad del tejido social están -como se verá
más adelante cuando hable de la empresa comunal ECAAS- acosados para que colapsen, y muchos
de sus dirigentes encarcelados o asesinados. A los jóvenes se les fuerza a hacer un largo servicio
militar cercano a los 20 meses, sacándolos de la región y dificultando luego su reinserción. Mención
aparte merece la cuestión de las fumigaciones con glifosato. Arauca es uno de los lugares de
Colombia donde más se está empleando esta estrategia de guerra. Con la excusa de que van a
fumigar cultivos ilegales de coca, están acabando con los cultivos tradicionales. Por cada hectárea
fumigada de coca, el producto químico destruye 10 hectáreas de pancoger (cultivos de subsistencia
consistentes en arroz, maíz, yuca, papas, fríjoles etc.). Ello con el agravante de que en Arauca
prácticamente no hay cultivos de coca, y los pocos que existen serían fácilmente erradicables de
forma manual. Es claro que la intención del gobierno y las multinacionales que implementan esta
estrategia del Plan Colombia, es forzar el desplazamiento de la población campesina en
determinadas zonas para poder explotar el subsuelo. La fumigación con glifosato está provocando
también graves daños a la ganadería, ya que la tasa de abortos en animales se ha disparado. A nivel
de salud humana, han crecido alarmantemente las estadísticas de abortos, de cáncer,
malformaciones, alergias etc. En la misma casa de la ADUC pude ver personalmente alguno de estos
efectos sobre niños. Hay que hablar también de la situación a nivel judicial. El aparato represivo del
estado cuenta con testigos "profesionales" a sueldo de la fiscalía, que actuando como supuestos
reinsertados de la guerrilla aparecen una y otra vez en cada proceso para señalar como miembros de
la insurgencia a los activistas sociales procesados. La cárcel de Arauca tiene fama de ser de las
peores de la nación y está abarrotada de miembros de organizaciones sociales acusados con
testimonios falsos, la mayoría de ellos sin fecha de juicio. En este contexto, a pesar de todo, las
organizaciones sociales se han mantenido activas y han estrechado lazos de unión entre ellas para
poder protegerse. Dicen de sí mismas que "el movimiento social de Arauca es una piedra en el
zapato de Uribe por su fortaleza". Por eso mismo son conscientes de que el Estado no va a cejar en
su empeño de destruirlo. Descripción de las organizaciones sociales y de su situación actual
Paso a relatar la información que registré tras mi conversación con representantes de estos
sectores, y a describir los diferentes colectivos que componen "Organizaciones Sociales de Arauca":
1.- ADUC. Asociación Departamental de Usuarios Campesinos. Es la propietaria del edificio, y
tiene puestos en marcha los Proyectos de Soberanía Alimentaria (granjas) de las que hablaré aparte.
Canalizan buena parte de la actividad agropecuaria del departamento mediante la cooperativa
"Coagrosarare". Desde esta asociación campesina históricamente se han impulsado todo tipo de
organizaciones y actividades: asociaciones, comités veredales, proyectos de soberanía alimentaria,
educación, salud, colonizaciones (vías de penetración), defensa de los Derechos Humanos, servicios
básicos de infraestructuras... La cooperativa, como actividad social, realiza préstamos sin interés a
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los campesinos para el "abasto de la canasta familiar". Existen desde hace 36 años, y desde hace
muchos vienen sufriendo con virulencia la represión del estado (el año pasado el ejército asesinó al
presidente de ADUC junto a dos importantes líderes sindicales). Ahora mismo sus líderes están
amenazados de muerte por la guerrilla, y algunos se han tenido que refugiar en Saravena. La
guerrilla está asesinando campesinos y está atentando contra los Proyectos. Han saqueado las
cooperativas y droguerías y les están robando mucho ganado, con lo que han tenido que paralizar
varios de los proyectos. Están teniendo muchos problemas para cultivar la tierra. La guerra les
obliga a abandonar explotaciones y a desplazarse. El Estado aprovecha, y señala a quienes se
quedan como miembros de la guerrilla. Su lema es: "Por la defensa de la Vida, los Derechos
Humanos y la Permanencia en el Territorio". El actual presidente de la ADUC me aclaraba que, en
su opinión, están en el punto de mira de la guerrilla por el hecho de haber denunciado sus
atropellos. 2.-ASOJUNTAS. Asociación de Juntas de Acción Comunal. Viene a ser algo así como
una federación de asociaciones de vecinos. Son numerosísimas. Sólo en Saravena me hablaron de
que había más de 30. Aunque las Juntas Comunales surgen en toda Colombia a iniciativa del Estado,
y en algunos lugares constituyen el bastión de los partidos políticos tradicionales, me comentan que
en Arauca se caracterizan por su importante nivel de autonomía con respecto a la Administración,
conviertiéndose por ello en referencia de este movimiento social para todo el Estado. Numerosos
miembros de este movimiento comunal se hallan encarcelados. 3.-Amanecer de Mujeres por
Arauca. Organización con sólo dos años de vida. Están en relación con la Organización Femenina
Popular (OFP) de Barrancabermeja y Bucaramanga. Surge tras una de las numerosas detenciones y
encarcelamientos masivos de activistas por parte del Estado. Las mujeres, tras estas detenciones se
quedan en una situación económica y familiar muy precaria. Se tienen que hacer cargo de la
manutención de los hijos. La situación de las mujeres en Arauca es dramática. Se les señala y
persigue por ser compañeras o madres de activistas y guerrilleros. Militares y policías utilizan a la
mujer implicándola en el conflicto y también para satisfacer sus necesidades sexuales. Las seducen o
las violan dejándolas embarazadas. Obtienen información de ellas, y así las convierten en objetivo
militar de la guerrilla. En este momento hay mujeres refugiadas también huyendo del conflicto
interno de la guerrilla. Los niños se han quedado sin escolarizar y a nivel sanitario están teniendo
muchos problemas debidos sobre todo a la desnutrición. La Asociación trabaja temas de educación,
de promoción y de apoyo mutuo entre mujeres. El día que yo llegué acababan de tener un taller en la
casa de la ADUC. 4.- ASCATIDAR. Asociación de Cabildos Tradicionales Indígenas.
Desafortunadamente no puede hablar con ningún cacique indígena, ya que ninguno asistió a la
reunión. Lo breve de mi visita, unido a la dificultad de que alguno de los refugiados me pudiera
acompañar fuera de Saravena, frustró el tener de primera mano un contacto con esta parte tan
emblemática del tejido social araucano. Sí pude saber que las relaciones entre el movimiento
indígena organizado y el resto de organizaciones sociales son fluidas. Actualmente los indígenas
están muy preocupados por el desarrollo y avance de la actividad petrolífera. Las nuevas
extracciones empiezan a comprometer el futuro de las reservas de agua de la región. Máxime
cuando las multinacionales están empezando a prospectar el piedemonte, donde se originan todas
las corrientes de agua. Los indígenas han sido muy maltratados por las multinacionales del petróleo.
Se les ha atropellado y se les ha forzado a desplazarse de sus resguardos (reservas). Su territorio
sagrado en Caño Limón, como decía antes, fue completamente invadido. Además también han
sufrido desplazamientos a consecuencia de la llegada de los colonos en la primera época (hace 50
años) y en la actualidad sufren acoso por parte de guerrilla y paramilitares. Varias tribus están en
trance de desaparición, y me contaban que es frecuente ver indígenas de los que habitaban Caño
Limón viviendo como mendigos y en permanente estado de embriaguez en las calles de Arauca
capital. Las tribus presentes en el departamento son los U'wa o Tunebo, los Guahibo o Sikuani, que
son los mayoritarios, y los Ingas, que inmigraron del Putumayo en décadas pasadas. Algunas ONGs
internacionales están en contacto con ellos -sobre todo con los U'wa- e intentan ofrecerles apoyo
exterior. 5.- ASOJER. Asociación Juvenil y Estudiantil Regional. Más abajo trato en detalle
temas de este colectivo con el que tuve una reunión aparte. 6.- CUT. Central Unitaria de los
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Trabajadores. Es un paraguas bajo el que se refugian otros sindicatos de menor tamaño. En la
reunión había un miembro de uno de esos sindicatos, que se denomina ANTHOC (Asociación
Nacional de Trabajadores de Hospitales y Clínicas de Colombia), que me puso al día sobre la
situación de su sector. En Arauca se está procediendo al despido masivo de trabajadores de la salud.
Están reestructurando las plantillas de todos los hospitales del departamento con personal afín al
gobierno. La calidad del servicio ha caído estrepitosamente y está habiendo repuntes de epidemias
que estaban controladas como el paludismo, el dengue, el sarampión o la tuberculosis. Se cuentan
casi 400 despidos recientes. Los sindicalistas más significados están en la mira del terrorismo de
estado, y cuentan con numerosos asesinados y encarcelados. 7.- Fundación Comité Regional de
Derechos Humanos "Joel Sierra". Esta fundación se creó para observar y denunciar los abusos
del Estado. Está formada por representantes de todos los movimientos del departamento. Su oficina
analiza permanentemente la situación y recoge numerosas denuncias particulares. Posteriormente
intenta divulgar esos hechos a través de los contactos que tiene con ONGs de carácter internacional.
También publica una revista y un dossier anual en el que viene recogido un listado de todos los
asesinatos y abusos por causas políticas ocurridos a lo largo de cada año. La fundación cuenta con
una persona liberada y con el apoyo de un abogado. Visita a un Proyecto Productivo de
Soberanía Alimentaria Así denominan a un grupo de granjas que son propiedad de la ADUC.
Dotadas cada una de ellas de unas pocas hectáreas de pastos, un huerto de pancoger y frutales, y un
pequeño rebaño de reses, se explotan de forma comunal y los beneficios se reinvierten en el
proyecto, o redundan en actividades de la asociación. En la actualidad sirven principalmente para
alimentar a las personas refugiadas en Saravena. Cada una de estas granjas cuenta con una pequeña
casa, y es "guardada" por una familia, que pertenece a la asociación y que recibe una remuneración
por ello. Cada proyecto, aunque siempre tiene un poco de todo, se "especializa" un tanto en el
producto que mejor se da en la zona: cacao, ganado, yuca, plátano etc. Alguna de las granjas tiene
también explotaciones piscícolas. Me llevaron a visitar una de estas granjas, cercana a Saravena.
Viajamos cuatro personas en dos motocicletas recorriendo por camino de tierra uno de los paisajes
más impresionantes que he visto en mi vida. Cuando llegamos, la granja me pareció el lugar más
idílico del mundo. Un verdor cegador, y una gran variedad de árboles y vegetación herbácea. La
guardesa preparaba chicha amasando maíz cocido sobre un tamiz. Su compañero nos obsequió con
la refrescante aguapanela con limón. Me enseñaron la explotación y me fueron explicando como
funciona cada cosa. Ciertamente fue una visita relajante y agradable. En estos proyectos la ADUC
además de generar empleo y abastecerse a nivel económico trabaja la soberanía alimentaria, de
forma consciente y autogestionaria. Tienen claro que con estas iniciativas quieren enfrentarse a la
implantación de monocultivos y luchar contra el uso de semillas híbridas y transgénicas. Trabajan en
la salvación y recuperación de sus semillas autóctonas enfrentándose para ello a las políticas y
presiones del Estado y las multinacionales. En total hay ocho proyectos en marcha, si bien en la
actualidad no todos funcionan debido a los ataques de la guerrilla. Visita a la Fundación
Intercultural del Sarare A esta visita, realizada ya en mi tercer día de estancia en Saravena, me
acompañó un compañero de ASOJER y una chica perteneciente a la Fundación. Y nos llevó en coche
una persona que se prestó para hacernos de "taxista". La Fundación posee un edificio de una sola
altura ubicado fuera de Saravena. Esta edificación tiene un aspecto y distribución que recuerdan
mucho a una escuela o un instituto. Se encuentra en un lugar muy frondoso, que casi podría ser
hasta boscoso, y cuenta con hermosos y amplios espacios al aire libre. Lamentablemente, a pesar de
que en su interior funciona un pequeño parvulario, desde hace más de un año se encuentra en
estado de semiabandono, a causa de la coyuntura política. De su parte exterior me mostraron lo que
quedaba de lo que había sido un banco de semillas y un vivero de especies autóctonas. El
compromiso con el medio ambiente era una de las divisas de la Fundación, la cual llegó a tener en
marcha un programa para concienciar a los agricultores de la necesidad de cuidar el patrimonio
forestal del departamento. Me explicaron que, además de estas instalaciones, la Fundación posee
una finca rural en una vereda (partida rural) en la que se impartía la parte práctica del bachillerato
agrario, uno de los estudios organizados por ella. Estas instalaciones se consiguieron en tiempos
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algo menos violentos aprovechando un momento puntual en el que Ecopetrol, la empresa pública
colombiana que gestionaba el petróleo antes de que el Estado se lo regalara a las multinacionales
extranjeras, se dignó a subvencionar con migajas de sus inmensos beneficios programas de tipo
educativo, cultural o cooperativo de las organizaciones sociales del departamento. La Fundación
Intercultural del Sarare (nombre de una región de Arauca en la que se encuentra Saravena) también
está integrada por representantes de las organizaciones sociales. En 2003 sus actividades fueron
oficialmente clausuradas por la Fiscalía, y todo su equipo directivo encarcelado. Los proyectos
quedaron paralizados. Estos proyectos sobre todo se centraban en la dimensión cultural y educativa.
En todo el departamento no existe ningún lugar donde cursar estudios universitarios, y la Fundación
intentó salir al paso de esa necesidad, creando dichos estudios superiores mediante convenios con el
ICFES (algo similar a la UNED española) y otras universidades públicas, y tres carreras técnicas
relacionadas con la actividad agrícola y ganadera. De estas tres carreras, dos están en marcha
actualmente a trancas y barrancas, con un pequeño puñado de alumnos/as que han perseverado. En
las instalaciones de la Fundación se acometieron también proyectos de contrainformación
elaborándose un periódico local que llegó a sacar a la luz cinco ediciones. También se generó un
centro de producciones de televisión y radio, creándose la emisora "Sarare FM Stereo" y estando en
vías de desarrollo "TV Sarare". Todos estos proyectos quedaron paralizados tras el encarcelamiento
de la mayoría de los y las periodistas. En la actualidad, miembros de la Fundación y de ASOJER
planean reactivar la actividad contrainformativa empezando por el centro de producción de
programas y por la edición de un periódico de carácter departamental (para todo Arauca). Además
en enero de 2007 esperan empezar a realizar inscripciones para las nuevas ediciones de dos
carreras técnicas. Trabajan también para conseguir la formalización de un convenio con el SENA
(una especie de universidad gratuita para pobres) para que se puedan impartir más estudios. Visita
a la Empresa Comunitaria Acueducto y Alcantarillado de Saravena (ECAAS) Esta empresa es
comunal. La mayor empresa comunal de toda Colombia. Ello quiere decir que su propietario son las
Juntas Comunales (Asociaciones de Vecinos). ECAAS surgió hace 40 años de la necesidad de los
colonos de dotarse de abasto de agua potable y alcantarillado. Es mucho más antigua que la misma
existencia del municipio de Saravena, que se creó como tal hace 25 años. La empresa, que tiene
unas oficinas tan modernas como las que podría tener una empresa homóloga en España, cuenta con
unos 60 trabajadores. Todos ellos son miembros de las Juntas Comunales. La asamblea que gobierna
la empresa comunal está integrada por representantes de las 32 Juntas que existen en Saravena y
por miembros de otras organizaciones sociales, como por ejemplo ASOJER. Esta asamblea nombra al
gerente y la junta directiva. Se da la curiosa circunstancia de que miembros de las Juntas Comunales
que pertenecen a la asamblea que es el máximo órgano de gobierno de la empresa, luego son
empleados de la misma, estando bajo la autoridad de la junta directiva que ellos mismos han
nombrado. La actividad de ECAAS consiste en construir y dar mantenimiento a las canalizaciones de
agua potable y la red de alcantarillado del municipio. Y, al no existir el ánimo de lucro de una
manera real, se encarga también de mantener el recibo del agua a un precio constante, bajo y
asequible a las capas más desfavorecidas de la población de Saravena. Por ley (ley 142) la
administración -al quedarse dispensada de dedicar recursos a este importante servicio público- está
obligada a subvencionar significativamente el recibo de los "estratos 1, 2 y 3", es decir, las personas
con menos medios económicos. Me pude entrevistar en su despacho con la actual gerente quien,
mientras tomábamos un rico café, me puso al tanto de la situación. Al parecer la Administración
desea hacerse con la propiedad de la empresa para después privatizarla. Para ello ha diseñado una
estrategia que combina el asesinato selectivo de trabajadores y directivos y el encarcelamiento de
algunos de ellos (el anterior gerente está en prisión) con el estrangulamiento económico (retienen
las subvenciones que están obligados a dar a los recibos de los estratos 1, 2 y 3) y el judicial (la
empresa ha sufrido allanamientos y requisa de documentación al estar falsamente acusada de delitos
fiscales y de entregar dinero a la guerrilla). ECAAS, que cuenta con unos 8.100 abonados, abastece
de agua y alcantarillado a cerca de 50.000 personas. Últimamente, para colmo de males, también
ha sido atacada por la guerrilla, que ha volado algunas canalizaciones de su red de saneamiento.
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Reunión con ASOJER Ya en la última tarde de mi estancia en Saravena, pude reunirme con una
representación de la Asociación Juvenil y Estudiantil Regional, a quienes había conocido meses atrás
en un congreso internacional sobre Objeción de Conciencia celebrado en Bogotá. ASOJER se fundó
en 1997 a partir de la Juventud Campesina (JUCAM). Es una asociación de estudiantes y campesinos,
todos menores de 25 años, que trabaja cinco ejes: 1.-Medio Ambiente; 2.-Cultura autóctona, 3.Deporte y recreación; 4.- Derechos Humanos y 5:- Comunicación. La represión del Estado sobre sus
integrantes también ha sido severa. En 2002 casi toda su directiva fue encarcelada, y perdieron
todas las subvenciones con que contaban para sus actividades. En la actualidad el presidente de
ASOJER se encuentra exiliado fuera de la región, tras haber salido indemne de un intento de
asesinato por parte de la policía, y estar en las listas de personas amenazadas de encarcelamiento.
Por su parte la guerrilla asesinó a Juan de Dios Pontón, un antiguo presidente de la Asociación, y
mantiene amenazados de muerte en la actualidad a varios de sus miembros. Desde 1998 se
coordinan con la Fundación Joel Sierra. El trabajo de ASOJER se ha venido centrando, como digo, en
el sector juvenil de los campesinos y estudiantes. Han generado comités juveniles en veredas y en
colegios, han propiciado que surgieran liderazgos estudiantiles. Incluso han llegado a poner en
marcha cultivos autogestionados para financiarse. En su mejor época, hace un par de años, ASOJER
llegó a contar con más de 5.000 afiliados. Actualmente, tras el incremento de la represión y el acoso
de la guerrilla, éstos se han visto reducidos a unos 2.000, manteniendo presencia activa en cuatro
municipios. Unos 50 líderes dinamizan los grupos de ASOJER en estos municipios. ASOJER intenta
ser un "vivero de líderes para el resto de organizaciones sociales" (en Colombia los conceptos de
"liderazgo" o "asociación juvenil" tienen connotaciones diferentes a las de Europa). Sus miembros se
suman a las actividades socio-políticas del resto de organizaciones. Suelen encabezar las marchas de
los paros obreros (huelgas para protestar contra masacres y diversos abusos). Además de poner en
marcha actividades de tipo recreativo, deportivo o medioambiental, prestan mucha atención a lo
educativo y dedican bastantes energías a proyectos de educación básica y superior como los que
promueve la Fundación Intercultural del Sarare, de la que forman parte. En los colegios tienen
"células estudiantiles" que dinamizan los "consejos estudiantiles. Se dedican también al tema de la
infancia a través de talleres educativos y lúdicos para niños. Tienen diversos grupos de "payasos".
ASOJER cree en la Objeción de Conciencia y la difunde, si bien no es una de sus estrategias
prioritarias por "problemas de seguridad’ que a mí me parecieron del todo comprensibles. El año
anterior vivieron con gran tensión el caso de un joven de la Asociación que fue reclutado y se negó a
servir en el ejército declarándose objetor. Con mucho esfuerzo se consiguió liberar indemne a esta
persona de las garras del ejército. Están coordinados/as con la Asamblea Nacional de Objeción de
Conciencia (ANOC). Se definen antimilitaristas a pesar de tener en el despacho de su sede posters
(afiches) del Che Guevara y de Chávez con uniforme militar. Entienden que ante todo son
"socialistas". De la Noviolencia conocen poco. Están muy en contra de la lucha armada que practica
la guerrilla, pero tampoco se comprometen con una noviolencia que se imaginan pasiva: "dejar que a
uno le golpeen y no pueda defenderse". En la conversación que mantuvimos sobre estos temas
reconocían que les vendría bien profundizar sus conocimientos y recursos formativos sobre
cuestiones ideológicas como la teoría de la Noviolencia Activa, y cuestiones prácticas para poder
utilizar en su trabajo habitual con jóvenes, como por ejemplo dinámicas de grupo y cosas así. En este
momento se plantean la forma de plantar cara a la coyuntura que mantiene a sus líderes refugiados
en Saravena, y recuperar el terreno perdido. Quieren visitar todas las localidades del departamento
con la intención de reactivar los grupos desaparecidos y fortalecer a los que se mantienen. Piensan
recorrer el departamento durante los próximos seis meses, vereda a vereda y barrio a barrio, a fin
de completar del objetivo de tener 4.000 afiliados al final de ese plazo. Están muy ilusionados/as con
la posibilidad de volver a poner en marcha las actividades educativas y contrainformativas de la
Fundación Intercultural del Sarare. Proyectan asimismo conseguir financiación para poder pagar un
profesor o profesora de teatro y artes gráficas. A nivel de recreación y deporte necesitan comprar
utensilios deportivos, ya que tienen en mente reiniciar diversas competiciones que organizaban.
Apoyo nacional e internacional Me reuní también con Scot, un gringo de Montana que llama
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físicamente mucho la atención por su piel casi albina y su pelo rubio platino. Scot llevaba unos
meses residiendo en la casa de la ADUC haciendo "acompañamiento internacional", es decir
ejerciendo de escudo humano para defender a las personas refugiadas de posibles ataques por parte
del ejército y la policía. Esta presencia internacional es vital y muy disuasoria en toda Colombia, ya
que el Estado de Uribe pretende pasar por democrático y respetuoso de los Derechos Humanos en el
contexto internacional y se abstiene de cometer violaciones de los mismos en presencia de
ciudadanos de países europeos o de EEUU. Scot pertenece a una organización de Derechos
Humanos de Montana, pero aquí en Arauca estaba más o menos costeándose la estancia con sus
ahorros y con pequeños apoyos económicos que recibía de aquí y de allá. Había pasado también
temporadas largas en Barrancabermeja, y había llegado a organizar la gira de un miembro de la
Fundación Joel Sierra por Estados Unidos. Scot me hizo un balance de su presencia allí. Su sola
estancia en la casa de la ADUC había conseguido que la policía y el ejército dejaran de acosar a los
refugiados/as. Había "escoltado" a las personas refugiadas en diversos viajes por la región. También
había intervenido en detenciones, presentándose en el cuartel respectivo o telefoneando, con ciertos
resultados. La gerente de la empresa comunal ECAAS me contó que la presencia de Scot en un
allanamiento de las oficinas de la empresa por parte de la policía, logró que ésta abandonara el
lugar. En la conversación que mantuvimos me relató en detalle la utilización que el Estado está
haciendo de la persecución por parte de la guerrilla, para poder acosar a las organizaciones sociales,
y que el año 2007 se prevé terrible. A través de él me pude informar de que Saravena recibe visitas sobre todo en verano- de activistas internacionales de una organización de diferentes países llamada
"Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia". Sobre todo son gente de Italia y España (de
España participan CGT, Amnistía Internacional, Paz con Justicia y otras). Al poco de irme yo se iba a
celebrar en Saravena una sesión del Tribunal Permanente de los Pueblos, que estaba gestionando
precisamente esta gente. Por cierto, que los carteles eran muy bonitos y conseguí traerme alguno. A
nivel estatal, las organizaciones sociales de Arauca están apoyadas por: Corporación Colectivo de
Abogados "José Alvear Restrepo", Asociación para la Promoción Social Alternativa MINGA, y Comité
Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, todos con sede en Bogotá. Igualmente, la
Acción Colectiva por la Objeción de Conciencia creó desde 2006 un grupo de asesoría legal que
intenta apoyar y asesorar a las ONG de Derechos Humanos sobre el tema de Objeción de
Conciencia. Viaje de regreso Después de estos días de intensa actividad política y viajera llegó el
momento del retorno. Para ello madrugué y recorrí el camino de forma exactamente inversa a como
había llegado a Saravena. De Saravena a Arauca en taxi. De la terminal de Arauca al puente
internacional también en taxi. Otro más para llegar a la alcabala venezolana. Y por último una
buseta de transporte escolar me llevó hasta Guasdualito. Ni que decir tiene que los controles
policiales y militares fueron en todo similares a los de la ida. En Guasdualito agarré una nueva
buseta y me trasladé a la importante ciudad venezolana de San Cristóbal del Táchira, ciudad que
visitaba por primera vez, y a la que llegué ya sin luz solar. Allí me esperaban mis familiares, algunos
de los cuales conocería también por primera vez los días sucesivos. Pero eso ya no tiene nada que
ver con el viaje que venía contando. http://www.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=5155
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http://www.lahaine.org/mm_ss_est_esp.php/un_miembro_de_tortuga_visita_a_las_organ
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