La tecnología de la refrigeración. Primera parte. Por Pablo A. Jaramillo y Víctor M. Castaño. Al hombre, desde el principio de los tiempos, le ha interesado experimentar distintas temperaturas sobre él o sus alimentos, jugando con el fuego y con su contrario, el hielo, el cual descubrió que tenía propiedades térmicas que mantenía los alimentos bien conservados y frescos. Así, el hombre comenzó la búsqueda de técnicas para conservar y para poder obtener hielo artificialmente, que pudiera ocupar para bajar la temperatura de sus alimentos y poder conservarlos mejor. Desde la edad media se valían de las caravanas de hielo en camellos para abastecer los palacios de los califas en Bagdad y Damasco. Los griegos y romanos desarrollaron pozos que comprimían la nieve, con materiales rudimentarios como la paja, ramas y arcilla. En otro lado del mundo, en Egipto y los pueblos hindúes fueron de los primeros en fabricar hielo artificial con procedimientos en los que llenaban vasijas poco profundas con agua y se exponían a las bajas temperaturas de la noche, y de esa forma originaban finas capas de hielo en su superficie. Durante el siglo XIX había grandes navíos especializados en transportar toneladas de hielo de Suecia y América del Norte a América del Sur y Australia. Sin embargo, el hombre se interesó por realizar él mismo sus propias mezclas refrigerantes y fue cuando la palabra ¨refrigeración¨ fue ocupada por primera vez, con el significado de mantener una temperatura inferior a la ambiente. Comenzó así la investigación científica en esta área. Unos de los pioneros en la refrigeración por medio de mezclas fueron Robert Boyle y Anoine Baumé, quien formó hielo artificialmente mediante su propuesta en la que el éter expuesto al aire se evapora con mayor prontitud y produce, al evaporarse, un fío muy sensible en el cuerpo que se evapora. Estas mezclas sirvieron para Farenheit, quien, con una muestra de nieve y nitrato amónico estableciera en 1715 el 0 en su termómetro. Sin embargo, con la observación de estos procesos surgió la idea de la refrigeración por medio de procesos mecánicos. Los principios de la refrigeración mecánica nos permiten, por medio del trabajo en una máquina que puede realizar una expansión de gases o fluidos, efectuar cambios de fase en los que se realiza una despresurización de un gas y, por medio de este principio, se inventó la máquina frigorífica de compresión. Más tarde, en 1833, Edmond Carré inventó la máquina de absorción, que constaba de una bomba de vacío accionada a mano, que conseguía evitar la disolución superficial del ácido y así aumentar la absorción, que producía, en 2 o 3 minutos, el descenso de la temperatura hasta los 0° C y el congelamiento en aproximadamente 20 ó 30 minutos, lo que produjo un éxito muy grande en su comercialización. Sin embargo era demasiado pequeña y los intentos por obtener una máquina de este tipo con un tamaño más grande no tuvieron mucho éxito. Los autores de este artículo son Pablo Jaramillo y Víctor Castaño. Cualquier comentario sobre este artículo favor de dirigirlo a Víctor M. electrónico Castaño, al teléfono/fax [email protected] (442)1926129, y página correo web www.victorcastano.net. Artículos anteriores de CIENCIA HOY se encuentran archivados www.fata.unam.mx en la página de internet