El Couloir de Gaube, M.D

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ASCENSION A LA PIQUE LONGE POR EL CORREDOR DE GAUBE
Una ascensión realizada por el “Equipo amarillo” el 1 de Mayo del 2005.
Víctor Espelleta, Alexis Edo, Manu Renau, Manolo Castillo, Javi López, y Arturo Lillo.
UN POCO DE HISTORIA:
Primera ascensión por Henri Brulle, Bazillac, de Monts, con los guías Celestin Passet y Salles,
el 7 de Agosto de 1889. Salida del pie de la canal: 8h. 40mn; cumbre de la Pique Longue: 16 h.
30 mn.
“El Couloir de Gaube es una provocante y fascinadora chimenea de nieve y hielo, abierta en la
pared N. del Vignemale, muy vertiginosa y de una altura de 600 m.”
Así la describe Henri Brulle. Este hermoso itinerario conservó durante mucho tiempo un
legendario prestigio, debido a un temible obstáculo superado con dificultad por el célebre
guía Celestin Passet. Por otra parte, las condiciones de ascensión son muy variables y siempre
reservan sorpresas a los escaladores que las emprenden. Sin embargo, después de las
ascensiones realizadas en el transcurso de los años 1933 a 1946, ha sido posible resolver el
problema planteado por esta cautivadora vía de ascensión.
En 1889 los primero escaladores toparon en el glaciar superior, cerca de la desembocadura
del Couloir, con un bloque en cuña, de una altura de 5 a 6 m, que les opuso una pared en
desplome y cubierta de hielo. Celestin Passet no pudo vencerla hasta después de dos horas de
esfuerzos. Más arriba, la caravana halló un muro de hielo final muy empinado, “pero el agua
del glaciar superior lo había roído profundamente, grabando escalones y asideros; podía
subirse como por una escalera”.
Este muro de hielo, que se mostró temible para los primeros escaladores, adquirió una capital
importancia en el intento de segunda ascensión, el 6 de Junio de 1927, por Jean Arlaud y
Charles Laffont los cuales no pudieron franquearlo y tuvieron que volver a bajar la canal. En
cambio el bloque en cuña, enterrado por las nieves, no había manifestado su presencia más
que por una inclinación sensiblemente más acentuada de la pendiente. Durante la segunda
ascensión por H. Barrio, J. Aussat y J. Loustaunau, y la tercera por F. Cazalet, H. Lamathe, R.
Ollivier y J. Senmartin, en los días del 13 al 15 de Julio d 1933, el bloque en cuña, poco
visible, había provocado sencillamente un burlete de hielo difícil de salvar que servía d
trampolín a una cascada. En cuanto a la pared de hielo, escavada de cavernas, erizada de
desplomes y defendida por una verdadera catarata, había tomado la forma de una muralla
inatacable y maciza. Los pireneistas salieron por la muralla rocosa de la Pique-Longue, y esta
escapatoria providencial les evitó el descenso puro y simple, o bien una lucha larga y penosa,
en medio de una humedad glacial, para forzar los muros de su cárcel, con ayuda de clavijas de
roca y escalada artificial.
La cuarta ascensión, el 8 de Julio de 1934, por R. Ollivier G. y J. Santé permitió verificar un
notable cambio en la fisonomía de la canal. El bloque en cuña aparecía nuevamente con toda su
importancia, y como que la nieve no había fundido demasiado en su base, pudo ser fácilmente
superado. Si hubiera tenido una altura superior a los dos metros hubiera sido nuevamente el
temible obstáculo de Brulle. En cuanto al muro de hielo, a pesar de presentarse como muy
difícil de escalar, ya no constituía un obstáculo infranqueable. A pesar de ello la cordada
siguió la vía de la Pique-Longue.
El mismo estado de la canal, el mismo itinerario, durante la quinta ascensión por R. Cazabonne,
F. Cazalet, G. Busquet y R. Mailly el 7 de Julio de 1935. Pero el 17 de Julio de dicho año, golpe
de teatro, una cordada española, compuesta por T. Díaz, J. González Folliot y A. Tresaco, se
encuentra fuera del alcance de la vía de escalada de la Pique-Longue a causa de la fusión de la
nieve, y escala directamente la pared vertical entre hielo y roca, utilizando luego la pared de
los Jumeaux en la orilla derecha.
Este itinerario fue seguido nuevamente el 7 de Julio de 1946, por F.Céréza, J. Labesque y L.
Mallus, quienes escalaron la pared d hielo en pleno centro y a mayor altura.
La historia de estas ascensiones basta para indicar las modificaciones que puede sufrir la
canal y sobre todo su evolución anual; al principio de la temporada, el Bloque en cuña, casi
completamente recubierto d nieve, no plantea ningún problema serio, pero la pared de hielo se
revela formidable y puede recubrir los primero metros de la vía de ascensión por las rocas de
la Pique-Longue. En general es en el mes de Julio cuando se reúnen las mejores condiciones.
Ciertamente, la pared de hielo sigue siendo todavía inexpugnable, pero la de la pique-Longue
suele ser generalmente accesible. En Agosto y en Septiembre, el muro de hielo puede ser ya
practicable, pero entonces, como en el tiempo de Brulle, el bloque en cuña opone un obstáculo
serio, sin hablar de la rimaya de base que al final de la temporada toma un aspecto hostil.
Finalmente, durante estos últimos años la nieve desaparece frecuentemente muy pronto en la
canal, dejando el hielo al descubierto, e incluso también a veces el torrente que corre por el
fondo de la canal, liberando toneladas de piedras que bombardean sin cesar el glaciar de les
Oulettes. En este caso resulta evidente que la ascensión del “Couloir” es desaconsejable.
Por lo tanto este curioso itinerario, a pesar de haber sido escalado numerosa veces, dista
mucho d haber perdido por completo su prestigio. El estado de la nieve no varía solamente
según las estaciones, sino también según los años, así es que “la fascinante chimenea de hielo”
puede plantear nuevos problemas. Imposible d ser previstos con certeza. De este célebre it.
que fue inaugurado en 1889, puede decirse que no envejecerá nunca y que siempre conservará
algo del atractivo de una nueva escalada.
Extracto del libro de R. Ollivier editado en 1965.
Como cambian las cosas ¿no? ¿Habéis leído algo sobre doble cuerda, tornillos de hielo,
friends, empotradotes, gore-tex, botas de plástico, crampones y piolets técnicos, etc.
Qué risa, si lo comparamos, hoy es un juego de niños, y eso que el que escribe ya tuvo que
renunciar el año pasado cuando estaban a pie de cascada, lo que corrobora la parte final del
texto de R. Ollivier.
Hay que estar allí para darse cuenta de la magnitud de las rutas descritas entre los años
1889, y 1946.
El extracto, cuya fecha de publicación data del 1965, era totalmente vigente en aquella
época, quien nos iba a decir que 40 años más tarde íbamos a repetir una de las rutas más
impresionantes que se pueden realizar en el Pirineo.
Bonito día
Siempre impresiona la primera vista
Parece que ya estás, pero…
Montando el campamento
Antes de entrar al saco, 20’30 p.m.
Las próximas fotos corresponden al
intento del año anterior el 21-5-2004, por Víctor Espelleta y Arturo Lillo, y las incluimos
porque al entrar más de día se ve la primera parte del corredor y el cambio de la cascada con
los años.
2004.
La rimaya, mucho más abierta en el
El comienzo con el primer resalte al
fondo.
El primer resalte.
La cascada final.
cambiante.
La retirada con un tiempo muy
Poco después.
Aspecto de la cascada el 2004.
Otra vista.
Última mirada atrás.
Volveríamos seguro.
A continuación seguimos en el punto en el que nos habíamos quedado, nada más cruzar el
primer resalte…
Una parada para respirar.
Ya estábamos otra vez en el mismo sitio.
El grupo se va juntando.
Ya casi estábamos todos.
por delante.
de la cordada que teníamos delante empieza a subir.
superado.
La tenemos enfrente, con una cordada
Víctor se prepara mientras el último
Primeros tornillos, y primer muro
Ya está Alexis colocando los seguros de la siguiente
cordada, antes de que Víctor hubiera superado el segundo muro.
Ya casi están los dos fuera.
Sin parar, Javi y Arturo, comienzan a subir.
solo falta Manolo al que asegura Alexis.
Javi, Manu y Arturo ya están fuera,
Alexis desmontando la reunión
La salida con la Punta Chausenque en primer término.
La cumbre de la
Pique Longue 3298m.
El Pic del Clot de la Hount. 3289m.
Hount.
primer rapel, y el grupo bajando ya por el mismo.
Buscando el corredor del Clot de la
El corredor del Clot de la Hount con el
diferente.
Al día siguiente con un tiempo
Regresamos, y es más que probable que
muchos de los que allí estuvimos volvamos para disfrutar de uno de los recorridos más
“alpinísticos” del Pirineo.
ULTIMAS REFLEXIONES:
No fue todo tan bonito como parece.
Como suele ocurrir en este tipo de corredores, todos aprovechamos los puentes para ir,
porque al estar tan lejos de casa es una machada hacerlo en un fin de semana.
Conclusión; oberbucking en el Couloir.
A las dos de la mañana abrimos la cremallera y ya habían 2 cordadas por delante nuestro, de
nada sirvieron las maniobras de distracción del día anterior, (intentamos hacer creer al
personal del refugio que íbamos a salir a las 4 para ir delante de todos).
Salimos al mismo tiempo que otra cordada a la que adelantamos claramente. A la hora y
cuarto superábamos la rimaya, y nos dirigíamos al primer resalte a oscuras. Lo alcanzamos y
empiezan los problemas, dos cordadas delante de nosotros y los primeros se arman un lío
para superar un murete de 3 metros y 75º de hielo, (llegaron a montar una reunión intermedia
para superarlo). Continúan los problemas. Al tener que esperar, nos alcanza el último grupo de
tres, de los que con toda seguridad pensamos que era un guía y dos clientes, los cuales iban
encordados pero sin colocar ni un seguro, y sin ningún respeto por el turno y poniendo en
peligro a todo el mundo que allí estaba. Adelantan por donde pueden creando una gran
confusión y malestar entre todas las cordadas. Después de una hora parados, conseguimos
superar el resalte en ensamble, y en seguida adelantar a la cordada que había montado todo
el follón, llegando a pie de cascada justo detrás del segundo grupo que había salido esa
mañana. El guía y los clientes ya habían desaparecido, y no los volvimos a ver por suerte para
ellos.
A partir de ese momento solo tuvimos que esperar a la cordada que nos precedía para salir,
aún así y todo, en 6 horas al Gran Glaciar d’Ossoue.
La primera cordada que salió del refugio se retiró nada más pasar el primer resalte.
Todo el mundo tenemos derecho a intentar nuestros sueños, pero deberíamos de estar
convencidos del nivel de cada uno para afrontar determinados proyectos, sobre todo porque
la montaña últimamente esta muy de moda, y hay que pensar en que cuando tú estás en
peligro, posiblemente estás poniendo en peligro a mucha otra gente. Hay que ser consecuente
y a veces dejarse aconsejar por los otros, que muchas veces de los errores se aprende.
Arturo Lillo
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