RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html RECVET- Revista Electrónica de Clínica Veterinaria http://www.veterinaria.org/revistas/recvet Criptocosis felina Corpa, J.M. Unidad de Histología y Anatomía Patológica. Hospital Clínico Veterinario. Dept. Producción Animal, Sanidad Animal y Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Facultad de Ciencias Experimentales y de la Salud. Universidad CEU-Cardenal Herrera. Edificio Seminario, s/n. 46113 Moncada (Valencia). España. e-mail: [email protected] RECVET: 2008, Vol. III, Nº 6 Recibido 06.13.08 / Referencia 060801_RECVET / Aceptado: 05.05.08 / Publicado: 01.06.08 Este artículo está disponible en http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html concretamente http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf Revista Electrónica de Clínica Veterinaria RECVET® está editada por Veterinaria Organización® Se autoriza la difusión y reenvío siempre que enlace con Veterinaria.org® http://www.veterinaria.org y con RECVET®-http://www.veterinaria.org/revistas/recvet Resumen La criptococosis es un proceso fúngico causado por levaduras ovales de 410 µm de diámetro, que se encuentran rodeadas por una gruesa cápsula gelatinosa. Los criptococos son organismos saprófitos en la naturaleza encontrándose habitualmente en el suelo, polvo y abono. Este proceso, causado por Cryptococcus neoformans, se ha descrito principalmente en gatos, perros y caballos. Se desconoce la forma exacta por la que los criptococos desencadenan la infección, ya que pueden detectarse en animales con una función inmunológica normal, aunque es más habitual que se desarrolle en animales inmunodeprimidos. El aparato respiratorio, especialmente el pulmón, es el principal portal de entrada y el punto a partir del cual se produce la diseminación sistémica. No obstante, también se han descrito infecciones cutáneas, nerviosas y oculares. C. neoformans puede causar una respuesta granulomatosa, pero por lo general la inflamación es menos severa que la ocasionada por otros hongos. Cuando la inflamación es leve, las cápsulas de los numerosos microorganismos proporcionan a los tejidos una apariencia quística al microscopio. Para Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 1 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html realizar el diagnóstico es necesario emplear técnicas citológicas o histológicas. Las características morfológicas de estos hongos (incluyendo la tinción positiva de su cápsula con mucicarmina) son suficientes para llevar a cabo el diagnóstico. En este trabajo se realiza una revisión de la bibliografía referente a la criptococosis, haciendo especial hincapié en la especie felina. Palabras clave: Criptococosis | Cryptococcus neoformans | gatos Abstract Cryptococcosis is caused by a round to oval yeast and is 4 to 10 µm in diameter. Its more characteristic feature is a very prominent, thick gelatinous capsule. Crytococcus organisms are saprophytic in nature, and are found in soil, dust, and manure. Cryptococcosis, most commonly occurring in cats, dogs, and horses, is caused by Cryptococcus neoformans. The exact means by which the Cryptococcus organisms initiate an infectious process is unclear. Infectious with C. neoformans can occur in animals with apparently normal immune function, but are more extensive in immunocompromised animals. The respiratory tract, especially the lung, is almost invariably the primary portal of entry and infection in the systemic form, but cutaneous, CNS and ocular infections can occur as part of the disseminated disease or by direct implantation of fungi. C. neoformans can cause a granulomatous response, but generally the inflammation is less severe than with other fungi. When inflammation is mild, the capsules of the numerous organisms in a lesion give the tissues a multicystic appearance microscopically. Cytology or microscopy is required for diagnosis. The morphologic features of the organisms (including mucicarmine-positive capsule) are sufficient for diagnosis. In this paper we review the bibliography about criptococcosis, mainly in cats. Key words: Cryptococcosis | Cryptococcus neoformans | cats 1. INTRODUCCIÓN La criptococosis es un proceso fúngico esporádico, aunque no poco frecuente tanto en humanos como en animales de todo el mundo. Este proceso patológico es la micosis sistémica más frecuente en gatos (KwonChung, 2002). Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 2 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 2. ETIOLOGÍA Los criptococos son organismos saprófitos en la naturaleza que se encuentran habitualmente en el suelo, polvo y abono (Lipton, 1973). Se han descrito más de 37 especies del género Crytococcus. No obstante, únicamente C. neoformans produce infecciones oportunistas. Poseen una forma redondeada u ovalada, con un diámetro que oscila entre 4 y 10 µm. Cuando se aíslan a partir de tejidos animales, presentan una gruesa cápsula de mucopolisacáridos (1-30 µm de diámetro), que histológicamente no se tiñe con Hematoxilina-Eosina pero se puede poner de manifiesto, en cortes teñidos, con mucicarmina, PAS (ácido peryódico y reactivo de Schiff) (Figura 1), técnicas de plata (Figura 2) y azul alcián (Zachary, 2007). Las especies de Cryptococcus son aerobias y no fermentadoras; forman colonias mucosas sobre una gran variedad de medios de cultivo, incluido el agar Sabouraud dextrosa. Poseen la capacidad de crecer a 37ºC lo que permite distinguirlas de otras especies del género Cryptococcus (Quinn et al., 2002). La nomenclatura de las diferentes especies de criptococos ha sufrido considerables cambios basándose en las características de cultivo, identificación serológica y recientemente como consecuencia de la secuenciación genética de varios de sus genes. Los criptococos, clínicamente importantes, son aquellos pertenecientes a las especies C. neoformans var. neoformans y C. neoformans var. gattii. Sobre la base de las pruebas serológicas, C. neoformans var. neoformans incluye los serotipos A, D y AD. Por lo tanto, actualmente dentro de este grupo se distinguen las siguientes variedades: C. neoformans var. grubii (serotipo A y C). neoformans var. neoformans (serotipo D). Por otro lado, C. neoformans var. gatii agrupa a los serotipos B y C. Tras la aplicación de pruebas genéticas (Franzot et al., 1999; Kwon-Chung et al., 2002) se ha llegado a la conclusión de que C. neoformans var. gattii y el grupo de C. neoformans son especies diferentes (Lester et al., 2004). 3. EPIDEMIOLOGÍA Cryptococcus neoformans var. gattii se ha aislado de algunas especies de árboles del género Eucalyptus, principalmente en las regiones tropicales y subtropicales de Australia y Sudamérica. En Norteamérica se ha descrito sobre todo en California (Sorrell et al., 1996; Jacobs y Medleau, 1998). Este germen se ha diseminado por diferentes países del mundo a partir de productos relacionados con la industria maderera (Quinn et al., 2002). Por otro lado, C. neoformans var. neoformans ha sido asociado históricamente con excrementos de paloma y otras aves, siendo aislado de estas deyecciones al igual que del suelo contaminado con las mismas. Se ha descrito que Cryptococcus utiliza la creatinina presente en estas deyecciones en sus procesos biológicos. Las palomas con C. neoformans en sus tractos intestinales pueden excretar la levadura durante varios meses sin desarrollar signos clínicos de la enfermedad (Quinn et al., 2002). Esta variedad es la más comúnmente aislada de humanos y ha Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 3 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html sido señalada como un patógeno secundario en pacientes inmunocomprometidos (Sorrell et al., 1996). Crytococcus neoformans se ha identificado, de forma rutinaria, en Norteamérica sin una mayor definición de la variedad o serotipo (Flatland et al., 1996; Gerds-Grogan y Dayrell-Hart 1997; Jacobs et al., 1997). Por el contrario, la bibliografía que describe los casos procedentes de Australia normalmente identifican las variedades y han establecido la prevalencia de ambas en varios hospedadores mamíferos (Malik et al., 1992; O’Brien et al., 2004). Más concretamente, estos estudios han asociado las infecciones por C. neoformans var. gattii (serotipo B) con los koalas (Phascolarctos cinereus), jugando estos animales un importante papel tanto de hospedador como de amplificador del hongo en el ambiente (Lester et al., 2004). La incidencia de la enfermedad en gatos y perros es variable; un estudio reciente (O’Brien et al., 2004) en una gran región metropolitana australiana identificó 194 casos durante un periodo de 20 años, con identificación de ambas variedades de criptococos (gattii y neoformans). En otro estudio realizado en EEUU (Flatland et al., 1996), donde se abarcaban casos de California y varios estados del sudoeste del país, detectaron 47 casos en gatos, durante un periodo de 8 meses, aunque no incluyeron la identificación de las especies de criptococos involucradas. Se ha señalado una tendencia al desarrollo de criptococosis durante la época veraniega, al menos en Australia (Malik et al., 1992). En estudios realizados en Canadá, se ha descrito a la criptococosis como un problema esporádico. Asociado principalmente a ciertas áreas turísticas donde las condiciones climáticas invitan al turismo rural (excursiones al aire libre, acampadas, pesca, etc), y donde los visitantes se acompañan de sus mascotas. Sin embargo, en el año 2000 se detectó un dramático incremento en el diagnóstico de criptococosis en esta región, aislándose tanto de humanos como animales principalmente C. neoformans var. gattii (serotipo B) (Stephen et al., 2002). Este brote afectó a pájaros, hurones, gatos, perros, llamas, delfines y humanos. Además, los microorganismos se cultivaron de diferentes tipos de árboles de la región como abetos, alisos, robles, arces, cedros, y pinos; tanto en la corteza de la base del árbol vivo, como de muestras de aire entre los árboles (Bartlett et al., 2003). En España y en la especie felina, únicamente se han descrito tres casos, todos ellos en Barcelona (zona noreste del país) y asociados a animales positivos al virus de la inmunodeficiencia felina (Ramos-Vara et al., 1994; Cabañes et al., 1995). 4. PATOGENIA Se desconoce la forma exacta por la cual los criptococos desencadenan un proceso infeccioso (Gwin et al., 1977) y se han indicado diversas vías. Las lesiones pueden aparecer inicialmente en la piel y distribuirse Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 4 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html posteriormente al pulmón, vía sanguínea o viceversa. Las infecciones pueden producirse por inhalación de células de C. neoformans presentes en el polvo. En estos casos las levaduras quedarían atrapadas en la cavidad nasal o en los senos, desde donde podrían acceder al encéfalo y nervio óptico (Malik et al., 1992). En el transcurso de la diseminación sistémica puede verse afectado cualquier órgano desencadenando una enfermedad crónica insidiosa (Gwin et al., 1977). La respuesta inflamatoria desencadenada es menos severa que la provocada por otras infecciones micóticas (McGavin y Zachary, 2007). Las lesiones asociadas con esta levadura abarcan desde la presencia de granulomas de pequeño tamaño hasta masas mixomatosas, similares a tumores, compuestas por levaduras dentro de una matriz de tejido conjuntivo. También pueden encontrarse pequeños granulomas en los pulmones de animales clínicamente normales (Quinn et al., 2002). Aunque algunos perros y gatos son portadores asintomáticos de C. neoformans (López, 2001), por lo general, se ha asociado esta infección a individuos que sufren una enfermedad crónica debilitante (infecciones por virus de la inmunodeficiencia o de la leucemia felinas) (Barrs et al., 2000; Cabañes et al., 1995; Malik et al., 1992); animales malnutridos o bajo tratamientos prolongados con corticosteroides (López, 2001). Los animales inmunocompetentes pueden desarrollar una respuesta mediada por células, eficaz frente a C. neoformans. Por ello, la diseminación desde el aparato respiratorio hacia el cerebro, meninges, piel y huesos se asocia habitualmente con deficiencias en la inmunidad de base celular (Quinn et al., 2002). Entre los factores de virulencia asociados a esta infección, se pueden mencionar: (1) la cápsula, que es antifagocítica; (2) la posibilidad de crecer a la temperatura corporal de los mamíferos y (3) la producción de fenol oxidasa. Se ha comprobado que los mutantes que pierden una de estas características se vuelven avirulentos. La virulencia asociada a la actividad fenol oxidasa se relaciona con la degradación de la catecolamina, lo que produce la acumulación de melanina en las paredes celulares de las levaduras, hecho que a su vez las protege de los efectos tóxicos de los radicales libres (Jacobson y Emery, 1991a y b). 5. CRIPTOCOCOSIS EN ANIMALES DOMÉSTICOS La criptococosis, en los animales domésticos, es un proceso relativamente infrecuente, con excepción de casos esporádicos en perros y gatos (Tabla 1). En los animales de compañía, los signos clínicos se relacionan normalmente con la cavidad nasal o la piel. La enfermedad en los perros, menos frecuente que en los gatos, se disemina con frecuencia, acompañándose con signos oculares y neurológicos (Jergens et al., 1986). También se han descrito casos de criptococosis en caballos, donde los signos clínicos incluyen granulomas nasales, sinusitis (Scott et al.,1974) y neumonías (Blanchard y Filkins, 1992). Crytococcus neoformans también produce, en raras ocasiones, mastitis en el ganado bovino (Quinn et al., Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 5 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 2002). Tabla 1: Cuadros clínicos asociados a la infección con Crytococcus neoformans en animales domésticos. (Tabla modificada obtenida de Quinn et al., 2002). Animales Gatos Perros Caballos Vacas Cuadros clínicos Infecciones respiratorias, cutáneas, nerviosas y oculares Enfermedad diseminada con signos oculares y nerviosos Granulomas nasales, sinusitis, lesiones cutáneas, neumonía, abortos y meningoencefalitis. Mastitis, granulomas nasales 6. CRIPTOCOCOSIS EN GATOS La infección por C. neoformans es el proceso micótico más frecuente en gatos. Se han descrito formas nasales, cutáneas, nerviosas y oculares de la enfermedad (Quinn et al., 2002). La forma nasal, que supone alrededor del 70% de los casos, se caracteriza por la presencia de granulomas semejantes a pólipos, de color carne, en la cavidad nasal. Se han descrito en el 30% de los casos lesiones cutáneas, que suelen afectar a la cara, cabeza y cuello. En estas ocasiones es frecuente observar una linfadenopatía periférica. En el 25% de los casos, resultan evidentes los signos neurológicos (Quinn et al., 2002). También se han descrito coriorretinitis junto con una inflamación granulomatosa y desprendimiento de retina, uveitis anterior, y exoftalmos (Fischer, 1971; Gwin et al., 1977; Rosenthal et al., 1981; Dye y Campbell, 1988; Gerds-Grogan y Dayrell-Hart 1997). Puede desencadenarse una neuritis óptica, particularmente si el sistema nervioso está afectado (Gelatt, 1999). La criptococosis puede llegar a afectar a los anexos oculares sin producir lesiones intraoculares o sistémicas (Martin et al., 1996). 6.1. Lesiones Se ha descrito que la criptococosis muestra una marcada predisposición por los sistemas respiratorio y nervioso central (Carlton et al., 1976; Barret y Scott, 1975). No obstante, las lesiones pueden desarrollarse en prácticamente cualquier tejido, lo que provoca una amplia variedad de signos clínicos. Sin embargo, los hallazgos más comunes son rinitis granulomatosa, sinusitis, neumonía, dermatitis ulcerativa y meningoencefalitis. 6.1.1. Lesiones respiratorias Como se ha indicado anteriormente, la criptococosis es la infección micótica más frecuente en la cavidad nasal de los gatos. Las lesiones varían desde una discreta presencia de granulomas nasales a grandes masas de exudado mucopurulento llenando toda la cavidad nasal. (López, 2001). Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 6 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html Las lesiones en pulmón se caracterizan por una neumonía granulomatosa multifocal que, como ocurre en otros órganos, tiene la apariencia de pequeños focos blanquecinos de tacto gelatinoso. Esta apariencia gelatinosa se debe a la cápsula mucosa que muestra la levadura a su alrededor. Las lesiones causadas por C. neoformans contienen un gran número de hongos y curiosamente pocos macrófagos, linfocitos y células gigantes multinucleadas. Como consecuencia de la gruesa cápsula de polisacáridos, la cual no se tiñe bien con las técnicas histológicas rutinarias, se puede observar un gran espacio en blanco o halo alrededor de la levadura (López, 2001). 6.1.2. Lesiones cutáneas Las lesiones en la piel se caracterizan por la presencia de pápulas y nódulos que si son de gran tamaño tienden a ulcerarse (Figura 3). Microscópicamente C. neoformans puede causar una respuesta granulomatosa, pero generalmente la inflamación es menos severa (Figura 2) que la producida por otros hongos. Cuando la inflamación es leve, las cápsulas de los numerosos microorganismos en la lesión, confieren al tejido un aspecto multiquístico (Hargis y Ginn, 2007). 6.1.3. Lesiones nerviosas Cryptococcus neoformans penetra en las leptomeninges y espacio subaracnoideo por diseminación directa a través de la lámina cribriforme (ubicada en la parte superior de la nariz) tras una infección nasal o una sinusitis o vía hematógena, como consecuencia del tráfico de leucocitos a partir de una infección pulmonar. La inflamación de las leptomeninges puede también extenderse a lo largo de las raíces de los nervios craneales (Zachary, 2007). Macroscópicamente pueden observarse, tanto en tejidos del sistema nervioso central como en leptomeninges, múltiples “quistes” de pequeño tamaño, de apariencia viscosa y gelatinosa. El acúmulo de estos gérmenes y sus cápsulas mucopolisacáridas produce opacidad de las leptomeninges. La respuesta leucocítica puede variar de escasa a granulomatosa. En algunos gatos infectados, C. neoformans podrían estar en un elevado número sin desencadenar una respuesta inflamatoria. No está claro si esta ausencia de inflamación se debe a la supresión de la respuesta inmune por el microorganismo o a un defecto en la inmunidad del gato y/o de la respuesta inflamatoria frente al patógeno (Zachary, 2007). Microscópicamente, las lesiones en las leptomeninges tienen un aspecto organizado, con numerosos microorganismos y con poca o ninguna respuesta inflamatoria (Fuller y Goodman, 2001). Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 7 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 6.1.4. Lesiones oculares Aunque se ha señalado que la criptococosis tiene cierta predisposición por el sistema respiratorio y sistema nervioso central (Carlton et al., 1976; Barret y Scott, 1975), se han descrito varios casos de lesiones primarias oculares (Fisher, 1971; Gelatt et al., 1973; Scott et al., 1974, Gwin et al., 1977). Las lesiones oculares provocadas por C. neoformans son específicas de este germen y se caracterizan por la ausencia de inflamación y la localización de las lesiones. Estas tienen un carácter focal o mulifocal afectando a la coroides y la retina, aunque también lesionan las meninges ópticas. Al igual que en otras localizaciones, en las lesiones se observan numerosas levaduras y escasas células inflamatorias. Los gérmenes se encuentran, a menudo, en forma de agregados subretinianos de distribución focal o multifocal en las meninges ópticas. Ocasionalmente, las lesiones son muy extensas con la presencia de numerosos macrófagos y pocos hongos. Se cree que el microorganismo llega al globo ocular vía hematógena y se queda atrapado en los capilares de la coroides (Render y Carlton, 2001). También se ha propuesto una invasión directa a partir de los senos paranasales, cavidad nasal o meninges ópticas (Martin, 2005). La infección puede afectar al tercer párpado en gatos, provocando una marcada reacción granulomatosa bilateral en ambos ojos sin inducir lesiones intraoculares (Martin et al., 1996). 6.1.5. Linfadenitis granulomatosa focal coalescente En el transcurso de la diseminación del proceso se suelen ver involucrados los nódulos linfáticos. Inicialmente son los nódulos linfáticos regionales que drenan la zona afectada (por ejemplo los nódulos linfáticos traqueobronquiales en el caso de infecciones pulmonares). La lesión característica, que se desarrolla en los mismos, es una linfadenitis granulomatosa focal coalescente. En casos avanzados los nódulos linfáticos pueden aumentar su tamaño, muestran una apariencia pálida a la sección y se pierde prácticamente la totalidad de su estructura normal. Microscópicamente en la criptococosis felina prácticamente no existe una respuesta inflamatoria o esta es mínima y el aumento de tamaño es debido principalmente al acúmulo de una gran cantidad de microorganismos (Figuras 1 y 4) (Fry y McGavin, 2007). 7. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de esta enfermedad se puede establecer sobre la base de la identificación citológica de microorganismos aspirados de cualquier órgano afectado; así como de los hallazgos histopatológicos, ya que la morfología del microorganismo es, por norma general, distintiva. Se caracteriza, como se ha indicado con anterioridad, por una gruesa cápsula de polisacáridos rodeando a las levaduras. Generalmente, estos microorganismos aparecen en elevado número, en el seno de las lesiones, a menudo provocando una escasa reacción inflamatoria (Figuras 1, 2, y Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 8 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 4). También se pueden identificar antigénicamente en suero, mediante pruebas de aglutinación en látex (Medleau et al., 1990b). Estas pruebas serológicas, que detectan las proteínas capsulares de los criptococos, han resultado de gran utilidad no sólo para establecer un diagnóstico, sino para monitorizar la respuesta al tratamiento (Flatland et al., 1996; Jacobs et al., 1997; Jacobs y Medleau, 1998). Aunque la afección intestinal de la criptococosis no es muy habitual, en estos casos es posible realizar un diagnóstico citológico mediante el examen de un frotis de heces, teñido con solución de Wright-Giemsa (Graves et al., 2005). Figura 1: Nódulo linfático mesentérico. Gato. Se detectan numerosas levaduras positivas (color rosa) a la técnica de PAS. PAS. 400x. Figura 2: Imagen microscópica de la figura 3. Las levaduras se pueden distinguir como formaciones redondeadas que se tiñen de color negro, rodeadas de un gran espacio en blanco que estaría ocupado por la cápsula. Técnica de plata (Grocott). 400x. Figura 3 Figura 4 Figura 3: Pabellón auricular de un gato con criptococosis. Se observa un nódulo de gran tamaño ulcerado. Figura 4: Nódulo linfático mesentérico. Gato. Puede observarse como la invasión del hongo ha provocado prácticamente la pérdida completa de la arquitectura histológica del nódulo linfático y, sin embargo, no se acompaña de una grave reacción inflamatoria. Hematoxilina-Eosina. 200x. Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 9 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 8. TRATAMIENTO 8.1. Tratamiento quirúrgico El método habitual para tratar la criptococosis cutánea consiste en la extirpación quirúrgica, combinada con un tratamiento antifúngico parenteral (Quinn et al., 2002). 8.2.Tratamiento farmacológico Se han tratado de forma exitosa, gatos afectados por criptococosis, con itraconazol (Martin et al., 1996; Medleau et al., 1995; Jacobs et al., 1997); fármaco que produce menos efectos secundarios que el ketoconazol o la anfotericina B en felinos (Medleau et al., 1990a). La dosis recomendada de itraconazol en gatos es de 5 mg/kg cada 12 horas, siendo esta droga bien tolerada en la mayoría de los gatos. No obstante, puede aparecer anorexia y toxicosis hepática, por lo que se deben monitorizar los perfiles bioquímicos sanguíneos. Se recomienda que se abran las cápsulas y se mezcle el contenido con comida enlatada para gatos, ya que su ingestión con comidas grasas mejora la absorción intestinal de la droga (Gelatt, 1999). El tratamiento debe continuarse, al menos, durante un mes tras la resolución clínica de la enfermedad, pero también hasta que disminuyan los títulos antigénicos o, mejor aún, hasta que éstos sean indetectables (Jacobs et al., 1997); lo que significaría que los gatos se mantengan con itraconazol durante meses tras la desaparición clínica de la enfermedad (Martin et al., 1996). Esto es debido a que existen estudios en gatos que indican que los títulos antigénicos en suero pueden persistir, con o sin signos clínicos, durante meses o años después de realizar el diagnóstico. Por ello, se recomienda realizar una evaluación antigénica en suero durante el tratamiento para monitorizar el progreso, evaluar el pronóstico y guiar el cese del tratamiento (Flatland et al., 1996). También se ha empleado con éxito, en gatos con criptococosis, el fluconazol, a 50 mg vía oral cada 12 horas, sin efectos secundarios. En los casos donde la criptococosis concurre con una infección por el virus de la inmunodeficiencia felina, el tratamiento es más prolongado, pero se ha indicado que no comporta un pronóstico desfavorable (Malik et al., 1992). 9. BIBLIOGRAFÍA 1. Barrs VR, Martin P, Nicoll RG, Beatty JA, Malik R. Pulmonary cryptococcosis and Capillaria aerophila infection in an FIV-positive cat. Aust Vet J. 2000; 78: 154-158. 2. Barret RE, Scott DW. Treatment of feline crytococcosis: Literature review and case report. Journal of the American Animal Hospital Association. 1975; 11: 511-518. 3. Bartlett KH, Fyfe MW, MacDougall LA. Environmental Cryptococcus neoformans var gattii in British Columbia, Canada. Am J Respir Crit Care Med. 2003; 167: A499. Criptocosis felina http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608/060801.pdf 10 RECVET. Vol. III, Nº6, Mayo 2008 http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n060608.html 4. Blanchard PC, Filkins M. Cryptococcal pneumonia and abortion in an equine fetus. 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