Linfadenitis caseosa II: Diagnóstico, control y aspectos epizootiológicos

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RECVET. Vol. III, Nº 4, Abril 2008
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RECVET- Revista Electrónica de Clínica Veterinaria
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Linfadenitis caseosa II: Diagnóstico, control y aspectos
epizootiológicos (Caseous lymphadenitis II: Brief review of
diagnostic, control and epidemiological aspects)
Ruiz L., Jerónimo R.*1; Barrera Valle, Maritza2; Frias, Maria
Teresa2
1-Universidad de Granma. Carretera de Manzanillo Km 17½.
Peralejo Bayamo
Granma Cuba. CP: 85100
2-Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria. Carretera deTapaste y
8 vias. Apdo.
#10. San Jose de las Lajas. Habana.
*Email: [email protected]
RECVET: 2008, Vol. III, Nº 4
Recibido 22.01.08 / Referencia provisional: H020 /Referencia definitiva 040803_RECVET /
Aceptado: 03.03.08 / Publicado: 01.04.08
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RESUMEN
La linfadenitis caseosa o pseudotuberculosis ovina es una enfermedad
infectocontagiosa, de curso crónico, causada por
Corynebacterium
pseudotuberculosis, el cual ataca principalmente a las especies ovina y
caprina, provocando alteraciones de los ganglios linfáticos del animal y en
otras partes de la economía animal. Este agente también afecta a otras
especies como equinos, bovinos, llama, alpaca, camellos, dromedarios,
ciervos y más raramente a otras especies incluido el hombre donde ya se
han reportado múltiples casos. Esta enfermedad provoca cuantiosas
pérdidas en la industria ovina mundial las que no son correctamente
evaluadas por diversas razones. El trabajo aborda un análisis de los
principales trabajos sobre la reproducción experimental, el diagnóstico,
con énfasis en la Prueba de ELISA y varios aspectos importantes de su
epidemiología incluyendo los métodos actuales de control. Aunque
sabemos que es imposible abarcar todas las investigaciones realizadas en
este campo consideramos que esta revisión puede ser de gran ayuda para
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orientarse en las principales directrices que han seguido las
investigaciones en esta enfermedad hasta la actualidad y es ese el ánimo
que inspiró a su realización.
Palabras
clave:
linfadenitis
caseosa,
pseudotuberculosis, ELISA, diagnóstico, control
Corynebacterium
ABSTRACT
Caseous lymphadenitis or Pseudotuberculosis of sheep is a infected disease
of chronic course, caused by Corynebacterium pseudotuberculosis,
which affect principally to sheep and goats, producing alterations of
lymphatic nodes and other parts of animal body. Many species was affects
by this agents, such as equine, bovine, alpaca, llama, camel, dromedary,
deer and rarely other species included the human, of whom some reports
was made. This disease produces many losses to the sheep industry in the
world, though it not correctly valued for many reason. This work analyze the
principals reports about the experimental reproduction, the diagnostic, with
emphasis in ELISA Test, and many important aspects of the epidemiology,
included the actual methods of control. We know is impossible include all
the investigations make in this field but we considered this review may be a
good help to orientate in the principal lines following by the researchers in
this disease until the actuality and this is the intention, that inspire it to be
realization
Key words: caseous lymphadenitis, Corynebacterium pseudotuberculosis,
ELISA, diagnostics, control
REPRODUCCION EXPERIMENTAL DE LA ENFERMEDAD.
La reproducción experimental de enfermedades, es, desde hace tiempo, un
método insustituible para comprender los mecanismos, tanto de la
instauración de la enfermedad, como de las vías por las que el organismo
las combate, a la vez que resulta el campo de prueba imprescindible para
los métodos de diagnóstico y tratamiento. La linfadenitis caseosa no es una
excepción y, desde que se comenzó a investigar en la enfermedad y hasta
el presente, se han buscado algunas alternativas como son los animales de
laboratorio (ratones, curieles), los que han sido usados para estos trabajos
[15, 24, 51, 68].
Sin embargo, animales diana a la enfermedad como los ovinos y caprinos,
constituyen los más importantes modelos escogidos por los investigadores
por las numerosas ventajas y la correcta reproducción de las
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manifestaciones clínicas y las lesiones que se presentan en la linfadenitis
caseosa de campo.
En los primeros intentos de reproducir la enfermedad en dichas especies,
por la inoculación de cultivos del microorganismo, se produjeron resultados
diferentes a la infección natural. Si la dosis era alta se producían cuadros
clínicos anormales y en dosis pequeñas no se reproducía con regularidad la
enfermedad.
En las últimas décadas se han probado varias formas de reproducir la
linfadenitis caseosa. Por ejemplo, Costa-Filho y col., partiendo de la
suposición de que la infección por Corynebacterium pseudotuberculosis
en caprinos en una región seca en el norte de Brasil era causada por heridas
en la piel producidas por los cactus existentes en los pastizales, reprodujo la
enfermedad escarificando y perforando con espinas, la piel de 14 cabras y
colocando sobre el área lesionada, pus de los abscesos causados por el
microorganismo. Esto conllevó a que al cabo de tres meses se comenzaron
a presentar abscesos en los puntos de inoculación y posteriormente, a nivel
de los ganglios y vasos linfáticos, inclusive con lesiones a nivel de órganos
internos [30].
Más adelante Cameron debido a la necesidad de un modelo experimental
para probar vacunas, usó por primera vez, la vía endovenosa, obteniendo
abscesos múltiples a nivel pulmonar [24].
Nagy, tratando de explorar las vías de infección, inoculó cultivo de
Corynebacterium pseudotuberculosis por las vías, vaginal, prepucial,
oral, intratraqueal, subcutánea y por cortes en la piel, esta última resultó la
más efectiva de todas [68].
Husband y Watson [49] y Burell [18] desarrollaron un modelo experimental
de infección por Corynebacterium pseudotuberculosis por vía
intralinfática a través del vaso linfático aferente del ganglio poplíteo, esto le
permitió reproducir la enfermedad con cierta regularidad.
Otro de los trabajos que hicieron de estas especies un modelo experimental
fue el de Ashfaq y Campbell quienes lo utilizaron para investigar las fuentes,
vías y tiempo de eliminación de Corynebacterium pseudotuberculosis.
Estos autores empleando 1 x 106 UFC inocularon 14 animales por las vías
intramucosal, subcutánea e intradérmica, logrando la reproducción del
cuadro clínico con alteraciones de los ganglios cervicales, mandibulares,
sublinguales e ilíacos, e internamente a nivel del ganglio mediastínico, con
microabscesos en el pulmón de un solo animal. También afirmaron que el
período de incubación oscilaba de 41 a 147 días. [5]
Cuatro años más tarde, Brogden y col. utilizaron la vía endovenosa a nivel
de la yugular con dosis diferentes (3.2 x 10 3, 10 4, 105, 10 6), para
reproducir la enfermedad. Ello produjo cuadros atípicos en los cuales un
animal murió a los nueve días y el período de incubación fue de 28 días
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obteniéndose a nivel pulmonar gran cantidad de abscesos, que en algunos
casos, sobrepasaron el centenar. [12].
En 1988 Langeneger y Langeneger, teniendo en cuenta que en la naturaleza
difícilmente los animales se infecten con cantidades de gérmenes como las
que se usaban por los trabajos anteriores, realizó la inoculación de 26
caprinos por vía intradérmica de inóculos que contenían cantidades muy
pequeñas de Corynebacterium pseudotuberculosis lavados (tres grupos
con 5,20,100 UFC). Ellos obtuvieron cuadros clínicos que en algunos casos
se parecían a los que se producían en la infección natural, pero que en otros
eran demasiado leves o no reproducían la enfermedad. En el trabajo la
necropsia, no arrojó lesiones internas y la bacteriología dio negativa en 19
de los 26 animales. [59]
En ese mismo año, Pépin y col. utilizaron la inoculación subcutánea de
varias dosis del microorganismo a nivel de la cara externa de la oreja de
ovejas adultas, como método de reproducir la enfermedad obteniendo muy
buenos resultados al alcanzar una adecuada reproducción de la clínica y las
lesiones por una vía fácil y segura. Los autores recomendaron las dosis de
108 UFC, como la mejor para lograr los objetivos [73]. Desde entonces
varios investigadores han usado estas experiencias para reproducir la
enfermedad con el fin de estudiar aspectos de la misma que aun
permanecen oscuros, para investigar el efecto de fármacos o vacunas o
para estandarizar medios diagnósticos [82].
Un ejemplo de ello fue que este mismo autor en 1991 reprodujo
nuevamente la enfermedad pero esta vez en corderos por la misma vía y
usando las dosis de 1.1 x 108 y 1.5 x 108 con lo cual obtuvo también muy
buenos resultados, aunque como el objetivo del trabajo era medir la
diseminación bacteriana durante la fase aguda de la enfermedad, los
animales no permanecieron largos períodos de tiempo, que les permitiera
desarrollar la forma crónica, sino que fueron sacrificados escalonadamente
hasta el día 28 post-inoculación. [74].
Ya en 1992 Alonso y col., con el objeto de estudiar el efecto de la
enfermedad sobre la reproducción realizaron la infección experimental de 12
ovejas por el método descrito por Burell [18], en dosis de 2 x 106
obteniendo períodos de incubación entre 25 y 140 días, en dependencia del
período de gestación en el que se realizó la inoculación. [1]
También la enfermedad ha sido reproducida en otros animales diana como
son las Alpacas en la cuales Braga realizó una reproducción experimental
para demostrar la susceptibilidad de la especie ante el C.
pseudotuberculosis por lo que fueron inoculadas con una dosis de 1,1 x 106
UFC por vía intradermica en el flanco hallando un cuadro patológico que se
caracterizaba por fiebre, leucocitocis, variaciones en los valores de
hematocrito y hemoglobina, formación de abscesos en el punto de
inoculación y nódulo linfatico renal principalmente, con formación de
granulomas y/o una linfadenitis supurativa crónica. [11]
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Recientemente este mismo investigador profundizo sus estudios sobre los
efectos de la enfermedad en esa especie, realizando una nueva
reproducción experimental en esa especie hallando además de los
síntomas descritos, lesiones a nivel del pulmón y no halló diferencias
desde el punto de vista patogénico entre los aislamientos de llama y
alpaca. [12].
DIAGNOSTICO
Además de los diagnósticos clínico, anatomopatológico y bacteriológico, que
son los más conocidos, existe una gran variedad de métodos de diagnóstico
inmunológicos para la linfadenitis caseosa, entre ellos, algunos determinan
el estado de la inmunidad mediada por células y otros el de la inmunidad
humoral.
En el caso de los métodos de diagnóstico que miden la inmunidad mediada
por células, el primer intento fue hecho por Cesari, el cual al inocular 0,2 mL
de un cultivo filtrado de Corynebacterium pseudotuberculosis en
cobayos anteriormente infectados por el mismo microorganismo, provocó
una reacción de hipersensibilidad local semejante a la reacción alérgica de la
tuberculina en cobayos con tuberculosis y la designó como Preisznocardina y
sugiriendo que la prueba alérgica podía ser usado para el diagnóstico de la
enfermedad en carneros. [29]
Al año siguiente Cassamagnaghi, basándose en el trabajo de Cesari, elaboró
la Preisznocardina, filtrando un cultivo del microorganismo en un filtro de
Chamberland L3 y la empleó en un primer experimento de 25 ovinos de los
cuales 14 fueron experimentalmente infectados, y en otro experimento con
80 ovinos de un rebaño naturalmente afectado. En ambos casos reportó
alentadores resultados. [28]
Por otra parte Carne, trató de obtener un alergeno (pseudotuberculina)
siguiendo la técnica de elaboración de Koch, con lo que obtuvo una baja
especificidad en un rebaño de 50 ovejas adultas. Luego de este resultado,
dicho, autor empleó el método usado por Cassamagnaghi, pero no mejoró
los resultados Esto lo condujo a concluir que la respuesta inmunitaria era
deficiente y que la prueba alérgica para el diagnostico de la linfadenitis
caseosa no era adecuado. [26]
En 1934, Train elaboró un alergeno denominado también preisznocardina
para el diagnóstico de la linfangitis ulcerativa en equinos; más tarde dicha
técnica fue empleada por Cameron y McOmie para compararla con la
prueba de seroglutinación pero los resultados fueron muy variables y no
pudieron ser correlacionados con la reacción de aglutinación, aparte de que
la Prueba alérgica resultó negativa en dos ovejas con lesiones en los
ganglios externos. [25, 93]
En Egipto, Farid y Mahmuud utilizaron una sensitina elaborada por ellos que
provocó reacciones de hasta 16 mm de diferencia en animales enfermos,
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mientras los animales procedentes de rebaños negativos no presentaron
reacción. [43]
En 1973, Costa y col prepararón una sensitina a partir de una suspensión
bacteriana fenolizada y probó su eficacia en 5 cabras portadoras de la
enfermedad y en 10 animales sanos. [32]
Renshaw y col. ensayaron un alergeno obtenido por sonicación de las
bacterias lavadas de Corynebacterium pseudotuberculosis, testándolo
en 26 ovejas con el síndrome de la oveja flaca de donde se obtuvo que solo
el 55,5 % de los que tenían abscesos internos revelaron reacciones
alérgicas. [81]
Finalmente Langenegger y col. elaboraron un producto que denominaron
linfadenina, consistente en una proteína soluble contenida en el
sobrenadante del cultivo lavado del microorganismo. Esta se obtuvo por
precipitación con el ácido tricloracético y fue empleada primero en cobayos
y luego en 40 caprinos infectados naturalmente y en 22 sanos. Se
obtuvieron resultados calificados como buenos por los autores del trabajo.
[59]
Con relación a las pruebas diagnósticas que determinan la actividad de la
inmunidad humoral, debemos decir que Carne trató de elaborar una prueba
cutánea similar al Test de Schick usado en humanos para la detección de
Corynebacterium diphtheriae; dicho examen consistía en inyectar
pequeñas cantidades de toxina diftérica intradérmicamente y si existían
anticuerpos contra la toxina, su efecto es neutralizado inmediatamente y no
hay reacción, pero si faltan, hay enrojecimiento visible por varios días. En el
caso de la aplicación de este, por Carne, Corynebacterium
pseudotuberculosis en 100 ovejas enfermas provocó reacciones
irregulares, independientes de la toxina, por lo cual no fue eficaz. [27]
En ese mismo año, Cameron y McOmie emplearon una prueba de
aglutinación con resultados poco alentadores, Sin embargo más adelante
Award empleó una cepa del microorganismo con menor grado de
aglutinación con la cual alcanzó mejores resultados. [8, 23]
En 1964, Doty y col. usaron otra variante de un examen cutáneo, al utilizar
una mezcla a partes iguales del suero del animal problema y diferentes
diluciones de la toxina, incubando esa mezcla 1 hora a 37º C y luego la
inyectan intradérmicamente a la piel rasurada de un conejo, usando como
control una mezcla de la toxina con el suero de un animal sano. Si el suero
neutraliza la toxina, no se observa reacción en el conejo y dicho suero seria
positivo; si por el contrario, el suero no neutraliza la toxina, entonces se
apreciará una reacción igual al control en un tiempo aproximado de 48 h.
Estos autores, aunque no lo consideraban una prueba diagnóstica acabada,
le veían varias ventajas, pero en realidad este método tampoco se extendió,
entre otras cosas, porque en la respuesta inmunológica del conejo podían
influir elementos independientes de la mezcla inoculada, por ejemplo en el
caso de que el conejo tuviera título de anticuerpos. [38]
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A pesar de esto, dicho trabajo sentó las bases para la realización de futuras
pruebas diagnósticas al establecer la identidad de la toxina de todos los
aislamientos y, por tanto que el suero de todo animal afectado contendrá
antitoxina que podrá ser medida por métodos serológicos.
Zaki utilizando la propiedad de la exotoxina de inhibir la lisis de los
eritrocitos por la beta hemolisina de un estafilococo, desarrolló con éxito
una prueba que consistía en incubar el suero problema con cantidades
definidas de exotoxina de Corynebacterium pseudotuberculosis,
eritrocitos bovinos y por último la hemolisina del estafilococo. Cuando el
suero problema no tenía anticuerpos contra la exotoxina, esta ocupa todos
los sitios activos en la membrana del eritrocito, evitando que la betahemolisina realice su efecto hemolítico. En esta prueba la hemólisis estaba
en relación con la positividad del suero a testar. Esta prueba recibió el
nombre de Inhibición de la Beta-hemolisina (I.B.H.) y fue avalado por un
pesquisaje de 200 ovinos y caprinos, con una sensibilidad de 92 % y una
especificidad del 96 %. Además ha sido usada por varios autores para
compararla con otros métodos de diagnóstico. [96]
Otra de las propiedades de la exotoxina, la de provocar la lisis de los
eritrocitos al actuar en sinergia con la toxina de Rhodococcus equi, fue
utilizada por Knight
para la detección de Corynebacterium
pseudotuberculosis en equinos. Esta prueba fue denominada como
Inhibición de la Hemólisis Sinérgica (I.H.S.). En este caso, el suero del
animal mezclado con buffer salino formalinizado y con la toxina de
Corynebacterium pseudotuberculosis (fosfolipasa D), se aplicó por
medio de unos discos de papel adsorbente a una placa de Petri que contenía
agar sangre preparado con una mezcla de eritrocitos bovinos lavados y
previamente sensibilizados con la toxina de Rhodococcus equi (fosfolipasa
C), esto se incubó a 37º C durante toda la noche. Si en el suero del animal
problema no había anticuerpos contra la toxina, esta en sinergia con la
fosfolipasa C, provocaba un halo de hemólisis alrededor del disco, que era
proporcional a la dilución empleada por lo que permitía titular la toxina. [55]
Esta técnica fue empleada más adelante por Brown y col. en la detección de
la infección experimental de la linfadenitis caseosa obteniendo que todos los
animales que presentaron lesiones al sacrificio, resultaran seropositivos a
los 23 días post-inoculación mientras que los que no se infectaron fueran
seronegativos en todo el experimento [16]. Estos mismos autores en 1986
realizaron un nuevo experimento con cabras y ovejas sanas, afectadas de
forma natural con Corynebacterium pseudotuberculosis, obteniendo
que el 98 % de las cabras y el 96 % de los carneros que presentaron
abscesos resultaron seropositivos. Sin embargo, en los animales sin
abscesos el 28 % de las cabras y el 10 % de las ovejas resultaron
seropositivas. Por ello concluyeron que o la prueba carecía de suficiente
especificidad o esos títulos eran el reflejo de una infección sin abscesos
claramente visibles [17].
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En 1989 Eguen y col. al utilizar la I.H.S. como prueba de la actividad de la
exotoxina, introdujeron modificaciones que facilitan su ejecución y la hacen
más reproducible, tales como el uso del Agar purificado, buffer fosfato
salino, eritrocitos en sol. Alsever y horadar pocillos en lugar de discos de
papel. [42]
Con relación a otros tipos de diagnóstico serológico, Burell utilizó la
propiedad de la exotoxina de tener actividad hemolítica sobre los eritrocitos
de carnero cuando reacciona a un pH por debajo de 6 y tener actividad de
hemoaglutinación cuando reacciona a un pH más alto, y basado en eso, al
año siguiente elaboró una técnica que denominó Inhibición de la Hemólisis
[20, 21]. Por estos métodos era difícil obtener una adecuada repetibilidad,
ya que depende mucho de las condiciones en que se obtiene el cultivo y la
toxina, además en diluciones altas el suero no es capaz de evitar que el pH
se acidifique, por lo que pueden obtenerse falsos negativos [18].
También Burell utilizó otra prueba basada en las reacciones de precipitación
en gel, (ensayo de doble inmunodifusión) el cual puede ser aplicado en un
pesquisaje de la enfermedad, pero no da información sobre el título de la
toxina. [22]
Menzies y Muckle emplearon un ensayo de microaglutinación directa
adaptando un sistema de microplaca para Pasteurella hemolítica y un
tubo del test de aglutinación de Corynebacterium pseudotuberculosis.
Esta prueba presentó diferencias entre los resultados de la especificidad y
sensibilidad en carneros y cabras y presentó un pobre valor predictivo para
los positivos por lo cual sus autores no lo recomiendan para su uso en un
programa de erradicación [66].
Por último Prodhan y col. han desarrollado un ensayo inmunoenzimático de
Dot - Blot, el cual fue comparado con la IHS en cabras infectadas de forma
natural con Corynebacterium pseudotuberculosis. [78]
A pesar de estos avances otros autores insisten en métodos tradicionales
como es el test de neutralización de la fosfolipasa usado por Skalka y col.,
con el cual examinaron tanto sueros humanos para diagnosticar la infección
espontánea por el Arcanobacterim haemoliticum como a sueros ovinos y
caprinos
para
diagnosticar
la
infección
por
Corynebacterium
pseudotuberculosis , confirmando lo planteado por Cuevas y Songer
sobre la similitud entre las características de la fosfolipasa D de ambas
bacterias. [34, 87]
Más adelante Prescotty col utilizaron un ensayo de Interferon-Gamma que
emplea sangre completa, como base para el diagnóstico de la afección por
Corynebacterium pseudotuberculosis en ovejas. Estos autores reportan
como una de la ventajas del ensayo que las vacunaciones repetidas con las
vacunas comerciales de bacterina-toxoide que se utilizan habitualmente no
interfieren en el diagnóstico de la enfermedad por lo cual consideran que la
respuesta de Interferón-Gamma ante antígenos de Corynebacterium
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pseudotuberculosis usando sangre completa y no suero es una oferta
prometedora para su uso en pruebas diagnósticas para la erradicación de la
CL en ovejas [77]. A pesar de estos trabajos hasta el presente los autores
siguen usando los métodos serológicos para el diagnóstico de esta
enfermedad en rebaños ovinos y caprinos [63].
APLICACION DEL TEST DE ELISA EN EL DIAGNOSTICO.
En el caso de las técnicas inmunoenzimáticas el primer reporte de la
aplicación de la prueba de ELISA la realizó Shen y col., los cuales
estandarizaron un ELISA indirecto para detectar anticuerpos contra un
antígeno de la pared celular de Corynebacterium pseudotuberculosis
obtenido por la tripsinización de la bacteria. [86]
Más adelante, Maki y col. utilizaron cinco preparaciones celulares
antigénicas, que fueron: una suspensión de células íntegras, una suspensión
de células completas dispersadas y rotas por sonicación, células tratadas
por extracción con éter dietílico, células tratadas por extracción con éter
dietílico y entonces rotas por sonicación y finalmente el extracto lipídico.
También empleó como antígeno la exotoxina obtenida a partir del
sobrenadante del cultivo. Con estos seis antígenos, probaron un ELISA
indirecto para cada uno de ellos y los compararon con la I.B.H.. Los
resultados obtenidos por el autor revelan que las preparaciones celulares
antigénicas no son eficaces, pero, sin embargo, la exotoxina exhibió muy
buenos resultados detectando títulos de anticuerpos de 30 a 60 días
después de la inoculación experimental. Esto fue superior a la I.B.H., que
detectó los títulos entre 60 y 90 días post inoculación. Todo ello los llevó a
considerar dicho ELISA como una útil herramienta para el diagnóstico. [62]
Dos años después, Sutherland y col. compararon nuevamente un ELISA
para detectar anticuerpos contra la pared celular, con otro para detectar
anticuerpos antitoxina y obtuvieron que el primero detectaba más carneros
con linfadenitis caseosa que el segundo y que ambos unidos detectaban el
92 % de las lesiones en pulmón, aunque en el trabajo se aborda el alto
porcentaje de falsos positivos especulándose acerca de las posibles causas
de este problema. Estos autores recomiendan el ELISA para detectar
anticuerpos contra la pared celular como una vía útil para pesquisajes a
gran escala de rebaños vacunados con toxoides en lugares donde esta
presente la infección con linfadenitis caseosa. [90]
En Polonia Kaba y col. notificaron el desarrollo de un ELISA que utiliza un
extracto de la célula completa de C. pseudotuberculosis como fase sólida
del ensayo y usando un Wester blot como comparación. [53]
A pesar de esto, la mayoría de los autores reportan el uso de un ELISA que
emplea
como
antígeno
la
toxina
de
Corynebacterium
pseudotuberculosis, tal es el caso de Chikamatsu y col., los cuales
compararon un ELISA indirecto con la inmunodifusión en 1186 sueros
procedentes de rebaños aparentemente sanos de la región de Hokkaido en
Japón, obteniendo una mayor sensibilidad con el ELISA que con la
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inmunodifusión, aunque encontraron reacciones inespecíficas ocasionales
en el ELISA. Los autores de ese trabajo se inclinan hacia el uso de la
inmunodifusión como método practico para detectar la enfermedad en el
campo, aunque reportan el hallazgo de falsos negativos por inmunodifusión
(4 animales de 16 investigados) lo cual explican, porque las cantidades de
anticuerpos en dichos animales no era suficiente para detectarlo por dicha
técnica, por lo que debía resolverse ese problema. [35]
Sin embargo, en ese mismo año Kuria y Holtad, comparando el ELISA
antitoxina con la inhibición de la hemólisis, hallaron una alta correlación
entre las dos pruebas y recomienda el uso del ELISA para los pesquisajes
masivos de la infección por Corynebacterium pseudotuberculosis ante
todo por la facilidad de dicha técnica para su ejecución y la gran capacidad
de trabajo que alcanza. [56]
Estas bondades de la técnica, también se evidencian en los trabajos de Laak
y Schreuder y Laak y col. En el primero los autores exponen el desarrollo y
uso de un ELISA en un programa de erradicación de la enfermedad en
Holanda, donde se testaron miles de muestras de suero. Dichos autores
afirman la utilidad de la técnica y reportan que lograron la certificación de
rebaños libres de la enfermedad. [57, 58].
En el 1992, dichos autores reportaron la creación de un ELISA de doble
anticuerpo tipo sandwich, para la detección de anticuerpos antitoxina, así
como de la inmunotransferencia (inmunoblot) para el control de la
linfadenitis caseosa. En este caso se recubrió la placa con inmunoglobulinas
antitoxina de Corynebacterium pseudotuberculosis obtenida en conejo
y luego se aplica un crudo de la toxina, continuando con el suero problema,
el conjugado y el sustrato. Con este sistema realizaron 38165
determinaciones en carneros, y reportaron un 100 % de sensibilidad y un
99 % de especificidad. En dicho trabajo los resultados del ELISA fueron
confirmados por la inmunotransferencia, y se recomendó que este debiera
ser usado como prueba confirmatoria de los casos positivos y el ELISA,
como prueba diagnóstica en los programas de erradicación de la linfadenitis
caseosa ovina [58].
Estos resultados fueron confirmados por Schreuder y col. quienes lograron
la erradicación de la linfadenitis caseosa en dos grandes rebaños en el sur y
el este de Holanda, en los cuales la enfermedad era endémica, mediante un
programa de erradicación en el cual la herramienta principal era el uso del
ELISA de doble anticuerpo propuesto por Laak y col. Se observó el
decrecimiento de los títulos de ELISA a partir de 1988, no reportándose
casos, ni clínicos ni serológicos desde septiembre de 1989. [84]
Por otra parte, Menzies y col. reportaron una nueva variante de ELISA, que
empleaba como antígeno para una prueba de ELISA indirecto la toxina de
Corynebacterium pseudotuberculosis obtenida por vía recombinante
por la expresión del gen que la codifica, en Echerichia coli según los
trabajos de Songer y col. así como un conjugado anti IgG de carnero con
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fosfatasa alcalina, obteniendo buenos resultados (sensibilidad 86,3 % y
especificidad 82,1 % para un punto de corte de 0.080), pero inferiores a los
reportados por Laak y col., aunque en su trabajo cuestionan algunos
aspectos de los trabajos de estos últimos investigadores tales como el uso
de un solo control positivo y la complicada naturaleza del ELISA de doble
anticuerpo, considerando que son elementos que conspiran contra su
comercialización. El trabajo utiliza un método basado en una curva receptor
operador, lo cual le permite definir la eficacia de la prueba a diferentes
puntos de corte y por tanto posibilita ajustar el incremento de la sensibilidad
o de la especificidad de la prueba, en dependencia de los objetivos de su
uso. Los autores concluyen que su ELISA tiene un valor comercial que
ayudaría al control y erradicación de la enfermedad. [67, 88]
Actualmente la prueba de ELISA ha sido usada también para el diagnóstico
de Corynebacterium pseudotuberculosis en otras especies de
rumiantes. Braga y col. realizaron un ELISA indirecto usando un antígeno de
pared celular en alpacas en el Perú, para este trabajo utilizó proteína A con
peroxidasa como conjugado y se obtuvo una sensibilidad de un 89 %. Los
investigadores concluyeron que el ELISA era una buena alternativa para el
diagnostico de la infección en alpacas. [10]
Ruiz y col estandarizaron un Elisa indirecto utilizando como antígeno la
toxina de Corynebacterium pseudotuberculosis
(fosfolipasa D) y
usando un conjugado anti IgG bovina con peroxidasa con lo cual obtuvo una
sensibilidad y especificidad de 96,6% y 94,6% respectivamente, Esto fue
probado por la comparación con el “Estado verdadero” (unión del
aislamiento, la anatomopatología y la clínica) en un trabajo en condiciones
controladas que incluyó la reproducción experimental de la enfermedad.
[82]
También en ese año en Holanda se publicó un artículo que compara cuatro
tipos de ELISA para el diagnóstico de la Linfadenitis caseosa entre ellas un
ELISA Sandwich de doble anticuerpo que alcanzó una especificidad de
98% para cabras y de un 99% para ovejas y hace recomendaciones para
el programa de erradicación y control de Holanda. [36]
PERDIDAS ECONOMICAS.
Las pérdidas económicas de la linfadenitis caseosa son variadas, pero a
veces mal evaluadas, por el hecho de que no provoca una alta mortalidad y
no provoca síntomas clínicos aparatosos.
Según Burell los daños provocados por la enfermedad se pueden resumir en
nacimientos de crías débiles, disminución de la eficiencia reproductiva, de la
producción láctea y de la ganancia de peso, provocando emaciación
progresiva, varios años más tarde, tanto Batey como Sutherlan y col.
afirmaron que Corynebacterium pseudotuberculosis es el responsable
de la mayoría del decomiso de carne de carnero en mataderos de Australia,
estos últimos autores citando a Wroth y Suiter, en 1977 plantea que la
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linfadenitis caseosa produjo pérdidas estimadas en 2 millones de dólares
para la industria ovina en el oeste de Australia. [9, 21, 90]
En Québec Canadá Arsenault y col en un trabajo realizado en canales de
carneros sacrificados hallaron una prevalencia de Linfadenitis caseosa (CL)
de un 21% mucho mayor que otras enfermedades como paratuberculosis,
plantearon además que el riesgo de rechazo o decomiso de las canales está
asociado con la región del cuerpo y el número de abscesos estando la
mayor prevalencia de la CL en la cavidad torácica. [4]
Más adelante resulta de interés lo planteado por Tadich y col. el que refiere
que en el Boletín de Vigilancia Epidemiológica en 1996 se indica que el
número de animales decomisados por LC fue de un 1% de un total de
563.193 ovinos beneficiados, registrándose decomisos solo en los
mataderos de la Región de Magallanes mientras que al año siguiente 1997
se faenaron 642.028 ovinos en el país y de estos el total de decomisos por
causas infecciosas y parasitarias fue de 63.138, siendo la LC la tercera
causa en importancia, correspondiéndole un 14,3% del total de decomisos
[92]
En la esfera de de la reproducción Alonso y col. resumieron, que conduce a
una posible transmisión vertical, así como, a desórdenes reproductivos tales
como abortos, mortalidad neonatal y reducción de la tasa de crecimiento
para los corderos. Además de esto la necesidad de atención veterinaria, el
consumo de medicamentos el decomiso de carnes afectadas, los sacrificios
sanitarios para su control, los problemas con la venta de leche de cabra y la
devaluación de las pieles y lana son aspectos que a nivel internacional se
valoran como daños. [1]
Finalmente, el hecho de afectar otras especies como bovinos y equinos e
incluso eventualmente al hombre, aumenta su nocividad, dándole una
connotación epidemiológica que incrementa su importancia.
VIAS DE TRANSMISIÓN
Las vías de transmisión de la linfadenitis caseosa constituyen un aspecto
que por su importancia ha sido abordado por diferentes autores. Muchos
coinciden en afirmar que la primera vía son las heridas de esquileo. [5, 18,
45, 69, 70, 85]. Según Nagy esta transmisión ocurre cuando las cuchillas
contaminadas con pus depositan microorganismos sobre las nuevas heridas
de esquileo favoreciendo una puerta de entrada al microorganismo. [69]
Este mismo autor realizó una inoculación experimental de 330 ovejas por 6
rutas diferentes
(subcutánea, vaginal, intratraqueal, oral prepucial y
heridas de esquileo). Cada una constituyó un grupo y obtuvo que el 46.5 %
de los abscesos producidos se obtuvieran en las heridas de esquileo,
afirmando por tanto, que ellas eran la principal vía de infección de la
enfermedad. [69]
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Esta afirmación ha sido confirmada por Sherikawa y col. los cuales
obtuvieron un incremento de la seropositividad mediante el ELISA durante
dos años en ovejas de uno y dos años de edad, relacionado directamente
con el esquileo de los animales. Ellos sugirieron el tratamiento inmediato de
dichas heridas, como vía de impedir la diseminación. [85],
A pesar de estas evidencias las heridas de esquileo no son la única fuente
de infección Nair y Robertson demostraron la posibilidad de contaminación
a través del baño, realizando una infección experimental de este con un
caldo de cultivo en proporción 1:2000 y pasando por él, a ovejas de dos
semanas de esquiladas con lo que obtuvo lesiones en 3 de 12 ovejas
tratadas. [70]
Esto ha sido confirmado por Jubb y col. los que han planteado que el
microorganismo puede penetrar a través de la piel intacta en animales
acabados de esquilar sobre todo a causa de su inmersión en baños
contaminados. Estos mismos autores consideran las heridas de castración,
corte de cola y corte de ombligo como de menor importancia y también
consideran que ocasionalmente puede ser adquirida por ingestión o por
inhalación, en este último caso produciendo abscesos en pulmones [52]. Sin
embargo en este sentido Paton y col. realizaron un trabajo donde
determinaron que distanciando el esquilado de las ovejas del baño de los
animales en 8 semanas no se disminuye el riesgo de contraer la linfadenitis
caseosa y observaron que ovejas bañadas inmediatamente después del
esquilado desarrollaron mayores concentraciones de anticuerpos a C.
pseudotuberculosis que ovejas en las que el baño ocurió entre 2 y 8
semanas después del esquilado. [73]
En el caso de las cabras, así como carneros que no son de lana o que no se
esquilan, las principales vías de transmisión son muy variadas, Nagy en el
trabajo al cual hemos hecho referencia obtuvo un 21,5 % de abscesos por
vía subcutánea, 16 % por vía vaginal, 12,5 % por vía intratraqueal y 3 %
por vía oral, Ashfaq y Campbell lograron reproducir las lesiones de la
enfermedad usando simultáneamente las vías intradérmica, submucosal y
subcutánea, mientras, más adelante, Brodgen y col. obtuvieron en una
infección experimental por vía endovenosa gran número de abscesos a nivel
pulmonar. [6, 13, 69]
En 2003 Paton y col. identificaron un grupo de factores que afectan la
incidencia de la LC, entre ellos plantean el esquilado de las oveja usando
una máquina de esquilar que esparce una solución insecticida al unísono del
esquileo incrementa en 5 veces el riesgo de contraer L, lo cual se explica
por la capacidad del microorganismo para difundirse a través de las gotas
de agua. También plantea que estabular a las ovejas bajo techo por una
hora o más después del esquileo incrementa el riesgo de incidencia de LC en
3 veces [73]
El papel de los artrópodos como vectores también ha sido estudiado,
descartándose la posibilidad de que sea una vía importante de diseminación
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ya que no se encontró correlación entre la severidad de la infección de
garrapatas y la prevalencia de la enfermedad, sin embargo Yeruham y col
consideran a la mosca domestica como un factor importante para la
transmisión de la mastitis por Corynebacterium pseudotuberculosis en
bovinos por lo que la población de este vector, podría considerarse otro
factor de riesgo. [69, 95]
En Cuba como no se esquilea a las ovejas, la vía de infección fundamental
está en las heridas por alambres de púas de la cercas, los pinchazos para
azuzar al ganado y las lesiones de la piel en general, Álvarez y col. sugieren
las lesiones podales, la vía digestiva y los parásitos gastrointestinales,
aunque Jubb y col. descartan esa posibilidad. [2, 52]
Por su parte, Mena encontró una alta incidencia de la enfermedad en
unidades ovinas de Guantánamo en las que existía gran cantidad de Marabú
relacionando los pinchazos por esta planta con la alta incidencia encontrada.
[65]
FUENTES DE INFECCION
Las principales fuentes de infección son los animales enfermos, materiales
purulentos, el pus de los abscesos, el estiércol contaminado, el agua
contaminada de los bañaderos, incluso la tierra, así como los alimentos y el
agua de bebida contaminada.
Brown y Olander sugieren la transmisión a través del aire debido a que
existe una alta prevalencia de lesiones pulmonares y torácicas en animales
con la forma visceral de la linfadenitis caseosa. [18] En un pesquisaje de
4000 ovejas adultas escogidas en el oeste de los Estados Unidos se calculó
que el 25 % de todos los animales tenían abscesos en los pulmones o en los
nódulos linfáticos toráxicos, así como que eran la mayoría de los abscesos
internos encontrados [89]. Por otro lado, Hein y Cargill en Australia, al
analizar 274 casos de la enfermedad en cabras salvajes encontraron que el
29 % tenía abscesos en los nódulos linfáticos mediastínicos, bronquiales y/o
en pulmones. Estos 79 animales representaban el 80 % de los nódulos
linfáticos internos encontrados. [47]
Según Brown y Olander, la contaminación ambiental constituye un aspecto
de importancia en la ocurrencia de la linfadenitis caseosa, ya que esta es
una enfermedad de naturaleza enzoótica, en la cual las más altas
prevalencias se presentan en áreas donde está bien establecida [18]. Varios
autores han referido que la introducción de un animal con abscesos en un
rebaño libre provoca una alta incidencia de abscesos en el rebaño 2 o 3
años más tarde. [5, 94].
Agustine y Richard consideran que tomando en cuenta que la concentración
de gérmenes viables en un material purulento varia entre 1 x 10 6 a 5 x 10
7, la ruptura de un solo absceso es suficiente para la contaminación del
ambiente. [7]
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La capacidad del microorganismo de sobrevivir en la tierra y en los fómites,
asegura la continua presencia del mismo.
MÉTODOS DE CONTROL Y/O ERRADICACION.
El control y la erradicación de la linfadenitis caseosa han sido y es, una de
las constantes preocupaciones de los investigadores que abordan esa
temática sin embargo este objetivo tiene algunas dificultades. Con relación
al tratamiento directo del animal enfermo Ashfaq y Campbell señalaron que
en zonas endémicas la enfermedad era casi imposible de erradicar debido
entre otras causas, a que los antibióticos son incapaces de penetrar a través
de la cápsula de los abscesos; esto unido a la variabilidad en la sensibilidad
de diferentes cepas del microorganismo a diferentes tipos de
antimicrobianos, ha provocado que los intentos de un tratamiento
medicamentosos de la enfermedad hayan resultado infructuosos [6, 37,
97],. También las dificultades se sustentan por la comprobada supervivencia
del microorganismo en determinados fómites, a los cuales ya hemos hecho
referencia, lo que provoca que otros tratamientos como el vaciamiento de
los abscesos en los animales infectados tenga el inconveniente de la
disposición del material caseoso y la posibilidad de que el animal siga
expulsando gérmenes y por tanto el peligro de acelerar la diseminación de
la enfermedad. [7, 54]
También la existencia de una forma visceral de esta patología complica el
tratamiento clínico de la enfermedad [52, 65, 81]. Es por esto que la lucha y
control de esta patología se ha establecido, en zonas donde la prevalencia
es baja, mediante programas de erradicación basados en el diagnóstico
serológico de los animales, el control estricto de los focos, las medidas
epizootiológicas y sanitarias apropiadas y el sacrificio de los animales
afectados [58, 66] con lo que se han alcanzado muy buenos resultados en
Holanda [84].
Por otro lado en zonas donde la prevalencia es alta, se emplea la
vacunación como método fundamental de control y erradicación, siendo,
además, el método más usado y uno de los campos donde más se investiga
dentro de la linfadenitis caseosa.
Ya en 1972 Cameron utilizó una suspensión de Corynebacterium
pseudotuberculosis inactivada por formalina y se la aplicaron a ovejas
Merino las cuales fueron inoculadas con un cultivo de este mismo
microorganismo por vía endovenosa. Ellos consiguieron que la vacunación
protegiera contra la muerte aguda o subaguda, pero no prevenía o alteraba
el desarrollo de los abscesos. Esto sugirió que el uso de vacunas vivas
estimulaba la inmunidad mediada por células. [25]
Algo después, Nair y col. investigaron el efecto protector del toxoide,
mediante el uso de la exotoxina cruda concentrada y formalinizada, en 24
ovejas. Una vez vacunadas, estas fueron inoculadas mediante la aplicación
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de material purulento en heridas cutáneas frescas. Esto tuvo como
resultado que dos de las ovejas del grupo control murieron con anemia
hemolítica, mientras el resto de los animales del experimento fueron
sacrificados 15 días después de la inoculación, con lo que se apreció que los
controles tenían abscesos múltiples, mientras que de los inoculados solo
tres tenían lesiones. Ellos concluyeron que la respuesta inmune a la
exotoxina juega un importante papel en la resistencia del animal ante la
enfermedad. [71]
Más adelante, Brodgen y col compararon la protección obtenida a partir de
la inmunización con células completas Corynebacterium pseudotuberculosis
y de fragmentos de pared celular en corderos de cinco semanas de edad
privados del consumo de calostro, los cuales fueron luego inoculados por vía
endovenosa con cultivos puros del microorganismo y finalmente sacrificados
al mes de ser inoculados, contándose los abscesos y triturándose el hígado
y el pulmón los que fueron homogenizados y sembrados para hacer el
conteo de colonias. [13]
Este experimento arrojó que los corderos vacunados presentaban una
significativa disminución de los abscesos así como de los gérmenes en los
cultivos a partir de los macerados de órganos en los corderos vacunados y
además, que los animales que recibieron la vacunación con pared celular
tenían menos lesiones que los otros vacunados con la célula completa.
En ese mismo año, Anderson y Nairn desarrollaron comercialmente un
toxoide para ser usado en carneros en Australia e inocularon a cabras de
Angora vacunadas, mediante el frotado de la piel lesionada con caldo de
cultivo. [3]
Este trabajo tuvo como resultado que al ser sacrificadas tres meses después
de la inoculación, solo tres de las 20 cabras tuvieron abscesos, lo cual
resultó significativamente mejor que los controles, en los cuales de 10,
todos desarrollaron la enfermedad. Esto confirmaba que el toxoide daba
alguna protección a la exposición con Corynebacterium pseudotuberculosis.
Estos mismos autores investigaron el poder protectivo del toxoide en
corderos de una semana de nacidos y hallaron que solo un cordero de ocho
que fueron vacunados y luego inoculados, desarrolló abscesos, mientras que
en los controles, de ocho inoculados, siete desarrollaron abscesos, a pesar
de que aún la inmunidad pasiva natural estaba alta. [3]
El uso de adyuvantes para la inmunidad fue inicialmente investigado en
ratones por Brogden y col. usando cuatro adyuvantes (BCG, muramil
dipéptido, cord factor y C. parvoum. Este trabajo arrojó que ninguno de
ellos era capaz de inducir resistencia a la infección por Corynebacterium
pseudotuberculosis ni modular la respuesta en animales no vacunados, sin
embargo eran capaces de incrementar la respuesta protectiva de algunas
dosis de preparados vacunales de célula completa en dichos ratones. [14]
Brown y col. estudiaron nuevamente el efecto del toxoide pero esta vez con
adyuvante incompleto de Freund para lo cual utilizaron 15 cabras en tres
grupos (dos vacunados y uno control) y los inoculó a las siete semanas
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midiendo la respuesta humoral mediante el EHS y la celular por una prueba
cutánea, encontrando diferencias significativas en el número de animales
con abscesos y en la cantidad de abscesos entre vacunados y control. Estos
autores concluyen que los anticuerpos antitoxina deben limitar la difusión y
diseminación del microorganismo en el período inicial de su multiplicación,
sobre todo hasta dos semanas después de la infección. [17]
Un año más tarde LeaMaster y col. emplearon una bacterina inactivada con
formalina y adyuvada con hidróxido de aluminio en corderos, hallando que
en los dos grupos de animales vacunados la media de producción de
abscesos por cordero fue de 7 y 4 respectivamente mientras en el grupo no
vacunado fue de 32 abscesos por cordero. Por ello consideraron que la
vacuna proveía de protección inmunológica contra la inoculación con
Corynebacterium pseudotuberculosis y aunque no afectaba el tamaño de los
abscesos, si afectaba la virulencia del microorganismo. [61]
En 1990 Brogden y sus colaboradores, emplearon nuevamente el muramil
dipeptido (MDP) como adyuvante de vacunas de células integras de
Corynebacterium pseudotuberculosis, pero esta vez en corderos, además de
ratones, así como en varias dosis, lo cual arrojó que en los corderos la
combinación de 10 mg de células completas con 1 mg de MDP inducía
inmunidad sin el inconveniente de abscesos estériles en el punto de
inoculación, aunque consideraron que debe comprobarse el resultado en
grandes masas de animales susceptibles. [15].
En el año 1990 Real y León utilizaron el BCG (bacilo de Calmette y Guerin)
por su probada actividad frente al M. bovis en la inmunoprofilaxis de la
infección por Corynebacterium pseudotuberculosis, pero sus resultados
no fueron satisfactorios, por lo que después de seis años de estudios
consideraron que el método no se puede recomendar para el control de la
Linfadenitis caseosa. [80]
Al año siguiente, se publicó la realización de un ensayo de campo sobre la
vacunación de rebaños de ovejas y cabras con una vacuna realizada por
Brogden y col. y que abarcó tres años de observaciones, con todas las
dificultades y desventajas que todo ensayo de campo presenta. Este dio
como resultado que la vacuna brindaba un grado de protección
estadísticamente significativa en el caso de los carneros, pero en cabras
tenía una tendencia a proteger que no llegaba a ser significativa,
concluyendo que brinda una buena protección contra el desarrollo de la
linfadenitis caseosa en carneros y que podría jugar un importante papel en
el control de esta enfermedad. [13] Este ensayo tiene la ventaja de que sus
conclusiones son más extrapolables a las condiciones de campo que con una
inoculación experimental.
Un importante experimento, relacionado con el efecto de la inmunidad
pasiva natural, sobre la vacunación en los corderos, fue hecho por Patón y
col. en 1991. En este trabajo se dividieron las madres de acuerdo a su tasa
de anticuerpos antitoxina contra la linfadenitis caseosa y se controlaron los
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corderos vacunándolos a diferentes períodos entre 0 y 18 semanas después
del parto inoculándolos entre 18 y 24 semanas con pus de los abscesos y
sacrificándolos finalmente a los cuatro meses de la infección artificial. Esta
investigación arrojó que cuando la prevalencia de la linfadenitis caseosa en
las ovejas es alta, no se obtiene una buena protección contra la enfermedad
si se vacuna los corderos antes de las 12 semanas de nacido, especialmente
si la primera dosis se recibe con menos de tres semanas. Por ello se cual
recomiendan la vacunación en dichos rebaños a partir de 12 semanas de
edad [72].
En ese mismo año Eggleton y col., en tres trabajos sucesivos publicados
sobre el tema de la vacunación obtuvieron que el uso de células de
Corynebacterium pseudotuberculosis, unidas a un toxoide, no incrementaba
la potencia protectiva de este. Tampoco hallaron incremento de la
protección por la adición de antígenos de cinco especies de Clostridium, con
la adición de selenio de sodio como adyuvante. Sin embargo, en todos los
casos se obtuvo buenos niveles de protección con el toxoide empleado por
sí solo y se encontró una correlación positiva entre la cantidad de toxoide de
Corynebacterium pseudotuberculosis y el grado de protección alcanzado.
También lograron que el toxoide purificado por métodos cromatográficos,
indujera la mayor protección lo cual sugiere que la antitoxina es el mayor
factor de protección. [39, 40,41]
La aplicación de la biología molecular y la ingeniería genética a la producción
de vacunas contra la LC se produce a partir de los trabajos de Hodgson y
col. en el que mediante la delección del gen de la fosfolipasa D, del genoma
de Corynebacterium pseudotuberculosis, logrando una variante del
microorganismo donde la virulencia se reducía en gran medida y que
denominaron Toxminus y con el cual probaron la inoculación de carneros,
con distintas dosis, en comparación con inoculaciones de cepas de campo de
Corynebacterium pseudotuberculosis y luego retaron todos los grupos con
dosis mayores de la misma cepa de campo. Este trabajo obtuvo como
resultado que el Toxminus estimula fuertemente la respuesta humoral y
celular, así como, que la infección con este microorganismo se resuelve en
el sitio de inoculación en pocas semanas y que la bacteria Toxminus no
pudo ser cultivada a partir de los tejidos en la necropsia de ninguno de los
animales inoculados de la 8va a la 18va semana. Todo esto llevó a los
autores a sugerir que la fosfolipasa D contribuye a la supervivencia de
Corynebacterium pseudotuberculosis dentro de su hospedero. También se
plantea que la persistencia del microorganismo durante las primeras
semanas estimula el sistema inmune, lo cual sería un importante atributo
para una vacuna viva o para utilizarla como vehículo de entrega de los
antígenos al organismo animal. [48]
Sin embargo esta vacuna tenía la desventaja de provocar abscesos
indeseables en el punto de inoculación esto motivó al autor a utilizar la
vacuna viva atenuada con C. pseudotuberculosis toxminus por vía oral,
tanto solo como unido al gen modificado que producía la toxina PLD alterada
genéticamente sin embargo aunque se reportaba como un posible vehículo
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de administración de vacunas los resultados aun no eran alentadores. [49]
Solo un año después el mismo grupo de trabajo dio a conocer sitios
específicos del gen que codifican para la toxina PLD que al ser alterados
producían la inactivación de la toxina secretada por el C.
pseudotuberculosis [91].
Estos esfuerzos fructificaron en una patente a favor de Anthony Radford y
Adrian Hodgson en 1997 dirigida hacia la creación de la vacuna con el
Corynebacterium pseudotuberculosis mutante [79].
En 1998 Pionlkowoski y Shivvers. evaluaron una vacuna comercial caseous
D-T para la prevención de la inducción de abscesos por Corynebacterium
pseudotuberculosis, logrando una disminución del número de abscesos.
[76]
En el 2003 investigadores peruanos han publicado un trabajo destinado a
probar la eficacia de una vacuna elaborada a partir de precipitado proteico
de C. pseudotuberculosis conteniendo la exotoxina, en animales de
laboratorio (ratones albinos) observando disminución de los efectos
tóxicos del C. pseudotuberculosis, con disminución del número y tamaño
de abscesos de los animales vacunados (40% afectado) comparado con
las lesiones severas y generalizadas encontradas en los animales del
grupo control (95% afectado) demostrándose al C. pseudotuberculosis
como agente causal de la infección por medio de la técnica de PCR
mediante la banda de DNA de 815 bp en los animales que presentaban
abscesos. [64]
Más recientemente Fontaine y col. después de crear un modelo
experimental de la enfermedad en ovejas usando cepas virulentas del
Reino Unido y luego las retaron con varios preparados vacunales entre
ellos un recombinante deribado de la fosfolipasa D procedente de un
aislamiento virulento, una bacteria muerta con formalina y una bacteria
modificada con un recombinante de fosfolipasa D , observando que
conferian una protección estadísticamente significativa contra la infección,
así como, parece restringir la diseminación desde el sitio de inoculación.
La vacuna fue comparada con una vacuna comercial que no tiene licencia
en el Reino Unido y concluyen que sus resultados proporcionanuna
información pertinente para el desarrollo de una estrategia de vacunación
efectiva contra la linfadenitis caseosa. [44]
Pero no solamente la vacunación es el método de elección de los
investigadores sino que actualmente se considera que este es un problema
que debe ser abordado desde muchos puntos de vista por ejemplo Cubero y
col. plantean una serie de estratégias evaluadas por diferentes autores, que
se pueden emplear para el control de la linfadenitis caseosa entre ellas
destaca las campañas de saneamiento consistentes en, detectar los
animales infectados, eliminar todo animal positivo al diagnóstico, presente
o no síntomas, vacunación de los efectivos en riesgo y medidas generales
de higiene. [33]
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Nota: Ver la primera parte de esta monografía, Linfadenitis Caseosa I:
Aspectos históricos, etiológicos y clínicos, en RECVET: 2007, Vol. II, Nº 8
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