− El reinado de Fernando VII: Etapas−

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− El reinado de Fernando VII: Etapas−
La guerra de la independencia terminó en 1813 con el Tratado de ValenÇay entre Napoleón y Fernando VII.
Todo el tiempo que Fernando permaneció en Francia estuvo informado de los acontecimientos que ocurrían
en España mediante mensajeros y simpatizantes, haciendo creer a la población de que se encontraba
secuestrado. Cuando se firmó este Tratado, las Cortes de Cádiz le indicaron un itinerario de vuelta hacia
España con el fin de que regresara a Madrid lo más pronto posible y así jurara la Constitución de 1812, pero
Fernando hizo caso omiso a estas indicaciones y se marcó su propio viaje de vuelta. Cuando Fernando regreso
a España fue hasta Valencia donde le esperaban un grupo de diputados absolutistas de las Cortes de Cádiz.
Estos le entregaron un manifiesto (Manifiesto de los Persas) donde se reconocían las necesidades de que el rey
instaurara de nuevo el Antiguo Régimen. Ante esta situación, el rey decide dictar los Decretos de Mayo donde
se anula la Constitución de 1812, se disuelven las Cortes y se implanta de nuevo el Absolutismo.
La situación que se vivía en el resto del continente era favorable a esta nueva implantación. Mediante el
Congreso de Viena en 1815 se había creado la Europa de la Restauración formándose la Santa Alianza con el
fin de que si algún monarca pudiera ver amenazado su gobierno, el resto de países saldrían en su defensa.
España no ingresa en esta alianza hasta 1817.
La política de Fernando VII fue una verdadera vuelta atrás de todo lo logrado durante la Guerra de la
Independencia, ya que impone reformas muy duras. En primer lugar se produce una fuerte represión contra lo
liberales y afrancesados que se ven obligados a marcharse al exilio y algunos otros como militantes son
fusilados. Todo el tiempo de su reinado Fernando VII estuvo influido por una camarilla que tras él, ejercían
una dura presión. En la cultura tiene lugar un gran declive ya que la mayoría de los liberales que se vieron
obligados a marcharse eran al mismo tiempo las personas más intelectuales de la época. La economía en este
momento era muy débil, las principales causas de esto fueron la Guerra de la Independencia que supuso
grandes perdidas, sobre todo la del comercio colonial; el establecimiento de los derechos señoriales que
produjo una gran crisis agraria y la quiebra financiera debido al endeudamiento del estado.
Todos estos factores hicieron que apareciera una oposición liberal cada vez más enfadada con el gobierno de
Fernando VII. En este momento se crearon asociaciones secretas y se organizaron de tal manera que se
produjeron muchos pronunciamientos como el de Espoz y Mina en 1814, el de Porlier en 1815, el de Richart
en 1816, el de Lacy y Milans en 1817, etc. Todos ellos van fracasando, hasta que, en enero de 1820 se
produce el Pronunciamiento de Riego que da comienzo al Trienio Liberal. Este pronunciamiento triunfa
porque, aparte de la situación en la que estaba España en esa época, se estaban perdiendo territorios en
América y casi la totalidad del ejercito se encontraba en las colonias creándose un periodo de gran debilidad
militar. Además Riego organizó muy bien esta insurrección recogiendo hombres que estaban acuartelados
para partir hacia América. Finalmente, en marzo consiguen que Fernando VII jure la Constitución de 1812 y
que recompusiera su gobierno con los antiguos diputados de las Cortes de Cádiz.
El rey nunca estuvo de acuerdo con este nuevo gobierno lo que produjo un continuo boicot en todas las
decisiones tomadas y marco notablemente la situación política de esta época. Otra característica también muy
importante de este periodo fueron los numerosos levantamientos de los absolutistas argumentando que el rey
estaba prisionero dentro de la nueva situación. La gente del pueblo no se veía conforme con las reformas de
este gobierno y exigían una mayor rapidez. Otra de las causas de la inestabilidad política de este periodo fue la
división de los liberales en dos tendencias o grupos. Por una parte esta los doceañistas o moderados que son
los protagonistas de la Constitución de 1812 y por tanto los más veteranos. Estos no querían un
enfrentamiento abierto sino que preferían pactar o ceder y llegar así a un acuerdo. Por otro lado estaban los
radicales, exaltados o progresistas que eran los liberales más jóvenes, con el apoyo de la gente de la calle.
Eran mucho más revolucionarios y su vía de actuación eran las Sociedades Patrióticas.
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En este periodo gobiernan tanto los moderados como los exaltados. Los primeros dos gobiernos fueron de
carácter moderado: el de Barragil y el de Martínez de la Rosa (hasta 1822). El tercero fue un gobierno
exaltado de Evaristo San Miguel (desde 1822.
El cambio de gobierno del Trienio Liberal trae consigo un cambio de legislación. Algunas de las reformas que
tienen lugar son: Un sistema de medidas para desvincular el Antiguo Régimen, se establece una contribución
directa para todos pero no llega a entrar en vigor, la reorganización del ejercito, la creación de la milicia
nacional que era un cuerpo de defensa de la Constitución de carácter civil y voluntario, Ley de Orden Público,
Leyes de política religiosa (se obliga a los clérigos a jurar la Constitución y se suprime la Inquisición), Ley de
Supresión de la Ordenanzas, y una serie de reformas educativas (organización de la enseñanza pública).
Esta nueva legislación provocó que el rey pidiera apoyo a los absolutistas que provocaron en julio de 1822
una sublevación en La Granja. Tras esto Fernando VII crea un gobierno absolutita paralelo al liberal. Allí se
decide pedir ayuda a la Santa Alianza, que se reúne en el Congreso de Verona y las potencias aliadas deciden
intervenir en defensa del absolutismo. El duque de Adulema es enviado a España con 60.000 hombres a los
que luego se unen unos 30.000 absolutistas. A este ejercito se le conoce con el nombre de los Cien Mil Hijos
de San Luis y definitivamente devuelven el poder al rey.
Lo primero que hizo Fernando VII al reinstaurarse en el trono fue dictar el decreto de octubre de 1823 por el
cual se declara nula toda legislación liberal del Trienio así como la Constitución y se disuelven la Cortes. A
partir de este decreto empieza una represión contra los liberales protagonizada por Carlomarde. Con el
propósito de castigar a todos los liberales protagonistas del Trienio crea una serie de instituciones como las
Comisiones Militares (encargada de castigar a los militares), las Juntas de Purificación (castigaba a los
funcionarios públicos) y las Juntas de Fe (tribunales para perseguir los delitos contra la religión, para ya no
solo era de manera religiosa sino también estaban incluidos los del gobierno). Este decreto también tuvo
repercusiones para la cultura ya que se censuran todo tipo de libros, se cierran periódicos, bibliotecas, se anula
la libertad de expresión y de reunión, se cierra la Universidad de Madrid. Esta nueva situación provocó la
protesta de muchos liberales que siguen provocando pronunciamientos pero ninguno con éxito.
Respecto al gobierno, las cosas vuelven a una situación parecida a las del año 14. Se va a intentar hacer una
política reformista para ello, en su gabinete, va a contar con dos tendencias políticas, por una parte una
tendencia más reformista (reformas de tipo económico: nuevo código de comercio de hacienda para que las
clases más pudientes contribuyeran) y por otra estaban los que por ninguna razón querían que hubiera ninguna
reforma. Fernando VII comienza a parecer demasiado liberal para estos últimos y esto hace que los
absolutistas se vayan agrupando en torno a su hermano Carlos Mª Isidro, mucho más absolutista que su
hermano.
En el año 1829, tras muchos matrimonios, Fernando VII se enamora de su sobrina Mª Cristina y en el año
1830 nace Isabel, su primera hija. Al ver que su primera hija era mujer y él ya se encontraba muy mayor,
decide publicar la Pragmática Sanción anulando la Ley Sálica. En 1832−1833 Fernando VII enferma de
gravedad y Carlomarde le hace pasar un decreto volviendo a instaurar la Ley Sálica. Fernando lo firma sin
darse cuenta pero mejora y vuelve a anular esta ley. Cuando Fernando muere en septiembre de 1833, debido a
la sucesión en Isabel, se produce un conflicto por la sucesión al trono entre Carlos Mª Isidro, junto con los
absolutistas y Mª Cristina que tuvo que pedir ayuda a los liberales para defender la sucesión de su hija. Tras el
triunfo del ejercito isabelino en la guerra civil, durante su minoría de edad se la proclama heredera.
− Pleito dinástico y opciones políticas. Carlismo y Guerra Civil −
A la muerte de Fernando VII en septiembre de 1833 se produce una situación de vacío de poder ya que el rey,
antes de morir, había publicado la Pragmática Sanción nombrando heredera a su hija Isabel con tan solo tres
años. Esta situación hizo que Carlos Mª Isidro, hermano de Fernando VII, se viera con posibilidades de
acceder al trono. Carlos era mucho más absolutista que su hermano. Por esta razón, la tendencia más
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absolutista del gobierno de los últimos años de Fernando se había unido a él al creer que Fernando se estaba
volviendo demasiado liberal. La rivalidad por el trono entre Mª Cristina y Don Carlos hizo que estallara la
Guerra Carlista.
La parte más importante de esta guerra es la cuestión ideológica.
En el marco social, los Carlistas representan el absolutismo. Estos estaban apoyados por la alta nobleza y el
clero, pero el Papa y la jerarquía de la Iglesia apoyaban a Isabel. El ejercito que apoyaba a Isabel estaba
compuesto por los liberales que, lucha en el bando de la reina a cambio de que si vencían, la reina pondría fin
al Antiguo Régimen y proclamarían el liberalismo. Los grupos de población que estaban a favor de Isabel son
los artesanos, campesinos, funcionarios, cargos de la administración, etc.
En cuanto a zonas geográficas, los antiguos reinos que habían tenido fueros, estaban a favor del Carlismo ya
que su fin era instaurar de nuevo el Antiguo Régimen y esto implicaba devolver los privilegios forales a estos
territorios. Sin embargo, los isabelinos contaban con las grandes ciudades, lo que hizo que el ejercito Carlista
nunca consiguiera establecerse en ninguna de ellas.
Fijándonos en la ayuda internacional, los Carlistas no lograron el respaldo económico de ningún país, tan solo,
el apoyo moral de otras monarquías absolutistas como Prusia y Austria. En cambio los isabelinos tuvieron
más suerte ya que consiguieron ayuda de todo tipo de Gran Bretaña, Portugal y Francia.
La guerra carlista comienza con la autoproclamación de Carlos Mª Isidro en Talavera. Así, la primera fase de
este conflicto fue una fase de masivas victorias para los Carlistas. Se establecieron en el norte de España y
consiguieron de esta zona un gran punto de apoyo. Aunque eran muchas las victorias, el ejercito Carlista
nunca tuvo una buena organización, por esto, se decidió la actuación mediante las guerrillas. En este periodo,
se intenta numerosas veces establecerse en Bilbao pero cada intento les supone una derrota. El general
encargado de organizar las filas carlistas fue Zumalacarregui, uno de los pocos militares con visión de batalla.
La segunda fase de la guerra estuvo algo más igualada ya que ninguno de los dos bandos obtiene una victoria
clara. Una de las razones de esto fue la muerte del general Zumalacarregui que provoco un mayor
debilitamiento del ejercito Carlista.
En 1837 La expedición de Don Carlos llega hasta Madrid. Estuvo a punto de tomarla pero Don Carlos dudo
antes de atacar e intentó una pacto con la regente. En estas negociaciones se acuerda que Isabel se debería
casar con el hijo de Carlos. Estas negociaciones fueron aprovechadas por el ejercito isabelino para lanzar una
contraofensiva y Carlos tiene que replegarse al Norte.
En este momento se produce la división de los carlistas. Por una parte están los intransigentes o apostólicos
que siguen fieles a sus ideales, y por la otra, están los transaccionistas que se dan cuenta de que la guerra ya
estaba perdida y deciden en agosto de 1839 firmar el Abrazo o Convenio de Vergara. En este convenio los
Carlistas reconocen a Isabel como reina y los isabelinos respetan los fueros vascos. También se acuerda no
perseguir a los Carlistas y, además, que siguieran ocupando sus cargos en el ejercito.
Tras este compromiso tan solo el general Cabrera resistió algún tiempo en Castellón pero finalmente en 1840
tuvo que huir a Francia.
La guerra Carlista se saldo con numerosas muertes y la economía española entró en crisis. Estos factores
contribuyeron a retrasar aun más el desarrollo del país
− Moderados y progresistas durante la minoría de edad de Isabel II: el estatuto real y la Constitución
de 1837 −
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Al ser Isabel menor de edad cuando hereda el trono en 1833, su madre Mª Cristina ejerce como regente. Así,
todo el periodo de su regencia tiene como trasfondo la Guerra Carlista.
Cuando Fernando VII muere, su primer ministro Cea Bermúdez, que era muy absolutista, se niega a iniciar
reformas en el nuevo gobierno de Mª Cristina, por lo que ésta se tiene que apoyar en los liberales sustituyendo
a Cea Bermúdez por Martínez de la Rosa (liberal moderado). Cuando Martínez de la Rosa llega al gobierno se
aprueba el Estatuto Real en 1834 (es un documento que da la reina y por eso también llamado Carta
Otorgada). En este estatuto están recogidas las bases del liberalismo:
• Se establecen Cortes bicamerales. La Cámara Alta llamada Estamento de Próceres que esta compuesta
por nobles, arzobispos, obispos y propietarios con una renta mayor de 60.000 reales y la elite de la
nobleza. Este estamento es de designación real. La Cámara Baja o Estamento de Procuradores es de
elección indirecta por sufragio censitario y solo podían votar los mayores contribuyentes. Para que
cualquier persona pudiera desempeñar el cargo debía tener una renta mayor a 12.000 reales.
• La soberanía es compartida, es decir, las decisiones las tomaba el rey junto con las Cortes. Por esto el
poder real es restringido.
El desarrollo de guerra civil y las protestas de los liberales progresistas va a provocar la caída de Martínez de
la Rosa, Este es sustituido por Toreno que, debido a las medidas delimitadoras del poder de la Iglesia, el
enfado de los progresistas con este gobierno y la quema de conventos, hacen que su paso por el gobierno no
sea muy bueno y termine renunciando.
Estos dos primeros gobiernos fueron de carácter moderado, sin embargo con la caída de Toreno en septiembre
de 1835 da comienzo el primer gobierno progresista.
La regente nombra a Mendizábal jefe de gobierno. Este convoca elecciones y aumenta el número de votantes.
Las medidas adoptadas acerca de quitar poder a la Iglesia y su desamortización, provoca la separación, ya
definitiva, de los progresistas y los moderados.
Los moderados representaban los intereses de los grandes propietarios y de los terratenientes, rechazaban la
soberanía nacional y defendían la soberanía compartida, una monarquía y un gobierno con amplios poderes
(Cortes bicamerales, Senado elegido por la corono) y unos poderes municipales controlados por el rey.
También estaba a favor de un sufragio muy restringido, propugnaban un predominio de los impuestos
indirectos sobre los directos, protegían los productos extranjeros y quería un sistema educativo basado en la
moral católica.
Los progresistas representaban la tendencia reformista y los intereses de la burguesía financiera e industrial,
defendía la soberanía nacional y el poder legislativo que debía corresponder a las Cortes, un poder ejecutivo
entregado a la Corona y un gobierno sometido a la vigilancia de la Cámaras. Eran partidarios de las Cortes
bicamerales y defendían que las autoridades municipales fueran elegidas por sus vecinos que a su vez podían
formar milicias. Se apoyaban en las clases medias urbanas y querían el desarrollo de los derechos individuales
pero no el de los derechos colectivos.
Tras el gobierno de Mendizábal, sube al poder Isturiz pero la decisión de Mª Cristina de disolver las Cortes
provoca insurrecciones y tiene lugar el Motín de los Sargentos en la Granja lo que provoca la destitución de
Isturiz y obligan a la regente a firmar la Constitución de 1834.
Con esta firma se produce la subida al gobierno de Calatrava y, comienza sí, el gobierno de los progresistas
(1836−1840). Al llegar al poder, afianza el régimen liberal, impulsa a los militares para ganar la guerra civil y
elabora una nueva constitución.
Esta Constitución data en 1837. Es una Constitución de consenso entre los moderados y los progresistas. Por
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tanto, hay puntos moderados como la soberanía compartida y el reforzamiento del poder de la corona y del
gobierno; y hay puntos progresistas como la ampliación de las libertades, el establecimiento de dos cámaras
(Senado y Congreso de los Diputados), bajan el nivel de renta para que así pudieran votar mas personas.
Durante este periodo se desarrolla plenamente la desamortización eclesiástica y se sigue con la política de
quitar poder a la Iglesia.
Estando Calatrava en el gobierno, termina la guerra civil. Debido a esta nueva situación se convocan
elecciones y los moderados vuelven al poder y recortan leyes progresistas. También dictan la Ley de
Ayuntamientos, de esta forma, los alcaldes eran nombrados por la Corona lo que quitó el poder municipal a
los progresistas. Estos rechazan esta nueva ley y provocan insurrecciones. Ante esta situación, la regente
manda llamar a Espartero, el héroe de la Guerra Carlista, y le ofrece el mando del gobierno pero este se niega
por lo que Mª Cristina decide mandarlo a sofocar las insurrecciones de sus compañeros progresistas y
Espartero se vuelve a negar. La regente le vuelve a ofrecer el gobierno y esta vez si acepta.
En octubre de 1840 es cuando, tras la salida de Mª Cristina del país, Espartero se queda como jefe de
gobierno. Este propone que sea él quien ocupe la regencia junto a un gobierno progresista. Los moderados no
están de acuerdo con esta decisión y protagonizan una serie de pronunciamientos.
Una de las medidas que introdujo Espartero durante su regencia fue una Ley de Librecambio con Inglaterra
pero esto solo trajo más insurrecciones entre los sectores textiles catalanes. Para frenar estas insurrecciones
Espartero manda al ejercito bombardear Barcelona. Esta decisión hace que se cree una liga antiesparterista de
una parte de los progresistas a la que le unieron los moderados. Esto provocó un enfrentamiento con las tropas
de Espartero que fueron derrotadas en Julio de 1843 en Torrejón. Al mando de estas tropas se encuentra
Narvaez, protagonista durante el reinado de Isabel. Debido a esta derrota Espartero se ve obligado a marcharse
al exilio.
En este mismo verano se crea un gobierno progresista pero muy debilitado y, como veían que las regencias
solo traían más problemas para España, deciden en noviembre de 1843 declarar a Isabel II mayor de edad y
así que pudiera ocupar el trono.
La primera parte del reinado de Isabel II (1843−1854): Desarrollo institucional y cambios politicos.
Tras la caída de Espartero, los moderados alcanzaron el poder con el apoyo de la reina. Desde diciembre de
1843 hasta las elecciones en mayo de 1844 llevaron a cabo una política regresiva:
• Disolución de la Milicia Nacional.
• Restauración de la Ley de Ayuntamientos de 1840.
• Cierre de periódicos y clubes.
• Detención de lideres progresistas.
Tras las elecciones de 1844 Narvaez se convierte en jefe de gobierno y líder indiscutible del Partido
Moderado.
La constitución de 1837 era incompatible con el liberalismo conservador de los moderados por lo que es
sustituida por la de 1845, en teoría una reforma de la anterior pero las modificaciones fueron sustanciales.
• Soberanía compartida entre el rey y las cortes. (ideología Moderada y la reina tenía más poderes)
• Declaración de derechos basada en la constitución de 1837 pero pendiente de ser concentrada en leyes
posteriores que la limitaron ( la ley de Imprenta estableció la censura previa y exigía grandes fianzas
para la publicación de periódicos).
• Poderes:
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♦ Ejecutivo: La reina aumenta sus funciones, elegir ministros, derecho de veto, convocar y
disolver cortes.
♦ Legislativo: bicameral, el congreso se elige por sufragio censitario.
• Disminución de las funciones de las cortes: Congreso elegido por sufragio no definido en la
constitución. En 1846 una nueva Ley electoral establecerá el sufragio censitario muy restringido
(99000 electores). El Senado se componía de personas de confianza y mienbros de la oligarquía
designados por la reina con nombramiento vitalicio.
• Ayuntamientos y Diputaciones quedan sometidos a la Administración central y son nombrados por la
reina.
• Exclusividad de la religión católica. El Estado asume el mantenimiento del clero y el culto.
• Desaparece la Milicia Nacional.
• La constitución estaría vigente de 1845 hasta 1869 exceptuando unos meses durante el Bienio
Progresista.
Durante la Década Moderada, además, se sentaron las bases del Estado liberal desde el punto de vista legal,
siguiendo el modelo francés y de acuerdo a los principios moderados de centralización, uniformización,
eficacia y orden:
• Reforma de la Administración: se configura una organización ministerial similar a la actual y se crean
nuevos ministerios (Instrucción Pública, Comercio, Ultramar, etc). Se introdujo el principio de
selección del funcionariado para evitar su precariedad; se reforzó la Administración local y provincial
ampliando las funciones de gobernantes civiles y militares, prácticamente intocables, y estableciendo
el nombramiento de alcaldes por la corona (poblaciones de más de 2000 habitantes). Las provincias y
ayuntamientos dependían totalmente del Ministerio de Gobernación dando lugar a una administración
piramidal y centralizada.
♦ Justicia: se creó el Tribunal Supremo y un nuevo Código Penal (1851) además de comenzar el
preoyecto de Código Civil (base del que se aprobó en 1889). El País Vasco y Navarra
conservarón algunos derechos forales pero perdieron las funciones legislativas y judicial y se
equipararon al resto en el aspecto militar.
♦ Educación: el Estado asumió las competencias educativas y la elaboración de planes de
estudio.
♦ Hacienda: se llevo a cabo la reforma tributaria de ALENJANDRO MON en 1845 por la que
el estado asumía la implantación y recaudación de impuestos y se refundían las numerosas
contribuciones existentes anteriormente en impuestos directos sobre las propiedades (tierra,
inmuebles, comercio...) y los consumos. Impuestos indirectos sobre bienes de primera
necesidad.
♦ Se creó la Guardia Civil (1844) en sustitución de la Milicia Nacional. Su función era el
mantenimiento del orden publico y la defensa de la propiedad, sobre todo en el medio rural, y
estaba organizado como un cuerpo armado de estructura militar.
♦ Las relaciones con la iglesia, deterioradas por la desamortización y el apoyo del clero al
carlismo, se restablecieron. En 1844 se suspendió la venta de bienes desamortizados y se
devolvieron a la iglesia los no vendidos. Finalmente con el Concordato de 1851 la iglesia
aceptó la venta de sus propiedades a cambio de su mantenimiento a cargo del Estado, obtuvo
la supervisión de los programas educativos y la censura doctrinal y se permitió la vuelta de las
ordenes religiosas. El Concordato estuvo en vigor hasta 1931 y supuso el respaldo de la
iglesia a Isabel II.
♦ Se adoptó el sistema métrico decimal como sistema común de pesas y medidas.
Principales hechos del período:
• El matrimonio de conveniencia de Isabel II con su primo Francisco de Asís que además de influir
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negativamente en el comportamiento político de la reina provoco la segunda guerra carlista
(1846−1849) aunque esta vez con menos fuerza y localizada únicamente en Cataluña. La falta de
fondos y de apoyo en el resto de la península causó su fracaso.
• Coincidiendo con la oleada revolucionaria de 1848 y la aparición de protestas y levantamientos
debido a la crisis en España, el gobierno de Narváez acentúa su autoritarismo y represión. La llegada
al gobierno en 1851 de Bravo Murillo lo convierte prácticamente en una dictadura. En 1852 presento
un proyecto de reforma de la Constitución que limitaba excesivamente la función del Parlamento en
beneficio del gobierno. La reacción de progresistas y moderados provocó su dimisión a finales de
1852 y finalmente en 1854 dio lugar al pronunciamiento del general O´Donell en Vicalvaro. Aunque
el pronunciamiento fracasó ante las tropas de Isabel II, moderados y progresistas firmaron el
manifiesto de Manzanares exigiendo a la reina el cumplimiento de la Constitución de 1845, la reforma
de la ley electoral, la reducción de impuestos y el restablecimiento de la Milicia Nacional. El
manifiesto obtuvo un apoyo mayoritario y los levantamientos que se sucedieron en todo el país
obligaron a la reina a entregar al general Espartero, acompañado por O´Donell como ministro de
guerra.
La segunda parte del reinado de Isabel II: Desarrollo institucional y cambios políticos (1854−1868)
Los últimos gobiernos de la década moderada fueron de carácter autoritario, ineficaces, aislados y que
provocaron el descontento ante la corrupción y las intrigas políticas. Todo esto, junto a la represión que
sufrieron las manifestaciones y protestas revolucionarias ocurridas en 1848 por la situación de la población
(hambre y miseria) en las que tuvieron lugar docenas de fusilamientos, alentó a los progresistas y demócratas
a unir sus fuerzas para recurrir una vez más al pronunciamiento liberal. El inicial pronunciamiento del general
O'Donnell fracasó tras un enfrentamiento con las tropas gubernamentales en Vicalvaro. Tras este
pronunciamiento, deciden probar suerte por medio de un manifiesto donde explicaban los motivos de la
Vicalvarada así como el descontento por la corrupción y por la camarilla que movía a su antojo tanto a la reina
como a su madre para sus intereses propios. En este manifiesto llamado Manifiesto de los Persas, se incluían
una serie de puntos para mejorar la situación del país. A pesar de que la insurrección es de carácter moderado,
los puntos dictados son progresistas ya que era la única forma que tenían los moderados de ganarse el apoyo
del pueblo. Los progresistas, al ver que las peticiones les convenían, se unen a la insurrección y con ellos el
resto del pueblo. Con esta unión tiene lugar la revolución de julio del 54, en la que la reina no tiene más
opción que ceder y nombrar a Espartero jefe de Gobierno, con O'Donnell como Ministro de la Guerra. En
otoño, el nuevo gobierno, convoca elecciones a Cortes Constituyentes. En esta convocatoria aparece una
nueva fuerza política, la Unión liberal. Este partido estaba formado por moderados con una ideología más
abierta que veían la necesidad que tenía el país de salir de la corrupción y de los conservadores, y entre
progresistas que no veían bien las ideas tan radicales de algunos sectores de su partido. O'Donnell se convirtió
pronto en el líder de este nuevo partido. También muchos progresistas se unieron a sus listas, lo que les
permitió ganar las elecciones y dominar las Cámaras. En 1856 se comienza a redactar una Constitución de
carácter progresista. Sus principios básicos eran la soberanía nacional; una declaración de derechos
individuales detallada y precisa, con especial énfasis en la libertad de imprenta y en la libertad religiosa, y la
limitación de los poderes de la Corona y del Gobierno. Además, los Ayuntamientos y Diputaciones elegidos
por sufragio universal. Sin embargo, la Constitución nunca llegó a entrar en vigor y fue aplazándose hasta que
O'Donnell finalmente la anuló y instauró de nuevo la Constitución del 45.
De todas las medidas adoptadas por los gobiernos progresistas del Bienio destaca la Ley de Desamortización
General, promovida por Madoz en 1855. Declaraba la subasta de bienes de la Iglesia y del Estado que aún
permanecían amortizados tras el proceso iniciado por Mendizabal. La segunda ley importante fue la Ley
General de Ferrocarriles cuyo objetivo fue promover la construcción ferroviaria. También la Ley de
Sociedades Bancarias y de Crédito contribuyó a facilitar la inversión ferroviaria promoviendo la entrada de
capital. También se inicio una regulación del trabajo infantil. En contrapartida, El Bienio tuvo una gran
conflictividad social debido a malas cosechas, aumentos de precios y sobre todo, por el incumplimiento por
parte del gobierno de las promesas hechas al inicio del periodo. Estas causas, junto con los numerosos motines
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acontecidos en el campo hicieron que el gobierno perdiera el apoyo de las Cortes y que muchos progresistas
se pasaran a la Unión Liberal. Finalmente la reina, aceptó en julio de 1856 la dimisión de Espartero y
O'Donnell ocupó su lugar en la Jefatura de Gobierno. El gobierno de O'Donnell fue corto ya que en octubre de
1856 la reina encargó formar gobierno a Narvaez. Este anula las disposiciones más progresistas del Bienio
excepto las económicas. Durante el gobierno de Narvaez se dieron años de malas cosechas, recesiones
agrarias, industriales y financieras que provocaron el empobrecimiento de la población y con ello las
protestas. Pero también se aprobó la Ley Moyano por la cual se establecía el sistema educativo del país. El
talante conservador de Narvaez hizo que cada vez encontrara menos apoyo en las Cortes. La reina optó por
llamar a O'Donnell de nuevo dando comienzo al Gobierno de la Unión Liberal. El principal objetivo de
O'Donnell fue mantener el orden público y evitar que los moderados aumentaran su representación por lo que
recurre al fraude electoral. En general fue un periodo de estabilidad política y económica ya que se recogieron
los frutos de las medidas y legislación del Bienio. Tan solo una intentona Carlista y una insurrección
campesina en Loja alteraron la estabilidad. Lo más destacado del Gobierno de O'Donnell son las llamadas
Guerras de Prestigio. Todo el siglo XIX, España había carecido de una política exterior seria por lo que
decidió volver a situar a España en buen lugar como antes de la perdida de las colonias Americanas. La
primera expedición que realizó España fue junto a Francia, a Indochina en 1858. Esta expedición no aportó
nada a España pero si a Francia que inició el control de esta región. En 1859, debido a una cuestión de
fronteras, se inició una guerra en Marruecos por la cual el ejército español pretendía ganar territorios al Norte
de Africa. Los ingleses vieron amenazado Gibraltar por lo que tomaron parte en este conflicto. Esta guerra
concluyó con la entrega de Tetuan a España. El conflicto más absurdo de este periodo tubo lugar en México
en 1862 cuando Inglaterra, Francia y España pretendían castigar al gobierno mejicano por no pagar la deuda
externa. La decisión francesa de desbancar el actual y poner en su lugar al Archiduque Maximiliano hizo que
Prim decidiera retirar sus tropas. Esto provocó la ruptura de las relaciones con Francia y la irritación de
O'Donnell. Pero Prim acertó en su decisión ya que al poco tiempo en ejército francés fue derrotado y
Maximiliano ejecutado. Otras dos intervenciones exteriores fueron la fallida recuperación de la colonia de
Santo domingo en 1861, que hubo que cancelar por las presiones internacionales y la guerra contra Perú y
Chile, con el bombardeo español de los puertos chilenos que terminó en 1866 sin resultados positivos.
Hacia finales de 1862, el gobierno de O'Donnell comienza a perder peso político. Esto se debió al fraude
electoral junto a la falta de objetivos políticos, la presión de demócratas y republicanos y la unión de militares
a la oposición. Todo esto hizo que O'Donnell presentara su dimisión en 1863 y en septiembre de 1864
Narvaez se volvió a hacer cargo del gobierno. El periodo de Narvaez al frente de la jefatura de gobierno se
caracterizó por una crisis tanto económica como política. En los aspectos económicos, la guerra de Secesión
americana provocó la carencia de algodón para la industria catalana y como consecuencia el encarecimiento
de los productos textiles. El descenso de las inversiones en el ferrocarril fue provocado por el déficit de las
empresas ferroviarias ya que las líneas más rentables ya estaban construidas. Y, como último factor de la
crisis económica esta, el derrumbamiento de la Bolsa en 1866 por el crack europeo, lo que provocó la ruina de
los pequeños inversores.
A la crisis económica se le unió el descontento con la acción política debido a la actitud cada vez más
autoritaria de Narvaez. Un ejemplo de esto son los acontecimientos sucedidos en la Noche de San Daniel.
Estos, vienen a raíz de una protesta estudiantil por la decisión por parte del Gobierno de abrir un expediente a
un profesor (Emilio Castelar) de la Universidad de Madrid por publicar un artículo en el que criticaba a la
reina por una operación financiera oculta. En la noche del 10 de abril de 1865 se produjo el enfrentamiento
entre varios miles de estudiantes y las fuerzas del orden, con una carga indiscriminada en la que murieron
nueve estudiantes y cientos resultaron heridos. Algunos de estos estudiantes muertos, eran incluso, de familias
influyentes. Esto produjo que la reina volviera a llamar a O'Donnell para formar gobierno. Hasta enero de
1866 hubo una gran agitación política y social y esto provocó que el general Prim, que se había convertido en
el líder de los progresistas, protagonizara un intento de pronunciamiento en Villarejo de Salvanés que fracasó
y Prim se tuvo que marchar al exilio desde donde siguió conspirando. Pero en intento más serio fue el de la
sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil, el 22 de junio de 1866, cuando unos 1200 artilleros se
amotinaron e intentaron hacerse con el control de Madrid. La rápida respuesta militar fue dirigida por el
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propio O'Donnell y por Serrano. El resultado fue 60 muertos, y cientos de heridos más 66 suboficiales
fusilados. A tan dura acción siguió una oleada de protestas por todo el país.
En agosto los progresistas, demócratas y republicanos firmaron el Pacto de Ostende. De acuerdo en evitar una
revolución social, su programa se limitaba a destronar a la reina y a la convocatoria de una Cortes por
Sufragio Universal. En 1857, tras la muerte de O'Donnell la propia Unión liberal, convencida del hundimiento
de la monarquía isabelina, se sumó al pacto. Los grupos financieros se convencieron de que el gobierno
isabelino era incapaz de solventar la crisis económica y crear un clima de negocios y los disturbios impedían
recuperar la estabilidad necesaria.
Finalmente, las capas populares también se opusieron a Isabel. El paro, la miseria se mezclaron con el enfado
por la corrupción. El programa incluido en el Pacto hacía referencia a la supresión de las quintas y la abolición
de los consumos lo que ayudo a promover la colaboración de la población. Así, 1868 estalló La Gloriosa que
no fue una revolución popular sino más bien un pronunciamiento apoyado por la mayoría de los sectores del
país y dirigido por Topete, Serrano y Prim. Estos generales hicieron ver al actual jefe de gobierno la necesidad
de que la reina saliera del país. Y así, en 29 de septiembre de 1868 la reina cruzaba la frontera formándose,
inmediatamente un gobierno provisional.
El Sexenio Democrático: Características políticas y problemas de cada una de sus etapas
Tras la revolución de 1868 y con la salida de la reina hacia el exilio, el 8 de octubre se formó el gobierno
provisional presidio por Serrano, con Prim en el Ministerio de la guerra y Sagasta en gobernación. Las
primeras medidas de gobierno se detallaron en la publicación de un manifiesto. En él se recogía el sufragio
universal para mayores de 25 años, la disolución de ordenes religiosas y la libertad de expresión. A comienzos
de diciembre la normalidad institucional era completa, y el gobierno pudo convocar para enero elecciones a
Cortes Constituyentes. La campaña electoral se desarrolló en medio de la polémica sobre la forma de Estado,
Monarquía o República. Los unionistas y progresistas, que dominaban el gobierno, eran partidarios de la
Monarquía, a la que consideraban un régimen arraigado a la tradición. Los demócratas, sin embargo, estaban
indecisos. Algunos apoyaban la postura republicana y otros estaban a favor de una corona democrática y
popular con sufragio universal. Las elecciones fueron limpias y las campañas transcurrieron con plena libertad
de opinión y prensa. Conocidos los resultados, el bloque monárquico había ganado. Con Serrano como jefe
del poder ejecutivo, las Cortes procedieron a elaborar en un tiempo récord una nueva constitución, que fue
aprobada en junio. Esta Constitución es la primera democrática española. Sus principales características con la
soberanía nacional, la Monarquía como forma de Estado, poder legislativo en las Cámaras, ejecutivo en los
ministros y judicial en un cuerpo de jueces independientes (carrera judicial), declaración exhaustiva de
derechos (colectivos solo de agrupación y de asociación, sufragio universal de mayores de 25 años, elección
del Congreso a razón de un diputado por cada 40000 habitantes y del Senado de forma indirecta, la regulación
de Ayuntamientos y Diputaciones mediante la elección de los concejales por sufragio y la de alcaldes entre los
concejales y la libertad de cultos.
En este año también nació la peseta debido a la circulación de monedas de todo tipo: reales, napoleones,
coronas, etc. También, el 10 de octubre de este mismo año tiene lugar el Grito de Yara con el que comienza la
guerra de Independencia de Cuba, también llamada Guerra de los Diez Años.
Aprobada la Constitución, el general Serrano fue elegido como regente y Prim pasó a dirigir el gobierno. Sus
objetivos eran conseguir unir a los partidos políticos detrás de un programa que permitiera estabilizar el
régimen, emprender el desarrollo legislativo de la Constitución y buscar un candidato al trono que pudiera
convertirse en el nuevo rey.
Pese a los esfuerzos de Prim, fue imposible unir a los partidos. Este consiguió un gobierno de mayoría
progresista, con la participación de dos demócratas y un unionista, pero el conflicto fue permanente, más por
rivalidades personales que por políticas.
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En semejante situación de inestabilidad inició Prim la tarea de buscar un rey. Se trataba de encontrar una
persona de prestigio, de sangre real, que no fuera un Borbón y que obtuviera no solo el respaldo de las Cortes
sino la aprobación internacional. Muchas fueron las opciones presentadas (Alfonso el hijo de Isabel, el
candidato carlista, Espartero, el candidato Hohenzollern, etc.). Finalmente, el príncipe italiano Amadeo de
Saboya, hijo del rey Víctor Manuel, acabó cediendo a las presiones de su familia y aceptó la Corona española,
gracias a Prim, su principal valedor, siempre y cuando recibiera el respaldo de las Cortes y de las potencias
europeas. Amadeo desembarcó en España en diciembre de 1870 y recibió la noticia del asesinato de Prim.
Este hecho desanimó bastante al futuro rey. Es reinado de Amadeo fue un fracaso completo. Esto se debió
principalmente al propio carácter del rey que no supo ganarse el apoyo del país, a la falta del hombre que lo
había traído a España y a que nadie pensaba que la casa Saboya fuera la solución a los problemas del país.
Amadeo encontró a grandes sectores de la población en contra suya:
• La aristocracia: Estaban a favor de la monarquía y otros aún eran fieles a los borbones.
• Los sectores industriales. En contra del librecambismo y proclamaban la AIT
• El clero: en contra de la libertad de cultos
• Los carlistas: defendían al candidato carlista
• La gente de la calle: disconforme con el carácter del nuevo rey.
El reinado de Amadeo se caracterizó por la inestabilidad política. Durante los dos años de reinado se formaron
ocho gobiernos, hubo tres elecciones, enfrentamientos entre partidos y dos guerras. Aparte de esto los
progresistas se dividieron el partido radical (Ruiz Zorrilla: postura más abierta partidarios de una monarquía
democrática) y en el partido constitucionalista (Sagasta: partidarios de una monarquía constitucional).
También surge un nuevo partido llamado Alfonsino que defiende la Restauración borbónica. Todos estos
factores hacen que el 11 de febrero Amadeo abdique y en esa misma noche se proclama la República.
Los diputados de la Cámaras, en su mayoría radicales, nombraron jefe del poder Ejecutivo a Figueras, uno de
los lideres más moderados del republicanismo. Figueras nombró a un gobierno de republicanos y radicales. La
República llegó en una situación caótica. El país estaba inmerso en problemas de todo tipo. Económicos:
quiebra del Estado, lentitud en la recuperación y la situación de la agricultura. Sociales: escaso apoyo a la
República e intereses contradictorios. Internacionales_ solos los Estados Unidos y Suiza reconocieron el
régimen. Interiores: La mayoría de los partidos pasaron a la oposición. En estas condiciones la República solo
podía ser un fracaso. En los primeros días, ya se produjeron levantamientos campesinos, ocupación de tierras
y linchamientos. Además los radicales intentaron des golpes de Estado pero tras su fracaso abandonaron el
gobierno, dejando solos a los republicanos, lo que hizo que en las elecciones de mayo consiguieran la mayoría
y proclamaran la República federal (unidades territoriales con competencias de gobierno). Tras proclamar la
República federal las Cortes se apresuraron a redactar y debatir el proyecto de Constitución. Mientras, la
dimisión de Figueras convirtió en Presidente a Pi y Margall. El proyecto de Constitución de 1873 no llegó a
entrar en vigor pero en él se establecía una República confederal compuesta de 17 estados y varios territorios
de ultramar, cada uno de los cuales podía tener su propia Constitución. El Estado se estructuraba en, el
ejecutivo, ejercido por el Gobierno; el legislativo, ejercido por la Cámaras, ambas de elección directa; y el
judicial, independiente y presidio por el Tribunal Supremo. También incluía una extensa declaración de
derechos y sobre todo la afirmación de Estado laico. La Constitución no llegó a entrar en vigor porque el país
entró en un proceso revolucionario que acabó por hundir definitivamente la República. El 7 de julio se celebró
una huelga general por miembros de la AIT en la que se produjeron asesinatos. El 12 de julio, se sublevaron
los grupos federalistas proclamando el cantón y haciéndose con el control de la flota y del arsenal.
Rápidamente se extendió la proclamación de cantones y la formación de Juntas Revolucionarias. En esa
situación, incapaz de organizar la respuesta del Estado, y no pudiendo controlar los resortes de poder, Pi y
Margall presentó su dimisión el 18 de julio, siendo elegido presidente Salmerón. Este, se propuso restablecer
de nuevo el orden, para lo cual solo cabría dar plenos poderes al ejército, reconstruyendo sus cuadros y la
disciplina. Así, consiguieron ir sofocando una a uno los focos de sublevación pero cuando se le pidió que
firmase dos condenas a muerte para dos lideres cantonalistas, Salmerón prefirió dimitir el 5 de septiembre.
Con el nombramiento de Castelar como nuevo presidente se consolida el conservadurismo. Nada más ocupar
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su puesto, emprendió un programa de reforzamiento de la autoridad del Estado para el cual buscó apoyo en el
ejército. Los generales prefirieron apoyar a Castelar para acabar con la revolución. En pocos días, el
presidente obtuvo poderes extraordinarios en la Cortes, suspendió hasta enero sus sesiones, restableció las
quintas y las ordenanzas militares y suspendió varios derechos constitucionales. A finales de diciembre se
había conseguido detener militarmente el movimiento carlista y prácticamente estaba a punto de caer
Cartagena. Pero Castelar no llegó a ver la caída del cantó como Presidente. Ya no contaba con el respaldo
suficiente. Los grupos conservadores y monárquicos le apoyaban solo como un gobierno fuerte y de
transición; lo que quería era terminar con la República. El 2 de enero de 1874 tras reunirse la Cámara, el
gobierno fue criticado duramente y derrotado en la moción de Confianza. Cuando se estaba votando un nuevo
gobierno, el Residente de la Cámara anunció que unidades del ejercito habían ocupado los puntos clave la
capital. Poco después, el general Pavía hizo entrar tropas en el edificio y, tras disolver el Congreso, anunció
que se iba a constituir un gobierno de emergencia, sugiriendo el nombre del general Serrano como nuevo Jefe
de Gobierno.
LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN Y LA
ARTICULACIÓN DEL MERCADO INTERIOR (1834−1874)
A mediados del siglo XVIII la industria española también presentaba un cierto retraso al igual que el sector
agrario.
El bajo nivel de vida de la población española era un obstáculo para la formación de un mercado lo
suficientemente potente como para promover la producción de artículos de consumo. Los salarios eran muy
bajos porque sobraba mano de obra en el campo, una población sobrante que no emigraba a las ciudades ante
la falta de empleo industrial. El escaso desarrollo de las industrias de consumo significaba una baja demanda
de maquinaria industrial, lo que a su vez impedía el crecimiento de la siderurgia. La inexistencia de un
mercado interior interconectado: faltaba una buena red de carreteras y ferrocarriles, lo que encarecía de tal
forma la mercancía que era más barato importar productos extranjeros a través de los puertos que comprar los
nacionales. La escasez de las inversiones. La política proteccionista de los gobiernos, que, si bien al principio
contribuyó a preservar la industria nacional frente a la competencia extranjera, a largo plazo desincentivó la
inversión y la incorporación de mejoras técnicas, lo que hizo de nuestra industria una de las menos
competitivas de Europa.
Todos estos factores explican la falta de un proceso de revolución industrial en España similar al inglés o a los
que se iniciaban en aquellas décadas en Francia o en Alemania.
Hacia 1830 sólo un sector y una ciudad habían iniciado su industrialización: el textil de Barcelona. La
industria catalana había experimentado una fuerte crisis a raíz de la pérdida de las colonias. Sin embargo, a
partir de 1832 comenzó una nueva fase de expansión, lenta al principio, más acelerada desde 1840, tras
finalizar la guerra, y que se prolongó hasta 1862. Las causas de esta rápida industrialización: La introducción
de la energía del vapor y la mecanización de las fábricas textiles se produjo en esos treinta años, y dio lugar a
una disminución de costes y precios y a una multiplicación de las ventas, pero con la contrapartida de sustituir
la mano de obra masculina por niños y mujeres, con salarios mucho mas bajos. No es extraño que fueran los
obreros catalanes los más concienciados y los primeros que se organizaron en defensa de sus derechos,
naciendo entre ellos el movimiento obrero español. Los gobiernos de los años treinta y cuarenta realizaron una
política proteccionista y prohibieron la importación de telas de algodón, lo que permitió a los productos
catalanes competir con ventaja en el mercado interior. El intento de Espartero de introducir el librecambio y,
por tanto, de abrir el país a las telas inglesas, es una de las claves de su fracaso y de la revuelta catalana de
1842. Esta política permitió mantener la expansión de la producción, pero ralentizó las inversiones y la
modernización, Cuando la crisis estalló en 1862−1863, ante el encarecimiento del algodón ocasionado por la
guerra de secesión estadounidense, las fábricas se encontraron sin recursos para afrontarla, quebrando muchas
de ellas y produciendo un paro creciente. No obstante, hacia 1860 era la industria más avanzada de España y
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había eliminado prácticamente a las pequeñas industrias levantinas y gallegas. Mucho menor fue el desarrollo
del sector siderúrgico. Aunque la demanda de hierro comenzó a crecer a partir de 1830, no puede hablarse de
un despegue propiamente dicho. En primer lugar, porque faltó un proceso de mecanización, tanto en el campo
como en la industria que disparara la demanda. En segundo lugar, porque el boom siderúrgico que hubiera
supuesto el ferrocarril o los barcos de vapor no se produjo, al permitir la ley de la libre importación sin
aranceles de materiales del extranjero, mucho más baratos que los españoles. En tercer lugar, la escasez, baja
calidad y alto coste del carbón español aumentaba los precios del hierro nacional.
El sector siderúrgico se localizó generalmente por el norte, en torno a la costa Cantabria (Cantabria, Asturias y
País Vasco). También en Cataluña surgieron industrias siderúrgicas asi como en Toledo y la zona sur de
Andalucía.
Hubo tres etapas bien diferenciadas en la formación de la siderurgia española del XIX. La etapa inicial
(1830−1860) con predominio de los altos hornos andaluces, que suministraban un hierro de alta calidad pero
también muy caro. En la segunda (1860−1880) el hierro comienza a ser más barato con predominio en los
altos hornos asturianos que instalaron sistemas de carbón mineral y aprovecharon las minas de la zona. Su
calidad no era mejor que la del hierro malagueño, pero su precio era considerablemente menos, por lo que
rápidamente lo desbancó del mercado. La tercera etapa (desde 1880) se impone el predominio vizcaíno,
gracias a la excelente calidad del hierro vasco, la concentración de sus empresas, los encargos de la Marina y
la acumulación de capitales generada por la venta al exterior, que permitieron organizar las factorías a partir
de altos hornos modernos, con procedimientos de última generación.
La construcción del ferrocarril sí que experimentó un enorme impulso en la segunda mitad del siglo. El retraso
general de la economía española y el clima de permanente inestabilidad habían impedido planificar la
construcción y atraer inversiones. En 1844 se publicó un Real Orden para regular la construcción, pero fue
muy imprecisa y las concesiones recayeron sobre grupos afines al partido moderado que se dedicaron a
especular en Bolsa con ellas y provocaron escándalos de corrupción. En 1855 los progresistas aprobaron la
Ley General de Ferrocarriles. Esta ley si fijaba condiciones muy favorables para la construcción. Mas tarde
con la Ley de Sociedades de Crédito en 1856 se formaron tres grandes grupos, mayoritariamente participados
por la banca francesa que fundaron las tres grandes compañías ferroviarias. La crisis financiera internacional
de 1866 prácticamente paralizó la construcción, que sólo se reanudaría después de 1876, aunque a ritmo más
atenuado.
En los años coincidentes con el periodo de la Unión Liberal, buena parte del ahorro nacional y de los recursos
del Estado se invirtieron en el ferrocarril. En este periodo se construyeron una buena parte de la líneas
principales de la red, lo que se tradujo en un cambio considerable en el coste y condiciones de transporte de
viajeros y mercancías.
Las finanzas españolas también sufrían un cierto retraso respecto a las europeas. Esto se debía a la permanente
inestabilidad política que hacía muy difícil el asentamiento del crédito, el retraso en el sistema de sociedades
anónimas, el caos monetario y la deuda pública. En 1856 los progresistas del Bienio aprobaron dos
importantes leyes sobre Banca y Sociedades de Crédito. La primera regulaba el derecho de emisión de
moneda, asignado a un banco emisor por localidad y a un máximo del triple del capital del banco. Por último,
se establecía un riguroso control gubernamental sobre el funcionamiento de los bancos. Más permisiva fue la
Ley sobre Sociedades de Crédito; regulaba la fundación de sociedades de crédito por acciones y les otorgaba
mucha mayor libertad de actuación que a los bancos de emisión.
El comercio español, que había experimentado un hundimiento casi completo con la pérdida de las colonias
americanas y el clima de guerra civil, comenzó a recuperarse a partir de 1840. En el interior se debió a ala
desamortización y la liberalización de precios y mercados, a la reparación y construcción de nuevas carreteras
y a la eliminación de las aduanas vascas y de otras trabas internas. Aún no podemos hablar de mercado único
e integrado pero si que se produjo un cierto avance, que se consolidó con los ferrocarriles.
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Mucho menos se desarrolló el comercio exterior antes de 1856, debido tanto a la política proteccionista de los
moderados como al caos monetario y la revaloración de la moneda, que dificultaba su uso en transacciones
exteriores. A partir de 1856 la nueva legislación y la reducción de aranceles facilitó la entrada de capitales
extranjeros y también el aumento del tráfico comercial.
La reforma de la Hacienda de 1845 supuso la eliminación del viejo sistema y la refundición de los numerosos
impuestos existentes en cuatro esenciales: dos directos, la contribución territorial y el subsidio industrial y de
comercio, y dos indirectos, los derechos de puertas y los llamados consumos. El resultado fue profundamente
injusto: el peso era muy pequeño, con lo que el sistema se apoyó en los consumos, que hacían recaer la carga
fiscal sobre toda la población.
Más tarde, el gobierno de Bravo Murillo abordó la transformación de la deuda en consolidada (lo que permitió
pagar los intereses a partir de entonces con regularidad), la Ley de Contabilidad y la elaboración, por vez
primera, de presupuestos sin déficit.
El gobierno de la Unión Liberal continuaría la política de inversión pública, financiada con un presupuesto
extraordinario cubierto a través de la emisión de deuda. Para entonces, la conversión realizada por Bravo
Murillo y los ingresos por la desamortización de Madoz habían conseguido atenuar en buena parte el peso de
los intereses. En aquellos años el Estado subvencionó la construcción del ferrocarril, inició una
reestructuración de red viaria nacional y financió importantes reformas en las principales ciudades del país.
Y entonces la economía financiera del país sufría una gran crisis en la cual todos los mercados tenían una gran
e
EL CONFLICTO CUBANO Y LA CRISIS DEL 98
La guerra de Cuba se debió a la maduración del movimiento independentista indígena, ya muy
avanzado y bajo el liderazgo de Antonio Maceo y José Martí, pero también a los errores cometidos por
España. Pese a lo dispuesto en la paz de Zanjón de 1878, el gobierno español no fue generoso ni
previsor. Prefirió ir retrasando la concesión del régimen de autogobierno y eludió un control real sobre
los abusos que los trabajadores indígenas de las plantaciones sufrían por parte de los propietarios
españoles y criollos. Los sucesivos gobiernos se dejaron presionar por los grupos con intereses
coloniales, que se oponían a cualquier cambio que pudiera reducir sus ganancias en la explotación de la
isla.
A la frustración acumulada se unió el respaldo norteamericano a los insurgentes. Los políticos
estadounidenses eran firmes partidarios de la independencia cubana, no por ella misma sino porque
significaba el abandono por los europeos de su última colonia y, por lo tanto la posibilidad de explotar
la riqueza de la isla. El apoyo fue continuo, primero diplomáticamente, presionando al gobierno español
para hacer concesiones de autonomía, y cuando la ley de aranceles prohibió a los cubanos el comercio
libre con Estados Unidos, se convirtió en un apoyo materias y en una presión favorable para el estallido
de la insurrección.
Aunque a finales de 1894 los liberales sacaron adelante un tímido proyecto de autonomía era tarde: la
insurrección estaba en marcha, y en febrero de 1895 estalló la revuelta. Inicialmente el gobierno liberal
intentó una política de mediación enviando a Martínez Campos a la isla. Esta política de mediación
fracasó ya que la insurrección estaba mucho más extendida y organizada de lo que el gobierno pensaba.
El nuevo gobierno de Canovas envió al general Weyler. Conocía bien la isla por lo que pudo recuperar
todo el territorio y enviar a los insurrectos a las montañas. Dividió el territorio por líneas fortificadas y
concentró a la población civil en compartimentos, para evitar que pudiera apoyar a los guerrilleros.
Comenzó así una guerra de desgaste que se prolongó dos años, basada en la superioridad de militar
española y en el dominio del terreno por los guerrilleros cubanos, que recibían armamento y
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suministros estadounidenses.
Las bajas fueron aumentando, más por enfermedades que por muertes en el frente, comenzando a
levantar roces y protestas en España y rompiéndose el consenso liberal−conservador sobre la cuestión
cubana. Tras el asesinato de Canovas, Sagasta intentó un nuevo proyecto de autonomía más amplio,
con gobierno propio, Cámara de representantes y los mismos derechos que los peninsulares. Envió al
general Blanco en sustitución de Weyler y puso en marcha el nuevo régimen. De esta forma parecía que
se podía dar paso a la pacificación de la isla.
Fue en este momento cuando Estados Unidos decidió intervenir. La opinión pública estadounidense,
influida por los ideólogos del imperialismo norteamericano, y preparada por las campañas de los
periódicos de Hearst y de Pulitzar, presionaba a favor de la guerra.
El incidente que propició el estallido de la misma fue la explosión del acorazado estadounidense Maine
anclado en La Habana y que causó 254 muertos. Había sido enviado a Cuba para proteger los intereses
norteamericanos de la isla. Pese a la propuesta española de una comisión de investigación internacional,
Estados Unidos, tras una rápida y particular investigación atribuyó toda la responsabilidad a España, a
quien correspondía garantizar la seguridad en el puerto. El gobierno de Washington propuso primero
la compra de la isla por 300 millones de dólares y ante la previsible negativa española, lanzó un
ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía. La guerra
era inevitable.
En Filipinas la situación también era crítica. Tras tres años de insurrección independentista, el ejercito
español, mandado primero por Polavieja y después por Primo de Rivera, había conseguido dominar en
parte la situación. Pero en 1898, ante la inminencia de guerra entre Estados Unidos y España, la flota
norteamericana en Hong Kong se dirigió a las islas para apoyar a los insurrectos.
La superioridad material y técnica norteamericana y la mayor cercanía a los objetivos eran enormes.
En Filipinas, los barcos estadounidenses destrozaron la flota española. En Cuba, la flota española se
rendía en julio. A primeros de mes tropas norteamericanas habían desembarcado en Guantánamo, y a
finales de mes desembarcaban en Puerto Rico.
En estas condiciones, el 12 de agosto España tuvo que pedir un armisticio y firmó un protocolo previo al
tratado de paz aceptando ya la renuncia de su soberanía. Por el Tratado de París en diciembre de 1898
España renunciaba definitivamente a su soberanía sobre Cuba, cedía a Estados Unidos las Islas
Filipinas a cambio de 20 millones de dólares, y Puerto Rico. Posteriormente cedería a Alemania las Islas
Marianas, las Carolinas y las Palaos.
Las consecuencias de esta guerra fueron perdidas humanas por las enfermedades y el hundimiento de
la flota española, materiales aunque no se notaron mucho ya que mucho capital de empresas españolas
en la isla fue repatriado a España de nuevo y la crisis política y social.
Ante los acontecimientos ocurridos se vio la incapacidad del sistema para mantener sus posesiones, la
incompetencia de los políticos, el desprestigio internacional por las cláusulas del tratado. Toda la
sociedad española cayo en una profunda depresión debido al desastre. De este hondo sentimiento van a
surgir dos movimientos. Uno literario llamado la Generación del 98. Estaba constituido por una serie de
intelectuales que se dedicaron a hacer un ensayo sobre la realidad del momento. No son un grupo pero
coinciden en los temas y cada uno da una visión de cómo afrontar el problema. El otro movimiento que
surge tras el desastre es la corriente regeneracionista. Muchos de sus componentes estaban relacionados
con la Institución Libre de Enseñanza. Este movimiento pretende analizar el sistema y expone que todo
lo que le pasa a España es por la corrupción de las clases política. Esta reflexión queda expuesta en la
obra de Joaquín Costa titulada Oligarquía y Caciquismo No es el régimen parlamentario la regla, y
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excepción de ella los vicios y las corruptelas (...); al revés, esto que llamamos desviaciones y corruptelas
constituyen el régimen, son la misma regla. La crítica a este movimiento estaba en que proponían la
regeneración de España pero no explicaban el cómo y se negaban a crear partidos políticos para
ponerlo en práctica.
Las constantes críticas por parte de los españoles al ejército hace que estos se exculpen acusando al
gobierno de incompetente. Esta situación hace que cada vez más militares ocupen más puestos políticos.
Al final toda esta subida al gobierno de militares concluirá con una dictadura militar.
LA CUESTIÓN MARROQUÍ Y SUS IMPLICACIONES SOCIOPOLÍTICAS
Desde los últimos años del siglo XIX la presencia española en el reino de Marruecos había ido aumentando.
Era uno de los últimos territorios libres de África, tras el reparto colonial, y sobre él se concitaban las
ambiciones y tensiones de las grandes potencias. Tras el Desastre, la posibilidad de un imperio colonial
africano, que conectaba con el pasado histórico del país, vino a sustituir las frustradas expectativas de los
colonialistas españoles. Tras un primer acuerdo franco−español en 1904, que otorgaba a España la
administración del Rif, en 1906 se concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre Marruecos, y
entregó a España la administración del Rif. En los años siguientes, compañías españolas comenzaron a
instalarse allí, con el objetivo de explotar las riquezas mineras de la región, y junto a ellas se enviaron algunas
tropas.
En 1909, los miembros de algunas cabilas atacaron a los trabajadores españoles de una fábrica. El gobierno de
Maura decidió trasladar soldados para proteger los intereses españoles. El ministro de la guerra cometió el
error de aprovechar la ocasión para ensayar el plan de movilización de reservistas, y ordenó la incorporación
de éstos en Madrid y Barcelona. Las protestas generalizadas ante esta medida, especialmente en Cataluña, no
fueron atendidas. En julio, cuando las tropas embarcaban en el puerto de Barcelona hubo incidentes graves.
La tensión fue en aumento en los días posteriores. Solidaridad obre convocó huelga general en
Barcelona. Las noticias del desastre del Barranco del Lobo, que causó más de 1200 bajas, coincidieron
con el inicio del paro, que fue total en la ciudad. Por la tarde se declaró el estado de guerra, mientras la
huelga se extendía a las ciudades industriales vecinas. El comité de huelga perdió el dominio de la
situación, que derivó en alto y quema de conventos por parte de la población y enfrentamientos entre
huelguistas, policía y ejército. Las luchas e incendios duraron tres días y luego comenzó a normalizarse
la situación.
Las consecuencias de este enfrentamiento fueron perdidas humanas, destrozo de edificios, detenciones y
condenas a muerte. La brutalidad de la represión llegó al límite con el procesamiento irregular, condena y
ejecución del pedagogo y anarquista Francisco Ferrer i Guardia, fundador de la Escuela Moderna. Este, no
participó en los hechos y su condena se basó en indicios insuficientes; más bien se quería personificar en él el
escarmiento, y se utilizó su fama de luchador anarquista y las sospechas que existían de haber tenido algo que
ver en el atentado de la boda de Alfonso XIII. Su ejecución se produjo en medio de una oleada de protestas
internacionales, y contribuyó a mitificar al personaje. Consecuencia de todo ello fue la caída de Maura: ante el
desprestigio Alfonso XVIII le retiró su confianza.
En 1912 España todavía no había conseguido hacerse con el control de la zona por lo que Francia decide
quitar territorio al protectorado de España perdiendo la zona de Tánger. Los españoles siguen oponiéndose a
la guerra por considerarla solo beneficiosa para el rey, políticos y militares. Hasta 1919 a España cada vez le
cuesta más trabajo mantener la guerra tanto humana como económicamente. Ante esta situación los franceses
reanudaron su avance en el protectorado, y España emprendió igualmente una política de expansión. Bajo las
órdenes del general Berenguer se emprendió una acción lenta y sistemática de control del territorio, frente a
unas tribus más conflictivas y que luchaban en un terreno abrupto y difícil frente a un ejército mal equipado y
compuesto de una mezcla de tropas indígenas, soldados de reemplazo y miembros de la Legión. Ésta había
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sido fundada en 1920 a imitación de la francesa, por un grupo de oficiales africanistas encabezado por Millán
Astray, Sanjurjo y Franco.
En el verano de 1921, sin embargo, una acción mal planificada permitió al líder guerrillero del Rif,
Abd−el−Krim, atacar la posición de Annual, defendida por tropas poco agrupadas y preparadas, que
reaccionaron huyendo precipitadamente. El desastre de Annual supuso la perdida de 13.000 vidas.
En los meses posteriores, Berenguer fue capaz de recomponer la situación, de tal forma que en 1923 las
posiciones eran similares a las anteriores del desastre. Pero Annual se convirtió en un serio revés para el
Ejército, para su imagen y para los gobiernos.
En septiembre Primo de Rivera protagoniza un golpe de estado militar y da ordenes de salir de Marruecos.
Los africanistas se negaban a salir del territorio por las buenas y buscan venganza. Ante esta situación Primo
de Rivera pacta una alianza con Francia por la cual ambos ejércitos se unirían para derrotar a la guerrilla.
Mediante el desembarco de tropas españolas en Alhucema y el avance de los franceses desde el interior
consiguieron rodear y vencer a la guerrilla de Abd−el−Krim.
Las consecuencias de la guerra con Marruecos fueron todas perjudiciales: crisis económica, social y perdidas
humanas.
La guerra de Marruecos fue para algunos la oportunidad de restaurar el prestigio perdido en Cuba. Allí se
formó una nueva generación de soldados con una mentalidad autoritaria y militarista que veía los valores
militares y el patriotismo como una forma superior de vida y a l ejército como la encarnación de la esencia de
la patria. Estos militares, Millán Astray, Goded, Mola, Francisco Franco, Orgaz, Varela, el ejército de África
serán más tarde los responsables del golpe de estado del 18 de julio de 1936.
LA CRISIS DE 1917
Desde 1914 las potencias europeas estaban enzarzadas en la IGM. En este año ambos ejes estaban muy
igualados y no se producían movimientos de fuerzas por ninguno de los dos bandos. Esta igualdad de fuerzas
se produjo a raíz de la salida de la guerra de la U.R.S.S. al producirse en el país una revolución de
trabajadores organizados en Soviet.
España no estaba metida en esta guerra ya que no formaba parte de ninguna alianza pero se convirtió en el
mayor exportador de los países enemistados. De esta forma, muchas empresas aumentaron sus capitales y la
situación de este momento en el país era buena para las industrias. Sin embargo, los salarios de los
trabajadores no subían pero si lo hacían los precios por lo que se disparó el déficit. La gente vivía mal y esto
origina protestas sociales de las clases más desfavorecidas.
Ante esta situación de protestas generalizadas, tres van a ser los sectores más reivindicativos.
Los militares exigían una reforma en la regulación de los ascensos ya que si conseguían acceder a un
puesto superior tendrían un mayor salario y por tanto mejorar sus condiciones de vida. Los
parlamentarios también protestaron: a principios de año, estando Romanones en el gobierno se
cerraron las Cortes debido a la inestabilidad política pero con la promesa de realizar elecciones a
Cortes. Estas elecciones nunca se celebraron y las protestas de los parlamentarios se multiplicaron,
sobre todo, las de los parlamentarios catalanes. Ante esta situación Romanones dimite y le sucede Dato
pero este tampoco les da una solución ya que decía que eso era competencias del rey. El último de los
sectores que se sumo a la protesta fue el sector obrero organizando movilizaciones.
El descontento militar va a dar lugar a que ya desde el año 16 se asociaran en juntas militares de defensa.
Estas juntas eran ilegales pero el gobierno hacía la vista gorda ya que eran en el ámbito municipal y nunca
16
llegarían a convertirse en un problema. Pero en 1917 los militares se dan cuenta que organizándose en
pequeños grupos no conseguirían nada y hacen una Jun Superior para coordinar las diferentes juntas. El
gobierno se da cuenta de que ya comenzaban a tener problemas con los militares y prohíbe las juntas y detiene
y encarcela a los principales responsables. Los militares siguen reivindicando la revisión del sistema de
ascensos junto con la puesta en libertad de sus compañeros y el cese del gobierno.
Los parlamentarios catalanes pedían mayores competencias de gobierno para su comunidad y para ello era
necesario que las Cortes volvieran a estar en funcionamiento. Al ver que esta convocatoria no llegaba,
decidieron convocar ellos una asamblea. En esta asamblea se reúnen miembros de todas las fuerzas políticas
de la comunidad, incluso los carlistas. Esta asamblea nunca llegó a celebrarse ya que la policía acordonó la
zona y no permitieron la reunión. A pesar de esto, los convocados redactan un manifiesto por el cual piden la
reapertura de las Cortes y el cese del gobierno.
El aspecto que más agito esta situación fue la cuestión social. Los obreros estaban muy influidos por la
revolución de soviets en Rusia y piden mejoras en las condiciones de trabajo. Para ello comienzan los
preparativos para una huelga general pero antes de estallar la huelga, tiene lugar en Valencia una huelga de
ferroviarios. Ésta es duramente reprimida y se produce el despido masivo de trabajadores. Ante esta situación
queda convocada una huelga revolucionaría con el respaldo de ugetistas y socialistas. Esta huelga tiene dos
objetivos. El primero económico (subida de salarios) y uno político (el cambio de gobierno). El 10 de agosto
estalla en las ciudades más industrializadas de España. La respuesta del gobierno es dura y violenta y la
patronal amenaza con despidos. Debido a esto, la huelga solo pudo mantenerse 10 días porque los obreros no
contaban con dinero suficiente para mantenerse mucho tiempo sin trabajar. Al final, el comité de huelga es
encarcelado.
El movimiento obrero sufre en esta huelga una derrota pero esta experiencia les sirvió para un mayor
reforzamiento en la organización de futuras huelgas y para darse cuenta de que para resistir deberían tener un
fondo en común para ayudarse económicamente. A partir de este momento comienza una descomposición del
sistema de la restauración que culminaría con la dictadura de Primo de Rivera.
Después de esta crisis y particularmente tras la IGM se va a abrir un periodo de profunda descomposición del
sistema. Los años 20 y 30 son particularmente conflictivos tanto en Europa (periodo de entreguerras) como en
España, aquí desde todos los aspectos: Militares (desastre de Marruecos), social (lucha sindical y terrorismo)
y político (dictadura militar y fin de la monarquía).
LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES: URBANIZACIÓN Y NUEVAS RELACIONES
SOCIALES
La sociedad española de principios del siglo XX seguía siendo una sociedad de grandes diferencias entre una
minoría elitista que concentraba la riqueza y unas clases populares pobres y con pocos medios para salir de
esa situación. Entre estas hay una clase media que aumenta progresivamente pero que mantienen su
heterogeneidad.
La clase dirigente española esta constituida por la oligarquía terrateniente pero cada vez tienen más peso las
familias burguesas enriquecidas por la industria y la banca. A este grupo se le van añadiendo los nuevos ricos,
industriales, navieros y comerciantes que hicieron fortuna al resguardo de la guerra europea. La clase
dirigente se ancla en el inmovilismo político. Estas clases gozaron de muchos privilegios de la época que otras
clases no se podían permitir. Gozaban de teléfono en casa, electricidad, agua corriente, algunos de ellos ya
tenían un cuarto de baño moderno, y algo que los diferenciaba del resto de las clases, la posesión de un
automóvil. Tener un coche era un lujo que solo se podían permitir algunos aristócratas y financieros pero tras
la Gran Guerra su coste se abarato y fueron más los que presumían de pasear por las calles Madrileñas al
volante de un Alfonso XIII. Además se construyó una red ferroviaria durante la dictadura que respondía a la
demanda de ese ya importante parque automovilístico.
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Las clases medias experimentan un aumento significativo al iniciarse el siglo XX, conforme avanza el proceso
de urbanización. En su composición crece cada vez más el peso de los trabajadores de cuello blanco:
empleados de oficina, funcionarios, profesionales liberales y del sector de servicios. Permanecen las grandes
diferencias de ingresos y de posición social, como también de orientación políticas. Una buena parte de la
burguesía giró hacia los partidos de oposición, primero hacia las opciones reformistas, y posteriormente hacia
el movimiento republicano una vez que el golpe de Estado de Primo de Rivera hizo perder la fe en la
monarquía alfonsina. En la periferia, sin embargo, las clases medias se inclinaron hacia opciones de carácter
nacionalista. La burguesía de Barcelona, por ejemplo, se dividió en quienes apoyaba la Lliga y quienes
apoyaban la opción españolista pero radical. Mientras, el PNV se apoyaba precisamente en las clases medias
vascas, en las que el sentimiento católico estaba muy arraigado.
La clase popular también estaba compuesta por sectores de la población muy distintos pero todos ellos se
parecían por su situación de pobreza extrema y descontento generalizada que unificaba sus actitudes. El
crecimiento urbano, consecuencia del aumento de fabricas y de la inmigración masiva de jornaleros, hizo
aumentar los contingentes obreros. Al tiempo que crecía su conciencia política y su protesta, veía estancarse o
empeorar sus condiciones de vida. Este rápido crecimiento hizo que las ciudades no estuvieran preparadas
para recibir a tanta población y fueron apareciendo barrios de arrabal que no siempre reunían condiciones de
habitabilidad suficientes. El aumento de la población es simultáneo a la difusión de la información, la
multiplicación de medios de transporte, la aceleración del ritmo de vida, el ruido y en conjunto, los problemas
típicos de las grandes aglomeraciones. Durante este periodo se inauguraron las primeras líneas de Metro y
llegó la iluminación eléctrica a las calles y a muchos hogares aunque tener electrodomésticos era solo
privilegio de las clases dirigentes y ningún obrero podía permitirse tener una aspiradora o simplemente
electricidad y agua corriente en sus grifos. Mucho pero era la situación de campesinado. Se mantenían
sistemas de explotación y regímenes de propiedad atrasados e injustos. El paro estacional y los bajos salarios
coincidían con jornadas de sol a sol y con unos precios que permanecían elevados gracias a la política
proteccionista. Entre el campesinado español el alfabetismo sigue siendo la nota dominante, y la dureza del
trabajo no deja tiempo para el ocio y el hambre es una amenaza que bloquea cualquier inquietud de orden
culturas o formativo. Además la población rural estaba incomunicada y los tendidos eléctricos no llegan a los
núcleos urbanos, solo a algunos cafés o cantinas. El teléfono o un aparato de radio es privilegio de los
señoritos. Los grupos populares urbanos ajenos al mundo industrial se mantuvieron e incluso crecieron en el
sector servicios. Pequeños comerciantes, empleados, funcionarios del servicio público, artesanos y otros
colectivos se caracterizaban por mantener una condición de vida precaria y por carecer de ideales políticos, de
tal forma que eran utilizados por los grupos dominantes para reprimir los movimientos obreros.
Uno de los fenómenos de comienzos de este siglo que más influyo en todas las clases sociales fue la aparición
del cine. Inventado en 1896, en los primeros años del siglo había ya bastantes salas de cine en las ciudades
mayores del país, y en los años de la década de 1910 su difusión se generalizó por buena parte de las ciudades
medias de provincia. La radio tardó algo más en llegar. Solo al final de la década de 1920 comenzaron a
proliferar las emisoras y empezó a ser corriente en las viviendas urbanas el aparato de galena. Por él
empezaban a llegar noticiarios y, ya en los años treinta, mítines políticos, conciertos y, gran novedad, la
retrasmisión de combates de boxeo.
Entre los fenómenos que se producen en la España de comienzos de siglo destaca el creciente y renovado
protagonismo del Ejército en la vida nacional, un protagonismo abierto primero por el Desastre de 1898 y
reafirmado a partir del estallido de la guerra de Marruecos. La guerra provocó una división entre los oficiales
africanistas que consiguieron rápidos ascensos y los peninsulares con salarios bajísimos y sin posibilidades de
ascenso. El sentimiento de frustración que provocaba su aislamiento social debido a su papel en las guerras
provocó que sus ideales chocaran con la mentalidad popular, que achacaba a los militares las derrotas y
despreciaba el talante autoritario de muchos oficiales. Éstos, a su vez criticaban el régimen parlamentario y a
los partidos como causantes de la penuria material y la perdida del Imperio. Pronto se generalizó entre los
oficiales una percepción conservadora del sentimiento patriótico, que desembocó en la reivindicación del
viejo intervensionismo militar.
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También en este periodo se produjo un incremento significativo del clero debido a la repatriación de
numerosos frailes y monjas tras la perdida de las colonias, y en la entrada de clérigos franceses tras las duras
restricciones impuestas en Francia. Todos estos clérigos ocuparon puestos destacados en la educación y la
asistencia pública.
Otro fenómeno social importante fue la incorporación masiva de las mujeres tanto a la industria como al
frente debido a la Gran guerra. La mujer europea había adquirido conciencia de su papel laboral y social. El
cambio en las formas de vida, la independencia, la adopción de hábitos masculinos y de una estética
completamente distinta pero sobre todo su masiva incorporación al trabajo y la consecución del voto en la
mayor parte de las democracias cambió su imagen y el fenómeno llegó a repercutir en España. Solo en las
clases sociales altas y medias de las grandes capitales se reprodujo el fenómeno, y que en comparación con
otros países, la mujer española seguía siendo hogareña, dependiente, sumisa y alejada de la vida activa. Ya en
18910 vieron el libre acceso a la Universidad; en la Dictadura de Primo de Rivera se concedió el voto en las
elecciones municipales a las mujeres mayores de 23 años que fueran independientes y durante los años veinte
surgieron revistas, asociaciones y clubes de mujeres que comenzaron a influir el ideario feminista.
Orígenes y acción de la Dictadura de Primo de Rivera.
El desarrollo de la oposición al régimen y el hundimiento de la Monarquía
En el verano de 1923 los rumores sobre un golpe de Estado estaban muy presentes en muchos sectores de la
población y la prensa denunciaba la conspiración hacia la Restauración. Las principales causas que originaron
el golpe de Estado fueron, en primer lugar, el Desastre de Annual. La derrota del ejercito español en
Marruecos fue un duro golpe tanto para este colectivo como para los españoles y comenzaron las criticas,
primero hacia el ejercito, tachándoles de incompetentes y más tarde a los políticos. Esta situación hizo que se
exigiera un cambio de gobierno. En segundo lugar, el auge del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco era
mal visto por los partidos de derechas que lo veían como una amenaza a la unidad de la patria. Otra de las
causas fue la división de los partidos conservador y liberal y el ascenso de socialistas y republicanos que veían
como un gobierno autoritario podía ser el freno a la protesta social y al auge del movimiento obrero. La
opinión pública veía como el sistema se corroía, como subían los precios y la guerra de Marruecos
interminable. La solución que proponían era la de un nuevo régimen capaz de solventar todos errores actuales
y terminar con la guerra. Por ultimo, dos factores decisivos fueron el apoyo del rey al golpe y el contexto
internacional. El rey no apoyó el golpe en sentido estricto sino que no se opuso a él y contribuyó, con su lenta
reacción, a afianzar el pronunciamiento. El contexto internacional estaba marchado por una profunda crisis y
se estaban imponiendo los movimientos militaristas y radicales.
La conspiración se fue fraguando desde las elecciones de 1923. En junio, un grupo de generales, y entre ellos
varios africanistas, llegaron al acuerdo de preparar un golpe e instaurar un gobierno fuerte. Los primeros días
de Septiembre acordaron que fuera Primo de Rivera quien lo dirigiera. Este se sublevó el 12 de septiembre
contra el Gobierno. Pese a la oposición y el intento de reacción de éste, el golpe triunfó gracias al silencio,
primero, y al apoyo, más tarde de Alfonso XIII encargando al general formar gobierno.
El nuevo gobierno presentó su programa mediante un Manifiesto en el que exponían la voluntad de corregir y
reparar los errores del sistema anterior para lo cual el ejercito ocupaba el Gobierno y la Administración y se
establecía una dura Dictadura. El rey aceptó la propuesta de nombrar como único ministro a Primo de Rivera,
a quien asistiría, a título consultivo, un Directorio Militar compuesto por jefes del Ejercito. Las primeras
medidas que tomó Primo en su nuevo cargo fue la supresión de las asociaciones y la Mancomunidad de
Catalunya quedó muy restringida al prohibirse el uso de la bandera catalana, restringirse el uso del catalán,
represión de manifestaciones culturales y políticas lo que provocó que muchos de los empresarios catalanes
que en un principio apoyaron la dictadura se fueran asociando al bando republicano hasta entonces
minoritario.
19
Los objetivos de este Directorio Militar fueron tres. En primer lugar conseguir la pacificación del país por el
establecimiento del orden público, poner fin a la guerra de Marruecos y reorganizar la vida política acabando
con el sistema de partidos de la restauración.
Para alcanzar estos objetivos Primo de Rivera comienza por quitar el poder a los terratenientes y ponerlo en
manos de jefes del ejercito y en la Administración a miembros de segunda fila que fueran adictos al golpe.
Más tarde se aprobó el Estatuto Municipal el cual pretendía aumentar el poder municipal y terminar con el
caciquismo. En principio la libertad municipal quedó muy recortada al darle a los gobernadores excesivas
competencias y establecer un modelo intervencionista. Tampoco se acabó con el caciquismo, al no llegar a
desarrollarse el sistema electoral democrático.
En lo referente a la estructura política, la Dictadura solo contó con el apoyo de las Uniones Patrióticas. Estas
estaban formadas por grupos católicos y conservadores.
La política exterior en este momento es muy afín al régimen de Primo de Rivera ya que se produce un auge de
los sistemas autoritarios como es el caso de Italia y Portugal. Otros de los grandes logros de esta etapa de la
Dictadura fue el fin a la guerra de Marruecos. Desde el comienzo de la Dictadura, Primo de Rivera mostró su
desacuerdo con esta guerra e intento que el ejercito español abandonase sin más el territorio marroquí. Los
africanistas se negaron a salir sin una victoria por lo que Primo pacto una alianza con Francia y tras un ataque
conjunto consiguieron la victoria.
En diciembre de 1925, cuando ya eran claros los resultados positivos del desembarco de Alhucemas, Primo de
Rivera propuso al Rey la sustitución del Directorio Militar por un Gobierno civil por lo que el ejercito
retornaba a los cuarteles aunque permanecían suspendidas la Constitución y las libertades.
El directorio civil va a suponer un intento de institucionalizar el régimen haciendo permanente lo que en
principio se había presentado con una solución de emergencia. Para comenzar a institucionalizar este nuevo
directorio crea la Asamblea Nacional Consultiva. Ésta esta formada por 400 miembros constituidos de la
siguientes manera: un tercio era representación municipal y provincial, otro tercio eran miembros de la iglesia
y los restantes eran miembros de la Uniones Patrióticas. Esta Asamblea tiene una función de asesorar pero no
es legislativa ni lo es parlamentaria. La misión con la que fue creada era crear una nueva constitución. Tras un
año de trabajos, el proyecto que se presentó en 1929 no satisfizo a nadie. Organizaba un Estado sin soberanía
nacional ni división de poderes, con una Cámara única, la mitad de cuyos miembros era nombrada por la
Corona, y en el que se otorgaba al Rey una enorme capacidad legislativa y ejecutiva, hasta el punto de que el
propio Primo de Rivera se opuso al texto. Al final tanto la Asamblea Nacional como la Unión Patriótica
demostraron ser un fracaso.
La dictadura va a coincidir con un auge económico el España y también en Europa coincidiendo con el
periodo conocido como Los Feliz Años 20. Durante todo el dictadura Primo de Rivera desarrolla una política
de intervencionismo estatal que va a contribuir a desarrollar fuertemente la industria. En este periodo se va dar
el monopolio del petróleo a CAMPSA, se produce un gran crecimiento de la industria automovilística, se crea
un proyecto de infraestructura y obras públicas basado especialmente en la creación de embalses, carreteras y
la cuenca hidrográfica y se crea la Compañía Nacional de Teléfono.
Otro aspecto destacado de la acción de la Dictadura fue la política social. A la creación del Consejo Nacional
del Trabajo se sumó una legislación corta pero positiva. Así, el Código de Trabajo regulaba los contratos, los
tribunales laborales, y los accidentes así como la ayuda a familias numerosas y un seguro de maternidad.
En 1926 se creo la Organización Corporativa del Trabajo, una organización mixta para la regulación de los
problemas laborales. Se organizó en comités, en cada uno de los cuales el número de obreros y de patronos
era el mismo.
20
Al mismo tiempo que la economía crecía y el desarrollo laboral se estabilizaba fue surgiendo una dura
oposición hacia la Dictadura desde diferentes grupos políticos. Los republicanos seguían fieles a la idea de
restaurar de nuevo la república. Los monárquicos se quedan a la expectativa tras la proclamación de la
Dictadura pero una parte de estos critican al rey por tolerar el régimen. Estos van a separarse de los
monárquicos y se van a afiliar a la opción republicana como es el caso de Alcalá Zamora y Miguel Maura.
Los socialistas, al inicio de la Dictadura, publican un manifiesto en que llaman a la tranquilidad y exigen al
dictador unas condiciones. En un primer momento esperan resultados pero más tarde se produce la ruptura en
sus filas: por una parte la opción liderada por Largo Caballero, favorable a colaborar con la dictadura para
debilitarla y por otra la opción de Prieto y De los Ríos que se oponen firmemente al régimen. Entre el
movimiento obrero también van a surgir protestas. UGT cuenta con Largo Caballero como secretario por lo
que recoge su postura de intervensionismo para debilitar, sin embargo, CNT se opone radicalmente a la
Dictadura haciendo una oposición frontal por lo que fueron perseguidos y encarcelados. Dentro de la CNT
surge la FAI que defiende la acción directa (violencia) como autodefensa. Los intelectuales también
constituyen una dura oposición. En un principio se mantienen a la espera pero más tarde califican a la
Dictadura como un régimen que ofende a la razón. La decisión de Primo de Rivera de crear una única
asociación y crear una ley de universidad que regulara la enseñanza provocó el rechazo de los catedráticos.
Otros de los factores del hundimiento de Primo de Rivera fue el Crack del 29 que estuvo muy presente en
estos últimos años.
Todo esta dura oposición con que contaba el régimen, unida a una enfermedad del dictador hicieron que el 27
de Enero de 1930 Primo de Rivera presentase su dimisión y se marchara al exilio donde murió. Tras
abandonar Primo de Rivera el cargo, Berenguer es nombrado Jefe de Gobierno. Una vez que la dictadura
termina, el rey cae en el error de nombrar de nuevo a un hombre en calidad de dictador para que continuara el
régimen. En vez de volver a la normalidad continua con el régimen por lo que la oposición rechaza la
monarquía y se agrupan en el Pacto de San Sebastián. Lo firman los partidos republicanos y los regionalistas y
más tarde los socialistas. La CNT también apoya el pacto pero no lo firmo. El objetivo era derribar la
monarquía mediante elecciones y si esto no funcionaba pues habían planeado una insurrección formada por un
comité revolucionario y miembros del ejercito, que habían protagonizado una insurrección en Jaca pero sin
éxito. Esta presión hizo que el rey cambiara el gobierno y el almirante Aznar es nombrado Jefe de Gobierno
casi con el único fin de volver a la normalidad mediante elecciones. Estas elecciones son ganadas por los
republicanos en los Ayuntamientos por lo que, para evitar una guerra civil, el rey se marcha y la República se
proclama el 14 de abril de 1931.
BASES SOCIOCULTURALES Y FUERZAS POLÍTICAS
EN LA INSTAURACIÓN DE LA II REPUBLICA
Tras los últimos intentos del general Berenguer y el almirante Aznar de retornar al sistema monárquico
parlamentario al finalizar la Dictadura de Primo de Rivera y ver que era imposible, el almirante Aznar
decide convocar elecciones municipales para el 12 de Abril. Estas elecciones otorgan la victoria a los
republicanos en la mayoría de las capitales de provincia. Dos días después se suceden proclamaciones
esporádicas de la Republica en diferentes ciudades. Ante la obviedad de los hechos, Romanones
aconseja al rey su salida del país y este acepta con el fin de evitar lo que sería una guerra civil.
Finalmente el 17 de Abril de 1931 se proclama en la Puerta del Sol de Madrid la II República.
Tras la proclamación de la República se configura el gobierno provisional hasta la elaboración de una
nueva Constitución. Este gobierno estaba formado por miembros de los partidos firmantes del Pacto de
San Sebastián (Derecha Republicana, PSOE, Radicales, Regionalistas, etc). La Presidencia provisional
la ocupa Alcalá Zamora y los diferentes ministerios son ocupados por Azaña (Guerra), Marcelino
Domingo (Educación), Maura (Gobernación), Álvaro de Albornoz (Trabajo), etc.
De esta forma, la República constituía un intento de establecer por primera vez en España un régimen
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democrático moderno. Por primera vez el bloque oligárquico tradicionalmente en el poder es
desplazado por las clases medias. Con esto aparece una serie de problemas
• La fuerte oposición de la oligarquía
• Los representantes de estas clases medias no están suficientemente organizados y les falta
experiencia para afrontar los problemas del país
• Debido a la lentitud de las reformas, los sectores populares y obreros van a radicalizar sus
posturas
• Coyuntura internacional poco favorable (crisis económica y debilidad de los sistemas
democráticos y aumento de totalitarismos.
A pesar de estas duras condiciones el gobierno provisional comienza a forjar su programa de reformas
por lo que promulga el Estatuto Jurídico donde se establece el marco legal y el programa a seguir hasta
que se elabore una nueva constitución.
Una vez aprobado el Estatuto Jurídico el gobierno provisional comienza su labor sanadora con una
serie de reformas laborales, educativas y militares.
La reforma laboral la lleva a cabo el ministro de Trabajo Largo Caballero. Esta reforma se basa en la
Ley de Términos Municipales la cual prohíbe la contratación de empleados de oros términos
municipales mientras hubiera desempleados en el suyo. A esta reforma se le oponen los empresarios.
La reforma educativa es obra de Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública. Esta se basa en
la creación de nuevas escuelas, el aumento de salario a los maestros y la implantación de una enseñanza
laica y mixta. Esta última reforma hizo que los sectores eclesiásticos se opusieran.
La reforma militar la emprende Manuel Azaña, ministro de la Guerra. Fue un intento de modernizar el
ejercito tanto en armas y equipamientos como en la instrucción militar. También ofrece retiro
voluntario a los militares que así lo solicitasen siempre conservando su salario y regula el sistema de
ascensos y accesos.
Por ultimo, Maura, ministro de Gobernación, creará la Guardia de Asalto como cuerpo de protección
de la República.
El 28 de Junio de 1931 se celebran las elecciones a Cortes Constituyentes para lo cual se aprobó una ley
donde disminuía la edad para votar a 23 años. También se debatió el derecho de voto para la mujer
pero ante las grandes diferencias entre los miembros del gobierno se decidió no dárselo pero si que
podían ser elegidas. Las elecciones transcurren con normalidad y no se produce el fraude electoral. Las
urnas otorgan la victoria al actual gobierno provisional por lo que el actual gobierno se confirma en el
poder.
Posteriormente se crea una comisión constitucional para crear el proyecto constitucional pero éste tenía
muchos puntos negros en los que hubo un debate abierto como fueron el voto femenino, cuestión
autonómica y como resolverla, y la cuestión religiosa lo que provoca el abandono de Alcalá Zamora y
Miguel Maura.
Finalmente la constitución se aprueba el 9 de diciembre de 1931 con los siguientes puntos
fundamentales:
• Soberanía popular, el Estado es una República democrática de trabajadores de toda clase.
• Extensa declaración de derechos y libertades. Sufragio universal para mayores de 23 años y el
voto femenino. Se establece el matrimonio civil, el divorcio, la equiparación de hijos legítimos e
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ilegítimos, la igualdad de todos en la educación y el trabajo como una obligación social.
• Separación de poderes:
♦ Poder Legislativo: Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal y con la
competencia de la elección del presidente de la república.
♦ Poder Ejecutivo: Elegido cada 6 años por el Congreso de los Diputados y un número
igual de compromisarios elegidos para este fin. Presidente de la República.
◊ Condiciones
⋅ Ser español mayor de 40 años
⋅ No ser militar ni cura en activo ni miembro de familia real
⋅ No puede ser reelegido
⋅ No hay vicepresidente y en caso de renuncia o cualquier otra
circunstancia el cargo es ocupado por el presidente de las Cortes
◊ Competencias
⋅ Nombrar al presidente del gobierno
⋅ Puede disolver las cortes pero máximo dos veces en su legislatura
♦ Poder judicial: Totalmente independiente. Se crea un Tribunal de Garantías
Constitucionales como máximo organismo del Estado y sus miembros son elegidos por
las Cortes.
• El estado esta constituido como una fórmula mixta entre estado federal y estado centralizado ya
que se reconoce el derecho a la autonomía de aquellas provincias que así lo deseen pero se
prohíbe la federación de regiones autonómicas.
• Se establece un estado no solo no confesional sino laico con limitaciones para la iglesia católica.
Se disuelven congregaciones con otra obediencia distinta a la del Estado, se le prohíben la
actividades comerciales y educativas y se tiene que registrar como asociación.
Es una constitución claramente progresista y de las más democráticas de su época pero también alberga
algunos defectos
• Es demasiado detallista en la redacción de los artículos lo que la hace demasiado estricta en su
aplicación.
• Establece una presidencia demasiado débil y muy sometida a las Cortes lo que deba cierta
inestabilidad al estado.
• No se buscó un amplio consenso con todas las fuerzas políticas especialmente en los temas más
polémicos por lo que algunas fuerzas políticas especialmente las más conservadoras no se
sintieron nunca representadas por esta constitución y desde su aprobación iniciaron una
campaña de oposición.
CONDICIONAMIENTOS, CONFLICTOS Y ETAPAS DE LA II REPUBLICA
La nueva Constitución se aprueba el 9 de diciembre de 1931 y con ella la elección de jefe de la
República. Aunque Alcalá Zamora había dimitido se vuelve a presenta y es elegido Presidente de la
República. Este nombra a Manuel Azaña jefe de gobierno. Con su jefatura salen los radicales de las
cortes y se producen algunos cambios de cartera.
Desde la proclamación de la República, muchos sectores de la población se opusieron a ésta. Lo normal
sería que contara con la oposición principal de la derecha pero también se le van a oponer sectores de
izquierdas.
Uno de los conflictos que tienen lugar durante este primer bienio es la Sanjurjada. Es un golpe de
estado acontecido en agosto de 1932. Las causas de este intento golpista se deben a que muchos sectores
de la población no aceptaban la República y que no estaban de acuerdo con algunos artículos de la
constitución como la cuestión religiosa y los nacionalismos. Al frente de este golpe de estado se
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encontraba el general Sanjurjo. Estalló en Madrid y Sevilla pero debido a su escaso apoyo civil y la
mala organización fracasó. Sanjurjo fue condenado a muerte pero Azaña se negó a firmar su ejecución.
La consecuencia de este intento golpista fue una mayor unificación por parte del gobierno y como
prueba de ello se aprueban dos leyes: Ley agraria y Estatuto de Autonomía Catalana.
Otro de los sucesos importantes acontecidos durante este primer bienio fue el Suceso de Casas Viejas.
El campesinado era el sector más necesitado de ayuda y la República viendo esta realidad se puso desde
el principio con este problema. Mediante la Ley de Reforma Agraria se pretendía que los campesinos
tuvieran propiedad de tierras. Este proceso fue muy lento y burocrático por lo que los campesinos
compensaron a agitarse. El 12 de enero de 1932 en el pueblo de Casas Viejas en Andalucía se produce
una insurrección y se organizan como un ejercito con trincheras y las pocas herramientas de trabajo
con las que contaban. Esta insurrección es rápidamente sofocada por el gobierno. Pero seis de las
personas que protagonizan esta insurrección se refugian en una casa y el ejercito para hacerlos salir
queman la casa. Además ejecutan sin juicio a otras doce personas. Esto hace que el incidente fuera
condenado por todos los sectores del país y Azaña fuera criticado y provoca un debilitamiento en el
gobierno. Este debilitamiento hace que las derechas decidan organizarse y reforzar. Forman partidos
como la CEDA, coalición de derechas católicas pero no monárquicas. Esta está presidida por Gil Robles
con una ideología nazi, autoritaria y conservadora. Este partido tenía unas juventudes más violentas
llamadas JAP. El otro partido que se crea es la Falange Española modelo copiado del partido de
Mussolinni. Otro partido que se crea en este momento es la JONS. Estos dos últimos son pequeños y al
tener un programa similar deciden unificarse en el año 1934 y formar el partido FE−JONS. Este
partido es de carácter autoritario y no son monárquicos ni republicanos.
Con la derecha unida y el debilitamiento de la izquierda no se podía hacer otra cosa que convocar
elecciones. En estas elecciones ya tienen derecho al voto las mujeres. El triunfo es de la CEDA pero Gil
Robles se niega a formar gobierno por lo que es el Partido Radical quien lo hace.
El principal conflicto que tiene que sofocar este gobierno es la llamada Revolución del 34 o Revolución
de Asturias. Este año es especialmente conflictivo debido a una protesta masiva por la paralización de
la Ley de Reforma Agraria. Con el fin de terminar con estas protestas, la CEDA entra en el gobierno.
La entrada de la CEDA va a provocar el desacuerdo de los socialistas por la vinculación con los ideales
hittlerianos y anuncia una huelga general de trabajadores. La huelga dura poco y al final solo quedan
dos focos, Cataluña y Asturias. Barcelona apenas resiste unas horas más porque es bombardeada por el
ejercito republicano. En Asturias la huelga se prolonga más debido a que contaban con el apoyo de la
CNT y además, en Asturias, todos los partidos de izquierdas se organizan en la UHP. En Asturias no
fue solo una huelga sino que se convirtió en una revolución ocupando Ayuntamientos, Instituciones,
Diputaciones, etc. Ante esto, el gobierno declara el estado de guerra y manda al general Franco a
sofocar la sublevación mediante un despliegue militar. A pesar de esta gran maniobra, los insurrectos
resisten dos semanas más pero finalmente es sofocada. La represión es dura y muchos de los rebeldes
fueron encarcelados y fusilados.
Esta revolución se resiente en la unificación de la derecha que comienza a dividirse.
Con el escándalo del Estraperlo los miembros del gobierno se ven implicados por lo que se decide
disolver las cortes y convocar elecciones.
La izquierda vuelve a reorganizarse y obtiene la victoria en las elecciones y con este nuevo gobierno
comienza la etapa de la República llama el Frente Popular.
Durante esta última etapa de la República se produce una mayor radicalización de las posturas
políticas lo que va a producir una oleada de violencia callejera. Además ya desde las elecciones se va a
ir desarrollando una fuerte actividad conspiradora antirrepublicana que culmina el 18 de julio de 1936
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con el inicio de la Guerra Civil.
REALIZACIONES POLÍTICAS SOCIALES Y EDUCATIVAS EN LA II REPÚBLICA. LA VIDA
CULTURAL
La nueva Constitución se aprueba el 9 de diciembre de 1931 y con ella la elección de jefe de la
República. Aunque Alcalá Zamora había dimitido se vuelve a presenta y es elegido Presidente de la
República. Este nombra a Manuel Azaña jefe de gobierno. Con sus jefatura salen los radicales de las
cortes y se producen algunos cambios de cartera. La característica fundamental de este bienio es la
cantidad de reformas que se realizan pero la mayoría de ellas son una continuación de las iniciadas
durante el periodo del gobierno provisional.
Mediante la reforma militar se pretende evitar que el número de mandos supere al de tropa por lo que
se hace una reducción de oficiales, se regula el sistema de ascensos, se moderniza la educación militar,
se pretende separar el ejercito de la vida política y una modernización del material pero esto no es
posible debido a los efectos del crack del 29 y la profunda crisis.
Los principales objetivos de la reforma militar eran: una mejora de las condiciones del campesinado
mediante la Ley de Términos Municipales, la ampliación de las representaciones de obreros, la
extensión y unificación de los seguros laborales y una igualdad laboral para mujeres y hombres.
La reforma educativa pretendía la extensión de la educación y la cultura a todos los ámbitos y lugares
de España, un descenso del analfabetismo, la creación de una escuela única pública gratuita obligatoria
y mixta, la construcción de escuelas y mejoras en los salarios. Pero todo esto necesitaba una gran
inversión económica y el gobierno no contaba con ese dinero por lo que la reforma no fue tan rápida
como se esperaba. La iglesia se opone a estas reformas ya que la educación no debía de ser laica lo que
provocará una dura oposición por parte de los sectores eclesiásticos.
La cuestión nacionalista se abordó mediante el respeto a las comunidades con sus propias tradiciones,
la redacción del Estatuto de autonomía de Cataluña que se aprueba en septiembre de 1932 y se inicia
una redacción del Estatuto en el País Vasco pero es mucho más lento y no llega a aprobarse hasta el año
1936.
El objetivo de la reforma agraria va a ser reorganizar la propiedad de la tierra (terrenos muy grandes
en un solo propietario y minifundios). Se alargan las discusiones por el rechazo de los grandes
propietarios y terminan uniéndose en una asociación oponente a la República. Al final se aprueba en
septiembre de 1932. Esta reforma pretende acabar con el paro agrario mediante una política de
redistribución de la tierra y la creación de nuevos asentamientos campesinos. Para ello se pretendía
expropiar sin indemnización las tierras de los grandes de España y con indemnización los latifundios
mal explotados y se pretendían realizar entre 60000 y 70000 nuevos asentamientos de jornaleros al año
pero al final del bienio solo se consiguieron entregar 20000 tierras. Estas tierras expropiadas se le daría
a cooperativas. Este proceso es lento. En primer lugar se crea el Instituto de Reforma Agraria,
encargado de las expropiaciones, reparto e indemnización. También se creo el Banco Nacional de
Crédito Agrícola para tener fondos para pagar las indemnizaciones y para financiar los créditos a los
campesinos para pagar la tierra. Fue un proceso muy lento por hacerlo tan burocrático por lo que el
campesinado comenzó a impacientarse y se produjeron diferentes altercados.
Cuando los radicales llegan al gobierno y posteriormente la unión con la CEDA, su política reformista
se va a basar esencialmente en eliminar las medidas tomadas durante el bienio anterior. Se suprime la
Ley de Términos municipales y se decretó la libertad de contratación y salarios. Se paraliza la reforma
agraria y se expropia de nuevo a los campesinos. La reforma militar también se paraliza y se organiza
una política para colocar a militares a militares antirrepublicanos en puestos importantes dentro del
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ejercito. El proceso de autonomía gallego se frena y se endurece el mantenimiento del orden público. En
general lo que se hace es una contrarreforma donde algunos de los proyectos del bienio anterior se
eliminan.
Con el escándalo del Estraperlo los miembros del gobierno se ven implicados por lo que se decide
disolver las cortes y convocar elecciones.
La izquierda vuelve a reorganizarse y obtiene la victoria en las elecciones y con este nuevo gobierno
comienza la etapa de la República llama el Frente Popular. La principal realización de este nuevo
gobierno fue la de reestablecer de nuevo las reformas iniciadas durante el primer bienio. Se acelera la
reforma agraria, se reestablece el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se hacen nuevas construcciones
de escuelas, y se pide el traslado de los militares contrarios a la República.
Durante el primer bienio la vida cultural esta mucho más desarrollada debido a la reforma educativa
emprendida por Marcelino Domingo. Estos intelectuales fueron los encargados de extender la cultura
por todos los rincones de la geografia española por medio de las Misiones Pedagógicas.
Durante el segundo bienio los intelectuales se apartan de la vida política.
SUBLEVACIÓN Y GUERRA CIVIL. DESARROLLO MILITAR DEL CONFLICTO Y
EVOLUCIÓN POLÍTICA.
El día 17 de Julio de 1936 se produce la sublevación de la guarnición de Melilla y a lo largo del día se
extiende hasta Ceuta y Tetuán. Esa misma noche, el general Franco emprende un viaje desde Canarias
hasta Tetuán para ponerse al frente del ejército africanista. Ante esta primera sublevación el gobierno
no toma ninguna medida y prefiere quedarse a la expectativa.
El día 18 la sublevación entra a la península y por medio del general Queipo de Llano los sublevados
toman Sevilla. A lo largo del día los sublevados consiguen hacerse con la mayoría de las capitales de
Galicia, Castilla−León, Baleares, Canarias y parte de las de Andalucía (Sevilla, Cádiz, Córdoba).
Ante esta situación el presidente del gobierno Casares Quiroga dimite. Azaña intenta pactar una
negociación con Mola pero este se niega al considerar que la guerra es la única forma de terminar con
la situación y que iban a ganar.
El PSOE y el PCE movilizan sus militanias.
El 19 de julio Pamplona consigue hacerse con la ciudad de Pamplona haciendo lo propio Aranda en
Oviedo y Cabanellas en Zaragoza y posteriormente en las otras dos capitales de provincia. Este mismo
día las tropas africanistas cruzan el estrecho con el fin de unir los territorios sublevados del norte y sur.
En comunidades como Zaragoza, País Vasco, Asturias, Cantabria, Cataluña y el Levante la sublevación
no triunfa ya que no cuentan con una buena organización pero si lo hacen los movimientos obreros.
Donde fue un fracaso total es en Madrid y Barcelona. El cuartel de las montañas en Madrid se subleva
por medio del general Fanjul pero este es rápidamente sofocado.
En Barcelona la CNT reparte armas a los obreros y con apoyo de la Guardia Civil y la Guardia de
Asalto vencen Goded.
Al final de estos primeros días de sublevación España estaba divida en dos bandos. Los sublevados
consideran esta situación una derrota ya que no consiguen su objetivo. Esto se debió principalmente al
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papel de la Guardia Civil, la indecisión de los golpistas y que no contó con el apoyo popular.
El 5 de agosto comienza la Batalla de los Enlaces cuyo principal objetivo era enlazar la zona norte y sur
comienza con la toma de la ciudad de Badajoz el 14 de agosto por Yagüe. Una vez tomada Badajoz se
dirigen hacia Madrid pero cuando llegan a Maqueda (Toledo) deciden retroceder e ir primero a Toledo
para no dejar ningún foco republicano atrás. Una vez en Toledo el objetivo era conquistar el Alcázar,
en manos de los republicanos. Los republicanos son derrotados pero les sirve de ayuda para
reorganizar su ejercito y resistir la ofensiva de Madrid por lo que las tropas se desplazan hacia el
sudoeste.
La Batalla de Madrid se desarrolló desde el día 1 de Noviembre de 1936 hasta el final de la Guerra,
abril de 1939. Una de las batallas acontecidas en Madrid es la de Somosierra cuando el general Mola
intenta acceder desde Pamplona hasta Madrid por este puerto. Mola es derrotado por las milicias
obreras.
Una de las batallas más duras de la guerra es la Batalla del Jarama en febrero de 1937. Tras dos
semanas de lucha, en la que participaron todo tipo de armamento bélico, ambos bandos se ven
obligados a desistir por lo que la ofensiva nacionalista se convierte en un fracaso.
Otra de las Batallas por Madrid fue la de Guadalajara que fue llevada a cabo por el ejercito italiano. El
mal tiempo y la descoordinación hacen que la ofensiva nacionalista sea un fracaso.
A principios de 1937 los nacionalistas ponen todo su esfuerzo bélico en terminar con la zona republica
que había quedado en el norte con el fin de hacerse con el control de las zonas industriales y mineras.
A finales de Marzo Mola lanza una ofensiva contra Vizcaya. Esta ofensiva se baso en el bombardeo de
la aviación alemana y uno de sus bombardeos más significativos fue el de Guernica.
Mola muere el día 3 de junio y el 19 se produce la toma de Bilbao. Ante esta situación desesperada, los
republicanos intentan distraer la atención del norte organizando una ofensiva en Brunete pero solo
consiguen causarle algunas bajas a los nacionalistas ya que Franco decide terminar pronto con la
ofensiva.
Tras la toma de Bilbao los nacionalistas se dirigen a Santander. En esta ciudad se ve un claro apoyo por
parte de la población al bando sublevado y la ciudad es tomada el 26 de agosto.
Otro intento de captar la atención de los sublevados es la ofensiva por Zaragoza pero la defensiva
nacionalista les impidió avanzar. A partir del 1 de octubre de 1937 los sublevados deciden avanzar
hacia Asturias. La resistencia de los mineros hizo que la ofensiva se alargara un poco más pero
finalmente el 21 de Octubre se produce la toma de Gijón. Esta perdida supuso un duro golpe para la
República además de la perdida de los recursos mineros e industriales.
Tras la perdida de la zona cantábrica los republicanos deciden lanzar una ofensiva sobre Teruel y la
consiguen tomar. Pero los sublevados ya estaban demasiado crecidos como para perder y lanzan una
contraofensiva y finalmente consiguen tomar de nuevo Teruel.
El ejercito republicano consigue recomponer de nuevo su ejercito e intenta de nuevo hacerse con Teruel
pero la superioridad en el armamento fue decisiva. Los sublevados deciden seguir hacia el
Mediterráneo donde toman la ciudad de Valencia. En este momento los republicanos lanzan una nueva
ofensiva y consiguen cruzar el río Ebro. La contraofensiva de Franco va a provocar la Batalla del Ebro
más bien denominado como una guerra de desgaste donde el bando republicano perdió sus últimas
reservas.
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Ante esta victoria Franco decide lanzar una ofensiva sobre Barcelona y el día 26 de diciembre era
tomada por los sublevados.
Con la toma de Barcelona dentro del gobierno republicano aparecen diversas posturas. La defendida por
Negrín, resistir hasta el final y la de Casado y Besteiro que era intentar la negociación. Esta separación
provoca una gran inestabilidad dentro del bando republicano lo que propicia la entrada de las tropas
franquistas el 28 de Marzo y el día 30 de marzo de 1939 firma el último parte de guerra.
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